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NUEVA LLAMA

Un corto de romance de segunda oportunidad de madre soltera

VALERIA WILDE
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Copyright © 2021 por Valerie Wilde

Reservados todos los derechos.

Ninguna parte de este libro puede reproducirse de ninguna forma ni por ningún medio electrónico o mecánico,
incluidos los sistemas de almacenamiento y recuperación de información, sin el permiso por escrito del autor,
excepto para el uso de citas breves en una reseña del libro.
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Contenido

Introducción

nueva llama

También por Valerie Wilde

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Introducción

Escribí esto para el Día de la Madre (¡las mamás también merecen diversión!) exclusivamente para

los suscriptores de mi boletín. Es una pequeña historia breve, apasionante y divertida sobre una

madre soltera y... bueno, ya verás.

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­Volkswagen
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nueva llama

T El barista deja mi batido sobre la mesa, sus ojos pasan

mí, sin verme del todo mientras sus ojos se enfocan en un punto en la pared
detrás de mí. Ignorarme es de mala educación, pero no reconocer el pequeño paquete
de ternura a mi lado es un crimen mucho peor.

"¡Gracias!" Digo alegremente, con solo un mínimo toque de sarcasmo.

"Ajá", gruñe mientras gira. Es el tipo de falta de reacción al que me he acostumbrado

en los últimos meses. Los ojos de los hombres se nublan un poco cada vez que tienen
que hablar conmigo, como si no me vieran del todo ahora que tengo a Betty conmigo,
como si ni siquiera valiera la pena hablar con una mujer con un bebé.

no me molesta ¿Por qué diablos querría hablar con alguien que se comporta así?

Betty es como un sistema de alerta temprana que mantiene alejados a todos los hombres superficiales.

Simplemente no me di cuenta, hasta ahora, cuántos hombres piensan de esa manera.

Con un suspiro, quito la tapa de mi bolígrafo rojo y tiro de otro papel hacia mí. Solo he
regresado a los EE. UU. por unas pocas semanas; el plan original era volver de mi
viaje de investigación y retomar mi antiguo puesto, pero la vida tenía un plan diferente
para mí. Por ahora, solo trabajo medio tiempo en la
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universidad. Dejar a Betty en la guardería de la universidad es difícil y poco a poco me

estoy acomodando para estar separado de ella por períodos más largos; durante más de
unas pocas horas a la vez.

Hay dos pilas de papeles delante de mí. Una pequeña pila de ensayos de pregrado que ya
califiqué y una pila mucho más grande que todavía tengo que repasar. Es bueno que Betty
sea una bebé tan tranquila y relajada. En este momento, ella está durmiendo tranquilamente,
dejándome hacer mi trabajo.

Después de unos minutos, me he abierto camino a través de un papel y alcanzo el

siguiente, mi corazón se hunde un poco cuando veo que no es el papel impreso habitual.
Entrecierro los ojos, tratando de dar sentido a la escritura abismal del estudiante.
Realmente debería haber una regla de la facultad contra la entrega de trabajos escritos a
mano. Me estoy concentrando tanto en descifrar la escritura de esta persona que me
sobresalto cuando escucho a alguien, cerca, decir mi nombre.

"¿Karen?"

¡Hay un tipo parado justo a mi lado! Gritando mi nombre con una mirada desconcertada en
su rostro como si hubiera estado tratando de llamar mi atención por un tiempo.
mientras.

"Eh... ¿Matt?"

No lo he visto desde antes de irme, pero lo reconocería en cualquier lugar. Alto, con cabello
oscuro y una sonrisa tan encantadora que no podía evitar sonreírle cada vez que nos
encontrábamos. Tuvimos algunas citas, pero sabía que pronto me iría a Escocia. Era un
tipo dulce y no tenía sentido comenzar nada justo cuando estaba a punto de irme del país
por dieciocho meses.

Poniéndome de pie, le doy un beso bastante casto en la mejilla. Hay una capa de barba
en su mejilla que roza mis labios. Su cabello está ligeramente húmedo.
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como si acabara de salir de la ducha y pudiera oler su champú; sándalo y especias.

