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cuentos

EL ZORRO Y LA CIGÜEÑA,
DE JEAN LA FONTAINE
Sucedió que un día el señor Zorro
quiso dárselas de importante e invitó a
comer a la señora Cigüeña. El menú no era
otra cosa que un sopicaldo, una sopa con
pocos sólidos que comer, la cual fue servida
en un plato llano.

Como es de esperarse, la señora


Cigüeña no pudo comer debido a la forma y
extensión de su pico, en cuanto que el señor
Zorro, con su lengua, lamió todo el plato a
gusto.

Ofendida, la señora Cigüeña decidió desquitarse por la humillación del señor Zorro, y
para ello, lo convidó a comer a su casa. El señor Zorro dijo:
¡Enhorabuena! Para los amigos siempre tengo tiempo.

A la hora de la cita, el señor Zorro se presentó en casa de la señora Cigüeña, hizo todas las
reverencias del caso y se sentó a la mesa, donde encontró la comida servida.
La señora Cigüeña había preparado un sabroso guisado, servido en un recipiente de cuello
largo y embocadura muy angosta, por donde solo ella podía pasar su pico, mientras que el señor
Zorro no podía introducir su hocico.

Así, el señor Zorro, el mismo que se daba ínfulas de importante, tuvo que regresar a casa
humillado, con las orejas gachas, el rabo entre las piernas, y claro, el estómago vacío.

MENSAJE:

No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti.


EL JOVEN PASTOR Y EL LOBO,
DE ESOPO

Érase una vez una joven pero valiente cigüeña que, pese a su juventud, se
aventuró a emprender un largo viaje y cumplir con su primera tarea, llevar a una
preciosa niña a los brazos de su mamá.

Preparó todo para tan atrevida aventura, y una mañana empezó un largo camino
desde los cálidos vientos del sur hacia los fríos de las estepas rusas. Vivió toda clase de
aventuras, le sorprendieron tormentas, nieves e incluso un feroz ataque de un águila que,
confundida, no llegó a comprender la hermosa labor que había comenzado la joven
cigüeña.

Pese a todo, y ya malherida y tiritando de frío, vio las heladas aguas del río
Volga, y en vertiginoso descenso, puso a la niña en el dulce regazo de un moisés que
pese a su humildad, sería un cálido lugar donde mecerla y dejarla a los cuidados de
su mamá.

Tras un breve descanso, y sintiéndose en una tierra extraña, emprendió el largo


viaje de vuelta hacia su hogar, una antigua torre donde en un hermoso nido le esperaba
su familia, la que se sentiría orgullosa de a pesas de su tierna juventud, haber terminado
con éxito la bella labor para que las cigüeñas habían sido creadas.

Así, repetidamente, cumpliría con otros viajes a alejadas partes del mundo donde
madres y padres esperaban la deseada llegada de sus bebés. Se sentía orgullosa con la
tarea que la naturaleza le había concedido, aunque con tristeza escuchaba a veces las
viejas historias que cigüeñas más experimentadas contaban de bebés que no siempre
eran felices en los lugares donde con tanta ilusión los habían dejado
.
En la pequeña aldea de la estepa, y en su camita de madera se encontraba nuestra
hermosa bebé Tania. Ya había mucho tiempo que nuestra amiga la cigüeña María la
trajo, pero sus ojos estaban tristes y, junto al frío, empezó a darse cuenta de que no tenía
una buena mamá. Pasaron varios años y su vida no cambiaba. Estaba abandonada la
mayoría de los días y apenas su vieja vecina Ivana, por lástima, le daba algún cariño y
mimo, así como la poca comida que alimentaba su frágil cuerpecito.

Un día, creyendo que en un vaso había leche, se lo tomó, pero el vaso contenía
pintura, y el pequeño cuerpo de Tania se enfermó. Por suerte se curó. Y para que no
estuviera más solita, la llevaron a un orfanato donde la cuidarían junto a otros niños que
no tenían a sus papás y mamás. Allí tuvo a sus primeros amigos, y empezó a veces a
reír, pero ella lo que quería era tener un papá y una mamá.
Cuando cumplió cuatro años, una familia que deseaba tener una hija vino a
verla. Después de jugar con ellos los besó y, por primera vez, sus pequeños y
sonrosados labios dijeron las bellas palabras papi y mami. Un día salió radiante del
orfanato y después de un largo viaje, igual como el que en su día hizo la cigüeña María,
fue feliz en una hermosa casa, llena de muñecos, juguetes, y del amor de su papá y
mamá.

