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SINOPSIS
Firmar un contrato con los Foxes de la UEP era la última cosa que un chico
como Neil debía hacer. El equipo es de alto perfil y él no necesita periodistas de
deportes transmitiendo fotos de su cara alrededor de la nación. Sus mentiras
aguantarán solo un tiempo debajo de este tipo de escrutinio y la verdad va a hacer que
lo maten.
Traducción por:
@WICKEDMINYARD @shdowtear @minyardtear @minyardsickness @blxcktho
Traducción por:
Esta trilogía no es muy conocida pero creemos que merece más reconocimiento,
esperamos que la disfruten tanto como nosotros.
TRIGGER WARNINGS
(ADVERTENCIAS DE CONTENIDO
SENSIBLE)
Ésta trilogía posee elementos que pueden resultar chocantes para algunas
personas. Muchos pueden ser spoiler de cosas que sucederán en la trama así que si
consideran que les da igual eviten leerlos. De lo contrario, acá los enumeramos:
● Suicidio
● Tortura física (explícita)
● Violencia psicológica
● Uso de drogas
● Abuso sexual (semi-explícito)
● Uso de armas.
Esto no significa que estos temas sean recurrentes a lo largo de TODA la trilogía
pero pueden estar presentes en ciertas ocasiones o ser mencionados así que les
recomendamos leer con discreción.
Traducción por:
1
Neil Josten dejó que su cigarrillo se consumiera hasta el filtro sin tomar ni una
calada. No quería la nicotina, sino el agrio humo que le recordaba a su madre. Si lo
inhalaba lo suficientemente despacio, casi podía sentir el fantasma de la gasolina y el
fuego. Era repugnante y reconfortante al mismo tiempo, y le envió un enfermizo
escalofrío a través de la columna. La sacudida le llegó hasta la punta de los dedos,
desplazando un montón de cenizas. Las cenizas cayeron entre sus zapatos y fueron
sacudidas por el viento.
Alzó la vista hacia el cielo, pero las estrellas estaban difuminadas a causa de las
luces provenientes del estadio. Se preguntó, no por primera vez, si su madre lo estaba
mirando desde arriba. Esperaba que no. Lo golpearía una y otra vez si lo viera sentado
así de abatido.
Una puerta chirrió al abrirse detrás de él, sacándolo de sus pensamientos. Neil
aseguró su bolso cerca de él y se giró hacia la puerta. El entrenador Hernández abrió la
puerta de los vestidores y se sentó al lado de Neil.
—¿Aún? ¿O de nuevo?
Ninguna, pero Neil no diría eso. Sabía que sus profesores y entrenadores
estaban cansados de escuchar la misma excusa cada vez que le preguntaban por sus
padres, pero era una mentira igual de fácil y reutilizable. Explicaba por qué nadie
nunca veía a los Jostens en la ciudad y por qué Neil siempre dormía en el instituto.
No era que no tuviese un lugar donde vivir. Era más que su vivienda no era
legal. Millport era una ciudad que estaba a punto de morir, lo que significaba que
había docenas de casas en el mercado que nunca se venderían. Neil se había apropiado
de una el verano pasado en un vecindario callado poblado en su mayoría por ancianos
jubilados. Sus vecinos rara vez dejaban la comodidad de sus sillones y sopas diarias,
pero cada vez que iba y venía se arriesgaba a que lo descubrieran. Si las personas se
dieran cuenta de que se estaba quedando ilegalmente empezarían a hacerle preguntas
Traducción por:
difíciles. Usualmente era más fácil colarse en los vestidores y dormir allí. Por qué
Hernández lo dejaba salirse con la suya y no lo denunciaba con las autoridades, Neil
no tenía idea. Pensó que era mejor no preguntar.
—Nadie sabía que iba a ser el último juego —respondió Neil, mirando atrás
hacia el estadio.
La pérdida de Millport de esta noche los había alejado del campeonato estatal
dos juegos antes de la final. Tan cerca, pero tan lejos. La temporada terminó así como
así. Una multitud estaba desmantelando la cancha, quitando las bisagras de los muros
de plexiglás y enrollando el césped artificial sobre el duro suelo. Cuando hubiesen
terminado sería un campo de fútbol de nuevo; no quedaría nada del Exy hasta el otoño.
Neil sintió náuseas observando cómo ocurría, pero no podía apartar la mirada.
El Exy era un deporte violento, una forma evolucionada del Lacrosse en una
cancha diseñada para el fútbol con la violencia del Hockey sobre hielo, y Neil amaba
cada parte de él desde su velocidad hasta su agresión. Era la única parte de su infancia
que nunca fue capaz de dejar atrás.
—Los llamaré más tarde con el puntaje —dijo, ya que Hernández seguía
mirándolo—. No se perdieron de mucho.
—No aún, quizá —dijo Hernández—. Hay alguien aquí que quiere verte.
Para alguien que había pasado la mitad de su vida corriendo de su pasado, esas
palabras eran una pesadilla. Neil se paró sobre sus pies y deslizó su bolso por sobre su
hombro, pero el roce de un zapato detrás de él le advirtió que era muy tarde para
escapar. Neil se volvió para ver a un alto extraño parado en la puerta de los vestuarios.
La camiseta de tirantes que el hombre estaba usando mostraba sus brazos con tatuajes
tribales de llamas de fuego. Una mano estaba metida en el bolsillo de sus vaqueros.
Con la otra sostenía un grueso archivo. Su parada era casual, pero la mirada en sus
ojos cafés era intencionada.
Traducción por:
—Es de una universidad —dijo Hernandez—. Vino a verte jugar esta noche.
—Y una mierda —dijo Neil—. Nadie recluta en Millport. Nadie sabe dónde
queda.
—Existe esta cosa llamada mapa —dijo el extraño—. Quizá has escuchado de
ella.
—Intenté contactar a tus padres cuando me pidió una reunión contigo esta
noche, pero no han respondido a mis mensajes. Dijiste que intentarían llegar al juego.
Neil ya debería estar acostumbrado a esto. Había pasado los últimos ocho años
escapando, diciendo mentira tras mentira para dejar un retorcido rastro detrás de él.
Veintidós nombres se interponían entre él y la verdad, y sabía lo que pasaría si alguien
finalmente encajaba las piezas. Firmar con un equipo de universidad significaba más
que quedarse. Significaba que estaría avanzando hacia el centro de atención. La
prisión no iba a parar a su padre por mucho tiempo, y Neil no sobreviviría a un
encuentro con él.
La matemática era simple, pero eso no lo hacía más fácil. Ese contrato era un
boleto de ida para un futuro, algo que Neil nunca podría tener, y lo quería tener tanto
que dolía. Por un breve momento se odió a si mismo por haberse postulado para el
equipo de Millport. Había aprendido a no meterse en una cancha. Su madre le dijo que
no podía jugar nunca más. Le había advertido que se obsesionase desde una distancia,
y le desobedeció. Pero, ¿qué más se suponía que tenía que hacer? Había escapado a
Millport después de su muerte porque no sabía cómo seguir adelante sin ella. Esta era
la única cosa que le quedaba que fuese real. Ahora que la había saboreado, ya no sabía
cómo alejarse de ella.
—Es un poco repentino, pero de verdad necesito una respuesta esta noche. El
comité ha estado persiguiéndome desde que encerraron a Janie.
El estómago de Neil cayó a sus pies al escuchar ese nombre. Apartó su mirada
del archivo para mirar al entrenador.
Traducción por:
El hombre, el que ahora Neil sabía que debía de ser el entrenador David
Wymack, se vio sorprendido con lo rápido que juntó las piezas.
Dificultades técnicas, dijo. Era una muy bonita forma de decir que su última
recluta Janie Smalls trató de suicidarse. Su mejor amiga la encontró desangrándose en
una bañera y la llevó al hospital justo a tiempo. Lo último que escuchó Neil fue que la
chica estaba en observación por suicidio en un centro psiquiátrico. Típico de un Fox,
el presentador había dicho dejando lo grosero de lado, y no estaba exagerando.
Después el ex campeón nacional Kevin Day se unió al equipo. Era lo mejor que
le pudo pasar a los Foxes, y significaba que Neil nunca podría aceptar la oferta de
Wymack. Neil no había visto a Kevin en casi ocho años, y nunca estaría listo para
verlo de nuevo. Algunas puertas tenían que mantenerse cerradas; la vida de Neil
dependía de ello.
—Reclutaste a Kevin.
Subió corriendo las gradas hasta los vestuarios. El metal resonaba debajo de sus
zapatos, no lo suficientemente fuerte para ahogar la interrogante sorprendida de
Hernandez. Neil no miró atrás para ver si lo estaban siguiendo. Todo lo que sabía, todo
lo que importaba, se estaba alejando lo más posible de aquí. Olvida la graduación.
Olvida a “Neil Josten”. Se iría esta noche y huiría hasta olvidar que Wymack alguna
vez le dijo esas palabras.
El zumbido en sus oídos era la voz furiosa de Wymack, pero sonaba a mil
kilómetros de distancia.
—¿Preferirías que lo hubiese dejado irse? Ponle una tirita y estará como nuevo.
Kevin jugó para los Ravens4 de Edgar Allan hasta que se rompió su mano
dominante en un accidente de esquí este pasado diciembre. Una lesión como esa le
costó su contrato con la universidad, pero debió haberse recuperado donde iba a tener
el apoyo de su antiguo equipo. En vez de eso, se mudó a Palmetto para ser el informal
asistente del entrenador de Wymack. Tres semanas antes había firmado oficialmente
para el titular inicial del siguiente año.
La única cosa que un equipo deprimente como los Foxes podía ofrecerle a
Kevin era el portero que una vez lo había rechazado. Neil se pasó esta primavera
investigando todo lo que pudiese encontrar sobre Andrew, queriendo entender al
hombre que había captado la atención de Kevin. Conocer a Andrew cara a cara era tan
desorientador como era doloroso.
Andrew sonrió hacia abajo hacia donde estaba Neil y pegó dos dedos a su frente
a modo de saludo.
4
Ravens: En español, cuervos. Así se les llama los jugadores de Exy de la Universidad de Edgar Allan.
Traducción por:
—Andrew es un poco bruto con sus modales —dijo Wymack, viniendo para
pararse entre Neil y Andrew. Andrew no tuvo problemas leyendo esa advertencia
silenciosa. Levantó sus manos en un exagerado encogimiento de hombros y se retiró
para darle a Neil más espacio. Wymack lo miró alejarse antes de observar a Neil.
Neil escuchó sus pisadas mientras se iba. Hubo una sacudida cuando pateó la
puerta para abrirla y la puerta trasera se cerró con un agonizante crujido. Neil esperó a
que se cerrara por completo antes de hablar de nuevo.
La sangre dejó el rostro de Neil tan rápido que el mundo se ladeó. Tomó un
tembloroso paso atrás para alejarse de Wymack, en una desesperada búsqueda por
Traducción por:
balance y espacio para respirar. Su bolso chocó contra su cintura y anudó una mano
alrededor de su correa, necesitando algo a lo que aferrarse.
—No soy lo suficientemente bueno como para jugar en la misma cancha que un
campeón.
—Verdadero, pero irrelevante —dijo una nueva voz, y Neil dejó de respirar.
Debió haberlo adivinado cuando vio a Andrew aquí, pero no había querido
pensar en ello. No había razón para que un portero conociese a un posible delantero.
Andrew solo estaba aquí porque Kevin Day nunca iba a ningún lado solo.
Kevin estaba sentado encima del mueble del televisor junto a la pared trasera.
Había movido la televisión a un lado para darse más espacio a sí mismo y cubrió el
espacio alrededor de él con papeles. Había visto este espectáculo entero y, juzgando
por la fría mirada que había en su rostro, no estaba impresionado con la reacción de
Neil.
Habían pasado años desde que Neil se había parado en la misma habitación que
Kevin, años desde que habían visto al padre de Neil cortar en cientos de trozos
sangrantes a un hombre que gritaba. Neil conocía la cara de Kevin tan bien como
conocía la suya, consecuencia de haber visto a Kevin crecer en el ojo público desde la
lejanía de mil kilómetros o más. Todo sobre él era diferente. Todo era igual, desde su
cabello oscuro y ojos verdes a su número dos negro tatuado en su mejilla izquierda.
Neil vio ese número y quiso vomitar.
Kevin había tenido ese número en el pasado también, pero había sido muy joven
como para haberlo tenido permanentemente. En vez de eso, su hermano adoptivo Riko
Moriyama y él escribían los números uno y dos en sus rostros con marcadores,
remarcándolos una y otra vez cada vez que empezaban a desvanecerse. Neil no lo
Traducción por:
entendía entonces, pero Kevin y Riko estaban apuntando hacia las estrellas. Iban a ser
famosos, le prometieron.
Neil sabía que Kevin no podía reconocerlo. Había pasado demasiado tiempo; los
dos habían crecido en mundos diferentes. Además, Neil había disfrazado su apariencia
con tinte de color negro y lentes de contacto cafés. Pero, ¿por qué otra razón estaría
Kevin Day aquí buscándolo? Ninguna escuela de Clase I se rebajaría tanto, ni siquiera
los Foxes. Los registros de Neil decían que solo había estado jugando Exy por un año.
Este año había sido muy cuidadoso con actuar como si no supiese nada, incluso
acarreando y paseando libros sobre cómo jugar el otoño pasado. Al principio fue fácil
fingir ya que no había utilizado una raqueta en ocho años. El hecho de que ahora
estaba jugando una posición diferente a la que había jugado cuando pequeño ayudó, ya
que tuvo que re aprender el juego desde una nueva perspectiva. Había tenido una
envidiable e inevitable curva de aprendizaje, pero aun así luchó por no sobresalir.
¿Había metido la pata? ¿Había sido muy obvio que tenía experiencia de la que
no estaba hablando? ¿Cómo había captado la atención de Kevin a pesar de sus mejores
intentos de quedarse oculto? Si fue así de fácil para Kevin, ¿qué clase de señales le
estaba dando a la gente que trabaja para su padre?
—Quizá no lo hayas notado, pero no nos iremos de aquí hasta que digas que sí.
Kevin dice que tenemos que tenerte, y tiene razón.
Su inexperiencia.
Si Kevin lo recordara, sabría que ese expediente es una mentira. Sabría sobre los
equipos de la pequeña liga de Neil de cuando era pequeño. Recordaría el juego
interrumpido por el asesinato de ese hombre.
El alivio hizo que Neil se sintiese enfermo. Kevin no lo reconocía y esto era
solo una terrible coincidencia. Quizá era la forma en que el mundo le mostraba lo que
podría pasar si se quedaba en el mismo lugar por mucho tiempo. La próxima vez
podría no ser Kevin. La próxima vez podría ser su padre.
—De hecho funciona a nuestro favor que estés aquí —dijo Wymack—. Nadie
fuera de nuestro equipo y consejo escolar sabe que estamos aquí. No queremos tu
rostro en todas las noticias este verano. Tenemos mucho con lo que lidiar ahora mismo
y no queremos arrastrarte a este desastre hasta que estés a salvo y establecido en el
campus. Hay una cláusula de confidencialidad en tu contrato, dice que no le puedes
decir a nadie que eres nuestro hasta que empiece la temporada en agosto.
Lo más inteligente sería largarse. Incluso si Kevin no sabía quién era, esta era
una idea terrible. Los Foxes pasaban mucho tiempo en las noticias y se pondría peor
con Kevin en el equipo. Neil no debería someterse a ese tipo de escrutinio. Debería
romper el contrato de Wymack en miles de pedazos e irse.
Irse significaba vivir, pero la manera en que vivía Neil era supervivencia, nada
más. Era nuevos nombres y nuevos lugares y nunca mirar atrás. Era empacar e irse tan
pronto como empezase a sentirse establecido. Este año que pasó, sin su madre a su
lado, significaba estar completamente solo y a la deriva. No sabía si estaba listo para
eso.
Tampoco sabía si estaba listo para dejar de lado el Exy de nuevo. Era lo única
cosa que lo hacía sentir real. El contrato de Wymack era un permiso para seguir
jugando y una oportunidad para pretender ser normal por un poco más de tiempo.
Wymack dijo que era por cinco años, pero Neil no tenía que quedarse todo ese tiempo.
Podía escabullirse e irse cuando quisiese, ¿no?
—Tengo que hablar con mi madre —dijo Neil, ya que no sabía qué más decir.
Neil tenía dieciocho, pero no iba a contradecir lo que decían sus papeles
falsificados.
—Quizá —convino Neil en voz baja, sabiendo que era una mentira. Si su madre
supiera que estaba considerando esto se pondría furiosa. Probablemente era algo bueno
que ella nunca supiese, pero Neil no pensaba que “bueno” debiese sentirse como un
cuchillo en su pecho—. Hablaré con ella esta noche.
—Estoy bien.
—No sé si está en lo cierto —continuó—, pero algo me dice que no está tan
alejado. De todas maneras, tu vestuario va a ser cerrado cuando termine el año escolar.
No podrás venir acá durante el verano. Si tus padres son un problema para ti, te
mudaremos a Carolina del Sur temprano.
—Les diremos a todos que estás ahí para prácticas tempranas condicionales.
Probablemente la mitad se lo crea. No podrás engañar al resto, pero eso no importa.
Los Foxes son Foxes por una razón y saben que no te firmaríamos contigo si no
calificaras. Eso no significa que sabrán cosas específicas. No es mi lugar preguntar, y
por supuesto que no les diré.
—¿Por qué?
—¿Creíste que formé al equipo como es porque creí que sería un buen truco
publicitario? Se trata de segundas oportunidades Neil. Segundas, terceras, cuartas, lo
que sea, mientras obtengas aunque sea una más que las que cualquier otra persona
quiso darte.
Neil había escuchado a Wymack ser referido como un idiota idealista por más
de una persona, pero era difícil escucharle y no creer que estaba siendo sincero. Neil
estaba dividido entre la incredulidad y el desdén. Por qué Wymack se ofrecía a
decepcionarse una y otra vez, Neil no lo sabía. Neil habría renunciado a los Foxes
hace años.
Era demasiado para tomar una oportunidad, pero demasiado para alejarse de
ella. Dolió cuando asintió, pero dolió más ver esa cara cansada establecida en los ojos
de Wymack. No era la lástima que creyó que podía ver en Hernandez de vez en
cuando, sino algo familiar que decía que Wymack entendía lo que costaba ser Neil.
Sabía lo que significaba tener que pelear para despertarse y seguir adelante cada día.
Neil dudaba que el hombre pudiera llegar a entender realmente, pero incluso ese poco
era más de lo que había recibido en su vida. Neil tuvo que apartar la mirada.
Neil casi le aclara que aún no había aceptado nada, pero las palabras murieron
en su garganta cuando se dio cuenta de que realmente iba a ir.
Se tambaleó hasta los lavamanos para enjuagar su boca y se miró en los espejos
que colgaban encima de ellos. Con cabello negro y ojos cafés, se veía como alguien
promedio: nadie que destacase en una multitud, nadie que se grabase en la memoria de
alguien. Eso era lo que quería, pero se preguntaba si eso podría detener a las cámaras
de las noticias. Hizo una pequeña mueca ante su reflejo y se acercó más al espejo,
Traducción por:
—Universidad —dijo en voz baja. Sonaba como un sueño; sabía igual que una
maldición.
Andrew abrió la puerta trasera del SUV de Hernandez cuando Neil pasó y le dio
a Neil una sonrisa burlona y conocedora.
—¿Muy bueno para jugar con nosotros, muy bueno para andar en auto con
nosotros?
Neil le lanzó una mirada fría mientras aceleraba el paso. Para cuando alcanzó el
borde lejano del estacionamiento estaba corriendo. Dejó el estadio y a los Foxes y a
sus promesas demasiado buenas detrás de él, pero el contrato no firmado en su bolso
se sentía como un ancla alrededor de su cuello.
Traducción por:
2
Neil hace mucho tiempo perdió la cuenta de cuántos aeropuertos había visto.
Cualquiera fuese el descabellado número, nunca logró sentirse cómodo en ellos. Había
demasiada gente por la que estar pendiente, y viajar con pasaportes falsificados
siempre era un riesgo. Había heredado las conexiones de su madre después de su
muerte, así que sabía que el trabajo era bueno, pero su corazón se saltaba un latido
cada vez que alguien le preguntaba por sus papeles.
Nunca había estado en Sky Harbor o el Regional Upstate, pero había algo
familiar en su frenético ritmo. Se paró a un lado de su puerta en Upstate por casi un
minuto después de que todos los de su vuelo se apresuraran hasta la entrada o sus
transportes. La multitud que se arremolinaba alrededor de él parecían la mezcla usual:
gente vacacionando, trabajadores, y estudiantes que se dirigían a casa por el fin de
semestre. No esperaba ver a nadie que reconociese, ya que nunca había ido a Carolina
del Sur antes, pero nunca hacía daño verificar.
Neil cruzó la habitación hasta él. Neil había sido el jugador más bajo en el
equipo de los Dingos de Millport, pero pasaba a Aaron por ocho centímetros. El
conjunto completamente negro que Aaron estaba usando no hacía nada para hacerlo
ver algo alto, y Neil se preguntaba cómo podía soportar usar manga larga en mayo.
Neil sintió calor con solo mirarlo.
—Es solo esto —Neil tocó la correa de su bolso que colgaba de su hombro. El
bolso era lo suficientemente pequeño para poder acarrearlo y lo suficientemente largo
para cargar con todo lo que Neil poseía.
Aaron aceptó eso sin comentarios y empezó a alejarse. Neil lo siguió a través de
las puertas corredizas de cristal hacia una bochornosa tarde de verano. Una pequeña
multitud estaba esperando en la vereda a que cambiase la luz del semáforo, pero Aaron
se dirigió directamente a la calle empujándolos. Frenos chirriaron mientras un taxi
paró de golpe a solo centímetros del pequeño cuerpo de Aaron. Aaron no pareció
notarlo, estando más interesado en prender un cigarrillo y sostenerlo con sus labios. Le
prestó aún menos atención a las groseras palabras que el conductor le gritó. Neil hizo
un gesto a modo de disculpa hacia el taxista y trotó para alcanzar a Aaron.
Un auto negro pulcro estaba estacionado seis filas atrás en el pequeño garaje del
estacionamiento a corto plazo. Neil no sabía mucho sobre autos en general, pero sabía
lo que era caro en cuanto lo veía. Pensó por un momento que quizá había un auto más
pequeño fuera de vista detrás de él, pero Aaron lo desbloqueó con un botón en su
llavero.
Neil obedientemente puso su bolso atrás antes de subirse al asiento del pasajero.
Aaron no fue a ninguna parte hasta que su cigarrillo estaba consumido hasta la mitad.
Lanzó la colilla hacia el asfalto a sus pies y cerró la puerta de un tirón. Un giro de la
llave para encenderlo hizo que el motor empezase a sonar, y Aaron miró a Neil de
nuevo. El fantasma de una sonrisa tironeó de una esquina de su boca, pero
definitivamente no era una expresión amigable.
—Sí.
—Eso hace que seamos cinco, pero escuché que te vas a quedar con el
Entrenador.
Traducción por:
—Donde está la cancha, está Kevin. No puede existir sin ella —dijo Aaron
burlonamente.
—No creía que Kevin se estuviese quedando por la cancha —dijo Neil.
—Nadie me advirtió que él iba a estar ahí —Neil respondió, observando la vista
correr fuera de la ventana—. Quizá puedas perdonarme por no reaccionar bien.
—Estoy seguro de que Andrew tuvo sus razones para rechazarlo, así como yo
tuve las mías.
—No —dijo Neil—. Simplemente fue muy difícil decir que no.
—El entrenador siempre sabe qué decir, ¿eh? Lo hace más difícil para el resto
de nosotros, en todo caso. Ni siquiera Millport debería haberte dado una oportunidad.
Traducción por:
—¿Crees en el destino?
—Solo de la mala.
Aaron tiró del volante, deslizando el auto de una línea a la otra sin molestarse en
verificar el tráfico alrededor de él. Bocinas sonaron detrás de ellos. Neil observó en el
espejo retrovisor mientras los autos se desviaban para evitar golpearlos.
—No le tengas tanto miedo a morir —dijo Aaron mientras el auto seguía
deslizándose a través de la carretera de cuatro carriles hacia una rampa de salida—. Si
lo estás, no tienes lugar en nuestra cancha.
—Lo mismo —dijo Aaron—. Estás jugando para un equipo de Clase I con
Kevin en tu línea. La gente siempre está dispuesta a sangrar por él. Asumo que has
visto las noticias.
Aaron chasqueó sus dedos como si eso probase su punto. Neil hubiese estado en
apuros si le hubiera dicho que estaba equivocado, así que lo dejó pasar.
Kevin Day y su hermano adoptivo Riko Moriyama fueron aclamados como los
hijos del Exy. La madre de Kevin, Kayleigh Day, y el tío de Riko, Tetsuji Moriyama,
Traducción por:
crearon el deporte hace casi treinta años mientras Kayleigh estaba estudiando en el
extranjero en Fukui, Japón. Lo que empezó como un experimento se esparció desde su
campus hacia equipos de calle locales, luego a través del océano hacia el resto del
mundo.
Kayleigh lo trajo a casa con ella hacia Irlanda después de completar su grado y
los Estados Unidos lo tomaron un poco después.
Kevin y Riko fueron criados con el Exy. Cuando el estadio masivo de Edgar
Allan llamado Castillo Evermore, el primer estadio de Exy de la NCAA en los Estados
Unidos, era un poco más que planos, Kevin y Riko tenían raquetas personalizadas.
Después del terrible accidente automovilístico de Kayleigh, Tetsuji acogió a Kevin,
pero el nuevo entrenador de los Ravens no tenía tiempo para criar niños. En vez de
eso, Riko y Kevin pasaron sus años de formación en Evermore con los Ravens y
fueron considerados las mascotas no oficiales del equipo. Cuando no estaban siendo
entrenados por Tetsuji, estaban siendo entrenados por el equipo, y llevaron tutores al
sitio para que no tuvieran que dejar el estadio para ir al instituto.
Kevin y Riko crecieron en frente de las cámaras, pero siempre con el Exy de
fondo y siempre juntos. Hasta que Kevin se transfirió a Palmetto State5, Riko y él
nunca fueron vistos en habitaciones separadas. Su infancia poco convencional hizo
que muchos se preocupasen por su salud mental pero que también alimentasen una
fanática obsesión con el par. Riko y Kevin eran la cara de los Ravens. Para muchos,
eran considerados el futuro del Exy.
El pasado diciembre, Riko y Kevin desaparecieron de los ojos del público por
semanas. Cuando empezaron los campeonatos de primavera en enero, ninguno de ellos
estaba en la alineación inicial de los Ravens. No fue hasta finales de Enero que Tetsuji
Moriyama habló sobre el tema en una conferencia de prensa, y las noticias fueron una
un golpe duro para los fans del Exy de todos lados: Kevin Day se había roto la mano
con la que juega en un viaje de esquí. Según Tetsuji, Kevin y Riko aún estaban
demasiado afectados como para enfrentarse a los Ravens o a sus fan disgustados.
5
Palmetto State: En español, Estado de Palmetto. Es el estado ficticio donde residen los Foxes.
Traducción por:
sus fans obsesivos. Si Kevin fue relegado a la banca como asistente del entrenador,
debería al menos darle su prestigio y conocimiento al equipo que era su hogar. Los
fans se ofendieron por su amado equipo, pero casi todos asumieron que se transferiría
de vuelta tan pronto como su mano terminase de recuperarse. Salvo que Kevin Day
firmó con los Foxes en marzo; no como entrenador, sino como delantero.
Sus fans pasaron de tener el corazón roto a sentirse traicionados. Palmetto State
se llevó la peor parte de la rabia desde que pasó todo. La universidad y el estadio
habían sido vandalizados más de una docena de veces y había habido numerosas
peleas en el campus. Solo se pondría peor cuando la temporada empezase y la gente
viera a Kevin usando los colores de los Foxes. Neil no estaba muy entusiasmado de
verse atrapado en medio en medio de todo ese desastre.
Los gemelos estaban parados a cada lado de Kevin, vestidos de manera idéntica
pero fácilmente distinguibles por las expresiones de sus rostros. Aaron lucía aburrido
ahora que había completado su deber de traer a Neil aquí. Andrew estaba sonriendo,
pero Neil sabía que su ánimo no significaba que iba a jugar limpio. También había
estado sonriendo cuando le estampó una raqueta en el estómago a Neil.
Nicholas Hemmick era el único que se veía genuinamente feliz de ver a Neil, y
se acercó al borde del asfalto mientras Neil se acercaba. Neil estaba agradecido por la
distracción, ya que mantenía su mirada alejada de Kevin, y aceptó de buena gana la
mano que Nicholas le ofreció.
—Hola —dijo el otro hombre, usando su agarre en la mano de Neil para atraerlo
hacia el asfalto—. Bienvenido a Carolina del Sur. ¿Estuvo bien el viaje?
—Soy Nicky —Nicky le dio a la mano de Neil otro fuerte apretón antes de
dejarlo ir—. El primo de Andrew y Aaron, extraordinario defensa.
Neil miró de él hacia los gemelos y de vuelta. Mientras los gemelos eran luz,
Nicky era oscuro, con pelo color negro, ojos café oscuro, y piel dos tonos más oscuro
como para ser a causa del sol. Él también era treinta centímetros más alto que ellos.
—¿De sangre?
Nicky se rio.
—Empaca ligero. Desearía poder viajar así, pero diablos, sí que soy materialista.
Nicky sonrió y sujetó a Neil por los hombros, guiándolo más allá de los demás
hacia la puerta principal.
—Tienes un lindo auto para alguien que piensa que es pobre —dijo Neil.
—Ten cuidado —dijo Nicky, pero estaba mirando a Aaron mientras lo decía.
Traducción por:
Subieron en el ascensor en silencio hasta el piso siete. Neil vio los números
parpadear arriba de la puerta así no veía el reflejo de Kevin. El malestar que sentía por
estar tan por encima de la planta baja era casi una distracción suficiente. Prefería
quedarse en niveles más bajos así podía escapar más fácilmente si era necesario. Saltar
de la ventana acá estaba definitivamente descartado. Hizo una notal mental de
encontrar todas las vías de escape de emergencia.
—Aquí tienes, Neil —dijo Nicky, y Neil se forzó a alzar la vista hacia el pasillo
de entrada. Nicky le indicó para que pasase antes que ellos—. Hogar, dulce hogar, si es
que algo relacionado a Wymack puede ser llamado dulce.
Neil había sabido desde abril que se iba a quedar en el sofá del Entrenador
Wymack por un par de semanas. Había sabido, en los días posteriores a la visita de
Wymack, que iba a ser incómodo. Aun así no estaba preparado para la forma en que se
le revolvió el estómago. Había estado solo desde que su madre murió, y el último
hombre con el que había vivido era su padre. ¿Cómo se suponía que iba a dejar a
Wymack ponerle seguro a la puerta cada noche con los dos bajo el mismo techo? No
era posible que él pudiese dormir aquí; cada vez que Wymack respirase, Neil iba a
despertar y preguntarse quién estaba buscándolo. Quizá debería retractarse y
registrarse en un hotel, pero ¿cómo le iba a explicar eso a Wymack? ¿Tendría que
explicarlo? Wymack pensaba que los padres de Neil eran abusivos, así que quizá iba a
entender el retraimiento de Neil.
Traducción por:
Neil puso un pie en el umbral y empezó a caminar hacia el final del pasillo. La
primera puerta llevaba al salón donde Neil tendría a dormir. El sofá del que Wymack
había hablado estaba despejado e incluso tenía una nota pegada a él que decía que las
mantas estaban en el cajón de la mesita de café. Era el único espacio limpio en la
habitación. Todo lo demás estaba cubierto por papeleos y tazas de café vacías.
Ceniceros rebosantes también abundaban en una cantidad poco sana.
Neil estaba a mitad de camino de la habitación para mirar por la ventana cuando
Nicky habló detrás de él.
Neil estaba pensando en huir, pero luego Aaron respondió, y Neil se dio cuenta
con una enfermiza rapidez que Nicky no le estaba hablando a él. No, estaban hablando
de él, sin la intención de que él entendiera. Neil se forzó a moverse, finalizando su
viaje hacia la ventana. Empujó las cortinas hacia atrás y puso sus manos en el vidrio,
necesitando algo que lo estabilizara mientras su corazón intentaba volver a su ritmo
normal.
—No —dijo Nicky—. Eso fue un instinto puro de huir. ¿Qué mierda le dijiste,
Andrew?
Neil se giró a verlos, pero Nicky no estaba mirando a Andrew, quizá porque ya
sabía que no iba a obtener una respuesta, pero estaba mirando a Neil a través de la
habitación. Cuando Neil se volteó, Nicky le brindó una brillante sonrisa y volvió a
hablar en inglés.
—Claro.
No había mucho a lo que mirar. Un baño y una cocina estaban ubicados uno
opuesto al otro, y las habitaciones estaban al final del pasillo. Wymack había
convertido la segunda habitación en una oficina. La oficina recompensaba las paredes
vacías del salón: estaba cubierto con artículos de diario, fotos del equipo, calendarios
viejos, y diversos certificados. Dos libreros alineaban la pared, uno lleno de libros de
Exy, el otro una mezcla de todo desde guías de viaje hasta clásicos de la literatura. El
escritorio de Wymack estaba enterrado en papeleos, ni un centímetro de madera
visible, y el archivo de Neil estaba encima de todo. En una punta había un gran frasco
de prescripciones. Nicky recogió el frasco con un sonido triunfante y giró la tapa para
abrirlo.
—Conocerás a Abby esta noche en la cena —dijo Nicky, guardando las pastillas
en su bolsillo—. Tenemos un par de horas que matar antes de eso, así que quizá
Traducción por:
—¿No es difícil jugar con él? —preguntó, cambiando lo que había estado a
punto de decir—. Digo, con él siendo un campeón.
—¿Vale las peleas también? —preguntó Neil—. Como esa que tuvieron hace
dos semanas donde Aaron dijo que se le salió por completo de las manos. ¿Cuántas
personas salieron lastimadas en ella, me repiten?
Hubo una leve pausa mientras Aaron pensaba, y por un momento Neil decidió
que se había imaginado cosas. Luego Aaron respondió.
—Once.
Era la respuesta correcta; Neil había leído sobre el alboroto en un artículo. Pero
él y Aaron no habían tenido esa conversación en el auto y Aaron debería haberlo
sabido.
primer encuentro en Millport, pero Nicky había estado hablando sobre el viaje en auto
desde el aeropuerto. No fue Aaron el que recogió a Neil en el aeropuerto después de
todo.
Neil estaba molesto por el truco y aliviado de haberse dado cuenta, pero la
precaución anuló los dos sentimientos. Andrew no era energético naturalmente; su
manía era inducida por la droga y regulada por el juzgado. Hace dos años unos
hombres atacaron a Nicky fuera de un club nocturno. Andrew tenía el derecho de
defender a Nicky, pero casi los mata a los cuatro. La justicia pensó que su violencia
fue una desagradable reacción exagerada e intentaron acusarlo. Sus abogados atacaron
con un trato mejor: Andrew pasaría un tiempo en terapia intensiva, atendería sesiones
semanales, y tomaría medicación.
—Éxito.
—¿Por qué? —Neil apuntó hacia el licor—. ¿Es esto un robo en proceso?
Traducción por:
—La omisión es la manera más fácil de mentir —dijo Neil—. Pudiste haberme
corregido.
—Lo hice —dijo Neil. Se llevó dos dedos a su frente, imitando el saludo burlón
de Andrew de su primer encuentro—. Mejor suerte para la próxima.
—Oh —dijo Andrew—. Oh, en realidad podrías resultar algo interesante. Por un
tiempo, al menos. No creo que el entretenimiento dure. Nunca dura.
—¿O qué?
Andrew levantó sus manos vacías en un gesto inocente que nadie le creyó y
avanzó hacia el pasillo. Aaron y Kevin fueron detrás de él, probablemente con el
alcohol escondido entre sus cuerpos, y dejaron a Nicky y a Neil en la oficina.
—Creeré eso después de verificar todo lo que poseo —La puerta resonó a través
del pasillo, y no pasó mucho antes de que el Entrenador pusiese un pie en el umbral de
la puerta de su oficina. Vestido en vaqueros cortos y una camiseta descolorida,
Wymack parecía más un rockero de una banda de garaje que un entrenador
universitario. Neil supuso que no tenía que verse presentable en su hogar, pero aun así
era desorientador.
—Veo que llegaste bien. Estaba bastante seguro que la manera de manejar de
Nicky iba a matarte.
—No hay peor supervivencia que un paseo en auto con estos idiotas —dijo
Wymack—. Solo hay un ataúd abierto o cerrado.
6
Tweedle-dumb: Hace referencia a Tweedledum, personaje perteneciente al libro “A través del espejo y lo que
Alicia encontró allí” de Lewis Carroll. Elige este personaje en específico ya que tiene un hermano gemelo, al igual que
Andrew, y hace un juego de palabras mezclando el nombre del personaje con la palabra “dumb”, que en español
significa tonto.
Traducción por:
—Dios, entrenador, ¿qué clase de personas cree que somos? —preguntó Nicky.
—Solo dale esto —dijo Wymack, y Neil atrapó las llaves que le lanzó. Había
dos anillos entremezclados, dos llaves en uno y tres en el otro. Neil las miró mientras
Wymack las clasificaba con sus dedos—. La llave larga es para cuando la puerta
principal cierra de noche. La pequeña te deja entrar en el departamento. Las otras son
para el estadio: puerta de afuera, vestuarios, y las puertas de la cancha. Kevin tiene un
set igual, así que haz que te muestre cuál es cuál. Espero que hagas uso de ellas tanto
como él lo hace.
