Está en la página 1de 2

Las Cartas del monje ROBIN SHARMA

1 El poder de la autenticidad
El regalo más importante que podemos hacernos a nosotros mismos es el compromiso de vivir
nuestra auténtica vida. Ser sinceros con nosotros mismos, no obstante, no es una tarea fácil.
Debemos romper con aquello con lo que la sociedad intenta seducirnos y vivir la vida según
nuestros propios valores y en consecuencia con nuestros sueños primigenios. Debemos despertar a
ese yo oculto; explorar anhelos más profundos, más invisibles, las habilidades y debilidades que nos
hacen ser quienes somos. Debemos entender dónde hemos estado y adónde vamos. Cada decisión
que tomemos, cada paso que demos, debe estar investido de ese compromiso de vivir la vida siendo
sinceros y coherentes con nuestro yo auténtico y solo con ese yo. Y, a medida que avancemos,
tendremos la certeza de experimentar una fortuna que irá más allá de cualquier riqueza imaginada.

2 Acoge tus miedos


Lo que nos retiene en la vida es la arquitectura invisible del miedo. Nos hace permanecer en
nuestras zonas de bienestar, que son, en realidad, los lugares menos seguros en los que vivir. De
hecho, el mayor riesgo en la vida es el de no correr riesgos. Sin embargo, cada vez que hacemos
aquello que tememos, recuperamos la fuerza que nos ha robado el miedo, porque nuestra fuerza
reside del otro lado de nuestros temores. No puede haber concesiones.
Cada vez que asumimos el malestar que generan el crecimiento y la evolución, nos volvemos más
libres. Cuantos más miedos afrontemos, más poder recuperaremos. De esta forma, nos volvemos no
solo valientes, sino poderosos, y logramos vivir la vida de nuestros sueños.

3 Vive con amabilidad


Es importante recordar que, al igual que nuestras palabras son la expresión verbal de nuestros
pensamientos, nuestras acciones son la manifestación de nuestras creencias. Ninguna acción, sin
importar lo pequeña que sea, es insignificante. La forma en la que tratamos a una sola persona
define cómo tratamos a todo el mundo, incluidos nosotros mismos. Si no respetamos a los demás no
nos respetamos a nosotros mismos. Si somos desconfiados con los demás somos desconfiados con
nosotros mismos. Si somos crueles con los demás seremos crueles con nosotros mismos. Si no
podemos apreciar a quienes nos rodean, no nos apreciaremos a nosotros mismos. Con cada una de
las personas que nos relacionamos, con todo lo que hacemos, debemos ser más amables de lo que se
espera que seamos, más generosos de lo que se prevé, más positivos de lo que nosotros mismos
creemos posible. Cada instante experimentado frente a otro ser humano es una oportunidad de
expresar nuestros más elevados valores y de influir en alguien con nuestra humanidad. Podemos
lograr que el mundo sea mejor, persona a persona.

4. Realiza pequeños progresos diarios


La manera en que hacemos pequeñas cosas determina la manera en que hacemos todo. Si
realizamos las tareas menores de modo correcto, también tendremos éxito en los esfuerzos más
importantes. La maestría se convierte así en nuestra forma de ser. Pero más importante que esto es
que cada pequeño esfuerzo sirve para realizar los siguientes, para que así, ladrillo a ladrillo,
podamos construir verdaderas maravillas. Esto genera una gran confianza en uno mismo y se hacen
realidad los sueños extraordinarios. Los verdaderos sabios reconocen que los pequeños progresos
diarios siempre derivan en resultados excepcionales a largo plazo.
5. Vive lo mejor que puedas y trabaja de forma igual.
No hay trabajos insignificantes en este mundo. Toda tarea es una oportunidad para expresar el
talento personal, para crear una obra de arte y ser conscientes del genio que podemos llegar a ser.
Debemos trabajar tal como pintaba Picasso: con devoción, pasión, energía y excelencia. Así, nuestra
productividad no solo se convertirá en fuente de inspiración para los demás, sino que tendrá
impacto, pues cambiará las vidas de quienes nos rodean. Uno de los mayores secretos para vivir la
vida de forma hermosa es llevar a cabo trabajos importantes. Y hacerlo de un modo tan magistral
que los demás no puedan dejar de fijarse en uno.

6. Escoge bien tus influencias


No vivimos el día a día solos ni al margen del mundo que nos rodea. Por ello debemos estar siempre
atentos con las personas y las cosas a las que damos cabida en nuestra vida. Es señal de sabiduría
decidir pasar tiempo con aquellos lugares que nos inspiran y nos llenan de energía, y relacionarse
con esas personas que elevan nuestro espíritu y nos animan. Tanto en nuestro trabajo como en
nuestra vida personal, esos amigos y conocidos más positivos nos ayudarán a ser la mejor versión
de nosotros mismos y a llevar una vida más transcendental.

7.Los placeres más simples de nuestra vida son nuestras mayores alegrías.
La mayoría de ellas personas no descubren qué es más importante en la vida hasta que son
demasiado mayores para actuar en consecuencia. Pasan gran parte de sus mejores años persiguiendo
objetivos que al final importan poco. Aunque la sociedad nos invita a llenar nuestras vidas de
objetos materiales, la mejor parte de nosotros sabe que los placeres más simples son los que nos
enriquecen y nos llenan. No importa que nuestra situación sea difícil o acomodada, todos poseemos
una gran riqueza de sencillas bendiciones a nuestro alrededor, a la espera de que la valoremos. Si lo
hacemos, nuestra felicidad aumenta. Nuestra gratitud se propaga. Y cada día se convierte en una
asombroso regalo.

8.El propósito de la vida es amar.


Lo bien que vivas depende de como ames. El corazón es más sabio que la razón. Hónralo. Confía en
él. Síguelo.

9.Lucha por algo superior a ti mismo.


No hay personas vivas que estén de más en este mundo. Cada uno de nosotros está aquí por un
motivo, por un propósito especial, para cumplir una misión. Sí, construye una vida hermosa para ti
y para quienes amas, Sí, se feliz y pásalo muy bien. Y sí, ten éxito. Siempre siguiendo tus principios
y no tanto los que sugiere la sociedad. Pero, sobre todas las cosas, sé importante. Haz que tu vida
transcienda, se útil. Y sé de utilidad al máximo número de personas. Es la forma en el que cada uno
de nosotros puede pasar del reino de lo común a las alturas de lo extraordinario. Y caminar entre las
mejores personas que han existido jamás.

También podría gustarte