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La Contaminación Espacial

La extensión contaminante de la raza humana no tiene límites, nuestra basura afecta


a más allá de la superficie terrestre.
Por más inconcebible que parezca de creer, nuestro planeta Tierra tiene más de 25 mil
satélites en órbita, y por supuesto que en esta lista solo se encuentra un satélite
natural: la Luna. Los demás objetos se deben a satélites artificiales, muchos con
propósitos de investigación científica, como las estaciones espaciales o los
observadores terrestres. Además de aquellos mencionados, también encontramos de
telecomunicación, GPS, de navegación, meteorológicos, etc.
La lista que cataloga estos objetos es sin duda extensa, este fenómeno se debe a las
necesidades que ha ido encontrando el ser humano a lo largo del tiempo en lo que
comprende su legado tecnológico. Esto lo podemos observar con los renombrados
satélites de internet de banda ancha, que grandes compañías como SpaceX (del
multimillonario Elon Musk), están implementando. Sin mencionar que la ejecución de
satélites se ha convertido en una corriente benéfica para las élites. Es concretamente
plausible que muchos de los satélites que orbitan la Tierra son de reconocimiento,
nombre designado a los satélites de espionaje.
En gran medida que el ser humano haya logrado mandar sus ingenios hacia más allá
de nuestra superficie terrestre, también trajo consigo efectos perjudiciales al planeta y
a las demás especies que lo habitan. Sin siquiera tener un siglo desde la aparición del
primer satélite artificial, según el Departamento de Investigación de Statista (2024) se
han catalogado más de 54,964 satélites, de los cuales 26,673 están en órbita y 28,291
han decaído. Datos anteriores concebidos tan solo a principios del 2023.
El hecho de que estén en la zona baja de la órbita terrestre se debe a la proximidad que
van a necesitar los satélites del tipo de telecomunicaciones, incluyendo los de Internet
de banda ancha, telefonía móvil y transmisión de datos. Aquellos objetos se fabricarán
en masa, ya que diversas compañías como SpaceX, OneWeb, Amazon, Facebook,
Telesat e Intelsat forman parte de la inmensa lista que opera a partir de vías satelitales,
indispensables para el manejo de sus medios.
La NASA está preocupada por los 60 mil satélites que SpaceX quiere exportar, de los
que ha mencionado que uno de los objetivos principales de su constelación de satélites
Starlink es proporcionar acceso a internet de banda ancha a personas en todo el
mundo, incluso en áreas rurales y remotas donde el acceso a la red es limitado o
inexistente. Sin embargo, no todos tendrán acceso garantizado a este servicio, ya que
dependerá de la cobertura y capacidad de la red en cada región o país. Además, el
servicio de Starlink todavía está en fase de pruebas y expansión, y se espera que se
desarrolle gradualmente en los próximos años. Por lo tanto, no está claro cuánto
costará el servicio ni cuál será su disponibilidad a largo plazo
Cuando se exportan en gran cantidad semejantes objetos, de manera intuitiva se puede
señalar que mayor serán los residuos orbitales y espaciales, lo cual conlleva varios
conflictos que se producen en grandes áreas. Entre ellas está la contaminación
lumínica, que desorienta a las aves migratorias que se guían por las estrellas durante
sus migraciones. Esto podría provocar que las aves se desvíen de su ruta y se extravíen,
lo que tiene graves consecuencias para su supervivencia.
Por otro lado, también perjudica a las investigaciones espaciales, debido a que tanta
luz daña las fotografías del espacio, lo que impide la visualización de eventos cósmicos
o de rasteación de asteroides. Siendo la contaminación lumínica un gran problema
para la astronomía.
Además, mandar tantos objetos al espacio también crea basura espacial, ya que varios
artefactos cuando dejan de funcionar simplemente los dejan orbitando, hasta esperar
que ellos mismos se degraden o bajen a la superficie terrestre, lo que puede tomar
décadas. Y cuando diversos objetos siguen distintas trayectorias, también aumenta la
posibilidad de que choquen, pues el cruce entre objetos en el espacio funciona de tal
forma en que colisionan atrozmente, sin importar sus dimensiones.
Dicho todo esto, considero que, a pesar de su naturaleza o procedencia, los satélites
han sido un gran avance tecnológico al que la humanidad le debe en abundancia por
la facilitación del transporte o la detección de desastres naturales. Por lo que esto no
es una petición de dejar de fabricarlos o algo por el estilo, sino para concientizarlos de
que encima de nuestras cabezas hay miles de megaconstelaciones que no provienen de
estrellas, sino de inventos del ser humano que tienen intenciones de rastreación, uso
militar y obtención de datos, y no únicamente de uso científico. Por lo tanto, aunque
ofrecen beneficios importantes, también deben ser evaluados cuidadosamente y
regulados para minimizar sus impactos negativos en el medio ambiente y la
astronomía.

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