“Vaya, Karen, no sabía que estabas de vuelta en la ciudad. ¿Cómo estás?"

“Estoy bien, genial en realidad. ¿Quieres acompañarme?"

Los ojos de Matt brillan, pero luego sus ojos bajan a Betty. El asiento de la carriola está
completamente reclinado para ayudar a Betty a conciliar el sueño más fácilmente.

"Me encantaría", dice, sacando una silla. Supongo que esperaba que él dijera que no, que se
echara atrás tan pronto como confirmara que sí, este es un bebé a mi lado. Me había estado
preparando para que mirara más allá de mí de la forma en que tantos hombres lo hacen en
estos días. Ahora que no lo ha hecho, me siento casi nerviosa, mareada por una sensación de
emoción. Es exactamente como solía sentirme antes de nuestras citas, el sentimiento regresa
a mí a pesar de que ha pasado tanto tiempo desde la última vez que lo vi.

"¿Cómo has estado, Matt?"

“Oh, ya sabes, lo mismo de siempre. Todavía en la misma estación de bomberos, todavía

quejándome de mis turnos. ¡Mi año no ha estado tan lleno de acontecimientos como el tuyo!”
sonríe, asintiendo hacia Betty. "Él es tuyo, ¿verdad?"

"Ella", lo corrijo. Betty está envuelta en su manta amarilla hoy, con una gorra verde brillante.
Nunca me ha gustado especialmente el rosa y no veo ninguna razón para empezar ahora. "Y,
sí, ella es mía".

"Pensé que habías dicho que no querías niños", dice Matt, con un extraño agarre en su
voz.

Recuerdo vagamente haber dicho eso. Fue hace mucho tiempo, y han pasado tantas cosas
desde entonces que no lo recuerdo con precisión. Fue solo un comentario improvisado que
hice sobre lo que resultó ser nuestra última cita. “Nooo… bueno, supongo que quise decir que

no había pensado en tener hijos. no quise decir que yo

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nunca querría tener hijos. Ella no era exactamente parte del plan cuando me fui de la ciudad.

"Para Escocia, ¿verdad?"

Parpadeo lentamente. Me ha vuelto a sorprender. ¿Cómo es que todavía recuerda eso?

"Sí. Conseguí un puesto de investigador en la Universidad de Edimburgo.

"¡Bien! Le estaba contando a uno de los muchachos sobre eso el otro día.

"¿Estabas?"

Matt asiente, ajeno a la facilidad con la que me ha pillado con la guardia baja. ¿Por qué sigue

hablando de mí, más de un año y medio desde la última vez que hablamos?

"Ajá, estaba tratando de recordar... ¿qué era, eh, lo que estabas estudiando?"

Cairnes.

"¿Latas?" Matt se ríe alegremente. “¿Tuviste que ir al otro lado del mundo para estudiar las latas?”

“¡Monumentos prehistóricos!” Me río mientras Matt se ríe más fuerte.

“¡¡Latas prehistóricas!!”

Me derrumbo en un ataque de risitas. Sus bromas solían hacerme reír a carcajadas cuando salíamos.

Esos habían sido tiempos divertidos. Suspiro cuando ambos dejamos de reírnos al mismo tiempo.

“Así que ahora estás de vuelta en la ciudad y trabajando en la universidad otra vez”.

"Sí. De vuelta al papeleo habitual”.

"Volver a aterrorizar a los estudiantes con tu bolígrafo rojo, querrás decir".

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Pongo la tapa en mi pluma y la empujo lejos del papel. Me ocuparé de esta horrible
letra más tarde. “Solo los que lo merecen”.

Matt no dice nada, su atención regresa a Betty cuando ella comienza a despertarse.
Hay una mirada extraña en su expresión que, si no lo conociera mejor, llamaría
melancólica.

"¿Cómo se llama?"

Betty.

"¿Betty?" pregunta, claramente no esperaba un nombre tan anticuado. Nadie lo hace.

