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SINOPSIS
Los Foxes son un lío fracturado, pero su último desastre tal vez sea el milagro
que siempre necesitaron para acercarse como equipo. La única persona en su camino
es Andrew, y el único que puede romper sus barreras personales es Neil.
Los días de Neil están contados, pero él está aprendiendo de la manera más
difícil a luchar por lo que cree, y Neil cree en Andrew incluso si él no cree en sí
mismo.
Traducción:
TRIGGER WARKINGS
(ADVERTENCIAS DE CONTENIDO
SENSIBLE)
Ésta trilogía posee elementos que pueden resultar chocantes para algunas
personas. Muchos pueden ser spoiler de cosas que sucederán en la trama así que si
consideran que les da igual eviten leerlos. De lo contrario, acá los enumeramos:
Suicidio
Tortura física (explícita)
Violencia psicológica
Uso de drogas
Abuso sexual (semi-explícito)
Uso de armas.
1
Afuera parecía Halloween, sólo que dos meses antes. La semana anterior, la
Universidad del estado de Palmetto estaba cubierta con serpentinas naranjas y blancas
para celebrar el comienzo de año. El fin de semana alguien había reemplazado todas
las cintas blancas por unas negras. Daba la impresión de que el campus estaba de luto.
Neil Josten creyó que parecía un tributo barato, pero quizá haya sido su cinismo
hablando.
Se perdonó a sí mismo por sentirse hastiado. A los dieciocho años, había visto
más personas muertas de las que podía contar. La muerte era desagradable, pero era un
dolor familiar y tolerable en su pecho. La inesperada sobredosis de Seth Gordon la
noche del sábado debería haber significado más para Neil ya que habían sido
compañeros de equipo y de cuarto por tres meses, pero Neil no sentía nada.
Mantenerse vivo era lo suficientemente difícil la mayoría de los días; no tenía tiempo
para que las tragedias de los demás lo retrasaran.
Nicky acercó su mano a la radio otra vez. Kevin Day estaba en el asiento del
copiloto, así que vio a Nicky moverse primero. Empujó su mano y dijo: —Está bien.
Déjalo.
—No quiero hacer esto —respondió Nicky, en una voz baja y miserable.
Nadie contestó, pero Neil creyó que todos estaban de acuerdo. Ninguno
esperaba la práctica de ese día, pero no podían tomarse mucho tiempo libre cuando la
temporada ya estaba en marcha. Al menos, el entrenador David Wymack los había
llamado a la corte la tarde del miércoles. Andrew Minyard, el hermano gemelo de
Aaron, tenía su sesión de terapia semanal los miércoles.
Traducción por:
Seth murió el sábado en la noche y fue cremado la tarde del lunes. Por lo que
Neil había oído, la madre de Seth firmó todo, pero no se presentó en el crematorio
para recoger las cenizas de su hijo. Allison Reynolds, la novia intermitente de Seth y
la distribuidora defensiva de los Foxes, se quedó con la urna. Neil no sabía si ella
planeaba enterrarla o quedársela en el dormitorio por el resto del año. No planeaba
preguntar. Aún no sabía qué pensar del rol que él podría haber jugado en la muerte de
Seth. Hasta que descifrara aquello, prefería evitar a Allison.
Allison no estaría en la práctica de hoy, pero los demás sí. Neil no había visto a
los de último año desde el domingo a la mañana, y sabía que la reunión sería dura.
Sólo quedaban dos días antes del segundo juego de la temporada, y tenían que
ensamblarse de alguna manera. Los Foxes nunca tuvieron buenas posibilidades a su
favor, pero lo que quedaba del año comenzaba a verse desolado. Ya eran el equipo
más pequeño de la Clase I de Exy de la NCAA. Ahora eran el equipo más pequeño
que se podía ser y todavía calificar para jugar. Habían perdido a su único estudiante de
último año, y lo que les quedaba de defensa en el equipo consistía en un campeón
nacional lesionado y un amateur.
negros se extendían por todo el largo: cada poste de luz en el estacionamiento y cada
una de las veinticuatro entradas estaban cubiertas en cintas. La entrada cerrada de los
Foxes estaba cubierta en un silencioso tributo. Fotos de Seth con amigos y notas
escritas por profesores estaban pegadas a la puerta.
Nicky paró cerca de la acera, pero no apagó el motor. Neil salió del asiento
trasero y miró por encima del capó para contar las patrullas. La presencia de Kevin en
el equipo significaba que los Foxes necesitaban seguridad a tiempo completo, pero los
número se habían duplicado en el verano, luego de que el antiguo equipo de Kevin se
transfiriera al distrito del sudeste. Neil estaba acostumbrándose a ver policías en el
campus a donde sea que vaya, pero siempre odiaría verlos.
Nicky manejó lejos en cuanto Aaron y Kevin se bajaron. No tenía sentido que se
cambiara para la práctica ahora, ya que debía buscar a Andrew del Centro Médico
Reddin en media hora. Neil observó el auto salir del estacionamiento hacia el camino,
luego miró a sus compañeros.
No era ningún secreto que el grupo de cuatro de Andrew odiaba a Seth, pero
Aaron y Nicky eran lo suficientemente humanos para estar aturdidos por su abrupta
muerte. La reacción inicial de Kevin a las noticias fue descorazonada, pero había
estado intoxicado en aquel momento. Neil no sabía si había sentido algún
remordimiento luego de desembriagarse.
Neil sentía curiosidad sobre quién sería el primero en recurrir a la apatía, pero
no era lo suficientemente paciente. Cuando treinta segundos pasaron y ninguno se
movió, Neil se rindió y se movió hacia la entrada de los Foxes. Se suponía que el
código cambiaba cada un par de meses, pero con los Ravens en su distrito Wymack
ahora lo cambiaba cada semana. Esta semana eran los últimos cuatro dígitos del
número de Abby. Neil comenzaba a creer que sus compañeros tenían razón sobre la
invisible relación entre Wymack y Abby.
Se movieron hacia el vestuario. La puerta no estaba con llave y las luces dentro
estaban encendidas, pero el salón estaba vacío. Neil se fue a investigar mientras Aaron
y Kevin se acomodaban. Un pasillo conectaba el salón con el vestíbulo, la habitación
oficial que los Foxes utilizaban para hablar con la prensa antes y después de los
juegos. La puerta en el fondo del vestíbulo, que llevaba al estadio, todavía estaba con
llave. Neil caminó hasta el pasillo donde estaban los vestuarios y las oficinas. La
Traducción por:
oficina de Wymack estaba cerrada, pero si Neil escuchaba por un minuto, podría oír la
voz sorda de Wymack a través de la madera. Satisfecho de que no había nadie que no
debía estar ahí, Neil volvió con los demás.
Aaron y Kevin acomodaban los muebles cuando Neil entró. Neil los observó
mover las sillas y sofás en forma de V, y luego preguntó: —¿Qué están haciendo?
—Cuatro personas apenas podían entrar en el sofá. Cinco está fuera de lugar.
—¿Cinco?
Hasta la noche del sábado, Neil no había sido lo suficientemente estúpido como
para creer que tenía un lugar. Andrew prometió que podía cambiar eso, pero su
protección tenía precio. Andrew protegería a Neil de su pasado si Neil lo ayudaba a
mantener a Kevin en Palmetto. Sonaba fácil, pero Nicky le aseguró que no lo era. Neil
debía hacerlo desde dentro del disfuncional grupo de Andrew. No podría ocultar nada
más.
Neil observó el nuevo orden del salón otra vez, y entendió. Ese verano los
cuatro de Andrew se habían apretujado en un sofá. Ahora podían extenderse, tres en el
sofá y dos en las sillas de los costados. Los estudiantes de segundo ciclo tendrían el
sofá y la silla frente a ellos.
Neil se movió hacia la silla del final, ya que siempre tuvo la silla de afuera, pero
Aaron se sentó en ella primero. Neil dudó un segundo demasiado largo, y finalmente,
Aaron lo deletreó para él: —Vas en el sofá con Kevin y Andrew. Siéntate.
—Ustedes son su familia —respondió Neil, como si eso significara algo para
ellos. Wymack sólo reclutaba atletas de familias rotas. En la Corte de los Foxes,
“familia” era una palabra de fantasía inventada para hacer los libros y las películas de
Hollywood más interesantes. Neil sabía que era una causa perdida incluso mientras lo
decía, así que tomó el asiento que Aaron le asignó.
Kevin se sentó luego de que Neil lo hizo, dejando un espacio entre ellos para
Andrew. Neil observó la habitación otra vez y se preguntó cómo se ajustarían los
estudiantes de segundo ciclo ante la nueva imagen. Su vista cayó en el enorme
calendario que colgaba sobre el televisor y se le formó un nudo en su estómago
mientras leía la lista. El viernes 13 de octubre era el día en que los últimos calificados
Foxes se enfrentarían antes los primeros calificados Ravens de la Universidad Edgar
Allan. Estaba destinado a ser un desastre.
terminar la llamada. Entró en el salón unos segundos después, y siguió con la mirada
el dedo de Neil. Miró desde Neil hasta Kevin, luego a Aaron, luego el salón con su
nuevo orden, y finalmente a Neil otra vez.
—Abby me escribió un discurso para leerles esta tarde. Sonaba lindo, tenía
muchas partes sobre coraje, pérdida y reunirse en un momento de necesidad. Lo rompí
y tiré en el cesto de basura a un lago de mi escritorio. No estoy aquí para ofrecerles
palabras lindas y palmadas en la espaldas. No estoy aquí para ser un hombre sobre el
cual llorar. Lleven eso a Abby o vayan hasta Reddin y hablen con Betsy. Mi trabajo es
ser su entrenador no importa qué, mantenerlos en movimiento y llevarlos a la corte ya
sea que estén preparados para estar ahí o no. Eso probablemente me vuelva el malo
aquí, pero todos debemos vivir con eso.
Wymack miró las sillas vacías frente a él. El equipo de Exy de Palmetto estaba
en su quinto año. Wymack construyó a los Foxes desde sus cimientos y eligió a Seth
en su primera línea de jugada. Entre los problemas personales de los jugadores, el
defectuoso contrato original que dejaba irse a los jugadores, y la opción de graduarse
en cuatro años en vez de cinco, Seth fue el único que llegó al quinto año con el equipo.
Seth había sido muchas cosas, sobre todo desagradable, pero definitivamente había
sido un luchador. Y ahora se había ido.
A la rara idea que Wymack tenía de charla le faltaba su inusual ira fingida, pero
sus palabras eran lo suficientemente familiares para poner al equipo en marcha. El
vestuario de hombres estaba silencioso mientras se vestían. Neil llevó sus cosas hasta
uno de los cubículos para cambiarse. Vidrios separaban los retretes de los cubículos
para bañarse, y Neil paró de camino a ellos para mirar su reflexión.
Neil tenía una relación amor-odio con su reflejo por necesidad. Era la viva
imagen del padre asesino del cual había huido ocho años atrás. Tinte para cabello y
lentes de contacto eran la manera más fácil de ocultar su rostro, pero mantenerlos
mientras vivía con los Foxes era exhaustivo. Revisaba sus raíces dos veces al día cada
día y dormía con su espalda hacia la habitación para poder sacarse los contactos de
noche. El estuche se mantenía en la funda de su almohada, y tenía un par de
emergencia en su billetera. Era difícil, pero lo había ayudado a mantenerse con vida y
a salvo. Neil no creía que siguiera siendo suficiente.
No se dio cuenta cuánto tiempo estuvo estancado hasta que Matt y Kevin fueron
a buscarlo. Vio sus reflejos mientras entraban por la puerta detrás de él, pero no se
giró.
—No —interrumpió Neil, antes de que Kevin pudiera responder—, tiene razón.
Las chances de que el entrenador encuentre otro anotador cuando ya comenzó el año
son bajas. Hasta que se le ocurra algo, Kevin y yo somos lo único que tienen, y
ninguno de los dos somos lo suficientemente buenos.
—¿Oíste esto, Kevin? —dijo Matt—. Tu alumno dijo que eres incompetente.
No negó sus palabras, y Neil lo notó incluso aunque Matt no lo hizo. Kevin fue
criado como un anotador zurdo, pero Riko rompió su mano jugadora el diciembre
pasado en un ataque de celos. Kevin había estado intentando reaprender el juego
jugando diestro desde marzo, pero no estaba ni cerca de ser tan bueno como alguna
vez lo había sido. La opinión pública decía que era un genio por manejar el juego estos
días, pero Kevin sentía su caída en la desgracia de manera penetrante. No importaba
qué tan brutal Kevin fuera con el resto del equipo, era peor consigo mismo. Era la
única razón por la cual Neil soportaba su condescendencia.
Neil observó a los estudiantes de segundo ciclo para juzgar sus reacciones
mientras Nicky y Andrew se les unían en el salón. Dan volvió a su estiramiento luego
de una rápida mirada en su dirección, y la expresión de Matt se endureció luego de
notar la mirada sonriente de Andrew. Sólo Renee sonrió, y su voz era tranquila, quizá
baja, cuando dijo ‘hola’.
Andrew aceptó aquello sin argumento y desapareció dentro del vestidor para
cambiarse. Nicky vaciló un segundo, viéndose nervioso mientras enfrentaba a sus
Traducción por:
compañeros por primera vez en días. Dan lo observó otra vez, pero su mirada no se
veía alentadora.
—Algo así —dijo Dan. No preguntó cómo estaba Nicky. Lo más probable era
que no le interesaba.
Nicky no dijo nada por un momento, hasta que: —¿Cómo está Allison?
Wymack esperó hasta estar seguro de que todos habían terminado y le hizo un
gesto a Nicky.
Nicky fue hasta el vestuario mientras Wymack buscaba su celular. Neil estaba
parado en el fondo del salón, cerca del pasillo, así que oyó a Wymack responder. A
pesar de su obvio enojo, aún sonaba civilizado.
—No fui yo, ¡fue el hombre de un brazo! —gritó Andrew desde donde no se lo
podía ver.
Traducción por:
Wymack frunció el ceño hacia él, encendió el micrófono otra vez y puso el
teléfono en su oreja.
Wymack le hizo una seña para que se callara, pero Andrew le tomó la muñeca y
le quitó el teléfono. Wymack tomó el jersey de Andrew antes de que éste pudiera
correr. Andrew ni siquiera trató de liberarse, pero miró el teléfono en su mano como si
nunca hubiera visto aquella tecnología.
—Cerdo Higgins, ¿eres tú? —Andrew preguntó—. Oh, sí lo eres. Sí, estoy
sorprendido. ¿Olvidaste que no me gustan las sorpresas? ¿Qué? No, no des vueltas. No
me perseguirías luego de todo este tiempo sólo para charlar, así que, ¿qué quieres? —
Andrew se quedó en silencio unos segundos para escuchar, luego dijo:— No. —Y
colgó.
El teléfono comenzó a sonar otra vez casi instantáneamente. Los Foxes estaban
mirando con curiosidad, olvidando sus estiramientos. Wymack no les ordenó que
volvieran a lo suyo, así que Matt se sentó en una de las bancas para observar la extraña
escena. Andrew tiró de su jersey hasta que Wymack lo soltó, y puso espacio entre
ellos tan rápido como pudo. Se apoyó contra la pared, tapó su oreja con la mano libre,
y atendió el teléfono.
Traducción por:
Andrew colgó otra vez, pero Higgins era lo suficientemente persistente como
para llamar una tercera vez. Andrew lo dejó sonar cinco veces hasta que atendió con
un suspiro exagerado.
Higgins habló por unos buenos dos minutos. Lo que sea que estaba diciendo no
podía ser bueno; la conversación estaba visiblemente haciendo desaparecer la manía
inducida por drogas de Andrew. Su sonrisa ya no estaba presente, y comenzó a mover
el pie a mitad de la historia de Higgins. Movió su mirada lejos de Aaron cuando el
último gramo de felicidad en su rostro desapareció, y en cambio, observó el techo.
—¿Qué es lo gracioso? —dijo Nicky mientras se les unía—. ¿De qué me perdí?
—Espero que esa haya sido una pregunta retórica —dijo Wymack, para nada
impresionado por el acto de inocencia de Andrew—. ¿Por qué te llama la policía de
Oakland?
Traducción por:
—Sí, sí, me siento halagado de que me recuerde, o algo así. —Andrew agitó la
mano en un vago gesto de ‘¿qué puedo hacer?’ y caminó hacia la puerta—. Los veré
mañana.
—Creo que estoy contrayendo algo. Tos, tos. Será mejor que me vaya antes de
infectar a tu equipo. Son tan pocos. No puedes permitirte perder a uno más.
Andrew giró y golpeó la pared con tanta fuerza que la piel de sus nudillos se
salió. Kevin dio un paso rápido delante, con la mano estirada como si pudiera detener
un segundo golpe de Andrew, pero Wymack estaba más cerca. Andrew no miró a
Kevin para reconocer la interferencia. Sólo cuando Kevin dio un paso atrás Andrew
trató de soltarse del agarre de Wymack.
Wymack miró con frustración entre ambos, pero Aaron miraba el suelo, y la
sonrisa de Andrew no explicaba nada. Finalmente bajó la mano y dijo: —Tú y yo
vamos a tener una larga charla luego, Andrew.
—Claro —dijo Andrew, una gran mentira. Se había ido un segundo después.
—En serio, —dijo Nicky una vez que la puerta se cerró con fuerza después de
Andrew— ¿qué me perdí?
—No lo sé —repitió Aaron, más alto—. No sé por qué Higgins llama. Llámalo
de nuevo o ve con Andrew si quieres respuestas. Fue el mentor de Andrew, no el mío.
Sólo vi al tipo una vez.
2
La críptica observación de Aaron fue la única respuesta que le sacaron en la
práctica. Wymack dejó de preguntar al momento que las cosas se volvieron
personales. Neil esperaba que los estudiantes de segundo ciclo dijeran algo una vez
que Wymack quedó del otro lado de las paredes de la corte, pero aparentemente
compartían el tacto de Wymack. Le dieron miradas curiosas a Aaron y Nicky de vez
en cuando, pero ninguno pidió alguna explicación.
Sin Seth alrededor para comenzar peleas con Kevin y Nicky, Allison cerca para
alborotar a cualquiera cerca de ella o Andrew charlando en la portería, los ejercicios
estuvieron casi alarmantemente quietos. La práctica habría sido un completo
desperdicio de tiempo de no ser por Kevin y Dan. Kevin era demasiado determinado
para dejar que alguien lo distrajera cuando estaba en la corte, y Dan conocía su rol
como capitana. Los mantuvo en movimiento cuando paraban y comenzaban a hablar
en los momentos de incómodo silencio. Incluso así, Neil sintió que todos estuvieron
aliviados una vez que Wymack terminó la práctica.
Dejaron el estadio al mismo tiempo, pero el disgusto de Nicky por las leyes de
tráfico los llevó a la Fox Tower antes. Nicky encontró un espacio cerca del fondo del
estacionamiento de los atletas y fueron al dormitorio en grupo. A mitad de camino
notaron una figura esperándolos en la acera. Andrew estaba sentado con las piernas
cruzadas en el cordón de la acera, las manos en sus tobillos mientras los observaba
acercarse.
Neil miró atrás mientras Matt entraba al estacionamiento. Dio dos vueltas antes
de encontrar un lugar lo suficientemente grande para que su camioneta entrara.
Andrew golpeó la cara de Nicky en una silenciosa orden para que se quitara del
camino, así que Nicky se levantó y se movió a un costado. Andrew esperó hasta que
Dan, Matt y Renee estuvieran lo suficientemente cerca para oírlo antes de levantar la
mano en un saludo y hablar.
Nicky frotó sus brazos como si estuviera pasando un escalofrío, aunque hicieran
37 grados afuera, y sacudió su barbilla hacia la puerta.
Matt respiró hondo y finalmente usó la llave. Abrió la puerta, y luego se movió
lejos de la entrada, apretando con fuerza la mano de Dan. La expresión severa de Dan
hizo que Neil intentara ojear dentro, pero no podía ver mucho con Matt delante. No
tuvo que esperar mucho; Dan reunió el coraje para moverse primero y empujó a Matt
dentro del cuarto con ella. Neil se paró un segundo en la entrada para mirar los
cambios.
Neil dejó a Matt y Dan observando el nuevo vacío y fue hacia la habitación. Su
cama y la de Matt seguían estando una sobre la otra, pero la de Seth había sido sacada
por los servicios de residentes. Los dos aparadores que antes habían estado escondidos
bajo la cama de Seth ahora estaban expuestos en la habitación, cubiertos por una capa
de polvo. Era como si Seth nunca hubiera estado ahí, como si no hubiera existido en
absoluto.
Kevin y Nicky no tardaron mucho en unírseles. Nicky llevó consigo ron y una
botella abierta de cola, así que Kevin tomó un par de vasos de las gabinetes de la
cocina. Nicky quitó su mirada del nuevo espacio vacío en la habitación con un obvio
esfuerzo. Puso las bebidas en la mesa ratonera luego de arrodillarse frente a Dan y
Matt. Kevin puso cinco vasos en la mesa y se sentó junto a Nicky.
Traducción por:
Neil tomó su vaso de la mesa antes de que Nicky pudiera servirle algo, y se
sentó al final de la mesa ratonera donde podía verlos a todos. Nicky sirvió los tragos,
los pasó, y levantó su vaso en un silencioso brindis. Nadie se le unió, pero él no
esperó. Tomó la mitad de su trago sin siquiera pensarlo. Lo rellenó con más ron y
volvió a mirar el espacio vacío donde estaba el escritorio de Seth.
Nicky hizo una mueca, pero Neil no supo qué le molestó más: la pregunta, o el
tono duro de Matt.
—Son gemelos —dijo Nicky. Esperó a que todos entendieron, miró a cada uno,
y luego frunció el ceño con incredulidad—. Piénsenlo un segundo, ¿sí? Imaginen que
son mi tía Tilda. ¿Cuán ansiosos estarían por decirle a Aaron que abandonaron a su
hermano luego del parto? Ella creía, o esperaba, que el secreto se quedaría enterrado
por siempre.
—Sí, y es la razón por la cual creo en el destino. Aaron nació y fue criado en
San José. Aparentemente, la tía Tilda se aburrió de salir con hombres locales y
comenzó con las citas en línea. Cuando Aaron cumplió los 13, la tía Tilda comenzó a
salir con este nuevo tipo de Oakland. Su novio creyó que podían ir a un juego de los
Raiders, algo lindo y público y divertido, así que subieron a Aaron al auto y partieron.
Aaron dijo que estaba en un puesto de comida cuando este policía se le acercó,
llamándolo Andrew y hablándole como si se conocieran. Aaron creyó que estaba loco
o confundido, pero no le tomó mucho al policía darse cuenta de que algo estaba mal.
—Sí. Tan pronto como Higgins descubrió que tenía al hermano equivocado,
hizo que Aaron lo llevara con la tía Tilda. Realmente, Higgins creyó que la tía Tilda
era una madre adoptiva, y que Aaron y Andrew de alguna manera se habían separado
Traducción por:
en el sistema. Higgins quiso reunirlos, así que Tilda le dio su número y se llevó a
Aaron a casa de nuevo. No sé por qué se molestó en hacerlo. Tal vez estaba demasiado
avergonzada para decir que no, o no quería explicarle a un policía lo que sucedía. De
cualquier manera, la madre adoptiva de Andrew la llamó al día siguiente para
organizar un encuentro, y Tilda se negó. Le dijo a los padres adoptivos que no quería
tener nada que ver con Andrew, no quería saber cómo él era o qué hacía, nada. Incluso
los hizo prometer que no volverían a contactarla.
—Oh, sí. Aaron contó que pelearon. Pero la tía Tilda no daría el brazo a torcer,
así que Aaron actuó a sus espaldas y llamó a la policía de Oakland. Contactó al
coordinador PAL y le dio su información para pasársela a Andrew. Dos semanas
después recibió una carta que básicamente decía ‘vete a la mierda’.
—Así que, ¿cómo hizo Aaron para que Andrew cambiara de opinión? —
preguntó Dan.
—No lo hizo.
adoptiva de Andrew le escribió una carta. Quería que Aaron tratara otra vez en
primavera, y dijo algo sobre las festividades siendo duras y con demasiados cambios
en la casa. Así que Aaron esperó, pero esperó demasiado. En marzo Andrew se fue a
la prisión juvenil, y Aaron comenzó a replantearse lo de su hermano. Dos meses
después la tía Tilda vendió su casa en San José y se mudó con Aaron a Columbia.
—Papá se enteró de Andrew hace cinco años, así que… —Nicky contó con sus
dedos—. Cuatro años y medio, más o menos. Papá fue a California para entrevistar a
la familia adoptiva de Andrew y paró en la prisión juvenil. Un mes después, voló a
Aaron para que él y Andrew pudieran hablar, pero no cuento esa sesión supervisada de
media hora como su primer encuentro. Se conocieron realmente cuando Andrew
consiguió la libertad condicional anticipada un año después y papá convenció a Tilda
de llevarse a Andrew a casa. —Nicky toqueteó el vaso de su bebida por un segundo—.
Es raro cuando lo piensas, ¿verdad? Sólo se conocen hace como tres años.
—¿Eso está bien? —preguntó Dan—. No sonó como una llamada para
reconectar. ¿Y si alguien encontró algún crimen viejo que podría sacarlo de la corte?
Tal vez Phil llamaba para advertirle sobre alguna investigación.
De alguna manera, Kevin y Nicky terminaron cenando con ellos. Era la primera
vez desde que los estudiantes de segundo ciclo se habían mudado al campus en junio
que Neil veía a los del grupo de Andrew socializar con el resto del equipo. Neil lo
atribuyó a la falta de los gemelos. Había oído a Nicky quejarse con Aaron sobre cómo
los gemelos estaban aislados del resto, pero a Aaron no pareció importarle la molestia
Traducción por:
de Nicky. Ahora, sin Aaron para distraerlo o Andrew para moverlo fuera del camino,
Nicky era libre de hacer lo que quisiera.
Ordenaron delivery para no tener que salir otra vez, y Dan puso una película
para evitar conversaciones incómodas. La película terminó antes de que sus
compañeros volvieran, pero Nicky no iba a probar su suerte.
—Nos vemos en la mañana —se despidió Dan y cerró la puerta detrás de ambos
hombres. Cuanto se dio vuelta, le landó una mirada extraña a Matt—. Eso fue raro.
—Sí —asintió Matt—. ¿Cuántas chances hay de que pase otra vez?
—Matt —dijo Dan, pero lo pensó otra vez. Lanzó una mirada hacia la pared
donde había estado el escritorio de Seth, como si no estuviera segura de lo que iba a
decir—. ¿Qué significa esto para nuestra temporada?
Debido a que Wymack sólo reclutaba individuos con problemas, los Foxes
habían sido un equipo fracturado desde el día uno. Eran un equipo sin concepto de
trabajo en equipo, y determinaban su jerarquía por la fuerza. Pero cuando las prácticas
de verano empezaron, el 90% de sus conflictos en la corte comenzaban por Seth. Seth
siempre estaba listo para pelear con Kevin y los primos. No trabajaba con ninguno en
la corte y se negaba a negociar con ellos. Aquello constantemente forzaba a los Foxes
a elegir un bando.
—Pero… —dijo Dan, porque tanto ella como Neil lo oyeron en el tono de Matt.
—No entiendo.
Traducción por:
—Vimos esto pasar antes, con Kevin —explicó Matt—. Ellos te reclamaron.
Ahora te van a arrastrar por su agujero de conejos.
—No te hundas tanto como para olvidarte de nosotros, ¿está bien? Pon un pie
adentro de su agujero y mantén otro afuera con nosotros. Serás la pieza que finalmente
nos una como equipo. No llegaremos a las finales sin ellos. Prométeme que lo
intentarás.
—Lo intentaré.
Dan se sentó en el sofá y empujó a Matt con ella. Neil se sentó en su escritorio e
intentó adelantar un poco de su tarea. Apenas era la segunda semana de clases, y ya
estaba atrasado. Intentó leer sus notas de química, pero un par de párrafos más tarde
comenzó a perder concentración. Logró leer tres páginas más antes de rendirse y
empujar su libro en el escritorio.
Neil preferiría reprobar antes que pasar más tiempo con Aaron. Su tarea de
español fue más fácil de terminar, pero la de historia era demasiado aburrida como
para hacerla. Neil dejó aquel libro sobre el de química y se quedó mirando su tarea de
inglés. Se esforzó a medias en intentarlo, pero luego comenzó a revolver su mochila
Traducción por:
para buscar su libro de matemáticas. Mientras lo hacía, notó que Dan y Matt lo
miraban.
—Cuatro clases —soltó Dan, levantando cuatro dedos hacia Neil—. Eso es lo
que se necesita para ser considerado un estudiante de tiempo completo. Eso es lo que
quiero que tomes este semestre, ¿bien? Resuelve cuáles son las que harán tu vida más
difícil y deshazte de ellas. No le harás un favor a nadie agotándote tan temprano.
—En tus primeras dos semanas, sí —dijo Matt—. ¿Dónde está tu programa?
Déjame verlo.
Neil revolvió un basurero hasta encontrarlo y lo pasó. Dan le hizo señas para
que se sentara en un lugar libre a su lado. Sostuvo el programa para que todos
pudieran verlo.
—¿Ves esto? —preguntó, señalando las clases de los lunes, miércoles y viernes
de Neil—. Estas no pueden quedarse. Si no te dejas tiempo para respirar, te vas a
quebrar. Cuando estaba en la secundaria tenía un trabajo de noche, iba al colegio, y era
capitana de mi equipo de Exy. Me hizo odiar toda mi vida. No quiero que pases lo
mismo. Matt dijo que Kevin y tú tienen prácticas nocturnas además de todo. Dime,
¿Cuándo duermes?
—Dan tuvo varios años para perfeccionar ese discurso —soltó Matt—. Si la
Corte es tu propósito, nunca necesitarás estas clases. El colegio es sólo un medio para
un fin y una excusa para jugar Exy, así que no te mates por eso. Mira, traeré mi
computadora así podremos entrar en el portal escolar.
Eso hizo a historia y química sus primeras opciones, debido a que las odiaba.
Neil no era fan de sus clases de inglés ni discurso, pero aquellas lecciones podían
servirle cuando tuviera que huir. Necesitaba sus clases de español por supuesto, y
matemáticas se le hacía interesante.
—Sí, gracias.
—No nos agradezcas, pero recuérdanos —dijo Dan—. Somos tus compañeros
de equipo. Estamos aquí para ayudarte con lo que sea que necesites, ya sea esto, el
juego o estrés en general. Todos pasamos experiencias distintas, pero acostumbramos
a necesitar ayudas. Solo que no estamos acostumbrados a recibirla. Pero nos tienes a
nosotros ahora.
Traducción por:
Neil no sabía cómo responder a aquello. No sabía qué era lo que le molestaba
más: que creía que ella realmente lo sentía, o que nunca podría aceptar aquella
propuesta sin importar qué. Los Foxes no podían lidiar con sus demonios. El único en
el que Neil confiaba con la verdad era Andrew, y eso era sólo porque estaba
desesperado.
Se acomodó en el lugar del sofá que Matt había abandonado mientras éste
revolvía la cocina. Volvió con una bolsa de hielo. Renee le sonrió mientras lo tomaba
y lo presionaba en los nudillos de su mano derecha. Movió sus labios en un gesto de
dolor, pero su expresión se mantuvo calmada mientras movía los dedos. Neil esperaba
que Dan y Matt ahogaran a Renee con preocupación, pero ninguno le preguntó si
estaba bien.
—No para nosotros. Lo que sea que sea, es personal. Volverá a la corte mañana.
—Un par de veces —dijo Renee—. Había olvidado cuán rápido es cuando está
medicado.
Neil miró desde la sonrisa de Renee, a su cabello con colores arcoíris, hasta el
colgante de cruz en su pecho. No lo entendía. Renee le advirtió que no sobreestimara
cuán buena era, pero todos los demás decían que ella era el alma gentil del equipo. No
Traducción por:
la había visto ser nada más que conciliadora desde que la conoció. Hasta ese
momento, la única parte cuestionable de ella era su amistad con Andrew.
No sonaba tan ridículo para ellos como lo hacía para Neil, pero además de
preguntarse qué hacía una buena chica cristiana peleando con el no-oficial sociópata
del equipo, Neil no sabía qué decir. Miró a Matt en busca de ayuda, pero éste sólo hizo
una mueca ante su confusión. Neil miró a Dan después, pero estaba demasiado
concentrada en la mano de Renee para darse cuenta. Finalmente, Renee levantó la
mirada y se apiadó de él.
—Nací otra vez, Neil. A Andrew no le interesa mi fe; le interesa quién fui antes.
Él y yo tenemos más en común de lo que tú crees. Por eso te hago sentir incómodo,
¿no?
—Dormiré aquí —respondió él—, pero tengo prácticas con Kevin, así que
deberías llevarte a Matt contigo.
Traducción por:
Las acompañó a la puerta y la cerró luego de que se fueran. Sin ellas, el cuarto
se sentía mil veces más grande, y el silencio se asentó entre Neil y Matt como una
piedra.
—Está atrasado —dijo Matt, en un intento incómodo por romper el hielo—. Tal
vez Andrew está demasiado enojado como para dejarlo venir.
—Tal vez.
—En algún momento debes dejarlo dormir —le dijo Matt, siguiéndolos por el
pasillo para ir hasta el cuarto de Dan.
Andrew los esperaba en el auto como siempre. A pesar de cuán bruscas habían
sido las cosas entre Andrew y Kevin en la práctica de ese día, no parecía haber tensión
entre ellos. Andrew no dijo nada cuando Neil y Kevin se subieron al auto, y los llevó
hasta la corte en silencio. Tal vez su encuentro con Renee lo había dejado exhausto, o
tal vez no le importaba lo suficiente para sentir resentimiento. Neil no estaba seguro,
pero observó a Andrew ir hasta las gradas para esperarlos, y lo pensó.
3
La práctica del jueves fue más incómodo que la del miércoles. Habría sido fácil
culpar la reaparición de la medicación de Andrew en su arco el jueves a la tarde, pero
Andrew se había comportado bastante. No mencionó a Seth ni una sola vez y no tuvo
mucho para decirle a los estudiantes de segundo ciclo.
El problema fue lo que Dan y Matt habían notado la noche del miércoles: el
equipo podía ser mucho mejor sin Seth en la formación. Andrew, Aaron y Nicky
podían tener problemas personales fuera de la corte, pero trabajaban bien juntos en
ello. Matt podía participar en su grupo gracias a su talento y lo que sea que Andrew le
había hecho el año anterior. Dan los guiaba y los mantenía en movimiento desde su
lugar como distribuidora ofensiva. Kevin empujaba a Neil sin piedad en la línea de los
anotadores, pero Neil peleaba con uñas y dientes para mantenerse a ritmo. Renee
alisaba los bordes cada vez que empezaban a aparecer.
Por primera vez en la historia de los Foxes, el equipo era una fuerza unificada.
Dan y Matt podían verlo, pero Neil podía ver la culpa en sus rostros y oírla en sus
palabras cada vez que hablaban durante los descansos. No querían encontrar el lado
positivo de la muerte de Seth, y dudaban a la hora de explotarlo. Neil quería decirles
que la muerte no era razón para contenerse, pero veía interesante su humanidad. Sólo
esperaba que lo hubieran superado antes de su primer partido la noche del viernes.
Su segundo juego de la temporada era un juego fuera, por lo cual todos estaban
agradecidos. La ausencia de Seth era lo suficientemente notable en las prácticas; su
primer juego en casa sin él sería raro y confuso. Neil no creía que Allison estuviera
lista para eso aún.
Wymack los necesitaba en la corte a las 12:30 el viernes para estar en camino a
tiempo. Firmó para sacarlos de sus últimas clases de la mañana, pero Neil no pudo
salvarse de sus clases de español y matemáticas. Luego de cálculo, dejó su mochila en
su dormitorio y se encontró con sus compañeros. Dan los contó en el pasillo para
asegurarse de que estén todos, y luego los dividió en dos autos para conducir hasta el
estadio.
Traducción por:
Desde el viaje del sábado a Columbia, Neil había estado yendo al estadio con
los primos. Había más espacio en la camioneta de Matt que en el asiento trasero de
Andrew, pero Andrew le había dado una orden explícita: mantente a la vista de Kevin
y mantén a Kevin interesado en tu potencial. Neil se podría haber quejado en que no
ganaba nada sentándose en el asiento detrás de Kevin en un auto, excepto que ahora
Dan y Matt confiaban en él para unir al grupo. Tenían razón en que Andrew era la
clave de todo. Neil tenía que mantenerse en el lado bueno hasta descubrir la manera
correcta de hacer las cosas, así que se tragó su malestar e hizo lo que le dijeron.
Tuvo una nueva razón para estar incómodo cuando llegaron al estacionamiento
del estadio. Abby había estado fuera toda la semana cuidando a Allison, pero su auto
estaba ahí ahora. Eso significaba que Allison los estaba esperando en el vestidor.
Neil no había sido directamente responsable por una muerte en años, aunque
sabía que mucha gente había muerto en la lucha de su madre por mantenerlo a salvo.
Neil nunca quiso ser su padre, pero tampoco quería ser su padre. Eran dos tipos de
descorazonados y Neil, a pesar de todos sus problemas conectando con otras personas,
no quería ser un monstruo. Aunque por la manera en que la temporada estaba
empezando, tal vez era inevitable que se convirtiera en sus padres.
Neil necesitaba más tiempo para decidir qué teoría le parecía la más factible,
pero no importaba lo que él creyera. Si Allison había conectado los hilos y culpaba a
Neil por la muerte de Seth, no habría manera de lidiar con ella ese año. Neil tenía que
Traducción por:
arreglar las cosas con ella de alguna manera, pero no sabía por dónde empezar. Nunca
había sido bueno hablando con la gente. Alguien como Allison no habría sido su
primer acierto.
Allison Reynolds era una desconcertante elección para Palmetto State. Se veía
como una princesa de película, pero podía pelear con los mejores en la corte. Se
negaba a doblarse antes las expectativas que los demás tenían de ella, y podía ser
honesta hasta el punto de la crueldad. Podría haber heredado el imperio billonario de
sus padres, pero no había querido las restricciones que esa vida llevaba. Quería ser su
propia persona. Quería probarse a sí misma en la corte. Y por alguna razón ella quería
a Seth, a pesar de sus muchos defectos y su rudo cariño.
Neil esperaba que ella pudiera vivir sólo con dos de esos tres deseos.
Andrew debe haber sentido a Neil tensarse; estaban sentados hombro a hombro
en el asiento trasero de su cuarto. Siguió la mirada de Neil hasta el auto de Abby
mientras Nicky estacionaba en un lugar a unos metros de distancia.
Aaron se movió más lentamente, así que Neil siguió a Andrew al asfalto. Dudó
con una mano en la puerta del auto y miró el autobús de los Foxes, estacionado unos
espacios lejos. Andrew lo observó con una sonrisa burlona en los labios. Neil estaba
evadiendo, y ambos lo sabían.
Molesto, cerró la puerta del auto y caminó hacia el estadio. Puso los dígitos de
Abby en el teclado de seguridad y oyó el pitido antes de abrir la puerta. Andrew estaba
de puntitas de pie mientras caminaba por el pasillo con Kevin detrás suyo, sin dudar,
así que Neil tampoco dudó. Se preparó para la posible reacción de Allison y entró en
el vestuario.
Traducción por:
Neil había visto a Allison en su mejor momento, bien vestida, con un maquillaje
perfecto y sus ondas. La había visto luego de salir de la corte, con la cara roja, sudada
y humana. Nunca la había visto así.
No respondió, pero lo oyó. Sus labios se volvieron blancos mientras los apretaba
con fuerza. Nicky se quedó en el mismo lugar, tratando de o darle un apoyo silencioso,
o esperarla. Fueron unos minutos antes de que Allison volviera a moverse, pero no
miró a Nicky. Su mirada gris se elevó infaliblemente al rostro de Neil.
Neil fue salvado por la llegada del resto del equipo. Tuvo que moverse para
evitar ser golpeado por la puerta. Dan y Renee fueron directamente hacia la silla de
Allison y tomaron lugares a cada lado de ella. Los brazos de Dan pasaron por los
hombros de Allison, de alguna manera viéndose más feroz que consoladora, y
murmuró algo en sus oídos. Allison se giró hacia Dan, ahogando las consolaciones que
Traducción por:
Dan tenía para ella, y Neil finalmente recordó cómo moverse. Nicky se levantó cuando
fue obvio que las chicas podían encargarse de Allison. El resto del equipo lentamente
se asentó en la habitación.
También les mostraba a qué se enfrentarían esa noche. Allison estaba de vuelta,
pero parecía estar sosteniéndose por palillos. Neil no sabía si ella se sostendría lo
suficiente como para jugar. Si no podía, los iban a destrozar. La Universidad de
Belmonte era una de las escuelas más fuertes del distrito. No estaban tan alto en el
ranking como Breckenridge, pero serían casi igual de difíciles de enfrentar para los
Foxes ahora que no tenían a Seth. Si perdían a Allison también el juego terminaría
antes de empezar.
Nicky hizo una mueca hacia Wymack, pero fue inteligente y no protestó cuando
Allison podía oírlo. Allison se libró de los brazos de Dan y se fue del salón sin mirar
atrás. Nicky esperó a que la puerta se cerrara antes de hablar.
Andrew se rió.
Era una muestra de apoyo de quien menos esperaban. Andrew sonrió ante la
sorpresa y sospecha en los rostros de sus compañeros. No se molestó en explicar de
Traducción por:
dónde venía su confianza, pero levantó sus brazos e hizo un gesto hacia los anotadores
a sus costados.
—De eso quería hablarles —dijo Wymack, moviéndose para quedar en frente
del televisor—. Dan y yo pasamos la semana buscando la mejor manera de manejar la
línea de anotadores. Saben que no puedo conseguirnos un sustituto aún. Kevin ha
jugado mitades completas antes, pero no desde el otoño pasado. No creo que tú
siquiera lo hayas intentado —dijo, y asintió cuando Neil asintió con la cabeza—.
Ninguno de ustedes puede jugar un juego entero tal y como están ahora. Tendremos
que trabajarlos una semana a la vez. Mientras tanto, mezclaremos las cosas para
mantenernos a flore. —Wymack miró a Dan y Renee, quienes seguían en la silla de
Allison—. Nuestra solución no es linda, pero es lo mejor que podemos hacer con tan
poco tiempo, así que presten atención.
—La línea para la segunda mitad: Aaron, Nicky, Allison, Kevin, Dan. Matt
entrará por Nicky, Neil por Dan, y Renee por Allison otra vez. —Bajó los papeles y
levantó la mirada—. Díganme que lo entendieron porque no lo repetiré.
—Dan es la única que puede entrar como anotadora —dijo Renee—, y Allison
estará yendo y viniendo por un tiempo. El entrenador y yo lo hablamos el martes, así
que he tenido tiempo para modificar nuestro equipamiento extra. Sé que no he jugado
defensa desde bachillerato, pero haré lo mejor que pueda.
—No estarán listos en una semana. ¿Cuánto crees que podrás mantener esto?
—Tanto como tú puedas —dijo Wymack—. Así que, ¿puedes mantenerte o no?
Andrew rió.
Wymack asintió.
Se separaron en los vestidores para buscar sus equipos. Sus bolsas de viaje los
esperaban en los bancos a un lado de sus casilleros. Neil tomó la suya y la giró en sus
manos, admirando el naranja chillón del bordado. Su nombre y número estaban de un
lado, y una huella de zorro en el otro. Olía a nuevo.
Traducción por:
Neil estaba aliviado de que alguien preguntara, porque tenía serias dudas acerca
de este plan. La abstinencia comenzaba tan pronto como Andrew se saltaba una dosis
y venía en tres partes: un quiebre psicológico y físico, violencia enfermiza, y antojos
locos. No sabía cuánto tardaba el tercero por aparecer, pero Matt dijo una vez que Neil
tenía suerte de no haberlo visto nunca.
Andrew parecía tenerlo dominado. Neil ni siquiera había notado una diferencia
la semana anterior. Pero eso había sido una mitad, y ahora se suponía que Andrew
jugara un juego entero. La respuesta obvia era que Andrew jugara un juego medicado
quisiera o no, pero las cosas nunca eran fáciles con él.
—No, probablemente no. —Andrew sonaba demasiado alegre para alguien que
pasaría la mitad de su noche en malestar. Se arrodilló y comenzó a levantar el desastre
que había hecho con su armadura y uniforme—. Se nos ocurrirá algo.
entrenador le dijera un número entre uno y cinco, y esa fue la cantidad de puntos que
dejó que el otro equipo metiera antes de cerrar el arco. Fue probablemente lo más
genial que alguna vez vi.
Si sus palabras buscaban hacer sentir mejor a Kevin sobre Andrew esta noche,
tuvieron el resultado opuesto. El rostro de Kevin estaba nublado.
—Así que lo intentarás —dijo Kevin con los dientes apretados—, porque el
entrenador te lo pidió.
Andrew cruzó los brazos alrededor de sus rodillas, movió su cabeza hacia atrás
y le sonrió a Kevin desde el piso.
—Por ocho meses me has dicho que no. En ocho segundos le dijiste que sí. ¿Por
qué?
Para alguien tan pequeño, Andrew hacía demasiado ruido cuando era empujado
a los casilleros. Andrew se rió mientras chocaba con el metal anaranjado. Neil no
sabía lo que lo sorprendía más: si la violencia de Kevin, o la mancha de sangre en su
camiseta. Neil ni siquiera había notado que Andrew había sacado un cuchillo, pero
estaba en su mano entre ambos. Kevin se alejó con una maldición.
—Estoy bien. —Kevin puso una mano en su pecho como verificando si era
verdad lo que había dicho.
Neil estaba al final de los casilleros, así que no podía ver, pero la relativa falta
de sangre lo hizo creer que el corte era poco profundo. Era largo, pero no serio. Iba a
arder cuando Kevin se pusiera su pesado equipo arriba esa noche.
Andrew se alejó de los casilleros y se acercó a Kevin otra vez. Puso la punta del
cuchillo en el pecho de Kevin, sobre su corazón, y miró a Kevin a la cara. Kevin se
Traducción por:
veía más enojado que intimidado mientras le devolvía la mirada. Matt comenzó a
acercarse, quizá creyendo que debía separarlos antes de que fueran por el segundo
round. Kevin no movió la mirada de Andrew mientras le hacía señas de que no se
acercara. Matt no paró hasta que estuvo a una distancia relativamente corta de ellos.
Ahí esperó, quieto y tenso, a que uno hiciera un mal movimiento.
—Kevin, Kevin. Tan predecible. Tan patético. ¿Qué dices sobre una propina?
Una recompensa por todo tu duro trabajo, o algo así. ¿Quieres? Empezarás a tener más
éxito cuando pidas por cosas que sí puedes tener.
—Puedo tener esto —respondió Kevin, su voz llena de frustración—. Sólo estás
siendo estúpido.
Lo único que le importaba a Kevin era el Exy. Había sido criado con ese deporte
y lo único que quería era pasar a cualquier otro anotador que enfrentara en la corte.
Empujaba a sus compañeros sin piedad y se demandaba el doble a sí mismo. Kevin no
podía soportar la incompetencia y no toleraría nada menos que el mayor esfuerzo de
parte de sus compañeros.
Traducción por:
Lo que más odiaba Kevin era la apatía profunda de Andrew. Andrew tenía una
de las mejor estadísticas de arquero en el sureste y eso era sin hacer un verdadero
esfuerzo. Kevin había pasado la mayor parte de su año intentando hacer cambiar de
opinión a Andrew. Quería que el Exy significara algo; quería que Andrew hiciera lo
mejor que pudiera tanto como un moribundo quería un último soplo de aire. Andrew
lo sabía, y se negaba a dárselo.
Neil entendía el enojo de Kevin. Había estado igual de frustrado aquel verano
cuando vio a Andrew jugar. Era imposible—debería ser imposible—que a alguien tan
talentoso le importara tan poco. Desafortunadamente, las píldoras de Andrew
arruinaban su capacidad de atención y lo mantenían demasiado drogado como para
que le importara la resolución de los juegos. Jugar mientras estaba en abstinencia
podía ser la mejor, excepto que Neil había tratado de hablar con un medio-sobrio
Andrew sobre Exy ese verano. Andrew había dicho que el Exy era demasiado aburrido
para valer la pena.