La sonrisa de su carita y la alegría de sus ojitos expresaban a todos su felicidad.


Ya no sintió más frío, y el sol del sur la acariciaba, las flores reían de felicidad a su
paso, y todos los animalitos del parque cantaban canciones de amor y felicidad. Tania ya
no lloraría más de soledad. Un día ocurrió algo maravilloso. Paseaba Tania con sus
padres por el bosque y encontró a la ya vieja cigüeña María.

La llamó y le dijo que la llevara otra vez en sus alas. También le pidió si podría
ponerla dentro del vientre de su madre, que lo acariciara su papá, y así ella sería de
nuevo un bebé, tendría la dulce leche del pecho de su mamá, crecería, y viviría en el
mundo de felicidad que a todos los niños les corresponden. La cigüeña María,
sorprendida, la escuchó atentamente.

Y después de pensar un momento le dijo: 'Tania, Dios escribió tu destino, lo que


será tu vida, y para eso se valió de una apasionada y joven cigüeña, de un largo y
alocado viaje, de una mamá y papá que desde la distancia te buscaban, y así en su
infinito amor. Levantó con mimbres de caricias y perfumes de rosa tu hogar, para
siempre, y Dios se siente feliz solamente con que por las noches les dé las gracias por la
vida y un minuto del día te acuerdes de su eterno amor'.

MENSAJE:

No debemos mentir ni engañar a los que nos rodean con actos o acciones que sean
graves como lo hizo el pastor, pues puede ocasionar la falta credibilidad y se
pagaran las consecuencias después.
EL OREJON

Era su segundo día de clase. Henry se sentó en el primer pupitre del aula, al lado
de la ventana, como le recomendó su mamá. la profesora entró en clase y les dijo:
Buenos días. hoy vamos a estudiar algunos animales. comenzaremos con el asno, ese
animal tan útil a la humanidad, fuerte, de largas orejas, y...
la profesora no había terminado de explicar cuando una voz la interrumpió desde atrás
del salón.

- ¡De orejas largas como Henry!, muchos niños comenzaron a reír ruidosamente
y miraban a Henry.

- ¿Quién dijo eso?, preguntó la profesora, aunque sabía bien quién lo había
dicho.
- Que Quique, dijo una niña señalando a su lado a un pequeñín pecoso de cinco
años.
- niños, niños, dijo Mily con voz enérgica y poniendo cara de enojo. no
deben burlarse de los demás. eso no está bien y no lo voy a permitir en mi salón.

Todos guardaron silencio, pero se oían algunas risitas.


Un rato después una pelota de papel golpeó la cabeza de Henry; al voltear no vio quién
se la había lanzado y nuevamente algunos se reían de él. decidió no hacer caso a las
burlas y continuó mirando las láminas de animales que mostraba Mily. estaba muy
triste pero no lloró.

En el recreo Henry abrió su lonchera y comenzó a comerse el delicioso bocadillo


que su mamá le había preparado. dos niños que estaban cerca le gritaron:

- Orejón, oye orejón, no comas tanto que va a salirte cola como un asno, y
echaron a reír.
Otros niños a su alrededor lo miraron y tocando sus propias orejas, sonreían y
murmuraban. Henry entendió por primera vez, que de verdad había nacido con sus
orejas un poco más grandes. 'como su abuelo Manuel', le había oído decir a su papá una
vez.

De pronto se escucharon gritos desde el salón de música, del cual salía mucho
humo. Henry se acercó y vio a varios niños encerrados sin poder salir, pues algún niño
travieso había colocado un palo de escoba en los cerrojos. a través de los vidrios se
veían los rostros de los pequeños llorando, gritando y muy asustados. dentro algo se
estaba quemando y las llamas crecían.

Los profesores no se habían dado cuenta del peligro, y ninguno de los niños se
atrevía a hacer nada. Henry, sin dudarlo un segundo, dejó su lonchera y corrió hacia la
puerta del salón y a pesar del humo y del calor que salía, agarró la escoba y la jaló con
fuerza. los niños salieron de prisa y todos se pusieron a salvo.

Henry se quedó como un héroe. todos elogiaron su valor. los niños que se habían
burlado de él estaban apenados; en casa Henry contó todo lo sucedido a su familia, por
lo que todos estaban orgullosos de él. al día siguiente, ningún niño se burló de Henry.

