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Unidad IV:
1. Osterrieth, P. (1993): Psicología infantil. Cap.4. Madrid, España Morata.
2. Piaget, J; Inhelder, B (1997) Psicología del Niño. Cap. 3 Madrid, España,
Morata.
3. Castorina, J.A. y Carretero, M. (2012) “Desarrollo cognitivo y educación
I: los inicios del conocimiento” Paidós. Bs As. Cap 7, 9 y 10
4. Bettelheim, B. (1988): Psicoanálisis de los cuentos de hadas. Barcelona,
España: Crítica.
5. Faas, A. E. (2017). Psicología del desarrollo de la niñez. Retrieved from
https://ebookcentral.proquest.com Cap 3.
6. Freud, S. (1908): Sobre las teorías sexuales infantiles. Bs As,
Argentina: Amorrortu.
7. Freud, S. (1987): El sepultamiento del complejo de Edipo. Bs As,
Argentina: Amorrortu.
8. Freud, S. (1987): Algunas consecuencias psíquicas de las diferencias
anatómicas entre los sexos. Bs As, Argentina: Amorrortu.
9. LAS NUEVAS TECNOLOGIAS
TEXTO 1: Osterrieth, P. (1993): Psicología infantil.
TEXTO2: Piaget, J; Inhelder, B (1997) Psicología del Niño.
LA FUNCIÓN SEMIÓTICA O SIMBÓLICA
Al término del período censo-motor, hacia un año y medio o dos años, aparece
una función fundamental para la evolución de las conductas ulteriores, y que
consiste en poder representar algo (un "significado" cualquiera: objeto,
acontecimiento, esquema conceptual, etcétera) por medio de un "significante"
diferenciado y que sólo sirve para esa representación: lenguaje, imagen
mental, gesto simbólico, etc.
HEAD "simbólica" esa función generadora de la representación; pero como los
lingüistas distinguen cuidadosamente los "símbolos" y los "signos", es mejor
emplear con ellos la expresión de "función semiótica" para designar los
funcionamientos referentes al conjunto de los significantes diferenciados.
LA FUNCIÓN SEMIÓTICA Y LA IMITACIÓN
Cuando se constituye, hacia los nueve-doce meses, el esquema del objeto
permanente, existe, la búsqueda del objeto desaparecido, pero acaba de ser
percibido, y corresponde, a una acción ya en curso, y un conjunto de indicios
actuales permite encontrarlo. Si no hay aún en esto representación, existe e
incluso desde el principio, constitución y utilización de significaciones, ya que
toda asimilación cen-somotora consiste en conferir significaciones. Pero si hay
ahí significación de conjunto, es decir, dualidad entre "significados" (los propios
esquemas con sus contenidos relativos a las acciones en curso) y
"significantes", éstos son siempre perceptivos, indiferenciados en sus
significados, lo que excluye hablar, a ese nivel, de función semiótica.
Un significante es, por definición, un "indicio" (comprendidas las "señales" que
intervienen en el condicionamiento, como el sonido de la campana que anuncia
la alimentación). Un indicio está efectivamente indiferenciado de su significado,
en el sentido de que constituye un aspecto (la blancura para la leche), una
parte (el sector visible para un objeto semiculto), un antecedente temporal (la
puerta que se abre para la llegada de la madre), un resultado causal (una
mancha), etc.
A. Aparición de la función semiótica: En el curso del segundo año
aparece, por el contrario, un conjunto de conductas que implica la
evocación representativa de un objeto o de un acontecimiento ausentes
y que supone, en consecuencia, la construcción o el empleo de
significantes diferenciados, ya que deben poder referirse a elementos no
actualmente perceptibles tanto como a los que están presentes. Pueden
distinguirse, cuando menos, cinco de esas conductas, de aparición casi
simultánea, y que vamos a enumerar en orden de complejidad creciente:
Imitación diferida: En una conducta de imitación censo-motora, el
niño comienza por imitar en presencia del modelo después de lo cual
puede continuar en ausencia de ese modelo, sin que ello implique
ninguna representación en pensamiento. Por el contrario, en el caso
de una niña de dieciséis meses, que ve a un amiguito enfadarse,
gritar y patalear y que, pero sólo una o dos horas después de su
marcha, imita la escena riéndose, esta imitación diferida constituye
un comienzo de representación, y el gesto imitador, un inicio de
significante diferenciado.
juego simbólico o juego de ficción, desconocido en el nivel
censo-motor: La misma niña ha inventado su primer juego
simbólico, aparentando dormir, sentada y sonriendo ampliamente,
pero cerrando los ojos, con la cabeza inclinada y el pulgar en la boca,
haciendo un pico de la sábana que simula el de su almohada, según
lo que habitualmente suele hacer cuando se duerme; poco después
hace también dormir a su oso de peluche, desliza una concha en una
caja, diciendo "¡miau!" (acaba de ver un gato sobre un muro), etc. En
todos esos casos la representación es neta y el significante
diferenciado es, de nuevo, un gesto imitador, pero acompañado de
objetos que se han hecho simbólicos.
dibujo o imagen gráfica: es, en sus comienzos, un intermediario
entre el juego y la imagen mental, aunque no aparece apenas antes
de los dos o de los dos años y medio.
la imagen mental: de la que no se encuentra huella alguna en el
nivel sensomotor (si no fuera así, el descubrimiento del objeto
permanente se facilitaría mucho) y que aparece como una imitación
interiorizada.