Matt esperó hasta que Kevin se fuera por un minuto antes de mirar a Neil.
Matt le dio una sonrisa a Neil antes de cerrar su casillero. Pasó a su lado
mientras iba a la puerta y puso una mano en el hombro de Neil.
Neil asintió y dijo: —Matt, ayudaré al entrenador con las raquetas. Quiero
preguntarle algo.
Neil le tendió el pesado bolso y fue hasta la puerta. Matt se fue hacia la
izquierda a la salida, mientras que Neil fue directo al salón. Wymack tenía el closet del
equipo abierto y ya había sacado las raquetas que colgaban. Los protectores estaban
abiertos para que Wymack pudiera verlos. Neil sabía que las raquetas estaban en buen
estado, ya que el mantenimiento era una de las cosas que los Foxes hacían antes de
irse después de cada práctica, pero Wymack las revisaba de todas maneras.
Wymack levantó la mirada a la llegada de Neil, pero no preguntó por qué había
ido él y no Matt. Neil no dijo nada, pero se estiró y tomó la cabeza de su raqueta.
Llevaría las dos que tenía por si acaso. Las raquetas estaban sólidamente construidas
para poner potencia detrás de sus lanzamientos y resistir todos los controles de palos
en la corte, pero incluso la raqueta más fuerte se rompería con suficiente abuso. Neil
no quería estar a siete horas de casa y no tener nada con qué jugar.
Neil se movió para que Wymack pudiera cerrar las protecciones. Los pestillos
de plástico hicieron clic rápidamente. Wymack sacudió un poco la rejilla para
asegurarse de que ninguna se abriera y le hizo un gesto a Neil para que tomara la
manija delantera. Neil lo hizo, pero no se movió todavía. Se quedó parado,
mentalmente pensando cuál era la mejor manera de frasear su pregunta. Creyó que
Wymack lo apuraría debido a que tenían un horario que respetar, pero lo esperó para
oírlo.
—No creí que Andrew tuviera un precio —dijo Neil—. No se ve como el tipo
de persona que puedes comprar.
—Pero, ¿por qué? —Neil preguntó—. ¿Por qué eres tan especial?
—No lo soy.
—No lo entiendo.
Traducción por:
—Tal vez hayas notado cuánto dejo que este equipo se salga con la suya —dijo
Wymack—. Sé el tipo de personas que recluté, y sé que algunos necesitan un poco de
ayuda para mantenerse en forma. Mientras ninguno se lastime, nadie sea atrapado, y
nadie sea lo suficientemente estúpido para traerlo a mi corte, no me importa lo que
ustedes hagan en su tiempo libre. No es mi problema porque no quiero que sea mi
problema.
Eso era interesante. Andrew sabía que Wymack podría tener una correa más
apretaba en él y elegía no hacerlo, así que cuando Wymack necesitaba que él lo
intentara, lo hacía. Neil lo pensó, y preguntó: —¿Es respeto o prudencia?
No había ningún tono de acusación en su voz, pero aun así Neil hizo una mueca.
—Lo lamento.
Todos los demás estaban acomodados. Abby estaba en la fila delantera, con Dan
y Matt detrás de ella. Allison y Renee estaban juntas en la tercera fila, eligiendo el
consuelo del acompañamiento por sobre el espacio para acomodarse en el autobús.
Debido a que los estudiantes de segundo ciclo estaban juntos, dejaban cuatro filas de
asientos entre ellos y el grupo de Andrew.
4
El viaje hasta la Universidad de Belmonte fue relativamente tranquilo. Neil
había llevado tarea para pasar el tiempo, pero no tuvo suficiente para pasar un viaje de
seis horas. Por suerte, Nicky tenía la habilidad de hablar por horas si alguien lo dejaba
hacerlo, así que Neil tuvo a alguien para distraerlo por todo el tiempo que pasaron
viajando. Renee se les unió en algún punto para hablar de posibles jugadas y pedirles
consejos. Ya había hablado con Matt y Wymack, pero quería oír ideas de la otra mitad
de la línea de defensa.
Abby condujo más de la mitad del camino para que Wymack pudiera dormir.
Conducirían de vuelta luego del juego en vez de pagar por un hotel esa noche.
Wymack conduciría en la noche y con suerte no los haría caerse por un precipicio.
Podrían haber contratado a un conductor como la mayoría de las escuelas hacían, pero
Wymack era casi tan reacio a congeniar con forasteros como sus Foxes lo eran.
Aparentemente, prefería estar incómodo pero seguro que tener que confiar en un
extraño con su equipo fracturado.
Pararon por gas y para ir al baño, luego para una rápida cena, y cruzaron una
zona horaria en su camino a Nashville. El primer servicio era a las 7.30, pero el reloj
de Neil decía que habían llegado a las 7.45. No tenía sentido dejarse puesto el reloj por
solo una hora, así que se lo sacó y lo metió en su bolso.
Luego de cuatro meses en la corte de los Foxes, Neil encontró el diseño de los
vestidores de Belmonte desorientador. Las habitaciones eran más largas para
acomodar equipos más grandes, pero se sentía más pequeño de alguna manera. Los
vestuarios estaban justo detrás de la puerta por donde habían entrado, y el baño por
Traducción por:
separado. Neil supuso que era más barato tener un baño unisex antes que instalar
inodoros en cada vestidor. Había una habitación que Abby podía usar si uno de sus
jugadores se lastimaba. La última y más grande habitación era para que los Foxes
pudieran discutir estrategias entre mitades y reunirse con la prensa luego del juego.
Uno de los voluntarios fue por la puerta trasera hacia el estadio para buscar a los
árbitros y avisar al entrenador Harrison de su llegada. El otro tachaba una lista de
reglas básicas con Abby y Wymack. Wymack debía esperar a los oficiales para
entregar los papeles y la lista, así que mandó a los Foxes a cambiarse.
No necesitaba esconderse para ponerse el resto del uniforme, así que metió su
camiseta en su bolso y se movió hasta el vestidor de hombres. Apenas dio tres pasos
dentro cuando notó que tenía un serio problema. Una puerta abierta y estrecha era todo
lo que separaba los casilleros y los bancos de las duchas comunes. Incluso desde su
lugar, Neil pudo ver que no había puertas. Debería habérselo esperado, pero lo había
olvidado, arrullado por la complacencia debido al diseño de la corte de los Foxes. La
única razón por la cual los Foxes tenían puestos privados en el vestuario de hombres
era porque Wymack los había pedido específicamente.
Neil desató sus cordones, se sacó las medias y cambió los jeans por sus
pantalones cortos de jersey. Tuvo que sentarse para ponerse las espinilleras y pateó un
Traducción por:
poco las piernas para asegurarse de que estaban cómodas. Calcetines hasta la rodilla
cubrieron a los guardias y se calzó los zapatos. Llevaba guantes interiores sin dedos y
abrochados por encima de los codos. Se abrochó los protectores de los brazos
alrededor de los antebrazos, pero no necesitaría sus guantes blindados hasta que
entrara a la cancha. Los metió en su casco para más tarde. Su protector de cuello era
poco más que una gargantilla naranja. Era incómodo, pero con suerte evitaría que una
bola errante le aplastara la tráquea. Un pañuelo naranja le quitó el pelo de la cara y lo
sujetó con fuerza en la espalda. Con eso, Neil estaba listo para partir.
—¿Cuánto crees que podrás mantener eso? —preguntó Andrew desde el final
de la línea.
Los asientos del estadio estaban llenándose rápidamente con fans vestidos de
verde. Los guardias de seguridad y el personal uniformado estaban colocados
alrededor de la corte y en cada una de las escaleras que atravesaban las gradas. La
primera fila empezaba unos metros sobre el suelo y una barandilla mantenía a los fans
emocionados de interrumpir un juego. La barandilla no podía evitar que oyeran el
sonido, pero Neil dejó que los gritos e insultos no le afectaran.
Traducción por:
No vio a las Vixens, las animadores de los Foxes, o a su mascota Rocky Foxy.
La mascota de Belmonte, Tortuga, ya estaba dándolo todo. Saltaba de arriba abajo
para animar a los fanáticos. La enorme máscara que llevaba no dejó que viera la
llegada de los Foxes, pero varios estudiantes apuntaron y le gritaron advertencias. Fue
hacia su dirección tan bien como se podía en un traje tan ridículo. Paró a unos metros
de distancia de sus bancas para lanzarles un par de crudas señas. Nicky estaba feliz
devolviéndoselas hasta que Wymack lo golpeó en la cabeza. La mascota se fue
corriendo, triunfante, recibiendo aplausos de los estudiantes.
Andrew y Nicky habían llevado la bolsa de raquetas con ellos. Dan agarró un
extremo y lo colocó entre dos de los bancos. Se agachó para bloquear las ruedas, luego
se puso de pie y abrió las tapas en rápida sucesión. Kevin estuvo a su lado antes de que
ella terminara. Sacó una de sus raquetas, tocó las cuerdas como si se hubieran soltado
en el camino y se acercó a las paredes de la cancha. No miró a la multitud; todo lo que
le importaba estaba justo enfrente de él.
—Te espera toda la primera mitad, así que debes controlar tu ritmo. No quiero
verte anotar en los primeros 20 minutos a menos que el gol esté justo delante de ti.
Pásala, no dispares. Mantén la pelota en movimiento. Cuando Dan venga por mí, ve
tan fuerte como puedas hasta el descanso. Tendrás el medio tiempo y los primero 20
minutos de la segunda mitad para descansar. Recupera tu aire, vuelve a la corte, y
dame todo lo que tengas. Si creo que estás retrasándote porque estás cansado te sacaré
de la corte yo mismo. Te quiero muerto a tus pies cuando el zumbido final suene.
—De acuerdo —respondió Neil. Sabía que era un tema sensible, pero no pudo
evitar preguntar—. ¿Crees que Andrew tomará su medicina para la segunda mitad?
—No —respondió, duro—. Tomó la última dosis hace media hora. Cree que va
a jugar hasta el final.
Traducción por:
Neil miró sobre su hombro a Andrew. La semana pasada, Dan había dicho que
Andrew programó su dosis perdida media hora antes de su servicio. Su energía
comenzó a irse en el calentamiento, y lo peor había comenzado a llegar cuando pisó la
corte. La baja duraba tal vez una hora y quince minutos antes de que Andrew
comenzara a enfermarse. Un juego tenía dos mitades de 45 minutos y un descanso de
quince minutos. Los penales y servicios añadían un par de minutos más al reloj. No
importaba que Andrew hubiera empujado su última dosis hasta el primer servicio; el
juego era demasiado largo para que él aguantara. Andrew debía saberlo, pero no se
veía preocupado. Todavía sentía la subida de su medicina y hablaba animadamente
con Renee a un costado.
—Vete a la mierda.
—Voy a adivinar que eso fue completamente inapropiado —dijo Matt, mirando
a los primos—. ¿Quiero saberlo?
—Guárdense eso —interrumpió Wymack—. La última vez que me fijé esto era
una reunión de equipo, no un círculo de chismes. Estaremos en la corte calentando en
diez minutos. Dan va a comenzar con un par de vueltas. Si alguno de ustedes siquiera
mira a los Tortugas cuando pasen sus bancas los dejaré ir a casa caminando desde
aquí. ¿Está bien? Ahora muévanse.
Dan marcó el ritmo con Matt a su lado. El resto de los Foxes los siguieron en
parejas. Neil creía que estaría sólo en la parte de atrás, y no le habría importado, pero
sólo habían recorrido una cuarta parte del patio interior cuando Andrew y Kevin se
movieron. Andrew se desvió hacia un lado el tiempo suficiente para que Neil lo
pasara. Kevin aceleró para ponerse junto a Neil. Neil miró a Andrew por encima del
hombro.
Se sentía bien correr después de pasar la mitad del día en el autobús, pero Dan
los paró después de dos vueltas. Estiraron en las bancas hasta que los árbitros les
hicieron señas para que entraran a la corte. Se pusieron sus cascos y guantes, juntaron
sus raqueras, y pisaron la corte para quince minutos de ejercicios. Los capitanes se
quedaron detrás cuando todos fueron echados de la corte. Dan se encontró con el
capitán Tortuga en la mitad de la cancha para lanzar una moneda. Dan ganó el primer
servicio, así que los Tortugas eligieron comenzar en la cancha local.
El anunciador leyó las estadísticas de equipos cuando los capitanes dejaron las
cortes. Llamó por la línea de los Tortugas con un entusiasmo exagerado e introdujo a
los Foxes con un cortés desinterés. Neil estaba impresionado. El abrupto cambio en el
tono de voz fue un recordatorio para los Foxes: estaban lejos de casa y de su territorio
agradable.
Neil fue llamado segundo a la corte. Tuvo que pasar a los Tortugas para tomar
su lugar en la mitad de la corte, así que miró al que lo enfrentaría en el juego. Herrera
Traducción por:
medía unos quince centímetros más, así que tenía un mayor alcance. Neil debería
apoyarse en ser más rápido.
Neil se paró en la línea y miró al resto de su equipo unirse a él. Allison no miró
a nadie mientras se colocaba en el lugar de la distribuidora. Matt tocó su raqueta con
la suya mientras pasaba y se paró en el cuarto lugar en la línea recta. Neil estaba feliz
de tener a Matt de su lado de la corte, pero sabía lo que significaba. Matt era el Fox
más fuerte, y Neil era el más débil. Matt estaba ahí para limpiar su desastre.
Andrew fue el último en entrar a la corte. Llevó su masiva raqueta sobre sus
hombros mientras se dirigía al arco. Neil no podía ver bien su expresión a través de la
pesada rejilla de su casco. No se preocuparía por él hasta la segunda mitad, pero se
giró para observarlo caminar de todas maneras.
El juego empezó duro, y no se volvió más fácil. Neil trató de seguir los consejos
de Kevin, pero reprimirse era frustrante. No entendía cómo Dan y Allison podían
soportar ser distribuidoras y jugar de intermediarias todo el tiempo. A Neil le gustaba
sobrepasar a todos corriendo y pensando en la defensa. Le gustaba la adrenalina de un
gol perfecto. Le gustaba la presión y el triunfo. El resto de su vida era un desastre
escalofriante; Neil necesitaba el poder y el control de un juego feroz.
El único buen sentimiento del momento era darse cuenta de que sus lecciones
con Kevin habían hecho la diferencia. Desde junio, Neil pasaba cuatro noches por
semana practicando ejercicios de precisión de Kevin. Pasar la pelota no era lo que Neil
quería hacer en este juego, pero podía ver cuánto había progresado. Sus disparos eran
más fuertes y precisos, y le tomaba menos tiempo decidirse a dónde apuntar.
No tomó mucho para que Herrera notara que Neil no haría un gol, pero lo
atribuyó a la incompetencia. Hizo comentarios sarcásticos sobre la inexperiencia de
Neil y su falta de agallas. Neil quería empujar a Herrera al suelo y correr al arco para
probarle que estaba equivocado. Si fallaba, Herrera se lo recordaría el resto del juego.
Si anotaba, Kevin aprovecharía el descanso para reprenderlo. Era una situación de
perder o perder y el resto del juego no iba mucho mejor. Los Tortugas tenían la
delante tres a uno hasta que Kevin anotó a los 23 minutos.
Wymack usó la posesión para enviar a los sustitutos. Neil no estaba entre Kevin
y la puerta, pero Kevin pasó junto a él de todos modos al salir.
Los árbitros cerraron las puertas detrás de ellos. Cuando todos dejaron de
moverse, el pitido volvió a sonar para reiniciar el juego. Renee estaba haciendo de
distribuidora, pero no apuntaba adelante. Se dio la vuelta y apuntó la pelota hacia
Andrew como Allison había hecho. Andrew la golpeó con un poderoso movimiento
que envió la pelota hacia la pared de la cancha local.
Neil y Dan corrieron por la corte persiguiéndola. La pelota golpeó la pared cerca
del techo, rebotó tocando el techo, y volvió a rebotar en un ángulo pronunciado con la
primera-cuarta línea. Los defensores que se habían adelantado para alejar a Dan y Neil
se volvieron tan rápido como pudieron. Herrera atrapó la pelota y la envió hacia
adelante.
La defensa sabía qué hacer; Renee había sugerido esta jugada en el autobús. No
sabían cuál de los Tortugas tendría la pelota después de ese tipo de pase, pero sí sabían
que hacer si la tomaban. Matt fue el que ganó esa pelea. Enganchó su raqueta con la
del delantero y la giró con fuerza para que la soltara. Matt la tomó y la tiró con fuerza.
Ni siquiera se paró para mirar, confiando que Andrew la alcanzaría desde cualquier
ángulo-
Sabía que Herrera estaba justo detrás de él para taclearlo. Si quedaba aplastado
entre Herrera y la pared, perdería la pelota en la pelea. Neil atrapó la pelota desde la
pared, pero no trató de protegerla. En cambio, le dio a la culata de su raqueta un fuerte
golpe con un puño. Envió la pelota volando hacia arriba fuera de la red. Cayó de
rodillas en el mismo aliento.
Traducción por:
Alguien rebotó en la pared cercana. Podría haber sido apoyo por los sustitutos,
pero lo más seguro era que había sido Kevin o Wymack, enfadados por una jugada tan
arriesgada. Neil se preocuparía por él después. Ahora mismo, todo lo que importaba
era la pelota, la cual rebotaba en el piso unos metros lejos.
Neil la tomó y corrió hacia el arco. No miró atrás por si Herrera se había
levantada, o para ver si el que marcaba a Dan la había dejado para acercarse a él. Sólo
miró al arquero y supo que iba a anotar. Puso toda su frustración en su movimiento. El
arquero lo intentó, pero falló. La pared se iluminó de rojo para confirmar el punto.
Dan gritó tan fuerte que se escuchó el eco en las paredes de la corte. Neil trotó
lentamente y dio un par de vueltas. Dan corrió hacia él y le dio un feroz y fuerte
abrazo. El pitido la cortó antes de que pudiera decir algo. Miraron lado a lado cómo el
entrenador Harrison enviaba a Herrera a las bancas. Debido a que Herrera podía estar
lesionado por aquel choque, Harrison tenía el derecho para sacarlo incluso aunque era
el servicio de los Foxes. Neil miró al nuevo defensor entrar a la corte, pero Dan le
llamó la atención de vuelta a ella.
—Eso fue perfecto —dijo, y le dio un apretón en el hombro. Neil no pudo evitar
contraerse del dolor. Dan puso un dedo en su rostro—. Pero no vuelvas a hacer nada
tan peligroso otra vez. No podemos reemplazarte. ¿Me oíste?
—Sí, Dan.
Era más fácil decirlo que hacerlo, pero pelearon con todo lo que tenían hasta el
medio tiempo. Cuando el reloj llegó a cero, habían cambiado el puntaje cuatro a
cuatro. Wymack condujo a su equipo fuera de la corte al caos de la multitud irritada.
Kevin no tenía nada para decirles, pero Aaron fue directo hasta Matt y Nicky para
revisarlos. Allison no estaba a la vista, pero Abby tampoco, así que Neil adivinó que
Traducción por:
se habían alejado del sonido juntas. Neil esperaba que Allison pudiera soportarlo un
poco más.
Wymack los mandó a los vestidores, pero se mantuvo detrás un minuto extra
para sonreírse a las cámaras y asegurar la bolsa de raquetas. Neil se había sacado sus
guantes y casco tan pronto como llegaron al túnel. Luego se quitó el protector del
cuello, necesitando un poco más de espacio para respirar. Apenas podía sentir sus
piernas. No podía sentir sus pies, pero supuso que estaban ahí abajo en alguna parte.
El hombro que se había lastimado en la primera mitad seguía palpitando gracias a los
bien dirigidos golpes de su nuevo defensor.
Neil había visto a Andrew pasar por abstinencia antes, pero no así. Siempre
había sido tarde en la noche cuando el cansancio había llegado o en Columbia con las
drogas y el alcohol para calmarlo. Con esos telones encima, Neil no había podido
realmente apreciar la fase muerta por la que Andrew pasaba.
Todos le habían advertido que a Andrew no le importaba el Exy, pero una parte
de Neil se negaba a creerlo. Las piezas no cuadraban, especialmente cuando Andrew
voluntariamente dejaba sus eufóricas drogas para los juegos. La pelea con Kevin esa
mañana probaba que algo extraño sucedía. Pero Andrew se paraba como una piedra
silenciosa en medio de ellos, mirando a miles de millas de todo esto. Era un vacío que
la ruidosa alegría de sus compañeros de equipo no podía tocar.
—Detente.
No pretendía decirlo. Ni siquiera se dio cuenta de que había hablado hasta que
las conversaciones de sus compañeros se detuvieron. Dan y Matt lo miraron curiosos.
Renee miró entre él y Andrew, mientras que Aaron ni siquiera levantó la mirada.
Kevin lo adivinó más rápido que nadie, ya que sentía la misma ira nauseabunda hacia
la apatía de Andrew. La mirada que le dio a Andrew era acusatoria.
Traducción por:
“Exacto,” Neil quería decir, pero sabía que era un argumento sin sentido. No
tenía las palabras correctas para el sentimiento que carcomía su estómago y era su
culpa por ser tan ingenuo. Giró la cabeza, frustrado, y lo dejó ir.
Nicky abrió la boca, dudó mientras reconsideraba sus palabras, y luego le dio
una palmada al hombro de Neil, en consuelo o quizá ánimo. Dejó su mano ahí, pero
dirigió sus animadas palabras hacia el resto del equipo.
Wymack eligió ese momento para entrar y frunció el ceño ante las palabras de
Nicky.
—Esto es horrible. Este es el tipo de juego que no funciona para nosotros, y hoy
es el último día que voy a tolerarlo. Tienen que comenzar a crear brechas puntuales en
la primera mitad. Necesitarán ese cojín para cuando sean sus segundos alientos contra
su fresca línea.
—Tiene razón —dijo Dan—. Necesitamos ir más fuerte que antes. Nos
reprimimos porque estamos intentando ir a nuestro ritmo en una larga noche, pero
jugar a alcanzarlos es matador. Necesitamos ser más inteligentes y balancear esto de
alguna manera.
—¿Andrew?
Wymack interpretó esa inútil respuesta como lo que sea que él quería que sea, y
chasqueó los dados hacia su equipo.
—Vamos, estírense. —Se alejó unos pasos y llamó por el pasillo—. ¿Abby?
—Voy —dijo Abby desde algún lugar fuera de la vista, y se apareció cargando
dos jarras. Una tenía agua y la otra una bebida deportiva. Vertió un poco de cada una
Traducción por:
para los Foxes e hizo rondas para pasarlos. Se acercó a Neil al final y se quedó a su
lado, sintiendo su hombro por sobre el jersey—. ¿Cómo vas?
—Estoy bien.
—Gracias por ser tan predecible, Neil. Me hiciste ganar diez dólares con dos
palabras.
—Eres un idiota. ¿Ves esto? —Levantó su mano izquierda hacia Neil. No podía
ver sus cicatrices desde el otro lado de la habitación, pero sabía a qué se refería
Kevin—. Las lesiones no son una broma. No son algo para pasar por alto. Si te
lastimas ahí afuera, haz algo. Lo tomas con calma, haces que el entrenador te saque, le
pides ayuda a Abby—no me importa. Si vuelves a decir “estoy bien” sobre tu salud
otra vez, te haré lamentar el día que naciste. ¿Está claro?
Neil abrió la boca, creyó que discutir no tenía sentido, y dijo:—Está claro.
—Te lo advertí —dijo Dan, nada simpática—. Creo que las amenazas de Kevin
son más efectivas.
—Algunas personas están hechas para ser estúpidas —dijo Wymack—. Ahora
dejen de ladrar y escuchen. Tenemos que hablar de mucho.
Wymack comenzó con los defensores y habló de muchas otras cosas, señalando
las oportunidades perdidas y destacando sus dispersos éxitos. Tenía una lista de la
línea de la segunda mitad, así que pasó la mitad del descanso hablando sobre sus
oponentes.
Los Foxes le dieron toda su atención, pero no pararon de moverse. Matt dejó de
estirar sólo para pasear por la longitud de la pared. Los otros se movieron, se estiraron
y trotaron en su lugar mientras Wymack hablaba. Abby recolectó los vasos vacíos, los
tiró a la basura y repartió otros llenos. Neil bebió tan rápido que apenas lo saboreó.
Comenzaba a recuperar el aliento, pero estaba aliviado de poder sentarse por la mayor
parte de la siguiente mitad. Quería estar completamente recargado antes de unirse a
Kevin en la corte.
Wymack los empujó a la línea y tomó sus papeles que habían quedado en el
piso. Neil miró por el pasillo donde Abby estaba parada fuera de la puerta del baño. Le
hizo una seña a Wymack para que se adelantara, así que Wymack abrió la puerta y
guió a los Foxes de vuelta al estadio.
Neil no necesitaría sus guantes o casco por un rato, por lo cual los dejó en la
banca y ayudó a Nicky a situar la bolsa de raquetas. Para cuando se había estirado,
Allison estaba saliendo. Estaba vestida lista para jugar y fue directo hacia su raqueta.
Neil trató de moverse de su camino sin ser demasiado obvio. Si ella lo notó, no dijo
nada. La mirada muerta en su rostro decía que había puesto toda su atención en una
sola tarea.
Traducción por:
Las líneas fueron llamadas a las puertas poco después. Neil se mantuvo cerca de
la banca con Matt y Renee mientras miraba a sus compañeros entrar a la corte. No
estaba listo para hablar sobre Allison con ninguno de ellos, así que se enfocó en el otro
jugador inestable del equipo.
—¿Por qué Andrew hace esto? —preguntó Neil, incapaz de quedarse quieto por
más tiempo—. Si no le importa el Exy, ¿cuál es el punto de pasar por esto cada
sábado?
—¿Querrías estar drogado como loco todos los días de tu vida? —cuestionó
Matt.
Los Tortugas sirvieron tan pronto como sonó el pitido, y la corte se convirtió en
un torbellino de movimiento. El distribuidor de Belmonte puso a la mitad en marcha
con un movimiento agresivo: disparó directamente al arco. Allison podría haberlo
detenido, pero casualmente se movió como si no valiera la pena perder su tiempo.
Andrew reaccionó con la misma calma y arrogancia y observó cómo la pelota fallaba
hacer un gol por unos centímetros. La reacción del público fue inmediata y ruidosa: no
dejarían que un equipo patético como los Foxes se burlara de ellos.
Los Foxes eran conocidos por su trabajo en equipo de pacotilla, así que la
mayoría de las personas olvidaban que eran un equipo de un colegio Clase I. Wymack
elegía a sus rotos jugadores de la misma piscina que cualquier otro entrenador de
Clase I: los mejores atletas que los bachilleratos tenían para ofrecer en el país. Si los
Foxes podían dejar sus diferencias y aprender a comprometerse de vez en cuando,
podían ser una fuerza formidable. Neil le había advertido a Riko eso en el show de
Kathy Ferdinand, y Dan creía que el equipo tenía una mejor oportunidad ahora que
Traducción por:
Seth estaba fuer. Neil observó a sus compañeros buscando signos de que Dan tenía
razón.
Debido a que estaba observando de cerca, podía verlo, pero sólo en flashes.
Nicky era el defensor más débil del equipo, pero Aaron sabía compensarlo. Allison y
Dan nunca habían jugado juntas de esa manera, pero habían sido amigas y compañeras
de cuarto por tres años. Dan estaba demasiado alejada para observar la corte como
siempre hacía, pero podía analizar las situaciones en una mirada y ajustar su jugada de
acuerdo a eso.
Neil quería sacar a Matt ahí afuera y ver qué diferencia hacía. Matt era su mejor
jugador. Podía unir al equipo en la corte con su presencia y controlar el juego con su
agresión sin complejos. Neil quería ir ahí él mismo y averiguar si de verdad merecía
jugar en Clase I. Quería ser parte de esta evolución. Quería sentir al equipo hacer clic
en una sincronía perfecta, incluso si sólo duraba un momento.
Para cuando Wymack lo dejó entrar a la corte, Neil estaba vibrando con
impaciencia y necesidad. Sabía que había chocado raquetas con Dan mientras pasaban
por la puerta, pero no lo había oído. Sólo oía el latido de su corazón a través de sus
venas.
El pitido sonó para hacerlos mover. Los Tortugas les dieron con todo lo que
tenían, pero los Foxes les devolvieron la misma ferocidad, cosa que el otro equipo no
esperaba. Estaban exhaustos, pero Matt recuperó la defensa a su alrededor y Neil tuvo
permiso de actuar de manera irregular en la ofensa. Neil era el menos experimentado
en el equipo, pero era el más rápido y el más desesperado. Cada minuto en la corte lo
llevaban un minuto más cerca a tener que despedirse del Exy para siempre. No quería
arrepentirse de ningún segundo.
Neil mantuvo sus ojos fuera del marcador, pero sabía que los Foxes habían
aumentado la diferencia por la reacción del público. Los Tortugas casi anotan unos
minutos después, pero Matt golpeó a su delantero contra la pared. Un segundo después
estaban peleando. Renee era la más cercana, así que corrió a separarlos. Matt levantó
sus manos hacia arriba y se retiró en cuanto notó que ella estaba ahí, pero el delantero
Tortuga estaba muy enojado como para que le importara. Fue hacia Matt de nuevo y
obtuvo un par de golpes. Matt peleó un poco con él y logró sacárselo de encima.
Traducción por:
Renee tomó entrada. Tomó la parte trasera del jersey del delantero y movió su
pie hacia detrás de su rodilla. Él cayó sobre sus rodillas y Renee puso todo su peso
sobre su cráneo para evitar que se volviera a levantar.
Los árbitros los separaron con palabras enojadas y gestos exagerados. A los tres
les dieron tarjetas amarillas por pelear. Neil creyó que era estúpido, ya que Renee
técnicamente no había golpeado a nadie, pero el público gritó en aprobación. Debido a
que el delantero había comenzado la pelea, les dieron la posesión de la pelota a los
Foxes cerca de donde la perdieron los Tortugas. Matt chocó raquetas con Renee
mientras volvían a sus lugares.
Kevin los puso en la delantera con un minuto faltante en el reloj. Los últimos
sesenta segundos fueron un desesperado intento de parte de los dos lados. Un punto de
parte de los Tortugas los pondría en tiempo extra, y ninguno de los Foxes tenía
suficiente energía para jugar otros quince minutos. Ocho segundos antes del final un
delantero Tortuga tomó la pelota. Aaron corrió detrás de él, pero estaba demasiado
exhausto para alcanzarlo. El delantero tomó diez pasos y se encontró en la línea de
falta para su tiro.
Andrew soltó la raqueta y fue por la pelota él mismo. El delantero también fue
por ella, pero perdió un precioso segundo esperando que su tiro fuera bueno. Un
segundo era suficiente para que Aaron lo alcanzara, y se chocara con él antes de que
pudiera levantar la pelota del suelo. Apenas evitaron colisionar con Andrew, pero
Traducción por:
Andrew ni siquiera levantó la mirada. Tomó la pelota en uno de sus guantes y la envió
al otro lado de la cancha, alejándola del arco.
El pitido final fue ensordecedor, pero el rugido campeón de Matt se oyó por
encima. Neil miró arriba, necesitando ver los números para creérselo. El alivio era casi
suficiente para tirarlo de sus pies, pero su fuerte adrenalina de victoria devolvió el aire
a sus pulmones. Miró por la cancha buscando a Kevin, pero Kevin estaba yendo hacia
el arco. Neil se giró un poco más para poder ver a Andrew otra vez, pero la vista
esperándolo le quitó un poco de emoción de encima.
Andrew estaba arrodillado apenas dentro del arco con la raqueta en su regazo.
Neil oyó la emocionada voz de Dan mientras los sustitutos entraban en la corte, pero
no esperó a que sus compañeros lo alcanzaran. Corrió detrás de Kevin y llegó al arco
justo después de él. Kevin no tenía que preguntar qué sucedía. Le había mentido a las
cámaras por años y sabía cómo comprarle tiempo a Andrew. Se arrodilló frente a él y
se acercó a la raqueta, añadiendo a la ilusión de que Andrew inspeccionaba su raqueta
buscando daños.
Andrew soltó una mano e hizo un gesto. Kevin hizo otro gesto como si
mantuvieran una conversación. El único sonido que hacían era el de intentar recuperar
el aliento entre dientes apretados mientras Andrew intentaba no enfermarse frente al
público. Kevin giró un poco la raqueta y clavó sus dedos enguantados en la cabeza. La
madera rota se partió bajo la presión, mostrando una grieta terrible hasta el mango.
Neil hizo una mueca al verlo y revisó el piso de la corte en busca de una sangría.
El resto del equipo llegó hasta ellos, llevando su celebración a sus delanteros y
formando una barricada alrededor de su arquero caído. Matt chocó hombros y cascos
emocionado y mostró sus dientes en una sonrisa desgarradora.
—Oh, cállate, cara de amargado —contestó Nicky—. Guarda tus quejas para el
viaje de vuelta y deja de arruinar nuestro momento de gloria.
—En serio. —Matt le dio una sacudida vigorosa al casco de Kevin—. ¿Te
mataría sonreír cuando nadie está pagándote para que lo hagas?
Matt no esperó por una respuesta y se giró hacia Allison mientras ella se les
unía. Ya estaba limpia y cambiada para la vuelta. Se cruzaron, golpeando palos y
ofreciendo un coro de '¡Buen juego!' que ninguno de los lados se creía completamente.
Los Foxes salieron de la corte lo más rápido que pudieron y atacaron Wymack.
Andrew se separó de la conmoción y se dirigió al vestuario.
Neil nunca había visto a Wymack sonreír así. Era una sonrisa pequeña pero
feroz, tan enojada como orgullosa.
Neil la observó.
—¿Qué?
Neil lo había notado, pero no creyó que sus compañeros lo harían. El hecho de
que lo hicieran, y que estaban haciendo algo al respecto, le quitó al aire. Trató de
responder, pero no sabía qué decir. Lo mejor que pudo soltar fue: —¿De verdad está
bien?
—Niño, estás matándome —dijo Nicky—. ¿Por qué siempre tienes esa
expresión de ciervo herido cuando alguien hace algo lindo por ti?
Traducción por:
—De verdad está bien —prometió Dan. Neil trató de agradecerle, pero ella lo
cortó con un ligero:—. No. Nada de eso. Sólo no te gastes toda el agua caliente.
Ella, Renee y Wymack se dejaron caer en las bancas del salón principal para
esperar a la prensa mientras los demás se iban a limpiarse. Neil tomó su bolso del baño
de hombres y lo llevó por el pasillo. El baño de mujeres era un poco más privado. No
tenía puertas, pero sí cubículos. Neil mantuvo su espalda mirando a la puerta y se dio
una ducha rápida. Se secó tan rápido que dejó manchas rojas en su piel, pero no quería
que Dan y Renee esperaran más por él. Se vistió con prendas sueltas, tomó sus cosas,
y se apresuró a salir.
Voces animadas desde el final del pasillo significaba que la prensa seguía ahí.
Neil se asomó por el pasillo, no para ver lo que pasaba sino para que Dan y Renee
supieran que ya había terminado. Wymack no estaba a la vista, así que Neil concluyó
que ya había dicho su parte. Renee miró hacia donde estaba y le dio una sonrisa.
Neil se fue antes de que alguien más lo viera. No había muchos lugares para
esconderse de la prensa, pero la puerta de la enfermería estaba unos centímetros
abierta. Neil la empujó con cuidado y miró adentro. Wymack estaba sentado en la
cama prístina con un paquete de cigarros en la mano. Neil tomó su asentimiento como
una invitación y entró. Se dio la vuelta para cerrar la puerta cuando vio a la silenciosa
compañía de Wymack.
Neil dejó la puerta un poco abierta para saber cuándo los reporteros se fueran y
tomó el taburete cercano a la puerta. Puso su bolso en el piso junto a sus pies, miró a
Andrew otra vez, y luego al entrenador.
Andrew se rió. Fue débil, debido a que su medicina todavía no había hecho total
efecto, pero Neil supo por el sonido que Andrew estaría feliz antes de que dejaran el
estacionamiento.
—Supongo que sí, entrenador. Eso me recuerda. Me quedaré contigo este fin de
semana.
—Adiós, entrenador.
Andrew se movió hacia la puerta, pero Neil puso una mano en su camino.
Andrew obedientemente paró y le envió una mirada confusa. Neil bajó la mano y
habló.
—El entrenador dijo que Watts siempre apunta los penales a la esquina baja.
Con el juego dependiendo de él, debía hacer lo mismo.
—Pero… —dijo Neil, pero las palabras le fallaron. Andrew le dio una cegadora
sonrisa y se fue. Neil se giró frustrado hacia Wymack—. Creí que no le importaba.
Ellos dijeron que no le importaba, y finalmente comenzaba a creerles, pero no nos
habría salvado esta noche si no le importara. ¿No?
La prensa se fue unos minutos después así que Neil fue al salón principal a
esperar a sus compañeros. Llegaron en pares dispersos con Dan y Renee últimas.
Cargar el autobús fue rápido. Salir del estacionamiento fue más difícil, incluso con
vehículos policiales intentando controlar el tráfico después del juego. El autobús de los
Foxes fue azotado con más de una lata de cerveza mientras dejaba el campus. Nicky
bajó la ventana para gritar insultos, pero Wymack lo amenazó y se calló. Se conformó
con hacerle señas obscenas a los estudiantes de Belmonte.
Mientras los escuchaba, Neil notó que estaba feliz. Era un sentimiento tan
inesperado y poco familiar que perdió el hilo de la conversación por un minuto. No
podía recordar la última vez que se había sentido tan incluido o seguro. Era lindo pero
peligroso. Alguien con un pasado como el suyo, cuya supervivencia dependía de los
secretos y las mentiras, no podía permitirse bajar la guardia. Pero mientras Nicky reía
Traducción por:
y se acercaba para hablar de uno de los puntos de Neil, Neil pensó que tal vez estaría
bien por una sola noche.
Traducción por:
5
Neil tenía medio cuarto de millón de dólares y direcciones hacia otro medio
millón escondidos en su dormitorio. Él y su madre habían salido a la carretera con
mucho más que eso, pero años huyendo habían acortado su reserva. Lo que quedaba
era considerado una pequeña fortuna para muchas personas y un triste futuro para
Neil. Sería estúpido conseguir un trabajo cuando no podía darle a los empleados su
número de seguridad social, y cada vez que se mudaba necesitaba un nuevo nombre,
un nuevo rostro, y un nuevo lugar para vivir. Los costos se acumulaban rápido.
Los disfraces eran baratos. Un nuevo corte de pelo, un nuevo color, lentes de
contacto y un acento eran suficiente para engañar a las personas. Neil usaba el acento
británico de su madre cuando estaba en ultramar y el acento americano de su padre
cuando estaba en Estados Unidos. Necesitaba una dirección, a veces un nuevo
lenguaje, y formas de llenar su tiempo para parecer una persona sin llamar demasiado
la atención. La suerte lo dejó asentarse en Millport, pero debía asumir que pagaría
renta en un futuro.
Conseguir un nuevo pasaporte no era fácil, pero al menos sabía por dónde
empezar. Su madre había nacido en un sindicato criminal británico, y él había
heredado una lista de desagradables contactos de ella. Debido a que la mayoría eran
europeos, estaban lejos del alcance de su padre. Neil no estaba enteramente seguro de
que lo ayudarían con la ausencia de su madre, pero esperaba que el nombre de ella
fuera suficiente para al menos suavizar el proceso. Los papeles que necesitaba eran
caso, pero eran los mejores trabajos del mercado. Tenía que considerar la rapidez con
la que cambiaba la tecnología.
Debido a que Neil podía adivinar cuánto dinero necesitaría en mayo, no quería
hacer compras innecesarias hasta entonces. Había sido estúpido con su dinero en esa
desastrosa fiesta de bienvenida en Columbia, así que quería aferrarse a lo que le
Traducción por:
quedaba. Sin embargo, sus compañeros de equipo tenían otras ideas, y así fue como
Neil terminó comprando ropa el martes.
—Ten —dijo Aaron, pasándole a Neil un pedazo de papel—. Toma esto antes
de que me olvide.
Era una corta lista de nombres y números en una letra burbujeante. Nicky se
acercó a mirar e hizo un sonido desdeñoso. —¿En serio, Aaron?
—Tu ignorancia es entrañable, Neil. Tienes diecinueve, ¿y jamás has mirado las
tetas de Allison? No hay manera de que seas heterosexual. Tú y yo de verdad
necesitamos sentarnos y hablar de esto en algún momento.
—¿Saben qué? Terminé aquí. —Aaron levantó las manos y se dio la vuelta—.
Estaré en la parte de comida cuando terminen.
—Deja de ser una mala influencia —Kevin le dijo a Nicky—. Lo haré llegar a la
Corte. Será más fácil si se queda heterosexual. Tú sabes más que ninguno de nosotros
lo prejuiciosa que puede ser la gente. Imagina el impacto que tendría en su carrera.
Nicky puso las manos a cada lado de la cabeza de Neil como para protegerlo de
su argumento. No funcionó, ya que ni siquiera se acercó a las orejas de Neil.
—Está en Alemania —dijo Nicky—. Sí, llevaré una cita, pero no saldré con el
tipo. Sólo quiero a alguien para ir y divertirme. ¿Conoces la diversión? ¿Esa cosa que
las personas tienen a veces? Ustedes dos son imposibles.
Neil miró a Andrew, pero fue Kevin quien respondió. —No es tu asunto.
Dos palabras mataron el buen humor de Nicky. Neil se negó a sentirse mal por
eso después de todo lo que Nicky acababa de decir sobre él, pero tampoco se sintió
reivindicado. Nicky murmuró en voz baja y se fue a mirar las camisas más allá del
pasillo. Neil volvió su atención a los pantalones que colgaban frente a él, pero no
podía concentrarse. Empujó un par de perchas sin prestar atención al tamaño o cortes y
miró a Kevin.
—¿Tú la llevarías?
Creyó que quizá estaría sorprendido por la pregunta debido a los dos hombres
mirándolo. Neil jugó con las perchas, pero no dejó de mirar a Kevin.
—Ella y Seth estaban emocionados por ir. Era todo de lo que hablaban cuando
almorzamos juntos. Ahora ella irá y él no estará ahí.
—Esa es una salida barata —agregó Andrew con una brillante y burlona
sonrisa—. ¿Llevas a alguien más para limpiar tu desastre? Oh, Neil. Hazlo mejor que
la vez anterior, ¿quieres? Eres aburrido cuando tienes la cola entre las patas.
Neil no tenía una respuesta para eso. Andrew le dio un par de segundos antes de
reírse y alejarse. Neil lo observó irse, y se preguntó a cuál de ellos odiaba más.
Traducción por:
—No la llevaré —dijo Kevin, porque alguien tenía que romper el silencio—.
Quizá hayas traído el enojo de Riko hacia la línea delantera, pero soy la razón por la
cuál está en el sur en primer lugar. Ninguno de nosotros tiene derecho a hablarle a
Allison ahora.
—No es un juego desde donde vengo —dijo Kevin—. Sé que Riko estuvo
detrás de esto. Sé cómo son las personas como él. Siéntete afortunado de nunca
entender la manera en que piensan.
En cualquier otro momento, Neil habría estado aliviado de haber oído aquellas
palabras de Kevin. Significaba que Andrew no le había dicho la verdad sobre su
pasado y que Kevin no había reconocido a Neil. Por un segundo, se replanteó
corregirlo. Quería decirle a Kevin que había visto muchas cosas crueles, pero ninguna
había sido tan sin sentido. El padre de Neil tenía un sindicato fiel y leal. Pocas
personas habían sido lo suficientemente estúpidas como para insultar al Carnicero,
menos aún intentado cruzarlo. Cuando lo hicieron, el Carnicero los convirtió en un
ejemplo de lo que podía hacer. A ellos, no a sus vecinos o compañeros de trabajo.
Riko debería haber ido por Neil después de lo que dijo, no tomársela con Seth.
—Oigan —llamó Nicky desde el final de la isla. Neil estaba agradecido por la
distracción, pero Nicky se acercó lentamente—. No puedo soportar más pesimismo
por hoy. Necesitan parar de hablar de lo que sea que estén hablando antes de que
llegue ahí, ¿bien?
—Tengo buen gusto en ropa, ¿no? Si quieres probártelas puedes hacerlo, pero
no tienes porqué. Sé que te quedarán.
—Oh, porque son tuyas —dijo Nicky, como si Neil ya debería saberlo, y siguió
antes de que Neil pudiera reaccionar—. ¿Sabías que el Entrenador ha querido que
arreglemos tu guardarropa desde, más o menos, junio? Nos amenazó con inscribirnos
a una maratón si no hacíamos algo al respecto. Un maldito maratón, Neil. Chicos
como yo no deberíamos correr tanto. Hazme un favor y no discutas.
Neil contó silenciosamente hasta diez, pero no hizo mucho por su impaciencia.
—Eso piensas. Hombre, empiezo a ver porqué Andrew te dejó aquí —dijo
Nicky—. Qué bueno que me ignoró cuando le dije que te llevara.
—¿Llevarme a dónde?
—¿Por qué pagarías por todo esto cuando ni siquiera lo querías en primer lugar?
Técnicamente la universidad lo paga, ya que el Entrenador lo costeará. Oye —dijo
Nicky, alejándose cuando Neil intentó quitarle las prendas nuevamente—, tócame otra
vez y te morderé. No creas que no lo haré. Lo haré, soy un mordedor. Pregúntale a
Erik.
Traducción por:
—Puedo comprar mis propias cosas —dijo Neil, una vez que Nicky se fue
brincando.
Kevin le dio una lenta mirada de la cabeza a los pies. Los jeans de Neil estaban
tan descoloridos que eran de un gris blanquecino, y los dobladillos de su camisa
estaban deshilachados y desabrochados. Esta no era la primera vez que alguien miraba
a Neil como si fuera basura de la calle, pero de Kevin, la condescendencia fue mil
veces más efectiva. El primer pico de calor en el estómago de Neil fue una vergüenza,
pero se negó a dejar que se apoderara de él. Sus razones para dejar pasar su
guardarropa eran válidas. Alguien como Kevin, que había crecido en el centro de
atención y había hecho una fortuna con su talento, nunca lo entendería.
—¿Para qué? —Andrew terminó con lo que hacía, cerró el teléfono y se lo tiró a
Neil. Atraparlo fue instintivo, pero Neil se congeló ante las siguientes palabras que
salieron de la boca de Andrew—. ¿A quién le escribirá Neil?
Había guardado sus teléfonos para el final. Cada vez que se mudaban, obtenían
nuevos teléfonos móviles, de prepago que podían deshacerse quemándolos al primer
indicio de problemas. Había querido quedarse con el de ella. Quería algo real a lo que
aferrarse en su ausencia. Incluso entonces, sabía lo que era mejor. Los arrojó a las olas
antes de dejar la playa. Nunca había conseguido uno nuevo para él. Nunca había visto
un punto; Neil no tenía a nadie en el mundo a quien pudiera llamar.
—Neil.
Neil tragó saliva con fuerza e intentó recordar cómo respirar. Cerró los dedos
alrededor del teléfono para no tener que mirarlo y lo sostuvo hacia Nicky.
—No.
—Tienes esta forma de hacer que la gente quiera matarte —dijo Andrew.
Nicky pareció adolorido por la observación sin tacto, pero no quitó sus ojos de
Neil.
—¿Qué pasa si el Entrenador necesita hablando sobre algo, o las fans locas de
Riko causan problemas? El año pasado se volvió bastante loco cerca de fin de año, y
este año no está empezando bien. Es sólo por si acaso. Nos harás sentir mejor si
sabemos que podemos encontrarte.
—No puedo. —Fue demasiado furioso y demasiado honesto, pero Neil no pudo
evitarlo. Si no se deshacía del teléfono, se enfermaría—. Nicky, yo…
—Está bien, está bien —dijo Nicky, quitándole el teléfono de las manos—. Lo
resolveremos.
Neil pensó que se sentiría mejor cuando Nicky tuviera el teléfono, pero la
abrumadora sensación de pérdida aún le anudaba los pulmones. Tiró de su mano libre
y tomó las bolsas de ropa que Nicky había enganchado en su brazo. No tuvo que pedir
las llaves. Andrew los robó del bolsillo de Nicky y las ofreció.
