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Conceptos generules

Se consideran bienes todos aquellos elenrentos del mundo exteriora las personas, que
de una manera directa o indirecta sirven para satislacer sus diferentes necesidades y tienen
como denominador común o nota csencial. un valor. representando" en consecuencia, una
riqueza. Dentro de esta acepción están considerados todt¡s los elementos, corporales como
incorporales, que tengan las calidades ante'dicltas.

Los bienes son tales L-n cuantr) constittrru.r cl itbjeto del clerecho. E.ste los regula de
modo que no tienen un ralor cn sí nrisnros. pr.lcs et»ro clice BoLrdant. "ellos no procuran
utilidad sino en raztin de ltrs eticttrs de d!-rccho c}re son susceptibie's de producir" (Ch.
Boudant, "Cours de Droit Ciril Francais". tonro l\'. Les Biens. pá_einas 2 y 3).

Sin caer en los excesos del patrimonialismo, la impoffancia de los bienes es e.rcepcional,
como instrurnento hlndamental del individuo y de la sociedad y por eso se ha dicho que
"constituyen, con las obligaciones, la dimensión esencial del universo jurídico" (Frederic
Zenat| Les Biens, página l5).

I. CARACTERÍSTICAS DE L()S BIENES


Son características de los bienes los siguientes:

a) Se trata de fiagrnentos de I nrundo e\terior. con objetiv'idad propia. extraña a la


órbita existencial del sujeto. Deben ser. en consecuencia. ajenos al ser humano,
quien no puede tener. de consiguiente, la categoría de un bien. Tampoco lo será
el trabajo. pues para ello le falta autonomía y carece de objetividad estando, por
el contrario indisolublemente unido al hornbre. En cambio. el producto del trabajo
si es un bien, lo que succde, ponganros el caso, con la propiedad intelectual o
derechos del aulor.

b) Deben tener utilidad. mereciendo Ia tutela del derecho. Esta utilidad no se limita
al sentido metálico pecuniario, sino que se extiende también al denominado vaior
de uso, que es una apreciación subjetiva de la persona, fiente a un determirrado
objeto.

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[]xéscsis: Dercchos Re:rles

En suma, los elementos carecen en sí de valor alguno, pues este se encuentra


determinado por su utilidad. Esta presupone, a su yez, la vinculación entre las
necesidades del sujeto y la naturaleza funcional de los objetos.

c) Tienen que ser accesibles, es decir, encontrarse en condiciones de ser utilizados. No


basta por lo tanto que el elemento ofrezca la aptitud para satisfacer las necesidades
humanas, si no lleva consigo la posibilidad de ser usado.

La accesibilidad podrá ser tanto flsica como jurídica. Se entiende por accesibilidad
fisica la posibilidad de que por su estructura material el elemento esté en condiciones de
satisfacer las necesidades del hombre. Así mientras la energía solar es un bien, pues está
al alcance del ser humano, el sol, productor eterno de energía, no lo es, por cuanto como
objeto está fuera de las posibilidades materiales del ser humano.
Respecto a la accesibitidad jurídica existe controversia. Mientras que para algunos
carecen jurídicamente de la calidad de bienes aquellos elementos excluidos del comercio
humano, para otros, "no se puede excluir la calidad del bien en sentido jurídico en funciones
de la extracomercialidad declarada por la ley" (L. Barassi, op. cit., capítulo il,4, página 125).
Por nuestra parte coincidimos con la tesis del maestro italiano por cuanto aquellos
elementos que están fuera del comercio humano pueden, empero, en un momento
determinado, satisfacer las necesidades humanas y tienen, de consiguiente, la calidad de
bienes.

II. CLASIFICACIÓN
Una primera clasificación separa los bienes en corporales e incorporales. La diierencia
se encuentra en la naturaleza misma del objeto.

Cuando el objeto del derecho está constituido por un elemento material, de existencia
objetiva u ontológica, pudiendo ser perceptible por los sentidos, estamos frente a un bien
corporal.

Si en su defecto el objeto del derecho carece de corporeidad, si no puede ser


materialmente tocado ni percibido sensorialmente sino solo a través de la inteligencia, se
trata de un bien incorporal.

