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CONTENIDOS

Clase 1 | Abrazando la Profecía: ¡Manteniendo el Fuego Espiritual Vivo! 3

Clase 2 | Bases sobre profecía y palabra profética 6

Clase 3 | Que NO es profecía 8

Clase 4 | Amistad con Dios 10

Clase 5 | Don de profecía 12

Clase 6 | Juzgando la Profecía 14

Clase 7 | Falsos Hermanos 16

Clase 8 | Falsos Profetas 18

Clase 9 | Visión Profética 20

Clase 10 | Cristo: el centro del mensaje profético 22

Clase 11 | Conclusión 24
Clase 1: Abrazando la Profecía 3

Clase 1

Abrazando la
Profecía
¡Manteniendo el Fuego Espiritual Vivo!

¡Bienvenidos a esta emocionante clase! En esta lección, exploraremos un


tema fundamental para nuestra vida espiritual y aprenderemos cómo
mantener el fuego del Espíritu ardiendo en nuestros corazones a través de
la profecía.

La Importancia de Evitar el Apagamiento Espiritual

Comencemos reflexionando sobre la posibilidad de que el Espíritu Santo se


apague en la vida de un creyente o en una comunidad. Esta es una realidad
que no podemos ignorar, y la pasión espiritual es un regalo preciado que
no debemos permitir que se extinga. La clave para evitar que el Espíritu se
apague reside en no menospreciar las profecías.

Comprendiendo “No Apaguéis al Espíritu”

Recorramos juntos 1 Tesalonicenses 5:19 para profundizar en el significado de


“No apaguéis al Espíritu”. Esto no es solo una advertencia, sino una directriz
fundamental en nuestra vida espiritual. Despreciar las profecías equivale a
No apaguéis al Espíritu 4

apagar la obra del Espíritu Santo en nuestras vidas. Abrazar la profecía es


una forma vital de mantener el fuego espiritual encendido. Esta escritura
nos insta a no menospreciar las profecías, lo que significa que debemos
estar atentos a lo que Dios está comunicando a través de ellas.

La Profecía como Comunicación Divina

Vamos a explorar la profecía como la revelación de la voz de Dios. Es esencial


entender que la profecía es una comunicación continua de Dios con su
pueblo. Esta comunicación no es estática ni limitada, sino fluida y siempre
disponible para nosotros. La voz de Dios se manifiesta a través de la profecía,
y debemos estar dispuestos a escuchar, discernir y actuar en respuesta a
esa voz. Al abrazar la profecía, abrimos la puerta para escuchar y obedecer
a Dios en cada paso de nuestro viaje. La profecía es como una ventana
abierta al corazón y la mente de Dios, y nos permite participar activamente
en Su plan divino.

Abrazar la Profecía en la Vida Diaria

Ahora abordemos cómo podemos abrazar la profecía en nuestra vida


cotidiana. Esto no se trata solo de escuchar y recibir palabras proféticas
de otros, sino de buscar activamente la voz de Dios en nuestras acciones
diarias. No despreciar las profecías equivale a amar y valorar la Biblia como
la palabra profética de Dios. Este acto de amor y compromiso con la fe es
fundamental para mantener encendido el fuego espiritual. La profecía no es
algo que solo ocurre en momentos especiales o en la iglesia; es una parte
integral de nuestra vida diaria. Debemos desarrollar una sensibilidad a la
voz de Dios en cada situación y tomar decisiones basadas en Su guía.

Ejemplos Bíblicos: Juan el Bautista

Los ejemplos bíblicos son faros que iluminan nuestro camino en esta
búsqueda de mantener encendido el fuego espiritual. Juan el Bautista, un
profeta de gran importancia, es un modelo claro de alguien que abrazó la
profecía y mantuvo su pasión por Dios ardiendo intensamente. En Lucas
3:2, vemos cómo la palabra de Dios vino a Juan en el desierto. Juan no
solo amaba la palabra de Dios, sino que también la llevaba consigo. Era
“una antorcha que ardía y alumbra”. Juan encarnaba la pasión por la
profecía, lo que lo convirtió en un faro espiritual que guio a otros en su
búsqueda de Dios.