Neil las agarró, pero Andrew se quedó un momento. Andrew se inclinó hacia
adelante y le sonrió a Neil.
Neil le arrancó las llaves de las manos y se alejó con el sonido de la risa de
Andrew. No volvió a entrar, pero salieron a buscarlo poco después. Nadie mencionó el
teléfono celular y, aunque Nicky siguió lanzándole miradas de preocupación en el
espejo retrovisor, nadie habló con Neil en el viaje de regreso al campus.
El silencio no duraría, aunque Neil deseaba que lo hiciera. Salió del baño con la
mitad de su equipo para su práctica nocturna con Kevin y se encontró con que Kevin
Traducción por:
ya había salido del vestidor. Las amontonadas prendas en su banca decían que lo había
echado de allí antes de estar listo.
—Tú tampoco lo eres. Te pusiste una soga alrededor del cuello y le entregaste el
cabo suelto a Riko —dijo Andrew—. Recuerdo claramente haber dicho que cuidaría tu
espalda. Dame una buena razón por la que me lo pondrías difícil.
—Sobreviví durante ocho años porque nadie pudo encontrarme —dijo Neil.
—Sabes, la mayoría de los padres le dan a sus hijos teléfono para poder saber
dónde están en el día. Yo tenía uno por la gente que trabajaba con mi padre. Mis
padres querían saber si podrían comunicarse conmigo si lo peor pasaba. “Sólo por si
acaso” —dijo Neil, repitiendo las palabras de Nicky—. Cuando hui, me quedé con el
teléfono. Vi a mis padres morir, pero seguía pensando que quizá estaba equivocado.
Quizá algún día me llamarían y dirían que había sido un acto. Dirían que podía ir a
casa y las cosas estarían bien. Pero la única vez que sonó, era un hombre demandando
que le devolviera su dinero. No he tenido un teléfono desde entonces. No debería tener
uno ahora. ¿A quién se supone que llamaré?
—Tal vez no lo hice. —Neil empujó el teléfono hacia Andrew—. Debe haber
una mejor manera.
—Lo que me gustaría sería atravesar tus dientes con este teléfono.
—Pero, como siempre, eres lo suficientemente talentoso para hacer varias cosas.
Pregunta para ti, Neil. ¿Te parezco muerto? —Apuntó a su rostro, esperó a que Neil
respondiera, y no se sorprendió cuando éste no lo hizo—. Aquí.
Andrew le hizo señas a Neil para que se acercara como si quisiera mostrarle
algo en la pequeña pantalla de su teléfono. Abrió el teléfono con una mano y apretó
con fuerza un solo botón. Hubo un silencio, luego el zumbido distante del teléfono de
Andrew marcando. Entre ellos, el teléfono de Neil comenzó a sonar. Las palabras eran
diferentes al tono de llamada de Andrew, pero la voz era la misma. Neil sabía que era
Traducción por:
de la misma canción miserable. La letra dolía tanto como la de Andrew. Neil miró el
teléfono y dejó que sonara.
Neil lo levantó con los dedos entumecidos y lo abrió. Se tomó un segundo para
mirar el nombre de Andrew en la pantalla antes de responder y llevárselo a la oreja.
—Tus padres están muertos, no estás bien, y nada estará bien —dijo Andrew—.
Estas no son noticias para ti. Pero desde ahora hasta mayo seguirán siendo Neil Josten
y yo todavía soy el hombre que dijo que te mantendría con vida. No me importa si
usas este teléfono mañana. No me importa si no lo usas nunca más. Pero te lo quedarás
porque un día quizá lo necesites. —Andrew colocó un dedo en la parte inferior de la
barbilla de Neil y lo forzó a levantar la cabeza hasta que estaban mirándose a los
ojos—. Ese día no huirás. Pensarás en lo que te prometí, y harás la llamada. Dime que
lo entiendes.
Andrew lo soltó y cerró su teléfono de golpe. Neil cerró el suyo con un clic
silencioso. Después de mirarlo por otro minuto interminable, se inclinó y lo puso en su
bolso. Andrew lo miró con ojos entrecerrados hasta que Neil se sentó erguido. Neil no
quería mirarlo cuando no estaba seguro de haber recuperado el control de su
expresión, pero no pudo evitarlo. Andrew lo consideró un minuto más, luego suspiró y
salió del espacio de Neil.
—Si terminaste de tener problemas, toma tu turno. Kevin debe estar ardiendo
esperándote.
Neil quiso preguntar por Kevin, pero los teléfonos le recordaron otro problema.
Podría molestar a Kevin por una mejor explicación de su trato con Andrew. La otra
pregunta era algo que sólo Andrew podía responder.
—Justo al cuello. No eres tan sin carácter después de todo —dijo Andrew,
divertido—. El servicio de niños abrirá una investigación sobre uno de mis padres
adoptivos. El cerdo Higgins sabe que viví con ellos, así que me llamó queriendo un
testimonio.
Traducción por:
—Pero no lo ayudarás.
—Malentendido.
—No tienes lugar para juzgar los problemas de los demás —dijo Andrew.
Andrew pasó la pierna por encima del banco y se puso de pie. Neil supuso que
eso significaba que la conversación había terminado. Tomó sus pantalones cortos de
entrenamiento cuando Andrew se fue. La puerta apenas se había cerrado detrás de
Andrew cuando se abrió de nuevo. Andrew tenía razón; Kevin parecía completamente
molesto por haber tenido que retrasar la práctica para ellos. Neil esperaba algún tipo
de reprimenda mordaz, pero los movimientos enojados de Kevin hablaban por él.
La siguiente vez que su teléfono sonó, era Dan: “nicky dijo que tienes un
teléfono y/y”
Segundos después, Dan envió un “era hora crei que jamás conseguirías uno”
Neil consideró preguntarle cómo le iba en sus clases de inglés, pero optó por el
silencio.
Cuando Neil llegó al comedor de los atletas para almorzar, tenía veinte
mensajes. La mayoría eran de Nicky, comentarios inútiles sobre nada en particular.
Neil los leyó, pero no respondió a menos que Nicky estuviera haciendo una pregunta.
Dos eran de Matt, primero comprobando el rumor de que Neil tenía un teléfono y
luego quejándose de la apuesta que Andrew saboteó al conseguir un modelo tan
barato.
Traducción por:
“Ya nadie los usa. ¿Lo encontró en una casa de empeño?” Matt le envió un
mensaje a Neil.
Neil no sabía que pensar de eso. Los Foxes pasaban siete horas al día juntos en
las prácticas cada día y compartían habitación con los otros en la Fox Tower. Cómo es
que tenían más para decirse los unos a los otros era desconocido para él. Quería apagar
su mensajería de alguna manera o decirles que esa no era la razón por la cual tenía un
teléfono. Los teléfono eran para emergencias, no para hacerse comentarios sobre una
lectura aburrida. Neil se retractó porque sabía que estaba equivocado, pero aun así
saltó cada vez que su teléfono vibró.
“¿Qué sucede cuando gastas todos tus mensajes y luego los necesitas?”
La respuesta de Nicky fue casi inmediata. “???” Un par de segundos más tarde
regresó con algo más útil: “nuestro plan tiene txt ilimitado. no podemos usarlos.
aunque sí que lo intento, hombre :)”.
Tenía setenta mensajes cuando subieron al autobús el viernes por la tarde. Esta
noche se enfrentaron a USC-Columbia. Columbia era el único otro equipo Exy Clase I
en el estado, por lo que las dos escuelas tenían una rivalidad ruidosa. Las
probabilidades eran buenas, a pesar de que los Fox estaban jugando con la misma
alineación loca que usaron la semana pasada.
Nicky quería conducir a Columbia por separado para poder ir a Eden's Twilight
después, pero Wymack puso el pie en el suelo. Sabía en qué tipo de cosas se metían en
el club y no quería arriesgarse tan cerca del banquete. Si alguno de los funcionarios
del banquete pensaba que por alguna razón Andrew había dejado de tomar las drogas,
podrían presionar para que se hicieran análisis de sangre. Wymack no quería que
apareciera polvo en los resultados. Andrew no luchó contra la decisión de Wymack,
pero Nicky estaba más que un poco gruñón al respecto.
Traducción por:
Nicky se giró en su asiento para hablar con Neil. A mitad de sus quejas sobre un
proyecto de clase actual, el teléfono de Neil sonó. Neil lo observó sin pensar. Era una
cara sonriente que Nicky le había enviado. Neil lo miró, sin entender.
Neil lo observó.
—¿Resolver qué?
—Otra pregunta. ¿De verdad crees que lo habrías usado en una emergencia? No,
no realmente. No viste tu cara cuando Andrew te lo dio, Neil. Eso no era desinterés o
shock. Eso fue como, un colapso mental del tipo que no he visto en años. No sé por
qué, pero sé que no se te habría ocurrido llamarnos si algo fuera mal.
Neil sabía que tenía razón, pero dijo: —No sabes eso.
—Sí —dijo Nicky, poco impresionado—, eso oímos todos. Llamaste a Matt, le
cantaste tu canción “estoy bien” con rutina de baile, y luego hiciste autostop con
extraños hasta el campus. ¿Lo recuerdas? —Nicky esperó, pero Neil no podía
defenderse de aquella acusación—. De todas maneras, de nada. Te salvé de al menos
dos mil dólares en terapia intensiva.
Neil no creía que el hecho de que Nicky bajara la guardia fuera algo por lo que
estar agradecido, pero obedientemente dijo: —Gracias.
Traducción por:
—¿Ha dicho eso alguna vez como si no fuera una pregunta? —Nicky preguntó,
luciendo afligido—. Oh, bien. Tomaré mis victorias como sea. Enfócate primero en las
batallas y luego gana la guerra, ¿verdad? No sé cómo va la cita en realidad, pero sabes
a qué me refiero. Entonces, ¿dónde estaba yo?
No tenía sentido.
Kevin afirmó que tenía algo que Andrew quería. Neil no sabía qué era, pero
tenía que ser algo grande si Andrew estaba dispuesto a desafiar a los Ravens y
solucionar todos los problemas de Neil. Neil tomó nota mentalmente de hablar con
Kevin al respecto este fin de semana, pero primero tenían que sobrevivir al banquete
de otoño.
Los pensamientos de ver a Riko al día siguiente fueron suficientes para amargar
su estado de ánimo. Neil enterró su teléfono en el fondo de la bolsa y trató de no
pensar en nada en absoluto.
Traducción por:
6
Una lotería en julio eligió a la Universidad de Blackwell como sede del banquete de
otoño. Fue un sorteo relativamente afortunado para los Foxes, ya que estaban a solo
cuatro horas de distancia, pero ninguno de ellos se sentía particularmente bien cuando
abordaron el autobús el sábado. Se detuvieron en la interestatal con trece personas a
bordo: el equipo de los Foxes, el personal de dos hombres y las citas de Aaron y
Nicky.
Se suponía que el banquete sería un evento de dos días para justificar los costos
y el tiempo de viaje de los equipos adicionales, pero los Foxes tomaron un voto
unánime para irse el sábado por la noche. Seis horas dedicadas a socializar con
equipos que se habían burlado repetida y ruidosamente de ellos en las noticias era más
que suficiente. Según Dan, pocos atletas fueron lo suficientemente rudos como para
causar problemas en un evento sancionado por ERC, pero Neil no se tranquilizó. No le
preocupaban trece equipos ruidosos; estaba preocupado por un hombre horrible.
No era solo Riko a quien Kevin temía. En veinte minutos se enfrentaría a todo
su ex equipo. El entrenador de los Ravens, Tetsuji Moriyama, acogió a Kevin después
de la muerte de su madre. Había criado a Kevin para que fuera una estrella, pero nunca
dejó que Kevin olvidara que solo era una propiedad valiosa de Riko. Neil no sabía
Traducción por:
mucho más sobre él. La única vez que Kevin lo mencionó se había deslizado y lo
llamó “el maestro”. Neil no necesitó escuchar nada más después de eso.
Neil se volvió lo suficiente para mirar atrás. Andrew estaba de pie e inclinado
sobre el respaldo de Kevin, con los brazos cruzados sobre el cojín para poder mirar la
cabeza de Kevin. Kevin tenía una rodilla pegada a su pecho y su rostro escondido en el
pliegue de su brazo. Sus nudillos estaban blancos donde su mano estaba apretada en
un puño. Neil no creyó que fuera el autobús lo que estaba haciendo temblar a Kevin de
esa manera.
—Mentiroso. —Andrew se tiró y se estiró hacia adelante para ver por la ventana
de Kevin.
No eran el primer equipo en llegar, pero un rápido conteo a los autobuses decía
que tampoco eran los últimos. La mirada de Neil fue inevitablemente hacia los tres
autobuses negros en el medio del estacionamiento. El único atisbo de color en ellos era
una mancha de color rojo oscuro alrededor de la silueta de un cuervo. Wymack
estacionó lo más lejos de los autobuses de Edgar Allan posible.
Wymack sacó una botella de vodka del bolso y la puso delante de Kevin.
—Tienes diez segundos para inhalar todo lo que puedas. Estoy contando el
tiempo. Vamos.
Traducción por:
Era alarmante cuánto podía un hombre tomar cuando necesitaba una ayuda
emocional. Wymack tuvo que quitar la botella de los dedos desesperados de Kevin.
Éste pasó una mano por su boca y miró por la ventana. No podía ver los autobuses de
los Ravens desde aquel ángulo, pero la expresión enferma en su rostro decía que no
necesitaba hacerlo. Wymack le dio una mirada significativa a Neil, y éste dejó de
molestar. Dejó a Kevin con sus poco ortodoxos cuidadores y se bajó del autobús.
Abby había dejado las puertas de almacenamiento abiertas para que pudieran
sacar sus prendas. Nicky ya tenía las de Neil en sus manos y se las tendió cuando se
acercó. Neil trató de no dejarle arrugas con su apretado agarre.
Andrew guió a Kevin y Wymack fuera del autobús. Wymack le dio a Abby su
bolso, esperó que Kevin y Andrew tuvieran su ropa, y cerró todas las puertas del
autobús. Los guardias de seguridad en la puerta los observaron acercarse con interés y
los tacharon de una lista. Madison usaría el vestuario de casa para cambiarse en ese
momento, así que los Foxes debían ir hasta el vestuario para visitantes.
Uno de los armarios de equipo en la sala principal tenía un cartel impreso con
‘PALMETTO STATE’ pegado a la puerta. Dejaron sus pertenencias personales ahí y
Wymack se guardó la llave. Hizo una rápida contada a las cabezas y le envió a Kevin
una mirada tranquilizadora. No dijo nada, pero miró a Andrew. Andrew sonrió en
respuesta. Wymack asintió y se giró hacia Neil.
—Tú —dijo—, trata de comportarte esta vez. No empieces alguna pelea con él
hoy.
—Sí, entrenador.
para evitar que las patas de las mesas y las sillas rasparan la madera. Todas las luces
estaban encendidas, pero el marcador superior estaba oscuro. Neil pensó haber
escuchado música, pero no estaba seguro hasta que llegó al patio interior.
—Hijo de puta —dijo Dan, bajo, pero con suficiente enojo, por lo cual Neil no
tuvo problemas para captarlo. Sin embargo, debía darle el mérito. Dan ni siquiera
titubeó mientras caminaba hacia la mesa.
—Oh, qué cliché —dijo Andrew, casi encantado por este giro de los
acontecimientos—. Quizá sea divertido después de todo. Vamos, Kevin. No los
hagamos esperar.
A juzgar por el conteo de Neil, los Ravens no habían llevado citas. Tampoco
habían llevado ningún color. Todos los veintidós de ellos estaban vestidos de negro de
pies a cabeza. Los veintidós hombres usaban la misma camisa y saco, y las dos
mujeres usaban vestidos idénticos. Incluso se sentaban de la misma manera, todos con
sus codos derechos en la mesa, y las barbillas en sus manos. Otro equipo quizá se
Traducción por:
habría visto estúpido yendo tan lejos, pero de alguna manera los Ravens se veían
imponentes.
Riko le ofreció la mano en el saludo más condescendiente que Neil había visto.
Mantuvo su brazo recto y su muñeca suelta, como un lord esperando que su súbdito
besara sus nudillos. Neil deseó que Dan lo ignorara, pero deslizó su mano hacia la de
él y le dio un apretón. Riko sonrió cuando ella lo soltó.
—Sé quién eres —dijo Riko—. ¿Quién aquí no? Eres la mujer que capitanea a
un equipo de Clase I. Lo cierto es que lo has hecho bien a pesar de tus desventajas.
—¿Qué desventajas?
Neil no lo entendió, pero Matt sí, a juzgar por su feroz: —Cuidado, Riko.
Dan tocó el brazo de Matt para calmarlo y retiró su asiento. Los estudiantes de
segundo ciclo se sentaron a un lado de ella, con Allison cuidadosamente metida entre
Renee y Matt. El grupo de Andrew se extendió a su derecha en el mismo orden en el
que habían estado en el autobús. Neil estaba más cerca de Riko de lo que quería, pero
tener un par de cuerpos entre ellos era un poco reconfortante.
—Oh, tienes razón. Eso debe ser. ¿Cuál era tu nombre? ¿Alex? ¿Stefan? ¿Chris?
Por un momento, Neil creyó que se había caído. Sintió cómo el mundo se
sacudía debajo de él y se llevaba su estómago consigo. Un segundo, o un minuto, o
una eternidad después, notó que no se había movido. Ni siquiera estaba respirando.
Dentro de ocho años huyendo Neil había pasado por dieciséis países y veintidós
nombres. Oír a Jean decir uno no significaría nada. Oír tres no era una coincidencia.
Era una amenaza. Andrew le había advertido a Neil que Riko desenterraría su rastro
sin importar cuán bien su madre y él lo habían ocultado. Neil temía que sucediera
eventualmente, pero había querido creer. A veces le tomaba años a su padre
alcanzarlos. Era imposible que Riko tuviera éxito en dos semanas.
Devolver el aire a sus pulmones fue lo más difícil que Neil alguna vez tuvo que
hacer. Fue un milagro que su respiración sonara tan calmada cuando sentía su garganta
cerrarse.
—Es Neil.
—¿Mmh? —Jean ladeó su cabeza a un lado como si eso lo ayudara a ver a Neil
mejor—. No te ves como un Neil.
Neil miró dentro de los oscuros ojos de Riko y sintió que estaba muriendo.
Quizá habría contestado si Dan no le hubiera ganado con un malhumorado: —No
antagonices a mi equipo, Riko. Este no es el lugar para eso.
—Hola Kevin.
Traducción por:
La sonrisa de Jean era perezosa, pero la mirada en sus ojos era fría como el
hielo. Ninguno tenía más para decirle al otro, pero se miraron sin pestañear. Andrew
perdió el interés rápidamente y se inclinó hacia adelante.
Jean resopló un poco molesto, pero miró a Andrew. Andrew le tendió la mano y
Jean fue lo suficientemente tonto como para tomarla. Los nudillos de Andrew se
pusieron blancos cuando aplastó su mano. Jean no pudo ocultar todo un
estremecimiento, y la mirada suave en su rostro dio paso a un ceño irritado. Andrew
sonrió más ampliamente al verlo.
—Por lo cual estoy agradecido —dijo Jean—. Los Foxes como equipo son una
vergüenza a la Clase I de Exy, pero tu mera existencia es imperdonable. Un arquero al
que no le importa si le anotan no tiene derecho a tocar una raqueta. Deberías haberte
quedado en las bancas como el acto de publicidad que eres.
La mujer que ahora estaba del lado derecho de rico dio una risotada.
—Si alguien así te reemplaza en el arco, debes ser terrible. No puedo esperar
para ver uno de sus juegos. Creo que será entretenido. Haríamos un juego de beber con
él, pero no queremos morir de envenenamiento por alcohol.
—¿Por qué no? Ustedes son malos en todo lo que hacen —contestó la mujer—.
¿Es honestamente divertido ser tan malos?
Neil podía escuchar la sonrisa en su voz. No sabía cómo podía mantener un tono
tan agradable. Su miedo era una bola helada en la boca del estómago, pero escuchar la
burla de los Ravens le estaba haciendo un agujero. Mantener la boca cerrada y
quedarse al margen de la conversación estaba requiriendo más fuerza de voluntad de la
que pensaba. Cuanto más tiempo permanecía sentado en silencio, más difícil se volvía.
Neil deseó fugazmente haber heredado la paciencia de su madre en lugar del
temperamento de su padre.
—La diversión es para los niños —dijo Jean, apartando la mirada de Andrew.
Si iba a decir algo más, lo olvidó cuando miró bien a Renee. Andrew soltó la
mano de Jean mientras estaba distraído, pero Jean tardó un momento más en retirarla.
Riko apenas se movió, pero Neil estaba tan en sintonía con su presencia que no se lo
perdió. Jean tampoco, a juzgar por lo rápido que volvió a encontrar sus palabras.
—No tomamos nada —se metió Dan—. Kevin quiere estar aquí.
—No me digas que crees eso. Kevin fue con ustedes porque alguien debía
enseñarse cómo se supone que se ve el Exy en una corte. Si se hubiera quedado como
entrenador asistente quizá aprendería a soportar sus fallas. Ahora que juega con
ustedes no hay manera de que dure toda la temporada. Conocemos a Kevin mejor de
lo que ustedes jamás lo harán. Sabemos cuánto debe molestarle la incompetencia de
ustedes.
Kevin finalmente encontró su voz. —Saben cómo me siento, pero las palabras
por sí solas no arreglarán nada. Un equipo que necesita tanto trabajo requiere un
compromiso mayor que ese.
—No te quedarás —dijo Jean. Sonaba menos como una predicción y más como
una orden—. Deberías reconsiderar nuestra oferta antes de que la rescindamos
definitivamente, Kevin. Enfrenta los hechos. Tu mascota es y siempre será un peso
muerto. Es tiempo de—
—¿Qué? —Andrew miró a Kevin con los ojos muy abiertos—. ¿Tienes una
mascota y nunca nos lo dijiste? ¿Dónde lo guardas, Kevin?
El sonido que Nicky hizo al lado de Neil fue agudo y ofendido, pero Andrew
sonrió ante el extraño insulto de Jean.
—Oh, puntos por intentarlo, pero guarda el aliento. Aquí tienes un consejo, ¿de
acuerdo? No puedes cortar a alguien que ya está en la cuneta. Pierdes tu tiempo y el
mío.
—Suficiente. —Dan les chasqueó los dedos—. Déjenlo ya. Este es un evento de
distrito y tenemos veinte funcionarios disponibles. Estamos aquí para conocernos, no
para iniciar peleas. Si no pueden decir algo agradable, no digan nada en absoluto. Eso
se aplica a ambos equipos.
—¿Es por eso que tu nuevo hijo está tan callado? —Riko le hizo un gesto a
Neil— ¿No tiene nada “bueno” que decir?
—Estaba muy animado la última vez que nos vimos —dijo Riko—. ¿Quizás fue
solo un espectáculo para la multitud? Hola, te estoy hablando. ¿De verdad me vas a
ignorar?
—¿Sabes? Lo entiendo. Ser criado como una superestrella debió haber sido
muy, muy difícil para ti. Siempre una comodidad, nunca un humano real, sin una sola
persona en tu familia que crea que vales algo fuera de la corte—sí, suena duro. Kevin
y yo hablamos de tus intricados e interminables traumas paternales todo el tiempo.
Neil lo ignoró.
Neil no lo habría mirado, excepto que Jean sonaba más horrorizado que
enojado. —Entonces no debería haberme pedido que me integrara a la conversación.
Estaba feliz de estar sentado sin decir nada.
Traducción por:
Jean se giró hacia Kevin y habló en un rápido y furioso francés. —¿Qué mierda
es esto?
—¡No es un Fox!
—Que gracioso —dijo Neil en francés. Jean no esperaba que Neil los
entendiera, y le dio una mirada confundida—. Estoy bastante seguro de que el contrato
que firmé decía Universidad Estatal de Palmetto.
—Un contrato no cambia los hechos —dijo Jean—. ¿Ya olvidaste quién te
compró?
—No lo saben. —Debía ser una acusación, pero no se sintió así. Jean los miró
incrédulo—. ¿Cómo pueden no saberlo? ¿Por qué otra razón lo habrías reclutado,
Kevin?
La risa de Jean sonó más que un poco histérica. —Dios los salve a los dos,
tontos inútiles. Nadie más puede. Cómo alguno de ustedes ha vivido tanto tiempo
cuando es tan miserablemente estúpido está más allá de mi capacidad de entender.
Neil miró hacia arriba para ver a Wymack parado justo detrás de él. Matt volvió
a su silla, pero no volvió a sentarse. Jean ignoró a Wymack, pero se volvió en su silla
y dijo algo en una ráfaga de japonés. Fuera lo que fuese, borró por fin la mirada helada
del rostro de Riko. Riko envió una mirada intensa entre Neil y Kevin antes de
responder. Jean hizo un gesto de impotencia. Kevin miró de uno a otro antes de decir
algo en cauteloso japonés.
Wymack interrumpió antes de que Kevin pudiera terminar e hizo un gesto a sus
Foxes.
—En sus pies. Abby está hablando con los coordinadores del evento para
buscarles una nueva mesa.
Neil no necesitaba que se lo dijeran dos veces, pero no llegó muy lejos. Jean se
volvió hacia él antes de que Neil terminara de empujar su silla y le hiciera señas para
que escuchara. Su francés fue casi demasiado rápido para que Neil lo siguiera, pero
entendió más de lo que quería.
—Riko tendrá unos minutos de tu tiempo más tarde —dijo Jean—. Te sugiero
que hables con él si no quieres que todos sepan que eres el hijo del Carnicero.
Escuchar el nombre de su padre en voz alta fue una patada en el pecho. El ruido
que hizo Kevin a su lado fue peor. Neil reaccionó sin pensar, dando una palmada en el
pecho de Kevin y empujándolo tan lejos de la mesa como pudo. Kevin se tambaleó
hacia atrás tan rápido que casi se cae. Neil no lo miró, pero no pudo ignorar la ronca
negación de Kevin.
—Eso no es cierto.
—Cállate —dijo Neil, pero no sabía con cuál de ellos estaba hablando—. No
digas nada más.
Wymack se quedó atrás para lidiar con Edgar Allan y los Foxes se fueron de allí
como si sus vidas dependieran de ello. Atrajeron muchas miradas curiosas mientras
cruzaban la habitación hacia Abby, pero los Foxes estaban demasiado ocupados
observando a Kevin y Neil como para devolverles algo. El entrenador de Abby y
Blackwell los acompañó a su nueva mesa. Habían cambiado de asiento con los
Traducción por:
entrenadores. Puso a los Foxes en las afueras del evento, pero Neil dudaba que a
alguno de ellos realmente le importara.
Kevin abrió la boca, pero Neil no quería escucharlo. No sabía lo que Kevin iba a
decir y, lo que es más importante, no sabía en qué idioma estaría. Neil habló primero
en un francés tranquilo pero tenso.
Kevin dudó.
—¿Andrew lo sabe?
—Dije que no. —Neil sacó las manos de Kevin de su rostro—. No haremos esto
aquí.
Kevin lo miró un par de segundos más, luego se levantó de su silla tan rápido
como para casi llevarse la table con él. Abby estuvo a su lado en un segundo, su
mirada llena de preocupación. Kevin no podía formular palabras, pero le hizo un gesto
para que lo siguiera y fue hacia la puerta. Abby dio un paso detrás de él y luego dudó,
dividida.
—Ve, Abby, ve. —Andrew le hizo un gesto con ambas manos—. Tráelo de
nuevo cuando esté borracho. Nosotros tenemos a Neil. ¿Verdad, Neil?
Neil había usado todas sus palabras con Kevin, así que solo asintió. Abby se
apresuró a seguir a Kevin, pero miró al otro lado de la cancha hacia la mesa de los
Ravens. Neil la vio saludar y siguió el gesto a Wymack. Wymack se dirigía hacia los
Traducción por:
Foxes, su rostro era una nube de tormenta. Neil apretó los dedos con más fuerza y los
obligó a quedarse quietos.
Dan le lanzó a Andrew una mirada lívida, pero su sonrisa decía que no estaba
impresionado por su ira. Andrew se agarró al borde de la mesa y se reclinó hasta que
su silla se balanceó sobre sus patas traseras. Le dio una vista sin obstáculos de Neil
detrás de Dan. Neil lo miró porque aún no confiaba en sí mismo para enfrentarse a
nadie más. Andrew se tapó la boca con la mano, pero no se molestó en bajar la voz.
—Te lo dije.
Si tuviera una excusa para salir de aquí, como seguir a Kevin al vodka en el
autobús, podría conservar su energía hasta pasar a los guardias. Desde allí solo tenía
que buscar un taxi, porque el autostop no iba a ser lo suficientemente rápido esta vez.
Necesitaba regresar a Palmetto y sacar sus papeles de su caja fuerte. Necesitaba su
dinero y sus números. Tal vez finalmente había llegado el momento de llamar...
Traducción por:
—Neil, si no puedes estar aquí, dilo —dijo Wymack—. Abby puede llevarte a
otro lugar hasta que sea hora de irse. Sal de aquí y toma un poco de aire fresco.
—No —dijo Neil, finalmente encontrando su voz—. Yo sabía que esto iba a
pasar. Simplemente no estaba listo para eso. Estoy bien.
Neil miró hacia arriba. La mirada cansada en el rostro de Wymack decía que la
sorpresa de Neil era muy evidente. Por un segundo, se sintió culpable, aunque no sabía
bien por qué. Aplastó el sentimiento tan rápido como le fue posible. Tenía demasiado
por lo cual preocuparse en ese momento y ya sentía demasiado como para lidiar con
algo tan extraño como la culpabilidad.
—Sí, Entrenador.
Trece de los entrenadores habían ocupado los asientos originales de los Foxes
con los Ravens. Los Ravens estaban atrapados socializando con la otra mitad. Fue más
Traducción por:
fácil de lo que Neil esperaba. Los entrenadores eran profesionales y por tanto más
reservados en sus opiniones personales. Dan y Kevin llevaron la mayor parte de la
conversación, Dan con un entusiasmo contagioso y Kevin con un buen carácter
borracho. Neil estaba contento por eso, ya que no quería hablar con nadie, pero de vez
en cuando un entrenador le dirigía una pregunta por la mesa.
La mayoría de los Foxes no necesitaban que se lo dijeran dos veces. Dan y Matt
se apresuraron a encontrar un equipo de voleibol. Aaron y Nicky tiraron de sus parejas
hacia la pista de baile. Allison estaba empezando a verse un poco inestable sobre sus
pies, así que Renee la acompañó fuera de la cancha para un breve descanso. Eso dejó a
Neil, Andrew y Kevin solos. Wymack los miró.
Kevin esperó sólo otros veinte antes de partir con Andrew y Neil detrás de él.
Hizo un circuito lento por la corte, buscando a todos los equipos excepto a los Ravens.
No importaba lo que los atletas pensaran honestamente de los Foxes; Kevin podía
detener casi cualquier conversación cuando se acercaba. Kevin no hizo todo lo posible
Traducción por:
por ser educado, pero mantuvo la mayor parte de su condescendencia bajo control.
Neil terminó estrechando más manos de las que quería. Solo un par de personas
intentaron estrechar la mano de Andrew. Andrew los miró con una sonrisa hasta que
se rindieron.
No fue divertido, pero fue interesante, y con Kevin en la mezcla, algunos de los
atletas se emocionaron. Neil no se dio cuenta de cuánto tiempo habían pasado
hablando de juegos pasados y algunas de las mejores ligas profesionales hasta que se
volvió y vio a Allison en su visión periférica. Un vistazo a su reloj mostró que habían
estado haciendo rondas durante casi dos horas. El evento terminaría en una hora en
preparación para un largo día de mañana.
Le tomó sólo unos segundos darse cuenta de que venían los Ravens. Todo el
equipo estaba cruzando la cancha hacia Kevin, caminando en formación de V como
una bandada de pájaros hacia el sur.
—Discúlpenme —le dijo Kevin a los Jackals de Breckenridge con los que
hablaba.
Neil escuchó la tensión en su voz y esperó que los Jackals no lo hubieran hecho.
Kevin se movió al otro lado de Andrew. Neil hundió las manos en los bolsillos para
ocultar sus puños de nudillos blancos. Riko se detuvo más lejos de lo que Neil pensó
que haría, pero Neil lo entendió un momento después. El resto de los Ravens siguió
adelante, moviendo su V hasta que atraparon a los tres Foxes entre ellos. Neil miró las
caras en la fila y esperó a que alguien hiciera un movimiento.
Traducción por:
Venía del rincón menos esperado. Renee apareció de la nada al otro lado de
Kevin. Pasó un brazo por el de Kevin y le tendió la mano libre a Jean. —Jean, ¿no? Mi
nombre es Renee Walker. Realmente no tuvimos la oportunidad de hablar antes.
—Jean Moreau.
—Neil Josten —dijo alguien. Neil le confió Kevin a Renee y se dio la vuelta
para mirar al hombre que había hablado. Dos hombres y una mujer estaban a su lado
izquierdo. El hombre le ofreció una burla en vez de un saludo—. Somos los delanteros
de los Ravens. Queríamos que nos vieras para que supieras cómo realmente se ve una
línea de ofensa.
Neil trató de no mirarla. Habría descartado el insulto del Cuervo como una
mentira absoluta si no fuera por la fácil respuesta de Dan. Demasiado tarde, recordó
que ella le había dicho que había trabajado por la noche durante la escuela secundaria
para llegar a fin de mes. Había asumido que ella era una vendedora nocturna en una
tienda de comestibles o tal vez una recepcionista en un motel. No parecía el tipo de
persona que toleraría ser objetivada. Neil no tenía el hábito de entrometerse en el
pasado de las personas, pero tenía que haber una historia interesante allí.
Traducción por:
—Hennessey, ¿verdad? —dijo uno de los delanteros—. Qué buen nombre para
un espíritu tan feroz.
La mirada que le dio fue muy lenta. Matt se estremeció violentamente cuando se
contuvo a la fuerza para no romper el cuello del hombre. Neil estaba asombrado por su
autocontrol hasta que vio los dedos de Dan clavándose en la cadera de Matt a modo de
advertencia. Dan no quería que nadie peleara sus batallas por ella. Se deslizó lejos de
Matt para entrar en el espacio personal de Cuervo. El delantero le sonrió a Matt por
encima del hombro, luego se inclinó hacia adelante y aspiró profundamente contra el
cuello de Dan.
Dan le subió los tacones de aguja entre las piernas con un puñetazo brutal. El
Cuervo retrocedió con un grito inhumano. Los compañeros de equipo a cada lado de él
hicieron una mueca y se encogieron. Se apresuraron a apartar la mirada de su colega
medio arrugado.
—Sí, Hennessey —dijo Dan, sonando más tranquila de lo que Neil pensó que
debería ante tal tratamiento—. Te trata bien si estás dispuesto a pagar y te matará a la
mañana siguiente si no eres lo suficientemente amable con ella. Lo siento, pero esta
botella tiene un nombre. Espero que lo sientas por un tiempo, imbécil.
Dan se rió.
—Kevin Day —dijo una voz atronadora, y todos los Ravens se volvieron para
mirar.
Traducción por:
Neil siguió sus miradas hacia el hombre que ahora estaba en el vértice de su
triángulo. El escalofrío que le recorrió la columna hizo que se le erizaran los pelos de
la nuca.
También era un demonio: el tío abusivo de Riko y el hermano menor del jefe
Moriyama de la yakuza.
Neil miró por encima del hombro. Jean había dado la vuelta al círculo en algún
momento y estaba a un corto espacio de distancia. Inclinó la cabeza en una orden y
Neil siguió su mirada para ver a Riko salir de la cancha. Neil no miró hacia atrás para
ver si alguno de sus compañeros de equipo notó su salida y mantuvo un paso informal
en su camino hacia la puerta. Entró al patio interior a tiempo para ver a Riko
desaparecer en el vestuario de la casa. Neil tomó aliento para endurecer sus nervios y
lo siguió.
caber en todo el vestuario de los Fox y estaba llena de sofás a juego. Alfombras con la
mascota Liebre de Blackwell cubrieron los huecos vacíos en el piso y las fotos se
alinearon en las paredes. Riko consideró un par de fotografías antes de soltar un bufido
burlón.
Giró sobre sus talones para mirar a Neil, y se miraron al otro lado de la
habitación. Finalmente, Riko sonrió. Fue una expresión horrible, pero no tan mala
como las palabras que la siguieron.
—Explícame algo. —Riko cruzó la habitación con pasos lentos—. Jean dice que
Kevin no sabía quién eres. Después de ver la reacción de Kevin, me inclino a creerle.
Quizás pueda entender, ya que sé lo ciego que puede ser Kevin cuando se trata de Exy.
Incluso podría perdonarlo por protegerte de mí. Pero debes saber quién eres, así que
tengo mucha, mucha curiosidad por saber qué crees que estás haciendo.
—Sólo estoy tratando de sobrevivir —dijo Neil, apretando sus brazos con tanta
fuerza sobre su pecho que pensó que aplastaría sus propios pulmones—. Si hubiera
sabido que nuestras familias eran socios comerciales, no habría firmado el contrato.
Traducción por:
Riko se detuvo tan cerca de él que se estaban tocando, y necesitó todo lo que
Neil tenía en él para no inclinarse lejos. Neil no se había dado cuenta antes de que eran
casi de la misma altura. Los genes japoneses de Riko lo habían traicionado al igual
que la pequeña madre de Neil lo había traicionado. Riko podía ser bajo, pero irradiaba
poder y una malevolencia letal. Los cinco centímetros entre los delanteros parecían
veinte.
—No quieres causarle problemas a mi familia —repitió Riko, como si oír las
palabras otra vez las haría más fácil de entender—. Ya le has costado a mi familia una
buena fortuna y ocho años de problemas.
—Me niego a creer que nunca te lo dijo. ¿Todo ese tiempo corriendo y nunca
me preguntaste por qué?
Una puerta se abrió de golpe en el pasillo y Matt llamó a Neil. Solo tenían unos
segundos antes de que los encontrara, pero eso fue tiempo suficiente para que Riko se
inclinara. Mantuvo la voz baja, pero llenó de veneno sus palabras.
Riko empujó hacia atrás, dejando espacio entre ellos justo antes de que Matt
doblara la esquina. Matt dirigió una mirada furiosa a Riko mientras se movía junto a
Neil. —¿Que está pasando aquí?
Riko señaló con un dedo su propio rostro y esperó. Neil le devolvió la mirada
mientras su cerebro se negaba a juntar las últimas piezas. Lo que Riko estaba
sugiriendo era imposible. El Carnicero era uno de los nombres más importantes de la
costa este. Hizo de Baltimore su hogar, pero su territorio se extendía desde DC hasta
las afueras de Newark. Tenía un sindicato ferozmente leal y una inclinación por las
ejecuciones grotescas. Nadie le decía al Carnicero qué hacer. Pero la reacción
indignada de Riko no parecía un acto y no tenía nada que ganar mintiéndole a Neil,
especialmente considerando lo fácil que Kevin podía aclarar las cosas.
Kevin iba a decir que sí a todo esto. Neil lo sabía y aún no estaba listo para
escuchar eso. Si los Moriyama realmente eran lo suficientemente poderosos como para
mantener a un hombre como el Carnicero bajo llave y Neil estaba tan lejos de su
cabeza, bien podría estar a dos metros bajo tierra.
Riko dio un paso adelante con expresión asesina, pero Matt puso un brazo entre
ellos.
Riko ni siquiera miró a Matt. Miró a Neil durante medio minuto mientras
controlaba su temperamento. El brillo violento nunca abandonó sus ojos, pero su voz
era tranquila y segura cuando habló.
Riko se volvió y se fue. Matt no dejó caer su brazo hasta que la puerta se cerró
de golpe detrás de Riko. Luego giró sobre Neil, con expresión tensa con partes iguales
de ira y preocupación.
—¿Neil?
—Puede probar todo lo que quiera, pero sólo me cabreará a mí. Dan no se
avergüenza de las decisiones que tomó. Esto es diferente —dijo Matt, señalando a
Neil—. No sé qué te dijo Jean, pero Kevin tuvo que ponerse muy borracho para lidiar
con eso.
Traducción por:
—No es lo que dijo Jean lo que molestó a Kevin —mintió Neil—. Es lo que
dije. Le dije a Riko que Kevin y yo nos burlamos de él todo el tiempo y no dejé que
Kevin le explicara a Jean. Hablé por él y me negué a dejarlo salir de esto.
Básicamente, le he empeorado las cosas mil veces. Sin embargo, no lo lamento.
Matt se rió.
Neil sacó el puño del bolsillo y abrió los dedos. Andrew miró primero el
teléfono en la palma de Neil y luego a la cara de Neil. Neil no devolvió la mirada, pero
dijo en alemán: —Hice una llamada diferente esta vez.
Neil guardó su teléfono y miró hacia arriba para ver a los estudiantes de
segundo ciclo mirándolos. Neil sabía que Matt hablaría con ellos más tarde y les
transmitiría su vaga explicación, por lo que no se sorprendió cuando ni Dan ni Renee
Traducción por:
—Oh, ese soy yo —dijo Andrew—. No entré al sistema con un apellido, así que
me etiquetaron como Doe. Como John Doe. ¿Lo entienden? Ah, se creen inteligentes.
Cambié mi nombre cuando me adoptaron. ¿Sí? Nicky dijo que se los contó.
—Nos lo resumió.
7
Neil se despertó en el sofá de Wymack. Le tomó un momento recordar dónde
estaba, pero la vista le era tan familiar como la de su cama en el dormitorio. Wymack
había dejado a todos los demás en el estadio, pero atrapó a Neil antes de que pudiera
tomar un paseo con sus compañeros de equipo de regreso al dormitorio. No había
dicho nada anoche, tal vez demasiado cansado para exigir una explicación por el
fiasco de la noche anterior, pero había relegado a Neil a la sala de estar y se había ido
a dormir él mismo.
—¿Quieres decirme por qué tienes una manía con antagonizar a Riko? —
preguntó.
—Sí, Entrenador.
—No puedo evitarlo —dijo Neil. Trató de masticar más lentamente, pero se
estaba quedando sin burrito para esconderse. Votó por desviar el tema—. ¿Cómo
soportas tener un equipo como el nuestro, Entrenador? ¿No es cansador lidiar con
nosotros y nuestros problemas día tras día?
—Eso es porque son sus palabras —dijo Wymack. Cuando Neil le frunció el
ceño, Wymack se encogió de hombros y se bebió un poco de café—. El primer día de
práctica les dije a todos que Edgar Allan habían transferido distritos, ¿recuerdas?
Andrew pasó esa noche aquí conmigo. Al principio pensé que estaba enojado con
Kevin por mentirle, pero estaba más preocupado por ti. En ese momento lo descarté,
pero probablemente debería haberlo escuchado.
—Riko tiene mi edad —dijo Neil, tratando de no ahogarse con sus palabras—.
Si supieras de lo que son capaces mis padres, entenderías por qué no confío en
hombres que tienen la edad suficiente para ser mi padre. Ya sé —Neil señaló su
cabeza—, que no me vas a hacer daño, pero es instintivo reaccionar. Lo siento.
—También lo deben ser los tuyos si pasas tanto tiempo con nosotros —dijo
Neil.
Wymack pareció divertido por su falta de tacto. —Mi madre tuvo una
sobredosis hace casi diez años y mi padre perdió una pelea en la prisión el primer año
que comencé aquí en Palmetto State. No había hablado con ninguno de ellos desde que
dejé D.C…
—¿Creciste en D.C.?
Mentir era fácil, pero Neil nunca se había sentido tan culpable por ello.
—Sí, Entrenador.
—No, entrenador.
—Entonces vamos. Andrew dijo que te reunirías con ellos en el estadio esta
mañana. Te daré un aventón —Wymack vació el resto de su café de un trago y abrió el
camino para salir del apartamento.
No tomó mucho tiempo encontrar a Andrew; estaba corriendo los escalones más
arriba en las gradas. Neil dejó caer su bolsa de viaje cerca de los bancos de los Foxes y
entró en la cancha para enfrentarse a Kevin.
Kevin estaba frente a él, pero no miró hacia arriba ni dijo nada cuando Neil se
acercó. Neil se sentó fuera de su alcance y buscó en el rostro de Kevin una verdad que
todavía no quería saber. Kevin no se veía más feliz con esta conversación inevitable, a
juzgar por el doloroso giro de su boca, y eso solo hizo que Neil se sintiera peor.
Kevin se mantuvo en silencio por un rato tan largo que Neil creyó que quizá
todo esto sería un sueño, pero finalmente habló.
—No eres realmente él —dijo, tan lento que Neil apenas lo entendió—. Dime
que no eres realmente Nathaniel.
—No me llames así. No importa quién era antes. Soy Neil ahora.
—No es así de simple —dijo Kevin, más alto y consternado—. ¿Por qué estás
aquí?
—No tenía donde ir —dijo Neil—. Cuando llegaste a Arizona creí que era
porque me habías reconocido, pero no pareciste hacerlo. Creí que podía quedarme
hasta que lo hicieras.
—Creíste —dijo Kevin, su voz filosa con algo demasiado histérico para ser
desdén—. Eres un maldito idiota.
—Mi madre está muerta —dijo Neil. Kevin abrió la boca, pero Neil no quería
oírlo. Murió hace un año y la enterré en la costa oeste. No tengo nada ni a nadie más,
Kevin. Por eso firmé contigo. Supuse que las probabilidades de que me recordaras
eran pocas y aposté a que no sabias la verdad de mi familia.
—No sabía cuando vine aquí que los Moriyama y mi padre eran socios
comerciales.
—No eran socios. —Kevin sonaba casi tan ofendido como Riko.
estaban discutiendo territorios y fronteras. Pero anoche Riko dijo que mi padre
pertenece a los Moriyama. ¿Qué quiso decir con eso? ¿Por qué dijo que me compró?
—Tu padre era la mano derecha de Lord Kengo, el arma más confiable en el
arsenal de Lord Kengo. El territorio que tenía, lo mantuvo para los Moriyama. Él era
la fuerza que mantenía al imperio a raya y el nombre que sufriría la caída si el
gobierno alguna vez se daba cuenta. Su poder te convirtió en un cabo suelto. Nunca
podrías heredar su sindicato —dijo Kevin—. Lord Kengo escoge cuidadosamente a su
gente para reforzar su trono. El nepotismo fractura esa lealtad ascendente y lleva a las
familias a pensar primero en sus propios éxitos. Podría haberte matado para
simplificar las cosas, pero te dio la oportunidad de ganarte la vida. Tu madre te
inscribió en pequeñas ligas para que pudieras aprender Exy. El día que nos conociste
fue tu audición.
—Se suponía que serías como yo —dijo Kevin—. Fuiste un regalo, otro jugador
para que el maestro lo entrenara. Tuviste dos días para conquistarlo: un juego inicial
con nosotros para mostrar tu potencial y un segundo juego para demostrar que puedes
adaptarte e implementar sus instrucciones y críticas. Si después decidían que no valías
su tiempo, tu propio padre te ejecutaría.
El calor en el estómago de Neil podría haber sido náuseas o rabia, pero no sabía
con quién estaba enojado. Su madre había odiado su fascinación por Exy toda su vida.
Ella le había dicho una y otra vez que nunca volvería a tocar una raqueta, pero nunca
le dijo por qué. Él no podía entender por qué ella nunca les había explicado la
totalidad de la razón por la que huían.
Estaba a medio camino antes de que Kevin lo agarrara por la muñeca para
detenerlo. —Nathaniel, espera.
Neil se soltó con tanta fuerza que casi hizo que Kevin se cayera.
Retrocedió fuera del alcance de Kevin, pero Kevin se puso de pie como si fuera
a seguirlo. Neil extendió una mano para advertirle que se fuera. Sus pensamientos
giraban en mil direcciones mientras miraba a Kevin, un número y una reputación que
podrían haber sido suyos en otra vida. Si hubiera impresionado al entrenador
Moriyama, habría crecido en el castillo Evermore con Riko y Kevin. Llevaría el
tatuaje '3' que adornaba el rostro de Jean Moreau.
Neil quería odiar la forma en que resultaron las cosas. Por un momento lo hizo.
