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Guadalupe Trejo Benítez

CONSUMO, LUEGO EXISTO. LA ACTUAL CLASE OCIOSA MEXICANA

No cabe duda, que la palabra ocio es aplicado de manera equívoca en nuestra


sociedad.
La razón se reduce a que solemos interpretar el concepto con la definición
común de “no hacer nada”; sin embargo, en la actualidad nos encontramos
inmersos en este término que sin duda la teoría de Thoisten Veblen apega a
nuestra realidad.
Por ende, es importante situar que el ocio, se concibe como descanso, siendo lo
contrario al trabajo. Empero, en nuestros días es complicado verla como tal
descanso, sino que, se le compara más con la teoría de la clase ociosa que
menciona Veblen
Siendo así, Veblen menciona que la aparición de una clase ociosa coincide
con el comienzo de la propiedad1, puesto que, desde el salvajismo, se establecen
relaciones de comunidad y ayuda entre todos. Dichas actividades, que
posteriormente se convierten en económicas, tienen su función en el individuo,
estableciendo con esto, el sedentarismo y dando paso a privilegios dependiendo
del cargo o función que ejercen dentro de la comunidad.
La necesidad por establecerse del hombre, fue poco a poco aplicando el
apoderamiento de tierras, artículos, y el reconocimiento por medio de hechos o
acciones que parecían ser sobresalientes.
Según Veblen, explica que en estas etapas (desde el salvajismo hasta la
actualidad) se conforma la clase ociosa y se consolida el cuanto vales, cuanto
tienes. 2 Convirtiéndose, así, en una lucha de obtener y adquirir objetos, espacios
y hasta personas, que en este caso fue la propiedad de la mujer, por el hombre
para poder adquirir una mujer del enemigo y poder ostentar más que el otro. Entre
otras cosas.

1
VEBLEN, Thorstein. Teoría de la clase ociosa. Ed. FCE. México, 2004 Cap. II pp. 53
2
Ibíd.
Ahora bien, si hablamos del ocio, es necesario abarcar el término de
catarsis que ofrece una concepción diferente del concepto. La catarsis, es un
término que consiste en el proceso de liberación de tensiones emocionales 3 a
través de la recreación intelectual o física.

El fin de dicha catarsis, es la búsqueda de expresar, a través de actividades


culturales o de carácter físico y deportivo, aquellas emociones que se guardan a
causa del estrés, depresión, entre otros.

Si relacionamos el ocio y la catarsis, encontramos que el ocio, no es más


que una forma alternativa de apartarse de las presiones diarias y obligaciones que
pueden llegar a afectar en la vida social e individual.

Entonces, podemos decir que, todos tenemos nuestra forma personalizada


de ocio, sin embargo, es también cierto que el monopolio de la recreación y
diversión es sólo una posibilidad que tienen aquellos con condiciones económicas
favorables.

Siendo así, la clase alta, goza de actividades artísticas, deportivas, y otro


tipo de recreación que los liberan de las obligaciones que la sociedad, en general
tiene, y que se encargan de saturar y provoca consternaciones en su vida
cotidiana.

No obstante, habría que mencionar el problema de la sociedad mexicana,


el cual es que no se ha podido desprender de la teoría de la clase ociosa. Esto se
debe a que en México, la clase alta es la minoría pero siempre a su alrededor la
mayoría que es la clase baja como lo empleados, obreros, campesinos etc., que
permiten o toleran el seguir sirviendo a la clase alta sigan ostentando, mientras
que ellos. Sólo laboran y construyen durante tiempos y jornadas amplias de
trabajo cumpliendo un ocio vicario4

3
Extraído desde http://psicologia.costasur.com/es/catarsis.html diciembre de 2011
4
Aquél que realizan personas que no son económicamente libres.
Con esto, es evidente que el sistema capitalista, ha generado en los
individuos, la desesperación por conocer los mismos privilegios que goza la clase
alta, ejerciendo, subconscientemente, cierta presión social en las minorías.

Este fenómeno se le adjudica, también, a la entrada de la globalización en nuestro


país durante su auge en los años noventas con la introducción de la tecnología y
los estereotipos de los países primermundistas.

Por eso, decimos que la clase alta, la clase ociosa de nuestro país, es la
que se encarga de echar a andar su catarsis por medio del consumismo, comprar,
o ser parte de aquellas actividades oligárquicas, donde sólo algunos pueden tener
acceso, reduce el ocio a querer estar al día en cuestiones tecnológicas, de moda,
y de tendencia única.

La frivolidad de la clase ociosa, dentro de una sociedad tercermundista, no


demuestra más que un preocupante grado de ignorancia que se ve generada por
los productos y empresas extranjeras. El hecho de comprar y consumir estos
productos, generan cierta descompensación en la economía del país, puesto que,
empiezan a desordenarse las prioridades y necesidades básicas por aquella
mercancía que no abarca lo verdaderamente indispensable.

Así, interpreto que el problema que debemos percibir, es que la postura que
toma la sociedad mexicana dentro del fenómeno consumista se dirige plenamente
a lo que genera el anhelo a pertenecer e igualar el estilo de vida de la clase alta.
Debemos considerar que el Estado mexicano, es un elemento que engendra este
deseo por tener una “vida privilegiada", dando como ejemplo, los establecimientos
o recreaciones del gobierno del Distrito Federal, por decir, playas artificiales, pistas
de hielo y demás entretenimientos que intentan ser alternativas a la cotidianidad
de la vida de un individuo de clase baja

Entonces, es necesario restablecer y alentar a la sociedad desde raíz, para


interesarse por cultura, deporte, arte y todo aquello que puede abastecer y
satisfacer en otro sentido al individuo; es decir, impulsar a que los ratos de ocio se
aprovechen y, por ende, sean de apoyo educativo y que además enriquezcan al
entorno y al país en general con su desarrollo intelectual.

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