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ORACIÓN

Fecha: 23 de abril

MONICIÓN INICIAL:
Paz y bien, hermanita y compañeras, nos ponemos en presencia del Señor, en este momento de oración para agradecer por un día más
de vida, por la bendición en cada hogar y por darnos la oportunidad de estar mas cerca de Él, nos ponemos en sus manos, escuchamos
su Palabra que alimenta nuestra fe e ilumina nuestros pasos en la vida personal y comunitaria. Iniciamos nuestra oración: En el
nombre del que alimenta nuestra fe e ilumina nuestros pasos en la vida personal y comunitaria. Iniciamos nuestra oración: En el
nombre del Padre...

CANTO:
Cantar es orar dos veces, manifestemos nuestra fe entonando: “Espíritu Santo ya llegó“

MONICIÓN PARA EL EVANGELIO:


La palabra de Dios ilumina y es guía de nuestras vidas, es fuente de toda verdad y nos brinda el camino de la verdadera felicidad.
Escuchemos con atención:

LECTURA DEL EVANGELIO:


LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN
Se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación del templo. Era invierno, y Jesús se paseaba en el templo por el pórtico de Salomón.
Los judíos, rodeándolo, le preguntaban:
«¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso? Si tú eres el Mesías, dínoslo francamente».
Jesús les respondió:
«Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, esas dan testimonio de mí. Pero vosotros no creéis, porque
no sois de mis ovejas. Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para
siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Lo que mi Padre me ha dado es más que todas las cosas, y nadie puede arrebatar nada de la
mano de mi Padre. Yo y el Padre somos uno».

REFLEXIÓN:
Él nos lo dice: Yo soy el Cristo. Pero muchas veces no lo escuchamos. Él nos habla siempre con hechos más que con palabras. ¿Cuántos
milagros se han realizado a lo largo de los siglos en la Iglesia y cuán poca confianza a veces tenemos? Es Cristo quien nos está hablando
a través de todas estas obras. Nos habla sobre todo en el silencio, en un atardecer en el mar, en la brisa cargada de fragancias de los
campos, en el canto de los pajaritos... son las palabras de Dios que utiliza para comunicarnos su amor. Dios no nos habla en la fuerza de
la tormenta, ni en el huracán, nos habla en el susurro de la brisa. Además el Señor es nuestro Pastor, con Él nada temeremos, porque
nos protege bajo su mano. Él se olvida de sí mismo para darnos su amor, como un verdadero Pastor sufre frío, calor, cansancio, sed,
hambre... por amor. Nosotros somos las ovejas de Cristo, fuimos entregados a Él por el mismo Padre celestial. Tanto es el amor de Dios
que en todo momento se recuerda de nosotros. Nunca seremos arrebatados de la mano del Padre. Él nos protege y nos cuida entre sus
manos. Él y el Padre son uno. Uno que significa unidad, reflejo e imagen de la unidad que tenemos que vivir entre nosotros. Los hijos
con los padres, los padres entre sí, los hermanos, los amigos, los que no conozco, los enemigos. Es el ejemplo de Cristo el que debemos
imitar. Diálogo con Cristo. Señor, me muestras el camino que debo seguir, si quiero ser feliz. Sin embargo, desconfío en que realmente
Tú lleves mi carga. Necesito verte y escucharte, no con mis sentidos sino con mi espíritu, para que cuando vengan los problemas te
busque inmediatamente en la oración, porque eres la roca sobre el cual puedo edificar mi vida.
ACCIÓN DE GRACIAS:
Agradecemos a Dios por sus bendiciones a cada oración de gracias respondemos:
Gracias señor
1- Gracias señor por brindarle salud y bienestar a mí familia. TODAS/ gracias Señor.
2- Gracias señor por cada alimento que día a día llega a mí hogar. TODAS/ gracias Señor.
3- Gracias señor por acompañarme en mis momentos de angustia y brindarme tu amor y consuelo. TODAS/ gracias Señor.

ORACIÓN FINAL:
Bendita sea tu pureza
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea
en tan graciosa belleza.
A Ti, celestial Princesa,
Virgen Sagrada María,
yo te ofrezco en este día
alma, vida y corazón.
Mírame con compasión,
no me dejes, Madre mía.
Amen

DESPEDIDA:
Que el Señor nos bendiga y nos guarde, nos muestre su rostro y tenga misericordia de nosotros, nos mire benignamente y nos conceda
su paz. Si somo hijas de María Inmaculada... Que yo sea defendido por ti... Que todas las cosas las hagamos en el Nombre del Padre...

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