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Precisado lo anterior, es de observar que en este caso el hoy peticionario

sustentó su requerimiento de revisión constitucional, acusando que el fallo


objeto de su solicitud trasgrede la confianza legítima y expectativa
plausible al estimarse improcedente la indemnización por responsabilidad
subjetiva patronal que es diametralmente contrapuesta a la responsabilidad
objetiva antes descrita, de allí que resulte pertinente acotar que ya esta
Sala realizó un análisis descriptivo acerca de este concepto indemnizatorio
en la sentencia n.° 155 del 16 de febrero de 2018, la cual se reitera en esta
oportunidad para ratificar que la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y
Medio Ambiente de Trabajo tiene como objeto, entre otros, garantizar la
seguridad a los trabajadores en su ambiente laboral, según se expresa en su
artículo 1, y a tal fin dispone en su artículo 130 un conjunto de
indemnizaciones patrimoniales para los casos en que el accidente de
trabajo o la enfermedad ocupacional se produzca como consecuencia de la
violación de la normativa legal en materia de seguridad y salud en el trabajo
por parte del empleador o de la empleadora, en cuyo caso, el empleador
responde por haber actuado en forma culposa, con negligencia, imprudencia
o impericia, lo cual corresponde ser probado por quien pretenda ser
indemnizado por ello y debe ser exhaustivamente analizado de las actas del
expedientes según las reglas y presunciones tuitivas que informan al hecho
social denominado trabajo.

Es así como este tipo de responsabilidad prevista en las disposiciones del


nombrado cuerpo normativo, exige que el daño sufrido por el infortunio
laboral sea producto de la conducta dolosa, culposa, negligente, imprudente
o imperita del empleador, en la protección y resguardo de la salud de los
trabajadores subordinados al agente empleador, en este sentido, el
legislador patrio ha estipulado un régimen de responsabilidad patronal
esencialmente subjetivo, es decir, involucra esta conducta dolosa, culposa,
negligente, imprudente o imperita del ente de trabajo, lo que causalmente
origina un riesgo especial adicional y no debido objetivamente, el cual
produce como consecuencia la ocurrencia del accidente de trabajo o de una
enfermedad profesional, por ello se exige que quien pretenda ser
indemnizado por este concepto debe demostrar la existencia de una
enfermedad o accidente (el daño) el cual debe ser producido como
consecuencia de la conducta imprudente, negligente, inobservante o
imperita del patrono (hecho ilícito), siendo que además de demostrar el
daño sufrido y el hecho ilícito generador, debe comprobarse que la primera
es producto de un efecto consecuencial de la otra, tal y como se ha
sostenido en la doctrina jurisprudencial asentada por la Sala de Casación
Social del Tribunal Supremo de Justicia (vid sentencia de dicha Sala, n.°
722, de fecha 2 de julio de 2004).

La responsabilidad subjetiva del empleador encuentra su fundamento


remoto en la responsabilidad civil extracontractual, erigida bajo la égida de
la Ley Aquileana, caracterizada por el aforismo “ in lege aquilea et culpa
levissima venit” (en la Ley Aquilea se responde hasta por la culpa más leve).
Empero, es oportuno aclarar que esta responsabilidad se extiende en la
medida en que el hecho dañoso haya sido producto del riesgo, ya que se
admite la atenuación cuando exista una comunidad de la responsabilidad
por el hecho determinante del afectado y, asimismo, dada esa relación de
causalidad necesaria, se admite en esta responsabilidad la exclusión por
caso fortuito o fuerza mayor, siempre que no hubiere concurrido ningún
riesgo especial.

