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El inicio de cualquier tratamiento requiere

 Una valoración diagnóstica precisa

 Un conocimiento exhaustivo de los factores implicados en el origen y desarrollo del


problema: antecedentes, factores desencadenasteis, factores predisposicionales,
factores de mantenimiento, soluciones intentadas, etc.

 Un conocimiento suficiente del paciente y sus circunstancias: grado de deterioro de la


salud y el bienestar, incapacitación e interferencias en planes de acción o estatus
significativos para la persona, recursos personales, atribución de capacidad y eficacia,
rasgos destacados de la personalidad y del sistema de valores, estado emocional
general, etc.

 La formulación de un esquema explicativo que identifique las variables más relevantes


del caso, las relaciones críticas entre ellas, y el proceso que han ido siguiendo a lo largo
del tiempo.

 El establecimiento de una relación adecuada entre el paciente y el especialista que les


permita trabajar juntos de manera eficiente: reconocimiento mutuo, comunicación
eficaz, confidencialidad, seguimiento de prescripciones etc.

 Finalmente, en función de todo lo anterior, el establecimiento de unos objetivos


evaluables y unos medios convenientemente ordenados y secuenciados. Estos últimos,
los medios y su despliegue, en función de la demanda formulada por el paciente, son
los que constituyen el tratamiento propiamente dicho.

La intervención terapéutica conjuga, normalmente, tratamientos específicos, en función del


diagnóstico principal, con otros de carácter más general o contextual, en función de las
características personales y circunstancias del paciente. Normalmente, las primeras
intervenciones van encaminadas a reducir los síntomas de ansiedad y la incapacitación que
producen. Posteriormente se analizan y tratan los factores que originan y/o mantienen la
ansiedad y otras alteraciones que puedan acompañarla.

Habitualmente, los tratamientos incluyen aspectos relacionados con la recuperación de la


salud, si se ha perdido, aspectos relacionados con la prevención , y aspectos relacionados con
el desarrollo personal del paciente que de un modo u otro tienen que ver con lo que le pasa.

Normalmente, al inicio del tratamiento, se acude a consulta una vez por semana. Cuando el
tratamiento está mínimamente encauzado, se espacian las visitas, efectuándose
habitualmente a razón de una visita cada 15 días.

Tratamientos específicos del estrés postraumático

Los tratamientos que han demostrado una mayor eficacia en el tratamiento específico del
estrés postraumático son los basados en procedimientos cognitivo-conductuales, si bien es un
ámbito en el que se requiere mucha más investigación. Se ha de tener en cuenta, no obstante,
que el tratamiento puede presentar diferencias ostensibles de un caso a otro, no sólo, como es
natural, en función de las características de las personas, sino también en función de los
hechos traumáticos desencadenantes: no produce los mismos efectos una agresión sexual,
que una catástrofe natural, o el choque de dos trenes. He aquí una relación de aquellas
técnicas consideradas más efectivas:
 Disposición de recursos de contención, que lleven al pacientes a sentirse atendido y
entendido, expresarse libremente, o poder depositar, y en cierto modo descargarse,
sus miedos o inquietudes.

 EMDR: Desensibilización y Reproceso por el Movimiento de los Ojos. La aplicación de


esta técnica parte de la premisa, para el Trastorno de Estrés Postraumático (PTSD), de
que la ansiedad se debe a que la información acerca del evento traumático permanece
sin haber sido procesada, manteniendo bloqueados las cogniciones, conductas y
sentimientos acerca del evento. La EMDR facilitaría el reprocesamiento del recuerdo
traumático, mediante la reconstrucción cognitiva del evento, asociada a la inducción
en el paciente de movimientos oculares sacádicos, y otras formas de estimulación
bilateral.

 Información al paciente sobre la naturaleza del estrés postraumático: mecanismos


básicos, funcionalidad y disfuncionalidad, explicación sobre los síntomas y su alcance,
relaciones entre pensamiento, emoción y acción.

 Medicación: normalmente en combinación y como apoyo del tratamiento psicológico.


