Está en la página 1de 95

JORGE ANDRÉS ROJAS URREA

DEFENSA TÉCNICA O ESPECIALIZADA, UNA GARANTÍA PROCESAL


EN EL DERECHO DISCIPLINARIO DEPORTIVO COLOMBIANO

Monografía de Maestría en Justicia y Tutela de los Derechos con énfasis


en
Derecho Procesal 2019-2020

BOGOTÁ D.C., COLOMBIA


2022
UNIVERSIDAD EXTERNADO DE COLOMBIA
FACULTAD DE DERECHO
MAESTRÍA EN JUSTICIA Y TUTELA DE LOS DERECHOS CON ÉNFASIS
EN DERECHO PROCESAL 2019-2020
Rector Dr. Hernando Parra Nieto

Decana de la Facultad de Derecho: Dra. Emilssen González de


Cancino

Secretaria General: Dr. José Fernando Rubio

Director del Departamento de Dr. Ramiro Bejarano Guzmán


Derecho Procesal:

Director de monografía: Dr. Fredy Toscano

Examinadores: Dr. Carlos Francisco González


Puche
CONTENIDO

INTRODUCCIÓN ............................................................................................vi

1. PRIMER CAPÍTULO: EL DERECHO DISCIPLINARIO DEPORTIVO


EN COLOMBIA ............................................................................................. 12
1.1 ORGANIZACIÓN Y ESTRUCTURA INTERNACIONAL DEL DEPORTE 12
1.2 ORGANIZACIÓN Y ESTRUCTURA NACIONAL DEL DEPORTE
COLOMBIANO .............................................................................................. 16
1.3 PRINCIPALES ORGANIZACIONES INTERNACIONALES DEL
DEPORTE Y SUS TRIBUNALES DISCIPLINARIOS .................................... 25
1.4 LA LEX SPORTIVA FRENTE AL ORDENAMIENTO PÚBLICO.............. 27
1.5 GENERALIDADES DE LA LEY 49 DE 1993 RÉGIMEN DISCIPLINARIO
DEPORTIVO DE COLOMBIA ....................................................................... 30

2. CAPÍTULO 2: LAS GARANTÍAS PROCESALES EN EL DERECHO


DISCIPLINARIO DEPORTIVO ...................................................................... 35
2.1 LA NECESIDAD DE UNA JUSTICIA ESPECIALIZADA EL TRIBUNAL
ARBITRAL DEL DEPORTE (TAS) ................................................................ 35
2.2 PRINCIPIO DE IGUALDAD DE LAS PARTES ANTE EL PROCESO ..... 39

3. CAPÍTULO 3: LA GARANTÍA DE LA DEFENSA TÉCNICA


(APORTES CRÍTICOS) ................................................................................ 42
3.1 GARANTÍAS PROCESALES DEL DERECHO DE DEFENSA TÉCNICA EN
LACARTA OLÍMPICA Y OTRAS DISPOSICIONES INTERNACIONALES ... 51
3.3.1 Garantías Convencionales ................................................................... 51
3.3.2 Garantías Constitucionales en Colombia al Derecho de Defensa ........ 53
3.3.3 Garantías Procesales en el Derecho Disciplinario................................ 55
3.3.4 Garantías Procesales en Ámbito Disciplinario Deportivo una Mirada al
Dopaje en el Deporte .................................................................................... 59
3.3.5 Aproximación al Derecho de Defensa Técnica en Materia de Dopaje en
Colombia de Cara a la Ley 2084 de 2021 ..................................................... 64
3.4 GARANTÍA AL DERECHO DE DEFENSA EN UNAS FEDERACIONES
DEPORTIVAS ............................................................................................... 73
3.4.1 Tratamiento a la Garantía del Derecho de Defensa en la Federación
de Fútbol ....................................................................................................... 73
3.4.2 Tratamiento a la Garantía del Derecho de Defensa en la Federación
de Pesas ....................................................................................................... 75
3.4.3 Tratamiento a la Garantía del Derecho de Defensa en la
Federación Colombiana de Actividades Subacuáticas ................................. 78
3.5 PROBLEMÁTICA DE LA FALTA DE DEFENSA TÉCNICA EN PROCESO
iii
DISCIPLINARIO DEPORTIVO EN UN CASO CONCRETO ......................... 80

CONCLUSIONES ......................................................................................... 87

BIBLIOGRAFIA ............................................................................................. 91

iv
LISTA DE FIGURAS

Figura 1. Estructura del sistema nacional del deporte en Colombia. ........... 18

v
INTRODUCCIÓN

En la búsqueda de mayores estándares de garantías para las personas


inmersas en el ámbito disciplinario del deporte, y que ha derivado en injusticias
para quienes ven en el deporte mismo un estilo y opción de vida, el cual, se
ha visto en ocasiones truncado por decisiones que no atienden a unos
mínimos de garantías ni posibilidades de defensa, siendo desconocidos un
sinnúmero de veces por los mismos abogados quienes no han tenido la
oportunidad de involucrarse en el ámbito del derecho deportivo.

Es así que en presente trabajo de grado se analiza la participación de


organismos internacionales como el Comité Olímpico Internacional en la
estructuración no solo de la jerarquía misma del deporte sino de ciertas
disposiciones contenidas en la Carta Olímpica que, a manera de analogía,
termina siendo la base fundamental del deporte olímpico y los que pertenecen
a ellos. Por otra parte, exponiendo que esa legitimidad que se le dan a esos
organismos privados en cuanto a sus disposiciones estatutarias, sin ser un
parámetro directo de vinculación por parte de los distintos Estados por no estar
precedidos de un una norma internacional pública reconocida internamente
por los distintos, países, lo cierto es que, en el ámbito de autonomía y
relacionamiento entre el sector privado y público del deporte en la consecución
de esos fines estatales, la integración y el reconocimiento de esas formas de
organización del deporte terminan siendo aceptadas en el ordenamiento
interno.

No obstante, de forma preliminar se hace necesario frente a la estructura


interna del deporte nacional, mencionar y aclarar, el papel fundamental de las
autoridades públicas en cuanto a velar correctamente bajo sus funciones de

vi
inspeccionar, vigilar y controlar que los organismos deportivos se acomoden
estatutariamente así como en sus distintos reglamentos, a la Constitución. No
siendo un aspecto que se atienda debidamente en cuanto a las formas de
ejercer control de legalidad sobre ciertos actos privados de los diferentes
actores del deporte, que termina derivando en arbitrariedades y absolutismos
que no se armonizan con la carta constitucional, generando afectaciones de
tipo sustancial que finalmente pueden incidir en los aspectos procesales y en
garantías conforme lo ha destacado la reiterada jurisprudencia nacional.

Dicho lo anterior, el derecho disciplinario deportivo surge como la fuerza


punitiva de los organismos deportivos para hacer mantener sus normas,
aplicando sanciones que mayoritariamente desatienden los temas
relacionados con la garantía mínima al debido proceso, el derecho de defensa,
y contradicción ante la imposibilidad con la que cuentan aquellos sujetos en
relación especial de sujeción de ser representado adecuadamente en un
procedimiento especial disciplinario del deporte colombiano.

Considerando lo planteado líneas arriba, insta la necesidad de estudiar una


problemática poco abordada por la academia y que se presenta en la práctica
cotidiana del régimen disciplinario deportivo tendiente a la falta de defensa
técnica o especializada en derecho del deporte, que garantice no solo al sujeto
disciplinado y las instituciones que disciplinan, contar con personal capacitado,
competente e idóneo para el ejercicio de una adecuada defensa en pro de
esas garantías mínimas procesales que le asisten a los actores que
pertenecen al sistema nacional del deporte.

Ahora bien, el régimen disciplinario deportivo al ser norma de aplicación deI Ius
Puniendi, no puede desatender las garantías procesales que se derivan del

vii
estricto control desde el punto de vista constitucional, convencional y
desarrollo jurisprudencial; en ese sentido, el campo disciplinario del deporte
debe mantener una estricta relación con las garantías propias de cualquier
derecho disciplinario, independiente de la autonomía con que opere el mundo
jurídico.

Desde esa perspectiva, los constantes abusos y falta de garantías que se


presentan en algunas comisiones disciplinaras de los distintos organismos
deportivos y que se hacen visibles de cara a un derecho deportivo más
garantista con aplicación de parámetros de convencionalidad, y
constitucionalización y que además, de atender a los precedentes
jurisprudenciales sobre las limitaciones de esa capacidad de autorregulación,
se convierten en líneas de optimización de ese mandato de protección
fundamental no solo al deportista, sino a otros actores que puedan verse
sometidos a procedimientos disciplinarios; por ejemplo, el caso de un dirigente
deportivo, expuesto en capítulos posteriores de esta investigación, la cual no
busca estudiar de manera amplia, lo concerniente a los distintos
procedimientos disciplinarios deportivos que pueden derivarse de cada
federación, sino presentar una descripción breve desde el contexto
internacional del deporte hasta el abordaje de la legislación interna con
algunas situaciones específicas del sector deporte, aportando de esta manera,
una mirada procesal en el derecho disciplinario deportivo casi inexplorado ya
que no se puede decir que el derecho deportivo y su transversalidad a los ojos
de mundo sea una disciplina prematura y de poca atención.

Asimismo tiene como fin, aproximarse a la vulneración de las garantías


mínimas procesales en el derecho disciplinario deportivo, puede estar
sometido a control y revisión de tribunales ordinarios, autoridades

viii
administrativas; generando esa tensión entre ley ordinaria y lex sportiva, cuando
se alteran las garantías constitucionales y convencionales, como la falta de
defensa técnica o especializada en estos campos, la cual puede conllevar a
nulidades o inaplicar disposiciones reglamentarias, que puede ser un factor
para emprender mecanismos, al menos de lege ferenda, que permita esa
garantía de defensa para distintos actores del deporte.

Con base en lo anterior, de forma pormenorizada se encuentran los siguientes


capítulos que la conforman:

En el primer capítulo, se aborda el derecho disciplinario deportivo en Colombia


en donde se presenta la organización y estructura del deporte internacional de
manera sucinta que busca aproximar al lector a una comprensión general de
los principales organismos internacionales del deporte, y cómo se estructura
esa pirámide de jerarquización en la connotación privada internacional en la
que se gestó el deporte moderno. También una descripción breve sobre cómo
se estructura y se organiza el deporte nacional de conformidad con lo que se
denomina el Sistema Nacional del Deporte.

Por otra parte, se describen algunas organizaciones internacionales del


deporte y los respectivos tribunales disciplinarios así como sus propias normas
de funcionamiento y juzgamiento, entre otras. Lo que caracteriza el contexto
deportivo abordando la categoría dogmática del derecho deportivo, relativa a
la lex sportiva y su relación frente al ordenamiento público con una
aproximación de su definición, algunas características y su importancia en la
aplicación y creación de normas para el mundo jurídico deportivo.

En el segundo capítulo, se analizan las garantías procesales en el derecho

ix
disciplinario deportivo, la importancia sobre la creación del Tribunal
Internacional del Deporte –TAS-, bajo una mirada de justicia especializada, su
finalidad y los móviles que permitieron que se brindara al deporte internacional
asociado las garantías de un tribunal con capacidad de comprender las
complejidades del mundo deportivo, una pronta resolución de casos
emanados de decisiones de expertos en la materia, que no aplica los mismo
frente a las limitantes de garantías y barreras que en cierto grado se le
imponen al deportista. De igual forma, se presenta una descripción referente
a la igualdad procesal que tienen las partes de manera general como un
principio que se circunscribe a toda actuación procesal, indistintamente del
campo de especialidad.

En el capítulo tercero, se tratan temas de la garantía de la defensa técnica


(aportes críticos), las principales posturas sobre ésta como un concepto bajo
desarrollo jurisprudencial que se ha dado tanto por la Corte Suprema de
Justicia de Colombia en su sala penal, la Corte Constitucional y la Corte
Interamericana de Derecho Humanos, pero que siendo un categoría que
surgió propiamente de lo penal, su efectiva extensión que había sido
erróneamente limitada por ciertos pronunciamiento jurisprudenciales al campo
del derecho disciplinario, terminó siendo incorporada por voluntad del
legislador con la disposiciones de la creación del nuevo Tribunal Nacional
Antidopaje contenido en la ley 2084 de 2021.

Por último y a manera de ejemplo, se hace mención a la manera en que se


plasma deficientes en distintas disposiciones federativas, la garantía del
derecho defensa, para finalmente aterrizar en un caso que se surtió contra un
dirigente deportivo de una federación nacional, describiendo cómo fue
afectado su derecho de defensa y garantía, al no contar ni considerarse

x
garantizarle la misma defensa técnica en el curso de un procedimiento
disciplinario deportivo que terminó por inhabilitarlo de la actividad deportiva
con la máxima sanción establecida en el código disciplinario.

Finalmente, se expone un apartado al lector en donde se resumen los


principales hallazgos que se extraen del desarrollo del trabajo y que buscan
aclarar la idea discutido a lo largo del mismo.

xi
1. PRIMER CAPÍTULO: EL DERECHO DISCIPLINARIO DEPORTIVO
EN COLOMBIA

1.1 ORGANIZACIÓN Y ESTRUCTURA INTERNACIONAL DEL DEPORTE

El deporte desde su manifestación más primigenia, (antes de cristo hasta lo


que hoy se conoce como el olimpismo moderno)1 representa una clara
capacidad de unión y de convocatoria entre las distintas naciones del mundo
que se integran al denominado movimiento olímpico. En el ámbito deportivo
es bien sabido que existen en el contexto internacional organizaciones
privadas sin ánimo de lucro, como es el caso del Comité Olímpico Internacional
(COI), el Comité Paralímpico Internacional (CPI), entre otros, que se agrupan
alrededor de estas, para estructurar o establecerse esa organización
internacional del deporte.

Esa estructura jerarquizada del deporte, marca la naturaleza propia y muy


particular del ordenamiento deportivo, tal y como señala Fernández (2015), le
imprime un carácter originario, lo que deriva la eficacia y fuerza de sus propias
reglas siendo el caso mismo de la Carta Olímpica o Paralímpica. En ese
sentido, lo que para el ordenamiento jurídico colombiano, la Constitución
nacional es norma de normas2, en el deporte, el movimiento olímpico y sus
integrantes, la Carta Olímpica constituye el instrumento de codificación
principal donde se fundan y sustentan los principios del olimpismo entre

1 1
El Olimpismo moderno fue concebido por Pierre de Fredi, Barón de Coubertin, a cuya iniciativa se
reunió, en junio de 1894, el Congreso Atlético Internacional de Paris. En dicho congreso, el 23 de junio
de 1894, se aprobó el restablecimiento de los Juegos Olímpicos, se acordó la creación del Comité
Olímpico Internacional (CON) y se decidió que los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna
tendrían lugar en Atenas, del 6 al 18 de abril de 1896 (Palomar, 2013).
2
Artículo 4o. La Constitución es norma de normas. Constitución Política de Colombia.Disponible en
Internet: http://www.secretariasenado.gov.co/senado/basedoc/constitucion_politica_1991.html
12
otras disposiciones.

No se puede pasar por alto que tanto las principales organizaciones


internacionales del deporte, es decir, el Comité Olímpico Internacional -COI- y
el Comité Paralímpico Internacional -CPI-, como las federaciones
internacionales, nacionales, ligas y clubes, su fuente de creación se debe a la
iniciativa privada regulada por las normas civiles de los países donde se
constituyen dichas organizaciones.

Sin entrar a profundizar en las diversas disposiciones de la Carta Olímpica y a


manera de ejemplo de su fundamento legal de constitución, el Comité Olímpico
Internacional (2021) en el artículo 15 indica que:

“El COI es una organización internacional no gubernamental sin fines lucrativos,


de duración ilimitada, constituida como asociación dotada de personalidad
jurídica, reconocida por el Consejo Federal Suizo, en virtud de un acuerdo
fechado el 1 de noviembre de 2000”.
1. “Su domicilio social está en Lausana (Suiza), capital olímpica”.
2. “El objetivo del COI es cumplir la misión, la función y las responsabilidades
que le asigna la Carta Olímpica”.
3. “Para cumplir su misión y llevar a cabo su función, el COI puede constituir,
adquirir y dotarse de entidades jurídicas, como fundaciones o sociedades”.

Fijada con claridad la naturaleza privada del COI, la Carta Olímpica no solo
será referencia sustancial sino procesal donde se extraerán, además,
obligaciones, derechos de los actores principales de dicho movimiento, lo que
implica una clara sujeción a un reglamento de vinculación y adhesión
supranacional.

No obstante, resulta conveniente aclarar que a diferencia de organismos


internacionales como la ONU donde se vinculan y son miembros los Estados,
los integrantes del COI según la disposición del artículo 16 de la carta (Comité
13
Olímpico Internacional, 2021, pág. 32), se compone de personas físicas que
representan a esa organización en los respectivos, países; es decir, los
Comités Olímpicos Nacionales y otros miembros bajo unas calidades
especiales. De igual forma, se integra de representantes de atletas en activo,
los presidentes de la Federaciones Internacionales (FI), de las asociaciones
de estas federaciones, las asociaciones de los comités olímpicos continentales
y otras entidades reconocidas3.

Así las cosas, se puede indicar que la estructura internacional del deporte y su
organización, se dota de organizaciones sin fines de lucro de naturaleza
privada, que se deriva de una estructura piramidal en donde se encuentra en
su cúspide, los Comités Olímpicos Internacionales seguido de las federaciones
internacionales quienes en paralelo constituirán asociaciones de estas
federaciones. Más hacia la base, se encontrarán los Comités Olímpicos
Nacionales, en paralelos a sus asociaciones continentales, seguirán las
federaciones nacionales, ligas, clubes, hasta llegar a la base deportiva que la
componen los atletas, entrenadores, personalmédico, personal técnico, entre
otros.

Ahora bien, conviene preguntarse si la legitimidad que se le otorga a la


adherencia de esas disposiciones internacionales del ámbito privado, tienen la

3
Para una mayor claridad:
Las asociaciones reconocidas por el COI, además de las Federaciones deportivas Internacionales y de
los Comités Olímpicos Nacionales, son ASOIF (Asociación deFederaciones Internacionales de Deportes
Olímpicos de Verano), AIOWF (Asociación de Federaciones Internacionales de Deportes Olímpicos de
Invierno), IPC (Comité Paralímpico Internacional), ACNO (Asociación de Comités Olímpicos
Nacionales), ACNOA (Asociación de Comités Olímpicos de África), Consejo Olímpico de Asia
Asociación de Comités Olímpicos de Asia), Organización Deportiva Panamericana - Asociación de
Comités Olímpicos Panamericanos, ONOC (Asociación de Comités Olímpicos de Oceanía), COE
(Asociación de Comités Olímpicos Europeos), AMA (Agencia Mundial Antidopaje), ARISF
(Asociación de Federaciones Deportivas Internacionales Reconocidas por el COI) y AGFIS (Asociación
General de Federaciones Deportivas Internacionales). (Palomar, 2013, p. 13)
14
suficiencia de vinculación para estar por encima de la Constitución y las leyes
en Colombia, pues basta con mirar, la Ley 181 de 1995, cuando reconoce que
parte de los objetivos del sistema nacional del deporte es el fomento, práctica,
masificación y desarrollo del deporte en esa integración que se debe efectuar
entre los organismos deportivos de naturaleza privada y los de naturaleza
pública. Lo que quiere decir, que existe un parámetro de legitimidad y
reconocimiento de las disposiciones emanadas de las federaciones
internacionales y Comités Olímpicos Internacionales o de otra clase asociativa
que se destaca el artículo 72 Ejusdem, coordinando en los comités olímpicos
las funciones de interés público en todos los deportes, sin perjuicio de las
normas internacionales que regulan a cada uno.

Lo anterior, no significa que se facultara a las federaciones internacionales


cuando expidan sus reglamentos al no guardar una armonía con los
ordenamientos públicos internos; cuando las mismas disposiciones
internacionales del deporte se enfocan en la participación plural y
consensuada, lo que quiere decir de entrada, que, si en la estructura de los
organismos privados que comprende los órganos de dirección, administración,
de control, de disciplina y las comisiones técnicas y de juzgamiento; no se
garantiza que los deportistas participen en la elección, y selección de
comisiones, no se puede considerar que exista un relacionamiento entre los
principios como mandatos de optimización y la finalidad misma de la norma;
para hacer partícipes a los deportistas en la estructuración, por ejemplo, de las
normas disciplinarias que en la realidad son casi nulos los escenarios de su
posibilidad de participación en este tipo de regulaciones internacionales.

De ahí que, se considera un desarmonización de la lex sportiva en sí misma,


y frente al ordenamiento constitucional Colombiano, puesto que, el solo hecho

15
de replicar la normativa internacional sin reconocer las falencias antes
anotadas dentro de ese marco de autonomía, donde se pueden incluir faltas,
infracciones, sanciones, procedimientos que exceden límites perfectamente
aclarados por el tribunal constitucional, imposibilita, entre otras, que en una
aplicación exegética de la norma deportiva internacional se pueda posibilitar
defensores de oficio a cargo de los entes deportivos, que le permitan a los
deportistas contar permanentemente con una garantía de defensa cuando se
trata de disciplinar, aspecto que no se corrige desde lo internacional, y viene
a replicarse con deficiencia en el ámbito nacional.

1.2 ORGANIZACIÓN Y ESTRUCTURA NACIONAL DEL DEPORTE


COLOMBIANO

Hecha la breve referencia de la estructura internacional del deporte, permitirá


con mayor nitidez, comprender cómo se estructura y se organiza el deporte
colombiano. Para esos efectos, es menester referirse al Sistema Nacional del
Deporte (SND). Esta organización a diferencia de lo que se expuso en la
estructura internacional, trae un componente mixto, puesto que se compone o
se integra tanto de entidades de naturaleza pública como privada.

