Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
TODOS LOS PADRES DE FAMILIA: Invita a los padres a orar la siguiente oración: (entregar
oración)
Señor Jesús, aquí nos tienes reunidos en torno a Ti, para dar gracias por el don maravilloso de la
vida, porque nos has llamado a ser parte de este mundo que tanto necesita de Ti. Te damos gracias
Señor porque es tu fuerza la que guía nuestros pasos por el camino de la verdad y del amor.
Queremos poner nuestra vida en tus manos, la vida de nuestros hijos para que guiados por tu amor
perseveremos en el bien. Hoy de manera especial queremos que derrames Tú bendición sobre
nuestras hijas que están deseosas de recibirte. Tú Señor sabes lo importante que es para nosotros
acompañarla junto a María nuestra Madre. Amén
VESTIDO:
Padre de familia: (Jenny, mamá Juan José)
Nuestros hijos asistirán a su primera comunión luciendo un vestido blanco que simboliza la pureza
para acercarse ante el altar del sacrificio de Nuestro Señor. Que Dios derrame sobre sobre cada uno
de ellos su fuerza y protección para que vivan con dignidad y amor su primera comunión.
Niños: (Juan José y Isabella)
Te ofrecemos Señor el vestido que llevaremos el día de nuestra comunión, su color simbolizará el
servicio y las obras buenas que haremos desde ese día hasta nuestra muerte, danos fuerza para no
dejar nunca de recibirte y de hacer el bien, aun en los momentos más difíciles de nuestra vida.
CORONA DE FLORES:
Padre de familia: (Sandra, mamá Catalina)
La corona de flores nos recuerda las coronas de rosas que le ponían a las primeras mártires de la
Iglesia que eran llevadas con sus ropas más vistosas por el coliseo romano al entregar sus vidas por
amor a Dios, simbolizando la alegría de ir al encuentro del Señor. Por la noche, los cristianos
recogían sus coronas y por cada rosa, recitaban una oración o un salmo por el eterno descanso del
alma de las mártires. Nuestras hijas la llevan puesta como signo de su entrega y union a Cristo en la
Eucaristía.
Niña: (Catalina)
Esta corona de flores señor, simboliza mi alegría y la de mis compañeras por ir a tu encuentro. Las
mártires de Roma lo hacían a través de la muerte, nosotras, por la Sagrada Eucaristía. Ayúdanos
para que la alegría que hoy sentimos en el corazón porque al fin podemos acompañar a nuestros
padres a comulgar, la sintamos siempre, y esta comunión de tu cuerpo fortalezca nuestro espíritu
como ocurrió con los primeros mártires de la iglesia y los que hoy sufren a causa del anuncio del
evangelio.
CRUCIFIJO: Padre de familia: (Papá Juan Andrés)
El crucifijo que llevan nuestros hijos el día de su Primera Comunión es un recordatorio de las
palabras de Cristo: «El que quiera venir en pos de mí, que tome su cruz de cada día y me siga,
porque el que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí.» (Mt 10,38). El crucifijo es un símbolo
que representa a todas las pequeñas obligaciones de hijo, hermano, amigo, estudiante, ciudadano y
es la cruz que Jesús les ayuda a llevar a lo largo de su vida con amor y que será su fortaleza, para
anunciar con responsabilidad a Jesucristo.
Niño (Juan Andrés)
Traigo para ti mi buen Jesús, este Cristo que llevaremos mis compañeros y yo el día de nuestra
Primera Comunión, con el renovaremos las promesas bautismales, nos recordará el inmenso amor
que nos tienes y el precio que pagaste por nuestra redención. Danos fuerza y voluntad férrea para
cumplir con responsabilidad todas las tareas que desde ya comenzamos a asumir gustosos al
recibirte en la Eucaristía.
LA VELA:
Padre de familia: (Papá Mateo)
El cirio pascual simboliza a Jesucristo resucitado, como luz que ilumina la existencia humana en
todas sus realidades. «Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no anda en tinieblas sino que
tendrá la luz de vida» (Jn 8,12; Jn 12,46). Al encender la vela que portarán los niños con el fuego del
cirio pascual, simbolizamos dos realidades:
La primera: Los niños recibe la luz de Cristo como guía que iluminará siempre sus pasos hacia la
vida eterna.