La Palabra Profética y la Biblia

Es crucial entender la relación entre la palabra profética y la Biblia. En 2


Pedro 1:19, se nos dice que tenemos “la palabra profética más segura”. Esto
se refiere a la Biblia como una fuente confiable de revelación divina. Aquí,
la Biblia es presentada como una lámpara que ilumina lugares oscuros y
Clase 1: Abrazando la Profecía 5

disipa las tinieblas. Al abrazar la palabra profética, al sumergirnos en las


Escrituras, encontramos la guía divina que necesitamos para mantener viva
la pasión espiritual en medio de las pruebas y tribulaciones de la vida. La
palabra profética no solo es un mensaje del pasado; es una palabra viva
que sigue hablando a nuestras vidas hoy.

Mantener Encendido el Fuego Espiritual

La conexión entre mantener el fuego del Espíritu Santo encendido y


relacionarse con la profecía escrita, la Biblia, es crucial. Cuanto más nos
sumergimos en la Palabra de Dios, más se intensifica la llama del Espíritu
en nuestro interior. La Biblia no es solo un libro; es una fuente de sabiduría
y una guía espiritual que nos ilumina y nos llena de pasión por nuestra fe.
Al abrazar la profecía a través de la Biblia, encontramos un camino para
mantener viva la pasión espiritual en medio de las pruebas y tribulaciones
de la vida. La Biblia es como un mapa que nos guía a través de los desafíos
de la vida, y debemos consultar este mapa constantemente para no
perdernos en el camino.

Conclusión y Preparación para la Próxima Clase

En esta clase, hemos explorado a fondo la importancia de abrazar la profecía


como un medio para mantener encendido el fuego espiritual en nuestras
vidas. Hemos aprendido que no despreciar la profecía es crucial para evitar
que el Espíritu Santo se apague en nosotros y en nuestras comunidades.
Hemos destacado la Biblia como una fuente inagotable de sabiduría y guía
espiritual, una lámpara que disipa las tinieblas de nuestro corazón.

Sin embargo, esta es solo una etapa en nuestro viaje espiritual. La próxima
clase continuará profundizando en estos temas cruciales y explorando
aún más la importancia de mantener viva la pasión espiritual a través
de la profecía. Mi objetivo como instructor es guiarlos hacia una relación
más profunda con Dios y el fortalecimiento de su fe. ¡Nos vemos en la
próxima clase!
No apaguéis al Espíritu 6

Clase 2

Bases sobre
profecía y
palabra profética
¡Bienvenidos a esta apasionante clase, en esta sesión, exploraremos
conceptos clave que nos ayudarán a comprender más profundamente la
naturaleza de la profecía en un contexto bíblico.

> 1. No apagar el Espíritu y no despreciar las profecías


Comenzamos recordando la poderosa admonición de 1 Tesalonicenses 5:19,
que nos insta a mantener encendida la llama del Espíritu y a no menospreciar
las profecías. Este versículo establece un marco fundamental para nuestra
discusión sobre la profecía y su importancia en la vida espiritual.

> 2. La Profecía como Revelación de la Voz de Dios


La profecía se define como la revelación de la voz de Dios. Es el medio a través
del cual Dios se comunica con su pueblo. Para respaldar esta afirmación,
citamos 2 Pedro 1:19, que compara la palabra profética con una lámpara que
ilumina lugares oscuros. Esto subraya la Biblia como la palabra profética
más confiable que arroja luz sobre nuestra comprensión espiritual.
Clase 2: Bases sobre profecía y palabra profética 7

“Y así tenemos la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien


en prestar atención como a una lámpara que brilla en el lugar oscuro,
hasta que el día despunte y el lucero de la mañana aparezca en
vuestros corazones.”
2 Pedro 1:19

> 3. Crecimiento Espiritual y Conocimiento de la Voz de Dios


El crecimiento espiritual implica un anhelo constante por conocer la voz de
Dios. Esto solo es posible a través de una profunda relación con la Biblia.
La Biblia no solo es un libro, sino una guía esencial para comprender los
caminos y pensamientos de Dios.

