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¡Ascensión!

Maharishi Sadashiva Isham –MSI


Por fin un libro que explica claramente
la antigua enseñanza de los Ishayas.

MSI ha hecho un trabajo de maestría.


Maitreya Ishaya

Dedico esta compilación de ensayos


con amor
a mi maestro,
a mis estudiantes,
y a todos aquellos que dedican
sus vidas a la verdad.

PREFACIO
Mi querido maestro, MSI (Maharishi Sadashiva Isham), dijo una vez:“Define tu vida en
términos de lo que puedes hacer por otros. Si quieres tu vida sólo para ti mismo, sera
pequeña. Si quieres sanar, enriquecer e iluminar al Mundo, entonces tu vida se
enriquecerá, será larga y maravillosa. Cada día traerá más gpzo que el anterior”. Desde
este océano de gozo sin fin este libro fue regalado a la humanidad. Que forma más
grande de dar que presentar al mundo un recuerdo claro, amoroso y sencillo de que hay
una oprtunidad de elegir. Una simple opción de regresar a tu propio corazón. Su
mensaje es una llamada a despertar a aquellos que deseamos más de la vida.
No es coincidencia que tú estés sosteniendo este libro. Eres bendito; cada experiencia
que forma el tapiz de tu vida te ha guido a esto. Atesóralo y recuerda.

Krishnananda Ishaya
CONTENIDO
Prólogo: Perspectivas cósmicas.........................................................3
CAPÍTULO 1: Resolviendo los problemas del mundo........................7
Una persona ideal..............................................................................9
CAPÍTULO 2: Cambiando la vida ....................................................11
CAPÍTULO 3: ¡Emociones!...............................................................14
La raíz del estrés..............................................................................15
Amor y miedo..................................................................................17
La sombra........................................................................................17
CAPÍTULO 4: La ignorancia..............................................................19
La muerte de ego..............................................................................20
La mente...........................................................................................23
CAPÍTULO 5: Escape de la oscuridad................................................26
Un experimento para la vida ...........................................................27
Abriendo la puerta............................................................................29
El origen de la oscuridad..................................................................31
CAPÍTULO 6: El amor.......................................................................34
El poder de la creencia.....................................................................36
CAPÍTULO 7: El origen de todo lo que es.........................................38
La puerta de todo..............................................................................41
CAPÍTULO 8: La opción eterna .........................................................44
Conciencia de víctima.......................................................................45
El sendero sin sendero.......................................................................47
CAPÍTULO 9: Aceptación universal....................................................48
Buen ascendente vs. mal ascendente.................................................51
Dos tipos de maldad..........................................................................53
Un nuevo modo de vivir...................................................................54
CAPÍTULO 10: Iluminación...............................................................55
El ascendente.....................................................................................57
Soñando............................................................................................58
Desarrollo de la libertad....................................................................60
CAPÍTULO 11: Tres estados de liberación .........................................62
La conciencia perpetua......................................................................62
Las tres Gunas...................................................................................63
Sattva.................................................................................................63
Tamas................................................................................................63
Rajas..................................................................................................64
Sé sin las tres Gunas..........................................................................65
Conciencia exaltada..........................................................................66
Percepción refinada...........................................................................67
Unidad ..............................................................................................68
CAPÍTULO 12: Los últimos pedazos del rompecabezas.....................70
La fama.............................................................................................70
La divina voz interna.........................................................................71
Vida inmortal.................................................................................... 72
La muerte...........................................................................................73
El juicio final.....................................................................................74
CAPÍTULO 13: Repaso: Dos modos de vivir......................................76
Nueva experiencia.............................................................................80
CAPÍTULO 14: La ciencia de la Ascensión.........................................83
Cuatro actitudes de Ascensión..........................................................84
Tres cualidades de Ascensión...........................................................85
EPÍLOGO: Un poema de vida.............................................................88
APÉNDICE: Las siete esferas:
Las veintisiete técnicas de Ascensión...............................................90

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PRÓLOGO

Perspectivas Cósmicas
¿Dónde empieza uno a definir la tradición de los Ishayas? Los Ishayas son una antigua orden
de monjes que afirma provenir directamente del Apóstol Juan, siguiendo órdenes directas de
Cristo, de preservar sus enseñanzas hasta la llegada del tercer milenio. Ellos sostienen que las
enseñanzas originales de Jesús no fueron un sistema de creencias en absoluto, sino una serie de
técnicas mecánicas para transformar la vida humana en un conocimiento y percepción constante
de la perfección de la divinidad dentro de cada corazón humano.
¿Cuál es la fuente o la meta de la vida humana? La mente, en el estado despierto, está llena de
pensamientos opuestos. ¿Habremos de encontrar la perfección de la vida después de la muerte?
¿Es el cielo un lugar lejano, al que sólo vamos si vivimos una vida "buena", o es una realidad al
alcance de la mano, una realidad que se puede obtener aquí y ahora, una realidad ascendente?
¿Qué es posible alcanzar en el presente?
¿Será posible vivir una vida ideal, una vida celestial en este mundo? ¿Será posible vivir cada
momento de una manera dirigida hacia arriba en modo ascendente, en el que cada pensamiento,
palabra y obra esté lleno de éxtasis, amor y vida? ¿Puede la vida individual ser ideal? ¿Puede
estar completamente sanada del dolor de las pérdidas pasadas y creencias erróneas?
Lógicamente, es imposible sanar la vida individual si el mundo no está sanado. Nadie está
aislado del resto de la humanidad; todos estamos entrelazados en un tapiz de energía y sinergia
en el que las vidas y acciones de uno se reflejan en todos los demás. Si una persona sufre, todos
sufren, cuando menos hasta cierto punto. Reconociendo esto, los antiguos formularon un ideal
elevado, quizás mejor expresado como la plegaria boddhisattva en budismo: "No dejaré este
mundo hasta que todos estén iluminados." Tal compromiso existe en estas palabras, tal amor.
¿Pero será posible?
¿Será posible curar al planeta? ¿Cómo se podría lograr que todos en el mundo pudieran sanar
para que nuestras vidas individuales fueran ideales? ¿No es esto claramente una tarea imposible
de lograr para cualquiera? Y aun así, si deseamos lo imposible, ¿estamos solos en este deseo?
Muchos de los grandes individuos a lo largo de la historia han hablado de un Nuevo Mundo,
una época venidera en la que todos los problemas de la vida han sido resueltos o ascendidos, en
la que la humanidad entera se unirá en la búsqueda de lo más elevado y lo mejor para todos.
¿Visiones elevadas? Seguramente, pero ¿son prácticas? ¿Se pueden alcanzar? ¿O es que
nuestros líderes espirituales y visionarios hablaban sólo para inspirarnos a actuar de mejor
manera?
¿Acaso aun tenemos otra opción? Quizás pareciera que si tuvimos una opción antes de estos
tiempos modernos, quizás en civilizaciones previas, pudiéramos delegar en algunos de nosotros
enfocarnos en sanar a todos a través de la religión o del misticismo o la ciencia, pero no ahora.
Incluso una mirada superficial a las circunstancias mundiales nos lleva a la conclusión
inevitable de que ya no tenemos opción. Necesitamos sanar al mundo, de otro modo nuestra
vida y el mundo mismo no sobrevivirán. Nosotros como especie hemos creado un desequilibrio
sobre la Tierra, que en el espacio de unos días u horas podría resultar en el fin de nuestra raza o
el fin de nuestro mundo o ambos. ¿Tenemos alguna esperanza? ¿Tenemos aliados en este
proceso de curación? ¿Funcionan las Leyes de la Naturaleza a favor de nuestra curación o de
nuestra destrucción? Echemos un vistazo a la naturaleza del mundo y veamos si hay alguna
esperanza.
El mundo está cambiando siempre. El universo está en un estado constante de fluidez. Puede
tener períodos de mayor o menor grado de estabilidad, o áreas donde el cambio parece poco o
raro, pero estas son sólo realidades temporales. Las grandes montañas son erosionadas hasta ser
montículos; los océanos se apartan para convertirse en tierra seca; aun los continentes se
deslizan sobre la corteza derretida de la tierra como hielo sobre una estufa caliente. Un día el
mismo Sol morirá; finalmente esta galaxia se extinguirá, y sólo quedarán memorias vacías de
estrellas consumidas.
Los dinosaurios dominaron la tierra por muchos millones de años, más de lo que se supone
que la presente raza humana ha existido, pero ¿dónde están ellos ahora? La vida es cambio.
Nuestro mundo está cambiando y cada vez más rápido. Hay quienes consideran esto como
evidencia de que éste no es un mundo ideal, que no fue creado por la perfección o que no ha
mantenido su perfección. Esta conclusión parece sólida como una roca. ¿Pero es así? ¿Acaso
esto no está diciendo que hay una parte en el espacio o el tiempo donde la perfección infinita del
ascendente no existe? Si es así, el infinito no es omnipresente, o quizás exista un poder
destructor casi omnipotente que busca socavar el intento del Infinito. O quizás todo es puro
azar, no hay un orden fundamental. Todo pensamiento de armonía ascendente es un mito,
creado por personas con esperanza y con poco sentido común.
Esta clase de pensamiento niega a ambos, a la lógica y a la experiencia, como se aclarará
conforme avancemos en este corto texto. Hay otra manera de ver a este mundo; hay otra manera
de ver a toda la vida.
El cambio parece ser o bien constructivo o destructivo. Pareciera que hay dos grandes fuerzas
que trabajan constantemente en nuestro universo: evolución y degeneración. Pero examinándolo
más a fondo, cada movimiento de degeneración tiene un propósito, pues ensancha el camino
para más y mayor evolución. Sólo cuando el botón se destruye nace la flor, sólo cuando el niño
muere nace el adulto.
El trabajo combinado de estas dos fuerzas infinitamente opuestas es todopoderoso en el
cosmos relativo, y es brillantemente sabio. Algunos lo han considerado sin sentido, pero aun si
sólo echamos un vistazo a la magnífica complejidad de cualquier aspecto de nuestro universo
vemos que tal conclusión es ingenua. ¿Mil billones de galaxias, cada una con un promedio de
doscientos billones de estrellas? ¿Cincuenta trillones de células en cada cuerpo humano, todas
trabajando juntas en perfecta armonía? Tal sabiduría existe en la naturaleza, tal brillantez.
Ciertamente las leyes naturales parecen ser todopoderosas y todointeligentes desde nuestra
perspectiva humana, ¿no es así?
Entonces, si hay fuerzas omnipotentes y omniscientes trabajando en el universo, ¿por qué a
menudo manipulan nuestras vidas de una manera tan destructiva? ¿Acaso no nos hemos sentido
aplastados por pesos opresores que están más allá de nuestra capacidad de controlar? ¿Quién de
nosotros no ha pensado alguna vez que nuestras vidas tienen la misma importancia, para los
grandes poderes de la naturaleza, que tienen los insectos en nuestro parabrisas? Parece como si
las fuerzas universales no se ocuparan por las pequeñas vidas humanas de este planeta, ¿no es
así?
La apariencia es un mago maravilloso, un extraordinario impostor, capaz de convencer a
nuestros corazones y mentes de las mentiras más extrañas. ¿Cuántas veces escogemos nuestra
ropa, casas, trabajos, por las normas de conducta más superficiales? Y también nuestras parejas
y amigos. ¿Es malo esto? No necesariamente. Da lo mismo comprometer la integridad si no hay
un criterio absoluto. Si nunca hemos visto el sol, escoger cuál estrella queremos que nos guíe no
es tan importante. Esto no quiere decir que no creamos que sea importante y luchemos con toda
nuestra fuerza para defender la supremacía de la estrella elegida individualmente. Podríamos
defender a capa y espada la importancia de Sirio, la más brillante; podríamos decir que aquel
que se rehúse a seguir el consejo seguro de Polaris, la más estable, está condenado al infierno y
a la tortura infinita; podríamos crear filosofías enteras sobre el consejo ofrecido por la
constelación más gloriosa, Orión, ¿pero qué les pasa a nuestras creencias y filosofías basadas en
la luz de las estrellas cuando sale el sol?
Lo que queremos decir es que si intentamos aplicar las normas de percepción sensorial, en un
intento por entender nuestra posición y papel en el universo, no cabe duda de que nunca
aprenderíamos nada de mayor importancia. El principal propósito de nuestro crecimiento
interior es cómo alinear nuestro entendimiento con las fuerzas cósmicas y universales, en vez de
con el mundo material denso que reportan nuestros sentidos.

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La inteligencia cósmica es el nombre que le damos a la fuerza que empuja a nuestras vidas
individuales y nuestro mundo hacia la perfección. Es el origen de la armonía entre las leyes
naturales opuestas, y es la causa de que toda vida progrese, sin tomar en cuenta las apariencias
en la superficie. Según los Ishayas, la única responsabilidad que tenemos aquí en la Tierra es
asegurarnos de no trabajar en contra de la inteligencia cósmica, ya sea consciente o
inconscientemente.
La evolución en la Tierra está acelerándose a pasos agigantados. El ritmo vibratorio de
nuestro mundo se está elevando de una manera tan rápida, que existe el peligro de que muchos
no logren hacer esta transición. Es nuestra obligación hacer todo lo que podamos para ayudar a
cuantos sea posible, para llevar a cabo con éxito este cambio global de conciencia. Esto no debe
ser considerado una carga; es un movimiento alegre ascendente hacia la luz; cada paso hacia
delante en este camino no es solamente una gran fortuna para cada individuo, sino un gran
cambio hacia delante en la vida de los billones de habitantes de este mundo.
Nos queda muy poco tiempo, una o dos décadas para la mayoría de nosotros, antes de que la
transición se lleve a cabo a plenitud. Ha llegado la hora para que todos los que trabajan por la
paz, para que todos los que deseen ser o ya hayan llegado a la iluminación, para que todos los
que poseen buena voluntad hacia la humanidad, todos los líderes del mundo abandonen sus
pequeñas diferencias y se unan a una sola voz de entendimiento y alabanza a la fuente de todo
lo que es. El principio a seguir es simple: si sembramos división, anunciamos destrucción,
buscamos o descubrimos lo malo de este mundo (¡aun si lo buscamos con el propósito de
eliminarlo!), entonces somos parte del problema, no de la solución.
Puede parecer posible que por un poco más de tiempo podamos oponernos a la gran
transformación que se desenvuelve rápidamente en el mundo. Pero esto es simplemente
apariencia. Y aun esa apariencia tiene que cambiar. Aquellos que deseen oponerse a la
inteligencia cósmica pronto muy pronto no se encontrarán sobre la faz de la Tierra. Todo el
mundo, consciente o inconsciente, actuará en perfecta armonía con la mente universal. Aquellos
que se opongan, o bien cambian o simplemente dejarán de existir aquí. Ese es nuestro futuro. Y
la buena nueva es que la realización interior de cualquiera ayuda a cambiar el destino de todos
los demás.
Algunos de nosotros ya hemos recordado que somos seres multidimensionales. Nosotros,
viviendo sobre la Tierra, estamos abiertos a la menté universal. La voz del universo habla a
través de nosotros. El deseo de servir a nuestros compañeros de peregrinaje es el subproducto
natural de nuestra iluminación: nuestra misión perpetua es ayudar a todos a descubrir la mente
universal dentro de nosotros. Pero las palabras son limitadas, instrumentos finitos; nuestro
propio tema es lo Ilimitado, lo Infinito, un tema que va más allá de la habilidad de lo que el
lenguaje puede describir o comunicar. Escribiendo o leyendo o escuchando conferencias no se
expande la conciencia; esto sólo sucede a través de la experiencia personal directa. De aquí que
este libro sea corto. Pero la invitación es larga.
Seguridad, paz, alegría, salud y amor esperan a aquellos que aprenden las técnicas de
Ascensión Ishaya.
Quizás ya hayas reconocido en tu corazón que esta invitación es para ti. Pero tal vez necesites
un poco más de tiempo, o quizás más intercambio de energía o conocimiento entre nosotros,
antes de que tu mente consciente entienda la elección de tu corazón. Este libro corto es para ti;
está diseñado para ayudar a tu mente racional a aprender lo que tu corazón ya sabe. Toma lo que
necesites de este almacén, bebe tan profundamente como quieras de esta fuente, y entonces, si
no nos encontramos nuevamente, ve por tu propio camino con la bendición de este
conocimiento en tu corazón.
El tema de este trabajo es esta urgencia de acciónahora para cumplir nuestro destino colectivo.
El mundo debe elevarse al estado de todotiempo en paz, y pronto; de otro modo, muchos
sufrirán y morirán inútilmente. Muchos de los misterios fundamentales de la vida están
contestados dentro de este texto; esto es cierto para cualquiera que quiera examinar este libro
con mente abierta y un corazón inocente. Conforme ellos despierten a la realidad más profunda
de sus almas maravillosas y exaltadas, cambiarán irrevocablemente las tendencias de la vida
para todos los seres sobre la Tierra.
Éste es un conocimiento precioso, un regalo inapreciable para compartir con el mundo.

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Nosotros estamos tratando de comunicarnos contigo con un propósito específico. Hay muchos
que entraron aquí para oslar con nosotros; si tú te encuentras entre ellos, éste es el momento
para avanzar y empezar a movernos juntos hacia nuestra meta común para beneficio de todos.
Tómate el tiempo para buscar a los Ishayas y aprende por ti mismo las técnicas mecánicas
para transformar la vida. No se requiere creencia; lo que es necesario es que tengas la mente y el
corazón abiertos, y estés dispuesto a darle una oportunidad a estas técnicas. Si haces esta cosa
tan sencilla, te prometo que tu vida se desenvolverá y florecerá de manera que jamás has soñado
posible. No habrá más compromisos en ti, ni vivirás más una vida parcial o a medias, sino sólo
una vida de libertad, de amor y gozo, expandida en la perfección de conciencia totalmente
iluminada.

MSI

Dedicado a Guru Purnimah, 1995

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El tema de este trabajo es la urgencia
de acciónahora para cumplir
nuestro destino colectivo.
El mundo debe elevarse al estado de todotiempo
en paz, y pronto; de otro modo; muchos sufrirán
y morirán inútilmente.
Muchos de los misterios fundamentales de la vida
están contestados en este texto.

Capítulo 1
Resolviendo los problemas del mundo
Para cambiar tu mundo cámbiate a ti mismo.

Ayudar a este mundo a ser un lugar mejor, ciertamente, debe ser el deseo de todos los
humanos pensantes. Nuestro planeta está lleno de innumerables problemas físicos y espirituales;
los intentos de nuestros líderes por resolver éstos no parecen ser totalmente patéticos ni
totalmente loables. Están haciendo lo mejor que pueden; aun las aparentes excepciones a esta
regla actúan positivamente, dadas las definiciones de realidad en las que éstas se adscriben. Sin
embargo, sin importar cuán valientes y nobles hayan sido los intentos por resolver los
problemas de la Tierra, tan exitosas como hayan parecido algunas de las soluciones en algunos
casos, la profundidad y la intensidad de las dificultades que confrontamos en este mundo han
seguido creciendo con los siglos hasta el punto de que hoy la existencia de la biosfera y de la
propia humanidad están en riesgo.
Fue desastroso para los cartagineses cuando los romanos quemaron Cartago hasta hacerla
cenizas. Ciertamente fue muy desafortunado para los israelitas cuando Roma arrasó Jerusalén
entera y mandó a toda su gente al cautiverio; fue devastador para los nativos americanos cuando
los europeos se trasladaron a Occidente; pero hoy día parece que estamos resueltos a destruir al
mundo entero.
Fue trágico cuando el Sahara se tragó las tierras fértiles del África debido a la incompetencia
humana, pero hoy perdemos el tamaño de un estadio de fútbol de selva tropical cada segundo;
cada año, un área de selva tropical del tamaño del estado de Pensilvania se quema y se convierte
en pasto, perdiendo no solamente el maravilloso potencial de productos medicinales que crecen
allí en su forma natural sino también degollando el organismo productor de oxígeno más grande
del planeta.

