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© Rainer Siemens CEMTA Primer Semestre 2024

Lección 4: Los argumentos a favor de la existencia de Dios (#)

1. Introducción: ¿Se puede “probar” la existencia de Dios?


Una de las aserciones ateas más contundentes contra el teísmo es el simple hecho de que nadie
pudo probar la existencia de Dios más allá de cualquier duda razonable. Es más, según la
perspectiva atea todos los intentos de hacerlo han fallado. A pesar de esto, teólogos cristianos,
judíos y musulmanes han presentado en el pasado y presente diversas “pruebas” de Dios. Las
pruebas de Dios, que son defendidas por apologetas y filósofos cristianos en la actualidad, tienen
su origen en el filósofo griego Aristóteles (384-322 a.Cr.). Sus pensamientos fueron adaptados por
teólogos medievales escolásticos como Tomás de Aquino (1225-1274), Anselmo de Canterbury
(1033-1109) y Duns Scotus (1266-1308). Las pruebas de Dios normalmente se dividen en las
siguientes categorías: Ontológico, cosmológico, teleológico y moral.1 En esta lección nos
limitaremos a estudiar la evidencia cosmológica, teleológica y moral.
Es necesaria una observación previa: Esta lección prefiere hablar de “argumentos a favor de la
existencia de Dios” y no “pruebas de Dios”.2 Una “prueba” matemática (como el 1+1 = 2) sí exige
el asentimiento. A diferencia de esto, las “pruebas” de Dios no son capaces de obligar a personas
de aceptar la conclusión Dios.3 No obstante, la apologética cristiana tiene que revitalizar estos
argumentos a favor de la existencia de Dios. La fe cristiana debe ser comprendida y presentado
como una vía intelectual razonable. Sin una verificación racional, ella sería ciega y quedaría
reducida a una leyenda.
2. El argumento cosmológico
2.1 ¿Qué es el argumento cosmológico?
El argumento cosmológico o de causa deduce del universo (como efecto) una primera causa (=
Dios). Históricamente el argumento cosmológico representa una familia de argumentos,
presentada en su versión clásica por Tomás de Aquino (1225-1274).4 En el presente, William L.
Craig es uno de los defensores más conocidos del argumento cosmológico, especialmente en su
reformulación del argumento cosmológico kalam.5 En su forma más simple, Craig presenta el
argumento cosmológico de la siguiente forma:
(1) Cualquier cosa que comienza a existir tiene una causa.
(2) El universo comenzó a existir.
(3) Por lo tanto, el universo tiene una causa (=Dios).
Para invalidar a (3), los ateos tienen que invalidar una (o ambas) de las premisas (1) y (2). Pero la
premisa (1) parece más razonable que su negación: a) Asumir que algo comenzó a existir sin una
causa rechaza la experiencia común. b) Si las cosas comenzasen a existir a partir de la nada, sin
causa explicable, entonces ciertas cosas continuamente deberían saltar de la nada sin causa a la
existencia. Esto también significaría, que el universo quedaría inexplicable y toda indagación
científica sería vana. c) La premisa (1) no solamente se puede reducir a causas y efectos físicos en
1
Cf. Holthaus, Apologetik, 130.
2
Algunos prefieren la terminología “indicios de Dios”.
3
Cf. Grudem, Teología Sistemática, 148.
4
Aquino distinguió tres aspectos en ella: (1.) La prueba “ex parte motus”, cinética, o prueba a partir del movimiento:
A partir del movimiento en el mundo se deduce un “primer movedor”. (2.) La prueba “ex ratione causae efficientis”,
o prueba de la causa: Todo hecho en el mundo es causado por algo o alguien. Y estos también son causados por causas
eficientes. Debido a que una serie infinita de causas eficientes es imposible, se determina que existe una causa eficiente
no causada. (3.) La prueba “ex possibili et necessario”, o prueba de la contingencia: El mundo está compuesto por
hechos contingentes, es decir cosas que pueden, pero no tienen que existir. No son necesarias. Por ende, su razón de
estar no puede estar en ellos mismos, sino en algo o alguien diferente a ellos (y así sucesivamente). Debido a que una
serie infinita de hechos contingentes es imposible, se determina que existe un ser no-contingente. Cf. Pöhlmann,
Dogmatik, 120 y 126s.
5
Cf. Craig Reasonable Faith, 111-156 y On Guard, 74ss.