Había crecido siendo un asustado don nadie con nadie a su lado cuando podría haber
sido criado para ser un Cuervo y llegar a ser profesional. Neil amaba tanto el Exy que
tuvo que resentirse de que le robaran esa oportunidad. Pero todo lo que Neil tenía que
hacer era mirar a Kevin para saber que él también habría odiado esa vida. Habría
aprendido de los mejores y habría jugado para lo mejor, pero habría sido un desastre
enjaulado y abusado. Quizás había pasado ocho años corriendo por su vida, pero al
menos había sido libre.
Ahora finalmente había tocado el final de esa correa. Jean dijo anoche que Neil
nunca sería un Fox. Le advirtió a Kevin que le enseñara a Neil su lugar en la jerarquía
de los Moriyama y que lo disciplinara por hablar con tanta fuerza contra Riko. Riko
Traducción por:
todavía consideraba que Neil era una propiedad extraviada. Ahora que Neil sabía la
verdad, Riko esperaba que Neil inclinara la cabeza y se alineara.
—No lo haré —quiso decir Neil, pero lo que salió fue: —No puedo ser esto.
—Deberías correr.
—No puedo —dijo Neil de nuevo. Neil se dio cuenta de que le temblaban los
dedos y se pasó las manos por el pelo. No calmó los nervios que se estremecían sobre
cada centímetro de su piel—. Corrí durante ocho años, Kevin. Fue horrible incluso
cuando mi madre estaba viva. ¿A dónde iría ahora que estoy solo? Andrew cree que
estoy más seguro si me quedo.
—Andrew cree que mi padre era un ardilla que robaba dinero del pago de su
jefe a los Moriyama. Le dije que mis padres fueron ejecutados por su traición y que
corrí con el dinero. Andrew quiere que use la infamia de los Foxes para mantenerme a
salvo. Si estamos en las noticias todas las semanas, es difícil que alguien se deshaga de
mí, o eso dice.
Kevin negó con la cabeza y siguió adelante cuando Neil comenzó a discutir. —
El amo quiere salvarte. Te firmará en la alineación de Raven en primavera. Mientras
guardes silencio y mantengas la cabeza baja, él no le dirá a la familia principal que te
ha encontrado.
Neil cerró los ojos y trató de respirar. Los latidos de su corazón eran fuertes
como disparos en sus oídos, martilleando agujeros en su cerebro. Hundió las manos en
su camisa, tratando de sentir sus cicatrices a través del algodón. Cuando respiraba, olía
Traducción por:
a agua salada y sangre. Por un momento estuvo a tres mil millas de distancia,
tropezando solo y roto por la carretera hacia San Francisco. Los dedos de Neil dolían
por la necesidad de un cigarrillo. Le ardían las piernas por las ganas de correr.
Pero los pies de Neil se quedaron plantados y volvió a abrir los ojos.
—No.
Neil miró la pata de zorro sobre la que estaban parados. Mientras hablaba, su
miedo se desvaneció y fue reemplazado por una triste calma.
—Si iba a correr, debería haberlo hecho en agosto. Andrew me dijo que era mi
última oportunidad de salir. Decidí quedarme. No estaba seguro de que fuera lo
bastante para interponerse entre mi padre y yo, pero quería esto demasiado como para
preocuparme por los riesgos. Quizás entonces no entendía completamente lo que
estaba en juego, pero esto no ha cambiado. —Neil se agachó y apretó las manos sobre
la pintura naranja—. No quiero correr. No quiero ser un cuervo. No quiero ser
Nathaniel. Quiero ser Neil Josten. Quiero ser un Fox. Quiero jugar contigo este año y
quiero que lleguemos a los campeonatos. Y en primavera, cuando los Moriyama
vengan a buscarme, haré lo que tanto temen. Iré al FBI y les contaré todo. Que me
maten. Para entonces será demasiado tarde.
Fue apenas un susurro, pero cortó a Neil hasta los huesos. Fue un adiós
resentido al brillante futuro que Kevin había deseado para Neil. Kevin reclutó a Neil
porque creía en el potencial de Neil. Lo llevó a los Foxes con la intención de
convertirlo en un atleta estrella. A pesar de su actitud condescendiente y su rechazo de
los mejores esfuerzos de Neil, Kevin esperaba honestamente que Neil llegara a la
selección nacional después de la graduación. Ahora Kevin sabía que todo era en vano;
Neil estaría muerto en mayo.
—¿Aún me entrenarás?
Neil tragó saliva contra el dolor hueco en su pecho. —Matt y Dan quieren que
lleguemos a la final. ¿Crees que tenemos alguna posibilidad?
USC, Penn State y Edgar Allan fueron considerados los 'Tres Grandes' del
NCAA Exy. Edgar Allan siempre quedó en primer lugar. USC y Penn State solían
robarse el segundo y tercer lugar, aunque constantemente se molestaban entre sí en la
clasificación. La única forma de llegar a la final era derrotar a uno de esos equipos en
semifinales.
—Kevin, ¿qué quiere? —Preguntó Neil. Al darse cuenta de que Kevin no tenía
forma de seguir su línea de pensamiento, hizo un gesto en dirección a Andrew—.
Andrew no sabe quién soy, pero sabe que tengo un precio por mi cabeza. A pesar de
Traducción por:
eso, dijo que me protegería durante un año. No por mí, sino porque pensó que
entrenarme te distraería de las amenazas de los Ravens.
Neil miró a Kevin y dijo: —¿Qué es lo que quiere para estar dispuesto a
arriesgar tanto solo por mantenerte aquí?
—Le hice una promesa. —Kevin apartó la mirada del rostro de Neil para seguir
el progreso de Andrew—. Está esperando a ver si puedo cumplirla.
—No entiendo.
Kevin no dijo nada durante tanto tiempo que Neil casi se da por vencido
esperando una respuesta. Finalmente, explicó.
—Andrew con sus drogas es inútil, pero Andrew sin sus drogas es peor. Su
consejero de la escuela secundaria vio la diferencia entre su tercer y último año y juró
que esta medicina le salvó la vida. Un Andrew sobrio es... —Kevin pensó por un
momento, tratando de recordar sus palabras exactas, y torció los dedos hacia Neil
mientras citaba— destructivo y sin alegría. Andrew no tiene ningún propósito ni
ambición —dijo Kevin—. Fui la primera persona que miró a Andrew y le dijo que
valía algo. Cuando salga de estas drogas y no tenga nada más que lo detenga, le daré
algo para construir su vida alrededor.
—Cuando dije por primera vez que serías de la corte, ¿por qué estabas enojado
conmigo?"
—Porque sabía que nunca sucedería —dijo Neil—, pero lo quería de todos
modos.
Kevin no dijo nada. Neil esperó, luego se dio cuenta de que había respondido a
su propia pregunta. Neil se quedó en silencio durante un minuto. La incredulidad
luchó con la incomodidad, pero Neil no sabía de dónde venía esa inquietud. Se movió
sobre sus pies y cruzó sus brazos tan apretados sobre su pecho como pudo.
Traducción por:
Le sorprendió que lo dijera en serio. Andrew era un infierno con quien lidiar la
mayor parte del tiempo, pero realmente estaba haciendo todo lo posible para mantener
a Neil y Kevin en Palmetto. Lo mínimo que podían darle a cambio era algo propio.
Neil no podía negar que lo amargaba que Andrew tendría el futuro que él no tendría,
pero lo aceptaría eventualmente.
Neil se movió hacia la puerta, pero Kevin puso una mano en su hombro para
detenerlo. —Neil.
Andrew la mayoría de las noches, por lo que les dio sus atardeceres a los estudiantes
de segundo ciclo.
Sabía cosas sobre ellos que nunca se había molestado en aprender sobre nadie
más en toda su vida. El nombre de nacimiento de Renee era Natalie; su madre
adoptiva le cambió el nombre cuando sacó a Renee del sistema de crianza. Su madre
era la razón por la que ella y Dan estaban en Palmetto. Stephanie Walker era una
reportera que había entrevistado a Wymack con el motivo oculto de comercializarle a
Renee. Wymack voló a Dakota del Norte durante los campeonatos de primavera para
ver al equipo de Renee enfrentarse a sus mayores rivales. Dan resultó ser el capitán del
equipo rival, y Wymack quedó impresionado por su feroz actuación. Las firmó a
ambas ese mismo fin de semana.
—Fue bastante malo —admitió Dan cuando Renee le contó a Neil la historia—.
No podía creer que la entrenadora realmente esperara que nos lleváramos bien,
especialmente después de que su equipo expulsó al mío de los campeonatos en mi
último año.
—Se lo tomó muy personalmente —dijo Renee con una sonrisa cariñosa en su
rostro.
Neil intentó imaginar una época en la que no eran amigos y lo encontró difícil.
—Lo superaste eventualmente.
—No tuve elección —dijo Dan—. Los Foxes no querían chicas en la alineación,
y especialmente no querían una como capitana.
—No lo supe hasta las vacaciones de verano —dijo Dan—, cuando estaba
hablando con las chicas sobre la temporada.
Por "las chicas", se refería a sus hermanas de escenario. Dan, también conocida
como Hennessey, había obtenido una identificación falsa en la escuela secundaria para
poder trabajar como stripper en una ciudad cercana. Las horas funcionaron bien en
Traducción por:
torno a sus clases y el horario de Exy, y le dio el dinero que necesitaba. Su tía estaba
desempleada y se quedó en casa con un recién nacido. Dan de alguna manera tenía que
apoyarlos a los tres. Dan dijo que dejó de hablar con su tía en el momento en que se
mudó, pero se mantuvo en contacto con sus ex compañeras de trabajo. Supuestamente
todos estaban esperando a que ella se convirtiera en una estrella de primera.
Así fue como Neil descubrió que Dan no quería convertirse en profesional
después de la universidad. Quería ser entrenadora y planeaba apoderarse de Corte de
Los Foxes cuando Wymack se retirara en el camino. Ella mantendría los estándares de
reclutamiento de Wymack en su ausencia. Matt estaba de todo corazón a favor de la
idea.
Matt fue una contramedida interesante para los antecedentes rudos de Dan: el
hijo rico y bien educado de un boxeador profesional y un cirujano plástico de alto
perfil. Sus padres se separaron hace años, en gran parte debido a la infidelidad
interminable de su padre, pero no se divorciaron oficialmente. Matt creció con su
padre, ya que la carrera de su madre significaba mucho tiempo en la carretera. Matt se
mordió las palabras cuando hablaba de su padre, pero podía seguir hablando de su
madre en profundidad. Ella era su ídola, y Neil encontró escuchar sus historias tan
interesante como doloroso. Cuando Matt habló sobre las vacaciones de verano en las
carreras de drag en las montañas, Neil recordó el sonido que hizo el cadáver de su
madre cuando intentó despegarlo de un asiento de vinilo.
Dos semanas después del banquete, Allison volvió a hablar con Neil. Neil
todavía no había descubierto cómo disculparse con ella, o si tenía que disculparse en
absoluto, cuando finalmente rompió el silencio. Neil estaba cenando en el centro con
los estudiantes de último año cuando Allison le dijo que pasara el kétchup. Casi lo
sobresaltó al dejar caer su hamburguesa y le entregó la botella lo más rápido que pudo.
Pasaron días antes de que tuviera algo más que decirle, pero su gélido silencio
comenzó a desvanecerse lentamente. Neil incluso la vio sonreír ante una de las bromas
de Matt. No había terminado de llorar, pero estaba aprendiendo a estar bien.
Neil deseaba tener algo que darles a cambio de su fácil amistad y confianza,
pero nada sobre él era lo suficientemente seguro para compartir. Nunca fisgonearon,
pero tardó semanas en darse cuenta de que no tenían que hacerlo. No pidieron
secretos; se conformaron con las migajas de pan verdades del día a día. Sabían que
Traducción por:
odiaba las verduras, pero amaba las frutas, que su color favorito era el gris y que no le
gustaban las películas ni la música alta. Eran cosas que Neil entendía solo en términos
de supervivencia, pero sus compañeros de equipo acumularon estas ideas como si
fueran oro.
—Neil, hola —dijo, ofreciéndole la mano—. No creo que nos hayan presentado.
Neil se pasó el café a la mano izquierda para poder darle un apretón rápido.
Aaron notó la mirada hacia abajo de Neil, a juzgar por el tono frío en su
“Adiós”.
estaba acurrucada contra el costado de Aaron, unos centímetros más alta que él, pero
de alguna manera encajaba perfectamente contra él. Se veían sorprendentemente
cómodos juntos por lo cuidadosamente que se evitaban en los juegos. Neil esperaba
que sus primeros pasos fueran un poco más incómodos.
—En realidad no —dijo Neil, pero Nicky se detuvo a su lado y miró hacia el
interior del café. Neil se preparó para una reacción emocionada o una perorata triunfal
sobre todas las apuestas que acababa de ganar. No esperaba el asentimiento de
aprobación de Nicky.
—Es inteligente por su parte elegir la biblioteca como terreno de juego —dijo
Nicky. Apartó a Neil del café con una mano en el hombro—. Andrew dice que es
alérgico a los libros, por lo que no viene aquí a menos que Kevin lo obligue. Están a
salvo por otra semana al menos. ¿Hacernos un favor a todos y no mencionarlo?
—Pensé que no estaban juntos —dijo Neil, partiendo en busca de un lugar para
estudiar.
Neil encontró una mesa vacía y dejó sus cosas. Nicky rápidamente esparció sus
revistas en las tres cuartas partes de la mesa. Neil apartó a un par de su camino y se
sentó. Tenía medio miedo de no hacer nada con alguien tan hablador como Nicky,
pero Nicky estaba sorprendentemente concentrado en su propio proyecto. Lo que Neil
había asumido que era lectura de ocio resultó ser material de referencia para una de las
clases de marketing de Nicky. Trabajaron en silencio durante casi veinte minutos antes
de que Nicky finalmente hablara.
Traducción por:
—Precisamente. —Nicky cerró la revista, miró muy obviamente por encima del
hombro para comprobar si había alguno de sus primos, luego se inclinó sobre la mesa
hacia Neil—. A Andrew no le gusta mucho la idea de la felicidad de Aaron, ¿ves?
Entonces, si a Aaron le gusta Katelyn, Andrew no quiere que él la tenga. Andrew
puede sonreír tremendamente brillante, pero es un maestro del rencor infantil.
Andrew. No sé cómo eligió por cuál volvió. ¿Fue en orden alfabético, Aaron antes que
Andrew, o metió la mano en el cajón y tomó la banda que tocó primero?
—Ese es Andrew para ti: tiene sentido desde nunca. —Nicky extendió las
manos en un gesto de impotencia—. Encontrar a Andrew de nuevo fue un punto de
inflexión para Aaron de las peores formas. La tía Tilda lo llevó a otro lugar del país,
comenzó a beber más que nunca y se volvió mano pesada con Aaron. Aaron se metió
en todo tipo de problemas en una especie de rebelión traumatizada. Él tomó drogas y
se metió en peleas en la escuela y, en general, se convirtió en un idiota. Mamá me
escribió sobre eso cuando estaba en Alemania porque estaba preocupada por él. Lo
único bueno que hizo Aaron en Carolina del Sur fue jugar a Exy, y solo lo aprendió
para que los juegos lo sacaran de la casa de la tía Tilda. Entonces papá se enteró de
Andrew y comenzó esta campaña de años para traer a Andrew a casa. Te lo dije la
última vez, ¿verdad? Desgastó a la tía Tilda hasta que ella accedió a acoger a Andrew,
luego habló con los tribunales y los Servicios para Niños y la última familia de crianza
Traducción por:
—¿Andrew lo hizo?
Nicky le hizo un gesto para que se callara, sin importar que Nicky fuera el más
ruidoso de los dos.
—La noche en que murió la tía Tilda, ella y Aaron se pelearon. Así es como
mamá y papá finalmente descubrieron que la tía Tilda estaba golpeando a Aaron.
Apareció en su casa con moretones y cortes recientes. Papá llamó a tía Tilda para que
arreglara las cosas, pero ella no se quedó mucho tiempo. Ella tomó a Aaron y se fue.
No llegaron a casa. Ella se pasó al otro carril hacia el tráfico y no traía puesto su
cinturón de seguridad.
Saber ahora que ella correría para protegerlo sesgó un poco su perspectiva, pero le
había desagradado violentamente durante la mitad de su vida. A pesar de eso, perderla
fue lo peor que le había pasado.
Neil no podía decir eso cuando sus compañeros de equipo pensaban que sus
padres estaban vivos y bien, por lo que se decidió por la conclusión más interesante de
la historia de Nicky. Habló lentamente, dándose tiempo para pensar y para borrar el
dolor de su voz.
—Ella lastimaba a Aaron, así que Andrew la detuvo —dijo Neil—. Aaron
debería haber estado agradecido, pero la lloró como si no le importara lo que les había
hecho. Él tomó su lado.
—Tiene sentido para mí —dijo Neil. Incluso podría explicar por qué Andrew
odiaba a Katelyn, aunque Neil no estaba seguro de qué interpretación seguir: que
Andrew no permitiría que otra chica se interpusiera entre ellos, o que todavía estaba
castigando a Aaron por elegir el lado equivocado hace tres años—. Supongo que
nunca han hablado de cómo murió.
—No desde que me mudé y me presenté el día del funeral de la tía Tilda —dijo
Nicky—. Ni siquiera hablan de pequeñas cosas. No veo que tengan una conversación
tardía de corazón a corazón sobre las intenciones de Andrew en el corto plazo.
—La única razón por la que me quedé cuando el entrenador me ofreció un lugar
fue para poder arreglar esto —dijo Nicky—. Pensé que si tenía más tiempo podría
mostrarles a Aaron y Andrew cómo volver a ser hermanos. Y no me voy a rendir, ni
mucho menos, pero ya me he dado cuenta de que no puedo arreglarlo por mi cuenta.
Odio decirlo, pero me gustaría que Renee se diera prisa e hiciera su movimiento.
Neil no tenía idea de cómo la conversación había pasado del asesinato a Renee.
Repasó mentalmente los últimos segundos de su conversación, luego se rindió y
preguntó:
Neil casi se ofreció como un excelente ejemplo, pero no quería descarrilar más
la conversación. Modificó sus palabras para decir: —A nadie le gusta lo amigable que
es con Andrew.
—No quiero arrojar a mi propio primo debajo del autobús, pero todos saben que
él no es lo suficientemente bueno para ella. En un mundo perfecto, Renee se asentaría
con un buen chico cristiano que invertiría en sus proyectos de caridad y la amaría
Traducción por:
hasta la muerte. En este mundo, ella tiene los ojos puestos en Andrew. Intervendría
por ella, pero me estoy desesperando. Andrew necesita algo que lo distraiga de todos
sus problemas.
—¿Y el Exy?
—Ahora suenas como Kevin. —Nicky se frotó las sienes como si estuviera
evitando un dolor de cabeza—. El Exy no es una opción aquí, ¿de acuerdo? Puedes
amar a Exy todo lo que quieras, pero nunca te amará de vuelta.
Neil debería dejarlo pasar, pero el desafío se resolvió antes de que pudiera
detenerlo.
—¿Y?
—Oh Dios mío. —Nicky parecía dividido entre el horror y la lástima—. ¿En
serio? Eso puede que sea lo más triste que he oído en mi vida.
—Necesito estudiar.
—No puedes ser solo esto, Neil. Esto no es suficiente para vivir. Podría llevarte
a Columbia en algún momento, solo nosotros dos, y pedirle a Roland que te presente a
alguien. Tiene muchos buenos amigos. A este punto, ni siquiera me importará si es
una chica mientras tú…
"Gracioso", dijo Nicky. Ese no solía ser mi tipo. Ninguno de los otros por los
que me enamoré mientras crecía era algo así. Quizás por eso ninguno de ellos pudo
ayudarme.
Nicky puso las palmas de las manos sobre la mesa y las consideró. —Mis
padres están un poco locos, ¿sabes? Hay religiosos y hay religiosos súper psicóticos.
Renee y yo somos del tipo decente, creo. Vamos a diferentes iglesias y tenemos
algunas ideas diferentes, pero nos respetamos de todos modos. Entendemos que la
religión es solo una interpretación de la fe. Pero mis padres son del tipo loco en blanco
y negro. Es solo lo correcto y lo incorrecto con ellos: fuego del infierno y condenación
y juicio desde lo alto. Por alguna razón traté de hablar con ellos de todos modos —dijo
Nicky—. Mamá estaba bastante molesta. Se encerró en el dormitorio y lloró y oró
durante días. Papá tomó una ruta más directa y me envió al campamento gay cristiano.
Pasé un año aprendiendo que estaba infectado por una idea repugnante del diablo, que
Traducción por:
yo era una prueba viviente para todos los demás buenos cristianos del planeta.
Intentaron usar a Dios para avergonzarme y convertirme en heterosexual. No funcionó
—dijo—. Por un tiempo deseé que así fuera. Regresé a casa sintiéndome una
abominación y un fracaso. No podía enfrentar a mis padres así, así que mentí. Fingí
ser hetero durante el resto de la escuela secundaria. Incluso salí con un par de chicas.
Besé a un par de ellas, pero usé mi fe como excusa para no ir más allá de la primera
base. Sabía que tenía que mantenerlo todo junto hasta la graduación.
—Odiaba tanto mi vida —dijo Nicky—. No podría hacer eso, ¿sabes? No podría
vivir una mentira como esa día tras día. Me sentía atrapado. Algunos días pensé que
Dios me había abandonado; a veces pensaba que le había fallado. A mitad de mi tercer
año comencé a pensar en el suicidio. Entonces mi profesor de alemán me llevó aparte
y me habló de un programa de estudios en el extranjero. Ella me lo arreglaría todo,
dijo, si mis padres lo firmaban. Ella manejaría las admisiones y conseguiría una
familia anfitriona y todo. Sería caro, pero pensó que necesitaba un cambio de
escenario. Supongo que sabía que estaba tan cerca del límite
—No pensé que mamá y papá lo aceptarían, pero estaban tan orgullosos de mí
por mi supuesta recuperación que acordaron dejarme ir en mi último año. Solo tenía
que durar otro semestre y luego podría irme. Estaba tan desesperada por salir de allí
que ni siquiera presté atención cuando Aaron y la tía Tilda se mudaron a Columbia esa
primavera. Todo lo que me importaba era mantenerme unido hasta mayo. Ahora sé
que debería haberme esforzado más, pero no habría sido bueno para él como estaba.
Cuando el avión despegó de Columbia, estaba muerto de miedo —dijo Nicky—. Me
sentí muy aliviado de dejar a mis padres y a todos los que conocía, pero no sabía si
estar en Alemania cambiaría algo. Cuando aterricé, mi nuevo hermano anfitrión me
estaba esperando en Llegadas. Erik Klose —dijo, sonando como si lo estuviera
diciendo por primera vez—. Me enseñó a creer en mí mismo. Me mostró cómo
equilibrar mi fe y mi sexualidad, y volvió a hacerme sentir bien. Sé que suena
dramático, pero me salvó la vida.
Nicky giró las manos y entrelazó los dedos. La mirada que dirigió a Neil fue tan
tranquilizadora como preocupada e hizo que Neil quisiera alejarse. —De eso se trata el
amor, ¿ves? Es por eso que el Exy nunca será suficiente, ni para ti ni para Andrew ni
para nadie. No puede sostenerte, y no te hará una persona mejor o más fuerte.
Traducción por:
—Está bien.
—No soy el crayón más brillante de la caja, pero tampoco soy el más aburrido.
Ya me he dado cuenta de que tienes todos los problemas de confianza de un gato
callejero. Pero tarde o temprano tendrás que dejar entrar a alguien.
—No me no gustan —dijo Neil, pero Nicky solo resopló con incredulidad.
Neil pensó en los fuertes puños de su madre sobre su piel y sus dedos anudando
su cabello. Ella le había dicho una y otra vez que las chicas eran peligrosas. Se meten
en la cabeza de un hombre, dijo. Se meten debajo de la piel de un hombre. Podrían
hacer que un hombre quisiera cambiar el mundo, empezando por él mismo. Lo
pondrían del revés y sacarían todos sus secretos. Podrían tener buenas intenciones,
pero al final los mataría a todos.
Neil miró su reloj, hizo una mueca cuando vio cuánto tiempo habían perdido, y
pasó a la ecuación que había dejado. Nicky refunfuñó un poco en voz baja mientras
reorganizaba sus propias notas, pero se calmó tan pronto como regresó al trabajo. Neil
apartó toda la conversación de la mente para poder concentrarse. En un par de minutos
se había olvidado por completo y, honestamente, esperaba que permaneciera olvidado.
No tenía sentido insistir en eso cuando sabía cómo terminaría el año, pero por
un momento Neil se preguntó. Pensó en la historia de Nicky y en cómo había
conocido a Erik justo a tiempo. Nicky estaba al final de su cuerda, pero Erik era lo
suficientemente fuerte como para sostenerlo. Solo había una persona en el mundo lo
suficientemente fuerte para todos los problemas de Neil, y ahora estaba muerta. Neil
no le desearía su lío a nadie más.
Excepto que ya había comenzado a compartir esa carga, aunque de mala gana.
Había dividido sus secretos entre Kevin y Andrew. Kevin reaccionó de la forma en
que Neil esperaba que todos lo hicieran ante la verdad: con una exigencia horrorizada
de que Neil se fuera inmediatamente. Andrew, sin embargo, asintió y le dijo a Neil
que se quedara. Se mantuvo firme cuando Neil le pidió asesinato y le dio la llave de su
casa.
Pero eso no contaba, porque Andrew era Andrew, y este era definitivamente el
último giro que necesitaba que tomaran sus pensamientos. Volvió a centrar su atención
en la tarea que tenía entre manos y juró no volver a escuchar a Nicky nunca más.
Traducción por:
8
Octubre llegó sin previo aviso. Neil sabía que su partido contra los Ravens se
acercaba rápido, pero aun así lo sorprendió cuando se dio cuenta de que ya había
pasado una semana en el mes. Solo faltaban seis días para el partido.
Si los Foxes estuvieran teniendo una temporada típica, el partido podría haber
atraído un poco menos la atención, incluso con Kevin en su línea. Este año, sin
embargo, registraron un récord de seis y uno sin precedentes. El único partido que
perdieron fue el primer partido contra Breckenridge. Habían ganado tres juegos por la
piel de los dientes, pero las victorias eran victorias sin importar cómo las obtuvieran.
Los Foxes se estaban uniendo y haciéndose más fuertes una semana a la vez. Nadie
esperaba que ganaran contra los Ravens, pero era obvio que iban a dar una pelea
espectacular.
Había un evento cada noche antes del viernes. El coro y la banda de jazz de la
escuela tuvieron conciertos gratuitos en el césped del estadio el lunes. El setenta por
ciento del alumnado vistió de naranja para el Día Naranja del martes. El miércoles fue
el Día Blanco con mayor participación. El jueves fue el mitin, al que se les pidió que
asistieran los Fox. Varios miles de estudiantes se detuvieron para animar y divertirse.
Las cámaras de noticias estaban disponibles para televisar las festividades y recibir
Traducción por:
comentarios del pequeño equipo. Wymack mantuvo a Neil alejado del micrófono, sin
confiar en que Neil se portara bien.
El jueves fue cuando Dan finalmente comenzó a perder la calma. Este fue su
cuarto año como capitana del equipo. Había sido objeto de abuso verbal y odio
absoluto desde que comenzó. Ver a la gente finalmente reunirse detrás de ella y su
equipo la puso nerviosa. Mantuvo una cara valiente frente a las cámaras, pero pasó la
noche del jueves en la cama de Matt.
Cuanto más emocionados estaban los estudiantes, más incómodos se sentían los
Foxes, y la tensión en sus prácticas de esa semana era asfixiante. Estaban enfermos de
nervios el viernes. Andrew fue el único que no se vio afectado por completo. Rebotó
contra las paredes y acosó a sus compañeros de equipo sin cesar. Kevin, por otro lado,
no dijo una sola palabra en la práctica del viernes por la mañana.
El tráfico ese día estaba completamente fuera de control, sin importar cuánta
ayuda externa llamara la seguridad del campus. Wymack sacó a sus Foxes de sus
clases de la tarde y los llamó al estadio a las tres. No serviría hasta dentro de cuatro
horas, pero quería protegerlos de la locura que se desarrollaba en la universidad. Dan
encendió la televisión y cambió de canal hasta que encontró una película para ver.
Aaron y Matt fueron al vestíbulo para hacer su tarea en paz. Neil y Kevin fueron al
patio interior y se sentaron en el banco de los Fox en silencio.
A las cinco y media, Wymack les pidió comida suficiente para alimentar a un
pequeño ejército. Los Foxes se sentaron en círculo para comer, pero no hablaron. Solo
cuando tiraron su basura finalmente se miraron el uno al otro. Dan sacó la lista de los
Ravens y comenzó a repasarla, pero a estas alturas los Foxes sabían todos los nombres
y números de los Ravens de memoria. Habían estado estudiando la línea Cuervo
durante semanas, viendo juegos antiguos y memorizando estadísticas. Habían visto
grabaciones de juegos anteriores para tener una idea de cómo jugaban sus oponentes y
buscaban cualquier debilidad que pudieran aprovechar. Regresarían con las manos
vacías. La única grieta en la armadura de los Ravens fue la ausencia de Kevin.
La escuela era una preocupación secundaria para todos ellos. Todos estaban
matriculados en la misma licenciatura y tomaban sus clases juntos en grupos de tres o
cuatro. No se les permitía ir a ningún lado sin llevar al menos a un compañero de
equipo con ellos. Se suponía que no debían socializar con nadie fuera del equipo.
A una hora del saque, los guardias del estadio abrieron las puertas y comenzaron
a dejar entrar a la gente. Neil pensó que podía sentir el estadio temblar bajo el peso de
decenas de miles de pies. Se vistió con el retumbar distante de voces emocionadas y se
reunió con su equipo en el vestíbulo. Wymack ya había sacado la caja de raquetas.
Kevin abrió las tapas de par en par y pasó los dedos por las redes.
—Si estoy respirando, puedo jugar —dijo Kevin—. Este es mi juego también.
—Palabras para vivir y morir. —Wymack les indicó que lo alinearan—. Espero
una puntuación de dos dígitos de mi línea ofensiva. Kevin, conoces su defensa mejor
que nadie y no saben cómo enfrentarte con la mano derecha, así que arrástralos al
suelo. Neil, obtén al menos cinco puntos o te haré correr maratones todos los meses
hasta la graduación.
Andrew pareció divertido por esa petición, lo cual Neil no encontró nada
tranquilizador. El timbre de advertencia sonó sobre sus cabezas, alertándolos de que
debían estar en el patio interior en un minuto. Neil no fue el único que comenzó
cuando se disparó y estaba más que un poco alarmado de que Kevin fuera uno de los
que saltó. Abby dirigió a Kevin una mirada atenta que Kevin se negó a devolver.
Wymack aplaudió a su equipo hasta que se alinearon.
Wymack abrió la puerta. Dan le lanzó a su equipo una sonrisa con los labios
apretados por encima del hombro antes de llevarlos al estadio. Neil no pudo ver las
gradas hasta que estuvieron casi en el patio interior, pero el ruido que se estrelló sobre
él pareció dos veces más fuerte que nunca. El rugido se convirtió en gritos cuando los
Foxes finalmente aparecieron a la vista. Las Vixens agitaron sus pompones y saltaron
en un saludo extático. La banda de actuación de la escuela, Orange Notes, tocó la
canción de lucha de la escuela tan fuerte como pudo. De alguna manera, todavía
sonaba amortiguado por el resto del caos.
Neil miró hacia el mar naranja. Podía notar a los de afuera por las pinturas '1-2'
que llevaban en homenaje a Riko y Kevin. Los fans de los Ravens fueron incluso más
fáciles de encontrar. Habían venido todos de negro y ocupaban toda una sección
reservada directamente enfrente del banco de los Fox. Era como si un agujero negro se
hubiera tragado parte del estadio.
Con todo el ruido, Neil se perdió el anuncio que señaló la entrada de los Ravens,
pero no pudo perderse el repentino y pesado pulso de los tambores. La melodía le
pareció extrañamente familiar, pero tardó un segundo en ubicarla. Fue la música que
anunció la llegada de Riko al espectáculo de Kathy: la canción de lucha de Edgar
Allan. No era optimista y segura como cualquier otra canción que Neil solía oír en los
juegos. Era una melodía oscura y pesada, un mensaje intimidante de muerte y
dominación. Los Ravens se tomaban en serio su imagen. Neil supuso que tendrían
mucho asesoramiento intensivo en su futuro.
Siguieron las vueltas con ejercicios, pero Moriyama solo envió a la mitad de su
equipo a la cancha. La defensa de Raven continuó corriendo vueltas mientras los siete
delanteros y los cinco distribuidores disparaban a portería. Incluso con solo
aproximadamente la mitad de su equipo en la cancha, superaban en número a los
Foxes por varios cuerpos.
Los árbitros los sacaron de la cancha mucho antes de que Neil estuviera listo
para jugar, dejando atrás solo a Dan y Riko. De alguna manera, los capitanes lograron
un apretón de manos civilizado en media cancha. El árbitro principal lanzó la moneda
y le indicó a Edgar Allan que comenzara el servicio. Se quedó donde estaba mientras
Dan y Riko abandonaban la cancha.
Cualquier otra cosa que pudiera haber dicho fue tragada por la multitud. Kevin
ignoró el rugido de éxtasis y entró en la cancha. Los nudillos de Neil estallaron cuando
apretó los dedos con más fuerza alrededor de su raqueta.
Cuando el arquero cuervo estuvo en su lugar y los árbitros se movieron hacia las
puertas de la cancha para controlar a los equipos, Riko finalmente se movió. Neil
estaba seguro de que todos los Foxes se tensaron cuando Riko alcanzó a Kevin, pero
todo lo que Riko hizo fue pasar un brazo alrededor de los hombros de Kevin y darle un
abrazo corto.
Neil cerró los ojos y respiró. Guardó todo lo que era, enterrando a su padre,
Nathaniel y los Moriyama en una caja fuerte mental para más tarde. No necesitaba ni
quería nada de eso en este momento. Todo lo que importaba era este juego: la raqueta
en sus manos, el gol de los Ravens y el reloj contando los segundos para sacar por
encima de la cabeza. No era Neil en este momento. No era nada ni nadie más que un
Fox, y tenía un juego que jugar.
El timbre sonó para comenzar el juego y Neil corrió por la cancha. Vio al
distribuidor de Raven sacar, pero no buscó la pelota hasta que alcanzó a Johnson, el
defensor. El distribuidor había servido a la pared de la cancha local. Allison fue la
única que se quedó quieta el tiempo suficiente para mirarlo, y lo enganchó en el
rebote. Le arrojó la pelota a Andrew, quien la golpeó hasta el final de la cancha. Neil y
Traducción por:
Kevin se abrieron paso más arriba en la cancha, corriendo a los defensores hacia la
pelota.
Kevin se enfrentó a Jean. Jean era el defensor más fuerte de los Ravens, pero
Neil estaba más preocupado por el efecto psicológico que podría tener sobre Kevin.
Jean era más alto que Kevin, no mucho, pero lo suficiente como para atrapar la
pelota primero. Kevin golpeó su palo para luchar contra él por la posesión. El fuerte
crujido resonó en las paredes mientras luchaban entre sí. Los Foxes y los Ravens
gritaron aliento desde la cancha. Kevin cambió de táctica y golpeó a Jean con un
hombro lo suficientemente fuerte como para hacerlo tropezar. La pelota finalmente se
soltó de la raqueta de Jean. Kevin no tuvo tiempo de apuntar con Jean en la cara, pero
de todos modos lanzó el balón al arco. Apenas había dejado su red cuando Jean lo
detuvo lo suficientemente fuerte como para derribarlo.
La pelota golpeó la pared y rebotó en dirección a Neil. Neil pasó por delante de
Johnson para atraparlo, y Johnson fue directo a su raqueta. Reprimió el palo de Neil
con tanta fuerza que lo sacudió hasta los codos y, en el mismo movimiento, se estrelló
contra Neil para alejarlo de la pelota. Neil tropezó en una búsqueda desesperada de
equilibrio. Johnson giró su bastón alrededor del de Neil en un movimiento rápido
como un rayo y dio una fuerte sacudida. Un rayo de dolor ardiente atravesó la muñeca
derecha de Neil. Soltó su raqueta instintivamente y Johnson salió corriendo tras la
pelota.
Neil casi la pierde de vista cuando se disparó entre los delanteros de los Ravens.
Fue a Riko, luego al distribuidor, luego al otro delantero, y de nuevo a Riko en el
momento exacto en que superó a Nicky. Riko se movió como un borrón y la portería
se iluminó en rojo. El timbre sonó para señalar el punto y la multitud gritó.
Traducción por:
Los Ravens regresaron a sus puntos de partida con gritos triunfantes. Los Foxes
reaccionaron más lentamente, y Neil no se movió hasta que vio a Andrew moverse.
Andrew estaba medio vuelto mientras miraba la pared roja detrás de él. Llevaban sólo
dos minutos de la primera mitad; nadie nunca había anotado en el arco de Andrew tan
rápidamente.
El timbre hizo que se movieran de nuevo, y los equipos chocaron entre sí una
vez más. Los Foxes estaban un poco conmovidos por haber sido anotados tan rápido.
Lucharon más duro, pero no fue suficiente. Cinco minutos después, Riko volvió a
marcar.
—Esto es humillante —dijo el otro delantero del Raven mientras pasaba por
delante de Neil hacia la mitad de la cancha—. No puedo creer que estemos perdiendo
el tiempo aquí.
Neil contempló lanzar su raqueta a la cabeza del hombre, pero no podía apartar
los ojos de Riko. Riko no regresaba a su lugar de partida, sino que se dirigía hacia
Andrew. Andrew se movió para encontrarse con él y se enfrentaron el uno al otro con
solo la línea de gol entre ellos. Andrew rechazó lo que le dijo Riko con un movimiento
descuidado de la mano, pero Riko no se fue. Los árbitros les dieron un par de
segundos para hablar y luego golpearon la puerta de la cancha a modo de advertencia.
Riko finalmente se dio la vuelta y se colocó en su lugar para la siguiente jugada.
Los Foxes empujaron hacia arriba lo más rápido y lejos que pudieron, pero los
Ravens los empujaron hacia atrás. Neil solo pudo ver cómo la pelota regresaba a la
línea ofensiva de los Ravens. Su estómago se hizo añicos mientras veía a los
delanteros pasarse la pelota unos a otros. Riko la agarró y disparó al arco. Los
Traducción por:
hombros de Neil se tensaron en preparación para otro punto perdido, pero Andrew
lanzó el balón lejos de su portería tan fuerte como pudo. Neil usó su intensa oleada de
alivio como combustible adicional para perseguir la pelota.
Los Ravens no volvieron a anotar hasta dentro de quince minutos, pero no fue
por falta de intentos. Eran mucho mejores que los Foxes que Neil no pudo evitar
sentirse humillado. Esto fue peor que la fuerza bruta de Breckenridge. Los Ravens
hacían que los Foxes parecieran niños torpes. Riko era simplemente demasiado rápido
para que Nicky pudiera competir con él. Podía atrapar y pasar con un simple
movimiento, y su puntería era tremendamente precisa sin importar lo rápido que se
moviera. La única razón por la que los Foxes no estaban siendo completamente
masacrados era porque Andrew tenía su objetivo, pero pronto comenzaría a pasar por
la abstinencia.
Después del tercer gol, los Ravens enviaron dos cambios: un delantero para
reemplazar al compañero de Riko y un nuevo distribuidor. Wymack aprovechó el
descanso para enviar a Matt y Aaron por Nicky y Renee. A pesar del marcador, Matt
sonreía cuando se detuvo en la primera y cuarta línea. Estaba listo para marcar a Riko
y parecía ansioso por una pelea. Neil estaba frustrado por cómo iba el juego, pero la
obvia emoción de Matt fue casi suficiente para hacerlo sonreír.
Matt era el Fox más fuerte y Aaron podía superar a Nicky cualquier día. Su
llegada a la cancha marcó una diferencia inmediata y los Foxes finalmente
comenzaron a mantenerse firmes. Los Ravens no esperaban eso, a juzgar por el giro
agresivo que tomó el juego. Neil no se sorprendió en absoluto de que las peleas
comenzaran con Riko y Matt.
Riko casi pasa a Matt para un tiro a puerta, pero Matt se torció en un
movimiento imposible y usó su cuerpo como un ariete. Chocaron con un estruendo tan
fuerte que Neil se encogió de dolor por la simpatía. Se olvidó de ellos un segundo
después cuando vio lo que estaba haciendo Andrew.
No estaba en contra de las reglas que los porteros abandonaran sus porterías,
pero era muy poco aconsejable teniendo en cuenta lo grandes que eran sus porterías y
la velocidad a la que se podía mover una pelota. Un portero solo lo arriesgaba en casos
extremos. Aparentemente, esta noche fue una de esas noches, porque Andrew se
estaba moviendo antes de que Matt y Riko llegaran al suelo. Aaron, el otro delantero,
Traducción por:
y ambos distribuidores corrían por la pelota, pero Andrew estaba más cerca y era más
rápido.
Dejó un segundo para buscar a Kevin y uno más para calcular su tiro. En su
décimo paso disparó el balón a la pared de la portería visitante. Todas esas largas
noches aprendiendo ejercicios de Raven con Kevin tuvieron que dar sus frutos aquí. El
rebote perfecto no se trataba solo de llevar la pelota a la raqueta correcta; estaba
llegando en el ángulo correcto para que Kevin no tuviera que apuntar. Kevin solo tuvo
que volver a colocar la raqueta en el gancho y disparar de inmediato. Era el mismo
truco que los delanteros de los Ravens habían estado haciendo toda la noche, pero los
Ravens no estaban listos para verlo de Kevin y Neil. Jean y el portero pensaron que
tenían más tiempo para reaccionar, pero Kevin no estaba esperando. La portería de
Raven se iluminó en rojo cuando Kevin golpeó la pelota contra ella.
La reacción de las gradas fue tan salvaje que casi ahogó el grito emocionado de
Matt. Neil vio a los sumisos Foxes y a las Vixens celebrando en el borde de su visión,
pero no podía apartar los ojos de Kevin para mirarlos. Él y Kevin se encontraron en su
camino de regreso a la mitad de la cancha y golpearon sus palos juntos casi lo
suficientemente fuerte como para lastimar. La sonrisa de Kevin fue fugaz pero feroz.
No dijo nada, pero no tenía por qué hacerlo. Era la primera señal de aprobación que
Neil había recibido de él desde que se conocieron y Neil lo sintió como un impulso de
adrenalina.
Traducción por:
La deportividad del juego murió con ese disparo. Neil perdió la cuenta de
cuántas veces alguien golpeó el suelo en los últimos veinte minutos de la mitad. Para
cuando Neil recibió un codazo en la cara en el minuto cuarenta y cuatro, todos los
jugadores en la cancha tenían una tarjeta amarilla y un Cuervo había sido expulsado
con una tarjeta roja.
El árbitro que cargó a Johnson llamó a Abby a la cancha cuando vio la sangre en
el rostro de Neil. Los cascos de Exy tenían escudos protectores para cubrir los ojos y
la nariz de los jugadores, pero Johnson se colocó debajo con un movimiento
ascendente. Los guantes de Neil eran demasiado voluminosos para hacer mucho más
que manchar el desorden, pero Abby trajo una gasa con ella. Su expresión tensa estaba
completamente en desacuerdo con el cuidado con que le limpiaba la cara. Este era su
quinto viaje a la cancha hasta ahora y no estaba contenta con lo violento que se estaba
volviendo el juego.
—Él podría haberte roto la nariz con un golpe como ese —dijo Abby mientras
se secaba la sangre del labio superior.
—Los árbitros no te dejarán jugar si te sangra la cara —dijo Abby, sin prisas por
su evidente impaciencia. Ella curvó sus dedos alrededor de su barbilla e inclinó su
cabeza de una manera u otra. Neil sintió un hilo de sangre y lo olió. El amargo calor
era una quemadura familiar en su lengua. Abby no parecía convencida, así que Neil
volvió a olisquear. Finalmente suspiró y le dio una palmadita alentadora a su casco.
Todos los demás ya estaban preparados para el tiro penal de Neil, por lo que
Neil tomó su lugar y atrapó la pelota que le lanzó el distribuidor Cuervo. A Neil le
gustaban los penaltis porque eran puntos fáciles, pero como eran fáciles, por lo general
encontraba menos satisfacción en ellos. Contra los Ravens tomaría lo que pudiera
conseguir. Era solo él, el portero y un gol de gran tamaño. Solo se le permitieron dos
pasos para tomar impulso, pero Neil no los dio. Hizo una finta y disparó el balón
contra la esquina inferior de la portería. Matt golpeó su hombro lo suficientemente
fuerte como para hacer que la nariz de Neil sangrara nuevamente.
—Tal vez deberías aplastarte la cara un par de veces más si eso significa que
puedes anotar —dijo Matt.
La segunda mitad fue una caída hacia abajo. Los Foxes estaban en su segundo
aire contra una alineación completamente nueva y Andrew no pudo mantenerse firme
por mucho más tiempo. Neil supo que lo estaban perdiendo la primera vez que vio a
Andrew tropezar. Podría haber sido que Andrew simplemente se estaba moviendo
demasiado rápido en un esfuerzo por despejar la pelota, pero Neil lo conocía. Andrew
estaba perdiendo fuerza rápidamente. Era temprano para que se pusiera así de
enfermo, pero los Ravens estaban acelerando el proceso haciéndolo caer al suelo.
Neil deseó por un momento que Andrew hubiera tomado sus drogas esta noche.
Descartó ese pensamiento tan rápido como llegó. Andrew con sus drogas tendría más
energía, pero también sería infinitamente menos confiable. Andrew estaba pasando
por esto porque sabía que esta era la única forma en que realmente jugaría para ellos.
Neil estaba agradecido e irritado a partes iguales. Este último fue autodirigido; Neil no
era lo suficientemente bueno para hacer que ese sacrificio valiera la pena y odiaba
sentirse incompetente. No importa cuánto empujara, no podía hacer suficiente
diferencia.
Traducción por:
Neil quería cruzar la cancha hacia sus compañeros de equipo, pero no confiaba
en sí mismo para moverse. Kevin y él acababan de correr dos mitades completas
contra la defensa de los Ravens. Pensó que era un milagro que todavía estuviera de
pie. Sintió sus piernas solo en destellos. Un segundo estaban en llamas; al siguiente se
habían ido por completo. Neil miró a sus pies para asegurarse de que todavía estaban
allí y parpadeó para quitar las sombras de sus ojos.
Le recordó a Neil su primera práctica juntos, cuando Neil casi se desploma los
brazos jugando contra Andrew. Miró el marcador. Los Ravens habían realizado ciento
cincuenta tiros a puerta increíbles; era increíble que Andrew solo hubiera fallado en
parar a trece de ellos. Miró hacia atrás mientras Andrew intentaba de nuevo tomar su
raqueta. A Andrew no le fue mejor esta vez, así que se rindió y se sentó pesadamente a
su lado.
Kevin no dijo nada, pero apoyó la raqueta en un hombro y acompañó a Neil por
la corte. Fueron los últimos en llegar al grupo de los Foxes, pero sus compañeros de
Traducción por:
equipo les dejaron espacio fácilmente. Neil respondió a las cansadas sonrisas que se le
dirigieron con una exhausta. Kevin solo tenía ojos para Andrew cuando se agachó
frente al portero derribado.
Andrew estaba demasiado cansado para poner calor en sus palabras. —Eres
despreciable, Kevin Day. No sé por qué te mantengo cerca.
—Foxes —dijo Riko mientras los Ravens se acercaban a sus espaldas. Todos
los Foxes, excepto Kevin, se volvieron hacia él—. Admito que no sé qué hacer ahora.
No puedo agradecerles por el juego de la noche porque no puedo llamar a esta debacle
un juego. Pensé que sabía qué esperar cuando viniéramos aquí esta noche, pero
todavía me siento avergonzado por ti. Has caído muy bajo, Kevin. Deberías haberte
quedado abajo y habernos ahorrado la molestia de obligarte a volver a arrodillarte.
—Estoy satisfecho —dijo Kevin. Fue la última respuesta que cualquiera de los
Foxes esperaba de él. Se olvidaron de Riko a favor de mirar boquiabiertos a Kevin—.