Evocación verbal de acontecimientos no actuales. Cuando la
mencionada niña dice "miau", sin ver ya al gato, existe
representación verbal, además de imitación. Cuando, algún tiempo
después, dice "Panéné patf señalando el camino en cuesta que él ha
seguido al dejarla, la representación se apoya exclusivamente (o
acompañándose de una imagen mental) en el significante
diferenciado constituido por los signos de la lengua en vías de
aprendizaje.
B. Papel de la imitación
La imitación, pues, constituye a la vez la prefiguración censo-motora de
la representación y, en consecuencia, el término de paso entre el nivel
censo-motor y el de las conductas propiamente representativas. La
imitación es de inmediato una prefiguración de la representación, es
decir, que constituye, en el curso del período censo-motor, una especie
de representación en actos materiales, todavía no en pensamiento.
Al término del período censo-motor, el niño ha adquirido una capacidad
suficiente, en dominio de la imitación así generalizada, para que se haga
posible la imitación diferida: realmente, la representación en acto se
libera entonces de las exigencias sensomotoras de copia perceptiva
directa para alcanzar un nivel intermedio en el que el acto, desprendido
así de su contexto, se hace significante diferenciado y,
consecuentemente, en parte ya representación en pensamiento.
Con el juego simbólico y el dibujo, ese paso de la representación en acto
a la representación-pensamiento se ve reforzado: el "simular dormir" del
ejemplo recién citado no es tampoco, aún, sino un acto desligado de su
contexto, pero es también un símbolo generalizable. Con la imagen
mental, seguidamente, la imitación no es ya sólo diferida, sino
interiorizada, y la representación que hace posible, disociada as de todo
acto exterior en favor de esos esbozos o bosquejos internos de acciones
que la soportarán en lo sucesivo, está entonces presta para convertirse
en pensamiento. La adquisición del lenguaje, hecha accesible en esos
contextos de imitación, cubre finalmente el conjunto del proceso,
asegurando un contacto con los demás, mucho más potente que la
simple imitación y que permite a la representación naciente aumentar
sus poderes apoyándose en la comunicación.
C. En suma, la función semiótica engendra así dos clases de
instrumentos:
los símbolos, que son "motivados", es decir, que presentan, aunque
significantes diferenciados, alguna semejanza con sus significados; y los
signos, que son arbitrarios o convencionales. Los símbolos, como
motivados, pueden ser construidos por el individuo solo, y los primeros
símbolos del juego del niño son buenos ejemplos de esas creaciones
individuales, que no excluyen, naturalmente, los simbolismos colectivos
ulteriores: la imitación diferida, el juego simbólico y la imagen gráfica o
mental dependen entonces directamente de la imitación, no como
transmisión de modelos exteriores dados (ya que hay una imitación de sí
mismo igual que de otros, como demuestra el ejemplo citado del juego
de simular el sueño), sino como paso de la pre-representación en acto a
la representación interior o pensamiento.
EL JUEGO SIMBÓLICO
El juego simbólico señala, indudablemente, el apogeo del juego infantil.
Obligado a adaptarse incesantemente a un mundo social de mayores,
cuyos intereses y reglas siguen siéndole exteriores, y a un mundo físico
que todavía comprende mal, el niño no llega como nosotros a satisfacer
las necesidades afectivas e incluso intelectuales de su yo en esas
adaptaciones, que para los adultos son más o menos completas, pero
que para él siguen siendo tanto más inacabadas cuanto más pequeño
es. Resulta, por tanto, indispensable a su equilibrio afectivo e intelectual
que pueda disponer de un sector de actividad cuya motivación no sea la
adaptación a lo realj sino, por el contrario, la asimilación de lo real al yo,
sin coacciones ni sanciones: tal es el juego, que transforma lo real, por
asimilación más o menos pura, a las necesidades del yo, mientras que la
imitación (cuando constituye un fin en sí) es acomodación más o menos
pura a los modelos exteriores, y la inteligencia es equilibrio entre la
asimilación y la acomodación.
Se sabe que el lenguaje inicial está hecho ante todo de órdenes y expresiones
de deseo, son las denominadas palabras frases. Por otra parte, el preconcepto
es un concepto aparente, Por qué concepto constituye una clase que abarca
todos los elementos o individuos que comparten la misma propiedad.