1
el universo. Afirma también una dimensión metafísica, ya que un origen sin causa viola el principio
“ex nihilo nihil fit”,6 es decir, la “nada no produce algo”.
El rechazo por el argumento del regreso infinito: Una vía popular de negar la premisa (1) por sus
implicaciones religiosas es el argumento de regreso infinito: ¿Qué causa tiene Dios? Si todo lo que
existe tiene una causa, entonces Dios también debería tener una causa (y así sucesivamente). Pero
la premisa (1) no dice que todo lo que existe tiene una causa, sino todo lo que comienza a existir
tiene una causa. Dios es eterno y por ende no requiere de una causa. Él no es parte de una cadena
de causas y efectos, sino él es el “movedor inmovible”. Aunque la plenitud de este concepto es
misterioso para la mente humana, su principio sí es inteligible.7
También la afirmación de la premisa (2) es más probable que su negación. Craig fundamenta la
premisa (2) de la siguiente manera:
a) Un número infinito de eventos en el pasado puede ser pensado en lo abstracto, pero no puede
existir en la realidad. Por ende, un universo sin causa, cual implicaría un número infinito de
eventos pasados, no puede existir en la realidad. En otras palabras: Si el universo fuera infinito,
nunca el tiempo pudiera haber llegado al día de hoy. Así pues, el universo tuvo que haber tenido
un comienzo.8 Según Craig, dos observaciones científicas comprueban esta objeción filosófica:
b) La evidencia de la expansión del universo implica que durante un evento del pasado todo el
universo conocido estuvo concentrado en un punto. Este evento es conocido como el “Big
Bang”.
c) La segunda ley de la termodinámica implica, que el universo, por el aumento de la entropía
(el desorden, es decir, la desintegración del universo), hubiera dejado de existir hace mucho
tiempo, si realmente fuera infinito. En otras palabras: El universo se está quedando sin energía
utilizable. Ya que el universo apunta a una incapacidad de experimentar algún cambio, tendrá
una muerte oscura y fría. Pero, si el universo realmente fuera eterno, su muerte habría ocurrido
“hace eternidades”. Pero, ya que el universo actualmente existe, tuvo un comienzo (y, por ende,
no es eterno).
Por lo tanto, y de acuerdo a (3), el universo tuvo que haber tenido una causa. Ya que el universo
comprende a toda la realidad física y temporal existente, la causa de su existencia necesariamente
transciende espacio y tiempo. Esta causa no es material, física o contingente y, por ende, debe ser

6
“Este principio se le atribuye al filósofo griego Parménides de Elea (530-515 a.C.). De forma básica, lo que nos dice
es que la inexistencia (nada), no produce la existencia (algo). Lo anterior es una propuesta intuitiva. La inexistencia
(la nada) no tiene ningún tipo de poder causal, porque la capacidad causal es algo propio de las cosas que existen y la
nada, es, precisamente, un concepto útil para expresar una idea: inexistencia total. La propuesta de que algo si puede
aparecer desde la nada, es epistémicamente inferior a la propuesta de que algo puede aparecer “por arte de magia”,
pues en lo segundo, al menos tienes elementos que sirvan para explicar la aparición de algo, mientras que, en lo
primero, no tienes algún elemento en lo absoluto.” Documento: El argumento cosmológico kalam, 7.
7
Craig discute algunas objeciones más a la premisa (1) provenientes de la física quántica y las teorías de Alexander
Vilenkin. Según Craig, todas estas objeciones carecen de un fundamento firme.
8
Craig fundamente su negación de un número infinito real de cosas con las observaciones del matemático alemán
David Hilbert (1862-1943). Según Hilbert, la infinidad existía potencialmente, pero nunca en la realidad. Un número
infinito de cosas en la realidad llevaría a muchas absurdidades. Hilbert ejemplifica su teoría con su famoso
experimento mental “el hotel infinito de Hilbert”. Si existiera un hotel con un finito número de piezas que están todas
ocupadas, ningún huésped nuevo podría ser admitido. Pero en un hotel con un número infinito de piezas, donde todas
están ocupadas, un huésped nuevo podría ser acomodado fácilmente. El dueño solamente movería un huésped de la
pieza #1 a la pieza #2 y así sucesivamente hasta el infinito. Ahora la pieza #1 está desocupada. Pero, antes de la llegada
del nuevo huésped, todas las piezas estaban ocupadas. Ahora, si nos imagináramos la llegada de un número infinito
de personas nuevas, el dueño podría mover el huésped de la pieza #1 a la #2, el del #2 al #4, el del #3 al #6 y así
sucesivamente moviendo sus huéspedes al número doble de sus habitaciones previas hasta el infinito. Ahora todas las
habitaciones con un número par quedarían ocupadas, mientras que todas las habitaciones con números impares
quedarían libres para el infinito de personas nuevas. Si el hotel de Hilbert realmente existiera llevaría el siguiente
anuncio: TODAS LAS PIEZAS OCUPADAS – HUESPEDES SON BIENVENIDOS.