La segunda: Los niños reciben de Cristo, la misión de ser luz del mundo; la misión de guiar a su
prójimo con las palabras acertadas y ser testimonio vivo que refleje su búsqueda de la vida eterna.
Niño: (Mateo)
Jesús de mi vida, traigo en esta noche el cirio con el que mis compañeros y yo renovaremos las
promesas bautismales. Éramos muy pequeños el día que nos bautizaron y no lo recordamos,
algunos lo recibieron ya grandes y fueron conscientes de la presencia del Espíritu Santo. El día de
nuestra Primera Comunión, queremos nosotros mismos renovar el compromiso de amarte con todo
nuestro corazón.
Comentador: (Alejandra)
La oscuridad produce temor e inseguridad, angustia y miedo, y así como es ausencia de luz,
simboliza la ausencia del bien, ausencia de Dios, muerte y soledad, frío y abandono. Según el libro
del génesis al principio de todo era caos y desorden todo estaba en tinieblas. Pero vino la palabra
del Señor y creó una tierra favorable para vivir.
Vamos a acompañar con el canto, mientras se enciende la fogata con el fuego del cirio Pascual que
representa la luz de Cristo Resucitado, la luz de un Dios vivo, que nos quiere vivos.
CANTO: Xime Esta es la luz de Cristo
Prendemos la fogata tomando la luz del cirio pascual que significa Jesús resucitado. (Se prende la
tea del cirio pascual. Luego con la tea se prende la fogata.)
Después de encender la fogata se hace la proclamación del Evangelio.
EVANGELIO: San Mateo 5, 14-16 Hna. Gloria Stella.
“Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse. Ni se
enciende una lámpara para cubrirla con un cajón. Por el contrario, se pone en la repisa para que
alumbre a todos los que están en la casa. Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos
puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al padre que está en el cielo.” Palabra de Dios.
COMENTADOR: (Alejandra)
Hacemos un minuto de silencio para interiorizar la palabra de Dios que acabamos de escuchar.
COMENTADOR: (Alejandra)
Cristo es la luz que da sentido a nuestra vida, que despeja nuestras dudas, que ilumina nuestros
miedos, disipa la oscuridad de nuestros odios, desconfianzas y divisiones, nos saca del error en que
nos sumerge en el pecado. La luz cuando irrumpe en medio de la oscuridad, atrae las miradas hacia
sí y luego hacia el entorno iluminado por ella. Los que aceptan la luz, que es Cristo, van a tener sed
de su luz y hambre de su presencia, esta experiencia se vive personalmente y se comparte a los
demás, para descubrir un sentido nuevo de la relación con Dios, de la convivencia entre los
hombres, de la misma existencia humana y la creación entera.
En este momento de silencio donde nos sumergimos en la contemplación del resplandor del fuego y
de la danza de las llamas, recordamos que Juan Bautista fue claro al decir que el bautizaba con
agua pero que vendría el Cordero de Dios y nos bautizaría con su Espíritu y fue exactamente lo que
hizo cuando en Pentecostés nos envió el Espíritu Santo y nos bautizó con fuego.
CANTO: (Xime) bautízame señor con tu espíritu
COMENTADOR: (Alejandra)
Ahora como signo del compromiso que adquieren los padres de las niñas, niños y jóvenes que
próximamente se comprometerán de una manera más consciente con Jesucristo a través de su
Primera Comunión, invitamos a uno de los padres para que se acerquen al cirio pascual, enciendan
la vela y la conserven en sus manos.
CANTO MIENTRAS ENCIENDEN LAS VELAS: Xime BAUTIZAME O AMAR COMO TÚ.
COMENTADOR: (Alejandra)
Puestos de pie, los padres le entregan a su hijo, la luz de Cristo con las siguientes palabras:
PAPÁ LE DICE A SU HIJO: La luz de Cristo te ilumine siempre.
LA NIÑA A SU VEZ CONTESTA: Señor ayúdame a ser luz y alegría para todos los que me rodean.
COMENTADOR: (Alejandra)
Juntos profesemos nuestra fe: CRO EN DIOS PADRE, TODO PODEROSO…
Después de haber recibido la luz que proviene del amor de Dios, los invitamos a pasar en silencio a
nuestro tercer momento del ágape fraterno, nos dirigimos al salón verde con las velas encendidas.
Guiarlos al salón verde
Al llegar a la entrada del salón verde pueden apagar las velas