Los medicamentos que hasta la fecha han demostrado una mayor eficacia, tanto en el
periodo inicila de estrés agudo, como posteriormente, son los inhibidores selectivos de
la recaptación de la serotonina (ISRS) y los antagonistas de receptores 5-HT2
(nefazodona). El tratamiento farmacológico ha de estar siempre prescrito y
supervisado por el médico.

 Identificación y neutralización del procedimientos contraproducentes, utilizados por el


paciente para regular su problema, pero que, en realidad, contribuyen, no a la
solución, sino al mantenimiento del problema. Para más información sobre estos
procedimientos puede consultarse el apartado Ir de mal en peor del menú de la
izquierda.

 Entrenamiento en relajación: respiración diafragmática lenta y relajación muscular


progresiva.

 Exposición controlada y progresiva a situaciones temidas, normalmente de forma


imaginaria. La exposición en un primer momento activa el miedo presente en los
recuerdos traumáticos, después permite al paciente tener una experiencia correctora
en ausencia de consecuencias aversivas.

 Técnicas cognitivas: reestructuración interpretaciones catastróficas, control


pensamientos automáticos, manejo de la culpabilidad, sobreestimación de la
probabilidad de ocurrencia de un hecho negativo. Para favorecer estos cambios es
frecuente utilizar ejercicios estructurados,” experimentos conductuales”,
cuestionamiento de hipótesis mediante “diálogo socrático” o contrastes con la
evidencia, etc.

 Optimización de los apoyos sociales y afectivos. Comunicación de los hechos y


vivencias traumáticas.

 Desarrollo de habilidades de afrontamiento para situaciones específicas. Poner el


acento en lo que se quiere que pase, más que en evitar lo que no se desea que ocurra,
en una situación dada
 Grupos de ayuda mútua y/o materiales de autoayuda, como complemento de la
terapia.

Estos son algunos de los recursos terapéuticos más conocidos y probados en el tratamiento del
estrés postraumático. Se ha de tener en cuenta no obstante, que estos trastornos pueden
venir asociados a otros problemas, que requieren también un abordaje, en el contexto de un
tratamiento integrado y convenientemente articulado. El tratamiento, en rigor, no lo es del
estrés postraumático , sino de la persona que lo padece, en relación, naturalmente, con la
demanda que efectúa.

Los tratamientos suelen desarrollarse individualmente, aunque en algunos en ocasiones, en


función del caso y del momento, puede estar indicada la terapia grupal. La duración de los
tratamientos oscila normalmente entre seis meses y un año, si bien en algunos casos pueden
ser más largos, dado que algunos casos se cronifican.

Los manifestaciones de estrés postraumático suelen aparecer varias semanas después de la


ocurrencia de los hechos desencadenantes. Diversos estudios indican que si, en ese periodo
previo, los afectados reciben asistencia, se reduce drásticamente la posibilidad de desarrollar
el trastorno.

__________
Fuente: Clínica de la Ansiedad. Psicólogos especialistas en el tratamiento del estrés
postraumático. Madrid y Barcelona.

Para saber más

Astin,M.C.y Resick, V.E. (1997): Tratamiento cognitivo-conductual del trastorno de estrés


postraumático. En V.E. Caballo (Dir.), Manual para el tratamiento cognitivo-conductual de los
trastornos psicológicos.

Shapiro F. (1995): Eye movement desensitization and reprocessing: Basic Principles, protocols
and procedures. New York: Guillford Press.

Bobes, J.; Bousoño, M.; Calcedo,A y Gonzélez,M.P. (2000). Trastorno de estres postraumático.
Barcelona: Masson.

Foa, E. Keane,T. y Friedman,M. (2003).Tratamiento del estrés Postraumático. Barcelona: Ariel.

Shapiro F. (1995): Eye movement desensitization and reprocessing: Basic Principles, protocols
and procedures. New York: Guillford Press.

Stahl,S.M.(1998). Psicofarmacología esencial. Barcelona: Ariel.