“Tenía una tía abuela llamada Betty”.

"Era el nombre de mi abuela", le explico en voz baja. De repente, Matt me sonríe.

El tipo de sonrisa amplia que lo abarca todo y que haría que a cualquier mujer se le
revolviera el estómago. Una sonrisa llena de potencia dirigida directamente hacia mí
y, por supuesto, hay una gran sonrisa tonta de respuesta en mi rostro. Muerdo el
interior de mi mejilla, tratando de contener la sonrisa. ¡Ahora soy mamá, no puedo
andar coqueteando!

"Ya sabes", Matt se inclinó para que nuestros hombros chocaran suavemente.
“Soy una gran niñera”.

"¿En realidad?" —pregunto, sin quitar la nota escéptica de mi voz. Matt es un tipo
grande, mide más de seis pies y es ancho, con músculos que mantiene en forma para
salvar vidas en la estación de bomberos. La idea de él como niñero no acaba de encajar.

"Sí. ¿Puedo abrazarla?

Ahora sé que me he topado con un lado de la personalidad de Matt que no tenía idea
de que existía.

De verdad, debería decir que no, porque prefiero que Betty se quede durmiendo un
rato más. Esta es una de las raras ocasiones en las que realmente puedo obtener
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trabajo hecho y no quiero que termine demasiado pronto.

Pero no voy a decir que no. Amo a Betty más de lo que pensé que era posible amar a alguien.
Mi corazón se hincha solo de pensar en ella. A veces pienso que voy a estallar y no hay nadie
con quien compartirlo. Allá

No hay suficientes personas en mi vida para arrullarla como se merece. Mis padres no están.
Les habría encantado ser abuelos y la habrían mimado muchísimo. Ninguno de mis amigos ha
tenido hijos todavía y ninguno de ellos muestra el interés en Betty que se merece. Entonces, si
Matt puede apreciar lo devastadoramente linda que es, entonces está bien para mí.

"Claro. Yo la recogeré por ti…”

Los ojos de Betty están abiertos cuando la alcanzo y ella gorjea felizmente cuando la levanto y
la pongo en los brazos de Matt. Estoy listo para decirle cómo sostenerla y que tenga cuidado
con su cuello, pero él la toma como un experto.

“Hola señorita, oh, tienes los ojos de tu mami, ¿no?”

Betty parpadea hacia él, arrugando la nariz pensativamente. Entonces ella le sonríe.

"¡Eres realmente bueno en esto!"

Al oír mi voz, Betty se da vuelta y chilla de risa. Ahora, la he escuchado reír antes, algunos
sonidos emocionados seguidos, pero no así. Este es un repique encantado de risa. Betty mira
a Matt y se ríe de nuevo, riendo como si Matt fuera la cosa más inocentemente divertida del
mundo.

No estoy seguro de que la cara de Matt sea tan graciosa, pero está hipnotizado por ella.
La piel alrededor de sus ojos se arruga mientras se ríe suavemente con ella, meciendo a Betty
con cuidado. Sus manos son tan grandes que ella prácticamente desaparece en su agarre.

“Yo era el mayor de cuatro hijos... y tenía diez años cuando nació mi primera hermanita. De
adolescente pasé mucho tiempo cuidándolos”.
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“Oh, no sabía eso.”

Se encoge de hombros y vuelve a bajar la cabeza para mirar a Betty. "¿Por que lo harias?"

Es gracioso cómo la gente puede sorprenderte. Pensé que, después de algunas citas, sabía

exactamente quién era Matt. Un trozo dulce y divertido. Del tipo que correría cien millas antes que

tener nada que ver con el bebé de otro hombre.

Nunca hubiera adivinado este lado de él, el lado que acuna suavemente a Betty, sus ojos perdidos

en asombro cuando ella agarra su dedo. Sus diminutos deditos se empequeñecen cuando agarran

el dedo índice de Matt.