Habían entendido que los defectos físicos eran solo aparentes, pero en cambio
el valor de Henry al salvar a sus compañeros era más valioso y digno de admirar.

MENSAJE:
No debemos burlarnos de los demás por su aspecto físico,
pues pueden ser muy valiosos y mejores personas que uno
mismo.
EL MONÓLOGO DEL MAL,
DE AUGUSTO MONTERROSO

Un día el Mal se encontró frente a frente con el Bien y estuvo a punto de


tragárselo para acabar de una buena vez con aquella disputa ridícula; pero al verlo tan
chico el Mal pensó:

«Esto no puede ser más que una emboscada; pues si yo ahora me trago al Bien,
que se ve tan débil, la gente va a pensar que hice mal, y yo me encogeré tanto de
vergüenza que el Bien no desperdiciará la oportunidad y me tragará a mí, con la
diferencia de que entonces la gente pensará que él sí hizo bien, pues es difícil sacarla de
sus moldes mentales consistentes en que lo que hace el Mal está mal y lo que hace el
Bien está bien».

Y así el Bien se salvó una vez más.

MENSAJE:

Nos hace reflexionar de como el bien logra buscar las maneras de


ingeniárselas para mantenerse vivo, a pesar de ello el mal siempre
se hará parecer más grande ante nuestros ojos.
EL DIENTE ROTO, DE PEDRO EMILIO COLL

A los doce años, combatiendo


Juan Peña con unos granujas, recibió un
guijarro sobre un diente; la sangre corrió
lavándole el sucio de la cara, y el diente
se partió en forma de sierra. Desde ese
día principia la edad de oro de Juan
Peña.

Con la punta de la lengua, Juan


tentaba sin cesar el diente roto; el cuerpo
inmóvil, vaga la mirada —sin pensar.
Así de alborotador y pendenciero,
tornase en callado y tranquila.

Los padres de Juan, hartos de escuchar quejas de los vecinos y transeúntes


víctimas de las perversidades del chico, y que habían agotado toda clase de reprimendas
y castigos, estaban ahora estupefactos y angustiados con la súbita transformación de
Juan.

Juan no chistaba y permanecía horas enteras en actitud hierática, como en


éxtasis; mientras, allá adentro, en la oscuridad de la boca cerrada, su lengua acariciaba
el diente roto —sin pensar.

—El niño no está bien, Pablo —decía la madre al marido—; hay que llamar al
médico.

Llegó el doctor grave y panzudo y procedió al diagnóstico: buen pulso, mofletes


sanguíneos, excelente apetito, ningún síntoma de enfermedad.

—Señora —terminó por decir el sabio después de un largo examen—, la


santidad de mi profesión me impone declarar a usted…
—¿Qué, señor doctor de mi alma? —interrumpió la angustiada madre.
—Que su hijo está mejor que una manzana. Lo que sí es indiscutible —continuó
con voz misteriosa—, es que estamos en presencia de un caso fenomenal: su hijo de
usted, mi estimable señora, sufre de lo que hoy llamamos el mal de pensar; en una
palabra, su hijo es un filósofo precoz, un genio tal vez.

En la oscuridad de la boca, Juan acariciaba su diente roto —sin pensar.

Parientes y amigos se hicieron eco de la opinión del doctor, acogida con júbilo
indecible por los padres de Juan. Pronto en el pueblo todo, se citó el caso admirable del
«niño prodigio», y su fama se aumentó como una bomba de papel hinchada de humo.
Hasta el maestro de escuela, que lo había tenido por la más lerda cabeza del orbe, se
sometió a la opinión general, por aquello de que voz del pueblo es voz del cielo. Quien
más, quien menos, cada cual traía a colación un ejemplo: Demóstenes comía arena,
Shakespeare era un pilluelo desarrapado, Edison, etcétera.

Creció Juan Peña en medio de libros abiertos ante sus ojos, pero que no leía,
distraído por la tarea de su lengua ocupada en tocar la pequeña sierra del diente roto —
sin pensar.

Y con su cuerpo crecía su reputación de hombre juicioso, sabio y «profundo», y


nadie se cansaba de alabar el talento maravilloso de Juan. En plena juventud, las más
hermosas mujeres trataban de seducir y conquistar aquel espíritu superior, entregado a
hondas meditaciones, para los demás, pero que en la oscuridad de su boca tentaba el
diente roto —sin pensar.