En Colombia al igual que otros países, la integración del mismo supone la


articulación de diversos actores que como ya se señaló, intervienen entes
públicos y privados. En ese orden, la Ley del Deporte Nacional (Ley 181, 1995),
enuncia esa integración haciendo parte del Sistema Nacional del Deporte:

“El Departamento Administrativo del Deporte (hoy Ministerio del Deporte), la


Recreación,la Actividad Física y el Aprovechamiento del Tiempo Libre, como
ente rector, los entes departamentales, municipales y distritales que ejerzan las
funciones de fomento, desarrollo y práctica del deporte, la recreación y el
aprovechamiento del tiempo libre; los organismos privados, las entidades
16
mixtas, así como todas aquellas entidades públicas y privadas de otros
sectores sociales y económicos en los aspectos que se relacionen
directamente con estas actividades”. (Presidencia de la República, 1995, Art.50)

El sistema del deporte nacional al encontrar actores como el Ministerio del


Deporte4, los entes departamentales y municipales, articulan sus políticas de
fomento5, promoción, práctica, formación, entre otras. Bajo ese principio de
colaboración y descentralización, los entes privados, cumplen parte del fin
esencial y desarrollo constitucional desarrollado en el artículo 526 que fue
introducido al texto superior por el acto legislativo 02 del año 2000.

Bajo ese postulado constitucional además del fomento de la política pública en


materia deportiva, el Estado ejerce (bajo ese sistema nacional), las funciones
propias de inspección, vigilancia y control a aquellos entes u organizaciones
deportivas; no obstante, no se puede perder de vista que articulado el
olimpismo y en representación del Comité Olímpico Colombiano, este ejerce el
liderazgo y apoyo en programas, técnicos, y tecnologías (Researchgate, 2013,
p. 16) del deporte asociado que integra las ya mencionadas federaciones
nacionales, donde se articulan en su conformación, en ciertos casos de ligas o
clubes directamente, y a su vez, estas ligas integradas en el deporte asociado
y profesional de clubes deportivos y profesionales.

En ese orden, se realiza una gráfica para comprender la relación de la parte

4
Congreso de la República de Colombia (2019). Ley 1967 de 2019
5
Véase Artículo 46 de la Ley 181 de 1995
6
Artículo 52:
El ejercicio del deporte, sus manifestaciones recreativas, competitivas y autóctonas tienen como función
la formación integral de las personas, preservar y desarrollar una mejor salud en el ser humano. El
deporte y la recreación, forman parte de la educación y constituyen gasto público social. Se reconoce el
derecho de todas las personas a la recreación, a la práctica del deporte y al aprovechamiento del tiempo
libre. El Estado fomentará estas actividades e inspeccionará, vigilará y controlará las organizaciones
deportivas y recreativas cuya estructura y propiedad deberán ser democráticas.

17
pública del deporte nacional por medio del ente nacional en cabeza del
Ministerio del Deporte y los entes territoriales de esa naturaleza como la
articulación que existen con estructuras deportivas que nacen bajo la figura del
derecho privado y que se integran al Sistema Nacional del Deporte bajo el
reconocimiento deportivo que por ley se debe otorgar.

Figura 1.
Estructura del sistema nacional del deporte en Colombia.
SISTEMA NACIONAL DEL DEPORTE

ORDEN NACIONAL PÚBLICO: MINDEPORTE


ORDEN NACIONAL PRIVADO: COMITÉS OLIMPICOS
FEDERACIONES DEPORTIVAS NACIONALES
CLUBES CON DEPORTISTAS PROFESIONALES
COLOMBIANO

ORDEN DEPARTEMENTAL O DISTRTAL:


ENTES DEPARTAMENTALES O DISTRITAL
ENTES DISTRITALES DEL DERECHO PRIVADO: LIGAS
DEPARTAMENTALES
ASOCIACIONES DEPORTIVAS

ORDEN MUNICIPAL: ENTES MUNICIPALES DEL DERECHO


PRIVADO: CLUBES DEPORTIVOS CLUBES PROMOTORES

Fuente: Elaboración propia.

18
Ahora bien, dada esa estructura y conforme algunas funciones que se han
mencionado como la de inspección, control y vigilancia, esta resulta
determinante en la protección de garantías, lo que obliga, a realizar un
pequeño análisis de algunas exigencias de tipo legal, constitucional e incluso
jurisprudencial para que esos derechos fundamentales no se vulneren.

En ese orden, el Decreto Ley 1228 de 1995, por el cual se revisa la legislación
deportiva vigente y la estructura de los organismos del sector asociado,
dispuso en los artículos 6, 7 y 8 unos requisitos mínimos para aquellas
organizaciones dentro de la estructura privada del deporte, entre esos, los
estatutos. Este último acto fundacional y de vital estructura reserva a los
organismos deportivos facultades de autorregulación, entre las que
comprende, entre otras, la posibilidad de dotarse de sus normas disciplinarias
e incluso establecer unos parámetros de sanciones que en principio se deben
articular con las disposiciones privadas internacionales, tal y como se ha
expuesto conforme esa estructura y organización del deporte.

Estas normas comunes sin la cual un organismo deportivo no puede


pertenecer al sistema nacional del deporte, de cara al artículo 21 de la citada
norma deportiva, en cuanto a la estructura, establece unos parámetros de
participación democrática de los distintos actores, que, entre otras, se
relaciona con lo preceptuado por el artículo 52 constitucional. Quiere decir lo
anterior, que en la conformación de esos órganos de funcionamiento del ente
deportivo, en el cual, se destaca el órgano de disciplina o como un tribunal
deportivo, se entendería que, quienes conforman la base del club, liga o
federación pudieran discutir, socializar, y verificar que las normas deportivas
se armonicen con garantías superiores y se pudiera integrar tribunales como
el disciplinario de forma democrática y participativa, lo que en la práctica y

19
realidad, no sucede, pues se torna en una decisión que estando en cabeza del
órgano de dirección del ente, en la cual, los deportistas no tienen la
oportunidad de manifestarse al menos en la integración de esos tribunales,
sobre la calidad de personas que los conforman, lo que termina siendo una
contradicción y transgresión al numeral 2º y 3º del artículo 22 del citado
decreto.

Lo anterior, debería llevar a preguntarnos, si en efecto las finalidades de las


funciones de inspección, control y vigilancia de conformidad con los artículos
34, 35 y 36 del Decreto Ley 1228 de 1995, se enfocan en garantizar que
aquellos estatutos, reformas a los estatutos, reglamentos, codificaciones
deportivas, entre otras, cumplan con esos parámetros mínimos de garantías
que se armonicen con la constitución y la ley, so pena, de que la autoridad
administrativa del deporte avoque el conocimiento y revoque dichos actos que
pudieran ser manifiestamente contrarios a las normas superiores.

En ese sentido, cobra vital importancia atender que aquellas funciones de


inspección, vigilancia y control que se ha otorgado a entidades como el hoy
Ministerio del Deporte velen por el interés general, tal y como se ha señalado
en la sentencia C- 851 de 2013, en el cual, se ven sometidos miles o cientos
de deportistas de los distintos niveles a sujeción de distintas normatividades
deportivas sin verificar en grado de armonización que la una no se contraríe,
al menos, en fuente de garantías.

Y es que en la práctica, el hoy Ministro del Deporte no profiere actos


administrativos que aprueben códigos disciplinarios y normas de los
disciplinario deportivo velando porque esos reglamentos garanticen un real y
efectivo ejercicio de defensa de los deportistas o los otros sujetos sometidos

20
al ámbito de lo deportivo, lo cual se convertiría en caso de no cumplir ese
estándar de garantía en una doble omisión y violación a la norma superior, uno
por parte de quien crea el instrumento (ente deportivo) y otros el quien debería
inspeccionar y controlar que ese reglamento de acomode en control de
legalidad (Mindeporte). Lo que termina siendo una contrariedad a lo dispuesto
en el numeral 3º del articulo 37 del Decreto ley 1228 de 1995, cuando le
corresponde a la cabeza del sector deporte “aprobar los estatutos y
reglamentos” lo que termina siendo una mera formalidad en cuanto a la
obtención del reconocimiento deportivo, bajo la posible justificante que prima
la autonomía privada de las partes, pudiendo estas ser transgresoras de la
constitución y la ley.

Sobre el particular, existe importante precedente jurisprudencial de la Corte


Constitucional sentencia C-320 de 1997, que estudió los impactos que se
puede generar, al reconocer esos amplios márgenes de autonomía de los
entes privados deportivos en esa facultad de desarrollar distintos reglamentos
deportivos (como el disciplinario). Donde se ha sentado que, la Constitución
reconoce la amplia autonomía de las diferentes asociaciones deportivas, que
tienen la potestad de dictar distintas normas relacionadas con las actividades
deportivas. En principio, pues, es aceptable que la ley tenga en cuenta estas
facultades normativas de las federaciones deportivas nacionales e
internacionales en el ámbito deportivo. Sin embargo, es claro que estas
disposiciones no pueden desconocer los principios constitucionales ni violar
los derechos fundamentales de las personas (artículo 5 de C.P) porque la
Constitución es norma de normas (artículo 4 de C.P).

Por lo tanto, no se permite que los derechos constitucionales de los jugadores


o deportistas estén sujetos a estas decisiones empresariales (entes

21
deportivos), no solo porque se ignorará la primacía de la constitución y los
derechos individuales (artículos 4 y 5 constitucional), sino también porque el
abuso de la posición de dominio de estas asociaciones está prohibido, lo
que terminaría exponiendo problemas constitucionales como la imposibilidad
de contar con juicios justos, con una defensa técnica que atienda la realidad
del juicio deportivo, que esté dada por personal idóneo y capacitado para tal
fin; ya que resultaría inadmisible como bien dice la Corte que esas
regulaciones o la flat de control de las mismas termine afectando derechos
constitucionales de los deportistas en eventuales abusos y excesos de estos
tribunales disciplinarios, cuando no se les asignan abogado especializado en
lo deportivos para que ejerza la defensa del deportistas, cuando no cuenta
con los medios económicos para sufragarlo, costo que debería asumirlo el
ente deportivo o asumirlo una defensoría pública del deporte con cargo a la
nación, como a bien se pensó en el Tribunal Nacional Antidopaje que más
adelante se expondrá.

De ahí que siguiendo la línea de precedentes sobre sentencias de


constitucionalidad, establecieran unos límites a esa capacidad de
autorregulación de ciertos organismos deportivos, donde se pretenda de
alguna forma apartar el ámbito de regulación estatal constituyéndose en
palabras de la corte “zonas vedadas para la ley”. Puesto que, “Ni los derechos
fundamentales ni la autonomía de las organizaciones sociales, son absolutas.
Tampoco su reconocimiento inhibe la actuación del Estado. En el Estado social
de derecho, sus fines comprometen tanto a los actores públicos como a los
privados”. (Corte Constitucional de Colombia, 1997, Sentencia C-226, párr.71).
Siendo determinante para el tribunal constitucional , que la intervención del
Estado este encausada en exigir e imponer a las organizaciones deportivas
el respeto por la protección de los derechos fundamentales de todos sus

22
integrantes, pues, abusando estos organismos de sus mecanismos o
procedimientos al imponer reglas que atentan contra los principios
constitucionales y legales, aminorando las garantías del sujetos en especial
relación de sujeción a las normas del deporte, es lo que permitiría encontrar
una actuación activa del ente público de control quien debe velar porque esas
arbitrariedades no queden en un estado de “normalidad”.

Para ejemplificar lo antes dicho, se han presentado varios casos donde en


sede de tutela la Corte Constitucional ha ordenado a la autoridad
administrativa y jueces a inaplicar normas de inferior categoría cunado están
son transgresoras de la constitución, por no tener validez, cuando en ciertas
disposiciones de regulación del ámbitos internacional y nacional federativo se
impide o limita el derecho fundamental de ciertos deportistas a en acceder a
instancias judiciales ordinarias para reclamar derechos laborales, entre otros.
(Corte Constitucional de Colombia, 1998, Sentencia T-302).

De igual forma, respecto de la función de inspección, vigilancia y control que


ejerce el ministerio del deporte sobre los distintos organismos deportivos, en
su momento la Corte Constitucional al resolver un asunto de la Federación
Colombiana de Fútbol (F.C.F) y la División Mayor del fútbol profesional
(DIMAYOR) ; encontró errada la apreciación que la función de la autoridad
administrativa se circunscribiera solamente aprobar estatutos , sino que esa
competencia iba más allá, en eras de evitar autorizar ejercicios arbitrarios de
ciertas regulaciones que pudieran incidir en el deportista , ordenando el
ejercicio efectivo de control sobre los estatutos de estos organismos deportivos
dentro del marco de la constitución y la ley. (Corte Constitucional de Colombia,
2010, Sentencia T-740).

23
A pesar de esos precedentes, hoy se encuentran disposiciones deportivas
que son limitativas de derechos en los parámetros de la Corte Constitucional
como, por ejemplo, en el Código Disciplinario Único de la F.C.F establece en
su artículo 3 sometiendo exclusivamente las controversias ante los organismos
deportivos y tribunales reconocidos en los estatutos de FIFA , CONMEBOL,
TAS, entre otras, Impidiendo someter las disputas en tribunales ordinarios, so
pena de aplicar sanciones de tipo disciplinario como la establecida en el
artículo 118, de suspensión de la actividad deportiva relacionada con el fútbol
asociado por un periodo de seis (6) meses a 5 años para personas naturales
y suspensión de afiliación de tres (3) meses a un (1) años con personas
jurídicas u organismos deportivos.

De ahí que, se siga en una mala praxis o una eventual estrategia de choque
entre la lex sportiva y la lex pública, por imponer sus disposiciones del ámbito
federativo que, instrumentaliza en el régimen disciplinario de los organismo
deportivos exclusiones o limitaciones de derechos, bajo mecanismos de
intimidación como la aplicación de severas sanciones sin que exista un
verdadero control e inspección de los entes públicos encargados de la
vigilancia; convirtiéndose en una patente de corso para que aún se emplee el
régimen disciplinario como mecanismo disuasorio para apartar aquellos vistos
como contradictores a la regla estatutaria.

Lo que tiene fuerza de concluir, encontrando fallas desde lo sustancial al


encontrarse limitaciones o afectaciones al espectro de garantías para el
deportistas o sujeto disciplinable de lo deportivo, sin que en ella intervengan
en un ejercicio de participación las bases de quienes integran el organismo
deportivo, para que tengan la oportunidad de pronunciarse y objetar lo que
pueda ser una disposición que atente contra sus derechos; de igual forma, no

24
hay un efectivo acto que emprenda un control de legalidad adecuado y
armonizado a la constitución y la ley, lo que conlleva a determinar que, si hay
deficiencias desde lo sustancial, la garantía procesal de igual forma se verá
inmersa en un aspecto eminentemente formal o descriptivo sin que en la
práctica, se verifique que, quien está siendo sometido a un procedimiento
disciplinario, cuente con la defensa apropiada que impida de alguna forma el
abuso o la arbitrariedad que se cometen en estos escenarios de los deportivo.

1.3 PRINCIPALES ORGANIZACIONES INTERNACIONALES DEL


DEPORTE Y SUS TRIBUNALES DISCIPLINARIOS

En el contexto del derecho deportivo, una de las máximas de libertad de


asociación y expresión de lo no estatal son las constituciones de las
Federaciones Deportivas Internacionales o Asociaciones Internacionales que
agrupan algún deporte y sus distintas disciplinas. Bajo esa iniciativa o
autonomía de la voluntad privada, se encuentran organizaciones que adicional
a respetar y adherirse a los postulados de la Carta Olímpica, se regulan y se
otorgan sus normas de funcionamiento dentro de lo que deben ser organismos
democráticos. A pesar de su sujeción estricta a las disposiciones olímpicas,
no pierden su autonomía, independencia y monopolio del deporte que
agrupan, conforme se expresa en el Manual de Gestión para Federaciones
Deportivas (Brotóns, 2007).

Estas federaciones internacionales tal y como señala Palomar (2013, p. 34),


establece un reconocimiento exclusivo y excluyente donde la Federación
Nacional reconoce exclusivamente a la federación internacional y esta última,
le reconoce a su subordinada7, su representación en el respectivo territorio

7
Véase el siguiente ejemplo.
25
nacional. Esa capacidad de autorregulación y auto determinar sus propias
reglas de funcionamiento, de competencia, de juzgamiento, entre otras, se
derivan del control pleno que tienen de la organización y liderazgo en su
deporte lo que otorga según JACQ (como se citó en Camps, 2019, p. 7),
atribuciones de naturaleza legislativa y jurisdiccional. Esa capacidad es la que
se reconoce bajo un principio de universalidad con un poder de irradiación del
contexto internacional al nacional que se reconoce por los distintos
ordenamientos jurídicos donde cumplen su objeto estas federaciones.

Ese grado de autonomía y atribución, en paralelo al Estado, será lo que en el


contexto actual se denomina choque entre la lex sportiva y la norma pública,
lo que genera una contradicción o colisión. Lo que muchas veces obliga a
generar injerencias de los entes públicos o autoridades judiciales fuera del
contexto deportivo, suscitando fuertes conflictos sobre todo, cuando se mira el
contexto en el que nacen estas disposiciones internacionales, y tienen que
armonizarse no solo con tratados internacionales, convencionales, sino
también cuando existen pronunciamientos de tribunales ordinarios o cuando
en la autonomía y poder de configuración legislativa, cada estado se otorga
normas, bajo unos fines determinados.

En ese orden, un arista de ese choque de normas será el objetivo de las


siguientes líneas en cuanto a que se enfocará o al menos será una

Algunas Federaciones Internacionales no piden únicamente que la federaciones nacionales respeten sus
estatutos y reglamentos, sino que, además, obligan a que los estatutos y reglamentos de aquellas entren
a formar parte de los de estas y a modo de ejemplo podemos nombrar el artículo 48 de los estatutos de la
IAF, "Todas las Federaciones miembros afiliadas estarán sometidas a las obligaciones siguientes: )
insertar en sus estatutos y reglamentos las disposiciones exigidas por los Estatutos Reglas y
Reglamentos", o el artículo 6.2 de los estatutos de la Unión Ciclista internacional, que establece que
"Los reglamentos de la UCI deben estar recogidos en los correspondientes reglamentos de las
federaciones (Palomar, 2013, p.35).

26
aproximación de la aplicación de derechos fundamentales y garantías en el
deporte, analizado frente a las reglamentaciones internacionales emanadas de
las FI y replicadas por las FN, logrando determinar si en efecto, la defensa
técnica en una justicia tan especializada como la deportiva, se garantiza a la
luz de los procedimientos disciplinarios deportivos en especial, lo concerniente
al contexto nacional.

Considerando la importancia que trae para la investigación la pertinencia de


los tribunales internacionales del deporte, se trae a colación lo expuesto en el
capítulo 3.5 sobre el estudio de caso de falta de defensa técnica en donde se
resolvió a través de la Resolución 002 de la Comisión Disciplinaria del Ente
Privado Deportivo, suspender al ex dirigente deportivo por el término de 5
años, de todas las actividades relacionadas con el deporte del Voleibol a nivel
local, nacional e internacional.

1.4 LA LEX SPORTIVA FRENTE AL ORDENAMIENTO PÚBLICO

Al referirse a una categoría dogmática del derecho deportivo, la lex sportiva,


puede tener varias acepciones, entre esas: “ser el conjunto de normas y reglas
creadas por los entes deportivos que tienen por objeto la regulación de la
actividad”. (Queraltó, 2019, p. 5)

Como se ha referenciado anteriormente, una de las características principales


de las FI en su autonomía y grado de independencia para otorgarse sus reglas
deportivas, entre esas y en lo que interesa en esta monografía, reglas de
juzgamiento y procedimientos de carácter disciplinario que bajo el principio de
universalidad que rige al deporte, se busca la unificación de estas
disposiciones. Bajo ese sentido amplio del monopolio del deporte, no se puede

27
perder de vista que cada día se encuentran zonas grises, donde ese grado de
autonomía para la imposición, aplicación plena y efectiva de los distintos
reglamentos federativos se ven condicionadas a estudios jurisdiccionales de
los tribunales ordinarios de los distintos estados, cuando estas normas
deportivas entran en una profunda contradicción o en choque con una norma
pública.

En el mismo sentido, se encuentran distintas posiciones doctrinales y


jurisprudenciales de lo que puede denominarse “choque” o colisión 8 entra la
lex sportiva y las normas públicas. Queraltó, (2019, p. 5) expone:

“La lex sportiva es una especie de ley administrativa que incluye poderes
significativos como el de imponer sanciones. Está muy cerca de poder
calificarse como de derecho público. Lo interesante de la lex sportiva es la
eficacia y la experiencia y especialización. Lo “oscuro” es la ausencia de control,
la falta de transparencia y el riesgo de que la lex sportiva sea un hábil camuflaje
para afianzar el poder privado y evitar el escrutinio legal”.