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Todos hemos disfrutado los beneficios del aerosol, de los automóviles y del aire
acondicionado, pero el ozono se deteriora. Parece que pronto el solo hecho de salir al aire, en
cualquier parte, en cualquier momento del día, podría ser fatal.
Fue un gran logro cuando las medicinas milagrosas redujeron drásticamente la muerte de
niños; pero, hoy día, más de trescientos millones de personas viven a duras penas a nivel de
subsistencia sin alcanzar las necesidades mínimas de nutrición. Trescientos millones de
nosotros, seres humanos, hoy día, padecen desnutrición o mueren de hambre. ¿Qué cenaste
anoche?
Cualquier solución diseñada para resolver uno de estos problemas, o la miríada que enfrenta a
la humanidad, es ciertamente buena y debe ser alentada. Pero hoy no es suficiente, y nunca lo
será, trabajar para resolver todos los problemas de la condición humana, uno por uno. Aun si
agrupamos problemas relacionados, no es suficiente resolverlos uno por uno. Podríamos juntar
problemas como la lluvia ácida, la deficiencia del ozono, la destrucción de lagos, ríos y océanos
por los excesos de nuestra tecnología, pero tratando de resolver los problemas de esa manera no
tocaríamos el tema clave. La razón de esto es simple. Podemos tratar de resolver un número
vasto de problemas, pero las soluciones siempre causarán más problemas mientras no estemos
conscientes del resultado de nuestras acciones. Con mentes limitadas, los obstáculos
continuarán mutando y evolucionarán como una bacteria cuando reacciona al descubrimiento de
una medicina maravillosa. Un gran número de nuevas y peores dificultades continuarán
emergiendo hasta el día en que decidamos cambiar el error fundamental de nuestro pensar.
Hay un terreno junto a esta casa donde me encuentro escribiendo estas palabras. Hace un año
era un pastizal donde pastaban una docena de caballos. Hoy día hay treinta casas y están
programadas otras quince para ser terminadas en los próximos seis meses. Desde el punto de
vista del pastizal silencioso esto debe parecer como el desarrollo de un cáncer. ¿Qué utilidad
tienen estas casas en relación con el terreno? Donde antes había mutua armonía de vida
orgánica, ahora hay concreto, asfalto, caos, muerte. Y, sin embargo, los nuevos residentes
sienten gratitud al poseer alojamiento relativamente accesible: para muchas de estas familias
jóvenes, éste es el primer escape de apartamentos hacia el gran experimento de la propiedad
privada. Y en otros treinta años, sin duda alguna será un vecindario callado y tranquilo con
grandes y majestuosos robles y arces delineando sus calles.
Yo recuerdo que escalaba un enorme tronco viejo, dos veces más alto de lo que yo era y
cuatro veces más ancho que su propia altura, colina abajo de la casa donde me crié, en Seattle.
Estaba en medio de un terreno baldío de veinte hectáreas, al que llamábamos "la Ciénaga". La
tierra no era tan lodosa, al menos no más que cualquier otro terreno en Seattle, pero para
nosotros, como chiquillos, llamarlo la Ciénaga le daba un aire de oscuro misterio. Cincuenta
años antes de que yo entrara por primera vez a la Ciénaga admirado y asombrado, había un
bosquecillo de cedros rojos y otros abetos allí; unos cien años antes de eso, los árboles de hoja
perenne eran tan tupidos y tan altos en toda la zona occidental del estado de Washington, que
cualquiera que mágicamente pudiera ser transportado allí, pensaría que caminaba por el parque
más maravilloso sobre la Tierra. ¡Qué tragedia desde el punto de vista de los indios americanos!
Pero nuestra pequeña tragedia, cuando la Ciénaga fue arrasada y cubierta por el asfalto estéril
del estacionamiento de un centro comercial, no fue menos tangible y dolorosa para nuestra per-
cepción de niños. Y, sin embargo, la proximidad de las nacientes tiendas se veía como un regalo
de los dioses para los adultos del vecindario.
Recuerdo haber buscado con mi familia una casa ancestral de cuando tenía nueve años. No la
pudimos encontrar; ya no estaba, ahora sólo era una memoria reemplazada por una entrada más
a una autopista. ¡Esto en medio de un trigal en el Este del estado de Washington! Una gran
pérdida seguramente, pero los que usan la autopista todos los días para llegar a su casa más
rápido con sus familias pueden estar en desacuerdo.
¿Qué es exactamente un problema? Lo que desde una perspectiva es un gran mal puede ser
una bendición desde otra. Aun si encontramos problemas en que todo el mundo concuerde
definitivamente que son problemas, no estarán todos automáticamente de acuerdo con las
soluciones. Y aun si todos en todas partes llegaran a un acuerdo acerca de los problemas y sus
soluciones, no hay garantía de que las soluciones funcionen. Aun si todos en todas partes
estuvieran de acuerdo, sin la menor duda, en que el Sol gira alrededor de la Tierra, no sería

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probable que nuestro planeta y nuestra estrella vecina se desviaran de sus órbitas. ¡La realidad
no es democrática! No importa cuánto quisiéramos que todos creyeran en nuestros queridos
mundos de ensueños, esto no los hará más reales para nadie más, sólo para nosotros mismos.
No asumas que estoy diciendo que hay algo malo en intentar resolver cualquiera de todos los
problemas. Hay que hacer todo lo que se pueda hacer. Lo que digo es que nuestras soluciones
no han funcionado bien porque nosotros, como especie, no hemos dado importancia al problema
fundamental, la causa de todos los demás. ¿Cómo podemos transformar nuestras acciones de tal
modo que éstas sólo tengan efectos que repercutan en la vida?
Hasta que se tome en consideración este tema básico, será imposible resolver las vastas
dificultades de la condición humana. ¿Cómo se puede llevar esto a cabo?

Una persona ideal


Si nos enfocamos en la diversidad, sólo vemos diversidad. Cuando vemos hacia afuera a través
de nuestros ojos, vemos un mundo excesivamente complejo y variado. Tratar de cambiar al
mundo exterior es difícil o imposible enfrentando una situación a la vez. Por eso las
corporaciones tienen éxito: cien individuos pueden hacer muchísimo más que uno solo. Es
físicamente imposible para una persona hacer cien cosas a la vez, aun si este individuo es
mucho más eficiente y talentoso que las otras cien.
Así se estructuran las jerarquías; así se crean las civilizaciones.
El empleado individual quizás tenga poca o ninguna comprensión acerca de cómo su parte
contribuye al todo; el ciudadano particular quizás no comprenda la naturaleza o el orden de su
sociedad, pero esto no inhibe la efectividad del todo. ¿Cómo puede una organización funcionar
con fluidez, ya sea una vaca, una compañía o un país? Cada miembro de la estructura jerárquica
de la organización debe funcionar bien. La salud de la organización se determina por la salud de
sus individuos. Esto es una ley universal, ya sea que hablemos de los órganos y sus células
constitutivas o de civilizaciones con sus ciudadanos. ¿Quién puede salvar un corazón si sus
células están muriendo? ¿Quién puede sanar a un país si los ciudadanos se están degenerando?
Todo esto puede parecer muy simplista, demasiado obvio, y aun así imposible de cambiar.
"Por supuesto podrías decir, tu tema es claro. Si queremos resolver los problemas del mundo,
debemos resolver los problemas del individuo. No es nada nuevo. Confucio en la China antigua
dijo más o menos lo mismo: 'Cuando el padre es un padre y el hijo es un hijo, cuando el
hermano es hermano y la hermana es hermana, cuando el marido es marido y la esposa es
esposa, sólo entonces la familia se pone en orden. Cuando la familia se pone en orden, el pueblo
se pone en orden, cuando el pueblo se pone en orden, la nación se pone en orden. Cuando la
nación se pone en orden, el mundo se pone en orden'. Todo esto es obvio. Si mi cuerpo, mi
mente y mi espíritu están saludables, entonces tú implicas que mi sociedad estará saludable. Si
no contribuyo a los problemas del mundo, entonces los problemas del mundo cesarán. Pero lo
que ofreces es demasiado simplista. Aun si actúo perfectamente, ¿qué hay de mi hermano
Jorge? ¿O mi marido Sam? ¿Y qué hay de mis hijos? ¿O José, el de la esquina? ¿O las grandes
corporaciones? ¿O los bancos y las entidades financieras? ¿O los complejos militares
industriales? ¿O los terroristas? ¿O cualquiera que esté en mi lista de malos en el momento?
Todavía estarán dañando al mundo, igual que antes. ¿Qué valor tiene entonces tu solución? Es
imposible aplicar este pensamiento globalmente."
Ciertamente tengo que estar de acuerdo contigo. La idea de cambiar a todos y cada uno en el
planeta para llegar a ser ideal, incapaz de dañarse a sí mismo o al mundo, aun en lo más
mínimo, es un concepto que suena demasiado difícil de llevar a cabo en un tiempo razonable.
Aun identificar cuáles de nuestras acciones diarias son de hecho destructivas para nosotros u
otros es un tema de controversia ilimitada. Aun la forma sencilla de elegir lo que se nos presenta
cada día en la mayoría de los supermercados hace que los acertijos sin solución parezcan como
un juego de niños. "¿Papel o plástico?" El cajero nos pregunta amablemente al salir del área de
cajas. ¿Qué le contestamos? ¿Destruir un árbol o usar un producto que no es renovable, un
recurso que no es biodegradable? ¿Cuál escogemos? ¿Te importa a ti o a tu mundo? ¿Vale la

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pena considerarlo o es una distracción momentánea sin sentido alguno?
La dificultad raíz en el estado de conciencia lúcida es que es imposible saber cualquier cosa
con certeza. No es posible y nunca será posible saber todos los efectos de una acción, de
cualquier acción, aun la más básica. ¿Entonces por qué no vivir una vida de conveniencia?
Todos sacrifican su integridad ante el altar de la conveniencia. ¿Por qué ser diferente?
Éste es un tema que ha causado que muchos de nuestros filósofos concluyan que no hay un
criterio absoluto de moralidad o acción. Este dilema ha causado que muchos otros no se
pregunten, sino que dejan que otras figuras de "autoridad" les dicten su modo de actuar y sus
creencias. Sin un criterio absoluto, tales líderes pueden tener algo o nada de valor que decir;
¡pero muchos de ellos por lo menos han demostrado una cierta habilidad para convencer a otros
de que los escuchen!
Quizás sea imposible cambiar a todos en el mundo. Afortunadamente, ésa no es tu
responsabilidad. No es tu responsabilidad cambiar a tus compatriotas, ni a tus vecinos, ni a tus
amigos, ni aun a tu propia familia. ¡Tienes la responsabilidad de cambiar sólo a una persona en
el universo entero! ¿Sabes quién es esa persona tan importante? ¿Sabes quién ha creado y
mantiene tu universo privado? La buena noticia y la mala noticia es exactamente la misma: eres
tú. El que controla tu vida y tu fortuna eres tú mismo, nadie más que tú. Tú la has hecho tal y
como lo has querido. Quizás hasta hoy tus elecciones fueron inconscientes, quizás no sabías
hacerlo mejor. Pero esos días han terminado. Como ya lo has hecho antes, puedes hacerlo de
nuevo del modo que desees.
Quizás haya otros tratando de ayudar a los demás a cambiar, pero eso no te debe preocupar.
No tienes que ver todo el plan. No tienes que entender completa la operación. Tampoco tienes
que entender cuál es el papel que juegas en ello. No es necesario. Lo único que tienes que hacer
es vivir a la perfección el papel que te corresponde y tu mundo se transformará alrededor de ti.
Eso está garantizado, absolutamente garantizado. Si la luz dentro de ti no es oscura, las sombras
quedarán fuera de tu mundo.
Qué tarea tan imposible salvar al mundo. Qué posible es salvarte a ti mismo. Limpia tu propio
corazón, y el corazón del mundo será limpiado.
La percepción del universo en el estado de conciencia lúcida está completamente al revés, de
cabeza. En el estado de conciencia lúcida usualmente pensamos que nuestro efecto es mayor
cuando actuamos hacia afuera; pensamos que nuestras acciones son más fuertes que nuestras
palabras y que nuestras palabras son más fuertes que nuestros pensamientos. Entonces, por
ejemplo, no hablamos de nuestro resentimiento sino lo retenemos adentro, fermentándose, hasta
que estalla en ataques más grandes de lo que pudo haber sido la reacción original que no
tomamos, o hasta que nos mate. Esta manera de vivir al revés es destructiva, no cura nada y
complica todo.
Los pensamientos de un humano pueden cambiar al mundo. Para ser curado, el mundo
requiere una sola persona ideal. Esta persona ya ha nacido, esta persona tiene un nombre y una
historia personal. La fecha de nacimiento de esta persona es la tuya, su historia personal es la
tuya, el nombre de esa persona es el tuyo. Esta persona ideal eres tú.
Nosotros impartamos más de lo que podemos imaginar. Con cada estado de ánimo, cada
pensamiento, cada palabra, cada gesto, cambiamos nuestras vidas y nuestro universo.

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Capítulo 2

Cambiando la vida
Un viaje de muchas leguas empieza con un solo paso.

La experiencia personal cultiva nuestra visión y comprensión de la condición humana. En el


estado de conciencia lúcido pensamos que estamos aislados los unos de los otros en el espacio y
el tiempo. Pensamos que estamos separados y solos. Siendo esta nuestra percepción y creencia,
concluimos que es difícil o imposible influir profundamente en el pensamiento o en el
comportamiento de otros. Creemos que sólo mediante grandes gastos de energía, tiempo y
compromiso podemos cambiar a otros con éxito.
Esta creencia resulta de la experiencia diaria a través de nuestros sentidos. Pero nuestros
sentidos nos engañan aquí, como en todo. La realidad de nuestro ser es que podemos,
absolutamente sin ningún esfuerzo, no solamente cambiarnos a nosotros mismos, sino también
cambiar a todos en el planeta, ya sea en el pasado, futuro o presente. Si esta idea parece extraña,
sólo es porque estamos acostumbrados a pensar en nosotros mismos como seres lineales y
finitos con habilidades y funciones estrictamente limitadas.
Si pensamos en las grandes figuras de nuestra especie humana, a menudo creemos que sus
acciones son sus logros. Pero sus logros verdaderos son las realidades internas que han
desarrollado; sus acciones externas son simplemente su vestimenta. La tela puede ser muy fina,
el diseño exquisitamente hermoso, los colores profundos y claros, pero cualquier tela no tiene
ningún valor comparado con el valor del cuerpo que la lleva. La especie evoluciona conforme la
conciencia colectiva evoluciona. Las creencias de la especie humana son como la "curva de
campana" que se usa en el campo de las matemáticas.
Todo cambio significativo comienza con un solo individuo. Al principio, el hecho de que
ocurra un cambio puede pasar desapercibido para la mayoría de la gente, pero se expande más y
más con el tiempo. Desde esta primera persona se propaga naturalmente a los demás. Este
proceso es automático; si el individuo responsable del cambio elige actuar a favor de éste, cosa
que no se requiere: sería ésta una redundancia generosa.
Nuestros pensamientos no están escondidos profundamente dentro de nosotros. Comúnmente
creemos que lo están; creemos (¡y esperamos!) que algunos pensamientos y creencias de alguna
manera sean privados o de algún modo sean secretos para el resto del universo. Esto es una
ilusión. Cada pensamiento influye en todos y en todo en todas partes y todo el tiempo. Debido a
esto, se hace absurdamente fácil cambiar al mundo: sólo tenemos que cambiar a una persona. Si
me cambio a mí mismo, todos se beneficiarán. El mayor regalo que les puedes dar a aquellos
que amas es el ejemplo de tu propia vida que funciona.
Aun si no puedes aceptar todo el rango de las posibilidades que este concepto representa
mejora tú, y mejora al resto de la humanidad, no hay duda alguna de que tú querrás mejorar tu

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vida para tu propio beneficio. La afortunada verdad es que esto no es difícil de llevar a cabo. De
hecho, es sumamente fácil. Quien te haya dicho que es difícil mejorar, sin duda habla de su
propia experiencia; pero esa experiencia debe haber tenido como premisa la creencia de que el
cambio benéfico es difícil. La realidad de la condición humana es que el cambio benéfico es
extremadamente fácil, mientras haya guía competente. No hay problema físico, mental,
emocional o espiritual que no se pueda resolver sin esfuerzo. Las técnicas de Ascensión están
diseñadas para ayudar a este proceso desde el interior hacia el exterior.
Generalmente creemos que unos problemas son mayores que otros, que algunos son más
difíciles o complejos que otros. Pero cada problema es el mismo desde el punto de vista de la
Inteligencia Infinita. Sólo nos parecen diferentes como resultado de la perspectiva de mentes
limitadas. Cada problema de la vida se puede resolver exactamente de la misma forma, y esa
solución se logra sin esfuerzo. No es ahora, nunca ha sido y nunca será difícil experimentar la
Inteligencia Infinita. Dicho de otra forma, no es ahora, nunca ha sido y nunca será difícil
experimentar la Inteligencia Infinita en forma total.
El primer paso hacia esta meta yace en reconocer la posibilidad de hacerlo. Si no creemos que
algo sea posible, seguirá siendo imposible para nosotros. Una vez que nos demos cuenta de que
es posible ser más, el deseo de ser más naturalmente se asirá a nuestras mentes.
El segundo paso radica en reconocer dónde estamos ahora. La mayoría de nosotros tenemos el
hábito de negar lo que experimentamos en el aquí y ahora. Esto probablemente se debe a que
hemos juzgado nuestras circunstancias presentes como indeseables de alguna manera. No
vemos nuestras vidas, o nuestro medio ambiente, o a la gente en nuestro universo como
perfectos; y típicamente tenemos una lista larga de hechos que "prueban" este grupo de
percepciones y creencias. "María es demasiado gorda." "Juan bebe mucho." "Esteban es cruel
conmigo y me pega." "Necesito ganar más dinero para pagar mis cuentas." "Mi trabajo es
aceptable, pero no es lo que de verdad disfruto hacer." "Nuestro vecindario se está yendo a la
ruina." "Estoy enfermo", etc.
La lista es interminable. La percepción o el juicio de que alguien o algo en nuestro mundo es
imperfecto es parte de la conclusión de que nuestra vida no es ideal. La mayoría de nosotros
"hacemos lo mejor que podemos" en nuestro mundo imperfecto e inadecuado. "Hacemos lo
mejor que podemos" para salir adelante a pesar de las circunstancias, aun cuando no nos
casamos con la persona que queríamos verdaderamente, o no tenemos el trabajo que
deseábamos, o no ganamos suficiente dinero, o no vivimos dónde y cómo nos gustaría, o no
somos completamente felices o saludables.
A menudo la respuesta a la percepción de nuestras deficiencias es reprimir nuestra
insatisfacción. Frecuentemente hacemos esto para hacer nuestra vida (o la vida de otro) más
fácil. Sentimos que estar de acuerdo con la opinión de otro es mejor que cultivar la nuestra
propia.
Había una vez una mujer muy hermosa y joven, llamada Leora, que era brillante, inteligente, y
con gran talento artístico. Se casó con Sam y tuvieron dos niños. Sam era terriblemente
obstinado acerca de la mayoría de las cosas. En su caso, esto era debido a un sentimiento de
inferioridad inherente que experimentaba frente a todo el mundo; sentía que otros le sacarían
ventaja y tratarían de controlarlo si no daba el primer golpe. Expuesta a las opiniones intensas y
constantes de Sam, la inteligencia natural de Leora disminuía gradualmente. Ella empezó a
sentir que una "buena" esposa era la que apoyaba a su marido ciegamente en todo. Llegó a ser
su sirviente en vez de su igual; en todas las situaciones, fueran grandes o pequeñas, la voz y la
razón de Leora eran el eco de las opiniones de Sam.
Con el tiempo, Sam se aburrió de la forma servil de Leora y se fue con otra mujer que le
retaba a pensar. Leora se sentía destruida y tremendamente sorprendida. ¿No había hecho todo
lo posible por complacerlo? Desesperada por encontrar otra pareja (¡cualquier pareja!), Leora
encontró a otro hombre, uno que hasta hoy día la trata exactamente igual que como lo hacía
Sam. Ella pudo haber tomado la pérdida desafortunada de su primer marido como una
explicación de por qué su vida era como era. En vez de eso, ella continuó con su error
fundamental y todavía sigue pagando el precio.
Estas experiencias son sumamente comunes en nuestro mundo moderno. Otro ejemplo de esto
es la relación padreshijos. Cuando niños, estamos subordinados a la voluntad de nuestros