Pasaron meses y años, y Juan Peña fue diputado, académico, ministro, y estaba a
punto de ser coronado presidente de la República, cuando la apoplejía lo sorprendió
acariciándose su diente roto con la punta de la lengua.

Y doblaron las campanas, y fue decretado un riguroso duelo nacional; un orador


lloró en una fúnebre oración a nombre de la patria, y cayeron rosas y lágrimas sobre la
tumba del grande hombre que no había tenido tiempo de pensar.

MENSAJE:
Nos hace reflexionar a como la gente se engaña así misma por la
falta de atención que ponemos a las cosas y a los prejuicios que
tenemos

EL AVARO Y EL ORO,
DE ESOPO

Un avaro que tenía muchas


riquezas las vendió todas para
comprar con el dinero una única
pieza de oro. Para que no se perdiera
y la durara para siempre, el avaro la
enterró próxima a una pared antigua
y todos los días iba a cerciorarse de
que siguiera allí, sin notar que un
vecino siempre lo veía pasar.
Curioso, el vecino fue un día
a aquel lugar para descubrir el
misterio. Cuando vio que se trataba
de un tesoro, lo desenterró y se robó
la pieza de oro.
Al día siguiente, el avaro encontró el agujero vacío, y se lamentaba de lo que
había perdido.
Pero otro vecino lo vio, y al conocer el motivo de sus lamentaciones, le dijo:
—Agradece que no ha pasado nada grave. Toma una piedra, sepúltala en el
agujero y haz de cuenta de que el oro sigue allí. Da lo mismo si es oro o no, porque por
tu avaricia, jamás le ibas a sacar provecho.

Moraleja: No acumules cosas por acumularlas. Estas no tienen valor por su apariencia,
sino por su utilidad y provecho.

MENSAJE:

Nos hace comparación de quienes tienen riquezas solo por el


simple hecho de tenerlas ahí, pero no son capaces de disfrutarlas
ni darles un uso para satisfacción de ellos; las cosas debemos
valorarlas por su utilidad en si y no solo por su apariencia
EL BURRO CANELO,
DE GREGORIO LOPEZ Y FUENTES

Tras un día de camino para encontrar al


hijo que regresaba del colegio después de
algunos años de ausencia, el padre tuvo el
primer disgusto. Apenas se habían saludado, el
muchacho en lugar de preguntar por su madre,
por los hermanos o al menos por la abuela,
ansiosamente le dijo:

—Padre, ¿y el burro canelo?


—El burro canelo… se murió de roña,
de garrapatas y de viejo.

Al muchacho se le habían olvidado


costumbres y hasta los nombres de las cosas que lo rodearon desde que nació. ¡Cómo
era posible que para montar pusiera en el estribo el pie derecho! Pero el asombro del
padre fue mayor cuando el chico preguntó con gran curiosidad si aquello era trigo o
arroz al pasar junto a unos campos sembrados de maíz.

Mientras el muchacho descansaba, el padre sorprendido y triste informó a su


esposa lo ocurrido. La madre no quiso darle mucho crédito, pero cuando llegó la hora de
la cena, la mujer sintió el mismo desencanto. El muchacho solo hablaba de la ciudad.
Uno de sus maestros le había dicho que el jorongo se llamaba “clámide”, y el huarache,
el sufrido huarache del arriero, se le llama “coturno”
.
La madre había preparado para su hijo querido lo que más le gustaba: atole de
maíz tierno, con piloncillo y canela. Cuando se lo sirvió, caliente y oloroso, el hijo hizo
la más absurda pregunta de cuantas había hecho:

—Madre, ¿cómo se llama esto?


Y mientras esperaba la respuesta se puso a menear el atole con un circular ir y venir de
la cuchara.

—Al menos, si has olvidado el nombre, no has olvidado el meneadillo —dijo la


madre suspirando.

MENSAJE:
Nos cuenta la historia de un niño que, tras irse a estudiar a la ciudad, regresa a su
tierra natal con ínfulas de saber mucho y de haber olvidado sus orígenes. Aunque
entristecidos, sus padres encuentran ocasión para hacerle reflexionar. El hecho de
irnos a otro lugar y estar en diferentes ambientes con otra vida social, no quiere
decir que es razón para dejar atrás nuestro origen.
FABULA DE LA AVISPA AHOGADA,
DE AQUILES NAZOA
La avispa aquel día desde la mañana, como de
costumbre, bravísima andaba.