Pero ese escrutinio o sometimiento al estricto estudio que deben hacerse de


las normas deportivas, cuando se irradian a un sector de la sociedad9 o grupo

8
El profesor Palomar expone en ampliación a ese punto que: El problema básico es que la actuaciónde las
Federaciones Internacionales se complica ya que al carecer de territorio tienen que desempeñar su
función en territorio que, conforme a las reglas de policía común, son las del Estado en que se desarrolla
la función. A partir de ahí se plantea en el plano teórico una eventual colisión de Ordenamientos, que
lleva a las Federaciones Internacionales u afirmar enfáticamente el respeto a las normativas nacionales.
Por tanto, en sus actuaciones, las Federaciones Internacionales deben respetar las legislaciones
nacionales de obligado cumplimiento, y en ese mismo informe podemos leer que las libertades
fundamentales garantizadas por el Tratado no se oponen, por lo general, a las medidas reglamentarias
de las asociaciones deportivas a condición de que dichas medidas sean objetivamente justificadas, no
discriminatorias, necesarias y proporcionales (Palomar, 2013, p. 35).
9
En sentido estricto, no existe una "política comunitaria del deporte". Ahora bien, el Derecho
comunitario europeo puede condicionar, y mucho, las normas internas de los Estados miembros e incluso
las reglas propias de las Instituciones deportivas, atendiendo a las siguientes vertientes: 1) la libertad de
circulación de las personas; en relación con la obligación de los Clubes y S.A. de aportar jugadores a las
Selecciones Nacionales; 2) las normas comunitarias sobre las libertades de establecimiento y libre
prestación de servicios; 3) las "reglas de competencia en el mercado único (Bermejo, 2020, p. 49).
28
de personas, no se puede desligar de la sujeción a normas superiores
públicas, convencionales o de garantías de derechos fundamentales. En ese
sentido, el profesor Bermejo (2020) expone la inminente regla de sujeción a la
constitución nacional y al resto de ordenamiento jurídico que se ratifica para
todos los poderes del Estado.

No obstante, la discusión no resulta pacífica ya que existen pronunciamientos


del Tribunal Arbitral del Deportes (TAS) que en grado de consulta sobre las
dificultades de interpretación que pueden derivarse a la hora de aplicar una
norma del contexto deportivo y que entra en contradicción con disposiciones
públicas, concluye que:

“Es cierto que algunas dificultades pueden surgir cuando una asociación
deportiva debe respetar tanto las prescripciones de los organismos deportivos
internacionales como las leyes y reglamentos de su país cuando hay
efectivamente contradicción entre ellas. En tal situación, y así lo ha indicado el
Tribunal Arbitral del Deporte en el avis TAS 94/128, el problema no puede ser
resuelto nada más que con la comprensión de los poderes públicos nacionales
gracias a su voluntad de facilitar a las personas morales y físicas de su país la
participación en el movimiento deportivo internacional. Estos poderes públicos
deberán entonces abstenerse, separada o conjuntamente, de tomar medidas
coercitivas molestas para la aplicación de las reglas del deporte internacional”
(Cañizares y Pérez, 2017, p. 13).

En consideración a lo anterior, se puede indicar que esa forma de aplicación de


la lex sportiva, si se quiere ver en una visión de incorporación vertical,
estrictamente se verá en una sujeción a las normas constitucionales y
convencionales. Ahora bien, si se tiene una mirada horizontal de disposiciones
que funcionan en paralelo, habrá un punto de intersección de las normas
públicas superiores cuando se trate de aplicar elementos de garantismo y
efectivizar más los derechos entrando en una cuestión de prohibiciones y
obligaciones (Ferrajoli, 2016).

29
En ese orden, a pesar de que se reclame grado de independencia, y debe ser
así por la aplicación de esa categoría dogmática del deporte, es incuestionable
que en aspectos de garantías superiores y más cuando se trate de sistemas
disciplinarios, estos no se sometan a una estricta revisión. Esto conllevará a
lograr determinar si efectivamente algunas normas procesales aplicadas
desde el reglamento disciplinario deportivo propenden por un garantismo,
especialmente en lo referente al derecho de defensa.

1.5 GENERALIDADES DE LA LEY 49 DE 1993 RÉGIMEN DISCIPLINARIO


DEPORTIVO DE COLOMBIA

Finalmente y guardando semejanza con la temática expuesta líneas arriba, se


considera pertinente para la investigación mostrar su relación con el caso
presentado como falta de defensa técnica en el capítulo 3.5 del presente
trabajo en cuanto a la acción disciplinar para los deportistas, dispuesta en el
código y el procedimiento disciplinario aplicado al dirigente deportivo de cara
a la Ley 49 de 1993 y el mismo código de la Federación Colombiana de
Voleibol.

Se tiene entonces que, la Ley 49 por el cual se estableció el régimen


disciplinario del deporte, tiene como objetivo al ámbito deportivo, que se
preserve la ética deportiva, el decoro en la competición y fuera de ella, la
disciplina que se exige al deportista, al dirigente y personal de apoyo que
pertenezcan al ámbito de sujeción de la norma; además, sirve de marco para
dar cumplimiento a las normas propias de la competición.

Otro aspecto importante de esta norma disciplinaria tiene que ver con su
campo de aplicación, cuyos efectos son extendidos a las infracciones, reglas

30
de juego, de la competición que emanan de las disposiciones privadas de los
entes deportivos privados que guardan sincronía y armonización con las
disposiciones federativas internacionales, entiendo que la misma puede tener
un ámbito de aplicación aun, cuando la infracción se cometa en competición
internacional.

Como en las variadas normas disciplinarias que se tienen en el ordenamiento


jurídico interno, se pretendió por el legislador, aproximar o significar de manera
general el concepto de infracción, que en deporte reviste diversas formas en
la que se puede generar la misma por conducta de diversos actores, y que
persiguió sobre ese mismo concepto, una coherencia para no distorsionar con
las reglamentaciones internacionales.

En igual sentido, bajo lo que podría señalarse parte de principios que rigen
este marco normativo, se encuentran el desarrollo del principio de legalidad,
lex praevia - lex certa, en el cual se soporta la capacidad de disciplinar y
sancionar por la comisión de una infracción, naturaleza como se ha expuesto
reviste de distintas matices en las organizaciones del deporte nacional e
internacional; sin embargo, resulta determinante en un proceso de
característica sancionatoria, el apartado de derecho defensa que debe atender
con estricto rigor quienes ejerzan en los respectivos tribunales o comisiones
disciplinarias como instructores y juzgadores que este mínimo de garantía se
haga efectivo. Además del derecho de audiencia, de la contradicción con lo
que implica libertad probatoria y la favorabilidad pro disciplinable.

Otro aspecto a resaltar dentro de estas generalidades del régimen disciplinario


del deporte, atiende al factor de competencia que tienen distintas “autoridades
disciplinaria” como los jueces, árbitros, directores de eventos, jefes de

31
disciplina, tribunales de clubes, ligas, federaciones, comisiones como la
general disciplinaria, entre otros actores, que deben saber con claridad su
parámetro de competencia, si es una situación derivada en el desarrollo de
una competencia o por fuera de esta, si las mismas se deben al deporte
profesional aficionado o de otra clasificación según los dispone la Ley 181 de
1995.

Ahora bien, este marco normativo estableció una obligación a todos los entes
deportivos y pertenecientes al sistema nacional del deporte para que
adecuaran y expidieran en el ámbito de su autonomía privada los códigos de
su disciplina con unos contenidos mínimos obligatorios, relacionados a una
adecuada tipificación de la faltas o infracciones, principios que deben regir en
la actuación disciplinaria, categorizar las infracciones en leves, graves y muy
graves, la garantía y principio de Non Bis in Idem, criterios de proporcionalidad
frente a las sanciones, favorabilidad con efectos retroactivos, eximentes de
responsabilidad, criterios de atenuación o agravación frente a la determinación
de la responsabilidad, prescripción de las sanciones e infracciones, extinción
de la responsabilidad disciplinaria, los recursos contra las decisiones que se
adopten y sus efectos, condiciones generales mínimos en cuanto a los
procedimientos disciplinarios, valor probatorio de actas e informes de árbitros,
términos para la solicitud, decreto y prácticas de pruebas, medios de prueba,
sistema de notificaciones, entre otras disposiciones de índole procesal.

Un aspecto que se acotó en la Ley 49 de 1993 que suscita la atención del


planteamiento del presente escrito, se revela en el artículo 34 que refiere al
trámite de la acción disciplinaria, una vez es puesto en conocimiento del
tribunal o comisión, esté al determinar con precisión los hechos
disciplinariamente relevantes y considerar las posibles infracciones, esa

32
“formulación previa de cargos” deberá ser notificada, ya sea personalmente o
por aviso, caso en el cual, una vez se surta dentro de los 5 días siguientes la
incomparecencia del sujeto disciplinable ante el respectivo tribunal o comisión,
se procederá con una designación de un defensor de oficio.

Resulta que el parágrafo de la citada disposición impone tanto a los tribunales


disciplinarios deportivos de los clubes, ligas, divisiones, federaciones en
especial, formar una lista de personas que puedan ser designadas defensores
de oficio.

Lo que a primera vista resultó ser un acierto del legislador por cuanto buscó
en principio, garantizar el ejercicio de defensa y contradicción; no obstante, la
dimensión de la garantía pareciera más sobre la condición que se pudiera dar
de “persona ausente”, más que una garantía de contar con una defensa
técnica que se le pueda brindar en un amparo o en solicitud ante la falta de
una adecuado ejercicio de defensa material o técnica por desconocimiento la
calificación que puede tener el sujeto en sujeción a las normas deportivas, lo
cual resulta ser una deficiencia normativa sobre la garantía del disciplinable si
se atienden los criterios de especificidad del deporte y otros asuntos que
revisten complejidades en un campo que requiere de una supra especialidad
como los asuntos de dopaje entre otros.

De ello resulta necesario admitir que la realidad demuestra que son muy pocos
los que han estructurado las listas de defensores ante la posible ausencia del
disciplinable, obligación que no está siendo acatada y menos garantizada por
los órganos de control y vigilancia como el Ministerio del Deporte; surge
también la dificultad de estructurar listas de defensores sin que los mismos
sean idóneos y calificados para asumir un procedimiento especial disciplinario

33
como el deportivo, lo cual no se puede suplir o creer que se garantiza con la
simple estructuración de listas de abogados titulados y con tarjeta vigente sin
verificar sus competencias profesionales y determinar si en su saber se cuenta
con los conocimientos necesarios para asumir un encargo para el cual se
puede no estar preparado, razón de contar con defensa técnica o
especializada.

En consecuencia, encontrar escenarios donde se pueda disciplinar a una


persona indocta sin el mínimo de formación legal, como puede ser el caso de
un deportista o un miembro de un órgano de administración de un ente
deportivo, por ejemplo, un dirigente; menoscaba el derecho de defensa,
cuando éste actúa en el proceso disciplinario deportivo intentando defenderse
de unas infracciones que pueden conllevar a una sanción que está tipificada
en un procedimiento reglado, sin contar ni verificarse que la defensa técnica
se eleve como un elemento estructural como garantía del debido proceso, lo
que dejaría orbitando al disciplinable en un espacio para la arbitrariedad, la
parcialidad, juicio injusto, sancionando y acabando con las carreras deportivas
o de otra clase.

34
2. CAPÍTULO 2: LAS GARANTÍAS PROCESALES EN EL DERECHO
DISCIPLINARIO DEPORTIVO

2.1 LA NECESIDAD DE UNA JUSTICIA ESPECIALIZADA EL TRIBUNAL


ARBITRAL DEL DEPORTE (TAS)

Como se ha logrado abordar, la aplicación y el margen de irradiación que tiene


la lex sportiva bajo esa característica de universalidad e internacionalización
(Camps,2019, pág. 8) obligó en el proceso evolutivo y normativo del deporte
internacional a tener que buscar una solución práctica en la aplicación de los
denominados mecanismos alternativos de resolución de conflictos, entre los
que se encuentra el arbitraje, que lograra brindar no solo una justicia más
expedita10, característica clara de este mecanismo, pero que se buscaba
claramente como señala Javaloyes (2013, p. 99), atajar los numerosos casos
que se venían resolviendo en la justicia ordinaria de los diferentes estados,
encontrándose decisiones inadaptadas y manifiestamente contrarias a las
características o particularidades del deporte.

Dicho esto, desde el seno del COI y de las FI, se venía reclamando una justicia
propia al mundo del deporte, una justicia con un grado de independencia que
permitiera excluir el foro de resolución de conflictos en los tribunales
ordinarios, evidentemente poco preparados en el campo deportivo, y con el
agravante de una justicia lenta, que no se suma a las dinámicas y urgencias
del tráfico jurídico propio del derecho deportivo.

10
La celeridad es una nota esencial en el arbitraje y se basa en el hecho de que el procedimiento arbitral
es, en esencia, un procedimiento flexible y con menos etapas “burocráticas” que aquellas que se pueden
observar en la justicia ordinaria (Ortega, 2014, p. 3).

35
Esa imperante necesidad de contar con una justicia especializada, es lo que
llevó hacia el año 1981, que se gestara la creación del TAS o CAS (por sus
siglas en inglés), con tres motivos principales conforme señala Rigozzi (como
se citó en Javaloyes, 2013, p. 100): “1, el deseo de autonomía de las
entidades deportivas; 2, los riesgos económicos relacionados con la
intervención de los tribunalesestatales en los litigios deportivos y 3, la voluntad
del Estado”.

Ahora bien, pasadas múltiples consideraciones de cambio, poco dinamismo


conociendo casos11 desde su creación, pasando por importantes reformas que
hiciera prevalecer la autonomía e independencia de este tribunal ratificada en
la llamada convención de París12, permitió que se comenzara a implantar
diversas reformas a los estatutos de las FI, por ende, de la distintas FN que
dieran cuenta de dicho reconocimiento expreso o excepcional en algunos
casos como el de la Federación Internacional de Automovilismo, incorporando
las denominadas cláusulas compromisorias y aplicación del reglamento 13
institucional del TAS. Sin entrar en un profundo análisis de la naturaleza,
creación, reglamento y otras consideraciones propias de este tribunal arbitral,
resulta importante acotar la cuestión, ¿Qué implica un tribunal o de justicia
especializada como el TAS?

11
En 1986 el TAS conoció́ 2 asuntos; 8 en 1987; 12 en 1988; 9 en 1989; 13 en 1990; 18 en 1991 y 25 en
1992
12
El preámbulo de la Convención expuso que: dans le but de faciliter la résolution des litiges dans le
domaine du sport, il a été créé une institution d’arbitrage dénommée Tribunal Arbitral du Sport, et que,
dans le but d’assurer la sauvegarde des droits des parties devant le TAS ainsi que l’entière indépendance
de cette institution, les parties ont décidé d’un commun accord de créer une Fondation pour l’arbitrage
international en matière de sport, désignée par Conseil International de l’Arbitrage en matière de Sport,
sous l’egide duquel sera désormains placé le TAS (Javaloyes, 2013, pág. 106).
13
Ver la R27 Código de Arbitraje del Deporte. Disponible en Internet
en: https://www.tas-cas.org/fileadmin/user_upload/Codigo_del_TAS_2021 ESP_.pdf
36
Para absolver este interrogante es pertinente indicar si la composición del TAS
reviste garantías no solo de independencia, debe garantizar la especialidad de
los miembros que la componen. En ese punto, el Consejo Internacional de
Arbitraje del Deporte (CIAS) como ese cuerpo colegiado, compuesto de
expertos juristas14 en especial, relacionados con el deporte, razón misma de
la regla de postulación, nombramiento y composición. De manera que los
árbitros que componen el tribunal deben tener la misma exigencia de
especialidad, lo que se puede ver con absoluta claridad en la regla S1415

“Al constituir la lista de árbitros del TAS, el CIAS deberá nombrar a personas
que tengan la formación jurídica adecuada, competencia reconocida en el ámbito
del derecho deportivo y/o el arbitraje internacional, buenos conocimientos del
deporte en general y un buen dominio de, al menos, uno de los idiomas de trabajo
del TAS, cuyos nombres y cualificaciones serán puestos de manifiesto al CIAS
especialmente por el COI, las FI, los Comités Olímpicos Nacionales (CNO) y
por las comisiones de deportistas del COI, las FI y los CNO. El CIAS podrá
identificara árbitros que tengan una especialización particular para tratar cierto
tipo de controversias. Al elaborar la lista de mediadores/as del TAS, el CIAS
nombrará a personas con experiencia en mediación y buenos conocimientos
del deporte en general”.

Es incuestionable que de una lectura simple, un elemento esencial de una


justicia especializada, tiene que ver con las calidades de los miembros que
integran el tribunal, que no solo basta ser jurista o tener formación en derecho,
sino que debe tener un grado de competencia, que para el tema abordado es el
ámbito del derecho deportivo y el arbitraje internacional, adicional, se deben
tener adecuados conocimientos del deporte, ya que las distintas situaciones
que presenta el contexto deportivo conlleva a determinar, en grado de
especialidad, el actuar frente a normas que son propias a las reglas de

14
Véase la regla S4 del Código y Estatutos del CIAS. Disponible en Internet: https://www.tas-
cas.org/es/cias/codigo-estatutos-del-cias.html
15
S14 Código y estatutos del CIAS. Disponible en Internet: https://www.tas-cas.org/es/cias/codigo-
estatutos-del-cias.html

37
funcionamiento del organismo deportivo, reglas disciplinarias, las infracciones
propias del dopaje, lo que permitirá saber ante qué cámara y bajo qué reglas
se acuden al arbitraje16.

Aunque, no cabe duda del requisito de especialidad que deben tener los
miembros del TAS o quienes impartirán justicia como árbitros, en el contexto
propio del proceso17 aplicado a resolución de conflictos en el deporte, por el
contrario, el mismo Código del Tribunal Arbitral en su R30, dispone:

“R30 Representación y asistencia. Las partes pueden ser representadas o


asistidas por personas de su elección. Los nombres, direcciones postales,
direcciones de correo electrónico, números de teléfono y de fax de las personas
que representen a las partes deberán comunicarse a la Secretaría del TAS, a
la otra parte y a la Formación una vez que haya sido constituida. Toda parte
representada por un abogado o por otra persona, deberá́ presentar una
confirmación escrita de dicha representación ante la Secretaría del TAS”.
(Tribunal Arbitral del Deporte, 2020)

De suerte que el código respeta prima facie, una garantía fundamental al


derecho de defensa al indicar que las partes sean representadas o asistidas
por personas de la confianza sin más requisitos o calidades adicionales a
demostrar dicha representación. Está claro que por lo menos en lo referente a
la garantía superior ante el TAS, justicia especializada, pareciera que
cualquier persona con formación jurídica podría en principio acudir y ejercer
una defensa de un deportista o actor inmerso en el ámbito deportivo, situación
que sea de paso indicar, entraría en una contradicción con categorías
desarrolladas a lo atinente a la defensa técnica o especializada.

16
Regla S20, El TAS se compone de tres cámaras: la Cámara de Arbitraje Ordinario, la Cámara
Antidopaje y la Cámara de Arbitraje de Apelación.
17
(…) conjunto de actos coordinados que se ejecutan por o ante los funcionarios competentes del órgano
judicial del Estado, para obtener, mediante la actuación de la ley en un caso concreto, la declaración, la
defensa o la realización coactiva de los derechos que pretendan tener las personas privadas o públicas
(…) (Echandia, 2004, p. 155).

38
Lo anterior, es un aspecto que se suma a la crítica que se le hace del TAS
cuando se relacionan otros déficits a un procedimiento más garantista como
señalan Cañizares y Pérez (2017) que obedecen a una mejor órbita de
independencia e imparcialidad de los árbitros, por la forma como se integran
la lista y los conflictos de interés que estos pueden en su momento dado,
reflejar con asuntos de grandes oficinas de abogados en lo deportivo, además
de la dependencia financiera de este tribunal de lo deportivo, aspectos como
la publicidad de las sesiones o de las audiencias en situaciones tan sensibles
como el dopaje en el cual entran en tensión la afectación de derechos
fundamentales, entre otras, que se espera en ese ámbito de autorregulación y
garantías se adecúe para dotar de mayores garantías una justicia deportiva
que cada vez tiene más miradas y no escapa de la polémica.

Asimismo, la puesta en marcha de estas instancias internacionales del deporte


terminan siendo una barrera adicional para muchos deportistas, quienes no
cuentan con los recursos una vez queda impuesta una sanción, lo que puede
socavar su posibilidad de recurrir ante estas instancias, derivando en finiquitar
la carrera o actividad deportiva, pues el solo hecho, de saber acudir en
términos procesales y pedir un amparo, es una noción que pocos abogados
saben ante la falta de especialidad, y los tribunales disciplinarios nacionales
no exponen, ni garantizan al sujeto sancionado la vía de recurrir, incluso, a
coste cero. Lo que termina siendo una justicia económicamente rogada.

2.2 PRINCIPIO DE IGUALDAD DE LAS PARTES ANTE EL PROCESO

Cuando se aborda el asunto de aplicación de principios18, y más en materia

18
Al respecto dice Robert Alexy:
39
procesal, es obligatorio acudir a aquellos en los cuales se fundan y se
sustentan la gran mayoría de ordenamientos y disposiciones procesales; sin
embargo, no se pretende hacer de este punto un recuento extenso sobre la
mayoría de los principios, propio de una introducción o teoría general del
proceso. Lo que si interesa, es poder acudir a aquel principio que se considera
adecuado a la hora de evaluar las posiciones de las partes en un sentido
amplio cuando están inmersos en una relación jurídica procesal.

En ese orden, el principio de igualdad de las partes en el proceso, deriva en el


derecho de igualdad ante la ley, emanada de las disposiciones convencionales
y constitucionales, donde se busca por esa máxima de garantía y oportunidad
que gozan las partes ejercidas en su rol o defensa de intereses. También, se
debe destacar que esa máxima de igualdad predica que en la práctica
procesal, se evidencie en la exigencia de contar con una adecuada asistencia
y representación legal que tal y como señala el maestro Echandía (2004, pág.
57), se le debe otorgar a los más débiles una oportunidad de verdadera
defensa.

