El Cielo en Las Literas

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EL CIELO EN LAS LITERAS

© Eduardo Nogareda.
© Marina Pose (Fotografías).
© Sitio de poesía / 2023.
Edición, diseño y maquetación: Diego Cubelli

www.diegocubelli.com
ISBN: 978-9915-41-930-5
Depósito legal:

Confesión de parte
La poesía lírica en particular, y por ex-

tensión la poesía en general, tradicio-
nalmente ha sido concebida como la
forma literaria de tono confesional que
transmite los sentimientos del autor,
pero no hay que olvidar que la poesía
es un universo muy grande y variopinto.
Augusto Roa Bastos, en el curso de una
entrevista con María Esther Gilio publi-
cada en Brecha el 10 de febrero de 1989,
dice: “La poesía es vertical-vertical. La
prosa es vertical-horizontal”. Dicho de
otra manera: la poesía se mueve hacia
abajo y hacia arriba, practica excavacio-
nes en el interior del ser y sube la in-
7
formación hasta el plano de la escritura,
mientras que la prosa –podríamos decir
la narración– se traslada hacia los cos-
tados para observar lo que pasa y luego
se vuelve hacia adentro y abajo para dar
forma literaria a lo observado.

La metáfora geométrica es atractiva
y didáctica, pero no dice toda la verdad.
La realidad suele ser más compleja que
los argumentos que procuran explicar-
la. Yo había pensado llamar al presente
poemario Cést moi, utilizando la fra-
se que nunca dijo Flaubert en relación
a madame Bovary. Nunca la dijo, o por
lo menos no existe el correspondien-
te registro escrito, pero un amigo del
escritor alguna vez dicen que dijo que
la había dicho: “Madame Bovary cést
moi”. El caso es que, apócrifa o verídica,
la frasecita se transformó en un signo de
correspondencia entre autor y personaje.
La narrativa y la dramaturgia son
las que construyen personajes. La poe-
sía, en principio no. No es de esa cuer-
8 da. Pero la significación del “cést moi”
atribuido a Flaubert también se puede
extrapolar incluso más allá de la litera-
tura, más allá de las artes, y ubicar en
el mismo anaquel en el que guardamos
esa otra frasecita, “nada de lo humano
me es ajeno”, que aparece en una come-

dia de Publio Terencio Africano, cuando
no solo Flaubert, sino que ni Cristo ha-
bía nacido. No fue propósito del autor
de los poemas de El cielo en las literas
el construir personajes, pero sí aplicar
una mirada horizontal con los ojos de
la imaginación hacia los costados de la
realidad y tomar nota –si es que un poe-
ta puede hacer tal cosa, propia de escri-
banos– de quiénes estaban allí, de qué
les estaba pasando, y si bien encontró a
su entender alguna ajenidad, discutien-
do a Publio Terencio, halló más rasgos
comunes, como el romano dijo. Esos
ojos de la imaginación son la herra-
mienta que hemos compartido Marina
Pose y yo cuando enlazamos los conte-
nidos de este libro de poemas y fotos,
fotos y poemas. Poemas para leer, fotos 9
para ver: un mismo lenguaje poético, es
decir, metafórico.
E. N.

Gajes del oficio
coronando el marco de la foto

que santifica su escritorio
el matrimonio sonríe a la cámara
y los niños no sonríen
sublevada en el escote de la camarera

que le escancia un vino
tanta educación
tan poco interés
hecha un ovillo en el retrovisor interior

que le muestra lo que hay
en el asiento trasero
de su porsche azul
11
brillando sus ojos sobre porcelanas

y en nogales o cerezos ayer sacrificados
y lustrados hoy por manos asalariadas
cuando él vuelve a casa
de sus hábitos de éxito
y todos duermen

asomando apenas desde la faz oculta
de la almidonada almohada
en el instante de tomarse
la última pastilla del día
la ve
siempre la ve a la serpiente de la culpa
aunque esté la luz apagada

la ve mirándolo
aunque ya esté dormido

la ve mirándolo
aunque lo niegue
la está viendo

Manual del éxito
interior oscuro para mano derecha
bruja emboscada
repta
entra
calla
respira por las uñas
se recoge por las falanges
se encoge neurasténica
siempre invisible en la cueva del bolsillo
interior oscuro para mano derecha

de elegante caballero que no quiere
que en salón cortesano se publique
13
el hedor de cierto trato que tiene
con la comadreja del gallinero
interior secreto para la mano esa

para la otra
orquesta y baile

con las yemas de sus dedos
se mariposa sobre una copa
se golondrina sobre una nuca
se ardilla sobre un talle
se iguana sobre una blusa
se leoparda sobre una espalda
quién diría
tan distintas como son
y entrambas manos tan humanas