Los bienes corporales nos llegan por lo tanto en función de la percepción. Sobre la base
de la distinta esencia del sujeto con los objetos del mundo exterior percibimos a estos como
entidades ajenas e independientes del yo y les atribuimos, en consecuencia, una realidad
propia entre la persona y los diferentes muebles que se encuentran en una habitación.
Estos elementos del mundo exterior, corporizados o materiales. aparecen ubicados en
el espacio y en el tiempo. En el espacio porque los apreciamos por obra de los sentidos en
sus diferentes manifestaciones de forma, tamaño, posición, movimiento y distancia. y en
el tiempo, desde que por este adveftimos su pasado, su presente y su futuro. y así es que
por obra de la relación espacio-temporal, producto de su propia naturaleza, estos objetos
pueden ser tocados, recogidos y transportados de uno a otro lugar.

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Bicnes

Pero no solo son bienes corporales aquellos cuya estructura es visible. El gas, la
electricidad, aunque imperceptibles a la vista, son también entidades sensibles y tienen por
consiguiente el carácter de bienes corporales. Lo mismo sucede con la energía atómica, pues
ella reúne los requisitos de la exterioridad del sujeto, utilidad y accesibilidad y si bien las
energías resultantes de las transformaciones recibidas en la molécula no son perceptibles a
la vista, son en cambio sensibles y se registran con toda nitidez.

Los bienes incorporales son, a difbrencia de los corporales, ajenos a toda concepción
espacio-temporal. Por consiguiente son intangibles y no pueden ser percibidos sensorialmente.
Carecen de corporeidad y de independencia objetiva. No tiene una realidad en sí y su
existencia es meramente intelectual. Así el derecho sobre un inmueble o el derecho del
auto¡ son elementos intangibles pero no por ello menos existentes. Como dicen Colín y
Capitant "los bienes incorporales son los que no tienen sino una existencia abstracta, creada
por el hombre, pero que representan para él un valor apreciable en dinero; así un poema,
una marca de fábrica, el servicio de un deudor. Los derechos, tanto los reales como los
personales, son igualmente bienes incorporales" (A. Colin y H. Capitant, "Curso elemental
de Derecho Civil", tomo segundo, volúmen segundo, De los bienes y de los derechos reales
principales, página 463).
El Código Civil vigente, siguiendo la tónica impuesta por el derogado de 1936, no
emplea la clásica denominación de cosas y utiliza la de bienes, que incluyen los derechos y
en general los elementos incorporales como los obietos corporales. Desde luego este criterio
es acertado, pues no todas las cosas tienen la significación jurídica de bienes y existen
muchas que carecen de todo valor.

Otra clasificación de los bienes, también según su objeto, los distingue en inmuebles
y muebles.
Se trata de una distinción fundamental, por sus trascendentales efectos jurídicos. Una
regla o sistema de reglas gobierna los inmuebles y otra, distinta, regula el funcionamiento
de los muebles, todo lo cual se comprobará al examinar los dispositivos relativos a las clases
de bienes (artículos 885 y 886).

Como en el caso de Ios bienes corporales e incorporales, esta clasificación es excluyente.


Lo dicho significa que no existe una tercera clase de bienes, paralela a las anteriores. Como
señala el Código Civil francés en su numeral 516, todos los bienes son muebles o inmuebles.
Se aplica aquí, por lo tanto, el principio ontolólogico del tercio excluido.

La distinción clásica de los bienes inmuebles y muebles resulta de la simple observación


de las cosas, en función de su naturaleza. Los inmuebles tienen un asiento fijo pues se
encuentran arraigados al suelo y están inrnovilizados, no pudiendo trasladarse de uno a
otro lugar sin producir su menoscabo o destrucción. Los muebles, por el contrario, carecen
de asiento fijo o estable, pudiendo fácilmente ser transportados por el espacio, sin daño
alguno. Estas características con ser muy importantes no constituyen un requisito existencial
y puede suceder y sucede que objetos como las naves y aeronaves, que son muebles por

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[]-rcqt'1:: l)crcc[r,,* Rcrlcs

natüraleza, sean empero catalogados como inmuebles por determinación de la ley (inciso
4) del artículo 885(.).
La distinción que hemos hecho y que está establecida en función de la fijeza por un lado y
de la traslación por el otro, si bien no es existencial, no deja de tener excepcional importancia.
Así, tratándose de Ia acción reinvindicatoria, es absoluta en materia de inmuebles y relativa
cuando se trata de muebles, pues en este último caso queda, por lo general, desplazada por
el principio según el cual en cuestión de muebles "la posesión vale el título".

