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C APÍTULO 6

LAS PERSONAS MAYORES Y LOS


PREJUICIOS SOCIALES
AUTORAS:
MARIANA NADAL
ANABELLA RODRÍGUEZ PARODI

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Las personas mayores y los prejuicios sociales

Introducción

Este capítulo intentará ayudarnos a reflexionar sobre los prejuicios respecto a la vejez, tanto
sociales como individuales, entendiendo que cada uno desde su lugar puede aportar al cambio
cultural que permita construir representaciones positivas sobre el envejecimiento.

En los últimos años se han obtenido grandes logros respecto a la construcción social de la vejez.
Una muestra de ello es, por ejemplo, que desde el 15 de junio de 2015 la Región de las Américas
cuenta con la Convención Interamericana sobre la Protección de los derechos de las Personas
Mayores (CIPDPM), aprobada en la Organización de Estados Americanos (OEA) y
convirtiéndonos en el primer y único continente en tener un instrumento vinculante para
defender los derechos de las personas mayores.

Esta Convención es contundente respecto a la prohibición de la discriminación por razones de


edad y se pronuncia contra los estereotipos y prejuicios que generan prácticas cotidianas de
exclusión y segregación. La Convención dice: “Las personas mayores tienen derecho a una vida
sin ningún tipo de violencia, a recibir un trato digno y a ser respectadas y valoradas,
independientemente de la raza, el color, el sexo, el idioma, la cultura, la religión, la opinión
política, la identidad cultural, la posición socio-económica, la discapacidad, la orientación sexual,
el género, la identidad de género y su contribución económica” (CIPDPM).

Sin embargo, resulta necesario continuar trabajando sobre las representaciones sociales que
tenemos, sobre todo porque estamos en una sociedad que enaltece a los atributos de la
juventud.

Cada uno de nosotros somos responsables de las opiniones que formamos. En este sentido, es
esencial prestar especial atención a cuáles son los juicios que emitimos y el lenguaje que
utilizamos a la hora de hablar de las personas mayores, entendiendo que esto puede construir
o reforzar estereotipos negativos de la vejez.

¡Triste época la nuestra! Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio.


Albert Einstein

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Los prejuicios
En primer término, es importante aclarar que un “prejuicio” es un juicio u opinión sobre algo,
antes de tener verdadero conocimiento de ello, es decir, sin contar con información suficiente.
Los prejuicios hacen que quien los porta vea algo de una manera particular, más allá que los
hechos muestren lo contrario.
En general, el conjunto de ideas contenidas en un prejuicio se basan en la ignorancia, tanto por
falta de conocimiento como por el conjunto de ideas falsas respecto de algo; estas últimas, son
irracionales, por lo tanto, difíciles de superar.

Los prejuicios son construidos socialmente


Si bien no existe un consenso acerca del origen de los prejuicios, sí hay acuerdo en que los
mismos son una construcción social. Es decir que no son innatos, sino que se van adquiriendo
durante la vida, conforme un contexto cultural, político y social determinados, en un tiempo y
lugar precisos.
En tanto es una construcción social, un prejuicio es posible de ser modificado; y, puesto que se
basa en la ignorancia, “desandarlo” será más sencillo si indagamos y buscamos información
sobre lo que dice: esto alimentará el proceso de conocimiento, acercándonos a la verdad. Hay
que indagar entonces en la construcción social de la idea de vejez, para entender las ideas y los
prejuicios que le dan forma.

Todos los prejuicios pueden ser modificados.

Si bien el envejecimiento es un proceso universal que atravesamos todos los individuos, la


imagen social de la vejez es fuente de innumerables prejuicios.
En las últimas décadas, en las sociedades de occidente se ha dado una transición acerca de lo
que significa ser “viejo”, pasando, de un modelo en el cual las personas mayores referían al
saber, la memoria y la experiencia, a uno en el cual quedan invisibilizados tras el modelo de la
vitalidad de los jóvenes y de la estética corporal.
Antiguamente, en estas culturas los mayores eran aureolados por el privilegio sobrenatural que
les concedía la longevidad, entendida como fuente de respeto, casi asociada a lo sagrado. En las
sociedades modernas centradas en el trabajo y en los valores de la juventud, los atributos de las
personas mayores quedan devaluados, atravesados por el medio social y las normas
predominantes.

