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Introducción:
Definición del corazón
Hay alrededor de 750 referencias al corazón en la Palabra de Dios. Las Escrituras nos dicen
que el corazón encubre, discierne, instruye, medita, reflexiona, percibe, planea, argumenta,
pondera, piensa y sopesa. Aunque científicamente sabemos que es el cerebro el que procesa
y organiza la información, es el corazón el que dirige, incluso, esas actividades. Así que,
cuando leemos sobre el corazón en la Biblia, se trata del lugar donde tienes tu voluntad, tu
actitud e intenciones, y es la fuente de tus pensamientos, acciones y palabras. El corazón
para Dios en estos textos, es el asiento de las actitudes, emociones y de la inteligencia.
LECTURA
Versículo clave: "Evita los deseos desordenados, propios de la juventud.
Busca la rectitud, la fe, el amor, y ten buenas relaciones con aquellos que
invocan al Señor con corazón puro."
18 Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre.
19 Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los
adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias.
20 Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero el comer con las
manos sin lavar no contamina al hombre.
Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus
labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más
que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado;
Entonces debe de ser tal importancia acercarnos a Dios con un corazón puro,
es difícil para todos y lo más significativo de esto es que nos va enseñar a
valorar más el amor de Dios porque a pesar de que nosotros muchas veces
tengamos estos pensamientos impuros, pecaminosos en nuestro corazón Él nos
sigue amando, vayamos a 1 Juan 3:18 al 20
20 pues si nuestro corazón nos reprende, mayor que nuestro corazón es Dios,
y él sabe todas las cosas.
Aquí hay que saber discernir el corazón nos puede estar condenando, nos
puede estar culpando es por eso que la palabra nos dice en jeremías que el
corazón es engañoso, pero nosotros tenemos a Cristo y en El no hay
condenación, él nos va a cuidar y no va dejar que caigamos hasta un punto
donde nos veamos tentados más allá de nuestras fuerzas, ¿Por qué? Porque él
conoce todo de nosotros y sabiendo esto debemos de tener confianza en El.
Más allá de que hasta nuestro cuerpo deba estar puro ante Dios como lo son
los miembros; la lengua, los pies, las manos, los ojos; prestemos mucha
atención al versículo 18(leer otra vez)
Con las manos podemos cometer homicidios, asesinatos pero la acción sigue
proviniendo del corazón
Con los ojos podemos demostrar altivez y cometer adulterio pero la intención
sigue naciendo en el corazón
Pero lo más importante de esto es que Dios no se complace con estas listas,
Dios aborrece la maldad y lo impuro de nuestros corazones es por eso que
desde toda la historia de la redención Dios ha pedido un cambio en nuestros
corazones un arrepentimiento un cambio en nuestros afectos, sentimientos
hacia los demás y hacia El mismo, porque cuando cometemos o nos dejamos
llevar por estas enfermedades que le hacen la guerra al corazón no le fallamos
a la gente en primer instancia le fallamos a Dios. Entonces hermanos este es
un llamado continuo a arrepentirnos porque Dios odia que todo este tipo
contaminación de pecado se arraigue en nuestros corazones o más bien que
crezca porque muchas veces no somos intencionales en cambiar le echamos
rienda a estos deseos o al menos no vemos la gravedad de nuestro pecado y no
comprendemos que también Dios tiene sentimientos en este caso de odio a
nuestra maldad.
Lectura 1 Tesalonicenses 4; 3 al 7
Y aquí estamos hablando del proceso de santificación la cual implica que cada
uno de nosotros tiene parte de responsabilidad de mantener un corazón puro
delante de Dios, tanto santidad y pureza son dos conceptos que van muy de la
mano en la vida del cristiano y más que procesos son un llamado de Dios que
hay que atender, entonces la importancia o necesidad de mantener un corazón
puro es principalmente porque Dios nos lo demanda en su palabra y porque
con ello al mismo tiempo estamos cumpliendo la voluntad de Dios y
podríamos hablar de la pureza en el noviazgo, del matrimonio pero a la verdad
Dios no solo quiere que nuestros corazones sean puros en ciertas áreas de
nuestras vidas sino en todo porque así como Cristo se entregó por completo, él
quiere que nos entreguemos a El puros en todo, sin mancha.
(Solamente la cito)
Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con
otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. 8 Si
decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la
verdad no está en nosotros. 9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo
para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.
Para limpiar una casa tu no le hechas más tierra o basura sino que la
limpiamos con algo que la deje limpia que le de otra apariencia, otro olor. La
palabra de Dios es pureza para nuestros corazones, la sabiduría perfecta para
saber cómo hablar, como actuar, como pensar. Por el simple hecho de que
proviene de un Dios santo, de alguien que anhela nuestra santidad nuestra
pureza, quiere que expresemos vida de nuestros corazones pero si empezamos
a guardar rencor, culpa, enojos, orgullo, deseos impuros, entonces ¿qué va
reflejar nuestra vida? ¿Cómo Cristo? O ¿cómo el mundo?
Mira lo que dice este pastor y autor cristiano Charles Spurgeon, cita la
siguiente frase:
Para que el corazón permanezca puro, para mantenerlo íntegro, no puede tener
manchas y a la vez creer que está limpio, tenemos que buscar a Dios como
decía el salmista David con todo nuestro corazón y no desviarnos de la
palabra de Dios, nosotros tenemos que alinearnos a ella, porque el corazón
hace lo contrario. Hoy en día hay tantas cosas en los medios que nos están
metiendo ideas, pensamientos de hombre y no debemos de mezclar nada de
eso en nuestros corazones al mismo tiempo, porque recordemos que es donde
reside Cristo y su palabra, debemos permitirle que gobierne nuestros
corazones, porque; ¿Qué comunión tienen las tinieblas con la luz? ¡Nada! No
hay coherencia en nuestra vida cristiana si hablamos palabra de Dios pero a la
vez decimos palabras que no edifican que son contenciosas. Por eso no
debemos de dejar que se mezcle lo puro con lo profano, porque o dejamos que
eche raíz más una que la otra y eso no es lógico.
Lectura 1 Pedro 1; 22
Si hay alguien que ya nos ha purificado de todo nuestro ser, del pecado, de los
deseos pecaminosos, Es Cristo a través de su sacrificio con su sangre
derramada en la cruz pero como aun vivimos en este mundo caído, aún
estamos en este cuerpo pecaminoso que se opone así como el corazón a las
cosas de Dios, no solamente tenemos que leer o meditar la palabra sino
obedecerla con la ayuda del Espíritu Santo, ¿no entiendes la palabra? El
espíritu santo es el maestro la promesa que Dios nos dio para entenderla.
Porque para cualquiera de nosotros sería muy fácil guardarla, memorizar
incluso versículos bíblicos tener conocimiento de la doctrina, pero si no la
vivimos, ¿cuál era el problema de los maestros de la ley, de los fariseos?
Tenían las leyes de Dios en su corazón grabadas, pero no las expresaban, con
sus actitudes demostraban lo contrario.