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Me gustaría ser tu almohada, para que me abraces todas las mañanas.

No me busques, prefiero seguir perdido en tu mirada.


Mi madre me dijo que no debía pecar, pero por ti estoy dispuesta a confesarme.
Te dejaré de amar a partir del día que encuentre el alfiler que ahora tiro al mar.
Las matemáticas siempre dicen la verdad: tú y yo juntos hasta la eternidad.
Unos quieren el mundo, otros quieren el sol, pero yo solo quiero un rincón en tu
corazón.
No se trata del whisky ni la cerveza, eres tú quien se me ha subido a la cabeza.
Que fácil sería cumplir una condena si tu cuerpo fuera cárcel y tus brazos cadenas.
De noche brilla la luna, y de día brilla el sol, pero tus ojos bonitos alumbran mi
corazón.
Lo que siento por ti es tan inmenso que, para guardarlo, me haría falta otro
universo.
No te digo palabras bonitas, sino un verso sincero: mi amor por ti es infinito y mi
corazón es verdadero.
Voy a tener que cobrarte alquiler, porque desde que te vi no has dejado de vivir en
mis sueños.

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