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padres. Nuestros padres son como dioses para nosotros; si ellos mismos son individuos
incompletos, nuestros dioses están locos. El efecto de esto, cuando ingresamos al mundo adulto,
es que escogemos vivir inconscientemente una vida totalmente diferente de la que hubiéramos
elegido si hubiéramos sido alentados a desarrollar nuestras propias tendencias y talentos
naturales. Tenemos una tendencia a internalizar las voces y las creencias de nuestros opresores;
aun después de que el agente externo de nuestra subordinación ha sido retirado por distancia o
muerte, todavía nos resguardamos detrás de su imagen, sin tener la voluntad o la capacidad de
ser nosotros mismos.
Para cambiar, ayuda reconocer dónde estamos ahora mismo. Éste puede ser un proceso sin
esfuerzo, un reconocimiento intelectual sencillo; pero para algunos hay tantos niveles de
confusión y engaño acerca de quiénes somos y lo que creemos, que se interponen entre nosotros
y este reconocimiento, que puede tomar algún tiempo, y paciencia.
El reconocimiento no significa simplemente cambiar un sistema de creencias por otro. Un
elemento común en la "conversión religiosa" típica es que reemplazamos nuestra voluntad no
por la voluntad de Dios, sino por la interpretación de alguien o algún grupo de lo que es la
voluntad de Dios. Ésta también es otra versión del escenario entre tirano y esclavo tan común
entre esposos o esposas abusivos o padres abusivos. Esto nunca conduce a la libertad individual
o al crecimiento. Sólo las almas incompletas desean la subordinación mental de sus seguidores
con la intención de controlar su universo para proteger su visión errónea y miedosa de la re-
alidad. Un maestro verdadero siempre querrá que sus estudiantes lleguen a ser autosuficientes y
adquieran la sabiduría del maestro para que éste ya no se necesite más. Toda enseñanza
verdadera dirige el conocimiento hacia el propio corazón del estudiante. El verdadero desarrollo
sólo ocurre desde dentro hacia afuera.
Este proceso de reconocimiento se extiende mucho más profundamente a la personalidad de lo
que la mayoría de los individuos lo han hecho conscientemente. Una de las maneras más
eficaces de hacer esto es a través de la Ascensión de los Ishayas. En el proceso de las técnicas
de Ascensión, un pensamiento específico y altamente individual se crea por el maestro para que
coopere con el estudiante como un "vehículo" para "viajar" hacia dentro del origen de todo
pensamiento, al Ascendente.
Cuando un individuo Asciende, no es necesario tratar de deshacer juicios y creencias previos;
el poder de este benéfico proceso hacia dentro es suficiente para remover todas las percepciones
previas y entendimientos falsos, y reemplazarlos con la experiencia directa de la belleza
trascendental y la perfección del Ascendente interno. Cuando así se reconoce la realidad interna,
las realidades exteriores cambian automáticamente.
En otras palabras, no es necesario tratar de reestructurar nuestros hábitos, nuestras creencias, o
cualquier aspecto de nuestras mentes. Tampoco es necesario castigarnos por nuestros supuestos
defectos y fracasos. Una vez empezado, el proceso de transformación y reorganización interna
es completamente automático. No se necesita enseñarle a la hoja cómo caer al suelo. Una vez
que se remueve de su estado habitual de reposo, ella cae. La fuerza invencible de la ley natural,
la gravedad, la jala sin esfuerzo hacia abajo. La Tierra es mucho más grande que la hoja. No hay
necesidad de que la hoja trate de caer. ¡De hecho, la hoja tendría que hacer un esfuerzo para no
caer! Lo mismo ocurre con la mente. La invencible fuerza atractiva del Ascendente jala
constantemente a nuestras mentes. Se requiere el uso de una fuerza excesiva para detener el
proceso de caer hacia dentro, hacia el Ascendente. Por eso las mentes se fatigan tan fácilmente;
por eso los cuerpos requieren dormir tanto cada noche. Sin el vehículo apropiado, ¡qué difícil es
moverse! Pero si el auto funciona bien y tiene suficiente gasolina, qué sencillo es aplicar una
fuerza suave en el pedal..., ¡y nos vamos! Sin el vehículo apropiado, ¡qué difícil es entrar a la
mente! Pero con la técnica de Ascensión apropiada, qué sencillo es escoger Ascender..., ¡y nos
vamos! Obsérvate de cerca, ¿cuál es tu respuesta cuando piensas en moverte hacia adentro de ti
mismo? ¿Es una esperanza anhelante, junto con un deseo intenso de aprender lo que
verdaderamente yace allí? ¿O es miedo, un ciego terror irracional a los dragones que se
encuentran acechando dentro? Ambas respuestas son comunes a esta sugerencia. La primera es
una experiencia clara de lo que ocurre naturalmente cuando soltamos, Ascendemos y
evolucionamos más completamente hacia la vida. La segunda es una experiencia clara de lo que
ocurre naturalmente cuando tratamos de detener nuestra evolución completa hacia la vida.

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Capítulo 3

¡Emociones!
Nuestro nacimiento no es sino un dormir y un olvidar:
El Alma que se eleva con nosotros, nuestra Estrella vital,
ha tenido su poniente en otro lugar,
viene de lejos. No en olvido total,
no en total desnudez,
sino con nubladas estelas de gloria venimos
de Dios que es nuestro hogar.
¡El Cielo nos circunda en nuestra infancia!
Sombras de prisión empiezan a cercar
al creciente niño.
Pero él contempla la luz, y de dónde fluye,
él la ve en su alegría.
El Joven, que diariamente se aleja del Este,
debe viajar, aún sacerdote de la Naturaleza,
y por espléndida visión
está acompañado en su camino;
al cabo el Hombre la percibe morir,
y se marchita en la luz de un día común.
Como si su vocación entera
fuera imitación ilimitada.

Wordsworth
"Insinuaciones de Inmortalidad"

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La raíz del estrés
Nuestros cuerpos físicos vinieron de la unión de un espermatozoide producido por nuestros
padres y un óvulo producido por nuestras madres. Esto creó el cuerpo físico pero no lo que
habita nuestros cuerpos. Más de un antiguo sistema de pensamiento está de acuerdo con
Wordsworth: el alma que entra a la vida humana viene de la Sabiduría Omnisciente. Sí, esto es
así, no hay nada que los guardianes del alma y el preinfante no sepan acerca de la vida a la que
están entrando; no hay nada que no sepan acerca de los padres, los hermanos, la sociedad que
les espera. El alma elige una vida en particular porque sabe que esa existencia resonará más
efectivamente con sus deseos no cumplidos y le proveerá de todo lo que necesita para llegar a su
realización plena.
Desde esta perspectiva, el primer problema que la mayoría o todos los infantes enfrentan es
que detrás de la máscara de los padres biológicos está la memoria de la Divina Madre y el
Divino Padre, las mitades masculinas y femeninas de Dios. Como infantes de reciente reingreso,
identificamos a nuestros padres biológicos con estos seres perfectos: muy dentro de nosotros,
sabemos exactamente lo que es y lo que no es perfección, sabemos que deseamos sólo amor y
apoyo de nuestros padres biológicos y del mundo. Nos frustramos y nos desilusionamos una y
otra vez, cuando nuestros padres terrenales fallan al tratar de corresponder nuestro ideal eterno.
Como resultado inevitable, llegamos a desconfiar de nuestros padres y de su mundo. En vista de
que la mayoría, si no todos nosotros, estamos severamente privados de una representación
perfecta del Amor Divino en la Tierra, sentimos un vacío dentro, que clama por ser llenado.
Esta desilusión inicial es uno de los cimientos fundamentales de la ignorancia, que empieza
tan temprano y es tan sutil, que puede ser muy difícil de erradicar. Aprendimos a reprimir
nuestras emociones debido a que muchos de nosotros sólo hemos encontrado un apoyo marginal
de nuestros padres o el medio ambiente. Un niño pequeño típico no tiene problemas para
expresar sus sentimientos. Esta apertura frecuentemente no es aceptada por los adultos debido a
sus propias inhibiciones; reaccionan con condenación hacia el niño, con rechazo o castigo. Los
niños no tienen defensas contra esto. Si su expresión libre y abierta los lleva a consecuencias
indeseables, no hay nada que hacer sino reprimir sus deseos y sentimientos. Estos intentos por
proteger la personalidad dan como resultado la cancelación de la inocencia y la expansión de la
conciencia; con el tiempo, los niños se pierden completamente en sus defensas, mientras crean
roles que sean respaldados por el ambiente.
Si se les negó el apoyo a nuestros deseos de niños, podemos comenzar a utilizar la
manipulación disimulada o una descarada hostilidad como único medio efectivo para satisfacer
nuestros deseos. Las necesidades no satisfechas de nuestra niñez continúan manifestándose en
nuestras relaciones adultas; como no hemos tenido la habilidad para comunicar nuestros deseos
con claridad, todavía acarreamos una carga de deseos no cumplidos de nuestro pasado. ¿Es que
pedimos algo, si no esperamos recibirlo? ¿Recurrimos al enojo o a la manipulación para
satisfacer nuestros deseos? ¿Hacemos pucheros y berrinches o somos crueles, si no nos salimos
con la nuestra? ¿Esperamos hasta que alguien llegue a ser cercano a nosotros para revelar
nuestra agenda escondida? Obviamente éstas no son las maneras más efectivas para alcanzar
nuestros fines y, sin embargo, están entre las que utilizamos más comúnmente.
Muchos adultos están firmemente distanciados de la verdadera intimidad. El intento de llenar
este vacío emocional puede conducir a patrones de comportamiento adictivos o compulsivos
(drogas, alcohol, tabaco, comida, enfermedades), a relaciones (negativas o positivas) o,
idealmente, al desarrollo de la conciencia.

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El sentido de autoestima de muchos adultos es deficiente o está dañado de alguna manera.
Una de las formas que utilizamos para mantener el espejismo de nuestra autoestima es criticar a
otros antes de que ellos puedan ver la deficiencia en nosotros. O, en vista de que, en el estado de
conciencia lúcida, la autoestima se define casi enteramente en términos de la respuesta del
medio ambiente, dependemos de otros para definir nuestras vidas. Esto es como poner una
venda adhesiva en una úlcera supurante; nunca lleva a la felicidad o la salud duraderas.
Comprometernos a ser amados y amables nunca nos hace y nunca nos hará más meritorios; si
continuamos durante suficiente tiempo, esta forma de comportamiento seguramente generará
resentimiento y hostilidad. Mientras más neguemos nuestra propia individualidad, más
perdemos nuestro propio poder.
Otro ejemplo de expresión inapropiada de sentimientos es lo que muchos consideran
compasión; si alguien sufre o es infeliz, creemos que la compasión nos dice que debemos
unirnos a ella o él en su miseria. Esto no es compasión, esto no es verdadero amor o cariño. En
vez de haber uno solo tirado en el suelo llorando, ahora hay dos. ¡Responder al sufrimiento de
otro como si fuera el nuestro no es empatia! Sólo es una expresión de nuestras propias
limitaciones de espíritu. ¡Asumir los sentimientos de otros, como si fueran los nuestros, no es
compasión! Esto no conduce hacia la intimidad y está destinado a fracasar, pues éste no es el
camino del desarrollo. La compasión verdadera significa levantar el nivel de conciencia del que
sufre mediante el reconocimiento de que el sufrimiento está mal situado, que es un hecho
imposible en la iluminación y, entonces, compartiendo esa visión. Esto no se hace de manera
condescendiente o superior, esto se hace con perfecto amor.
En muchos adultos, el bloqueo de los sentimientos es profundo y fuerte.
La mente egocontrolada del hemisferio izquierdo en el estado lúcido de conciencia ha
aprendido a juzgar los sentimientos como incómodos, algo a ser reprimido, controlado,
canalizado estrechamente. Por supuesto, en vista de que la personalidad humana es
extraordinariamente flexible, lo que se reprime en un lugar se manifiesta en otro.
Los sentimientos nunca pueden ser destruidos. Sólo pueden ser reconocidos, expresados,
recanalizados con amor, o reprimidos. Vivir plenamente en el presente quiere decir que nunca
se reprimen los sentimientos o se corrompen los deseos; todos son aceptados, expresados y
realizados.
Liberar esos sentimientos bloqueados y enterrados es uno de los aspectos más importantes de
la evolución del estado de conciencia lúcida. Los hábitos de comportamiento y las creencias
destructivas que adquirimos de nuestros padres y el medio ambiente durante nuestra niñez
continuarán deformando cada fase del comportamiento adulto, si no los disolvemos.
La vida emocional es como un gran río que fluye dentro de nosotros. Cuando intentamos
levantar una represa en un río, el agua ya no se mueve libremente: se estanca o busca otros
medios para fluir. Así como el rompimiento de la represa puede causar gran daño, del mismo
modo la represión de sentimientos hace que nuestras emociones se conviertan en una fuerza
destructiva y amenazadora.
Nos debemos a nosotros mismos descubrir cuáles son nuestros verdaderos sentimientos y
deseos. Es necesario que dejemos de manipularnos a nosotros mismos y a otros, para satisfacer
nuestras necesidades; solo la expresión honesta y abierta nos permite canalizar el poder de
nuestras emociones positivamente. En vez de exigir, tenemos que aprender a compartir nuestros
sentimientos verdaderos; esto nos permite no ser víctimas de nuestras propias defensas y
reacciones incontroladas. Es necesario que aprendamos a ser nuestros propios Padres Cósmicos;
con sabiduría y benevolencia, podemos reconocer amorosamente nuestros deseos y dirigirlos
sutilmente, sin tratar de reprimirlos ni luchar contra ellos. ¡Esto no tiene que ser difícil!
Cuando hacemos salir a la luz las tensiones de nuestras relaciones pasadas, naturalmente
empezamos a reconocer el origen de nuestros sentimientos, proyecciones y comportamientos.
Uno de los primeros resultados es perdonar verdaderamente las limitaciones de nuestros padres.
Inculparlos por ser almas incompletas es una gran pérdida de tiempo, como lo es quedar
estancados en patrones reactivos de conducta. Por supuesto que ellos no fueron ideales. ¿Quién
en su mundo lo fue?

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Amor y miedo
Existen solamente dos raíces para todas nuestras emociones: amor y miedo. El amor es el
estado natural de la vida humana; el miedo es el instrumento que el ego usa para controlar y
poseer al mundo. Ellos no pueden existir simultáneamente: cuando el amor incrementa, el
miedo se evapora; como nunca fue real, desaparece en el sol del amor perfecto. Cuando el
miedo incrementa, el amor se esconde y aguarda el momento propicio en que el individuo se
abre de nuevo a la verdad. Nunca puede ser destruido; pero, como el ser humano está dotado
con ciertos derechos inalienables (incluso libre albedrío perfecto), si el ego insiste en ilusiones,
el amor aparentemente desaparecerá de la mente hasta que la personalidad escoja la realidad una
vez más.
El ego quiere poseer todo; esto niega la invencibilidad de la entrega, la doncella del amor. El
amor es universal y se da libremente, pero el ego insiste en poseerlo, insiste en que obedezca
estrictamente sus dictados severos de cuándo, cómo y dónde. En esto el ego siempre fracasará,
pues pelea la batalla errónea. El amor nunca podrá ser limitado ni existir en separación o
aislamiento. Sólo mediante la renunciación del deseo de manipular y controlar es como el ego
se disolverá dentro del Ser Universal de Amor Infinito y Eterno.
No por tratar de forzar a que cambien los sentimientos éstos lo hacen. Las emociones
evolucionan sólo cuando son aceptadas exactamente como son. La llave para lograr esto es dejar
de juzgarlas. Sólo el ego define lo bueno y lo malo. Éste es su instrumento primario de control:
si algunos deseos son buenos y otros no lo son, la vida se mantendrá dividida. Al separar
nuestros sentimientos del sistema de creencias del ego, podemos usar su energía poderosa para
nuestro desarrollo personal.
Hay una historia de los Ishayas que demuestra este punto. Los monjes eran atacados de
cuando en cuando por hordas de demonios mientras meditaban profundamente. Por más que
lucharan para liberarse de ellos, no había escape. Sólo cuando dejaron de juzgarlos como
malvados, se transformaron en ninfas celestiales o ángeles. Sólo era la interpretación que los
monjes le daban a la realidad lo que les causaba dificultades. Este reconocimiento es una etapa
necesaria de la evolución.
A medida que la conciencia crece, aprendemos que todo lo que nos viene es nuestra propia
creación, no de otros.
Con el alba de este entendimiento, dejamos de gastar energía luchando, resintiendo o
reprimiendo lo que creamos. Esto nos capacita para usar la energía de nuestros deseos para
alcanzar un desarrollo mucho más rápido.

La sombra
Dentro de cada ser humano hay una división general de función entre los hemisferios derecho
e izquierdo del cerebro. El lado izquierdo es más racional, lógico, matemático, científico. El
derecho es más instintivo, intuitivo, emocional, espacial, artístico, creativo. En general, este
hemisferio está mucho más desarrollado en el género femenino. Por lo tanto, la perspectiva de la
mujer es típicamente más amplia que la del hombre, pues ella se dedica más a nutrir y sanar la
vida. Lo que se reprime en el género femenino es el hemisferio izquierdo, lo racional, lo lógico,
y la habilidad específica de enfocar la conciencia; en casos extremos, esto conduce a una
personalidad controversial que se basa en pensamientos irracionales y que en la mayoría de los
casos consiste en opiniones, en vez de hechos.
El dominio típico del hemisferio izquierdo en el hombre lo conduce a tratar de conquistar la
naturaleza. El nivel elevado de dinamismo y agresión lo hace el miembro preferido de la pareja
para tratar con el mundo exterior. En una pareja (iluminada) ideal, la mujer está a cargo del
timón y el hombre rema el bote: es típicamente más sensato que la mujer esté a cargo de la
dirección general de la vida de la pareja. Lo que el hombre puede reprimir es el hemisferio
derecho, pues no se siente cómodo con las cualidades femeninas del instinto y la emoción.
Cuando se desarrolla, el hemisferio derecho le brinda la habilidad de crear, sentir, amar, de

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experimentar belleza. En el grado más alto de balance, el hemisferio derecho llega a ser la musa
para el hombre, la guía interior hacia la conciencia completa.
Las porciones que reprimimos en nosotros, típicamente, se proyectan en nuestras parejas. Se
puede decir que hay cuatro seres involucrados en toda relación: los dos de quienes estamos
conscientes y dos que son inconscientes, y son los que proyectamos en la otra persona. En el
estado ideal, estas partes reprimidas, proyectadas hacia fuera, nos llevan al desarrollo de lo que
nos falta adentro hacia la plenitud. Pero cuando este proceso se bloquea por razones de hábitos
dañinos, esta proyección conduce a una serie continua de relaciones destructivas, porque no nos
damos cuenta de que estamos proyectando nuestras propias limitaciones y tensiones hacia fuera.
Cuando nos hallamos inculpando a alguien por algo, siempre es porque fallamos al darnos
cuenta de que nuestros sentimientos de depresión y deficiencia vienen de adentro. Intentar
condenar a cualquiera en el exterior siempre es debido a nuestra propia falta de amor propio y
de poder; nos sentimos impotentes y sin valor internamente y lo proyectamos hacia afuera. Si no
reconocemos esto, ninguna relación sobrevivirá a este poder destructivo.
La única solución que vimos para satisfacer las demandas conflictivas de nuestro medio
ambiente cuando éramos niños consistió en esconder aspectos de nosotros mismos. Esta sombra
escondida y reprimida adentro nunca maduró, pero contiene numerosos fragmentos de nuestra
personalidad que anhelan reconocimiento y aprobación consciente. Debido a que hemos
juzgado tanto y tan intensamente lo que nuestra sombra personal contiene, generalmente
preferiríamos comer clavos en vez de mirar lo que está encerrado dentro de nosotros.
Preferiríamos que se quedara escondida y enterrada para siempre como una momia en su cripta.
Pero nuestra sombra contiene muchas características bellas y valiosas que nunca se
desarrollaron, porque no fueron reconocidas en nuestro medio ambiente. Si en nuestra niñez no
encontramos apoyo o un ejemplo viviente para nuestras tendencias naturales y capacidades
latentes, automáticamente reprimimos la mayoría y, a menudo, la mejor parte de nosotros. Ésta
es la causa, por ejemplo, de que la percepción celestial sea tan rara en adultos. Muchos niños
ven los espíritus de la naturaleza, espíritus celestiales, ángeles, gnomos y hadas. Pero los
adultos, en su mundo, se ríen de ellos si mencionan sus visiones; con el tiempo, su habilidad de
Ver es velada.
En vista de que la sombra representa aquellas partes de nosotros que están reprimidas, su
apariencia más común es lo que proyectamos sobre otros. Los elementos que envidiamos u
odiamos en otros son aquellas partes de nosotros mismos que hemos juzgado impropias para
nuestro universo actual.
La sombra nunca puede ser reprimida completamente ni retirada por la fuerza. El único
camino a la resolución es dejar de juzgar. Finalmente, el alma que evoluciona acogerá todos los
deseos, necesidades y sentimientos que ha escondido adentro. Hasta que esto suceda, la mayor
parte de nuestra energía permanecerá encerrada en subpersonalidades en conflicto que encarnan
nuestra sombra reprimida. Mientras esto no suceda, la vida continuará en desequilibrio, mismo
que puede ser severo. Enfrentar la oscuridad personal interior requiere coraje y humildad. Un
poco de fe también es útil; si creemos que podemos empezar a abrir las puertas internas que
hemos cerrado, sin lastimarnos, entonces podemos empezar a reintegrar nuestras personalidades
divididas y dejar de proyectar nuestros juicios y deseos sobre los demás.
Sin el mecanismo natural de evolución que adquirimos a través de la Ascensión, esto puede ser
doloroso: algunos de nosotros necesitamos el choque de vernos tal y como somos, en vez de
cómo deseamos o asumimos que somos; eso da comienzo a nuestro viaje hacia la iluminación.
Sea lo que sea, este reconocimiento se requiere para cultivar la libertad verdadera. La única
respuesta apropiada no es si tengo o no tengo que empezar, sino cuán rápido puedo empezarlo.
Un viaje de muchas leguas comienza con un solo paso. Se tiene que emprender el viaje; de otra
manera, nuestras sombras continuarán deformándose hasta matarnos; el momento de empezar es
ahora.
Afortunadamente, mediante la práctica de Ascensión, todas las áreas reprimidas de la
personalidad se exponen sin esfuerzo en completa armonía y elegancia ante la luz infinita de
entendimiento perfecto. Esto cambia lo que podría ser un proceso lento y difícil en un
descubrimiento emocionante de regocijo en aumento.