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El autor argentino Leopoldo Salvarezza introduce el concepto de “viejismo” para hacer
referencia a toda conducta social utilizada para devaluar, consciente o inconscientemente, el
estatus social de las personas mayores, y que incluye todos aquellos prejuicios y
discriminaciones que se aplican a las personas sólo en función de su edad cronológica.

Antecedentes que nos muestran que los estereotipos respecto a la vejez no son un fenómeno
actual los muestran por ejemplo, pensadores de los siglos V y IV A.C., como Platón y Aristóteles.
El primero con una visión positiva de la vejez, hacía hincapié en la importancia del proceso de la
vida en el que nos vamos forjando viejos; es decir, uno envejece según ha vivido. En cambio para
Aristóteles la vejez está asociada a la decrepitud como un hecho natural, a la que considera una
etapa de deterioro y ruina.

Tipos de prejuicios
Los prejuicios no son necesariamente negativos. Pueden estar cargados de contenidos o
sentimientos tanto desfavorables como favorables.

Por ejemplo: Si pensamos que la vejez es sinónimo de pasividad, discapacidad o decrepitud,


estamos frente a un prejuicio negativo; si, por el contrario, estamos convencidos que una
persona mayor, por el sólo hecho de serlo, es buena y digna de veneración, estamos frente a un
prejuicio positivo.

Desde otro punto de vista, los prejuicios pueden ser explícitos o implícitos.
Es decir, que pueden ser puestos en evidencia con palabras: “ya estoy viejo para decidir”
(prejuicio explícito), o sin utilizar palabras, cuando funciona sin advertencia conciente o
intención, (prejuicio implícito). Sería, por ejemplo, el caso de ocultar el fallecimiento de alguien
cercano al adulto mayor bajo el supuesto que “no debe sufrir”.

La vejez y los medios de comunicación

Muchos académicos alertan respecto del contenido que se emite desde los distintos medios de
comunicación como formadores de cultura y de representaciones sociales, lo cual actúa, de
alguna manera como guía social.
De esta manera, los medios masivos de comunicación en todas sus formas, desde la televisión
hasta la radio, los diarios, las publicidades, entre otros, contribuyen fuertemente a la
construcción social de la imagen de la vejez.

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Así, los prejuicios referidos a la condición de edad en las personas mayores, se refuerzan e
influyen en la percepción de la audiencia. Recordemos el personaje de “Mamá Cora”, que
representa una imagen caricaturesca del envejecimiento considerado erróneamente ‘senil’.

Se acostumbra a resaltar la parte vulnerable de las personas mayores, mostrándolos como


débiles víctimas del sistema. Con frecuencia las personas mayores son protagonistas en noticias
como víctimas de la delincuencia, del sistema previsional, por el costo de vida, noticias referidas
a geriátricos, situaciones de malos tratos, etc.

También suele repetirse insistentemente en los medios televisivos, prejuicios referidos al rol
social de los mayores, reforzando una concepción limitada de la vejez. Lo podemos ver, por
ejemplo, cuando a la hora de presentar noticias que involucran a una persona mayor se lo
nombra como “abuelo / jubilado” (“abuelo asaltado“, “abuelos en situación de calle”, “abuelo
fue encontrado atado y amordazado”, “jubilado fue atropellado”, entre otras). Parece que las
personas mayores atraviesan una etapa de pasividad total y son sólo abuelos.

Los medios de comunicación son formadores de cultura y representaciones sociales, por lo


tanto, pueden contribuir a la instalación de prejuicios.

Nuevos modelos de vejez

Si bien en comparación a épocas anteriores, los medios de comunicación van construyendo de


a poco, miradas más positivas de la vejez, es indispensable que los profesionales que trabajan
en el campo de la comunicación informen con responsabilidad y generen conciencia con el fin
de reconocer, promover y resguardar los derechos de las personas mayores.

Es importante que los receptores vean a personas mayores que representen y visibilicen
diversas maneras de envejecer. En este sentido, es responsabilidad de los medios mostrar que,
además de los aspectos negativos que se pueden presentar durante la vejez (como en cualquier
otra etapa de la vida), existen factores positivos de la vejez, como una etapa más de la vida que
puede ser productiva, activa, saludable y, sobre todo gratificante ligada al disfrute. Esto es lo
que está demostrando la actual generación de mayores, personas de más de 60 años que se
gradúan de carreras universitarias, se lanzan en paracaídas, entrenan, enseñan, protagonizan
películas y shows musicales, y aparecen en el Libro Guinness de los récords. Son las propias
personas mayores las que nos enseñan que el envejecimiento puede ser un proceso de plenitud
y de realización.

