Cuenta la leyenda que cuando a Anthony Hopkins le ofrecieron su personaje en “La
chica de Petrovka” (olvidada película de Robert Ellis Miller protagonizada por
Goldie Hawn y Hal Holbrook), dio vueltas por todo Londres en busca de la novela de George Feifer. Pero no hubo caso, no la encontró en ninguna librería. Volviendo a su casa, el futuro Hannibal pensó que estaba loco cuando encontró un libro de la novela abandonado en una estación del subte (o metro). Obviamente se lo llevó y, mientras iba pasando las hojas durante el viaje, notó que el libro tenía muchas anotaciones en los márgenes. Tiempo después, durante el rodaje de la película, Hopkins pudo conocer personalmente a George Feifer (el mencionado autor de la novela). Este buen señor le contó que se había quedado sin un solo ejemplar de su propio libro y que lamentaba haberle prestado su última copia (donde había hecho muchas anotaciones en los márgenes) a un familiar que lo había perdido en el metro de Londres. El mundo es un pañuelo, . Hasta para los libros.