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Participemos en este vía crucis unidos a Jesús, atentos a los signos de los tiempos
en este año que seguimos viviendo la pandemia al mismo tiempo, nos dejaremos
interpelar por algunas situaciones de la vida que caracterizan nuestro municipio y
del Petén. Expresaremos así una resonancia que manifieste nuestro deseo de ser
compasivos y misericordiosos, como nuestro Padre Celestial es misericordioso.
Este año 2021 el pueblo pobre sigue cargando la cruz del dolor resultado de la
pandemia, violencia viendo asesinados a sus hijos, de las extorciones y la existencia
de redes políticas y económicas ilícitas que fortalecen la impunidad y sostienen la
corrupción, aprovechándose del modelo económico vigente a favor de su
enriquecimiento y la conflictividad sociales. Jesucristo nos vuelve a tocar el corazón
y nos repite “sean misericordiosos como el Padre.” Cristo nos acompaña en nuestra
historia, por lo tanto, nosotros acompañémoslo en este vía crucis recordando que
somos una parroquia misionera, comunidad de comunidades al servicio del Reino.
COMENCEMOS:
OREMOS
Señor, Dios misericordioso, que has querido realizar la salvación de todos los
hombres por medio de tu Hijo muerto en la cruz, concédenos, a quienes hemos
conocido en la tierra este misterio de amor, dar testimonio del evangelio, siendo
justos, fieles y misericordiosos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
El Evangelio de Lucas nos narra que «Pilatos volvió a dirigirles la palabra con
intención de soltar a Jesús. Pero ellos seguían gritando: “¡Crucifícalo, crucifícalo!”.
Por tercera vez les dijo: “Pues, ¿qué mal ha hecho este? No he encontrado en él
ninguna culpa que merezca la muerte. Así es que le daré un escarmiento y lo
soltaré”. Pero ellos se le echaban encima, pidiendo a gritos que lo crucificara; e iba
creciendo su griterío. Pilatos entonces sentenció que se realizara lo que pedían:
soltó al que le reclamaban (al que había metido en la cárcel por revuelta y
homicidio), y a Jesús se lo entregó a su voluntad» (Lc. 23,20-25).
MEDITACION
Pedimos en esta estación por todas las personas. Somos frágiles. Estamos
expuestos al virus, enfermedades, pecados, peligros… es la “condena” de nuestra
limitación y debilidad humana. Que asumamos esa condición de fragilidad que nos
identifica: no somos dioses, somos carne y hueso, con lo que esta realidad conlleva.
Con la esperanza de que esta enfermedad desaparecerá nuestra fe nos llama a
acoger la Verdad y a ser testigos, ante Dios y ante nuestros hermanos y hermanas.
En este tiempo de Cuaresma, acoger y vivir la Verdad que se manifestó en Cristo
significa ante todo dejarse alcanzar por la Palabra de Dios, que la Iglesia nos
transmite de generación en generación.
En el Padre Nuestro, Jesús nos invita a pedir para que el Padre nos dé la
tortilla, el frijol y el cacao nuestro de cada día para que nunca tengamos
hambre. Unidos como hermanos digamos: PADRE NUESTRO…. DIOS TE
SALVE MARÍA…. GLORIA AL PADRE Y AL HIJO….
ORACIÓN
Señor Jesucristo ayúdanos a buscar siempre la verdad, y a estar siempre de parte
del pobre y a defender los valore de la familia, como son el amor, el perdón, la
esperanza, la alegría y el valor del trabajo humano.
En la primera Carta de Pedro está escrito que «Él llevó nuestros pecados en su
cuerpo hasta el leño, para que, muertos al pecado, vivamos para la justicia. Con
sus heridas fuisteis curados. Pues andaban errantes como ovejas, pero ahora se
han convertido al pastor y guardián de sus almas» (1 P 2,24-25).
MEDITACION:
El Papa Francisco nos invita en este 2021 a un año dedicado a San José sobre todo
la importancia de la familia diciendo que «Jesús, reconcilió cada cosa en sí misma,
volvió a llevar el matrimonio y la familia a su forma original. San José se convirtió en
el depositario singular del misterio “escondido desde siglos en Dios” por eso la
familia y el matrimonio fueron redimidos por Cristo (cf. Ef 5,21-32), restaurados a
imagen de la Santísima Trinidad... De Cristo, mediante la Iglesia, el matrimonio y la
familia reciben la gracia necesaria para testimoniar el amor de Dios y vivir la vida de
comunión” .EG 63.