—Si alguna vez fueras a la cancha por tu propia voluntad, quizá te daría un set
también —dijo Wymack—. Ya que no veo eso alguna vez pasando en esta vida o en la
siguiente, puedes callarte y compartir con Kevin.
Neil miró a Nicky, preguntándose cómo podía explicarlo mejor sin hacer que
sientan la suficiente curiosidad como para entrometerse. Nunca andaba sin su bolso
excepto si estaba asegurado en algún lugar con candado, usualmente en su casillero en
el estadio de Millport.
Antes de que pudiese decir nada, Wymack le dio a Nicky una mirada
impaciente.
Neil nunca antes había sido fácil de leer, pero también nunca había dejado que
la situación se saliese tanto de control. Cuando huía, su madre siempre se había
mantenido en control, creando las historias perfectas y eligiendo marcas ideales para
ayudarles. Neil había ido a tientas a través de su transición de Millport, pero pudo
haber cortado y huido en cualquier momento si no le gustaba la forma en que las cosas
estaban saliendo. Quería desesperadamente que esto funcionase, por el tiempo que sea
que pudiese aferrarse a él.
Wymack le hizo señas a Neil para que se quitase de su camino. Neil observó
mientras desbloqueaba el cajón de más abajo de su escritorio. Estaba lleno de
archivadores, pero Wymack los sacó todos y los apiló cerca en el piso. La pila se
disolvió tan pronto como la soltó, papeles y carpetas deslizándose hacia todos lados.
Wymack ni siquiera pareció notarlo, demasiado ocupado sacando una pequeña llave
del anillo de su llavero.
—Esto es solo una solución temporal —dijo Wymack—. Cuando te mudes a los
dormitorios, vas a tener que encontrar otro lugar.
Le tendió la llave a Neil. Neil miró desde él hasta el escritorio, del escritorio
hasta la pila de papeles y luego de vuelta hacia él. Abrió su boca, la cerró, y lo intentó
de nuevo. Solo había logrado decir "Por qué" antes de que Wymack se aburriese de
esperarlo y empujase la llave hacia su palma.
Neil bajó la mirada hacia la llave en su palma, hacia la seguridad que Wymack
le dio tan fácil e incuestionablemente. Quizá Neil no iba a lograr dormir esta noche, y
quizá pasaría las próximas semanas despertando cada vez que Wymack roncara un
poco fuerte, pero quizá por ahora Neil realmente estaba bien aquí.
—Gracias —dijo.
Neil se fue de la oficina. Los otros habían dejado la puerta abierta y lo estaban
esperando en el pasillo. Neil deslizó la llave en su llavero mientras caminaba para
encontrarse con ellos. Andrew guio a sus primos y a Kevin hacia el ascensor mientras
Traducción por:
Neil cerraba la puerta con llave. El ascensor llegó solo segundos después de que Neil
se hubiera reunido a ellos, y se encaminaron hacia dentro.
—Qué bien conocerte, Neil —dijo Andrew, arrastrando las palabras—. Pasará
un tiempo antes de que nos volvamos a ver.
—Como esto —aclaró Andrew, señalando sus rostros—. Tendrá que esperar
hasta junio. Abby amenazó con quitarnos nuestros derechos sobre el estadio este
verano si te destrozamos demasiado pronto. No podemos permitir eso, ¿o sí? Kevin
lloraría. No te preocupes. Esperaremos hasta que todos estén aquí y Abby tenga a
demasiados Foxes por los que preocuparse. Entonces te daremos una fiesta de
bienvenida que nunca olvidarás.
—No necesito ser persuasivo —dijo Andrew, poniendo una mano en el pecho de
Neil mientras el ascensor se detenía—. Simplemente aprenderás a hacer lo que digo.
miró a Neil mientras pasaba. Solo Nicky se quedó atrás lo suficiente como para
sonreírle a Neil.
Neil se quedó atrás por unos segundos con la mirada fija en ellos. Estaba
empezando a pensar que Kevin no era su único problema en Palmetto State. Era casi
un alivio. Neil no podía anticipar las acciones de Kevin; no podía preguntar cuánto
recordaba Kevin sobre su pasado y no sabría hasta que fuese muy tarde lo que
finalmente haría que Kevin lo recordase. Pero Andrew era solo un enano psicótico, y
Neil había crecido alrededor de la violencia. Lidiar con él iba a ser fácil. Neil solo
tendría que ser cuidadoso.
3
Neil divisó la Foxhole Court mucho antes de que llegaran al estacionamiento del
estadio. Hecha con la capacidad de sentar sesenta y cinco mil fans, fue ubicada en las
Traducción por:
afueras del campus donde pudiese elevarse por sobre los otros edificios más pequeños
ubicados cerca. El color del que estaba pintada solo la hacía sobresalir aún más: las
paredes eran de un blanco deslumbrante con un odioso naranja brillante para decorar.
Una pata de zorro gigante estaba pintada en cada una de las cuatro paredes que daban
hacia fuera. Neil se preguntaba cuán to le había costado a la universidad construir eso
y cuánto se arrepentían de haber invertido dinero en ello, considerando las miserables
ganancias de los Foxes.
Neil fue hacia la cerca y se quedó mirando a través de ella hacia los campos
exteriores. Estaba vacío ahora, las puestos de recuerdos y los patios de comida tapados
hasta que la temporada empezase de nuevo, pero podía imaginar cómo se vería en un
par de meses. Hacía que cada vello de su cuerpo erizase, y los latidos de su corazón
sonando en sus oídos sonaban como una pelota de Exy rebotando en una pared de la
cancha.
Neil retorció sus dedos a través del metal entrelazado y deseó poder derribar la
cerca.
—Déjame entrar.
—Esta es la entrada —dijo Nicky—. El código cambia cada par de meses, pero
el Entrenador siempre nos dice cuando cambia. Ahora mismo es 0508. Mayo y agosto,
¿lo captas? Los meses de cumpleaños del Entrenador y de Abby. Te dije que estaban
liados. ¿Cuándo es tu cumpleaños?
—Oh, nos lo perdimos. Pero te reclutamos en abril, así que eso debería contar
como el mejor regalo del mundo. ¿Qué te regaló tu novia?
Neil lo miró.
—¿Qué?
—Oh vamos, una cara bonita como la tuya debe tener una novia. A menos que
batees para mi lado7, claro está, y si es el caso por favor dime ahora y me ahorras la
molestia de tener que averiguarlo.
—No lo hago —dijo Neil, y la impaciencia hizo que su voz sonara borde. No
era exactamente la verdad, pero era lo suficientemente cerca—. ¿Vamos a entrar o no?
—Ve —dijo.
7
Batees para mi lado: En inglés, swing my way. Es un eufemismo usado por personas de habla inglesa para
referirse a la gente homosexual.
Traducción por:
Neil no necesitó que se lo dijesen dos veces. Caminó por el pasillo, girando su
llavero en sus manos. El pasillo terminaba en otra puerta que decía FOXES. Le mostró
el llavero a Kevin en una pregunta silenciosa. Kevin le apuntó la llave apropiada.
La primera habitación era una sala de estar. Tres sillas y dos sofás ocupaban la
mayoría del espacio, formando un semicírculo alrededor de un mueble con un
televisor. La televisión era obscenamente larga, y Neil no podía esperar a ver un juego
en ella. Arriba de la televisión pegada en la pared había una lista con deportes y
canales de noticias.
El resto de las paredes estaban cubiertas con fotografías. Algunas de ellas eran
oficiales: fotos del equipo, de los goles que realizaban, y fotos obviamente tomadas de
los periódicos. La mayoría de las fotos parecían como si hubiesen sido tomadas por
uno de los Foxes. Estas estaban repartidas por cualquier lado donde cupiesen y
sujetadas con cinta. Tomando una esquina entera había un grupo de fotos en donde
salían las tres chicas pertenecientes a los Foxes.
Si los fans del Exy en sí no eran amables con los Foxes, eran directamente
crueles con Danielle. Incluso sus compañeros de equipo estaban dispuestos a
destrozarla en público durante su primer año. Los más abiertamente misóginos la
culpaban por las fallas de los Foxes. A pesar de la controversia y solo teniendo a
Wymack defendiéndola, Danielle se mantuvo en su posición. Tres años después, era
obvio que Wymack tomó la decisión correcta. Los Foxes aún eran un desastre pero
eran respaldados por Danielle y lentamente empezaron a acumular juegos ganados.
Traducción por:
La imagen mental que Neil tenía de Danielle era de una mujer implacable y
agresiva, pero las fotos que estaba mirando quebrantaban esa impresión. Danielle
estaba sonriendo en cada foto, una sonrisa dentuda que era de igual manera de alegría
y amenazadora.
—Dan, Renee y Allison. Dan es buena gente, pero hará que trabajes hasta el
cansancio. Allison es una perra maliciosa que deberías evitar a toda cosa. Renee es un
amor de persona. Sé bueno con ella.
Neil lo siguió fuera de la sala de estar. Un pasillo guiaba desde la sala de estar
hacia dos puertas de oficina que decían DAVID WYMACK y ABIGAIL WINFIELD.
Una puerta con una simple cruz roja en ella era la siguiente. Más abajo dos puertas
opuestas la una de la otra decían DAMAS y CABALLEROS. Kevin empujó un poco
la puerta de los CABALLEROS, mostrándole a Neil un rápido vistazo de casilleros
naranjo brillante, bancas, y suelo de baldosas. Neil quería explorar, pero Kevin no se
detenía en su descenso por el pasillo.
Andrew, esperó mientras Andrew lanzaba una pastilla a la banca en frente de él, y le
intercambió el whiskey por la pastilla. La medicina desapareció en uno de los bolsillos
de Kevin, y Andrew se tragó la pastilla con un impresionante trago de whiskey.
La luz que provenía desde los vestuarios se esparcía por el estadio, el camino
hacia la parte interna de la cancha era muy largo como para que eso sirviese de algo.
La parte interna de la cancha era en su mayoría sombras color tinta con vagos
contornos. Neil cerró sus ojos y trató de imaginárselo. Este espacio estaba reservado
para los árbitros, las porristas, y los equipos. En algún lugar de aquí estaban las bancas
locales de los Foxes. Las paredes de plexiglás que rodeaban la cancha eran invisibles
en la oscuridad, como lo era la cancha en sí, pero sabiendo que la cancha estaba ahí
hizo que el corazón de Neil se acelerara.
la cancha interna hacia las paredes de la cancha. Presionó sus manos en el grueso y
frío plástico y miró hacia arriba, donde el marcador y las televisiones que hacían las
repeticiones colgaban en el techo de la cancha, luego hacia abajo donde estaba la
madera brillante. Líneas naranjas marcaban el principio, la mitad, y la parte alejada de
la cancha. Era perfecto, absolutamente perfecto, y Neil se sintió de inmediato
inspirado y horrorizado por lo que veía. ¿Cómo era posible que jugase aquí después de
haber jugado en la patética imitación de cancha que tenía Millport?
Cerró sus ojos e inhaló, exhaló, imaginándose la forma en que los cuerpos
sonaban mientras se estrellaban unos contra otros en la cancha, la forma en que la voz
del locutor solo vendría a través de estallidos ensordecedores y dispersados, el rugido
de sesenta y cinco mil personas reaccionando a un gol. Sabía que no se merecía esto,
sabía sin ninguna duda que no era lo suficientemente bueno para jugar en esta cancha,
pero lo quería y lo necesitaba tanto que le llegaba a doler.
Por tres semanas y media, solo serían ellos cinco, pero en junio los Foxes se
mudarían de vuelta para las prácticas de verano y en agosto la temporada empezaría.
Neil abrió sus ojos de nuevo, mirando hacia la cancha, y supo que tomó la decisión
correcta. Los riesgos no importaban; las consecuencias iban a valer la pena. Tenía que
estar aquí. Tenía que jugar en esta cancha aunque sea una vez. Tenía que saber si el
público gritaba lo suficientemente fuerte como para volar el techo. Tenía que oler el
sudor y la comida extremadamente cara del estadio. Tenía que escuchar el sonido del
timbre cuando la pelota golpee las líneas blancas del arco e iluminara las paredes de
rojo.
—Oh —dijo Nicky, apoyándose en la pared que estaba un poco más abajo que
Neil—. Con razón te eligió.
Neil lo miró, sin entender realmente las palabras, sin escuchar realmente cuando
su mente aún se estaba acelerando con el tic-tic-toc de un reloj de juego haciendo la
cuenta regresiva. Más adelante de Nicky estaba Kevin, quien había visto a su padre
asesinar a un hombre y había seguido adelante para firmar con el equipo nacional.
Kevin lo estaba observando, pero en el segundo en el que sus ojos se encontraron
apuntó hacia el lugar por el que vinieron.
—Denle su equipo.
Traducción por:
Aaron y Nicky llevaron a Neil de vuelta hacia los vestuarios. Andrew no los
había seguido hacia el estadio, pero tampoco estaba en el vestíbulo. A Neil no le
importaba lo suficiente como para preguntar pero siguió a los primos hacia los
vestuarios. La habitación principal estaba alineada con casilleros, cada uno marcado
con los números de los jugadores y sus nombres. A través de la puerta de atrás Neil
pudo ver lavamanos y asumió que las duchas estaban doblando la esquina fuera de
vista. Estaba más interesado en el casillero que tenía su nombre.
Los entrenadores Hernandez y Wymack habían pasado las últimas semanas del
último año de Neil discutiendo los detalles sobre qué tipo de equipo Neil necesitaba.
Sabiendo que todo iba a estar aquí para él no era ni la mitad de bueno que verlo. Había
cinco tenidas para rutinas de ejercicios y un set de uniformes para jugar en casa y
lejos. Montículos de relleno y la armadura ocupaban la mayor parte de su gran
casillero, y su casco estaba en la repisa de arriba. Debajo de su casco había algo
naranja neón y envuelto, y Neil cuidadosamente lo sacó para examinarlo. Se abrió para
revelar una cazadora que era tan brillante como la pintura del estadio. “Foxes” y
“Josten” estaba estampado en la parte trasera en material lustroso.
—Los satélites pueden divisar estas cosas desde el espacio exterior —dijo.
—Dan las pidió en su primer año aquí. Dijo que estaba cansada de que la gente
nos ignorara. A las personas les gusta pretender que la gente como nosotros no existe,
¿sabes? Todos esperan que seamos el problema de alguien más —Se acercó y pasó sus
dedos por el material—. No lo entienden, así que no saben por dónde empezar. Se
sienten abrumados y se rinden antes de tomar el primer paso.
Se giró para encontrar su propio equipo, así que Neil sacó lo que necesitaba y se
lo llevó al baño. Cambiarse en un cubículo era difícil e incómodo, pero lo había hecho
tantas veces que ya se había especializado en ello. Se cambió la camiseta por un
acolchonado de hombro y pecho. Hizo un par de giros para asegurarse de que las
Traducción por:
correas estuvieran lo suficientemente ajustadas sin estar tan apretadas, luego tiró de su
camiseta en la parte superior. Podía ponerse shorts alrededor de otras personas, así que
se devolvió a la habitación principal para terminar de vestirse.
Primero se cambió sus vaqueros por los shorts. Luego se sentó en una de las
bancas para enganchar sus rodilleras en su lugar. Las cubrió con calcetines largos y se
puso zapatos libres de rasguños para la cancha. Se puso unos guantes de algodón
delgados, cerrándolos justo arriba de sus codos, y ató protectores de brazo en sus
antebrazos. Dejó sus guantes exteriores junto a su casco donde pudiera llevarlos hacia
la cancha y se enganchó su cabello hacia atrás con una bandana naranja. Lo último que
debía ponerse era su protector de cuello, una delgada tela con un cierre complicado.
Era un dolor con el que lidiar y ocasionalmente lo hacía sentir como si se estuviera
ahogando, pero valía la pena soportarlo si iba a proteger su garganta de una pelota
perdida.
Volvieron al vestíbulo, y Nicky hizo que Neil abriera la puerta del equipo que
Kevin le había indicado más temprano. Aaron sacó una canasta con pelotas mientras
Nicky desplegó el perchero con palos. Las raquetas estaban ordenadas por número, un
par para cada jugador con la de Neil al final. Neil desenganchó una y le dio una lenta
vuelta, probando el peso y cómo se sentía en su mano. Era de un naranjo oscuro con
una sola línea blanca en la base de la cabeza y una red de cuerdas blancas. Olía a
nuevo y se sentía como un sueño, y era todo lo que podía hacer para evitar golpearse
en la cara con la red tensa. En Millport había usado una perteneciente a las raquetas
del equipo antiguo. Esta había sido pedida específicamente para él, y el solo
pensamiento era suficiente para hacer que su corazón se acelerase.
Kevin estaba justo donde lo habían dejado, esperándolos en el anillo interior del
estadio. Observó silenciosamente mientras se colocaban sus cascos y sus guantes, y no
dijo nada cuando Aaron guio el camino hacia la entrada de casa de la cancha. Neil usó
su última llave para abrir la puerta y luego guardó sus llaves en su guante para
ponerlas a salvo.
Después de que la puerta se hubiese cerrado detrás de ellos, Neil miró a Nicky y
preguntó:
—Kevin solo tolera nuestra cancha bajo dos condiciones: solo, o con Andrew en
ella. Tendrá que superarlo este otoño cuando Renee esté en la portería en los juegos,
pero por ahora puede salirse con la suya siendo un engreído.
—Se acaba de drogar, así que anda noqueado por ahí. Se va a bloquear y
reiniciar en modo locura.
Neil miró a Aaron, esperando que defendiera a su gemelo, pero Aaron solo guio
el camino hacia la mitad de la cancha. Neil mantuvo su paso junto a Nicky, metiendo
ociosamente sus dedos a través de la red de su raqueta. Miró a Kevin, quien aún estaba
mirándolos a través de la pared de la cancha, y preguntó:
—Kevin no puede jugar realmente, ¿o sí? Dijeron que sería un milagro si alguna
vez usaba una raqueta de nuevo.
—Su mano izquierda está casi fuera de juego —dijo Nicky—. Está jugando
como diestro desde ahora.
—¿Qué?
—Eso también —dijo Nicky—. Ojalá pudiera ver la cara de Riko cuando vea
nuestro primer juego. Rata bastarda.
—¡Estamos haciendo esto en nuestro tiempo libre, sabes! —gritó, pero Kevin no
podía escucharlo a través de las paredes de la cancha.
Traducción por:
—Mentira descarada. ¿Cuándo fue la última vez que le dijiste una palabra
cortés?
Neil no conocía a ningún Fox del pasado o del presente con ese nombre.
—¿Quién es Erik?
—¿Viviste en Alemania?
—Ja —dijo Nicky—. Nos escuchaste más temprano diciendo mucha palabrería,
¿no? Eso era alemán. Los mocosos lo estudiaron en el instituto porque sabían que los
podía ayudar a pasar. Si aquí tomas alemán como tu electivo, solo dime y te haré
tutorías. Soy bueno con mi lengua.
—En fin, recuérdame mostrarte una foto de él más tarde. Nuestros bebés van a
ser preciosos.
—Oh, no. Está en Stuttgart. Consiguió un trabajo que ama con una carrera de
gran potencial, así que no podía irse para seguirme hasta aquí. Se suponía que solo
debía quedarme el tiempo suficiente para que estos niños terminasen el instituto, pero
cuando el Entrenador me ofreció una beca escolar Erik me dijo que debía tomarla.
Apesta estar separados por tanto tiempo, pero vino acá la última navidad e iré para allá
este año. Si las cosas alguna vez se calman por aquí quizá pueda pasar el siguiente
verano en Alemania —Nicky mandó una mirada intencionada hacia la pared donde
Kevin los estaba mirando.
Aaron finalmente les dijo que pararan y Neil atrapó la pelota en un rebote.
Cuando la botó en la canasta los demás empezaron a desabrocharse sus cascos. Neil
reprimió un destello de decepción por acabar tan pronto, pero no los presionaría para
que jugasen más; Nicky ya había dicho que habían dejado sus vacaciones de verano de
lado para jugar con él.
—¿Cómo estuvo?
—Kevin cree que somos una pérdida de oxígeno —dijo Nicky con un
encogimiento de hombros.
Neil siguió el gesto y miró a través de las paredes hacia las bancas de los Foxes.
Andrew había reaparecido y estaba recostado sobre su espalda en la banca local,
jugando a atrapar la pelota. Kevin había conseguido su raqueta en algún momento y la
estaba girando mientras los miraba. Con la mitad de la cancha y la pared entre ellos,
Neil aun así podía sentir el peso físico de la mirada fija de Kevin.
—No suena como mi problema —dijo Andrew con una sonrisa brillante.
Nicky miró a Aaron en busca de ayuda, pero Aaron pasó por delante de ellos
hacia los vestuarios. Nicky imitó que se tiraba un balazo y fue con él. Neil intentó
seguirlos, pero cometió el error de mirar a Kevin. Una vez que miró los ojos de Kevin,
fue difícil mirar hacia otro lado de nuevo.
—Si no vas a jugar conmigo, jugarás para mí —dijo Kevin—. Nunca vas a
llegar allí por ti solo, así que dame tu juego a mí.
—Si no puedes darte cuenta tú solo no hay forma de ayudarte —dijo Kevin.
Neil lo miró de vuelta en silencio, bastante seguro de que “allí” no aplicaba para
alguien como él. Kevin debe haberlo visto en la expresión no impresionada de su
rostro porque se acercó y cubrió los ojos de Neil con su mano libre.
—Olvida el estadio —dijo Kevin—. Olvida a los Foxes y a tu inútil equipo del
instituto y a tu familia. Velo de la única forma que realmente importa, donde el Exy es
el único camino para tomar. ¿Qué ves?
Traducción por:
Imaginar su vida de una manera tan simple era tan ridículo que Neil casi se echa
a reír. Mantuvo el giro vicioso de su boca fuera de su rostro con pura fuerza de
voluntad. Aun así debió verse algo, porque Kevin le dio a su raqueta un fuerte tirón.
—Concéntrate.
Neil intentó ver el mundo como si Neil Josten fuese realmente lo que siempre ha
sido y lo que siempre sería. Era casi suficiente para hacerlo odiar a esa persona cuando
podía verlo en términos tan simples, pero se tragó el disgusto y cambió su imagen
mental al Exy.
¿El juego siempre había sido suyo, o lo había estado tirando hasta este punto? El
Exy era el único punto brillante de su destrozada infancia. Recordaba a su madre
llevándolo a juegos de Exy de la pequeña liga, viajando una hora fuera de Baltimore a
donde nadie sabía que su padre y los entrenadores lo dejarían jugar. La recordaba
gritando emocionada por él como si cada movimiento y palabra no hubiesen estado
escudriñados por guardaespaldas con armas de fuego. Los recuerdos eran
fragmentados y parecían sueños, distorsionados por la cruda realidad del trabajo de su
padre, pero se aferraba a ellos. Eran los únicos tiempos en los que había visto sonreír a
su madre.
Neil no sabía cuánto tiempo había jugado con su equipo de la pequeña liga, pero
sus manos recordaban el peso de una raqueta así como recordaba el peso de una
pistola.
—Tú —dijo Neil al final. Kevin tiró de su raqueta de nuevo, y esta vez Neil la
dejó ir.
No les haría ningún bien, pero Neil no se iba a poner a pensar en eso.
—Tómalo.
Traducción por:
—Nos vimos más temprano —dijo Neil—. Si este es otro truco, déjalo ir.
—Está drogado —Kevin le dijo a Neil—. Me dice cuando está sobrio, así que
siempre lo sé. ¿Cómo te diste cuenta?
Kevin miró a Andrew, pero Andrew solo tenía ojos para Neil. A Andrew le
tomó un segundo procesar esas palabras antes de que comenzase a reír.
Kevin le dio a Neil su raqueta de vuelta y los tres fueron a los vestuarios. Aaron
y Nicky ya estaban en las duchas cuando llegaron. Neil escuchó el agua corriendo y se
sentó en una banca del vestuario a esperar.
Andrew se inclinó hacia Kevin y puso una mano en su boca, pero no se molestó
en bajar su voz.
—Tiene que esconder sus dolores, Kevin. Me colé en el gabinete del Entrenador
y leí su expediente. ¿Moretones, quizá? ¿Tú que crees? ¿O cicatrices? Yo pienso que
cicatrices. No pueden ser moretones si sus padres no están para pegarle, ¿o no?
Andrew se rio, sonando deleitado por haber cruzado una línea tan personal
Traducción por:
Neil abrió su boca, luego la cerró antes de que le diera a Andrew una parte de su
mente. Andrew quería que reaccionase, así que Neil tenía que contenerse. Respiró
lentamente a través de sus dientes apretados y contó hasta diez. Solo llegó hasta cinco
antes de que la sonrisa de Andrew fuese mucho.
Neil no le creía a Andrew sobre las duchas, pero era mejor investigar antes que
quedarse aquí y pegarle a Andrew. Se bajó de la banca y fue hacia el baño. Los
lavamanos con sus altos espejos eran la parte que conectaba los baños con las duchas,
y las duchas estaban doblando la esquina fuera de vista. Las rodeó para echar un
rápido vistazo. Andrew estaba diciendo la verdad por primera vez. Las paredes estaban
alineadas con paredes de ducha, lo suficientemente altas para proporcionar completa
privacidad y equipadas con puertas que se pueden cerrar con seguro.
—No —convino Andrew—. Los Foxes nunca llegarán a nada. Pero intenta
decírselo a Dan, y te golpeará en los oídos. —Levantó su whiskey y se dirigió a la
puerta—. Kevin, auto.
Neil vio cómo la puerta se cerraba detrás de ellos antes de juntar su ropa y
dirigirse a las duchas. Se lavó lo más rápido posible e hizo una mueca mientras se
vestía de nuevo. Las ventilaciones mantenían el aire corriendo, sacando la humedad
Traducción por:
para reducir el moho, pero aun así la habitación se sentía pesada y húmeda. Neil se
sentía pegajoso mientras se ponía su ropa. Se pasó los dedos por el cabello mientras se
reunía con los primos en la habitación principal. Le mostraron dónde poner su
armadura para que pudiese secarse y su uniforme para poder lavarlo. Aaron apagó las
luces en su camino, Neil cerró las puertas, y encontraron a los otros dos esperando
junto al auto.
—Es tu primer día, así que te quedas con el asiento del copiloto. Disfrútalo
mientras puedas. Kevin odia sentarse atrás.
—No tengo que sentarme adelante —dijo Neil, pero Kevin y los gemelos ya se
estaban subiendo al asiento trasero con Kevin en el medio. La manera en que se
sentaron dejó a Andrew detrás del asiento de Neil, así que Neil esperó que el viaje
fuese corto.
Abigail Winfield vivía en una casa de un piso a cinco minutos del campus.
Nicky se estacionó en la esquina ya que ya había dos autos estacionados en la entrada
cuando llegaron. La puerta de entrada estaba sin seguro, así que entraron sin golpear, y
fueron recibidos por un olor fuerte a ajo y salsa de tomate caliente.
—Hemmick, ven aquí y se útil por una vez en tu sarnosa vida. Pone la mesa.
—Pero Entrenador —se quejó Nicky mientras Abigail se giraba—. ¿Por qué
siempre tienes que elegirme a mí? Ya lo empezaste a hacer tú. ¿No puedes terminarlo?
—¿Qué se supone que iba a hacer? —preguntó Nicky, evitando sus ojos
mientras los tres se dividían para hacer sus múltiples quehaceres—. ¿Quitárselo? De
ninguna manera.
—Eres Neil, entonces. Yo soy Abby. Soy la enfermera del equipo y anfitriona
temporal de estos. No te están acosando mucho, ¿cierto?
—No te preocupes —llamo Andrew fuera de vista—. Creo que de hecho tomará
tiempo romperlo. Dame hasta agosto, quizá.
—Entonces Bee estará aquí para recoger las piezas —la interrumpió Andrew,
reapareciendo en la puerta al lado de Neil. Ya no traía el whiskey consigo y esparció
sus manos delante de ella con un gesto apaciguador—. Lo hizo muy bien con Matt,
¿no crees? Neil ni siquiera será un parpadeo en su radar. La invitaste para acá, ¿no?
—La invité, pero lo rechazó. Pensó que iba a incomodar con su presencia.
psicópatas en ciernes, ese tipo de cosas. Eso la hace nuestra terapeuta designada. La
conocerás en agosto.
—Es obligatorio ir una vez al semestre para los atletas —confirmó Abby—. La
primera vez es una cita casual para que la conozcas y sepas dónde está su oficina. La
segunda sesión es en primavera. Por supuesto eres libre de visitarla cuando quieras, y
ella te hablará más sobre planificar sesiones mientras estás ahí. Servicios de
asesoramiento están incluidos en tu matricula, así que deberías hacer uso de ello.
Neil acababa de perder el apetito, pero se sentó en la mesa tan lejos como pudo
de los asientos de Kevin y Andrew.
Fue después de las diez cuando Wymack decidió que era hora de irse, y Neil se
fue con él. Subirse al auto solo con él fue la cosa más difícil que Neil había hecho en
todo el día. Andrew estaba loco, pero Neil tenía una arraigada desconfianza en
hombres que eran lo suficientemente mayor como para ser su padre. Pasó el viaje
entero congelado y en silencio en el asiento del copiloto. Quizá Wymack notó la
Traducción por:
rigidez en sus hombros, porque no le dijo nada a Neil hasta que estuvieron de vuelta
en su departamento.
Cuando Wymack cerró con llave la puerta principal detrás de ellos, preguntó:
Neil negó con la cabeza y discretamente dejó más espacio entre ellos.
—Lo averiguaré.
—No entienden los límites —dijo Wymack—. Si cruzan una línea y no puedes
hacer que se salgan de encima, ven hacia mí. ¿Lo entiendes? No tengo el control
perfecto sobre Andrew, pero Kevin nos debe su vida y puedo llegar a Andrew a través
de él.
—¿Planeas usar las mismas seis tenidas una y otra vez en todo el año?
—preguntó Wymack.
—Sí, Entrenador.
Wymack asintió y se fue. Neil puso sus pantalones para correr a un lado y
guardó sus pantalones para dormir y su playera debajo del sofá para más tarde. Se
cambió en el baño y fue hacia donde Wymack para guardar su bolso de nuevo.
Wymack ni siquiera dejó de mirar los papeles que estaba examinando, aunque gruñó lo
que probablemente fue un adiós mientras Neil se iba de nuevo. Neil cerró la puerta con
llave detrás de él, guardó las llaves en el fondo de su bolsillo, y tomó las escaleras para
bajar al primer piso.
No sabía dónde estaba o a dónde iba, pero eso estaba bien. Si le daba a sus pies
una dirección, lo llevarían pasando por encima de todos sus pensamientos, y estaría
feliz de dejarlos.
4
Neil pasó la mañana siguiente explorando el campus y memorizando su diseño.
Cuando estuvo seguro de que conocía bien el camino, dejó el terreno escolar para ir
por un largo trote. De a poco se dirigió de vuelta. Tenía una hora para estirar y
almorzar antes de que se encontrara con los otros en el estadio, y se aseguró de llegar
lo suficientemente temprano como para cambiarse en privado.
Traducción por:
Cuando los otros llegaron, Neil los estaba esperando en la cancha. Miró cómo
Kevin propulsaba a Andrew hacia el arco local. Andrew se estaba riendo de algo, pero
Neil no podía escuchar lo que Kevin estaba diciéndole. Aaron y Nicky repartieron
pelotas en la primera-cuarta línea, y Nicky tiró un par en dirección a Neil. Neil las
esparció alrededor de él en la mitad de la cancha.
Empezaron con ejercicios, algunos de los cuales Neil había practicado ayer y
unos pocos más que no conocía. Los ejercicios gradualmente comenzaron a
incrementar su dificultad y Neil hizo una mueca mientras Andrew desviaba cada tiro
que Neil le daba. Era solo un poco reconfortante que Aaron y Nicky tampoco estaban
anotando, pero Kevin acertó casi un tercio de sus tiros. Era un show pobre para un
excampeón nacional, pero era también intensamente humilde ya que Kevin había
crecido jugando con su mano izquierda. Verlo enfrentarse a Andrew con su mano
derecha era suficientemente valiente; verlo realmente anotar era surreal.
Kevin los sacó de la cancha para tomar agua luego de una hora y media de
ejercicios, pero en vez de seguir a los defensores y a Neil a los vestuarios, se quedó
detrás con Andrew para seguir practicando. Neil los miró por sobre su hombro.
—Lo tengo, pero Kevin está en la lista —dijo Nicky. Cuando Neil frunció el
ceño, Nicky explicó—: Es una lista de celebridades con las que tenemos permiso para
tener una aventura. Kevin es mi número tres.
—¿Cómo alguien puede perder contra los Foxes con Andrew en su portería?
—Es bueno, ¿no? Pero Andrew estuvo en la banca la mayor parte del año
—Nicky se encogió de hombros—. El entrenador no necesitaba un tercer portero
cuando nos reclutó, así que Andrew fue un calentador de bancas hasta noviembre.
Entonces la ERC amenazó con revocar nuestro estatus de Clase I y despedir al
entrenador si no empezábamos a ganar más seguido. El entrenador sobornó a Andrew
para que salvara nuestros traseros con una buena borrachera.
—Ahora suenas como Kevin. Te darás cuenta de la manera difícil, igual que
Kevin lo hizo. Kevin le dio a Andrew un montón de lata esta primavera —dijo Nicky
mientras hacían su camino hacia los vestidores. Aaron fue delante de ellos hacia la
fuente de agua y Nicky se apoyó contra la pared para mirar a Neil.
—Andrew salió de la cancha por un mes entero. Dijo que quebraría sus propios
dedos si el Entrenador lo hacía jugar con Kevin otra vez.
Nicky tomó un par de sorbos rápidos de la fuente en cuanto Aaron se quitó del
camino y pasó una mano a través de su boca.
—Solo porque Kevin está jugando también. Kevin volvió a la cancha con una
raqueta en la mano derecha, y Andrew lo siguió de cerca. Hasta entonces estuvieron
peleando como gatos y perros. Ahora míralos. Están prácticamente intercambiando
brazaletes de la amistad y yo no podría separarlos ni aunque fuera para salvar mi vida.
—Pero, ¿por qué? —preguntó Neil—. Andrew odia la obsesión de Kevin con el
Exy.
—El día en el que empiecen a tener sentido para ti, házmelo saber —dijo Nicky,
apartándose para que Neil pudiera tomar agua—. Ya dejé de intentar resolverlo hace
semanas. Podrías preguntar, pero ninguna de ellos responderá. Aprovechando que
estoy soltando consejos… para de mirar tanto a Kevin. Me estás haciendo temer por tu
vida aquí.
golpeado—. Así que sí, voy a fijarme en objetivos más seguros hasta que Andrew se
aburra de él. Eso significa: tú, ya que Matt está en una relación y no me odio lo
suficiente como para intentarlo con Seth. Felicitaciones.
—¿Qué? —preguntó Nicky—. Él dice que no batea para ese lado, así que
obviamente necesita un empujón.
—He terminado con esta conversación —dijo Neil—. Esta y cualquier futura
variación. Mira, Nicky, no tengo problemas con tu sexualidad, pero estoy aquí para
jugar. Todo lo que quiero de cualquiera de ustedes es lo mejor que puedan darme en la
cancha.
La puerta del estadio se abrió con Andrew apareciendo al final. Los recorrió con
los ojos bien abiertos, como si estuviera sorprendido de verlos a todos ahí.
—Nicky está planeando violar a Neil —dijo Aaron—. Hay un par de fallas en su
plan en las que necesita trabajar primero, pero llegará ahí tarde o temprano.
Nicky se volvió a mirar a Neil mientras lo decía. Él solo despegó sus ojos de
Andrew por un segundo, pero eso fue suficiente para que Andrew arremetiera contra
él. Andrew atrapó la camiseta de Nicky en una mano y lo tiró con fuerza contra la
pared. Nicky gruñó ante el impacto pero no hizo movimiento alguno para quitarse a
Andrew cuando Andrew se inclinó contra él. Neil miró a Nicky y luego a Aaron, pero
Aaron se veía poco sorprendido por la violencia repentina. Neil volvió a mirar a
Andrew y esperó a ver qué sucedía.
Traducción por:
Se cayó, pero le tomó a Neil un momento darse cuenta por qué. Andrew tenía un
cuchillo corto presionado en la camiseta de Nicky. ¿De dónde lo había sacado? Neil no
lo sabía, pero se negaba a pensar que Andrew usaba uno en la cancha debajo de su
uniforme. Tenía que haber reglas y regulaciones en contra de eso. La última cosa que
Neil quería era que Andrew apuñalara a alguien en el medio de un juego. Los Foxes
serían suspendidos de la liga en un instante.
Neil miró a Aaron, esperando a que interfiriera. Aaron estaba tenso pero callado
mientras miraba al cuchillo de Andrew. Neil le dio otro segundo, pero no podía esperar
por siempre. No sabía qué podría finalmente gatillar a Andrew y no quería saberlo.
—Oye —dijo otra vez Neil, ignorándolo, pero no estaba seguro de qué decir.
Cuestionarse la cordura de Andrew o decirle que solo estaba fanfarroneando podría
terminar con Nicky en el hospital. Él no iba a pretender aceptar los avances de Nicky
solo para calmar a Andrew. Lo que Neil necesitaba era una distracción, algo más
importante que Andrew y Nicky. Eso dejó solo una cosa de la que Neil sabía. Una
persona, en realidad.