Lo que primeramente interesa es saber cómo el lenguaje ligado al acto
inmediato y presente, el niño pasa a la construcción de las representaciones
verbales. Ese paso lo hace mediante el relato, el niño relata cosas y
situaciones para los demás o para sí mismo, y cuando una situación vivida
relatada ya no hay intención de manejar la situación, se produce la liberación
del esquema verbal de la situación real, es una representación. Y por esa
vuelta presentar Qué es la representación, la palabra comienza a funcionar
como signo, ya no como parte del acto sino como evocación de este.
Es entonces que el esquema verbal llega desprenderse del esquema
sensoriomotor, para adquirir las funciones representación, es decir, de nueva
presentación. El relato puede tornar la característica de la descripción, la cual
se vuelve representación actual doblando la presentación perceptiva en el
presente tanto como el pasado. Aquí aparece la pregunta ¿qué es?
En la etapa preconceptual (de dos a cuatro años) a través de la pregunta qué
es, los relatos y descripciones se van de a poco desligando de la acción, el
niño habla actuando cuando estás solo y luego en forma gradual ese monólogo
se interioriza hasta llegar a preceder a la acción. El razonamiento del niño aquí
es transductivo, es un razonamiento donde el niño fuerza la realidad para
acomodarla a sus intereses.
En este momento surge la mentira, señalando uno de los progresos de la
humanidad, un progreso intelectual por cuanto la deformación de lo real supone
el manejo de las primeras construcciones deductivas, Qué es una característica
esencial del pensamiento naciente. El primer razonamiento del niño alcanza la
libertad de deformación qué caracteriza el juego simbólico. Las realidades
arregladas como en el juego.
En la etapa intuitiva (de 4 a 7 años) el relato gane coherencia, claridad y
comunicabilidad. Es una etapa en la que el niño observa mejor la realidad
concreta. Sin embargo, la superabundancia verbal y la tendencia de llevarlo
todo a la experiencia personal, hacen que el niño no comprenda un que su
punto de vista es uno de los tantos posibles. El mundo no es para el más que
una respuesta a sus necesidades y deseos.
que el niño pueda anticipar por el relato sus acciones futuras mediante la
representación verbal tiene tres consecuencias para el desarrollo mental:
1- un intercambio posible entre individuos, el inicio de la socialización de la
acción.
2- una interiorización de la palabra, la aparición del pensamiento que tiene
como soporte el lenguaje interior y el sistema de signos.
3- una interiorización de la acción.
Mini juegos de páginas web como Juegos Friv (friv.com), Juegos Kizi
(kizi.com) o Juegos de Chicas (juegosdechicas.com). Se trata de juegos
sencillos, accesibles y de fácil aprendizaje. Por lo general, tienen metas
simples, con personajes y escenarios caricaturescos.
SIGMUND FREUD
Análisis de una fobia. Caso Hans. 1909.
Freud plantea que todo niño cuando juega se convierte en un poeta, pues se
crea un mundo propio o, mejor dicho, inserta las cosas de su mundo en un
nuevo orden que le agrada. Considera al juego algo muy serio y
emplea grandes montos de afecto. Lo opuesto al juego es la realidad efectiva.
El juego ocupa para el niño el lugar de apuntalamiento de sus objetos
internos, en cosas palpables y visibles del mundo real, dando lugar a la
diferenciación realidad psíquica y realidad material.
Aparece ya aquí la idea retomada luego por Winnicott de un encuentro entre la
realidad afectiva de deseo propia del sujeto y el mundo real, palpable y visible.
El ensueño diurno, desarrollado luego en este artículo sería el modo
saludable de apuntamiento en la fantasía de contenidos del mundo real
exterior.
ANNA FREUD
MELANIE KLEIN
Esta relación con la sexualidad llevó a Klein a reformular la técnica del juego
para el análisis de niños, que tenía algunos antecedentes incipientes.
Es clásica la controversia entre Anna Freud y Melanie Klein respecto del juego
y del análisis de niños. Para la primera su objetivo es desexualizador y
adaptativo, incluso plantea aspectos educativos en el análisis de niños.
DONALD WINNICOTT
3- El niño puede jugar solo con la confianza de que la persona a quien ama
está cerca.
En esta etapa encontraremos juegos donde se despliega la agresión y la
confrontación entre el deseo de la madre y el del niño. Se desarrolla una
alternancia entre la aceptación de la madre de la agresión del niño y la
imposición de consignas y límites provenientes del ambiente.
Aquí el niño es más activo-agresivo en la investigación del ambiente, romper
juguetes es un modo de conocimiento, apoderamiento y elaboración de la
frustración por la pérdida de la fusión con la madre.
4- El niño puede disfrutar de la superposición de dos zonas de juego, la propia
y la de la madre. Ha logrado la capacidad de aceptar o rechazar propuestas y
tomar iniciativas, así queda allanado el camino para un jugar juntos en una
relación, inscribiendo la alteridad y logrando la construcción del objeto real.
JEAN PIAGET
T. BERRY BRAZELTON
Las diferencias individuales entre los bebés, descriptas por Brazelton, afectan
a los progenitores cuyas historias y fantasías determinan su capacidad de ser
moldeados y responder a su vez.
DANIEL STERN