En esta estación pidamos al Señor por cada familia, por cada madre y padre de
familia para que sepan llevar a sus hijos por el camino de la Luz que es Cristo el
Señor.
ORACIÓN
Señor Jesús, cada vez nuestro mundo se complica más. La pobreza se torna la
miseria. Te pedimos que nuestras familias sean verdaderas Iglesias domesticas que
manifiesten los valor de tu reino. Ayúdanos a poner nuestra confianza únicamente
en ti Dios de los pobres.
El profeta Isaías nos dice: «Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros
dolores; nosotros lo estimamos leproso, herido de Dios y humillado; pero él fue
traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes. Nuestro
castigo saludable cayó sobre él» (Is 53,4-5).
MEDITACIÓN
ORACIÓN
Señor Jesús, que te has humillado para rescatar nuestra debilidad, haz que seamos
capaces de entrar en una verdadera comunión con los hermanos más pobres, con
los abuelos y ancianos, y Arranca de nuestro corazón toda raíz de miedo,
irresponsabilidad y cómoda indiferencia, que nos impide reconocerte en los
enfermos, para dar testimonio de que tu Iglesia está cerca de los pobres, Amén.
San Lucas nos dice que Cuando tuvo doce años, subieron ellos como de costumbre
a la fiesta y, al volverse, pasados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin
saberlo sus padres. Pero creyendo que estaría en la caravana, hicieron un día de
camino, y le buscaban entre los parientes y conocidos; pero al no encontrarle, se
volvieron a Jerusalén en su busca. Y sucedió que, al cabo de tres días, le
encontraron en el Templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles y
preguntándoles; todos los que le oían, estaban estupefactos por su inteligencia y
sus respuestas. Cuando le vieron, quedaron sorprendidos. Lc. 2, 41-47
MEDITACION
Cuánto bien nos hace pensar que María y José enseñaron a Jesús a decir sus
oraciones, y esto es un peregrinaje: el peregrinaje a la educación a la oración. Y
también nos hace bien saber que durante la jornada rezaban juntos; y que el sábado
iban juntos a la sinagoga para escuchar las Escrituras de la Ley y los Profetas, y
alabar al Señor con todo el pueblo.
María al encontrar a su hijo le dio esperanza de hacer nuevas todas las cosas por
eso en esta cuaresma, estemos más atentos a «decir palabras de aliento, que
reconfortan, que fortalecen, que consuelan, que estimulan», en lugar de «palabras
que humillan, que entristecen, que irritan, que desprecian». A veces, para dar
esperanza, es suficiente con ser «una persona amable, que deja a un lado sus
ansiedades y urgencias para prestar atención, para regalar una sonrisa, para decir
una palabra que estimule, para posibilitar un espacio de escucha en medio de tanta
indiferencia».
ORACIÓN
¡Oh Virgen María! Tú que estuviste con Jesús en la buenas y en las malas,
intercede ante tu hijo por nosotros, ayúdanos a saber perdonarnos y a orar juntos
para permanecer siempre unidos a ti.
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
El santo evangelio de San Marcos nos cuenta que «A uno que pasaba, de vuelta del
campo, a Simón de Cirene, el padre de Alejandro y de Rufo, lo forzaron a llevar la
cruz de Jesús» (Mc 15,21).
MEDITACION.
Pidamos en esta estación por los profesionales sanitarios: médicos, enfermeras,
auxiliares… por todo el personal de los hospitales que son los cirineos que ayudan a
los enfermos a vencer la enfermedad. Que Dios les proteja, les cuide, les fortalezca
y les ayude en esta hora difícil.
Unidos como hermanos recemos por familia que cargan cruces muy pesadas:
PADRE NUESTRO… DIOS TE SALVE MARÍA. GLORIA AL PADRE…
ORACIÓN
Señor, permite que desde el fondo de nuestros corazones podamos ser presencia
de amor ante nuestros hermanos más débiles, sobre todo en aquellos que nos
excluidos de lo necesario. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
MEDITACION
El velo, sobre el que queda impreso el rostro de Cristo, es un mensaje para nosotros
cristianos del Vicariato Apostólico de Petén. Todo acto de amor, de misericordia
hacia el prójimo pobre y el que sufre, queda impreso en el corazón y aumenta en
quien lo realiza la semejanza con el Redentor del mundo.