"¿Qué pasa con el papá de Betty?" Matt pregunta sin rodeos, haciendo una pausa antes de

continuar en un tono más suave: "¿Crees que le importaría si yo fuera la niñera de Betty en algún
momento?"

Mis labios se aprietan mientras mis mandíbulas se aprietan. Betty es el resultado de un romance

vertiginoso con un escocés que terminó tan rápido como comenzó. Cuando supe que estaba

embarazada, las cosas entre Hamish y yo ya habían terminado.

Hamish no se sintió complacido cuando le dije que estaba embarazada. Me dijo sin rodeos que

abortara y que, si lo mantenía, él no sería parte de la vida del niño. A pesar de que nuestra relación

había terminado para entonces, todavía me dolía mucho escucharlo hablar así. Su insensibilidad, y

cuánto dolía, me hizo darme cuenta de lo que era realmente importante; la vida creciendo dentro de

mí. Así que decidí quedarme con ella, incluso si eso significaba convertirme en soltera.

mamá.

"Él no está por aquí", le digo a Matt con firmeza.

Hay un rápido cambio de expresión en el rostro de Matt, una mirada de alivio que se ha ido tan

rápido que no estoy seguro de si alguna vez estuvo realmente allí o si solo lo imaginé.
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Me refiero a cuidar niños. Todavía tienes mi número, ¿verdad?

Asiento lentamente, sabiendo que no lo voy a llamar. No es que tenga una vida social
activa en la que necesite una niñera. La guardería está bien mientras trabajo y el resto del
tiempo estoy feliz de tener a Betty con
a mí.

"En serio", continúa Matt con seriedad, "incluso si no necesitas una niñera, solo avísame
si hay algo que tú y Betty necesiten".

“Oh,” me toma unos segundos apartar la mirada de la intensa mirada de Matt. Puedo ver
que realmente quiere decir lo que dice, pero realmente no puedo imaginar qué es
exactamente lo que está ofreciendo. ¿Se está ofreciendo a comprar pañales? "Gracias."

Matt se pone de pie y con cuidado acuesta a Betty en su cochecito, metiendo su manta
amarilla alrededor de ella, mimando la manta hasta que está exactamente como él la quiere.
Betty traga saliva y le sonríe. Matt golpea suavemente la punta de su nariz con su dedo,
“Adiós, Betty. Sé bueno con tu mami. Llámame cuando quieras, en cualquier momento,
¿sí, Karen?

Asiento, saludando con la mano mientras sale del café.

ME ENCUENTRO yendo AL MISMO CAFÉ OTRA VEZ LA PRÓXIMA SEMANA. UNA VEZ

otra vez, con una pila de papeles para calificar y una dormida Betty a mi lado.

En el camino, debo haber pasado por media docena de otras cafeterías, todas las cuales
habrían sido lugares perfectamente buenos para sentarme y hacer mi trabajo. Este café
está más lejos de mi apartamento y de la universidad que todos ellos.

Pero este lugar sirve los mejores batidos. Y es bueno para Betty tomar un poco de aire
fresco en la caminata aquí.
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Mientras trato de calmarme y hacer mi trabajo, me encuentro mirando hacia arriba cada vez que se

abre la puerta del café. Cada nuevo cliente es una distracción y parece que no puedo calmarme y
concentrarme.

Tal vez, en algún nivel subconsciente, me pregunto si volveré a ver a Matt aquí. No es como si estuviera

secretamente esperando encontrarme con él. Sería bueno si sucediera.

Excepto que, una vez que el pensamiento está en mi cabeza, sé que eso es exactamente lo que quiero.

La realización me golpea de golpe, como un rayo de sol repentino en un día nublado. Estoy distraída

porque quiero volver a verlo, con la esperanza de volver a verlo. Pero no soy un adolescente, esperando,

con la esperanza de encontrarme con un chico.

Si quiero ver a Matt, solo le enviaré un mensaje de texto. Así que eso es lo que hago. Él responde casi

inmediatamente:

¿Cambió de opinión sobre el cuidado de los niños?