> 4. La Biblia como Fundamento de la Profecía


Es esencial comprender que la Biblia es el fundamento de toda profecía.
Ninguna profecía debe contradecir lo que está escrito en la Biblia. La Biblia es
inmutable, irrefutable e incontestable y debe ser nuestra principal referencia
en asuntos de fe y revelación.

> 5. Palabra Profética vs. Dones Proféticos


Distinguimos entre la palabra profética, que es la Biblia, y los dones proféticos
mencionados en 1 Corintios 14. La profecía, como un don espiritual, nos otorga
la capacidad de expresar los pensamientos y el corazón de Dios a través del
lenguaje humano. Esto es un regalo para la edificación y dirección de la
iglesia.

> 6. La Profecía no es Pensamiento Positivo ni Decretos a Dios


Es crucial aclarar que la profecía no se reduce a pensamiento positivo ni
a decretos que emitimos a Dios. No tenemos el poder de decretar o dictar
la voluntad de Dios. La profecía se origina en la revelación divina y debe
buscarse con humildad y sumisión a la voluntad de Dios.

En resumen, esta clase subrayó la importancia de la profecía como un


medio para expresar los pensamientos y el corazón de Dios, basándonos
en la Biblia como la fuente de máxima autoridad. Además, recalca que la
profecía no debe utilizarse para imponer deseos personales a Dios, ya que
Él es soberano y actúa según su voluntad.
No apaguéis al Espíritu 8

Clase 3

Que NO es
profecía

En esta lección, exploraremos lo que implica el ministerio profético y


aclararemos algunos conceptos erróneos.

En primer lugar, quiero enfatizar que la profecía no se trata de prever el


futuro. A menudo, se confunde con la adivinación, pero su verdadera
esencia radica en expresar el plan redentivo de Dios a través de la persona
de Cristo y su testimonio. La profecía nos ayuda a entender la obra de
redención que se revela en la historia a lo largo del tiempo.

Además, es importante comprender que un profeta o alguien que profetiza


no está obligado a conocer todos los detalles de la historia de cada
individuo ni a prever todos los eventos del mundo. La profecía se centra en
el testimonio de la redención a través de Cristo y no en ser un vidente que
conoce todo.

Un aspecto crucial del ministerio profético es que no busca beneficios


personales. En cambio, se basa en el amor y el servicio desinteresado. La
Clase 3: Que NO es profecía 9

profecía se trata de edificar a la comunidad y ayudar al prójimo en lugar de


buscar ganancias individuales.

En muchos contextos carismáticos, se presta más atención al don de lenguas


en lugar del don de profecía. Sin embargo, quiero resaltar que el don de
profecía edifica a la Iglesia y busca servir a la comunidad. Es importante
equilibrar la búsqueda de dones espirituales y no descuidar el don profético.
El camino del amor es fundamental para el desarrollo de los dones proféticos.
El amor implica servir a los demás sin buscar beneficios personales y es
esencial para un auténtico ministerio profético.

Finalmente, el apóstol Pablo nos insta a progresar y avanzar en el uso de los


dones espirituales, especialmente el don de profecía. Este progreso tiene el
propósito de edificar la Iglesia y servir a la comunidad, que es el corazón
mismo del ministerio profético.

En resumen, el Ministerio Profético no se trata de prever el futuro, conocer


todos los detalles de la historia o buscar beneficios personales. Su enfoque
radica en el amor, el servicio desinteresado y la edificación de la comunidad,
con el objetivo de testimoniar la redención en Cristo.
No apaguéis al Espíritu 10

Clase 4

Amistad
con Dios

Hoy vamos a sumergirnos en el tema del servicio profético y en particular


en el concepto de Amistad con Dios. Recordemos que profetizar implica
expresar la mente y el corazón de Dios.

En esta lección, queremos enfatizar un fundamento esencial de cualquier


persona que aspire a ser profética, y ese es el concepto de amistad con
Dios. La amistad con Dios es el medio para conocer la mente y el corazón de
Dios de manera íntima y profunda.