Esta relación de causalidad entre el hecho ilícito patronal y el daño sufrido


por el afectado reviste gran significación para la determinación de la
responsabilidad subjetiva, siendo esta una cuestión de orden material más
que jurídico; con ella se trata de saber si un daño es consecuencia de un
hecho anterior y para su estudio es necesario definir los conceptos de
causa, concausa y condición. A tal efecto, es de observar que la causa es el
origen, antecedente o fundamento de algo que ocurre, es el hecho que
ocasiona algo, una cosa o acontecimiento que puede producir uno o más
efectos; la concausa es aquello que actuando conjuntamente con una
determinada causa, contribuye a calificar el efecto, es un estado o
circunstancia independiente que actúa con la causa, que puede ser
preexistente, concomitante o sobreviviente; en medicina la concausa
preexistente se llama “estado anterior” que se refiere a estados
patológicos de la víctima y la concausa concomitante o sobreviviente se
llama complicación; la condición es empleado en el sentido de condicionar,
es decir, hacer depender alguna cosa de la ocurrencia necesaria de otra.

En el contexto de estos razonamientos, esta Sala advierte que el fallo de la


Sala de Casación Social hoy examinado, al conocer del recurso de casación,
en su momento hecho valer por el aquí solicitante, consideró en su
motivación al resolver las delaciones en que se sustentó el referido medio
impugnativo de carácter extraordinario, lo que a continuación se transcribe:

“…esta Sala establece que aun cuando hubo en cierta medida por parte del
patrono una conducta negligente respecto al cumplimiento de algunas de
las normas de seguridad e higiene en el trabajo (la falta de notificación al
inicio del vínculo laboral de los riesgos inherente al cargo desempeñado), la
misma no demuestra que el daño (Protrusión en L1-L2, L4-L5 y L5-S1 con
Radiculopatía Bilateral moderada) padecido por el trabajador sea
consecuencia directa del incumplimiento de las condiciones de higiene y
seguridad en el trabajo, para que proceda la indemnización por
responsabilidad subjetiva reclamada, por tanto, a juicio de esta Sala resulta
ajustado a derecho la sentencia recurrida por cuanto, en el presente caso si
bien quedó demostrado el daño, así no la relación de causalidad entre
ambas; es decir, que la enfermedad ocupacional certificada sea
consecuencia de la falta de información por parte de accionada de los
riesgos con ocasión al trabajo realizado…”.
Denótese como en este acto sentencial sometido al control constitucional
de esta Sala por vía de revisión, se arribó a la convicción de certeza para
establecer que la no procedencia del pago indemnizatorio peticionado por el
entonces accionante aquí requirente, devenía del hecho de que no hubo
vínculo causal entre el incumplimiento de normas en materia de higiene y
salud laboral y la afectación física de origen ocupacional certificada por el
organismo público con competencia para ello, siendo que esta conclusión
derivó de extremar la Sala de Casación Social sus funciones y descender al
análisis del acervo probatorio producido en el juicio principal, para precisar
que:

“De las pruebas cursantes en autos, concretamente de la certificación del


origen de la enfermedad del 29 de mayo de 2016 -folio 3 al 4 del cuaderno
de recaudos -, se desprende que el demandante padece una enfermedad de
origen ocupacional contraída o agravada con ocasión del trabajo, que le
ocasiona una discapacidad parcial permanente. Asimismo, se observa del
informe complementario de investigación de origen de enfermedad del 13
de mayo de 2013 cursante a los folios 50 al 53 del cuaderno de recaudos,
que la demandada incumplió con algunas obligaciones en materia de
seguridad e higiene en el trabajo y las normas venezolanas CONVENIN; sin
embargo, no se observa ni se desprenden, qué normas fueron incumplidas
por el empleador, y muchos menos quedó demostrado que dicha
enfermedad sea consecuencia de los referidos incumplimientos.
En consecuencia, al no estar establecido el nexo causal entre la
enfermedad padecida por el demandante y la conducta de la demandada,
resulta improcedente la pretensión de indemnización por responsabilidad
subjetiva planteada en la demanda…”.
Denótese como en el extracto del dictamen supra transcrito se hace
alusión a que hubo por parte de la entidad de trabajo accionada en el juicio
principal, un incumplimiento patronal de las normas de seguridad e higiene
en el trabajo relacionadas con la falta de notificación al inicio del vínculo
laboral de los riesgos inherente al cargo desempeñado, no obstante, la Sala
de Casación Social estimó que estos incumplimientos por sí mismos no
bastan para establecer un hecho ilícito.