No con su puntuación o actuación, sino con su espíritu. Yo tenía razón. Aquí hay más
que suficiente para trabajar.
—Un hombre no puede llevarte tan lejos —dijo, sonando dividido entre la
incredulidad y el disgusto—. Incluso tú no eres tan estúpido como para creer eso.
Deberías rendirte ahora.
Traducción por:
Era una amenaza, no un consejo amistoso, pero Kevin dijo: —Uno es suficiente
para empezar.
—Gracias por nada y buenas noches —dijo Dan—. Nos vamos de aquí.
Los Foxes salieron de la corte ante los gritos de una multitud todavía irritada.
Wymack estaba hablando con un par de periodistas, pero se excusó a su llegada.
Renee y Andrew no estaban esperando a que los alcanzara. Renee todavía tenía un
brazo alrededor del hombro de Andrew y lo impulsó hacia el vestuario tan rápido
como pudo sin ser obvio al respecto.
Dan asintió.
Traducción por:
—Allison tiene razón. Perder duele, pero no es una pérdida total. El año pasado
no hubiéramos logrado ni un solo punto en su contra. Esto es lo más fuerte que hemos
sido, y solo podemos mejorar desde aquí. Kevin ya lo dijo: cuando nos enfrentemos a
los Ravens en semifinales los vamos a derribar un par de clavijas.
El salvaje grito de Dan ahogó la respuesta más modesta de Renee. Matt le dio a
Renee un abrazo triunfal, y Allison le dio una palmada en el hombro en una tranquila
pero feroz muestra de apoyo. Neil no estaba seguro de que él y Kevin no
decepcionarían a los demás en las próximas semanas, pero no podía apoyarse en sus
compañeros de equipo para siempre. Habían pasado la mitad de la temporada con una
alineación arruinada. Kevin y él habían estado jugando tramos más largos cada
semana en preparación para el juego de esta noche. Ahora era el momento de que
recuperaran la línea ofensiva y corrieran con ella.
—Repasaremos los detalles del juego de esta noche el lunes por la mañana —
dijo Wymack—. Reúnanse aquí en lugar de en el gimnasio. Dan y Kevin, están en
servicio de prensa. El resto de ustedes dejen de ladrar y lávense para que podamos
beber. Asegúrese de llevar todo lo importante a casa esta noche. Tengo un equipo de
limpieza que vendrá mañana para eliminar el hedor de Cuervo de nuestra cancha.
Vámonos de aquí y emborrachémonos.
9
Los Foxes salieron de la casa de Abby antes del mediodía del día siguiente, pero
el grupo de Andrew no regresó al dormitorio. En su lugar, salieron a almorzar
temprano. Aaron, Nicky y Kevin tenían demasiada resaca para comer mucho y se
conformaron con llevar la comida por los platos. Andrew era ajeno y no simpatizaba
con su difícil situación. Para cuando se fueron, los tres parecían un poco más
tranquilos, así que Nicky los llevó a una tienda de fiestas a quince minutos del
campus.
Halloween cayó un martes este año, lo que significa que Eden's Twilight tenía
un evento el viernes anterior. Neil lo sabía solo porque Nicky había estado hablando
de eso sin parar durante más de una semana, pero en realidad no esperaba que fueran.
Por un lado, tuvieron un juego ese viernes. Por otro lado, eran demasiado mayores
para celebrar una festividad tan infantil. Andrew y Aaron cumplieron diecinueve
durante otro mes, Kevin veinte y Nicky veintitrés. Aparentemente, Neil sobreestimó
su nivel de madurez.
—Somos un poco mayores para los disfraces, ¿no te parece? —Neil preguntó
mientras salía del auto.
—Es de mala educación ir a una fiesta de Halloween sin disfraz, Neil —dijo
Nicky—. Además, los camareros dan una ronda gratis a cualquiera que venga
disfrazado.
—Entonces dame tu bebida, niño tacaño —dijo Nicky—. Sé que dijiste que
nunca volverías a comprar con nosotros, pero te estamos haciendo un gran favor al
arrastrarte. No confiarías en mí para elegir tu disfraz, ¿verdad? Probablemente te haría
una sirvienta francesa o algo así. Venga.
de poliestireno reluciente frente a él. Graznó una vez más por el manejo brusco, pero
el sonido fue amortiguado.
—La gente realmente no usa estos, ¿verdad? —Neil preguntó después de pasar
una caja de cereal y una esponja gigante. Nicky le lanzó una mirada curiosa, así que
Neil sacó el siguiente del estante. Era un cartón de leche con un recorte para la cara
del usuario y un atrevido “¿Me has visto?” impreso debajo de él.
—Oh, eso es perfecto, Neil —dijo Andrew. Neil le lanzó una mirada asesina.
Andrew se rió y levantó un disfraz jaspeado—. ¡Nicky! ¡Mira! Una vaca. Creo que
deberías ser esto.
—Hazlo mañana —dijo Nicky—. Se supone que los sábados son holgazanes.
—Esa actitud es la razón por la que tus notas son tan terribles —dijo Aaron.
Nicky murmuró en voz baja mientras volvía su atención a los disfraces. Kevin
sacó algo largo y oscuro del perchero más cercano a él y fue al frente para mirar las
Traducción por:
decoraciones. Andrew observó para asegurarse de que no se fuera muy lejos y luego
volvió a su búsqueda.
Neil cerró su teléfono, pero tardó en guardarlo. Preguntarse por Dan le hizo
pensar en el juego de anoche. Neil tenía una idea, pero ya podía adivinar cómo la
tomarían los demás. Sus posibilidades de ganar este argumento eran escasas o nulas,
pero Neil tenía que intentarlo. Se guardó el teléfono en el bolsillo y miró hacia arriba.
Andrew estaba quitando los disfraces de sus perchas y tirándolos al suelo.
—Los necesitamos —dijo Neil, sin apartar los ojos de Andrew. Andrew no
había disminuido la velocidad, pero Neil sabía que estaba escuchando—. El talento
por sí solo no nos llevará a semifinales. Si eso fuera suficiente, lo habrías logrado el
año pasado. Tienes que dejar de romper este equipo por la mitad.
—No te estoy pidiendo que seas su amigo —dijo Neil—. Te estoy pidiendo que
cedas una pulgada.
—¿De verdad crees que son lo suficientemente fuertes como para tomar una
milla de Andrew? ¿Crees que los dejaría? —Neil negó con la cabeza cuando Aaron
comenzó a discutir de nuevo—. Kevin le dijo a Riko que los volveríamos a ver en
semifinales. Me gustaría que actuemos juntos antes de la revancha, ¿a ti no? No
podemos hacer eso hasta que nos respetemos y nos entendamos. Bien podríamos
empezar ahora, con esto.
—Dudo que estén de acuerdo incluso si los invitamos —dijo Nicky—. En cierto
modo quemamos ese puente el año pasado.
Traducción por:
—Te refieres a Matt —dijo Neil, mirando entre los tres. La mirada de Nicky se
apartó, por lo que Neil miró a Andrew de nuevo—. Abby lo mencionó mi primera
noche aquí. Ella no quería que me hicieras lo que le hiciste a él. Cuando el entrenador
te gritó después, dijiste que era diferente. Entonces, ¿qué pasó con Matt?
—No hará una diferencia a largo plazo, pero descúbrelo por ti mismo.
Los demás encontraron sus disfraces mucho antes de que Neil eligiera algo por
sí mismo. Nicky no tardó en darse cuenta de que Neil se estaba estancando. Apartó las
manos de Neil del estante con un profundo suspiro.
Encontrar un lugar para estacionar en Fox Tower un sábado por la tarde fue
complicado. Terminaron en un estacionamiento en la calle a una corta distancia.
Subieron las escaleras hasta el tercer piso y Nicky agarró a Neil cuando Neil continuó
pasando por la habitación de los primos.
—Estoy hablando con Dan —dijo Neil—. Me envió un mensaje antes para decir
que algo estaba pasando.
—Lo hace cuando está enojada —dijo Nicky—. Piensa que le da más énfasis a
sus palabras o algo así. ¿Lo hizo? —Esperó mientras Neil revisaba su teléfono, luego
tiró de la camisa de Neil nuevamente cuando Neil negó con la cabeza—. Bien,
entonces puede esperar. Venga. Esto solo tomará un par de minutos.
a Nicky, que estaba esperando como si pensara que Neil realmente no vendría
después, y luego a la puerta abierta de los primos.
—Cierra eso —dijo ella. Nicky frunció el ceño, pero hizo lo que le dijeron. Dan
esperó hasta que el pestillo hizo clic antes de volver a hablar—. Tenemos un visitante.
Vino hace un rato buscando a Andrew. Lo envié al café de la biblioteca a esperar y lo
llamé cuando Neil dijo que estabas en el camino de regreso. Me sorprende que aún no
haya regresado.
—Si. —Dan vaciló cuando sonó el ascensor. Neil y Nicky se volvieron y vieron
a un extraño entrar en el pasillo. Neil se tensó. El extraño estaba vestido con jeans y
una camisa informal abotonada, pero tenía la arrogancia de un policía cuando se
acercó a ellos. Dan levantó la voz a modo de saludo y presentación—. Este es el
oficial Higgins del Departamento de Policía de Oakland.
—No estoy aquí por asuntos oficiales. No todavía, de todos modos. Solo quiero
hablar con Andrew donde no pueda colgarme. Es importante. ¿Él está aquí?
Como era de esperar, fue Andrew quien investigó el golpe autorizado. Solo
consiguió abrir la puerta hasta la mitad antes de darse cuenta de quién estaba parado
en el pasillo. Neil escuchó el pomo de la puerta crujir en advertencia cuando Andrew
lo giró más de lo que debía. Fue una revelación sorprendente considerando la amplia
sonrisa de Andrew y el tono alegre de su voz.
Traducción por:
—Oh, debo estar imaginando cosas. Cerdo Higgins, estás muy, muy lejos de
casa.
—Dijiste que no te llamara —dijo Higgins—. Dame unos minutos, ¿por los
viejos tiempos? Vine hasta aquí para verte. ¿No me da eso algún tipo de
consideración?
—No viniste aquí por mí. Viniste a una cacería de brujas con la que ya dije que
no te ayudaría. Dame una buena razón para no cortarte el cuello, ¿quieres?
Dan siseó en voz baja, pero Higgins no pareció inmutarse por la amenaza.
Higgins extendió una mano como si pensara que Andrew le cerraría la puerta en
la cara. —Estábamos mirando a la persona equivocada, ¿no? Creo que lo hice bien
esta vez, pero no puedo hacer nada sin un testigo quejándose. Los otros niños no
hablarán. Ellos no confían lo suficiente en mí. Eres todo lo que tengo.
—¿Niños? Niños, plural. Solo mencionaste uno la última vez, cerdo. ¿De
cuántos estás hablando? ¿Cuántos ha tenido?
—No te importaría el número a menos que realmente hubiera algo allí para que
yo lo encontrara —dijo Higgins, tranquilo y acusado—. Sólo sí o no, Andrew. Eso es
todo lo que quiero. Eso es todo lo que necesito ahora mismo. Te daré un nombre, tú
me dará una respuesta y te prometo que me iré.
Andrew se calló. Higgins estiró aún más la mano, preparándose para una
reacción violenta, y miró a Andrew mientras esperaba. Andrew guardó silencio, pero
no por mucho tiempo. Sus drogas no le dejarían quedarse quieto más de unos
segundos.
Andrew empujó la puerta aún más y salió, casi empujando a Higgins a un lado
en su camino hacia las escaleras. Higgins lo siguió y la puerta de la escalera se cerró
de golpe tras ellos.
Nicky le lanzó una mirada impotente. —Dije que, si era así, Andrew se
encargaría de ello.
Dan cruzó los brazos sobre el pecho y se apoyó contra la pared para esperar el
regreso de Andrew. Neil esperó con ella, demasiado curioso para marcharse todavía.
Nicky desapareció en su habitación, probablemente actualizando a Kevin y Aaron. Ni
Dan ni Neil hablaron mientras esperaban, y el silencio no hizo nada para aliviar el
evidente mal humor de Dan. Todavía estaba ceñuda cuando Andrew regresó un par de
minutos después.
—No dejes que interfiera con mi equipo y no tendré que hacerlo. —Dan se hizo
a un lado y luego preguntó: —¿Necesitas a Renee?
Cerró la puerta y echó el cerrojo. Dan se quedó dónde estaba un momento más,
luego murmuró enojado en voz baja y se volvió hacia Neil.
—Ven.
Allison, Renee y Matt estaban sentados en círculo en la sala de estar de las niñas
y comían un bocadillo. Dan hizo un gesto hacia la cocina, una invitación silenciosa
para que Neil se sirviera de su refrigerador, y tomó su lugar al lado de Matt. Neil ya
había comido, así que se sentó entre Allison y Renee.
—Higgins dijo algo sobre necesitar de Andrew como testigo —dijo Dan—. No
dijo por qué y Andrew todavía no me da una respuesta directa. Simplemente nos dijo
que nos mantuviéramos al margen o de lo contrario…
Neil no sabía quién era Drake para Andrew o qué había hecho, pero obviamente
Higgins se puso nervioso con ese nombre. Se preguntó si Andrew finalmente estaría
dispuesto a cooperar o si Higgins podría obligarlo a testificar. Tenía que ser un caso
Traducción por:
importante; Higgins debía estar desesperado si hubiera cruzado el país por su cuenta
para obtener una pista. Sin embargo, Neil no les dijo nada a los demás. Andrew no
había revelado ninguno de los secretos de Neil, por lo que Neil no renunciaría al suyo.
Lo mejor que pudo hacer fue cambiar de tema. —Antes de que me olvide,
Andrew dijo que podía invitarlos a la fiesta de Halloween en Eden's Twilight. Es el
veintisiete.
—Mierda.
—Está haciendo una excepción —dijo Neil—. No cree que vayan, pero dice que
está bien si lo hacen. Sé que tenemos un partido esa noche, pero es un partido en casa,
así que deberíamos llegar a Columbia un poco después de las diez. ¿Vendrán?
—¿Quieres que festejemos con los monstruos? —preguntó Allison. Renee solo
sonrió. Allison chasqueó sus uñas cuidadas mientras pensaba, luego levantó un
hombro en un encogimiento de hombros y picoteó su almuerzo—. Podría ser
interesante, supongo. La escena de la fiesta del campus se volvió aburrida hace dos
años. Dan, iremos.
—Él dio a entender que eras la parte más difícil de convencer —dijo Neil.
Matt no parecía preocupado, pero Neil dijo: —No. Andrew está más interesado
en cómo lo contarías, dijo. Pero no voy a preguntar. Eso no me concierne.
Traducción por:
—¿Por qué no? Eres el único aquí que no lo sabe, y sé que ya los has visto. No
es que sean sutiles.
Matt giró su brazo lo suficiente para mostrar sus cicatrices. Neil las había visto a
los pocos segundos de conocer a Matt por primera vez. Matt nunca trató de ocultarlas.
Eran cicatrices de una batalla que había peleado y ganado hace mucho tiempo. Neil no
dejó que su mirada se detuviera en ellas ahora, pero asintió levemente. Matt pasó una
mano por ellas y tomó su sándwich.
—A papá le gustaba divertirse con los otros ricos de Nueva York —dijo Matt—,
pero sus regalos de fiesta eran las drogas. Me dejó, incluso me animó, a probar lo que
quisiera para encajar. Cuando mamá se dio cuenta de lo que estaba pasando, se tomó
un tiempo libre del circuito para limpiarme. Pensamos que estaba bien hasta que
comencé aquí. Los jóvenes que teníamos en ese entonces estaban metidos en cosas
bastante pesadas, y me sentí tentado. La única forma de mantenerme sobrio era
escondiéndome de ellos.
Matt hizo una mueca, no avergonzado sino culpable. —Ya dije que lo sentía.
—El año pasado los monstruos se unieron a nuestro equipo. Andrew tardó dos
semanas en darse cuenta de que algo no estaba bien conmigo y se encargó de arreglar
las cosas. Me invitaron a salir con ellos a Columbia. Cuando llegamos allí, Andrew me
dio speedballs.
—Debería haberlo hecho, excepto que Andrew lo aclaró primero con la madre
de Matt —dijo Dan, apretando un poco la mandíbula por la vieja ira—. Sabía que Matt
Traducción por:
se lo estaba pasando en grande aquí y quería que dejara el hábito para siempre.
Andrew prometió que podría ayudarlo, así que ella le dio su bendición. Voló durante
el verano para ayudar a Matt a superar la abstinencia y le pidió al entrenador que no
castigara a Andrew. Incluso se ofreció a pagarle al entrenador por el problema.
—Pero—
—No hay daño, no hay falta —dijo Allison descuidadamente. Cuando Neil la
miró, le hizo un gesto a Matt—. Realmente no puedes tener una opinión sobre esto
porque no estabas aquí entonces. No viste cómo era Matt. Fue patético. Ni siquiera
podía mirarnos a la cara. Míralo ahora. Los métodos del monstruo pudieron haber sido
un poco extremos, pero funcionaron.
—No estás realmente de acuerdo con esto —le dijo Neil a Matt—. ¿Y si
fracasaba? ¿Y si no te hubieras vuelto a levantar?
Neil estaba empezando a repensar lo apático que era Andrew sobre la vida de
Aaron.
—Llegas un año demasiado tarde para enojarte por mí, Neil. Confía en mí:
estoy bien. Estoy más que bien, de verdad. Pensé que la rehabilitación era mala la
Traducción por:
primera vez. La segunda vez casi me mata. Definitivamente acabó con cualquier
posibilidad de que volviera a ser tentado. Estoy limpio para siempre y me siento mejor
que nunca.
Neil necesitaba más tiempo para descubrir cómo sentirse al respecto, pero no
era su vida, así que solo dijo: —Es tu pelea.
—Supongo que tendremos que comprar algunos disfraces esta semana si vamos
contigo. Esperamos mucho más y se llevarán todos los buenos. ¿Qué obtuvieron
ustedes, para que no dupliquemos nada?
—Preguntaré.
—Espero que Nicky esté bromeando —dijo Neil, poniéndose de pie—. Vuelvo
enseguida.
Resultó que Nicky no estaba bromeando, pero al menos un vaquero zombi era
mejor que un cartón de leche o una vaca
Tener nueve personas un viernes por la noche significaba que Andrew tenía que
hacer una reserva real en Sweetie's, sin importar que llegaran a las diez y media. Una
pequeña multitud de personas estaba esperando en el puesto de la anfitriona, pero la
cabina de la esquina en forma de L estaba marcada con un cartel de RESERVADO. El
stand estaba técnicamente destinado a ocho personas, no nueve disfrazadas, pero
ayudó que Aaron y Andrew fueran del tamaño de una pinta. Los Foxes se aplastaron
muslo con muslo y examinaron minuciosamente los menús.
ocurrió. Los Foxes nunca habían socializado en masa fuera de los eventos y prácticas
del equipo. No estaban realmente seguros de qué hacer entre ellos cuando el Exy no
estaba involucrado.
Ahora que a Renee se le permitió volver a jugar como arquera, Andrew solo
tuvo que mantenerse sobrio durante la primera mitad. Se había tomado una pastilla
durante el entretiempo de esa noche y todavía estaba zumbando. Gastó la mayor parte
de esa considerable energía en su propio grupo o en Renee. Fue un poco más
cooperativo que su hermano en el sentido de que respondía a Dan o Matt si le
preguntaban algo, pero sus respuestas eran rápidas como el rayo, casi groseras y
siempre seguidas de una redirección a alguien más en la mesa.
Podría haber sido la cena más incómoda del mundo si no fuera por Nicky.
Nicky odiaba lo aislados que estaban los gemelos y estaba desesperado por hacerse
amigo del resto del equipo. Era como si hubiera desarrollado una repentina alergia al
silencio. Cada vez que la conversación comenzaba a ralentizarse, lanzaba otro tema
para salvarlo. Renee, Dan y Matt estaban felices de seguir el juego, pero Allison y
Kevin tardaron más en involucrarse. Neil prefirió mantenerse al margen para poder ver
la forma en que interactuaban, pero como esta era su idea, se sintió obligado a ayudar
a Nicky cuando pudiera.
abstinencia con alcohol y drogas; iba a ser más duro y frío de lo que los estudiantes de
segundo ciclo lo habían visto nunca.
—No hagas que te haga daño —dijo Andrew—. No quiero sangre en mi helado.
Kevin solo se encogió de hombros y liberó su mano. Al otro lado de la mesa, los
estudiantes de segundo ciclo estaban en silencio. No sabían lo que se habían perdido,
pero habían escuchado la amenaza de Andrew. Nicky le lanzó a Kevin una mirada
acusatoria por hacer las cosas incómodas y distrajo a Matt preguntándole sobre una
película reciente.
Neil dejó que las palabras entraran por un oído y salieran por el otro. Acababa
de recordar una pregunta sobre la que había estado sentado durante meses. Sopesó sus
posibilidades de obtener una respuesta real con tanta gente presente, consideró
preguntar en alemán y decidió que no quería la respuesta a medias de Andrew. Kevin
se sentó entre Andrew y Neil, por lo que fue fácil para Neil llamar su atención. Le dio
un codazo a Kevin con la rodilla y le preguntó en un francés tranquilo: —¿Por qué
tienes sus drogas?
—Me quedo con ellas cuando él está ajustando su horario —respondió Kevin—.
Noches de juegos o noches como esta noche cuando él quiere entrar en abstinencia, es
mejor si alguien más se queda con la botella. Si tiene sus pastillas, las tomará. No
podrá ayudarse a sí mismo.
Kevin no hablaba más fuerte que Neil, pero los sonidos extranjeros llamaron la
atención de sus compañeros. Neil fingió no ver las miradas curiosas que Matt y Dan le
enviaron, pero volvió a su merienda. Kevin volvió a mirar a Andrew. Andrew se lo
perdió, ya que estaba sacando el teléfono del bolsillo.
Traducción por:
—¡Solo Bee! —dijo Andrew—. Bee siendo estúpida. Bee siendo, ja. Mira.
No parecía molesto por eso. Neil no entendió. Sabía que Andrew tenía sesiones
semanales obligatorias con ella, pero asumió que alguien como Andrew se resentiría
de recibir asesoramiento. —¿Por qué la dejas?
—Es bastante ruda, quieres decir —dijo Nicky—. Estaba realmente preocupado
por ella cuando todos fuimos a nuestro primer encuentro y saludo. —Movió el pulgar
entre él y Aaron—. Andrew pasa por psiquiatras como si estuviera tratando de romper
un récord mundial que solo él conoce. Ella es su octava al menos.
—Un número loco —dijo Nicky—. Pero cuando Andrew salió de su oficina al
final de su primera sesión con ella, ella estaba pisándole los talones y completamente
imperturbable. Bastante impresionante, ¿verdad?
Neil luchó contra la tentación de poner los ojos en blanco y tomó su helado.
Cuando se fueron, Andrew se llevó un montón de servilletas de la mesa. Neil no tuvo
que preguntar por qué. No sabía cuántos de los meseros de Sweetie’s vendían polvo de
galleta, pero esconder los paquetes entre servilletas adicionales era una manera fácil de
hacer las entregas. Andrew esperó a que Kevin se sentara primero en el asiento del
pasajero, luego dejó la pila de servilletas en su regazo para que Kevin las clasificara en
el camino hacia el club. Para cuando llegaron Eden’s Twilight, la sonrisa de Andrew
se había ido por la noche.
Eden's Twilight era un club nocturno de dos pisos cerca del corazón de
Columbia. Nicky había trabajado allí como camarero cuando los gemelos terminaron
la escuela secundaria, y Neil tenía la sensación de que Andrew había ayudado debajo
de la mesa. Habían dejado la ciudad para ir a la escuela, pero volvían tan a menudo
como la temporada lo permitía. La amistad de Nicky con el personal y las generosas
propinas de Andrew les dieron acceso instantáneo y descuentos ridículos en bebidas.
Las puertas los colocan en el estrado, una sección curva repleta de mesas y la
barra principal. Dos escaleras cortas conducían unos pocos metros hasta una pista de
baile abarrotada. A medio camino entre las puertas y la barra estaban las escaleras
Traducción por:
hasta el segundo piso. Neil aún no había subido allí, ya que el balcón estaba destinado
a fiestas privadas. Andrew podría haberlos conseguido fácilmente, pero su camarero
preferido, Roland, siempre trabajaba en el bar de la planta baja.
Tomó trabajo encontrar una mesa entre la multitud, y a la que encontraron solo
le quedaban dos taburetes. Andrew se encogió de hombros por considerarlo
intrascendente, ya que lo más probable era que la mayoría de los Foxes terminaran en
la pista de baile de todos modos. Dejó a la mayoría de sus compañeros de equipo para
proteger la mesa y arrastró a Neil a través de la multitud hacia el bar para su primera
ronda.
—Te daré una propina doble si nunca vuelves a decir cosas tan estúpidas.
—Dejar que Andrew esté sobrio toda la noche —aclaró Dan—. Buena idea,
mala idea, ¿no vivirás para arrepentirte de esa idea?
Nicky parecía confundido por su ignorancia. —No está sobrio; nunca lo está. Lo
has visto pasar por la abstinencia en los juegos, sí, y nosotros —señaló con el pulgar
entre los cuatro restantes del grupo de Andrew—, a veces llegamos a aguantarlo como
lo está esta noche, pero Andrew no ha estado sobrio en años. Siempre tiene algo en su
sistema que lo estropea. Créame, sabría si estuviera limpio. Es, eh…
—Por supuesto que estás esperando esto —dijo Nicky—. La curiosidad mató al
gato. Fox. Lo que sea. Solo espero que los últimos dos años de drogas y asesoramiento
intenso lo hayan suavizado un poco.
—¿Eso todavía cuenta como blasfemia? —preguntó Nicky, porque Dan y Matt
habían venido vestidos como un par de dioses griegos. Se volvió para seguir la mirada
de Matt hacia un asistente a la fiesta que pasaba. El hombre había venido vestido con
un guante de cocina amarillo neón. El rostro de Nicky se contorsionó con incredulidad
y consternación y se rió lo suficientemente fuerte que casi se cae—. Creo que uno
gana el gran premio, chicos. Nadie supera a ese en el medidor de locura.
Traducción por:
Probablemente tenía razón, pero eso no impidió que los Foxes estiraran el cuello
y buscaran otros disfraces extraños. Estaban en medio de un par de duras críticas
cuando Andrew y Renee regresaron. La llegada de más bebidas ralentizó la
conversación, pero fueron los paquetes de polvo de galleta que sacó Kevin los que la
descarrilaron por completo.
Andrew apiló las tazas vacías en su bandeja y se fue de nuevo. Esta vez no
necesitaba ayuda, ya que solo estaba obteniendo suficientes bebidas para él y Kevin,
pero Neil lo siguió. Tuvo que empujar a dos borrachos con máscaras de Carnaval
torcidas para llegar a la barra del bar y se apretujó en el pequeño espacio al lado de
Andrew. Andrew empujó su bandeja a través del mostrador para que Roland la
recuperara cuando tuviera un minuto y miró de reojo a Neil.
—¿No es interesante?
—Es útil.
—¿Eso es todo?
—¿Importa?
—¿Si? ¿No? Debería ser... es... irrelevante, pero... —vaciló, pero Andrew no
dijo nada, sin querer ponérselo fácil. Neil no debería sorprenderse por la actitud de
Andrew, pero de todos modos estaba molesto—. Solo estoy tratando de entender.
terminado, pero le haría compañía a Kevin hasta su regreso. Tan pronto como Andrew
se sentó, miró a Neil.
—¿No vienes?
Ella asintió y se fue a buscar a los demás. Andrew y Kevin tenían las sillas, así
que Neil se quedó entre ellos en silencio. Los vio beber unas cuantas rondas más y
luego se dirigió solo a la barandilla que daba a la pista de baile. Las barras de metal
estaban pegajosas por el sudor o el licor derramado, pero cruzó los brazos sobre ellas y
miró hacia la masa que saltaba debajo.
Sería difícil identificar a sus compañeros de equipo en un buen día. Con las
luces parpadeando en lo alto y todos disfrazados, era imposible. Esa mancha de rojo
podría ser la capa la Caperucita Roja de Renee y la plata que seguía brillando como
una lentejuela era probablemente el uniforme de cadete espacial de Nicky, pero no
había forma de estar seguro. Tenía que confiar en que todos estaban allí, a salvo y
divirtiéndose. Estaba contento con mirar e imaginar.
10
Neil fue a buscar a Renee después de su clase de matemáticas el lunes. Había
tenido un par de meses para conocer la esencia de los horarios de sus compañeros de
equipo. No quería que ese tipo de conocimiento ocupara espacio en su cabeza, pero
pasaba demasiado tiempo con los Foxes como para no saber dónde estaban todos los
días. Sabía que el horario de Renee era como el suyo: tenía dos clases consecutivas,
luego un período libre antes de su próxima lección. El truco estaba en llegar a ella
antes de que se alejara demasiado de su salón de clases, pero afortunadamente Renee
estaba solo a un edificio de él. Esa proximidad era la razón por la que había sido
elegida para llevarlo de las matemáticas a la historia el día de su juego inaugural.
Bajó las escaleras hasta la acera lo más rápido que pudo, esquivando a los
estudiantes que no tenían ninguna prisa en particular por llegar a ningún lado y
evitando cuidadosamente a los que tenían tanta prisa como él. Cogió el borde de una
máquina expendedora para ayudarlo a dar la vuelta a la esquina del edificio y vio el
cabello característico de Renee a unos seis metros de distancia. Neil aplastó
profundamente sus reservas y su malestar y partió tras ella.
Renee se rió.
Neil no tenía otra clase por dos horas, así que la siguió en un paseo por el
campus. Entre el campus, Perimeter Road y el centro había un parque cubierto de
hierba conocido como Green. Si tenía un nombre oficial, Neil no lo había visto en
ningún folleto. Supuso que Renee quería tumbarse y tomar el sol como hacían muchos
Traducción por:
otros estudiantes, pero se abrió camino entre los coeditores adormilados hacia las
tiendas del centro.
—¿Andrew dijo por qué quería hablar contigo? —preguntó Neil cuando estaban
a la mitad del Green.
—Te pregunté esto una vez y no respondiste realmente —dijo Neil—. Ahora,
¿puedes decirme por qué le gustas a Andrew?
—El año pasado, Andrew llevó a un par de nosotros a Eden’s Twilight uno a la
vez —explicó Renee—. Sabes porqué Andrew invitó a Matt. Invitó a Dan para saber
si era digna de seguir en la corte. Me invitó a mí porque, como tú, no se fiaba de esto.
—Señaló su rostro y dejó sus dedos caer en su colgante de cruz—. Quería la verdad,
así que se la di.
—Andrew descubrió que tenemos mucho en común. —Renee le dio una mirada
a Neil mientras se detenían en Perimeter Road—. Las únicas diferencias entre nosotros
son la suerte y la fe.
Renee sonrió.
—Quizá no. Soy una mala persona tratando mucho de ser una buena persona,
pero no estaría tratando en absoluto de no ser por las intervenciones en mi vida. Crecí
con mi madre y sus novios de mano pesada.
Parecía no molestarse por sus palabras y volvió una mirada tranquila al paso de
peatones mientras hablaba. —Tal vez haya sido inevitable que me metiera en
problemas. Empecé a trabajar como vigilante y corredor para una de las pandillas de
Detroit. Me tomó un par de años trabajar mi camino hacia un trabajo más duro. Hice
todo lo que me pidieron y no me importaba a quién lastimara. Afortunadamente para
mí, no era tan inteligente como pensaba. Cuando tenía quince años, la policía me
detuvo y mi abogado cambió mi testimonio por una sentencia reducida. Mis palabras
metieron en problemas a mucha gente, incluida mi madre. Mi abogado explicó mi vida
familiar para que el tribunal entendiera mi falta de modelos positivos. Sus hallazgos
Traducción por:
—Lo siento —dijo Neil, cuando en realidad estaba un poco celoso. Tanto ella
como Wymack perdieron a sus padres a causa de la violencia de la prisión, pero nadie
se había atrevido a atacar a su padre. Resolvería un mundo de problemas para Neil si
unos pocos reclusos pudieran desarrollar suficiente agresión y coraje.
Renee no había exagerado cuando dijo que ella y Andrew eran muy parecidos.
Tuvieron una educación violenta e inestable gracias a sus madres y pasaron tiempo
tanto en el sistema juvenil como en el sistema de crianza. Sus caminos se dividieron
irrevocablemente después de sus respectivas adopciones. Renee dejó que Stephanie la
convirtiera en un ser humano decente y expió su brutalidad pasada, mientras que
Andrew asesinó a su madre en la primera oportunidad que tuvo. Neil finalmente
entendió por qué Renee no le tenía miedo a Andrew.
La expresión de su rostro decía que era la última pregunta que esperaba de él. Se
ganó tiempo invitando a Neil a entrar en la siguiente tienda. Neil entró primero, pero
Traducción por:
se hizo a un lado para que ella pudiera liderar el camino. La mirada que ella le dio al
pasar por allí fue evaluativa, pero pronto se dedicó a la tarea que tenía entre manos y
rebuscó entre las chucherías del estante más cercano.
—No lo estoy —dijo Neil, pero eso no tenía sentido teniendo en cuenta que
había sido él quien lo había mencionado.
Neil buscó una buena manera de explicarlo. No quería decirle que había pasado
la noche del viernes pensando en morir. No había querido pensar en un futuro que no
tenía, así que se paró en la barandilla y pensó en sus compañeros de equipo. Fue un
ejercicio extraño, tan fascinante como incómodo. No estaba acostumbrado a
preocuparse por nadie más que por sí mismo y su madre, pero había intentado
imaginar la vida de los Foxes dentro de un año o dos. Se preguntó qué tipo de
delanteros reclutaría Kevin para reemplazarlo y cuántas consecuencias enfrentarían los
Fox después de que él se entregara al FBI.
Pero sobre todo pensaba en ellos como las personas con las que había pasado la
noche, las personas a las que estaba llegando a conocer casi en contra de su voluntad.
Nunca serían perfectos, pero estarían bien. Habían venido a la Corte de los Foxes
como un desastre fracturado, pero se arreglaban el uno al otro semestre a la vez.
Incluso Kevin iba a salir victorioso de esto. No se iba a desvanecer en la oscuridad
como Tetsuji y Riko pensaban que lo haría; montaría el resurgimiento de los Foxes
hasta la cima y reclamaría su lugar en el centro de atención.
El único además de Neil que no tenía salida era Andrew. Kevin y Nicky
pensaron que tenían la solución adecuada para el problema de Andrew, pero Neil ya
no estaba seguro de en cuál de ellos creía. Pero tampoco podía decirle eso a Renee,
porque no quería explicar por qué de repente era tan importante. No significaría nada
para ella cuando no supiera quién era y qué le había ofrecido Andrew.
Empezó a darse la vuelta, pero Renee dijo: —No soy del tipo de Andrew, Neil.
No hay nada entre nosotros.
Traducción por:
—Es complicado —dijo Renee—, y nos beneficiamos más del silencio. Allison
me creyó cuando dije que no me enamoraría de Andrew. Los demás dejaron de
escuchar cuando Andrew y yo empezamos a hablar más. Recompenso la confianza de
Allison en mí al apilar las probabilidades a su favor en cualquier apuesta sobre
nosotros. Ella y yo dividimos las ganancias. Dejé mis ganancias a un lado para nuestro
proyecto “Adopta una familia de Navidad”. Allison compra manicuras con las suyas.
—No entiendo.
Renee volvió a guardar la billetera, dejó que sus dedos se demoraran unos
segundos más mientras debatía, luego se volvió hacia Neil completamente.
—Cuando dije que no era del tipo de Andrew, lo decía en serio. No se trata de
mi apariencia o fe. Es que soy una mujer.
—Oh, no. Conocerás a la novia de Kevin a finales de este año, estoy segura.
Traducción por:
—Estás mintiendo. —Neil la miró fijamente—. Kevin no tiene novia. Está bajo
demasiado escrutinio por parte de la prensa y sus fanáticos como para ocultar ese tipo
de cosas.
Renee revisó la tienda de una manera lenta y sencilla. A esta hora del día solo
había un cliente más, y estaba al otro lado de la tienda.
—No son oficiales y Kevin sabe que no debe ser indiscreto. ¿Te imaginas lo que
haría el entrenador Moriyama si una mujer distrajera a Kevin de su juego? Estoy
segura de que no te sorprendería que sea una jugadora clasificada en la cancha. Kevin
necesita a alguien que pueda seguirle el ritmo y desafiarlo. Afortunadamente, también
es una ex alumna de Raven, por lo que conoce las repercusiones de ser atrapada con
Kevin. Tal vez tengan más suerte después de que hayamos arreglado las cosas con los
Ravens este año.
No fue tan difícil de entender, incluso con su vaga explicación. Solo había dos
mujeres en la lista de la Corte. Uno era un comerciante de la USC. La otra, Theodora
Muldani, era una defensora de Edgar Allan. Su ascenso a la selección nacional hace
dos años llamó mucho la atención ya que era la única jugadora que había rechazado su
invitación inicial. Su razón oficial era que no quería que el horario de la Corte
interfiriera con su quinto año en la universidad. Nadie esperaba que la selección
nacional le diera una segunda oportunidad, pero el representante de la Corte la estaba
esperando en su último juego de campeonato.
Thea habría comenzado su quinto año con los Ravens cuando Kevin comenzó
su primer año, pero Kevin y Riko crecieron en Evermore alrededor de la línea Raven.
Kevin habría conocido a Thea durante toda su carrera de cinco años como Cuervo.
Neil se preguntó cuánto tardarían en enamorarse y qué pensaba Thea de la
transferencia de Kevin a los Foxes. Tenía más curiosidad por saber cómo Kevin
encontraba espacio en su corazón para otra persona cuando vivía y respiraba Exy.
Parecía imposible que un hombre pudiera dedicarse tanto a más de una cosa.
“Aún”, había dicho Renee, lo que significaba que Andrew tenía la intención de
arreglar las cosas con su hermano en algún momento. Neil no sabía si era su
optimismo el que hablaba o si lo sabía cómo un hecho. No sabía de qué hablaban ella
y Andrew cuando se quedaban solos. Pensar que eran estrategias de Exy era ridículo.
Imaginarlos teniendo una conversación seria, tan serio como podría ser un Andrew
drogado, de todos modos, sobre la sexualidad de Andrew en el armario era igualmente
imposible.
Había una suave advertencia en sus palabras y Neil se erizó a pesar de sí mismo.
Las relaciones de sus compañeros de equipo eran interesantes de observar desde la
distancia, pero, por lo demás, eran intrascendentes. A Neil no le importaban las
sexualidades de sus compañeros de equipo porque no tenía nada que ver con su
supervivencia. La sexualidad de Andrew era sorprendente, pero ciertamente no era
munición para usar en su contra.
—Quizá pensó que ya era hora de que tú y yo nos conociéramos un poco mejor.
—Renee estudió a Neil—. No soy la chica que alguna vez fui, pero la sombra de mi
antigua vida siempre existirá dentro de mí. Eso es lo que me ayuda a conectarme con
Andrew. Espero que me ayude a conectarme contigo.
Neil no respondió eso; no pudo. Era demasiado para pensar y demasiado para
considerar. Quería preguntarle sobre el juicio y cómo fue dar testimonio. Necesitaba
saber cómo la protegían los tribunales y si valía la pena. Si iba al FBI en primavera
con pruebas para derribar a su padre, al menos le gustaría tener una idea de en qué se
estaba metiendo. Sin embargo, eso abriría demasiadas preguntas de las que quería
abordar hoy. No estaba dispuesto a confiar en ella ni siquiera con las medias verdades
que le había dicho a Andrew.
Les tomó dos tiendas y casi media hora de búsqueda antes de que Renee
finalmente encontrara lo que buscaba. En ese momento se estaba acercando
rápidamente a la próxima clase de Renee. Neil todavía tenía una hora para matar y
estaba a solo un par de minutos de la Fox Tower, por lo que se separó de Renee en
Perimeter Road. Cruzó el Green hacia el campus y Neil fue por el otro lado hacia el
dormitorio de los atletas. Su habitación estaba felizmente vacía. Neil dejó caer su
mochila al suelo, se tumbó boca abajo en el sofá de Matt y dejó que sus pensamientos
corrieran en círculos curiosos sobre todo lo que Renee le había dicho.
Para cuando volvió a levantarse para la clase, todavía no sabía qué pensar.
—Oh, gracias a Dios —dijo Nicky, alcanzando a Neil con ambas manos—.
Ayuda.
—Estoy a dos segundos de estar muerto —dijo Nicky—. Mamá acaba de llamar
para desearles un feliz cumpleaños a Andrew y Aaron.
—No podría haber ido tan mal —dijo Matt—. Quiero decir, tu padre apoyó su
liberación anticipada, ¿verdad?
—¿Y?
—¡Y le colgué! —La voz de Nicky flaqueó—. ¿Qué más se suponía que
hiciera? No podía decirle que no, ¿o sí?
—Se supone que le digas que sí —dijo Matt—. ¿Qué demonios, Nicky?
—Sé apoyo moral y respaldo —dijo Nicky—. Si voy a Andrew con esto, o se
reirá de mí o hará como que no me escucha. Pero te escucha a ti, ¿no? Quiero decir, lo
Traducción por:
convenciste de participar en una fiesta en equipo. Tal vez puedas convencerlo de una
cena familiar de alguna manera.
—No lo convencí de nada —señaló Neil—. Le dije que era lo más inteligente y
él estuvo de acuerdo. Esto es más complicado y no debería tener nada que decir.
Podría decirle que obviamente es importante para ti arreglar las cosas con tus padres,
pero tú y yo sabemos cómo reaccionará probablemente ante eso.
Nicky parecía abatido, pero se recuperó con un débil: —Crecí en esa casa, pero
papá no me ha dejado poner un pie en ella desde que salí del armario. Sé que piensan
que soy un pagano condenado a arder por la eternidad, y sé que debería renunciar a
ellos, pero no puedo. Quizás esta llamada signifique que están llegando. Tengo que
saber ¿Por favor, Neil? Quiero a mi mamá de vuelta. La extraño más de lo que crees.
Neil tragó saliva contra el nudo ardiente en su garganta. Esta no era su familia.
No era su problema. No era su madre. La madre de Neil fue enterrada con cenizas y
huesos en una playa de California. Ella se había ido para siempre. Neil nunca volvería
a escuchar su voz y nunca más recibiría otra llamada de ella. Ella nunca lo sentaría y
le explicaría por qué había corrido o se disculparía por ocultar su conexión con los
Moriyama. Ella nunca lo vería jugar con los Foxes en semifinales. Ella no estaría allí
cuando él dio su testimonio. Ella no estaría allí cuando muriera.
Andrew sonrió.
—Tan persistente.
Neil esperó a que Andrew tomara una decisión. Andrew tarareó alrededor de su
cigarrillo mientras pensaba. Le tomó casi un minuto antes de que la curiosidad se
impusiera a su pura necesidad de ser difícil. Andrew arrojó su cigarrillo por la
ventana, tiró de la ventana para cerrarla y saltó de su escritorio. Neil siguió a Andrew
al dormitorio de los primos y tiró de la puerta para cerrarla detrás de ellos. Andrew
solo continuó un par de pies dentro de la habitación antes de volverse hacia Neil.
Neil extendió el brazo cuando Andrew dio un paso adelante, pero no había
forma de que pudiera detener a Andrew si Andrew realmente quería irse. Neil había
visto cuánto presionaba Andrew cuando el equipo hacía pesas en el gimnasio. Más
importante que eso, había visto a Andrew prácticamente agarrar a Nicky por el cuello
y moverlo cuando estaba enojado. El gesto fue solo un espectáculo. Andrew lo sabía,
pero se detuvo de todos modos.
Traducción por:
—La madre de Nicky lo invitó a casa para el Día de Acción de Gracias —dijo
Neil.
—No van detrás de Erik esta vez —dijo Neil—. Están haciendo trueques por ti.
Nicky no puede ir a menos que te lleve a ti y a Aaron con él.
—La última vez que lo comprobé, tampoco somos tus amigos —dijo Neil—.
Aún nos aguantas, así que ¿por qué no toleras a Luther? Nicky asume que tiene que
ver con la forma en que lo conociste, pero Luther fue quien te sacó de la cárcel y te
sacó a casa con tu madre, ¿no?
—Richard Spear —terminó Andrew por él—. Te lo conté todo sobre él, ¿no?
Mi último padre adoptivo.
agosto. Todo lo que Andrew dijo sobre él fue que no era interesante e inofensivo—.
¿Qué pasó para que fracasara la adopción? ¿Tu arresto?
—No, lo tienes al revés. Fui a la cárcel porque ella quería adoptarme. Pero ella
no se rindió conmigo. Ella pensó que una casa estable podría arreglarme, dijo. Su hijo
biológico quería unirse a la Infantería de Marina después de la escuela secundaria, así
que incluso se ofreció a reasignarme parte de sus fondos universitarios. Ella quería que
yo tuviera un futuro. Mi propia Stephanie Walker, en cierto modo.
Neil solo reconoció ese nombre porque acababa de hablar con Renee. Asintió
con la cabeza para mostrar que lo estaba siguiendo. Andrew se balanceó sobre la punta
de los pies y alcanzó a Neil. Neil hizo todo lo que pudo para no tensarse cuando las
manos de Andrew se envolvieron alrededor de su cuello. Andrew no se apretó lo
suficiente como para cortarle el aire, pero golpeó con los pulgares la garganta de Neil
al ritmo del pulso de Neil.
—Luther la habría dejado tenerme si fuera lo que quisiera. Sabía que la madre
de Aaron no quería tener nada que ver conmigo, pero quería arreglar las cosas
conmigo de alguna manera. Si Cass era “buena”, lucharía en su nombre para que se
aprobara la adopción. No podríamos tener eso, ¿verdad?
—Esa es una historia diferente. Esta historia es sobre Cass y Luther, ¿no?
Luther dijo que podía enviarme de nuevo con Cass. Le di un secreto para asegurarme
de que no lo hiciera.
—No. —Andrew tamborileó con los dedos un poco más rápido, un ritmo
agitado completamente en desacuerdo con la sonrisa burlona en sus labios—. Eso es
demasiado fácil. Este tipo de secretos no se revelan a la ligera. Tú lo sabes.
Calculamos daños colaterales y rutas de escape. Planeamos y nos preparamos para la
Traducción por:
La forma en que Andrew se quedó tan perfectamente quieto, aunque solo fuera
por un segundo, le dijo a Neil que tenía razón.
—No.
Andrew no levantó la voz, pero no tuvo que hacerlo para que Neil escuchara la
advertencia en ella. Si Neil empujaba el asunto en la dirección equivocada, Andrew se
cerraría y esta conversación terminaría para siempre. Neil se agarró a los bordes,
buscando las palabras adecuadas que decir para que Andrew siguiera hablando. Quizás
Traducción por:
Andrew tenía razón y los padres de Nicky nunca lo aceptarían como era, pero Nicky
tenía que intentarlo.
—¿Puedo?
—Vamos todos —dijo Neil—. Aaron estará de acuerdo por el bien de Nicky y
Nicky podrá ver si sus padres se han acercado. No hay forma de que dejes a Kevin tan
lejos de tu vista, así que llévalo contigo. Te acompañaré para que puedas acosarme a
mí en lugar de a Luther. Imagínate lo incómodos que se sentirán los padres de Nicky si
tienen que lidiar con nosotros cinco.
—¿Pero es efectivo?
—Ojalá lo fuera.
—¿Por favor?
—¿Tu psiquiatra sabe que le guardas rencor a la mitad del idioma inglés? —
preguntó Neil, pero Andrew solo sonrió—. Sé que no puedes entender esto porque
nunca has tenido una familia real, pero Nicky tiene que darle otra oportunidad a sus
Traducción por:
padres. Si tienes suerte, esta cena será el punto de quiebre. Nicky se ilusiona pensando
que su madre ha vuelto. Si ella lo decepciona de nuevo, él podría estar dispuesto a
marcharse para siempre.
—Una última oportunidad —dijo—. Eso es todo lo que le voy a dar a Nicky.
Pero no pasaré el Día de Acción de Gracias con ellos y no jugaré bien. Haz que Nicky
cambie la fecha y recibe tu invitación. ¿Bueno?