Ahora bien, esa igualdad no solo implica la aplicación de simple asistencia


legal19, que bien se puede predicar de ciertas actuaciones judiciales donde

(…) los principios son normas que ordenan que se realice algo en la mayor medida posible, en relación
con las posibilidades jurídicas y fácticas. ¡Los principios! son, por consiguiente, mandatos de
optimización que se caracterizan por que pueden ser cumplidos en diversos grados y porque la medida
ordenada de su cumplimiento no sólo depende de las posibilidades fácticas, sino también de las
posibilidades jurídicas. El campo de las posibilidades jurídicas está determinado a través de principios
y reglas que juegan en sentido contrario. (…) (Alexy, 2006, pp. 13-14).
19
Artículo 29:
El debido proceso se aplicará a toda clase de actuaciones judiciales y administrativas. Nadie podrá ser
juzgado sino conforme a leyes preexistentes al acto que se le imputa, ante juez o tribunal competente y
con observancia de la plenitud de las formas propias de cada juicio. En materia penal, la ley permisiva
o favorable, aun cuando sea posterior, se aplicará de preferencia a la restrictiva o desfavorable. Toda
persona se presume inocente mientras no se la haya declarado judicialmente culpable. Quien sea
sindicado tiene derecho a la defensa y a la asistencia de un abogado escogido por él, o de oficio, durante
40
las propias formas del juicio, los asuntos, los temas técnicos, entre otros
pueden ser abordados por profesionales del derecho que simplemente se les
exige su postulación20 y mandato, sin entrar a valoraciones de su pericia o
grado de especialidad. Lo que permite en cierto grado y de cara a la norma
constitucional, tener ese grado de garantía al derecho de defensa, bien sea,
porque escogió a su abogado de confianza, se le asignó uno por defensoría
pública o bien porque en el mismo tipo de proceso, la defensa la pueda hacer
en ciertos casos y sin abogado, el directo interesado.

Dicho lo anterior, surge la necesidad de entender por qué se habla de una


defensa técnica, qué se ha desarrollado frente a este concepto de garantía de
defensa, para luego abordar otros aspectos relacionados al derecho
disciplinario deportivo como fue el estudio de caso de la falta de defensa
técnica en el proceso disciplinario en donde y conforme los hallazgos
reflejados en este caso en donde el sujeto disciplinado convirtió el deporte en
su principal fuente de ingresos y de recursos para él y su núcleo familiar

la investigación y el juzgamiento; a un debido proceso público sin dilaciones injustificadas; a presentar


pruebas y a controvertir las que se alleguen en su contra; a impugnar la sentencia condenatoria, y a no
ser juzgado dos veces por el mismo hecho. Es nula, de pleno derecho, la prueba obtenida con violación
del debido proceso (Const, 1991).
20
Véase lo dicho por la Corte Suprema, en cuanto:
No basta con el que la procesada se halle nominalmente asistida por un profesional del derecho, sino que
se requiere que este sea idóneo para el desempeño de su labor, pues solo de esta forma procurará una
óptima defensa de sus intereses y dotará de legitimidad la determinacióń n judicial, sin importar el
sentido de ella (Corte Suprema de Justicia., 2017, Radicado No. 48128).
41
3. CAPÍTULO 3: LA GARANTÍA DE LA DEFENSA TÉCNICA (APORTES
CRÍTICOS)

La categoría de defensa técnica conlleva a buscar una definición legal o


constitucional dentro del ordenamiento jurídico colombiano, la cual, no trae
expresamente o desarrollado un concepto propio. Esta claramente se enmarca
como se ha dicho anteriormente, en el derecho fundamental de defensa. Ahora
bien, el desarrollo jurisprudencial que ha tenido el abordaje puntual de la
defensa técnica y más específicamente, en materia penal, permitirá abordar
aspectos importantes de cara a comprender qué implica o bajo qué posibles
escenarios, esa exigencia de garantía, se podría optimizar los procedimientos
disciplinarios del deporte.

La Corte Suprema de Justicia de Colombia (CSJ), en su Sala Penal, ha


realizado un importante abordaje del tema señalando aspectos que resultan
de gran importancia de cara a garantizar la defensa del procesado y buscar
una mayor igualdad de armas entre las partes. Es así como el alto tribunal ha
entendido que, bajo la lógica del sometimiento de una persona a un proceso
penal, el derecho de defensa, presenta distintas aristas tanto en la defensa
técnica como la defensa material, presentando variadas oportunidades y actos
que revisten el contexto propio del sistema penal (Corte Suprema de Justicia,
2015, AP6357).

De modo que se imprime una obligación al juez del proceso, en situaciones


manifiestamente evidentes, palpables a todas luces, que en el evento de que
el defensor asignado por la parte procesada o de oficio, no desarrolla unas
labores, actividades que le permita generar una condición de igualdad en el
contradictorio respecto de la contraparte y frente al operador especializado,

42
debe surgir de inmediato la advertencia al procesado de una flagrante falta de
condiciones para ejercer una defensa técnica. Sobre este mismo aspecto, la
sala penal de la CSJ ha señalado:

“Es flagrante el desconocimiento de la igualdad de armas cuando quien asume


la defensa técnica no conoce la dinámica del proceso pues con ello
materialmente está impidiendo asegurar el contradictorio. No es garantista que
existan oportunidades procesales, sino que debe propiciarse la paridad de los
contradictores, de donde la presencia de un abogado en calidad de defensor no
es suficiente ni per se determina la existencia de defensa y realización plena del
principio contradictorio” (Corte Suprema de Justicia de Colombia, 2008, Rad.
27283, p.16).

Sumado a lo anterior, el Alto Tribunal en un referente jurisprudencial


fundamental, citado en la sentencia emita por la Corte Suprema de Justicia
(2017, Radicado No. 26827, p.19), destaca tres elementos que debe reunir el
derecho a la defensa técnica como garantía constitucional y que posee tres
características esenciales: ser intangible, real o material y permanente, en todo
el proceso21. Estos tres aspectos que se deben cumplir en la defensa técnica,
muchas veces se pasan por alto, ya que se parte que la confianza depositada
en principio al abogado defensor escogido por la parte, enmarcado en una de
las características descritas. Situación que en el ordenamiento nacional se
omite por el operador jurídico y por el mismo procesado, aún más por los
abogados, a pesar de encontrar disposiciones del código deontológico del
abogado que relaciona especialmente como una falta a la lealtad con el cliente
establecida en el literal i22 del art. 34 de la Ley 1123 de 2007 (Congreso de

21
Desarrolla la Corte las tres características, así:
a) La intangibilidad está relacionada con la condición de irrenunciable, por lo tanto, en el evento
de que el imputado no designe su propio defensor, el Estado debe procurárselo de oficio; material o real
porque no puede entenderse garantizada por la sola existencia nominal de un defensor profesional del
derecho, sino que se requieren actos positivos de gestión defensiva y finalmente la permanencia conlleva
a que su ejercicio debe ser garantizado en todo el trámite procesal sin ninguna clase de limitaciones.
22
b) Aceptar cualquier encargo profesional para el cual no se encuentre capacitado, o que no pueda
atender diligentemente en razón del exceso de compromisos profesionales.
43
Colombia, 2007).

Es notable resaltar frente a lo dicho por la Corte Suprema, la evidente


vulneración al principio de igualdad entre las partes dado que se desconocen
lasdinámicas propias del proceso; es decir, la asignación de un abogado de
confianza23 o de oficio, de entrada no le garantiza a un procesado (en variados
contextos, adicional al penal), que se surta una adecuada garantía de defensa
técnica24 y debido proceso, como en el caso que más adelante se abordará a
manera de ejemplo, respecto de algunos asuntos en el deporte, tan complejos,
cuando se ejerce la defensa de procedimientos disciplinarios derivados de una
infracción a las normas antidopaje.

De ello resulta, si a la luz de la dogmática y desarrollos jurisprudenciales en el


campo penal, sistema de última ratio, donde la preponderancia en las garantías
tiene que intensificarse, ya que de por medio se encuentra en juego la
responsabilidad penal que puede derivar en la privación de derechos
fundamentales como la libertad, entre otros; situación que puede tener un
margen de intensidad igual cuando se puede acabar con la carrera de un
deportista o dirigente por una sanción disciplinaria.

23
c) No queda duda que el derecho a la asistencia jurídica cualificada durante la investigación y
juzgamiento escogida por el procesado o provista por el Estado se encuentra consagrada como garantía
fundamental, por lo tanto adquiere la doble connotación de requisito procesal toda vez que los
funcionarios judiciales tienen la obligación de velar por su ejercicio que no se basta con la designación
sucedánea cuando el acriminado no cuenta con un abogado de confianza sino que se prolonga con la
vigilancia de la gestión a fin de que la oposición a la pretensión punitiva del Estado se amolde a los
parámetros de diligencia debida en pro de los intereses del sujeto pasivo de la acción judicial penal.(…)
(Corte Suprema de Justicia., 2006, Radicado No. 20345).
24
Sobre el mismo aspecto la Corte Suprema, expone.
(…) el derecho de defensa constituye la excepción al principio de convalidación de actos irregulares. En
caso de vulneración del derecho de defensa no opera la convalidación, de modo que para subsanar la
vulneración de esa garantía superior se impone invalidar todo lo actuado (…) (CorteSupremadeJusticia,
2002, Radicado No. 11079).
44
De suerte que, si dentro del campo de Ius Puniendi, donde se encuentra no
solo el derecho penal, también el derecho disciplinario, esas máximas de
garantías que se predican de una exigencia y derecho a una defensa técnica no
puede ser solo asidero para el escenario de lo punitivo, resulta esencial, que
esa condición sometida a la contienda e igualdad de las partes, cuente con
una defensa25 que en palabras de Ferrajoli (995), esté dotada de los mismos
poderes y con capacidad tal y como se reviste quien asume el poder de la
acusación.

En ese orden, recientemente la Corte Constitucional en pronunciamiento y


estudio sobre la facultad que le reviste a la persona disciplinable en
procedimiento de tribunal ético médico de optar por una defensa técnica en
dicho trámite disciplinario, se enfocó en el argumento del accionante donde
referenció que:

(…) “puede ser ejercida únicamente por quien es abogado y en caso de conflicto
o controversia entre el abogado y el médico disciplinado prevalecen los criterios
del abogado porque la Constitución y la ley entienden que es el profesional que,
de mejor forma, puede garantizar los derechos de su cliente por poseer los
conocimientos especializados” (…). (Corte Constitucional de Colombia, 2021,
Sentencia C-064, párr.82)

Lo anterior con sustento en la tesis que, la expresión “podrán” contemplada en


el artículo 77 de la Ley 23 de 1981: “Por la cual se dictan normas en materia
de ética médica” (MinEducación 1981), data de aquella facultad que se le
otorga tanto a la disciplinable como al que está realizando la instrucción y
juzgamiento del asunto con incidencia disciplinaria, ya sea por lograr optar por

25
Expone Ferrajoli, (1995, p.614):
(…) Naturalmente, defensa técnica obligatoria no quiere decir que la asistencia de un abogado dotado
de capacidad profesional sea una obligación para el imputado, sino que es un derecho, al que puede
renunciar libremente, sin perjuicio de la obligación del estado de asegurarla gratuitamente si aquél no
dispone de medios para beneficiarse de ella. (…).
45
una defensa técnica o “especializada”, es decir, se reciba la asistencia
procesal por un abogado defensor, que no se desconozca la defensa técnica
como elemento esencial del derecho de defensa.

En ese importante ejercicio de comparación entre el derecho penal y el


disciplinario sancionador resaltó la Corte que, mientras el ámbito penal tiene
como finalidad la protección de un orden social y colectivo, el derecho
disciplinario, busca asegurar la prevalencia de los valores del ordenamiento
jurídico, frente al acatamiento de una disciplina (Corte Constitucional de
Colombia, 2021, Sentencia C-064, párr.107).

Sobre la misma línea comparativa, la Corte expone en un sucinto recuento


jurisprudencial que al inicio, la postura del este alto tribunal favoreció la postura
de hacer extensible las garantías del derecho penal al disciplinario; sin
embargo, la misma Corte fue modulando esta postura en la medida que los
procedimientos tienen sus propias singularidades que les permiten hacer
efectivo la garantía de debido proceso de manera diferenciada de cara a los
sujetos que intervienen y los efectos jurídicos que se producen en ambos
procedimientos (Corte Constitucional de Colombia, 2021, Sentencia C-064,
párr.108).

A renglón seguido cita la Corte Constitucional un precedente de la Corte


Interamericana de Derecho Humanos, en un análisis de convencionalidad
respecto de las garantías judiciales, que se concretan en dos posiciones, valga
decir, encaminadas al garantismo judicial y no judicial en estricto sentido,
cuando se indicó que, la disposición del numeral 2º del artículo 8º de la
Convención Americana, esas garantías mínimas, se aplican en distintos
órdenes y que el individuo tiene derecho al debido proceso en los parámetros

46
del derecho penal en la medida que se puedan aplicar al procedimiento
respectivo.

Posteriormente asume este tribunal internacional, que las garantías del


artículo 8º convencional se deben garantizar en sus mínimos cuando se tomen
decisiones que afecten los derechos de las personas por autoridades no
judiciales, teniendo presente que no es el mismo nivel de intensidad en cuanto
a exigibilidad que se le hace a una autoridad judicial, de tal manera que,
las decisiones que se tomen en torno a ese procedimiento, no se
enmarquen en la arbitrariedad (Corte Constitucional de Colombia, 2021,
Sentencia C-064, párr.118-119).

Asimismo, el artículo constitucional 26 desarrolló frente a esa libertad de


escogencia de profesión u oficio, la posibilidad que dentro de ese margen de
limitación que puede existir por parte del Estado, se pueda dotar de vigilancia
e inspección de ciertas disciplinas, ya sea por medio de autoridades públicas
o por particulares que se podrán sujetar a reglamentos o codificaciones
sometidas a una ley disciplinaria general y abstracta, que atienda las
implicaciones y responsabilidades que se tienen con la comunidad, la sociedad
y el Estado (Corte Constitucional de Colombia, 2021, Sentencia C-064,
párr.123).

De igual modo, la facultad del legislador de legislar regulando el actuar ético,


comportamental o de otra clase de ciertas profesiones, oficios o actividades,
son el punto de partida para comprender qué busca el mismo constituyente
derivado, cuando se trata de establecer procedimientos disciplinarios que
tienen de cierto modo transcendencia social, que si bien, no pueden estar
sometidos al rigor de la materia penal, si se deben respetar y hacer cumplir

47
garantías Ius Puniendi fundamentales como el debido proceso y el derecho de
defensa.

Ahora bien, siguiendo esa línea de análisis respecto de la defensa técnica en


materia disciplinaria, la Corte Constitucional en la sentencia ut supra, relaciona
de manera transcendental las diversas posturas que se han acogido desde
organismo internacionales de garantías de derechos fundamentales como a
Observación General No. 32, expedida por el Comité de Derechos Humanos
de la ONU que fijó los alcances del artículo 14 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, buscando que los Estados garanticen de alguna
forma la asistencia que ellos denominan “letrada” a otros asuntos además de
los penales, cuando no se cuenta con los recursos económicos siendo una
obligación a realizar dicha asistencia.(Corte Constitucional de Colombia,
2021, Sentencia C-064, párr.131).

En igual referencia, se hace por la Corte Interamericana citada por el Tribunal


Constitucional Colombiano en los siguientes términos:

(…) “el inculpado tiene derecho de defenderse personalmente o de ser asistido


por un defensor de su elección y que si no lo hiciere tiene el derecho
irrenunciable de ser asistido por un defensor proporcionado por el Estado,
remunerado o no según la legislación interna. En estos términos, un inculpado
puede defenderse personalmente, aunque es necesario entender que esto es
válido solamente si la legislación interna se lo permite” (…). (Corte Constitucional
de Colombia, 2021, Sentencia C-064, párr.132)

Por esta razón, la referencia a la defensa técnica no puede ser vista solamente
como la posibilidad o facultad que le asiste a la persona encartada en un
procedimiento disciplinario de escoger su propio defensor de confianza o con
la asistencia pública, pues, se estaría cayendo en un una visión formalista de
lo que implica un verdadero ejercicio de defensa técnica, que aborda aspectos
48
que van más allá de la simple escogencia o asignación, tiene que ver, con la
experticia, los saberes, la capacidad defensiva como un ingrediente de la
estrategia de defensa, como un saber especializado. En palabras de la Corte
Constitucional se ha dicho respecto de la defensa técnica que:

“El núcleo esencial del derecho fundamental a la defensa técnica cuando


concurren los siguientes aspectos: i) quien asume la defensa cumple un rol
meramente formal, sin que sea posible detectar vínculo con estrategia procesal
o jurídica alguna; ii) el desarrollo de la defensa exhibe fallas graves que no
pueden catalogarse como parte del margen de libertad con que cuenta el
apoderado para adelantar la estrategia adecuada; iii) la ausencia de defensa
material o técnica es de tal magnitud que impacta, de modo significativo, la
decisión que se profiere y iv) derivado de todo lo anterior, aparece una
vulneración notoria de los derechos fundamentales del procesado” (Corte
Constitucional de Colombia, 2021, Sentencia C-064, párr.133)

Lo anterior, conlleva al abordaje de la cuestión, si entonces la garantía al


derecho defensa técnica se puede aplicar a otros ámbitos distintos al penal
como el derecho disciplinario y más específicamente al disciplinario deportivo.

Frente a este punto, cita en sentencia ut supra que la sentencia C-328 de 2003
dela Corte Constitucional, indicó que:

“Las garantías que integran el debido proceso, y entre ellas el derecho de


defensa, son de estricto cumplimiento en todo tipo de actuaciones, ya sean
judiciales o administrativas, pues constituyen un presupuesto para la realización
de la justicia como valor superior del ordenamiento jurídico”. (Corte
Constitucional de Colombia, 2021, Sentencia C-064, párr.135)

Se encuentra que el punto que se ancla el análisis de la lectura comparativa


de la defensa técnica entre derecho penal y el disciplinario, termina en
sustentarse en la idea sobre la posibilidad que le asiste al encartado o sujeto
disciplinable frente a su derecho de defensa, se vuelve facultativo u opcional,
atendiendo ese grado de flexibilidad del derecho disciplinario como suele
denominar la Corte Constitucional dentro de ese margen de autonomía y
49
autorregulación que puede darse de una determinada profesión u oficio al
margen de sus reglas disciplinarias.

Posición de la cual es pertinente apartarse, al menos en lo que respecta al


campo disciplinario deportivo, pues, su margen de comprensión de cara a las
normas y mayores estándares de garantías, visto desde el ámbito
convencional, permite inferir que el punto de partida no puede ser la libre
escogencia de la representación o no en un escenario disciplinario, por el
contrario, tiene que abordarse desde el fin mismo de lo que implica un ejercicio
de defensa técnica o especializada en asuntos disciplinarios que atendiendo
las dinámicas y consecuencias jurídicas de las decisiones que se toman en
esta especialidad, resultan ser en muchas ocasiones, igual de intensas que en
el derecho penal.

Así las cosas, las disposiciones reglamentarias del deporte - lex sportiva - al
referirse a la garantía de defensa, y sobre todo, cuando existe una relación
especial de sujeción en materia deportiva (Rojas y Casas, 2020) intensificada
en normas supranacionales, que derivan procedimientos y actuaciones
disciplinarias contra el deportista, dirigentes, cuerpo técnico entre otros sujetos
disciplinables.

La especificidad26 del deporte y los tiempos cortos de la vida del deportista, en


términos generales y sin entrar al detallede cada deporte; demuestran que al
estar inmersos en situaciones disciplinarias que, puede acarrearles desde una
sanción de 2 o 4 años hasta la exclusión de la práctica deportiva, la garantía y

26
El deporte cumple cinco funciones que constituyen su especificidad: Función educativa, mejora de la
salud pública, función social, función lúdica y función cultural (Palomar, 2013, p.58).

50
obligación de asegurarle una defensa técnica, no puede ser un aspecto que a
hoy no se garantice en ese mandato de optimización, no es una situación que,
de cara a las normas internacionales del deporte, por lo menos, lo que se
deduce del código del TAS como máximo tribunal de la justicia deportiva, sea
una garantía y si se ponga en riesgo y en juego esa igualdad de armas que
se predicade la constitución, la ley, la doctrina y la jurisprudencia.

Ahora bien, esto no quiere decir que ante el máximo tribunal de lo deportivo, en
la actualidad, no se asistan ni se ejerzan verdaderas defensas técnicas por
profesionales del derecho deportivo; el punto en cuestión es, si por encima de
lo que demuestra la praxis, las disposiciones del deporte especialmente en lo
disciplinario que aterrizan a las faltas y sanciones a las que se somete el
deportista, cuenta con una irradiación universal de las reglas y obligatoriedad
de una defensa técnica especializada e incluso, si los mismos particulares
investidos de funciones de autoridades disciplinarias, llegan a ser garantes de
ese derecho fundamental del deportista o de otros actores con especial
sujeción a las normas disciplinarias deportivas.

3.1 GARANTÍAS PROCESALES DEL DERECHO DE DEFENSA TÉCNICA


EN LACARTA OLÍMPICA Y OTRAS DISPOSICIONES INTERNACIONALES

3.3.1 Garantías Convencionales

En el estudio del derecho procesal, uno de sus ejes axiales tiene que ver con
aquellas garantías procesales que deben ser inherentes a las partes y al
mismo proceso; entre esas, la garantía al debido proceso por mandato y por
incorporación de instrumentos internacionales al bloque de constitucionalidad

51
artículo 9327 de la Carta Política. Esas garantías como expresa el postulado
constitucional, prevalecen en el orden interno aquellos tratados o convenciones
que el estado colombiano haya ratificado como el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos (OEA, 1966) que dispone en su artículo14 que:

(…) 3. “Durante el proceso, toda persona acusada de un delito tendrá derecho,


en plena igualdad, a las siguientes garantías mínimas”:
(…) d) “A hallarse presente en el proceso y a defenderse personalmente o ser
asistida por un defensor de su elección; a ser informada, si no tuviera defensor,
del derecho que le asiste a tenerlo, y, siempre que el interés de la justicia lo
exija, a que se le nombre defensor de oficio, gratuitamente, si careciere de
medios suficientes para pagarlo” (…).

