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Los Homicidios. 2022
Los Homicidios. 2022
4. Los homicidios
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Trece pasos de sanidad del corazón ECE PRESENCIA
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ECE PRESENCIA Trece pasos de sanidad del corazón
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Sin embargo, aunque la mano y el oído de Dios están prestos para nosotros, nuestras
iniquidades o maldades y nuestros pecados hacen una división, o levantan un muro de
separación entre el rostro de Dios y nosotros, con lo cual ya no tenemos acceso a su mano
y a su oído.
Si analizamos bien, vemos que la primera cosa que hace esta división entre Dios y
nosotros, es la maldad de homicidios, porque dice: “vuestras manos están contaminadas
de sangre y vuestros dedos de iniquidad; vuestros labios pronuncian mentira, habla maldad
vuestra lengua”
¿Cómo y cuándo se contaminan nuestras manos de sangre? Cuando cometemos homicidio
en nuestro corazón, aborreciendo, detestando u odiando a nuestros hermanos y cuando
con nuestra lengua matamos su dignidad, hablando mal de ellos o insultándolos.
Es por eso que en 1 Timoteo 2:8 se nos manda: “Quiero, pues, que los hombres oren en
todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda”
Por falta de conocimiento, tenemos la osadía de tratar de entrar a la presencia de Dios y
orar, con nuestro corazón lleno de odio, de aborrecimiento y malos sentimientos, sin
arrepentirnos y sin pedirle perdón a Dios por toda esta maldad y pecado. Por lo tanto,
cuando levantamos nuestras manos al Señor, Él ve la sangre de nuestros hermanos a
quienes aborrecemos u odiamos, matándolos en nuestro corazón y con nuestra lengua.
Esto causa que Dios aparte su rostro de nosotros y lo hace por misericordia, para no
consumirnos por todos estos homicidios.
En las reuniones en la iglesia, al estar orando o cantando, si Dios nos abriera los ojos
espirituales, nos asombraríamos de ver cuantas manos están contaminadas con ira, con
contienda, con sangre por estos homicidios…
Es por eso que con frecuencia nos preguntamos ¿Por qué no siento la presencia de Dios?
¿Por qué Dios no me oye? ¿Por qué no veo respuestas a mis oraciones? ¿Por qué no me
alcanza la bendición? Bueno, creo que ahora entendemos algunas de las razones por la cual
muchas veces no experimentamos la presencia de Dios y sentimos que nuestras oraciones
no pasan del techo. Oramos y oramos y no recibimos respuestas, sin percatarnos de la
condición de nuestro corazón.
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Trece pasos de sanidad del corazón ECE PRESENCIA
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HOMICIDIOS FÍSICOS.
Este tipo de homicidios son los que la mayoría tienen conocimiento y conciencia. Es cuando
se asesina físicamente a una persona. Un corazón con esta maldad de homicidios, es
vulnerable a estallar en ira, cólera y odio en alguna situación y llevar a cometer un homicidio
físico, al ser cegados con ese odio. Aunque después no se explican cómo pudieron haber
reaccionado de esa manera y haber cometido ese homicidio. También la Palabra de Dios
nos da instrucciones respecto a los casos de homicidio que se cometen por accidente, sin
intención alguna. Números 35:11, Deuteronomio 4:41-42
Hay personas con un corazón lleno de odio y amargura, que abren la puerta para ser
influenciados y aun poseídos por espíritus diabólicos de homicidio y cometen asesinatos sin
sentir ningún tipo de remordimiento, al ser gobernados por Satanás.
Todos los tipos de homicidio traen grandes consecuencias y maldiciones a nuestra vida,
familia y descendencia, sino nos arrepentimos y buscamos el perdón de Dios y la liberación
y sanidad de nuestro corazón.