—No dejes que se salga con la suya con cosas como esa.
—Oh, Neil. Vas a hacer esto muy difícil para ti. Mira —dijo, librándose y
volteando a Neil hacia la puerta—, Andrew está un poco loco. Tus líneas no son sus
líneas. Te puedes poner todo humeante y enojado cuando te pase por encima pero
Traducción por:
nunca lo harás entender qué hizo mal. Peor aún, nunca harás que le importe. Así que
solo quítate de su camino.
—Él es así porque lo dejan salirse con la suya —dijo Neil—. Nos están
poniendo a todos en riesgo.
—Eso fue mi culpa —Nicky abrió la puerta y esperó a que Neil lo siguiera
fuera—. Dije algo que no debí haber dicho, y recibí mi merecido.
—Aaron está conmigo. Nicky y Andrew tienen al niño. Equipos de dos hombres
para hacer un juego de práctica con la portería de los invitados vacía.
—No soy un niño —dijo Neil—, apenas eres un año mayor que yo. —dos, en
realidad, pero no iba a decirles que había mentido sobre su edad y sobre su
cumpleaños.
—¿No debería Andrew estar contigo y con Aaron? Entonces Neil puede
practicar lazándole a él.
Solo había cinco de ellos, pero se posicionaron como si tuvieran dos equipos
completos: Neil y Kevin se posicionaron en la línea de mitad de cancha, Nicky en la
Traducción por:
Kevin debería haber hecho lo mismo y empujado la cancha hacia Nicky, pero se
quedó en la línea de mitad de cancha. De la misma manera, Aaron dejó que el rebote
lo pasara. Neil no se detuvo a pensar en ello y atrapó la pelota en el aire. Solo la tuvo
por dos segundos antes de que Kevin apareciera de la nada. Kevin chocó sus raquetas
tan fuerte que la pelota se propulsó hacia un lado y la raqueta de Neil hacia el otro.
Neil maldijo ante el dolor agudo que le acuchilló los brazos.
Neil peleó por su palo y se apresuró tras él, pero Kevin lo engañó con un
movimiento y anotó unos segundos después. Andrew, quien debió haber estado
cuidando su portería, estaba usando su gigantesca raqueta a modo de apoyo. Miró por
sobre su hombro mientras las líneas de anotación se encendían de color rojo, pero no
reaccionó a nada más.
—Nada —dijo Aaron, tan simple como era obvio, y se posicionaron para otro
saque.
Traducción por:
Neil lo empujó, pero Kevin ya se estaba yendo a agarrar la pelota y anotar otra
vez.
La cancha parecía mucho más grande cuando solo tenía un compañero del que
depender, y las reglas que los dejaban llevar la pelota solo por diez pasos los hacían
depender ampliamente en las paredes de la cancha. Neil no estaba acostumbrado a
jugar así. No le gustaba y su desconocimiento de este estilo solo hacía más fácil que
Aaron y Kevin dominaran la cancha.
Cada juego forzaba a Neil a intentarlo más e ir más rápido, pero esto no era
Millport. Su experiencia de infancia y su velocidad no eran suficientes para enfrentar a
atletas de este calibre. Neil estaba frustrado, después maravillado, y frustrado otra vez
mientras el juego avanzaba. Anotó un par de puntos durante el juego, pero sus goles se
sintieron sin valor cuando no tenía un portero con quien contar.
Kevin esperó hasta que Aaron cerró la puerta detrás de él, y entonces agarró la
rejilla del casco de Neil y lo arrastró hacia el arco de Andrew. Andrew finalmente tuvo
interés en los procedimientos y se paró derecho. Kevin lo dejó ir cuando Neil alcanzó
la pata de zorro en la línea de falta.
Kevin se dio media vuelta y se fue, cerrando con fuerza la puerta detrás de él en
su camino hacia afuera. Neil recogió las pelotas del canasto desde la esquina local
norte donde las había guardado durante su práctica. Dejó el canasto en la
primera-cuarta y volvió a la línea de falta para su primer tiro.
Andrew, quien no había siquiera levantado un dedo para evitar que Kevin
anotara, no tuvo la misma consideración con Neil. Balanceó su gigante raqueta en un
largo trazo y golpeó la pelota tan fuerte que Neil la escuchó rebotar contra la pared
contraria de la cancha detrás de él. Neil miró por sobre su hombro, luego tomó otra
pelota del canasto y lo intentó otra vez.
Neil perdió la noción del tiempo después de eso. Balanceos y minutos borrosos
en una mezcla exhaustiva. Siguió intentándolo bastante tiempo después de que sus
brazos empezaron a quemar porque no sabía cómo parar. Eventualmente el dolor se
desvaneció a favor de una pesada sensación de entumecimiento. Sabía que Andrew
estaría ya cansado ya que él tenía una raqueta bastante pesada y estaba golpeando cada
pelota como si quisiera anotar un home run9 pero Andrew ni siquiera se contuvo un
poco.
Sabía que había ido muy lejos cuando balanceó su raqueta y perdió el agarre en
ella. Andrew se rio mientras chocaba con el piso y patinaba hacia el arco. Andrew
golpeó la pelota directamente de vuelta a Neil, y Neil no tenía una raqueta para
defenderse. Levantó sus manos para bloquear instintivamente su rostro, pero sintió el
dolor punzante en sus antebrazos incluso a través del bloqueo de sus brazos. Se
balanceó un paso hacia atrás ante el impacto y le lanzó a Andrew una mirada de
disgusto.
Neil sabía que era una mala idea, pero fue a por su raqueta de todas formas.
Levantarla dolió, y cuando intentó levantarla lo suficientemente alto como para
balancearla, su brazo derecho sufrió un punzante calambre y perdió su agarre. Su palo
golpeó la cancha a sus pies.
9
Home Run: En el béisbol, un home run se da cuando el bateador hace contacto con la pelota de una manera
que le permite recorrer las bases y anotar una carrera en la misma jugada, sin que se registre ningún error por parte de
la defensa. En este caso es aplicado al Exy.
Traducción por:
—He acabado.
Andrew dejó el arco para encontrarse con él, pero se detuvo con un pie sobre la
raqueta de Neil. Neil intentó quitarla de debajo de él, pero no tenía la fuerza. Fue
incluso un peor fracaso el intentar empujarlo, y eso dolió tanto que su visión se
desestabilizó.
—Quítate de mi raqueta.
—No me tientes.
—Feroces palabras para una criatura tan pequeña —dijo Andrew—. No eres
muy brillante. Típico de un jock10.
Andrew le dio un pulgar arriba y empujó a Neil mientras pasaba. Neil intentó
atraparse a sí mismo antes de tropezarse, pero su mano no podía sostener su peso. Se
cayó de golpe contra su espalda y ni siquiera intentó levantarse. Estaba demasiado
cansado como para que le siguiera importando, así que se quedó tirado ahí mientras
escuchaba cómo Andrew dejaba la cancha. La puerta se cerró de golpe detrás de él.
Neil giró su cabeza a un lado y miró a través de las paredes mientras se iban.
10
Jock: Una persona que es extremadamente entusiasta de los deportes y que se considera bueno en ellos,
pero no demasiado inteligente en otras áreas.
Traducción por:
Corrió de vuelta a donde Wymack, con su paso más lento de lo normal, y tomó
las escaleras al séptimo piso. La puerta del apartamento estaba sin llave, y Wymack
estaba esperándolo en el pasillo con una lata de café molido en su mano.
—Idiota.
Retirarse de una pelea con un furioso viejo fue tan instintivo que Neil no se dio
cuenta que había retrocedido hasta que Wymack se congeló. El rostro de Wymack se
puso peligrosamente casi en blanco y Neil bajó su mirada. Tuvo cuidado de no dejar
de mirar a Wymack completamente. Necesitaba ver cuando Wymack empezara a
moverse otra vez. Esperó a que Wymack dijera algo. Luego de un interminable y frágil
silencio, se dio cuenta de que Wymack no hablaría hasta que él lo hiciera.
—Hoy fue mi error —dijo Niel despacio—. No pasará una segunda vez.
—Ven aquí. No —dijo cuando Neil empezó a recoger el desastre en sus pies—.
Déjalo.
Traducción por:
Neil dio un paso y se paró en frente de Wymack: dentro del alcance de un brazo,
pero solo apenas. Había perfeccionado el truco de niño. Él podía mirar el brazo de
cualquier persona y juzgar la distancia segura de ellos en un segundo. Si tenían que
moverse para golpearlo, él tendría suficiente tiempo como para esquivarlo. De
cualquier forma, no atraparía toda la fuerza de su golpe.
—Sí, Entrenador.
Neil pudo haberle dicho que era la edad de Wymack lo que lo hacía un
problema, pero no creía que Wymack quisiera oírlo. No había solución a ese problema.
—Sí, entrenador.
***
Traducción por:
Le tomó a Neil dos semanas decidir que nunca cumpliría los estándares de
Kevin. Llegó al punto en el que veía la mirada de desaprobación de Kevin cada vez
que parpadeaba. La mitad del tiempo Neil no sabía qué era lo que estaba haciendo mal
y la otra mitad no podía cambiar. Registró un mejor tiempo de velocidad que
cualquiera de ellos, pero ellos eran mejores y más fuertes de lo que él era. Kevin sabía
que Neil era inexperto, pero no le perdonaba a Neil sus errores. Neil no quería su
lástima, pero sí quería comprensión. Cuando ya no pudo más y le pidió a Nicky
consejos para lidiar con Kevin, Nicky solo sonrió y le dijo:
—Te lo advertí.
No hizo nada por la ya desgastada paciencia de Neil. Por suerte, estar enojado
consigo mismo y odiar la condescendiente versión del entrenamiento de Kevin
significaba que no tenía el tiempo ni la energía para estar asustado. Dos semanas de
jugar con un grupo disfuncional y Kevin siguió sin dar señales de reconocerlo. Todo lo
que le importaba a Kevin era lo poco que encajaba Neil en su cancha, y hasta donde
Neil podía darse cuenta, era cada día menos. Dos semanas del trato desdeñoso de
Kevin y comentarios groseros acabaron con la determinación de Neil de tomarlo con
calma. No le importaba si estropeaba sus brazos otra vez si eso significaba que Kevin
lo dejaría de tratar como si fuera un preescolar incompetente.
Todo era por el Exy, desde su corrida temprano por la mañana hasta las horas
que pasaba en el gimnasio, a los entrenamientos en la tarde, hasta las corridas más
largas que daba en las tardes luego de la cena. Daba vueltas alrededor del campus y
subía y bajaba las escaleras del estadio. Sin importar lo que hiciera era demasiado
lento, y cuando se iba a dormir tenía tanto dolor que apenas podía ponerse el pijama.
Para el momento en que la tercera semana empezó, no podía dormir porque estaba
demasiado ocupado analizando los errores del día.
Una noche puso sus mantas a un lado con disgusto y se fue del departamento.
Estaba totalmente oscuro afuera, probablemente eran alrededor las dos de la mañana, y
estaba lo suficientemente frío como para que hubiese debido cambiar sus pantalones
de pijama. Entró en calor rápidamente mientras se dirigía a Palmetto State. Había
algunas cuantas luces alrededor del vecindario de Wymack, pero cuando Neil llegó a
Perimeter Road, la calle ventosa que rodeaba Palmetto State, el camino estaba mejor
iluminado.
Traducción por:
Se dio cuenta tardíamente de que había pasado por al lado del auto de los
primos. Estaba tan acostumbrado a verlo aquí cuando se encontraban para las prácticas
de juego que no había pensado que fuera nada raro. Frunció el ceño por encima de su
hombro hacia él, preguntándose si Wymack lo había escuchado irse y había llamado a
los otros para que comprobaran cómo estaba, luego cerró la puerta y trotó hacia los
vestuarios. Revisó todas las habitaciones pero no encontró ninguna señal de que
hubiese alguien ahí. Se estiró en el vestíbulo antes de salir por la puerta trasera.
Escuchó el sonido de una pelota rebotando en la pared, pero con los asientos del
estadio alzándose a cada lado del pasillo de entrada de los Foxes, no podía ver en qué
lado de la cancha estaban los demás. Casi había llegado a la parte interna de la cancha
antes de por fin divisar a Kevin. Kevin estaba solo en el primer-cuarto de la cancha
con una canasta con pelotas, y estaba lanzándolas sistemáticamente hacia la pared.
Neil lo miró en silencio, preguntándose qué especie rara de entrenamiento estaba
haciendo. Le tomó a Kevin una docena de tiros antes de que Neil se diese cuenta de
que estaba intentando hacerlas rebotar en el mismo lugar. Kevin estaba puliendo la
puntería de su brazo derecho.
Mirar a Kevin hacer eso en medio de la noche, feroz y sin piedad, era casi
suficiente para hacer que Neil lo perdonase. Kevin demandaba más de sí mismo que
de cualquiera que estuviese a su alrededor. Sus estándares eran imposiblemente altos e
intentaba alcanzarlos con todo lo que tenía, y no entendía por qué los otros no hacían
lo mismo.
Neil estaba observando a Kevin, pero no le tomó mucho darse cuenta de que
alguien lo estaba mirando. No tuvo que mirar para saber quién era; la intensidad de la
mirada del otro hombre ponía sus nervios de punta. No se dio vuelta para ver dónde
estaba Andrew pero habló lo suficientemente fuerte como para que Andrew lo pudiese
escuchar.
—¿Y?
No tenía que preguntar. Andrew sabía lo que estaba mirando. Metió dos dedos
en la banda de su brazo opuesto y deslizó fuera un cuchillo largo y delgado. El metal
destelló en las luces de arriba mientras Andrew lo empujaba de vuelta debajo de la tela
negra unos segundos más tarde.
—Sí.
—No lo entiendo.
—Ese no es mi problema.
—Alguien más me preguntó lo mismo hace dos años. ¿Debería decirte lo mismo
que le dije a él? Yo digo que no. Algo tan sin sentido como lo es este juego nunca
podría ser divertido.
—Solo estoy diciendo los hechos. Te estás subestimando. Podrías ser algo si tan
solo lo intentaras.
—Tú se algo. Kevin dice que serás un campeón. Cuatro años y serás
profesional. Cinco años y estarás en la cancha. Se lo prometió al Entrenador. Se lo
prometió al comité escolar. Discutió hasta que te reclutaron.
Kevin apenas podía soportar estar en la misma cancha que él. ¿Qué bien le hacía a
Andrew decir mentiras tan obvias? ¿Estaba intentando irritar a Neil?
—Estás mintiendo —dijo Neil al final, porque necesitaba que eso fuese
verdad—. Kevin me odia.
Neil se dio vuelta sin decir otra palabra. Kevin había acabado con la práctica así
que estaba reuniendo las pelotas. Cuando Kevin fue a por la puerta, Andrew se puso
detrás de Neil. Neil escuchó el roce de la ropa mientras Andrew se paraba, y los
zapatos de Andrew golpearon las escaleras de forma ligera mientras bajaba a la cancha
interna.
—Gracias.
—No, gracias a ti —dijo Andrew mientras se deslizaba por al lado de Neil sin
mirar atrás—. Necesito un nuevo juguete con el cual jugar.
Kevin se quitó su casco tan pronto como la puerta de la cancha se cerró detrás
de él. Miró más allá de Andrew hacia Neil. Neil lo miró de vuelta fijamente, buscando
la verdad en el rostro de Kevin, buscando alguna razón detrás de las grandes palabras
de Andrew. Kevin no podría haber escuchado su conversación desde un lugar tan
alejado en la cancha, pero Neil aun así esperaba que llamara a Neil por su nombre real.
—Quería practicar.
Fue grosero, pero era exactamente lo que Neil necesitaba escuchar. Andrew le
había mentido. Neil pudo respirar un poco más tranquilo mientras miraba a Kevin
poner la canasta con pelotas a sus pies en el suelo. Kevin puso su raqueta y casco en la
banca local para quitarse sus guantes y protectores de brazo. Andrew los tomó
mientras Kevin se los sacaba, metiéndose los guantes debajo de sus brazos y
enrollando los dedos a través de las correas de los protectores. Agarró el casco de
Kevin por la rejilla de seguridad que estaba en frente y miró a Kevin recoger su
raqueta otra vez.
—Ya estoy listo —dijo Andrew, y empezó a caminar hacia los vestidores.
Neil no los vio irse. Se sentó en la banca local y miró fijamente hacia la cancha,
escuchando la puerta cerrarse detrás de él. Se acercó y recogió una pelota de la
canasta, dándola vuelta una y otra vez en sus dedos.
Apretó la pelota hasta que sus dedos dolieron, mentalmente repasando sus pasos
previos. Fue a Arizona, luego cruzó desde Nevada hasta California. Recordó las playas
de arena negra de la costa perdida de California donde su madre finalmente perdió la
pelea. Ni siquiera se había dado cuenta de que se había lastimado tan mal luego de
encontrarse con su padre en Seattle. Se había desangrado la mayor parte del camino
cruzando Oregon, pero él no había pensado que era serio. Él no había sabido que se
Traducción por:
estaba desangrando por dentro, el riñón y su hígado rotos, y sus intestinos lastimados
más allá de cualquier reparo.
No sabía cuándo ella se había dado cuenta, no sabía si ella había sabido para
cuando estaban en Portland que algo estaba realmente mal pero estaba demasiado
asustada como para detenerse o si no había visto su muerte venir hasta que cruzaron la
frontera de California y empezó a perder la consciencia. Debería haber ido a un
hospital, pero en vez de eso los había llevado hacia el camino engañoso de la costa
perdida. Pararon a ciento ochenta metros de la orilla y le hizo repetir cada promesa que
le había hecho jurar: no mires atrás, no aminores el paso, y no confíes en nadie. Ser
quien sea, pero menos él mismo, y nunca seas alguien por demasiado tiempo.
Para el momento en que Neil entendió que ella estaba diciendo adiós, era
demasiado tarde.
Ella murió intentando tomar un último respiro, jadeando algo que podrían haber
sido palabras o su nombre o miedo. Neil aún podía sentir sus uñas clavándose en sus
brazos mientras luchaba por no irse, y la memoria dejó a su cuerpo temblando. Su
abdomen se había sentido como piedra cuando la había tocado, hinchado y duro.
Intentó levantarla del asiento una vez, pero el sonido de su sangre seca desgarrando el
vinilo como velcro fue demasiado para él.
En vez, quemó el auto, botando cada estuche de gasolina que habían comprado
durante el camino en los asientos para que la quemara hasta los huesos. No había
llorado cuando las llamas la envolvieron, y no se había inmutado cuando sacó sus fríos
huesos. Llenó su mochila con todo lo que había quedado de ella, la cargó tres
kilómetros por la playa, y la enterró tan profundamente como pudo. Para el momento
en que estuvo en la carretera otra vez estaba entumecido y en shock, y duró otro día
antes de que cayera de rodillas al lado de la carretera y vomitara todo lo que llevaba
dentro. De alguna forma había llegado hasta San Francisco, pero solo se había
quedado ahí durante un día antes de empezar a dirigirse a Millport. Fue a un paso, a un
kilómetro y a un día a la vez porque todo lo demás era demasiado como para
manejarlo con su pena.
Neil miró fijamente a la cancha en frente de él y tragó una, dos veces, luchando
contra las náuseas que estaban arrastrándose por su garganta. Esto era por lo que el
contrato de Wymack, las elevadas ambiciones de Kevin, y las palabras de Andrew no
significaban nada al final. No importaba lo que le ofrecieran o le prometieran. Neil no
Traducción por:
era como ellos. Él era nada ni nadie, y siempre lo sería. La cancha no era para la gente
como él. Tomaría lo que fuera que pudiese aprender y lo disfrutaría mientras pudiera,
pero este era un sueño del cual eventualmente tendría que despertar. Querer cualquier
otra cosa solo haría más difícil alejarse.
Dejó caer la pelota de vuelta en la canasta y fue hacia los vestidores. Luego de
asegurarse de que Kevin y Andrew se habían ido realmente, se puso su uniforme y se
dirigió hacia la cancha para practicar ejercicios. Se cansó por completo, poniendo cada
pensamiento que tenía en los movimientos que estaba haciendo para así no poder
pensar en los Foxes o en la cancha o en su pasado. Cuando finalmente terminó y
limpió todo, ya había amanecido. Estaba demasiado cansado como para volver al
departamento de Wymack y sabía que volvería para cuando Wymack estuviera viendo
las noticias matutinas, así que se bañó y vistió y se quedó dormido en uno de los sofás
de los Foxes.
Hubo un ruido sordo cuando un cuerpo chocó con la pared, y Neil tomó ventaja
del estruendo para deslizarse dentro. Cerró la puerta tan despacio como pudo, pero su
sigilo fue un esfuerzo en vano. Sonaba como si Wymack y Kevin estuvieran
golpeando todas las cosas que Wymack poseía, y Neil hizo una mueca ante el sonido
agudo del vidrio rompiéndose.
—No te voy a dejar volver —dijo Wymack—. Nada dice que tenga que hacerlo.
Tu contrato dice que me perteneces. Él puede enviarnos todo el dinero que quiera,
pero tú tendrás que firmar su terminación antes de que se haga efectivo, y no lo vas a
hacer, ¿de acuerdo? Deja que Andrew y yo nos preocupemos del imbécil de Riko. Tú
preocúpate de llevar tu juego y al equipo donde deben estar. Me prometiste que
podrías hacernos pasar del cuarto partido este año.
—El ERC nos va a dar hasta junio antes de hacer el anuncio. Vieron cuantos
problemas de seguridad tuvimos con tu transferencia, así que están esperando hasta
que todos estén aquí donde pueda mantenerlos vigilados. Te lo dije porque necesitas
saber, pero debes ocultárselo a Andrew hasta entonces. Dime que puedes ver a
Andrew hoy y no entrar en pánico.
Guardaron silencio por tanto tiempo que Neil pensó que ya habían terminado.
Finalmente Kevin dijo:
—Dame tu teléfono.
—Si crees que voy a dejarte usar mi teléfono para que lo llames, tú…
—Jean —lo interrumpió Kevin—. Tengo que llamar a Jean. Necesito escucharlo
de él.
Al parecer esa era una concesión aceptable, porque Wymack dejó de discutir.
Neil miró sobre su hombro, preguntándose si debería escapar ahora. No sabía lo que
estaba pasando, pero debía ser terrible si eso le bajaba a Kevin su aura de
condescendencia. Neil se estaba debatiendo qué tan discretamente podía deslizarse por
la puerta cuando Kevin habló. Su tono desolado sorprendió a Neil tanto como el
francés con el que Kevin dijo:
Neil no podía oír la respuesta, pero el brusco golpe del teléfono cerrándose
decía que no era lo que Kevin quería. El sofá crujió bajo el peso de un cuerpo y Neil se
imaginó a Kevin hundiéndose desolado entre los cojines.
—No iba a decirle a nadie más hasta junio —dijo Wymack—. ¿Qué tanto oíste?
Traducción por:
—Edgar Allan envió una solicitud de transferencia al ERC y fue aprobada esta
mañana. Son pare del distrito sureste a partir del primero de junio.
Tomó un minuto para que las palabras de Wymack tomaran sentido. Cuando lo
hicieron, a Neil se le revolvió el estómago. Fue lo suficientemente difícil encarar a
Kevin en Arizona. ¿Cómo podría Neil arriesgarse a encontrarse con Riko también?
Solo porque Kevin no recordara a Neil no significaba que Riko tampoco lo haría. Neil
no quería saber a las malas si Riko tenía la mejor memoria de los dos.
—Es imposible —repitió Neil—. No podemos jugar contra los Ravens. ¿Qué
comité en su sano juicio pone a su mejor y a su peor equipo uno contra el otro?
—Una que sabe que puede ganar mucho con ello —dijo Wymack—. La
transferencia de Kevin generó mucha oposición, pero también creó un nuevo interés
por el Exy. El ERC solo quiere llegar a la conclusión natural: la reunión de Kevin y
Riko en la cancha, pero esta vez como rivales por primera vez. No importa quien gane.
Ellos saben qué clase de publicidad y fondos podrías conseguir con una medida como
esa.
—¿No puedes objetar? —dijo Neil—. Nos están tendiendo una trampa para un
partido que todos saben que no podemos ganar.
que te establecieras un poco más, o al menos esperaba que pudieras conocer al equipo
mejor antes de soltártelo. Ahora que el ERC me está forzando, no tengo muchas
opciones.
—Se rompió la mano —dijo Neil —. No podía jugar así que se transfirió aquí
como entrenador asistente. Asumí que estaba siguiendo a Andrew.
—Eso no tiene sentido —dijo Neil—. ¿Cómo llegó del resort de esquí hasta su
hotel?
Traducción por:
—El ERC había tenido una reunión de fin de año unos días antes del banquete
de invierno del distrito sureste. Los asesores de la NCAA se aseguraron de que todos
hablaran de Riko y Kevin. Decían que tenían ciertas preocupaciones sobre las
temporadas. Estaban seguros de que Riko estaba retrasando a Kevin, y que Kevin se
estaba conteniendo para no opacar a Riko en la cancha. Querían saber si era obra del
entrenador Moriyama. En respuesta, Moriyama pudo a Riko y a Kevin uno contra el
otro.
—Riko ganó —dijo Wymack—, pero creo que no lo hizo de manera justa. Si lo
hubiese hecho, quizá las cosas hubieran resultado diferentes. Tan pronto como el
entrenador Moriyama los despidió por el resto de la noche, Riko le rompió la mano a
Kevin.
—¿Qué?
—Kevin no habla sobre su época en Evermore, pero pude darme cuenta de que
no era la primera vez que Riko o Moriyama le ponían una mano encima. Solo era la
primera vez que Kevin era lo suficientemente inteligente como para empacar sus
maletas e irse. Tanto por la familia, ¿eh?
—Ni yo.
Y lo decía en serio. Neil por fin entendió la forma en la que Wymack lo había
mirado en Millport, esa manera de entenderlo a la perfección que logró deshacer las
barreras de Neil. Neil buscó entre su rostro la historia detrás de ese cansancio. Lo que
Traducción por:
sea que rompió a Wymack pasó hace tanto que ya ni siquiera estaba resentido por ello,
pero definitivamente se agrietaba si dedicaba mucho de su tiempo a la Foxhole Court.
—¿Por qué nadie más sabe lo que hizo Riko? —preguntó Neil.
—Eso creo.
Neil miró más allá de Wymack hacia la puerta, pensando en el susto de Kevin.
—¿Y la verdad?
Neil le lanzó rápido vistazo. Wymack levantó una mano para descartar cualquier
pregunta. Su expresión era sombría.
—Los Moriyama son un grupo inmigrante de los yakuza. ¿Sabes quiénes son los
yakuza? Son una mafia japonesa. EL padre de Kengo trajo la organización a Estados
Traducción por:
Unidos hace un par de décadas y armó un negocio en el norte. No sé qué tanto estén
involucrados y no quiero saberlo. Ni siquiera sé cuánto sabe Kevin, ya que él está
vinculado a Riko y a la familia secundaria, pero Kevin sabe que la familia principal
usa los juegos de los Ravens como cubierta para las reuniones importantes. Tanta
gente entra y sale de Edgar Allan que es una forma conveniente de traer contactos
lejanos. Tienen salones VIP en los pisos superiores donde hacer tratos.
Neil por fin supo dónde había estado y por qué. Neil nunca había entendido
cómo pasaron de prácticas de Exy a asesinato o por qué Kevin y Riko habían estado
allí también. Pero si los Moriyama eran una mafia, tenía sentido. El padre de Neil
trabajaba fuera de Baltimore y mantenía los puertos del este con mano de hierro. La
frontera oeste de su territorio debería terminar en el este de Virginia. Así que era el
vecino de Tetsuji Moriyama, y eso habría llamado la atención de Kengo. El padre de
Neil y el padre de Riko eran socios de negocios; por eso a Neil le habían permitido
entrenar en el estadio de Edgar Allan.
—Te estoy diciendo esto porque todos los demás aquí ya saben la historia de
Kevin, pero no te preocupes por los yakuza. Como dije, Kengo e Ichirou lo mantienen
más que todo en Nueva York y no les importa en lo más mínimo lo que Tetsuji y Riko
hagan. Solo es relevante para nosotros porque explica por qué Tetsuji y Riko son tan
violentos y están tan podridos. Su nombre conlleva mucho poder y una perspectiva
más bien retorcida del mundo. Y pasa que tenemos algo que les pertenece.
—Si quisieran que Kevin se transfiriera de vuelta, solo lo diría —dijo Wymack.
—Kevin no volvería —dijo Neil sin poder creerlo —No después de lo que hizo
Riko.
—Tetsuji nunca adoptó formalmente a Kevin. ¿Sabes por qué? Los Moriyama
no creen en intrusos o iguales. Tetsuji acogió a Kevin y se encargó de su
entrenamiento, pero también le dio a Kevin a Riko… literalmente. Kevin no es
humano para ellos. Es un proyecto. Es una mascota, y el nombre de Riko está en su
correa. El hecho de que huyera es un milagro. Si Tetsuji lo llamase mañana y le dijese
que volviera casa, Kevin lo haría. Él sabe lo que Tetsuji le haría si se rehusase. Estaría
muy asustado como para decir que no.
Neil pensó que vomitaría. No quería oír más de ello; ya había escuchado
suficiente. Quería correr hasta que empezara a tener sentido en su cabeza, o al menos
hasta que el hielo en sus venas se fuese.
es inspiradora, y este año sigue siendo una estrella. Si no puede mantener el ritmo y
desempeñarse, los fans y los críticos van a seguir adelante y se olvidaran de él. Tetsuji
cree que se va a consumir, así que necesita aprovechar este momento.
—Nuestros equipos van a hacer una fortuna esta temporada. La gente va a estar
persiguiéndonos a cada paso del camino y va a apostar en cada uno de nuestros juegos.
Habrá anuncios de televisión y mercancía y toda clase de trucos publicitarios. Tetsuji
está enfrentando a Riko y Kevin entre sí sabiendo cómo va a terminar. Pondrá todas
sus cartas sobre la mesa y va a dejar que los Ravens nos destruyan en la cancha.
Cobrar las ganancias, establecer a Riko como el jugador superior por siempre y relegar
a Kevin a una cosa del pasado.
—Kevin solo tuvo la fortaleza de irse porque Riko destruyó su mano. Esa fue la
gota que derramó el vaso. Por eso me gustaría pensar que Kevin desafiaría a Tetsuji,
pero es igualmente probable que no lo volvamos a ver con una raqueta nunca más.
Pero el día en que Kevin deje de jugar por siempre será el día en que muera. Es lo
único que tiene. Lo criaron para que no tuviese nada más. ¿Entiendes? No podemos
perder contra los Ravens este año. Kevin no va a sobrevivir a eso.
—No podemos ganar contra ellos —dijo Neil—. Somos el peor equipo en la
nación.
—Si no crees que pueden, ¿entonces qué estás haciendo aquí? No hubieras
firmado el contrato si ya te hubieses rendido —Wymack se giró a medias—. Necesito
asegurarme de que Kevin no se esté cortando las muñecas ahí adentro. Puedo decirle a
Abby que venga y te recoja si quieres pasar el rato con los demás, pero necesito que
guardes el secreto de tus compañeros de equipo hasta junio. Necesitamos tiempo para
averiguar cómo vamos a manejar esta temporada.
Traducción por:
—No voy a decir nada —dijo Neil, mientras daba un par de pasos atrás—. Y no
te preocupes por mí. Iré a correr o algo.
—Kevin debería estar fuera de aquí para las cuatro —dijo Wymack—. A esa
hora es cuando Andrew acaba con Betsy, así que Nick irá a recogerlo camino a su
oficina.
Neil creyó que sería terrible si Kevin recordaba al chico con el padre asesino,
pero esto era peor. Esto era Kevin tal vez recordando a aquel chico cuando Kevin
pertenecía a una familia igual de horrenda. Neil no recordaba a los Moriyama, pero
ellos definitivamente lo recordarían a él si habían hecho negocios con su padre. El
Carnicero de Baltimore no era un hombre que se pudiese olvidar fácilmente. Tampoco
lo era su esposa, quien había robado cinco millones de dólares la noche en que se
escapó con el único hijo del Carnicero. El Carnicero había rebuscado entre su gente
por años dándoles caza. Todos sus contactos habrán oído al respecto.
Era estúpido y suicida quedarse tanto tiempo. Neil sabía que debía irse ahora,
antes de conocer a sus compañeros de equipo o que el ERC publicara su nombre o que
siquiera pusiese un pie en una cancha con Kevin Day a su lado. Parecía un riesgo
aceptable antes, cuando la gente de su padre no se interesaba por los deportes. La
posibilidad de que alguno de ellos lo viera en TV durante un partido era insignificante
en tanto Kevin no lo reconociera y lo delatara. Ahora que sabía quiénes eran los
Moriyama y sabía que lo estarían observando, no tenía sentido quedarse.
Neil había crecido preguntándose por qué Kevin y Riko estaban en esa
habitación hace ocho años y cómo lo habían superado. Se había preguntado por qué su
suerte y sus circunstancias eran tan diferentes que ellos podían convertirse en estrellas
internacionales mientras que la vida de Neil se salía tan rápido de control. Los había
odiado y adorado toda su vida, celoso de su éxito y desesperado porque ellos
Traducción por:
sobresalieran. Ahora parecía que se había equivocado todo el tiempo; Kevin tampoco
había escapado.
Neil empujó la puerta de las escaleras con tanta fuerza que se aporreó contra el
muro y antes de que estuviese siquiera a medio camino del vestíbulo estaba corriendo.
Aceleró a máxima velocidad antes de llegar a la calle, yendo tan rápido que casi se
cae, pero no podía huir de sus pensamientos.
5
Los Foxes no estaban programados para empezar sus prácticas hasta el lunes 10
de Junio, pero les pedía que se mudasen al campus el día antes así tenían tiempo para
establecerse en el dormitorio de los atletas. Neil encontró sus tiempos estimados de
Traducción por:
Kevin hasta ahora había sido exitoso en mantener la calma en frente de Andrew.
Neil lo atribuyó a años sonriendo para la prensa y pretendiendo que todo estaba bien
cuando estaba viviendo con mafiosos abusivos y rechazados. Sin embargo, el estrés
necesitaba una desembocadura, y Neil era el objetivo más conveniente. Las dos
semanas entre la votación del ERC y el inicio oficial de las prácticas de verano eran
tan difíciles de tolerar que Neil casi aprendió a odiar tanto al Exy como a Kevin.
Kevin había pasado de imposible de complacer a ser completamente horrible estar
cerca de él. La mayor parte del tiempo, los primos dejaban a Kevin hacer lo que
quisiese con Neil y pretender que no había nada de malo en ello.
Neil era mucho mejor instigando peleas que ganándolas, pero valdría la pena
perder si tan solo pudiese poner un puño en la cara de Kevin aunque sea una vez.
Empezar una pelea sería demasiado desconcertante considerando la personalidad del
“Neil” con la que se presentaba. A pesar de lo mucho que Neil odiaba pretender ser
una persona influenciable, no tenía opción. No podía dejar que Kevin o Andrew vieran
al verdadero él. Así que apretaba sus dientes lo más fuerte como podía para
comportarse.
Ahora solo tenía que sobrevivir unas pocas horas más. Su bolso y él se fueron al
estadio en el auto de Wymack, donde Wymack recogió un paquete con las llaves de los
dormitorios para el equipo. Neil tomó la suya y el papeleo sobre cómo comportarse
apropiadamente en los dormitorios. Lo leyó por encima antes de firmar todas las líneas
punteadas. Wymack le intercambió los papeles por un catálogo de la escuela. Neil se
había perdido las ventanas de inscripciones tempranas para los atletas porque firmó
muy tarde, así que tenía que registrarse con el resto de los novatos en agosto. Neil no
tenía ningún apuro; aún no sabía qué carrera elegir.
Las lenguas extranjeras eran la llave para la libertad sin la cual no podría vivir.
Neil sabía hablar fluido en alemán. Era bastante bueno con el francés, gracias a sus
ocho meses viviendo en Francia y diez meses viviendo en Montreal. Su entendimiento
sobre esos idiomas se estaba desvaneciendo gracias al poco uso que les daba, aunque
miraba y leía noticas extranjeras en internet para evitar perder el conocimiento en ellas
por completo. Neil podía pedirle a los primos que lo ayuden con el alemán, pero no
quería que ellos supieran que les entendía sus conversaciones privadas. Neil no estaba
seguro de cuánto francés sabía Kevin, pero no quería pasar más tiempo con Kevin del
que debía.
Desperdició una hora leyendo la lista de requisitos de los cursos, mirando los
horarios, y descifrando el horario perfecto. Tan pronto como pensó que tenía un par de
clases establecidas, encontró un choque de horario y tuvo que retroceder y empezar
todo de nuevo. El problema era cuánto tiempo libre necesitaba Neil para las prácticas.
Cuando el año escolar empezase los Foxes se reunirían por dos horas en la mañana y
por cinco horas en la tarde. Neil también necesitaba hacer horario para las cinco horas
semanales obligatorias de tutoría que Palmetto requería para los atletas. Le tomó seis
borradores antes de encontrar un horario que le funcionase.
Miró el reloj, vio que aún tenía media hora para matar, y consideró ponerse a
correr vueltas. Recién se había levantado cuando Abby entró.