El anterior pacto fue incorporado al ordenamiento de Colombia mediante la Ley


74 de 26 de diciembre de 1968 (Congreso de Colombia, 1968)28. De igual
forma, se aprobó e incorporó la Convención Americana de Derechos
Humanos, al ordenamiento nacional por medio de la Ley 16 de 1972
(Congreso de Colombia, 1972)29, esta convención, en su artículo 8º en cuanto
a la garantía superior al derecho de defensa dispone:

(…) “derecho del inculpado de defenderse personalmente o ser asistido por un


defensor de su elección y de comunicarse libre y privadamente con su defensor;
derecho irrenunciable de ser asistido por un defensor proporcionado por el
Estado, remunerado o no según la legislación interna, si el inculpado no se
defendiere por sí mismo ni nombrare defensor dentro del plazo establecido por
27
Art. 93.
Los tratados y convenios internacionales ratificados por el Congreso, que reconocen los derechos
humanos y que prohíben su limitación en los estados de excepción, prevalecen en el orden interno. Los
derechos y deberes consagrados en esta Carta se interpretarán de conformidad con los tratados
internacionales sobre derechos humanos ratificados por Colombia (…) (Const, 1991).
28
Ley 74 de 1968:
Por la cual se aprueban los "Pactos Internacionales de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, de
Derechos Civiles y Políticos, así como el Protocolo Facultativo de este último, aprobados por la
Asamblea General de las Naciones Unidas en votación unánime, en Nueva York, el 16 de diciembre de
1966(Congreso de Colombia, 1968).
29
Ley 16. “Por medio de la cual se aprueba la Convención Americana sobre Derechos Humanos "Pacto
de San José de Costa Rica", firmado en San José, Costa Rica el 22 de noviembre de 1969”. (Congreso
de Colombia, 1972)
52
la ley”. (…)

Estos principales instrumentos internacionales de reconocimiento y protección


de derechos humanos establecen en la garantía al derecho de defensa, un
núcleo esencial aplicable a todo proceso, con característica connotada como
la irrenunciabilidad de ese derecho, y más, en situaciones complejas de
inmersión de toda la capacidad punitiva de un ordenamiento.

A diferencia de lo que piensan algunos trataditas y eminentes catedráticos, ese


derecho a una defensa técnica, en esa máxima de garantía, no puede, ni debe
ser renunciable, a menos que la defensa la pueda realizar el mismo
procesado30, no puede dejarse a la libre consideración de éste, situación
misma que ratifica el deber del operador jurídico de velar porque la garantía de
una defensa capacitada y competente sea el derrotero de igualdad procesal.

3.3.2 Garantías Constitucionales en Colombia al Derecho de Defensa

Tal y como se indicó en el punto anterior, el Estado colombiano en cuanto a


garantías procesales, obedece con estrictez en ciertos casos, lo ratificado y
dispuesto en los instrumentos internacionales ya mencionados. Sobre el
mismo aspecto de garantía, la Constitución en el artículo 29, desarrolla y
reconoce el derecho fundamental al debido proceso, en todo tipo de
actuaciones, tanto judiciales como administrativas. Este artículo, ha tenido
abundante desarrollo jurisprudencial bajo los mismos controles de

30
Expone la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que:
(…) un inculpado puede defenderse personalmente, aunque es necesario entender que esto es válido
solamente si la legislación interna se lo permite. Cuando no quiere o no puede hacer su defensa
personalmente, tiene derecho de ser asistido por un defensor de su elección. Pero en los casos en los
cuales no se defiende a sí mismo o no nombra defensor dentro del plazo establecido por la ley, tiene el
derecho de que el Estado le proporcione uno, que será́ remunerado o no según lo establezca la legislación
interna (…).
53
constitucionalidad que la Corte Constitucional ha efectuado desde la Carta de
1991.

Frente al punto del derecho a la defensa técnica31, este alto tribunal, en


mayoritario grado de coincidencia a los pronunciamientos de la CSJ, ha
decantado algunos aspectos que parecieran no ser coherentes con desarrollos
más actualizados y de línea del máximo tribunal de la justicia ordinaria. En ese
sentido, se trae el punto de referencia de la sentencia emitida por la Corte
Constitucional de Colombia (1995, SU-044-95) indicando que además de la
máxima constitucional de estar asistido por un defensor profesional, supone
que el abogado es conocedor de las distintas disciplinas jurídicas. Lo que no
resulta ser contrario al pensum de formación de un pregrado en la carrera del
derecho cuando se tiene que formar en distintas áreas. Ahora bien, en gracia
de discusión y en la práctica, eso significa que, ¿cualquier abogado que
defienda causas muy especializadas dentro del derecho penal, el derecho
disciplinario, el derecho deportivo, el derecho aeroespacial, el derecho
aeronáutico, entro otras especialidades, de cuenta que la garantía de una
defensa técnica o especializada la pueda ejercer cualquier abogado con solo
formación en pregrado, que permita asumir una defensa activa, con habilidad
y las dinámicas propias de estos tipo de procesos?. Claramente la realidad de
la práctica jurídica demuestra que, hoy son más las especialidades y grado de
supra-especialidad en ciertos asuntos que permite limitar, sobre la idoneidad32

31
(…) La Corte ha reiterado que solo se configura un defecto procedimental por desconocimiento del
derecho a la defensa técnica ante errores protuberantes y que tengan las siguientes características: (i)
Debe ser evidente que el defensor cumplió un papel meramente formal, carente de cualquier vinculación
a una estrategia procesal o jurídica. (ii) Las mencionadas deficiencias no deben ser imputables al
procesado o haber resultado de su propósito de evadir la justicia. (iii) La falta de defensa material o
técnica debe ser trascendente y determinante en los resultados de la decisión judicial (…) (corte
Constitucional de Colombia, 2018 Sentencia T-463).
32
Modula la Corte Constitucional más acorde a lo dicho por la CSJ, en el sentido que:
Quien sea sindicado tiene derecho a la defensa y a la asistencia de un abogado escogido por él, o de
54
y bajo un aspecto ético, las causas en las cuales la garantía de defensa de un
procesado no se pueda garantizar a plenitud33.

De manera que la garantía procesal a una defensa técnica, debe garantizarse


en especial a todo nacional colombiano o que esté sometido a la territorialidad
de la ley; por tanto, esa garantía, en una interpretación de armonización con
estatutos internacionales dada por el máximo tribunal constitucional (Corte
Constitucional de Colombia. C-578, 2002), considera que siempre será en
interés de la justicia que a los nacionales colombianos les sea garantizado
plenamente el derecho de defensa, en especial, el derecho a ser asistido por
un abogado, que a juicio de lo ya considerado en líneas anteriores debe contar
con la capacidad, formación, idoneidad y habilidades que le permitan asumir
con grado de experticia, la defensa en la especialidad a la cual se le exige
gestión y lealtad.

3.3.3 Garantías Procesales en el Derecho Disciplinario

La dogmática disciplinaria en el ámbito general no ha zanjado la discusión, al


menos en la doctrina interna, si la estructura, hoy propia del derecho

oficio, durante la investigación y el juzgamiento", lo cual está dirigido a garantizar una verdadera
defensa, en la medida en que dicha asistencia queda a cargo de un profesional del derecho. La defensa
técnica, como lo ha afirmado esta Corporación, “comprende la absoluta confianza del defendido o la
presunción legal de la misma confianza en el caso del reo ausente; en este sentido es claro que el legislador
debe asegurar que las labores del defensor sean técnicamente independientes y absolutamente basadas en
la idoneidad profesional y personal del defensor (Corte Constitucional deColombia, 2001, SU-014).
33
Sentencia T-322
(…) Es de advertir, que la GARANTÍA INSTITUCIONAL no existe sin la previa existencia del Estado
mientras el derecho fundamental existe “per se”. Al ser ambos integrados a la Constitución, el derecho
fundamental constitucional crea derechos subjetivos de manera inmediata, mientras que de la garantía
institucional constitucionalizada los derechos subjetivos sólo se desprenden en forma mediata, porque
su finalidad inmediata es preservar las funciones institucionales del Congreso (…).(Corte Constitucional
de Colombia, 1996)
55
disciplinario, es derivada de los principios y postulados del derecho penal34, o
si, por el contrario, se debe aplicar a las fuentes del derecho administrativo35
sancionatorio. Sin embargo, no siendo este el punto de discusión y de interés
en este trabajo, si trae consigo la línea de saber si los postulados planteados
de la garantía a la defensa técnica, en especial, los desarrollos
jurisprudenciales referenciados, dan cuenta de una nutrida línea en el derecho
penal, que tal y como se ha expuesto, se integra en ese gran concepto del Ius
Puniendi. Entonces, ¿se podría afirmar que esas fuentes de garantías
enmarcadas en el derecho penal, puedan ser extrapoladas al derecho
disciplinario en todo su margen de acción, tanto en lo público como en lo
privado?

Al respecto, Roa y Duarte (2019, p.49) citando una sentencia de tutela de la


Corte Constitucional(Corte Constitucional de Colombia, 1992, Sentencia T-438)
señalan que, al interior de esta corporación se ha defendido la tesis que las
garantías propias del derecho penal se deben extender al ámbito disciplinario,
indicando además, que el derecho administrativo disciplinario concebido como
una especie del derecho penal, se debía cobijar de dichas garantías.

34
Sobre la discusión en el derecho penal, plantea Roa y Duarte (2020, p. 26)
(…) que en el proceso disciplinario se apliquen garantías desarrolladas primero en el proceso penal, es
consecuencia, como ya se dijo en otra parte de un mandato convencional y constitucional de aplicar
todas las garantías del debido proceso legal, en los escenarios en los que se ejerza la potestad
sancionatoria del Estado, sea o no penal. Así, no ocurre la penalización dogmática de la sanción
disciplinaria por aplicar aquellas garantías mínimas procesales, ni dicha autonomía debe preservarse por
una pretendida e injustificable flexibilización de las garantías en el ámbito sancionador disciplinario
cuando no se tramita por vía judicial. (…).
35
Sobre este punto, señalan Roa y Duarte (2020, pp.26.27), La potestad disciplinaria y su régimen
constitucional
(…) Con relación a la tesis del profesor Rincón, se considera que pone un énfasis excesivo en el origen
de la relación especial de sujeción que sin duda se encuentra en el seno de la administración pública,
específicamente en el derecho administrativo laboral. Además, reducir la naturaleza sancionatoria del
Derecho disciplinario a una herramienta de gestión de personal de la administración pública, desconoce
que sus sanciones afectan derechos fundamentales: sufragio pasivo y acceso y permanencia a los cargos
públicos, y podría llevar a admitir la imposición de sanciones por razones de conveniencia y oportunidad,
todo con un debilitamiento de las garantías del sujeto investigado (…).
56
En esa misma línea de análisis, los autores Roa y Duarte (2019) describiendo
otras sentencias del tribunal constitucional, atendiendo reglas y garantías al
debido proceso enmarcadas en el derecho penal, aplicadas al derecho
disciplinario, buscan erradicar arbitrariedades connotadas en estas
disposiciones que no rodean al sujeto disciplinable de adecuadas garantías
sustanciales y procesales, enmarcadas en las disposiciones y jurisprudencia
penal. De igual forma, Ferrer (como se citó en Rosa & Duarte, 2019, p.50)
indica que en una sentada posición de cara a las normas convencionales, se
debe dar un traslado de las garantías del derecho penal a los procedimientos
sancionatorios que permitan tutelar el debido proceso.

Esta posición, atiende lo que se ha denominado la aplicación de normas de


derecho fundamental36, tal y como describe Alexy (1993, p.62), son normas
cuya disposición fundamental son contenidos de la norma fundamental.

Ahora bien, en lo atinente con la garantía de defensa en el procedimiento


disciplinario deportivo, la Ley 49 de 1993, bajo ese marco de regulación que
los distintos organismos deportivos deben acatar y adecuar en sus
codificaciones disciplinarias, atiende como principio de toda actuación la
garantía del derecho de defensa en su artículo 6º, y a su vez, aumenta en
parámetro de garantía cuando en su disposición 34 indica:

(…) “en donde se le prevendrá que si no se presenta dentro de los cinco (5)
días siguientes al respectivo Tribunal a recibir la notificación, se le designará un
defensor de oficio. Vencido el término señalado en el inciso anterior, sin que el
investigado compareciere, se le designará un defensor de oficio, con quien se

36
(…) normas de derecho fundamental son aquellas que son expresadas a través de disposiciones
fundamentales, y disposiciones fundamentales son exclusivamente enunciados contenidos en el texto de
la Ley Fundamental (…)
57
le adelantará el procedimiento. PARÁGRAFO. Los Tribunales Deportivos de los
Clubes, Ligas, Divisiones, Federaciones y Tribunal Nacional del Deporte
formarán listas de personas que puedan ser designadas defensores de oficio”.
(Congreso de Colombia, 1993)

La anterior disposición refleja que, el legislador quiso dotar de una mayor


extensión de garantías no solo al deportista sino a otros actores bajo esa
relación especial de sujeción; no obstante, no es claro prima facie, si esa
defensoría oficiosa, la debía o podía ejercer la defensoría pública, ya que del
mismo parágrafo, más adelante, se le atribuye esa responsabilidad a los
distintos organismos deportivos. La pregunta que surge entonces es, bajo qué
criterios, se debía tener para seleccionar a los integrantes de esa lista, si se
atiende la complejidad de la materia y los asuntos del derecho deportivo que
pocos manejan o conocen.

Además, dónde se pueden consultar esas listas en las páginas oficiales de


cada federación ya que en la práctica, no se logra concretar ese dato e
interrogando a varios dirigentes casi nadie le da aplicación a esa norma ni se
controla ni se vigila por el ente encargado.

En este sentido, las implicaciones de no atender este llamado de garantía, que


finalmente no se materializa ni guarda relación conforme al análisis de las
codificaciones disciplinarias de una federaciones que más adelante se
analizarán, se pierde una oportunidad de defensa para el disciplinable que
entre otras, valga la pena señalar a manera de conclusión previa, no puede
ser solo extendida para los casos en que no se comparezca el proceso, podría
garantizarse para aquel que no tenga recursos y lo manifieste, para aquel que
quiera ejercer su defensa sin contar con los conocimientos jurídicos, y con la
complejidad adicional de conformidad a los parámetros jurisprudenciales que
la garantía de defensa, en este caso técnica debe adecuarse además de
58
personas especialistas en materia en una analogía de lo que implicaría asistir
a una audiencia penal sin saber las dinámicas del proceso ni las
complejidades que reviste en escenario del derecho disciplinario deportivo.

3.3.4 Garantías Procesales en Ámbito Disciplinario Deportivo una


Mirada al Dopaje en el Deporte

Abordar un tema muy específico en el deporte como el dopaje, permitirá


comprender la magnitud, impacto y complejidad que representa en una
defensa deportiva, tener un adecuado grado de preparación y si se puede
decir, en la misma especialidad del derecho deportivo, contar con una supra-
especialidad en lo concerniente al dopaje.

Cuando se aborda el tema del dopaje como la utilización de una sustancia,


método previo, durante y post competencia, se busca lograr una mejora
deportiva, que representa ventaja competitiva, transgrediendo valores como el
juego limpio “Fairplay”, y las normas de competencia, disciplinarias y
estatutarias del deporte al que se está vinculado en un comportamiento que
pone en riesgo la vida y la salud.

En relación con este tema, la Carta Olímpica como ya se indicó, es la carta


fundamental que rige al deporte mundial, pues en ella se incorporan unos
principios que son la base para la constitución de un deporte ideal, donde se
exalta un estilo de vida, se elevan al máximo las cualidades y potenciales del
cuerpo humano, que se basa en la alegría, el esfuerzo, el buen ejemplo, la
responsabilidad social, basado en principios éticos fundamentales. De igual
forma, reconocen que el deporte al ser un derecho humano, toda persona tiene
la posibilidad de su práctica sin ningún tipo de discriminación que exige entre

59
otras, juego limpio (Comité Olimpico Internacional, 2021, p.11).

Se plantea entonces el problema, que permita a nivel mundial el desarrollo de


un deporte más limpio, más sano, que implique el respeto de esos valores, pero
que proteja la misma vida del deportista37. Es así, que se aprobó un
instrumento internacional ratificado por varios estados a nivel mundial,
derivada de la convención internacional de la UNESCO 38 que, a su vez, tuvo
unos antecedentes notables de la Carta Internacional de la Educación Física y
el Deporte del año 1978, de la iniciativa de varios actores en el continente
europeo en la Convención Internacional contra el dopaje en el deporte, que
terminó vinculando más el deporte limpio y la protección a la salud (UNESCO,
2019).

Este fenómeno de connotadas e incontrolables variables culturales, sociales,


fisiológicos, de la misma práctica deportiva en palabras de Verdugo (2017), al
ser un problema tan heterogéneo dificultaba la creación de normas uniformes
que permitieran una respuesta más clara y oportuna en la lucha contra ese
flagelo deportivo. De esa dificultad, derivó que se creara una agencia mundial
hoy conocida como la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) y su código mundial
que resulta de obligatorio cumplimiento e incorporación para los estados
firmantes de la convención, y sin la cual no podrían pertenecer ni formar

37
Véase el apartado 2 numeral 9 de la carta olímpica. “(…) proteger a los atletas honestos y la integridad
del deporte, encabezando la lucha contra el dopaje y tomando medidas contra todo tipo de manipulación
de competiciones y corrupción en este ámbito;(…)”.
38
“En un entorno deportivo altamente competitivo, los atletas y su personal de apoyo están bajo una
presión creciente para ganar. Como resultado, pueden verse tentados a usar sustancias y métodos para
mejorar el rendimiento. Este fenómeno no se limita a los atletas de élite; los jóvenes y los entusiastas de
los deportes aficionados también se ven atraídos por el dopaje. El dopaje es un problema de salud
pública. Pone en peligro los valores, la ética y la integridad del deporte; y la salud de quienes participan
en él. A la luz de su mandato sobre educación y compromiso con los valores fundamentales que sustentan
el deporte, la UNESCO ha estado profundamente preocupada por la erosión de la ética y la inequidad
creada por el uso de drogas para mejorar el rendimiento por parte de los atletas. (…)”.
60
parte del programa olímpico39

El Código Mundial Antidopaje (CMA) desde su primera versión desde el año


2003 hasta la más reciente reforma y actualización que entró a regir el primero
de enero de 202140, se encarga de actualizar no solo las sustancias, los
métodos, las omisiones del atleta, los contextos en que puede derivarse
responsabilidad, también se encarga de establecer los procedimientos para la
localización del atleta, los procedimientos para la toma y recolección de la
muestra, tanto en sitio de competencia como por fuera de la misma, impone
deberes jurídicos a los Estados que han suscrito la convención, impone la
obligación a los entes deportivos, atletas y a su vez establece derechos que
tiene el mismo deportista a la hora de efectuarse controles, entre otros
(Agencia Mundial Antidopaje, 2019, Código Mundial Antidopaje).

La situación tan compleja por la que se puede ver envuelto un deportista,


inicialmente cuando se determina por una prueba técnica muy especializada,
arrojando lo que se denomina un resultado analítico adverso, hace de este tipo
de resultados y del dopaje como tal, algo especial pues a diferencia del
principio de presunción de inocencia que se predica en el ámbito penal y
disciplinario en general, este sistema deportivo presume la culpabilidad del
deportista41 al encontrarse cualquier sustancia, metabolito o conducta que

39
Así lo dispone el apartado 45 numeral 3 de la carta olímpica. “(…) Únicamente los deportes que
cumplan con la Carta Olímpica y el Código Mundial Antidopaje podrán formar parte del programa.”
40
Última versión Disponible en Internet: https://www.wada-
ama.org/sites/default/files/resources/files/2021list_sp.pdf
41
Al respecto una norma del código establece. “(…) 2.2 Uso o Intento de Uso por parte de un deportista
de una Sustancia Prohibida o de un Método Prohibido.
2.2.1 El Deportista es personalmente responsable de asegurarse de que ninguna Sustancia Prohibida
aparezca en su organismo y de que no se utilice ningún Mé todo Prohibido. Por tanto, no será́ necesario
demostrar intencióń, Culpabilidad, Negligencia o Uso consciente por parte del Deportista para
determinar que se ha producido una infraccióń de las normas antidopaje por el Uso de una Sustancia
Prohibida o de un Método Prohibido (…)”.
61
transgreda lo dispuesto en el código.

Es tan así de complejo y fuerte los casos disciplinarios en materia de dopaje,


que se han visto escándalos internacionales e incluso nacionales. En el
primero, se puede referenciar el caso reciente de Rusia, donde su órgano o
autoridad de control al dopaje RUSADA (por sus siglas en inglés)42, en un
entramado de corrupción y al parecer una política de Estado con agentes
encubiertos, cambiando pruebas y ocultando atletas que se encontraban
dopando en un programa sistemático y con complicidad del gobierno ruso, se
desenmascaró lo que ha sido uno de los casos más escandalosos del deporte
actual en el documental “Ícaro” del director Bryan Fogel (2018). Esto conllevó
a que se impusieran por parte de la AMA al Estado Ruso, la prohibición de
competir en todo certamen olímpico, es decir, privó a toda una nación de tener
representación e identidad mundial, al considerar que sus atletas pudieran
participar bajo lo que se denomina bandera neutra, lo que quiere decir, que
alguna medalla o título que se consiga en estos certámenes no serán objeto
de reconocimiento a nivel mundial ni por las autoridades del deporte como un
logro de la nación; adicional de la suma millonaria que deben pagar a las
organizaciones internacionales.