La muchacha
que calculaba
se despierta entre aladas almohadas
cuando súbito frescor de alba la llama
se le ilusiona el cuerpo
con la vigilia naciente
el aire verde del ventanal agita

tenues telares en la habitación
y con el aire cree la muchacha
que una mariposa entró
buscando la nuez del calor
entre sus dulces prendas
de gozo a prudencia saca cuentas

17
de joven para anciana
el tesoro que la efímera procura

tiene también su tiempo señalado

La huida
todos los reptiles oscuros estuvieron

acudieron todos los pájaros que no cantan
levitó tierra en el recinto de la vigilia
el ajuar cayó de su sitio de belleza
la novia tembló
temblando huyó
culpable
y sagrada
19

Perspectivas
y probabilidades
las arrugas de la calle
veintiocho de febrero
conversan con el pasto
avecindado al pavimento
cuando va el muchacho
a estudiar a la casa
de ese compañero de liceo
que tiene dos hermanas
una es rubia y la otra también
los jazmines ofrecen

su aroma al caminante
es un lugar del mundo

21
por donde pasa un tren
que fuma y canta como contralto
sin que eso interrumpa la siesta
de ninguna familia del barrio
cuando va el muchacho hacia la casa
del compañero ese que tiene dos hermanas
una es muy tímida y la otra no

al muchacho este lugar del mundo
con su tren de humo y carbón
con su aroma de jazmines
sus perspectivas y probabilidades
le viene despertando algo
que siendo y no siendo de su cuerpo
ha marcado terreno
en alguna parte de su ser
y a moverse empieza
su vida es una planta

en trance de floración

Como bailando
el hombre que había tenido un perro

hoy deambula solo respirando nube
altos muros de tedio pertinaz

hacen ssssommmbra sobre tooodas las cosas
el hombre que había tenido una familia

hoy camina absorto por el
medio
de la calle
pero de golpe
ah
la ve
23
el hombre que había tenido un empleo público

se pregunta qué quiere decirle
a él
esa veredita de sol que se esfuerza
con denuedo por existir
entre retazos de niebla

el hombre que había integrado un coro
se pone nervioso y se aparta
en dirección airartnoc
pero oh
no
vuelve sobre sus pasos
el hombre que había tenido sus cumpleaños

ahora quiere transitar por aquella veredita de sol
pero
uh
la veredita ya no está donde estuviera
entonces el hombre que había tenido sus internaciones

la piensa no te veo pero te pienso
y por esa veredita imaginaria se va como bai
lan
do
bai
lan
do

Maneras de lo libre
todo lo que está cerrado él quiere abrir

y si no lo puede abrir lo rompe
para liberar al pájaro
canta con todo el cuerpo

para liberar al niño
25

Rigor doméstico
forzará como quien somete

plegará como quien arría
empujará como quien hunde
cerrará como quien cava
los rugosos párpados de madera
esos postigos son hermanos

del pupitre de algún adusto
colegio de antaño
sus molduras exhalan

olor de confesionario
él solo
29
solo él con su mano
adelantará la noche en el mundo
moverá las piezas con pulso recio

controlará la velocidad del acto

cuando el cerrojo remate
su perfecta canción ósea
el disoluto y la santita
el que siempre tuvo suerte
el que está apenas difunto
el loco y los otros dos
todos
todos en la familia
sabrán que algo
ha llegado a su fin