Para comprenderlo mejor, hagámonos una pregunta: ¿Compartirías tus


pensamientos más íntimos y sentimientos más profundos con cualquier
persona de tu familia o iglesia? La respuesta seguramente es no. Reservamos
nuestros pensamientos más íntimos y sentimientos profundos solo para
aquellos en quienes confiamos, es decir, nuestros amigos de pacto.

Así que, la amistad es la clave para conocer a Dios. Esto nos lleva al concepto
de la “primera mención” en la Biblia. La primera vez que se menciona la
Clase 4: Amistad con Dios 11

palabra “profeta” en la Biblia es en Génesis 20:7, cuando Dios llama a


Abraham “profeta”. Esto no significa que Abraham sea el primer profeta
de la historia, pero es la primera vez que alguien es llamado profeta en la
Biblia. Y ¿qué contexto rodea esta designación? Fue cuando Abraham tuvo
un conflicto con Abimelec, el rey de Gerar.

Dios defiende la honra de su amigo, Abraham, y le dice a Abimelec que si no


devuelve a la esposa de Abraham, será condenado a muerte. Esta historia
demuestra como Dios valora la amistad y el pacto con sus amigos.

La principal característica de Abraham en la Biblia no es ser patriarca ni


padre de la fe, sino ser amigo de Dios. Lo mismo sucede con Moisés, a quien
se le llama amigo de Dios en Éxodo 33:9-11. Dios descendía para hablar con
Moisés, cara a cara, como un amigo.

La principal característica de un profeta es su relación de amistad, pacto


e intimidad con Dios. Los profetas son amigos de Dios a tiempo completo,
siempre dirigen sus ojos hacia la presencia de Dios, buscando conocer sus
pensamientos y caminos.

Abraham, Moisés y Jesús son ejemplos de amigos de Dios en la Biblia. Los


amigos de Dios conocen los secretos de Dios y los misterios de su corazón.
El éxito de una persona profética no se mide por la certeza de sus palabras,
sino por su amistad con Dios.

En resumen, debemos decidir si queremos ser parte de la multitud que busca


solo los dones y el poder de Dios o si queremos ser discípulos y amigos de
Dios que conocen sus secretos y misterios. La invitación está abierta.
Esta es la generación profética que preparará el camino del Señor.
No apaguéis al Espíritu 12

Clase 5

Don de
profecía

Vamos a empezar dando un pequeño resumen de lo que hemos hablado


hasta ahora.

Hablamos de que profetizar es el testimonio de la mente y del corazón de


Dios, es testificar acerca de lo que Dios piensa y de los caminos del corazón
del Señor. Este testimonio está relacionado a una comunión, o sea, yo tengo
comunión con Dios, y esta comunión produce revelación. A través de esta
comunión, el Espíritu de Dios se revela en mi espíritu, y yo lo expreso a través
de una lengua humana.

También hablamos de que la palabra profética, la Biblia, es absoluta, pero el


don de la profecía no. El don de la profecía necesita ser juzgado, y es sobre
esto que vamos a hablar en esta clase.

Para ello, quiero volver a un pasaje en 1 Tesalonicenses 5:19, que dice: “No
apaguen el espíritu, no desprecien las profecías.” Pero mira lo que va a
decir en el versículo 21: “Juzguen todas las cosas y manténganse lo que es
bueno.” Toda profecía necesita ser juzgada, la Biblia no. Pero toda persona
Clase 5: Don de profecía 13

que ministra a través del don de la profecía, lo que ella dice necesita ser
juzgado. Aun así, este juicio no puede ser por medio de la apariencia o de la
elocuencia de lo que está siendo hablado, sino a través del espíritu.

En 1 Corintios 14, Pablo nos habla de cómo juzgar las profecías en la vida de
la Iglesia. Tratando de profetas, solo hablan dos o tres y los otros juzgan. Si,
sin embargo, viene la revelación a otro que esté sentado, calle el primero.
Porque todos pueden profetizar, uno después del otro, para que todos
aprendan y sean consolados. Los espíritus de los profetas están sujetos a
los propios profetas. En otras palabras, todos pueden profetizar en la vida
de la Iglesia, pero no podemos creer en todo lo que se habla en el ambiente
de la Iglesia. Todo lo que se habla, toda revelación, toda expresión profética,
tiene que ser juzgada por el cuerpo de Cristo.