Neil había visto a Abby un par de veces este verano, la mayoría de las veces
cuando Wymack se sentía demasiado flojo como para cocinar y quería que Abby lo
hiciese por él. Neil nunca buscó su compañía por voluntad propia, ya que verla a ella
significaba ver al grupo de Andrew. Neil no sabía cómo podía soportarlos viviendo
bajo su mismo techo.
—Estará aquí antes de que te des cuenta. Ya que tienes tiempo de sobra,
deberíamos empezar ya con tu revisión física.
— ¿Física?
—Solo un chequeo general: peso, estatura, todas esas cosas. Tenemos que
hacerlo hoy en vez de mañana ya que hay extracciones de sangre incluidas. No puedo
dejarte entrar a la cancha hasta que duermas para que se te pase. ¿Cuándo fue la última
vez que viste a un doctor?
—No vas a jugar hasta que yo te autorice, así que sí —dijo Abby, abriendo la
puerta de la habitación médica. Prendió la luz mientras entraba, aparentemente ajena al
hecho de que Neil no se había movido. Le tomó un par de minutos venir a buscarlo—.
Podría ser para hoy, preferiblemente. Tengo que revisar a muchos de ustedes.
Neil se bajó de la silla, tomó su bolso, y fue hacia su oficina. Dejó su bolso en el
piso a sus pies y se sentó en la cama. La primera parte del test de Abby era fácil, como
ella dijo que sería. Se pesó y la dejó realizar una serie de pruebas desde reflejos hasta
presión arterial. Tomó dos frascos de sangre de su brazo izquierdo, los etiquetó, y los
guardó en un cajón con llave. Luego le hizo un gesto y le dijo:
—Sácate la playera.
— ¿Por qué?
—No puedo saber si tienes marcas de aguja a través del algodón, Neil.
11
Fox Tower: En español, Torre de los Foxes. Es el edificio donde viven los jugadores en el período escolar.
Traducción por:
—Que bien por ti —dijo Abby—. Mantente así. Ahora quítate la playera.
Neil miró más allá de ella hacia la puerta cerrada y no dijo nada. Abby lo miró y
tampoco dijo nada. Después de cinco minutos, ella fue la primera en rendirse.
Neil buscó una manera delicada de decirlo. Lo mejor que se le pudo ocurrir fue:
—Neil, trabajo para los Foxes. Ninguno de ustedes está bien. Probablemente he
visto cosas peores que lo que sea que es lo que intentas esconder de mí.
—Entendido —cedió Abby fácilmente—. Pero que sepas que estoy aquí por si
quieres hablar de ello, y Betsy también lo está.
Neil no le iba a decir nada a esa psiquiatra, pero asintió. Abby bajó su mano, y
Neil se sacó la playera antes de perder los nervios.
Traducción por:
Abby creyó que estaba lista. Neil sabía que no lo iba a estar, y estaba en lo
correcto. Su boca se abrió en un silencioso respiro y su expresión quedó en blanco. No
fue lo suficientemente rápida para ocultar su mueca de dolor, y Neil vio sus hombros
ponerse rígidos de la tensión. La miró fijamente mientras ella lo miraba, viendo su
mirada pasar por sobre las marcas brutales de su horrible infancia.
Neil retorció sus manos en su playera y levantó sus brazos, mostrándole sus
brazos.
— ¿Tengo o no tengo?
Traducción por:
—No —Neil agarró su bolso y escapó de su oficina tan rápido como pudo.
Una parte de él esperaba que ella lo siguiera, pero Abby se quedó en su oficina y
lo dejó solo. Neil hojeó su catálogo, tratando de tranquilizarse. Quería tanto un
cigarrillo que le llegaban a doler los dedos. Quería algo que lo hiciese sentir un poco
menos solo. Empujó su catálogo a un lado de nuevo y se revisó, asegurándose de que
todo estuviera cubierto dentro de su playera. Todas sus playeras eran al menos una
talla más grande, ya que la ropa holgada ocultaba mejor sus cicatrices, pero Neil aun
así se sentía crudo y expuesto.
El estilo del cabello fue también lo que hizo que Neil no lo reconociese de
inmediato, ya que el hombre no había lucido un aspecto tan descarado el año pasado.
Para cuando le puso un nombre a la cara del hombre, el extraño había cruzado el
pasillo hacia él y le había extendido la mano. Neil la aceptó e intentó lo mejor que
pudo mantener su mirada en la cara de Matthew Boyd. Era difícil; las mangas cortas
de Matt no hacían nada para ocultar sus desvanecidas pero obvias marcas de aguja en
sus brazos. Ya veía por qué Abby era tan insistente con esa parte de la revisión.
Neil se salvó de tener que responderle. Wymack había escuchado a Matt llegar y
salió de su oficina para lanzar a la cabeza de Matt un llavero. El estruendo captó la
atención de Matt y se dio vuelta justo a tiempo para ser golpeado en la mejilla con las
llaves. Matt enganchó el llavero mientras se caía y le hizo una cara a su entrenador.
—Podría decir lo mismo sobre ti, pasando por delante de mi puerta abierta así
como así sin siquiera pedir permiso —dijo Wymack.
—Neil ha estado entrenando con Kevin y Andrew todos los días —dijo
Wymack.
—Fue lo suficientemente bueno, aunque tomé tanto café que no creo que logre
dormir en una semana —Matt miró a Neil de nuevo—. ¿Ya te acomodaste?
Matt miró su bolso, luego alrededor de la habitación para buscar maletas que no
existían. Le lanzó una mirada interrogante a Wymack, quien sacudió su cabeza, y se
volvió hacia Neil.
—Es una broma, ¿no? Deberías ver todo lo que abarroté en mi camioneta, y la
cantidad de cosas que dejé atrás, ¿y esperas sobrevivir un año con un solo bolso? ¿Esa
cosa tiene poderes mágicos para extenderse de los que no sé o qué?
—Tengo dinero.
—No te extrañé para nada —dijo Matt, pero no había enojo en su voz—.
Vámonos, Neil.
La camioneta de Matt estaba estacionada dos espacios más debajo de los autos
de Wymack y Abby, una monstruosa cosa azul que lucía como si pudiera comerse un
hoyo a través del estadio sin desacelerar. Matt no había estado bromeando sobre
cuántas cosas tenía: la parte de atrás de la camioneta estaba llena de muebles y solo
una docena de cordones tensos hacía que nada se cayese. Los asientos traseros en la
cabina extendida también estaban llenos de maletas y cajas. Matt sacó una mochila del
asiento del pasajero y la tiró hacia atrás con el resto de las cosas para que Neil se
pudiese sentar. El camión cobró vida con un rugido silencioso que Neil sintió más que
escucharlo, y la radió cobró vida un segundo después. Matt la apagó y cerró su puerta
de un tirón.
Traducción por:
—No todos somos malos, solo para que lo sepas —dijo Matt mientras salía del
estacionamiento—. Dan odió que tu primera impresión de nosotros fueran esos buenos
para nada. Estaba segura de que no te quedarías lo suficiente para conocer al resto de
nosotros. Consideró volver más temprano al campus para hacer de regulador, pero el
Entrenador le dijo que no se molestara. Dijo que tendrías que lidiar con ellos
eventualmente.
—Yo también pensé que podía lidiar con ellos —Matt se pasó una mano por su
cabello, torciendo sus picos hacia todos lados—. Andrew dejó bastante claro que nadie
iba a lidiar con él. Si cambias de opinión, ya sabes dónde encontrarme. Mi oferta se
queda hasta la graduación.
—Gracias.
—Ahí está.
Su habitación era la 321. Había una cocina en un lado justo al lado de la puerta
y la habitación principal era una espaciosa sala de estar. Tres escritorios vacíos
alineaban la pared, esperando ser llenados con tareas de la escuela y libros. Un corto
pasillo terminaba en el baño y se ramificaba a las habitaciones. Había una litera con
dos camas contra una pared y una tercera cama estaba levantada a la altura del pecho
contra la otra pared para que cupiesen estanterías y una cómoda debajo de ella. Solo
había un clóset, pero había colgantes divisorios en el hueco vacío.
Era intento y fracaso intentar hacer que todo cupiese. Eventualmente empujaron
todos los escritorios hacia la pared donde estaba la ventana, casi lo suficientemente
cerca como para estar tocándose, para que Matt pudiese poner su sillón contra una
pared larga y una mesita para el café en el medio de la sala de estar. Había sacado las
estanterías del mueble de la televisión para el viaje, pero la mayoría de los tornillos
seguían en su lugar. Solo tomó unos pocos minutos armarlo de nuevo, y Matt
enseguida lo llenó con una televisión y una consola de videojuegos. Neil lo dejó para
que organizara sus películas y fue de vuelta a la habitación.
Los colchones estaban vacíos, lo que significaba que Neil tendría que comprar
sabanas. No había dormido en una cama real desde que se había ido de Seattle. Se
había metido en autos para robar asientos traseros en California, había dormido en un
bus en Nevada, y había dormitado en asientos del pasajero mientras hacía autostop con
camiones hacia Arizona. Su casa en Millport no había tenido muebles, así que había
dormido en el piso con playeras como su almohada. El sofá de Wymack era lo más
agradable que había tenido en un año, pero ahora tenía una cama.
—Tengo que ir a comprar —dijo Neil—. ¿Te importa en qué cama duermes?
—Soy muy alto como para dormir arriba —dijo Matt—, y Seth tiene un horario
de sueño extraño, así que si es que no te molestan las alturas deberías dormir arriba.
Volveré en una hora más o menos, y puedes venir con nosotros a la cancha cuando las
chicas se acomoden. Dan no creerá que estás bien hasta que te vea con sus propios
ojos.
—Estaré de vuelta para entonces —dijo Neil, así que Matt se fue.
Neil esperó hasta que la puerta se cerrara detrás de él antes de quitarse el bolso
de su hombro. Empezó a dar vueltas alrededor de la habitación de nuevo, esta vez con
una sensación de hundimiento en su estómago. Su casillero estaba al otro lado del
campus, y el cajón con llave de Wymack estaba aún más lejos. El único lugar casi
seguro en la habitación entera era su cajón, y eso era solo porque los cajones estaban
cerrados todo el día. Nada tenía un seguro excepto la puerta.
Podía salir con su bolso, ya que solo eran tres kilómetros hacia la tienda, pero
necesitaba comprar demasiadas cosas y sabía que no podría traerlas todas de vuelta
junto con su bolso. En vez de eso, empezó a repasar el tiempo que tenía en su cabeza,
añadiendo el viaje hacia el aeropuerto de Matt, la espera del equipaje de las chicas, y
el camino de vuelta. Incluso si Matt estuviese fuera por una hora, Neil y él deberían
estar de vuelta en el dormitorio casi a la misma hora. La llave del dormitorio tendría
que ser suficiente por ahora. Neil podría buscar una mejor solución en la tienda.
Neil bajó por las escaleras, miró su reloj en la puerta principal, y corrió hacia la
tienda. El aire acondicionado se sentía como el paraíso en su cálida piel mientras se
paseaba por los pasillos, tomando lo que necesitaba sin fijarse mucho en los detalles.
Se abasteció de todo, desde sabanas para la cama hasta tintura para el cabello y
alimentos, y luego retrocedió por un bolso de mensajero. Su bolso tenía el porte
perfecto para todo lo que poseía, lo que significaba que no tenía espacio para libros de
la escuela y libretas. Se fijó en la pequeña sección de cosas electrónicas, sin encontrar
una cerradura que pudiese instalar en algo de su habitación, y volvió a la parte de
oficina y útiles escolares.
Al final del pasillo habían cajas fuertes: demasiado pequeña para meter su bolso,
definitivamente demasiada pequeña para meter su ropa, pero lo suficientemente
grande para lo que más necesitaba esconder. Neil se llevó una consigo hacia la caja
registradora y lo apiló todo allí. La caja hizo que su viaje de vuelta al dormitorio fuese
demasiado incómodo, ya que era demasiado pesada para meterla en un bolso sin
romperlo.
Sabía que había hecho todo rápido, pero el vuelo de las chicas debió haber
aterrizado antes de tiempo porque la camioneta de Matt estaba en el estacionamiento
cuando Neil regresó. Neil se desvió hacia él y puso una mano en el capó, pero no pudo
saber si el calor era a causa del sol o del motor. Se abrió paso hacia el interior y corrió
hacia arriba con su corazón retumbando en su pecho.
La puerta de Nicky estaba cerrada, pero ahora la de las chicas estaba media
abierta. Neil escuchó voces mientras pasaba por afuera pero no se detuvo para decir
hola. Se apresuró hacia su habitación. Solo cuando comprobó la cerradura y la
encontró aún cerrada pudo respirar un poco mejor.
ajustado, pero finalmente logró soltarlo y lo tiró en frente de él. Abrió el cierre en un
largo movimiento, dobló la parte de arriba fuera de su camino, y se congeló.
A primera vista, su bolso se veía tal como lo dejó. Todo seguía ahí en el mismo
orden en que lo había dejado, doblado pero arrugado por un reciente trato brusco. Pero
Neil sacó la paranoia de su madre y empacaba su ropa de una manera muy específica.
Incluso un ladrón cauteloso sería engañado, ya que Neil doblaba todo de la misma
manera. El código de Neil estaba en las etiquetas. Siempre doblaba las etiquetas de las
playeras dos veces en la capa superior.
Alguien había revisado las cosas de Neil y las había puesto todas de vuelta,
mismo orden, mismas capas, misma manera ordenada de doblarlas, pero todas las
etiquetas habían sido aplastadas por una mano muy cuidadosa.
La mayoría de las fundas tenían dinero: cheques con cantidades de cinco dígitos
que podía gastar cuando lo necesitase, números que detallaban dónde su madre y él
habían escondido dinero mientras huían, y fajos de billetes afirmados con elásticos.
Una lista de contactos de emergencia, codificados como una canción infantil
inmadura, estaba en la parte trasera. Solo uno de ellos vivía en los Estados Unidos. Su
madre se casó con una familia criminal estadounidense, pero se había criado en una
británica. Su hermano, Stuart Hatford, le dio la lista cuando huyó de su esposo. Ella a
su vez se la dio a Neil cuando murió.
Podría haber sido Matt, pero Neil lo dudaba. No era que confiase en Matt; Neil
no confiaba en nadie, menos en un hombre que acababa de conocer. El tiempo estaba a
su favor ya que no había ninguna manera en la que hubiese podido ir al aeropuerto ida
y vuelta, ayudar a las chicas a subir sus cosas, y aún tener tiempo para desempacar y
empacar el bolso de Neil. Eso dejaba un solo sospechoso obvio.
Neil deslizó un dedo por el lomo de su carpeta y sacó las dos últimas agujas
delgadas que quedaban del set de ganzúas de su madre. Las sujetó entre sus labios para
no perderlas y puso la cerradura en su caja fuerte. Metió su carpeta dentro, la cerró de
golpe, y enganchó una segunda cerradura a través del mango de la caja. Le dio un par
de fuertes tirones al mango para asegurarse de que las cerraduras estaban bien cerradas
y metió la caja debajo de su pila de ropa. Escupió las agujas en su palma y salió
furioso de su habitación, deteniéndose solo lo suficiente para cerrar la puerta con llave
detrás de él.
—Cerramos la puerta con llave —dijo en alemán, más una afirmación que una
pregunta.
—Así era la última vez que revisé —respondió Nicky. Cambió al inglés para
ofrecerle a Neil un amistoso—: Oye, creo que Matt ya volvió. ¿Ya conociste a Dan y a
Renee?
—Mantente fuera de mis cosas —espetó. Desearía haber podido obtener alguna
satisfacción de las miradas conmocionadas que el idioma y su tono furioso se habían
ganado, pero no sintió nada—. La próxima vez que uno de ustedes vaya a donde no le
incumbe juro que haré que se arrepientan.
Pasó un año antes de que cualquiera respondiese. Nicky estaba muy ocupado
mirando a Neil boquiabierto como para decir algo, y Aaron miraba fijamente a Kevin
mientras esperaba una traducción. La sorpresa de Andrew dio paso a lo que un tonto
habría confundido como deleite, y se inclinó hacia adelante en el escritorio.
—Guau, otro de los tantos talentos de Neil. ¿Cuántos puede tener un solo
hombre?
Kevin se paró tan rápido de su silla que la derribó. Neil salió de la habitación y
cerró la puerta de golpe entre ellos. Solo había caminado dos pasos de vuelta hacía su
habitación cuando Kevin abrió de nuevo la puerta de un tirón.
Kevin rodeó el cuello de Neil con sus manos en un instante y estrelló a Neil
contra la pared opuesta. Neil enterró sus dedos en las muñecas de Kevin, tratando de
aflojar el agarre de Kevin lo suficiente como para respirar. Intentó darle un rodillazo a
Kevin, pero Kevin lo empujó contra la pared con su propio cuerpo.
—Woah, woah, cálmense —dijo Nicky por detrás del hombro de Andrew—.
Vamos, Matt.
Kevin dejó ir a Neil con una mano y le dio un codazo en las costillas a Matt.
Matt gruñó y apretó su agarre, forzando a Kevin a soltar a Neil por completo si
esperaba poder respirar pronto. Matt arrastró a Kevin lejos de Neil, pero Kevin se soltó
dos pasos más tarde y le lanzó un golpe a Matt. Matt lo desvió con un golpe y empujó
a Kevin lo suficientemente fuerte como para mandarlo al suelo.
Las chicas eligieron ese momento para acercarse. Una se movió al lado de Matt,
con su expresión tensa del enojo. Barrió al grupo de Andrew y a Neil con una mirada
oscura y dijo:
—¿Qué creen que están haciendo? Es nuestro primer día de vuelta. ¿Por qué ya
estamos peleando?
—Me miras a mí como si fuese mi culpa —Andrew movió un dedo hacia ella—.
¿Por qué no echas otro vistazo? Neil está en nuestro cuarto, lo que significaba que él
vino a pelear con nosotros. Dan, tu prejuicio es cruel y poco profesional.
Traducción por:
Danielle Wilds se volteó hacia Neil. La capitana de los Foxes era más alta que
él, pero no por mucho. Su corto cabello castaño estaba cortado sin piedad y
despeinado a causa de la mudanza. Le echó un rápido vistazo a Neil de pies a cabeza,
con los ojos cafés entrecerrados.
—¿Cuál es el problema?
—No hay ninguno —dijo Neil. Cuando Dan sacudió una mano entre Kevin y él,
Neil se encogió de hombros—. Solo una diferencia de opiniones. Nada importante.
—Sí —dijo Neil—. Me imaginé que la camioneta de Matt iba a estar llena, así
que acepté su oferta.
Dan parecía lista para discutir, pero Matt la calmó con un toque en su brazo.
Dan le envió una mirada sospechosa a Andrew, luego sacudió su cabeza.
6
Neil dejó atrás la realidad cuando entró en la habitación de Dan. Pasar un mes
con Andrew y un Wymack volátil había dañado casi irreparablemente su imagen de
los Foxes. Ahora estaba bebiendo un vaso de té helado dulce y comiendo galletas que
Renee había traído de casa. Le preguntaron sobre la pelea solo una vez más, y cuando
Neil lo hizo a un lado, no lo presionaron. Ahora las chicas estaban revisando proyectos
de caridad que querían involucrar a los Foxes en este otoño.
Traducción por:
Dan se sentó apoyada en el hombro de Matt, con los dedos entrelazados con los
suyos, y asintió mientras Renee enumeraba las ideas con sus dedos. Parecía lo
suficientemente amigable ahora que Andrew estaba fuera de la vista, pero Neil ya
había notado sus agallas. Estaba hecha de un material más duro, podría haber dicho su
madre. Neil supuso que tenía que serlo para capitanear un equipo heterogéneo como
este.
A las cinco, Wymack llamó para informarles que Seth y Allison se dirigían al
campus desde el aeropuerto. Estaban limpiando sus vasos cuando Nicky apareció por
Neil.
Nicky la despidió.
—Nah, eso fue solo un toque de amor —Nicky le hizo una seña a Neil—.
¿Podemos irnos? Estas personas me hacen sentir muy incómodo.
No esperó a Neil, sino que desapareció en el pasillo. Cuando Neil salió del baño
de las chicas, Nicky corría hacia la escalera. Neil tuvo que apresurarse tras él. Nicky
Traducción por:
esperó hasta que estuvieron en la escalera para reducir la velocidad. Arqueó las cejas
hacia Neil con exagerada sorpresa.
—Jean le enseñó —dijo Nicky—. ¿Jean Moreau? Es un defensor que los Ravens
importaron de Marsella. Kevin y él estaban unidos, y él le enseñó francés a
escondidas. Oye, tal vez puedas enseñarme un par de buenas frases para ligar. Kevin
se niega a ayudar.
—Estoy bastante seguro de que nunca aprendí las cosas que quieres decir.
él. Neil buscó automáticamente su cinturón de seguridad, pero uno de los hermanos
estaba sentado en él.
—Después de todo lo que hemos hecho por ti, tienes que empezar una pelea con
nosotros. Qué vergüenza, Neil.
—Comenzaste esta pelea hace un mes —dijo Neil—. Si quieres que pare,
déjame en paz.
—De todos modos, ¿cómo sabes que fuimos nosotros? Quizás fue Matt.
Inocente hasta que se demuestre lo contrario falla en un tribunal de Exy.
—Créeme, Neil: no puedes ponerme una correa. No creas que puedes, ¿de
acuerdo? Y no seas tan estúpido como para decirles a otras personas que lo harás. No
es seguro. Me harás querer romperte.
—Tu madre está muerta. No creo que a ella le importe lo que hagas.
—Estoy seguro de que nunca lo hizo —dijo Andrew—. Bueno, tuvo que
ofenderse por la parte de morir, pero creí que era bastante divertido. Pero estás en lo
correcto. —Se golpeó la sien con la palma de la palma de la mano como si algo obvio
acabara de ocurrirle—. Hago lo que quiero. Considera esta tu invitación oficial,
desgraciado suicida. Te llevaré a Columbia con nosotros este viernes.
Traducción por:
—Tienes cinco días para conocer a los demás. Cinco días de prácticas y todas
las ridículas tonterías del entrenador. Luego es nuestro turno el viernes. Puedes llegar a
conocernos fuera de la corte.
—Te llevaremos a cenar —dijo Nicky por encima del hombro—. Solíamos vivir
en Columbia, así que conocemos los mejores lugares. Aún mejor, tenemos un lugar
libre para dormir, por lo que no tenemos que preocuparnos por conducir ebrios o
exhaustos. Será una maravilla.
“Arreglar” era una extraña elección de palabras. Neil sabía que uno de ellos
tendría que hablar para que se llevaran bien, y estaba bastante seguro de que Andrew
también lo entendía. Era obvio que él esperaba que Neil fuera el primero en ceder
terreno.
Neil sabía que debería hacerlo. Ya era hora de ceder. Pero Neil quería
demostrarle que estaba equivocado, sin importar lo estúpido que fuera.
—Por supuesto que lo soy —dijo Neil—. Todo lo que tengo cabe en una bolsa.
—Bueno. Una noche con nosotros y no más robos. El viernes por la noche será
divertido.
pronto como los estudiantes de último año estacionaron y salieron, Andrew señaló a
Neil.
—En serio, Nicky —dijo Renee—. Eso es un poco inapropiado, ¿no te parece?
Los dos últimos Foxes tardaron casi veinte minutos en llegar, y Neil sintió que
la tensión en la habitación cambiaba cuando la puerta se abrió de golpe. Neil notó las
reacciones de sus compañeros y mentalmente dividió al equipo en cuatro grupos: los
tres de Dan, los cuatro de Andrew, los recién llegados y él mismo.
Allison Reynolds estaba solo unos segundos detrás de él. Se detuvo en la puerta
para mirar a través de la habitación a su hosco compañero de equipo. Neil había visto
fotos de Allison cuando investigaba a los Foxes, pero aún necesitaba una segunda
mirada. Los Reynolds eran multimillonarios gracias a sus resorts de lujo de clase
mundial. Allison creció como una princesa moderna y una celebridad gracias a su
asociación con los clientes de su familia. Se rumoreaba que perdió su herencia cuando
eligió el Exy y las escuelas públicas en lugar de unirse al negocio familiar, pero
Allison todavía parecía una estrella de la pasarela. Todo el mundo estaba en vaqueros
y arrugado por mudarse. Allison parecía lista para una sesión de fotos con perfectos
rizos platino, tacones de punta y un vestido ceñido.
—Sobreviviste al verano.
Allison barrió la habitación con una mirada, los labios se curvaron un poco con
desprecio cuando vio al grupo de Andrew. Su mirada se posó en Neil y lo estudió un
momento, con expresión calculadora.
que Neil observara a las chicas a medida que crecía. El ojo atento de su madre notó su
mirada persistente y su creciente distracción. Temiendo que él le contara sus secretos
por un enamoramiento infantil, lo golpeó como si pudiera matar sus hormonas con sus
propias manos. Unos años de esta violencia y Neil finalmente entendió la indirecta: las
chicas eran demasiado peligrosas para asociarse con ellas. Allison era hermosa, pero
prohibida.
—No, esto está bien. —Ella sonrió, pero tenía un toque engreído,
probablemente porque Seth los estaba mirando como si pudiera matarlos solo con
fuerza de voluntad. Allison volvió a mirar a Wymack y movió los dedos en un gesto
de impaciencia—. Esto será rápido, ¿no? Ha sido un vuelo largo y estoy agotada.
—Ustedes son los que están frenando esto —dijo Wymack, y apuntó con un
dedo a Neil—. Primer aviso del día: Neil Josten, nuestro nuevo delantero suplente.
¿Tienes algo que decir? —Cuando Neil negó con la cabeza, Wymack señaló con el
pulgar entre Allison y Seth—. Ya conociste a todos los demás. Aquí está el último de
ellos: Seth Gordon, delantero titular, y Allison Reynolds, nuestra distribuidora
defensiva. ¿Preguntas, comentarios, inquietudes? ¿Nadie?
Neil supuso que Wymack había escuchado este argumento antes, porque habló
sobre Seth como si no lo hubiera escuchado.
—Los exámenes físicos se hacen hoy antes de que se vayan. Andrew, eres el
primero. Seth, vas segundo. El resto de ustedes usen pajitas o algo. Ustedes deciden.
Ni siquiera piensen en marcharse antes de ver a Abby. —Le dio una mirada sugestiva
a Andrew. Andrew y Nicky mostraban miradas inocentes que no engañaban a nadie.
Abby se colocó detrás de Kevin. Wymack vaciló antes de alcanzar los papeles
apilados boca abajo a su lado.
—Aún no tenemos fechas, pero la ERC ha realizado algunos cambios que harán
que esta primavera parezca un juego de niños. Están notificando a los entrenadores de
nuestro distrito uno por uno para tratar de controlar las consecuencias. Tiene potencial
para volverse feo.
—¿Cómo podría ser peor que la mierda con la que nos enfrentamos el año
pasado? —preguntó Seth.
—Mi favorito fue cuando alguien le dijo a la policía que estábamos manejando
un laboratorio de metanfetamina fuera del dormitorio —dijo Dan con amargura—. Las
redadas policiales son impresionantes.
—Sin embargo, las amenazas de muerte fueron creativas —dijo Nicky—. Tal
vez esta vez sigan adelante y realmente maten a uno de nosotros. Vamos a votar.
Nomino a Seth.
—No nos hables en absoluto —dijo Aaron—. Nunca tienes nada útil que decir
—Suficiente —dijo Wymack. —No tenemos tiempo para tonterías este año.
Tenemos una nueva escuela en nuestro distrito.
Neil miró a Kevin donde estaba sentado, pálido y rígido. Cuatro hombres en un
sofá significaba que el grupo de Andrew estaba sentado aplastado con Kevin y
Andrew en el medio. Incluso con las drogas, Andrew se perdió la forma en que Kevin
se puso tenso, pero con la medicina en las venas pensó que era divertido. Le sonrió a
Kevin, pero la sonrisa se evaporó de su rostro cuando Wymack habló.
—La ERC no debería haberlo aprobado —dijo Kevin, en voz tan baja que Neil
apenas lo escuchó.
Andrew se giró para sentarse de lado en el sofá para poder ver mejor a Kevin.
Puso su espalda contra el costado de Nicky. Nicky se inclinó lejos de su desquiciado
primo, con los nudillos blancos donde se sostenía del brazo del sofá. Andrew no se dio
cuenta o no le importó lo incómodo que lo estaba poniendo. Solo tenía ojos para
Kevin. Kevin se veía enfermo del estómago, pero no estaba entrando en pánico por
esta bomba. Andrew no tuvo problemas para interpretar esa pseudo fuerza.
—Tú sabías acerca de esto —dijo Andrew—. ¿Por cuánto tiempo? ¿Un día, dos
días, tres cuatro cinco?
—Mayo. May, Day. Mayday. Tengo un poco de curiosidad, Kevin Day. ¿Cuándo
me lo ibas a decir?
—Tú eres quien le diría que sí —dijo Andrew—. Quizá te hayas olvidado.
—Por favor.
Kevin se miró las manos que estaban apretadas en su regazo, los ojos en la
cicatriz que recorría el dorso de su mano. Neil apenas la había visto, ya que no quería
que Kevin lo sorprendiera mirándolo. Era un desastre irregular a lo largo de los
delgados huesos de su mano. Como sea que Riko le haya roto la mano, no había sido
Traducción por:
Kevin le dirigió una mirada angustiada. Neil no estaba seguro de cómo Andrew
podía sonreír ante una mirada tan vacía, a pesar de las drogas. Neil sintió la
desesperación de Kevin a lo largo de la habitación, y era una sensación tan familiar
que pensó que estaría enfermo.
—La ERC hará su anuncio oficial a finales de este mes. Acordaron esperar hasta
que estuvieran todos aquí, donde es más fácil para nosotros protegerlos. Eso no
significa que puedan ser descuidados. Chuck —ese el presidente de nuestra
universidad, Charles Whittier, Neil— ha vuelto a emitir órdenes para que los
reporteros se queden fuera de nuestro campus sin una escolta policial este verano.
Verán el doble de policías del campus y necesito que todos guarden su número en sus
teléfonos por si acaso. ¿Entienden?
—Sí, entrenador.
—Neil se enteró cuando Kevin lo hizo —dijo Wymack—. Ya tuve la charla con
él, así que lo entiende muy bien. Y no, no hay nada más. Abby, son todos tuyos. Haz
con ellos lo que quieras.
Neil se puso de pie y se dirigió hacia la puerta sin mirar atrás. Dan trató de
llamarlo para su examen físico, pero Abby la calmó.
Renee sonrió.
—Con tanto en juego —insistió Neil, como si ella no entendiera lo que estaba
pasando tan bien como él. Quizás no lo hizo. Quizás no podía entender lo que Kevin
estaba arriesgando y lo que enfrentaría si Andrew fallaba. Ella no era como ellos. Ella
era normal, o tan normal como podían esperar los Foxes. Las pandillas y las
enemistades de sangre eran cosas sacadas de las películas. Neil odiaba que ella no
pudiera entender, pero odiaba más que lo hiciera—. ¿Con tanto en juego, cree
sinceramente que Andrew es suficiente?
—Neil —dijo ella, con tanta suavidad que se preguntó si lo habría oído
siquiera—. Neil, por favor espéranos.
Enrolló sus papeles en un tubo y se alejó corriendo. Ella no lo llamó, pero sintió
su mirada fija en la parte posterior de su cabeza. Tan pronto como llegó al extremo
más alejado del estacionamiento, aceleró a toda velocidad.
Traducción por:
Correr no hizo nada para calmar la inquieta ansiedad que le roía el estómago.
Llegó al dormitorio con peor ánimo del que había dejado el estadio. Trató de distraerse
guardando sus cosas, pero terminó paseando por la habitación con su bolso vacío en
las manos. La quinta vez no pudo soportarlo más. Cayó de rodillas y tiró de su
cómoda, descargando apresuradamente sus pocos atuendos para poder llegar a su caja
fuerte. Tecleó el código y abrió la cerradura de combinación, necesitando ver su
carpeta. Lo revisó de cabo a rabo, comprobando y contando todo.
No debería haber venido aquí. No debería haberse quedado una vez que se
enteró del cambio de distrito y descubrió quiénes eran los Moriyama. Andrew
metiéndose en sus cosas debería haber sido el colmo, a pesar de que Andrew no había
dicho nada todavía sobre lo que había en la carpeta de Neil. Tal vez no fuera lo
suficientemente inteligente como para revisar los recibos, o tal vez había desechado la
carpeta en el momento en que se dio cuenta de que era básicamente un santuario para
Kevin y Riko. Pero Neil no podía simplemente asumir que Andrew no había
encontrado su dinero. Por lo que sabía, Andrew estaba esperando para tirárselo a la
cara más tarde.
El pánico le decía que se fuera, pero Neil no podía moverse. Una voz más
tranquila por debajo de su miedo le impidió volver a levantarse. Neil todavía
recordaba el colapso de Kevin en casa de Wymack el mes pasado. El miedo de Kevin
lo abrió de par en par porque Neil conocía ese sentimiento. Todos los días Neil se
despertaba y volvía a aprender a respirar. Se concedía dos minutos todas las mañanas
para calcular sus posibilidades de ser atrapado, sopesar los beneficios de quedarse
dondequiera que estuviera y hablar a sí mismo a través de su miedo.
¿Kevin haría lo mismo? La mirada muerta que le había dado a Andrew hoy fue
la misma que Neil veía en su reflejo. Cuando Neil dejaba de actuar, cuando dejaba de
preocuparse por quién estaba mirando, cuando dejaba de lado las mentiras que lo
mantenían con vida, esa era la única expresión que podía hacer.
Neil volvió a empacar su caja fuerte y sacó los cigarrillos que había comprado
en la tienda antes. Se acercó a la ventana, abrió las dos cerraduras que la mantenían
cerrada y empujó el cristal lo más que pudo. Una pantalla le impidió asomarse, pero la
presionó con tanta fuerza que crujió. Encendió un cigarrillo y lo vio arder. El olor acre
del humo y el fuego tomó el borde de sus nervios, pero el dolor familiar y silencioso
que siguió empeoró todo.
Traducción por:
¿Por qué Kevin siempre obtenía más? Kevin vivía con una familia terrible, pero
tenía un hogar, una reputación y seguidores. Creció en el centro de atención mientras
Neil se quedó mirando por encima del hombro en una docena de países de todo el
mundo. Kevin perdió su mano, pero ganó su libertad. Era lo suficientemente terco y
hábil para continuar donde lo había dejado, incluso si eso significaba aprender a jugar
con su mano más débil. Tenía un entrenador y un compañero dispuesto a desafiar a los
Moriyama por él. ¿Por qué? ¿Por qué Kevin se merecía todo eso?
¿Por qué se merecía a Neil? ¿Por qué Neil debería dudar aquí y preocuparse por
él cuando su propia vida estaba en juego? Después de la forma en que Kevin lo trató
este verano, Neil debería estar feliz. Este era el momento perfecto para escabullirse. El
equipo asumiría que Neil era un niño asustado que no podía lidiar con la verdad de los
Moriyama y la prensa estaría demasiado ocupada siguiendo a Kevin y a Riko para
pensar en otro Fox caído. Neil debería enviarle a Riko una tarjeta de agradecimiento
anónima y cruzar la frontera hacia México.
No iba a ser Neil. Era obvio que era demasiado estúpido para sobrevivir sin su
madre si se permitía meterse en líos como este. Pero tal vez Kevin podría hacerlo. Tal
vez superaría esto de alguna manera, aprovechando su talento y la obsesión psicótica
de Andrew y la feroz protección de Wymack. Tal vez superaría esta temporada en la
lista de los Foxes y estaría a salvo. Se recuperaría y sería libre. Neil no podía irse hasta
que supiera que Kevin estaría bien. No quería saberlo medio mundo de distancia lejos.
Seth entró primero y tiró sus maletas a un lado. Estaba en medio de un desahogo
gritón y necesitaba tener las manos libres para hacer gestos enojados. Matt estaba
detrás de él con una mirada tolerante en su rostro y un tercer bolso en sus manos. Matt
cerró la puerta y le pasó el bolso a Seth, quien lo arrojó detrás de los demás.
Neil no estaba seguro de con quién estaba más enojado Seth: Abby, Allison o el
grupo de Andrew. Su desahogo iba y venía entre todos sin un patrón lógico. Se detuvo
solo cuando se quedó sin lenguaje colorido. Finalmente alzó las manos con disgusto y
se volvió hacia Neil.
—Y para empeorar las cosas, ¡me quedo con un puto aficionado como suplente!
—Como si eso me hiciera sentir mejor. —Seth miró a Neil. Neil le devolvió la
mirada, no impresionado por su rabia. Su apatía solo sirvió para encolerizar más a
Seth—. Éramos una broma de mal gusto; ahora somos una broma práctica. Cuando los
demás se enteren de esto, ganaremos nuestros juegos solo porque estarán demasiado
ocupados riéndose para tomarnos en serio. Se suponía que íbamos a lograrlo este año.
Confié en él para que eligiera a nuestro sustituto porque dijo que podía hacernos pasar
el campeonato a muerte. Pero esto es repulsivo.
Traducción por:
—El entrenador dice que tiene potencial. —Matt miró a Neil—. Andrew dice
que eres rápido.
—Dan preguntó qué pensaban de ti —dijo Matt antes de que Neil pudiera
reaccionar—. Nicky cree que necesitas más tiempo con nosotros. Aaron dice que
tienes que ser más agresivo. Kevin no dijo nada, lo que normalmente sería extraño ya
que Kevin no es conocido por andar con rodeos, pero supongo que está distraído. Pero
Andrew apuesta a que puedes dejar atrás a todos en este equipo. El entrenador dijo que
corriste una milla en cuatro minutos en Arizona. ¿Es verdad? Eres un poco corto para
correr tan rápido.
