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Laura Angélica Cedillo Vázquez, 35B, Tlalpan.

La doctora Irene Laura Yoffe, nacida en Buenos Aires, Argentina, es una

Psicóloga Clínica y Psicoterapeuta, que ha publicado varios artículos sobre la relación

entre los duelos y la espiritualidad.

Su tesis doctoral: “La influencia de las creencias y prácticas religiosas

/espirituales en el afrontamiento de pérdidas por muerte de seres queridos” es en la

que se basa para realizar el artículo del cual se aborda esta reseña: “Rituales

funerarios y de duelo colectivos y privados, religiosos o laicos”.

En este artículo, la doctora aborda las diferencias significativas entre la

religiosidad y la laicidad al momento de practicar los rituales funerarios, y cómo estas

diferencias benefician o perjudican a los familiares de los fallecidos y a llevar su duelo.

Ella explica que los rituales funerarios ayudan a los dolientes a despedirse de

sus seres queridos y colaborar en la aceptación de la muerte; les permite la expresión

simbólica de sentimientos y pensamientos, facilita el afrontamiento y la aceptación de la

pérdida y promueve la recuperación de la persona en duelo.

Ante la muerte de un ser querido, cada cultura define quién está obligado a

llorar, quién es el principal doliente, qué derechos y responsabilidades tienen los

familiares del fallecido, qué tipos de emociones y comportamientos se pueden sentir y

expresar, cuáles son los que deben ser controlados y también crear oportunidades para

controlar socialmente las emociones de los dolientes.

El duelo por la pérdida de un ser querido produce emociones de tristeza, rabia,

angustia, impotencia, culpa y llanto, entre otras.


Cada cultura tiene sus propias reglas en cuanto a la expresión de estas

emociones; en algunas se espera que sean expresadas mientras que en otras se

espera que no se expresen abiertamente, lo que bien podría generar que se somaticen

y esto se ve con normalidad.

Cada credo religioso propone funerales, prácticas y rituales de duelo, formas de

conmemoración de los difuntos y formas de apoyo social, religioso y espiritual para que

los dolientes puedan expresar su dolor, aliviar su duelo y unirse en comunidad para no

sufrir tanto la soledad y tristeza por la pérdida.

En el caso del credo religioso católico, además del funeral, está la misa de

cuerpo presente, que, en la mayoría de los casos, suele tener mayor peso que el

funeral, ya que en esta acuden familiares, amigos y autoridades de la iglesia (el

clérigo), y dentro del discurso religioso que se brinda, hay consuelo para los dolientes.

Durante el novenario, que se trata de realizar rezos durante 9 días en conmemoración

del fallecido, se puede sentir el apoyo social y se puede así hacer más llevadero el

duelo, además de que este ritual apoya a los dolientes a hacer presente la pérdida, así

como escribir cartas para despedirse (las cuales en la creencia, son cantos elevados al

cielo), para desahogarse, mientras son quemadas, en señal simbólica de liberación.

Estas interacciones sociales brindan apoyo a través de la compañía y la

solidaridad; el dolor es más llevadero y se comparte con los demás.

Los rituales favorecen los lazos sociales y permiten canalizar las emociones

destructivas y extremas a través de formas controlables; estas dinámicas tienen como

función disminuir el sentimiento de soledad y a reestablecer los vínculos sociales.


Los rituales funerarios religiosos, que utilizan oraciones que refuerzan las

creencias religiosas, ayudan a dar significado a la pérdida y ayudan a controlar la

ansiedad existencial ante la muerte.

A comparación de credos budistas o de personas que no practican religión

alguna (agnósticos y ateos), en los credos religiosos teístas se han encontrado efectos

positivos de la participación de estos rituales funerarios colectivos, ya que el manejo

espiritual es lo que les ayuda a atravesar los momentos dolorosos.

En la concepción sobre la trascendencia de quienes practican alguna religión

teísta, para los familiares y amigos del fallecido, la persona fallecida pasa de ser un

“ser vivo físico” a “un ser espiritual”, por lo que, de alguna manera, los sigue

acompañando, y es aquí en donde pueden también encontrar consuelo.

Cualquier práctica funeraria debe ser respetada ya que estas son una vía para

que los dolientes afronten de manera más eficaz el duelo y tengan más herramientas

para afrontar su pérdida.

Esto da pie a seguir explorando y estudiando con mayor profundidad cómo la

participación en rituales funerarios y de duelo realizados de forma colectiva y privada,

religiosa y/o secular, tiene un impacto positivo en los esfuerzos para afrontar la pérdida

de un ser querido, tanto en términos religiosos y no religiosos.

La manera en la que aborda el tema de la espiritualidad y su relación con el

duelo la doctora Yoffe da pie a que se siga hablando del tema y a que se sigan

haciendo investigaciones y estudios, no solo en torno al duelo si no en el impacto que

tiene la espiritualidad por si sola en la salud y sus efectos positivos.


REFERENCIAS

Yoffe, L. (2014). Rituales funerarios y de duelo colectivos y privados, religiosos o laicos.

Avances En Psicología, 22(2), 145–163. Recuperado de

https://doi.org/10.33539/avpsicol.2014.v22n2.182

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