2
eterna. Desde la perspectiva cristiana, “Dios” ciertamente es adecuado para esta fuerza eterna y
personal (es decir, que es inteligente y quiera crear el universo). 9
3. El argumento teleológico
El término “teleología” es un compuesto de las palabras griegas “τέλεος” (télos), que significa
“fin”, “objetivo” o “propósito, y “λογία” (logía), que significa “ciencia”. Por lo tanto, la teleología
estudia la finalidad y el objetivo de las acciones y cosas.10 Como argumento teleológico se lo
estudia principalmente en la filosofía y teología, por lo cual se deducen de estructuras intencionales
que muestran que el universo y la vida fueron diseñados por Dios. Por lo tanto, un universo con
diseño (como efecto) tuvo como causa a un diseñador (= Dios). El argumento se adecua al siguiente
silogismo:11
(1) Todo diseño complejo implica un diseñador.
(2) El universo (especialmente la vida) se caracteriza por un diseño complejo.
(3) Por lo tanto, el universo tiene un diseñador (=Dios).
En la actualidad, el argumento teleológico se discute en relación al ajuste fino del universo, la
complejidad irreducible de organismos vivos y el origen de la información en el código de ADN.
En esta lección nos limitaremos a estudio del ajuste fino del universo.
3.1 ¿Qué es el ajuste fino del universo?
Con el descubrimiento del ajuste fino del universo durante los años 60 del siglo pasado, el
argumento teleológico fue revitalizado. El ajuste fino del universo es la proposición que las
condiciones que permiten la vida en el universo únicamente pueden ocurrir cuando ciertas
constantes físicas están dentro de un margen muy limitado, por lo que la alteración mínima de una
o más de estas constantes lo habrían hecho muy improbable que la materia, las estructuras
astronómicas, la diversidad elemental como también la vida como la conocemos se pudieran haber
desarrollado.12 “Ajuste fino” es una descripción neutral que no significa “diseñado”, ya que
simplemente afirma que la vida únicamente es posible dentro de ciertos rangos muy estrechos. Si
este ajuste fino se debe a un diseñador o es el simple resultado de una necesidad física o producto
de la casualidad es una cuestión filosófica.13 El principio antrópico (del griego “ἄνθρωπος” –
hombre), relacionado al ajuste fino del universo, mantiene que el universo fue ajustado desde el
primer momento de su existencia para la aparición de la vida.14
3.2 Evidencias para el ajuste a precisión
Existen 15 constantes naturales (como la fuerza de la gravedad, la fuerza nuclear fuerte y débil,
etc.) que tienen que estar precisamente reguladas y sincronizadas para que el universo permita la
vida. En algunos casos, solamente una desviación de una parte en un millón o incluso una
millonésima de una millonésima ya hubiera hecho imposible la existencia de la materia, las
galaxias, las estrellas, los planetas y los hombres. 15 Alguien comparo el ajuste fino del universo a
150 dados que todos mostraban el número 6. Si solamente uno se cambiase a 5, entonces la vida

9
Existen dos cosas que trascienden espacio y tiempo: Objetos abstractos como números o una fuerza personal, no
material e inteligente. Ya que números, como el 7, no pueden causar nada, entonces el universo únicamente pudo
haber sido causado por una fuerza personal, no material e inteligente. Para la defensa de Dios como causa del universo
Craig revitaliza el argumento cosmológico de Leibniz. Cf. Craig, Reasonable Faith, 106-111.
10
Teleologie, 2018.
11
Cf. Geisler, When Skeptics ask, 2013, pág. 14.
12
Fine-tuned Universe, 2018.
13
Craig, 2010, pág. 109-111.
14
Geisler, Anthropic Principle, 2012, pág. 22. Craig rechaza dos malentendimientos con relación al ajuste fino del
universo.
15
Esta explicación breve la ofrece Keller, 2013, págs. 164-165.

