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La deforestación del Amazonas

AUTOR: SANDRO MARCELO OLANO GOMÉZ

En la región de la Amazonía, actividades humanas como la


producción agrícola, el desarrollo de infraestructura y la explotación
forestal producen niveles alarmantes de deforestación. Después de
conseguir algunos logros importantes, en la actualidad observamos
un notorio retroceso o mejoras insuficientes en toda la cuenca del
Amazonas. Si bien se cuenta con políticas que parecen positivas en el
papel, por lo regular fracasan debido a que las instituciones
encargadas de ellas son débiles y la ley se aplica de manera
inadecuada. Además, existen fuerzas económicas poderosas, tanto
legales como ilegales, que impulsan las actividades responsables de
la destrucción de la selva. La selva tropical amazónica desempeña un
papel vital en la eliminación del carbono, como mediador del ciclo
del agua a nivel global y es una cuna de la biodiversidad. Una
pérdida masiva de la selva tropical amazónica podría resultar
catastrófica, no solo para los treinta millones de habitantes de la
cuenca, sino para todo el mundo.
La selva de Brasil sufre la mayor pérdida de vegetación desde 2008,
Aquí radica el punto de fricción entre gobiernos,
ambientalistas, empresas e indígenas: el deseo de
desarrollar actividades económicas choca en muchas
ocasiones con la preservación del Amazonas y de sus
pueblos nativos. Los procesos de deforestación que
tienen lugar en estos países, independientemente de
las políticas de cada gobierno, afectan al ecosistema
en toda la región, incluso a aquellos países sin la
Amazonía, Esto se debe al rol esencial que tiene este
gigante verde: suministrar humedad a Sudamérica,
regular el clima de la región y capturar grandes
cantidades de dióxido de carbono (CO2), el principal
gas de efecto invernadero. La gente no tiene idea de lo
que significa perder este magnífico sistema
hidrológico ya que, si no se revierten estos niveles de
deforestación y degradación, dicen los científicos, las
consecuencias del cambio climático podrían
acelerarse en todo el planeta.
Mi opinión es que la deforestación resume todo lo peor de lo que
ocurre en la Amazonía peruana. Es principalmente una expresión
de la informalidad, fruto de la inequidad y de la ignorancia, agravada
por una extrema falta de gobernanza. Los actores de la
deforestación son la expansión agropecuaria de los pobres que
practican agricultura de supervivencia y también de los ricos que
desarrollan agricultura de exportación y, cada vez más, interviene la
minería aurífera ilegal. En esta nota se discute qué es posible
hacer, dentro del contexto sociopolítico y económico actual, para
reducir significativamente la deforestación. Dicho de otro modo,
aunque la solución real y definitiva para evitar la deforestación pase
por establecer justicia social y educar a la población, se sabe que
eso no sería logrado antes de que se acabe el patrimonio natural.

El primer aspecto a considerar es que, a pesar de que en el


imaginario popular la responsabilidad de atacar el problema de la
deforestación es del sector forestal, es decir de los
“guardabosques”, en realidad esta, como se verá, es esencialmente
del sector agropecuario y es compartida con el sector transportes y
el sector minero. Pero, obviamente, el sector forestal también tiene
mucho que decir y hacer en ese asunto.

En esta breve nota se hace una sugerencia integral para atacar


seriamente el problema de la deforestación, cuando esta no
responde a lo que es razonable ni lleva en cuenta lo que ya fue
deforestado y es subutilizado.

Opciones para frenar (o detener) la deforestación

Existen varias opciones para frenar la deforestación, ninguna de las


cuales tendrá los resultados esperados si se implanta aisladamente,
es decir que el éxito depende de la ejecución coordinada de todas o
de la mayor parte. Estas tareas, más bien paquetes de acciones, se
mencionan a continuación:

1. Reducir la presión de la expansión agropecuaria sobre los


bosques naturales, lo que implica:

1. Intensificar el uso de la tierra ya deforestada y habilitada, pero


sin uso.

2. Elevar la productividad por unidad de superficie. Eso requiere:

3. Mejorar la asistencia técnica y financiera para agricultores.


4. Mejorar la calidad de la red vial existente.

5. Instalar servicios sociales eficientes (salud, educación, etc.).

c. Imponer una moratoria de construcción de carreteras en bosques


naturales.

d. Mejorar la navegabilidad y los puertos en los ríos amazónicos.

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