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Historia RC
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LA FAMILIA EXTRANJERA
Había una vez una familia extranjera que vivía en Seúl, Corea. Estaban compuestos por John,
un ingeniero de software; su esposa Lisa, una profesora de inglés; su hija Emily; y su hijo
Michael. Llevaban una vida pacífica y feliz en la vibrante ciudad, hasta que un día todo cambió.
Pronto, las criaturas comenzaron a rodear el edificio. Los gritos y gemidos de los zombies
llenaban el aire mientras trataban de abrirse paso hacia el interior. La familia extranjera se
mantuvo en silencio, rezando para que su fortaleza improvisada los mantuviera a salvo.
Días pasaron y los suministros comenzaron a escasear. John tomó la difícil decisión de
aventurarse fuera del apartamento en busca de comida y agua. Con un corazón lleno de miedo,
se equipó con su arma improvisada y se adentró en las desoladas calles de Seúl.
John tenía manzanas en sus mejillas y una mirada de determinación en sus ojos mientras pasaba
por las calles desiertas, evitando a los zombies que se arrastraban en busca de su próxima
víctima. Finalmente, encontró una pequeña tienda de comestibles. Rápidamente, recogió lo que
pudo y corrió de regreso al apartamento.
A medida que los días pasaban, la situación se volvía cada vez más desesperada. Los
suministros se agotaban rápidamente y los zombies parecían más agresivos y numerosos. La
familia extranjera sentía el peso de la amenaza cada vez más cerca.
Una noche, mientras todos dormían, un grupo de sobrevivientes tocó frenéticamente la puerta
del apartamento. Eran ancianos, mujeres y niños que también habían estado luchando por sus
vidas en la ciudad. John y Lisa tomaron la difícil decisión de dejarlos entrar, a pesar del miedo a
que pudieran estar infectados.
La despedida del apartamento y de la ciudad que habían llamado hogar fue emotiva y llena de
nostalgia. John, Lisa, Emily y Michael estaban agradecidos por haber sobrevivido, pero sabían
que el camino hacia la recuperación sería largo y difícil.
En el refugio seguro, la familia extranjera pudo reconstruir sus vidas poco a poco. Se unieron a
otros sobrevivientes en la comunidad, apoyándose mutuamente y luchando juntos contra las
adversidades que enfrentaban. Aprendieron nuevas habilidades de supervivencia y se
convirtieron en una gran fuerza de apoyo para los demás.
A pesar de los horrores que habían presenciado y las pérdidas que habían sufrido, la familia
extranjera encontró esperanza y un nuevo comienzo en medio del caos. Comprendieron la
importancia de la fortaleza, la unidad y el amor en tiempos de dificultad.