3
sería imposible.16 Con respecto a la propia tierra se pueden observar los siguientes ejemplos (entre
muchos) de un ajuste fino que permite la vida:
- La atmósfera se compone en un 21% de oxígeno. Si el oxígeno llegara al 25%, fuegos
devastadores se encenderían. Si fuera solamente el 15%, los hombres se asfixiarían.
- Si la fuerza gravitacional cambiaría en 1 parte en 1040 (un 10 seguido de 40 cerros), el sol no
existiría y la luna se estrellaría sobre la tierra o flotaría hacia el espacio. Solamente un
incremento ínfimo en la fuerza gravitacional tendría como resultado estrellas mucho más
masivas que nuestro sol con el efecto, de que el sol se quemaría apurada- y erráticamente como
para sostener la vida.
- Si la fuerza centrífuga del movimiento planetario no estaría balanceada precisamente en
relación a la fuerza gravitacional, nada se mantendría en órbita alrededor del sol.
- Si Júpiter no estuviera en su órbita actual, la tierra sería bombardeada con material del espacio.
El campo gravitacional de Júpiter actúa como una aspiradora cósmica que atrae asteroides y
cometas.
- Si la corteza terrestre fuera mayor, demasiado oxígeno sería atraído hacia la corteza como
para sostener la vida. Si la corteza terrestre fuera menor, la actividad volcánica y tectónica
haría imposible la vida.
- Si la rotación de la tierra fuese más lenta que 24 horas, las diferencias de temperatura serían
demasiadas grandes entre día y noche. Si la rotación fuera más breve, la velocidad de los vientos
atmosféricos sería excesiva.
3.3 Implicaciones religiosas del ajuste a precisión: La existencia de un diseñador
Ante esta extraordinaria precisión, chance, casualidad y el azar no parecen explicaciones
razonables. El físico Dyson Freeman escribe por lo tanto: “Cuanto más examino el universo y
estudio los detalles de su arquitectura, más evidente me parece que el universo sabía que nosotros
íbamos venir.”17 Incluso el aclamado científico Stephen Hawking afirmó en una ocasión que el
ajuste fino tenía claras implicaciones religiosas.18 Robert Jastrow (1925-2008), agnóstico y
astrónomo de la NASA, cambió de parecer con el descubrimiento del Big Bang que exigía una
causa más allá de espacio y tiempo (= Dios) y el ajuste fino del universo que apuntaba hacia un
diseñador inteligente. Acerca del ajuste fino comenta: “El principio antrópico… parece afirmar
que la propia ciencia ha comprobado con una evidencia firme, que este universo fue hecho, fue
diseñado para que el hombre viva en él. Es un resultado muy teísta.”19 Por lo tanto, el ajuste fino
del universo que establece el principio antrópico puede considerarse una actualización del
argumento teleológico.20
3.4 Críticas a las implicaciones religiosas del ajuste a precisión
Críticos han lanzado numerosas críticas hacia la interpretación teísta del ajuste a precisión del
universo, de las cuales se mencionarán las más importantes21:

16
Anthropic principle, 2018.
17
Citado en Flew, 2013, pág. 104.
18
Keller, 2013, págs. 164-165.
19
Citado en Geisler, Anthropic Principle, 2012, pág. 22.
20
Ibíd., pág. 23.
21
Una de las objeciones más importantes, no mencionadas en el texto principal, simplemente afirma: “El universo
simplemente es así.” De acuerdo a esto, se arguye que simplemente no se requiere de una explicación para el ajuste
fino del universo, porque únicamente somos capaces de observar un universo que es compatible con la existencia de
seres vivos y hombres. Esta interpretación del principio antrópico se conoce como principio antrópico débil. Cf. Ibíd.,
pág. 116. En otras palabras: “El mundo es necesariamente como es porque hay seres que se preguntan por qué es así.”
Principio antrópico, 2018. Si no fuera así, la vida no sería posible y no estaríamos aquí para observar el ajuste fino del
universo. Cf. Lennox, 2009, pág. 105. Pero este razonamiento muestra una falacia: El hecho de que únicamente
podemos observar un universo que permita la vida, no elimina la necesidad de una explicación. El filósofo John Leslie
(1940) compara esta argumentación con 50 rifles que apuntan hacia una persona y yerran. Sin embargo, el afortunado