La pregunta es, ¿cómo juzgar lo que se habla proféticamente? Y es a eso


que vamos a profundizar ahora.

Entonces, primer punto, ¿cómo juzgar una profecía? Primero, vamos a pesar
esta profecía, vamos a traer esta profecía al tamiz de la Biblia. Agarro lo que
estoy escuchando y lo comparo con lo que está escrito en las Escrituras.
Si lo que está siendo profetizado va en contra de lo que está escrito en la
Biblia, tiene que ser juzgado.

El segundo punto es que antes de tomar decisiones importantes basadas


en profecías, debemos orar sobre ellas. Antes de asumir una profecía como
verdad, necesitamos orar sobre ella. La oración nos ayuda a discernir si la
profecía es verdadera y proviene de Dios.

El tercer punto es que necesitamos discernir espiritualmente si la persona


que profetiza lo hace bajo la influencia del Espíritu de Dios, de un espíritu
maligno o de sus emociones. Para hacer esto, necesitamos buscar el
discernimiento espiritual.

El cuarto punto es que nunca debemos tomar decisiones relevantes


basadas en profecías sin sujetarlas a la autoridad y cuidado de personas
maduras en la comunión del cuerpo, como pastores u ancianos. Someter
nuestra vida al pastoreo y discipulado es esencial para el desarrollo
profético y espiritual.

En resumen, juzgar una profecía implica traerla a la luz de las Escrituras,


orar sobre ella, discernir espiritualmente su origen y sujetarla a la autoridad
espiritual en la comunión del cuerpo. No debemos tomar decisiones
importantes basadas en profecías sin seguir estos pasos.
No apaguéis al Espíritu 14

Clase 6

Juzgando la
Profecía

Hablemos sobre cómo juzgar la profecía. Para hacerlo de manera efectiva,


es crucial abordarla desde distintos ángulos. El primer paso implica llevarla
al tamiz de las Escrituras. Esto significa que cualquier profecía debe ser
evaluada a la luz de las enseñanzas bíblicas. Si contradice la Palabra de
Dios, hay motivos para cuestionar su validez.

La oración es una herramienta esencial en el proceso de discernimiento.


Al escuchar una profecía, es vital orar para entender su autenticidad
y relevancia en nuestras vidas. Además, el discernimiento espiritual
desempeña un papel importante. Debemos aprender a escuchar a nuestro
espíritu y permitir que el Espíritu Santo nos guíe en la interpretación de la
profecía.

Otro aspecto valioso en el juicio de la profecía es buscar la sabiduría de


aquellos más maduros en la fe. Consultar a personas con mayor experiencia
espiritual puede brindar una perspectiva equilibrada sobre la profecía.
Clase 6: Juzgando la Profecía 15

Evaluar si la profecía edifica, exhorta y consuela es un punto clave. Una


profecía efectiva no se centra únicamente en señalar errores, sino que tiene
como objetivo fundamental edificar, exhortar y consolar. Se debe considerar
si la profecía fortalece, orienta hacia un cambio positivo y brinda esperanza
a aquellos que la reciben.

Es vital entender qué se entiende por edificación, exhortación y consuelo.


La edificación se relaciona con fortalecer y confirmar lo que es positivo y
valioso. La exhortación estimula y alienta al cambio, no para acusar, sino
para invitar al arrepentimiento. Mientras que el consuelo busca brindar
esperanza y ánimo en el presente y futuro.

Al evaluar una profecía, es importante entender que su objetivo no es


únicamente destacar errores. Una profecía efectiva no solo señala, sino que
propone soluciones y ofrece esperanza. De lo contrario, se corre el riesgo de
causar más daño que bien.
No apaguéis al Espíritu 16

Clase 7

Falsos
Hermanos

Uno de los puntos cruciales que discutiremos son los falsos profetas. Es
esencial estar atentos a estos individuos que se presentan como ovejas
pero, en realidad, son lobos disfrazados. Estos falsos profetas se infiltran
en la iglesia, propagando un evangelio falso y utilizando el ministerio para
sus propios intereses. Es imperativo aprender a identificar y resistir estas
influencias perjudiciales dentro de la Iglesia.

