Está en la página 1de 3

Creo que nunca les guste a mis padres, no sé si es solo una mal

sensación que he tenido toda la vida, o es que realmente es así. Mi padre era
mi vecino, y si no fuese por mi abuelo, probablemente me hubiera visto poco
con él en mi infancia, a pesar de eso, de estar ausente, no entiendo por qué,
pero lo defendía de mi mamá, pues el no daba ni un peso por mí, por muchos
años, pero a pesar de eso yo me conformaba con que no le diera la misma vida
a mi hermana, esa misma que nunca logramos generar un vinculo de
hermandad, la verdad, ni siquiera nos veíamos tanto, a lo más un saludo vacío
cuando nos veíamos en casa de mi abuela; no era mala, simplemente no se dio.
En tanto, la vida con mi mamá era algo especial, no porque me
disgustara ella, al fin y al cabo no la veía mucho, siempre la mano de obra
barata trabaja jornadas eternas ya sea privados o parte del estado, solo somos
unos engranajes demasiado caros como para no tenerlo, es por esto que mi
mamá trabajaba 12 horas al día con turnos rotativos entre día y noche, además
no la culpo en absoluto ella, en sus días libres trabajaba de “nana” para un
doctor como plata extra, al fin y al cabo, ella hacía lo que podía con lo que
tenía, sé que ella jamás pensó al igual que yo en la mayoría de las cosas, pero
al menos yo siento que soy igual a ella, una persona con “mala cuea” que trata
de sobrevivir a esto que la gente llama “vida”. Yo era llorón, al igual que ella,
era sentimental, al igual que ella, era amable, al igual que ella, sacrificaba
mucho de mi por el bienestar ajeno, al igual que ella, y explotaba de la misma
forma que lo hace ella, aunque ella, no se diera cuenta.
Desde mi memoria es muy desconocida y mística mi infancia, es algo lo
cual me cuesta demasiado recordar, y a veces pienso que mi mente bloquea
ese lado de mi persona para no desencadenar en cualquier reacción que
considere peligrosa, es por esto que recuerdo poco, quizás unos tantos
colegios a los que fui en básica, el más importante de ellos el Eben-Ezer. Yo
rebotaba de colegio en colegio por los horarios de mi mamá, incluso dormía
en casa de mi abuela para tratar de organizar esto con donde me quedaba,
recuerdo sentir esto como simplemente una puta mierda, entre la casa de mis
abuelos, mis tíos, amigos de la familia o la misma mía, me hacía sentir menos,
vacío, como si fuera rebotando de un lugar no deseado a otro.
Pero a pesar de eso, esa pobre mujer que le decía mamá, se esforzaba
por brindar estabilidad, a una casa que con suerte se tiene para comer, bañarse
con la tetera o comer solo lo que el gobierno da en el colegio.
Lamentablemente el amor es la perdición de todos aquellos que osan a sentirse
humanos. ¿no? Ahí, en la fiesta en la casa de su ex-Cuñada conoce a un tipo
mucho más joven, un casanova que vive el día a día y solo fuma marihuana
sin alguna proyección a futuro.
Este sujeto estuvo mucho tiempo en nuestras vidas, pero la verdad de
las cosas es que no recuerdo mucho, ni sé ordenarlo en una secuencia
temporal, pero los momentos que recuerdo pueden ser:
Cuando fuimos al cementerio a profanar una fosa común y se nos cayó
una tapa de metal que seguramente sonó en todo el cementerio, aplastando los
cráneos y huesos que había abajo, escapamos por el cerro, en ese momento
inhabitado perdidos por 3 horas hasta lograr llegar a casa.
También recuerdo esa vez el cual vendía a los perros de raza que
teníamos y me hacía pensar que se habían perdido. cómo olvidar cuando mi
papá me regalo un celular y de la nada, de una noche a la mañana desapareció
y llega este weon con plata “que le habían pagado”. Claro que recuerdo una
vez estar haciendo una tarea de matemáticas y ver 2 segundos hacia arriba
para observar como Kratos trata de subir por la espalda del Titan Cronos, para
ser golpeado por el ese sujeto, cuando en múltiples ocasiones reiteradas me
volvía a golpear o a mi madre, jamás olvidaré ese momento en que me hizo
chuparle los dedos de los pies al maldito pervertido, en forma de castigo por
haber roto un vaso, o aquella vez que por estar llorando, me desnudó para
meterme a la ducha a bañarme con agua helada y luego me sacara fotos
bañándome. Tampoco se me va a olvidar todos esos días en los que si creía en
Dios y rezaba para que este maniaco dejara de golpearme o hacerle algo a mi
familia, claro que no se me olvidará.
Pero aún así agradezco de conservar las locuras que hacíamos con mis
compañeros en básica, eran absurdas, pero lo hacíamos igual porque teníamos
10 años, Cómo olvidar cuando en el colegio crisol jugábamos a la lucha libre
o boxeo en la escalera del casino, luego de esto mi hermano mayor me
golpeaba con sus compañeros, ¿por qué?, ni idea, tampoco me relacioné
mucho con él, a pesar de convivir 20 años juntos.
Pero volviendo a la época de los 10 años, llegué a este colegio Eben
Ezer, el cual me hice amigo de un niño llamado Justin, era chico el weon,
pálido y rubio, y era bueno pal webeo también, no le temía a nada, saltó desde
la escalera del segundo piso, tirando una patada ninja y cayendo sobre unas
mochilas, y lo hacía ver como si nada, todos lo amaban, todos lo querían. Yo
estaba recién entrando a ese colegio y en la formación me tocó con él, ya que
como era enano, tenía que estar a su lado, si la verdad de las cosas es que los
dos éramos del mismo tamaño. Pero así suelen ser esas personas que irradian
luz a donde sea que van, ya que solo unos meses después en un entrenamiento
de futbol, quedó en coma por un derrame cerebral. Todo ocurrió tan extraño,
de un momento a otro de estar anotando un gol, se marea y le duele la cabeza,
el profe le pide que se vaya a sentar, y en eso se desmaya. Niños de Quinto
Básico, viendo un suceso no deseado, del niño más querido, para muchos fue
choqueante. Yo lo fui a ver al hospital, mi madre trabajaba ahí así que tuve esa
chance, y solo logré ver ventiladores conectados a su cara, ese fue la ultima
imagen que tuve del Justin, quizás como habrían sido nuestras vidas con él.
Luego de esto, me volví muy cercano a dos imbéciles y una niña que se
llevaba bien solo con hombres, ósea el Piña (Diego), que resultó siendo mi
mejor amigo, el Turrón (Matías), siempre lo encontré extraño, y el gran amor
del curso, todos alguna vez quisieron estar con ella, la Tía Chelen (Sonia), así
es, todos teníamos el nombre de alguna comida, estaba el palta, el papa, el
caldo (yo), etc. Creo que mi primer contacto con el Diego fue porque nos tocó
hacer grupo en educación física, y me cague de la risa, con todas las weas que
decía, y en consecuencia sería muy cercano al turrón, porque era su lapa,
siempre estaba donde estaría el Diego, igual le doy merito, el Diego nunca se
quedaba quieto, debió ser cansador.

También podría gustarte