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3. Tartessos.
4. Pueblos prerromanos.
A principios del primer milenio a. C., las civilizaciones egipcia y mesopotámica ya estaban establecidas
en el este. En otras zonas también se desarrollaron importantes culturas, como la civilización micénica
en Grecia.
En el primer milenio a. C., la península ibérica estaba habitada por diversos pueblos agrícolas y
ganaderos, los íberos y celtas, conocidos como pueblos prerromanos (glosario), pues son anteriores
a la conquista romana.
▪ El contacto entre los pueblos autóctonos y los fenicios, griegos y cartagineses que se asentaron
en el este y el sur de la península conformó la cultura ibera.
A finales del II milenio a. C., diversos pueblos procedentes del Mediterráneo oriental comenzaron a
llegar a la península ibérica atraídos por la riqueza mineral de esta.
Estos pueblos eran los fenicios, griegos y cartagineses. Su objetivo era comerciar con los pueblos
autóctonos, intercambiando metales y salazones por manufacturas (tejidos, joyas y cerámica).
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Sin embargo, también transmitieron nuevas prácticas comerciales y elementos culturales a los
pueblos peninsulares, como:
▪ Nuevas cosechas (olivo y vid), técnicas agrícolas y animales domésticos (gallinas y gatos).
▪ El torno de alfarero.
▪ Uso de la moneda.
Fenicios: se establecieron en el sur de la península ibérica, donde Gadir (Cádiz), como puesto
comercial (factoría) en torno al 1100 a. C. Provenían de la ciudad de Tiro, en Fenicia (actualmente,
Israel, el Líbano y Siria).
Griegos: fundaron puestos comerciales en la costa levantina, como Emporion (Ampurias, Gerona),
en torno al siglo VII a. C. Provenían de la ciudad de Focea (Asia Menor). Debemos a los griegos la
introducción de los viñedos y olivos.
Cartagineses: desde el siglo V a. C., los cartagineses (provenientes de Cartago, una ciudad fundada
por los fenicios de Tiro en la costa del actual Túnez) fueron dominando el comercio en la península
ibérica, donde fundaron Cartago Nova (Cartagena).
En el siglo III a. C., el poder alcanzado por Cartago le permitió controlar el comercio en el Mediterráneo
occidental, lo que los llevó a la guerra contra Roma (guerras púnicas).
3. Tartessos
En los textos griegos y romanos se hace referencia a un reino llamado Tartessos, localizado en el
suroeste de la península ibérica. Los textos antiguos también mencionan a un rey legendario llamado
Argantonio.
Los hallazgos arqueológicos confirman la existencia de pueblos que practicaban la minería, pues era
una zona rica en cobre, plata y oro, y que realizaban una importante actividad agrícola y ganadera en
el valle del Guadalquivir. Los tartesios también mantenían importantes relaciones comerciales con
los fenicios y los griegos.
Vivieron su época de esplendor entre los siglos VII y V a. C. Prueba de su prosperidad es el «tesoro
del Carambolo». Sin embargo, los arqueólogos no han logrado encontrar aún la ciudad de Tartessos.
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4. Los pueblos prerromanos
❖ Localización: los celtas ocuparon el norte y el oeste de la península, mientras que los celtíberos
se situaron en el valle del Ebro y la Meseta. Los celtíberos eran pueblos de origen celta pero muy
influidos por la cultura ibera.
❖ Características:
o Los celtas eran pastores trashumantes que dominaban la metalurgia del bronce y el hierro.
Su economía era autosuficiente, así que no comerciaban mucho con otros pueblos. No
empleaban dinero.
o Los pueblos celtas estaban organizados en clanes familiares (grandes grupos de personas
emparentadas entre sí). Varios clanes formaban una tribu, que ocupaba un territorio. Vivían en
poblados amurallados llamados castros (glosario), que no tenían un trazado planificado. Las
viviendas, de planta circular, ovalada o rectangular, se encontraban en su interior. Por ejemplo,
el castro de Coaña (Asturias).
LOS ÍBEROS
❖ Características:
o Conocían la escritura y empleaban un alfabeto con influencia de los fenicios y los griegos, que
aún no ha sido descifrado.
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5. La conquista de la Península Ibérica
A principios del siglo III a. C., Cartago era una potencia marítima y controlaba el Mediterráneo
occidental. Roma comenzaba a expandirse, y ambas ciudades entraron en conflicto. Este
enfrentamiento se conoce como las guerras púnicas (glosario).
❖ Primera guerra púnica (264-241 a. C.): se disputaron el control de Sicilia. Al final, Cartago tuvo
que rendirse y ceder la isla a los romanos. A partir de entonces aumentó la presencia cartaginesa
en la península ibérica. Cartago se expandió por el sureste, y estableció su capital en Cartago Nova
(Cartagena).
❖ Segunda guerra púnica (218-201 a. C.): en el 220 a. C. Aníbal Barca atacó la ciudad de Sagunto,
aliada de Roma, lo que dio origen a la segunda guerra púnica. El general cartaginés Aníbal Barca
tenía el plan de conquistar Roma desde la península ibérica. En el 218 a. C., los ejércitos romanos
comandados por Escipión desembarcaron en Emporion para enfrentarse a los cartagineses. Tras
derrotarlos en la batalla de Zama, Roma emprendió la conquista de la península ibérica.
Cada provincial tenía un gobernador, que controlaba el territorio y recaudaba impuestos. Muchos
cargos políticos estaban ocupados por hispanorromanos. Progresivamente, la población de Hispania
fue adoptando el idioma, las leyes, las creencias y las costumbres de los romanos. Este proceso se
conoce como romanización (glosario).
❖ En el periodo republicano había dos provincias: Hispania Citerior, con capital en Tarraco
(Tarragona), e Hispania Ulterior, con capital en Corduba (Córdoba)
❖ En el siglo IV d. C., Hispania quedó dividida en cinco provincias, a las que se sumó Balearica.
Las ciudades de Hispania estaban conectadas por una extensa red de calzadas (calzadas Romanas):
❖ La Vía Augusta comenzaba en Gades (Cádiz), iba hacia el norte a través de la península y después
se dirigía al este, por los Pirineos, hasta Roma.
En el año 409 d. C., tres grupos de bárbaros, los suevos, vándalos y alanos, invadieron Hispania.
Las autoridades romanas pidieron ayuda a los visigodos, una tribu centroeuropea de religión cristiana.
Los visigodos expulsaron a los vándalos y alanos al norte de África, y dirigieron a los suevos a Galicia.
En las siguientes décadas, los visigodos se expandieron por Hispania y establecieron un reino con
capital en Toledo. Este duró más de 200 años, hasta la invasión musulmana del 711.
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