La disciplina
del miedo
siente que el aliento
de un oscuro encono
la busca desde ayer
se toca en la frente esa cicatriz

y piensa en los niños
durmiendo en su cuarto
por la herida de una puerta al exterior

sabe que está fría y triste
la calle a estas horas
las pupilas en movimiento

son pura ansiedad
31
detrás de visillos
está pidiendo a sus ojos

que le digan lo que pasa
si se altera alguna forma
si una sombra se acerca

cuánto de estrecho es el cerco
de soledad en torno de la casa
acata la disciplina del miedo

los párpados aves sedientas
los puños usinas en temblor
toda la noche contiene

un minuto la respiración
dos minutos media hora
media semana un mes
cuando pase una hora

una semana entera
cuando se haya ido el verano
habrá pasado un año
habrán vuelto a lo mejor
los barcos a la bahía
el circo a la explanada
el barrio a su trajín
los hijos a la escuela
la abeja a la flor
y ella
ella ya no estará

El proyecto
un hombre de su alarido nace
descarga la dolencia de su ira

sobre el temblor de ala
que recorre el cuerpo
de esa mujer
esa mujer
el entorno todo queda aterido
lo humano es un proyecto temerario
33

Destrucción
y después
el dibujo de la boca es el propio de aquel
que dispara su asco contra el espejo
no hay calma en el pecho

no tienen paz las mandíbulas
es el curvado perfil del anciano

este insecto gigante que rasca con ruido
que ruida rasguños
que gruñe y rasga en lo roto
cada vez más adentro
más abajo
cada vez más profundo
entre fierros y cartones
35
alambres herrumbrados
cuerdas de ahorcar
latas de pintura
clavos de martirio

busca rebusca busca
entre hilachas encendidas de lluvia
donde empedrada de imprecaciones
se le enreda la saliva alcohólica
qué busca rebusca busca mascullando

entre esas porciones viudas
de juguetes difuntos
qué busca en la opacidad

de la cordillera de trastos
qué busca en esa galería
desbordada de fragmentos
qué busca sino el contacto de un cuerpo
del que alguna vez obtuvo bondad
después del odio

todo cambia de sitio

Cielos en desgracia
cielos blancos deslumbran al muchacho

que ciego sube por la cuesta de la calle
el odio le reza salmos a la muerte

hasta que la desgracia salpica
cielos rojos tiñen al muchacho
sangra la barba que baja por la pendiente
37

Ojo a la perrada
no pide socorro pero afila cuchillos

manos les echa por las noches
mujer de lágrima fósil

madre de trastorno funeral
duerme sola aunque haya compaña
no quiere a nadie pero cultiva perros salvajes

ojos les echa cada mañana
39

El hambre
olor de plumas
se oye llover en derredor
ay este muchacho que porta machete

encasquilladas las muelas
cielo rojo el alma de los ojos
labios cosidos porque un grito
olor de trapos
se oye llorar en interiores
ay este muchacho que porta machete

dentadura encasquillada
los ojos cerrados y ve todo rojo
41
crece el grito bajo costura
salta medianera mata gallina

descose grito

olor de metales
se oye correr en lo oscuro
en casa hoy comerán
nada que celebrar

Cotidiano infantil
un estornudo la salpica al pasar

con aerosoles de indiferencia
derrapan motos sobre escarcha de botellas

canta desgracia la sirena de un patrullero
suenan insultos como piedras contra chapas
todo eso y los mendigos

infectados de monedas
todo eso y los perros

ladrando como cañones
43
al portón del hospital
se le enfriaron los huesos
harapos la olfatean y un ojo

tal vez humano

calcula lo extenso
de su cuerpo
pero el miedo no hará noche en él
es una niña acostumbrada

El cielo
en las literas
pausados suspiros zurcidos
con susurros de té
como asma de boca resuenan

las pisadas del hombre
sobre el parqué taciturno
de los suelos parentales
el relente de un recuerdo
le dibuja en los labios
involuntaria elipse
de parva sonrisa
es una débil luciérnaga
que enciende nerviosa
47
su farolillo y lo apaga
al instante
arrepentida
pasos espesos
silenciosos pasos

tristes pantuflas arrastran
un cuerpo olvidado de sí
deriva de barcaza sin rumbo
exceso de carga
para tan flaco timón
tiembla el aroma del té

cuando por lo profundo
un tren se pronuncia
seguro
piensa el hombre
es de esa clase de trenes
donde en horas bajas
los maquinistas se prosternan dormidos
y desvelados los pasajeros
se encaraman a sus literas
esperando alcanzar el cielo
ahí arriba