Larazón de 1o expuesto en el párafo anterior es simple: mientras los inmuebles pueden


ser, por su naturaleza, fácilmente habiclos, los muebles se transfieren de mano en mano y sus
antecedentes se pierden en la bruma de sucesivas transflerencias. ¿,Córno se haría efectiva
una acción reivindicatoria en estas circunstancias, sin que produjese permanente zozobraen
cada uno de los adquirentes del bien mueble? La respuesta huelga sería altamente perjudicial
al comercio si no funcionase de la manera expuesta, sobre la base de los requisitos de
seguridad y celeridad contractual.

En la posesión, se advieften, igualmente dilerencias saltantes. En efecto, mientras en la


de bienes muebles vale corno título de propiedad porque así lo exige la misma facilidad con
que se trasmiten, en [a de inmuebles no sucede lo rnismo y se conserva siempre la dif-erencia
entre la posesión y la propiedad.

Finalmente, también existen dit-erencias marcadas de carácter procesal. Así. mientras


la competencia está pre.riamente determinada con c\actitud I fi_1eza en los conllictos sobre
inmuebles, en los litigios sobre nrueblcs no succ-dc lo nrisnro. pues ella raria según el lusar
en que se encuentren y puedan estar un dia aquÍ r el orro dia allá. asintilándosc- Ias ntás de
las veces a la competencia de la persclna que los posee.

III. CLASIFICACIÓN DE LOS INMUEBLES


Los inmuebles se clasifican de la manera siguiente:

a) Inmuebles por naturaleza, o sea aquellos que presentan la característica fisica


de encontrarse anaigados al suelo de una manera estable y consiguientemente
son inmóviles. Son tales, la tierra en general, el subsuelo, dentro del que están
incluidos los yacimientos mineros y petroleros, las aguas, tanto superficiales como
subterráneas, y las construcciones, siempre que no sean volantes. Podemos citar
entre las construcciones toda clase de obras como son casas, granjas, talleres,
edificios, túneles, molinos, homos, puentes, muelles, diques, chimeneas y análogos.
Los materiales que sirven para estas construcciones y que son muebles por su

(*) El inciso'{ del artículo ti85 del Código Civil fue dcrogado (a partir del 30/05/2006) por la Sexta Disposición Fi-
nal delaLeydelaGarantíaMobiliaria, I-eyN'28677publicadaci 0l/01/2006. Porconsiguiente,actualmente
las naves y aeronaves son considcradas c(lmo bianes l¡ueblcs.

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Bienes

naturaleza, se convierten en inmuebles al adherirse para foünar parte integrante


del conjunto.

b) Inmuebles por su destino, esto es, muebles por naturaleza que por obra de una
ficción se presentan como inmuebles y conservan su existencia propia desde el
punto de vista ontológico. Tienen este carácter todos los muebles introducidos en
una explotación agrícola o industrial. También lo tienen los muebles que componen
el mobiliario de una casa-habitación y otros similares.

c) Inmuebles por determ¡nación de la ley. Se trata aquí de ciertos muebles por


nattraleza, a los que la ley señala su calidad de inmuebles debido a su importancia,
que reclama una mayor protección y permite el ejercicio del crédito hipotecario
o que siguen inevitablemente la suerte del inmueble del que son dependientes, en
virtud del mecanismo de la accesoriedad, como sería el caso de una estatua u otro
objeto ornamental ubicados en un espacio destinado a recibirlos. Tienen por lo
tanto el carácter de inmuebles por determinación de la ley, las naves y aeronaves
y las estaciones y vías de ferrocarriles y material rodante afectado a su servicio,
tal como lo establecen los incisos a) y 9) del artículo 885 del Código Civil(.).

d) Inmuebles por el objeto sobre el cual se aplican. En esta condición están los
derechos. En efecto, cuando el derecho incide sobre un objeto inmueble se trata
de un bien inmueble. Si. por el contrario, su proyección es sobre un mueble será
consiguientemente un bien mueble. Así, el derecho de posesión de una casa es un
bien inmueble, mientras el derecho de poseer una máquina de escribir es un bien
mueble.

