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COMBARRANQUILLA
2024
Llama mucho la atención que la familia, siendo una realidad imprescindible para la
sociedad, la base o piedra angular de la misma, no se la atienda como es debido o
se le dé el lugar que le corresponde. Casi todos, a nivel teórico, reconocemos a la
familia como el valor más alto en comparación a otros valores, sin embargo, en la
práctica, arranca su edificación desde la improvisación, el desconocimiento y la
ignorancia.
El inicio del proyecto familiar sin preparación previa, ni próxima ni remota, acarrea
serias consecuencias posteriores en la vida, primero del esposo y luego en la vida
de los hijos. Esto ocurre así porque serán ellos, quienes reciban las consecuencias
negativas de nuestro actuar desordenado y la carencia de pautas y presupuestos
científicos y antropológicos de nuestra formación personal. Queremos decir con ello
que no hemos sido capacitados previamente, ni en el colegio, ni en la universidad
en torno a la consolidación de familias sólidas y la paternidad responsable y, en el
mejor de los casos, solo se cuenta como base con las mejores intenciones y con
estereotipos adquiridos en el seno de nuestras familias o aprendidos en las familias
de nuestro entorno inmediato y mediato.
A esta primera insuficiencia en el punto de partida del proyecto familiar se suma otro
problema: la falta de un plan de desarrollo familiar. Esta carencia los instala a los
esposos en la provisionalidad, en la falta de propósitos, en la falta de rumbo, en la
pobreza, y hasta lo instala en una profunda crisis.
la familia es una empresa y lo es por las siguientes razones: porque hay que
constituirla formalmente y, una vez constituida se convierte en una comunidad de
personas, una corporación humana, enlazada por un bien común que es el amor y
unos bienes compartidos y; porque debe tener un plan de desarrollo donde refleje
sus propósitos, sus objetivos, sus metas, sus valores, sus principios, sus planes,
programas y proyectos de desarrollo.
Cualquier empresa puede quebrar y de hecho quiebra o puede cambiar de rubro,
pero la empresa familiar es una realidad profunda y misteriosa que no debe quebrar;
si lo hace, desperdiga consecuencias nefastas de infelicidad en sus integrantes y
en los vínculos de su entorno cercano. Es más importante porque mientras en la
empresa importa más lo económico, en la familia importa más la persona y su
felicidad.
Solo si se tienen fortalecidos estos vínculos de amor familiar, se puede decir que la
familia constituye un hogar luminoso y alegre y, además, que se ha convertido en la
más importante de las empresas. El reto está planteado.