El día era hermoso la brisa liviana; cubierta la


tierra de flores estaba y mil pajaritos los aires
cruzaban.

Pero a nuestra avispa —nuestra avispa brava—


nada le atraía, no veía nada por ir como iba comida de
rabia.

“Adiós”, le dijeron unas rosas blancas, y ella ni siquiera se volvió a mirarlas por
ir abstraída, torva, ensimismada, con la furia sorda que la devoraba.

“Buen día”, le dijo la abeja, su hermana, y ella que de furia casi reventaba, por
toda respuesta he echó una roncada que a la pobre abeja dejó anonadada.
Ciega como iba la avispa de rabia, repentinamente, como en una trampa, se encontró
metida dentro de una casa.

Echando mil pestes al verse encerrada, en vez de ponerse serena y con calma a
buscar por donde salir de la estancia, ¿sabéis lo que hizo?
¡Se puso más brava!

Se puso en los vidrios a dar cabezadas, sin ver en su furia que a corta distancia
ventanas y puertas abiertas estaban; y como en la ira que la dominaba casi no veía por
donde volaba, en una embestida que dio de la rabia cayó nuestra avispa en un vaso de
agua.

¡Un vaso pequeño, menor que una cuarta donde hasta un mosquito nadando se
salva!
Pero nuestra avispa, nuestra avispa brava, más brava se puso al verse mojada, y
en vez de ocuparse, la muy insensata, de ganar la orilla batiendo las alas se puso a echar
pestes y a tirar picadas a lanzar conjuros y a emitir mentadas, y así, poco a poco, fue
quedando exhausta hasta que, furiosa, pero emparamada, terminó la avispa por morir
ahogada.

Tal como la avispa que cuenta esta fábula, el mundo está lleno
de personas bravas, que infunden respeto por su mala cara, que se hacen famosas debido
a sus rabias y al final se ahogan en un vaso de agua.

MENSAJE:
Nos advierte de como el mal humor y la ira nublan nuestro buen
juicio y el entendimientos causándonos desorientación frente a la
vida diaria.
Creaciones
MI GATA MONA
Érase una vez una gata muy pequeña se parecía a un mono, Isabel la encontró
por la calle y la tomo en sus brazos para llevarla a casa, era tan pequeña qué pensaban
que no llegaría a vivir.

Isabel fue tan paciente que la cuidaba con mucho amor y le puso de nombre
Mona, después de muchos días Mona ya comía y caminaba sola ,luego empezó a correr
por toda la casa, ella ya formaba parte de la familia, era una gata diferente a otras ya que
era una gata muy buena e inteligente .

Cuando tenía sed se acercaba al bidón con agua, cuando tenía hambre golpeaba
el plato donde servían su comida y cuando quería orinar aruñaba la puerta para que
salga para luego regresar a jugar con Isabel.

Ya había pasado un año que encontraron a Mona cuando de repente apareció una
gata grande a lado de su puerta era muy parecida a Mona y al encontrarse las dos gatas
comenzaron a maullar y a lamerse una a la otra fue tan bonito el encuentro luego Mona
se acercó a Isabel con maullidos pidiéndole que la gata se quede ya que era su madre.
Isabel como quería a Mona acepto que su madre se quede a que forme parte de la
familia y desde entonces Mona duerme a lado de sus dos mamas la humana que es
Isabel y de su mama gata.

MENSAJE:

Un animalito siempre se convertirá en tu mejor amigo, sea


cualquier animal, ellos siempre serán agradecidos con nosotros y
nos devolverán la alegría que nosotros le brindamos.
LA LLAMADA SOL

Érase una vez una niña llamada Sol que por cosas de la vida perdió a sus padres,

era una niña muy hermosa, tenía sus ojos azules, cabellos dorados y rizados, pero era

una niña q no sonreía ya que al recordar a sus padres se sentía muy triste, no pasó

mucho tiempo, apareció una pareja de esposos Juan y Ana; que por cosas del destino,

también habían perdido a su única hija en un accidente y Ana ya no podía tener más

hijos.

Juan y Ana decidieron adoptar a Sol, aunque ellos sabían que no sería fácil ya

que ambos habían perdido a sus seres amados, Sol y Ana empezaron a sonreír.