—Todos vamos a lamentar esto. —Andrew soltó a Neil con una sonrisa—.
Nicky sobre todo si su padre acaba muerto.
Neil vaciló, sabiendo que no debería preguntar, sabiendo que ya había pedido
demasiado. Al final, no pudo evitarlo. —¿De verdad mataste a la madre de Aaron?
—Fue un trágico accidente. ¿No leíste los informes policiales? —Andrew fingió
ser inocente, pero el tic en la comisura de la boca lo delató. Andrew abandonó la farsa
un par de segundos después y se rió—. Supongo que ella le pegó demasiadas veces. Le
advertí que no pusiera una mano sobre él, pero ella no me escuchó. Ella consiguió lo
que le venía. ¿Eso te asusta, Neil?
Parecía divertido, no molesto, así que Neil dijo: —Intentaré ser más aburrido en
el futuro.
Andrew no lo siguió cuando Neil salió del dormitorio. Neil esperaba encontrar a
Nicky acechando en el pasillo esperando los resultados, pero Nicky había ido a la
habitación de Neil para esperar su regreso. Estaba sentado en el extremo más alejado
del sofá de Matt. Nicky sonrió cuando Neil entró, pero la expresión no llegó a sus
ojos. Parecía casi enfermo de nerviosa esperanza.
—Lo dudo.
Neil se encogió de hombros. Nicky lo dejó pasar, tal vez demasiado feliz de
importarle cómo Neil se ganó a su primo. Sacó su teléfono de su bolsillo e hizo un
gesto hacia la puerta.
Traducción por:
La sonrisa de oreja a oreja de Nicky fue respuesta suficiente, y Nicky zarpó para
hacer la llamada. Neil vio que la puerta se cerraba detrás de él, luego envió una mirada
interrogativa a Matt. Matt lo estaba estudiando con una curiosa intensidad.
—Andrew no cede terreno a nadie. ¿Por qué sigue diciéndote que sí?
—Está drogado —dijo Neil, haciendo girar un dedo cerca de su sien—. Piensa
que es gracioso.
Matt lo miró un poco más, luego sacudió la cabeza y se relajó contra el respaldo
del sofá nuevamente. Neil tomó el asiento que había dejado antes y Matt volvió a
encender la película. No estaban mucho más en eso cuando el teléfono de Neil vibró
con un mensaje de texto de Nicky. María había acordado la fecha y los invitados
adicionales. La mitad del mensaje eran caras sonrientes y signos de exclamación.
11
Kevin no estaba interesado en conocer a los padres de Nicky, pero era lo
suficientemente inteligente como para saber que no tenía nada que decir al respecto.
Kevin no podía soportar estar solo, en parte porque había crecido apegado al lado de
Riko y rodeado por los Ravens, y en parte porque estaba muerto de miedo de ser
atrapado sin protección. Por suerte para todos, Kevin dejó de criticar el viaje cuando
se dio cuenta de que podía sacar algo de él.
Kevin pensó que las raquetas ligeras eran una completa pérdida del tiempo de
Neil. Tan pronto como Neil pasó los trece ejercicios de los Ravens, Kevin empezó a
hablar de mover a Neil a una raqueta pesada. Los pesos pesados eran más populares
entre la defensa, ya que se trataba de fuerza y velocidad. Pocos jugadores ofensivos se
molestaban con ellas, ya sea porque no querían el peso extra cuando intentaban
superar a la defensa o no podían perfeccionar su puntería con un palo tan difícil de
manejar. Sin embargo, cuando se dominan, las raquetas pesadas pueden ser
devastadoras.
Kevin usó una raqueta pesada con los Ravens, pero cambió a una raqueta ligera
después de su lesión. Riko todavía usaba una. Neil estaba receloso de cambiar de
raqueta tan tarde en la temporada, ya que seguramente tendría un período de ajuste
serio, pero Kevin hizo oídos sordos a sus argumentos. Meses de prácticas nocturnas
implacables y la dura tutela de Kevin le dieron a Neil una precisión aterradora que le
habría llevado años aprender por su cuenta. Ahora que podía apuntar con una mirada
de gatillo, necesitaba una raqueta que pusiera fuerza detrás de sus tiros. Era hora de
agregar potencia a su velocidad, o eso dijo Kevin.
Traducción por:
El mejor lugar para encontrar raquetas en Carolina del Sur fue en Columbia en
Exites. Las tiendas de deportes más grandes de todo el estado tenían secciones para
equipo de Exy, pero Exites era la única tienda cien por ciento dedicada al deporte.
Manejaban todo, desde equipo hasta uniformes personalizados y coleccionables. Neil
había estado en su sitio web de vez en cuando, pero verlo en persona envió un
escalofrío por su columna vertebral. Era una tienda de cuatro pisos al otro lado de la
capital de Eden's Twilight, y el estacionamiento estaba cómodamente abarrotado. Neil
no estaba seguro de qué le gustaba más: la idea de todo lo que lo esperaba dentro de
esas paredes, o los muchos autos que demostraban la popularidad de Exy.
—Esto es estúpido —dijo Aaron por cuarta o quinta vez desde que dejaron el
campus—. Acabamos de arreglar la alineación. Ahora vas a volver a jodernos.
—Esta es la mejor semana para cambiar —dijo Neil mientras seguía a Andrew
fuera del auto—. Nos enfrentamos a JD el viernes. Ustedes pueden ganarles sin mi
ayuda.
Todavía no sabía dónde iba a pasar sus dos semanas de vacaciones de Navidad.
Apostaba a que los primos no irían a ninguna parte, ya que Kevin sería intolerable si lo
llevaran demasiado lejos de la Corte de los Foxes. Con suerte, Neil podría quedarse y
hacer algunas prácticas. Tendría que averiguar qué excusa darle al equipo para no irse
a casa.
Neil miró para ver a Kevin ahora hablando con un hombre mayor con una
etiqueta con su nombre. Iba vestido de manera más profesional que el cajero, por lo
que Neil supuso que era el gerente de turno. Neil miró a su alrededor en busca de las
cámaras de seguridad. Se preguntó si el cajero presionó un botón de pánico para
llamar al gerente al frente o si el hombre había visto la cara de Kevin en las pantallas
de su computadora en la parte de atrás. De cualquier manera, la respuesta rápida como
un rayo hizo que la piel de Neil se erizara. Asintió y siguió a Nicky hasta las escaleras.
Traducción por:
—¿Tan ansioso estás por llegar a casa de Nicky? —Neil preguntó mientras
continuaba hacia el tercer piso.
—Sin espíritu de equipo —se burló Andrew—. Pobre de mí. Oh, mira.
No tuvo que decírselo dos veces. Las paredes de todo el tercer piso estaban
revestidas de raquetas. Neil pasó suficiente tiempo buscando todo sobre Exy en
Internet para saber cuántos tipos diferentes de raquetas estaban disponibles. Verlos en
un sitio web y verlos en persona fueron experiencias completamente diferentes, y por
un momento Neil se quedó paralizado en lo alto de las escaleras.
más pesada a la más ligera, con las raquetas pesadas justo después de la sección de
porteros.
Aun así, saber que necesitaba una raqueta corta no lo ayudó a reducir mucho sus
opciones. Cada raqueta que levantaba era un peso incómodo en sus manos, y Neil no
había jugado lo suficiente como para comprender realmente los beneficios de las
diferentes profundidades de la red. Sabía que los delanteros tendían a tener redes más
profundas para poder llevar el balón más lejos, mientras que los distribuidores y la
defensa tenían redes menos profundas para robar y pasar, pero las diferencias
incrementales eran un área gris de confusión. Neil recogió y dejó todas las raquetas
cortas que pudo, deteniéndose hasta que Kevin apareció para decirle qué hacer.
—No soy el único —dijo Neil, dejando la última raqueta y mirando a Andrew—
. Me dijo por qué se quedó. Me dijo lo que te prometió. Entonces, ¿cómo eres
diferente a mí si también estás aquí por el Exy?
bien, está bien, está bien. Pregunta y yo me niego, absolutamente no. Estoy esperando
que se rinda. Tiene que marcharse eventualmente.
—¿De verdad quieres que lo haga? ¿No se han alejado ya suficientes personas
debido a tu condición? No puede esperar a que vuelvas a estar sobrio, ¿de cuántas
personas puedes decir eso?
—Es una emoción muy egoísta —dijo Andrew—. Quiere algo. Él está para
ganar, o eso cree.
Andrew se rió. —Nunca te tomé por un soñador. A veces eres tan extraño.
—Vi la forma en que jugaste contra Edgar Allan —dijo Neil—. Por un
momento pareció que significaba algo para ti.
—Oh, Neil.
—Esa no era una pregunta —dijo Andrew—. Fue una acusación equivocada.
—Aquí hay una pregunta real: ¿cómo has sobrevivido tanto tiempo cuando eres
tan violentamente autodestructivo?
—Me dijiste que Cass nunca te haría daño y te habría dado una buena
educación, pero saboteaste tu adopción. El oficial Higgins vino hasta aquí desde la
Traducción por:
costa oeste para arreglar algo de tu pasado, pero no lo ayudarás. Dejaste la prisión
juvenil y mataste a la madre de Aaron para protegerlo, pero en lugar de arreglar tu
relación con él, lo mantienes atado. No quieres que los padres de Nicky lo lastimen,
pero tampoco lo dejarás entrar en tu familia. Kevin prometió invertir en ti, pero ni lo
intentarás. ¿Así que, qué es? ¿Tienes miedo de tu propia felicidad o, sinceramente, te
gusta ser miserable todo el tiempo?
—Neil, mira —dijo Andrew, y señaló su propio rostro—. ¿Me veo miserable?'
—No lo hice —dijo Andrew—. Me distraje por un momento. Le dije que fue un
error dejarte que te quedaras, pero ella no me creyó. Ahora mira. Oh, por una vez ni
siquiera quiero molestarme con el “te lo dije”. Arruinas toda mi diversión.
—Bee.
Neil lo vio irse, luego resopló de frustración y se volvió hacia las raquetas.
y pelotas dentro de la cancha mientras trabajaba, luego encerró a Neil solo para
practicar lanzadas.
Neil pensó que las raquetas eran difíciles de manejar con solo sostenerlas.
Disparar con ellas era peor. Las raquetas eran de cuatro a cinco veces más pesadas que
las que le dio Wymack. Se sentían diferentes en sus manos y se arrastraban en sus
pases. A pesar de eso, el sonido que hicieron las bolas cuando rebotaron en la pared
envió un oscuro sentimiento de poder a través de sus venas. Cada rebote fue un
pequeño boom. Neil solo podía imaginar cómo sonaría cuando pudiera poner
velocidad real detrás de sus lanzadas nuevamente. Sus disparos serían misiles
dirigidos a la portería, y dejaría a los porteros sobresaltados a su paso.
Pasó por las raquetas varias veces, dándose un par de rondas para ajustar y
luego averiguando cuál se sentía mejor. Todas eran incómodas por ahora, pero cuanto
más las usaba, más podía adivinar cuáles rechazar. Una era demasiado grande; nunca
se acostumbraría a sentirla. Dos fueron rechazadas después de la tercera ronda. No
podía decidir entre las dos últimas, así que se las llevó a Kevin. Kevin las inspeccionó
de la cabeza a las nalgas, girándolas de un lado a otro y observando la leve curva de
las cabezas.
Neil colgó el equipo, recogió pelotas y raquetas y esperó a que la chica cerrara
la cancha. Bajaron las escaleras y ella les hizo apilar las raquetas rechazadas en un
estante. Deslizó un formulario de pedido a través del mostrador hacia Neil.
Necesitaban pedir las raquetas en colores de Palmetto. Exites se encargaría de eso y
los entregaría. Neil pensó que era tan fácil como marcar una casilla y seguir adelante,
pero la marca que había obtenido ofrecía cuatro diseños diferentes. Neil vaciló, luego
marcó el más simple y completó la dirección de la Corte de los Foxes.
—Entonces no necesito tres —dijo Neil—. Dile que vuelva a dejar este.
Kevin entregó la tarjeta del equipo para pagar y firmó el recibo con un prolijo
garabato. La tarjeta y el recibo fueron a su billetera para archivarlos con Wymack más
tarde. La raqueta de práctica se la entregó a Neil. Saber lo que costaba lo hacía sentir
cien veces más pesado en las manos de Neil. Kevin asintió ante la alegre despedida del
cajero y condujo a Neil hacia las escaleras.
No estaban lejos de la antigua casa de Nicky. Los Hemmick vivían en una casa
de dos pisos en los suburbios del sur de Columbia. Neil miró más allá de Andrew por
la ventana mientras Nicky aparcaba junto a la acera. Desde fuera, la casa se veía
perfecta. El césped era de un verde vibrante y estaba bien recortado, los coches del
camino de entrada eran nuevos y estaban limpios, y la casa era de un azul pálido con
contraventanas oscuras. Parecía una casa ordinaria de clase media, lo que hizo que las
reacciones de los primos fueran aún más surrealistas. Ni siquiera Andrew tuvo nada
que decir cuando Nicky apagó el motor.
Traducción por:
Nicky tamborileó con los dedos en el volante. —Quizás esto fue un error.
—Oh, ahora lo dice —dijo Andrew, y salió del coche—. Demasiado tarde.
Neil dejó su raqueta a un lado y salió, pero Andrew pasó junto a él y enganchó
el palo tan pronto como Neil se apartó. Andrew le dio un giro experimental, juzgando
su peso, luego lo apoyó contra su hombro y se dirigió a los otros autos.
Nicky salió del coche como si estuviera en llamas. —Andrew, ¿qué estás
haciendo?
Nicky corrió tras él y le quitó la raqueta de las manos. Andrew podría haberse
aferrado a él, pero aparentemente estaba más divertido por la mirada aterrorizada en el
rostro de Nicky. Se rió de la obvia angustia de Nicky e hizo un gesto exagerado para
que Nicky abriera el camino. Nicky le entregó la raqueta a Neil.
Maria Hemmick abrió la puerta. Era más alta de lo que Neil esperaba, pero pudo
ver el parecido entre ella y Nicky en un instante. Nicky la culpó en broma cuando Neil
comentó por primera vez lo diferente que se veía él de sus primos. Andrew y Aaron
eran pálidos y de cabello claro, mientras que Nicky heredó la tez más oscura de su
madre mexicana. Tenía los ojos de su madre y la misma curva en su boca. Nicky
nunca había sonreído así, sin embargo, tan educado y pequeño que apenas era
acogedor.
Ella frunció los labios, pero no discutió. Se hizo a un lado, por lo que salieron
del frío al vestíbulo delantero, mucho más cálido. María cerró la puerta detrás de ellos
y se volvió hacia sus invitados. Neil y Kevin eran ahora los más cercanos a ella. No
hubo reconocimiento en su mirada cuando los consideró, pero les saludó con la
cabeza.
Kevin puso una de sus sonrisas amigables con el público y dijo: —Es un placer
conocerla.
Luego miró a los gemelos, pero su mirada pasó completamente por encima de
Aaron. Ella le sonrió a Andrew y dijo: —Aaron, ha pasado mucho tiempo.
Andrew le aclaró las cosas con la sonrisa más brillante y hostil que le
permitieron sus drogas.
—Hola Maria. Qué gusto mucho volver a verte, estoy seguro. Muy interesante,
nos dejas entrar en tu casa y todo. Pensé que ibas a presentar una orden de restricción
en mi contra. ¿Qué pasó? ¿Perdiste los nervios?
—Pueden dejar sus abrigos aquí. —Una puerta estrecha a su derecha era un
armario con una docena de perchas de repuesto. María los vio colgar sus abrigos y
luego les hizo señas para que la siguieran—. Justo por aquí.
Traducción por:
—¿Ni siquiera puedes distinguir a tus propios sobrinos? —comenzó Nicky, pero
el resto de la pregunta se olvidó cuando entraron en la cocina y vieron al padre de
Nicky.
A Neil no le pareció que fuera su imaginación la que vio cómo Luther miraba a
Andrew más tiempo que a su propio hijo. Le hizo preguntarse si Luther sospechaba
que Andrew estaba involucrado en la muerte de su hermana, y si alguna parte de él lo
culpaba de cualquier manera. Nicky dijo que la liberación de Andrew de la prisión
juvenil condujo a Tilda más profundamente a su depresión y drogas. Quizás Luther se
arrepintió de descubrir que Andrew existía.
Nicky se había quedado mudo, pero Aaron dijo: —Hey, tío Luther.
—Puedes dejar eso aquí —dijo Luther mirando la raqueta de Neil. Esperó hasta
que Neil la apoyó contra la pared, luego señaló la puerta trasera—. Por favor, póngase
cómodos. La cena estará en un minuto.
Nicky los llevó al porche trasero. Estaba cerrado con medias paredes y una fina
malla. Había lámparas de calor en cada esquina. La malla dejaba escapar algo del
calor, pero también evitaba que entrara la mayor parte de la brisa de noviembre, por lo
que era más cómodo afuera que en la casa.
La mesa tenía ocho asientos, tres a cada lado y un asiento en cada extremo. A
juzgar por el pañuelo de encaje en un extremo, los Hemmick ocuparían los asientos de
los extremos y repartirían a sus invitados entre ellos. Nicky tomó un asiento del medio
a un lado, manteniendo una silla entre él y cualquiera de sus padres. Aaron se sentó
entre la silla de Nicky y Maria. Kevin y Neil pusieron a Andrew entre ellos en el otro
lado donde pudieran vigilarlo, Neil más cerca de Luther y Kevin de María.
Luther y María necesitaron tres viajes para traer toda la comida. Tan pronto
como se sentaron, inclinaron la cabeza. Neil no se dio cuenta de lo que estaba
sucediendo hasta que Luther comenzó a orar. Inclinó la cabeza un poco tarde y le
lanzó a Andrew una mirada de reojo. Andrew ni siquiera estaba fingiendo rezar,
incluso si a su otro lado Kevin estaba jugando cortésmente. Andrew tenía un brazo
enganchado alrededor del respaldo de su silla y tamborileaba con los dientes del
tenedor contra la mesa en espantoso contrapunto a las palabras de Luther.
Luther tenía que sentirse ofendido, pero tal vez había aprendido hace mucho
tiempo a no rogarle respeto a Andrew. Cuando terminó, se enderezó y comenzó a
servir comida del plato más cercano. Los demás lo tomaron como una señal, pero Neil
tuvo que esperar a que Andrew o Luther terminaran antes de que pudiera conseguir
comida. Luther notó su ociosidad y lo miró.
—¿Eres religioso?
Luther le dio un minuto para dar más detalles, pero Neil le devolvió la mirada
en silencio. Finalmente, frunció el ceño con desaprobación y presionó: —¿Por qué no?
—Esa es la primera vez —dijo Andrew riendo—. Por lo general, también eres
muy obstinado.
—No veo cómo una pregunta así se constituye en una pelea —le dijo Luther a
Neil.
—¿Es esa realmente la pregunta con la que quieres empezar, papá? —preguntó
Nicky—. ¿No quieres preguntar cómo hemos estado o cómo nos va en la escuela o
cómo va la temporada? Ayer tuvimos un juego en Florida. Ganamos, ¿sabes?
—Sí, suenas como si lo dijeras en serio —dijo Nicky, pero sonaba más triste
que molesto. Siguió un silencio incómodo, pero Nicky lo rompió con un poco
entusiasta: —¿Cuándo repintaste la cocina?
Una pequeña parte de Neil había asumido que Nicky estaba exagerando lo
distanciada que estaba su familia, pero Nicky estaba en su segundo año y sus padres
aún no sabían en qué se estaba especializando. Neil no sabía si María estaba
preguntando ahora porque estaba interesada en volver a conocer a su hijo o si solo
estaba tratando de llenar el silencio. Esperaba que fuera lo primero; este último era
demasiado para su estómago. La madre de Neil pudo haber sido terrible y violenta en
ocasiones, pero le tenía una gran devoción. Eran dos mitades de un todo miserable,
coconspiradores inseparables.
La mandíbula de Nicky se tensó, pero miró a su madre a los ojos cuando dijo:—
Sí. La carrera de Erik está ahí. No le pediría que lo dejara solo para mí, y de todos
modos no querría que lo hiciera. Me encantaba vivir en Alemania. Es un lugar
asombroso. Deberían visitarnos alguna vez.
Traducción por:
No pudo terminar, así que Nicky dijo: —Sí, todavía estamos juntos. Regresé
para cuidar de Andrew y Aaron, no porque las cosas se pusieran feas con Erik. Lo
amo, ¿de acuerdo? Siempre lo he hecho y siempre lo haré. ¿Cuándo vas a entender
eso?
—Luther —dijo Andrew. Eso fue todo lo que dijo, pero Luther le lanzó una
mirada cautelosa.
—Lo amo —insistió Nicky—. ¿Eso no significa nada para ti? ¿Por qué no
puedes estar feliz por nosotros? ¿Por qué no puedes darle una oportunidad?
—No tienes que amar el pecado —dijo Nicky—, pero se supone que debes
perdonar y amar al pecador. ¿No es eso de lo que se trata la fe?
—Pero no puedo ser tan blanco y negro —dijo Nicky con lástima—. No lo haré.
¿Por qué nos llamaste aquí si vamos a tener la misma pelea de siempre?
—Recientemente han salido a la luz cosas que nos hicieron cuestionar nuestra
situación actual. Nos hemos comprometido a reparar esta familia —miró a María,
quien asintió con feliz ánimo—, pero entendemos que será un camino largo y cuesta
arriba. Te trajimos aquí para que pudiéramos decidir juntos los primeros pasos.
—Oh, no —dijo Andrew—. Solo estoy aquí porque Neil se quejó hasta que
acepté acompañarlos. Déjame fuera de esto.
Luther frunció el ceño. Al otro lado de la mesa, María levantó una mano para
calmarlo y dijo: —Vamos a comer. Este tipo de conversación es demasiado difícil con
el estómago vacío. Comeremos e intentaremos nuevamente, y luego recompensaremos
nuestros esfuerzos con un postre. Hay pastel en el horno. De manzana, Nicholas. Solía
ser tu favorito.
Fue una oferta de paz exigua considerando las duras palabras que interrumpió,
pero Nicky estaba desesperado por cualquier rayo de esperanza. Asintió con la cabeza
y se metió en su cena. El silencio reinó sobre la mesa por un tiempo antes de que
Aaron finalmente lo rompiera. Preguntó sobre personas y lugares que Neil no
reconoció, probablemente personas que conocía cuando Tilda lo trasladó aquí por
primera vez hace ocho años. Era un tema neutral que era fácil de seguir para Luther y
María, y le dio a Nicky tiempo para calmarse.
Andrew se levantó hacia el final de la cena y entró. Luther empujó su silla hacia
atrás y lo siguió para hablar con Andrew en privado. Neil escuchó el zumbido de sus
voces a través de la puerta mosquitera, pero no pudo distinguir sus palabras. Aguzó
sus oídos, escuchando por sonidos de violencia. Pensó que debería jugar a ser árbitro,
pero su presencia mataría su conversación. Luther había dicho que quería expiar el
pasado. Si se estaba disculpando, Andrew necesitaba escucharlo, quisiera o no.
Énfasis en el no, decidió Neil, porque la voz de Andrew se hacía más fuerte.
Neil captó fragmentos de palabras, pero María comenzó a hablar en voz alta para tapar
el alboroto. Neil casi la hizo callar antes de darse cuenta de que estaba hablando con
Nicky sobre la temporada. Neil quería escuchar lo que Andrew estaba diciendo, pero
más que eso quería que Nicky arreglara las cosas con su madre. Se quedó callado y
mantuvo los ojos en la puerta trasera. Si Luther gritaba de dolor, lo oirían sin importar
lo ruidosos que fueran Nicky y María.
Luther regresó solo, luciendo desgastado y derrotado, pero por lo demás ileso.
Andrew no lo siguió. Luther volvió a tomar asiento y centró su atención en Aaron.
Neil esperó, contando segundos y luego minutos hasta que Andrew regresara. La
medicina de Andrew pronto calmaría su temperamento y devolvería su mal humor a la
Traducción por:
apatía. Neil esperaría, luego averiguaría qué necesitaba para pedirle a Andrew
respuestas sobre la conversación en esa cocina.
María entró para comprobar el pastel. Regresó luciendo complacida.-- Creo que
cinco minutos.
Andrew todavía no había regresado. Neil pensó por un segundo que Andrew
había tomado el coche y los había dejado, pero Neil nunca había visto a Andrew
conducir drogado. No podía; su medicina lo ponía demasiado inquieto e hiperactivo
para concentrarse en la carretera. Entonces Neil pensó en su raqueta en la cocina y en
el costoso auto de Luther en el camino de entrada.
Todos lo miraron cuando se puso de pie, así que Neil dijo: —Limpiaré la mesa-
Neil apiló platos lo más rápido que pudo sin romper nada. Kevin tenía una mano
libre para abrir la puerta, así que entró primero y Neil casi le pisó los talones en su
prisa por seguir. Primero buscó su raqueta y se sintió aliviado al encontrarla justo
donde la dejó. Inmediatamente después del alivio hubo confusión y alarma, porque
Andrew no estaba en la cocina.
—Neil —gritó Nicky mientras Aaron dejaba que la puerta se cerrara detrás de
él. Neil dejó su brazo lleno de platos en la mesa interior y abrió la puerta trasera—.
Andrew, eh... —Repensó lo que iba a decir y pasó al alemán—. Asegúrate de que
Andrew no esté rompiendo nada valioso, ¿verdad?
—No hay necesidad de preocuparse —dijo María antes de que Neil pudiera
entrar de nuevo—. De hecho, creo que es prometedor que se haya ido tanto tiempo.
Volverá cuando haya terminado de hablar con Drake.
—Esta cena no fue originalmente idea nuestra —dijo Luther—. Uno de los
antiguos hermanos adoptivos de Andrew vino a pedirnos ayuda. Se separaron en
términos hostiles hace años, y ha pasado tanto tiempo desde la última vez que
hablaron que teme que su relación se dañe irremediablemente. Nos hizo pensar en
nuestros propios problemas familiares y nos inspiró a extender la mano nuevamente.
—Drake —dijo Neil—. ¿Era su apellido Spear? ¿Era el hijo de Richard y Cass?
Tuvo que soltar a Aaron en las escaleras porque no podía subir a Aaron detrás
de él y esperar que se callara. Casi esperaba que Aaron se fuera de nuevo ahora que
fue liberado, pero había despertado su curiosidad con su urgencia. Neil subió los
escalones alfombrados tan silenciosamente como pudo. Aaron estaba casi en silencio
detrás de él. Neil supuso que había pasado suficiente tiempo en esta casa para saber
qué escaleras crujían bajo el peso del cuerpo de un hombre.
Todas las puertas del segundo piso estaban abiertas excepto una, y Neil escuchó
el golpe distante de algo golpeando la pared. Probó la perilla, la encontró cerrada y
corrió hacia la puerta de al lado para ver de qué tipo de madera estaban hechas. Era un
Traducción por:
Aaron tenía una mano levantada para golpear la puerta, así que Neil empujó su
raqueta hacia Aaron. Aaron lo agarró instintivamente. Neil se tomó medio segundo
para prepararse y clavó el talón del pie en la puerta tan cerca del pomo como pudo. La
madera se astilló alrededor de su zapato y su talón casi se atascó en los bordes
irregulares cuando lo soltó de un tirón.
—Dios, mierda... —Aaron se sobresaltó, pero Neil le dio a la puerta otra patada
salvaje.
Esta vez la puerta se abrió de golpe. Neil tropezó dentro. Necesitó dos pasos
para recuperar el equilibrio y mirar hacia la pelea en la que habían estallado.
Drake dijo algo. Neil no supo qué. Él recordaría las palabras más tarde, la
furiosa demanda de saber qué estaban haciendo irrumpiendo así. En ese momento, la
voz de Drake era solo un rugido en los oídos de Neil, o tal vez ese sonido era el
mundo de Neil derrumbándose a su alrededor. No lo sabía.
Solo tuvo un segundo para asimilarlo, pero ese segundo grabó los horribles
detalles en él de una manera que nunca olvidaría. Había sangre en el rostro de Drake
en líneas irregulares, heridas provocadas por uñas desesperadas. La gran longitud de
su cuerpo, tatuado y musculoso, mantenía a Andrew inmovilizado contra el colchón
solo con su peso. Un brazo en la parte posterior del cuello de Andrew forzó su rostro
hasta las orejas en una almohada salpicada de sangre. La otra mano de Drake estaba en
la cabecera, apretada con tanta fuerza alrededor de las muñecas de Andrew que los
dedos de Andrew eran fantasmalmente blancos y sin sangre. Neil vio demasiada
sangre y demasiada piel. Sabía lo que estaba viendo, sabía lo que esto significaba, pero
todavía no podía creerlo. Eso no le impidió saltar sobre Drake.
Pasó a toda velocidad junto a Neil casi lo suficientemente fuerte como para
derribarlo. Drake se veía como alguien que fácilmente podía enfrentarse a cualquiera
de ellos en una pelea, incluso con los pantalones alrededor de los tobillos, pero estaba
demasiado enredado en las sábanas para levantarse lo suficientemente rápido. Aaron
no estaba esperando a que lo averiguara. Levantó y dio la vuelta a la raqueta de Neil
Traducción por:
en un golpe con tanta fuerza y rapidez que el aire silbó a través de las tensas cuerdas.
La raqueta alcanzó a Drake en su sien, aplastando un ojo en su cuenca y enterrando
profundamente en su cráneo con un crujido húmedo.
Andrew solo vestía su camisa mientras estaba boca abajo en el colchón. Estaba
cubierto de sangre y cien sombras que se oscurecerían hasta convertirse en terribles
moretones. Se aferró a la cabecera como si tuviera las manos pegadas a ella y se reía.
Estaba amortiguado a través de la almohada, pero Neil lo oyó; el sonido hizo que el
mundo entero se inclinara bajo sus pies. Quería taparse los oídos y taparlo, pero no
tenía tiempo. El ruido de pasos en algún lugar detrás de él dijo que Kevin estaba
corriendo escaleras arriba para investigar la conmoción.
—Oye —dijo Neil, o pensó que lo dijo. No reconoció su propia voz—. Andrew.
Andrew, ¿estás...?
desencadenar su reflejo nauseoso. Todo lo que pudo hacer fue aguantar, con los dedos
enredados en la sábana que había puesto hasta los hombros de Andrew.
Andrew vio la mirada de Neil. —Creo que tuve una contusión. Eso, o este es un
nuevo efecto secundario de mi medicamento del que los médicos se olvidaron de
advertirme. Si vomito sobre ti es sólo a medias intencionalmente.
El ruido estrangulado que hizo Aaron fue su mejor intento por pronunciar el
nombre de Andrew. Apenas era inteligible, pero fue suficiente. Andrew, que apenas
había reconocido la existencia de Aaron en todo el tiempo que Neil los conocía, miró
de inmediato a su hermano. Andrew sacó una mano de debajo de la sábana y curvó los
dedos en una demanda. Aaron trepó a la cama y alcanzó a Andrew. Andrew intentó
apartarse de su camino, pero fue demasiado para su estómago. Neil lo ayudó a
empujarlo hacia adelante cuando comenzó a ahogarse.
Andrew tocó la sien de Aaron, donde él mismo resultó herido, como si esperara
encontrar una herida idéntica allí. —¿Te tocó?
Nicky solo necesitó un segundo para ver toda la sangre, y corrió hacia la cama
con un horrorizado: —Dios mío.
—Andrew, ¿qué pasó? —preguntó, frenético—. ¿Estás bien? Jesús, hay tanta
sangre. ¿Estás…?
—Nicky —dijo Andrew—, necesito hablar con tu padre. Tienes dos segundos
para salir del camino.
Cómo Andrew había visto la llegada de Luther con Nicky en su camino, Neil no
estaba seguro, pero Luther estaba parado congelado a solo un par de pies dentro de la
puerta del dormitorio. Nicky miró de Andrew a las sábanas destrozadas y al cuerpo
ensangrentado en el suelo. Cuando vio el estado en el que se encontraba Drake, su
expresión se arrugó. El ruido que hizo no sonaba humano. Neil lo sintió como veneno
en las venas, pero Andrew solo se rió.
Nicky lo soltó y cayó de rodillas junto a la cama. Le dio a Andrew una vista sin
obstáculos de Luther por encima de su cabeza. Andrew ya sabía que Luther estaba allí,
pero fingió sorpresa al ver al otro hombre. La mirada que lavó eso un segundo después
fue casi encantada. Neil podría haberlo creído si no fuera por el feroz agarre que
Andrew todavía tenía sobre el cabello de su hermano.
como si hubiera visto un fantasma. Andrew no se dio cuenta del efecto que sus
palabras tuvieron en cualquiera de ellos. Sonreía con feroz júbilo mientras miraba a
Luther hacia abajo.
Lo dijo en voz baja, como si temiera que las palabras lo hicieran real. Aaron
miró a Andrew como nunca antes lo había visto en su vida. Andrew no se molestó en
devolverle la mirada, por lo que Aaron finalmente dirigió su atención al rostro de
Luther.
—Esto ha sucedido antes y lo sabías. Sabías lo que había hecho y lo trajiste aquí
de todos modos.
—¿Es eso cierto? —preguntó Nicky, pero no podía apartar la mirada de Andrew
para mirar a su padre.
Luther abrió la boca y luego la volvió a cerrar con expresión sombría. Aaron
solo le dio un par de segundos para responder antes de estallar. —Sal de aquí —dijo, y
cuando Luther no se movió lo suficientemente rápido, gritó— ¡Fuera de aquí!
segundo después y miró por encima del hombro. Pensó por un momento, luego se
encogió de hombros y soltó a Aaron. Se quitó los brazaletes de uno en uno y los dejó
caer en el regazo de Neil.
Dijo algo, pero Neil no lo escuchó. El tono pálido de la piel con cicatrices era
demasiado familiar y demasiado sorprendente para que él no reaccionara. Neil agarró
la muñeca de Andrew. Empezó a girar el brazo de Andrew, seguro de que había
imaginado cosas, pero Andrew apretó su mano libre sobre el antebrazo de Neil.
—Deshazte de esos —dijo Andrew—. A los cerdos no les gusta que gente como
yo lleve armas.
Neil no podía hacer nada más que esperar a que llegaran la ambulancia y la
policía.
Traducción por:
12
La sala de emergencias del Hospital General de Richmond estaba abarrotada y llena de
resentimientos y enfermedades. Los asistentes en el mostrador intentaron regular el
desorden lo mejor que pudieron, pero había demasiada gente a la que atender y no
había suficientes médicos. Neil estaba demasiado lejos para escuchar las palabras de
los asistentes, pero podía escuchar su paciencia desgastada en el tono. Las protestas
estridentes y los argumentos de los posibles pacientes fueron más fáciles. Neil escuchó
porque necesitaba algo para distraerlo de sus pensamientos.
Las cosas habían ido de mal en peor cuando los mejores de Columbia se
presentaron en la casa de los Hemmick. Los primeros en responder y los paramédicos
llegaron casi al mismo tiempo, pero fueron seguidos por dos grupos más de oficiales.
Neil no sabía si no tenían nada mejor que hacer un domingo por la noche o si vendrían
tras el desliz del nombre de Kevin Day por la radio de la policía. Neil dudaba
seriamente que fueran necesarios seis policías para dictaminar que la muerte de Drake
era un caso justificado de autodefensa. Quería que tomaran declaraciones, observaran
los detalles obvios de la espantosa escena y estrecharan la mano de Aaron al salir. Sin
embargo, la última vez que Neil vio a Aaron, lo conducían por las escaleras esposado.
Poco después, la policía cargó a un Andrew divertido en la parte trasera de una
ambulancia y lo envió aquí.
Neil no sabía si esto era pura mala suerte de Fox, si había maldecido todo esto
con su sola presencia, o si la violación y el asesinato eran siempre así de complicados.
No lo sabía; apenas podía pensar más. El instinto le hizo dividir el grupo de la única
forma que pudo. Kevin quería ir al hospital a esperar el alta de Andrew, pero su rostro
era demasiado reconocible. Lo último que cualquiera de ellos quería esta noche era
llamar más la atención sobre sí mismos. Neil lo envió con Nicky a la estación para
atender a Aaron. Vino aquí solo en el momento en que la policía dejó de sacarle algo.
Llevaba aquí casi cuarenta minutos. Estaba tratando de no mirar el reloj, pero no podía
evitarlo. La multitud que lo rodeaba no cambiaba lo suficientemente rápido como para
ser una distracción adecuada.
El hombre que atravesó las puertas corredizas de vidrio dos minutos más tarde
lo era. Neil se puso de pie antes de darse cuenta de que se estaba moviendo. El
movimiento repentino llamó la atención de Wymack, y Wymack apuñaló con un dedo
Traducción por:
el suelo frente a él. Neil se abrió camino a través de la habitación llena de gente.
Wymack apenas esperó a que lo alcanzara antes de regresar al exterior. Neil se abrazó
con más fuerza a su abrigo y lo siguió.
Wymack lo condujo a una sección designada para fumadores a unos seis metros
por la acera. Neil miró la bolsa de plástico que colgaba de su codo, pero se olvidó de
preguntar cuando Wymack sacó un paquete de cigarrillos de su bolsillo. Neil extendió
su mano en silenciosa solicitud. Wymack le arqueó una ceja y dijo: —La última vez
que me fijé, no fumabas.
Wymack le entregó el cigarrillo de todos modos y sacó otro para él. El viento
era lo suficientemente fuerte y les costó trabajo encender los cigarrillos. Neil dio una
larga calada para asegurarse de que el cigarrillo estaba realmente encendido, luego
ahuecó el palo brillante entre sus manos. El olor acre del humo, tenue como era en una
noche como esta, debería haber sido reconfortante. No lo fue.
Neil hizo los cálculos en su cabeza, pero no cuadró. Kevin no había usado su
teléfono en el dormitorio y no se habían separado hace mucho tiempo para que
Wymack llegara desde Palmetto State. La única forma en que Wymack podría estar
parado aquí ahora era si Kevin lo llamaba la primera vez que bajó las escaleras para
buscar a Nicky. Conociendo a Kevin, Neil apostó que Wymack recibió la llamada
antes que el 911.
—¿Por qué?
—No era suya —dijo Neil—. Era mía. La policía la tomó como prueba. ¿Me la
devolverán o tendré que conseguir una nueva?
Traducción por:
—Dame esa respuesta de mierda una vez más y mira qué pasa —dijo
Wymack—. Pasé por la estación de camino aquí y obtuve un resumen censurado de
las cosas. La policía te ha etiquetado como testigo hostil, ¿sabes? Dijeron que no
hablarías con ellos, ni siquiera para darles tu nombre. Tuvieron que conseguirlo de
Kevin.
—No.
Neil negó con la cabeza. No sabía cómo explicar el miedo que le hacía un nudo
en el pecho. Algo como esto exigía total honestidad, y Neil había estado mintiendo
desde que tenía la edad suficiente para hablar. Ahora no sabía cómo decir la verdad. Si
lo intentaba, ¿seguiría siendo la verdad o envenenaría las palabras diciéndolas en voz
alta? ¿Sería instintivo torcerlo? No se arriesgaría. Andrew no se merecía eso.
Cuando Andrew finalmente atravesó las puertas traseras, Neil medio deseó que
lo hubieran dejado allí. Llevaba la ropa limpia que le había traído Wymack, pero ni
siquiera la sudadera con capucha podía ocultar el lío que Drake había hecho en su
rostro. Peor que las magulladuras y los cortes era la brillante sonrisa que aún lucía
Andrew. Neil lo vio y quiso vomitar.
abrió la puerta del pasajero, pero no entró. En cambio, tamborileó con los dedos en la
puerta y consideró su asiento como si fuera un gran misterio.
Neil no entendió la vacilación. Wymack lo hizo y dijo: —Hay más espacio para
estirarse en la parte de atrás.
—Oh, tienes razón —dijo Andrew, pero de todos modos se adelantó. Neil vio
cómo se le ponían los nudillos blancos en la puerta mientras se subía al coche, pero no
fue hasta que Andrew se rió y dijo “ay” que Neil comprendió cuánto dolor todavía
sentía Andrew.
En lugar de eso, Wymack le lanzó a Andrew una mirada impaciente y un: —En
cualquier momento.
—Hay una muy buena explicación para esto —dijo Andrew—. No puedo
esperar a escucharla.
—Ni siquiera empieces —dijo Wymack mientras se detuvo detrás del coche
desconocido—. Sé que, honestamente, no pensaste que podrías ocultarle esto por
mucho tiempo. Pero traerla esta noche no fue idea mía, así que no me mires así. No
sabía que Abby la había invitado hasta que estuvimos de viaje.
—Los odio a todos —dijo Andrew, con demasiada alegría, y salió del coche.
Traducción por:
—¡Oh, Bee! Qué momento tan asombroso. Justo hablábamos de ti. Tengo otras
cosas que hacer ahora mismo, pero Neil dijo que te haría compañía en mi lugar. No te
importa, ¿verdad? No pensé que lo haría.
—Estoy seguro de que se te ocurrirá algo. —Andrew le sonrió por encima del
hombro a Neil—. Siempre lo haces, ¿verdad? No tiene que ser la verdad, sabes. Bee
no espera honestidad de ti. Le dije que no confiara en una sola palabra de lo que
dijiste. ¿O también has empezado a jugar al juego de los secretos con ella?
Un cuchillo no dolería tanto. Las palabras de Andrew dejaron sin aliento a Neil;
dio un paso atrás dando traspiés en un intento desesperado por mantener el equilibrio.
Quería decir que no era culpa suya, pero ambos sabían que lo era. Andrew no le había
hablado de Drake, pero había dicho que Luther había traicionado su confianza. En
lugar de escuchar eso, Neil se puso del lado del doloroso pesar de Nicky. No había
invitado a Drake a Carolina del Sur, pero había entregado a Andrew en sus brazos.
La culpa era una emoción relativamente nueva para Neil, algo que los Foxes le
estaban enseñando a través de una exposición prolongada a ellos. Hasta ese momento,
lo había sentido en incómodos y fugaces estallidos. Ahora era un calor feroz, que lo
consumía todo, lo que le hacía querer cortarse el estómago. No sabía si iba a vomitar o
gritar. Ninguno de los dos era aceptable, así que apretó los dientes con tanta fuerza
Traducción por:
como pudo. Mirar a Andrew a los ojos era casi imposible. Apartar la mirada sería
imperdonable.
Buscó el ácido en su pecho y encontró las únicas palabras que pudo: —¿Dónde
está el tuyo?
—Así que no hiciste nada —dijo Neil—. Casi pones un cuchillo entre las
costillas de Nicky cuando coqueteó conmigo, pero no moviste un dedo para proteger a
los otros hijos de Cass. Sabías lo que Drake les haría, pero no los protegiste.
Andrew se rió y sacó una mano de su bolsillo. Envolvió sus dedos alrededor de
la garganta de Neil, no lo suficientemente apretado para cortar el aire de Neil, pero lo
suficientemente cómodo para ser una advertencia. Neil vio a Wymack cambiar en su
visión periférica, pero confió en que el hombre se mantendría fuera de su camino.
Hasta que Andrew realmente lastimara a Neil Wymack, los dejaría luchar contra esto
en sus propios términos. Neil mantuvo los ojos fijos en el rostro de Andrew y bajó la
voz lo suficientemente bajo como para sacar a Wymack y Betsy de la conversación.
Andrew se inclinó hacia adelante y dijo: —Oh, Neil. Eres demasiado pesado
para pisar hielo así de delgado.
Traducción por:
Neil se estremeció. Había empujado porque necesitaba ver esa horrible sonrisa
romperse. Necesitaba saber si Andrew estaba gritando detrás de la euforia que sus
medicamentos alimentaban sus venas. Pero Andrew no lo estaba y Neil no podía vivir
con eso. La medicina de Andrew era demasiado fuerte o su psicosis demasiado
retorcida; de cualquier manera, esta noche no significó nada para él. Este fue un revés
que Andrew pudo eludir e ignorar.
Traducción por:
—Aaron está bajo arresto —dijo Betsy—. ¿Por qué no entras para que podamos
hablar de ello?
Neil no podía creerlo. El chocolate no era una solución; no haría nada de esto
más fácil de digerir. Excepto que un momento después, Andrew arrastró el brazo de
Neil para poder ver el reloj de Neil y dijo: —Piensas en todo, Bee. Pronto llegaremos.
Betsy asintió y entró. Cuando se fue, Andrew intentó de nuevo liberar su mano.
Neil se mantuvo firme. Andrew le dirigió una mirada demasiado divertida para
exasperarse.
—Mejor suerte la próxima vez, Neil —dijo—. Ya te lo advertí una vez, ¿no? No
siento nada.
Las viejas cicatrices que recorrían las muñecas de Andrew eran una prueba de lo
lejos que tuvo que caer Andrew para llegar a este punto. Neil finalmente lo soltó y
dejó que su mano cayera inerte a su costado. Andrew se encogió de hombros
exageradamente y giró sobre sus talones. Neil lo vio desaparecer por la puerta. Se dio
cuenta, un segundo, un minuto o una hora después, de la mirada fija de Wymack sobre
él.
Neil dio un paso adelante, o pretendía hacerlo. Lo siguiente que supo es que
estaba corriendo: no hacia la casa, sino lejos.
Cuando regresó, la casa estaba en silencio y oscura. Neil no sabía cómo los
otros habían dividido los tres dormitorios y no quería ver a nadie más esta noche. Por
suerte, la sala de estar estaba desocupada. Apartó la mesa de café a un lado para tener
suficiente espacio para estirarse y, al no tener nada para cambiarse, solo se quitó los
zapatos antes de acurrucarse en el sofá. Estaba medio seguro de que sus pensamientos
lo mantendrían despierto toda la noche, pero el agotamiento lo arrastró en poco
tiempo.
galope. Neil se frotó los ojos, cansado a pesar del estallido de adrenalina, y fue a
investigar el ruido.
Wymack terminó de preparar los molidos y puso el café a colar. Cuando se dio
la vuelta, vio a Neil en la puerta. Neil esperó a que dijera algo sobre cómo había salido
corriendo anoche, pero todo lo que Wymack dijo fue: —¿Dormiste algo?
Neil no sabía a qué hora había regresado, así que dijo: —Un par de horas, creo.
—Si puedes dormir más, hazlo —dijo Wymack—. Va a ser un día largo y
necesito que todos estén despiertos y coherentes antes de que llegue Waterhouse. —
Ante la mirada curiosa de Neil, Wymack explicó—. El abogado de Andrew.
Esperamos que acepte el caso de Aaron. Debería ser una victoria fácil para él.
—¿A qué?
—Neil.
Traducción por:
—Ya no tengo su número —dijo Wymack—. Le pedí a los lugareños que los
llamaran. Intentaré ponerme en contacto con el oficial Higgins hoy para ver si ha
escuchado algo. Ahora deja de estancarte y vuelve a la cama.
—Estoy bien.
Salió antes de que pudiera detenerlo. Wymack no tuvo que decir nada. La
expresión de su rostro decía suficiente. Neil clavó la mirada en la cafetera y trató de no
moverse. Wymack se volvió después de lo que pareció un siglo y vertió lo poco que
había preparado en su taza. Lo cogió del mostrador y se dirigió hacia la puerta. Neil
retrocedió al pasillo para que Wymack pudiera pasar, pero Wymack se detuvo frente a
él.
—Neil —dijo Wymack—, entre tú y yo, no creo que nunca hayas estado bien.
Neil no tenía una respuesta para eso, pero no la necesitaba. Wymack continuó
su rutina saliendo a caminar a la fría mañana. Neil vio que la puerta principal se
cerraba detrás de él, luego volvió al sofá para esperar. Cuanto más tiempo permanecía
sentado allí, más sus pensamientos comenzaban a confundirse cuando el cansancio
volvía a aparecer. Finalmente, Neil se hundió de costado una vez más y se quedó
dormido. Se despertó brevemente cuando Wymack regresó, pero se hundió para
descansar un par de horas más.
La próxima vez que Neil se despertó, fue por unos pasos pesados en las
escaleras y la voz alegre de Andrew. Neil se perdió la primera mitad de la
conversación, pero dedujo del resto que Andrew estaba explicando la terrible situación
del desayuno en la casa. No esperaban quedarse en Columbia durante la noche, por lo
que los únicos alimentos que tenían eran la leche y el cacao en polvo que Betsy les
proporcionaba.