Seth y él lograron llevarse bien hasta que Matt regresó, pero eso fue solo porque
se ignoraron el uno al otro. Seth estaba ocupado mudándose y Neil estaba feliz de
mantenerse fuera de su camino. Cuando Seth terminó con el dormitorio y se mudó a la
sala de estar, Neil arregló el desastre que había hecho antes. Matt instaló su
computadora en uno de los escritorios y mató el tiempo en línea hasta que llegó el
momento de reunirse con los demás.
Terminaron en un lugar que era mitad bar, mitad pizzería. La cabina de esquina
en forma de L era perfecta para Neil, quien podía tomar un lugar en el banco y
observar a sus compañeros de equipo. Esperaba la misma locura que había visto en la
casa de Wymack su primera noche en Carolina del Sur, especialmente después de ver
la tensión que Seth y Allison agregaron al equipo, pero se sorprendió gratamente.
Cualesquiera que fueran sus diferencias, los estudiantes de segundo ciclo habían
tenido años para acostumbrarse a ellos y mantuvieron una conversación en toda la
mesa durante la mayor parte de la cena. Incluso Seth y Allison intentaron llevarse
bien, aunque Neil atribuyó esa cortesía a la cerveza.
Estaban a mitad de la cena cuando Dan y Matt se agacharon. Neil los vio irse,
pero aparte de que Allison le dio un codazo significativo a Renee, nadie dijo nada al
respecto. Nadie mencionó el cambio de distrito tampoco, aunque tenía que estar en la
mente de todos. Prácticamente tenían el restaurante para ellos solos, pero la falta de
otras charlas significaba que sus voces se llevaban más fácilmente.
—Dios mío, Nicky —dijo Matt—. El entrenador te dijo que lo vigilaras esta
noche.
—Sé lo que dijo. —Nicky le hizo una mueca a Matt—. Inténtalo alguna vez.
—No ha dejado su cama desde que regresamos —dijo Nicky—. Aaron lo está
mirando.
Renee levantó una mano para pedir silencio. Todos guardaron silencio
inmediatamente para mirarla. Tenía su teléfono en la oreja, pero no dijo nada,
probablemente escuchándolo sonar en el otro extremo. Neil sabía que alguien había
contestado por la forma en que Renee sonreía, pero no sabía cómo Renee podía sonreír
tan cálidamente cuando estaba hablando con Andrew.
teléfono—. Está en casa del entrenador. Tal vez el entrenador quería asegurarse de que
tomara su medicina esta noche. —Renee le dio a Nicky un apretón alentador en el
hombro—. Está a salvo. Kevin está a salvo. Descansa un poco. No hay nada más que
podamos hacer esta noche, excepto cerrar nuestras puertas y rezar.
Se dividieron en sus habitaciones para prepararse para la cama. Neil subió por la
escalera de madera hasta su cama y se tumbó en el colchón. El simple placer de tener
una cama de verdad no duró mucho. Después de que las luces se apagaron y sus
compañeros de cuarto se calmaron, Neil se quedó solo con la oscuridad y sus
pensamientos. Se quedó despierto hasta bien entrada la noche pensando en Kevin, y
cuando dormía, soñaba con su padre esperándolo en la Foxhole Court.
7
Para el tercer día de Neil en la cancha, no tenía idea de cómo habían logrado los
Foxes llegar a los campeonatos la primavera pasada. Su suposición de que el equipo
estaba formado por cuatro grupos era parcialmente precisa, pero las líneas que había
trazado eran flexibles. Siempre que Allison y Seth estaban peleando, Allison
terminaba con las chicas y Seth se retiraba hacia Matt. Parecía que Allison y Seth no
creían en un término medio: o se lanzaban viles insultos el uno al otro o se besaban en
Traducción por:
el vestuario sin importar quién estuviera cerca. Neil no sabía qué provocó el cambio
abrupto y constante de emociones. Esperaba no entender nunca.
Toda la primera semana de prácticas de verano fue devorada por luchas internas
cuando la jerarquía de la corte volvió a su lugar. Cuando Dan actuaba como su capitán,
ella los gobernaba con las mismas agallas enojadas que Neil vio el primer día. No
dudó en obligar a la gente a hacer fila y los Foxes le permitieron tener la última
palabra en todo. Incluso Andrew siguió sus órdenes, aunque Neil supuso que era
porque le divertía su supuesta audacia.
Kevin sabía más sobre el deporte que cualquiera de ellos y tenía algo de
autoridad persistente por su período como entrenador asistente, pero su personalidad
fría era un desvío y su enfoque hacía que a los demás les resultara difícil escucharlo
sin responderle. Él causó la mayoría de las discusiones esa semana, y la mayoría de
esas peleas fueron entre él y Seth. Kevin y Seth se odiaban el uno al otro con una
aversión tan sólo superada por lo que Seth y Nicky sentían por el otro. Solo hacía falta
una palabra incorrecta para convertir sus argumentos en riñas físicas. La pelea alcanzó
su punto máximo el miércoles por la tarde cuando Andrew dejó la práctica temprano
para su sesión de terapia semanal. En el segundo en que desapareció, Seth fue a por
Kevin con los puños volando.
Matt era la fuerza bruta que los mantenía a raya cuando las palabras de Dan no
eran suficientes. Debido a la lesión de Kevin y la apatía de Andrew, Matt también era
el mejor jugador que tenían los Foxes. Neil creyó en privado que Matt debería haber
sido nombrado capitán debido a la solidaridad que podía aportar al equipo.
Independientemente de lo que sucedió entre él y Andrew el año pasado, parecía tener
un entendimiento con los primos, lo que significaba que los Foxes tenían una sólida
línea de defensa. Su relación con Kevin fue la más difícil de entender para Neil. Su
habilidad y compromiso significaron que Kevin estaba dispuesto a trabajar con él y a
escucharlo, pero los dos pasaban de una comprensión perfecta a un antagonismo
absoluto constantemente. A Neil le recordó un poco a Allison y Seth, excepto que sin
el trasfondo sexual desesperado.
Incluso Andrew parecía bastante cautivado por ella. Neil los vio hablar a un lado
varias veces durante la semana. Era obvio que nadie más aprobaba su extraña amistad,
pero ninguno de los porteros prestó atención a las miradas de tristeza que se dirigieron
hacia ellos. Neil no estaba seguro de qué hacer con eso. No estaba tan seguro de qué
pensar de Renee, así que la evitaba siempre que podía.
Aaron era mejor jugador que Nicky, pero se mantenía a una distancia clínica de
todo eso. Nicky daba todo lo que tenía, pero le gustaban las obras dramáticas y le
gustaba más pelear con Allison y Seth. La posición de Andrew era difícil de entender.
Su influencia sobre Kevin y su habilidad lo hicieron útil, pero puso tan poco esfuerzo
como Wymack le permitió salirse con la suya.
Kevin y Seth tuvieron que lidiar con Neil ya que él estaba en su línea, pero Neil
preferiría que lo ignoraran por completo. Nada de lo que hizo estaba bien a sus ojos.
Lo destrozaron y lo patearon a un lado como inútil, sin importar cuánto lo intentara.
Neil odiaba sus actitudes, pero estaba decidido a no volver a perder los estribos frente
al equipo. Afortunadamente, los delanteros estaban tan dispuestos a pelear por él como
lo estaban con él, por lo que se consoló todo lo que pudo al ver a Seth y Kevin pelear
con puños y palos.
Traducción por:
Wymack rara vez interfería en la lucha. Los dejó pelear y luego los castigó con
cardio intensa y ejercicios insoportables. Parecía que hacía mucho tiempo que había
decidido que su equipo solo podía funcionar poniéndose a prueba entre sí y
estableciendo su propio ranking. Neil pensó que era una locura al principio, pero a
medida que avanzaba la semana, pudo ver al equipo finalmente descubriendo los
límites y las alianzas entre ellos.
Para cuando llegó el viernes, Neil estaba desesperado por el fin de semana. El
estrés de preocuparse por Kevin y Riko, la irritación y la exasperación por el
comportamiento de sus compañeros de equipo en la cancha y la condescendencia
interminable y enojada de Kevin y Seth lo estaban desgastando. Ya no podía lidiar con
eso, pero tampoco podía escapar. Pasó todo el día con los Foxes en la práctica, luego
regresó al dormitorio y los vio toda la noche también. Neil estaba siendo asfixiado por
su sola presencia. Todo lo que quería hacer era desaparecer del campus durante el fin
de semana. Tenía que encontrar algo de espacio para respirar antes de quebrarse.
Se había olvidado de los planes de Andrew para él. Cuando Neil salió de la
ducha después de la práctica del viernes, esperaba que todos los demás se hubieran
ido. Neil viajaba a los entrenamientos con el equipo, compartiendo la caja de la
camioneta de Matt con Allison, Seth y Renee, pero siempre volvía corriendo solo al
dormitorio después. Los demás se dieron cuenta al cabo de un par de días de que a
Neil le gustaba irse después de ellos, y ninguno le había preguntado por qué. No
trataron de cambiar de opinión y dejaron de esperarlo después del segundo día. Tal vez
era una cosa de Foxes, saber cuándo había límites que realmente no deberían cruzar y
preguntas para las que nunca obtendrían respuesta. Neil no estaba seguro, pero lo
agradecía
Neil dejó caer su uniforme en una de las cestas de la ropa sucia, revisó su
casillero para asegurarse de que estuviera seguro y se volvió para encontrar a Nicky
parado justo detrás de él. Neil levantó una mano para empujar a Nicky fuera de su
Traducción por:
espacio. Nicky lo estaba esperando y empujó la bolsa negra hacia la palma abierta de
Neil.
—Esto es para ti —dijo—. Andrew dijo que no tienes nada apropiado para el
lugar al que vamos. Me dijo qué talla comprar para ti y yo lo elegí. Créeme, es
increíble.
—¿Qué?
—No hay trampa. Es más para nosotros que para ti, honestamente. No podemos
ser vistos contigo en público si te ves como un vagabundo andrajoso. Sin ofender.
—Esperó un poco antes de finalmente darse cuenta de que algo no estaba bien—.
¿Neil?
—Te recogeremos a las nueve, ¿de acuerdo? Sugiero tomar una siesta hasta
entonces. Estaremos fuera toda la noche. Tenemos todos los contactos adecuados para
que la fiesta continúe hasta el amanecer. —Nicky sonrió y le dio otro tirón al cabello
de Neil—. Hablando de eso, deshazte de ellos esta noche. Me refiero a tus contactos.
—Cállate.
—Mira, no es que sean un secreto. Cualquiera que esté mirando puede ver el
anillo en tus ojos, lo que significa que estás usando lentes. Los vi el primer día.
Traducción por:
Simplemente no pensé que fueran lentes de moda hasta que Andrew lo dijo. Y, ¿en
serio? ¿Marrón? ¿Qué tan aburrido puedes ser?
—No.
—Por favor —dijo Nicky—. Nadie te verá más que nosotros, y ya sabemos que
son mentiras. No los uses.
El silencio de Nicky fue suficiente respuesta. Neil estaba listo para ignorar esa
advertencia, pero se contuvo. Estaba seguro de que podría mantenerse firme frente a
Andrew, pero no se enfrentaba a Andrew solo. Iba a salir con todo el grupo de Andrew
a un estado de distancia de donde estaban. Nicky estaba honestamente tratando de
ayudarlo a comenzar la noche con el pie derecho. Neil no pensó mucho en esa
consideración. Sabía qué lado tomaría Nicky si las cosas se ponían feas.
Neil le dio unos minutos de ventaja. Cuando estuvo seguro de que los primos se
habían ido hacía mucho tiempo, corrió por el campus hasta la biblioteca y se mató
unas horas leyendo las noticias en el laboratorio de computación. Recogió una
pequeña cena en el camino de regreso al dormitorio en una de las tres tiendas de
conveniencia de la universidad.
Este atuendo era todo lo contrario, y cada pieza era negra. Los vaqueros cargo
eran ligeros y estaban cortados para acomodar un par de botas pesadas. La camisa era
de manga larga, ajustada y diseñada para que pareciera que se hubiera roto en algunos
lugares. Una capa interior de color carbón se asomaba a través de los cortes, ocultando
la piel de Neil, pero pasó las manos por la tela una docena de veces para asegurarse de
que no hubiera agujeros abiertos. Estaba seguro de que podía sentir sus cicatrices a
través de la fina tela.
Solo quedaba una cosa por cambiar. El estómago de Neil se revolvió un poco
con los nervios cuando se quitó las lentillas. Parpadeó un par de veces, adaptándose a
su ausencia, y tiró las lentes marrones por el inodoro. Una mirada al espejo casi lo dejó
sin aliento. Había pasado más de un año desde que Neil había visto sus ojos reales, ya
que nunca se levantaba de la cama sin ponerse las lentillas. Sus ojos eran de un frío
tono azul que solo se veía más brillante contra su cabello negro y su ropa. No pudo
mirarlos por mucho tiempo; eran los ojos de su padre.
Neil recogió su ropa y salió del baño. Cuando entró en su habitación para dejar
su ropa, vio al grupo de Andrew en la sala de estar. Andrew había vuelto a abrir la
cerradura. Neil debatió cuánto daño harían los tacones gruesos de sus nuevas botas
contra el rostro de Andrew y le gustó lo que se le ocurrió.
Dejó la ropa sucia en el cajón inferior de su cómoda, que había decidido usar en
lugar de una cesta, y se volvió para ver a Andrew en la puerta del dormitorio. Andrew
se recostó contra el marco de la puerta, con los brazos cruzados sobre el pecho y
estudió a Neil. Neil aprovechó la oportunidad para mirarlo, notando ante todo la falta
de expresión en el rostro de Andrew. Andrew estaba sobrio esta noche. Neil se
preguntó si Andrew entendía los términos de su libertad condicional o simplemente no
le importaba.
Neil no podía salir de la habitación con Andrew en el camino, así que se detuvo
tan cerca de Andrew como se atrevió y esperó a que Andrew se moviera. Andrew lo
hizo, pero solo para alcanzar a Neil con una mano. Neil se tensó cuando sus dedos se
envolvieron alrededor de la parte posterior de su cuello, pero Andrew solo quería tirar
de la cabeza de Neil hacia abajo. Neil se concentró en el pómulo de Andrew para no
ponerse bizco y dejar que Andrew estudiara sus ojos.
Traducción por:
Nicky se animó cuando los dos entraron a la sala, pero su expresión feliz vaciló
cuando vio a Neil.
—Oh, hombre. Neil, te ves bien. ¿Puedo decir eso o va en contra de las reglas?
Solo... maldita sea. Aaron, no dejes que me emborrache demasiado esta noche.
—Lo sé.
—¿Seguro?
Neil terminó en el mismo lugar que la última vez, atrapado entre Aaron y
Andrew en el asiento trasero. Neil esperaba problemas, pero los hermanos se apoyaron
contra sus respectivas ventanas y se quedaron dormidos a los pocos minutos de salir
del campus. Neil no podía dormir en tal compañía, así que pasó la hora preguntándose
cuántas cosas podrían salir mal esta noche. Era una lista extensa.
Cuando los faros del coche empezaron a parpadear sobre las señales de salida de
Columbia, Nicky señaló a Neil por encima del hombro.
Traducción por:
—Salida —dijo.
—Esto es Carolina del Sur —respondió Nicky—. Cada salida conduce a Waffle
House. ¿Sigues respirando, Neil?
Andrew se dejó caer en su asiento y soltó a Neil. Neil logró incorporarse, pero
no pudo evitar presionar una mano sobre su camisa. Se sentía como si el codo de
Andrew hubiera abierto un agujero a través de él. Lanzó una mirada a Aaron, que se
encogió de hombros ante su silenciosa acusación, y luego a Andrew. Andrew no la
devolvió, demasiado distraído por sus manos. Las tenía delante de él, pero no fue hasta
que pasó un coche en la otra dirección que Neil se dio cuenta de lo que estaba
mirando. En el destello de luz de los faros que pasaban, Neil vio que los dedos de
Andrew estaban temblando.
Nicky miró hacia atrás. No podía ver temblores en la oscuridad, pero vio hacia
dónde miraba Andrew. Nicky cruzó los carriles hacia la salida.
—Casi llegamos.
—Para.
Traducción por:
—Ahora.
—¿Dónde están tus galletas? —preguntó Nicky cuando Andrew se quedó sin
aliento.
Nicky fue rápido, pero una vez que entraron en las afueras de Columbia, el
tráfico nocturno los frenó. Su primer destino fue un restaurante llamado Sweetie's. Era
demasiado tarde para cenar, pero el estacionamiento estaba lleno. Nicky los dejó en la
puerta para poder dar vueltas y buscar un lugar. Había cuatro grupos delante de ellos
esperando asientos. Andrew se desvió hacia la barra de ensaladas y tomó dos puñados
de paquetes de galletas de un cubo al final. Kevin observó cómo Andrew las comía.
Andrew respondió con una mirada siniestra.
Terminó su bocadillo antes de que Nicky se les uniera. Unos minutos más tarde
finalmente se sentaron en un reservado en la parte de atrás. Antes de que el anfitrión
pudiera irse, Andrew metió sus paquetes de galletas vacíos en el delantal del hombre.
El anfitrión ni siquiera se inmutó ante tal grosería, pero los dejó con sus menús. La
camarera no se quedó muy atrás y Nicky devolvió los menús sin leer.
—Sólo tómalas.
—Vete a la mierda.
Andrew lo ignoró.
expresión tensa de su rostro. Andrew presionó el lado de su mano con fuerza contra su
boca y tragó tan fuerte que Neil lo escuchó al otro lado de la mesa.
Andrew tardó otro minuto en relajarse lo suficiente como para empezar a comer.
Lo que sea que haya tomado debe haber aliviado el malestar de su abstinencia, porque
había vuelto a una fachada tranquila cuando terminó de comer. Cuando llegó la cuenta,
Andrew la empujó en la dirección de Aaron, y Aaron colocó un pequeño fajo de
billetes de veinte en el cheque. Neil miró hacia atrás cuando se fueron, viendo primero
a las personas que tomaban paquetes de galletas de la barra de ensaladas y luego a la
camarera que se guardaba el dinero que le habían dejado.
Neil dejó de mirar para no quedarse atrás y siguió a Kevin por la habitación. Les
tomó un poco de búsqueda antes de encontrar una mesa. Estaba tapada con vasos, pero
Traducción por:
los taburetes estaban abandonados, así que lo reclamaron. Andrew recogió las tazas
mientras Aaron buscaba dos sillas más. Tan pronto como estuvieron listos, Andrew
enganchó sus dedos en el cuello de Neil y tiró de Neil detrás de él hacia la barra.
Neil tomó su refresco más rápido de lo que pretendía. Los demás bebían a una
velocidad malsana y Nicky presionó a Neil para que siguiera el ritmo. El refresco le
hizo sentirse deshidratado y la cafeína se le subió a la cabeza más rápido de lo que
esperaba. En su mayoría, había renunciado a los refrescos cuando se probó para los
Millport Dingos el año pasado, por lo que ya no estaba acostumbrado. Cuando se
levantó para ayudar a Andrew a conseguir la segunda ronda de bebidas, pensó en
cambiar a agua, pero el camarero le sirvió el refresco antes de que pudiera preguntar.
—¿Son tus agallas las agallas de los justos? —se preguntó Andrew—. ¿Estás
haciendo todo lo posible por pisar mis dedos porque estás sintiendo el trágico peso del
más santo en ti?
Kevin le lanzó a Neil una mirada sombría, pero Nicky intervino antes de que
pudiera decir nada.
Discutir sería infructuoso cuando los cuatro hubieran dejado su sentido común
en la puerta, así que Neil tomó su copa en silencio. Nicky los contó y Neil tomó su
trago. Tan pronto como golpeó la parte posterior de su garganta, Neil supo que había
cometido un grave error.
Sus refrescos tenían un sabor dulce, pero este trago era casi insoportable, y el
regusto en la lengua de Neil no era azúcar. Neil se puso de pie de un salto, pero
Andrew lo agarró por el pelo y lo tiró contra su asiento. Un giro cruel tiró de su cabeza
hacia atrás en un ángulo peligroso, y Andrew golpeó la mano de Neil contra la mesa.
Traducción por:
Neil levantó la otra mano para quitarle los dedos a Andrew, pero Nicky lo agarró por
la muñeca.
—¿Pensaste que estabas a salvo porque estabas ahí arriba ordenando tus propias
bebidas? Roland sabe lo que significa cuando traigo a forasteros aquí.
Neil no había visto a Aaron levantarse, pero estaba esperando detrás de Neil
cuando Andrew lo soltó. Neil alcanzó a Andrew con intenciones letales, pero Aaron
agarró el respaldo de su silla y tiró lo suficientemente fuerte como para volcarla. El
mundo dio vueltas en un frenesí incluso después de que Neil cayó al suelo. Cuando
Aaron trató de poner a Neil en pie, Neil se abalanzó sobre él y falló. Neil podía sentir
las drogas consumiendo su sistema. Su corazón latía más fuerte que el bajo,
sacudiéndolo de adentro hacia afuera.
El beso de Nicky fue más duro de lo que Neil esperaba, y había algo más que
lengua en él. Debajo de la quemadura del vodka que Nicky compartió con él estaba el
dulce aroma del polvo de las galletas. Neil no tenía la intención de tragar, pero le dolía
demasiado tenerlo en la boca.
—Así es como va el juego —dijo Nicky contra sus labios—. Deja de luchar si
quieres sobrevivir.
—Te odio.
—De verdad —dijo Andrew arrastrando las palabras—. ¿Es por eso que no lo
gastas, o simplemente te gusta parecer un vagabundo? El equipo está dividido, ya
sabes. La mayoría piensa que eres basura de tráiler como Dan. Renee sabe más que
eso. Yo también. Creo que eres un poco más parecido a nosotros. —Andrew se inclinó
hacia él y pronunció cada sílaba—. Fugitivo.
Si Neil estuviera sobrio, estaría mejor preparado para escuchar esa palabra. Con
polvo de galleta en su sistema y música airada golpeando su piel en pedazos, no pudo
ocultar su estremecimiento.
—No me tientes a demostrar que estás equivocado. ¿Qué tal si llamo a la policía
y les pido que te controlen de verdad? ¿Crees que encontrarán algo interesante?
—Esa es una amenaza hueca —dijo Neil—. La policía nunca le haría favores a
alguien como tú.
Finalmente vio las escaleras a través de un espacio entre los cuerpos. Se puso en
marcha, solo para ser detenido cuando Nicky bajó por ellos. Nicky lo tomó por los
hombros para empujarlo hacia la multitud, ignorando la forma en que Neil empujó y
empujó para liberarse. Este beso supo aún peor, y Neil se quedó entumecido de la boca
hacia abajo.
8
Neil se despertó en una cama que no reconoció en una habitación igualmente
desconocida. Conocía esa sensación de desorientación por su nombre después de
moverse con tanta frecuencia, por lo que no era motivo de alarma inmediata. El peso
de los brazos a su alrededor era algo que su cuerpo conocía, pero de alguna manera era
Traducción por:
confuso. Había algo mal en eso que su mente no estaba lista para procesar y parpadeó
con fuerza contra el dolor de cabeza que golpeaba su cráneo. Se sentía medio muerto,
aunque no podía averiguar por qué.
Su primer intento de moverse envió una punzada de dolor por su columna, por
lo que se relajó contra las sábanas. El agarre sobre él se apretó un poco en respuesta a
su cambio.
Neil conocía esa voz. De repente, los eventos de la noche anterior se despertaron
de golpe en su mente, luces láser parpadeantes, música y cuerpos y la voz de Andrew
en su oído. Se incorporó de un salto, pero no llegó muy lejos. El dolor resultante lo
hizo colapsar contra el colchón una vez más. Nicky lo agarró del pelo para apartar la
cabeza de un lado de la cama. Había un bote de basura allí que Neil apenas registró
antes de vomitar en él. Nicky murmuró palabras tranquilizadoras que Neil realmente
no podía oír.
Tan pronto como Neil pudo respirar de nuevo, se retorció y pateó a Nicky tan
fuerte como pudo. Estaba demasiado enfermo y débil para empujarlo del otro lado de
la cama, pero las botas que todavía llevaba le dejaban moretones en los brazos y el
pecho de Nicky.
—Oye, oye —dijo Nicky, tratando de desviarlo—. Está bien. ¡Ay! Relájate,
¿quieres?
—Puede mirar.
Neil lo sacudió, pero sus piernas no querían llevarlo. Nicky lo dejó intentar
pararse dos veces antes de rodear con un brazo la espalda de Neil y estabilizarlo.
Nicky ayudó a Neil por el pasillo hasta la cocina y lo sentó a la mesa con un
vaso de agua. A Neil le ardía la garganta, pero se negó a beberlo. Se conformó con
mirar a Nicky. Nicky miró a Aaron en busca de ayuda. Aaron miró hacia atrás por
encima de la parte superior de su taza de café, indiferente e inútil. Nicky suspiró y se
volvió hacia Neil de nuevo.
—A mí, nada más que una amenaza de muerte admirablemente creativa. —La
boca de Nicky se curvó en el comienzo de una sonrisa, pero la reprimió, tal vez
entendiendo que Neil lo golpearía por eso—. No sé cómo fue tu conversación con
Traducción por:
Andrew, pero no terminó bien. Se rumorea que le pagaste cien dólares a un ayudante
de camarero para que te noqueara. Qué manera de acortar nuestra noche.
Neil no recordaba eso, y los vacíos en su memoria lo dejaron helado por todas
partes.
—Bebe —dijo Nicky—. Necesitarás toda el agua que puedas conseguir hoy. Las
galletas te deshidratarán como a nadie.
Nicky suspiró.
—No digas que no te lo advertí. Primero puedes darte una ducha, ¿de acuerdo?
Cuando salgas, Andrew estará de vuelta y podrás preguntarle sobre lo de anoche.
Nicky guio a Neil al baño. Empezó a decir algo más, pero Neil le cerró la puerta
en la cara y echó el cerrojo. Neil aprovechó la privacidad para hervir, dándose treinta
segundos completos para enfurecerse silenciosamente por la estupidez de la noche
anterior. Luego lo hizo una bola y lo empujó profundamente. La ira no lo ayudaría en
este momento, y no borraría lo que sucedió o no sucedió anoche.
Seguir las calles más grandes lo llevó por fin a una carretera principal. Solo tuvo
que caminar unas pocas cuadras antes de poder detener un taxi. Lo llevó a la
gasolinera más cercana a petición suya. Había un teléfono público decrépito en el
borde del estacionamiento. Neil metió monedas en la ranura y marcó el número de
Matt de memoria. Matt respondió después de un par de timbres con un murmullo
incoherente.
—Nah, estoy despierto —dijo Matt, pero Neil escuchó el bostezo en sus
palabras—. ¿Dónde has estado? No te escuché regresar anoche.
Pensó que sonaba convincente, pero tal vez Matt realmente no estaba
escuchando, porque Matt dijo:
—Voy a matarlo. —La voz de una chica dijo algo de fondo, demasiado apagada
para que Neil la entendiera. Neil supuso que Matt apartó el teléfono de su oído para
contestar, porque la voz de Matt era más tranquila cuando dijo:
—Está en Columbia.
—Estoy bien —dijo Neil de nuevo—, pero necesito un favor. Creo que Andrew
irá hoy a buscar algo mío. Si no estoy allí, ¿puedes dejarlo fuera de nuestra
habitación? Te deberé una.
—No me deberás nada —dijo Matt—. ¿No te dije que soy bueno para eso?
—Ten cuidado, ¿de acuerdo? —Matt dijo—. Nos vemos en un par de horas.
Neil tomó una libreta y un bolígrafo al final y se marchó. El cajero le prestó una
guía telefónica para que Neil pudiera buscar el número de un servicio de taxi. El taxi
llegó cinco minutos más tarde y Neil lo llevó a la parada de camiones más cercana en
la Interestatal 20. Había una docena de peces gordos estacionados al otro lado del
Traducción por:
Neil aceptó eso sin discutir y siguió adelante. Ninguno de los otros cinco iba a
donde los necesitaba, así que esperó a un lado mientras los doce camiones eran
reemplazados lentamente. Cuando el set estuvo completo, lo intentó de nuevo. Esta
vez encontró oro en el tercer intento. La mujer no solo estaba dispuesta a llevarlo, sino
que iba hacia el noroeste por la I-26. Era una ruta más rápida al 85. Neil solo tuvo que
esperar hasta que el tanque estuviera lleno y luego se fueron.
Fue más fácil encontrar quien lo llevara desde allí. Neil volvió a pasar por la
entrevista. El conductor también tenía preguntas para él, y Neil inventó sus respuestas
a medida que avanzaba. Le tomó un poco de trabajo convencer al conductor de que sí,
que estaba bien que lo dejaran en la interestatal, pero Neil obtuvo lo que quería. El
camión se detuvo en el arcén a un cuarto de milla de la salida de Neil. Neil le pagó y
se subió a la hierba.
Para entonces era un poco más de mediodía. Las náuseas se habían desvanecido,
pero aún le dolía la cabeza. Neil tomó la salida a pie y caminó hasta la gasolinera más
cercana. Compró un par de botellas de agua, se sentó en la acera para beberlas y
compró algunas más. Mientras esperaba a que amainaran los golpes, estudió su mapa.
El campus quedaba a unas once millas de aquí. El camino era lo suficientemente
pequeño como para que no lo llevara, pero Neil estaba bien caminando. Sería más
rápido correr tan lejos, pero no se sentía lo suficientemente bien como para intentarlo.
Sin camioneros que lo distraigan, Neil podría usar el paseo para pensar. El único
recuerdo claro que tenía de la noche anterior era la acusación de Andrew. No sabía qué
más le había preguntado Andrew o qué había respondido. Ojalá hubiera sido lo
suficientemente inteligente como para mentir a pesar de las drogas.
Sin embargo, una cosa era segura: Neil no podía permitirse otra noche como
esa. Si Andrew realmente pensaba que Neil era una amenaza para Kevin, ¿hasta dónde
llegaría para demostrarlo? Neil no quería ver qué venía después, pero evitarlo
significaba comprometerse. Tenía que decirle algo a Andrew. La verdad estaba fuera
de discusión, pero Andrew olería una mentira a una milla de distancia. Lo que Neil
necesitaba era algo intermedio que pudiera explicarlo todo: su dinero, su apariencia y
su obsesión con Kevin.
Neil aún no estaba listo para enfrentar a Andrew y no quería lidiar con la
curiosidad de sus compañeros de equipo por su prolongada ausencia, así que fue al
apartamento de Wymack. Cuando llegó eran las cuatro y media. Wymack había hecho
que Neil se quedara con la llave de repuesto, pero Neil llamó a su puerta de todos
Traducción por:
modos. Wymack abrió la puerta de un tirón como si quisiera sacarla de sus bisagras,
pero la sorpresa eliminó la furia de su rostro cuando vio a Neil.
Neil hizo lo que le dijeron, pero vio como Wymack salía furioso de la cocina de
nuevo. Wymack se paseaba de un lado a otro del pasillo con pasos furiosos y pesados.
En su segunda pasada, tenía el teléfono en la oreja. Estaba fuera de la vista cuando
alguien contestó al otro lado, pero Neil escuchó su voz furiosa fuerte y clara.
Traducción por:
Neil se llevó todo por el pasillo hasta el baño y se encerró. Mantuvo el agua
tibia mientras se lavaba el calor y el sudor del día. La ropa que le prestó Wymack le
quedaba ridículamente grande, pero al menos cubrían sus cicatrices. Neil envolvió su
ropa sucia en la toalla mojada y salió del baño con ella. Se sintió relajado por primera
vez en todo el día, pero eso se desvaneció con el sonido de la voz enojada de Wymack.
Neil se arrastró por el pasillo hacia la sala de estar.
—Vete a la mierda.
—No sé cuál es el problema entre ustedes dos, pero termina aquí y ahora. Abby
y yo dejamos en claro que no toleraremos que se repita lo del año pasado, Andrew.
—Esto no es una repetición. —El tono de la voz de Andrew decía que ya había
discutido este punto varias veces—. Solo le dimos polvo de galletas. ¿Crees que habría
regresado aquí solo de otra manera?
—No me vengas con “solo” a mí. ¿En qué diablos estabas pensando?
Traducción por:
—No —dijo Wymack—. No confío en que ustedes dos no se maten entre sí, así
que se quedarán aquí hasta que esto se resuelva.
Eso dejaba solo una opción, aunque Neil odiaba perder su comodín tan
temprano en el juego. Esperaba que Wymack no pudiera hablar alemán y cambió de
idioma para hablar con Andrew.
Eso borró la irritación del rostro de Andrew. Pasó una eternidad antes de que
respondiera en alemán.
—Te respondí. Te dije que no soy un topo. Estás loco si crees que lo estoy.
—Entonces corrígeme.
—Buena suerte —dijo Neil, sintiendo frío por todas partes—. Están muertos.
—¿Los mataste?
Lo dijo con tanta naturalidad, como si estuviera pidiendo la hora, que Neil solo
pudo mirarlo durante un minuto. Fue un salto de lógica tan irrazonable que Neil no
entendió cómo pensó siquiera en preguntarlo. Luego recordó con quién estaba
hablando y preguntó:
Fue una mentira a medias. Los gemelos no sabían quién era su padre y solo
Aaron creció con su madre biológica. Andrew fue entregado al sistema cuando tenía
solo unos días de nacido. Pasó trece años en el sistema y tres en el juzgado. No fue
hasta que fue puesto en libertad condicional anticipada que su madre dejó que Andrew
se mudara a casa. Cinco meses después murió en un accidente automovilístico. Neil
dudaba que Andrew asistiera al funeral.
—Yo no maté a mis padres —dijo Neil, pero no pudo continuar. El miedo era un
apretón de hierro alrededor de sus pulmones, haciéndole imposible respirar. Neil
confiaba en la historia que había juntado en su camino, pero no quería decirlo en voz
alta. Las palabras salieron en pedazos irregulares y esperaba que su lucha añadiera
realismo a las mentiras—. La familia de Riko lo hizo.
—Mi padre era una ardilla para un grupo que hacía negocios con los Moriyama.
En el gran esquema de las cosas, no valía mucho, pero conocía muchos nombres y
sabía cómo mover productos. Hizo algunos negocios con Edgar Allan, y así fue como
conocí a Kevin y Riko. No sabía quiénes eran en ese entonces. Estaba emocionado de
conocer a niños de mi edad. Pensé que íbamos a ser amigos. Entonces mi padre
comenzó a volverse arrogante, comenzó a volverse estúpido y trató de escatimar
pagos. Tomó dinero de los Moriyama que estaba destinado a su jefe. Ellos se
enteraron, por supuesto. Los Moriyama lo ejecutaron a él y a mi madre antes de que su
Traducción por:
jefe pudiera llegar a él. Tomé lo que había robado y corrí. He estado corriendo desde
entonces.
Andrew ya no sonreía, pero Neil sí. Lo sintió mientras se curvaba a través de sus
labios y supo que era una expresión enfermiza y espantosa. Se clavó las uñas en la
boca, tratando de quitarse la expresión de la cara, pero estaba congelada en su lugar.
Andrew no dijo nada durante tanto tiempo que Neil pensó que lo había echado a
perder, pero finalmente Andrew se movió. Wymack cambió su peso, listo para
intervenir si las cosas se ponían violentas, pero Andrew solo se paró frente a Neil.
—Déjame quedarme —dijo Neil en voz baja—. No estoy listo para dejar ir esto
todavía.
—Me habré ido para nuestro partido contra Edgar Allan —dijo Neil—. Ahora
no me veo como me veía entonces, pero no puedo arriesgarme a que la familia de Riko
me reconozca.
—Una voluntad tan inesperada de sobrevivir de alguien que no tiene nada por lo
que vivir. La próxima vez que tengamos una charla de corazón a corazón como esta,
tal vez le pida que lo justifique.
El alivio fue casi lo suficientemente fuerte como para ponerlo de rodillas. Neil
tomó una respiración lenta y entrecortada y cerró los ojos. A medida que la ira y el
miedo del día disminuyeron, se sintió exhausto y vacío. Tal vez la noche de Andrew
en Columbia había sido horrible, y tal vez nunca hubiera querido decir esas cosas en
voz alta, pero tener el aire despejado entre él y Andrew hasta cierto punto le quitó un
peso enorme de pecho. Había convencido a Andrew de que retrocediera y lo dejara en
paz. La Foxhole Court sería suya hasta el partido contra los Ravens. No era libertad y
no era seguridad, pero era espacio para respirar. Eso fue suficiente.
—De vuelta al dormitorio —dijo Andrew—. Tus compañeros de equipo nos han
estado molestando desde que regresamos, exigiendo que regresemos a Columbia y
recorramos las calles en busca de ti.
—Puede quedarse aquí si quiere —dijo Wymack—. Puedo llamar a Dan para
hacerle saber que está a salvo.
Hace un día, esas palabras podrían haber sido una orden o una amenaza, pero
hoy Neil solo escuchó la verdad. Había elegido a los Foxes. Había elegido confiar en
Andrew, fuera lo que fuera que eso significara y las consecuencias que traía en el
futuro. No había razón ni necesidad de esconderse detrás de Wymack ahora.
—Gracias por la ducha —le dijo Neil a Wymack—. Lavaré tu ropa y te la traeré
de vuelta el lunes.