Vamos a examinar detenidamente las características de estos falsos


profetas. Entre ellas, son pastores de sí mismos, a mostrar una aparente
espiritualidad pero sin producir frutos genuinos, y a buscar su beneficio
propio en lugar de ser buenos pastores dispuestos a dar sus vidas por las
ovejas.

Es esencial comprender que la verdadera espiritualidad se refleja no solo en


habilidades o dones, sino en el carácter y los frutos del Espíritu. No se trata
solo de habilidades sobrenaturales, sino de demostrar el fruto del Espíritu en
nuestras vidas, como la mansedumbre, la sujeción y la humildad.
Clase 7: Falsos Hermanos 17

En resumen, esta clase nos desafía a mirar más allá de las apariencias
externas y a evaluar la verdadera espiritualidad por los frutos que
producimos. También nos insta a ser como Jesús, el buen pastor que da su
vida por las ovejas, en contraposición a los falsos profetas que buscan su
propio beneficio.

¡Espero que podamos reflexionar juntos y aprender a discernir, resistir y


cultivar una espiritualidad auténtica en medio de nuestra comunidad de fe!
No apaguéis al Espíritu 18

Clase 8

Falsos
Profetas

Bienvenidos a la clase de hoy, basada en nuestro libro “No Apaguéis el


Espíritu”, donde profundizaremos en la identificación de falsos profetas.

Hoy abordaremos tres áreas clave para identificar a un falso profeta:


operación, corazón y mensaje. ¿Cuál es la operación, el corazón y el mensaje
de los falsos profetas?

Comenzaremos leyendo 2 Pedro 2:1 para explorar la operación de los falsos


profetas. Esta se centra en cómo actúan y se comportan. Los falsos profetas,
como Balaam, a pesar de estar entre el pueblo de Dios, actúan disfrazados
de ovejas, pero son lobos destructores. Es esencial comprender cómo estos
falsos profetas desvían el camino recto y siguen sus propios intereses, tal
como lo hizo Balaam, quien amó el salario de la injusticia.

Balaam, a pesar de ser un falso profeta, era altamente espiritual. Estaba


involucrado en señales, maravillas y tenía una conexión con lo invisible. A
pesar de ser un falso profeta, jamás erró en sus profecías. Esto nos muestra
Clase 8: Falsos Profetas 19

que la operación de los falsos profetas puede ser muy similar a la de los
verdaderos.

Sin embargo, la diferencia clave radica en el corazón. Balaam, a pesar de


conocer a Dios, buscaba beneficios personales. Los falsos profetas siempre
buscarán su propio beneficio en áreas como el dinero, el sexo, el poder y la
manipulación.

Es vital entender que el mayor peligro no está solo en la búsqueda del dinero,
sino en el abuso de poder y manipulación, especialmente en aspectos
sexuales. Es inaceptable que líderes religiosos utilicen su posición para
abusar sexualmente de otros en nombre de Dios.

El mensaje de los falsos profetas, desafortunadamente, tiende a apuntar


a un falso evangelio que lleva a la inmoralidad sexual e idolatría. Este falso
evangelio distorsiona la gracia de Dios, fomentando un estilo de vida sin
arrepentimiento ni santificación.

Por tanto, es esencial discernir entre la apariencia y la realidad, para resistir


a estos falsos líderes y profetas. Nuestro objetivo es enseñar a todos a
escuchar la voz de Dios y no depender ciegamente de lo que otros digan.

Espero que estas reflexiones les ayuden a discernir y resistir contra los falsos
profetas que buscan manipular y distorsionar la verdad. ¡Sigamos luchando
contra estas prácticas que perjudican al pueblo de Dios!
No apaguéis al Espíritu 20

Clase 9

Visión
Profética

Bienvenidos a esta nueva clase, hoy hablaremos sobre cómo la visión


profética se relaciona con el testimonio de Jesús y cómo podemos cultivarla
en nuestras vidas.