Neil rodó del sofá y se dirigió a la puerta. Andrew parecía tan conectado y listo
para el día como siempre. Llevaba un jersey de cuello alto negro que Neil no
reconoció, presumiblemente una camisa que no había empacado cuando se mudó al
dormitorio del campus. Las mangas le quedaban demasiado largas, le colgaban casi
hasta los nudillos y ocultaban fácilmente sus brazos llenos de cicatrices. Sin embargo,
Traducción por:
no podía ocultar el desorden multicolor que Drake había hecho en su rostro. Drake no
había ganado esa pelea fácilmente.
Neil no fue el único que se agitó ante el ruido que hacía Andrew. Los demás
fueron atraídos como polillas a una llama venenosa. Las habitaciones de los gemelos
estaban arriba, en extremos opuestos del pasillo. El dormitorio de Nicky estaba abajo,
pasando la escalera, la habitación en la que Neil había despertado en su primera noche
en Columbia. Esa puerta estaba abierta ahora, y Nicky y Kevin estaban en el umbral
con Betsy detrás de ellos. Betsy no parecía descansada, pero al menos parecía
tranquila. Nicky y Kevin parecía que la noche los había golpeado y dejado por
muertos.
Betsy volvió al pasillo para obtener la tarjeta de compra del equipo de Kevin.
Andrew le dio una palmada a Neil para llamar su atención. —No olvides mis
cuchillos, ¿de acuerdo? Los voy a querer. Adiós.
Andrew se tocó la sien magullada con dos dedos a modo de saludo y se dirigió a
la cocina. Betsy llegó hasta el lado de Neil antes de que Neil se diera cuenta de que se
había ofrecido como voluntario para hacer recados con ella. Empezó a protestar, pero
las palabras se le atascaron en la garganta. La acusación de Andrew a altas horas de la
noche sobre la mano de Neil en todo esto todavía era una herida nueva que Neil no
estaba listo para presionar. Neil lanzó una última mirada a Nicky y Kevin, luego se
volvió detrás de Betsy y la siguió hacia el frío.
—¿De qué hay que hablar? —preguntó Neil—. Si yo fuera tú, estaría más
preocupado por Nicky. Vino aquí pensando que iba a arreglar a su familia, pero ahora
toda su familia se ha desmoronado.
sin el otro. Lo siento si estoy haciendo suposiciones, pero me parece que él te ve como
un amigo—. Cuando Neil no respondió de inmediato, ella dijo: —¿Qué pasa con el
resto del equipo? ¿Son ellos tus amigos?
—¿Para qué necesito amigos? —preguntó Neil—. Vine aquí a jugar. Eso es lo
que me pide el contrato del entrenador, así que eso es lo que voy a hacer. ¿Es esto
realmente de lo que quieres hablar?
—Quiero hablar de anoche, pero también quiero hablar de ti. Quiero asegurarme
de que tengas una red de apoyo que pueda ayudarte durante las próximas semanas. Si
no quieres hablar de lo último, podemos centrarnos en lo primero. ¿Me puedes decir
que es lo que paso?
—¿Podría al menos decirme por qué llevaste una raqueta a esa habitación?
—Entiendo a lo que te refieres, pero nadie más sospechaba que Andrew estaba
en problemas —dijo Betsy. No era realmente una pregunta, así que Neil no respondió.
Cuando se detuvieron en el siguiente semáforo en rojo, Betsy consideró a Neil en
silencio. Sólo cuando el semáforo se volvió verde de nuevo continuó—. Hay una
delgada línea entre la autodefensa y el asesinato premeditado aquí, Neil. ¿Por qué
subiste la raqueta?
—Drake atacando a Andrew —dijo Neil. Era la verdad, pero se sintió como una
mentira cuando salió de su lengua. Tres palabras eran una descripción patética de lo
que había visto—. Estaba desequilibrado por patear la puerta, por lo que Aaron fue
más rápido que yo. Golpeó a Drake aquí mismo. —Tocó su cabeza donde su raqueta
había destrozado el cráneo de Drake—. Fue un golpe pesado, por lo que solo bastó
uno. Si Andrew te dio la tarjeta, eso significa que la policía se queda con mi raqueta,
¿no?
—Interesante —dijo Betsy, pero no dio más detalles hasta que llegó al
estacionamiento de una tienda por departamentos. Tan temprano en un día laboral, era
fácil conseguir un lugar cerca de la puerta. Sacó la llave del encendido, apagó su GPS
y miró a Neil—. Dejando a un lado los crímenes de Drake, tuvo un final violento a
solo unos metros de ti. Sería natural y completamente comprensible que sintieras
algún tipo de conmoción o dolor.
Lo más inteligente que podía hacer era mentir, pero cada vez que Neil
parpadeaba veía el agarre con los nudillos blancos de Andrew en la cabecera. Todavía
podía oír la risa de Andrew, amortiguada por la almohada. Si pudiera meter la mano
en el interior de su cabeza y arrancar el recuerdo, lo haría, pero no podía. Todo lo que
pudo hacer fue arremeter contra Betsy. Ella no era la psiquiatra que le había recetado a
Traducción por:
Andrew este medicamento hace dos años y medio, pero era la única lo suficientemente
cerca para golpear.
Quería que ella se defendiera. Quería verla tratar de justificar algo de esto. El
temperamento de su padre se sentía caliente en sus venas, furioso por una salida. Sin
embargo, la única respuesta que obtuvo fue una calma: —¿Le preguntaste?
—No puedes ahogarte con todo para siempre —dijo Betsy—. Necesitas una
salida, ya sea conmigo, con David o con tus compañeros.
—¿Te gustaría que al menos uno de nosotros se pusiera en contacto con sus
padres?
Betsy lo siguió, pero no presionó, y se dividieron por dentro. Neil era el único
que navegaba por los pasillos de ropa a esta hora del día, pero una anciana ya estaba
vigilando el vestuario. Hizo una pausa en la clasificación de las devoluciones el
tiempo suficiente para abrir uno de los puestos para Neil. Escuchó a que la cerradura
se cerrara detrás de él y luego se quitó el abrigo. Se quedó quieto con ambas manos en
la camisa cuando vio su reflejo.
Hace unos meses, Wymack los llamó para decirles que Seth había muerto de
una sobredosis. Neil le dijo a Andrew esa noche que no entendía el motivo del
suicidio. Andrew se encogió de hombros ante su interpretación. Ese despido casual
Traducción por:
Neil giró una mano para ver su muñeca intacta. Su cuerpo tenía innumerables
cicatrices de su vida en la carrera, pero ninguna de ellas fue autoinfligida. Neil se pasó
las uñas desafiladas por el brazo, observó cómo las líneas de color rojo pálido
florecían en su piel y redirigió a la fuerza su atención de nuevo a la tarea que tenía
entre manos.
Sin embargo, Betsy no dijo nada cuando volvieron a subir al coche y los
llevaron a las salidas. Neil entró solo con la tarjeta del equipo y compró un nuevo palo
de práctica. El precio no fue más fácil de digerir hoy. Neil firmó el recibo, se metió la
copia en el bolsillo con una nota mental para disculparse con Wymack por ser tan caro
y llevó la raqueta al coche. Eso dejó solo una parada en su lista.
—Adelántate —dijo Neil, cogiendo por fin la llave—. Tengo que conseguir los
cuchillos de Andrew.
María se estremeció con tanta fuerza que casi tiró de la puerta para cerrarla.
Antes de que Neil tuviera que luchar para entrar, ella soltó el pomo y se apartó de su
camino. Se retiró fuera de su alcance y envolvió sus brazos alrededor de su cintura
como si pudiera apretarse a sí misma en la nada. Neil pasó junto a ella y subió las
escaleras. Luther no estaba a la vista. Neil esperaba estar tras las rejas en algún lugar.
saliva contra una náusea vertiginosa. Respiró por la boca mientras cruzaba la
habitación hacia la cama.
El colchón estaba torcido por todo el manejo brusco de la noche anterior, pero el
somier parecía intacto. Neil metió las manos debajo de él y lo levantó del marco. Las
bandas de Andrew estaban justo donde las dejó Neil, balanceándose sobre los listones
de madera. Los recogió y dejó caer el somier. Logró retroceder un paso y luego se
detuvo para volver a mirar el desastre. No estaba seguro de cuánto tiempo estuvo allí
mirando la sangre antes de darse cuenta de lo que estaba haciendo. Tenía que irse
antes de que Betsy viniera a buscarlo. No quería que Betsy viera esto; no quería que
ella comenzara a hacer preguntas. Neil no tenía ninguna respuesta. Todo lo que tenía
era ira y arrepentimiento.
Bajó las escaleras lo más rápido que pudo sin tropezar. María no estaba en el
pasillo y Neil dejó la puerta principal abierta de par en par detrás de él. Pasó entre los
autos para que Betsy pudiera ver las bandas que llevaba y se dirigió a la puerta del
lado del conductor del auto de Andrew. Abrió la cerradura, se subió y cerró la puerta
detrás de él con más fuerza de lo debido. Sabía que Betsy estaba esperando que él
diera el primer paso, así que ajustó el asiento y los espejos lo más rápido que pudo.
Deslizó la llave en el encendido, pero su mano se agarró antes de que pudiera girarla.
Neil aprendió a conducir en Europa cuando tenía trece años, pero nunca antes
había conducido solo. Siempre habían sido él y su madre turnándose para pasar largas
noches en la carretera. Desde su muerte, había hecho autostop, caminado y se había
familiarizado bien con las locuras del transporte público estadounidense. Ahora aquí
estaba solo con la carretera extendida ante él y el volante crujiendo bajo sus dedos
apretados.
Respiró por la nariz y espiró por la boca, tratando de no oler la sangre y el agua
salada. Neil revisó los otros asientos como si esperara encontrar sangre en ellos y giró
la llave en el encendido casi lo suficientemente fuerte como para romperla.
Un coche desconocido estaba aparcado detrás del de Wymack. Neil asumió que
era Waterhouse quien había comenzado temprano su día y su nuevo caso. Neil se
detuvo en el camino de entrada y dejó que Betsy se estacionara detrás de él. Betsy
parecía que podía hacerse cargo de la compra, así que Neil agarró sus propias cosas y
abrió la puerta. Primero revisó la sala de estar, la encontró vacía y continuó hasta la
cocina. Abby y Wymack estaban sentados a la mesa.
Betsy asintió con la cabeza, pero preguntó: —¿Dónde están Nicky y Kevin?
—¿Está herido?
—David estaba allí, gracias a Dios —dijo Abby—. Si hubiera sido un segundo
más lento…
—¿Te importaría comprobar cómo están? Solo necesito un minuto con David y
Abby.
Traducción por:
Neil giró el pomo tan silenciosamente como pudo y abrió la puerta. Contuvo la
respiración, esperando a que la puerta crujiera y lo delatara, pero no llegó nada. Tan
pronto como pudo caber, se coló en el pasillo. La habitación de Nicky estaba lo
suficientemente cerca como para que Nicky y Kevin hubieran escuchado la
indignación de Abby, pero la puerta de Nicky permaneció cerrada. Tampoco había
ningún sonido en el piso de arriba. Neil dio unos pasos silenciosos hacia la cocina.
Era obvio que Abby estaba tratando de mantener la voz baja, pero su tono
estridente ayudó a que sus palabras se transmitieran.
—No puedes...
—Andrew no estará de acuerdo con esto —dijo Abby, un último esfuerzo por
cambiar de opinión—. Ir significa dejar a Kevin atrás. No han tenido más que un
campus entre ellos desde que Andrew tomó a Kevin bajo su protección. No va a
cambiar las cosas ahora, especialmente con Riko en nuestro distrito.
—¿Qué?
—Si lo recuperamos para Año Nuevo será un milagro —dijo Abby, con un
toque de su anterior frustración—. Lo estás obligando a pasar por la abstinencia y la
recuperación al mismo tiempo.
Su orden sin aliento hizo que los tres lo miraran, pero Neil solo tenía ojos para
Betsy. Había querido lastimarla en el auto por reforzar las horribles reglas de la
medicina de Andrew. No se había defendido porque sabía que no era necesario. Ella
sabía, al igual que él, lo cruel que era mantener a Andrew drogado, y ya se había
acercado a las personas que podían ayudarlo.
Neil realmente no creía en la suerte, pero los vio irse y esperó que existiera de
todos modos.
Traducción por:
13
La puerta del dormitorio de Nicky estaba abierta, así que Neil entró sin llamar. Nicky
y Kevin estaban en la cama de Andrew, pero no se hablaban. Kevin se sentaba rígido y
silencioso a los pies de la cama y Nicky estaba tendido de espaldas en el medio. Neil
miró de un rostro demacrado al otro, luego dejó la raqueta a un lado y cerró la puerta.
La mirada de Kevin fue inmediatamente a la raqueta. Nicky no se dio cuenta, estaba
demasiado ocupado mirando al techo.
Neil se sentó en la cama entre ellos. No tenía sentido preguntarle a Nicky si estaba
bien; cualquiera que tuviera ojos podía ver que no lo era. Lo mejor que se le ocurrió
fue un insustancial: —Hey.
—No deberíamos haber venido aquí —dijo Nicky, sonando tan miserable como
parecía—. Debería haber escuchado todas esas veces que Andrew me dijo que me
rindiera con ellos. Si lo hubiera hecho, no estaríamos aquí ahora mismo. Andrew no...
—Nicky cerró los ojos y respiró hondo e inestable—. ¿Qué he hecho?
—No hiciste nada —dijo Neil. Buscó palabras, pero las que encontró no eran
suyas. Eran de Wymack, compartidos con Neil para aliviar la culpa por la muerte de
Seth—. No sabías que esto iba a pasar. Ninguno de nosotros lo hacía. Si lo hubiéramos
sabido, no habríamos venido.
—Con alcohol —dijo Nicky con una risa entrecortada—. Anoche me lo dijo a
mí y a la policía. Habló con Andrew sabiendo que iba a terminar en una discusión. Le
prometió a Andrew alcohol como ofrenda de paz. Fue idea de Drake, ¿sabes? Papá
solo tenía que decirle a Andrew que la botella estaba arriba, y que Drake y Andrew
tendrían toda la privacidad que necesitaban para “trabajar en sus problemas”. —Un
filo salvaje se deslizó en la voz de Nicky mientras se burlaba de las palabras de su
padre.
Traducción por:
—La había. Drake golpeó a Andrew con ella. Hijo de puta. —La cara de Nicky
se arrugó y rodó sobre su costado para presentar a Neil de espaldas—. Necesito llamar
a Erik. No le he dicho todavía. No sé por dónde empezar.
Nicky no respondió, pero Neil no estaba esperando que lo hiciera. Regresó por
el pasillo a la cocina y se sorprendió un poco de que Kevin lo siguiera. Kevin se
agarró al respaldo de una silla de mesa y miró a lo lejos. Neil esperó a ver si decía algo
y luego se puso a buscar su desayuno.
—Lo investigamos —dijo Kevin al fin, con la voz cargada de una emoción
desconocida. No era dolor ni culpa—. Miramos antes de ofrecerle un lugar en la línea.
No vimos nada sobre esto. Nadie sabía.
—No quería que nadie lo hiciera —dijo Neil, descargando los alimentos para el
desayuno en el mostrador. En el mejor de los casos, era un cocinero aceptable, pero
afortunadamente Betsy había optado por alimentos básicos y reconfortantes: galletas,
tocino, huevos y dos bolsas de queso de gran tamaño. Incluso Neil podría manejar eso.
—Pero tú lo sabías.
Kevin se limitó a negar con la cabeza, por lo que Neil volvió a desayunar. Solo
había terminado un par de tiras de tocino antes de que una puerta se abriera de golpe
en el piso de arriba. Neil se apresuró a mover el tocino de la sartén a unas toallas de
papel. Las pisadas ruidosas en las escaleras eran demasiado rápidas y ligeras para
pertenecer a cualquier miembro del personal, pero no estuvieron solos por mucho
tiempo. Parecía que Andrew estaba atrayendo a toda una multitud con él.
Kevin casi derriba la silla en su prisa por responder. Neil miró desde la puerta
cuando Andrew se detuvo casi justo contra Kevin. Andrew palmeó a Kevin por
lesiones imaginarias y Kevin se quedó inmóvil hasta que terminó. Neil miró de ellos a
Betsy, quien se detuvo al pie de las escaleras. Wymack estaba en las escaleras con dos
desconocidos detrás de él y Abby estaba fuera de la vista. Neil supuso que ya no
quería ser parte de esto.
Andrew se volvió hacia Betsy, encantado por la reacción de Kevin. —Mira esa
cara, Bee. Me quiere sobrio más que casi nadie, pero solo si es el momento adecuado.
Te lo advertí, ¿no? ¿Quién cuidará de Kevin si me voy? No puedo confiar en que
deambule por aquí solo, y el entrenador no puede estar con él todo el tiempo. Kevin es
una especie de trabajo a tiempo completo.
Traducción por:
—Oh, vamos, entrenador —dijo Andrew—. Tienes que hacerlo mejor que eso.
Inténtalo de nuevo; esperaré aquí mientras piensas en algo más convincente que decir.
Kevin se volvió para mirarlo y Andrew empujó a Kevin fuera del camino para
que pudiera ver mejor a Neil. Neil había asustado la sonrisa del rostro de Andrew con
eso, pero volvió en un santiamén.
—¿Tú? —preguntó Andrew. Eso fue todo lo que dijo, pero esa palabra era
suficiente.
—Por lo general, eres un buen mentiroso —dijo Andrew—, pero esta vez no
engañas a nadie. ¿Debo creer que te mantendrás firme si Riko te ataca? Tal vez vuelva
y ya no estarás aquí.
—Si me fuera a ir, lo habría hecho en el banquete cuando Riko me llamó por mi
nombre —dijo Neil—. No mentiré y diré que no lo pensé, pero decidí quedarme.
Confié en ti más de lo que le tenía miedo. Así que confía en mí ahora si puedes. No
voy a ninguna parte. Cuidaré de Kevin hasta que regreses.
Traducción por:
—Confiar en ti —Andrew pronunció cada palabra como nunca antes las había
escuchado. Se rió y apretó los dedos alrededor de la barbilla de Neil—. ¿Mientes,
mientes y mientes, y crees que te confiaré su vida?
—Quizás lo haga.
Neil esperó, pero Andrew no lo soltó. Con tanta gente mirándolos, Neil no podía
levantarse la camisa. Hizo lo mejor que podía hacer y pasó una de las manos de
Andrew por debajo del dobladillo. Presionó la palma de Andrew contra la fea cicatriz
en su abdomen. Los ojos de Andrew se posaron en la camisa de Neil como si pudiera
ver la piel estropeada de Neil a través del algodón oscuro.
—La historia que te conté era en su mayor parte cierta —dijo Neil—. Puede que
haya omitido algunos detalles críticos, pero sé que eso no te sorprende realmente. Si
sobrevivimos este año y todavía estás interesado, puedes preguntarme por ellos más
tarde. De todos modos, creo que es tu turno en nuestro juego de secretos.
Andrew se soltó y cruzó los brazos sobre el pecho. Tamborileó los dedos de una
mano en su bíceps mientras pensaba. Finalmente, se rió y se alejó. Volvió al lado de
Traducción por:
Kevin parecía que se había tragado una piedra, pero Andrew no estaba
esperando su respuesta. —Bee, veré si Nicky todavía respira. Entonces podemos irnos,
¿verdad? Cuanto antes comencemos, antes podremos acabar con este lío.
—Podrías esperar a Aaron —dijo uno de los abogados. Neil supuso que eso
significaba que era Waterhouse, el abogado del gemelo—. Estoy en camino a buscarlo
ahora.
—No hay tiempo para eso —dijo Andrew—. Puede tomar un número y esperar.
Navegó por el pasillo hasta el dormitorio de Nicky. Betsy vio que la puerta se
cerraba detrás de él, luego le envió a Neil una mirada pensativa. Neil miró a Kevin
para que no la mirara a ella. Kevin miraba fijamente a Wymack como si esperara que
Wymack pusiera fin a esto. Wymack lo ignoró y despidió a los abogados.
—No puedo creer que estés enviando a Andrew —dijo Kevin, un poco
bruscamente.
Betsy esperó un momento para ver si Kevin hablaba y luego dijo: —No sé
cuánto tiempo llevará que Andrew se registre, David. Probablemente sea mejor si no
me esperan.
—Podríamos —dijo Wymack, pero Betsy se limitó a negar con la cabeza. Una
puerta que se abría al final del pasillo distrajo a Wymack y frunció el ceño cuando
Andrew regresó—. Cuando dijiste que ibas a ver si estaba sangrando, asumí que te
tomarías un tiempo para explicárselo.
—Sabes lo que dicen sobre la gente que asume, entrenador. —Andrew sonrió y
se metió las manos en los bolsillos de los vaqueros—. No está sangrando, así que le
dije que volvería más tarde y que podríamos hablar de eso entonces. Es técnicamente
la verdad, ¿no? Deja que Neil se ocupe de las consecuencias si a Nicky no le gusta.
Bee, nos vamos.
—Andrew. No me dejes solo con estos idiotas por mucho tiempo. Me estoy
volviendo demasiado mayor para lidiar con su drama.
Betsy cerró la puerta detrás de ellos. Neil apenas pudo distinguir el sonido de su
motor al arrancar, y luego se hizo el silencio. Andrew se había ido.
El silencio que descendió sobre la casa fue casi asfixiante, pero no duró mucho.
Wymack sacó los cigarrillos de su bolsillo y tomó un encendedor en su mano. Lo tenía
a medio camino de su boca antes de hacer una pausa y mirar a Neil. Cuando lo ofreció,
Neil no dudó en aceptarlo. Wymack le permitió usar el encendedor primero. Neil pasó
el cigarrillo de mano en mano, tratando de esparcir el fino rastro de humo lo mejor que
pudo.
Traducción por:
—Mira —dijo Wymack—. Sé que siempre les he dicho a todos que se ocuparan
de sus problemas personales con Betsy o Abby. He dicho que no me corresponde
meterme en nada fuera de la cancha. Espero que ya te hayas dado cuenta de que solo
estoy diciendo mierda. No soy muy bueno como hombro para llorar, pero tengo un par
de oídos que funcionan.
Wymack salió para hacer sus llamadas en el frío. Neil miró la expresión sombría
de Kevin y se debatió en comprobar cómo estaba Nicky. No tenía la energía para lidiar
con la reacción de Nicky, así que fue a la cocina. Dejó el cigarrillo en el borde del
mostrador y volvió a preparar el desayuno. Hizo algunas rondas más de tocino antes
de que Kevin se uniera a él y se sentara a la mesa.
Nicky apareció cuando Neil estaba quitando las últimas tiras de la sartén. Los
miró, pero se fue sin decir una palabra. Neil lo escuchó moverse arriba y abajo del
pasillo y supuso que Nicky estaba buscando a Andrew. Sabía que tenía razón cuando
Nicky subió las escaleras. Volvió a bajar casi de inmediato con Abby no muy lejos
detrás de él. Se quedó en la puerta, con el teléfono todavía apretado en un puño como
si hubiera olvidado que lo llevaba, y miró de Kevin a Neil.
—¿Dónde está?
La expresión del rostro de Abby decía que todavía no se sentía cómoda con este
plan, pero sabiamente guardó silencio. Nicky caminó penosamente por la habitación y
se hundió en una de las sillas vacías. Dejó caer su teléfono sobre la mesa y enterró su
rostro entre sus manos. Abby se deslizó en el asiento junto a él y pasó un brazo
alrededor de sus hombros. Nicky se inclinó contra ella, pero no dijo nada más. Abby
apoyó la mejilla en su cabello y miró a Neil por encima de la cabeza de Nicky. Neil se
volvió y abordó los huevos.
Wymack apareció un par de minutos más tarde, y los cinco se sentaron para el
desayuno más incómodo que Neil había sufrido. El teléfono de Wymack sonó al
menos treinta veces en el tiempo que tardó en terminar su comida. Wymack leyó cada
mensaje a medida que llegaba, pero no respondió a ninguno de ellos. Neil medio
esperaba que Abby dijera algo sobre el ruido, pero lo dejó pasar como si no se diera
cuenta.
Abby se levantó y se fue. Se acercó a Neil como si quisiera dar vuelta a Neil
hacia el pasillo delante de ella, pero Neil evadió su mano inquisitiva y fue hacia
Aaron. Abby esperó, probablemente esperando que también echaran a Neil. Cuando
Aaron no dijo nada sobre la presencia de Neil, Neil miró a Abby. Sacudió la cabeza y
Traducción por:
los dejó en paz. Neil miró para asegurarse de que se había ido, luego se agachó para
ver mejor el rostro de Aaron.
—Sí —dijo Neil—. Intentaron que se quedara, pero quería marcharse antes de
que tú volvieras. No quería hablar contigo.
Si las miradas pudieran matar, la que Aaron le disparó a Neil debería haberle
desollado la piel de los huesos. —Ese hombre no era su familia.
—Y ahora Drake está muerto —interrumpió Neil—. ¿Crees que Cass alguna
vez perdonará a Andrew? No importa lo que Drake le hizo. No podrá mirar a Andrew
sin saber que su hijo ha muerto por su culpa.
—Bien —dijo Neil en voz baja—. Así que ahora comprendes por qué Andrew
mató a tu madre.
No era en absoluto lo que esperaba Aaron. Estaba tan enojado que tomó un par
de segundos para que las palabras se registraran realmente, y luego retrocedió ante
Neil.
—¿Por qué él... qué? Eso no es lo mismo. Él no hizo eso por mí.
Traducción por:
—Sé que tienes un par de semanas para pensarlo —dijo Neil—. Cuando
Andrew vuelva sobrio, tendrás que hablar de esto. No llegarás a ningún lado si
comienzas con Drake, así que bien podrías comenzar con tu madre. Ahora salgamos
de esta ciudad.
No habían traído mucho con ellos, así que no había nada que empacar excepto
los escasos comestibles que quedaban. Neil esperó en el porche mientras Nicky
cerraba y comprobaba la puerta, luego dijo: —Puedo conducir si quieres sentarte atrás
con Aaron.
Neil tenía la llave del auto en su llavero cuando cruzó el patio. Abrió las puertas
para los demás y cargó su raqueta en el maletero. Wymack y Abby estaban de pie a
ambos lados del coche de Wymack, esperando a que los Foxes se acomodaran. Neil,
sin decir palabra, se sentó en el asiento del conductor y cerró la puerta. Esa era la señal
que necesitaban, aparentemente, porque Wymack y Abby subieron a su coche y
arrancaron el motor. Neil se alejó primero de la casa, y Nicky ofreció instrucciones
discretas desde el asiento trasero hasta que estuvieron en la interestatal. Luego se
quedó en silencio y nadie más habló.
Había solo una hora hasta el campus, pero fue uno de los viajes más largos de la
vida de Neil. Vio el coche de Wymack desaparecer por el espejo retrovisor fuera del
campus y continuó hacia Perimeter Road. Esperaba sentir algún tipo de alivio cuando
vio la Fox Tower en la distancia, pero el dormitorio estaba donde estaban los demás.
Traducción por:
Neil no creía tener la energía para lidiar con sus compañeros de equipo hoy. Estuvo
tentado de estacionarse y salir a correr, pero le había prometido a Andrew que se
quedaría con Kevin. Eso significaba seguir a Kevin y los primos adentro y arriba.
Wymack o Abby debieron haber llamado antes, porque los estudiantes de último
año estaban esperando en el pasillo cuando bajaron del ascensor en el tercer piso. Neil
se sorprendió un poco al verlos allí, considerando lo difícil que siempre habían sido las
cosas entre ellos y los gemelos, pero incluso Allison estaba presente. Parecía más
incómoda que rota, pero aun así era más de lo que esperaba. Al parecer, no fue el
único sorprendido con la guardia baja, porque cuando se detuvo para dejar que los
demás se adelantaran, ellos también se quedaron quietos.
Tan pronto como se dirigió hacia ella, Katelyn corrió por el pasillo para
encontrarse con él. Ella lo abrazó y lo atrajo hacia sí. Aaron se aferró a ella como si
ella fuera lo único que lo mantuviera erguido y dejó que ella pusiera su rostro en su
hombro. Neil escuchó su voz, pero no lo que estaba diciendo. Estaba amortiguada
donde había presionado su rostro contra el cuello y la camisa de Aaron. Aaron no
respondió, pero Katelyn no lo soltó.
Nicky negó con la cabeza sin decir palabra. Renee pasó un brazo alrededor de
su cintura y se apoyó contra su costado para apoyarse. Luego miró a Kevin, pero
Kevin estaba mirando a Aaron y Katelyn. Ella lo dejó solo y miró a Neil. Su mirada
pasó rápidamente de su rostro a la raqueta que había sacado del coche. Por la forma en
que su mirada se detuvo, Neil sabía que Wymack les había dicho a los estudiantes de
último año lo que Aaron solía golpear en el cráneo de Drake.
Traducción por:
—Deberíamos salir del pasillo antes de que la gente empiece a ir a cenar —dijo
Neil para que no le dijera nada—. Nicky y Aaron no necesitan lidiar con una multitud
esta noche.
Allison fue la última en entrar y cerró la puerta detrás de ellos. Neil se paró a un
lado de la sala de estar para poder pasar y vio a todos acomodarse. La mesa de café
estaba cubierta de botellas de licor y vasos limpios. Dan sirvió bebidas y Matt las
repartió. Cuando Matt le tendió una a Nicky, Nicky agarró la muñeca de Matt en su
lugar.
—Mamá dijo que todavía les debía algo —dijo Matt—. El entrenador no quiso
aceptar su dinero cuando se lo ofreció el año pasado, así que pensó que esto era igual
de bueno.
Si la madre de Matt pensaba que pagar la fianza de Aaron era una respuesta
adecuada a los primos que drogaron a Matt con speedballs, tenía que ser tan
disfuncional como los propios Foxes. Neil estaba agradecido por su apoyo financiero,
pero esperaba ociosamente no tener que conocerla nunca.
Neil fue el único que quedó en pie. Dan lo miró, pareció darse cuenta de que no
se apartaría de la puerta en el corto plazo y siguió adelante.
Si no fuera tan terrible, sería genial. Esto era lo que Dan y Matt habían estado
esperando durante todo el semestre: un catalizador para unir finalmente al equipo. Neil
quería estar orgulloso de ella por aprovechar el momento así, excepto que sonaba tan
sincera que él dudaba que se diera cuenta de lo que estaba haciendo.
—No sé si el entrenador te lo dijo, pero está en todas las noticias. —Matt miró
de Nicky a Aaron—. La gente nos ha estado preguntando al respecto.
—Es la naturaleza humana —dijo Allison—. Bien podría darles lo que quieren.
—Vete a la mierda.
—Pasé anoche hablando con Betsy y esta mañana hablando con Erik —dijo
Nicky—. No creo que pueda hablar más de eso ahora mismo. Pero... más tarde, tal
vez. Si.
—Siempre has sido el mayor crítico de sus drogas —dijo Dan—. ¿Qué cambió?
Traducción por:
—El momento —dijo Neil—. Quedan dos juegos esta temporada y estamos
bastante listos para los campeonatos de primavera. Si la ERC decide que Andrew ya
no forma parte de nuestra alineación, estamos por debajo de las regulaciones de
tamaño. Nos sacarán de la lista y nuestro año habrá terminado. Puedes apostar que
Riko será el primero del que tengamos noticias si eso sucede. Kevin tiene miedo.
Neil miró a Kevin con expresión pétrea. —Tal vez si te hubieras quedado un
momento más entenderías por qué ya no me importa. Cuando subiste las escaleras, ¿lo
oíste reír, Kevin? Estaba riéndose —dijo, ignorando la forma en que Nicky se
estremeció y la rápida mirada que Dan le lanzó a Matt—, antes de que Drake incluso
golpeara el suelo. Así que sí, incluso yo me rendiría esta temporada. Y después de
todo lo que ha hecho y de todos los riesgos que ha corrido por ti, será mejor que
sientas lo mismo.
—Tengo una conferencia telefónica con el ERC esta tarde para determinar
nuestro estado —dijo Wymack—. No sé en qué dirección van a ir. Andrew todavía
está inscrito como estudiante en Palmetto. Easthaven y la oficina del registro
acordaron esta mañana dejarlo terminar el semestre a distancia. Eso significa que
todavía tiene contrato con nosotros, así que estamos dentro de las reglas. Sin embargo,
esto es un poco más drástico que tenerlo en la banca por una lesión. Una lesión es
tratable y calculable. El tratamiento actual de Andrew no es tan blanco y negro. Pero
Traducción por:
—Ellos... ¿qué? —Dan casi se atragantó con eso—. ¿Por qué? Nunca antes nos
habían apoyado.
—No es una garantía —dijo Wymack, levantando una mano para calmarlos—.
La ERC tiene que escuchar, pero no tiene que aceptar. Solo quería que supieran que
todavía tenemos una oportunidad. Eso significa que tenemos que intentarlo hoy como
si las noticias ya fueran buenas, ¿entienden? Así que cámbiense y vayan a la corte.
Quiero una vuelta por cada vez que hayan dicho que la NCAA nunca los ha apoyado.
discutiendo por su derecho a terminar la temporada fue más que un poco distractor,
pero Dan los mantuvo en movimiento para que no pudieran pensar en eso.
Wymack estuvo ausente durante casi una hora. Golpeó la puerta de la cancha
cuando regresó, señalando una parada en la práctica. En lugar de esperar a que
abandonaran la corte, se unió a ellos. Los Foxes se quedaron paralizados, temerosos de
moverse, casi temerosos de respirar. La cara de póquer de Wymack no ayudó en nada.
Wymack se detuvo junto a Dan e hizo una seña a su equipo. Neil se unió al
grupo que lo rodeaba, con el estómago en los zapatos. Había querido decir lo que le
dijo a Kevin ayer. No quería que la temporada terminara prematuramente, y
definitivamente no quería perderse campeonatos, pero comprometer a Andrew era lo
correcto.
—Estén aquí mañana a las seis en punto —dijo Wymack—. Tenemos un partido
que ganar el viernes.
Dan gritó y saltó sobre él, y los otros Foxes se apresuraron a apilar. Neil apenas
podía distinguir el balbuceo de indignación de Wymack. Neil miró a Kevin, que se
estaba quedando atrás como si no lo creyera del todo. Kevin no tardó en notar la
atención y miró en dirección a Neil. Parecía que estaba a punto de decir algo, pero
Nicky se abalanzó sobre Neil y rompió su contacto visual. Neil se rindió con Kevin,
por el momento, y dejó que sus compañeros lo arrastraran a su celebración.
Traducción por:
14
El miércoles por la mañana, Aaron se presentó en la práctica. No le dijo una
palabra a nadie, ni siquiera a Wymack o Nicky, pero estaba allí. También estaba en el
dormitorio a tiempo para el viaje a la práctica de la tarde, así que Nicky hizo que Neil
condujera de nuevo. No ayudó en nada, ya que él y Aaron no se hablaban en el asiento
trasero, pero Nicky parecía esperarse ese hombro frío. Esa tarde fue cuando los
estudiantes de segundo ciclo finalmente se dieron cuenta de quién conducía el auto de
Andrew, y Matt se apresuró a preguntar al respecto.
Matt lo miró sorprendido. Abrió la boca y luego la volvió a cerrar. Cuando Neil
le frunció el ceño, solo negó con la cabeza. Neil lo dejó ir. Esa noche le pidió a Matt
que le enseñara a pelear. Matt pareció sorprendido por la solicitud, pero estuvo de
acuerdo, y pasaron el resto de la noche averiguando cuándo podrían reunirse para
recibir lecciones. Las prácticas de Exy ocupaban la mayor parte de su tiempo libre y
Neil todavía tenía sesiones nocturnas con Kevin. Afortunadamente, sus horarios se
alineaban dos veces por semana entre clases. Matt prometió conseguirle un par de
guantes a Neil la próxima vez que saliera.
El jueves fue casi una repetición exacta del miércoles, excepto cuando fueron al
comedor para cenar, Katelyn se unió a ellos. Quizás Aaron le advirtió a Nicky antes de
tiempo, porque Nicky ni siquiera parpadeó cuando apareció con una bandeja. La
reacción de Kevin fue un poco más obvia, pero parecía más calculador que
desaprobador. Katelyn parecía nerviosa al principio, pero se calentó rápidamente y
charló casi sin parar durante la cena. Estaba tan entusiasmada con aparentemente todo
en el mundo que era un poco agotador escucharla, pero Aaron parecía tan vivo en su
presencia que Neil no podía culparla.
El viernes fue el juego. Debería haber sido una victoria fácil, pero la ausencia de
Andrew y la nueva raqueta de Neil inclinaron un poco las probabilidades a favor de
Traducción por:
JD. Los Foxes aún ganaron por un margen de seis puntos, aumentando su récord de la
temporada a once y dos, y Katelyn estaba esperando a Aaron cuando salió de la
cancha.
Tal vez su abrazo fue lo que inspiró a Dan, porque tan pronto como los Foxes
estuvieron en el vestíbulo, ella dijo: —Deberíamos celebrar.
El silencio que siguió fue revelador: Dan lo había dicho, pero ella no había
esperado honestamente que los primos la aceptaran. Afortunadamente para todos,
Renee se recuperó rápidamente.
Aaron miró a Renee como si le hubiera crecido tres cabezas. —No socializamos
con ustedes.
—Lo harás esta noche —dijo Matt—. Dile a Katelyn que venga.
—Las Vixens también pueden venir —dijo Dan. Cuando Allison le lanzó una
mirada de incredulidad, Dan solo se encogió de hombros—. ¿Qué? He estado aquí
durante cuatro años y probablemente solo conozca a cinco de ellos por su nombre. Eso
es un poco triste, considerando que nos han apoyado todo este tiempo. No sé si
podemos acomodar a todo el equipo en nuestra habitación, pero...
—No —dijo Aaron, como si no pudiera creer que todavía estuvieran hablando
de eso.
—Está bien, en serio —dijo Matt—. ¿Qué tienes contra nosotros? Andrew, lo
entiendo. Tú, no puedo entenderlo. ¿Qué te hemos hecho alguna vez?
Traducción por:
Aaron abrió la boca, la volvió a cerrar y miró a Nicky con enojo. —Le estarás
explicando esto a Andrew cuando vuelva.
—Oh, diablos, no —dijo Nicky, y señaló a Neil con el pulgar—. Eso le dejo a
él. Gracias por tomar uno para el equipo, Neil. Eres un verdadero amigo. —Nicky le
sonrió a Neil, pero su diversión no duró. Parecía confundido por lo que vio en el rostro
de Neil y dio marcha atrás con un:—. No te preocupes, enviaremos a Renee contigo
para que te refuerce. La última vez que comprobé que Andrew solo gana la mitad de
sus peleas, por lo que es posible que sobrevivas. Uh. ¿Neil?
Debería simplemente dejarlo ir, o al menos dejarlo para pensar en ello más
tarde, pero Neil no pudo resistirse.
—¿Lo somos? —preguntó, porque ¿no lo había dicho Betsy hace unos días? No
lo había entendido entonces y ni siquiera lo había intentado, demasiado enojado y
molesto por todo lo que estaba sucediendo. Esta noche casi significaba algo, aunque
Neil no lo sabía. Al darse cuenta de que Nicky no podía seguir su trenzado de
pensamientos, Neil se obligó a sí mismo a continuar—. ¿Amigos?
Fue como si una palabra le arrancara toda la alegría a Nicky, pero la mirada que
cruzó el rostro de Nicky a continuación fue demasiado rápida para que Neil la
descifrara. La sonrisa de Nicky volvió un segundo después, pero no llegó a sus ojos.
Neil podría haberse disculpado, excepto que Nicky extendió la mano y pasó una mano
enguantada por el cabello de Neil.
—Vas a ser la razón mi muerte —dijo Nicky—. Sí, niño. Somos amigos. Estás
atrapado con nosotros, te guste o no.
—Si eso está resuelto —dijo Wymack desde la puerta—, lleven el culo a las
duchas. Están goteando sudor por todo mi piso, apestan, y tengo mejores cosas que
hacer esta noche que verlos borrachos.
—Sí, entrenador.
Los Foxes se separaron para los vestuarios, pero Neil llevó la conversación con
él a la ducha. Se paró bajo el rocío y se miró las palmas hacia arriba. Se preguntó qué
significaba; se preguntó si podría significar algo para alguien como él. Tenía a Riko
Traducción por:
justo enfrente de él, el fantasma de su padre detrás de él, y seis meses antes de que
Nathaniel hiciera descansar a “Neil Josten” para siempre. Tener amigos no cambiaría
nada.
El Día de Acción de Gracias llegó y se fue. Matt fue a casa con su madre, Dan
fue a ver a sus hermanas de escenario y Allison fue con Renee. Los estudiantes de
último año le preguntaron a Neil solo una vez si se iba a casa para las vacaciones. No
le preguntaron por qué se quedaba y Neil no perdió el tiempo con una mentira. Pasó el
fin de semana de cinco días en la Fox Tower con Nicky, Kevin y Aaron. Pasaron la
mitad del tiempo en la cancha y la otra mitad holgazaneando en el dormitorio.
La cena estaba lista a media tarde. Cuando Nicky le preguntó a Neil cuál era su
plato favorito, Neil podría haber mentido y haber hecho referencia a cualquiera de los
alimentos estereotipados que sabía que estaban asociados con el Día de Acción de
Gracias. En cambio, practicó un poco de honestidad y admitió que nunca antes había
celebrado el Día de Acción de Gracias. Las vacaciones no eran una prioridad en su
familia. Nicky, por supuesto, reaccionó como si fuera la cosa más trágica que jamás
había escuchado.
gesto entre ellos—. Las personas en las que confiamos serán parte de nuestras vidas.
La gente que nos importa.
—Una palabra más y estás de turno para lavar los platos —dijo Abby, y Nicky
se calló sabiamente.
—También lo son Aaron y Kevin, pero no los vas a detener —señaló Nicky.
—Piensa en eso la próxima vez que uses el alemán en mis prácticas —dijo
Wymack.
Traducción por:
—Eso es diferente —se quejó Nicky—. Solo veo esa expresión en el rostro de
Neil cuando alguien intenta hacer algo bueno por él, pero todos sabemos que Kevin es
tan malcriado como parece. ¿Qué dijiste, Kevin? ¿Necesito defender el honor de Neil
o qué?
restaurante local favorito ofrecía cabinas para seis personas al otro lado del pasillo.
Las porristas estaban dispuestas a dividirse en dos y dos, pero la disposición de los
asientos de los Foxes era más difícil de entender. La solución obvia fue seguir la
división habitual: estudiantes de último año en un puesto y el lote de los primos en
otro.
Neil lamentó haber hablado con ella casi de inmediato, porque lo acosó el resto
de la cena. Neil había crecido charlando con mil extraños en todo el mundo, pero hacía
mucho que no tenía práctica. Ahora pasaba todo su tiempo con los Foxes, y habían
superado esas conversaciones superficiales meses atrás. Si Marissa al menos hablara
de Exy, Neil podría soportarlo, pero rebotó entre todos los demás temas posibles del
mundo. Neil había tomado el asiento exterior en el banco, pero todavía se sentía
atrapado. Dejar el restaurante después de la cena fue un alivio tal que dejó a Neil un
poco mareado.
La zona comercial del centro era una calle larga que se bifurcaba en Perimeter
Road, cerca del Green. Las Vixens tenían que cruzar el Green de regreso a sus
dormitorios en el campus, mientras que los Foxes podían seguir la acera por Perimeter
hacia la Fox Tower. Se detuvieron en el paso de peatones para despedirse y Katelyn se
aseguró de darle a Aaron un beso de buenas noches. Neil no estaba interesado en
mirar, pero cuando se dio la vuelta encontró a Marissa en su camino nuevamente.
—¿Para qué?
gustaría conocerte mejor. Creo que podríamos divertirnos mucho juntos, solo nosotros
dos. Eres muy interesante, Neil.
Ella lo miró fijamente durante un minuto interminable y luego dijo con una
indiferencia que él no creía en absoluto: —Si cambias de opinión, sabes dónde
encontrarme.
Fue a sacar a Katelyn de Aaron, y las Vixens cruzaron la calle hacia el campus.
—Duro, Neil —dijo Nicky—. Para alguien que suele ser tan callado, a veces
puedes ser un verdadero idiota. Hay una manera de decepcionar a las chicas con
suavidad, ¿sabes?
—¿Por qué? —preguntó Neil, pero Nicky solo lanzó un suspiro de lástima. Neil
metió las manos más profundamente en los bolsillos y miró a Dan—. ¿Las chicas
necesitan un tratamiento con guantes de niño? Pensé que eran más duras que eso.
—Nos dimos cuenta —dijo Dan secamente, y tiró de Matt con ella por la acera.
—No puedo creer que esté casi terminado —dijo Matt después de un par de
minutos—. De alguna manera, siento que este ha sido el semestre más largo de la
historia, pero al mismo tiempo, no sé a dónde fue la caída. Es casi diciembre, ¿sabes?
—Sí —dijo Neil, dibujando círculos sobre su contorno. El viernes fue el primer
día de diciembre y el último juego de su temporada de otoño. Los Foxes irían a las
prácticas matutinas sólo la semana que viene, ya que Wymack quería que pasaran las
tardes estudiando. Neil y Kevin no habían hablado de eso, pero Neil asumió que
todavía tendrían sus prácticas nocturnas.
—Mierda, es casi Navidad —dijo Matt, sonando casi asombrado—. Sigo sin
saber qué voy a conseguir, Dan. Pero bueno, hablando de Navidad, ¿ya sabes qué
harás en la fecha? —La silla de Matt crujió cuando Matt se volvió para mirarlo—.
¿Vas a casa o irás con los monstruos?
—Si mal no recuerdo, el año pasado Erik voló desde Alemania y se festejaron
en Columbia —dijo Matt—. Eso fue antes de que Kevin estuviera aquí para
encadenarlos a la corte, y antes... bueno, antes de que sucediera todo esto. Supongo
que no querrán volver a ver a Columbia pronto. Puede ser que esté equivocado. Tú lo
sabrías mejor que yo.
Traducción por:
—No lo pases aquí, ¿de acuerdo? —pidió Matt—. Si no tienes adónde ir, te
llevaré a casa conmigo. De todos modos, mamá ha querido conocer a los monstruos, y
su casa es lo suficientemente grande para todos ustedes. Sólo házmelo saber.
Matt asintió y volvió al trabajo. Neil volvió a su propia asignación, pero sus
pensamientos se habían descarrilado demasiado para que él los llamara. En su lugar,
dibujó patas de zorro por el borde de su papel hasta que Kevin fue a buscarlo.
—Concéntrate —dijo Kevin con impaciencia, así que Neil lo dejó todo a un
lado para más tarde.
una tarea imposible, y sabía que los Foxes iban a oír sobre el tema esta noche. Riko,
sin duda, tendría algo terrible que decir.
Wymack ahuyentó a sus Foxes y sus citas del autobús y lo cerró detrás de ellos.
Cuando se volvió de nuevo, chasqueó los dedos a Kevin para llamar su atención. —
Mírame.
—¿Ves a estos dos? Si miro en tu dirección esta noche y no estás a cinco pies de
al menos uno de ellos, no te dejaré jugar ni un maldito juego esta primavera.
¿Entiendes? Son tus escudos. Úsalos, úsalos a ellos. Úsame, si es necesario. Ahora
dame un “sí, entrenador”.
—No te preocupes —dijo Matt—. No puede hacer nada con tantos testigos.
Kevin miró a Neil. Neil encontró su mirada sin dudarlo y no dejó que sus
nervios se reflejaran en su rostro. Recogieron su ropa y siguieron a un guardia de
seguridad al interior. Neil se cambió en uno de los cubículos del baño y luego
consideró su reflejo. Los demás estaban fuera de la vista en la sala principal, por lo
que Neil se inclinó hacia el espejo. Deslizó un contacto fuera del camino por un
momento, necesitando ver el frío azul de sus ojos reales, y tomó fuerza en eso.
Le había dicho a Andrew que estaría con Kevin sin importar nada. No tenía la
intención de romper esa promesa. “Neil” podría ser un fugitivo que se asustaba
fácilmente, y “Nathaniel” era un joven perseguido, pero “Abram” era el que estaba
protegido y no tocado por el negocio sangriento de su padre. Neil se acordaría de
Traducción por:
todos los asesinatos que había visto y de cada noche interminable y desesperada, y se
enfrentaría a Riko sin pestañear. Era lo mínimo que podía hacer. Era todo lo que podía
hacer.