Wymack debió haber llamado antes de todos modos, porque cuando regresaron
al dormitorio todos los Foxes estaban en el pasillo esperándolos. Kevin, Aaron y
Nicky estaban apoyados contra la pared cerca de la puerta de su suite. Los estudiantes
de segundo ciclo estaban en un pequeño grupo en el medio del pasillo fuera de la
habitación de Dan. Neil quería saltarse las preguntas y esconderse en su habitación,
pero tan pronto como estuvo lo suficientemente cerca Dan lo agarró por los hombros y
lo palmeó por las heridas.
—El entrenador dijo que hiciste autostop para regresar aquí —dijo Dan—. Te
gritaría por ser estúpido, pero el entrenador dijo que ya lo manejó.
—Lección aprendida —dijo Neil—. La próxima vez llamaré para que me lleve.
—No habrá una próxima vez. —Dan soltó un profundo suspiro y se frotó la
cara—. Ven.
Regresaron a la suite de Neil. Seis montones de cartas yacían boca abajo en los
vivos de un juego interrumpido y estaban rodeados por un cementerio de latas de
cerveza arrugadas. Allison y Seth estaban hurgando en la nevera cuando Neil pasó.
Renee continuó hasta la sala de estar para buscar sus tarjetas, pero Dan y Matt
siguieron a Neil al dormitorio. Se detuvieron en la puerta y vieron como Neil se dirigía
a su caja fuerte. Neil trazó las líneas con los dedos y tiró de la cerradura de
combinación. No parecía alterado, pero no podía comprobar el contenido con una
audiencia.
Neil esperó hasta que sus voces se desvanecieron antes de abrir su caja fuerte.
Encontró todo donde se suponía que debía estar. Cuando volvió a colocar la cerradura
en su lugar, se dio cuenta de que le temblaba la mano. Levantó sus dedos temblorosos
donde podía verlos mejor y se preguntó por el aleteo igualmente débil en su pecho.
La esperanza era algo peligroso e inquietante, pero pensó que, tal vez, le
gustaba.
9
Neil no volvió a ver al grupo de Andrew hasta las prácticas del lunes. Estaba
feliz de mantener las distancias, y parecía que finalmente habían perdido interés en él.
Traducción por:
—La próxima vez que venga por ti, me seguirás —dijo Kevin.
Kevin los ignoró y empujó una pelota de Exy con fuerza contra el pecho de
Neil.
—Vámonos.
Neil vaciló, pero no tuvo mucho tiempo para decidirse. Seth y Matt se acercaban
rápidamente detrás de él listos para una pelea. Neil extendió el brazo para detenerlos.
Si Seth estaba al frente, podría haber pasado a toda velocidad por delante de Neil para
poner sus manos en la garganta de Kevin, pero Matt se detuvo en seco.
Seth resopló y se marchó furioso, pero Matt se trasladó al pasillo para ver como
Kevin y Neil se iban. Neil no miró hacia atrás, sino que siguió a Kevin escaleras abajo
hasta el estacionamiento trasero. Ahora había más coches de los que había a principios
del verano, pero Neil no había visto caras nuevas en el dormitorio. Cualquiera que sea
el equipo al que se mudaba estaba en un piso diferente de la línea de Exy y Neil no
tenía prisa en jugar a conocerse.
Andrew estaba en el asiento del conductor, con los brazos cruzados sobre el
volante para hacer una almohada para su cabeza. Tenía los ojos cerrados y no se movió
cuando Kevin abrió la puerta del pasajero. Kevin se inclinó y lo miró.
—El día que te deje conducir mi coche será el día en que me muera —dijo
Andrew—. ¿Vas a entrar o nos vamos a la cama?
Kevin los dejó atravesar las puertas y entrar en el vestuario con sus llaves.
Andrew esperó en el vestíbulo mientras Kevin y Neil se cambiaban el equipo de la
cancha, observó cómo recogían sus raquetas y algunos equipos y los siguió hasta el
ring interior. Cuando Kevin y Neil fueron hacia la puerta de la cancha, él subió las
escaleras hacia las gradas para esperarlos.
Kevin echó el cerrojo a la puerta de la cancha detrás de ellos, dejó las pelotas y
su raqueta a un lado y consiguió que Neil se moviera de inmediato. Corrieron un par
de vueltas a lo largo del interior de las paredes de la cancha, hicieron intervalos con las
líneas de la cancha y se estiraron en media cancha. Cuando Kevin estuvo satisfecho,
comenzó a realizar ejercicios. Comenzaron con un simple juego de atrapar y
rápidamente pasaron a ejercicios más complicados. Neil reconoció solo a algunos de
ellos. Los que no conocía eran más difíciles de captar y la impaciencia de Kevin,
ausente los dos últimos días de práctica, provocó una reaparición poco amistosa.
El último ejercicio que hicieron fue el más difícil. Kevin tomó conos del
vestuario y los colocó en una línea de seis. El nombre del juego era rebotar la pelota
contra la pared de la cancha de manera que derribara los conos. No era suficiente tener
un lanzamiento preciso; Neil tenía que ser preciso y poderoso. No esperaba que fuera
tan difícil, pero nunca antes había necesitado tanta precisión de horquilla. Los rebotes
se utilizaban al pasar el balón a los compañeros de equipo al otro lado de la cancha.
Los compañeros de equipo eran objetivos inteligentes y móviles que podían reaccionar
a la trayectoria de una pelota, mientras que estos conos eran objetivos estáticos.
Traducción por:
La primera vez, Neil logró alcanzar un gran total de un solo cono. Kevin
consiguió tres de sus seis, pero lo estaba haciendo con su mano más débil, por lo que
sus errores no hicieron que Neil se sintiera mejor.
—¿El maestro?
—El Entrenador Moriyama —dijo Kevin después de una pausa. Neil pudo
escuchar la mueca en la respuesta de Kevin, pero no sabía si era porque Neil estaba
haciendo que Kevin dijera su nombre o porque había cometido un error tan obvio.
Kevin se recuperó cambiando su raqueta a su mano izquierda y dándole un giro
experimental—. Llámalos por mí. No pares.
Neil no pensó que fuera una buena idea que Kevin jugara como zurdo, incluso si
habían pasado seis meses desde su asalto, pero no discutió. Contó los conos en orden
aleatorio con solo un segundo entre los números. Kevin no esperó a que terminara,
sino que se movió con él, recogiendo pelotas del suelo frente a él y arrojándolas a la
pared. Los seis disparos aterrizaron, haciendo que los conos de Kevin se cayeran en el
orden exacto en que Neil llamó. Kevin golpeó el último cono con suficiente fuerza
para hacer que rodara varios pies.
Entre las peleas internas de los Foxes la semana pasada y el acoso de Kevin
durante todo mayo, Neil casi había olvidado por qué le gustaba tanto el Exy. Hizo todo
lo posible en las prácticas, pero en estos días trabajó principalmente para mantener
alejados a sus compañeros de equipo. Mientras Neil inspeccionaba el daño de Kevin,
finalmente se sintió inspirado de nuevo. Sobre sus talones había una hambrienta y
desesperada carrera.
de precisión Raven. Cuando domines este, seguiremos adelante. Nos reuniremos todas
las noches de la semana, excepto el viernes, hasta que pueda hacerlas todas mientras
duerme.
—Él es la única razón por la que puedo quedarme aquí, así que sí —respondió
Kevin—. Ahora cállate y practica. Estamos semanas atrás de donde deberías estar en
este momento.
Pasaron la siguiente media hora en ese mismo ejercicio antes de pasar al juego
de pies. Kevin dio por terminado a las doce y media. Neil se sintió decepcionado por
detenerse después de solo dos horas, pero mientras ayudaba a Kevin a recoger sus
pelotas y conos, la fatiga comenzó a aparecer. Estaba bostezando cuando siguió a
Kevin fuera de la cancha.
Kevin fue a las gradas para buscar a Andrew, por lo que Neil se dio una primera
ducha poco común. Estaba a la mitad cuando Kevin se le unió. Neil se secó y se vistió
con el calor pegajoso de la ducha y fue al vestuario para dejar su uniforme. Esperó allí
a Kevin, y luego siguió lo siguió al salón para recoger a Andrew cuando salían.
Andrew no dijo nada a ninguno de los dos mientras conducía de regreso al dormitorio,
y subieron las escaleras hasta el tercer piso en silencio.
—¿Estás bien?
Neil sabía que no lo haría. Estaría cansado y adolorido, pero se levantaría para
poder regresar a la corte. No valía la pena discutir sobre ello, así que murmuró algo
ininteligible y precedió a Matt en el dormitorio. Matt se metió en la cama mientras
Neil recogía su ropa de dormir, y cuando Neil terminó de cambiarse, Matt ya estaba
dormido. Neil trepó por la escalera hasta su litera y se desmayó tan pronto como su
cabeza golpeó la almohada.
Se sintió como solo cuestión de segundos antes de que su alarma sonara para
despertarlo nuevamente. Neil revisó dos veces su reloj para asegurarse de que estaba
bien, se limpió el cansancio de los ojos y bajó la escalera para prepararse para el día.
Los primos todavía no tenían nada que decirle a Neil, pero Neil notó que Nicky
observaba a Kevin y Neil de vez en cuando durante la práctica. Parecía que no se
había perdido el hielo descongelado entre los dos. Neil esperó a que dijera algo, pero
cada vez que Neil lo miraba, éste fingía encontrar algo más fascinante de repente. Neil
lo dejó pasar, sin querer ser el primero en romper el silencio después de lo que Nicky
había ayudado a Andrew a hacerle en Columbia.
Excepto cuando Nicky finalmente habló, fue en alemán, y no fue hacia Neil.
—¿A qué te refieres con que no es nuestro problema? —Nicky preguntó, pero
Aaron no respondió. Nicky esperó pero perdió la paciencia al poco tiempo—.
¿Realmente estamos haciendo esto de nuevo? ¿Quieres pelear con estos chicos hasta la
graduación?
—No puedes vivir así, Aaron. No puedo vivir así. Es agotador y deprimente.
—Bien.
—¿“Bueno”? ¿“Está bien”? Esto no está bien. Jesús. A veces te pareces tanto a
Andrew que es horrible.
—Vete a la mierda.
—Oye —dijo Matt en voz alta—. Córtenlo, ustedes dos. ¿Qué demonios?'
Aaron se levantó del banco y salió furioso, dejando a Nicky mirándolo con el
ceño fruncido. Matt miró de la puerta a Nicky, frunciendo el ceño.
—¿Nicky? —preguntó.
Nicky fingió una mirada herida e inclinó todo su cuerpo hacia Matt.
Traducción por:
Matt miró a Kevin, luego a Neil, esperando que uno de ellos lo respaldara.
Kevin lo ignoró, por lo que Neil se encogió levemente de hombros. Matt lo dejó y
terminó de prepararse. Nicky recogió lo último de su uniforme y se fue un par de
segundos después. Neil lo vio irse.
Neil no sabía a qué juego estaba jugando Andrew ni qué esperaba obtener a
cambio de su silencio. Vigiló a Andrew cuando regresó de la oficina de Betsy Dobson,
pero cuando pudo haber tenido la oportunidad de preguntar, la dejó pasar. Andrew
estaba drogado y feliz; Neil no quería que cambiara de opinión en un estallido de
diversión alocada.
Esa noche Kevin volvió a estar en su puerta. Neil dio las buenas noches a sus
descontentos compañeros de equipo y siguió a Kevin hasta el coche. Andrew estaba
fumando en el asiento del conductor, pero apagó su cigarrillo a su llegada. Los llevó al
estadio, esperó a que se cambiaran y subió a las gradas mientras continuaban hacia la
cancha.
Neil miró por encima del hombro a las gradas, pero no pudo ver a Andrew.
—¿No está aburrido de esto ya? Él nunca va a practicar contigo, así que, ¿por
qué te toma el pelo?
—Vámonos.
***
—Aquí viene —dijo Matt—. Estarán sobre nosotros como blancos sobre arroz.
El teléfono del entrenador va a estar sonando durante semanas.
Seth miró a Matt. —Te dije que este chico era estúpido.
—¿Por qué lo odias tanto —aclaró Neil—, que le desearías tal cosa?
—Porque estoy harto de que obtenga todo lo que quiere sólo porque es Kevin
Day —dijo Seth. Cuando Matt comenzó a decir algo, Seth lo señaló con un dedo de
advertencia y siguió adelante—. ¿Sabes lo que te da la fama, cara de mierda? Todo.
Traducción por:
Todo lo que tiene que hacer es pedirlo y alguien se lo dará. No importa qué. No
importa quién. El mundo se muere por darle todo lo que quiere. Cuando se rompió la
mano, sus fans lloraron por él. Inundaron nuestro vestuario con cartas y flores. El
increíble Kevin Day ya no puede jugar, dijeron. Sus vidas habían terminado. Llorarían
la pérdida para siempre. Pero dime —dijo Seth, inclinándose hacia adelante en el sofá
para mirar a Neil—, ¿cuándo fue la última vez que alguien lloró por ti? ¿Nunca,
verdad? Están ahí para Kevin en cada paso del camino, pero ¿dónde estaban cuando
los necesitábamos?
—Su vida no es más importante que la mía solo porque tiene más talento.
—Tienes que admitir que tu actitud hace que sea difícil que alguien se preocupe
por ti —dijo Neil—. Kevin y tú tienen actitudes imposibles, pero él puede jugar mejor.
Por supuesto que lo eligieron a él.
—Te estoy animando —dijo Seth—. Los animo a todos a dejar de ser estúpidos.
No llegarán a ningún lado mientras juegues para este equipo.
—No puedo creerles a ustedes dos —dijo Matt al fin. Ninguno de los dos le
respondió. Matt miró al techo en busca de respuestas y luego dijo: —Supongo que
nuestros planes para la cena están acabados. No voy al centro si la prensa está fuera de
lugar; no me importa cuántos policías del campus nos dio Chuck. Veamos cómo hacer
el pedido y ver una película o algo. Ustedes siéntense aquí y revuélquense en su auto
derrota o algo así mientras yo consulto con Dan.
Seth se burló de la espalda de Matt cuando Matt se fue, luego miró a Neil.
10
Las clases estaban programadas para comenzar el jueves 24 de agosto, por lo
que la práctica del miércoles fue un poco complicada. Neil había olvidado que se
Traducción por:
suponía que los Foxes se reunirían con la psiquiatra Betsy Dobson antes de que
comenzara el semestre. Wymack los programó para ir en parejas durante la mañana y
trató de prepararlos de una manera que no dejara huecos en sus líneas de golpeo. Matt
y Dan fueron primero, luego Aaron y Kevin, Seth y Allison, y Nicky y Andrew. Neil y
Renee fueron los últimos en irse.
—Es divertido decirle a Kevin que no —dijo Andrew con una sonrisa maliciosa.
—¿Nos vamos?
Después de evitar con éxito estar a solas con Renee durante todo el verano, Neil
se quedó con ella durante el viaje por el campus hasta el Centro Médico Reddin.
Quería preguntarle por qué ella y Andrew se llevaban tan bien, pero no quería iniciar
una conversación, así que miró fijamente por la ventana y esperó que ella entendiera la
indirecta. De alguna manera lo hizo, y llenó el silencio entre ellos con la radio.
Había más coches en Reddin de los que Neil esperaba, pero sabía que no debería
sorprenderse. El año escolar estaba a la vuelta de la esquina. La Fox Tower estaba
llena ahora y había visto tráfico alrededor del campus mientras el resto del cuerpo
estudiantil se trasladaba a los otros dormitorios. Las largas prácticas y las noches
pasadas en su habitación significaban que había evitado a casi todos hasta ahora, pero
la gente seguía apareciendo en su dormitorio buscando a Matt o Seth. Neil hizo todo lo
posible por mantenerse fuera de la vista cada vez que alguien llamaba, ya que
Wymack aún no había revelado su nombre ni su rostro al ERC. Neil quería proteger su
anonimato todo el tiempo que pudiera.
Lo que pareció una eternidad después, Renee regresó con una mujer pisándole
los talones. La Dra. Betsy Dobson tenía cabello castaño pálido hasta la barbilla y
algunas curvas adicionales. Años de sonrisas se grabaron en su rostro de la forma en
que solo la calidez genuina podía dejar cicatrices. Parecía amigable, pero no era
inofensiva. Los ojos marrones que lo miraban a través de gafas de montura estrecha
eran brillantes e inteligentes. A Neil le disgustó al instante, debido a los nervios y una
seria desconfianza en su profesión.
Solo había una puerta abierta y el nombre de Betsy estaba en una placa al lado.
Neil se invitó a entrar y miró a su alrededor. Una silla y un sofá se enfrentaron con una
pequeña mesa de café entre ellos. Una pequeña planta en maceta estaba en el centro de
la mesa, y las almohadas estaban cuidadosamente colocadas tanto en el sofá como en
la silla. En el escritorio de la esquina no había nada excepto un plato caliente y una
tetera. Había una pequeña estantería contra la pared, pero solo los tres estantes
inferiores tenían libros. El de arriba estaba cubierto de chucherías de vidrio, pero
incluso en su desorden parecían limpios, ya que estaban todos equidistantes entre sí.
—Pero es agosto.
—El chocolate es bueno en cualquier época del año, ¿no crees? —dijo Betsy.
Betsy sacó una taza y un recipiente con chocolate de uno de los cajones de su
escritorio.
—Como sabes, hoy es una cita informal para que podamos conocernos. Esta no
es una sesión formal en la que analizaré todo lo que diga para obtener comentarios y
consejos, así que no te preocupes demasiado por ello. ¿Has visto a un consejero antes?
—No —dijo Neil—. No sé por qué tengo que estar aquí hoy.
Traducción por:
—Palmetto State lo adoptó como política hace unos años —dijo Betsy—. La
junta espera mucho de todos sus estudiantes y más de sus representantes atléticos. De
esta manera, te están permitiendo una forma de descargar algo de la presión y el estrés
que te están imponiendo.
—Millport, Arizona.
—Es un lugar pequeño —dijo Neil—. Las únicas personas que viven allí son
demasiado mayores para mudarse o demasiado jóvenes para escapar. No hay nada que
hacer excepto jugar deportes o bingo. Solo nos mudamos allí porque está a medio
camino entre Tucson y Phoenix. Mi madre trabajaba en uno y mi padre en el otro.
—¿Qué hacen?
12
CDL Training: Entrenamiento para conducir camiones comerciales.
Traducción por:
—¿Lo hace?
—Cuando dices que piensas que están locos, ¿quieres decir que te sientes
amenazado por ellos?
—Quiero decir que tienen problemas —dijo Neil—. Sabes más que yo. El
partido del viernes probablemente será un desastre, pero no creo que nadie se
sorprenda.
—Sí y no —dijo Neil—. Sé que no soy lo suficientemente bueno para jugar con
un equipo de Clase I, pero quiero intentarlo. Veo muchos partidos en la televisión,
pero nunca he estado en un estadio real la noche del partido. Usábamos un campo de
fútbol en Arizona en el que apenas cabían dos mil personas. El entrenador dijo que ya
hemos vendido las entradas para la noche de apertura. Quiero ver cómo se ve la corte
cuando está lleno. Apuesto a que es una locura.
—Lo respeto —dijo Betsy—. Ojalá pueda ganarme tu confianza con el tiempo.
Neil no planeaba volver a verla nunca más, sin importar todas sus promesas de
una próxima vez, así que se fue con un neutral:
—Con suerte.
Renee se puso de pie, se despidió de Betsy de nuevo y se fue con Neil al coche.
Mientras abría las puertas, miró por encima del techo a Neil y dijo:
—Eso no fue tan malo, ¿verdad? Andrew estaba convencido de que sería un
desastre. Puso dinero en que odiaras a Betsy.
—¿Apostaste en su contra?
—Sí —dijo Renee—. Fue una apuesta privada entre nosotros dos.
Neil pasó el verano difuminando la verdad con sus compañeros de equipo, pero
media hora hablando con Betsy lo habían dejado demasiado cansado como para
preocuparse en este momento. Ayudó un poco que la honestidad en este caso pusiera a
Renee en desventaja. Andrew podría ser un problema, pero era más fácil de entender
que las amables sonrisas de Renee.
—Espero que no hayas perdido mucho —dijo Neil—. ¿Por qué Andrew te
tolera, de todos modos? Ustedes dos deberían odiarse por principio.
Tenía que haber algo más en Renee que sus joyas cruzadas y bonitas sonrisas si
se había clasificado para un lugar en el equipo roto de Wymack, Neil lo sabía, pero no
había pensado que la había juzgado tan mal. Reflexionó sobre todo lo que podría estar
mal con ella, desde personalidades divididas hasta locura clínica. Ninguna de sus
teorías parecía plausible, pero lo mantuvo ocupado durante el viaje de regreso al
estadio.
—Muy bien, gusanos —dijo Wymack, chasqueando los dedos para que todos
los ojos estuvieran en él—. La escuela comienza mañana, lo que significa que
cambiaremos nuestros horarios de práctica. Las mañanas van a empezar a las seis en el
gimnasio. Las prácticas de la tarde serán aquí a las tres. He visto sus horarios. Sé que
pueden llegar a tiempo, así que ninguno de ustedes llega tarde, ¿me oyen?
—Él solo sabe que tiene que jugar bien para su programa. No quiere que veas su
lado civilizado. ¿Te imaginas cómo reaccionarían sus fans si vieran al verdadero
Kevin Day?
poco. Kevin, despierta a ese idiota sin recibir un puñetazo en la cara. No necesito que
empieces el año escolar con un moretón.
—Lo tengo. —Nicky hizo una mueca y le dio a Andrew una fuerte sacudida.
—Kevin puede resumirlo más tarde —dijo Wymack—. Sal de aquí antes de que
decida que es mejor que hagas más vueltas.
***
La práctica matutina terminó a las ocho de la mañana siguiente para que los
Foxes pudieran llegar a su primera clase a tiempo. Estaba lo suficientemente cerca.
Neil finalmente aceptó la oferta de Matt de llevarlo de regreso al dormitorio. Se
cambió la sudadera matutina por algo más apropiado para la clase, agarró su bolso y
salió por la puerta a tiempo para unirse a la pequeña ola de atletas que se dirigían hacia
la colina de la Fox Tower. La mayoría de los alumnos vestían sus camisetas como
celebración del primer día, por lo que la acera junto al paso de peatones era una
monstruosidad de color naranja y blanco. La intención de Neil era mezclarse tanto
Traducción por:
como pudiera, por lo que optó por saltarse la tradición. Mañana no tendría elección; Se
esperaba que todo el equipo estuviera en colores el día del partido.
Llegó a su clase de inglés con tiempo de sobra, así que se las arregló para
agarrar un asiento en la esquina trasera. La profesora no apareció hasta que sonó la
campana, y luego entró brincando con rizos volando. Era una asistente de enseñanza
alegre que actuaba como si la composición de los estudiantes de primer año fuera lo
mejor que habían estudiado en Palmetto State. Neil la siguió mientras repasaba el
programa de estudios y decidió que estaba loca. En lugar de exámenes parciales,
tendrían informes de diferentes plazos. Neil se sintió repentinamente agradecido por
las horas de tutoría que tenía que dedicar a sus días. Había hecho que la programación
y el registro fueran un dolor de cabeza, pero al menos podría obtener ayuda con esto.
Él era un escritor promedio en el mejor de los casos, y esa dama dejó en claro que el
promedio no sería suficiente.
Lo único que quería cubrir ese día era el plan de estudios y las breves
presentaciones personales. Tan pronto como terminó, los despidió con una alegre
despedida hasta el martes siguiente. De ahí pasó a química, que era una clase lo
suficientemente grande como para que se llevara a cabo en un auditorio. Neil ocupó un
lugar en la fila superior. Era imposible ver el tablero desde donde estaba, pero al
menos tenía una pared a la espalda.
El comedor estaba lleno cuando llegó Neil, aunque podría haber parecido
ocupado porque solo había capacidad para un centenar de personas. Pasó su tarjeta de
comida en la caja registradora, recogió una bandeja y trató de empacar suficiente
comida para alimentarlo hasta el final de la práctica a las ocho en punto esa noche.
Después podría regresar al dormitorio, ya que había programado la mayoría de sus
clases los lunes, miércoles y viernes.
Su habitación estaba vacía cuando llegó, por lo que Neil se sentó en su escritorio
con su programa de estudios. Era solo el primer día de clases y ya tenía tres tareas: un
trabajo corto, un capítulo de cincuenta páginas para leer y una página de preguntas
sobre dicho capítulo. Neil debatió durante un minuto cuál sonaba menos dolorosa.
Cinco minutos después, todavía no estaba inspirado, por lo que apoyó la cabeza en su
escritorio.
Traducción por:
—Estoy bien —dijo Neil. Sabía que nunca abandonaría esas prácticas. Si tenía
que elegir entre el trabajo de clase y Exy, la respuesta era obvia. Neil solo estaría ahí
un par de meses más. No iba a perder ni un segundo de su tiempo en la corte sin
importar lo que le costara.
—Lo dices muchísimo —dijo Matt—. Estoy empezando a pensar que no sabes
lo que significa.
Realmente no había una buena manera de responder eso, así que Neil lo dejó
pasar. Por suerte, Matt no lo presionó, sino que cruzó la habitación hacia su
computadora. Neil pasó la última media hora hasta la práctica pensando en octubre y
en los Ravens.
Traducción por:
11
La emoción del jueves no tuvo nada que ver con la del viernes. Toda la escuela
se vistió durante la noche con serpentinas de color naranja y blanco vibrantes. Cintas y
pancartas colgaban de cada lámpara de la acera. Las bandas de estudiantes en vivo se
apoderaron del anfiteatro para conciertos cortos y el periódico estudiantil publicado
esa mañana dio detalles para el desfile de la tarde. Las porristas deambulaban por el
campus en pequeños grupos, haciendo alarde de sus faldas cortas y sonrisas brillantes
y aumentando el espíritu escolar donde podían.
El tráfico alrededor del campus ese día fue terrible, ya que los espectadores se
inundaron y se prepararon para los partidos de apertura en casa consecutivos del fin de
semana. Ninguno de los Foxes esperaba ganar esa noche, ya que estaban abriendo la
temporada contra sus rivales de toda la vida, Breckenridge. Hasta que Edgar Allan
hizo su movimiento, Breckenridge había sido la escuela más grande y mejor
clasificada del distrito. Afortunadamente, las posibilidades del equipo de fútbol para el
partido del sábado por la tarde eran mucho mejores. Sería demasiado decepcionante si
Palmetto perdiera los dos juegos iniciales.
La policía del campus salió con toda su fuerza ese día, ayudando a dirigir el
tráfico y asegurándose de que los invitados no interrumpieran las clases. Neil odiaba
ver sus uniformes azules, pero tenerlos cerca era mejor que tratar con la prensa. Ya
tenía suficientes problemas para llevarse bien con sus compañeros de clase ahora que
vestía su camiseta de Exy. Causaba una pequeña interrupción dondequiera que fuera.
Neil quería faltar a la clase y esconderse en la Fox Tower hasta la hora del juego, pero
a los atletas no se les permitía faltar sin una excusa médica legítima. Alguien del
comité de atletismo estaría todo el día contando cabezas a través de las ventanas de las
aulas, y Wymack sería el primero en enterarse de que Neil estaba ausente.
todo el verano para asegurarse de que funcionara. Sin embargo, a partir de esta
mañana, su nombre estaba en todas partes.
Casi tan perturbador fue descubrir que Andrew no le había mentido a Neil en
mayo. En casi todos los artículos que hablaban de la patética experiencia de Neil, se
decía que Kevin tenía grandes esperanzas en él. Kevin realmente había dicho que Neil
algún día sería profesional. Fue una declaración audaz de un ex campeón, y solo se
sumó a la intriga que rodea al décimo jugador de los Foxes. Las miradas que Neil
seguía recibiendo hicieron que se le erizara la piel, pero Matt los mantuvo moviéndose
entre la multitud sin problemas.
Era la primera vez que Neil estaba a solas con ellos, y fue mejor de lo que
esperaba. Estaban en una etapa “activa” en su relación, lo que ayudó. Hablaron
principalmente entre ellos, dejándose solo unas pocas palabras para él, pero Neil
estaba contento de mirar. Ver a Seth actuar de otra manera que completamente hostil
era fascinante, pero aún no sabía lo que Allison veía en él. Una chica con su dinero y
conexiones podría haber tenido a cualquiera y cualquier cosa, pero eligió ser una Fox
y salir con Seth. Neil pensó que nunca entendería esa decisión.
—¿Renee?
Lo único que los Foxes tenían en común, además del Exy y las dificultades, era
su extraña obsesión por apostar por las cosas más estúpidas. Neil lo había descubierto
solo dos semanas después de la práctica. No pasaba una semana en la que no había
dinero para una cosa u otra.
—Renee promete que nunca sucederá. Yo le creo —dijo, mirando a Seth como
si lo desafiara a discutir. Apuñaló a su pollo y se quedó callado. Allison señaló con un
trozo de pan a Neil—. Te estás quedando sin tiempo para encontrar una cita. Pídele a
Aaron que te haga una cita con una Vixen. Estoy seguro de que Katelyn conoce una o
dos caras bonitas.
Lo último que Neil quería hacer era engancharse con una animadora. No tenía
buenos recuerdos del equipo de la escuela secundaria de Millport.
—¿Quién es Katelyn?
Seth y Neil terminaron un par de minutos después. Seth llevó a Neil a su clase
de oratoria. Dan se reunió con Neil después y lo acompañó a través del campus hasta
Traducción por:
la Fox Tower. Ella lo dejó en el cruce de peatones, ya que todavía tenía otra clase a la
que ir antes de terminar el día.
Neil estaba demasiado tenso desde la mañana para seguir ese consejo, pero de
todos modos se dirigió directamente a su cama.
Había vivido en varias ciudades como Millport a lo largo de los años y se había
ocupado de la curiosidad y la desconfianza de las pequeñas ciudades la mayor parte de
su vida. De alguna manera Palmetto State se enfadó más en su contra, tal vez porque
su camiseta y su lugar en el equipo exigían que la gente le prestara atención. No podía
desvanecerse en el fondo aquí, no con estos colores y no después del juego de esta
noche. Había veintiún mil personas matriculadas en la Universidad Estatal de
Palmetto. Neil ya no jugaba para sí mismo; estaba jugando para representarlos.
La práctica del viernes por la tarde fue cancelada debido al juego. Se esperaba
que el equipo estuviera en el estadio a las seis y cuarto para su servicio de las siete.
Matt recogió a Neil del dormitorio a las cinco y media para una cena ligera con los
estudiantes de segundo ciclo. Dan terminó primero y fue a revisar el grupo de Andrew.
Su expresión era sombría cuando regresó, pero Matt le dio un apretón tranquilizador
en la mano.
—Hay algo que aún no te hemos contado —dijo Dan—. Te lo íbamos a decir
hace un tiempo, pero tú y Andrew estaban teniendo tantos problemas que pensamos
que esperaríamos. No sabíamos cómo reaccionarías.
—Así que Andrew está técnicamente obligado por ley a tomar su medicación,
¿verdad?
Neil tenía la sensación de que sabía hacia dónde iba esta conversación, pero no
lo creía.
—Hizo un trato propio con el entrenador —dijo Dan—. La única razón por la
que firmó con nosotros es porque el entrenador aceptó dejarlo salir de sus drogas para
las noches de juegos. El entrenador nos lo pasó primero porque somos nosotros los
que estamos en la corte con él, pero nadie más puede saberlo. Ni siquiera Betsy sabe
que lo hace. Ella es su doctora; tendría que ponerle fin.
—No está enfermo todavía —dijo Matt. Levantó la mano a la altura de los
ojos—. La abstinencia de Andrew es un proceso de tres etapas. Imagina que estás muy
drogado todo el día. Entonces, de repente, dejas de drogarte. Primero te estrellas.
—Golpeó su mano hasta la altura de la cintura—. Esa es la etapa uno. No se enferma
hasta la etapa dos.
Neil supuso que así dormía Andrew durante todo el trayecto hasta Columbia.
Casi llegó hasta Sweetie's antes de enfermarse violentamente.
—No se pondrá tan mal esta noche —dijo Dan—. Además, estarás a la mitad de
la corte de él. Pensamos que deberías saberlo, incluso si es un par de meses tarde. ¿Vas
a estar bien con esto?
No era la verdad completa, pero Neil no sabía cómo expresar con palabras las
reservas que le quedaban. Andrew dijo que odiaba este juego, así que ¿por qué
empeoraría las cosas al dejar las drogas por ellos? Al menos medicado, podría
encontrar entretenidos los partidos. La única suposición que tuvo Neil fue que Andrew
odiaba su medicina más de lo que odiaba el Exy. Eso fue interesante de considerar,
pero Neil no tuvo tiempo de pensar en eso esta noche.
Salieron temprano del dormitorio, pero el tráfico estaba tan atascado que casi
llegaron tarde. El estadio se había convertido en un manicomio en algún momento
entre los entrenamientos de la mañana y ese momento. Los estacionamientos estaban
abarrotados y la seguridad estaba en todas partes, dirigiendo a los fanáticos y vigilando
las tonterías de los borrachos. Todas las puertas estaban abiertas y los guardias que las
manejaban portaban detectores de metales. Una hilera de coches de policía y dos
ambulancias dejaban libre el paso a los coches de los atletas. Dos guardias estaban
afuera de su puerta, y después de una revisión superficial para asegurarse de que
ninguno de ellos llevara nada ilegal al estadio, se les permitió ingresar a su vestuario.
Nadie tardó en darse cuenta de que Neil y Kevin estaban en el patio interior.
Cuando la sección más cercana se volvió loca, el sonido encendió una pequeña ola en
las gradas. Orange Notes, la banda del campus, todavía estaba ingresando a su sección,
pero reaccionaron a la emoción sin cuestionar. La línea de batería sonó a un ritmo
feroz y un par de trompetas comenzaron la canción de lucha de la escuela. Unos
segundos más tarde, los estudiantes se unieron, gritándose las palabras entre sí y al
patio vacío.
—No pierdas su tiempo esta noche —dijo Kevin en su oído—. Vinieron a verte
jugar, así que dales algo en lo que creer.
—No están aquí para mí —dijo Neil—. Están aquí para ver al famoso Kevin
Day.
—Cámbiate.
Wymack los llamó al vestíbulo cuando tenían todo su equipo puesto y les pasó
la lista de los Breckenridge Jackals. Matt echó un vistazo a la alineación inicial e hizo
una mueca.
—Al menos nos están tomando en serio desde el principio —dijo Aaron.
—Es fácil de decir para la defensa. —Allison tomó la lista de Matt y se la dio a
Seth.
—También es tonto como un ladrillo, por lo que el año pasado se quedó fuera de
los campeonatos a prueba académica —dijo Matt—. Es una especie de ritual anual
para él.
Neil miró a Andrew ante eso. Andrew se veía bien hasta ahora, pero tal vez
todavía estaban demasiado lejos del primer servicio para que él sintiera alguna
retirada.
—Abridores en la línea: Seth, Kevin, Dan, Matt, Aaron, Andrew. Tengo tres
suplentes en cada mitad, por lo que todos tendrán un intercambio excepto los porteros.
Kevin, estás fuera si te pica la mano. No seas estúpido esta noche.
Traducción por:
Kevin hizo una mueca pero dejó de discutir. Eso fue lo suficientemente bueno
para Wymack y Abby, por lo que enviaron a los Foxes a buscar sus cascos y raquetas.
Se alinearon en la puerta en orden de posición de juego, con Dan fuera de lugar al
frente como su capitán. Wymack tenía un auricular que lo conectaba con la cabina del
locutor. Cuando escuchó el visto bueno, llevó a su equipo a los bancos. El casco de
Neil ahogó algunos de los gritos de la multitud, pero sus oídos aún zumbaban cuando
siguió a los Foxes a la cancha.
Neil sabía que el equipo Foxes eran el equipo más pequeño de la NCAA y
Breckenridge uno de los más grandes, pero no esperaba que la diferencia se sintiera
tan grande. Los Jackals bronceados y negros parecían apiñados en su mitad, haciendo
que los Foxes parecieran patéticos y pequeños en la suya. Neil trató de no sentirse
intimidado. Cuando eso falló, puso todo lo que tenía en ejercicios de calentamiento.
Los veinte minutos pasaron volando más rápido de lo que él pensaba y los árbitros los
sacaron de la cancha: los Jackals por la puerta norte, los Foxes por el sur.
La voz del locutor apenas llegó al ruido de la multitud, pero a medida que se
acercaba la hora del juego, alguien pensó en subir el volumen. Cuando llamó a las
listas del equipo, su voz resonó en las paredes de la corte. Mientras se pronunciaban
sus nombres, los Foxes levantaron sus raquetas en un saludo silencioso. La multitud
rugió en respuesta a cada uno, y la línea de batería de Orange Notes golpeó todo lo que
sus baquetas pudieran alcanzar.
Los seis árbitros del juego abrieron las puertas a ambos lados de la cancha y
entraron. A su señal, Dan y el capitán contrario se unieron a ellos en media cancha
para un apretón de manos obligatorio y el lanzamiento de una moneda. El árbitro
principal señaló el primer servicio para los Jackals y la cancha local para los Foxes.
Traducción por:
Tres árbitros siguieron a cada capitán y se colocaron a lo largo de la pared cerca de las
líneas de la cancha.
—Sal y haz que se arrepientan de haber aparecido esta noche. Quiero a mis
sustitutos en la pared animándolos, pero si tropiezan con un árbitro, los cortaré.