ORACIÓN
Señor Jesús, ¡que no seamos indiferentes con los que están a nuestro lado que
sepamos enjugar las lágrimas de nuestros hermanos, amigo y enemigos porque tú
estás en el que sufre. Que seamos solidarios, con el que llora, con el pobre. Por
Jesucristo nuestro Señor. Amén.
El profeta Isaías canta lo siguiente «sin embargo, eran nuestras dolencias las que él
llevaba, eran nuestros dolores los que le pesaban. Nosotros lo creíamos azotado
por Dios, castigado y humillado, pero eran nuestras faltas por las que era destruido,
nuestros pecados por los que era aplastado… y por sus llagas hemos sido sanados.
Todos andábamos como ovejas errantes, cada cual seguía su propio camino, y
Yahvé descargó sobre él la culpa de todos nosotros.»(Is. 53, 4-6).
MEDITACIÓN
Pidamos ahora por todas las victimas de trata de personas, victimas que son
atrapadas, pero nunca pierden la esperanza de salirse de la esclavitud, aun
después de repetidos fracasos. Su capacidad de supervivencia y dinamismo,
muchas veces unido con una fuerte ambición que los mueve a mejorar sus vidas.
Pidamos al providente cuidado de Dios a las víctimas que están tratando de
escaparse de su situación.
ORACION
¡OH, Señor! Ayúdame a no ser indiferente frente al hermano, pobre, desnudo y
hambriento.
Mi hermano desnudo es el que no tiene ropa, ni zapatos, o puede ser que no tenga
casa. Ayuda a aquellas personas sin techo ni pan. Perdona nos Dios nuestro y
ayúdanos a ser solidarios.
Port Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
MEDITACIÓN
Las figuras femeninas en el camino del dolor se presentan como antorchas
encendidas. Mujeres de fidelidad y valor que no se dejan intimidar por los guardias
ni escandalizar por las llagas del Buen Maestro. Están dispuestas a encontrarlo y
consolarlo. Jesús está allí, ante ellas. Hay quien lo pisotea mientras cae por tierra
agotado. Pero las mujeres están allí, listas para darle ese cálido latido que el
corazón ya no puede contener. Antes lo observan desde lejos, pero luego se
acercan, como hace el amigo, el hermano o hermana cuando se da cuenta de las
dificultades del ser querido.
En nuestro municipio podríamos decir: Lloremos por las mujeres esclavizadas por el
miedo y la explotación. Pero no basta lamentarse y sentir compasión. Jesús es más
exigente. Las mujeres deben ser amadas como un don inviolable para toda la
humanidad. Para hacer crecer a nuestros hijos, en dignidad y esperanza.
ORACIÓN
Señor Jesús, frena la mano que ataca a las mujeres. Libera su corazón del abismo
de la desesperación cuando se convierten en víctimas de la violencia. Enjuga su
llanto cuando se encuentran solas. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
MEDITACIÓN
San Pablo enumera sus pruebas, pero sabe que Jesús ha pasado antes por ellas,
que en el camino hacia el Gólgota cayó una, dos, tres veces. Destrozado por la
tribulación, la persecución, la espada; oprimido por el madero de la cruz. Exhausto.
Parece decir, como nosotros en tantos momentos de oscuridad: «¡Ya no puedo
más!».
ORACIÓN
Señor Jesús, te rogamos que protejas a tantos hermanos nuestros que por sus
situaciones caen una y otra vez, haz que nuestra caridad se refleje en nuestras
acciones cotidianas. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
MEDITACIÓN
El Papa Francisco en esta cuaresma nos quiere recordar que «A partir del “amor
social” es posible avanzar hacia una civilización del amor a la que todos podamos
sentirnos convocados. La caridad, con su dinamismo universal, puede construir un
mundo nuevo, porque no es un sentimiento estéril, sino la mejor manera de lograr
caminos eficaces de desarrollo para todos».
ORACIÓN
Señor Jesús, permite que nuestra parroquia siempre sea comunidad de
comunidades donde manifestemos el amor fraterno sin fingimiento por que sufre en
nuestra sociedad. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
DÉCIMA PRIMERA ESTACIÓN: JESÚS CLAVADO EN LA CRUZ
El evangelista Marcos nos dice que «Lo crucificaron y se repartieron sus ropas,
echándolas a suerte, para ver lo que se llevaba cada uno. Era media mañana
cuando lo crucificaron. En el letrero de la acusación estaba escrito: “El rey de los
judíos”. Crucificaron con él a dos bandidos, uno a su derecha y otro a su izquierda.