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Capítulo 4

La ignorancia
En lo que pones tu atención, crece.

A menudo, el estado de conciencia lúcido se llama "ignorancia", porque la Realidad


Omnipresente del Ascendente Infinito no se experimenta o es ignorada. También se la conoce
como "identificación": la mente se enreda en sus interpretaciones de experiencias pasadas y no
está libre para experimentar la libertad de la vida como es en el momento presente. Se enreda
porque se identifica con sus limitaciones: sólo percibe el nivel más crudo de los objetos; el
Ascendente Ilimitado está ausente. En el estado de conciencia lúcida no hay conciencia del
Ascendente o, en el mejor de los casos, hay una conciencia tenue; por lo tanto, la vida
individual se enreda identificándose con deseos, pensamientos y posesiones. Esto es como
cambiar un millón de dólares por un centavo. La mente en el estado de conciencia lúcida es
caótica, incoherente; está fragmentada entre pensamientos producidos por el hemisferio
izquierdo racional y aquéllos creados por emociones verdaderas y falsas del amor y el miedo. El
silencio y la claridad son sucesos raros; la mente siempre está activa, corriendo de un río de
pensamientos a otro, de un arrepentimiento, preocupación, dificultad, deseo o esquema frenético
a otros. La mente del estado de conciencia lúcida es sacudida como un bote pequeño en un mar
tumultuoso, mientras sus cincuenta mil pensamientos ocurren diariamente, casi sin control.
¿Cómo regresamos a nuestra herencia de conciencia infinita? ¿Cómo podemos adquirir un
silencio interno permanente? ¿Cómo podemos encontrar la verdadera libertad?
Para escapar de la ignorancia se requiere: (1) Humildad para reconocer que muchas o quizá
todas las creencias apreciadas que tenemos en el estado de conciencia lúcida simplemente no
sean verdaderas. (2) Deseo de cambiar. (3) El coraje necesario para retar y borrar las creencias
que no nos sirven. (4) Abandono a la voluntad cósmica. (5) Disciplina (disposición a adoptar
límites relativos para encontrar libertad eterna).
También se requiere (6) Consistencia, o la inteligencia de tomar una decisión y aferrarse a
ella. La naturaleza no apoya la vacilación. Más bien, la naturaleza trata de favorecer todos los
deseos humanos, pero cuando estos deseos son mutuamente contradictorios, ¿qué puede hacer
ella? Se necesita una elección consistente; sólo entonces las fuerzas de la ley natural pueden ser
movilizadas para crear éxito.
La abundancia en cualquier sector de interés humano es el resultado de (7): Un serio
compromiso enfocado. No funciona decir, "Cambiaré sólo cuando las circunstancias externas
hagan posible el cambio". El universo permanecerá inactivo ante cualquier propuesta del ego de
esta naturaleza. Lo que sí vale decir es "Cambiaré ahora, hoy; confío en que, mientras me
muevo consistentemente hacia mi meta, los medios se me manifestarán". Y por supuesto así
sucede porque, en vez de resistir el flujo de la vida, la individualidad se ha alineado ahora con la
voluntad cósmica.
A menudo, mi maestro comúnmente decía: "Los medios se juntan alrededor de Sattva." Sattva
significa "pureza y claridad". Así es que inevitablemente, (8) Pureza de la vida y (9) Claridad de
intención traen en su estela satisfacción, como las nubes de cúmulo nimbo traen lluvia.
Tratar de alcanzar la iluminación sin las cualidades necesarias de enfoque antes mencionadas
es lo mismo que tratar de sacar mantequilla del agua. Sencillamente nunca sucederá. Pero con la
Ascensión, la sabiduría necesaria para seguir el sendero de la iluminación se desarrolla
naturalmente sobre la base del encanto creciente de la experiencia. La vida individual comienza
a cambiar más y más rápidamente, mientras la tensión del sistema nervioso se reduce; se
presentan todas las condiciones requeridas para el desarrollo, mientras las diversas partes de

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nuestra personalidad comienzan a cooperar con nosotros. Este proceso es natural y sin esfuerzo,
y resulta en una transformación dramática de cada área del interés humano.

La muerte del ego


Cuando nacemos, nuestra primera necesidad es relacionarnos con el mundo exterior. La
necesidad de apoyo físico y emocional dirige nuestros sentidos hacia fuera, lejos del silencio
interior y la conciencia completa, hacia el campo de la multiplicidad. Para hacer esto tenemos
que órganizar nuestros conciencias en una estructura ilusoria que mantenga nuestra separación
artificialmente del Ser Ascendente interno. A esta estructura se le conoce como "el ego". Fue
diseñada corno una etapa necesaria, pero transitoria, para el desarrollo, no para ser el todo y el
fin de la evolución humana. El ego no debe continuar más allá de la pubertad.
Es nuestra atadura al ego lo que nos mantiene enredados en el mundo de la ilusión; eso es lo
que se conoce en sánscrito como Samsara. Samsara significa, literalmente, "sucesión perpetua"
o "ciclo eterno": nos levantamos sólo para caer de nuevo, una y otra vez, eternamente, hasta que
se Ascienda este círculo infinito. En vista de que la estructura del ego es una Ilusión, todos, en
el nivel más profundo de nuestro ser, deseamos Ascender esta estructura artificial. Tenemos que
abandonar la ilusión; el ego tiene que morir.
Si no entendemos esto correctamente, este proceso de expansión más allá de los confines del
ego puede ser bastante doloroso. Sin haber recibido el conocimiento crítico necesario, en este
punto muchos deciden y abandonan su búsqueda de la iluminación.
En casos extremos, el sentimiento intenso de vacío, cuando se derrumban los viejos modelos
de comportamiento, puede ocasionar el deseo de morir. Estos impulsos suicidas son signos de
nuestro Yo Superior, que las viejas actitudes que nos bloquean tienen que terminar. Lograr la
maestría de este proceso puede ser un acto supremo de valor. Sin la Ascensión, la renuncia de
esta vida orientada por los sentidos del Yo inferior puede ser aterradora para el ego;
subsecuentemente, el nacimiento a la iluminación es inconcebible e imposible desde la
perspectiva de la estructura ilusoria llena de límites creados por la mente, que es el ego.
Puede ocurrir una segunda deformación en el desarrollo de la conciencia; mientras el ego se
retuerce en los espasmos de su propia muerte, se pueden manifestar enfermedades mortales.
Este reto puede ser mucho más sutil que un acto obvio de autodestrucción, pero la causa es la
misma. Las fuerzas internas espirituales son poderosas; como los dioses míticos de las culturas
antiguas, éstas pueden parecer temperamentales o caprichosas. Si son ignoradas o deshonradas,
pueden buscar activamente destruirnos. Su propósito, por supuesto, no es aniquilarnos, sino
acabar con la adicción a nuestra visión limitada del mundo. A través de la puerta oscura de la
muerte, entramos a estados mentales idénticos a los que descubrimos en nuestro interior durante
la Ascensión. Enfermedades serias pueden tener el mismo efecto: como el ave fénix emerge de
las cenizas, una nueva personalidad entera emerge, después de la muerte dolorosa de la vieja
personalidad.
Antiguas experiencias chamánicas hacen eco a este tema: sólo cuando el iniciado acepta la
comunicación con el mundo interior, el espíritu torturador le devuelve la vida o la salud, y el
nuevo papel de vida del chamán empieza. El propósito de tal hecho es disolver las rígidas
fronteras de pensamiento basadas en el ego. ¡Dichosos los que pueden hacer esto a través de la
Ascensión sin tener que morir o enfrentarse a una enfermedad mortal!
Lo que nuestro desarrollo requiere es abandonarnos a un poder más alto. El renacimiento
ocurre sólo a través de la muerte de nuestra vieja forma de pensar basada en el ego. El tema de
muchos mitos antiguos es lograr la inmortalidad mediante la muerte. Debajo del caos del estado
de conciencia lúcida de la mente, yace el silencio perfecto y la belleza de la paz infinita del
Ascendente. Cuando el ego se desecha, la iluminación amanece automáticamente. Ésta es la
transfiguración del ego.
En muchas culturas antiguas (y aborígenes en la actualidad), esto se intentó simbólicamente a
través de la iniciación de la muerte. En Egipto, por ejemplo, el sacerdote noviciado se instruía
para quedarse dentro de un sarcófago hasta que el ego fuera aniquilado. De vez en cuando, el
proceso llegó a matar al aspirante; pero, cuando no lo hizo, el sacerdote regresó de los portales

20
de más allá de la muerte con el conocimiento verdadero del Ascendente.
En Occidente, una representación perfecta de la necesidad de la muerte del ego como puerta al
Ascendente es la pasión de Cristo en la cruz. La cruz de la crucifixión representa los opuestos
de VidaTierra, unidos en su centro en el Ascendente. El ser personal se crucifica para dar paso a
la Realidad trascendental de Hijo de Dios.
Mientras esta transfiguración no ocurra, continuaremos identificándonos con el ego, al mismo
tiempo que éste reprime grandes partes de nuestra personalidad, en favor de las creencias
fragmentadas que favorecemos. Cuando comenzamos a desarrollarnos en la iluminación, estos
sectores reprimidos empiezan a clamar por reconocimiento y aceptación; esto puede conducir a
un intenso conflicto interno. Las fuerzas opuestas de nuestras vidas aumentan en poder y fuerza,
hasta que la muerte del mundo parezca inminente. Manifestamos en nuestras vidas individuales
una batalla mítica antigua entre dos ejércitos casi similares en omnipotencia, que se encuentran
frente a frente para competir por el dominio de la Tierra.
Y, sin embargo, es sólo a través de la reconciliación de los valores opuestos internos como
puede ocurrir el desarrollo total de la conciencia. Se requiere Amor Universal para que
manifestemos la naturaleza totalinclusiva del Ser Divino Interno: el amor hacia todas las partes
de nosotros que consideramos dispares, y que hemos negado hasta ahora, naturalmente se
transforma en amor para todo y todos en el mundo. Esta aceptación y amor incondicional es lo
opuesto al juicio, el que siempre está basado en la proyección del ego basado en el temor.
La Ascensión suprema sucede cuando reconocemos que todas las condiciones limitadas de
nuestro sistema de creencias deben ser abandonadas al poder omnisciente y omnipotente del
Ascendente. Esto resulta en una transformación radical de nuestra previa existencia estructurada
del ego; el ser pequeño y limitado se eleva a lo universal. La muerte de Cristo y la Ascensión,
entonces, sirven como modelo para cualquier aspirante a la iluminación. Lo temporal y lo
personal son ascendidos en tanto que la universalidad amanezca; el ego se derrite en el Ser
Universal.
Ésta es la esencia de la renunciación, no la vida de monje. La renunciación verdadera significa
que toda creencia en el ego se ha rendido, no que neguemos ciertos deseos o modelos de
comportamiento. Es una mala interpretación creer que el sendero hacia la iluminación es sólo
apropiado para los ascetas. Esto proviene de un entendimiento limitado e incorrecto de las
enseñanzas de líderes iluminados como Cristo, Shankara y Buda.
Los budistas Mahayanas, por ejemplo, definen los tres requisitos para evolucionar más allá del
estado lúcido de conciencia: 1) una experiencia clara del Ascendente, 2) compasión y 3)
renunciación. Lo que se quería decir originalmente ora renunciar a los pensamientos atrapados
en la identidad egocéntrica, pero con el tiempo se convirtió en la idea de vivir la vida reclusa de
un monje. La renunciación verdadera es el subproducto natural de una experiencia clara del
Ascendente y no tiene nada que ver con patrones externos de vida. Y así mismo con la
compasión. Ésta es la naturaleza tres en uno del Ascendente: la mente, el corazón y el cuerpo,
todos se elevan juntos a su realización. El que sabe, lo sabido y el proceso de saber crecen todos
al mismo tiempo en perfección.
Conforme el cambio se acelera debido a la Ascensión regular, la jornada se torna más suave o
más ruda. ¿Qué causa la diferencia? La experiencia común de la realidad causada por Ascender
retira todas las creencias anteriores acerca de la vida. Todos los hábitos y adicciones que
hayamos tenido salen a la superficie para revisión. Cualquier sector de la vida donde se haya
comprometido la integridad llega claramente al foco de nuestra atención, dándonos la
oportunidad de escoger de nuevo si queremos o no continuar con los viejos modelos de
comportamiento o adoptar nuevos, ahora basados en nuestra experiencia cambiante de vida.
No hay "qué se debe o no se debe hacer" en Ascensión. Nada es requerido o deseable. Con la
experiencia habitual de la Verdad fundamental, lo que no sirve se desecha natural e
inevitablemente. Aun cuando esto es cierto, hay una zona de transición. ¿Estamos dispuestos a
adoptar los cambios de la Evolución? ¿O nos resistimos e intentamos aferrarnos al pasado? El
dolor resulta del intento de aferramos. Es como tratar de meterse en un traje tres tallas más
pequeñas. Duele.
El río de la vida nos lleva hacía delante siempre de manera rápida. Si resistimos e intentamos
aferramos a la orilla, nos lastimaremos, magullaremos y nos cortaremos con la orilla rígida de la

21
tierra. Por otro lado, si nos dejamos llevar, fluiremos rápidamente adelante hacia un nuevo y
vigoroso futuro de aventura y descubrimiento. Verdaderamente es una opción sencilla, y una
que podemos hacer conscientemente en cualquier momento. Sin importar qué tan fuerte sea la
tendencia a aferrarse a las cosas o las creencias, nada puede resistir por mucho tiempo el
beneficio completo del poder de la Ascensión, si es practicada correctamente.
La vida es regocijo. El propósito de la vida humana es expandir el amor. El Amor sana: no
hay enfermedad del cuerpo, mente, corazón o alma que pueda resistir el amor incondicional. Un
corazón amante encuentra regocijo en cada momento. Nada puede resistir su poder de crecer.
Todos los problemas de la vida humana vienen cuando intentamos resistir las lecciones del
amor. Si intentamos aferramos al pasado, sufrimos, y la vida se hace más compleja. Si nos
dejamos llevar y confiamos en cada momento, en cada situación de la vida, volamos como un
águila hacia adentro del corazón de Dios, el cual es puro éxtasis y amor infinito. ¿Cómo se
puede efectuar esta transición? Estando dispuesto a deshacerse de todo. Sólo lo que es
verdadero permanecerá, pero lo que ata se desvanecerá. Son los apegos los que nos mantienen
atrapados y nos causan dolor. Librarse de estos apegos es regocijo y nos conduce al desarrollo
más rápido y cómodamente. Los apegos nos conducen al infierno.
¿Quiere decir que las posesiones o las relaciones son malas de alguna manera? De ningún
modo. La familia real en el palacio puede estar completamente iluminada; el ermitaño en su
cueva puede ser un ignorante; no son las posesiones en sí mismas las que nos mantienen
atrapados, las que nos causan problemas o dolor, es el apego a ellas el que nos lleva a todos los
problemas. Para ser libre, hay que tener la voluntad de liberarse de todo si eso es lo que se
requiere. Tu vida empezará a ser un instrumento significativo para la evolución. Pero si te
aferras, perderás todo lo que intentas preservar, sufrirás en el proceso y al final morirás.
Es precisamente el apego a todo lo que le es dañino al mundo durante el estado lúcido de
conciencia. Regala todo y hazte parte de la solución en vez de continuar siendo parte del
problema. Donde se encuentre tu tesoro, allí residirá tu corazón también. Si guardas tu tesoro en
un sitio donde la polilla lo puede comer y la herrumbre lo puede corromper, al final llorarás por
tus ídolos perdidos, pues uno por uno te serán arrebatados. Un buen día regresarás a la vida tal y
como cuando llegaste a este mundo: desnudo de cuerpo pero dejando rastros de nubes de gloria
a través de tu alma. Elige, en vez de eso, la verdad, la belleza y el reino de los cielos no en un
lejano futuro, sino aquí y ahora, y observa cuán rápido tu vida se transforma en magia y
maravilla, amor y gozo.
Toma estas palabras sencillas en tu corazón y te prometo que bailarás con los Ishayas en la
vida inmortal aun aquí en la Tierra. O niéganos y huye; para nosotros no hace diferencia, pero
para ti sí hace una gran diferencia. Tantos ríos han fluido hacia el océano Infinito hasta este
momento. El océano no necesita más, los acepta a todos, no adula a ninguno. Su estado nunca
cambia, ¡pero qué transformación para el río! Sus angostos cauces quedan atrás y no se les ve
más. El río aprende que "Yo soy el océano, yo soy infinito, sin fronteras, eterno". Y esto es
sabido no como un concepto árido intelectual, sino como una verdad viva y vibrante de lo que
es.
Únanse a nosotros, hijos de la luz y la verdad y el gozo, y en una generación transformaremos
esta Tierra en un paraíso, regresaremos al jardín del edén. Observemos cómo el árbol del
conocimiento del bien y del mal se transforma en el árbol de vida inmortal. Los abusos del
estado de conciencia lúcida serán repuestos universalmente por la cognición directa de la
conciencia perpetua, en la que cada pensamiento se basa en la conciencia infinita permanente.
Nos encontramos en el umbral de una nueva era, una edad que ha sido profetizada en todo el
mundo por miles de años. La Nueva Jerusalén está aquí. Las veintisiete técnicas de Ascensión
son la llave maestra que abre todas las fronteras de opciones y experiencias dolorosas del
pasado, y revelan el gozo Ilimitado de la vida tal como es.

"La vida es una danza de aventuras, o nada."