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Prejuicios habituales acerca de la vejez
Se propone aquí reflexionar sobre algunos de los prejuicios más habituales sobre el
envejecimiento y la edad, para tratar de pensar qué podemos aprender o qué podemos hacer
para empezar a desterrarlos.

PREJUICIO PARA REFLEXIONAR


La vejez como etapa de pasividad. No caer en la generalidad de considerar que
Las personas mayores ya están viejas para todas las personas mayores, por su sola
trabajar, cansados para participar, no están condición de edad, son sujetos pasivos.
interesados en nuevas actividades, ni por el Al momento de vincularnos con ellos será
entorno, a los adultos mayores les gusta vivir necesario indagar acerca de sus intereses,
aislados, buscan el reposo y la soledad, la espera deseos, potencialidades y necesidades;
pasiva del final, etc. teniendo siempre presente que, como cada
uno de nosotros, las personas mayores son
sujetos de derecho.

PREJUICIO PARA REFLEXIONAR


La vejez como sinónimo de enfermedad. Este prejuicio suele estar reforzado por la
Todas las enfermedades que aparecen en esta mirada biologicista del envejecimiento,
etapa son crónicas, todos los problemas que especialmente por parte de los profesionales
padecen son orgánicos, etc. de la salud, basada en la enfermedad.
Es importante comprender que los individuos
atravesamos durante toda la vida prevalencia
de determinadas enfermedades de acuerdo a
la etapa de la vida en que nos encontramos,
sumado a la predisposición particular de cada
uno que dependerá de las condiciones
individuales.

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PREJUICIO PARA REFLEXIONAR
Las personas mayores están todas Es importante conocer que, según el Censo
institucionalizadas. 2010, en Argentina sólo el 1,34% de la
La gran parte de las personas mayores vive en población mayor se encuentra
residencias de larga estadía porque ya no pueden institucionalizada.
vivir solas, etc.

PREJUICIO PARA REFLEXIONAR


Descalificación intelectual de las personas Desde esta concepción limitamos y
mayores. condicionamos las posibilidades de las
Las personas de edad no pueden aportar nada personas mayores a elegir libremente,
útil, son todos seniles, no pueden decidir por sí desconociendo y descalificando sus intereses
solos, pierden las cosas, no son responsables, a y necesidades.
esta altura… ¿Qué pueden aprender? La capacidad de aprender no está
condicionada por la edad.

PREJUICIO PARA REFLEXIONAR


Los adultos mayores como objeto de cuidado. Desde este prejuicio se invisibilizan también
Son considerados como sujetos aniñados, es decir los intereses de los mayores y se cae en
vistos y por tanto tratados como niños. actitudes sobreprotectoras.
Es de vital relevancia el rol de los cuidadorxs
domiciliarixs, que desanden la mirada
infantilizadora de los mayores para
considerarlos según su historia de vida
particular, atendiendo eficientemente sus
necesidades y deseos.

PREJUICIO PARA REFLEXIONAR


Adulto mayor sinónimo de abuelo o jubilado. Aún cuando la persona mayor tenga nietos o
Se etiqueta como “abuelos” o “jubilados” a todas esté jubilada, ¿por qué llamarla “abuelo” si no
las personas de edad, adjudicándoles un único rol es nuestro abuelo?, ¿por qué llamarlo
posible ligado a la pasividad. “jubilado”? adjudicándole una etiqueta que lo
limita a un único rol con tinte a inactividad.

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Cuando hablamos de personas de 60 años y
más, debemos referimos a ellos como
personas mayores; no utilizando los términos
tercera edad ni ancianidad. Y en lo particular,
será importante llamar a los mayores por su
nombre, o indagar cómo prefieren ser
llamados.