Así se cumplió la Escritura que dice: “Lo consideraron como un malhechor”» (Mc
15,24-28).
MEDITACIÓN
También hoy, como Jesús, muchos hermanos y hermanas nuestros están clavados
al lecho de dolor, en hospitales, asilos de ancianos, en nuestras familias. Es el
tiempo de la prueba, de días amargos, de soledad e incluso de desesperación:
«Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» (Mt 27,46).
Que nuestra mano nunca sea para clavar, sino siempre para acercar, consolar y
acompañar a los enfermos, levantándolos de su lecho de dolor.
ORACIÓN
El evangelista Juan nos dice que «Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo
estaba cumplido, para que se cumpliera la Escritura dijo: “Tengo sed”. Había allí un
jarro lleno de vinagre. Y, sujetando una esponja empapada en vinagre a una caña
de hisopo, se la acercaron a la boca. Jesús, cuando tomó el vinagre, dijo: “Está
cumplido”. E, inclinando la cabeza, entregó el espíritu» (Jn 19,28-30).
MEDITACIÓN
Las palabras y el gemido de Jesús, son los mismos de los moribundos, el grito de
los desesperados, la invocación de los perdedores. Es Jesús. «Dios mío, Dios mío,
¿por qué me has abandonado?» (Mt 27,46). Es el grito de Job, de todo hombre bajo
el peso de la desgracia. Y Dios guarda silencio. Calla porque su respuesta está allí,
en la cruz: él mismo, Jesús, es la respuesta de Dios, Palabra eterna encarnada por
amor.
ORACIÓN
Oh Dios, ayúdanos a respetar la vida, defender la vida. Que no condenemos a nadie
injustamente.
Señor que nuestro país sea liberado de la muerte, de la mentira y la corrupción.
Madre del Cielo, ruega por nosotros para que sepamos ser misericordiosos. Por
Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
DECIMA TERCERA ESTACIÓN: JESÚS ES BAJADO DE LA CRUZ Y
ENTREGADO A SU MADRE
San Mateo nos dice que «Al anochecer llegó un hombre rico de Arimatea, llamado
José, que era también discípulo de Jesús. Este acudió a Pilato a pedirle el cuerpo
de Jesús. Y Pilato mandó que se lo entregaran» (Mt 27,57-58).
MEDITACION
El evangelio de San Juan nos dice que «Había un huerto en el sitio donde lo
crucificaron, y en el huerto un sepulcro nuevo donde nadie había sido enterrado
todavía... Allí pusieron a Jesús» (Jn 19,41-42).
MEDITACIÓN
Aquel jardín, donde se encuentra la tumba en la que Jesús fue sepultado, recuerda
otro jardín: el Jardín del Edén. Un jardín que, a causa de la desobediencia, perdió su
belleza y se convirtió en desolación, lugar de muerte en vez de vida. Las cosas que
nos impiden respirar la voluntad de Dios, como el apego al dinero, la soberbia, el
derroche de la vida, se han de cortar e injertarlas ahora en el madero de la cruz.
Aquel sepulcro representa el fin del hombre viejo. Y, como para Jesús, Dios
tampoco ha permitido para nosotros fuéramos castigados con la muerte definitiva.
La muerte de Cristo destruye todos los tronos del mal, basados en la codicia y la
dureza de corazón. La muerte nos desarma, nos hace entender que estamos
expuestos a una existencia terrenal que termina. Pero, ante ese cuerpo de Jesús
puesto en el sepulcro, tomamos conciencia de lo que somos: criaturas que, para no
morir, necesitan de Dios Padre y de su Hijo Jesucristo.
ORACIÓN
Señor Jesucristo, que fuiste llevado desde las tinieblas de la muerte a la luz de una
nueva vida en la gloria, haz que el signo del sepulcro vacío nos hable a nosotros y a
las generaciones futuras y se convierta en fuente viva de fe, de caridad, misericordia
y de esperanza.
Marcos 16,1-7
La resurrección de Jesús es fundamento de nuestra fe. Resurrección de Cristo y
resurrección del pueblo pobre, de los crucificados de cada día. Cristo resucitado
vive en cada emigrante, en cada persona que llora, que sufre, que ama, que espera.
Cristo resucitado está en medio de nosotros.