4
1) El multiverso: La única posibilidad para evitar la conclusión teísta del ajuste fino del universo
es explicarlo como resultado del azar. La versión más popular de esta objeción es la afirmación de
que existe un multiverso.22 Es decir, se postula la existencia de billones de universos (es decir un
multiverso) y que algunos de estos billones de universos por casualidad se ajustaron tan
precisamente para que la vida inteligente fuera posible. Obviamente es posible, que el multiverso
exista y que por causalidad vivamos en un universo que permita la vida. Pero esta teoría se enfrenta
a serias objeciones:
a) La mayoría de los científicos rechazan esta hipótesis, porque la base empírica para los
múltiples universos pobres es pobre. Anotny Flew escribe: “No existe en la actualidad la menor
evidencia empírica en favor del multiverso. Sigue siendo una idea puramente especulativa.”23
No se trata tanto de una hipótesis científica, sino de una especulación metafísica.
b) Para evitar a Dios se especula además acerca de cosas nunca vistas. Citando a Richard
Swinburne, Flew incluso ridiculiza la idea del multiverso: “Es una locura postular un trillón de
universos (…) para explicar los rasgos de un solo universo, cuando postular una sola entidad
(Dios) solucionaría el problema.”24 De acuerdo al principio de la “navaja de Ockham”, se
debería preferir la explicación más sencilla, si esta además explica adecuadamente los
fenómenos observados. Por lo tanto, la postulación de la existencia de billones y billones de
universos es el colmo de la irracionalidad.
c) Incluso si existiera el multiverso, eso no descartaría la existencia de Dios, ya que es posible
que este multiverso fue ajustado a precisión por un mecanismo supremo que generó todos estos
universos y las leyes que los rigen. Es decir, el multiverso también tuvo que haber sido diseñado
por un diseñador inteligente.25
2) ¿Quién diseñó al diseñador? El aclamado ateo Richard Dawkins rechaza la interpretación teísta
del ajuste a precisión, ya que el diseñador divino quedaría sin explicación, ya que inmediatamente
se plantearía la pregunta: ¿Quién diseño al diseñador? Pero el razonamiento de Dawkins es
defectuoso, porque para reconocer que la una explicación sea la mejor no se requiere de una
explicación de la explicación. Esta es una premisa básica de la filosofía de la ciencia. Así por ej.,
si un arqueólogo encuentra unas puntas de flechas, la explicación que fueron fabricadas por una
tribu desconocida es totalmente válida. El requisito de Dawkins, además, nos conduciría a un
regreso infinito de explicaciones antes de cualquier explicación pudiera ser aceptada. Por lo tanto,
nada pudiera ser explicado.26