En el caso nacional, se tiene el reciente caso de 3 pesistas colombianos (El


espectador, 2020), que arrojaron un resultado analítico adverso por
“Boldenona43” y otras sustancias; se alega por parte de los atletas que, fue por
contaminación de carne. Recientemente se estaba en búsqueda de poder
tener una defensa especializada44 (CaracolRadio, 2020) en estos temas ya

42
Russian anti-doping Agency "RUSADA". Disponible en Internet: https://www.rusada.ru/en/
43
Es considerada por la AMA como un Esteroide Anabolizante Androgénico (EAA). Sustancia
prohibida
44
Se puede ver el video donde una de las implicadas solicita donación y apoyo económico para poder
62
que el manejo, la técnica, el conocimiento del deporte en contextos
determinados permiten una adecuada teoría del caso, con alta carga de
prueba pericial de alta complejidad, adicional de la eventual sanción que
recibiría la federación y por ende todo el país, cuando se determine excluir
a Colombia de las pesas de todo evento internacional por 3 resultados
adversos en un año. Valga la pena aclarar que Colombia es potencia en pesas
y la mayoría de medallas olímpicas, las han otorgado en halterofilia.

Visto de esta forma, los procedimientos disciplinarios deportivos en materia de


dopaje, tiene un impacto en distintos niveles como se logra determinar en los
casos antes expuestos que involucra Estados con una carga de
responsabilidad, las organizaciones públicas y privadas encargadas de velar
por el cumplimiento de las normas antidopaje y por supuesto los atletas,
técnicos, entrenadores y demás sujetos que se puedan ver envueltos en algún
caso de “dopping”. Esta situación en el contexto internacional, permitió que
bajo la creación y constitución del TAS, se determinara en el código de esta
organización en su disposición S20 literal b45, la creación de una cámara
exclusivamente para conocer de asuntos relacionados al dopaje deportivo, que
a su vez la integran personas con un alto grado de conocimiento y experiencia
en la materia.

Debe señalarse además, frente a los deportistas que están siendo sometidos
en estricta sujeción a la normativa mundial y nacional antidopaje que debe ser
la misma, se encuentra un alto grado de limitación de derechos fundamentales,

asumir una defensa que además debe ser experta en temas de dopaje. Disponible en Internet:
https://caracol.com.co/radio/2020/03/05/deportes/1583434440_458213.html
45
“(…) La Cámara Antidopaje constituye formaciones cuya misión es resolver controversias relacionadas con
asuntos antidopaje como autoridad de primera instancia o de instancia única. Ejerce, por medio de su
presidente/a, o su suplente, todas las demás funciones relativas al desarrollo ágil y efectivo del procedimiento
de conformidad con el reglamento de procedimiento (artículos A1 y siguientes) (…)”.
63
como señalan Montero y Rodríguez (como se citaron en Verdugo, 2017, p.131),
se ven afectados por su condición de deportistas la intimidad, la presunción de
inocencia46, el honor, su buen nombre, la dignidad, la integridad física.

En dado caso que un deportista se viera comprometido en un procedimiento


disciplinario de dopaje, por arrojar un resultado analítico adverso, la carga de
la prueba que le incumba a la defensa, tal y como dice la normativa de la AMA,
se deberá́ acreditar no solo la infracción de la norma sino debatir la presunción
a plena satisfacción de un tribunal de expertos47 por ejemplo, demostrando que
la sustancia encontrada correspondía a lo que se denomina un AUT
(Autorización de Uso Terapéutico)48, que la toma y embalaje de la muestra A
y B fueron alteradas, que pudo ser producto de una contaminación involuntaria
del deportista, que se afectaron derechos fundamentales como la intimidad al
momento de un examen sorpresa, y otras más situaciones que se podrían
describir. Por ende, reviste de importancia que se pueda ejercer un derecho
de defensa asistida por un experto en el tema, conocedor del derecho
deportivo, del dopaje, es decir, garantizar una verdadera defensa técnica.

3.3.5 Aproximación al Derecho de Defensa Técnica en Materia de Dopaje


en Colombia de Cara a la Ley 2084 de 2021

46
Esto significa que mientras un ciudadano es inocente hasta que se demuestre lo contrario, con los deportistas
sucede lo contrario, pues se les presume a priori culpables de doparse. Mediante el sistema antidopaje actual
sufren una discriminación constante respecto a los demás ciudadanos, lo que puede incluso afectar a su salad
psicológica (Montero, 2011)¿Es justificable la obligación de localización de los deportistas?, op. cit., pág. 158.
47
AMA. Código Mundial Antidopaje, 2019. Artículo 3, 3.1
48
4.4 Autorizaciones de Uso Terapéutico (AUT)
4.4.1 La presencia de una sustancia prohibida o de sus metabolitos o marcadores, y/o el uso o intento de
uso, posesión o administracióńn o intento de administracióńn de una sustancia prohibida o método
prohibido no se considerará n una infracción de las normas antidopaje si obedecen a lo dispuesto en una
AUT otorgada de conformidad con el estándar internacional para autorizaciones de uso terapéutico.

64
El Estado colombiano se adhirió y adquirió compromisos en el marco de la
convención internacional contra el dopaje en el deporte que, fue incorporada
al ordenamiento interno mediante la Ley 1207 de 2008 (Congreso de
Colombia, 2008) en la cual surgieron compromisos no solo en la política
articulada entre el sector público y lo privado como relación esencial en
desarrollo, fomento y promoción que se le da con las distintas disciplinas
deportivas.

Bajo esa línea de articulación, vale la pena mencionar que en el ordenamiento


interno ya existía una disposición que se sumaba a la lucha contra ese flagelo
en el deporte, la Ley 845 de 2003 (Congreso de Colombia, 2003), norma que
tuvo como finalidad defender los derechos constitucionales de la salud y de la
práctica deportiva, así como la promoción de los principios del juego limpio y
la ética deportiva, posteriormente se unificaría algunas disposiciones en el
decreto de unificación del sector deporte 1085 de 2015.

En ese orden de ideas, Colombia acreditó su Organización Nacional


Antidopaje a las normas internacionales de la Agencia Mundial Antidopaje –
AMA- y se sumó como Estado partícipe de la convención en protección al
Fairplay. Entre las variadas apuestas y gestiones en el marco de sus deberes
convencionales, Colombia tenía acreditado su laboratorio de análisis de
muestras y cumplía con los estándares internacionales en materia de lucha y
prevención contra el dopaje; tiempo después, producto de unas deficiencias
técnicas y la falta de enfoque al fortalecimiento de esta política, se perdió la
acreditación que esta agencia mundial otorgaba y condicionó, entre otras, a
unas serie de mejoras para ir en la dinámica mundial en esta materia.

Producto de ese trasegar y constantes requerimientos no solo de esta agencia

65
sino de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia
y la Cultura – UNESCO -, Colombia se vio sometida a una serie de auditorías
que dejó en evidencia cómo se relaciona en el informe de ponencia del
proyecto de Ley 302 de 2019 (Congreso de Colombia, 2020, p.5) lo siguiente:

“Colombia no cumple completamente con los mandatos del Código Mundial


Antidopaje, específicamente en lo concerniente a una de sus partes es decir la
denominada GESTIÓN DE RESULTADOS, puesto que los casos en los cuales
la Organización Nacional Antidopaje acusa por presuntas infracciones a las
normas antidopaje, vienen siendo decididos en una primera instancia por las
comisiones disciplinarias de las federaciones deportivas nacionales, incurriendo
de esta manera en un permanente conflicto de interés que adicionalmente no
asegura un proceso justo e imparcial”.

Esta situación fue parte de la motivación y finalidad que llevó al legislador


nacional a resaltar la importancia de modificar el régimen disciplinario en
asunto de materia contra el dopaje. Entre otras, resaltó que el objeto del
proyecto fue crear un marco legal que fortaleciera la institucionalidad en su
lucha contra el dopaje en el deporte, y a su vez, constituir un Tribunal de
Expertos Disciplinarios Antidopaje, como órgano encargado de juzgar y decidir
sobre las posibles infracciones descritas en el Código Mundial de Antidopaje
vigente, Informe de ponencia primer debate Proyecto de Ley 302 de 2019
(Cámara de Representantes, 2020).

Lo anterior derivó en la expedición de la Ley 2084 de 2021 (Congreso de


Colombia, 2021) por medio de la cual se tomaron medidas de prevención y
lucha contra el dopaje en el deporte; disposición reciente, que valgala pena
mencionar, estuvo precedida en otras de la expedición de la Ley 2083 de 2021
(Congreso de Colombia, 2021) la cual modificó el artículo 380 del Código Penal
Colombiano en lo tocante a sujetos calificados que pueden ser juzgados
penalmente cuando estos incidan de alguna forma, en el suministro ilegal de
sustancias o métodos a deportistas que contraríen las disposiciones antidopaje
66
y atenten contra la salud del deportista.

Resulta pertinente mencionar que previa a la expedición de esta disposición


antes mencionada, la problemática que se aborda en este trabajo ya había
sido planteada y terminó en parte siendo abordada y tomada en cuenta por el
legislador en un aspecto esencial de la defensa técnica en materia
disciplinaria, pero dejando abierto los otros puntos de discusión sobre la
idoneidad y calidades de quien ejerce la representación del sujeto disciplinable
en una materia de altísima especialidad y complejidad.

Dicho lo anterior, la Ley 2084 de 2021, como se ha mencionado, abordó y


dispuso como legislación nacional que la lucha contra el dopaje en el deporte
es un compromiso de Estado que concierne a los distintos actores del deporte,
le asigna responsabilidades al Ministerio del Deporte y la Organización
Nacional Antidopaje, como el compromiso que siguen asumiendo en el
alcance de esta normatividad, los entrenadores, los directivos del deporte, los
deportistas, los miembros de apoyo, organismos deportivos y otros actores
inmersos en el sistema nacional del deporte.

Bajo la problemática antes señalada respecto de la gestión de resultados y la


importancia de crear como un tribunal de expertos disciplinarios en materia
antidopaje, se crea el tribunal disciplinario antidopaje conforme el artículo 5º de
la citada disposición, como un organismo independiente, autónomo, imparcial,
encargado de juzgar y sancionar sobre las posibles infracciones que se
puedan presentar y que atentan contra las disposiciones del código mundial
antidopaje. Este tribunal, tendrá la especialísima competencia en solo los
asuntos con incidencia disciplinaria que se deriven de las infracciones a las
normas antidopaje; las demás infracciones deportivas, seguirán siendo

67
asumidas en conocimiento por las distintas comisiones disciplinarias de los
distintos organismos deportivos y sus respectivas instancias.

Este tribunal especializado, se compondrá de dos salas, una encargada de


llevar la primera instancia y otra de conocer las apelaciones, en un separación
de rol pero con la inquietud que surge en toda la revolución que se está
planteando en materia disciplinaria en el ordenamiento interno, si las funciones
de instrucción deben ser separadas de las de juzgamientos como una garantía
convencional y protectora de un operador disciplinario independiente e
imparcial; simplemente se dejará planteada esta cuestión de cara a las
discusiones actuales en esta metería.

En igual forma, este tribunal integrado en principio por dos (2) abogados y un
médico, serán los encargados de tomar las decisiones de instancia que
correspondan.

En el mismo sentido, es importante resaltar que la redacción y como quedó


estructurada esta norma, referencia a unos aspectos parecidos al sistema
adversarial propio del sistema acusatorio de Colombia, cuando se asumen
categorías como las de partes e intervinientes, que sea del caso señalar en
este asunto. Las partes serán, el deportista disciplinable, su defensor y la
organización nacional antidopaje artículos 2.12.4.3 y 2.12.4.11 sobre la
indagación preliminar y formulación de cargos del Decreto 1648, 2021
(Presidencia de la República, 2021) que hará las veces de “acusador” en un rol
por analogía a lo que hace la Fiscalía General de la Nación en el marco de la
Ley 906 de 2004.

Asimismo, se encuentra que dentro del parágrafo del artículo 11 de la Ley 2084

68
de 2021, se relaciona un papel activo y preponderante en la garantía al
derecho de defensa, y se asume por primera vez, la categoría que no se
relacionaba en materia disciplinaria deportiva en Colombia, sobre defensa
técnica, en relación con la participación de la defensoría pública o como se
conoce en el ordenamiento nacional, por la defensoría del pueblo, frente a la
asistencia y representación de aquellos deportistas involucrados en asuntos
de dopaje, que no cuenten con condiciones económicas que les permitan
costear su defensa por medio de un defensor de confianza.

Esta participación, conllevó a que la misma defensoría del pueblo, creara la


nueva Defensoría Delegada para la Protección del Derecho al Deporte
(Defensoría del Pueblo, 2021) al igual que buscara un enfoque más
participativo de cara a las necesidades del sector entre las cuales se puede
referenciar como funcional de la nueva delegada la siguiente: “8. Orientar y
asesorar a los deportistas de alto rendimiento acerca de la exigibilidad de sus
derechos fundamentales, así como de cualquier otra persona que considere
que se está vulnerando su derecho fundamental al deporte” (Ministerio del
Trabajo, 2020, Resolución No. 1588).

Es de anotar que si bien es plausible que se creen estas instancias en entes


de vigilancia y garantes de los derechos de las personas como la defensoría
del pueblo, adicional de lo mediático e interesante en parámetros de prensa y
publicidad, queda el sin sabor de quienes la integren por más deportistas y
representantes de deportistas y figuras públicas, si los mismos cuentan con la
idoneidad y la suficiente preparación que les permitan atender las asesorías y
orientaciones de alta especialidad cuando se traten de asuntos diversos de los
deportistas y con incidencia jurídica.

69
Ahora bien, si se abordan algunas disposiciones del decreto reglamentario de
la Ley 2084, se encuentra adicionalmente situaciones que inciden
notablemente en un aumento de garantía procesal y procedimental en estar
adecuadamente asesorado y asistido por un profesional del derecho experto
en la materia y como garantía del derecho de defensa del deportista cuando
se encuentran contextos, como las siguientes del Decreto 1648 de 2021:

1. “Cuando se notifica el resultado analítico adverso, la estrategia respecto


de solicitar como medio defensivo el análisis de la muestra “B”, el hecho de
realizar o no unas explicaciones en esa instancia, así como también, la
consecuencia jurídica que el deportista brinde ayuda sustancial para el
descubrimiento o demostración de infracciones a las normas antidopaje”.
(Presidencia de la República, 2021, art. 2.12 4.4)
2. “El ejercicio del derecho de asistir a la apertura y análisis de la muestra
"B" de acuerdo con el Estándar Internacional para Laboratorios, así como
también, saber en caso de no contar con los recursos como se alegaría ese
amparo si la obligación en principio frente al coste de esta muestra está en
cabeza del deportista” (Presidencia de la República, 2021, art. 2.12 4.5)
3. “Dentro de la fase de la gestión del resultado, situaciones como la de no
haber sido notificado adecuadamente, o que la obligación de la organización
nacional antidopaje para estos casos, no le allegara el paquete de
documentación del pasaporte biológico del deportista y el informe conjunto de
los expertos. Asimismo, estar adecuadamente asesorado de la implicación de
proporcionar su propia explicación, dentro de los catorce (14) días hábiles
siguientes a la notificación”.(Presidencia de la República, 2021, art. 2.12 4.7)
4. “La importancia en el análisis jurídico, y las implicaciones de una
inadecuada o deficiencias en los aspectos relacionados con las infracciones a
las normas antidopaje presuntamente vulneradas, las circunstancias fácticas
relevantes en las que se fundamenta, la evidencia en la que apoya los hechos,
o cualquier asunto relacionado con la suspensión provisional, incluida la
posibilidad de que el deportista acepte una suspensión provisional voluntaria”.
(Presidencia de la República, 2021, art. 2.12 4.8)
5. “Una situación sensible, con el derecho superior de no autoincriminación
a pesar de que exista presunción de culpabilidad del deportista en esta materia,
cuando se abre la posibilidad de admitir ante la Organización Nacional
Antidopaje, la comisión de una infracción, junto con las consecuencias jurídicas
y de deportivas de la admisión de la infracción y aceptación del período de
inhabilitación”. (Presidencia de la República, 2021, art. 2.12 4.9)
6. “Otro punto coyuntural y que muchas veces se convierte en el centro de
atención para ciertas autoridades en la gestión de resultados y logros bajo
indicadores estadísticos, que se vuelven, de cierto modo peligrosos a los

70
derechos del sujetos disciplinable, tiene que ver con la posibilidad y la vital
incidencia de una experticia jurídica, cuando se podrán realizar acuerdos de
resolución del caso donde el infractor cumplirá al menos la mitad del periodo de
inhabilitación acordado, esto en la práctica puede incluso a llevar a la cesación
de su carrera deportiva si no se contemplan distintas variables de defensa”.
(Presidencia de la República, 2021, art. 2.12 4.10)
7. “Cuando el deportista se encuentre en formulación de cargos, nótese un
elemento importante y que tiene relevancia jurídica, cuando se trata de
argumentar como se ha señalado líneas atrás, de querer traer similitudes del
derecho penal, que no rayan o afectan la independencia y naturaleza misma del
ejercicio Ius punitivo en cabeza del estado o ejercido por particulares, cuando
se encuentran estipulaciones que inciden en un adecuado ejercicio de la
defensa técnica relacionado a un resumen detallado de los hechos
jurídicamente relevantes en los que se basa la imputación incluyendo cualquier
evidencia que tenga en su poder la Organización Nacional Antidopaje, la
indicación de que el investigado puede obtener un beneficio respecto de las
consecuencias, si brinda ayuda sustancial según lo dispuesto en el Código
Mundial Antidopaje”. (Presidencia de la República, 2021, art. 2.12 4.11)

De lo anterior, no resulta de poca consideración atender que en analogía,


podría el deportista estar inmerso en una situación defensiva y de
representación propia de lo que haría un indiciado en una audiencia de
imputación o incluso de acusación, cuando se traen elementos como los
hechos “disciplinariamente” relevantes, aunque la norma trae el concepto
“jurídicamente” e incluso los beneficios por colaboración o lo que significa
ayuda sustancial. Lo complejo para la defensa técnica, entre otras será
establecer en el escenario de imputación que será “sustancialmente” relevante
para la organización y el tribunal en aras de obtener un beneficio de la eventual
sanción disciplinaria.

8. “Finalmente, agrupando apartes de las disposiciones relacionadas al


juicio, se debe resaltar la importancia de un juicio justo, el derecho de audiencia,
la imparcialidad de los miembros del tribunal, las actuaciones se desarrollen en
plazos razonables, que se tenga el derecho a la contradicción de la prueba, las
alegaciones de apertura o planteamiento de la teoría del caso planteará dentro
de esa fase inicial, el aporte de pruebas, testigos, testigos expertos, la
posibilidad de contra interrogarlos, las alegaciones finales o alegatos de
conclusión, la posibilidad de presentar los recursos ante una decisión adversa

71
y los reparos a esa decisión, entre otros aspectos procesales”. (Presidencia de
la República, 2021, art. 2.12 4.12)

Así las cosas, bajo una mirada garantista aterrizada en criterios de la experticia
que se debe reunir en un trámite que muy pocos manejan, que son caminos
jurídicos pocos explorados y donde no abundan, por fortuna, muchos
especialistas; el criterio del ejercicio de una adecuada defensa técnica como
una garantía superior al derecho de defensa y del debido proceso, tornó
relevante posición por el legislador cuando se analizan los 8 puntos antes
esbozados y la norma que apareja la especificidad del tema, que relacionado
al procedimiento disciplinario deportivo, elevó un aspecto de garantía que no
solo puede ceñirse a los temas del dopaje y tiene que extenderse la garantía
de la defensa técnica a todo asunto disciplinario deportivo, debido a la
intensidad con la que se puede afectar no solo la posibilidad de seguir en el
ámbito deportivo del propio deportista, del dirigente,del personal de apoyo, del
entrenador que en muchos casos puede implicar el cierre definitivo de
actuación en cierta disciplina deportiva.

En resumidas cuentas, si lo que se buscó por el legislador fue crear un tribunal


de expertos disciplinarios del dopaje, acaso esta misma razón legislativa no
da cuenta para garantizar la defensa técnica o especializada en asuntos de
derecho deportivo (incluyendo el dopaje que no todo experto en esta área
maneja); es decir, si se encuentra ante un tribunal de expertos, se necesita
garantizar la idoneidad de la defensa y no como un requisito meramente formal
de postulación. En buena hora se expidió esta legislación que refuerza la
postura crítica, problemática, de connotación procesal y de garantías que
inciden en el procedimiento disciplinario deportivo, tema central de este trabajo
de investigación.

72
3.4 GARANTÍA AL DERECHO DE DEFENSA EN UNAS FEDERACIONES
DEPORTIVAS

3.4.1 Tratamiento a la Garantía del Derecho de Defensa en la


Federación de Fútbol

Una de las federaciones más robustas y de regulación normativa, es la


Federación Colombiana de Fútbol (FCF), que atendiendo las normativas
internacionales de la FIFA, ha establecido y adecuado su código disciplinario
que rige en el territorio nacional, y haciendo parte del sistema de normas
privadas de este ente deportivo, están en relación de sujeción 49 todos los
actores que el mismo código establece le serán aplicable.

