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El triángulo del fraude es un concepto utilizado en auditoría y contabilidad para

describir los tres componentes principales que pueden contribuir a un fraude. Estos
componentes son: presión (incentivo), oportunidad y racionalización. El modelo del
triángulo del fraude fue desarrollado por el experto en contabilidad Donald Cressey.

1. Presión (Incentivo):
• Definición: La presión es el motivo o la razón por la cual una persona
se siente compelida a cometer fraude. Esto podría deberse a
dificultades financieras, presión para cumplir metas o expectativas,
problemas personales, etc.
• Ejemplo Práctico: Imagina a un empleado con dificultades financieras
significativas debido a deudas acumuladas. Esta presión financiera
podría motivarlo a cometer fraude para aliviar sus problemas
económicos.
2. Oportunidad:
• Definición: La oportunidad se refiere a las circunstancias que permiten
que el fraude ocurra. Esto puede incluir falta de controles internos,
supervisión insuficiente o debilidades en los procedimientos
operativos.
• Ejemplo Práctico: Supongamos que un empleado tiene acceso sin
restricciones a las cuentas financieras de la empresa y hay una falta de
supervisión en la reconciliación de cuentas. Esta situación proporciona
la oportunidad para que el empleado manipule los registros sin ser
detectado.
3. Racionalización:
• Definición: La racionalización es el proceso mental que realiza el
perpetrador para justificar su comportamiento fraudulento. Puede
incluir la creencia de que el fraude es necesario, que no hay otra opción
o que se trata de una acción temporal.
• Ejemplo Práctico: Un empleado podría racionalizar el fraude
argumentando que está robando a una empresa grande y que no le
causará daño significativo, o podría justificarlo diciendo que merece
más salario del que recibe.

En resumen, el triángulo del fraude sugiere que un fraude ocurre cuando hay presión,
oportunidad y racionalización presentes al mismo tiempo. La prevención y detección
de fraudes a menudo se centran en abordar estos tres componentes para reducir la
probabilidad de que ocurran.
Escenario: Imagina a un empleado de una empresa que enfrenta presiones
financieras significativas debido a problemas personales y deudas acumuladas. Este
empleado tiene acceso a las cuentas de la empresa y realiza tareas de contabilidad.
La compañía carece de controles internos efectivos, y la supervisión sobre las
actividades contables es limitada.

Componentes:

1. Presión (Incentivo):
• Situación: El empleado está endeudado y enfrenta problemas
personales como problemas de salud en la familia y la incapacidad
para afrontar los gastos diarios.
• Incentivo al fraude: La presión financiera y personal motiva al
empleado a buscar una solución rápida a sus problemas económicos.
2. Oportunidad:
• Situación: El empleado tiene acceso sin restricciones a las cuentas de
la empresa y las tareas de contabilidad.
• Oportunidad para el fraude: Debido a la falta de controles internos
efectivos y supervisión limitada, el empleado encuentra la
oportunidad de manipular los registros contables para su beneficio
sin ser detectado fácilmente.
3. Racionalización:
• Situación: El empleado justifica sus acciones para sí mismo.
• Racionalización del fraude: El empleado podría convencerse de que
está tomando prestado temporalmente el dinero de la empresa y
planea devolverlo en el futuro, justificando así el fraude como una
solución necesaria para superar sus dificultades actuales.

En este ejemplo, los tres componentes del triángulo del fraude (presión,
oportunidad y racionalización) están presentes al mismo tiempo, creando un
entorno propicio para que ocurra el fraude. La prevención en este caso implicaría
abordar tanto las presiones financieras del empleado como las debilidades en los
controles internos y la supervisión.

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