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Desde crecer bajo tierra hasta

autopodarse los fascinantes


secretos de las plantas para
resistir al fuego
 Jorge Poveda Arias
 The Conversation*

9-8-22

FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES


Cada año, el fuego arrasa amplias zonas en cada vez más países.
Parece ser que esta situación no va a ir a mejor en los próximos
años y el aumento de las temperaturas y de los periodos de
sequía, como consecuencia del cambio climático, no va a mejorar
la situación.
Pero si el fuego arrasa con todo, ¿cómo consiguen las plantas
sobrevivir y comenzar de nuevo con la formación de los bosques
perdidos?
Un estudio publicado en la revista Oikos por un investigador
español del Centro de Investigaciones sobre Desertificación
(Valencia) nos muestra varias de las estrategias que siguen las
plantas para renacer tras un incendio.

Plantas a prueba de fuego


La primera estrategia (y la más efectiva) es evitar tener que
enfrentarse nunca al fuego.
¿Cómo lo consiguen? Muy fácil: crecen en sitios donde el fuego
jamás será capaz de llegar. Por ejemplo, en las paredes de un
barranco, en zonas encharcadas de forma continua o incluso bajo
el agua.
Si tienen que vivir en un hábitat propenso a incendios, las plantas
pueden seguir otras estrategias.
Algunos arbustos y árboles crean cortezas muy gruesas que
intentan proteger lo máximo posible el interior de la planta. En
todos los casos, los órganos más indefensos ante el fuego siempre
son las hojas.
Ante esta debilidad, muchos árboles (como algunos pinos) se
autopodan, haciendo que sus ramas inferiores se caigan. De esta
forma, solo llamas de gran altura podrán afectar a sus hojas.
Otras plantas pueden mantener brotes bajo tierra (e incluso
protegidos con otros tejidos vegetales) para renacer si el fuego
acaba con las plantas adultas.
Semillas que nacen al calor de las llamas
Pero el fuego no es algo negativo para todas las plantas.
Hay especies que realmente lo necesitan para poder surgir y
desarrollarse. Este es el caso, por ejemplo, de las jaras. No es
casualidad que las jaras sean de las primeras plantas en colonizar
el terreno tras un incendio.
Las semillas de jara caen al suelo y se mantienen enterradas
durante varios años, en un estado de inactividad denominado
dormancia.
Cuando un incendio arrasa el bosque, el fuego hace que estas
semillas alcancen elevadas temperaturas, lo que provoca que se
despierten.
De esta manera, germinarán rápidamente y podrán establecerse
en un nuevo hábitat rico en nutrientes (toda la ceniza del incendio)
y en ausencia de plantas competidoras.
FUENTE DE LA IMAGEN,SCIENCE PHOTO LIBRARY
Pie de foto,
Las semillas de jara (Cistus ladanifer) caen al suelo y se mantienen enterradas durante
varios años, en un estado de dormancia.
A pesar de las estrategias señaladas, muchas especies vegetales
resisten muy poco el fuego y son eliminadas totalmente de los
bosques tras el incendio.
Si son especies vegetales con facilidad para dispersar sus
semillas, puede que vuelvan a aparecer en poco tiempo en ese
mismo lugar, procedentes de otros bosques cercanos.
Sin embargo, si resisten poco el fuego y no dispersan sus semillas
fácilmente, un incendio puede acabar por completo con estas
plantas. Esto provoca la desaparición de especies vegetales en la
zona durante varios años o incluso para siempre.
Aprender a sobrevivir a los incendios
Todas las estrategias para sobrevivir al fuego son resultado de
procesos evolutivos que buscan, por encima de todo, la
supervivencia de la especie.
Para conseguirlo, las plantas tienen que aprender a hacerlo.
Precisamente, un artículo publicado en Proceedings of the Royal
Society B por investigadores de la Universidad de Sheffield (Reino
Unido) explica cómo las plantas pueden aprender a hacer frente al
fuego.
El estudio fue realizado con cuatro especies diferentes de
gramíneas. Se utilizaron dos tipos de parcelas: una parcela que no
se había quemado en 35 años y otra parcela que se quemó
anualmente durante dos años.
En ambas parcelas crecían de forma natural las cuatro especies
de gramíneas analizadas. Lo que hicieron estos investigadores fue
coger esas gramíneas y trasplantarlas a macetas en un
invernadero para estudiar su evolución bajo condiciones
controladas.

Al cabo de un año, determinaron que las plantas sometidas a


incendios anuales producían más semillas y más biomasa
subterránea.
Por lo tanto, estas plantas centran sus esfuerzos en dispersar su
progenie lo máximo posible y en crecer donde menos afecta el
fuego (bajo tierra).
Entonces, todas las plantas se quemaron y volvieran a brotar por
sí solas. De esta forma, los investigadores descubrieron que las
plantas que eran sometidas a incendios continuos crecían mucho
más rápido tras ser quemadas (a partir de los brotes enterrados).
Las plantas habían aprendido que crecer bajo tierra era
fundamental para poder sobrevivir en un lugar sometido a tantos
incendios. Habilidad que sus compañeras, inexpertas ante el
fuego, no habían adquirido.
A pesar de que hay plantas que han aprendido a sobrevivir a los
incendios, muchas otras no lo han hecho.
El fuego representa un enemigo insaciable para el ser humano y
todos los seres vivos del bosque. Por eso, debemos hacer todo lo
posible para evitar su propagación en los bosques.
*Este artículo se publicó originalmente en The Conversation. Puedes leer la versión
original aquí.
Jorge Poveda Arias es profesor Ayudante, doctor en biotecnología y agricultura, en
la Universidad Pública de Navarra.

https://www.bbc.com/mundo/noticias-62394889

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