(Helen Keller)

22
La mente
La función de la mente es tener conciencia del medio ambiente y de nuestros pensamientos.
La mente no es lo mismo que la conciencia: más bien es una máquina manejada por ella. La
vieja creencia de que la conciencia es un artefacto del cuerpo físico es una superstición
materialista y está pasando de moda rápidamente en las comunidades médicas y científicas
modernas. Intentar entender la conciencia como un subproducto de procesos químicos y
eléctricos en neuronas y fibras nerviosas siempre ha estado destinado al fracaso, pues el origen
de nuestra conciencia no es la estructura física de nuestros cuerpos. La conciencia es primordial;
el cuerpo y el cerebro son secundarios. Los doce billones de células del sistema nervioso central
crean la estructura física de la computadora más compleja de todos los tiempos, pero ellas en sí
no son conscientes de nada, así como los cables y circuitos de una computadora no son
conscientes en sí mismos.
Las diferentes funciones de la mente física son llevadas a cabo por un sistema
extremadamente complejo de neuronas interconectadas: cada neurona se conecta con millares
de otras a través de conexiones sinápticas directas y a millones o aun billones de otras a través
de sitios receptores de neuropéptidos. Hay cincuenta trillones de células en el cuerpo; cada una
es capaz de producir los neuropéptidos que se comunican con las neuronas en el cerebro. Así
que la mente no está limitada a la corteza cerebral; de hecho somos cuerpomente; la estructura
completa de nuestra fisiología es inteligente y capaz de hablar constantemente consigo misma.
Está completamente viva con sabiduría; todo refleja nuestra conciencia individual.
La memoria y el aprendizaje ocurren cuando un comportamiento es repetido lo suficiente para
que se creen nuevas vías neurológicas. Mientras más se repite una acción, más profundo se hace
el surco que se forma en el cerebro; mientras más neuronas se aten al circuito, las conexiones
entre ellas se incrementan. Cuando un comportamiento se encierra de ése modo dentro de la
estructura física del cuerpo, los hábitos, creencias y juicios asociados con él se hacen muy
difíciles de modificar.
La percepción de nosotros mismos, lo que llamamos ego, está construida sobre la base de
estas estructuras mentales. El problema principal con estos programas internos, aunque
prácticos para mucha de nuestra existencia, es que nos mantienen lejos de la fluidez de la
conciencia: nos enfrascamos en viejos comportamientos y creencias que hacen difícil
evolucionar a una nueva vida y experiencia. La mente se identifica sólo con impresiones
previas. Las nuevas experiencias no se asimilan fácilmente si no hay un modelo interno similar;
la mente automáticamente filtra lo que no puede entender y lo descarta, sobre todo si la nueva
información aparenta ser una amenaza a la continuidad del ego.
Entonces el ciclo de acciónexperienciaimpresióndeseo continúa y es difícil de romper. Un
impulso de deseo surge desde el Ascendente, choca con una previa impresión que tiñe el deseo;
el deseo deformado se lleva a cabo; esta acción conduce a una experiencia que fortalece la
impresión inicial. El ciclo nunca se puede romper en su propio universo: no hay escape de la
acciónexperienciaimpresióndeseo de acuerdo a sus propios términos. Lo que se requiere es un
nuevo programa. La Ascensión, por ejemplo, provee los medios para reescribir sin esfuerzo
sobre las viejas estructuras internas porque la mente se abre a una nueva experiencia a lo largo
del sendero de gozo creciente.
Nuestra experiencia de la realidad no puede ser separada de las creencias, pensamientos y
percepciones de la mente. La función principal de la mente es la de crear lo que ella cree que es
la realidad. La mente es como un espejo. Si el vidrio del espejo está sucio, la reflexión por ende
va a aparecer borrosa o distorsionada. Lo que nunca se experimenta es la realidad misma de
algo, sólo su resonancia con nuestras creencias, juicios y programas internos. ¿Qué es este
espejo? Sin reflexiones de objetos, se desvanece. La mente puede reflejar cualquier cosa, pero
sin algo que reflejar es sólo conciencia pura, imposible de comprender por el intelecto. La
naturaleza verdadera de la conciencia de la mente se puede experimentar mediante una
reducción sistemática del reflejo de objetos y pensamientos al Ascender, pero las facultades

23
racionales jamás lo pueden entender.
Si abusamos de la mente, nos enfermamos; si la usamos para lo que fue diseñada,
encontramos que la salud física y mental son subproductos de su estilo natural de
funcionamiento. Cuando la conciencia despierta empieza a expandirse como resultado de la
Ascensión, se hace más y más obvio que la mayoría, si no todos los problemas de la vida, están
enraizados en viejas creencias y juicios destructivos de deseo proyectado y su opuesto, la
aversión proyectada. Cada mente está sujeta a la interpretación incorrecta de todo hasta que la
conciencia del Ascendente se estabiliza.
El estado de conciencia lúcido es una alucinación colectiva. La hipnosis del
acondicionamiento cultural de la humanidad es el resultado de la tendencia inherente de la
mente de definir o nombrar todo.
El hecho de nombrar ocurre cuando la mente organiza percepciones y crea un objeto y le
asigna un significado. Esta realidad artificial no es nada más que un artefacto de percepción
sensorial; es una proyección de una colección de imágenes o conceptos en la mente; no tiene
una existencia independiente o externa. Nada existe aislado del valor que le damos o asignamos.
Así es como la mente se mantiene abstraída, alejada de la experiencia actual; en vez de ver algo
como realmente es ahora, la mente sólo ve el pasado o, con más exactitud, sólo las previas
creencias y juicios acerca del pasado.
El modo de ver del estado de conciencia lúcida es que cada cosa tiene existencia
independiente. ¿Pero qué es esta existencia? Si desarmamos algo, nos damos cuenta de que ya
no existe. Desmantela una computadora, y no queda nada de ella. "La computadora" es sólo un
nombre que le hemos asignado a una apariencia, una colección de componentes.
La realidad externa es sólo el producto de un fenómeno. Esto se llama Mithya en sánscrito.
Hay algo en el exterior a lo que llamamos "realidad", pero la mente nunca ha concluido lo que
realmente es. Cada uno de nosotros crea su propio universo basado en la interpretación personal
del flujo cambiante de energías y apariencias, tal y como son percibidas en nuestros fragmentos
de tiempo y espacio separados y aislados.
La totalidad del sistema de creencias del ego se basa en este punto de vista del estado de
conciencia lúcida de ver el universo. Si las cosas existen independientemente, quiere decir que
el "yo" del ego también es independiente y real. Pero si el "yo" también es simplemente un
nombre, entonces no tiene realidad inherente.
Cuando se escriben de nuevo los viejos programas que sostienen el estado lúcido de
conciencia, se libera energía que se encuentra atrapada en forma de tensión dentro del cuerpo.
Cuando esto sucede, se limpia el espejo de la mente: la luz clara del Ascendente, la naturaleza
verdadera de la mente, brilla espontáneamente. La vida empieza a transformase a una velocidad
más y más rápida. Lo que contribuye a este desarrollo es dejarse ir y fluir con las fuerzas de la
evolución; lo que retrae es intentar aferrarse al pasado. Asirse a los viejos hábitos de
comportamiento y creencia causa sufrimiento en la vida que desarrollamos; soltarse y dejarse
caer dentro de una nueva realidad que florece desde adentro crea regocijo. Ésta es una opción
sencilla, una que es mucho más fácil de lo que ordinariamente se cree. Cuando uno empieza a
evolucionar rápidamente, puede haber tendencias de la matriz de comportamiento antiguo del
medio ambiente, de relaciones pasadas, de viejas creencias y hábitos internos, que resisten el
cambio. A menudo utilizamos la culpa para asegurar que el cambio no ocurra. "¿Cómo me
puedes hacer esto?" es la queja de las partes amargas del pasado. "¿Cómo puedes ser tan cruel,
tan despiadado?" Se necesita una gran dedicación y compromiso para mantenernos firmes en
nuestra nueva dirección cuando el pasado nos reta de esta manera.
"Sí yo hablara la lengua de los hombres y de los ángeles, pero me faltara el amor, no sería más
que el ruido de un gong o un timbal. Y si tuviera el don de profecías, y comprendiera todos los
misterios y supiera todo, y si tuviera una fe inmensa capaz de mover montañas, pero me faltara
el amor, nada soy. Y si diera todas mis posesiones para dar de comer al hambriento y aun si
ofreciera mi cuerpo para ser quemado en la hoguera, pero no tengo amor, no gano nada.
El amor no tiene fin; en cambio, la profecía pasará; como las lenguas cesarán, el conocimiento
pasará. Pues nuestro conocimiento es imperfecto y nuestra profecía es imperfecta; pero cuando
la perfección llegue, lo imperfecto se desvanecerá.
Cuando era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; cuando llegué

24
a ser hombre, dejé de ser un niño. Ahora vemos oscuramente a través de un vidrio, pero después
veremos cara a cara. Ahora sé sólo en parte, después entenderé completamente, así como
también seré entendido completamente.
Sólo estos tres permanecen: fe, esperanza y amor; pero el más grande de los tres es el amor."

(I Corintios, 13)

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Capítulo 5

Escape de la oscuridad
Todo lo que está aquí está en todo lugar.
Lo que no está aquí no está en ningún lugar.

Este mundo está sujeto a diversas incertidumbres. Asegurar el cuerpo humano es difícil o
imposible. Si no se le da de comer con regularidad, muere de hambre. Si no se protege de los
elementos, puede enfermar o morir. Está sujeto a accidentes: fácilmente puede ser aplastado,
desmembrado, quemado. Es casi imposible vivir más allá de la marca del siglo. La seguridad
financiera es una quimera, inestable en el mejor de los casos. En cualquier instante, el
significado y la estructura de nuestras vidas pueden ser sacudidos hasta la médula por la muerte
o la enfermedad de un ser amado. Esta vida es fundamentalmente incierta. Aun los armamentos
de defensa más caros pueden ser superados, derribados, destruidos.
Dados estos hechos obvios, ¿qué otra opción existe más que una impotente frustración o
desesperación? Levantamos el puño con ira hacia un Dios cruel y enjuiciador que creó este
mundo horrible y doloroso. En la mayoría de los casos, el regocijo es transitorio: un beso
robado, y después la oscuridad y el aislamiento de la soledad perenne o la torpeza ciega de la
ofuscación sin sentido. ¿Cuántos de nosotros hemos optado por eclipsar nuestras percepciones
sutiles para evitar ver la triste realidad de la Tierra? ¿Cuántos de nosotros adormecemos
nuestros ultrajados sentidos con películas, televisión, videos, trabajo, drogas, alcohol o una serie
interminable de calmantes para tranquilizar nuestras susceptibilidades dolorosas y afrentadas?
¿Cuántos de nosotros hemos tenido el valor de preguntar por qué? Y para el infrecuente
buscador de sabiduría suprema, el resultado más frecuente ha sido el descubrimiento de que la
vida carece de sentido. ¿Es un drama irrelevante creado por un Dios loco? ¿O es quizás el
resultado casual de procesos bioquímicos, inevitables en algún lugar, en algún momento, en un
universo casi Infinito? ¿Cuántas veces el buscador se desespera de sus propios descubrimientos
y adopta el sistema de creencias de otros, sean éstos religiosos, filosóficos o científicos? ¿Existe
alguien que haya tenido éxito en conocer al verdadero Ser, al controlador interno, a la mente
divina?
Nuestros sentidos nos mienten. Nuestro sistema de pensamientos, estructurado por experiencia
sensorial, lógica o creencias, es necesariamente erróneo si tomamos como premisa cualquier
cosa que percibimos como la verdad absoluta. La vida no es el resultado del consenso de
opinión, no depende de nuestra experiencia sensorial, de nuestro pensamiento racional o de
nuestras creencias.
Nuestros sentidos nos mienten. Cada día vemos al Sol naciendo en el Oriente y poniéndose en
el Occidente. Este hecho fue incontrovertible durante innumerables milenios para la vasta
mayoría de la humanidad. El Sol giraba alrededor de la Tierra plana. Todo el mundo sabía eso.
Pero la percepción era falsa; los sistemas lógicos y científicos basados en estas observaciones
eran erróneos; los sistemas religiosos y filosóficos basados en esta experiencia común diaria
eran erróneos.
Nuestros sentidos nos mienten. Durante siglos, la naturaleza indivisible de la materia fue
aceptada como el evangelio. ¿Pero qué gente racional hoy día puede dudar de que la materia es
sólo energía congelada? ¡La mayoría de lo que consideramos como sólido es 99,9999 % espacio
vacío! Toma un átomo y expándelo al tamaño de un estadio muy grande y ¿dónde está la

26
materia? Una masa pequeña del tamaño de un punto en el centro es el núcleo, que contiene los
protones y neutrones; los electrones son unos fantasmas infinitesimales que vuelan alrededor en
las afueras del estadio; todo lo demás es espacio vacío. ¿Dónde está la sustancia sólida?
Nuestros sentidos nos mienten. Lo que hemos llegado a creer, basados en nuestras experiencias,
no es necesariamente verdad. Nuestro conocimiento del mundo está cambiando a una velocidad
con un ritmo que se incrementa. Lo que ayer fue un hecho determinado, hoy puede causar duda
y mañana puede ser refutado. La suma total del conocimiento humano se dobla cada dos años.
¿Quién está al corriente de estos descubrimientos? ¿Quién, de verdad, podría estar al corriente
de todos estos descubrimientos?
Es muy común hoy en día observar nuestros logros científicos con orgullo. Por lo tanto, algunos
de nosotros sentimos desdén por los lamentablemente ignorantes sistemas filosóficos y
religiosos de generaciones previas. Ésta es la naturaleza humana. Pero sólo es otro nivel de
ignorancia.

Un experimento para la vida


Si deseas, aquí hay un experimento que puedes probar. Sólo le tomará un poco de tu tiempo y
te puede producir un gran bien. Por un breve momento, imagina que todo lo que ahora crees
acerca de la condición humana y del mundo que te rodea es erróneo. Imagina que cada
conclusión que has tomado es falsa, que sólo has estado y estás soñando. Imagina que nadie a
quien hayas conocido ha muerto, que todo ha sido un drama mágico creado justamente por ti
mismo. Imagina que nadie siquiera ha estado nunca enfermo, que nadie ha sufrido de ningún
modo. Imagina que todos los recuerdos que hayas tenido de tu propio dolor son falsos, que
nunca has podido y nunca podrás sufrir en ninguna forma, que simplemente has estado
durmiendo y soñando fantasías extrañas.
¿Un pensamiento peculiar? ¿Extremadamente notable? ¿Todavía te aferras a que muchos que
has conocido han sufrido terriblemente y han muerto? Tú mismo puedes tener ciertas enfer-
medades crónicas o varios hábitos autodestructivos; tú mismo has experimentado pérdidas,
desilusiones, perjuicios; éstos son hechos irrefutables de tu propia vida. ¿Entonces cómo puedo
pedirte que imagines un mundo tan perfecto? ¿Un mundo sin dolor, sufrimiento o pérdida de
cualquier tipo? Quizás tal lugar fue posible en el pasado lejano o lo será en algún futuro oscuro,
pero ciertamente no aquí y en este momento. O quizás en un sistema estelar distante, una raza
muy afortunada haya desarrollado tal estado de perfección mediante un intenso desarrollo
científico o espiritual. Quizás la tecnología algún día pueda eliminar todo el sufrimiento
humano. O quizás nunca sucederá sobre la Tierra, quizás tal situación está reservada solamente
para los santos en el Cielo que, después de la muerte, han sido juzgados como meritorios de la
vida eterna. Quizás entonces el poder sanador omnipotente de las manos divinas de una manera
amorosa limpie nuestras lágrimas, y renazcamos en la perfección y deslumbrante resplandor de
nuestra propia belleza Ascendente liberada.
Pero seguramente no aquí. Seguramente no ahora. Es imposible, ilógico, y refutado por cada
fragmento de evidencia que nuestros sistemas de creencias y memorias y percepciones proveen.
Pero de nuevo lo digo: ¿y si lo es? ¿Qué tal si todo el sufrimiento que tú y otros hayan
experimentado es una mentira ingenua, una ilusión creada por una creencia en la separación de
tu propio Ser perfeccionado? ¿Qué le pasa al dolor del sueño cuando te despiertas? Si ha sido un
sueño particularmente doloroso, quizás te estremezcas con alivio de que, después de todo, sólo
fue una serie de alucinaciones. Y entonces, agradecido de estar libre del terror, tu corazón
alborotado se calma mientras continúa alegremente con su vida diaria.
Tengamos coraje por un momento más y llevemos este experimento un poco más allá. Piensa
en un dolor pasado. Puede ser tan grande como quieras. Una quemadura severa. Un brazo o una
pierna rota. Alguna enfermedad que te haya afligido. La muerte de un ser querido. Cualquier
cosa. Escoge algo que te duela. Algo que sea profundo y doloroso. La traición de él/ella a quien
amabas/confiabas más que a nadie en el mundo. El Holocausto. Vietnam.
Piensa en este dolor viejonuevo y siéntelo ahora. ¿Qué es ese dolor? ¿Qué es exactamente?
¿Cómo lo sientes? ¿Qué es el dolor? ¿Cómo te lo puedes describir?