PREJUICIO PARA REFLEXIONAR


Los adultos mayores son asexuados. En principio hay que diferenciar la genitalidad
Con la menopausia se termina la vida sexual de la de la sexualidad, entendiendo que en esta
mujer, el climaterio indica el comienzo de la vejez, etapa de la vida, esta última adquirirá mayor
los adultos mayores ya no tienen deseo, son fuerza y una nueva lógica en el deseo. Se irán
impotentes o considerados perversos -“viejo buscando nuevas estrategias para ser
verde“, “vieja indigna”, etc. sexualmente activo, promoviendo la
creatividad en los encuentros sexuales. La
Encuesta Nacional sobre Calidad de Vida de
Adultos (ENCaViAM 2012), hace mención a la
sexualidad, y determina que: el 80% de las
personas mayores afirma que mantiene una
vida sexual activa.
Debemos entender que la sexualidad nos
acompaña durante toda la vida y que es parte
de nuestra naturaleza.

PREJUICIO PARA REFLEXIONAR


No existe diversidad sexual en la vejez. Es importante tener en cuenta que las
La diversidad sexual es terreno casi exclusivo de personas mayores del colectivo Lésbico, Gay,
los jóvenes, como todo lo referido a lo sexual. Trans, Bisexual e Intersex (LGTBI), enfrentan
“un doble prejuicio”, porque además de
considerarse la sexualidad y el sexo como
temas ‘tabú’ en la vejez, la diversidad sexual

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sólo queda asociado a etapas de la vida
anteriores.
Nota: Argentina proclamó la Ley 26.618 de
Matrimonio Igualitario y la Ley 26.743 de
Identidad de Género.

PREJUICIO PARA REFLEXIONAR


Las personas mayores ya no pueden enamorarse. Este prejuicio está muy arraigado socialmente.
Son en general los familiares (hijos, nueras, Sin embargo, son contundentes los datos de la
yernos,…) quienes suelen cuestionar las relaciones Encuesta Nacional sobre Calidad de Vida de
que puedan iniciarse en esta etapa de la vida. Adultos (ENCaViAM 2012), en referencia al
“¿Te parece a tu edad? ¿Algo estará buscando?” enamoramiento, de donde surge que el 62% de
las personas mayores considera posible
enamorarse en esa etapa de la vida, siendo los
varones quienes más adhieren a esa creencia
(el 67,8% de los varones y el 58,7% de las
mujeres).

PREJUICIO PARA REFLEXIONAR


Las personas mayores son aburridas y están Hoy en día se puede ver en lo cotidiano que las
encerradas en sus casas. personas mayores participan, se divierten, que
Son consideradas como aislados sociales, hacen actividades recreativas, practican
desinteresados ya a esa altura de la vida de lo que deportes y que viajan. También se los ve
pasa a su alrededor. participando activamente en política y cultura,
entendiendo que cada uno envejece como va
viviendo.

PREJUICIO PARA REFLEXIONAR


Todos los adultos mayores tienen mal carácter. La generalización acerca del mal carácter de los
“Vieja bruja”, “viejo cascarrabias”. mayores provoca distancia al momento de
relacionarnos. El carácter de toda persona, sin
importar la edad, se va construyendo durante
toda la vida en función de los rasgos de

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personalidad y la historia particular de cada
uno.

PREJUICIO PARA REFLEXIONAR


Todos los adultos mayores son tacaños. Que una persona mayor sea tacaña dependerá,
¿Para qué le sirve guardar plata a esta altura? como en el caso anterior, de las características
de personalidad y de su historia de vida, pero
no de su condición de edad.

PREJUICIO PARA REFLEXIONAR


La vejez como etapa de incapacidad. Considerar a las personas mayores con
Incapaces para enamorarse, para aprender, para capacidad para desenvolverse en su vida y en
crear,… sus relaciones permitirá seguir construyendo
una sociedad que apunte a la inclusión de todos
sus miembros y favorecerá la participación
activa de los mayores en la vida de la
comunidad.

PREJUICIO PARA REFLEXIONAR


Todo tiempo pasado fue mejor. Esta concepción que se enquista en el pasado
“En aquella época lo blanco era blanco y lo negro limita la posibilidad de proyectarse al futuro.
era negro” Es importante concebir lo pasado
placenteramente, en relación con lo venidero y
en función de legado para transmitirlo a otras
generaciones.

PREJUICIO PARA REFLEXIONAR


Ya no queda tiempo para nuevos proyectos. Es importante recordar que la muerte es un
¿Qué se puede empezar a esta edad si no queda hecho natural que puede presentarse durante
más tiempo? el desarrollo de toda la vida, ser protagonista
de nuestra historia ayuda a desterrar este
prejuicio. Es necesario asumir el protagonismo
de sí mismo en cada etapa, la vejez puede ser
vivida como una etapa de cambio con tiempo

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para uno mismo, tiempo libre para realizar
proyectos que se habían postergado o que
nunca se habían podido realizar priorizando
otras responsabilidades.