Directrices Internacionales de Tratamiento para el Estrés Postraumatico. The Expert Consensus


Guideline Series: Guías de actuación propuestas por Comités Internacionales de Expertos.
Están pensadas para especialistas, pero incluyen un apartado para pacientes y familiares. En
inglés.

Video ilustrativo: Psicología de las experiencias traumáticas II. (UNED-RTVE2)


Los ejercicios básicos te ayudan a lidiar con el estrés, la ansiedad y el trastorno de estrés
postraumático. Aprende a integrarlos en tu rutina

Lindsay Kalter | Insider

Estos ejercicios básicos pueden ayudarte a recuperar la calma | Business Insider Mexico

Estos ejercicios básicos pueden ayudarte a recuperar la calma.Pixabay.

Los ejercicios básicos son actividades mentales y físicas diseñadas para ayudar a controlar el
estrés y la ansiedad.

Se trata de ejercicios simples que incluyen respiraciones profundas contadas.

Son particularmente útiles para las personas que han experimentado eventos traumáticos.

Cuando las personas se ponen ansiosas, a menudo se sienten desconectadas del presente y se
centran más en los recuerdos estresantes o las preocupaciones sobre el futuro. Los ejercicios
básicos están destinados a traerte de regreso al aquí y ahora para ayudarte a manejar el estrés
y la ansiedad.

Conoce quiénes pueden beneficiarse más y algunos ejercicios básicos recomendados por
expertos que pueden ayudar a calmar una mente ansiosa.

¿Qué son los ejercicios básicos y quién puede beneficiarse?

Los ejercicios básicos son actividades mentales y físicas diseñadas para ayudar a controlar el
estrés y la ansiedad. Muchos profesionales de la salud mental y del comportamiento fomentan
el uso de ejercicios básicos en pacientes con altos niveles de estrés y ansiedad, en particular
pacientes que han experimentado eventos traumáticos.

«Tendemos a recomendar a las personas que los utilicen cuando su ansiedad llega a un punto
de pánico», dice Sara Hanson, gerente de atención de Behavioral Health Partners de University
of Rochester Medical Center. «Puedes tener tantos pensamientos estresantes en tu cabeza, y
la conexión básica puede traerte de vuelta al presente y hacerte sentir más físicamente en
control».

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MÁS INFORMACIÓN

La forma en que funciona es que los ejercicios básicos son pequeñas tareas diseñadas para
distraerte de los pensamientos negativos y estresantes. Porque estos aumentan tu conciencia
acerca del entorno actual. Eso incluye tomar respiraciones profundas y contadas; así como
concentrarse en la sensación de tus pies en el suelo.

Incluso, estos ejercicios pueden ayudar a una serie de problemas de salud mental. Por
ejemplo, el trastorno de estrés postraumático, la ansiedad, depresión y adicciones. También
puede ayudar a las personas con trastorno disociativo, que hace que las personas se
desconecten de sus pensamientos, sentimientos y sentido de identidad.

Además, los ejercicios de puesta a tierra también pueden proporcionar una distracción
necesaria para problemas físicos como el dolor crónico y las náuseas inducidas por la
quimioterapia. Cualquiera puede utilizar estas técnicas, incluidos los niños.

Ejercicios básicos de actividad física

De hecho, hay formas tanto físicas como mentales de conectarse al momento presente.
Algunas técnicas físicas incluyen:

Contar tus respiraciones. Centrarse en la respiración es una técnica popular de relajación. Uno
de los ejercicios más conocidos es la técnica 4-7-8. Primero, inhala tranquilamente por la nariz
contando mentalmente hasta cuatro. Luego, retén la respiración contando hasta siete.
Finalmente, exhala por la boca contando hasta ocho.

Salpica agua en tu cara o manos. «Hay algunos métodos diferentes que usamos para las
personas con resfriado porque impactan a su cuerpo para que lo note», dice Hanson. «El
rápido cambio en la sensación de temperatura devuelve tu cuerpo al momento». El
sentimiento puede redirigir tus emociones y obligarte a concentrarte en la sensación del agua
fría.

