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III. INTERIORIZACIÓN:
3.1. MOTIVACIÓN:
Se les presentará tres velas de las cuales se prenderá una y luego se prenderán las otras dos
velas de la primera vela prendida. Se les explicará que podemos distinguir las tres llamas por
separado, pero que si las unimos no se pueden distinguir, es decir que se unen para formar una
sola llama
IV. METODOLOGÍA:
1. Dinámica de integración: “Globos saltarines”
Se dividirán en dos grupos y formarán un círculo tomándose de la mano, luego se les dará
un grupo a cada grupo donde no deben de dejar caer el globo y solo lo podrán tocar con
las piernas. Después se dará una breve reflexión para dar pase al tema.
2. Presentación de Dios Uno y Trino
3. Dios Padre: Creador y misericordioso
4. Jesucristo: Redentor
5. Espíritu Santo: Santificador
6. El dogma de la Santísima Trinidad
7. Conclusión del tema
8. Dinámica “Rompecabezas Trinitario”
Se dividirán en tres grupos y se le dará una imagen dividida que represente la Santísima
Trinidad en varias piezas para que lo puedan armar. Mientras completan el rompecabezas,
explícales cómo cada pieza representa una persona de la Trinidad, pero todas juntas forman
una sola imagen.
Jesucristo: Redentor:
Jesús quiere decir en hebreo: "Dios salva". En el momento de la anunciación, el ángel Gabriel
le dio como nombre propio el nombre de Jesús que expresa a la vez su identidad y su misión.
Ya que ¿quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios?', es Él quien, en Jesús, su Hijo eterno
hecho hombre "salvará a su pueblo de sus pecados”. En Jesús, Dios recapitula así toda la historia
de la salvación en favor de los hombres.
El designio divino de salvación a través de la muerte del "Siervo, el Justo” había sido anunciado
antes en la Escritura como un misterio de redención universal, es decir, de rescate que libera a
los hombres de la esclavitud del pecado.
Jesús, al aceptar en su corazón humano el amor del Padre hacia los hombres, "los amó hasta el
extremo porque nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos”.
Tanto en el sufrimiento como en la muerte, su humanidad se hizo el instrumento libre y perfecto
de su amor divino que quiere la salvación de los hombres. En efecto, aceptó libremente su
pasión y su muerte por amor a su Padre y a los hombres que el Padre quiere salvar: "Nadie me
quita la vida: yo la doy voluntariamente". De aquí la soberana libertad del Hijo de Dios cuando
Él mismo se encamina hacia la muerte.
CATEQUESIS DE JÓVENES
CAPILLA SAN FRANCISCO DE ASÍS
VI. CONCLUSIÓN:
6.1. COMPROMISO:
Se le invita la catequizando a que pueda reflexionar sobre lo que se ha desarrollado durante la
sesión y que pueda identificar en que momentos ha estado presentes la Santísima Trinidad en
su vida.