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Resumen de Literatura 25/10

Los tres tipos de relato


Según el crítico Tzvetán Todorov, los relatos se dividen en dos grupos: los que tienen
sucesos que respetan las leyes físicas de nuestro mundo cotidiano, y los que presentan
sucesos anormales. Por ejemplo, si un personaje tira una piedra y esta cae al suelo
configuraría un suceso normal; pero si la piedra se pierde volando en la inmensidad del
cielo, el hecho sería, claramente, anormal.

Si un relato presenta solamente acontecimientos normales es una naracción realista, pero si


combina ambos tipos de hechos, sostiene Todorov, hay tres clases de relatos:

Maravillosos: cuando el hecho anormal no se puede explicar según las leyes del mundo
real conocido por nosotros, sino que obedece a otras reglas que son las de un sistema
diferente del nuestro. Un ejemplo son los cuentos de hadas, muchos relatos folclóricos en
los que intervienen criaturas como duendes, gnomos, magos, brujas y hechiceros. Este
universo no cuestiona nuestra realidad, pertenece a otra esfera y tanto los lectores como los
personajes aceptan que, allí, las cosas funcionan de forma muy diferente.

Extraños: el fenómeno anormal recibe al final una explicación lógica y racional que lo
normaliza, es decir que transforma eso anormal en un suceso cientifíicamente comprobable
y que sólo nos ha parecido raro en virtud de un truco, ilusión o mentira.

Fantásticos: cuando el hecho anormal no resulta explicable ni se lo puede ubicar en otro


mundo regido por otras leyes, estamos en presencia de lo fantástico. El lector y los propios
personajes dudan y así se construye la vacilación, propia del relato fantástico. El
acontecimiento se presencia en este mundo -en ningún otro-, pero no puede ser explicado
racionalmente; es lo suficientemente ambiguo como para no permitir ni una cosa ni otra y
cuestionar así los conceptos de real e imaginario, de lógico e irracional que podamos
poseer. Lo fantástico vendría a ser esa franja de falta de certeza -la incertidumbre- que nos
cuestiona como seres racionales y problematiza la realidad que nos rodea.

Bécquer como escritor romántico


Los ideales libertarios de la Revolución Francesa transformaron no sólo las estructuras
económicas, sociales y políticas, sino también sus manifestaciones culturales. En ese
contexto, el romanticismo surgió sobre todo como crítica de la ilustración y para desterrar el
supuesto de la supremacía de la racionalidad por sobre todas las cualidades humanas.

Los románticos pretendían recuperar los sentimientos y la emocionalidad perdidos y


sumergirse en la luz de lo irracional y lo inexplicable. Lo racional que todo lo mide y
transforma en ley deja de lado la dimensión humana es, para estos escritores, lo que nos
define como individuos y lo que merece ser expresado por el arte. Los poetas románticos
buscaban en su interior lo más original que poseían: su propio yo insatisfecho y necesitado
de alcanzar lo inalcanzable, la esencia del alma y el espíritu en el mundo cotidiano.

Otra característica romántica fue la búsqueda del carácter local, de lo propio de cada
pueblo, aquello que lo diferencia del resto y expresa su esencia. Frente al universalismo
postulado por el iluminismo, el romántico proclamó el nacionalismo y dio relevancia a las
tradiciones, costumbres y artes populares.

El romanticismo español
El movimiento romántico se consolidó en España hacia 1830, debido a la convulsionada
situación política sumada a la censura de prensa, la prohibición de libros y revistas
extranjeras y la clausura de universidades. Los románticos españoles resaltaron y
revalorizaron la tradición medieval, redescubrieron el color local y el nacionalismo y, a la
vez, renovaron la versificación, el lenguaje y la temática poética.

Bécque asumió el papel del poeta visionario que cree ciegamente en los sueños y sus
fantasmas. Desarrolló temas como el amor, el dolor, la muerte, la esencia de lo poético, la
existencia de un mundo sobrenatural y la persecución de ideales inasibles que sumergen al
hombre en la depresión y la locura. La mujer ocupa un lugar central en sus textos, las
idealizadas y las perversas, pero siempre incapaces de dar satisfacción completa al
hombre. Otro tema importante es el amor porque conduce a la felicidad eterna o a la
tragedia. Los espacios medievales en ruinas, a oscuras y tenebrosos y las naves de las
iglesias góticas en penumbras son los ámbitos elegidos para ambientar las leyendas.