La cancha fue decorada para Navidad. Poinsettia seguía las paredes por todo el
camino, y un árbol enorme estaba en una esquina. Neil asumió que era falso, porque
no había forma de que pudieran haber atravesado la puerta con un árbol de ese tamaño
a menos que lo hubieran hecho pedazos. Las mantas pesadas debajo del estrado
aseguraron que no se rayaría el piso de la corte, y debajo se amontonaron pequeños
regalos. Neil se preguntó por un momento si también eran falsos o si eran regalos de
los Jackals entre ellos, prestados temporalmente como decoración.
Una vez que llegaron todos los equipos, Tetsuji Moriyama tocó un micrófono
inalámbrico para llamar su atención. Alguien cortó la alegre música navideña y Tetsuji
miró a los equipos reunidos con una expresión pétrea.
La mirada que ella le dio dijo que no estaba impresionada por esa modestia.
Neil se encogió de hombros y lo dejó pasar. Él entendió su escepticismo, pero
mantuvo sus palabras.
Una gran parte de eso podría acreditarse a su línea de defensa, desde sus
arqueros inflexibles hasta sus defensores agresivos, pero la proporción también
dependía en gran medida del desempeño de los delanteros. De alguna manera, Neil y
Kevin anotaron lo suficiente esta temporada para superar a los Jackals. Neil no sabía
cómo lo habían hecho, pero no le importaba. Los Jackals llegaron a Palmetto State en
agosto con toda la intención de lastimar tanto a Seth como a Kevin. Neil los había
odiado desde entonces.
Ponerse en segundo lugar significaba que no tenían que enfrentarse a los Jackals
de nuevo, afortunadamente. Hasta las semifinales, los juegos de primavera corrieron
en paréntesis e impares. Los equipos con rangos impares jugarían los viernes por la
noche y los pares jugarían los sábados.
—Lo lograremos —dijo Dan—. Tenemos qué. Le debemos a los Ravens una
revancha.
—Está bien si lo haces —dijo Renee—. Kevin te necesita más que yo.
La cena dio paso a los juegos para que pudieran digerir, y luego todas las mesas
menos una fueron retiradas de la cancha. Los proveedores regresaron cargados con
poncheras y vasos de plástico. La música fuerte reemplazó a los villancicos y la corte
se convirtió en una pista de baile. Los equipos se separaron para divertirse. Para la
mayoría de ellos, la temporada había terminado y, obviamente, querían salir a lo
grande.
Wymack no pasó esta vez para hacerlos socializar, por lo que Neil y Kevin se
mantuvieron alejados de la multitud. Kevin no estaba de humor para celebrar y Neil no
quería estar rodeado de tanta gente. No vería venir a Riko y sería demasiado fácil
perder de vista a Kevin. En lugar de eso, custodiaban la mesa de las bebidas y
amamantaban su ponche.
Pasó media hora antes de que Riko los alcanzara, pero se corrió como ambos
sabían que lo haría. Jean no se quedó atrás de él. Kevin se congeló con la taza en los
labios cuando vio a la pareja. Neil dio un paso adelante para ponerse entre Riko y
Traducción por:
Kevin. Riko sonrió ante esa bravuconería, pero no era una expresión feliz. Era más la
mirada de un niño psicótico que había encontrado un animal pequeño para torturar: un
cuarto satisfecho y tres cuartos hambriento.
Neil no se había dado cuenta de que él también estaba sonriendo, una mirada
cruel que había heredado de su padre. Neil bajó su taza para que Riko pudiera verla
mejor.
—Me encantaría verte intentarlo. ¿Crees que le tengo miedo a tu cuchillo? Soy
el hijo del Carnicero.
—Van tres strikes. —Riko se pasó un dedo por la garganta y giró la cabeza en
contra de su gesto—. Estoy decepcionado de ti, Kevin. Le prometiste al maestro que te
encargarías de esto. Obviamente no lo has hecho, y tengo mucha curiosidad por saber
por qué.
Riko presionó con el pulgar el pómulo de Neil, en el mismo lugar donde los tres
tenían sus tatuajes numerados. —Haznos un favor a todos y no vuelvas a hablar. Tu
insolencia ya te ha costado dos compañeros. Ni siquiera puedes imaginar lo que
vendrá después.
Escuchar a Riko confirmar que había orquestado la muerte de Seth hizo que
Neil se enfermara de ira. Andrew y Kevin lo habían dicho, pero Wymack lo había
descartado como paranoia. Neil no le había creído a Andrew porque no había querido
hacerlo, pero ese “qué pasa si…” lo había seguido durante todo el semestre.
Neil levantó su mano libre y mostró a Riko sus dedos firmes. —Estoy
temblando de miedo.
—Deberías estarlo —dijo Riko—. Crees que puedes desafiarme porque no soy
tu padre, pero estás olvidando un hecho muy importante: soy la familia a la que tu
padre temía. Y sí, Nathaniel, tenía mucho miedo.
—No de ti —dijo con feroz énfasis—. No eres parte de esa familia, ¿recuerdas?
Eres el desechado.
—Jean —dijo Riko sin apartar la mirada de Neil—, llévate a Kevin y déjanos.
Jean le dio a Riko un amplio espacio y agarró a Kevin del brazo. Neil vio cómo
Jean se llevaba a Kevin lo más rápido que podían sin llamar demasiado la atención.
Dan y Matt se dieron cuenta, por supuesto, y se movieron para interceptarlos. Jean se
quedó inmóvil al acercarse, pero se aferró a Kevin como si su vida dependiera de ello.
Matt se dirigió a Neil y Riko, pero Kevin le puso una mano en el hombro para
detenerlo. Cuando Matt se encogió de hombros bruscamente, Neil le hizo un gesto a
Matt para que se mantuviera alejado. La mirada en el rostro de Matt decía que no
aprobaba este plan en absoluto, pero mantuvo la distancia.
—Suéltame, rey.
—Debes estar refiriéndose a ese portero. ¿Sabes a cuál me refiero, estoy seguro?
El miniatura con la actitud repugnante que cree que puede llevarse mis cosas. Eso me
recuerda que no lo he visto últimamente.
Riko miró por encima del hombro como si esperara que Andrew se
materializara de la nada. Soltó a Neil, pero Neil no podía respirar, y mucho menos
moverse para dejar espacio entre ellos. Dos compañeros de equipo, había dicho Riko.
La insolencia de Neil le había costado dos compañeros de equipo, pero Seth era solo
uno.
Riko se volvió hacia Neil y movió un dedo como si solo recordara. —Ah, pero
es cierto. Escuché que se lo llevaron. Algo sobre su hermano follándolo sin piedad,
¿no? Qué escandaloso. Qué traumatizante.
Riko lo ignoró.
—Esa ni siquiera es la mejor parte. —Riko sonrió cuando Neil negó con la
cabeza y continuó—. ¿Sabías que también he comprado a uno de los médicos de
Easthaven? A menos que desee que estas pequeñas sesiones de terapia suyas se
conviertan en recreaciones terapéuticas, estarás en un avión a Virginia Occidental
mañana por la mañana. Jean le dará tu boleto a Kevin. ¿Me entiendes?
Neil no tenía palabras, así que respondió con el puño. No tenía mucho espacio
para balancearse, pero se las arregló y golpeó a Riko en su vulgar boca. Hizo que Riko
retrocediera un paso, lo que le dio a Neil un poco más de espacio, y Neil lo miró a
continuación. Se lanzó lejos de la mesa y se estrelló contra Riko, pero Riko ya se
estaba moviendo para encontrarse con él. Neil chocó contra la mesa con tanta fuerza
que la hizo resbalar detrás de él, y él y Riko cayeron al suelo. Neil golpeó y golpeó en
cualquier parte de Riko que pudo encontrar, solo consciente de los golpes viciosos de
Riko. Alguien estaba gritando acerca de una pelea, o tal vez era su sangre rugiendo en
sus oídos.
De repente, hubo manos sobre él que no eran de Riko, y los dos estaban siendo
separados. Neil se aferró con tanta fuerza como pudo; Riko también. Riko acercó a
Neil por última vez antes de que la multitud los separara el uno del otro, el tiempo
suficiente para que él dijera: —Le has costado algo que no quería perder.
Luego hubo demasiados cuerpos entre ellos. Neil reconoció a algunos de ellos:
Matt primero, luego Jean, luego un par de atletas cuyos rostros solo había visto a
través de los visores de los cascos. El cerebro de Neil puso nombres a los rostros
donde pudo y los descartó de manera sumaria por carecer de importancia. Ninguno de
ellos era Riko. Luchó contra la multitud lo mejor que pudo, tratando de abrirse paso y
poner sus manos sobre Riko nuevamente.
Neil mientras miraba alrededor del cuerpo de Wymack a Riko. Toda la habitación
estaba temblando, o tal vez Neil estaba temblando lo suficientemente fuerte como para
hacer caer a toda la corte encima de ellos.
Los entrenadores esperaron. Cuando no hubo nada más, uno de ellos barrió a la
multitud con una mirada cruel.
—La próxima persona que comience una pelea aquí será sancionada y se sentará
fuera de los próximos cinco juegos programados, primavera u otoño. ¿Ha quedado
claro? —Hubo un asentimiento a coro, y el entrenador lanzó una mirada molesta entre
Neil y Riko—. Ustedes dos permanezcan alejados el uno del otro el resto de la noche.
Wymack, sácalo de la corte hasta que se sienta cortés.
—Por supuesto —dijo Moriyama, sin parecer conmovido por el caos—. ¿Riko?
Partieron en una dirección, por lo que Wymack llevó a Neil en la otra. Neil
sabía que Abby y los Foxes los estaban siguiendo fuera de la corte, pero no podía
apartar los ojos de Riko para mirar a ninguno de ellos. Perdió de vista a Riko cuando
Wymack lo empujó a través de la puerta de la corte, pero no fue hasta que lo plantó en
uno de los bancos del hogar que Neil pudo mirarlo. Wymack hizo un gesto con la
Traducción por:
mano a Katelyn y a la cita de Nicky, Thomas, para que volvieran a la corte con un
impaciente movimiento de la mano, y luego se volvió hacia Neil de nuevo.
—¿Entrenador?'
—No, de verdad —dijo Nicky, mirando a Neil con los ojos muy abiertos—.
¿Qué pasó?'
Neil sintió su muñeca y se estremeció ante el dolor persistente. Abby pasó junto
a Dan para llegar hasta él y se sentó al lado de Neil. Neil la dejó tomar su mano y miró
más allá de Wymack en la corte.
No tuvo que decir nada más. La música seguía sonando, a todo volumen a través
de los altavoces, pero el silencio entre los Foxes era absoluto.
Neil respiró hondo y miró a Kevin. En francés preguntó: —¿Lo tienes? ¿Mi
pasaje? —Kevin lo miró fijamente y a través de él, demasiado aturdido para entender
o responder—. Kevin, mírame.
—No —dijo Neil, con una ferocidad que causó que incluso Matt lo mirara con
recelo—. Primero tenemos que romperlo. Si el Exy es lo único que le importa, se lo
vamos a quitar. Primero destruimos su reputación, luego lo destruimos a él. No quiero
que perdamos ni un solo juego esta primavera. ¿Podemos hacer eso?
Neil miró a su alrededor, vio la rabia fría en sus rostros y se concentró en Kevin.
Lo intentó de nuevo en francés con un insistente.
—¿Tienes mi boleto?
—Te romperá.
—Ojalá supiera cómo —dijo Neil—. Créeme. Prometo que volveré y, cuando lo
haga, traeré a Andrew conmigo. Va a estar bien. Entonces, ¿tienes mi pasaje o no?
Kevin apretó los labios en una línea dura y blanca y miró hacia otro lado. —Lo
tengo.
Kevin le pasó a Neil una hoja de papel doblada mientras salían al pasillo. Neil no tuvo
que abrirlo para saber que era la confirmación de su vuelo.
Matt trató de llevar a Neil al baño de las chicas para que finalmente pudieran
hablar sobre lo que pasó, pero Neil fue a la habitación de al lado. Se quitó los zapatos
a un lado y abrió la ventana. Intentó encender un cigarrillo, pero le temblaban
demasiado las manos. Terminó arrastrándose a la cama completamente vestido.
Comprobó la hora de salida para saber a qué hora poner la alarma, luego metió el
papel debajo de la almohada con las bandas de Andrew. Se tapó la cabeza con las
mantas para bloquear la entrada de la habitación y se obligó a dejar de pensar.
15
Neil se despertó con el sonido del movimiento en la otra habitación. A pesar de
la noche, los Foxes estaban despiertos a media mañana. Hoy era el día en que el
equipo se dividía para las vacaciones de invierno, y la mayoría de ellos tenían vuelos
lo suficientemente largos para dormir. Allison, Renee y Dan volaban juntas a
Bismarck a la hora del almuerzo y se separarían después de aterrizar. Dos horas
después de haber estado en el aire, el resto de los Foxes estarían en camino a
LaGuardia.
Ninguno de los supuestos monstruos del equipo estaba seguro de por qué Matt
estaba siendo amable con ellos, pero Nicky estaba demasiado emocionado de pasar el
Año Nuevo en Times Square para que le importara. Wymack afirmó estar más feliz
que Nicky con el arreglo, ya que su ausencia significaba que finalmente podría tener
algo de paz y tranquilidad. Aaron tuvo que obtener el permiso de su abogado para salir
del estado, pero lo habían arreglado con bastante facilidad.
Cómo se suponía que Neil iba a decirles a cualquiera de ellos que sus planes
habían cambiado, no lo sabía. No había forma de que pudiera decirles la verdad.
Ninguno de ellos lo dejaría seguir adelante. Fue un pequeño milagro que Kevin
estuviera de acuerdo con esto. Kevin sabía más que ninguno de ellos de lo que Riko
era capaz, así que sabía lo que le esperaba a Neil en Virginia Occidental. Quizás
confiaba en que Neil se mantendría firme; lo más probable es que supiera lo que Riko
les haría a los Foxes si Neil se negaba. Neil no lo sabía y no le importaba mientras
Kevin mantuviera la boca cerrada.
Neil apartó las mantas y se sentó. Levantó su almohada para tomar su teléfono,
pero vaciló al ver los brazaletes de Andrew. La voz de Nicky en la otra habitación lo
sacó de sus pensamientos. Neil volvió a dejar caer la almohada y luego se dio cuenta
Traducción por:
de que tenía una salida. Agarró su teléfono, lo abrió y se lo puso en la oreja. Cuando
Nicky abrió la puerta del dormitorio sin llamar, Neil entabló una conversación sin
nadie.
Nicky tenía la boca abierta en un saludo, pero se quedó callado cuando se dio
cuenta de que Neil estaba al teléfono. En lugar de irse, Nicky se acomodó contra el
marco de la puerta para esperarlo. Neil había contado con la curiosidad de Nicky. En
los meses transcurridos desde que le entregaron este teléfono a Neil, nunca lo habían
visto hacer una llamada con él. Neil le indicó a Nicky que casi había terminado y se
volvió a medias.
—Estoy bien.
visto en años, y nunca viene de vacaciones. Algo debe estar sucediendo. No sé qué.
No sé si... —Neil se calló e hizo un gesto de impotencia—. Me prometí a mí mismo
que nunca volvería a casa, pero…
—No importa —dijo Neil—. Le dije a Andrew que me quedaría con Kevin.
—Pero Kevin va a estar con nosotros —dijo Nicky—, y nosotros estaremos con
Matt y la madre de Matt. Los cuatro podemos vigilarlo si necesita algo de tiempo con
su familia. ¿Necesitas dinero para un pasaje?
—No tienes remedio —dijo Nicky—. Si quieres ir, vete. Has hecho más que
suficiente por nosotros este semestre, Neil. En algún momento tienes que pensar en ti
mismo. Mira —dijo cuando Neil negó con la cabeza—. Voy a ir a decírselo a los
demás y todos te dirán que te vayas a casa. Verás.
Neil se tragó el resto de su argumento. De todos modos, no era una pelea que
quisiera o necesitaba ganar. Por un momento se compadeció de Nicky por ser tan
crédulo, pero no se sintió satisfecho con lo que acababa de hacer. Desplegó el
itinerario y lo estudió con una sensación de hundimiento en el estómago. En dos horas
estaría en un vuelo a Charleston, West Virginia, y no tenía programado regresar hasta
la noche de Año Nuevo. Serían dos semanas a solas con los Ravens.
Neil le hizo una mueca, pero finalmente se levantó de la cama. No tenía hambre,
pero se obligó a comer avena instantánea y tostadas. Nicky regresó para decirles que
les había contado a todos los Foxes lo que estaba pasando. Al parecer, todos querían a
Neil en ese avión. Neil asintió y no dijo nada, y Nicky lo dejó en paz para que se
preparara.
Neil se duchó y sacó su bolsa de lona del cajón inferior de su tocador. Lo tenía a
medio empacar cuando se dio cuenta de que era demasiado pequeño. Durante ocho
años nunca había tenido más de lo que cabía en un equipaje de mano. En el último
medio año aquí, sus posesiones se habían duplicado. Incluso cuando su bolso estaba
lleno, había cosas en sus cajones. Neil se sintió confundido y animado a la vez, y se
llevó una mano a las camisas dobladas. Era una prueba de que iba a regresar, algo que
no había tenido desde que era niño.
El suave toque de un paso le advirtió que no estaba solo, y Neil miró a Kevin.
Neil lo soltó y Kevin se lo puso debajo del brazo. Neil cerró la caja fuerte y la
puso de nuevo donde pertenecía.
—Volveré —dijo Neil, más por él que por Kevin—. Me prometiste que
terminarías este año conmigo. Te estoy confiando eso.
Matt tomó sus llaves y se fueron. Primero pasaron por el cuarto de las chicas,
donde Neil fue sometido a abrazos y buenos deseos navideños. Aaron se conformó
con un asentimiento cuando se despidieron con los primos a continuación, pero Nicky
le dio a Neil un apretón que le hizo estallar los huesos.
—Lo empaqué —dijo Neil, pero dudaba que Riko le permitiera usar su teléfono.
Dejó a Kevin con los demás para que terminaran de prepararse y siguió a Matt
hasta la camioneta. Había espacio a los pies de Neil para su bolso. Matt giró la llave en
el encendido y bajó la radio medio segundo demasiado tarde para salvar los tímpanos
de Neil. Neil trató de no sentirse mal cuando el campus desapareció detrás de ellos,
pero no lo logró.
—Año Nuevo —dijo Neil—, pero podría volver antes, dependiendo de cómo
vayan las cosas-.
Matt lo dejó en la acera del Aeropuerto Regional Upstate. Neil lo vio deslizarse
hacia el tráfico y luego se volvió para mirar hacia la entrada. Era vertiginoso estar aquí
de nuevo. Él y su madre nunca pasaron por el mismo aeropuerto dos veces. Apretó su
bolso con más fuerza y atravesó las puertas corredizas de vidrio.
El aeropuerto estaba ocupado este verano, pero tan cerca de la Navidad reinaba
el caos por dentro. Neil se dejó perder en el bullicio. No era más que otro rostro entre
la multitud, anónimo y sin importancia. Su aerolínea tenía check-in de autoservicio,
por lo que Neil escaneó el código de barras impreso en su itinerario. Su boleto y tarjeta
de embarque salieron por la ranura en la parte inferior, y Neil se dirigió al control de
Traducción por:
seguridad. Su bolso pasó por los escáneres antes que él. Neil se puso los zapatos en el
otro lado, agarró su bolso y se dirigió a la puerta.
La mayoría de los asientos estaban ocupados, por lo que Neil se paró contra un
pilar para esperar. Observó a la multitud para no ver el reloj parpadeando en su puerta.
Casi había esperado ver a más compañeros de clase aquí, pero tal vez se habían
marchado de la ciudad ayer. El aeropuerto era un mar de rostros desconocidos. Neil
estaba solo.
Había estado cerca de los Foxes durante tanto tiempo que había olvidado lo que
era tener un respiro. Debería haber estado agradecido por tener un par de momentos a
solas antes de que comenzara esta pesadilla, pero Neil se sintió indispuesto. Enterró su
mano en su bolsillo y envolvió sus dedos alrededor de su teléfono. Si lo abría, su
historial de llamadas seguiría mostrando solo un nombre, pero su cuadro de mensajes
estaba tan lleno que se vaciaba de forma semirregular. Pensó en leerlos en busca de
valor, pero no pudo obligarse a hacerlo.
La voz del encargado de la puerta en los altavoces del techo lo sacó de sus
pensamientos. —Pasajeros del vuelo 12 a Charleston, pronto comenzaremos a abordar.
Preséntese en la puerta D23 y espere a que lo llamen.
Enfrentar a Riko así iba en contra de todo lo que su madre le enseñó. Lo habían
criado para correr, para sacrificar todo y a todos para asegurar su propia supervivencia.
Su madre nunca le había dado un terreno sobre el que pararse. Tal vez por eso no
había sido lo suficientemente fuerte para salvarla al final. Un revoltijo de mentiras no
Traducción por:
tenía nada por lo que luchar. Pero Neil Josten era un Fox. Andrew lo llamó hogar;
Nicky lo llamó familia. Neil no iba a perder nada de eso. Si dos semanas con Riko era
el precio para mantener a salvo a su equipo, Neil lo pagaría.
El viaje fue silencioso, pero la primera vista del Castillo Evermore hizo que la
sangre de Neil zumbara en reconocimiento. Evermore parecía más un monumento que
un estadio, y su trabajo de pintura negro azabache lo hacía aún más imponente. Su
tamaño era casi el doble que la Fox Tower. Neil dudaba que los Ravens pudieran
ocupar todos los asientos en cada juego, pero la Corte de Estados Unidos
probablemente se agotó a las pocas horas de publicar sus partidos. Neil solo podía
imaginar cómo sonaban las noches de juegos en el interior.
Jean se detuvo en una puerta y extendió la mano por la ventana para escribir un
código. La puerta se abrió con un chirrido silencioso y Jean entró en el
estacionamiento con barricadas. Una fila de coches ya estaba aparcada junto a la acera.
Neil deseó estar sorprendido de que todos fueran idénticos. Incluso las placas de
matrícula personalizadas estaban a solo un par de dígitos entre sí. Neil los miró
fijamente hasta que pensó que había descubierto la secuencia. El EA tenía que ser
Edgar Allan, y los números siguientes eran años de clase y números de camiseta.
—Sal —dijo Jean, y aparcó en el lugar abierto que sus compañeros de equipo le
dejaron.
Neil agarró su bolso y salió. Jean lo acompañó hasta la puerta e ingresó otra
contraseña numerada. La luz sobre el teclado parpadeó en verde, por lo que Jean abrió
la puerta. En lugar de entrar, miró a Neil.
La sonrisa de Jean se burló de ese desafío y le hizo un gesto a Neil para que lo
precediera. La puerta se había abierto a una escalera que bajaba. Todo estaba pintado
de negro. La única luz y color era un tubo rojo de luz en el medio del techo. No era lo
suficientemente brillante. Cuando Jean cerró la puerta detrás de ellos, Neil casi
tropezó por las escaleras. Apoyó una mano en la pared para mantener el equilibrio y
redujo la velocidad. A su espalda, Jean no lo apresuró.
Contó los pasos, queriendo saber qué tan profundo iban, y llegó a veintiséis
antes de que las escaleras terminaran en otra puerta. Jean pasó junto a él para
introducir una tercera contraseña, y Neil entró en las habitaciones de los Ravens.
Jean ignoró eso y lo llevó de tour. Este espacio había sido construido
originalmente para albergar a los equipos visitantes, pero el entrenador Moriyama se
lo dio a sus Ravens. Si los Ravens no estaban en clase o en la cancha, se suponía que
debían estar aquí. A primera vista, no era una mala configuración. El Nido era
espacioso y estaba bien provisto. Neil pasó junto a dos cocinas de tamaño completo,
un salón completo con un bar y una mesa de billar, y tres salas con televisores. Un
largo pasillo conectaba las áreas sociales con una sala de pesas, y otro pasillo los
llevaba al dormitorio.
Un letrero en la pared indicaba que Black Hall estaba a la izquierda y Red Hall a
la derecha. Neil miró a ambos lados, pero honestamente no pudo distinguirlos. No
valía la pena preguntar, así que siguió a Jean hasta Black. Todas las puertas de las
habitaciones estaban abiertas, así que Neil se asomó al pasar. Los dormitorios eran
casi tan grandes como la suite que Neil compartía con Matt y cada uno estaba
equipado con solo dos camas.
dio cuenta del peso del estadio en lo alto. Neil no era claustrofóbico, pero pensó que
dos semanas aquí abajo podría cambiar eso.
—Aquí —dijo Jean, e indicó a Neil que lo siguiera hasta la última habitación—.
Aquí es donde te quedarás. Deberías estar en rojo con el resto de nosotros, pero el
maestro ha hecho una concesión especial. Sabe que necesitas la atención personal de
Riko.
—¿De quién es el lugar que estoy tomando? —preguntó Neil, porque ambos
lados de la habitación ya estaban decorados.
Jean se detuvo junto a una de las mesitas de noche y le hizo un gesto a Neil para
que se acercara. —Ven y mira.
A Neil le dio escalofríos ver su espacio conservado así. Era como si Kevin
hubiera salido a hacer un recado, no como si se hubiera transferido a otro equipo por
completo.
—Riko está en negación —dijo Neil—. Alguien debería decirle que Kevin no
va a volver.
Jean no lo esperó, sino que se fue. Neil dejó caer su bolso sobre la cama de
Kevin, lanzó una mirada cautelosa hacia el lado de la habitación de Riko y alcanzó a
Jean al final del pasillo. Un tramo de escaleras los llevó a un piso hasta el vestuario de
Traducción por:
los Ravens. Jean no le dio tiempo a Neil para mirar a su alrededor, pero lo empujó a
través de una puerta trasera al patio interior. Salieron cerca de los bancos de hogar.
No pasó mucho tiempo antes de que sonara un timbre y pusiera fin al partido. El
equipo de Riko ganó por un margen de tres puntos. Las dos alineaciones se reunieron
en media cancha para criticar las actuaciones de cada uno. Los submarinos se unieron
a ellos para compartir lo que habían notado desde el exterior. La reunión duró unos
buenos quince minutos, pero finalmente los Ravens tocaron palos y salieron de la
cancha.
Riko se quitó el casco mientras cruzaba la puerta del tribunal. —Luke, cierra el
marcador. Martin, enciende las luces. Tengo un invitado al que atender, así que
almuerza temprano. El maestro vendrá en breve para verificar el progreso, así que
tengan sus papeles listos para él. La práctica de la tarde comenzará a la hora habitual.
Los Ravens se movían como un río negro alrededor de Jean y Neil. Riko se
detuvo frente a Neil para considerarlo, pero lo despidió sumariamente a favor de Jean.
—Muéstrale sus cosas. Me ocuparé de él cuando me duche.
Jean inclinó la cabeza y sostuvo la puerta para Riko. Riko fue hacia un lado, por
lo que Jean y Neil fueron por el otro. Jean llevó a Neil al vestuario y abrió un casillero
de gran tamaño al final. Neil miró hacia adentro obedientemente. El casillero estaba
lleno de equipo Raven. No fue hasta que Jean le empujó la camiseta que Neil entendió,
porque el nombre estampado en la espalda era JOSTEN.
—Sólo estoy aquí por dos semanas —dijo Neil—. ¿Por qué hizo que la
estamparan?
—Lo mencionó. Le dije que no lo haría. ¿No te lo pasó él? —Neil tiró la
camiseta a un lado.
Jean lo arrebató del aire antes de que golpeara el suelo y le lanzó una mirada
lívida. —Intenta que no nos maten a los dos el primer día, niño ignorante.
—Tengo una mala noticia para ti —dijo Neil—. No puedo superar a los
delanteros Ravens.
—No son ellos a quienes necesitas superar —dijo Jean—. Ya no eres delantero.
En primer lugar, nunca debiste haber sido uno. El maestro te está moviendo a la
defensa donde perteneces. Querrá saber por qué abandonaste tu puesto. Espero que
tengas una buena explicación para él.
—No fue idea mía —dijo Neil—. El entrenador Hernández tenía una línea de
defensa completa. Era ofensa o nada en absoluto, y solo quería jugar.
Neil le dijo a Hernández que nunca antes había tocado una raqueta porque no
podía darle a Hernández los nombres de sus entrenadores y equipos anteriores. Sin
embargo, cuando Neil fue reclutado para los Dingos de Millport, no fue su ausencia de
ocho años de Exy lo que lo hizo tan torpe en la cancha. Fue que Neil jugó ligas
menores como defensor. Había tenido que volver a aprender el juego desde cero. Al
principio, Neil lo odió, porque pensó que los delanteros eran perros de la gloria que
Traducción por:
buscaban el centro de atención. Sin embargo, a medida que Neil se sintió más cómodo
con la posición, se enamoró.
—Fue una mala idea —dijo Jean—. Ahora tienes que desaprender todos tus
malos hábitos. Ahora pruébate tu equipo para que sepamos que te queda.
—Esa modestia será lo primero que rompamos —dijo Jean—. No hay lugar
para la privacidad en el Nido.
—No puedo creer que aguantaste esto —dijo Neil—. Al menos Kevin corrió.
¿Cuál es tu excusa?
Sabía, lógicamente, que Kevin tenía que tener un padre. Después de todo,
Kayleigh Day no había quedado embarazada sola. Pero nunca se había dado el nombre
del padre de Kevin, por mucho que la prensa la presionara. Si los rumores eran ciertos,
ese espacio estaba en blanco en el certificado de nacimiento de Kevin. Sin embargo,
había nombrado a Tetsuji padrino de su hijo, que fue como Kevin terminó en
Evermore después de la muerte de Kayleigh.
—Creo que sigue siendo demasiado cobarde para decir algo al respecto. —Jean
hizo un gesto burlón con la mano—. Si no me crees, búscalo tú mismo. La última vez
que vi la carta de su madre estaba metida dentro de uno de esos aburridos libros suyos.
Lo ha leído tantas veces que ya podría haber borrado las palabras de las páginas, pero
vale la pena intentarlo.
—Si lo sabía, ¿por qué se quedó? —Neil demandó—. Debería haber ido al
Entrenador cuando murió su madre".
—Nos enteramos hace sólo unos años —dijo Jean—. Encontramos la carta en la
casa del amo por pura casualidad. Kevin la robó, pero nunca tuvo la intención de
actuar sobre el descubrimiento. Sabía que ir significaba perder todo esto. No valió la
pena. —Jean hizo un gesto hacia el vestuario—. Una vez que perdió esto, por
supuesto, no había razón para quedarse.
Neil lo pensó y luego tomó la camiseta. Jean cruzó los brazos sobre el pecho y
retrocedió un par de pasos. Neil dio vuelta la camiseta en sus manos para mirar su
nombre. Las letras blancas estaban rodeadas por un tenue contorno rojo. El número
debajo no era suyo.
—Los Ravens sin importancia usan dos dígitos —dijo Jean—. El círculo íntimo
de Riko no lo hace. Este número te queda mejor. ¿Sabías? En japonés, "cuatro" y
"muerte" suenan igual. Es apropiado que el hijo del Carnicero lleve este número.
Neil negó con la cabeza, pero dejó de discutir. Dejó caer la camiseta en su
casillero nuevamente, armó de valor sus nervios y desabrochó los botones de su
abrigo. Luego se quitó la cremallera y se quitó el abrigo. A continuación, se quitó la
camisa por la cabeza y fingió no darse cuenta de la mirada atenta que Jean rastrilló su
frente lleno de cicatrices. Neil se quitó los zapatos, los apartó de su camino con un pie
Traducción por:
y se quitó los jeans. Se puso el uniforme de Raven pieza por pieza tan rápido como
pudo. Le quedaba mejor de lo que esperaba, pero Neil se sintió asfixiado.
Riko dejó que su tío entrara a la habitación primero y cerró la puerta detrás de
ellos. Neil se dedicó un momento a preguntarse quién instaló cerraduras en la puerta
de un vestuario, pero apartó ese pensamiento tan rápido como pudo. No podía
permitirse el lujo de distraerse al enfrentarse a este hombre.
Neil escondió sus manos en sus bolsillos para poder apretarlos en puños. —No.
Creyó oír a Jean decir su nombre, pero fue apenas más fuerte que una bocanada
de aire. Neil no lo miró. No creía que fuera su imaginación que Riko dio medio paso
atrás para dejar más espacio entre él y su tío. Un hombre que podía mantener a raya
incluso a Riko no era un hombre al que desafiar tan descuidadamente, pero Neil no
tenía otra opción.
Neil tenía la sensación de que iba a lamentar esto por el resto de su corta vida,
pero sonrió y habló.
—Oblígame.
Vio que se levantaba el bastón, pero fue demasiado rápido para esquivarlo. Lo
alcanzó en la cara a través de la mejilla y el costado de la boca. Neil tropezó por la
Traducción por:
fuerza del golpe y se estrelló contra los casilleros. No lo sintió; no podía sentir nada
más que el fuego devorando su cráneo. Un destello amargo en su lengua podría haber
sido sangre, pero la boca de Neil estaba demasiado entumecida para estar seguro.
Instintivamente, levantó una mano para revisar su cráneo en busca de fracturas, pero el
bastón de Tetsuji lo golpeó en las costillas a continuación. Luego su hombro y su
brazo, hasta que Neil no tuvo más remedio que levantarse y protegerse.
Sin embargo, cada vez que Neil se caía, Jean estaba allí para levantarlo del
suelo. No tenía nada que decirle a Neil sobre su pobre desempeño, ni aliento ni
palabras duras. Quizás ya no tenía aliento para eso. Estaban juntos en esto, tal como
Jean le advirtió a Neil. Cada vez que el otro equipo marcaba, ambos eran castigados.
El resto de los Ravens no simpatizaba en absoluto, incluso con uno de los suyos.
Así trabajaba el equipo, y lo aceptaron sin cuestionarlo. Estos cinco años podían ser
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una terrible pesadilla, pero la fama mundial y los salarios de siete dígitos los esperaban
al otro lado de la etapa de graduación. Estarían listos para el resto de sus vidas. En lo
que respecta a los Ravens, era un intercambio que valía la pena.
—Crecí con dolor —dijo Neil—. Dos semanas de esto no significarán nada.
Jean cerró los ojos e inclinó la cabeza aún más bajo el aerosol. —Eres un niño
ignorante. Este es el Nido de los Ravens. Seguimos nuestro tiempo, no el tuyo.
Trabajamos en jornadas de dieciséis horas. Verás.
Neil estaba demasiado cansado para lidiar con su dramatismo, así que se
concentró en lavarse la ropa. Se vistió con la ropa más holgada que había empacado y
siguió a Jean hasta la cocina. Apenas saboreó la comida que se llevó a la boca, pero
necesitaba su fuerza. Jean puso sus platos en el lavavajillas y llevó a Neil a Black Hall.
Riko los estaba esperando en su dormitorio. Neil no lo vio hasta que ya estuvo
adentro, y para entonces ya era demasiado tarde. Jean cerró la puerta detrás de él y se
apoyó contra ella. Neil consideró luchar contra él, pero no tenía la energía y no había
ningún lugar adonde ir. Se fue a la cama como si no le importara estar atrapado aquí
con ellos y se sentó en el borde del colchón. Miró los libros y pensó en la carta de
Kayleigh, pensó en Jean y Kevin soportando esto día tras día, año tras año.
Nunca se había visto así, como si la sangre de Neil fuera lo más destacado de su día.
El Carnicero era un asesino vicioso con un temperamento disparatado, pero
prosperaba con la muerte y el miedo, no con el dolor y la sumisión.
Riko sacó una navaja de su bolsillo y la abrió. —Creí que no tenías miedo de
mis cuchillos, Nathaniel. ¿Fue una mentira para hacerte sentir mejor?
Neil se estiró sobre su espalda y extendió la mano por encima de su cabeza. Jean
tomó sus manos para guiarlas al lugar correcto. Neil sintió madera bajo las yemas de
sus dedos y la agarró. Jean lo soltó solo para cerrar el frío metal sobre sus muñecas.
Neil trató de mirar, pero el cuchillo en su boca no lo dejaba moverse. Sin embargo,
Riko sintió que se tensaba y retiró su espada. Neil miró hacia arriba y se arrepintió de
inmediato. Esposas de metal le sujetaron las manos a la cabecera. Tiró de sus brazos
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tan fuerte como pudo, casi despellejándose las muñecas por el esfuerzo, pero la
cabecera ni siquiera crujió.
—Voy a hacer que esto sea tan terrible como sé hacerlo —le prometió Riko—.
Cuando sea demasiado para ti, no dudes en llorar.
Traducción por:
16
—Pasajeros del vuelo 227 a Las Vegas, preséntese en la puerta A19. El
embarque comenzará en un momento.
El anuncio volvió a sonar un par de segundos después, esta vez en español. Por
un momento, Neil se quedó desconcertado al ver que no estaba en francés. Había
pasado tanto tiempo con Jean que había olvidado que existía cualquier otro idioma.
Jean tenía prohibido técnicamente usar francés, ya que Riko no podía entenderlo, pero
se lo había susurrado a Neil cuando Riko no estaba lo suficientemente cerca para
escucharlo. Jean se burlaría de él por su confusión actual, excepto que Jean no estaba
aquí. Neil miró el asiento junto al suyo y solo vio su bolso. Jean no estaba a la vista.
Estaba en un aeropuerto, por lo que Jean debe estar al otro lado del control de
seguridad. Neil tendría que regresar y decirle que había dormido durante el vuelo. Sin
embargo, cuando miró a su alrededor en busca de una señal de salidas, reconoció los
muebles de mal gusto del Aeropuerto Regional Upstate.
Upstate estaba en Carolina del Sur, pero Neil no recordaba haber dejado
Virginia Occidental. Ni siquiera recordaba haber dejado el castillo Evermore. Neil se
agarró a los reposabrazos de su silla para incorporarse y miró por encima del hombro.
Estaba oscuro afuera; había caído la noche y él ni siquiera se había dado cuenta. Culpó
Traducción por:
a su memoria poco cooperativa, luego lo dejó pasar. No importaba cómo había llegado
ahí mientras estuviera ahí.
Llegar ahí fue solo la mitad de la batalla. La otra mitad era ponerse de pie. Neil
contuvo la respiración mientras se levantaba laboriosamente de la silla. Por un
momento estuvo seguro de que las piernas le fallarían. De alguna manera aguantaron.
Le dolía apretar la mano alrededor de la correa de su bolsa de lona, pero de todos
modos se agarró. No podía sentir su peso contra su cadera. Necesitaba saber que
estaba allí con él.
Caminó penosamente hacia Llegadas. Debería haber sido un paseo corto, pero
se movía con la velocidad y la gracia de alguien seis veces mayor que él. Cada
centímetro de él se sentía como si hubiera pasado por una picadora de carne. Llegó
hasta el punto de reclamo de equipaje antes de darse cuenta de que no tenía adónde ir
ni forma de llegar allí. Neil miró estúpidamente las cintas transportadoras y luego
cojeó hasta la pared. Lo siguió hasta que encontró una salida. Sus manos gritaron de
dolor mientras rebuscaba en su bolsa de lona, pero finalmente encontró su teléfono.
Estaba muerto, por supuesto. Probablemente había muerto hacía, ¿cuánto? ¿dos, tres
semanas? Neil lo enchufó y esperó.
Por fin su teléfono había descargado todo del servidor y Neil podía entrar en su
lista de contactos. Neil vio primero el nombre de Andrew, luego el de Kevin, y
finalmente pulsó el tercer número de marcación rápida que Andrew programó en su
teléfono.
—No sabía a quién más llamar —dijo Neil. Apenas reconoció su propia voz. La
última vez que había hablado había estado gritando; aparentemente sus cuerdas
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vocales aún no se habían recuperado. Neil presionó la frente contra la pared y trató de
respirar. No recordaba cuándo respirar no era una tarea.
—¿Neil? —Todas brusquedad abandonó la voz de Wymack; ese filo era toda
alarma—. ¿Estás bien?
Neil asintió, sabiendo que Wymack no podía verlo, y colgó. No tenía fuerzas
para permanecer de pie, así que se arrodilló y puso un temporizador en su teléfono
durante quince minutos. Cuando se apagó, tiró del cargador de la pared y sacó su bolso
al exterior. Se sentó en la acera con los pies en la cuneta, ignorando la forma en que
los conductores furiosos le avisaban. Neil estaba tan distraído que no se dio cuenta de
que Wymack se había acercado a la acera un poco más abajo hasta que una mano
pesada le rodeó el brazo.
—Lo siento.
Traducción por:
—No —dijo, pero era demasiado tarde para cambiar las cosas.
Neil se había teñido el cabello de marrón de vez en cuando, pero nunca de este
tono, nunca cerca de este tono. Este era su color natural, y esos eran sus ojos reales, y
este era el rostro de su padre. Los vendajes y los moretones no eran suficientes para
disfrazar al hombre que había visto en el espejo. Neil pensó que vomitaría, pero estaba
demasiado débil para manejarlo.
Neil no se dio cuenta de que se había detenido hasta que el puño de Wymack en
la espalda le devolvió el aire a los pulmones. Arañó la puerta del armario y se
atragantó con la primera respiración que logró. Tuvo que apretar los dientes contra un
grito que no se atrevía a emitir. Era demasiado tarde para decirle a Wymack que no
mirara. Era demasiado tarde para que Wymack fingiera que no lo había visto.
Wymack no sabía a quién estaba mirando, pero eso no importaba.
El clic de un mechero lo hizo retroceder justo antes de que pasara por ese borde,
y Neil tomó el cigarrillo que Wymack le ofreció. Lo acunó cerca y respiró tan
profundo como pudo. Le dolía respirar, pero lo hizo de todos modos. Cada respiración
sucesiva tiraba con fuerza de sus puntos y los vendajes pegados a su piel. Presionó su
mano libre contra su abrigo, tratando de sentir la gasa a través de la lana gruesa.
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Finalmente inhaló tan profundamente que se atragantó. Tosió con tanta fuerza que
pensó que rompería algo, pero en el extremo de la tos se estaba riendo.
Sonaba retorcido y mal en este espacio sofocante, pero Neil no podía detenerse.
Se mordió la mano para amortiguar el sonido, pero no ayudó. La histeria estaba a un
parpadeo de tomar el control.
Wymack apartó la mano de Neil del camino. Neil dejó que Wymack peleara con
los botones y la cremallera, pero ambos tuvieron que quitarle el abrigo. Neil atrapó la
yema del dedo de un guante con los dientes y tiró, solo para hacer una mueca de dolor
por la forma en que su mejilla punzaba. Wymack notó la expresión y se acercó a la
cara de Neil. Neil no se había dado cuenta de que tenía vendajes en la cara hasta que
Wymack le quitó la gasa y la cinta adhesiva.
Wymack se quedó tan quieto que Neil pensó que se había convertido en piedra.
—Neil, ¿qué carajo tienes en la cara?
Neil se quitó el guante y se tocó la piel con los dedos desnudos. No sintió nada,
así que se agarró al fregadero e intentó ponerse de pie. Wymack lo dejó intentarlo una
vez por su cuenta, luego se levantó y tiró a Neil para que se pusiera en pie. Neil no
estaba listo para volver a ver su reflejo. Estaba menos dispuesto a ver el '4' tatuado en
su pómulo izquierdo.
Wymack no esperaba su reacción violenta. Esa fue la única razón por la que
Neil logró echarlo del baño. Neil pasó junto a él y corrió hacia la cocina. Para cuando
Wymack lo alcanzó, ya había sacado un cuchillo del bloque de madera del mostrador.
Wymack le agarró la muñeca antes de que Neil pudiera llevarse el cuchillo a su propia
cara. Neil luchó como una bestia enjaulada, pero Wymack golpeó con la mano el
mostrador hasta que Neil perdió el control. Neil se apresuró a coger el cuchillo, pero
Wymack arrastró a Neil al suelo con él. Él rodeó a Neil con ambos brazos y lo sujetó
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con fuerza, y no había nada que Neil pudiera hacer más que agotarse tratando de
liberarse.
—Oye —le dijo Wymack al oído, agudo e insistente—. Oye. Todo está bien.
Wymack lo llamaba Neil, incluso cuando se veía así, incluso con el rostro de su
padre y los ojos de su padre y el número de Moriyama en su rostro. Wymack lo
llamaba Neil, y más que nada en el mundo, Neil quería que fuera verdad. Dejó de
luchar por liberarse; las manos que habían estado tratando de arrancarle los brazos a
Wymack ahora se aferraban a su vida.
—Déjame hacerlo —replicó Wymack, por lo que Neil cerró los ojos. Wymack
no dijo nada más hasta que la respiración dificultosa de Neil finalmente se suavizó—.
¿Qué diablos pasó? La última vez que supe algo, pasarías la Navidad con tu tío.
—Mentí —dijo Neil—. Andrew volverá con nosotros el martes, ¿de acuerdo? Si
Easthaven aún no ha llamado a Betsy para organizar su viaje, lo harán pronto.
—Llamaron ayer —dijo Wymack—. ¿Qué tiene que ver Andrew con esto?
—Lo siento.
Traducción por:
Wymack no dijo nada sobre las cicatrices. No dijo nada sobre cuántos vendajes
había envuelto Neil alrededor de su pecho y abdomen o cuántos moretones mostraban
alrededor de la gasa. Simplemente revisó a Neil con un ojo clínico y hurgó en cada
línea de puntos de sutura en busca de debilidades. Neil se quedó quieto y en silencio y
lo dejó trabajar. Se había desgarrado los puntos de su costado, cerca de la cintura, pero
de todos modos esa herida estaba casi curada. Wymack empujó la piel de Neil para ver
si sangraba y regresó con los dedos limpios.
Wymack se quitó los vendajes cubiertos de sangre y los dejó sobre la mesa de
café. Inspeccionó los daños y luego se fue. Neil escuchó un cajón abrirse y cerrarse, y
el grifo se abrió durante un par de segundos. Wymack regresó con un paño húmedo y
un pequeño botiquín de primeros auxilios. Neil trató de quitarle la tela, pero no pudo
cerrar los dedos lo suficiente como para sujetarla. Wymack apartó la mano del camino
y limpió la sangre seca de la piel de Neil. Dolía, pero Neil apretó los dientes y se
quedó en silencio.
mientras ella volvía a juntar su cuerpo roto. El nuevo calor subiendo por su garganta
para pinchar sus ojos era dolor. Neil parpadeó lo más fuerte que pudo.
—Después de las finales —dijo Neil sin mirarlo—. Después de que derrotamos
a los Ravens. Entonces te diré lo que quieras saber. Incluso te diré la verdad.
—No lo hago —dijo Neil—, a menos que tenga que hacerlo. Usábamos alcohol
como anestésico porque no podíamos arriesgarnos a ir al hospital. —Las palabras le
quemaron los labios más que el whisky. Neil dejó el vaso y dejó que sus dedos se
demoraran en el borde. No la soltó hasta que estuvo seguro de que su mano no estaba
temblando, y luego trazó la más fea de sus cicatrices con su dedo índice—.
Demasiadas preguntas. Demasiado tiempo perdido. Era más seguro beber para
eliminar el dolor.
Wymack envolvió las heridas de Neil con vendas frescas y luego recuperó su
silla. El par se sentó en silencio, Wymack mirando a Neil y Neil estudiando sus
manos. Neil luchó con su memoria poco cooperativa, tratando de recordar su estadía
en Evermore. Cuando la pieza más importante encajó en su lugar, Neil finalmente
pudo respirar.
—No lo firmé —dijo Neil, levantando la vista de sus manos. Se llevó los dedos
a la cara. No podía sentir su tatuaje, pero había visto el de Kevin con tanta frecuencia
Traducción por:
—Pides deseos a las estrellas fugaces —dijo Wymack—. El Año Nuevo es para
resoluciones.
Neil vio cómo la pelota tocaba fondo. Era enero. Era un año nuevo. Faltaban
dos días hasta la liberación de Andrew, once días hasta el primer partido de
campeonato y cuatro meses hasta la final.
Traducción por:
Enfrentarse a los Foxes en la corte esa primavera sería el último error que Riko
cometería.