CONCLUSIÓN:
Aunque no todos cometen homicidio físico, todos cometemos constantemente
homicidios en nuestro corazón y con nuestra lengua. Todos traemos esta iniquidad de
homicidio en nuestro corazón, en nuestra genética espiritual que heredamos desde Adán y
Eva. En algunos esta iniquidad viene más activada que en otros, dependiendo cuánto
pecado de homicidio cometieron nuestros padres y antepasados en nuestra línea
genealógica. Pero debemos tener entendimiento que todos tenemos en nuestro corazón
esta maldad. Por lo tanto, para ser de los bienaventurados de limpio corazón que verán a
Dios nuestro Padre celestial y poder llegar a ser primicias para Dios y para el Cordero
(Apocalipsis 14:4), debemos trabajar diligentemente en comunión con el Espíritu Santo,
para recibir liberación y sanidad en nuestro corazón de toda iniquidad de homicidio, con el
poder y la virtud de la sangre de Cristo y de su Palabra y fuego santo. Además, debemos
hacer nuestra la redención o liberación de toda maldición por quebrantar la ley de Dios, que
Cristo Jesús compró para nosotros en la cruz del calvario. → Gálatas 3:13
Debemos reconocer delante de Dios que tenemos esta maldad en nuestro corazón y que
hemos pecado cometiendo estos homicidios consciente o inconscientemente. No debemos
ocultarle al Señor el odio, aborrecimiento o deseo de venganza o de mal que sentimos… De
igual manera, de acuerdo a Levítico 26:40, confesar toda esta iniquidad y pecado que
cometieron nuestros padres y antepasados. Pedirle perdón a Dios confiadamente y suplicar
sanidad divina, con acción de gracias. Esto es poderoso!!
Es urgente que obtengamos una santificación plena de nuestro ser, como está escrito:
“Y el mismo Dios de paz los santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma
y cuerpo sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo”
1 Tesalonicenses 5:23
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Hacia una nueva dimensión espiritual
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ORACIÓN
Padre nuestro que estas en los cielos, gracias por mostrarme la condición de mi
corazón. Reconozco que soy culpable de cometer homicidios en mi corazón y con mi
lengua, soy culpable de tener sentimientos de odio, de aborrecimiento en contra de
otras personas… Reconozco que soy culpable de hablar mal de mis hermanos y de las
personas que me caen mal y no tengo idea de cuánto he pecado de esta manera.
Señor nuestros, Te suplico misericordia, te suplico gracia y te suplico perdón por todos
los homicidios que he cometido. Te ruego que me salves de todo el odio que hay en mi
corazón, te suplico que me salves de toda esta maldad. Te suplico Señor Jesucristo, que
tu sangre limpie, purifique y santifique mi corazón. Yo por mi parte, decido perdonar a
todos los que me han ofendido o causado daño. Renuncio y desecho todo odio que hay
en mi corazón en contra de cualquier persona, principalmente en contra de:____
Padre nuestro, mediante nuestro Señor Jesucristo te doy gracias por tu bondad y por la
oportunidad que me das de llegar a ser de los bienaventurados de limpio corazón que te
verán. Amén.
CONSEJO PASTORAL:
Haga ésta oración constantemente. Además, todos los días, por el tiempo que Dios
le ponga en su corazón, manténganse declarando a cada rato lo siguiente: “La sangre de
Cristo Jesús limpia, purifica y santifica mi mente” o “Gracias Cristo porque tu sangre
limpia, purifica y santifica mi mente”. Esto es poderoso!! Después de un par de semanas
de estar haciéndolo, aunado a la oración y al estudio y meditación de la Palabra de Dios,
usted empezará a experimentar una renovación en su mente y en su forma de ser y de
actuar. Empezará a sentir la presencia de Dios en su vida como nunca antes, que le
introducirá en una vida llena de bendición. Pastor Luis Búcaro
TAREA:
1. Comente brevemente tres cosas, que avivó el Espíritu Santo en su corazón, con esta lección de
sanidad de los homicidios.
2. Lea, escudriñe y medite las siguientes citas y explique cómo se relacionan con los homicidios
que hemos estudiado y con nuestra efectividad en la liberación y en la batalla espiritual.
Marcos 16:17-18, Lucas 10:19, Salmo 91:13, Génesis 3:14, Números 21:5-6, Mateo 10:14,
Efesios 6:15
3. Realice nuevamente el ejercicio espiritual que aprendió en el DTCE, de aprender a perdonar
para ser libres de la amargura.
4. Comente brevemente su experiencia de volver a realizar este ejercicio de perdonar.
Debemos ser honestos con nosotros mismos, para ser honestos con Dios.