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La muerte es un suceso que ha inquietado y asustado al hombre desde hace mucho

tiempo, tratando de entenderla e incluso de saber si hay algo más después de la muerte. Si
bien, día a día fallecen personas cercanas o lejanas de nuestro círculo social solo podemos
experimentar la experiencia ajena o propia sobre la pérdida junto con los sentimientos que
nos provoca.
En cambio, las religiones o ideologías han intentado dar respuesta de lo que nos espera
después de la muerte. También incluye, dar peso e importancia a los rituales funerarios que
de cierta forma contribuyen a la unir las relaciones entre las familias. Cabe destacar que los
rituales funerarios van derivando según la religión o cultura. Otra cuestión que se debe
tomar en cuenta es el objetivo de los rituales, estos le dan sentido y orden a la existencia
de ser humano
De hecho, los rituales funerarios se les considera como prácticas socio-culturales que
involucran actividades relacionadas con el fallecimiento de alguien y según la cultura
promovida e impuesta por la sociedad. Por ejemplo: los rezos, velorios, crematorios,
momificaciones, edificación de monumentos y sacrificios humanos entre otros. Cabe
destacar, que dichas actividades cargan con código simbólico debido al intercambio cultural
(la realidad social) entre lo indígena y español junto con la creación de tradiciones
funerarias basadas en las dos culturas que mezclan sus premisas y leyes: la búsqueda de
la vida eterna, atenuar el dolor de una pérdida, existencia de una vida más allá de la muerte
etc.
Dependiendo de la cultura oriental u occidental, el significado de muerte cambia. ejemplo,
en países como Egipto, Tíbet, India etc. se tiene la creencia que la muerte no es el fin sino
una transición al mundo espiritual además no lo ven como un acontecimiento trágico. Por
otro lado, las civilizaciones occidentales en sus rituales se buscan que las almas de los
fallecidos trasciendan fácilmente sin pasar por sufrimientos pese a sus actos cometidos en
vida. Los rituales toman un significado importante, debido a que se aseguran la
continuación de la vida después de la muerte, funcionando sus símbolos cósmicos para
rendir el culto a la muerte.
No solo juegan las culturas y sus intercambios, también esta las religiones pues la
población encuentra en la creencia y rituales un lugar en donde amortigua y se sobrelleva
el dolor de la pérdida de un ser querido. Es necesario especificar que la religión no alivia la
pérdida; tal como se dijo anteriormente nos ayuda a dar sentido a nuestra existencia, pero
también brinda una nueva comprensión sobre el sentido de la vida.
En la religión se encuentra diferentes posturas sobre la muerte. El catolicismo considera
que la muerte es natural e inevitable o el judaísmo menciona que la muerte es inevitable;
compartiendo con la misma opinión que el judaísmo: la religión es una fuente de apoyo
por sus concepciones y actos de la comunidad.
Al mismo tiempo, se presentan diferencias en su ideología, en el catolicismo se cree en la
resurrección; mientras que el judaísmo es la reencarnación, pero condicionado con la
finalización de nuestros pendientes que dios nos encomendó. Otras de sus diferencias son
sus rituales, mientras que la primera se practican las oraciones para el descanso eterno del
difunto; el segundo se reza por la paz, pero sin mencionar a la muerte.
Además de la religión, cada persona busca otras vías para sobrellevar la pérdida, pero aun
así no dejan de experimentar el duelo. Cada individuo siente el duelo de diferentes formas,
sean en olas o ciclos de las cuales los sentimientos que involucran el dolor pueden
desaparecer o no. Por supuesto, después de un tiempo las personas pueden sentir el
progreso cuando el dolor se minoriza temporalmente; sin embargo, el sentimiento vuelve a
aparecer en las fechas importantes tales como: cumpleaños, fiestas navideñas o
celebraciones particulares se experimenta de nuevo el duelo, aunque los ciclos de este son
pocos frecuentes.
El proceso del duelo involucra diferentes comportamientos y emociones, Por ejemplo: los
sentimientos son variados pero los más frecuentes son la tristeza, negación, enojo culpa,
depresión, conmoción etc. En el caso de los pensamientos, se incluye el rechazo,
problemas de concentración; mientras que las sensaciones físicas y el comportamiento se
relaciona con la manera del ser ante las situaciones,
Varias teorías han tratado de explicar cómo las personas se ha adaptan a la pérdida. Entre
todas esas teorías, hay un modelo que es altamente aceptado y este describe las cuatro
tareas que conforman el luto: aceptar la realidad de la pérdida, experimentar el dolor en el
duelo, adaptarse a la vida sin la presencia del ser querido y hallar nuevas formas de
mantener la conexión con la persona que no está en este mundo.

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