La casa de Juan y Ana se llenó de risas y alegrías solían salir al parque, a lo

juegos y ya era tiempo que Sol vaya a la escuela a donde Ana la llevaba con mucho

cariño.

Así, Ana y Sol se recuperaban de una gran pérdida, Juan y Ana llegaron a alegrar

la vida de Sol.

Sol llegó a llenar de alegría el corazón de ellos y así los tres vivieron felices por

siempre.
TRABALENGU
Un pato comió
en un plato,
un zapato se
puso el pato y después fue a
pasear un rato

Al comer la cereza
me dio pereza,
al mirar la fresa
encima de la mesa
mejor comí esa
DATOS PERSONALES
I.E “María Merced”

NOMBRES Y APELLIDOS:

Isabel, Carrero Casas


GRADO:


CURSO:

Comunicac
ión
DOCENTE:

2023
KARINA MAYRA, LLONTOP
COSAS DE QUERER

Cómo quieres que te quiera,


si el que quiero no me quiere,
no me quiere como quiero
que me quiera.

EL PERRO DE SAN ROQUE

El perro de San Roque no tiene rabo


porque Ramón Ramírez se lo ha cortado.
Y al perro de Ramón Ramírez, ¿quién el
rabo le ha cortado?

EL REY DE CONSTANTINOPLA
El rey de Constantinopla esta
constantinoplizado.
Consta que Constanza, no lo pudo
desconstantinoplizar.
El desconstantinoplizador que
desconstantinoplizare al rey de
Constantinopla, buen
desconstantinoplizador será.
HIPOPÓTAMO HIPO
El hipopótamo Hipo
está con hipo,
¿quién le quita el hipo
al hipopótamo Hipo?

CAPAS
El que compra pocas capas,
pocas capas paga,
como yo compré pocas capas,
pocas capas pago.

PEDRO PÉREZ PITA


Pedro Pérez Pita pintor perpetuo,
pinta paisajes por poco precio
para poder partir
pronto para París.
EL PODADOR PODA PARRAS
Podador que podas la parra,
¿qué parra podas?
¿Podas mi parra o tu parra podas?
Ni podo tu parra ni mi parra podo,
que podo la parra de mi tío Bartolo.

ENLADRILLADO
El cielo está enladrillado,
¿quién lo desenladrillará?
El que lo desenladrille,
buen desenladrillado será.
MIS
PRODUCCION
Carlos buscó al panadero,
mientras él descansaba en
un paradero, soñaba con un
sombrero

El plato cayó encima del pato,


por culpa del gato cayó el plato,
se asustó el perro y tropezó con
el zapato
RIMAS

Rimas
EL SAPO
Sapo, sapito, sapón
ya se asomó el chaparrón,
canta, canta tu canción,
sapo, sapito, sapón.

EL GATO SIN BOTAS


El gato sin botas
De puro goloso
Amaneció enfermo
De un mal doloroso.
La gata afligida
No duda el motivo
De alguna comida
O de un salto furtivo.
El gato asustado
Confiesa su culpa
Devoró confiado
Cinco ratas juntas.
LOS MESES
Treinta días trae septiembre
Con abril, junio y noviembre
De veintiocho sólo hay uno
Y los demás, treinta y uno.

PALOMA BUMBUNA
Paloma bumbuna
llévame a tu cuna
dame de comer
semillas de tuna.

LA GALLINITA

Con una corona


plateada y bordada
llegó mi vecina
la buena gallina.
Puso un huevito
y muy pronto nació
su hijo el pollito
¡y rápido creció!
BODA DE FLORES
Aquella rosita,
nacida en abril,
quería casarse
con un alhelí.
Irá de padrino
su tío el jazmín,
e irán a la boda
claveles cien mil.
Vestidos de blanco,
verde y carmesí,
la rosa se casa
con el alhelí.

LAS CINCO VOCALES


Las cinco vocales
vestidas de luz
se fueron de viaje
por sendero azul.
La A aprendió
a amar las auroras
y en las brisas del aire
jugó a la ronda.
La E retornó
trayendo esperanzas
estrellas y ensueños
para nuestras almas.
La I, delgadita,
no pudo ir muy lejos
y sobre bugambilias
proclamó su imperio.
La O rodando
al cielo llegó
y a la luna llena
a rodar le enseñó.
La U, con el viento,
remontó el azul
y como un fuerte trueno
retumbó: Kabum!

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