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Te explicamos qué es la doctrina Monroe y cuáles son sus causas y consecuencias. Además, sus características
generales, críticas y más.
La doctrina fue ideada por John Quincy Adams, quien sería presidente de los Estados Unidos luego de Monroe, pero
presentada por éste último al Congreso de la nación en su sexto Discurso sobre el Estado de la Unión.
La doctrina fue tomada inicialmente con escepticismo pero más adelante con sumo entusiasmo, a medida que el área
de influencia estadounidense en el resto de América crecía. No se le llamó “Doctrina Monroe” sino hasta mucho después.
“América para los americanos”
Con la célebre frase de “América para los americanos”, la doctrina Monroe estipulaba como un asunto de importancia
estratégica para los Estados Unidos el apoyo en la lucha independentista del resto del continente, considerando
como una amenaza a su también recién adquirida soberanía cualquier afianzamiento del poder Imperial europeo en
América.
Este anuncio tuvo un efecto doble entre los intelectuales y políticos latinoamericanos, ya que por un lado
agradecían el apoyo estadounidense en su lucha contra las potencias europeas de la Santa Alianza; pero por el otro
temían desde temprano la injerencia que dicha resolución le otorgaba a los Estados Unidos en sus nacientes repúblicas.
Las consecuencias inmediatas del pronunciamiento de Monroe fueron escasas. En Europa no tuvo demasiada
repercusión, como lo demuestran las invasiones europeas que contaron con apoyo o con la neutralidad norteamericana
en las Islas Malvinas (Gran Bretaña las ocupa en 1833), el bloqueo de las costas argentinas entre 1839 y 1840.
Luego, de 1845 a 1850, la ocupación de la República Dominicana por España entre 1861 y 1865, la intervención
francesa en México, la ocupación británica de la Guyana en Venezuela, etc. No puede decirse que haya sido mucho más
que una bravata.
Sin embargo, a largo plazo la doctrina sí que tendría consecuencias, a medida que era empleada para justificar las
numerosas intervenciones del gobierno de los EE.UU en América Latina, lo cual duraría hasta prácticamente finales
del siglo XX. La idea de que América Latina es el “patio trasero” de los Estados Unidos se fundamenta en gran
medida en la doctrina Monroe.
Corolario Roosevelt
Otro corolario de la doctrina fue emitido en 1904 por el entonces presidente estadounidense Theodore Roosevelt, a
raíz del bloqueo naval que sufrió Venezuela entre 1902 y 1903 por parte de los Imperios británico, alemán y el Reino
de Italia, exigiendo el pago inmediato de deudas contraídas por el gobierno del entonces presidente de la nación
suramericana Cipriano Castro.
En dicho bloqueo los Estados Unidos actuaron como mediador imparcial, y luego anunciaron el corolario a la doctrina
Monroe en el que establecían el derecho de su nación a intervenir libremente en el resto de los países
americanos, para reordenar el Estado o devolver las garantías de funcionamiento a sus empresas e intereses en dicha
nación, en caso de una intervención de potencias ajenas al continente que las pusiera en riesgo.
Con este controvertido corolario se daban permiso los propios EE.UU para disponer de los otros países violentando su
soberanía y su autogestión. Esto significó una nueva etapa de imperialismo norteamericano llamada “El gran garrote”
(The Big Stick) en el que el uso de la fuerza fue carta común en las relaciones estadounidenses con el resto del
continente.
La doctrina Díaz
La doctrina Díaz enunciaba que todos los pueblos debían ser libres de autogobernarse.
La doctrina Díaz fue pronunciada por el entonces presidente mexicano, Porfirio Díaz, como respuesta al último
corolario de la doctrina Monroe. En ella se enunciaba que todos los pueblos debían ser libres de autodeterminar su
futuro y autogobernarse, sin que otra nación tuviera derecho a intervenir en ello, ni reconocer o desconocer
dicho gobierno.
Fuente: https://humanidades.com/doctrina-monroe/#ixzz8UILLhCok