no se asombra por esto y tampoco busca una explicación, ya que este es el único desenlace que él puede percibir. Si
una bala le hubiera acertado, simplemente no estaría con vida. Ibíd., pág. 106. Pero la inferencia obvia sería que los
50 tiradores a propósito no acertaron. Cf. Craig, 2010, págs. 116-117.
22
Algunos objetan al argumento de la baja probabilidad para la existencia de un universo que permita la vida, ya que
solamente existe un universo, lo que no nos permite decir, por ej., que 1 de 10 universos permiten la vida. En contra
de esto hay que afirmar que, por los estrictos parámetros de las contantes naturales, es mucho más razonable asumir
la existencia de un universo que no permite la vida que un universo que sí permita la vida. Otra variante del argumento
del origen casual del ajuste fino apela a la analogía de la lotería. Aunque en una lotería la probabilidad de que
cualquiera gane sea ínfima (con una probabilidad de 1 en 20 millones), alguien recibe el premio. Por lo tanto, todos
los posibles universos son igualmente improbables, pero uno, por casualidad, surgió. Pero la analogía de la lotería fue
mal concebida, porque no se trata de explicar porque este universo existe, sino porque un universo que permite la vida
existe. Una analogía más acertada sería suponer una lotería con billones de pelotas blancas y una pelota negra. Para
ganar se debe escoger al azar 5 veces de seguido la pelota negra. Si esto sucediera, todos reconocerían que esto no
ocurrió por casualidad. Por lo tanto, un universo que permita la vida no se debe a factores causales. Para esto cf. ibíd.,
págs. 113-116.
23
Flew, 2013, pág. 107.
24
Citado en ibíd.
25
Para estos argumentos críticos del mulitverso cf. Lennox, 2009, págs. 106-108 y Craig, 2010, págs. 117-119.
26
Craig, 2010, págs. 120-123. Craig también afirma que Dios es una explicación notablemente simple, ya que como
mente pura no es constituido por diferentes partes como un objeto material.

5
3) El azar como causa del diseño: La objeción del azar simplemente afirma que el universo y la
vida son accidentes afortunados. Pero el azar simplemente no tuvo suficiente tiempo de trabajar
su magia. Fred Hoyle, anteriormente ateo, calcula que incluso con tiempos geológicos de billones
de años, la probabilidad es de 1 parte en 1040.000, virtualmente cerro, que una célula muy primitiva
y simple pueda surgir al azar. Por otro lado, el azar no causa nada. No conocemos ninguna fuerza
natural que pueda originar la complejidad específica de los seres vivos. Finalmente, es muy
irracional invocar los poderes del azar como explicación para el orden y diseño en el universo y
los seres vivos, ya que la ciencia trata de establecer mediante observaciones patrones regulares.27
4. El argumento moral
El argumento moral simplemente afirma que todos los seres humanos asumen códigos morales
universales y objetivos (es decir, trascienden la humanidad; por ej. la “mentira” y el “robo” son
reprensibles en todas las culturas durante todos los tiempos). Por lo tanto, cada uno de nosotros
tiene una “noción” de lo que está “bien” y “mal” (cf. Rom 2:14-15). Esta idea de lo “bueno” y
“reprochable” demuestra, según el argumento moral, la existencia de un estándar ético más alto,
es decir, un legislador universal. Se argumenta que este estándar es Dios. Por lo tanto, códigos
morales objetivos (como efecto) fueron causados por un legislador (= Dios).
En occidente, muchas personas son relativistas y afirman que ninguna persona puede someter a
otra persona a sus propias convicciones morales. Cada uno debe encontrar “su propia verdad
moral”. Pero en la vida práctica, esto es imposible, ya que todos tenemos la sensación de que
existen obligaciones morales que no son sensaciones privadas, sino universalmente válidas (como
los derechos humanos, el rechazo al fanatismo, el genocidio, el asesinato, la entrega, la
generosidad, la igualdad de hombre y mujer, etc.). Entonces, al afirmar valores morales absolutos,
personas implícitamente invocan a Dios como legislador de estos valores universales. Así pues,
William L. Craig presenta el argumento moral de Dios de la siguiente forma:28
(1) Si Dios no existiera, valores y obligaciones morales no existirían.
(2) Valores y obligaciones morales existen.
(3) Por lo tanto, Dios existe.
Para evitar la conclusión (3), el ateo o la persona secularizada deben mostrar la improbabilidad de
las premisas (1) y (2). Por un lado, muchos simplemente afirman, que obligaciones morales se
dieron por desarrollos históricos y consensos culturales y sociales. Pero al afirmar esto, las normas
éticas y las obligaciones morales dejan de ser objetivas y absolutas. Situaciones históricas pueden
cambiar y consensos sociales y culturales pueden ser alterados. Quizás hoy consideramos el
homicidio algo abominable, pero quizás en el futuro nuestra sociedad decide por una circunstancia
histórica, que una parte de la población pierde el derecho a la vida.29
Por otro lado, se presentan argumentos psicobiológicos para explicar el origen de norma éticas y
obligaciones morales. Según esta perspectiva, en un proceso evolutivo aquellos de nuestros
antepasados que vivía un estilo de vida altruista pudieron multiplicarse más rápidos que aquellos
que vivían de forma egoísta. Por ende, así los genes altruistas se perpetuaron y llegaron a nosotros,
mientras que los genes egoístas se extinguieron.30
Pero el modelo psicobiológico muestra numerosas deficiencias. Es concebible que un hombre
primitivo muestre una actitud altruista en relación a su propia familia y su clan. Pero al mismo
tiempo, la perspectiva evolutiva también implica que él se comportaría de forma egoísta frente a

