Está en la página 1de 3

POETAS LATINOAMERICANAS Olga Orozco (1920-1999) nació en La Pampa,

Argentina. Entabló una estrecha amistad con los poetas Alejandra Pizarnik, Norah Lange
y Oliverio Girondo, estos últimos nucleados en torno a la estética surrealista. Colaboró
con los suplementos culturales de Clarín y La Nación, y en las revistas Canto –órgano
de difusión de la Generación del ´40– y Claudia, una publicación para mujeres. Entre sus
obras cabe destacar Las muertes, Los juegos peligrosos, Museo salvaje, Cantos a
Berenice, Mutaciones de la realidad, La noche a la deriva, En el revés del cielo y Con
esta boca, en este mundo. En 1998 ganó el VIII Premio de Literatura Latinoamericana y
del Caribe Juan Rulfo.

Detrás de aquella puerta----------OLGA OROZCO


(De La noche a la deriva, 1983)

En algún lugar del gran muro inconcluso está la puerta,


aquella que no abriste
y que arroja su sombra de guardiana implacable en el revés de todo tu destino.

Es tan sólo una puerta clausurada en nombre del azar,


pero tiene el color de la inclemencia
y semeja una lápida donde se inscribe a cada paso lo imposible.
Acaso ahora cruja con una melodía incomparable contra el oído de tu ayer,
acaso resplandezca como un ídolo de oro bruñido11 por las cenizas del adiós,
acaso cada noche esté a punto de abrirse en la pared final del mismo sueño
y midas su poder contra tus ligaduras como un desdichado Ulises12 .
Es tan sólo un engaño,
una fabulación del viento entre los intersticios13 de una historia baldía,
refracciones14 falaces15 que surgen del olvido cuando lo roza la nostalgia.
Esa puerta no se abre hacia ningún retorno;
no guarda ningún molde intacto bajo el pálido rayo de la ausencia.
No regreses entonces como quien al final de un viaje erróneo
–cada etapa un espejo equivocado que te sustrajo el mundo–
descubriera el lugar donde perdió la llave y trocó por un nombre
[confuso la consigna.
¿Acaso cada paso que diste no cambió, como en un ajedrez,
la relación secreta de las piezas que trazaron el mapa de toda la partida?
No te acerques entonces con tu ofrenda de tierras arrasadas,
con tu cofre de brasas convertidas en piedras de expiación;
no transformes tus otros precarios paraísos en páramos16 y exilios,
porque también, también serán un día el muro y la añoranza.
Esa puerta es sentencia de plomo; no es pregunta.
Si consigues pasar,
encontrarás detrás, una tras otra, las puertas que elegiste.

11 Brillante,
reluciente.
12 Ulisesu Odiseo, héroe legendario que aparece por primera vez en la Ilíaday es el personaje principal
de la Odisea, ambas historias atribuidas a Homero. La escena a la que alude el poema es aquella
advertida por Circe a Ulises: “El hombre que escuche la canción de las sirenas, jamás volverá a ver a su
esposa y a sus hijos”. Ulises, advertido del peligro, mientras navega de regreso a Ítaca se acerca a una
isla donde habitan sirenas. El héroe tapona con cera los oídos de sus marineros y pide que lo aten
fuertemente al mástil de la nave. Así logra vencer el encantamiento fatal de su canción.
13 Hendiduras o espacios pequeños que median entre dos objetos.
14 La refracción es la propiedad que tienen ciertos cristales de duplicar las imágenes de los objetos.
15 Embusteros, falsos, que atraen con apariencias.
16 Terrenos deshabitados, fríos, desamparados.

IOGRAFÍA
Delmira Agustini (1886-1914) nació en Montevideo, Uruguay. Se la considera una
auténtica representante del “900”, época en que su ciudad natal fue foco de las
ideologías del Modernismo literario. El tópico del amor sensual atraviesa toda su obra:
desde El libro blanco, pasando por los Cantos de la mañana, Los cálices vacíos hasta
su inconcluso Los astros del abismo. A los veintisiete años fue muerta por su marido,
apenas concluido el juicio de divorcio iniciado por ella.

Lo inefable9--------- DELMIRA AGUSTINI


(En Cantos de la mañana, 1910)

Yo muero extrañamente... No me mata la Vida,


No me mata la Muerte, no me mata el Amor;
Muero de un pensamiento mudo como una herida...
¿No habéis sentido nunca el extraño dolor

De un pensamiento inmenso que se arraiga en la vida,


Devorando alma y carne, y no alcanza a dar flor?
¿Nunca llevasteis dentro una estrella dormida
Que os abrasaba10 enteros y no daba un fulgor?...

¡Cumbre de los martirios!... Llevar eternamente


Desgarradora y árida, la trágica simiente
Clavada en las entrañas como un diente feroz!...

¡Pero arrancarla un día en una flor que abriera


Milagrosa, inviolable!... ¡Ah, más grande no fuera
Tener entre las manos la cabeza de Dios!

9 Indecible, que no se puede explicar con palabras.


10 Reducir a brasa, quemar.
El nudo
(En Cantos de la mañana, 1910)

Su idilio fue una larga sonrisa a cuatro labios...


En el regazo cálido de rubia primavera
Amáronse talmente11 que entre sus dedos sabios
Palpitó la divina forma de la Quimera12.

En los palacios fúlgidos13 de las tardes en calma


Hablábanse un lenguaje sentido como un lloro,
Y se besaban hondo hasta morderse el alma!...
Las horas deshojáronse como flores de oro,
Y el Destino interpuso sus dos manos heladas...
¡Ah! los cuerpos cedieron, mas las almas trenzadas
Son el más intrincado14 nudo que nunca fue...
En lucha con sus locos enredos sobrehumanos
Las Furias15 de la vida se rompieron las manos
Y fatigó sus dedos supremos Ananké16...

También podría gustarte