En la legislación francesa existe un dispositivo según el cual tienen la calidad de bienes


inmuebles por el objeto sobre el cual se aplican, Ias acciones que tienden a reivindicar un
inmueble (artículo 526 del Código Civilfrancés).
En opinión de Planiol y Ripert, "hay una categoría especial de acciones judiciales tanto
entre los inmuebles como entre los muebles, en las que una persona se dirige a los tribunales
para obtener la anulación de un acto jurídico que le es perjudicial y que produce efectos
contra ella. Se trata de las acciones de nulidad, rescisión, revocación y otras. No puede
decirse que hay en tal caso un crédito; se trata de una reclamación de los tribunales para
obtener de estos un acto de autoridad: la restitución de un derecho injustamente enajenado"
(Planiol y Ripert, op. cit., tomo II[, Los bienes, No 95, páginas 93 y 94).

(*) Los incisos 4 y 9 del artículo 885 del Código Civil fueron derogados (desde el 30/05/2006) por la Sexta Dispo-
siciónFinal delaLeydelaGarantíaMobiliaria,LeyN'28677publicadael 0l/03/2006. Porconsiguiente,ac-
tualmente las naves, aeronaves, estaciones y vías de ferrocarriles y el material rodante afectado al servicio son
considerados como bienes muebles.

JJ
[lxégesis: Derechos Reales

Zenati, al justiñcar esta determinación, expresa que la acción reivindicativa de un


inmueble es en cierta forma un inmueble en potencia desde que tiene por objeto consagrar
en justicia la propiedad delmismo (Frederic Zenati, op. cit., página74).

No existe en la ley peruana un precepto que asimile las acciones sobre los bienes
inmuebles a la categoría de un bien de esta clase y esta exclusión la estimamos justificada.
En efecto, la acción es un derecho que corresponde a toda persona mediante el cual y en
ejercicio de sus facultades ciudadanas moviliza la dinámica de un poder del Estado --el
Poder Judicial y como tal constituye una institución de orden procesal distinta al derecho
sustantivo que se pretende sustentar. Diómedes Arias-Schreiber sostuvo con acierto que "un
juicio ejecutivo concluido con la venta de los bienes del demandado para hacer efectivo el
derecho del demandante puede ser contradicho mediante el juicio ordinario que la ley permite.
El juicio ordinario contradictorio puede recibir una sentencia favorable a la contradicción,
esto es, condenatoria al derecho alegado y consumado por el ejecutante. La acción ejecutiva
ha surtido todos sus efectos y sin embargo el derecho no existe. La acción procesal no puede
confundirse, en consecuencia, con el derecho sustantivo. La acción es independiente del
derecho sustantivo" (Diómedes Arias-Schreiber, "Derecho Procesal Civil", página 89).

IV. CLASIFICACIÓN DE LOS MUEBLES


Los bienes muebles se clasifican de la manera siguiente:
a) Bienes muebles por naturaleza. Son aquellos objetos susceptibles de moverse
sin perjuicio alguno, sea por dinámica propia (caso de los semovientes) sea por
propulsión de una fuerza extraña.

Tal como se desprende de la naruraleza misma de las cosas. la gama de los muebles
es prácticamente inñnita. Los animales (semovientes), los cuadros, arnas, mesas,
libros, sillas, cuadros, todos los artículos de la línea blanca doméstica, vestidos y
un sinnúmero de elementos similares entran dentro de esta clasiñcación.

b) Bienes muebles por determinación de la ley. Son calificados por la ley como
bienes muebles las acciones o cuotas de las sociedades y compañías, la renta de
obligaciones emitidas conlorme a ley y aun ciertas construcciones que por su
nafixaleza son inmuebles, como las volantes, pero que por razones de circulación
entran en la calificación de bienes muebles. También lo son los derechos
comprendidos en las propiedades literaria, artística e industrial.

c) Bienes muebles por el objeto sobre el cual se aplican. Entran en esta clasificación
derechos, pero proyectados sobre bienes muebles y, de acuerdo con nuestro Código,
también los inmuebles no inscribibles en el registro de la propiedad.

