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KRAMER CONTRA KRAMER, de Robert Benton.

Llaman a la puerta. Ella está sentada con la maleta de viaje hecha al lado.

ÉL.- (En off) Joana, aquí estoy.

Va a abrir.

ÉL.- (Entra, y la besa) Hola, se me olvidaron las llaves. Tengo que llamar a
la oficina antes de que cierren. Joana, no sabes el marido que tienes. Traigo
un notición. (Tararea descuelga el teléfono)
ELLA.- Ted…
ÉL.- Un segundo, ahora hablamos.(Sigue tarareando mientras marca el
teléfono) ¿Te acuerdas de Jack Edwards, el de contabilidad? Ayer por la
mañana se suicidó. Sí, hola. Soy Kramer. Mañana por la mañana necesito
las fotos que tiene el retocador.
ELLA.- Te voy a dejar.
ÉL.- Joana, por favor, no oigo. ¿Qué…? Sí, desde luego. Muchas gracias.
Hasta mañana. (Cuelga el teléfono) ¿Has cenado ya?
ELLA.- Ted, me voy de casa. Ted, mis llaves, aquí están mis llaves. Mi
tarjeta de American Express. Mi libro de cheques. He sacado 2000 dólares
de la cuenta corriente porque es lo que yo tenía cuando nos casamos.
ÉL.- ¿Qué es esto, una broma?
ELLA.- Los resguardos del tinte y la lavandería. En los dos sitios puedes
recoger la ropa el sábado. El sábado, tú tendrás que ir a buscarla.
ÉL.- Joana, ¿puedes explicarme lo que pasa?
ELLA.- He pagado el alquiler, he pagado la luz y he pagado el teléfono.
ÉL.- Vaya un momento que eliges para… (Ella toma su bolso y la maleta)
Perdona, siento haber llegado tarde. Pero me estaba ganando la vida,
¿sabes? Vamos, no seas tonta. ¿Lo dejamos ya?
ELLA.- No queda nada pendiente. (Se dirige a la puerta para marchar)
ÉL.- Eh, eh, ¿qué haces? ¿A dónde vas? (Le sujeta la maleta y se la quita) A
ver, ¿qué es lo que hecho? Vamos dímelo. (Ella sale al pasillo y llama al
ascensor) Anda por favor, ¿dime que es lo que hecho de malo?
ELLA.- No es por ti, no es por ti. Es por mí. Es culpa mía. Te equivocaste de
persona al casarte. No lo resisto, no lo resisto.
ÉL.- Está bien, está bien. Vamos adentro.
ELLA.- Déjame.
ÉL.- Joana, por favor, no seas… Perdona.
ELLA.- No, no me hagas entrar ahí, por favor. Por favor, no me hagas entrar
ahí, no me hagas entrar ahí.
ÉL.- Sólo es para hablar.
ELLA.- Si me obligas, te juro que un día de la semana que viene, del año
que viene, me tiro por la ventana.
ÉL.- Joana, por favor, vamos… ¿Y qué pasa con Billy?
ELLA.- No me llevo a Billy. No soy buena con él. Lo hago muy mal. No tengo
paciencia. Estará mejor sin mí.
ÉL.- Joana, por favor.
ELLA.- Y además, ya no te quiero.
ÉL.- ¿A dónde vas?
ELLA.- No lo sé. (Se va)
MARGARET.- ¿Había hecho la maleta?
ÉL.- La cosa no es tan seria. Te agradezco mucho tu interés pero…
MARGARET.- ¿Te dijo dónde iba a ir? Supongo que algo te habrá…
ÉL.- ¿Tú lo sabes?
MARGARET.- Yo no sé nada. No estaba aquí.
ÉL.- Bien, es obvio que mi mujer y tú habéis estado comentando
exhaustivamente mis defectos sin permitirme participar. Me gustaría mucho
estar aquí charlando contigo, pero alguien tiene que mantener la familia.
Mañana tengo un asunto importante y aún no lo he preparado. Así que por
favor, tendrás que disculparme.
MARGARET.- Ted, ¿es que no los comprendes? Tenemos un problema
grave.
ÉL.- Vamos Margaret, yo tengo el problema. Tú lo que tienes que hacer es
salir por la puerta, bajar la escalera y meterte en la cama.
MARGARET.- Ted, el hecho que es que Joana…
ÉL.- No, el hecho es que me he pasado seis meses trabajando como un
negro para conseguir a la agencia la mayor cuenta de toda su vida. A las
cinco de esta tarde conseguimos esa cuenta. A las ocho me vine andando
con el vicepresidente, que me dijo que me ha nombrado director artístico
del departamento. Entro por esa puerta, para compartir con mi mujer uno
de tres mejores momentos de mi vida, y con toda la tranquilidad del mundo
me dice que no quiere seguir viviendo conmigo. ¿Tú te das cuenta de lo que
me ha hecho?
MARGARET.- Sí, te ha estropeado uno de los tres mejores momentos de tu
vida.
ÉL.- Eres estupenda, la verdad eres…Muchas gracias. En serio, que
solidaridad. (Abre la puerta) Muy amable por venir aquí a consolarme,
pero…
MARGARET.- No he venido aquí para consolarte. He venido porque me
preocupa Joana.
ËL.- Ya, pues preocúpate en la intimidad de tu piso, ¿de acuerdo? Me acabo
de dar cuenta que Joana y yo no tuvimos problemas hasta que Charlie y tú
os separasteis.
MARGARET.- Ah, no me lo creo…
ÉL.- Hazme un favor, dime la verdad, ¿tú no aconsejaste a mi mujer que se
fuera?
MARGARET.- No, yo no le influí para nada.
ÉL.- ¿No le lavaste el cerebro?
MARGARET.- No, no le lavé el cerebro. Joana y yo hablamos mucho de ti, sí.
Y te digo que es una mujer muy desgraciada. Y a lo mejor no te gusta oír
esto pero necesitó mucho valor para abandonarte.
ÉL.- ¿Cuánto valor se necesita para abandonar a un hijo?

Sinopsis

KRAMER CONTRA KRAMER


El día que un publicitario -Hoffman- consigue la mejor cuenta de la agencia,
su mujer -Streep- le comunica que le abandona, a él y a su hijo de 7 años.
Comienza así una dura etapa en la que tendrá que ejercer de padre soltero
de un niño que echa de menos a su madre y, al mismo tiempo, dedicar toda
su energía en el trabajo. Cuando tras un tiempo parece que la relación con
su hijo parece ir mejorando, la madre aparece para pedir la custodia del
pequeño. Vaya por delante que se trata de un correcto drama de gran éxito
de taquilla con excelentes interpretaciones, por no decir que es un telefilm
de lujo que astutamente retrata un problema muy común en la sociedad
moderna.

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