Tristezas comunes
arrullo tísico de paloma

a la hora de la siesta
la voz de la vecina
desafina impune
un bolero terrible
mientras tanto el marido

taciturno
en camiseta
desde la ventana del baño
mira esas grises palomas
estancadas sobre un pretil
y salmodia bajito
49
ustedes son yo
ustedes son yo
ustedes
son
yo

Miradas cruzadas
como si fuera el cuerpo de un ahogado

el hombre viejo con mano temblorosa
recoge desde el fondo umbrío de un baúl
esta foto de cuando él tenía veinte años
aguza el oído porque le parece

que el muchacho del retrato
está pronunciando nombres
de personas conocidas
él es el que observa y es el observado

él es quien contempla
la sonrisa un poco triste
del muchacho que lo mira
51
en blanco y negro
y también él es el que sonríe
desde un espejo retrasado
qué tal es el futuro pregunta el joven

recuérdame el pasado implora el viejo

El pozo
una mujer recostada

al murallón de la iglesia
duermevela de mano extendida

en la tarde que declina
ánfora extraviada en el mercado

escoba oculta detrás de un armario
persona ausente de sus nombres
y también de sus apellidos
abuela arrancada de su tierra

como un arbusto malquerido
53
no hay mirada de transeúnte
que descienda hasta su medida
no hay pasos que se detengan

ante sus cenicientas vestiduras

aquí nadie escucha su silencio
cuando al fin se aparta del murallón

y se va deslizando lenta y pesada
como una silueta de humo espeso
de cenizas la vereda se le hace
y un pozo de cenizas
la ciudad donde se hunde

Hora del té
la está rozando la pluma de la confusión

pero despeinarla no la despeina
tropieza con la piedra del olvido

se inclina pero no se cae
¿querés un té?
le hacía guiñadas esta mañana

la bombilla de la razón
pero no la dejó a oscuras
su versión libre de las cosas

derrapaba ayer noche
55
en el borde mismo de la banquina
pero no se despeñó por el barranco
¿querés un té?

el pensamiento le aporta
visitas importantes
se va de paseo con ellas
largo rato
pero siempre vuelve
a esta escasa realidad
y no se queja
domésticos aromas
de otros tiempos
la hacen suspirar
¿querés un té?
no mamá

Ella no llora
abarca su mirada el tibio regazo

donde enlazan sus manos
esos hilos que la vida tiene
y ella custodia y sostiene
para dar forma y sentido
pero luego pensativa la vista desvía

hacia el paso sin prisa del tiempo
eterno transeúnte en vetusto carruaje
se levanta de la silla
va hasta el teléfono
y sin derramar una lágrima
llama al hijo
57

Vana mente
hay horas para el regocijo

de la mariposa de la vida
reina de la alegría
esta anciana de oído cree seguir su vuelo
la busca de reojo y sólo encuentra
una cabeza de muñeca
rodando por el suelo
toda vez que se la lleva la ambulancia

ella sueña con cabezas de muñecas
que van cayendo como fruta madura
de las ramas secas del árbol
que murió en el patio de la casa 59
hasta terminar rodando por el suelo
hay tiempos para la celada

del escorpión del desespero
capitán de lo exacto

no ve que viene el aguijón
se distrae pensando y dice
hijo te quedaste dormido
te quedaste dormido hijo

No haber de dónde
inspiración
se ilusiona con el aire

pero el aire no le llega al hueso
espiración
se aferra a las palabras

pero las palabras
se le quedan sin aire
sed
se abraza a la botella
63
pero la botella está colmada
de aire caducado
no hay de dónde