27
Geisler, God, Objections to Proofs for, 2012, pág. 207. Geisler resume la fuerza del argumento teleológico: “El
argumento teleológico (…) es un argumento altamente probable, pero no absolutamente seguro para el diseño
inteligente en el mundo. El azar es posible, pero no probable.” Geisler, Teleological Argument, 2012, pág. 543.
28
Cf. Craig, On Guard, 129.
29
Cf. Keller, Gott, 185s.
30
Cf. Ibíd., 182s.

6
otras familias y otros clanes, personas que no son de su sangre y que compiten con él por los
mismos recursos. A diferencia de esto, hoy en día lo consideramos una obligación moral de ayudar
a aquellos que son diferentes a nosotros. Por lo tanto, el modelo piscobiológico no tiene una
explicación adecuada para un comportamiento más allá de nuestra propia sangre.31 Incluso si
varias de nuestras actitudes morales fueron el resultado de un proceso psicoevolutivo, esto no
invalidaría el argumento moral. C.S. Lewis responde a esta objeción, de que nuestras obligaciones
morales sean meramente instintos sociales que se desarrollaron, de la siguiente manera:
Bien; yo no niego que posamos tener un instinto gregario, pero eso no es lo que yo entiendo por ley
moral. Todos sabemos lo que se siente al ser impulsados por el instinto: por el amor maternal, o el
instinto sexual, o el instinto por la comida. Significa que uno siente una intensa necesidad o deseo de
actuar de una cierta manera. Y, por supuesto, es cierto que a veces sentimos justamente esa clase de
deseo al querer ayudar a otra persona. (…) Pero sentir un deseo de ayudar es muy diferente de sentir
que uno debería ayudar lo quiera o no. Suponed que oís un grito de socorro de un hombre que se
encuentra en peligro. Probablemente sentiréis dos deseos: el de prestar ayuda (debido a vuestro instinto
gregario), y el de manteneros a salvo del peligro (debido al instinto de conservación). Pero sentiréis en
vuestro interior, además de estos dos impulsos una tercera cosa que os dice que deberíais seguir el
impulso de prestar ayuda y reprimir el impulso de huir. Bien: esta cosa que juzga entre dos instintos,
que decide cuál de ellos debe ser alentado, no puede ser ninguno de estos instintos.32
Por ende, “esta cosa que juzga entre dos instintos” es la ley moral. Es más, el hombre secularizado
se encuentra en dos dilemas terrible. Por un lado, él vive con un fuerte sentido de normas éticas y
obligaciones morales y de que él puede diferenciar entre lo bueno y lo malo. Pero la ley de la
naturaleza consiste en la supervivencia del más fuerte. Al excluir y rechazar a Dios, él no tiene
ningún fundamento para su comportamiento altruista. Es más, si no existe un juez soberano del
universo, cualquier cosa está permitida.33 Es justamente esta crueldad en la naturaleza y condición
humana que quizás sea uno de los indicios más fuertes para Dios. Ya que la naturaleza y el hombre
están corrompidos, para diferenciar entre el bien y el mal, necesitamos un estándar moral fuera de
la naturaleza.34

31
Cf. Ibíd.
32
Lewis, Mero Cristianismo, 27s.
33
Cf. Keller, Gott., 185-193.
34
Cf. Ibíd. Por otro lado, el hombre moderno vive con la constante experiencia de que él no puede cumplir con los
requerimientos de esta ley natural, que fue puesta por Dios. A partir de este hecho, la fe cristiana muestra su relevancia,
ya que ella ofrece arrepentimiento y perdón genuino, ya que las exigencias de esta ley fueron satisfechas en Jesucristo.
Pero la persona se tiene que enfrentar a su propia corrupción moral. Cf. Lewis, Mero Cristianismo, 48s.

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