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INTRODUCCION

La responsabilidad constituye, en este momento, un tema recu-


rrente entre abogados, jueces y académicos. Esta materia ha experi-
mentado, en los últimos años, una notable evolución, al extremo de
que ha surgido una rama especializada denominada “derecho de
daños”, que se aparta de las ideas que tradicionalmente inspiraron
las legislaciones de este continente. No cabe duda que en muchos
aspectos la ley ha quedado rezagada, lo cual se advierte en forma
clara si se observa el contenido y la dirección que ha tomado la re-
gulación jurídica de las actividades modernas (bioquímica, aeronáu-
tica, producción atómica, ecología, informática, etc.). Al parecer, en
el futuro se seguirá legislando con la misma filosofía, de suerte que
junto al derecho tradicional se irá formando un derecho nuevo que
introducirá principios e instituciones más acordes con las aspiracio-
nes y tendencias de la hora actual.
Creemos que este libro revela que no es conveniente intentar
una teoría unitaria de la responsabilidad, ya que los dos grandes
bloques, la responsabilidad contractual y la responsabilidad extra-
contractual, presentan diferencias sustanciales, razón por la cual su
confusión induce a equívocos e inconsistencias que degradan y res-
tringen el estudio de esta cuestión. Desde luego, la responsabili-
dad es consecuencia del incumplimiento de una obligación
preexistente. Pero mientras la obligación contractual se encuentra
perfectamente acotada en la ley o el contrato, lo cual permite dar
a la antijuridicidad, al factor de atribución y al daño un tratamien-
to especial (la antijuridicidad está implícita en el incumplimiento,
la culpa se gradúa y se aprecia in abstracto, y el daño está delimita-
do por la “prestación”); la obligación general de carácter social (“no
causar daño culpable o intencionalmente a nadie”), en que se fun-
da el deber de indemnizar en la responsabilidad extracontractual,

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RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL

ofrece caracteres absolutamente diversos (la antijuridicidad es ele-


mento esencial, el factor de atribución no se gradúa y se aprecia
in concreto, e impera el principio de la reparación integral del daño).
A lo anterior hay que agregar una marcada diferencia en lo relati-
vo a la relación de causalidad, puesto que en un caso se trata de
determinar cuál es el hecho que causa el daño, y en el otro esta-
blecer si otro hecho, diverso del incumplimiento, fue la causa del
daño. Lo anterior nos lleva a afirmar que las teorías sobre la causa-
lidad incorporadas en nuestros textos doctrinarios sólo sirven en
el ámbito de la responsabilidad extracontractual, quedando este
problema sin resolver en el área contractual. Por eso creemos ne-
cesario enfrentar este tema con ideas renovadas.
Nuestro planteamiento, desarrollado a través de este libro, se
funda en la noción de obligación como “deber de conducta típi-
ca”, lo cual nos obliga a repensar varias instituciones que hasta hoy
no han sido suficientemente tratadas. En esta materia, estimamos
nosotros, nuestro Código Civil es mucho más perfecto de lo que
se ha creído. De aquí que rechacemos toda posibilidad de intro-
ducir en él la categoría de “obligaciones de resultado”. A nuestro
juicio, toda obligación es “de medio”, porque el deudor sólo res-
ponde de la diligencia y el cuidado que ha comprometido al obli-
garse. Esta y otras cuestiones aparecen explicadas en estas páginas.
No sería justo si no reconociera que muchas de estas materias
surgieron para mí hace muchos años, particularmente en un cur-
so de Derecho Civil profundizado dictado en la Facultad de Dere-
cho de la Universidad de Chile por don Fernando Mujica Bezanilla,
maestro que sembrara en nuestra generación tantas inquietudes y
un acendrado amor por el Derecho. A su memoria dedico este tra-
bajo que, estoy seguro, habría celebrado generosamente si lo hu-
biere conocido.

EL AUTOR

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