Ello así, debe destacarse que el hecho ilícito como fuente de la obligación
de indemnizar un daño injustamente causado está consagrado en el artículo
1.185 del Código Civil, el cual exige que el daño se derive de una conducta
culposa o dolosa del agente, es decir, este hecho se fundamenta en la idea
de culpa que deriva de la conducta imprudente, negligente, inobservante o
imperita del patrono, para determinar si existe la obligación indemnizatoria,
lo cual hace posible afirmar que puede materializarse la existencia del
hecho ilícito con la inobservancia del empleador de las disposiciones
proteccionistas preceptuadas en la Ley de Prevención, Condiciones y Medio
Ambiente de Trabajo.

No pretende más que significarse que la configuración en sí del hecho


ilícito, en este tipo de casos laborales en los que ya ha sido certificado el
daño, deviene de la conducta desplegada del agente al que pretenda
endilgársele el resarcimiento de este daño surgido, siendo que la relación
de causalidad se erige como un elemento aparte y necesario para
establecer la responsabilidad subjetiva del ente empleador, de allí que se
estime que el fallo aquí examinado erró al concluir que los incumplimientos
de la parte patronal claramente resaltados en el expediente administrativo
llevado por el Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad
Laborales, no bastan para establecer el hecho ilícito, pues de tales
incumplimientos configuran una conducta inobservante de las normas
contenidas en la mencionada Ley de Prevención, Condiciones y Medio
Ambiente de Trabajo por parte del empleador, pues no se aseguraron
condiciones de salud, higiene y seguridad laboral que previeran el
padecimiento vertebral que aqueja a la hoy solicitante de revisión, no
procurándose un diseño de políticas o la implementación de planes de
seguridad e higiene industrial, para alcanzar la optimización del medio
ambiente de trabajo.

Ante la materialización efectiva de la comisión de un hecho ilícito por la


inobservancia de normas tuitivas en materia de salud y seguridad laboral
que asisten en derecho al entonces laborante, hoy solicitante de revisión,
representado este hecho por: un incumplimiento patronal de las normas de
seguridad e higiene en el trabajo relacionadas con la falta de notificación al
inicio del vínculo laboral de los riesgos inherente al cargo desempeñado,
cabría la posibilidad de considerar que tal situación podría guardar relación
con la patología cervical que aqueja al requirente y que fue certificada
como una enfermedad de trabajo por la autoridad competente, siendo que
esta conducta negligente e inobservante en el cumplimiento de la normativa
de higiene y seguridad industrial fue erróneamente descartada en el fallo
examinado al resaltarse el cumplimiento de varias condiciones de seguridad
relacionadas al entorno laboral de la solicitante y esta aseveración debe
devenir del aplicado y exhaustivo análisis de la situación descrita y no solo
de la mera enunciación de cumplimientos.

Precisado lo anterior, estima esta Sala que el yerro en que incurrió la Sala
de Casación Social de este Tribunal Supremo al conocer del recurso de
casación anunciado y formalizado por el hoy solicitante, en el proceso
contentivo de la demanda por cobro de indemnización derivada de
enfermedad ocupacional, daño moral y material, incoada por el referido
ciudadano, contra la sociedad mercantil Excelsior Gama Supermercados,
C.A., pone en evidencia la violación al derecho constitucional a la tutela
judicial contemplado en el artículo 26 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, por lo que debe declararse ha lugar la presente
solicitud de revisión, anulándose el fallo aquí examinado, ordenándose a la
referida Sala que se constituya de manera accidental y dicte una nueva
decisión con atención a las motivaciones que fueron explanadas en esta
sentencia. Así se decide.

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