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En este trabajo se pretende sistematizar las líneas generales de las discusiones sobre el
regionalismo económico en la doctrina del derecho internacional, investigar los conceptos
dados a la integración y a la cooperación en sus distintos niveles y, finalmente, delinear las
actuales perspectivas de las iniciativas locales de aproximación comercial.
Conceptos doctrinal de regionalismo.
Tendencia o doctrina política según la cual en el gobierno y la forma de organizarse un
Estado se debe atender especialmente al modo de ser y a las aspiraciones de cada región.
Los factores económicos constituyen la principal motivación para la creación de iniciativas
regionales de cooperación, pero estos acuerdos no se construyen y consolidan
únicamente bajo el referido aspecto. El análisis de los marcos jurídicos regionales –de
naturaleza comercial o no puede partir de tres distintas perspectivas: de aquella instituida
en el Capítulo VIII de la Carta de la ONU, del análisis de la cooperación entre estados en
determinada parte del planeta o de la investigación de los elementos jurídicos locales y de
su relación con el plan general. Las distintas esferas política y cultural, por ejemplo, más
allá de que posean autonomía y de que se desarrollen de manera específica, participan y
se integran naturalmente a la evolución del regionalismo patrimonialista. No se puede
sostener, así, la existencia de iniciativas locales de características exclusivamente
comerciales, es decir, que no proporcionen el desarrollo de otras temáticas en su sistema
legal.
La importancia de la aproximación entre sujetos de derecho en el ámbito regional no se
encuentra únicamente en el incremento de la libertad mercantil, sino también en sus
características inclusivas. De hecho, existe en la actualidad una fuerte participación de
países en desarrollo en los procesos locales de cooperación. Eso se podría comprender
como resultado directo del término de la Guerra Fría y de la eliminación de la polarización
político-ideológica que dificultaba su surgimiento, pero no se puede ignorar que los países
menos desarrollados perciben los marcos jurídicos regionales sobre comercio como
alternativas para alcanzar el bienestar de sus poblaciones.
La proximidad geográfica se presenta naturalmente como característica habilitada, al
menos, a facilitar el surgimiento de acuerdos regionales. Se hace necesario admitir, sin
embargo y de la misma forma, que iniciativas de cooperación e integración pueden
consolidarse entre sujetos de derecho internacional geográficamente alejados, pero
reunidos por alguna afinidad cultural o política.
La concesión de preferencias regionales, en el contexto proteccionista surgido en la
década del 30 en respuesta a la depresión de 1929, es considerada por muchos estudiosos
un antecedente del regionalismo comercial. La génesis del regionalismo económico se dio,
asimismo, en periodo inmediatamente posterior a la segunda guerra mundial.
los pactos de seguridad colectiva como expresión del regionalismo.
La seguridad colectiva es un sistema político, regional o global, en el cual cada estado del
sistema acepta que la seguridad de uno les concierne a todos y por ello se comprometen a
llevar a cabo una respuesta colectiva en caso de amenaza o de una situación real de
brecha en la seguridad reinante en el sistema. En este sistema, un agresor potencial es
disuadido ante la perspectiva de una unión del resto frente a él.1 La seguridad colectiva es
un sistema más ambicioso que el sistema de alianzas o el de defensa colectiva en el
sentido en que busca unir los estados de forma regional o global ante una gran variedad
de posibles amenazas.
Debemos mencionar que existe una corriente de opinión que mantiene que la costumbre
internacional puede ser desarrollada en forma diferente según la región de que se trate.
Esto es lo que se ha dado en llamar normas consuetudinarias “de limitado alcance” y tiene
antecedentes en la historia. Por ejemplo, el llamado Derecho “Intermunicipal” aplicable
entre las ciudades de Grecia clásica, así como las normas que surgieron de la práctica
entre los principados de Italia en la edad media y en el renacimiento; y en la actualidad el
caso de las normas consuetudinarias reconocidas como obligatorias por los Estados
latinoamericanos, que no tienen validez fuera de la región y que nos confirman la
existencia moderna de esa corriente de opinión.
El Consejo de Seguridad responde a las crisis en todo el mundo según un análisis caso por
caso y dispone de una amplia gama de opciones. Cuando debe considerar el
establecimiento de nuevas operaciones de paz tiene en cuenta muchos factores, entre
ellos:
Si se ha proclamado un alto el fuego en el lugar y las partes se han comprometido a
participar en un proceso de paz destinado a alcanzar un acuerdo político.
Si existe un fin político claro que puede estar reflejado en el mandato.
Si es posible formular un mandato preciso para una operación de mantenimiento de la paz
de Naciones Unidas.
Si se puede garantizar de forma razonable la seguridad del personal de las Naciones
Unidas, y en particular si se pueden obtener garantías a ese respecto de las partes o
facciones principales.
El Consejo de Seguridad establece una operación de mantenimiento de la paz mediante la
adopción de una resolución del Consejo de Seguridad. Esta resolución determina el
mandato de la misión y su envergadura.
El Consejo de Seguridad supervisa de forma permanente la labor de las operaciones de
mantenimiento de la paz, lo que incluye la elaboración de informes periódicos por parte
de la Secretaría General y la celebración de sesiones especiales dedicadas a examinar el
trabajo de operaciones específicas.
El Consejo de Seguridad puede someter a votación la ampliación, modificación o
expiración de mandatos según lo estime conveniente.
En virtud del Artículo 25 de la Carta, todos los miembros de las Naciones Unidas
convienen en aceptar y acatar las decisiones del Consejo de Seguridad. Si bien otros
órganos de las Naciones Unidas hacen recomendaciones a los Estados Miembros,
solamente el Consejo tiene el poder de adoptar decisiones que los Estados Miembros
están obligados a poner en práctica.
Proveen una buena fórmula entre división del trabajo y un cierto grado de
“proteccionismo”.