27
Si te pincharas a ti mismo con un alfiler en este momento, ¿qué sentirías? Tus sentidos
mandarían un mensaje al cerebro a través del maravilloso mecanismo químico y eléctrico de tu
sistema nervioso; interpretarías estos mensajes para decir "¡Ay!". Y todo el mundo sabe
exactamente cómo se siente eso; todos hemos tenido tales experiencias, todos hemos compar-
tido tales percepciones. ¿Pero qué es el dolor? ¿Qué es exactamente? Si quieres liberarte del
sufrimiento para siempre, esto justifica una investigación.
Hay otra manera de observar el mundo que no se basa ni en la búsqueda intelectual ni en
creencias sino en la experiencia directa. Si estabas feliz antes de pincharte con el alfiler como si
hubieras acabado de recibir un ascenso deseado por mucho tiempo o hubieras acabado de
conseguir un novio o novia ideal, o hubieras recibido un "20" en una clase difícil, aún sentirías
el alfiler, pero el dolor parecería mucho menos importante. Pero si, de otra manera, hubieras
sido despedido, hubieras terminado con tu prometida, hubieras sido suspendido en álgebra, la
pinchadura del alfiler se sentiría peor. En respuesta al pinchazo, podrías pensar por qué Dios
creó un mundo tan miserable. Quizás insultes tu destino. Quizás patees a tu perro o tires tu cena
en la mesa o simplemente grites tu ira y frustración a este mundo indiferente.
Supón que estás corriendo una carrera, digamos una carrera de diez kilómetros, para la que has
entrenado, por mucho tiempo. Y cuando estás a punto de ganar, otro competidor viene por
detrás y te empuja; y se caen juntos y los dos pierden. ¿Cómo te sentirías? Si eres como la
mayoría de nosotros, probablemente te sentirías extremadamente furioso.
Pero supón que él no te empujó intencionalmente, sino que en ese momento el otro
competidor sufrió un severo infarto de miocardio, un ataque masivo al corazón. ¿Qué le pasa a
tu enojo ahora? ¿No se reemplaza por simpatía o tristeza hacia el pobre tipo desafortunado? El
mismo hecho ahora ha sido interpretado de un modo totalmente diferente, con efectos muy
distintos en tu estado de ánimo y en tus sentimientos.
Ahora supón que oíste que tuvo un ataque al corazón porque había tomado drogas ilegales
para poder ganar la carrera. Una vez más, tus sentimientos se transformarían, en un espiral de
furia, con un brochazo fuerte de juicio y condenación echándole sal al sentimiento. "¡Él merecía
la muerte!", piensas, feliz por su muerte. O quizás sientas algo de simpatía por él, pensando que
es triste que él haya querido ganar a como diera lugar. Y te ofreces esto a ti mismo como prueba
de que ese comportamiento moral es recompensado.
Pero al día siguiente descubres que él era de origen extranjero y su esposa, padres e hijos
estaban encarcelados por el dictador de su país; y además este dictador le había dicho que si
ganaba la carrera su familia sería puesta en libertad, pero que si la perdía ellos serían ejecutados
lenta y dolorosamente. ¿Ahora qué les pasa a tus sentimientos? ¿Adónde se va la furia? Quizás
se transfiere hacia el dictador o hacia la política o hacia Dios por hacer un mundo cruel, sin
sentido. ¿Pero qué le pasa a tu ira hacia el pobre atleta muerto? ¿Quién lo puede condenar
ahora?
Nuestra interpretación de la realidad es todo. Tenemos muchas buenas razones para todos
nuestros sentimientos, pero el hecho es que nuestros estados de ánimo cambian como las
estaciones: en un momento sentimos amor y gozo y, en el siguiente, sólo sentimos odio, dolor y
temor. Y, en cada caso, nos sentimos completamente justificados con nuestros sentimientos,
basados en nuestra interpretación de la realidad.
El principio que aplicamos es que el mundo es como lo percibimos. Hay diferencias
fundamentales en los grados de conciencia de persona a persona y aun de momento a momento
dentro de cada uno de nosotros. Unos días nos sentimos mejor que otros, algunos días nos
sentimos menos presionados, otros días somos más creativos, más felices, estamos más en paz
con nosotros mismos y con nuestro universo.
Existen innumerables grados de conciencia disponibles para cada ser humano. Hay un estado
de conciencia donde todo está quieto y oscuro, y la mente consciente no piensa en nada. Esto es
lo que llamamos dormir. Hay otro estado de conciencia donde estamos limitados sólo por
nuestras imaginaciones; absolutamente cualquier cosa que podamos concebir ocurre. Esto es lo
que llamamos soñar. Y hay un estado al que le llamamos despierto, estructurado por ciertas
leyes físicas definidas, en el que la vida es bastante predecible. Éste es un estado donde, si
pones tu mano en el fuego, te quemarás; si te tiras sin protección desde un edificio de cincuenta
pisos, seguro morirás. El dolor, el sufrimiento y la muerte ineludible son los sirvientes eternos

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de la vida en el estado despierto de la conciencia.
Pero el estado lúcido de conciencia está sujeto a variación. Cualquier cosa que cambia no es
permanente, no es eterna. Por lo menos podemos concebir nuestras vidas con un poco menos de
dolor y sufrimiento, aun si la muerte es el resultado final. ¿Cuál podría ser el límite de tales
variaciones? ¿Cuál es el potencial de la vida humana? ¿Hay un límite? La mayoría estaría de
acuerdo en que han existido "grandes almas" en este planeta, individuos que están tan
adelantados de las normas, que los reverenciamos como seres iluminados, santos, genios, o aun
Dios encarnado. ¿Es que sólo hay algunos que han sido dotados con esta capacidad de
pensamiento más profundo, percepción, entendimiento y amor? ¿O es que todos tenemos este
potencial, y simplemente no se desarrolla en la persona común y corriente?
Hay muchas tradiciones antiguas en el mundo que mantienen el hecho de que cualquiera puede
elevarse a la conciencia humana completa, que cualquiera puede vivir en el estado más elevado
de desarrollo humano. En vez de ser un privilegio exclusivo para los escogidos, bendecidos por
nacimiento o circunstancias, estas tradiciones afirman que es el derecho natural de todos.
Si esto es cierto, no debe ser difícil moverse hacia un nivel más expansivo de conciencia.
Tampoco debe ser ni complicado ni un asunto de fe. No se debe requerir ni un gran intelecto ni
una creencia inamovible. No se debe requerir de nada que no poseamos todos los seres humanos
en todas partes. El único requisito es la curiosidad y la disponibilidad de darle una oportunidad a
este desarrollo.

Abriendo la puerta
Las compensaciones del desarrollo de la conciencia son ilimitadas; cada sector de la vida es
afectado beneficiosamente por el desarrollo de la conciencia humana plena. No hay problema
físico, emocional, mental o espiritual que no se pueda reducir y resolver finalmente, en la
proporción en que el individuo se mueva más y más hacia la conciencia completa.
El porqué de esto puede no ser claro inmediatamente. Los problemas de la vida son múltiples
y extremos. ¿Cómo puede ser que una sola cosa afecte todos los aspectos de la vida?
Considera nuestra estrella diurna. El Sol, un fuego en fusión termonuclear a unos 96 millones
de millas de la Tierra, da luz a todas las criaturas de la Tierra durante el día, persiguiendo a la
oscuridad en cada rincón de nuestras vidas.
De la misma manera, hay una luz dentro de nuestras mentes, una luz que en general llamamos
nuestra conciencia, nuestro espíritu, nuestro Ser, nuestra alma. Esta conciencia interna es la raíz
del árbol de nuestra vida, la base de todo lo que pensamos, todo lo que sentimos, todo lo que
hacemos. Llamar a esta luz interna la raíz del árbol de nuestras vidas es evocador del pasaje
metafórico de la Biblia acerca del Jardín del Edén, el árbol de la vida y el árbol del
conocimiento del bien y el mal.
Este pasaje ha sido, como han sido muchas de las sagradas escrituras del mundo, interpretado
desde la conciencia del estado despierto, con resultados algo desafortunados. El árbol, en cada
caso, como el árbol de la vida o como el árbol del conocimiento del bien y del mal, es el sistema
nervioso humano. Cuando éste es usado apropiadamente, funciona como el Árbol de la Vida,
trayendo salud y vida y todas las cosas buenas al ser humano. Cuando el ego humano (la
serpiente) es llevado a la experiencia de la dualidad, la naturaleza emocional (el principio de
Eva) come la manzana de la dualidad, y la mente racional (el principio de Adán) lo sigue; el
individuo percibe dualidad, siente frío y calor, cree en el bien y en el mal. En este estado, el
sistema nervioso pierde su percepción inocente de inmortalidad y llega a ser el Árbol del
Conocimiento del Bien y del Mal. En este estado de juicio, la vida dual necesariamente termina
en la muerte. Una casa dividida contra sí misma no puede durar mucho. Se pudrirá, se des-
compondrá, se caerá. Si vivimos por la espada de doble filo del juicio, seguramente que
moriremos por ella.
No es difícil restablecer el funcionamiento apropiado del sistema nervioso; sólo es necesario
sacar de la boca la manzana envenenada de dualidad. Para hacer esto, el requisito es dejar de
escuchar a la serpiente, los deseos del ego que nos llevan en la dirección de la dualidad. Hay dos

29
voces dentro de cada ser humano: la primera habla por el ego y nos lleva al juicio, al miedo, a la
defensa y a la continuidad de la ignorancia; la segunda habla por el Ascendente y lleva a la
percepción clara, a amar, a la invencibilidad, a la realización personal.
Si la luz interna de la conciencia se hace más fuerte en nosotros, todos los lugares oscuros, los
problemas de toda clase, naturalmente empezarán a desvanecerse, como por magia. No toma
gran gasto de energía, ni esfuerzo profundo, ni un complicado funcionamiento, para poder
resolver el problema de la vida individual. Simplemente no se le encuentra más. Hablando
alegóricamente, podemos decir que el Reino de los Cielos está a la mano. Esta aquí, es ahora.
No se necesita el paso del tiempo para realizar esto. No es necesario pasar años orando y
meditando, no es necesario purificar el cuerpo o la mente para despertar a esta verdad. ¡Cada
uno de nosotros ya es consciente! Ya se nos ha dado todo lo que necesitamos para ser perfectos,
así como nuestro Padre en el Cielo es perfecto. ¿Dónde está el Cielo? Está aquí, por aquí cerca,
y directamente al alcance, en nuestro corazón. ¿Quién es nuestro Padre en el Cielo? Él está aquí,
a la mano, en nuestro corazón: Él es nuestro más expansivo o desarrollado nivel de conciencia,
nuestro propio ser eterno en perfección. Dios, siendo todo amor, crea sólo en su propia imagen y
semejanza. Nosotros fuimos creados por Dios; por lo tanto, debemos ser sólo amor total.
¿Qué le pasa a la oscuridad de la noche cuando sale el sol? ¿Adónde se va? ¿Qué les pasa a
nuestros sueños cuando despertamos? ¿Adónde se van? En un sentido, ellos son destruidos; en
un sentido, la oscuridad es conquistada con el Ascender de la luz, pero ésta es una perspectiva
algo rara. ¿Por qué nos enfocamos en el destino de las sombras y las ilusiones, cuando en vez de
eso podemos regocijarnos en la gloria del sol naciente? Celebremos nuestra iluminación en vez
de lamentar la pérdida de nuestra ignorancia.
Así como el sol de la conciencia se eleva en la mente, cada sombra de la vida naturalmente se
retira sin tener que preocuparnos por ello. Nada puede detener esto, nos llega a todos; nada
puede detenerlo más que intentar aferrarnos a nuestras creencias rígidas y anticuadas. El día ya
viene; esto es inevitable, tan seguro como es la vida; la noche termina. Es un proceso
perfectamente natural e inevitable. Una vez que empieza, el proceso continúa hasta que se
completa.
¿Quién puede impedirle al Sol que salga? Hay una cierta inevitabilidad afortunada en los
procesos naturales. Una vez que la luz de la Infinita Conciencia Humana empieza a asomarse, es
difícil postergar el proceso. De hecho, el sistema nervioso funciona más fácilmente en el estado
de conciencia plena (como el Árbol de la Vida); retrospectivamente, es de notar que el estado
lúcido, con todos sus juicios y creencias innumerables (el Árbol del Bien y del Mal), es muy
tenaz en aferrarse a la mente. ¿Cómo pueden detener a la conciencia infinita las limitaciones
finitas del pensamiento y del sentimiento? Es raro, peculiar, extraño, y requiere gran cantidad de
energía cada día para que esto continúe. Malgastar tanta energía todos los días es agotador,
como se mencionó antes; por esto necesitamos dormir por la noche; por esto los cuerpos se
enferman, envejecen y mueren. Se dedica tanta energía humana a evadir la percepción directa de
la realidad.
¿Por qué hacemos esto? ¡Principalmente porque tememos la otra alternativa en un nivel
profundo de la mente! ¡Nos aterroriza saber quiénes somos! El ego nos ha convencido
absolutamente de que saber quiénes somos realmente significa la pérdida de nuestra
individualidad. Pensamos que liberarnos significa que seremos absorbidos en una unidad que
nos robará nuestro ser. ¡Esto no es así! ¡Lo que ganamos es nuestro Ser Cósmico Universal!
Pero, para el ego, esto es miedo, esto es la muerte, esto es la condenación eterna.
¿Quién quiere ir a un cielo donde la cosa más emocionante es tocar el mismo tipo de arpa,
donde todo el mundo luce igual y todo es lo mismo? No conozco a muchos. Pero esto es lo que
el ego quiere que creamos que es la iluminación.

30
El origen de la oscuridad
¿Por qué evitamos el desarrollo interior hacia el autoconocimiento como si fuera una plaga?
La primera respuesta es el hábito: son nuestras creencias y juicios acerca de la naturaleza de la
vida los que nos detienen. Esto es verdad hasta cierto punto. ¿Pero por qué nuestros hábitos se
aferran tan terriblemente a la mente? Si el poder del Ascendente es verdaderamente
Omnipotente, ¿cómo puede algo retar a esta Fuerza Absoluta?
Lógicamente, nada la reta. No puede haber energía oscura que pueda retar a la Fuerza Infinita,
ni siquiera por un milisegundo de un milisegundo. Y si pudiera existir una durante ese tiempo,
aun eso sería nada más que un reto ilusorio.
Si damos la espalda al sol, formaremos una sombra. Si nunca enfrentamos la luz, quizás
empezaremos a creer, basados en nuestra experiencia personal, que las sombras son verdaderas.
¿Pero qué importancia tienen las sombras si de repente nos damos la vuelta y nos ponemos de
cara al sol? Al principio, nuestros ojos estarían encandilados después de tanto tiempo que hemos
luchado por discernir las diferencias en la oscuridad. Pero mientras los ojos se van adaptando a
su función natural, empieza a ser cada vez más difícil, aun imposible, ver las sombras
moviéndose furtivamente en la oscuridad, pues ya no habrá más oscuridad.
La luz de la conciencia infinita reside dentro de cada uno de nosotros. Esto es así, de otro modo
no seria infinita. Todos nosotros somos chispas de la llama divina; todos somos creaciones del
Ascendente, compartiendo las características del Ascendente, luz infinita, gozo sin límites, paz
perfecta, amor inmortal y vida inmortal. Lo único que nos mantiene perdidos en la oscuridad es
nuestra decisión continua, momento a momento, de permanecer de espaldas a la luz.
Ésta es una mejor respuesta que la del hábito. Es nuestra elección enfrentarnos a la oscuridad de
la dualidad o a la luz de la unidad. El ser humano viene equipado con libre albedrío como parte
de su derecho de nacimiento. Estamos creados en todo sentido a la imagen del Ascendente. En
cualquier momento podemos reclamar nuestra herencia.
Esto puede parecer sorprendente, pues la opción inicial de separarnos de la luz fue hecha hace
tanto tiempo, que a la mayoría de nosotros sólo nos queda una breve y tenue recolección de
nuestro previo estado de ser, saturado de luz.
Retrospectivamente, es fácil ver por qué se requiere una vasta energía para mantener esa
anticuada decisión. La luz infinita de la conciencia penetra cada partícula de espacio y de
tiempo, cada átomo en el universo, cada célula en nuestros cuerpos. Es difícil de mantener el
infinito a distancia. Se requiere continuamente tremendos gastos de energía; esto cansa
excesivamente a la mente típica, acelera el decaimiento y la destrucción eventual del cuerpo,
causa como consecuencia una gama impresionante de problemas físicos, emocionales y
mentales. "Impresionante" por el tamaño enorme de la lista, no por la magnitud de los
problemas.
Como cada problema sobre la Tierra se deriva del hecho de que cada uno de nosotros toma
decisiones continuas, momento a momento, para darle la espalda a la luz; entonces todos los
problemas deben ser idénticos. No hay problema más grande o más pequeño que otro, y todos
se pueden curar con la misma facilidad.
Esto parece que confrontara el sentido común. ¿Cómo puede un cáncer fatal o la muerte misma
ser igualada con un catarro o con el hecho de que nuestro marido trajo a su jefe a cenar a la casa
sin previo aviso? Si verdaderamente no hubiera diferencia en los problemas, el rango entero de
la desesperación y frustración humana debiera parecerle idéntico al ser iluminado.
De hecho esto es verdad. Cristo pudo sanar al enfermo y resucitar al muerto porque sabía
ciertamente que todos los problemas son ilusiones nacidas exactamente de la misma manera,
por alejarse de la luz infinita del Ascendente. Se dio cuenta de que podía deshacerse de estas
percepciones erróneas al saber que todos los problemas son causados del mismo modo, por
creer en la dualidad.
Dicho de otra manera, el verdadero Sanador percibe la enfermedad y la muerte ni más ni

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menos que como ilusiones simples en la mente del que sufre. Si el Sanador está libre de
ilusiones, puede ayudar a aquellos que se encuentran atrapados en su decisión anticuada y
continua. Al presentar la verdad al enfermo, el Sanador cura. El Sanador sólo ve la verdad: El
que sufre está sano, una representación perfecta del Ascendente en la Tierra. Si el enfermo opta
por compartir esta percepción, cambiar la mente y regresar a la luz interior, la cura es
instantánea. Solamente la creencia en la dualidad conlleva al error. Y lo mejor de toda creencia
es que puede ser cambiada, si nos basamos en una experiencia nueva.
No digo que encaremos a alguien que esté enfermo y digamos con juicio "Tu enfermedad es
una ilusión, ¡levántate y sé sano!". No recomiendo que actuemos de una manera tan ridicula con
nosotros mismos. No es adoptar un nuevo sistema de creencias lo que causa que nuestras viejas
creencias se deshagan. Es aprendiendo a experimentar una realidad diferente como nuestras
creencias cambian. Sólo un nuevo árbol dará nueva fruta. Si el árbol viejo produce manzanas
envenenadas de desesperación, enfermedad y muerte, se requiere un árbol nuevo para producir
una cosecha nueva de regocijo, salud y vida.
Ésta es la razón por la cual este libro es algo corto de acuerdo con lo normal en el mundo
moderno. Hablar acerca de la luz infinita no es lo mismo que experimentarla. Pensar acerca del
chocolate no nos da el sabor a chocolate. Tomar este libro, leerlo y decir "María Santísima, esto
suena interesante", y luego devolverlo al anaquel sin intentar descubrir la verdad de lo que está
escrito aquí es una manifestación de otra ramificación de la locura que aflige a la mayoría de la
gente en el mundo hoy en día.
Éste no es un libro acerca de la realidad. Ésta es una invitación abierta para experimentar la
realidad. Quizás a estas alturas la diferencia pueda empezar a ser obvia.
Hay tanto que causa desilusión en el mundo moderno. Hay tantas promesas que se han hecho
sólo para ser rotas. Algunas personas han llegado a estar tan desilusionadas, que cuando se
cruzan con un camino verdadero que las lleva hacia la iluminación, se han vuelto tan cínicas y
están tan cansadas, que ni siquiera pueden seguir unas instrucciones simples y terminan por
divagar después de uno o dos días. Cuando enseñamos la Ascensión, nos hemos topado
ocasionalmente con estas almas tristes. Después de una hora o dos, o quizás un día o una
semana de intentos débiles por cambiar los hábitos inútiles de sus creencias de toda su vida, se
echan a correr con terror de la Ascensión. ¿Con terror a qué? A la transformación que es el
resultado de darle la cara a la luz. El hecho de que ellas raramente o nunca se den cuenta de por
qué huyen es un ejemplo más de cómo el ego ilusorio mantiene encadenada a la vida en las
fronteras más absurdas y limitadas de la experiencia.
¿Cómo es posible que haya alguna distancia por recorrer? Es un cambio infinitesimalmente
pequeño de regreso a la conciencia interior, un cambio extremadamente simple y directo de una
decisión anticuada. "El Reino de los Cielos está a la mano" es una frase absolutamente correcta.
No quiere decir que el Reino de los Cielos llegará algún día en el futuro después de que hayas
hecho tal y tal cosa por tal cantidad de tiempo. No. El cielo está aquí y es ahora. "Mi nombre es
YO SOY." No es "Yo seré", o "Yo era". El presente instante es exactamente eso, ¡presente,
aquí, ahora! Como tal, no se necesita técnica, ni maestros, ni gran fe perdurable, ni años de
estudio doloroso. El regreso a casa, su perfecta luz interior, no necesita de tiempo, ni años de
práctica, ni vidas de progreso gradual con una dedicación firme.
Hay un antiguo relato que ilustra este punto bastante bien.
Una vez Dios vino caminando por el mundo para ver cómo les iba a sus hijos. Se encontró con
un asceta anciano que había pasado toda su vida de adulto en severa mortificación corporal y
disciplinas mentales forzadas.
El asceta había ganado un cierto grado de claridad de sus sentidos a través de su práctica
prolongada y se dio cuenta de que el hombre que caminaba despreocupadamente por su cueva
estaba totalmente estable en la conciencia del Ser Divino interno. Dolorosamente desatando su
cuerpo de su postura rígida, el asceta se inclinó ante Dios y le dijo: "¡Tú, Ser con Gran Alma!
Percibo que eres un maestro iluminado. Ruego que me digas, honorable señor, ¿cuánto tiempo
falta para que yo realice mi Divina Naturaleza interna?"
Dios sonrió calurosamente y riendo le dijo: "¡Haces bien, hijo mío! A tu presente ritmo de
progreso, realizarás tu Ser Divino interno en sólo una vida más de esfuerzo similar."
El asceta, aterrorizado, sorprendido, lloró y dijo: "¿Otra vida más de este horror? ¡Cómo

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sobreviviré a este aburrimiento, a esta agonía, a este dolor por un día más, mucho menos por
otra vida más! ¡Qué terrible! ¡Esto es una maldición! ¡Lárgate de este lugar, impostor, nunca
podría creerle a alguien como tú!"
Dios le sonrió amorosamente y siguió su camino. Pronto se encontró con un idiota que jugaba
en el río, riendo y cantando. La actividad principal de este hombre durante el día era gritar a
todo pecho: "¡Dios! ¡Cómo amo a Dios! ¡Dios! ¡Amo a Dios! ¡Dios!" Este tonto nunca les dio la
menor importancia a sus necesidades físicas, no le importaba si comía, vestía o tenía casa. No le
importaba si estaba limpio o sucio, si le daba calor o frío, si estaba mojado o seco. Tal vez en
nuestra era moderna hubiera sido encerrado en una celda acolchonada, pero en esos días la
gente lo veía como inofensivo y, por lo tanto, lo toleraban y ocasionalmente le daban un pedazo
de pan, o frutas y vegetales medio podridos para que comiera.
Este idiota fue atraído por el fulgor del desconocido, salió del agua, se inclinó ante él y le dijo:
"¡Qué maravilloso! Dios te ha mandado a ti, con una gran alma. He estado disfrutando tanto
últimamente que por poco me olvidaba de que tenía una meta. Empecé mi búsqueda para
realizar la iluminación hace mucho pero últimamente me distraje por este gozo constante que
brota en mi interior. El verte ahora me hizo recordar de mi jornada y me pregunto si me
pudieras decir ¿cuánto tiempo más necesito para realizar mi Divina Naturaleza interna?"
Dios sonrió calurosamente y le respondió sonriendo: "¡Haces bien, hijo mío! Al ritmo
presente de progreso, podrás realizar tu estado interno del Ser Divino con sólo setenta vidas más
de esfuerzo similar."
"¡Setenta vidas de esfuerzo similar! gritó el idiota en perfecta alegría. ¡Qué maravilloso! ¡Qué
beneficio tan increíble, hoy me has bendecido, Gran Señor!" El idiota estaba tan lleno de gozo
con la expectativa de otras setenta vidas de éxtasis similar, que la última duda se disipó de su
mente; su última pregunta se desvaneció en el gozo que era su vida; su ignorancia se aplastó
irrevocablemente; e instantáneamente consiguió el nivel más alto de iluminación.