En ese orden, en el capítulo II del código, se establece un principio rector


atinente al debido proceso que en un desarrollo amplio, dispone:

“Artículo 1. Debido proceso. El debido proceso se aplicará en todas las

49
Véase el artículo 9no del código disciplinario de la FCF. Artículo 9. Ámbito de aplicación personal.
Están sujetos al presente código: a) los miembros de la FCF (integrantes de los órganos de
administración y control, personal científico, técnico y de juzgamiento); b) Los miembros
de la División Profesional, “DIMAYOR”, (Presidente e integrantes de los órganos de dirección,
administración y control determinados como tales en los estatutos de la entidad); c) los
miembros de la División Aficionada, “DIFUTBOL”, (integrantes de los órganos de dirección,
presidente y revisor fiscal); d) Comisiones y autoridades disciplinarias de la FCF,
sus divisiones y sus afiliados; e) clubes profesionales, sus directivos, administradores, socios,
accionistas, y toda persona queejerza influencia manifiesta en el club; f) Las
ligas aficionadas, y los integrantes de sus órganos de administración y control; g) Clubes
aficionados, sus directivos, administradores, socios, integrantes de sus órganos de administración y
control y en general toda persona que ejerza influencia manifiesta en el club.; h) Los oficiales; i)
Los intermediarios de jugadores y agentes de partidos; j) Los futbolistas
profesionales y aficionados de conformidad con el Reglamento sobre el Estatuto y Transferencia de
Jugadores; k) Los árbitros y demás oficiales de partido; l) Las personas a las que la FCF
o sus divisiones hubiesen otorgado alguna clase de autorización, especialmente para ejercerla con
ocasión de un partido, de una competición o de cualquier otro acontecimiento organizado por ella; y m)
Los espectadores.

73
actuaciones de las autoridades y comisiones disciplinarias (…) Toda persona se
presume inocente mientras no se la haya declarado disciplinariamente culpable.
Quien sea investigado disciplinariamente tiene derecho a la defensa y a la
asistencia de un abogado escogido por él; a presentar pruebas y a controvertir
las que se alleguen en su contra; a impugnar el fallo adverso y a no ser juzgado
dos veces por el mismo hecho”. (…) (Federación Colombiana de Fútbol, 2019)

De la anterior disposición, resulta particular que una norma basada en un


principio rector para esta federación, inicialmente reconocen la existencia
reglamentaria de un abogado que pueda defender el sujeto disciplinable; sin
embargo, nada se expresa de cara lo que regula un principio que debe ser de
aplicación fundamental, que la aplicación procesal frente a la asignación
oficiosa, de cara la garantía procesal, no se tiene mención a una categoría
frente a la defensa técnica, aún a sabiendas que los propios procesos
disciplinarios del deporte de la federación, reviste tal particularidad y experticia,
que al azar no se puede dejar la garantía de la defensa como un simple
requisito reglado.

Verbigracia de lo anterior, en el capítulo tercero de la mencionada


reglamentación disciplinaria, se establece que dentro del procedimiento ante
estas comisiones, el artículo 18950, que refiere a las notificaciones, solamente
dan cuenta y la designación de una defensa oficiosa, si la notificación personal
no logra ser efectuada al sujeto disciplinable, por ende, este no comparece. Lo
que no permite establecer de cara a la norma, si esa designación oficiosa

50
Artículo 189. Notificaciones en los procesos disciplinarios. Las decisiones de la Comisión
Disciplinaria se entenderán notificadas personalmente, a partir de las 24 horas siguientes al envío de la
notificación a la dirección de correo electrónico del club y en la diligencia respectiva se dejará constancia
de los recursos que contra ella proceden. Las notificaciones a jugadores, miembros de cuerpo técnico,
delegado o cualquier otra persona enmarcada dentro de la definición de oficial que trae este Código, se
realizará a través del club, profesional o aficionado, en el cual se encuentre actualmente registrado,
estando el club en la obligación de asegurarse que la persona investigada se notifique dentro del plazo
establecido en el párrafo anterior. Vencido el término señalado en el inciso anterior, sin que el investigado
compareciere, se le designaráun defensor de oficio, con quien se adelantará el procedimiento.
74
reúne los elementos o características de una defensa técnica o especializada
que puede ser llevada a cabo por una idónea representación y defensa del
procesado.

Finalmente, el título VI, capítulo de normas comunes a los órganos


disciplinarios, se desarrolla el artículo 20651 de la representación, que faculta
solo a una persona en calidad de abogado titulado, para que garantice la
defensa y los intereses deportivos del procesado, sin más consideración sobre
el requisito de esta garantía.

En ese orden de cosas, se puede afirmar que esta reglamentación federativa,


no reúne esos requisitos que aplique en efecto ese mandato de optimización
del derecho a la defensa técnica, pues tal y como se ha expuesto, no es la
simple nominación o disponer en la regla la descripción del derecho, si frente a
la aplicación del principio en lo fáctico y jurídico, la garantía del sujeto
disciplinable se pone en riesgo, dejando al azar, el camino procesal que tome
la defensa y la eventual nulidad que se pueda presentar o incluso creyendo
sanear lo insanable.

3.4.2 Tratamiento a la Garantía del Derecho de Defensa en la Federación


de Pesas

Recientemente el Código Disciplinario de la Federación Colombiana de


Levantamiento de Pesas (FCLP) adoptó unos ajustes y modificaciones entre
esas mayores exigencias en cuanto a los asuntos del dopaje pero sin perder el

51
. Artículo 206. Representación. Las partes podrán ser representadas cuando no se exija su
comparecencia personal con el fin de garantizar sus intereses deportivos. Las partes son libres para
decidir si desean hacer uso de la representación, la cual sólo podrá́ ser ejercida por un abogado titulado

75
punto que interesa abordar, en cuanto a la garantía de defensa técnica, de
entrada, en comparación del anterior código disciplinario de la FCF. Esta
codificación de la halterofilia nacional, no emplea principios rectores.

Cuando se realiza una simple lectura del articulado, no da cuenta de esta


reglamentación de una clara manifestación a la garantía de la defensa técnica
y debido proceso, solo cuando se desarrolla el artículo 2152 que refiere de la
apertura de la investigación disciplinaria en el apartado de la notificación, de no
surtirse la comparecencia personal del sujeto disciplinable, menciona, la
asignación de un defensor de oficio. ¿Reiteramos la pregunta, qué cualidades
reúnen esos defensores, adicional, a la de ser posiblemente abogado
titulado?, ¿cómo se integra esa lista al menos de defensores de oficio? Nada
se menciona ni se describe en este sentido (Federación Colombiana de
Levantamiento de Pesas, 2020).

Más adelante en el artículo 3653, se logra ver otra mención de las actuaciones
pormedio de abogado, pero refiere más a un tema de postulación o capacidad

52
Artículo 21. APERTURA DE LA INVESTIGACIÓN
Las comisiones disciplinarias conocerán de oficio, o mediante queja, las infracciones disciplinarias
Conocidas las infracciones por la comisión disciplinaria, este dispondrá de cinco (5) días para dictar la
providencia en la que se consignen los hechos o las omisiones sobre los que recaerá la investigación y
las disposiciones del Código Disciplinario que se consideren infringidas. El auto se notificará
personalmente al presunto infractor dentro de los tres (3) días hábiles siguientes, con la advertencia de
que no es susceptible de recurso alguno. Si no pudiere cumplirse la notificación personal en la dirección
registrada en la FEDEPESAS, se fijará un aviso en un lugar visible en la sede del organismo deportivo,
en la que se le prevendrá en que si no se presenta dentro de los cinco (5) días siguientes ante la respectiva
comisión disciplinaria al recibir la notificación, se le designará un defensor de oficio.
Vencido el término señalado en el inciso anterior, sin que el investigado compareciere, se le designaráun
defensor de oficio, con quien se le adelantará el procedimiento.
53
Artículo 36. Toda demanda, reclamación, queja o recurso de reposición o apelación, serán
presentados así: a) Por escrito y debidamente sustentado presentado de forma personal o apoderado de
la persona afectada; b) Ante el organismo o autoridad competente en cada caso; c) Si confiere poder,
éste debe estar legalmente constituido; d) Dentro del procedimiento y términos estipulados en el presente
Código Disciplinario o Reglamento; e) Si es recurso de apelación, podrá remitirse directamente por el
recurrente o a través del organismo de inferior jerarquía, anexando éste y el expediente original de
primera instancia al superior competente.
76
para actuar y nada más.

Entonces, las otras cuestiones que surgen dada esa precaria regulación de
garantías en la norma disciplinaria de esta federación son: ¿cómo se aplican
esas máximas al debido proceso, y en especial, al derecho de defensa técnica
en los procedimientos disciplinarios de este deporte, si no cuentan con una
reglamentación adecuada?, ¿acaso, los operadores disciplinarios tienen
permanentemente la máxima de aplicación de estos principios
constitucionales y convencionales?, ¿El deportista tiene acceso a una
adecuada información de la garantía de sus derechos,como el de la defensa
técnica?

La respuesta que se puede deducir del por qué se han desarrollado


disposiciones tan tenues, y como consideran, estas disposiciones que pueden
suplir algunas deficiencias reglamentarias, obliga a remitirse a la Ley 49 de
199354 en sus ya aproximados 28 años de expedición, que tuvo como objetivo
establecer y aplicar55 el marco general del régimen disciplinario aplicado al
deporte. En ese orden, cuando se revisan la mayoría de codificaciones
disciplinarias de los entes federativos nacionales, la estructura y parámetros
de los articulados desarrollados son en gran mayoría una fiel transcripción y
adecuación a lo establecido en apartados de la Ley 49 de 1993 (Congreso de
Colombia, 1993).

54
Ley 49 de 1993. Por la cual se establece el Régimen Disciplinario en el Deporte.(Congreso de
Colombia, 1993).
55
Artículo 2o. CAMPO DE APLICACIÓN. El campo de aplicación del régimen disciplinario en el
deporte, para los efectos de la presente Ley, se extiende a las infracciones de las reglas de juego o
competición y normas generales deportivas, tipificadas en el Decreto número 2845 de 1984, en esta Ley
y en las disposiciones reglamentarias de estas normas y en las estatutarias de los clubes deportivos, ligas,
divisiones profesionales y federaciones deportivas colombianas, cuando se trate de actividades o
competiciones de carácter nacional e internacional o afecte a deportistas, dirigentes, personal técnico,
científico, auxiliar y de juzgamiento que participen en ellas.
77
Esto responde a una exigencia de la misma norma pública cuando el artículo
noveno56 en cuanto al régimen disciplinario de las federaciones deportivas, se
les somete a estos entes a ceñirse a lo dictado en esa norma, y se les indica
especialmente unos puntos de tipificación que nada comprende con claridad
la garantía a la defensa técnica.

En el mismo sentido, esta norma, se refiere a la aplicación del principio de


defensa57 solo en la etapa de instrucción y resolución, entre otros principios
inmersos en la garantía del debido proceso, lo que refleja en técnica legislativa,
la simple enunciación de unos principios, que a pesar de no estar con claridad
dispuestos en la codificación disciplinaria de la federación de pesas, ésta se
inmersa y apoya en la Ley Disciplinaria del Deporte, lo que permite entender
el grado de deficiencia en la técnica reglamentaria, y adicional, ser un aspecto
que puedan desconocerse en su máxima de garantía en algún momento.

3.4.3 Tratamiento a la Garantía del Derecho de Defensa en la


Federación Colombiana de Actividades Subacuáticas

56
Artículo 9o. RÉGIMEN DISCIPLINARIO DE LAS FEDERACIONES Y DEMÁS ORGANISMOS
DEPORTIVOS. Las Federaciones Deportivas Nacionales, divisiones profesionales, ligas y clubes,
expedirán un Código Disciplinario, dictado en el marco de la presente Ley, en el cual deberán prever,
obligatoriamente, los siguientes extremos: a) Un sistema tipificado de infracciones, de conformidad con
las reglas de juego de la correspondiente modalidad deportiva, distinguiéndolas en función de su
gravedad; b) Los principios y criterios que aseguran la diferenciación entre el carácter leve, grave y muy
grave de las infracciones, la proporcionalidad de las sanciones aplicables a las mismas, la inexistencia
de doble sanción por los mismos hechos, la aplicación de los efectos retroactivos favorables y la
prohibición de sancionar por infracciones no tipificadas con anterioridad al momento de comisión de las
mismas; c) Un sistema de sanciones correspondientes a cada una de las infracciones, así como las causas
o circunstancias que eximan, atenúen o graven la responsabilidad del infractor y los requisitos de
extinción de ésta última; d) Los distintos procedimientos disciplinarios de tramitación e imposición, en
su caso, de sanciones. El sistema de recursos contra las sanciones impuestas.
57
Artículo 6o. DERECHO A LA DEFENSA. El trámite de instrucción y resolución que deben adelantar
los Tribunales Deportivos, el Tribunal Nacional del Deporte y las autoridades disciplinarias, estará
basado en el principio de defensa, de audiencia del acusado, favorabilidad y de contradicción de la
prueba.
78
La Federación Colombiana de Actividades Subacuáticas, aprobó en asamblea
de junio 9 de 2007, su código disciplinario (Federación Colombiana de
Actividades Subacuáticas, 2007) con una estructura muy similar a la
codificación de la FCLV, salvo algunas disposiciones de su deporte y
tipificación de faltas y sanciones. Sin mayores consideraciones a las expuestas
en el punto anterior, esta federación en su artículo 5658 hace mención expresa
a la asignación del defensor de oficio en el trámite o etapa de apertura de
investigación, cuando el sujeto disciplinable no comparezca, estructura que
como se ha mencionado, está ligado a lo establecido en la ley disciplinaria del
deporte del año 1993.

Sin embargo, resalta un parágrafo que en comparación a las otras


codificaciones vistas, esta normativa privada habla de una formación de listas
de personas que pueden ser designadas defensores de oficio, disposición que
rige paraclubes, ligas, divisiones y federaciones. Debe señalarse que no es
pública la información de cómo se integran esas listas, qué proceso se surte
para la elección, qué requisitos mínimos se requieren para esos perfiles de
defensa, cómo es el sorteo de designación y finalmente nada se dice si esta
lista puede ser accesible a una solicitud de amparo a falta de recursos.

58
Artículo 56. APERTURA DE LA INVESTIGACIÓN
La Comisióń Disciplinaria conocerá́ de oficio, o mediante queja, de las infracciones disciplinarias.
Conocidas las infracciones por la Comisióń Disciplinaria. Esta dispondrá́ de cinco (5) días para dictar la
providencia en la que se consignen los hechos u omisiones sobre lo que recaerá́ la investigacióń n y las
disposiciones del Código Disciplinario que se consideren infringidas. El auto se notificará personalmente
al presunto infractor dentro de los tres (3) días hábiles siguientes, con la advertencia de que no es
susceptible de recurso alguno. Liga, se fijará un aviso en lugar visible en la sede del organismo deportivo,
en donde se le prevendrá́ que si no se presenta dentro de los cinco (5) días siguientes a la respectiva
Comisióń n a recibir la notificacióń, se le designará un defensor de oficio. Vencido el termino señalado
en el inciso anterior, sin que el investigado compareciere, se le designará un defensor de oficio, con quien
se le adelantará el procedimiento. PARÁGRAFO: Las Comisiones Disciplinarias de los Clubes, Ligas,
Divisiones y Federaciones formará n listas de personas que puedan ser designadas defensores de oficio.

79
3.5 PROBLEMÁTICA DE LA FALTA DE DEFENSA TÉCNICA EN PROCESO
DISCIPLINARIO DEPORTIVO EN UN CASO CONCRETO

El presente caso que se documenta con la autorización previa del sujeto


disciplinado que como bien se expuso en el capítulo 1.5, se vio compelido a
una forma de juzgamiento lo que implicó falta de garantías y en especial la
falta defensa técnica en un asunto tan especializado como el deportivo, con
los fines académicos, se ejemplifica paradójicamente una situación que se
vuelve situación común, cuando se está acostumbrado a ver en la mayoría de
casos el mismo proceder al momento de disciplinar los deportistas. En este
caso, se dio frente a una persona que ostentaba el cargo de presidente de la
Federación Colombiana de Voleibol y fue sancionado con la mayor sanción
dispuesta en el código disciplinario de ese ente deportivo.

En ese orden, se presentan las situaciones fácticas y algunas jurídicas que


arrimará a una mejor comprensión del caso (Proceso Disciplinario contra
presidente de federación de voleibol, 2016, págs. 1-78).

El protagonista de este caso, y a efectos de este trabajo académico, se hace


mención al señor TLR, años atrás, fungió como presidente de la Federación
Colombiana de Voleibol. La profesión de este sujeto es: Licenciado en
Educación Física de la Universidad Pedagógica Nacional con certificación
internacional como profesor en voleibol. Este último título, otorgado por la
Federación Internacional de Voleibol - FIVB.

El señor TLR en su más de 35 años de experiencia profesional y ex dirigente


deportivo, pudo ejercer su rol como entrenador de voleibol en distintos
escenarios como escuelas de formación, clubes deportivos, universidades,

80
ligas deportivas y ostentando con decoro, un cargo directivo dentro de la
Federación Nacional de Voleibol.

El sujeto disciplinado, por su alto grado de formación en este deporte, tuvo


reconocimiento nacional e internacional en esta disciplina deportiva, entre
otras que le llevó a poder asumir la dirigencia deportiva (Presidencia de
Federación Nacional) para el periodo comprendido entre el estatutario 2012-
2014. Toda su vida profesional en este deporte se convirtió en la principal
fuente de ingresos y de recursos para él y su núcleo familiar.

Producto de su estilo de dirigencia y pujas de poder interno como suelen darse


al interior de estos organismos deportivos, se extravió un documento (tipo
cheque) que nunca fuer cobrado, por el contrario, anulado y que, la persona
que tenía el deber de custodiarlo no dio cuenta de eso, lo que conllevó a que,
se orquestara una estrategia para disciplinar al señor TLR y sacarlo de la
dirigencia de la federación.

La comisión disciplinaria de la federación llevó a cabo unos supuestos actos


del año 2013, que fueron puestos en conocimiento por el entonces revisor
fiscal de dicho organismo hacia el año 2014, esto trajo consigo que al
accionante se le abriera indagación preliminar. La comisión disciplinaria, hacia
el mes de julio de 2015, abre indagación formal, en lo que se puede ver con
absoluta claridad en los (anexos), fue un procedimiento completamente
irregular, carente de todas las garantías constitucionales al derecho de
defensa y debido proceso.

De este caso se puede observar, en un acto que se enmarca del Ius Puniendi,
atendido por un privado con incidencia disciplinaria, nunca se le advirtió, nunca

81
se le previno por esta comisión, ni por las mismas normas federativas que, la
garantía al derecho de defensa es de garantía superior, y debía a toda
consideración, garantizarle no solo su derecho a la contradicción, sino
también, el derecho a estar asistido por un profesional del derecho que le
garantizara su defensa técnica.

Nótese que fue interrogado sin la presencia de su abogado ya fuera de


confianza o por algún otro mecanismo de defensoría que le permitiera
resguardar derechos superiores; no se le advirtió sobre su derecho como el
de no autoincriminación, guardar silencio, presunción de inocencia, garantías
constitucionales y convencionales. (Proceso Disciplinario contra presidente de
federación de voleibol, 2016, págs. 38,39). De conformidad a lo anterior,
resulta ser más gravoso la situación en concreto, si se tiene en cuenta
conforme consta en las consideraciones de la comisión disciplinaria, cuando
toman como agravante de una presunta conducta, el interrogatorio del aquí
disciplinado, que fue llevado a cabo sin el mínimo de garantías y debido
proceso.

Lo anterior permite entender lo esencial que resulta, que sean tuteladas las
garantías constitucionales y convencionalmente reconocidas al derecho de
defensa y estar debidamente asistido que fueron groseramente desconocida
por este tribunal privado, integrado incluso por abogados que por conocimiento
elemental debían conocer de garantías mínimas procesales que le asisten a
un sujeto con relación especial de sujeción a las normas deportivas. De igual
forma, se resalta que se constituyeron pruebas con vulneración a garantías
fundamentales, no se respetaron las reglas propias del juicio, se atentó contra
el derecho de defensa, no se contó con los mínimos de juicio de razonabilidad,
proporcionalidad de la sanción ni un análisis mínimo del grado de ilicitud ni

82
culpabilidad.

Un proceso que a la simple vista de especialistas en derecho disciplinario,


procesal, deportivo y constitucional, es a todas luces, transgresor de derechos
y garantías en el marco de un juicio disciplinario de un privado. En resumidas
cuentas, se aprovecharon de la ignorancia y desconocimiento legal que puede
tener un licenciado en educación física en estos procedimientos disciplinarios
del deporte y se prestó la Comisión como instrumento sancionador, vulnerador
de garantías y con el objetivo de sacar al señor TLR de la Federación.

En ese orden, en el mes de julio de 2016, se expide la resolución 002 de la


comisión disciplinaria del ente privado deportivo, resolviendo suspender al ex
dirigente deportivo por el término de 5 años, según ellos, de todas las
actividades relacionadas con el deporte del voleibol a nivel local, nacional e
internacionalmente. De esta sanción como se puede deducir, no se hace un
ejercicio de control de garantías, ni de saneamiento de nulidades, no se
atienden a juicio de razonabilidad estricta, que debe revestir toda actuación
disciplinaria, independientemente por quién sea ejercida un servidor público o
un privado.