Comenzamos recordando que la esencia de la profecía es el testimonio de


Jesús. Como profetas, no hablamos desde nuestras perspectivas personales
o deseos, sino que compartimos lo que hemos visto y oído del Señor. Somos
testigos de Jesús y su mensaje.

La visión profética nos conecta con la naturaleza de Cristo, sus pensamientos,


su Evangelio y sus prioridades. Nos lleva a preguntarnos sobre lo que está en
el corazón de Jesús para nuestra generación.

En Proverbios 29:18, se nos dice que sin visión, el pueblo se corrompe. Por
lo tanto, la visión profética es esencial para edificar a la comunidad de
creyentes y discernir a los falsos profetas.
Clase 9: Visión Profética 21

Jesús es nuestro modelo supremo de profeta. Él hacía lo que veía al Padre


hacer y se involucraba en la obra del Padre. Esto nos enseña que no se trata
solo de hacer cosas para Dios, sino de unirnos a lo que Él está haciendo.

Para cultivar la visión profética en nuestras vidas, es fundamental establecer


una disciplina diaria de devoción y contemplación. Debemos reservar
tiempo para estar en la presencia de Dios, donde buscamos contemplar
la belleza de Cristo y aprender de Él. No se trata solo de tener una lista de
peticiones, sino de abrir nuestros corazones y mentes a la presencia de Dios.

Además, necesitamos instruir a otros para que también tengan los ojos
abiertos. El ejemplo de Eliseo en 2 Reyes 6 es poderoso: oró para que los
ojos de su siervo fueran abiertos, permitiéndole ver la protección divina a su
alrededor. Así que, como portadores de visión profética, debemos modelar
y capacitar a otros en este camino.

En resumen, la visión profética es esencial para ser testigos de Jesús en


nuestras vidas y comunidades. Nos ayuda a comprender y compartir el
corazón de Cristo. Para desarrollar esta visión, necesitamos disciplina en la
devoción diaria y estar dispuestos a instruir a otros en este camino.
No apaguéis al Espíritu 22

Clase 10

Cristo: el centro
del mensaje
profético
En esta clase exploraremos cómo la visión profética se relaciona con el
testimonio de Jesús, y cómo podemos cultivarla en nuestras vidas.

Comenzaré abriendo 1 Pedro 1:10, que es uno de los pasajes clave cuando se
trata del servicio profético. En este versículo, Pedro nos dice que los profetas
examinaron y buscaron con cuidado la salvación que estaba destinada
para nosotros. Investigaron el tiempo y la ocasión que el Espíritu de Cristo en
ellos indicaba al predecir los sufrimientos y la gloria que vendrían. Así que,
presta atención a esta palabra clave: investigar.

La palabra “investigar” es esencial en el ministerio profético. Los profetas


desde el Antiguo Testamento, como Abel, Abraham, y Enoc, no tenían vidas
aleatorias. No esperaban que el Espíritu cayera sobre ellos al azar. Más
bien, vivían en constante búsqueda y devoción. Como David, eran hombres
y mujeres de una sola cosa. Eran como María, que elegía estar a los pies
de Jesús y contemplar quién es Él, en lugar de simplemente hacer cosas
para Él.
Clase 10: Cristo: el centro del mensaje profético 23

La investigación es clave para comprender el tiempo y la ocasión que


estamos viviendo en la obra de Dios. Cada época tiene un propósito y un
modo específico de aplicar el Evangelio de Dios. La Biblia nos dice que “para
todo propósito hay un tiempo y un modo” (Eclesiastés 8:6). Por lo tanto,
debemos entender tanto el propósito como la forma de llevarlo a cabo en
nuestra época.

Un ejemplo importante de esto es el de Moisés en Éxodo 17:3-6 y Números


20:7-12. En ambas situaciones, el pueblo tenía sed, pero Dios le dio
instrucciones diferentes a Moisés para resolver el problema. La primera
vez, Dios le dijo a Moisés que golpeara la roca para que saliera agua, y la
segunda vez, Dios le dijo que hablara a la roca. La interpretación correcta
del propósito de Dios para cada ocasión es crucial.