Desposeído
la noche es mía decía

y la noche por la boca se le iba
la noche es mía insistía

y la noche era todo lo que tenía
65

Nada
cree que tiene pero no sabe dónde

cree que supo pero no sabe cuándo
tiene que irse pero no sabe adónde
sabe que es alguien pero no quién
se conoce culpable pero no de qué
recuerda una mirada clara

pero no le sirve para nada
desconoce si tiene madre

o si es polvo hijo del aire
67

Presente de amor
el dolor se mueve por el cuerpo

del hombre que transpira su noche
actividad de roedor
que sin culpa ni inteligencia
ha invadido por azar
su recóndita intimidad
y punzando constante
gana espacios
peligrosa avanzada de jabalí

hozando terrenos escabrosos
atravesados por tendones
se inmiscuye con violencia
71
en el alma de las arterias
mas con eso y todo

el amor lo libera
de su circunstancia
mas con eso y todo
el presente es amor

esa inyección de morfina
aplicada con ternura
rehabilita el teatro de la vida
una caricia le da placer

Agua por
la garganta
quiero irme contigo le decía
quiero irme contigo amor
mis huesos con los tuyos
un solo final para los dos
pasaban días y más días

él quiero irme repetía
contigo mis huesos
con los tuyos amor
pero ella ya no estaba
pasó un año tras otro y otros más

mis huesos con los tuyos
y ella no estaba
73
pero al fin llegó el año

y con el año día y hora
entonces ya no era
ni tarde ni temprano

la sintió llegar desde muy lejos
la sintió llegar y entrar en él
como agua por la garganta
vengo mis huesos
con los tuyos amor
un solo final

Orden del libro
El cielo en las literas

(serie de retratos imaginarios)
Confesión de parte | 7
Gajes del oficio | 11

Manual del éxito | 13
La muchacha que calculaba | 17
La huida | 19
Perspectivas y probabilidades | 21
Como bailando | 23
Maneras de lo libre | 25
Rigor doméstico | 29
La disciplina del miedo | 31
El proyecto | 33
Destrucción y después | 35
Cielos en desgracia | 37
Ojo a la perrada | 39
El hambre | 41
Cotidiano infantil | 43

El cielo en las literas | 47
Tristezas comunes | 49
Miradas cruzadas | 51
El pozo | 53
Hora del té | 55
Ella no llora | 57
Vana mente | 59
No haber de dónde | 63
Desposeído | 65
Nada | 67
Presente de amor | 71
Agua por la garganta | 73

El cielo en las literas
(serie de retratos imaginarios),
libro de Eduardo Nogareda
con fotografías de Marina Pose,
se terminó de imprimir en
octubre de dos mil veintitrés en
Mastergraf SRL
Bvar. Artigas 4678 - Tel.: 2303 4760
CP 11700 - Montevideo, Uruguay.
El tiraje de esta primera edición

consta de cien ejemplares
numerados y firmados por el autor.
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Edición, diseño y maquetación: Diego Cubelli

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La poesía lírica en particular, y por ex-

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coronando el marco de la foto

sublevada en el escote de la camarera

hecha un ovillo en el retrovisor interior

brillando sus ojos sobre porcelanas

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aunque esté la luz apagada

aunque ya esté dormido

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interior oscuro para mano derecha

interior oscuro para mano derecha

interior secreto para la mano esa

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el aire verde del ventanal agita

de gozo a prudencia saca cuentas

el tesoro que la efímera procura

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todos los reptiles oscuros estuvieron

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los jazmines ofrecen

es un lugar del mundo

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su vida es una planta

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el hombre que había tenido un perro

altos muros de tedio pertinaz

el hombre que había tenido una familia

el hombre que había tenido un empleo público

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vuelve sobre sus pasos

el hombre que había tenido sus cumpleaños

entonces el hombre que había tenido sus internaciones

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todo lo que está cerrado él quiere abrir

canta con todo el cuerpo

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forzará como quien somete

esos postigos son hermanos

sus molduras exhalan

moverá las piezas con pulso recio

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se toca en la frente esa cicatriz

por la herida de una puerta al exterior

las pupilas en movimiento

está pidiendo a sus ojos

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acata la disciplina del miedo

toda la noche contiene

cuando pase una hora

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un hombre de su alarido nace

descarga la dolencia de su ira

el entorno todo queda aterido