La imagen social del envejecimiento, en general derivada de estos prejuicios negativos, influye
fuertemente en la vida cotidiana de las personas, en cómo las generaciones se van preparando
para vivir esa etapa de la vida y, obviamente, en el modo con que los mayores desarrollan su
vida, se relacionan con otros y enfrentan al mundo.
Los prejuicios referidos a la vejez condicionan y limitan nuestra mirada acerca de las personas
de edad y, por tanto, nuestra manera particular de relacionarnos con ellas. La imagen que les
devolvemos variará si los consideramos “objetos de cuidado” o “sujetos de derecho”, si los
pensamos “inactivos, pasivos, incapaces” o “activos, protagonistas, capaces”,…

Hacia una sociedad para todas las edades

Para seguir transformando la realidad y desterrar estos prejuicios, hay que tener presente, en
primer lugar, que el proceso de envejecimiento no es único ni idéntico, sino que varía de persona
a persona.
Además, en tanto envejecemos desde el día que nacemos, será importante empezar a
pensarnos viejos a nosotros mismos, entendiendo que la vejez no es un hecho aislado, distante,
que está en el futuro, sino que la llevamos dentro y nos acompaña en el presente.
Todos fuimos niños, luego adolescentes y adultos, esto nos permite comprender con mayor
facilidad situaciones referidas a esos grupos etarios.
Pero como no hemos llegado a viejos, la brecha que nos separa de las personas de edad resulta
difícil de salvar si no realizamos un ejercicio anticipado de pensarnos futuros viejos, el cual
además nos permitirá llegar a nuestro propio envejecimiento sin prejuicios.
El desafío que debe asumir un cuidador domiciliario comprometido con su rol, será reflexionar
internamente su imagen construida de la vejez como primera herramienta, en pos de derribar
prejuicios arraigados relacionados con la edad y facilitar el vínculo con las personas mayores
para mejorar su calidad de vida.

En la actualidad atravesamos un tiempo de transición donde se va instalando una nueva


imagen de la vejez, en la búsqueda de una sociedad para todas las edades, con adultos

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mayores protagonistas que de a poco van desenterrando, o por lo menos cuestionando, estos
prejuicios, procurando una mayor participación e inclusión social.

Autoras:
Mariana Nadal:
Licenciada en Trabajo Social (UBA).
Especialista en Cuidados Paliativos (UBA).
Especialista en Planificación y Gestión de Políticas Públicas (UBA).
Especialista de la Carrera de Posgrado Gerontología Comunitaria e Institucional (UNdMP y MDS).
Área Registro Nacional de Cuidadores Domiciliarios de la Dirección Nacional de Políticas para
Adultos Mayores (MDS).

Anabella Rodríguez Parodi:


Licenciada en Gerontología.
Especialista en Psicogerontolgía.
Especialista en Gerontología Social.
Especializanda de la Carrera de Posgrado Gerontología Comunitaria e Institucional. Referente
de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (MDS).

Bibliografía:
 Cicerón, M. T. (2001), De Senectute, Ed. Triacastela, Madrid, España.
 Encuesta Nacional sobre Calidad de Vida de Adultos Mayores 2012. ENCaViAM.
Principales resultados. Serie Estudios INDEC Nº 46.
 Knopoff, R y Zarebski, G. (2000), Viejos nuevos – Nuevos viejos, Ed. Generaciones,
Buenos Aires, Argentina.
 Rose, Arnold (1960), El origen de los prejuicios, Ed. Humanitas, Buenos Aires, Argentina.
 Sánchez Salgado, C. D. (2000), Gerontología Social, Ed. Espacios, Buenos Aires,
Argentina.
 Salvarezza, L. (2002), Psicogeriatría. Teoría y Clínica, Cap. 1; Viejismos. Los prejuicios
contra la vejez, Ed. Paidós, Buenos Aires, Argentina.
 Simone de Beauvoir, La vejez (1983), Edhasa, Barcelona, España.
 Zarebski, G. (1999), Hacia un buen envejecer, Emecé Editores, Buenos Aires, Argentina.
 Zarebski, G. (2008), Padre de mis hijos, ¿padre de mis padres?, Ed. Paidós, Buenos Aires,
Argentina.

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