Luego, debemos enfocarnos en el contenido del mensaje profético, que es


Cristo. El testimonio de Jesús es el núcleo de la profecía. Debemos evitar
desviarnos de este enfoque y centrarnos en el Evangelio del Reino de Dios, la
redención y el propósito eterno revelado a través de Cristo.

Ahora, hablemos sobre cómo desarrollar la visión profética en nuestra


vida. Para hacerlo, debemos dedicarnos a la devoción diaria, incluyendo
la oración, la lectura de la Biblia, la meditación y el ayuno. Estos actos
nos permiten abrir nuestros corazones y mentes a la presencia de Dios y
aprender de Él. No se trata de una lista de peticiones, sino de contemplar la
belleza de Cristo y entender Su voluntad.

La investigación nos lleva a la revelación. Dios nos habla a través de visiones,


sueños, impresiones, o incluso mediante una voz interior o audible. La
revelación implica conocer los pensamientos y caminos del corazón de Dios.
Sin embargo, esta revelación debe ser interpretada con un discernimiento
espiritual adecuado para aplicarla en nuestra vida.

Finalmente, debemos aplicar lo que hemos recibido a través de la visión


profética. Esto implica entender el tiempo y la ocasión para llevar a cabo
lo que Dios nos ha mostrado. Recuerda que, para cada propósito, hay un
tiempo y un modo.

En resumen, la visión profética es esencial para ser testigos de Jesús


en nuestras vidas y comunidades. La investigación, la revelación, la
interpretación y la aplicación son pasos cruciales en este proceso. Dios está
llamando a hombres y mujeres de todas las naciones para ser testigos de
Jesús y compartir lo que han visto y oído en Su presencia. ¡Los cielos están
abiertos y tenemos acceso al lugar santísimo!
No apaguéis al Espíritu 24

Clase 11

Conclusión

Hoy, al cerrar esta clase, me gustaría compartir algunas reflexiones que


considero fundamentales. Estamos viviendo días que nos acercan al
cumplimiento pleno de la profecía contenida en Joel 2:28. Esta profecía
habla del derramamiento del Espíritu de profecía sobre toda carne, en todas
las etnias, naciones, edades, clases sociales y géneros.

No se trata únicamente de un don reservado para algunos, sino que es un


llamado para todo un pueblo profético. La profecía nos insta a entender
que este derramamiento no distingue entre clero profético y laicos, sino que
abarca a todos. Es un llamado a la unidad en la diversidad, a que cada uno,
independientemente de su posición social, género o edad, sea instrumento
del Espíritu profético.

Es un momento en el que el Espíritu de profecía se derrama sobre todas las


naciones, incluyendo el mundo latino y a todos aquellos de habla hispana.
Dios está restaurando el ministerio profético femenino, rescatando la voz
profética de las mujeres en las naciones.

Este derramamiento del Espíritu no es en vano; está destinado a producir


un testimonio del evangelio de Jesucristo en las naciones, respaldado con
señales y maravillas en el cielo y en la tierra. Este testimonio profético, a su
vez, traerá salvación en masa a las naciones, cumpliendo la promesa de
que donde el nombre del Señor sea invocado, habrá salvación.
Clase 11: Conclusión 25

Recordemos que esta profecía, que comenzó a cumplirse en Hechos 2,


nunca ha dejado de manifestarse. Hoy, en este momento presente, el Espíritu
de profecía sigue siendo derramado sobre todas las naciones de la tierra,
incluyendo el mundo latino.

El Señor está levantando un pueblo profético, una compañía profética de


todas las naciones. Así como Juan el Bautista preparó el camino para la
primera venida de Jesús, este pueblo profético preparará el camino para la
venida del día de Dios y el establecimiento del reino de Jesús.

Si estás aquí, es porque el Espíritu Santo te está llamando para ser parte de
esta compañía profética global. Te bendigo para que la medida del Espíritu
de Cristo crezca en tu vida, para que la sabiduría y la revelación florezcan, y
para que seas una luz que ilumine en medio de las tinieblas.

Con cariño,
Fabio Coelho
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