Betty está durmiendo profundamente después de la emoción de la caminata hasta aquí. Golpeo mis

dedos sobre la mesa. Aunque el conocimiento de Matt sobre cómo manejar bebés fue una sorpresa, no

estoy lista para confiarle a Betty. No todo por sí mismo. Y eso definitivamente no es de lo que quiero

hablar con él en este momento.

¡Ja! ¿Qué tal si vienes y veremos cómo te las arreglas con la hora de acostarse de Betty?

Niego con la cabeza y empiezo a escribir otro mensaje de texto, uno que hará más obvio que estoy

enviando mensajes de texto porque quiero verlo a él, no a sus habilidades de niñera. Pero es demasiado

tarde porque mi teléfono ya suena con su respuesta:

Mi turno termina en la mañana y luego tengo dos días libres. ¿Quieres que vaya mañana por la noche?
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Es antes de lo que esperaba. Con un escalofrío de emoción, le envío un mensaje de texto con
mi dirección.

MATT VIENE JUSTO A TIEMPO PARA LA HORA DE ACOSTARSE DE BETTY .

Lo que significa que los dos apenas tenemos oportunidad de hablar porque Betty mantiene
nuestras manos ocupadas. Solo cuando está acurrucada en su cuna y profundamente dormida,
podemos finalmente hablar. Excepto que, mientras los dos estamos parados en la puerta del
cuarto de los niños, hablar es lo último que tengo en mente.

Matt lleva una camiseta ajustada, las líneas oscuras de un tatuaje sobresalen de una de las
mangas.

No estoy seguro si ese tatuaje es nuevo, o si siempre lo tenía cubierto en nuestras citas, pero
no lo había visto antes. Mis ojos se demoran en él mientras trato de averiguar de qué es un
tatuaje; esa línea podría ser la cola de una serpiente, o podría ser un patrón geométrico.

Tengo que agarrar mi propio brazo para detenerme de extender la mano y tocarlo, de pasar
un dedo a lo largo de esa línea negra y empujar su camiseta fuera del camino para ver lo que
descubriría.

En cambio, me doy la vuelta y tomo una respiración profunda. Necesito controlarme.

Matt y yo tuvimos algunas citas hace un año y medio. No tuvimos sexo.

Demonios, apenas nos besamos. Pasamos un par de horas juntos, comimos juntos un par de
comidas divertidas y eso fue todo.

"Tienes suerte. Es uno de los bebés más tranquilos que he visto”.

“¡¿Más tranquilo?!” Repito, bajando la voz para no despertarla ahora que por fin se ha dormido.
Todos los libros para bebés que he leído no me han preparado
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por lo agotador que es realmente tener un hijo. Si Betty es una bebé tranquila, ¿con qué
diablos están lidiando otras mamás?

Matt sonríe, pícaro y encantador, y da unos pasos por el pasillo para que podamos hablar
sin molestar a Betty. Con una última mirada persistente a Betty, cierro la puerta del cuarto
de los niños y lo sigo.

"Definitivamente. Ninguna de mis hermanas pequeñas se durmió tan fácilmente. Theresa,

la más joven, tenía los peores cólicos. Dios, solía gritar y gritar.

"Tus hermanas eran todas mucho más jóvenes que tú".

"Sí", los ojos de Matt se suavizan mientras me mira. "Mi padre biológico dejó a mi mamá
cuando ella estaba embarazada de mí. Durante los primeros diez años de mi vida, éramos
solo nosotros dos, mi mamá y yo".

"Y eso te dio un saludable respeto por las madres solteras", bromeo, sin mirarlo del todo.

"Absolutamente", dice con convicción y como que quiero llorar. Porque esto es duro, porque
nadie te dice lo duro que es ser madre y aunque lo dije en broma, él no lo está tratando
como tal. Finalmente encontré a alguien que entiende por lo que estoy pasando.

“Entonces, eh,” hay un nudo vergonzoso en mi garganta que trago mientras trato de
cambiar de tema. "¿Tu mamá conoció a alguien más?"