Vámonos.
Dan llevó a sus jugadores a la puerta y golpeó la pared cuando estuvieron listos.
El locutor canceló la alineación inicial de los Foxes de ofensiva a defensiva. Kevin fue
el primero en entrar a la cancha, y todo el estadio tuvo un ataque al verlo. No
importaba a qué escuela apoyaran los fanáticos; Kevin vestía uniforme después de
ocho meses de ausencia. Todas las predicciones decían que nunca volvería a jugar,
pero llevaba una raqueta a media cancha como si siempre hubiera sabido que
regresaría.
Breckenridge fue el siguiente. Nicky señaló a Gorila tan pronto como el jugador
hizo su entrada, pero Neil no necesitó ayuda para localizarlo.
—Recuerda agradecer a Seth y Kevin más tarde por haber sido aplastados en tu
lugar.
Podría haber estado bromeando, pero Neil asintió de todos modos. Cualquiera
que pudiera hacer que Matt pareciera delicado no era alguien a quien Neil quisiera
enfrentar en la cancha.
—Está bien.
Los árbitros cerraron las puertas con un estruendo y las cerraron con llave.
Había rejillas de ventilación y ventiladores a lo largo del techo para mantener el aire
circulando en la cancha. Las rejillas de ventilación dejarían escapar ecos de servicios y
controles, pero los jugadores tendrían que gritar para que sus voces se filtraran al
estadio. Neil no sabía lo que se estaban diciendo el uno al otro ahora mientras
esperaban que comenzara el juego, pero dudaba que fuera agradable ver cómo Seth
estaba haciéndole gestos obscenos a uno de los delanteros de los Jackals. Seth volvió
el gesto hacia Kevin un par de segundos después.
—¡De ninguna manera! —dijo Nicky—. Diez dólares dicen que se golpean en
quince minutos.
—Tal vez viste a quién nos enfrentamos —dijo Nicky, señalando al equipo
contrario—. ¿De verdad crees que el optimismo nos ayudará?
La pelota golpeó la pared frente a los suplentes y salió disparada. Dan lo atrapó
antes de que fuera lejos y se lo arrojó a Seth. Su impulso la envió contra la pared más
arriba y el distribuidor de los Jackals se estrelló contra ella un segundo después. La
pared se estremeció bajo su peso. Dan prácticamente lo tiró a un lado para volver al
juego, y los suplentes golpearon la pared en apoyo.
Neil recorrió la cancha con la mirada, más allá del delantero Jackal que estaba
luchando con Aaron. Aaron y Matt empujaban a los delanteros por la cancha lejos de
la portería, pero no querían dejar demasiado espacio vacío entre ellos y Andrew.
Andrew se quedó solo en la línea blanca que marcaba el territorio del portero, viendo
cómo se desarrollaba el juego frente a él. Hizo girar su raqueta en un círculo,
burlándose de los esfuerzos de los Jackals con esa postura despreocupada.
Uno de los delanteros de los Jackals rodeó a Matt y corrió hacia él. Andrew dejó
de girar su raqueta y se movió, preparándose justo a tiempo. El delantero hizo un
rápido disparo a puerta y Andrew lo rechazó con fuerza, enviándolo de regreso al
centro de la corte. El distribuidor de los Jackals trató de atraparla, pero la pelota iba
más rápido de lo que había previsto y rebotó en la red de su raqueta. Dan se la robó. Él
la derribó en respuesta y la pelota se fue rodando. Dan golpeó su raqueta contra el
Traducción por:
suelo con ira mientras se ponía de pie para perseguirlo. El distribuidor Jackal ya tenía
la pelota y corría hacia la cancha de casa.
Dan no pudo alcanzarlo a tiempo para evitar que pasara la pelota, pero no
disminuyó la velocidad. Se estrelló contra el distribuidor lo suficientemente fuerte
como para hacerlos caer a ambos. Los fanáticos de los Jackals rugieron indignados,
exigiendo una tarjeta por ese truco, pero los árbitros no se movieron. Los cheques
corporales solo eran legales cuando los jugaban hacia o contra jugadores que llevaban
el balón, pero se permitían los golpes que ocurrían en los primeros dos segundos
después de que la pelota abandonaba la red del jugador. Los funcionarios sabían que a
veces los atletas simplemente iban demasiado rápido para detenerse a tiempo.
Permitían una escapatoria para colisiones rencorosas como la de Dan, pero eso solo
hacía que el juego fuera más divertido para los fanáticos.
Gorila derribó a dos Foxes como si no fueran nada y corrió hacia la meta. Matt
se lanzó sobre Gorila como si su vida dependiera de ello, sacándolos a ambos. El
delantero desguarnecido de Matt atrapó el balón y disparó, y la portería se encendió en
rojo detrás de Andrew. Los fanáticos de Breckenridge se volvieron locos cuando sonó
el timbre del primer punto. Wymack maldijo con saña y se volvió en un círculo
enojado, buscando pero no encontrando algo en lo que descargar su ira.
Casi llegaron a sus puntos de partida sin incidentes, pero luego el defensor de
Kevin lo empujó para que pasara. Kevin lo empujó hacia atrás casi lo suficientemente
fuerte como para derribarlo. El defensa de los Jackals se dio la vuelta para decir algo,
y Seth hizo un gesto expansivo mientras se unía. Kevin ignoró al Jackals para decirle
algo a Seth, y Seth respondió lanzándole un puñetazo.
—Nadie aceptó tu apuesta —dijo Abby, sonando cansada mientras veía a Kevin
y Seth pelear.
Traducción por:
Dan alcanzó a los dos y los separó bruscamente. Metió su dedo en la cara de
Seth mientras lo reprendía, luego hizo lo mismo con Kevin. Kevin y Seth finalmente
se desplegaron en media cancha para ocupar sus lugares. Los árbitros junto a las
puertas esperaron para ver si tenían que intervenir, luego decidieron que Dan lo había
manejado adecuadamente y lo dejaron pasar.
El juego comenzó de nuevo con otro servicio de Breckenridge, pero los Foxes
estaban entusiasmados y enojados por perder el primer punto. Kevin pareció tomárselo
como algo personal y jugó con ganas de vengarse. Tan pronto como Dan le dio el
balón, dejó plana su marca de defensor y voló por la cancha sin vigilancia para un
punto perfecto a puerta. El gol se puso rojo y la multitud se puso de pie a espaldas de
los Foxes. Neil no pudo escuchar su propio grito triunfante sobre el sonido de los
estudiantes emocionados. Orange Notes tocó la canción de lucha y los estudiantes
gritaron las palabras como un grito de batalla.
Habían pasado veinte minutos cuando Gorila aplastó a Seth contra la pared. Los
fanáticos rugieron de odio y entusiasmo cuando Gorila corrió tras la pelota sin
vigilancia. Neil esperaba que Seth fuera tras él, pero Seth arañó ineficazmente la pared
por un segundo y luego cayó al suelo.
—David —dijo Abby, pero Wymack ya estaba corriendo por la pared para
pararse frente a Seth. Uno de los árbitros se agachó junto a él e hizo un gesto a través
de la pared hacia Seth. Wymack golpeó la pared para llamar la atención de Seth. Seth
laboriosamente se empujó a sí mismo sobre sus manos y rodillas. Neil miró de él al
juego con impotente frustración. Hasta que Seth les indicó a los árbitros que lo
Traducción por:
llamaran, el juego seguía en marcha, lo que significaba que Kevin de repente tenía dos
defensores montándolo.
—Muévete.
Un destello de nervios le heló el estómago a Neil. Ahora que había visto a los
equipos en acción, demostró lo que había dicho todo el tiempo: no estaba listo para
jugar con un equipo como este. Sin embargo, no tenía muchas opciones, así que agarró
su raqueta y corrió tras Allison hacia la puerta de la cancha.
—Continuando con Seth Gordon está el estudiante de primer año Neil Josten,
número diez, de Millport, Arizona.
Neil se preguntó si las tapas de los ataúdes sonarían como puertas de la corte
cerrándose de golpe.
Traducción por:
Corrieron juntos por la cancha. Para cuando Seth finalmente llamó, ambos
equipos estaban dentro del primer cuarto de nuevo. Dan tomó un lugar por su marca.
Debido a que Neil era un sustituto en la mitad del juego, su puesto de titular estaba
contra la pared de la cancha local.
—Oye, Pinocho —dijo sin mirar a Neil. La alegría en su voz era demasiado
burlona para ser real, pero Neil dudaba que alguien más que los Foxes lo notaran—.
Hora de correr. Esta es para ti.
Andrew hizo rebotar la pelota en el suelo y se balanceó con todo lo que tenía.
Neil no esperó a verlo golpearla. Se arrojó lejos de la pared y voló por la cancha lo
más rápido que pudo, desapareciendo entre los defensores y los delanteros que apenas
comenzaban a moverse. La marca de Kevin atravesó la cancha hacia él, con la
Traducción por:
intención de interrumpirlo, pero Neil fue más rápido de lo que esperaba y la condujo
hasta el final de la cancha.
La pelota golpeó la pared del fondo y regresó volando. Neil saltó para atraparlo
antes de que pudiera pasar por encima de su cabeza. Su marca estaba ahí cuando
aterrizó y rebotó lejos de ella, contando pasos instintivamente mientras balanceaba su
raqueta fuera de su alcance. Su raqueta apenas falló en sus dedos cuando ella lo
golpeó. Solo podía llevar la pelota diez pasos y ya había usado seis. Sabía que no
podía esquivarla en cuatro, así que se giró y le pasó la pelota a Dan. Su marca chocó
con él un segundo después y se deslizó, con el brazo extendido y el bastón
arrastrándose por el suelo para mantener el equilibrio.
Dan le pasó la pelota a Kevin. Gorila era enorme, pero su tamaño lo ralentizó.
Kevin lo rodeó y atrapó la pelota, luego la giró y lanzó la pelota más arriba de la
cancha para darles un respiro a los delanteros. Gorila golpeó la raqueta de Kevin de
sus manos en represalia. Kevin maldijo y sacudió violentamente los brazos. El portero
Jackal salió de la portería para enviar la pelota hacia ellos. Matt la interceptó y apuntó
alto, queriendo que golpeara el techo y volviera a caer cerca de los delanteros. Kevin
la atrapó, pero solo tuvo dos pasos para apuntar y disparar antes de que Gorila se
estrellara contra él. Kevin golpeó el suelo con tanta fuerza que rodó.
—No pueden ganar contra nosotros —le dijo la defensora a Neil—. Chicos,
apestan.
—Prefiero ser un Fox antes que un Jackal si ganan lastimando a tus oponentes
—dijo Neil—. Son un equipo de matones patéticos.
—Repítelo. Te reto
Traducción por:
—Sal de mi cara. Ya recibiste una tarjeta. Comienza otra pelea y estarás fuera el
resto del juego.
Ella frunció el labio hacia Neil con desprecio, dio dos pasos exagerados hacia
atrás, luego giró sobre sus talones y salió corriendo hacia su punto de partida. Los
Jackals sirvieron tan pronto como todos estuvieron listos. Neil no pudo ir muy lejos
antes de alcanzar a Leverett nuevamente. Ella lo empujó con el hombro mientras lo
obligaba a retroceder hacia la mitad de la corte. Al otro lado de la corte, Kevin tomó
posesión de la pelota, pero la perdió un segundo después cuando Gorila tiró su raqueta.
Neil no sabía si Gorila realmente estaba golpeando su raqueta con tanta fuerza cada
vez o si Kevin tenía miedo de agarrarse cuando las reverberaciones llegaban hasta sus
manos hasta los codos. No estaba seguro de qué respuesta esperaba. No quería que
Kevin se lesionara, pero los Foxes no podían permitirse que Kevin llevara su daño
psicológico a la cancha durante un juego.
—¡Neil!
Neil cargó la pelota diez pasos y se la tiró a Kevin. Kevin la atrapó, solo para
que su raqueta volviera a caerse. Gorila pasó junto a él tras la pelota. Kevin presionó
su mano izquierda contra su estómago y se retorció en busca de Matt.
Matt no respondió, pero escuchó. La próxima vez que ambos equipos estuvieron
dentro de la primera-cuarta línea, Matt dejó atrás a su delantero y fue tras Gorila. Matt
arrojó su raqueta a un lado para liberar sus manos y dio un poderoso golpe, golpeando
a Gorila justo debajo de su armadura de pecho. Gorila se desplomó un poco hacia
adelante bajo el golpe y el timbre señaló una falta. Necesitó sólo un segundo para
recuperar el aliento, y luego fue tras Matt. Matt retrocedió alejándose de sus manos
gigantes, poniendo a tanta gente entre él y Gorila como pudo. Gorila empujó a sus
compañeros de equipo fuera del camino mientras perseguía a Matt por la corte.
Por suerte, los árbitros llegaron antes de que las cosas empeoraran. Matt aceptó
su tarjeta amarilla sin discutir y le mostró a Kevin un pulgar hacia arriba. A través de
las puertas de la corte abierta, Neil podía escuchar a la multitud burlándose y
vitoreando la corta pelea. Matt salió corriendo de la cancha para dejar entrar a Nicky y
fue recibido por el público local como un campeón que regresaba a casa. Gorila
abandonó la corte por el lado de los Jackals un par de segundos después. Neil lo vio
cojeando a través de la pared.
Dan sonrió.
tenía a Seth y Allison con él. Wymack hizo un gesto entre ellos, dejando la elección a
Dan. Dan sólo tardó un segundo en darse cuenta y se dio la vuelta, buscando a Kevin.
Kevin estaba de pie con Andrew dentro de la línea de gol, con la mano izquierda
extendida para que Andrew pudiera tirar de su guante exterior. Andrew desabrochó las
correas y se lo quitó, luego se lo enganchó bajo el brazo para poder quitarle el brazo a
Kevin. Dejó puesto el guante interior de Kevin, pero desenganchó el lazo del dedo
medio de Kevin para poder deslizar la tela negra hasta la muñeca de Kevin. Kevin
flexionó los dedos lentamente, mirando sus cicatrices, luego volvió la mano y volvió a
flexionar los dedos.
—Alíñense para un tiro de falta —dijo Dan mientras Seth ocupaba el lugar de
Kevin en la cancha.
Neil corrió por la cancha tan rápido como pudo, deseando más que nunca que
los Foxes ganaran este juego. Sabía que no podían, pero la forma en que estaban
jugando los Jackals era exasperante. Gorila realmente había estado tratando de
lastimar la mano de Kevin su primer día en la cancha, lo cual era increíblemente cruel.
Neil esperaba que Matt le hubiera lastimado algunas costillas con ese golpe.
Traducción por:
Cogió la pelota desde el aire mientras volaba hacia él. Corrió hacia la meta,
dando cinco pasos antes de que Leverett estuviera justo detrás de él. Disparó un tiro a
portería que el portero apenas desvió. Seth esquivó su nueva marca de defensor para
atrapar la pelota, pero no tuvo un tiro claro. En cambio, le arrojó la pelota a Neil.
—Tuviste suerte.
Ella se movió como para golpearlo pero se detuvo antes de hacer el swing, tal
vez pensando en su tarjeta amarilla. Neil la apartó bruscamente del camino y siguió
adelante. Ella escupió obscenidades en su espalda que él ignoró. Estaba más interesado
en Seth, que había cruzado la cancha para darle una violenta palmada en el hombro.
Neil golpeó las raquetas con él mientras se separaban por sus lugares en la línea de
media cancha. Dan gritó detrás de Neil.
Neil no volvió a anotar hasta que entró durante la segunda mitad. Dos puntos no
fueron suficientes para ganarse su lugar en la línea, pero lo hicieron sentir mejor de pie
en su corte. Fue casi suficiente para aliviar el dolor de su eventual derrota ante
Breckenridge con siete puntos a nueve. Después de todo, la temporada acababa de
comenzar y Neil tenía hasta octubre para mejorar.
Traducción por:
12
Cuando la alarma de Neil sonó a la una a la mañana siguiente, le tomó un
minuto de mirar atontado hacia la pantalla recordar por qué se estaba levantando.
Metió su reloj despertador bajo su almohada, le deseo una muerte temprana a Kevin y
a Wymack, y se arrastró hacia el borde de su cama. La alarma de Matt sonó cuando
Neil estaba por la mitad de la escalera. Seth gruñó algo grosero desde la otra punta de
la habitación cuando Matt no la apagó enseguida. La almohada de Matt amortiguó lo
que sea que haya dicho, pero su tono no era amistoso.
Neil frenó al final de la escalera para sacarse el sueño de los ojos. Matt
finalmente encontró su alarma y la silenció. Seth bufó, se volteó ruidosamente y
empezó a roncar automáticamente. Matt lo miró enojado y somnoliento antes de mirar
a Neil.
Matt se veía tan miserable como Neil se sentía. Anoche Wymack les advirtió
que hoy saldrían bien temprano, pero no había posibilidad de que los Foxes
comenzaran la temporada sin una pequeña fiesta. Como era predecible, el grupo de
Andrew no participó, pero Neil y sus compañeros de cuarto habían terminado pasando
el rato en el cuarto de las chicas. Los de último año se habían tomado casi una botella
de vodka, incluso sin Neil y Renee ayudándoles. En ese momento todos pensaron que
habría valido la pena. Después de solo una hora de sueño, Neil no estaba tan seguro.
Alguien golpeó su puerta. Neil fue por el pasillo a abrirla. La luz del pasillo era
más brillante de lo que Neil esperaba. Neil se frotó lo ojos nuevamente, tanto como
para sacarse los puntos negros de su visión como para evitar mirar a Wymack a los
ojos. Debería ser imposible que Wymack luciera tan despierto a esta hora, pero allí
estaba, luciendo completamente recargado.
rodeó su cuello con sus brazos, y se durmió contra él casi inmediatamente. El grupo de
Andrew fue el último en aparecer. Neil miró rápidamente las muñequeras que estaba
usando Kevin e inmediatamente se sintió más despierto.
—No me dejaron dormir —Kevin le lanzó una mirada agria a Andrew, pero este
lo ignoró.
Abby ya estaba en el autobús del equipo. Era la primera vez que Neil veía el
autobús, generalmente estaba guardado en un recinto cerrado para prevenir el
vandalismo. Estaba pintado para combinar con el estadio, decorados y huellas naranjas
contra el fondo blanco. En el interior, en lugar de las dos filas tradicionales, el autobús
tenía solo una. Los asientos eran lo suficiente grandes como para que dos atletas se
sienten cómodamente o dejar que uno se acurruque y duerma. En su estado de
cansancio, Neil pensó que era el mejor autobús jamás creado.
Andrew guio a su grupo hacia la parte trasera. Abby tomó la primera fila. Matt y
Dan fueron detrás de ella, y Renee se sentó sola detrás de ellos. Neil dejó una fila
vacía entre Renee y él mismo. Él se apoyó contra la ventana y clavó la mirada en el
asiento delante de él mientras Wymack se acomodó en el asiento del conductor. Él
escuchó la maquinaria encender, vio desaparecer los dormitorios de su vista periférica,
y luego se inclinó para tumbarse en el asiento. Estaba dormido antes de que llegaran a
la ruta.
Eran casi las seis cuando llegaron a Releigh en Carolina del Norte. Wymack
frenó en el primer tugurio de comida rápida que pasaron. Abby y Renee entraron a
comprar café y el desayuno para todos. Apenas se fueron, Wymack se paró en el
corredor mirando hacia su equipo.
Dan trató de pasar su risa como tos. Pero Wymack no estaba convencido, y la
mirada que le lanzó al ir hacia la parte de atrás del autobús fue una molesta. Dan
estaba decidida y sonrió ampliamente hacia Renee. Curioso, Neil se volteó un poco en
su asiento a mirar. Wymack fue hasta la última fila, sacó su billetera de su bolsillo
trasero y la tiró hacia Andrew. Juzgando por el resonante golpe seco, Andrew se
despertó tan violentamente como siempre.
—Devuélvela.
El cuero crujió cuando Andrew se movió. Se sentó unos segundos después con
la billetera de Wymack en la mano. Este la metió en su bolsillo de nuevo y volvió una
fila hacia atrás. Plantó su pie contra la parte más cercana de Kevin y comenzó a
empujarlo.
—Arriba —dijo una y otra vez, subiendo el volumen cada vez hasta que estaba
casi gritando—. Levanta el culo y muévete.
La mano de Kevin salió a la vista cuando trató de empujar a Wymack fuera del
camino. Wymack lo agarró del codo y lo arrastró fuera del asiento hacia el corredor.
Antes de que Kevin pudiese caer, Wymack lo empujó de nuevo, dejándolo caer sobre
los almohadones. Kevin se desplomó contra el respaldo de su asiento inmediatamente,
luciendo con todo el interés y propósito de volver a dormirse. Wymack lo golpeó en la
parte trasera de la cabeza para despertarlo.
Andrew se inclinó hacia un lado para apoyarse contra su ventana y miró hacia el
estacionamiento.
—¿Ya llegamos?
a correr a lo largo del autobús. Neil lo miró pasar. Kevin estaba caminando, pero sus
ojos estaban apenas abiertos.
Kevin se volteó en el asiento del conductor y se dirigió hacia la parte trasera del
autobús. Trató de sentarse de nuevo, pero Wymack lo giró con una mano en el
hombro. Kevin entendió la indirecta y siguió moviéndose. Caminar lo mantenía
despierto, pero a duras penas. Parecía medio dormido cada vez que pasaba por el
asiento de Neil.
—Kevin —dijo Andrew, moviéndose por primera vez desde que se había
apoyado en la ventana.
Raro, pensó Neil, que Kevin tuviese la medicina de Andrew en general. Kevin
también la tenía en Sweetie’s. Neil quería preguntar por qué Kevin las tenía, pero no
creía que ninguno de ellos fuese a explicarlo.
Abby y Renee estaban de vuelta un minuto más tarde con bolsas de comida y
bandejas con bebidas. Los Foxes masticaron sus galletas de salchicha y las donas
prometidas a Dan. El café ayudó a despertarlos, tanto como recordar que estaban por
conocer a la anfitriona del programa de entrevistas más famoso del país. Dan, Matt y
Renee vibraban con entusiasmo cuando el autobús estaba de nuevo en camino.
Traducción por:
Faltaban quince minutos más para llegar al edificio de dos plantas donde estaba
situado el show de Kathy Ferdinand. Wymack estacionó en el portón de seguridad y
fue a hablar con el guardia. Neil vio desde la ventana como el guardia y él revisaban
los documentos de identidad y el papeleo. Wymack estaba de vuelta unos minutos
después con un lugar en el estacionamiento y una pila de pases de invitados. El portón
crujió al abrirse y Wymack los condujo hasta el estacionamiento de empleados.
—Es bueno volver a verte —dijo Kevin y sonrió mientras tomaba su mano.
Detrás de Kathy, Dan fingió desvanecerse en los brazos de Matt. Neil entendió
la burla. En los largos cuatro meses desde que conoció a Kevin, él lo había visto
sonreír solo una o dos veces. La sonrisa de Kevin era algo frágil y amargado. En sus
carpetas, Neil tenía fotos de Kevin sonriendo junto a Riko, pero la mayoría de esas
fueron tomadas luego de un partido, cuando el par lucía más triunfante y
condescendiente que otra cosa. Esta sonrisa era algo diferente; esta era la cara pública
de Kevin. Era destinada a entrevistadores y fans que estaban mejor no conociendo el
lado arrogante y despiadado de un campeón mundial. Cada centímetro de Kevin lucía
como una celebridad encantadora. Neil lo encontró horriblemente desorientador.
Kathy giró su sonrisa hacia el resto del equipo. El sol de la mañana se reflejó en
unos dientes perfectos que solo el dinero puede comprar.
—Ellos ya estaban en su camino hacia arriba —dijo Kevin. Era la primera cosa
positiva que Neil lo había escuchado decir sobre los Foxes. Usualmente, Kevin solo se
interesaba por sus defectos. Él intentó escuchar la mentira en el tono de Kevin, pero
Kevin era muy buen actor como para mostrarle a Kathy sus verdaderos sentimientos
sobre el equipo—. Se merecen el rango en Clase I. Este año lo probaremos.
Traducción por:
—Todo el mundo quiere saber quién eres —dijo Kathy, abriendo sus brazos en
un gran gesto—. Eres una adición misteriosa a la formación de los Foxes, un novato
salido de un pequeño pueblo de Arizona. El entrenador Hernández dice que aprendiste
a jugar Exy en un año leyendo un reglamento y apareciendo en las prácticas. Kevin
dice que vas a firmar con la Corte de EEUU después de tu graduación. Tantas
ambiciones y sueños desde un comienzo tan humilde, ¿no crees? Es hora de tu debut.
—No —dijo Neil. Era su turno de mirarlo fijo. Neil sacudió su cabeza—. No.
No estoy interesado.
—No seas tímido —dijo Kathy—. Si puedes jugar en frente de sesenta y cinco
mil fans en un partido que fue transmitido en vivo en ESPN2, puedes sentarte en mi
escenario durante diez minutos. Esta es la parte fácil. Solo te voy a hacer unas
preguntas sobre por qué empezaste a jugar y dónde te gustaría llegar de aquí en
Traducción por:
adelante, ese tipo de cosas. Está todo escrito así puedes pensar tus respuestas antes de
subir al escenario. Tus admiradores merecen respuestas.
—Se inteligente, Neil —ella habló como alguien que había visto mucho más
sobre el mundo que un simple adolescente. Neil tenía ganas de golpearla por eso—.
No puedes pasar toda la temporada huyendo de la prensa cuando juegas con Kevin
Day.
—No estás mirando todo el panorama. Este año puede marcar la diferencia para
ti. Si quieres llegar a algún lado, necesitas nuestra ayuda. Todo ha sucedido bastante
bien para ti. No lo dejes colapsar muy temprano o te arrepentirás por el resto de tu
vida. Kevin, tú entiendes, ¿verdad?
—Eso no es justo.
Traducción por:
Neil pensó que se iba a ahogar con cada discusión y protesta que no dijo. Estaba
seguro que su desayuno iba a volver en cualquier segundo. El pensamiento de subirse
a un escenario y dejar que las cámaras tuvieran una buena vista de él era nauseabundo,
pero no tan aterrador como Kevin distanciándolo. Neil solo tenía hasta la mitad de
octubre para jugar con los Foxes, y entonces perdería el Exy para siempre. Cada vez
que miraba un calendario, moría un poco por dentro. Él no podía rendirse antes del
partido contra los Ravens. No sobreviviría.
—Está arreglado.
—Brillante.
Ella gesticuló para que la siguieran y los guio hacia el edificio. Kevin agarró a
Neil del hombro y lo empujó detrás de ella. Neil se retorció para soltarse y le dio un
golpe en la mano. Kevin trató de agarrarlo de nuevo, pero Matt se adelantó hacia Neil
y empujó a Kevin hacia atrás. Abby les siseó que se comportaran, pero Kevin y Matt
estaban muy ocupados mirándose con enojo como para notarlo.
Con Kevin un paso más atrás, ahora Andrew estaba en la linea de visión de Neil.
Andrew inclinó su cabeza hacia un lado mientras analizaba a Neil, y Neil cometió el
error de mirarlo.
Andrew tenía razón, así que Neil no perdió tiempo defendiéndose. Se volteó y
miró fijamente a Kathy.
Kathy los entregó a la compañía de dos asistentes. Un hombre leyó una lista de
reglas sobre el comportamiento adecuado dentro del estudio. Los Foxes fueron hacia
un lado a encontrar sus asientos, y Neil y Kevin fueron guiados hacia el otro lado.
Ellos pasaron por un pasillo y una esquina hasta llegar al vestidor. Su escolta tomó
algunas medidas rápidas de sus cuerpos y desapareció.
El temperamento de Neil solo empeoró cuando descubrió que el vestidor era una
sola habitación sin lugar para esconderse de Kevin. Una pared completa estaba repleta
de luces y espejos. Seis banquetas estaban acomodadas contra un mostrador. Un
exhibidor de ropa vacío se encontraba en el medio de la habitación. Neil cruzó los
brazos sobre su pecho, tratando se apretarse lo suficientemente fuerte como para
insertar sus cicatrices bajo su piel.
El asistente volvió a dejar ropa, prometió que las maquilladoras llegarían en diez
minutos y se fue nuevamente. La sonrisa de Kevin desapareció en el segundo que se
cerró la puerta. Revisó entre las perchas y le tiró un conjunto a Neil. Neil dejó que
cayera en el piso a sus pies. Kevin lo señaló.
—Cámbiate —le dijo. Cuando Neil no hizo ningún movimiento para obedecer,
Kevin dijo—: Estoy más preocupado por que hagas un desastre en esta aparición que
por tus cicatrices. Supéralo.
Neil lo miró con enojo hasta que Kevin empezó a cambiarse, luego agarró su
ropa y le dio la espalda. Él puso su nueva camisa sobre la que ya estaba usando y
lucho para sacar la capa de abajo. Le tomó trabajo pero logró mantener la mayoría de
su piel cubierta. Cambiarse los pantalones fue más fácil, ya que la mayoría del daño
estaba en la parte superior. Neil estiro su camisa obsesivamente, y luego dejó la ropa
descartada en el mostrador. Luego se paró lo más lejos posible de Kevin.
—Sí, deberías, y de alguna forma, hoy dejarás una buena impresión —Kevin
chequeó su reflejo y estiró gentilmente sus mangas. Luego de un momento de
Traducción por:
—No hay razón para mentir —dijo Kevin—. Ella solo va a hablar sobre Exy.
—No hay razón para mentir —repitió Neil—. Dices tú, el que acaba de mentirle
en la cara sobre cuando valen los Foxes, que le dijo al ERC... —titubeó Neil, sin poder
decir las palabras. Inclinó su cabeza hacia adelante y apretó su frente contra el espejo.
Contó sus respiraciones para evitar entrar en pánico, pero sus entrañas estaban
temblando tanto que le dolían. Apretó sus manos alrededor del mostrador y logró dejar
de temblar.
—Porque cuando dejes que ser imposible y hagas lo que yo digo, lo harás.
—No me odias.
—Cuando sabes lo que alguien quiere es fácil manipularlo. En este caso —dijo
Kevin, haciendo un gesto desde Neil hacia la habitación donde se encontraban.
Una asistente vino a buscar a Kevin cuando casi era hora de empezar el show.
Neil lo vio irse, luego miró hacia la televisión. A las siete en punto, la música de
comienzo del programa sonó y ella entró relajada al escenario colmado de aplausos.
Ella frenó en el medio para hacer una reverencia y saludar a su público matutino.
Esto ocasionó gritos más altos. Kathy sonrió mientras se dirigía lentamente
hacia el frente del escenario.
cambios, todas las posibilidades increíbles. Vamos a hablar un poco sobre eso hoy,
pero para hacer eso, voy a necesitar un par de invitados especiales.
—Ha pasado un año desde la última vez que lo vieron aquí y casi nueve meses
desde su última aparición pública. Les presento a nuestro primer invitado del día:
antiguo delantero titular de la Corte de EEUU, de los Wildcats de Baltimore, y de los
Ravens de Edgan Allan, actual delantero titular de los Foxes de la Universidad de
Palmetto State, ¡Kevin Day!
Transcurrió un minuto eterno hasta que el público se calmó, y para ese entonces
Kathy había ido hacia su escritorio. Había dos sillones en el escenario, uno a cada lado
del escritorio. Kevin se sentó en el que se encontraba hacia la derecha, a medio girar
para poder ver a Kathy y a la audiencia al mismo tiempo. Kathy se apoyó sobre su
escritorio para sonreír a Kevin, luciendo increíblemente complacida con ella misma.
Neil supuso que ya estaba imaginando su rating.
—Al menos ahora tengo lugar para estirarme —dijo Kevin, evitando con
excelencia una respuesta real—. Capaz deba hacer eso en un minuto. No puedo creer
que esperes que estemos despiertos y presentables después del partido de anoche.
—Supongo que tienes razón. Pero te arreglaste muy bien, como siempre.
Traducción por:
—Gracias.
Kathy sirvió agua para ambos y colocó el vaso en el borde se su escritorio donde
él pudiese alcanzarlo.
—El entrenador Wymack era amigo de mi madre. Como estoy seguro que ya
sabes, ella le enseñó a jugar. Incluso luego de su muerte y de que el entrenador
Moriyama me acogiera, el entrenador Wymack se mantuvo en contacto conmigo
—Kevin estudió su muñeca con la mirada perdida—. El diciembre pasado pensé que
nunca podría volver a jugar. Estaba en ruinas. El entrenador Wymack fue el único en
el que pude pensar en acudir, y él no me decepcionó. Él y su equipo me aceptaron sin
hesitar. Disfruto trabajando con ellos.
Kathy se acercó por arriba del escritorio y tomó su mano izquierda. Kevin forzó
su mirada lejos de sus cicatrices hacia su cara y sonrió. Kathy le devolvió la sonrisa y
dijo:
—Admito que esperaba verte volver a Edgar Allan este otoño. Pero sin importar
donde te encuentres, es impresionante verte de nuevo en acción. Te mereces una rueda
de aplauso por eso.
—Un poco desafortunado que su primer partido haya sido contra Breckenridge,
¿no? Ustedes obtuvieron tres puntos anoche, el jugador de quinto año Seth Gordon se
llevó dos, y tu compañero de equipo más nuevo anotó otros dos. Hablemos sobre Neil
Josten por un momento, ¿podemos?
Traducción por:
—Por supuesto.
—Ustedes realmente saben generar molestia por acá, ¿no? —dijo Kathy—.
¿Qué estaban pensando al reclutar a alguien tan nuevo como Neil?
Esta era una lección que Kevin había aprendido por las malas, Neil sabía. El
parloteo del ERC había conducido al encuentro violento entre Riko y Kevin.
—¿Por qué no le echamos otro vistazo? —dijo Kathy—. Veamos al hombre que
reemplazó a Riko Moriyama al lado de Kevin. ¡Presentando a Neil Josten, el nuevo
Fox de Palmetto!
—No estoy exagerando cuando digo que eres la discusión de la nación, Neil.
Eres el amateur que captó el ojo de un campeón nacional. Este tipo de cosas solo
deberían pasar en cuentos de hadas, ¿no crees? ¿Qué se siente?
—Qué suerte para nosotros que te haya encontrado —dijo Kathy—. Tienes
talento natural para este juego. Es una lástima que hayas empezado tan tarde. Imagina
donde estarías ahora si hubieses empezado hace unos años atrás. Tal vez hubieses sido
tomado por Edgan Allan o por la USC, si Kevin tiene razón sobre tu potencial. ¿Por
qué esperaste tanto tiempo?
—Eso implica que ves esto como un trabajo permanente. ¿Realmente no tienes
planes de regresar a Edgan Allan? ¿Depende de que tan bien te ajustes a jugar con la
mano derecha esta temporada, o tienes intenciones de graduarte de Palmetto State de
todas formas?
—Ahh, los Ravens deben estar tristes de escuchar eso —dijo Kathy—. Me
imagino que Riko te extraña.
—Claro que lo harán. Ahora están en su distrito —dijo Kathy—. ¿Por qué el
gran cambio?
—En ese caso —Kathy se recuperó con una sonrisa brillante—. ¡Te tengo una
gran sorpresa!
Música estalló desde los parlantes, una melodía oscura con percusión pesada. El
público saltó de sus lugares y empezó a cantar al unísono: “¡Rey! ¡Rey! ¡Rey!”. Neil
los miró, reconociendo la música pero sin poder ubicarla, negándose a creer lo que el
público estaba diciendo. El encontró a los Foxes fácilmente, ya que eran los únicos
cuerpos inmóviles en el público. Estaban sentados con los rostros en blanco por la
conmoción. Neil miró de nuevo hacia la cara pálida de Kevin.
Habían pasado nueve meses desde que Riko Moriyama y Kevin Day se pararon
juntos en la misma habitación, nueve meses desde que Riko destrozó la mano de
Kevin, y ahora eran reunidos en televisión en vivo. La audiencia gritó con el corazón,
encantados con la sorpresa de Kathy, pero no eran lo suficientemente ruidosos como
para ahogar la voz suave de Kevin al lado de Neil.
13
El auto proclamado Rey del Exy besó a Kathy como saludo. Lo que sea que
Riko y Kathy se dijeron mutuamente se perdió en el fervor de la audiencia, pero
cuando Kathy se movió hacia atrás estaba rebozando de alegría. Riko caminó los
últimos pasos hasta en sillón de Kevin y se paró casi sobre él. Estaba sonriendo, pero
ni Kevin ni Neil eran lo suficientemente estúpidos como para pensar que estaba feliz.
Lo único que se podía ver en su expresión era muerte.
Cualquier animosidad que Neil sentía hacia Kevin por forzarlo a estar en el
programa se evaporó. No podía estar enojado cuando Riko estaba allí, no cuando Riko
era para Kevin lo que su padre era para él. Enojo insignificante no era nada en
comparación con este terror sumamente justificado.
—Creo que te has encogido desde la última vez que te vi. ¿No te dan de comer
allá abajo? Siempre escuché que la comida sureña es pesada.
—Qué milagro.
Había un filo en su voz, pero Kathy sonrió e hizo un gesto entre ellos.
Ella gesticuló para que se sienten. Riko se alejó de Kevin para sentarse en el
otro sillón. Kevin se hundió de nuevo en su almohadón, pero estaba prestando más
atención a Riko que a lo que estaba haciendo. Terminó con su muslo presionado contra
el de Neil, tan fuerte que Neil podía sentirlo temblar.
—Por lo que he escuchado por Kevin, parece que ustedes no han hablado en un
largo tiempo, ¿es verdad?
