Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
07 de agosto de 2022
Tiempo de lectura: 5 minutos
Para ver cumplidas las promesas de Dios en tu vida debes pensar, hablar,
reaccionar y actuar como bendecido.
Dios juró por sí mismo bendecirnos con abundancia.[2] La promesa que hizo a
Abram nos alcanza[3] hasta nuestros días. Durante una disputa por la tierra,
Abram permitió que Lot tomara para sí toda la llanura del Jordán,[4] pues sabía
que de cualquier forma sería bendecido por el Jehová.[5] Y es que cuando
tenemos plena confianza en nuestro Padre no necesitamos pelear contra nada ni
nadie, pues en Su debido tiempo Él se manifestará y confirmará esa misma
promesa a tu descendencia del mismo modo como la confirmó[6] a Isaac a pesar
de la envidia de los filisteos;[7] y también a Jacob, haciéndole fructificar.[8]
Confía en Dios porque tarde o temprano vendrá el año que marcará un antes y un
después en tu vida; y Él te bendecirá de tal manera que te van a envidiar. Las
bendiciones llegarán como el agua en cualquiera de los pozos que abrió Isaac.
Así lo promete en Su Palabra;[9] sin embargo, para que verlas cumplidas también
debes pensar, hablar, reaccionar y actuar como bendecido.
[3] Génesis 12:1-3: Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu
parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una
nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.
Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán
benditas en ti todas las familias de la tierra.
[4] Génesis 13:7-11: Y hubo contienda entre los pastores del ganado de Abram y
los pastores del ganado de Lot; y el cananeo y el ferezeo habitaban entonces en
la tierra. Entonces Abram dijo a Lot: No haya ahora altercado entre nosotros
dos, entre mis pastores y los tuyos, porque somos hermanos. ¿No está toda la
tierra delante de ti? Yo te ruego que te apartes de mí. Si fueres a la mano
izquierda, yo iré a la derecha; y si tú a la derecha, yo iré a la izquierda. 10 Y alzó
Lot sus ojos, y vio toda la llanura del Jordán, que toda ella era de riego, como el
huerto de Jehová, como la tierra de Egipto en la dirección de Zoar, antes que
destruyese Jehová a Sodoma y a Gomorra. Entonces Lot escogió para sí toda la
llanura del Jordán; y se fue Lot hacia el oriente, y se apartaron el uno del otro.
[5] Génesis 13:14-18: Y Jehová dijo a Abram, después que Lot se apartó de él:
Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el norte y el sur, y al
oriente y al occidente. Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu
descendencia para siempre. Y haré tu descendencia como el polvo de la tierra;
que si alguno puede contar el polvo de la tierra, también tu descendencia será
contada. Levántate, ve por la tierra a lo largo de ella y a su ancho; porque a ti la
daré. Abram, pues, removiendo su tienda, vino y moró en el encinar de Mamre,
que está en Hebrón, y edificó allí altar a Jehová.
[7] Génesis 26:12-13: Y sembró Isaac en aquella tierra, y cosechó aquel año
ciento por uno; y le bendijo Jehová. El varón se enriqueció, y fue prosperado, y
se engrandeció hasta hacerse muy poderoso. Y tuvo hato de ovejas, y hato de
vacas, y mucha labranza; y los filisteos le tuvieron envidia. Y todos los pozos que
habían abierto los criados de Abraham su padre en sus días, los filisteos los
habían cegado y llenado de tierra. Entonces dijo Abimelec a Isaac: Apártate de
nosotros, porque mucho más poderoso que nosotros te has hecho. E Isaac se fue
de allí, y acampó en el valle de Gerar, y habitó allí. Y volvió a abrir Isaac los
pozos de agua que habían abierto en los días de Abraham su padre, y que los
filisteos habían cegado después de la muerte de Abraham; y los llamó por los
nombres que su padre los había llamado. Pero cuando los siervos de Isaac
cavaron en el valle, y hallaron allí un pozo de aguas vivas, los pastores de Gerar
riñeron con los pastores de Isaac, diciendo: El agua es nuestra. Por eso llamó el
nombre del pozo Esek, porque habían altercado con él. Y abrieron otro pozo, y
también riñeron sobre él; y llamó su nombre Sitna. Y se apartó de allí, y abrió
otro pozo, y no riñeron sobre él; y llamó su nombre Rehobot, y dijo: Porque
ahora Jehová nos ha prosperado, y fructificaremos en la tierra. Y de allí subió a
Beerseba. Y se le apareció Jehová aquella noche, y le dijo: Yo soy el Dios de
Abraham tu padre; no temas, porque yo estoy contigo, y te bendeciré, y
multiplicaré tu descendencia por amor de Abraham mi siervo. Y edificó allí un
altar, e invocó el nombre de Jehová, y plantó allí su tienda; y abrieron allí los
siervos de Isaac un pozo.
[9] Gálatas 3:13-14: Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por
nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un
madero), para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los
gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.