"Ella hizo. Conoció a mi papá. No mi padre biológico —añade rápidamente mientras lo miro
confundido. “Él no se quedó para hacer nada del trabajo duro para que no lo llamaran
papá. No, mi papá era el tipo que estaba allí para mí todos los días cuando era niño”.

"Eso, eso es hermoso".

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“Bueno, la familia es lo que tú haces de ella. Es el amor lo que une a las personas, no compartir
el ADN”.

no contesto Realmente desearía que Matt tuviera razón. En el pasado, habría estado de
acuerdo con él.

Pero eso fue antes de tener a Betty y ahora siento que el mundo me ve como una madre en
lugar de la mujer fuerte y sexy que solía ser y que sé que todavía soy. El tipo de mujer que
conoce su propia mente y va tras lo que quiere. Extiendo la mano, pongo una mano sobre el
firme pecho de Matt y me inclino para presionar un suave beso en sus labios.

Es más una pregunta que un beso real, una oferta de una posibilidad entre nosotros dos.

Matt gime, un gruñido bajo como un ruido mientras envuelve sus brazos alrededor de mí,
presionándome más cerca de él para que esté sujeta con fuerza, enjaulada por su cálido cuerpo.

La oleada de excitación es extraña. Le doy la bienvenida como a un viejo amigo. Excepto que
no recuerdo haber sentido que sucediera tan rápido antes.

Una llamarada de deseo ilumina mi cuerpo más rápido de lo que recuerdo haber ocurrido
antes. Ha pasado tanto tiempo desde que un hombre me ha tocado así. Los besos suaves se
vuelven ásperos y abrasadores. Gimo, incapaz de contenerlo, pero Matt me está besando y mi
gemido se pierde en su boca.

Las manos de Matt me acarician a través de mi ropa, sus grandes manos en mi cintura y
espalda, su pulgar frotando pequeños círculos en mi cadera. Bebo el sentimiento, esperando
que nunca se detenga mientras la sensación de necesidad crece dentro de mí.

Todo lo que puedo hacer es aferrarme a él, aferrarme a su camisa, aferrarme a los músculos
debajo de cada parte de él que pueda alcanzar.

Da un paso hacia adelante, empujando mi espalda contra la pared y me voy feliz, disfrutando
del contacto corporal completo y la solidez del cuerpo fuerte de Matt.
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presionando contra mí.

Sé que debería tomarme esto con calma, no debería precipitarme en las cosas. Pero nunca
he sido bueno haciendo lo que debo hacer . Me estoy volviendo loco de deseo. Sus labios
presionan besos calientes mientras bajan por mi cuello. Ahora que tengo la boca libre,
respiro hondo unas cuantas veces, tratando de estabilizarme.

Empujo a Matt hacia atrás, sus brazos se alejan de mí con facilidad. Hay una mirada de
hambre en su rostro que sé que se refleja en el mío.

“Deberíamos…” Mi voz suena entrecortada, nada como lo normal; Apenas me reconozco.

Y todas las razones por las que no debería acostarme con Matt simplemente se evaporan.
No puedo pensar en una razón por la que no me daría esto. “Deberíamos llevar esto al
dormitorio. No quiero despertar a Betty.

Matt sonríe como si acabara de enterarse de que tiene el billete de lotería ganador y me
levanta, sus brazos me sostienen mientras me levanta sin esfuerzo. Ahogo un grito de
sorpresa. Todo ese tiempo dedicado a mirar sus músculos con los ojos y, sin embargo,
todavía es increíble sentir lo fuerte que es.

Mi risa se convierte en una carcajada. "Sabes a dónde vas, ¿verdad?"

"Puedo resolverlo, profesor", bromea, ladeando la cabeza para poder ver más allá de mí
mientras me da un mordisco juguetón en el lóbulo de la oreja al mismo tiempo. Mientras da
unos pasos hacia adelante, mis manos vagan sobre él, sintiendo el forma en que sus
hombros se flexionan mientras mantiene un firme agarre sobre mí.