—Hace un año hubiera sido imposible —dijo Riko—, pero tienes que entender
los emocionalmente devastador que fue diciembre. Kevin tuvo que soportar la lesión,
pero todos sufrimos por ella. Algunos de nosotros no pudimos lidiar con la realidad de
los que ese accidente significó, incluyéndome. Kevin y yo crecimos en Evermore.
Construimos nuestras vidas alrededor del equipo y funcionábamos como un par. No
podía creer que lo habíamos perdido. No podía aceptar que nuestros sueños habían
colapsado. Él tampoco pudo, entonces nos distanciamos.
Ella miró a Kevin, así que él respondió, pero su voz había reemplazado su tinte
relajado por uno monótono.
tirándonos hacia abajo, pero nos negamos a admitirlo. No creímos que tuviésemos
límites.
Kathy asintió.
—No puedo siquiera imaginar el estrés y la presión. Supongo que eso generó
una tensión en su relación.
—¿Puedo solo decir que fue aterrador cuando ustedes dos desaparecieron? Lo
último que escuchamos fue que ustedes dos habían ido a esquiar para celebrar el final
del semestre, y luego no los vimos en público durante un mes. Temimos por lo peor,
pero no nos dimos cuenta qué era lo peor hasta el anuncio del entrenador Wymack.
—Lo peor es tenerlo todo y perderlo —dijo Riko—. Firmamos con la Corte el
año pasado, lo que significa que solo nos quedaba un sueño por cumplir: jugar juntos
en la Corte en las Olimpiadas de verano. Sabíamos que era lo siguiente, que era solo
cuestión de tiempo, que una vida de esfuerzo y sacrificio estaba a punto de valer la
pena. Entonces, Kevin se quebró la mano.
—Todo cambió —dijo Kevin, tan bajo que nadie lo habría escuchado de no ser
por el micrófono que estaba usando—. No estábamos preparados para aceptar eso. Era
más fácil solo irse. Imprudente —aceptó, mirando a Riko—, pero más fácil.
—No estoy seguro de que lo sea —dijo Riko—, pero lo digo como su hermano,
su mejor amigo. Lo has visto anoche, Kathy. Estoy preocupado que sus pensamientos
de anhelo y obsesión lo lleven a lastimarse nuevamente. ¿Puede recuperarse por
segunda vez, emocionalmente o mentalmente?
Traducción por:
—Creí que los amigos debían incentivarse mutuamente —dijo antes de que
Kathy pudiese responder—. Creer en él ahora es lo mínimo que podrías hacer después
de abandonarlo el último invierno.
—Oh, perdona mis malos modales —le dijo Kathy a Neil—. No olvidé que
estabas aquí, solo me distraje. Vamos a presentarlos mutuamente, aunque no estoy
segura de que ninguno de ustedes necesite una presentación. Riko, Neil. Neil, Riko. El
pasado y el presente de Kevin, ¿o debería decir pasado y futuro?
—Era única —dijo Neil, y enfatizó de nuevo—. Era. Estoy bastante seguro que
su relación murió cuando él ya no pudo seguirle el ritmo a tu equipo.
—Kevin eligió dejar Edgan Allan —dijo Riko—. Lamentamos su ausencia pero
nos complació escuchar que había encontrado una posición como entrenador.
—Pero no estás feliz de que esté jugando de nuevo —dijo Neil—. ¿No es eso
por lo que se transfirieron a nuestro distrito? No crees que Kevin deba estar en la
cancha nuevamente, así que lo sacaras del paso. Destruirás su oportunidad de estar de
vuelta y lo harás ver como tu equipo triunfa una vez más. Le estás enrostrando todo lo
que perdió, y desde donde yo estoy sentado, pareces disfrutarlo.
—Solo te voy a pedir una vez que bajes ese tono hostil.
—¿Pequeño?
—Neil sí trae un punto valido que me gustaría discutir. Este cambio de distrito
es una acción sin precedentes. Y que sea Edgar Allan lo hace más sorprendente. Ni su
entrenador ni el Comité de Reglas y Regulaciones de Exy dio razones satisfactorias,
pero no creo que Neil esté equivocado en pensar que se transfirieron por Kevin.
—Kevin solo tiene un pequeño rol en nuestra decisión —dijo Riko—, y no por
las razones que este niño asegura. No fue una decisión tomada a la ligera y hemos
obtenido una cantidad injusta de críticas por ello. El norte dice que nos transferimos
para asegurarnos el ranking, como si tuviesen la oportunidad de superarnos, y el sur
llora que es injusto tener que competir contra nosotros. Somos el mejor equipo de la
nación, después de todo, y el distrito sureño es... Bueno, mediocre, para ser
respetuoso. Para ser honesto, sus equipos son terribles. Esperamos que nuestra
transferencia cambie eso. Estamos aquí para inspirarlos.
—Quieren hacer por el sur lo que Kevin está haciendo por los Foxes —concluyó
Kathy.
—Sí, pero sería mucho más fácil si Kevin colabora— dijo Riko.
—Suena como una decisión difícil, Kevin —dijo Kathy—. Debo admitir que
ambas ideas me fascinan. Aunque amo ver a los Foxes mejorar, me rompe el corazón
verte lejos de Edgar Allan.
—Si el sueño de Kevin siempre ha sido ser el mejor en la cancha, ¿qué derecho
tienes para sacarle eso? ¿Por qué le pedirías que se conforme con menos? Los Foxes le
damos la oportunidad de jugar, mientras ustedes lo relegarían a un costado. Él no tiene
ninguna razón para transferirse de nuevo.
—No tanto como lo era Edgar Allan —dijo Neil. Alguien en la audiencia rio,
entretenido con el invitado bocón de Kathy—. ¿Tu equipo está primero? Felicitaciones
y gran cosa. Mantener una posición alta es mucho más fácil que empezar desde abajo.
Kevin está haciendo exactamente eso ahora. Está enfrentando escuelas y equipos
totalmente nuevos y aprendiendo a jugar con su mano menos hábil. Cuando lo domine,
y lo hará, será mejor de lo que ustedes pudiesen haberlo hecho nunca.
—¿Sabes por qué? —preguntó Neil, pero no dejó que Riko respondiera—. No
es solo su talento natural. Es porque él está con nosotros. Hay solo diez Foxes este
año. Solo un suplente por posición. Piénsalo. Anoche jugamos contra Breckenridge.
Ellos tienen veintisiete personas en su listado. Pueden quemar a sus jugadores tan
rápido como quieran porque tienen una pila de reemplazos. Nosotros no podemos
darnos ese lujo. Tenemos que mantenernos firmes sin ayuda.
—Chistoso, estoy muy seguro que así es como calificó Edgar Allan.
Traducción por:
—Nos hemos ganado nuestro prestigio miles de veces. Ustedes no han ganado
más que lastima y desprecio, de las cuales ninguna debería ser tolerada en un deporte.
Alguien sin experiencia como tú no debería tener una opinión al respecto.
—Igualmente, te daré una más —dijo Neil—. No creo que le estés diciendo a
Kevin que no juegue por su salud. Creo que sabes que esta temporada será un desastre
para tu reputación. Kevin y tú siempre han jugado en las sombras del otro. Siempre
han sido un par. Ahora deben enfrentarse mutuamente como rivales por primera vez, y
la gente sabrá finalmente cuál de los dos es mejor. Van a saber lo prematuro que fue
eso —Neil gesticuló hacia su cara, haciendo referencia a los tatuajes de Riko y
Kevin—. Yo creo que tienes miedo.
—Vas a tener que tragarte esas palabras —dijo Neil—. Te vas a ahogar con
ellas.
—Eso parece como un desafío —dijo Kathy con una mirada rápida entre
ellos—. Tienen siete semanas hasta su partido y yo, en primera instancia, ya estoy
contando los segundos. Hay tanto para esperar este año, pero una pregunta no puede
esperar: ¿Naranja o negro, Kevin? ¿De qué color es tu futuro?
Kevin apretó con fuerza su mano alrededor del brazo de Neil, cortándole la
circulación hasta la punta de los dedos.
Los Foxes gritaron con esa respuesta. El resto de la audiencia los siguió. La
tensión entre los delanteros se había desparramado hacia el público, y se rompió en
una ola incontrolable. Kathy ni siquiera intentó calmarlos, pero señaló hacia las
cámaras. Neil apenas la escuchó anunciar el final del segmento de Exy e ir a
comerciales. Una luz al pie del escenario se apagó, indicando que se encontraban fuera
del aire. Kathy se cubrió el micrófono que tenía en el cuello y miró a sus invitados.
—Ustedes chicos alegraron mi día —dijo con su sonrisa más radiante hasta el
momento. Los tres se pararon y Kathy estrechó sus manos—. Quédense con la ropa.
Traducción por:
Hay refrigerios en la parte de atrás y tenemos sillas en primera fila para que miren el
resto del programa.
Neil no tenía intención de estar allí mucho tiempo más. El miró hacia el
público. Wymack pasó su mano por su cuello y levantó su mano con el pulgar hacia
abajo a la altura de su hombro. Neil creyó que estaba en lo correcto al traducir aquello
como “Salgamos de aquí.”. Se inclinó sobre Kevin y dejó su vaso sobre el escritorio
de Kathy. Kevin no parecía como que fuera a moverse en ningún momento, entonces
Neil puso su cuerpo entre Kevin y Riko y empujó a Kevin hacia el costado del
escenario.
Riko los siguió fuera del escenario y se comportó hasta que llegaron al pasillo.
Los asistentes que habían estado esperándolos se apuraron a ir hacia Kathy y ajustaron
la infraestructura durante el corte. Neil creyó que alguno se quedaría el tiempo
suficiente como para distraer a Riko, pero el tiempo acotado era más importante que
un autógrafo en ese momento.
Neil odiaba tener a Riko a su espalda, pero Riko se movió en el instante que
Neil se dio vuelta. Riko lo agarró de los hombros y lo tiró contra la pared. Neil quedó
paralizado mientras clavaron la mirada el uno en el otro, atrapado más por la muerte
en los ojos de Riko que por los dedos dejando moretones en sus hombros. Riko tenía
la misma expresión que su padre: él miraba a Neil y solo veía carne que sabía sangrar.
Kevin presionó sus labios en una línea y miró hacia otro lado. Riko hizo un
ruido de disgusto en la parte bajo de su garganta. Dijo algo en un lenguaje que Neil no
entendía. Neil supuso que era japonés. Lo que fuera, sonaba furioso. Kevin se
sobresaltó y ofreció una respuesta débil. Riko clavó un dedo en el aire hacia él como
una acusación enojada y recitó de nuevo, cada vez más alto y más intenso. Neil vio
Traducción por:
—Déjalo tranquilo.
—Con sus puños, al parecer —dijo Andrew—. No toques mis cosas, Riko. Yo
no comparto.
Se estiró hacia atrás sin mirar y lo empujó a Neil en el hombro. Neil entendió la
indirecta y rodeo a Andrew y Riko. Él medio esperaba que Riko los detuviese, pero
toda la atención de Riko estaba puesta en Andrew. Neil agarró a Kevin del brazo, y lo
arrastró por el pasillo, buscando la salida. Casi habían llegado cuando el equipo los
alcanzó. Abby trotó los últimos pasos hacia Kevin y lo apretó en un abrazo feroz.
Kevin se aferró a ella como si de eso dependiera su vida mientras el equipo se
acercaba.
—El entrenador dice que eres estúpido, pero yo dijo que tienes los testículos de
acero. No creí que fueras capaz —dijo Matt, mirando a Neil como preguntándose que
más había pasado por alto ese verano—. Creí que eras del tipo más discreto.
—Tú fuiste —dijo Neil, sin poder creerlo pero sabiendo de alguna forma que
tenía razón.
—Los tres fuimos —dijo Renee, señalando a Matt y Dan—. Nadie más fue,
hasta que llegaste tú.
Neil pasó el resto del viaje mirando por la ventana y tratando de analizar las
consecuencias de lo que había hecho. Neil sabía que conversar con sus compañeros
sería mejor que pensar en que estaba en aprietos, pero no estaba de humor. Estaba
demasiado tenso como para fingir ser amable con ellos. Por suerte, Renee lo notó
después de un par de intentos y lo dejó solo.
Solo frenaron para obtener gas e hicieron buen tiempo para llegar al campus.
Neil estaba tan aliviado de ver a Palmetto State de nuevo que era casi doloroso.
Wymack frenó en la parte de atrás de la Fox Tower y vio cómo su equipo bajaba. No
dijo nada hasta que Andrew se acercó, entonces puso una mano en su camino.
—Sé inteligente.
—No.
El abrió su puerta y salió del camino para enviar a Kevin una mirada
intencional. Kevin miró fijo hacia la habitación.
—No tuvieron que hacerlo —dijo Matt—. Neil lo hizo por ellos.
Dan lo codeó.
—Pon pausa a eso, ¿quieres? Tenemos que hablar. Algo salió mal esta mañana.
—Somos Foxes. Siempre hay algo saliendo mal —dijo Seth, pero tomó el
control remoto de debajo del almohadón y apagó la televisión.
Seth la miró fijo por un segundo antes de estallar en una risa estridente. Allison
lo asfixió con su almohada y dijo:
—Kathy lo sentó a dos metros de Kevin y les preguntó por qué se habían
separado.
—Debería haber ido. ¿Se puso como loco? Seguro que sí.
—Se mantuvo cuerdo después de que Neil retara a Riko —dijo Matt—. El niño
tiene una gran bocota. Hizo que Riko pareciera un maldito imbécil que vende a sus
amigos constantemente. Realmente deberías pedirnos la grabación y verlo.
—Estaba drogado hasta las nubes —dijo Dan—. Abby se aseguró de que tomara
una dosis en el camino de vuelta, pero recomiendo evitarlo el resto del fin de semana.
Renee dejó que el silencio de asentase entre ellos por un minuto. Cuando
parecía que la parte más seria de la conversación había pasado dijo:
Ordenaron unas pizzas para que sean entregadas en la habitación. Allison y Seth
se vistieron mientras esperaban, y luego Neil se apoderó del cuarto para sacarse la
ropa de Kathy. Las enterró en el fondo del vestidor debajo de su ropa más práctica y se
puso unos vaqueros gastados y una remera demasiado grande. Él y sus compañeros
desperdiciaron un par de horas con comida y una película. Después la conversación
fue hacia la temporada, pero los de último año tenían tantas ganas de hablar sobre los
Ravens como Neil tenía ganas de pensar en ellos. Allison toleró la depresión por unos
minutos antes de distraerlos hablando del banquete.
Alguien golpeó la puerta. Dan estaba más cerca, así que se levantó para abrir.
Nicky estaba esperando en el pasillo, sonriendo pero visiblemente tenso.
—Mañana está bien también —dijo Nicky—. Solo, sabes, antes de que venga el
entrenador de nuevo a ver cómo está Kevin. Hay trecientos dólares para ti si está
arreglada antes del atardecer.
Neil miró el reloj e hizo el cálculo. Si Andrew tomó la pastilla del mediodía a
tiempo, debería estar tomando la siguiente en cualquier momento. Neil se preguntó si
realmente la tomaría y esperó que sí. Si la abstinencia no lo molestaban lo suficiente,
poder reaccionar finalmente a los eventos de esta mañana sin drogas en su sistema lo
haría realmente homicida. A Neil no le gustaría ser Kevin esta noche.
Los primos habían corrido dos de las cómodas contra la pared bajo la ventana.
Andrew estaba sentado arriba de ellas, apoyado hacia adelante así podía cruzar los
Traducción por:
brazos sobre sus rodillas. Neil olió sangre y miró atrás de Andrew hacia la ventana.
Andrew había sacado el mosquitero de la ventana del cuarto principal para poder
fumar, pero esta ventana todavía lo tenía. Fue probablemente todo lo que salvó su
mano cuando atravesó el vidrio con su puño.
—Podrías haberte destrozado la mano con una maniobra como esa —dijo Neil.
Andrew rio.
—Fuera del equipo —dijo Neil—. ¿Dónde iría a parar Kevin entonces?
Andrew no contestó. Neil atravesó el cuarto para pararse frente a él. Andrew no
levantó la mirada, pero sonrió tan ampliamente como para mostrarle a Neil sus
dientes.
—Oh, Neil. Tan impredecible como irreal —dijo Andrew—. La última vez que
hablamos tú tenías miedo de que Riko te notara. O me mentiste o cambiaste de
parecer. Espero que sea la última opción, porque odio que me mientan.
—¡Y qué cosas has dicho! Le diste un puñetazo a Riko en la televisión en vivo.
Él no va a quedarse sentado, sabes. ¿Cómo se siente ese blanco en tu espalda?
—Dale unos días y él sabrá todo sobre ti —dijo Andrew. Cuando Neil lo miró
de nuevo a los ojos, Andrew sonrió—. El dinero engrasa las ruedas del mundo mejor
Traducción por:
que la sangre, y Riko tiene acceso a ambos. Buscará una forma de vengarse, y no le va
a llevar mucho tiempo ver que tan frío es tu rastro. ¿Cuánto tiempo crees que le
tomará a alguien con sus conexiones averiguar la verdad?
—Cállate.
—Lo sé —coincidió Andrew—. Puedo verlo. Tienes esa expresión en los ojos
que dice que sabes dónde están todas las salidas de este dormitorio.
Neil se volteó, pero Andrew fue más rápido. Se meció hacia adelante y agarró el
cuello de Neil, frenándolo antes de que se pudiera ir. Dejó sangre pegajosa de sus
dedos en la nuca de Neil. Neil se estiró hacia atrás e intentó soltarse, pero Andrew se
negó a dejarlo ir.
—Suéltame.
—¿No lo entiendes? Correr era una opción cuando nadie te estaba mirando. Lo
sabías allá por junio. Por eso querías irte antes de octubre. Podrías haberte ido antes de
que Riko supiera que existes. Debiste haberte ido antes de insultarlo enfrente de todos
sus admiradores. Ahora no puedes irte. Riko quiere saber quién lo desafió, y él va a
obtener sus respuestas. Ya no puedes correr de tu pasado.
—Tienes que nada. Allí vas de nuevo, pensando que hay solo una opción. Pensé
que no querías irte.
—¿Qué?
—No puedo.
—Si puedes. Tienes todo lo que necesitas para sobrevivir. Solo estás muy
asustado como para verlo.
—No entiendo.
—Usa ese tiempo para pulir los ángulos que puedan perjudicarte. Kevin quiere
convertirte en una estrella, entonces déjalo. Toma lo que te está dando y hazlo tu
propio escudo. Es difícil matar a un hombre cuando todas las miradas están en él. Haz
que te amen, haz que te odien, no me importa. Solo haz que te miren. Tienes un año
para resolverlo —dijo Andrew, poniendo un dedo en la cara de Neil—. Durante un
año, me pondré entre tú y los Moriyamas si tú te quedas al lado de Kevin. El año
próximo tu vida es tu problema de nuevo, ¿entendido?
—Nunca más.
Traducción por:
—Shh, Neil, shh —dijo Andrew—. Si quieres quedarte, vendrás con nosotros a
las nueve. Si eres lo suficientemente estúpido como para huir, empaca y vete antes de
esa hora. Son tres horas, casi, para que decidas que hacer. ¿No soy generoso?
Neil salió lo más rápido que pudo, pero solo llegó hasta el pasillo. Tan pronto
como cerró la puerta detrás de él, sus piernas se trabaron y se agarró desesperadamente
de la pared. Un pico de pánico subió su estómago a su garganta. El mordió el costado
de su boca tan fuerte que sintió gusto a sangre.
Neil se empujó de la pared y fue hacia las escaleras. Estaba corriendo antes de
llegar al piso de abajo, y abrió la puerta de un golpe tan fuerte que estallaron las
bisagras. Más alto que ese golpe estaban sus latidos tronando en sus oídos.
14
El dormitorio estaba extrañamente concurrido cuando Neil volvió a las nueve.
El partido de futbol había terminado casi al mismo tiempo que él había salido
corriendo, y ahora algunos del público volvían de su after-party. Las personas se
gritaban entre ellas por el pasillo, y música alta salía a través de las puertas abiertas.
Neil se movió a través del caos hacia las habitaciones de los Foxes. Eran las únicas
tres puertas cerradas de este lado de las escaleras.
Nicky fue el siguiente en salir del cuarto. Cuando vio a Neil su sonrisa iluminó
todo su rostro. Aaron lucía escéptico cuando lo siguió, pero miró a Andrew y no dijo
nada. La expresión de Kevin fue la más difícil de leer cuando salió de la habitación y
cerro la puerta detrás de él. Neil miró desde Kevin hacia Andrew, que seguía
mirándolo como si estuviese esperando algo.
Un movimiento a dos puertas de distancia le dio una razón para mirar hacia otro
lado. Cinco extraños estaban golpeando en su puerta. Seth salió a recibirlos,
golpeándolos y chocando los cinco a medida que iba metiéndose en el grupo. Allison
no estaba mucho más lejos. Ella se presionó a la espalda de Seth y deslizó sus manos
Traducción por:
hacia su pantalón. Neil miró como ella sistemáticamente revisaba todos sus bolsillos.
Solo encontró un encendedor y un chicle viejo.
—No es tu problema.
Matt ojeó a Allison, con la expresión dura, pero siguió hablándole a Neil.
—Renee debería estar volviendo con las bebidas en cualquier momento. Dijo
que iba a traer algo sin alcohol para ustedes dos.
—Oh, que desperdicio —dijo Andrew—. Yo le pagaré las bebidas a Neil esta
noche.
Les tomó un par de segundo comprender. Pero lo hicieron, Dan salió a los
tumbos por la puerta.
—Estás bromeando.
—La última vez que salió con ustedes tuvo que pedir un aventón para llegar de
nuevo aquí —dijo Dan. Los amigos de Seth miraron de ella hacia Andrew con un
Traducción por:
interés descarado, pero Dan no pareció notarlo. Ella señaló a Andrew con el dedo y
dijo: —No va a salir con ustedes de nuevo. Probablemente termine muerto esta vez.
—Dios, Dan —dijo Nicky—. Cuando dices cosas como esas me hace pensar
que no confías en nosotros.
—Dije que no va a ir —dijo Dan—. Neil, no dejes que te lleve a cualquier lado.
—No son lo suficientemente estúpidos como para creer que es solo un trago.
—No iba a hacerlo —dijo Neil—. Después de todo lo que tuve que soportar de
su parte este año, supuse que no les debía ningún favor.
Traducción por:
Aaron encogió sus hombros y lo dejó pasar. Nicky frotó su cara y murmuró por
lo bajo. Al final del pasillo los de último año los miraban sin poder creerlo. Matt fue el
primero en recuperar su lengua, pero lo mejor que se le ocurrió fue:
—Creí que hablabas francés. Era francés esta mañana, ¿verdad? ¿En lo de
Kathy?
—Nos vamos —dijo Andrew, y cruzó el pasillo con Kevin en sus talones.
La última vez que habían ido a Columbia fue un viaje tranquilo. Esta vez no
podía serlo, ya que Andrew todavía tenía poco más de una hora de energía proveniente
de su medicina. Nicky y Andrew hablaron todo el camino, Nicky sacando temas como
películas y música, y Andrew alegremente discutiendo contra casi todo lo que él decía.
Estaban casi en Columbia cuando las respuestas de Andrew comenzaron a ser más
lentas. Nicky comenzó a dominar más la conversación, y los silencios de Andrew cada
vez eran más largos. Sweetie’s estaba igual de lleno que en la primera visita, pero
tuvieron la suerte de llegar cuando un auto estaba saliendo. Nicky robó el lugar con un
golpe al aire triunfante y los cinco se dirigieron hacia adentro juntos. Había dos grupos
adelante de ellos esperando una mesa. Kevin dio sus nombres a la recepcionista.
Andrew miró a Neil.
Neil no le creía, pero negó con la cabeza. Andrew señaló la mochila de Neil y
fue a buscar los paquetes de galletas. Neil buscó el cartel del baño, pero Nicky lo tocó
en el hombro y lo guio. Neil lo siguió hasta el baño y vació la mochila en la encimera.
Traducción por:
—Sería de mal gusto usar lo mismo dos veces, ¿no? —preguntó Nicky.
—Claro, la próxima vez que Andrew diga que te consiga ropa, solo le diré que
no. Puedo ver como eso saldrá maravillosamente —Nicky rodó sus ojos.
Neil lo miró fijo. Sabía que Andrew no les había dicho sobre su fluidez en
alemán, pero no se había dado cuenta que Andrew tampoco dijo nada sobre su dinero.
Eso quería decir que Andrew había guardado todos sus secretos salvo uno: la verdad
sobre sus ojos. Según Nicky no había sido un gran secreto. Pero Andrew había
encontrado el dinero de Neil antes de su trato en la sala de Wymack. No tenía una
razón para proteger a Neil en ese entonces, ¿por qué se había mantenido callado?
—En serio —dijo Neil al final—. Ahorré algo antes de venir aquí.
—Eso es lo que tú crees. Ahora que eres nuestro, tenemos que cuidarte. Lo
primero en la lista es arreglar tu miserable vestuario —La amplia sonrisa de Nicky
desapareció un poco al ver la expresión de Neil—. Bueno, no. ¿Qué pasa con la
mirada en blanco? No sabes lo que estás haciendo aquí con nosotros esta noche,
¿verdad? ¿Andrew sacó algún tipo de explicación de su delirio usual?
Traducción por:
—Algo así —dijo Neil—. Dijo que iba a tener respuestas para mi más tarde.
—Tienes que estar bromeando —Nicky parecía triste—. Esto quiere decir que
Andrew se quedará contigo, como se quedó con Kevin. Quiere decir que ahora eres
parte de la familia.
Era algo extraño viniendo de Nicky considerando que tenía a sus primos en el
equipo. Juzgando por su gran suspiro, Nicky no tuvo problemas interpretando la
expresión de Neil. Nicky hizo comillas en el aire con sus dedos. Apenas habló, Neil
supo de quién eran las palabras que estaba repitiendo, pero dudaba que Andrew haya
sonado tan cansado cuando lo dijo: “Ser parientes no nos hace familia.”
Nicky metió sus manos en sus bolsillos y miró hacia su reflejo con una mirada
pensativa.
—Sé por qué Andrew se siente de esa manera, y entiendo por qué él y Aaron no
se soportan, pero no estoy dispuesto a rendirme todavía. Quiero arreglar esto y
demostrarles que están equivocados.
—Yo no diría que se odian, pero tienen serios problemas. ¿Tú no los tendrías si
fueras ellos? —preguntó Nicky—. Familia significa algo diferente para nosotros
porque así debe ser. No es sobre la sangre. Ni siquiera es sobre quienes nos caen bien.
Es sobre aquellos a los que Andrew está dispuesto a proteger.
—En parte —dijo Nicky—. Pero mayormente porque eres la razón por la que
Kevin se quedará en nuestro equipo. Andrew cuida la espalda de Kevin, pero tú tienes
su atención. Estás extrañamente igual de obsesionado con el Exy que él. Eso te hace
invaluable para Andrew.
Neil asimiló eso en silencio, luego finalmente recolectó su ropa y giró hacia uno
de los baños individuales. Nicky tocó su hombro antes de que pudiese alejarse del
lavabo.
—Mira, sé que la última vez la cagamos. Por favor créeme cuando te digo que
Andrew solo estaba cuidando al resto de nosotros. No quería arriesgarse. Pero las
cosas son diferentes ahora. Eres uno de nosotros, lo que significa que nunca te
presionaremos para que hagas nada que no quieras, ¿de acuerdo?
La mirada de Nicky era apreciativa cuando Neil volvió, pero por una vez
mantuvo su boca cerrada. Neil comenzó a ir hacia la puerta, luego volvió hacia el
lavabo. Se sacó sus lentes de contacto y los tiró en la basura. Cuando miró hacia el
espejo, ojos azules grandes y brillantes le devolvieron la mirada. Neil no podía ser él
mismo, pero tal vez podría ser el Neil que había mostrado a Andrew en la sala de
Wymack.
Los otros ya estaban sentados para cuando ellos salieron del baño. Una mesera
terminó de tomar su pedido y se movió para dejar sentar a Neil y Nicky. Nicky entró
primero, dejando gentilmente el asiento exterior a Neil.
—Todavía no la he invitado.
Traducción por:
—Creo que Andrew debería invitarla y ver si ella puede notar la diferencia.
—De acuerdo.
La fila fuera de Eden’s Twilight era la mitad de lo que era la última vez. Nicky
culpó a las leyes de Carolina del Sur. Aparentemente no estaba permitido vender
alcohol los domingos, lo que significaba que los bares debían dejar de servir a la
medianoche del sábado. El grupo solo tenía una hora y media para tomar, pero Nicky
prometió que había una reserva en “la casa”.
—Si tienen una casa, ¿por qué se quedaron en la casa de Abby este verano?
—Porque Andrew no quería llevar y traer a Kevin a través del estado todos los
días para ir al entrenamiento —dijo Nicky.
Andrew dejó a Aaron y Kevin cuidando sus lugares y llevó a Neil con él a
buscar sus bebidas. Roland, el barman, estaba trabajando de nuevo. Juzgando por la
expresión en su cara, recordaba a Neil y no podía creer que estuviese de vuelta.
Neil estaba casi seguro de que eso era solo show, pero Roland le pasó un vaso
vacío y una lata cerrada de gaseosa. Neil chequeó que el vaso no tuviese residuos tan
pronto como Roland fue a preparar los otros tragos.
—¿Y el polvo?
—Hay demasiada locura en este sistema como para que el polvo haga una
diferencia, supongo. Empezamos a consumir polvo por Aaron. Él necesitaba algo más
sano cuando estaba saliendo de todo lo que su madre le dio.
—Nicky dice que solo me quieres aquí por Kevin —dijo Neil—. ¿Qué pasa si
Kevin se aburre de mí?
Roland volvió con una bandeja de bebidas. Andrew la tomó e indicó a Neil que
se adelantara mientras la levantaba sobre su cabeza. Recién había terminado de
descargar todas las bebidas en la mesa cuando apareció Nicky.
Neil pensó que los había visto beber rápido la última vez. Pero no se comparaba
con esta noche que tenían el reloj corriendo hacia la medianoche. Neil destapó su
gaseosa y los miró emborracharse. Ellos abrieron el polvo más temprano esta vez, y
Aaron y Nicky desaparecieron en la pista poco tiempo después. Andrew juntó los
vasos vacíos y llevó la bandeja hacia el bar.
Era la primera vez que Neil y Kevin estaban solos desde la transmisión en vivo.
A pesar de todo lo que había sucedido ese día, no tenían nada para decirse. Miraron
fijo hacia direcciones opuestas y se sentaron en un silencio incomodo la media hora
que Andrew no estuvo presente. Neil estaba empezando a pensar que Andrew se había
perdido en el camino de vuelta cuando Andrew finalmente volvió con una bandeja
cargada de bebidas. Neil casi dijo algo sobre ello, pero lo dejó pasar para verlos tomar.
La última llamada fue cuando faltaban diez minutos para la medianoche. Aaron
y Nicky volvieron para la última ronda.
Traducción por:
Kevin tuvo que usar a Andrew para poder levantarse después de ahogarse con
trece tragos en una hora y media. Neil pensó que era un milagro que siguiera parado.
Andrew ayudó a Kevin, así que Neil se encargó de que Nicky no bajara de la acera a la
calle. Neil se ofreció a manejar, pero Andrew lo ignoró y se subió al asiento del
conductor.
Neil no recordaba cuando salieron del club la última vez, así que esta vez prestó
atención al camino. La casa estaba a siete minutos, un corto tramo al salir de la
interestatal y se encontraba en un barrio pequeño. Andrew estaba estacionando el auto
en el frente cuando sonó el celular de Aaron. Aaron lo buscó torpemente, pero le tomó
cuatro timbres encontrarlo. Lo abrió, miró confundido la pantalla, e hizo una cara.
—El entrenador —dijo, y atendió—. ¿Sabes la hora que es? ¿Qué? Espera,
¿qué? Estás mintiendo. ¡No te creo!
—No. ¿Qué?
—Se había limpiado de la mayoría unos años atrás —dijo Andrew—. Lo único
que consumía ahora era antidepresivos. Curioso.
Neil lo miró, sorprendido por cuan mal lo estaban tomado Nicky y Aaron. Se
preguntó si se suponía que él debía sentir algo más además de sorpresa, pero su
chequeo mental volvió vacío. Él había crecido rodeado de muerte. Ahora, no era nada
más que hielo en su sistema y un recordatorio de que debía mantenerse en
movimiento. Seth debería ser una excepción, ya que Neil había estaba viviendo con él
durante meses, pero nunca le había caído bien.
Nicky se retorció.
Nicky salió del auto y caminó ida y vuelta en la entrada con sus manos unidas
detrás de su cuello. Neil miró de Aaron a Kevin, y entonces se deslizó por la puerta
Traducción por:
abierta de Nicky. Andrew estaba jugueteando con sus llaves en la galería de entrada
cuando Neil lo alcanzó. Andrew terminó con lo que estaba haciendo, pasó las llaves a
una mano, y señaló con su cigarrillo a la cara de Neil.
—No entiendo el suicidio —dijo Neil—. Mantenerme con vida ha sido siempre
tan importante que no puedo imaginar cómo debe ser realmente querer morir.
—Él no lo quería —dijo Andrew, como si Neil estuviese siendo estúpido. Abrió
la puerta pero ni se preocupó por prender las luces antes de entrar. Neil lo siguió por el
oscuro pasillo y dejó la puerta abierta para el resto—. Él quería una escapatoria
durante un tiempo, un par de horas donde no tuviese que pensar o sentir. El problema
es que eligió una escapatoria con la que es fácil morirse. Eso es su culpa.
—¿Es por eso que tú tomas? —preguntó Neil—. ¿No quieres sentir?
Andrew se volteó para encararlo. Neil no lo esperaba y casi se golpeó contra él.
Andrew clavó su dedo en la garganta de Neil en advertencia. Así de cerca, Neil podía
oler el alcohol y los cigarrillos en él. Eso lo hizo pensar en su madre convirtiéndose en
cenizas en la playa. Él se acercó sin pensarlo y tomó el cigarrillo de Andrew. Por
alguna razón Andrew dejó que lo conservara.
—Seth solo toma las pastillas cuando él y Allison no están juntos —dijo
Andrew—. Cuando están juntos, ella es suficiente como para mantenerlo en su lugar.
Ella fue con él esta noche, así que se habría asegurado de que él haya dejado las
pastillas en el dormitorio. Sabe que le gusta mezclarlas con alcohol.
—No fue su elección —dijo Andrew—. Mi teoría dice que Riko ganó esta
ronda.
—Tú dijiste que nuestra mayor fortaleza estaba en nuestro tamaño pequeño.
¿Qué tan fuerte te sientes ahora que fuiste lanzado hacia la titularidad? ¿Crees que tú y
Kevin están listos para llevarnos al campeonato?
—Se suponía que debían quedarse en el campus esta noche —dijo Andrew—.
Renee vino luego de que te fuiste y preguntó que tan pronto debíamos esperar una
respuesta de Riko. Kevin dijo que esta noche. Qué lástima que no viste el pánico en
sus cuerpos cuando se dieron cuenta de que no estabas en los dormitorios. Les dije que
estarías de vuelta a las nueve, así que hicieron sus planeas alrededor de ti.
Neil recordó lo aliviado que lucía Matt cuando lo vio en el pasillo. Más que eso,
recordaba la incredulidad de Nicky al saber que Allison y Seth se estaban yendo.
Nicky nunca les prestaba atención a ellos y no le debería haber importado que estén
sociabilizando. Él reaccionó porque se estaban desviando del plan.
—Tú no tienes que hacerlo —dijo Andrew—. Yo sí, y yo digo que las
probabilidades son buenas. Los Foxes son famosos por tener temporadas terribles,
pero la mala suerte llega hasta cierto punto. Una muerte es una tragedia creíble. Dos
nos lleva debajo del mínimo de jugadores que necesitamos para competir. El
entrenador Moriyama quiere que Kevin y Riko se enfrenten en la cancha, por lo tanto,
Riko no puede arriesgarse a descalificarnos.
Neil no dijo nada. Andrew enganchó sus dedos en el cuello de la remera de Neil
y tiró lo suficiente para que Neil lo sintiera.
—Sé lo que estoy haciendo. Sabía lo que estaba aceptando al ponerme del lado
de Kevin. Sabía lo que nos costaría y hasta donde iba a tener que llegar. ¿Me
entiendes? Tú no te irás a ningún lado. Tú te quedas aquí.
Andrew no lo soltó hasta que Neil asintió, y entonces alcanzó la mano de Neil.
Él tomó su cigarrillo de nuevo, lo puso entre sus labios, y presionó una llave cálida en
la palma vacía de Neil. Neil levantó su mano para mirarla. El logo grabado en ella
decía que era una copia. De dónde, Neil no sabía, pero solo le tomó un momento darse
cuenta. Andrew usó esa llave para abrir la puerta del frente y luego la sacó del llavero
en el porche. Ahora se la estaba dando a Neil.
Andrew rodeó a Neil y fue hacia la puerta del frente. Él no tenía simpatía o
consuelo para su familia mientras asimilaban la inesperada muerte de Seth, pero los
vigilaría desde la puerta de entrada hasta que estén bien otra vez. Fue más difícil de lo
que debería ser para Neil dejar de mirarlo, pero finalmente avanzó por el pasillo. Pasó
la sala de estar, luego volvió y se acurrucó en uno de los sillones reclinables.