No me digas en números tristes


"¡La vida es sólo un sueño vacío!",
porque el alma que duerme está muerta,
y las cosas no son lo que parecen ser.
¡La Vida es real! ¡La vida es seria!
Y la tumba no es tu meta.
"Eres polvo y en polvo te convertirás"
no se dijo del alma.
En el amplio campo de batalla del mundo,
en el paso de la Vida,
¡no seas como ganado tonto y forzado!
¡Sé un héroe en el conflicto!
Todas las vidas de los grandes hombres nos recuerdan
que podemos hacer nuestras vidas sublimes
y, partiendo, dejamos detrás de nosotros
huellas sobre la arena del tiempo.
Longfellow

33
Capítulo 6

El amor
Mi nombre es "Yo Soy".

Nosotros en la Tierra pensamos comúnmente que hay tres clases de tiempo: pasado, presente y
futuro. Con frecuencia guiamos nuestras acciones basados en gran parte en el arrepentimiento
de nuestras acciones pasadas y oportunidades perdidas o llenos de preocupación por nuestro
bienestar en el futuro. El problema de vivir para el futuro es que el futuro nunca llega. Sólo
existe como un concepto inventado. Solamente hay AHORA; ahora se extiende a todo lugar y a
todo tiempo. El pasado tampoco existe: hubo antes de este momento una sucesión interrumpida
de momentos de ahora; en el futuro habrá una sucesión interrumpida de momentos de ahora.
Ahora, el presente es el único tiempo que existe, el único tiempo que siempre ha existido y el
único tiempo que siempre existirá.
Por esto es tan absurdamente fácil alcanzar la iluminación; la luz infinita ya está aquí, ahora,
al alcance de cada uno de nosotros. No se requiere otra cosa que cesar el deseo de vivir en el
pasado o en el futuro. El sol siempre brilla; para ser libres sólo tenemos que dejar de
identificarnos con las nubes que lo bloquean.
El asceta infeliz no disfrutaba del presente; esperaba continuamente realizar su Ser en el
futuro. Por lo que la expectativa de un momento más de tal tortura era agonizante. El idiota
feliz, por otra parte, disfrutaba profundamente de cada instante, estaba lleno de gozo al pensar
en continuar su éxtasis del presente. La ráfaga adicional del gozo que ya se encontraba a través
de su sistema nervioso saturado de regocijo era más de lo que le quedaba al debilitado sistema
de creencias del ego para poder sobrevivir; las viejas limitaciones de su mente, ya altamente
descartadas, fueron destruidas. La luz del infinito del ahora brotó a través de él hacia arriba y
hacia fuera, transformando su vida permanentemente. Sus ojos se abrieron totalmente por
primera vez; reconoció que el mismo Dios se encontraba frente a él. El nuevo ser iluminado se
inclinó ante su Señor y gritó su gratitud y alegría al origen de todo lo que es.
Nosotros, como seres humanos, tenemos el hábito desafortunado de complicar nuestras vidas
innecesariamente. El amor es sumamente sencillo, absolutamente fundamental, no requiere de
ningún entrenamiento, se está transformando permanentemente, se incrementa más y más
mientras se regala, y es el mayor secreto del universo entero. Como la mayoría de los grandes
secretos, éste en particular se muestra abiertamente, como si no tuviera valor. Está a la
disposición de todos aquellos que deseen tenerlo; no es oferta limitada; se incrementa de edad a
edad y, sin embargo, siempre está infinitamente lleno.
¿Qué es lo que se interpone entre nosotros y la total experiencia y expresión del amor? De
hecho, absolutamente nada. El amor es la expresión más natural de la vida de cada uno, el
ingrediente fundamental de todo, la base más profunda de todo sentimiento de todo ser en el
tiempo creado. Es más sencillo para todos experimentar el amor que experimentar una emoción
oscura, cualquier sentimiento de odio o temor. ¿Entonces por qué este mundo aparentemente
está muriendo por falta de amor? ¿Qué abuso industrial, gubernamental, enfermedad, crimen o
negligencia no se podría curar con sólo una gota de visión comprensiva inspirada por el más
pequeño incremento de amor? ¡El mundo se está estrangulando por la ausencia de amor!
¿Dónde está la maravilla que abraza la vida, dónde se encuentra la poderosa alegría de esto?
¿Por qué está tan enfermo el mundo?
Hoy visité un jardín en Charlotte. Era pequeño, un poco más de tres acres, pero estaba lleno de
bellezas por todas partes. La pareja que lo creó compró la propiedad en 1927. En aquella época
no tenía árboles, era un maizal de tierra arcillosa en Carolina del Norte; ahora se considera el
"Wing Heaven" uno de los jardines más encantadores de la región. Es un jardín famoso no sólo

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por su belleza inherente sirio también por las multitudes de pájaros silvestres que viven y visitan
ese lugar. El amor manifiesto de los fundadores transformó este campo antes árido en una
pequeña rebanada de prodigio.
Esta pareja no era diferente dé cualquier otra; la única excepción es que tenían un
entendimiento profundo intuitivo de uno de los principios fundamentales del ser iluminado: si
quieres experimentar amor, da amor.
Esta Tierra no está sin amor. Al contrario, está saturada de amor que desborda por todas partes
todo el tiempo. Aquellos que se encuentran desesperadamente solitarios y hambrientos de amor
están viviendo en un infierno artificial de su propia creación. Están solitarios y hambrientos de
amor sólo porque exigen que todos los demás les prueben primero que los aman.
Una vez tuve un amigo, lo llamaré Mike Little, que era talentoso en muchas áreas: era un
guitarrista clásico con mucho talento, un bailador tremendo, un conversador genial, un astrólogo
talentoso. Pero Mike jamás podía mantener una relación con el sexo opuesto por más de unos
pocos días. Una vez le pregunté por qué él creía que esto era así. Pienso que su respuesta fue
bastante reveladora: "No hay nadie que pueda amar mejor que yo. ¡Yo sé esto! Pero estoy
esperando a la mujer perfecta antes de revelar mi amor."
"¿Cómo la vas a reconocer? pregunté fascinado. ¿Tiene alguna apariencia especial?"
"No, nada superficial como eso. La mujer perfecta me amará primero. Ella estará lista para
entregarse a mí completamente. Ella me abrirá su corazón completamente. ¡Qué diamante
escondido encontrará en mí! Yo sé cuán profundamente puedo amar. ¡Ella será tan afortunada!"
¿Cuántas veces pensamos de este modo? "Si tan sólo él dejara de fumar, beber, usar drogas, o
consiguiera un empleo regular, se portara mejor conmigo, amara más a mi madre, se portara
mejor con mis hijos, entonces le daría mi corazón completo." Es fácil de ver, cuando vemos este
ejemplo, que este tipo de pensamiento está de cabeza. Ama después, y esperarás siempre para
ser amado. Ama primero, y serás amado. Esto está absolutamente garantizado.
Hay otro tipo similar de pensamiento, muy cercano a éste. Este tipo requiere prueba de amor
para poder otorgar reciprocidad. Generalmente es así: "Jacki dijo que me amaba. Pero, si de
verdad me amara, ella haría..." y entonces llenamos los espacios con lo que queremos de Jacki o
creemos que Jacki debiera hacer para demostrarnos su amor. Tenemos el hábito profundamente
arraigado de definir el amor de otros para con nosotros de un modo específico que encaja
perfectamente con nuestro ideal romántico, lo cual es una creación de aquella parte de nuestras
mentes que gusta de habitar en fantasías y/o en el futuro.
Pero no hay normas absolutas de comportamiento. Ser amado no implica que el amor deba
conformar con normas rígidas particulares que podríamos desear. Al contrario, si el amor es
mutuo, la libertad de expresión se incrementa naturalmente.
Muchas personas en nuestra sociedad sienten que estar enamorado significa poner al
enamorado en una jaula (controlado, definido, restringido, atado). Esto pasa más a menudo
cuando el hombre, en la pareja, eclipsa y domina a la mujer. Pero a veces sucede lo contrario.
Puede haber muchas razones para desear y tratar de esclavizar a otro, pero generalmente este
comportamiento es el resultado de un sentimiento de inseguridad: "María encontraría a otro y
me dejaría si no la vigilara con mucho cuidado", "Juan me traicionaría si no lo mantuviera
amarrado". Y cosas así.
Un sentido de inseguridad puede tener muchas causas diferentes, basado en experiencias
previas: "Mi padre murió accidentado en la autopista cuando tenía dieciséis años", "Mi madre
me dejó con mi tía tres semanas cuando tenía cuatro años", "Mi esposa me dejó por otro
hombre". La lista es tan larga como las experiencias de vida de la especie humana. Pero cual-
quier sentimiento de inseguridad siempre se reduce a un sentimiento profundamente arraigado
de inmerecimiento.
Si no me siento digno de amor, estructuraré mi vida de un modo (inconscientemente) que
pruebe que no soy amado. Una y otra vez demostraré la verdad de mi propia imagen. Así podré
decir a otros y a mí mismo: "¿Ya ves?, no resultó porque él/ella no me amaba lo suficiente; no
es culpa mía. Soy inocente del todo. Él/ella me traicionó."
Asumir la responsabilidad de todas las cosas que no funcionan a nuestra satisfacción en
nuestras vidas puede ser una de las cosas más difíciles para asumir el control de nuestro propio
destino. También es una de las partes más importantes. Si condenamos a alguien por cualquier

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cosa, estamos proyectando nuestra propia culpa y falta de merecimiento sobre el mundo. Es
difícil o imposible ver algo en el exterior que no existe adentro. Los conejos viven en un mundo
de conejos, no en un mundo de pájaros. Los perros viven en un universo de perros, no en
nuestro universo humano.
Si un ángel toca a tu puerta y no crees en ángeles, ¿qué verías? Si crees que todo el mundo te
acecha, ¿cómo vas a saludar a alguien que no conoces? Si crees que todo el mundo es
básicamente indigno de tu confianza, ¿cómo puedes esperar confiar en alguien? En las grandes
ciudades pasamos de largo a miles de desconocidos diariamente. Nos hemos habituado tanto a
su presencia, que a veces ni nos molestamos en mirarlos. Podrían estar sonriéndonos con
regocijo de vernos, pero nosotros no levantamos la vista de nuestro propio mundo para
saludarlos. Esto no pasa solamente en la vía pública, sino que también lo llevamos a las veredas
silenciosas y poco transitadas de nuestros parques públicos. Caminamos solos. Otra persona se
nos acerca; la pasamos sin intercambiar miradas ni palabras. ¡Cuán a menudo sucede esto
diariamente! ¿De qué sentimos tanto terror? ¿Es que cada desconocido es un criminal? Si nos
atrevemos a sonreír o tomamos la iniciativa peligrosa de decir "¡Hola!", ¿nos van a asaltar o
violar en ese instante? Nos comportamos como si esto fuera cierto.
El principio básico que se aplica es que el universo nos refleja perfectamente nuestras
creencias y entendimientos acerca de la vida. Esto es en parte el resultado de nuestra fisiología
humana: no vemos tan bien como ven los halcones, no olfateamos tan bien como lo hacen los
perros, ni oímos tan bien como oyen los delfines; pero el alcance de los sentidos que operan
dentro de nuestra especie es mayormente el resultado de nuestro sistema de creencias y las ex-
periencias que hemos acumulado, basados en esos sistemas de creencias.

El poder de la creencia
Por lo general no reconocemos cuán poderosas y sutiles son nuestras creencias. Generalmente
no creemos que nuestra miopía sea principalmente el producto de convicciones profundamente
arraigadas basadas en raza, sociedad o familiares, y sólo secundariamente un resultado de
factores físicos. No creemos que nuestras mentes controlen nuestros cuerpos, sino todo lo
contrario. Ha habido casos bien documentados de individuos con personalidad múltiple en los
que una de las personalidades cree que él/ella puede ver perfectamente bien y no necesita
anteojos, y la otra personalidad cree que no puede ver bien y está casi ciego sin corrección
artificial. La personalidad que domina en el momento es la que determina qué tan bien
funcionan los ojos físicos!
En otro caso, una subpersonalidad es alérgica a las naranjas y le sale urticaria cuando se come
una; otra ama las naranjas y se las come sin ningún efecto secundario. Normalmente,
descartamos estos casos como extraños, extraordinarios y tienen poco que ver con nuestras
vidas individuales. Pero ¿cuántos de nosotros tenemos personalidades conflictivas que influyen
profundamente en nuestro comportamiento?
Normalmente sentimos que el cuerpo y la mente son entidades separadas; hay problemas
mentales yhay problemas físicos; y éstos son distintos. Pero el cuerpomente es realmente más
como un continuo; la estructura física es una expresión congelada de nuestros modelos
habituales de pensar y creer. El cuerpo es secundario, un instrumento de la mente, no viceversa.
El cuerpo no tiene poder en sí mismo para hacer nada. No puede estar dañado o enfermo sin el
consentimiento de la mente.
¿Es una idea difícil de entender? Nuestra forma de ver al mundo sostiene que la mente está
limitada por el cuerpo, el cual es primordial. Si nos acostumbramos a pensar que nuestras
mentes están limitadas por nuestros cuerpos, nos será particularmente difícil deshacernos de este
concepto. Pero si pudiéramos, aun por un instante, relajar nuestras creencias y juicios,
encontraríamos que hay otros modos para observar a la mente y la relación mentecuerpo, y tal
vez estos otros medios podrían servir mucho mejor.
Si el individuo cambia de idea, el cuerpo responde de la misma manera. Por lo que el "milagro"
físico de sanar de repente de una enfermedad o alguna herida es, simplemente, un cambio

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profundo en la mente de la persona curada. No es un cambio en la mente del Sanador. El
Sanador ya está sano. Esto explica por qué tantas oraciones para sanar parecen no ser
respondidas; la cura nunca viene desde afuera hacia dentro, siempre viene desde dentro hacia
fuera. La fuerza interior de Dios puede sanar a cualquiera de cualquier cosa. Si puedes
reconocer tu Naturaleza Divina interior, la salud perfecta será el resultado automático. Sin
embargo, Dios en el exterior, como una fuerza externa desconectada de tu ser más profundo, te
negaría tu libre albedrío si te sanara. Creado a la imagen de Dios significa creado con absoluta
libertad de elección. Esto es irrevocable. Primero debes cambiar de idea y desear tu salud
perfecta, entonces la cura ocurrirá. De hecho, la curación debe ocurrir, es el subproducto
automático de quien eres. Pero el cambio de mente se debe hacer en el nivel más profundo de tu
ser; decidir simplemente con la superficie de la mente que "estoy bien" no solamente no tiene
validez sino que podría ser mentalmente perturbador. Las afirmaciones repetidas por el nivel
consciente de la mente, aunque ocasionalmente calman los estados emocionales perturbados,
casi no tienen valor para llevar a cabo la transformación profunda de la percepción de la
realidad. Una afirmación repetida unas cuantas veces al día no hace mucho para contrarrestar la
intensidad de los modelos habituales creados por los cincuenta mil pensamientos diarios de la
mente del ser humano común.
Puede parecerte más fácil cambiar de idea acerca de una enfermedad "pequeña" que de una
enfermedad de vida o muerte. Quizás no encuentres dificultad en conquistar un catarro común
(quizás no te hayas enfermado por muchos años) y de repente desarrollas un cáncer, y no ves
otra alternativa sino la quimioterapia o la radiación.
Algunas concepciones de enfermedades están más profundamente arraigadas dentro de
nosotros, y en la conciencia colectiva de la humanidad, que otras. Mientras más fundamental y
universal sea la creencia de una enfermedad o herida específica, más profundo debe ser tu
conocimiento de que eres incapaz de estar enfermo o dañado si deseas estar bien.
Un médico amigo me contó una vez una historia curiosa que demuestra cómo el estado de salud
del cuerpo se basa en las creencias de la mente. Este doctor fue visitado por una viejita dulce
que se quejaba de un dolor abdominal severo. Al examinarla, el doctor concluyó que debía
efectuar una operación exploratoria, ya que esta señora infortunada debía tener cáncer de colon.
Cuando comenzó la exploración, el doctor encontró un caso extremadamente avanzado de
cáncer, ya había metástasis en varios órganos y era inoperable. El doctor le calculó, como
mucho, tres semanas de vida. Tristemente cerró la incisión y se debatió consigo mismo para
darle esta terrible noticia. Trató, pero simplemente no pudo forzarse a sí mismo para decírselo y,
en su lugar, le dijo que tenía cálculos biliares y que se los había sacado. Profundamente triste
por la incapacidad de su ciencia, se despidió de la viejita, sabiendo que nunca la volvería a ver.
Imagínate su sorpresa cuando un año más tarde esta misma mujer entró a su consultorio
vigorosamente sana para decirle ¡qué viva y feliz se había sentido desde la operación! El doctor
la examinó y no encontró ni el menor rastro de la terrible enfermedad. Confundido, le preguntó
si había tenido alguna experiencia extraordinaria desde que él la había visto la última vez.
"No respondió ella, pero déjeme decirle que cuando lo vine a ver tenía mucho miedo de tener
cáncer. Cuando me explicó que sólo eran cálculos biliares, me sentí tan aliviada y feliz que
resolví nunca más volverme a enfermar en mi vida."
¿Una coincidencia extraña? ¿Una cura rara e improbable sin saber la causa? La mayoría de los
médicos encuentran estos eventos infrecuentes de cuando en cuando; pero, sin tener explicación
física, prefieren ignorarlos, archivándolos bajo la categoría general de "remisiones espontáneas"
(por lo tanto, inexplicables).
¿Tú qué crees?