"¡Éste!" dice victorioso, abriendo la puerta del baño. Me río en silencio, enterrando mi cara
en su cuello. ¿Cuándo fue la última vez que me reí tanto con otro adulto? ¡Ciertamente
nunca en un momento como este!

Mi apartamento no es tan grande y la segunda puerta que intenta Matt realmente es mi

dormitorio.
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Me presiona contra la cama y me sigue, balanceándose cuidadosamente para que no

todo su peso descanse sobre mí. ¿Cómo puede un hombre tan grande ser tan gentil, tan
consciente de su propia fuerza?

“Voy a hacer que te corras tan fuerte”, promete Matt, mientras comienza a quitarme la
ropa. Me quita la camiseta por la cabeza en un abrir y cerrar de ojos. "Voy a hacer que
olvides el nombre de todos los demás hombres".

Sus palabras me hacen temblar, la anticipación y el deseo se agitan dentro de mí y no

puedo responder porque estoy demasiado ocupada tirando de su ropa también. Quiero
verlo todo ahora. Quiero sentir cada parte de su cuerpo duro.

"Solo, solo un segundo", jadeo, porque, aunque mi mente está nublada por la lujuria,
todavía soy lo suficientemente sensible como para alcanzar la mesita de noche.
Rebuscando en el cajón busco la caja de condones que sé que está aquí

en algún lugar. Finalmente, lo encuentro, enterrado en el fondo. "Aquí."

Matt toma el condón, sin ponérselo todavía. Mientras estaba distraída, se las arregló para
quitarse el resto de su ropa y desabrocharme los pantalones. Miro, paralizada, al hombre
desnudo en mi cama. Su polla, larga y dura, se balancea mientras se inclina y me quita
los pantalones y las bragas, todo de una sola vez.

"¡Mate!" Grito, sorprendida y ansiosa.

“Jesús, te ves hermoso, todo dispuesto para mí”.

Me sonrojo, alejándome. No me siento hermosa estos días.

Matt atrapa mis labios en otro beso abrasador, mis dudas e inseguridades se desvanecen
cuando siento lo mucho que me desea, su pene es una barra de metal presionando contra
mi cadera.

"No puedo creerlo", se detiene para besarme de nuevo, su barba punzante pica la piel de
mi cuello mientras se abre camino hacia abajo. “No puedo creer la suerte que tengo”.
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Cualquier reacción que podría haber tenido, cualquier pequeño comentario autocrítico, se
pierde cuando Matt chupa un pezón en su boca, su lengua chasqueando hacia mí.

“¡Ay! ¡No te detengas! ¡No te detengas! Grito, empujando mi pecho hacia arriba, más
adentro de su boca. Desde que nació Betty, no, desde antes de que naciera, mi cuerpo ha
sido un vehículo para cuidarla. Pero Matt me está haciendo recordar que mi cuerpo es
capaz de mucho más. Me hace cantar de placer mientras adora mi cuerpo.

Soltando mi pecho, se abre camino hacia abajo, dejando un rastro de besos a lo largo de
la cicatriz de mi cesárea. La carne allí es increíblemente sensible, y los besos suaves
convierten la sensibilidad en placer de una manera que ni siquiera sabía que era posible.

Hasta que finalmente, su boca está entre mis piernas. Sus besos no paran, lame mi clítoris,
su lengua caliente me hace desenredar tan rápido que apenas puedo respirar.
En cambio, grito lo único que tengo en mente:

"¡Mate!"

Se ríe mientras se sienta y alcanza el paquete de condones. Su barbilla está empapada

con mis jugos.

"Oh, aún no he terminado contigo, bebé".

Matt desliza el condón y luego se acuesta encima de mí para besarme de nuevo. Puedo
saborearme en él, pero toda mi atención está entre mis muslos. La polla de Matt se frota
contra mí, separando suavemente mis pliegues húmedos, mientras me provoca. Me alejo
de nuestro beso solo para poder decirle exactamente lo que quiero.

"¡Fóllame, fóllame ahora!"