El relato fantástico
Rosemary Jackson fue una crítica inglesa que explicaba que la literatura fantástica implica
apertura, movilidad y ruptura, ya que disloca, desestabiliza y rechaza lo establecido (es
subversiva). Y sostiene que esta cosmovisión fantástica no se sitúa ahora en una realidad
sobrenatural sino en la entraña del propio hombre, en el interior de su mundo.

Características principales del relato fantástico moderno según Jackson:

Temas: pueden distinguirse dos clases de temáticas en la fantasía moderna: los relatos
cuya fuente de alteridad (lo diferente, lo que desestabiliza) radica en el propio individuo
(Frankenstein, El extraño caso del doctor Jokyl y Mr. Hyde), y los relatos en los que la
alteridad viene propiciada por agentes externos al sujeto (Drácula).

Diferencia con lo maravilloso: en lo fantástico, se recombina e invierte lo real, no se


escapa de lo real, como sí ocurre en el caso de la literatura maravillosa. Esto ocurre porque
lo central de lo fantástico es poner en duda todas las pautas culturales.

La otredad como conflicto: Al cuestionar y problematizar las formas de percibir la realidad,


la literatura fantástica instaura la “otredad”; derboda, altera, rompe los límites entre las
diferentes áreas de la experiencia. Como consecuencia, surge otra realidad que no es la del
sentido común, pero tampoco la sobrenatural. Se hace presente lo ausente, se habla lo
indecible, se quiebran los marcos con los que “ordenamos” nuestra experiencia en el mundo
para comprenderlo.

Causas de la evolución del género: Jackson subraya la importancia del contexto social,
ideológico e histórico en la evolución de lo fantástico, que nace como una reacción
antirracionalista en el siglo XIX,y evoluciona desde el XX hacia el cuestionamiento radical y
subversivo del orden de la cultura occidental. Ya no es una mera invasión de elementos
entre lo real y lo irreal, sino un ataque directo a la base de los procesos de significar y
comprender que nos provee nuestra cultura.

El legado de Alfred Jarry


Julio Cortázar explicó las dos circunstancias que gularon desde el comienzo su búsqueda
personal de una literatura alejada del realismo. La primera fue su temprana creencia en un
orden secreto que subyace en el mundo. La segunda fue el descubrimiento de la literatura
de Alfred Jarry, para quien la verdadera realidad no residía en las leyes, sino en las
excepciones. Casi toda la producción cuentística de Cortázar cuestiona que, en este
mundo, todas las cosas sean susceptibles de ser analizadas, explicadas y comprendidas
racionalmente porque todo, sin excepción, se rige por leyes, reglas, relaciones de causa y
efecto, tiempos y espacios adecuadamente mesurados y dentro de parámetros ajustados a
la razón. De ahí su interés por las excepciones a estas leyes y por la obra de Jarry.

La patafísica
Alfred Jarry fue un escritor vanguardista que murió en París, siendo muy poco conocido, en
el año 1907. En 1949, un grupo de pintores y poetas fundó el Colegio de Patafísica, con el
objetivo de resguardar su obra y su memoria. Artistas plásticos, dramaturgos y poetas
formaron parte del proyecto cuyo objetivo fue “desbaratar un mundo tiranizado por la
mentira, la identidad, la estupidez y la solemnidad”. Hechos y dichos del doctor Faustroll,
patafísico, fue la novela póstuma de Jarry en la que estableció los principios de su ciencia,
fue tomada como la obra fundamental de este movimiento.
La patafísica constituyó una burla al positivismo y su doctrina del progreso. Los principios de
la ciencia patafísica sostienen, por ejemplo, que:
- todo puede ser su opuesto,
- nada parece nunca lo que es,
- la esencia del mundo es la alucinación, y
- todo saber es siempre personal, y únicamente válido por un instante.

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