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Bicnes

V. OTRAS CLASIFICACIONES NO CONSIDERADAS POR EL


CÓDIGO CI\/IL
Entre los bienes corporales existen ciertas peculiaridades, de las que se desprenden
nuevas clasificaciones. Entre ellas están los bienes consumibles y no consllmibles; los
fungibles y los no fungibles; y los divisibles e indivisibles.
Se ha sostenido que esta clasificación corresponde más a la doctrina que a la legislación
y por eso no aparece en el Código Civil de 1984. Si bien en términos generales la afirmación
es exacta, por nuestra parte creemos que esas clasificaciones, que ya existían en el Código
Civil derogado de 1936, debieron mantenerse de acuerdo con nuestra realidad social, cultural
y juridica y en el entendido concepto de que el Código Civil debe ser, sesún palabras de
Manuel Augusto Olaechea, "una ley que enseña".

Se consideran como bienes consumibles aquellas cosas que no pueden ser utilizadas
sin que necesariamente se agoten, física o jurídicamente. E,l agotamiento es fisico cuando se
trata por ejemplo de los alimentos o del carbón, los cuales, al ser utilizados, se consumen.
Por su parte el agotamiento es jurídico cuando se dispone de una moneda, la que si bien
fisicamente subsiste, desaparece y se consume para quien la utiliza.

Los bienes no consumibles, en cambio. son las cosas que se pueden utilizar sin otro
desgaste que el natural que resulta producto del uso v dt--l tienrpo. Un automór'il. una máquina
de escribir y una computadora. para poner ejenrplos. scln bienes no consumibles.

Se entiende por bienes fungibles aquellas cosas susceptibles de ser reemplazadas


por otras de la misma especie. Se trata de bienes que tienen un poder subrogatorio tal,
que satisfacen a plenitud al titular, en caso de pérdida. Hay pues en ellos una relación de
equivalencia entre dos cosas, en virtud de Ia cual una cumple en su integridad la función
liberatoria de la otra "Es fácil comprender que esta cualidad no puede corresponder más que
a las cosas que se determinan por numero, el peso o la medida", exponen Planiol y Ripert
(Planiol y Ripert. op. cit. tomo III, Los bienes, N'58; página 63). Una copa de determinado
vino será, por consiguiente, fungible, desde que puede ser reemplazada por otra del rnismo
vino en igual cantidad.
Los bienes no fungibles son por el contrario aquellos que presentan una individualidad
tal que los hace extraños a cualquier sustitución. La Gioconda, obra maestra de Leonardo
Da Vinci es un bien no fungible. desde que no puede ser reemplazado por otro cuadro, por
parecido que fuera.

Los bienes divisibles son aquellas cosas separables por fi'acciones, sin que sufian por
ese acto menoscabo alguno y que conservan por lo tanto su valor, proporcional al conjunto.
Como un ejemplo tenemos el de un predio dividido en parcelas.

Los bienes indivisibles, por el contrario, son los que a[ fiaccionarse pierden su sustancia
o sufren una desproporcionada desvalorización respecto del conjunto. Tal sería el caso de
la Venus de Milo. intocable e indivisible por antonomasia.

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Derechos Reales

No se ha hecho en el Código Civil la clasificación que tenía el derogado 1936, sobre


bienes del dominio particular y bienes del Estado. Se ha considerado que esta clasificación,
mutable por su propia natt¡raleza, corresponde más bien a ley específica, que no ha sido
dictada, por lo que existe aquí un vacío que debe ser llenado a la brevedad posible.

En la Comisión gue funcionó en la Facultad de Derecho de la Unjve¡sidad de Lima se


definieron los bienes del Estado y se les separó en aquellos que son del dominio público, es
decir, en función de su servicio y destino de los bienes de uso público que son inalienables,
imprescriptibles e inembargables, tales como el patrimonio arqueológico.
También se clasifican los bienes en registrados y no registrados. Son bienes registrados
los incorporados a algún registro de carácterpúblico. Son bienes no registrados los que no se
encuentran incorporados en un registro público.

Los bienes no registrados son, a su vez, registrables y no registrables. Son registrables


los bienes que por ser identificables, pueden registrarse. Son bienes no registrables aquellos
que por no ser identificables, no pueden registrarse.

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