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GUIÓN LITÚRGICO –SOLEMNIDAD DE LA ANUNCIACIÓN

ENTRADA: En el principio ya existía la Palabra. Manaba ya la fuente, pero hasta entonces sólo dentro de sí
misma. Pero llegó el momento en que estos designios de paz se convirtieron en obra de paz: La Palabra se
hizo carne y ha acampado ya entre nosotros.
PRIMERA LECTURA: En el cielo se libró una batalla y por la sangre del Cordero se ha obtenido la
victoria.
SEGUNDA LECTURA: Cristo suprime los antiguos sacrificios para hacer la ofrenda pura y verdadera, su
Cuerpo y su Sangre.

ORACIÓN DE LO FIELES:

1. Padre bueno, te pedimos por la Santa Iglesia y por Su Santidad el Papa Francisco, para que a través de
ellos, todos los hombres reconozcamos a Cristo que se hace hombre por nuestro rescate y salvación,
oremos.
2. Te pedimos por todos los obispos y sacerdotes, para que con el testimonio de sus vidas y su entrega al
Evangelio, prolonguen la vida de Cristo en la tierra, oremos.
3. Te pedimos por nuestro país, para que todos trabajemos unidos para conseguir una nación donde reine la
justicia y la paz, oremos.
4. Te pedimos por los enfermos, para que encuentren salud; por los presos, para que alcancen la libertad y por
todos los que sufren, para que reciban la ayuda necesaria, en su cuerpo y en su alma, oremos.
5. Te pedimos por los aquí presentes, para que a ejemplo de nuestra Madre Santísima, permitamos a Cristo
encarnarse en nuestros corazones y así ser testimonio vivo de su presencia en la tierra, oremos.

OFERTORIO: Ofrecemos pan y vino y junto a ellos, nos ofrecemos de manera incondicional a Dios,
centro, vida y fin de nuestra existencia.

COMUNION: Ante la presencia de Nuestro Soberano Redentor, en el cielo y en la tierra, los ángeles
permanecen postrados; a su ejemplo, acerquémonos a la Santa Comunión con una actitud de profunda
alabanza, gratitud y adoración.
Les recordamos a las personas que no estén confesadas y que hayan llegado tarde que se abstengan de
recibir la sagrada comunión.
 Los que por motivos de salud no pueden recibir al Señor de rodillas, pueden hacerlo de pie.
 Ahora haremos la comunión espiritual:
Creo, Jesús, que estas real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar, te amo
sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora
sacramentalmente, venid al menos espiritualmente a mi corazón. Señor, yo quiero recibirte con el amor
con que te recibió tu Santísima Madre y con el fervor de los santos… y como si ya te hubiese recibido
me abrazo y me uno del todo a ti, Señor, no permitas que jamás me separe de ti. Amén.

SALIDA: Que junto a Nuestra Madre Santísima aprendamos la amorosa sumisión, diciendo “Fiat” en todos
los momentos de nuestra vida.

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