Matt empuja dentro de mí, haciéndome sentir lo húmeda que estoy, llenándome. Es
glorioso, el deslizamiento de su polla en mi necesitado coño parece durar una eternidad.
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Mi cuerpo se relaja, simplemente sintiendo, consciente solo de lo perfectamente que encaja dentro
de mí.

Matt toca fondo y hace un ruido de satisfacción que expresa perfectamente cómo me siento yo
también.

Se retira lentamente y luego vuelve a empujar. Cada embestida es lenta y cuidadosa, avivando un

fuego dentro de mí que lo consume todo. Es perfecto y es agonizante y quiero más. Quiero que

deje de ser tan cuidadoso conmigo.

Poniendo mis manos en su pecho, le doy un pequeño empujón para que nos demos la vuelta.

Mientras nos movemos, su polla se desliza lejos de mí y suspiro de frustración. Cuando Matt está

acostado en la cama, me pongo a horcajadas sobre sus caderas y me vuelvo a sentar sobre su polla.

Este ángulo me hace sentir aún más lleno.

Los ojos oscuros de Matt están muy abiertos mientras me mira, su boca se abre mientras me mira

con algo cercano al asombro. Sonrío y empiezo a rebotar arriba y abajo sobre su polla.

Así, puedo frotar mi clítoris contra el duro acero de sus abdominales. ¡Esto es exactamente lo que
necesitaba!

Matt está cantando mi nombre, sus manos ahuecando mis pechos. Puse mis manos sobre las

suyas, tirando de mis propios pezones suavemente. Son tan sensibles hoy en día, y la pizca de

dolor de alguna manera hace que el placer sea aún más fuerte.

Apenas puedo respirar a medida que me acerco más y más. Estoy perdido con eso y mi ritmo falla

hasta que siento las manos de Matt en mi cintura, levantándome y tirando de mí hacia abajo de

nuevo. Sus caderas empujan hacia arriba, llenándome mientras me apuñala con su polla.

Todo a la vez, es demasiado. Mi cuerpo se congela, el orgasmo me golpea con un rayo de poder

que borra todo pensamiento de mi cabeza.

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Debajo de mí, oigo vagamente a Matt gemir mi nombre en un grito gutural que resuena entre
nosotros.

Demasiado agotada para mantenerme erguida, me desplomo encima de él; agotado y desgastado

de la mejor manera posible. Me hace rodar suavemente hacia un lado y nos tumbamos, uno al lado

del otro, jadeando.

"¡Mierda!" Lo juro, recordando algo de repente. “Dejé el monitor de bebé en la cocina”.

“Iré a buscarlo”, dice Matt, ya sentado y sacando los pies de la cama. Vuelve unos segundos

después y pone el monitor en la mesita de noche a mi lado. El condón usado también ha sido

desechado.

"Gracias", murmuro con cansancio, mirando la forma en que sus abdominales se mueven mientras

respira. No tengo ninguna expectativa de que Matt vuelva a la cama, o incluso de que se quede

aquí conmigo por más tiempo. No hemos hablado de esto y ha pasado un año y medio desde que

tuvimos algunas citas miserables. Pero hay una punzada en mi corazón cuando pienso en él

yéndose ahora mismo.

"¿Me puedo quedar?" pregunta en voz baja.

Trago saliva, sorprendida de que me ofrezcan exactamente lo que quiero. "¿Tú quieres?"

"Seguro." Desliza las sábanas hacia atrás y vuelve a meterse en la cama. Sus brazos me envuelven

fácilmente, nuestros cuerpos encajan perfectamente, carne caliente con carne caliente. “Hago los

mejores panqueques.”

"¿Tú? … ¿Quieres preparar el desayuno en la mañana?”

Matt se burla: "Haré los panqueques si tú haces el café".

"Es un trato", le digo, descansando mi cabeza en su pecho. Comienzo a quedarme dormida en la

cálida seguridad de su abrazo. Sé que es demasiado pronto para decirlo con certeza, pero esto se

siente como el comienzo de algo maravilloso.

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También por Valerie Wilde

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