Asimismo, producto de dicha sanción, en su momento, el señor TLR presentó


sin garantía de defensa técnica ni asistencia profesional, como se ha
manifestado, una serie de escritos que fueron tomados como sus recursos de
reposición ni siquiera la posibilidad de una apelación o revisión según el marco
de convención americana, lo que terminó confirmando dicha sanción mediante
la resolución 003 de abril de 2017 por el mismo organismo. Vale la pena
mencionar que en escrito que presenta el disciplinado en el mes de septiembre
de 2016, como recurso de reposición ante la comisión por la resolución 002,

83
expone puntualmente la incidencia que esta determinación traería atentando
contra garantías superiores, que él cita, así:

(…) “Que subsidiariamente se reconsidere la sanción impuesta teniendo en


cuenta que mi formación profesional como LICENCIADO EN EDUCACIÓN
FÍSICA Y DEPORTES, hace que mi sustento y el de mi familia dependa de mi
trabajo como entrenador y director técnico del voleibol de acuerdo con las
certificaciones de cursos internacionales FIVB que ostento. Por ello la decisión
afecta el mínimo vital y coarta el derecho al trabajo como precepto
constitucional”. (Proceso Disciplinario contra presidente de federación de
voleibol, 2016, págs.9-12)

De los anteriores hechos, se puede afirmar que los actos de los miembros del
órgano de administración de esta federación tienen dos puntos de análisis:

El primero, que las garantías superiores constitucional y convencionalmente


reconocidas, fueron vulneradas, e incluso, pruebas a ese proceso, se
incorporaron con vulneración al debido proceso sin derecho a una defensa
técnica que le permitiera el ejercicio de contradicción entre otros. El segundo
punto de análisis, tiene que ver con la magnitud e incidencia de negarle al
accionante ejercer un adecuado ejercicio de derecho de defensa técnica, que
debía garantizarse en un trámite de esta naturaleza, así este se negara a
contratar abogado, no contara con los recursos económicos, ya que su rol
como entrenador, es un impedimento para comprender que puede realizar su
defensa material, impidiéndole ejecutar a cabalidad sus derechos
fundamentales, sufrir un trato desigual si se miran otras disposiciones
disciplinarias.

Todo lo anterior, ha sido un norte para connotar las deficiencias legales y de


garantía cuando no se adecuan las disposiciones disciplinarias de estos
entes deportivos, al igual que la disposición de la Ley 49 de 1993, entre otras,

84
que independientemente de la posibilidad o no de designación, o facultad que
le asiste al disciplinado (postura de la Corte Constitucional), se debe garantizar
una defensa que tenga la suficiente, calidad, idoneidad y saber que le permita
atender la especificidad el proceso (postura de defensa técnica de la Corte
Suprema de Justicia).

En resumidas cuentas, esto demuestra, cómo se emplean de manera


distorsionada, los mecanismos disciplinarios deportivos como verdaderos
instrumentos de coacción e intimidación, aprovechándose del
desconocimiento de las personas disciplinables en esta materia, lo que envía
un pésimo mensaje social en el marco del Estado de Derecho.

A la fecha, a pesar de que el disciplinado no tiene vínculo alguno con la


federación ni contractual ni estatutariamente, no tiene subordinación ni
sujeción a la federación ni sus reglamentos, si el señor TLR intenta vincularse
con lo único que sabe hacer y es enseñar el voleibol, siempre aparece la
federación negándole la posibilidad de ejercer su rol de entrenador así como
su derecho al trabajo, lo que conlleva a que se expidan una serie de directivas
de este ente privado, excluyendo al entrenador de los eventos oficiales; por
ende, limitando su posibilidad de ejercicio profesional, por ende, tiene una
especie de muerte profesional producto de una sanción disciplinaria deportiva.
Además, se ha encontrado con una entidad deportiva que considera que el
monopolio que puede ejercer sobre la disciplina deportiva puede dar lugar a
impedir el ejercicio de derechos fundamentales.

Finalmente, no se puede perder de vista que, si bien la Corte Constitucional


ha avalado la posibilidad de que se discipline y se ejerza el derecho
disciplinario en distintos ámbitos de sujeción especial como el deporte, estos,

85
deben ser en estricto cumplimiento de garantías, y sobre todo, que el conflicto
que puede derivarse en el choque de dos derechos, el que tienen ellos de
aplicar sus normas deportivas y estatutarias no pueden traspasar límites que
en un test de proporcionalidad no superaría, ante la negativa e impedimento
que el señor TLR soportó al impedírsele ejercer su rol de entrenador en
voleibol.

Puesto que la aplicación del derecho convencional en materia disciplinaria en


estos entes deportivos, no deben escapar a la órbita y análisis del operador
disciplinario o de del juez constitucional en un ejercicio claro de ponderación
entre las normas propias del deporte (lex sportiva) y normas de orden público
constitucional y convencional.

En específico, este caso disciplinario desconoció no solo normas


convencionales que no pueden ser pasadas por alto, ya que una suspensión
de 5 años como la impuesta al señor TLR pareciera aún más gravosa que si
hubiese obtenido una condena de carácter penal, pues, las limitaciones que
se le están imponiendo de suspensión territorial, nacional e incluso
internacional como se señala en el artículo 15 del código disciplinario de esta
federación, y con todo lo que se llame voleibol, excluirá e impedirá que una
persona que lleva más de 35 años consagrados al deporte del voleibol, esté
condenado social, económica y laboralmente en una reglamentación
disciplinaria que hoy no atiende a los llamados constitucionales ni
convencionales, todo derivado de una inadecuada extensión y aplicación de la
garantía del derecho de defensa técnica o especializada.

86
CONCLUSIONES

Estudiado en un grado de aproximación las estructuras internacionales del


deporte y su relación con la estructura nacional en esa interdependencia de
reglamentaciones y disposiciones estatutarias que conforman la base del
deporte en un contexto eminentemente privado y que, asociado a los fines
mismos del estado, estos adoptan dentro de sus parámetros de respeto de
garantías unos mínimos que si bien pudiera decirse, guardan relación con las
disposiciones de orden público, la garantía del derecho defensa se limita a un
aspecto formal dentro de sus estatutos, sin que se pueda considerar que exista
un conveniente desarrollo y mirada garantista a la incidencia de una adecuada
garantía de defensa técnica en situaciones que inciden en lo disciplinario
deportivo.

En Colombia, en las circunstancias actuales, es imposible hacer una defensa


técnica sin corregir las deficiencias legales desde la estructura internacional y
la falta de control nacional, por lo que las disposiciones disciplinarias que rigen
la legalidad de los procedimientos disciplinarios, no evitan capricho federativo
o estatutario, incluyendo libertariamente conductas sancionables y las
disposiciones de sanción que muchas veces exceden parámetros de
necesidad, proporcionalidad, y razonabilidad frente a la trascendencia de la
conducta; aspectos en el cual, el personal disciplinable no tiene posibilidad de
intervenir, mucho menos participar en su construcción, y el Estado no asume
la obligación de control real.

Un aspecto problemático que surge en esa relación que debe existir entre el
ordenamiento público y la lex sportiva, tiene que ver con la capacidad de
autorregulación y auto normarse los entes deportivos en al ámbito de su

87
autonomía privada; sin embargo, se encuentra que en el punto de efectivizar
en los procedimientos disciplinarios deportivos, la garantía de defensa, más
allá de una simple designación por el disciplinable de un abogado de
confianza, la legislación deportiva desde sus ámbitos internacionales se ha
quedado corta a la hora de avanzar en realizar juicios más justos, en igual de
armas, con mejor desarrollo de los principios del debido proceso y el derecho
de defensa que optimice esa garantía para aquel que se ve inmerso en un
sistema de juzgamiento, atendiendo que de la misma naturaleza tan
especializada de los tribunales deportivos o comisiones nace la misma
necesidad de contar con defensas de igual dimensión en lo que se denominan
defensas técnicas o especializadas.

A pesar que el tribunal máximo del deporte mundial TAS fue concebido como
ese ideario de última instancia especializada para resolver las distintas
problemáticas que nacen a diario en el deporte, con abogados (árbitros) de las
más altas calidades y conocedores del derecho deportivo, no se logra
encontrar que esa misma visión se extendiera a la garantía de defensa técnica
en un concepto mucho más amplio que el de la simple escogencia de un
profesional del derecho (disposición R30 del reglamento de procedimiento del
TAS) de confianza del deportista, entrenador, dirigente o de la organización
deportiva, se debería garantizar la asistencia de una lista de defensores
especializados que se estructura un organismo independiente al TAS, con la
libertad de quien acude al procedimiento en poder contratarlo directamente o
bajo un derecho de amparo y de manera oficiosa sobre ese mismo listado,
dejando la salvedad que en todo caso, la parte que no decida acogerse a esa
lista, entienda la dimensión y consecuencia de un inadecuado ejercicio técnico
defensivo de cara al procedimiento y asunto que se piensa surtir.

88
La Ley 49 de 1993 surgió como ese marco legal para la aplicación del régimen
disciplinario del deporte. Una ley de hace más de aproximadamente 30 años,
que atendió el querer del legislador de establecer unos mínimos parámetros
que debían ceñirse los distintos organismos deportivos del país al momento
de estructurar y adecuar sus códigos disciplinarios. En esta disposición se
contempló la posibilidad de la designación de defensor de oficio de un
disciplinable que no asiste al trámite disciplinario de un listado que deben
conformar los distintos entes; sin embargo, en la práctica ese listado no es
posible comprobarlo ni menos verificar si los abogados que componen esa
defensoría cuentan con la experticia, los saberes, la capacidad defensiva
como un ingrediente de la estrategia de defensa, bajo un saber especializado.
Tampoco se logra evidenciar si en los trámites esa garantía se respeta y por
qué no se hace extensible para aquellos casos donde no se cuente con
recursos económicos o se intente comparecer a una acción disciplinaria sin
conocimientos como el caso del ex dirigente deportivo que se relacionó líneas
arriba.

Si se comparan las disposiciones internacionales citadas con la disposición de


la Ley 49 de 1993, en materia disciplinaria deportiva, se encuentra un mayor
estándar de garantía en la legislación nacional pero que no obedece ni atiende
aspectos de fondo como la idoneidad, la calidad de defensoría que recoge hoy
la jurisprudencia nacional y que si podría garantizar un adecuado ejercicio de
defensa del disciplinable.

Casos de la complejidad y experticia como un asunto de materia como el


dopaje no es del saber de cualquier jurista, ni de cualquier médico; por tanto,
entender las razones del legislador en sus finalidades y en la misma norma de
hoy traer el concepto de defensa técnica, como se desarrolla en la actual Ley

89
2084 de 2021, refuerza la necesidad y problemática que se expuso en este
trabajo para entender que no solo debe ser limitada a los temas del dopaje, sino
a todo asunto delproceso disciplinario deportivo en la mirada amplia de una
defensa técnica oespecializada.

La intensidad de una sanción disciplinaria hacía un deportista sin atender con


una adecuada defensa le puede implicar la terminación de su carrera
deportiva, entre otras implicaciones alrededor de su carrera. De igual forma,
extensible a otros actores que puedan vivir o depender del deporte. Por esa
razón, las particularidades de cada caso, la especificidad del deporte y cada
disciplina deportiva, la diferenciación de reglas de lo deportivo, instancias
nacionales e internacionales, exclusión de jurisdicción ordinaria por
disposiciones estatutarias, entre otras, reflejan ese ámbito de perfecta
autonomía y diferenciación del derecho disciplinario deportivo que no puede
ser asumido éticamente por cualquier abogado, ni tampoco puede
garantizarse por una defensoría pública si no se cuenta con personal
calificado; por consiguiente no se garantiza ese estándar de optimización si el
Estado no adecúa su legislación deportiva, o al menos, los organismos
deportivos en su lex sportiva no extienden ese principio de derecho de defensa
a una mejor garantía procesal.

90
BIBLIOGRAFIA

ALEXY, R. (1993). Teoría de los derechos fundamentales. Madrid: Centro de


Estudios Constitucionales.
BERMEJO, José. (2020). La ley y el deporte.
https://www.heraldo.es/noticias/opinion/2019/07/28/jose-bermejo-la-
ley-y-el-deporte-1327438.html
BROTÓNS PIQUERES, José. (2007). Manual de gestion para federaciones
deportivas. Wanceulen Editorial Deportiva.
https://books.google.es/books?id=V5sADAAAQBAJ&pg=PA49&dq=las
+federaciones+deportivas+internacionales&lr=&hl=es&source=gbs_to
c_r&cad=3#v=onepage&q=las federaciones deportivas
internacionales&f=false
CÁMARA DE REPRESENTANTES. (2020). Informe de ponencia para primer
debate proyecto de ley número 302 de 2019 Cámara. 29 de Mayo.
https://www.camara.gov.co/camara/visor?doc=/sites/default/files/2020-
06/INFORME DE PONENCIA PARA PRIMER DEBATE PROYECTO
DE LEY NÚMERO 302 DE 2019 CÁMARA FINAL %281%29.docx
CAÑIZARES RIVAS, Eva, y PÉREZ TRIVIÑO, José Luis. (2017). Deporte y
derechos. REUS. https://www.editorialreus.es/libros/deporte-y-
derechos/9788429019544/
COMITÉ OLIMPICO INTERNACIONAL. (17 de julio de 2021). Carta Olímpica
Vigente a partir del 17 de julio de 2020.
https://stillmed.olympic.org/media/Document
Library/OlympicOrg/General/ES-Olympic-Charter.pdf
http://fedepesascol.com/normatividad-y-estatutos/
FERNÁNDEZ, Tomás Ramón. (2015). La justicia deportiva. Cuatro Estudios.
Aranzadi, S.A.
FERRAJOLI, Luigi. (1995). Derecho y razón teoría del garantismo penal.
FERRAJOLI, Luigi. (2016). Los derechos y sus garantias. Editorial Trotta.
JAVALOYES SANCHIS, Vicente. (2013). El régimen jurídico del Tribunal
Arbitral del Deporte [Tesis doctoral, Universitat de Lleida].
https://core.ac.uk/download/pdf/33346911.pdf
MONTERO DOMÍNGUEZ, Eva. (2011). Efectos psicológicos de la obligación
de la localización en deportistas de élite.
https://altorendimiento.com/efectos-psicologicos-de-la-obligacion-de-
la-localizacion-en-deportistas-de-elite/
NACIONES UNIDAS Derechos Humanos. (1966). Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos. 16 de Diciembre.
https://www.ohchr.org/es/instruments-
mechanisms/instruments/international-covenant-civil-and-political-
rights
ORTEGA SÁNCHEZ, Rodrigo. (2014). Arbitraje jurídico deportivo. Diálogos de
Saberes, 41. https://doi.org/https://doi.org/10.18041/0124-
0021/dialogos.41.199
PALOMAR OLMEDA, Alberto. (2013). El Marco Jurídico Internacional y
Nacional del Deporte. Alfa Delta Digital.
ROA SALGUERO, D., y DUARTE MARTINEZ, C. (2019). Garantías
convencionales en el derecho disciplinario.
ROA SALGUERO, David Alonso, y DUARTE MARTÍNEZ, Carlos Arturo..
(2020). La potestad disciplinaria y su régimen constitucional.
ROJAS URREA, Jorge., y CASAS ORTÍZ, Joaquín. (2020). Diálogos entre
constitucionalidad, convencionalidad y relaciones especiales de
sujeción en el derecho del deporte en Colombia. In TOMO I, Debates
fundamentales sobre derecho disciplinario.
TRIBUNAL ARBITRAL DEL DEPORTE. (2020). Código de arbitraje deportivo.
https://www.tas-
cas.org/fileadmin/user_upload/Codigo_del_TAS_2020__ESP_.pdf
VERDUGO GUZMÁN, Silvia Iren. (2017). Dopaje Deportivo.

JURISPRUDENCIA

CORTE CONSTITUCIONAL.
 Sentencia:T-438de1992.
https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/1992/T-438-92.htm
 Sentencia:SU-044de1995.
https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/1995/SU044-95.htm
 Sentencia:T-322de1996.
https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/1996/T-322-96.htm
 Sentencia:T-463de2018.
https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2018/t-463-18.htm
 Sentencia:C-064de2021.
https://www.suin-juriscol.gov.co/viewDocument.asp?id=30041604
 Sentencia:C-851de2013.
https://www.corteconstitucional.gov.co/RELATORIA/2013/C-851-
13.htm
 Sentencia:C-320de1997.
https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/1997/C-320-97.htm
 Sentencia:C-226de1997.
https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/1997/C-226-
97.htm#:~:text=C%2D226%2D97%20Corte%20Constitucional%20de
%20Colombia&text=Las%20actuaciones%20del%20Tribunal%20Naci
onal,incide%20en%20la%20actividad%20deportiva.
 Sentencia:T-302de1998.
https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/1998/t-302-
98.htm#:~:text=T%2D302%2D98%20Corte%20Constitucional%20de%
20Colombia&text=Dentro%20de%20los%20fines%20del,b%C3%BAsq
ueda%20de%20un%20orden%20justo.
 Sentencia:T-740de2010.
https://www.corteconstitucional.gov.co/RELATORIA/2010/T-740-
10.htm
CORTE SUPREMA.
 Radicado No. 11079 de 2002. https://cortesuprema.gov.co/corte/wp-
content/uploads/publicaciones/TOMOI SPA.pdf
 Radicado No. 20345 de 2006. https://cortesuprema.gov.co/corte/wp-
content/uploads/relatorias/pe/spa/DERECHO%20DE%20DEFENSA/D
EFENSA%20TECNICA/IDONEIDAD%20PROFESIONAL%20DEL%20
DEFENSOR/26827(11-07-07).doc
 Radicado No. 27283 de 2008. https://cortesuprema.gov.co/corte/wp-
content/uploads/relatorias/pe/spa/APODERADO CONOCIMIENTO D
EL SPA.pdf
 Sala de Cesación Penal. AP6357-2015. Radicación N° 41.198 de 2015.
https://cortesuprema.gov.co/corte/wp-
content/uploads/novejuri/penal/AP6357-2015(41198).pdf
 Radicado No. 48128 de 2017. https://cortesuprema.gov.co/corte/wp-
content/uploads/relatorias/pe/spa/APODERADO CONOCIMIENTO D
EL SPA.pdf
 Sala de Cesación Penal. Radicado 26827 de 2017. Sentencia de
casación.

LEGISLACIÓN

CONGRESO DE COLOMBIA
 Ley 74 de 1968. https://www.suin-
juriscol.gov.co/viewDocument.asp?ruta=Leyes/1622486#:~:text=LEY
74 DE 1968&text=por la cual se aprueban,16 de diciembre de
1966%22.
 Ley 16 de 1972.
https://www.funcionpublica.gov.co/eva/gestornormativo/norma.php?i=3
7204
 Ley 49 de 1993.
https://www.funcionpublica.gov.co/eva/gestornormativo/norma.php?i=4
9126
 Ley 845 de 2003.
https://www.lexbase.co/lexdocs/indice/2003/l0845de2003#:~:text=Ley
845 de 2003 - Colombia,de la Universidad de Medellín.
 Ley 1123 e 2007.
https://www.funcionpublica.gov.co/eva/gestornormativo/norma.php?i=2
2962
 Ley 1207 de 2008.
https://www.funcionpublica.gov.co/eva/gestornormativo/norma.php?i=3
8381
 Ley 1967 de 2019.
https://www.funcionpublica.gov.co/eva/gestornormativo/norma.php?i=9
7210
 Ley 2083 de 2021.
https://www.funcionpublica.gov.co/eva/gestornormativo/norma.php?i=1
58818
 Ley 2084 de 2021.
https://www.mindeporte.gov.co/recursos_user/2021/Juridica/Marzo/LE
Y_2084_DEL_03_DE_MARZO_DE_2021.pdf
 Decreto ley 1228 de 1995. https://www.suin-
juriscol.gov.co/viewDocument.asp?id=1247987
 Proyecto de Ley 302 de 2020.
https://leyes.senado.gov.co/proyectos/index.php/textos-radicados-
senado/p-ley-2019-2020/1773-proyecto-de-ley-302-de-2020
Constitución Política de Colombia de 1991.
Federación Colombiana de Actividades Subacuáticas. (2007). Código
disciplinario de la federación colombiana de actividades subacuáticas
“FEDECAS.” https://livas.com.co/wp-content/uploads/2021/02/Codigo-
Disciplinario-FEDECAS-2007.pdf
Federación Colombiana de Fútbol. (22 de abril de 2019). Código Disciplinario
Único de la Federación Colombiana de Fútbol.
https://fcf.com.co/index.php/2019/04/22/codigo-disciplinario-unico/
Federación Colombiana de Levantamiento de Pesas. (2020). Código
Disciplinario de la Federación Colombiana de Levantamiento de Pesas.
Ministerio del Trabajo. (08 de septiembre de 2020). Resolucion 1588 de 2020.
https://www.mintrabajo.gov.co/documents/20147/0/Resolucion+1588+
de+2020.PDF/76b2ad25-59fe-1911-491f-
2f707625bda0?t=1600138253977
Ministerio de Educacion Nacional. (18 de febrero de 1981). Ley 23 de 1981.
https://www.mineducacion.gov.co/1621/articles-
103905_archivo_pdf.pdf
Presidencia de la República. (2021). Decreto 1648 de 2021. 06 de Diciembre.
https://www.funcionpublica.gov.co/eva/gestornormativo/norma.php?i=1
74036

OTROS

Agencia Mundial Antidopaje. (2019). Código Mundial Antidopaje


Caracol Radio. (2020). Pesistas colombianos piden ayuda ecónomica para
poder pagar abogados. 05 de Marzo.
https://caracol.com.co/radio/2020/03/05/deportes/1583434440_458213
.html
Fogel, B. (2018). Icaro. ICARO.Netflix.
Queraltó, E. (2019). La Lex Sportiva.
Researchgate. (2013). Ramon Javier Mesa Callejas.
https://www.researchgate.net/profile/Ramon_Mesa_Callejas2/publicati
on/297
474722_Approaches_to_the_study_of_sports_associations_The_case
_of_clubs_and_leagues_in_Antioquia-
Colombia/links/585aab1608aeabd9a58cd278/Approaches-to-the-
study-of- sports-associat
UNESCO. (2019). Convención Internacional contra el Dopaje en el Deporte.
https://es.unesco.org/themes/deporte-y-antidopaje/convencion

También podría gustarte