Concéntrate en tus pies. Dirige tu atención a ambos pies y observa cómo se sienten en el
suelo. Esto se puede hacer mientras está sentado en una silla o caminando; el objetivo es
concentrarse en una sensación física neutra. El sentimiento puede ayudarte a estar más
conectado con el momento presente, dice Hanson.

Aplaude o frótate las manos. Con ambas manos, haz que se toquen con los dedos,
empujándolos entre sí, dice Hanson. También, puedes apretar los puños con fuerza. «Te estás
enfocando en ‘estoy tomando este sentimiento internamente y ejecutándolo físicamente en
mi cuerpo'», dice Hanson.

Enciende una vela perfumada. Oler cosas que te atraen puede ayudar a relajarte, dice Hanson.
Por ejemplo, se ha demostrado que la lavanda tiene efectos terapéuticos, especialmente para
el estrés y la ansiedad.

Toca algo suave. Ya sea que se trate del pelaje de su mascota, una manta peluda o una prenda
suave, concentrarte en la sensación puede ayudar a reducir la ansiedad. De hecho, un estudio
de 2018 encontró que las personas asocian las texturas más suaves con la felicidad.

Ejercicios básicos mentales

Algunos ejercicios básicos se pueden realizar completamente en tu mente. Aquí hay una lista
de técnicas populares de esta técnica:

Recuerda los conceptos básicos. En tu mente, di tu nombre, dónde estás, de dónde eres y qué
hiciste ese día. Esta técnica parece simple, pero puede ser una buena manera de frenar los
pensamientos acelerados.

Juega memoria. Haz listas en tu cabeza, como tipos de flores o equipos deportivos; y ve
cuántas puede recordar. Según un pequeño estudio hecho en 2018, los juegos mentales están
asociados con una menor ansiedad. «Es una técnica de distracción», dice Hanson. «Te estás
enfocando en algo más que en el pensamiento que induce el estrés».

Piensa en alguien a quien amas. Imagina el rostro de alguien o una mascota que amas. Sentir el
amor en sí puede desencadenar las sustancias químicas felices de nuestro cerebro como la
dopamina.

Utiliza frases de anclaje. Enunciados como «estoy bien» y «estoy aquí» son útiles para
recitarlas en voz alta o mentalmente. Son tranquilizadoras, dice Hanson, y cambian su enfoque
hacia el diálogo interno positivo.

Imagina un lugar tranquilo. Asimismo, puedes pensar en un lugar que te brinde paz porque
ayuda a reducir la ansiedad en el momento, agrega la especialista. «Visualiza tu lugar favorito
o uno en el que has estado de vacaciones, que sea hermoso y tranquilo», dice. La investigación
sugiere que la naturaleza puede levantar el ánimo y disminuir el estrés, la ansiedad y la
depresión. Si no tienes acceso a un entorno al aire libre en este momento, imaginar lugares
tranquilos en la naturaleza puede ser un sustituto útil.
Haz cálculos mentales . Al igual que los juegos de memoria, las matemáticas mentales pueden
proporcionar una distracción muy necesaria. Por ejemplo, cuenta hacia atrás desde 100 por
siete. Cuando hayas memorizado esa secuencia numérica, cambia el punto de partida.

Esta es la información que debes recordar sobre los ejercicios básicos contra el estrés

Los ejercicios básicos pueden brindar comodidad en el momento de un episodio de ansiedad o


estrés. Las personas pueden utilizar métodos físicos, como el tacto y el olfato o ejercicios
mentales para crear paz interior.

Sin embargo, una vez que ha pasado ese momento, es importante poner en marcha un plan
para ayudar a prevenir episodios futuros, dice Hanson.

«Estos ejercicios pueden parecer simples, pero cuando estás en ese lugar mental, lo simple ya
no lo es», dice Hanson. «Estas técnicas pueden ser útiles para llevarte a un lugar donde puedas
hacer un plan de acción. Cuando te sientas mejor, intenta llegar a un lugar de autocuidado
para reducir la probabilidad de que esos sentimientos se apoderen de nuevo».

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