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Sumak Kawsay (Buen vivir)

La filosofía del buen vivir (Sumak Kawsay en kichwa y Suma Qamaña en aymara​)​,

es una filosofía que evidencia la relación entre las sociedades y la naturaleza, significa vivir

en una armonía con todos lo que nos rodea, las personas, la naturaleza y nosotros mismos si

así se quisiera ver. Para los pueblos indígenas, se convierte en una forma de vida que

pretende trascender en nuestro tiempo para entender la complejidad de las relaciones del ser

con su entorno, más allá de la simple explotación y consumismo.

La globalización que, como estructura económica nos llevó a un proceso de

integración mundial, de algún modo, permitió dar una mirada a otras cosmovisiones para

comenzar una búsqueda de alternativas que armonizaran los espacios sociales y los

ambientales. Así, la globalización cada vez a ido acercando más a las economías, pero al

mismo tiempo, ha alejado a los seres humanos de lo realmente importante dando paso a la

necesidad de otras tendencias antiguas, ancestrales, que den importancia a los recursos, a

los seres, a la fauna, a la flora, a todo aquello que realmente es necesario para ​vivir​.

El capitalismo, en últimas, ha conducido a la pérdida de valores ancestrales, del

territorio, la diversidad biológica, la soberanía y otras más, que han dejado entre ver a las

personas en diferentes sociedades la necesidad de cambio, de orientar los procesos

económicos no al crecimiento económico, puesto que lo único que produce es más pobreza,
ya que se mantienen inalterados la distribución de la riqueza por lo que esta estará

concentrada en los más ricos, como históricamente siempre ha sucedido.

El buen vivir parte de los principios sobre la ​equidad social​, la ​sustentabilidad

ambiental y aspira a convertirse en una alternativa andina frente a la noción de desarrollo

de la civilización occidental (Cubillos, A. Hidalgo A. Domínguez, J. 2014).

En América Latina, países como Bolivia y Ecuador, han sido pioneros con sus

cambios en paradigmas sociales, económicos, políticos y ambientales, con el ánimo de

brindar a sus pueblos la felicidad, la equidad, la igualdad y el respeto por la diversidad

cultural y ambiental, con una mirada más proyectada al desarrollo de todos y todas y no

hacia el enriquecimiento de unos pocos.

La constitución del 2008 de Ecuador, manifiesta en sus 444 artículos una nueva

forma de convivencia ciudadana en diversidad y armonía con la naturaleza, para alcanzar el

buen vivir, el “sumak kawsay”. Así, poco a poco, en cada uno de los títulos y capítulos, se

expresa el término de manera constante y consciente. Este término se evoca

continuamente dentro de esta carta magna, pero debe ser claro que no es una simple

repetición, si no da cuenta de su principio ordenador para lograr una Constitución holística,

integral, a la altura de los retos del nuevo milenio​.

El buen vivir aparece en el escenario latinoamericano, a partir del año 2000, desde

autores indígenas ecuatorianos, peruanos y bolivianos, sus documentos contienen una


recopilación de la concepción andina de vida que es contraria a las ideas occidentales. Para

muchos, el buen vivir se asocia con el bienestar y la felicidad, pero examinadas desde el

origen indígena del concepto; abarca intenciones de mejoramiento social y los códigos

éticos, alejando ideas sobre acumular bienes materiales como única percepción de

desarrollo.

La idea fundamental de este

paradigma, como ya se ha

mencionado, es buscar la

regulación social, espiritual,

política y cultural. En este

paradigma, todo lo que gira

alrededor del ser humano

cobra sentido profundo: ​una

piedra, el río, el pez, la luz

solar, ya que consideran a

estos como seres

necesarios y capaces de oír, sentir, hablar, dialogar entre ellos​. El buen vivir, tiene un

significado denso, complejo, que debe ser abordado con mucho cuidado y detenimiento,
pues sus principios no son tan fáciles de llevar en esta época, por el contrario, suscita

contraposiciones que lo analizan como una idea imposible de llevar a cabo.

Así como dentro de algunas culturas en América del Sur, esta filosofía se ha

convertido en un eje articulador de sus políticas, trascendiendo a las constituciones de estos

países, por lo que debe dejarse en claro que, esta filosofía es una idea en construcción en el

mundo actual y tiene muchas intenciones de generar un diálogo horizontal entre las ideas

del hombre y la naturaleza. Asume la diversidad como una riqueza humana, social y

política, que puede si así se lo propone, articulará estrategias para convivir y vivir de la

manera más consciente.

Principios del buen vivir:

● S​uma Manq!aña (saber comer).

● Suma Umaña (saber beber).

● Suma Thokoña (saber danzar).

● Suma Ikiña (saber dormir).

● Suma Irnakaña (saber trabajar).

● Suma Lupiña (Saber meditar).

● Suma Amuyaña (saber pensar).

● Suma Munaña, Munayasiña (saber amar y ser amado).

● Suma Ist’ aña (saber escuchar).


● Suma Aruskipaña (hablar bien).

● Suma Samkasiña (saber soñar).

● Suma Sarnaqaña (saber caminar).

● Suma Churaña, Suma Katukaña (saber dar y saber recibir).

Torres, Solis, M., Ramírez, Valverde, B. (2019). Buen vivir y vivir bien: alternativas al
desarrollo en Latinoamérica. ​Latinoamérica. Revista de estudios Latinoamericanos,​
(69), pp. (71 - 97). Recuperado de
​https://dx.doi.org/10.22201/cialc.24486914e.2019.69.57106

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