37
Capítulo 7

El origen de todo lo que es


Nunca ha habido un momento en que yo no existiera,
ni tú, ni los gobernadores de hombres;
tampoco habrá un momento en que todos nosotros
dejemos de existir.
Bhagavad Gita

Las filosofías más antiguas de la Tierra declaran que la especie humana es mucho más vieja de
lo que nuestros historiadores han registrado, mucho más vieja de lo que nuestros arqueólogos,
paleontólogos y antropólogos hayan soñado. En la larga historia del universo, siempre han
existido seres conscientes de sí mismos. "Seres conscientes de sí mismos" es la única definición
de la humanidad que es coherente o significativa. Qué tan altos, tan anchos, cuántos brazos, o
piernas o cabezas, o todos y cada uno de estos atributos físicos son demasiado triviales para
definir lo que significa ser humano.
Si esto es de esta manera, el debate de si nuestra forma física presente viene de un prototipo
simio o no es en definitiva irrelevante. Si hemos evolucionado de una forma de vida menos
desarrollada, tampoco tiene importancia para nuestro desarrollo hacia la iluminación; lo que sí
importa es que nos demos cuenta de que todos somos manifestaciones del origen de todo lo que
es y permanecemos conectados a él. Este origen ha sido llamado de muchas maneras. Cualquier
nombre que le demos está bien, porque es imposible ofender al origen. Muchos nombres dados
al origen han sido asociados con sistemas de creencias. Algunos de estos sistemas de creencia
se han asociado con miedo o de otra manera han sido distorsionados por el ego. Debido a esto,
en esta enseñanza, los Ishayas llaman a esta fuerza primordial original el Ascendente.
El Ascendente es la suma total de todo lo que es. Es el origen, la esencia y la meta de todo lo
que existe. Este enorme universo entero de mil millones de millones de galaxias (cada una
contiene un promedio de cien billones de millones de estrellas) es una parte una pequeña parte
del Ascendente. Cada ser humano que existe, cada ser humano que ha existido o que existirá es
parte del Ascendente. Cada planta, cada animal, cada grano de arena, cada partícula de energía,
cada impulso de pensamiento racional, cada emoción, cada cosa en cada nivel de la creación
está incluido dentro del Ascendente. No hay excepciones. Todo en todas partes, en todo tiempo,
pasado, presente o futuro, es parte del Ascendente. Nunca ha habido y jamás habrá algo en
algún lugar que no sea parte del Ascendente.
La mayoría de la gente puede, al menos intelectualmente, comprender tal concepto. Pero para
muchos es difícil concebir lo que esto significa realmente. Y si un individuo pudiera hacer esto,
aun por un instante, se daría cuenta de que su vida se alteraría para siempre.
La física moderna empieza a demostrar que existe una realidad universal que al fin y al cabo
es abstracta. Toda materia se puede reducir a energía; la energía es infinitamente poderosa y
está presente en todas partes, aun en los niveles más I delicados de la creación. El estado básico
de la mecánica cuántica es universal, omnipresente, explotando con Infinita energía creativa, y
el origen de todo lo que es. Todo este enorme universo viene de un área que mide 10 - 43
centímetros, en un instante de tiempo hace quince o veinte billones de años, o así nos dicen.
Pero lo que la física moderna no nos ha revelado es que este substrato de la creación está de
hecho disponible a la conciencia humana. No hay ahora, nunca ha habido y jamás habrá un ser
humano que no pueda experimentar al Ascendente. El estado de salud del cuerpo físico es
irrelevante, el oslado de salud del cuerpo mental (el intelecto, la mente y las emociones) es

38
irrelevante; los sistemas de creencia, hábitos y juicios acerca de la vida, nada de esto es
relevante. No hay ningún requisito para experimentar al Ascendente, el origen universal de todo
lo que es.
Y, aun así, pocos pueden experimentar la mente universal conscientemente. Y si por suerte
echamos un vistazo rápido a las funciones del Ascendente, usualmente este vistazo es corto y
velado. Si el Ascendente está presente en todas parles, y si cualquiera en cualquier lugar en
cualquier momento puede experimentarlo, ¿por qué entonces sólo unos pocos pueden hacerlo
conscientemente? ¿Por qué tanta gente que ha creído en la existencia del Ascendente ha creído
que es difícil de conseguir? ¿Por qué hay tanta gente que cree que toma muchos años de
esfuerzo arduo y mucha suerte para tener éxito? La literatura oriental está llena de penurias
extraordinarias que se consideran necesarias para alcanzar la iluminación, una comunión total
con el Ascendente. Y en Occidente la "noche oscura del alma" se ha creído la norma común del
cristiano amante de Dios; saborear un raro pasaje de lo divino es seguido por la inmersión
inevitable de nuevo a la niebla trágica de la vida terrenal de los sentidos. Se cree que el destino
del que busca la verdad es ser afligido por deseos terrenales, esclavizado por la materia y
condenado a una vida de frustración. ¡Con razón ya no hay muchos que busquen esa meta! ¿Por
qué malgastar años en una búsqueda dudosa cuando el resultado final es tan poco prometedor?
El sabio totalmente realizado raramente se encuentra en cualquier parte del globo; la hechicera
iluminada, nagual, sacerdote, mago, santo, el nombre para ésos en contacto consciente con el
Ascendente ha sido diferente en las distintas tradiciones, pero la realidad es universal.
Y el hecho de que algunos hayan tenido éxito nos da esperanza e inspiración a todos nosotros.
O, por lo menos, nos la podría dar. Lo que ayuda es el darse cuenta de que la experiencia pico,
como la define el psicólogo Abraham Maslow, es universal. Aparece de golpe, sin aviso, en los
momentos más inesperados, mirando a las estrellas desde las montañas, escuchando las olas del
océano en una puesta de sol, mientras uno corre, antes de dormir, en la niñez temprana, sobre un
escritorio llenó de papeles, caminando solo en una calle desierta horas antes del amanecer,
durante un parto; la lista de estos momentos mágicos es tan extensa como es la especie humana
misma. De repente las puertas de la percepción se abren de par en par y se ve el mundo de un
modo completamente diferente. En estos raros momentos preciosos, un gran "¡Aaah!" surge en
nuestras almas; reconocemos que el universo es, de hecho, nuestro amigo, que la vida es buena
y hermosa, que quizás, sólo quizás, después de todo, realmente encontremos aquí el significado.
En vista de que esta experiencia es universal, hay gran esperanza. Como le puede pasar a
cualquiera en cualquier parte en cualquier momento, nos da por lo menos la esperanza de que
puede llegar a ser sistemática, de que puede ser experimentada habitualmente, de que todos la
podemos experimentar, no solamente unos pocos afortunados o talentosos.
La sugerencia de que la experiencia pico puede comenzar a ser la experiencia ordinaria de la
vida puede parecer sorprendente. Lo que se requiere aquí es suavizar un poco los sistemas de
creencias que te han guiado hasta ahora. No sugiero que abandones ninguna de tus creencias,
pero para sacar provecho de este texto sobre la Ascensión será necesario que te preguntes a ti
mismo, ¡un poquito!, acerca de la creencia de que esta búsqueda te sea imposible o no. Después
de todo, ¿qué perderías con el pensamiento de que quizá haya una forma de vivir tu vida que
pueda generar una experiencia continua de alegría, brillantez, creatividad, salud y amor? Si
pudieras tener todo esto, ¿no lo querrías?
Algunos a través de la historia han descrito experiencias de estados de conciencia elevados.
Con frecuencia estas descripciones han sido tan distintas que nos hacen pensar que se han
descrito realidades diferentes. Cuando los seguidores se aferran rígidamente a las palabras de
sus maestros sin compartir la experiencia de la absorción consciente en el Ascendente, la
confusión se hace inevitable. Ésta es la tragedia del conocimiento: que se rompe en pequeñas
astillas sobre la roca dura de la ignorancia.
Si los dos son seres humanos totalmente desarrollados, no hay diferencia entre la iluminación
del sufi musulmán y la absorción en Dios de un santo cristiano. Un hindú totalmente realizado
en Nirvikalpa Samadhi no vive en un estado diferente de conciencia que un adepto taoísta esta-
blecido en Nirvana o un budista zen en permanente Satori. Podemos parecer diferentes en la
superficie. Nuestras creencias y nuestros conceptos del lenguaje podrían ser tan ampliamente
variados que apenas nos podríamos entender el uno al otro, pero la realidad esencial interna de

39
la conciencia es la misma.
Aun en el estado común de la conciencia lúcida, tenemos más en común que lo que nos
diferencia. Lo que sería de mayor utilidad para nuestro entendimiento de la naturaleza del
universo y de nosotros mismos es la comprensión sencilla de cuán similares somos todos.
Somos recipientes de conciencia, de la luz del Ascendente perfecto, del origen ascendente
perfecto de todo lo que existe. Esto no es extremadamente difícil de comprender
intelectualmente; la buena nueva es que no es particularmente difícil darnos cuenta de esta
Realidad como una experiencia consciente continua durante las 24 horas del día. Esto es lo que
significa "orar sin cesar" (seguramente, orar sin cesar no es tratar de hipnotizar la mente con
rezos verbales continuos y llegar a agotarse en el proceso). El estado natural del ser humano es
estar establecido en una experiencia continua del Ascendente. Éste es el estado más elevado de
oración tal y como es el estado más elevado de conciencia.
La sencilla verdad es que es mucho más fácil estar establecido en este estado de
reconocimiento permanente, de conciencia pura, que no estarlo. ¡Se requiere una cantidad
tremenda de esfuerzo mental y por lo tanto esfuerzo físico para no estar iluminado! Esta energía
malgastada envejece y al final mata al cuerpo; como ya hemos observado, ésta es la razón por la
que dormimos tanto durante la noche y a menudo nos enfermamos y sentimos miedos durante el
día. ¡Luchamos tanto para detener al infinito! ¡Actualmente es mucho más difícil negar nuestra
conciencia interna del Ascendente que experimentarla! Piénsalo. ¿No preferirías que esto fuera
verdad, si esto fuera posible?
Afortunadamente, lo es; por lo tanto, todos aquellos que han proclamado que es difícil meditar
u orar al único Dios, deben haber dejado de percibir esta verdad fundamental de la naturaleza de
la vida. Si el Ascendente está presente en todas partes, incluso dentro de ti, ¿cómo puede ser
posible que sea difícil saber esto? ¿Cómo puede ser posible que sea difícil experimentar esto?
Sólo cambia el nivel de tu apreciación de la realidad, ¡y eso es todo!
Probablemente la creencia en la dificultad es el resultado de percibir que es difícil abandonar
el sistema de creencias que ya no nos sirve. Nos han dicho y hemos aprendido a creer que es
difícil cambiar nuestros hábitos; luchamos, gemimos, nos quejamos, cuando decidimos que
"deberíamos" hacer algo bueno para nosotros o dejar de hacer algo que nos perjudica, sea lo que
sea que deberíamos cambiar: deberíamos hacer más ejercicio, deberíamos dejar de fumar,
deberíamos dejar de beber, deberíamos dejar de comer en exceso, deberíamos dejar de abusar de
nosotros mismos o de nuestras esposas o de nuestros empleados o de nuestros hijos.
Esto es vivir la vida al revés. No tienes que maltratar a un perro para que se quede en el patio
de atrás. Si le das de comer de vez en cuando, el perro nunca se irá. De igual modo, a la mente
no le gusta ser forzada. Si se introduce una nueva experiencia, la mente la sigue, como un
sirviente obediente de su deseo.
A menudo comparamos a la mente con un mono, que brinca de rama en rama. Los
proponentes de la concentración sostienen que la única forma de calmar a la mente es maltratán-
dola hasta que se adapte. Este camino es duro, y la travesía es difícil aun para los que
perseveran. Lo que comúnmente ignoramos es que el mono brinca de rama en rama porque está
buscando un plátano ideal. La mente se mueve simplemente porque está cumpliendo su trabajo
de buscar más y más gozo y experiencia; si podemos proveerla con la Experiencia Ideal del
éxtasis Infinito del Ascendente, naturalmente se quedaría perfectamente quieta, disfrutando de
esa experiencia.
Lo que pasa con el crecimiento de un ser humano es esto: el bebé nace esencialmente en
blanco. La impresión comienza desde la matriz. Los hábitos de comportamiento y creencias que
adoptamos no son pensados conscientemente; los observamos y nos sujetamos a ellos hasta que
los adoptamos. ¿Qué otra cosa podemos hacer? Nuestros padres son dioses para nosotros. Se
necesita un alma extraordinaria para deshacerse de hábitos arraigados profundamente para así
poder ver la vida de un nuevo modo, inocente, libre.
¿Pero por qué debe ser tan difícil saber quiénes somos? ¿Puede ser que nuestros hábitos
yazcan más profundamente de lo que nos imaginábamos? ¿O ha habido un propósito elevado,
que nos lleva a un nivel más profundo dentro de la materia, hasta que un día despertamos en
estos cuerpos humanos en el siglo veintiuno en este planeta que llamamos Tierra?
La forma en que llegamos a este punto es un tema fascinante, uno que vale la pena analizar en

40
un futuro, pero por ahora es esencialmente irrelevante para contestar a la pregunta "¿Cómo nos
escapamos de aquí?", porque esto es lo que nos concierne en estos momentos.

La puerta de todo
El mundo aparenta ser un lugar que nos atemoriza terriblemente. Los seres humanos nos
encontramos en guerra con nosotros mismos en uno u otro lugar; los riesgos de la vida humana
son múltiples y omnipresentes. En cualquier momento el cuerpo se puede aplastar, quemar,
congelar, explotar, destruir; puede enfermarse, fallar, morir. Trabajamos toda nuestra vida para
ahorrar, para nuestra jubilación, luego viene una recesión o el valor de los bienes raíces se
desploma o hacemos una inversión mala o iniciamos una guerra o algún desastre natural ocurre,
y se pierde toda nuestra vida de trabajo. O aun si nada de esto sucede, con frecuencia no nos
adaptamos bien al cambio de ritmo y las nuevas demandas de la jubilación y simplemente nos
marchitamos y morimos. Esta vida es tan incierta. ¿Quién de nosotros no ha tenido un amigo
cercano o pariente que nos haya dejado atravesando ese portal misterioso que llamamos la
muerte? ¿Adónde se han ido? ¿Por qué nos han dejado? ¿Cuántos de nosotros hemos sido
golpeados por accidentes deformantes y enfermedades horribles o adicciones? Éste es un mundo
digno de temor, peligroso y terrible. O algo así.
Pero hay otra forma de percibirlo. Por debajo de los cambios tumultuosos siempre cambiantes
del mundo físico yace un mar vasto de paz inalterable. Si nos identificamos con las olas del
mundo físico, con su constante sube y baja, disfrutaremos y sufriremos alternativamente y,
seguramente, acabaremos por morir. Pero afortunadamente es posible, y obviamente muy
deseable, que nos identifiquemos más fuertemente con las profundidades siempre pacíficas del
océano de la vida que con el huracán devastador de la superficie del mar cambiante.
La estabilidad Infinita, la paz sin fin, la calma permanente interior es el resultado de este cambio
de identificación de nuestra conciencia. ¡Esto no quiere decir que una vida pasiva es más
deseable que una vida activa! No es más probable que un monje alcance la iluminación que una
persona común y corriente. La diferencia entre una vida de ignorancia y una vida de realización
consciente de verdad Interior no se basa en nada del exterior. No se requieren votos rígidos.
Estar estabilizado permanentemente en el Ascendente significa que ninguna actividad, sin
importar cuan dinámica sea, pueda eclipsar el silencio infinito y la estabilidad pacífica perma-
nente del estado develado interior. En este estado, llega a ser verdaderamente posible ser
efectivo en la vida.
Antes de que este cambio ocurra, nos sentimos golpeados por los vientos de la vida,
acarreados de aquí para allá por las tensiones de los cambios, como una hoja ante los vendavales
del otoño. Hay poca paz, menos estabilidad. Vivimos nuestras vidas en reacción a vidas y
acciones de otros, no verdaderamente creativas ni establecidas en la libertad y el libre albedrío
que el vivir en el presente instante provee. Cuando alcanzamos la iluminación, no
reaccionamos. Accionamos. Libres de modelos de comportamiento autodestructivo, creencias
y juicios, actuamos para crear en perfección, sin errores, desde la percepción directa de la
necesidad del momento. Esto es libertad; esto es acción impecable y correcta. Así es la vida en
el presente instante: la mente no se atrapa en lamentaciones del pasado o preocupaciones del
futuro.
No ganamos nada lamentándonos por nuestras experiencias, opciones y acciones del pasado. El
pasado ya pasó; no existe aquí y ahora. Al dejar que el pasado nos guíe, nos esclavizamos a
nuestras percepciones y creencias previas.
¿Has conocido alguna vez a alguien a quien te hayas sentido inmediatamente atraído? ¿O has
sentido repulsión al conocer a alguien, a primera vista, sin razón obvia? Esto es vivir la vida en
el pasado. Una cara o un cuerpo estimula una memoria profunda de alguien a quien hemos
amado u odiado; la nueva persona es juzgada y archivada instantáneamente a base de esta
memoria.
Los iluminados tienen una respuesta interna para todo, y eso es júbilo. Siempre existe
completa aceptación, manifestando amor incondicional. Esto puede o no ser percibido por otra
persona en el exterior como que no hay "leyes de comportamiento" para el iluminado, no hay un

41
modelo específico para vivir, vestir, comer, actuar, y no hay un solo modelo de creencias. Lo
que permanece constante es la conciencia completa de la luz interior infinita; y como resultado
de este resplandor interno, una paz interior completa y perfecta.
El Ascendente es omnipresente, es universal. Existe dentro de cada corazón humano, dentro
de cada mente humana, dentro de cada grano de arena, dentro de cada sol. Llena todo el espacio
y todo el tiempo con su resplandor maravilloso; no hay lugar en donde no se le pueda ver o
conocer totalmente. Nuestro papel como seres conscientes es escoger primero buscar la luz del
Ascendente.
El mayor secreto de todo esto es que, si buscamos al Ascendente dentro de nuestros propios
corazones con todo nuestro espíritu, no sólo nos sanaríamos a nosotros mismos sino que
también todo el mundo sanaría automáticamente. Esto es debido a que las diferencias aparentes
entre nosotros no son reales. Todos somos uno, literalmente. Mi salvación resulta en la tuya; yo
no puedo estar en paz y no contagiarte de paz. Hay unos físicos de hoy día que afirman que la
mosca que camina sobre la pared de la sala de mi casa también camina en Marte, también
camina en el principio y en el fin del tiempo. La verdad afortunada es que esto es literalmente
mucho más exacto de que lo que quizás ellos mismos se den cuenta.
Si yo condeno a mi hermano, ¿a quién condeno? Si alabo a mi hermana, ¿a quién alabo? Si
albergamos pensamientos oscuros en el interior, podemos estar absolutamente seguros de una
cosa: veremos oscuridad en el exterior. Si sólo somos toda luz en el interior, será imposible ver
otra cosa que no sea luz afuera. El universo es nuestro espejo; nos refleja a nosotros lo que
nosotros le reflejamos a él.
Esto puede parecer disparatado para algunos; creer que el mundo es plano no lo hace plano.
Pero de lo que escribo no se basa en creencia; escribo acerca de experiencia personal directa del
origen de todo lo que es. El mundo refleja lo que somos, ni más ni menos. El mundo es como
somos. Nosotros somos nuestra atención.
Hay una vieja historia que ilustra este punto. Había una vez un discípulo joven que deseaba
comprobar la profundidad de la realización personal de su maestro. Le había oído decir muchas
veces que el puro de corazón no podía ver nada malo en el mundo y decidió averiguar si para su
maestro esto era verdaderamente una verdad o sólo una creencia de tipo ideal.
El estudiante llevó a su maestro a un pasillo desierto, pasando por una montaña de basura en
la que yacía un perro pudriéndose, víctima de alguna enfermedad no atendida. El estudiante casi
no podía imaginarse un espectáculo más feo. Mientras se lo mostraba a su maestro, dijo
trémulamente: "¡Qué asqueroso, esta bestia pudriéndose! Me has dicho que toda la vida está
llena con verdad y belleza para aquellos que tengan ojos para verlas. ¿Pero dónde está la verdad
y belleza de este cadáver pútrido?"
El maestro volvió sus ojos saturados de alegría hacia él y sonriendo le dijo: "¿No le has visto
los blancos dientes resplandecientes al perrito? ¡Cómo brillan y bailan a la luz de la luna! ¿No te
parecen las perlas más bellas que jamás hayas visto?"
En algunas versiones de esta historia, la visión del maestro es tan fuerte, que el perro regresa a
una vigorosa vida y salud instantáneamente.
No confundamos la iluminación con ceguera. Sólo el ser completamente iluminado puede
verdaderamente ver. No hay percepciones, juicios o experiencias previas de la vida que puedan
velar la realidad de lo que es ahora mismo, y lo que es ahora mismo es la perfección de la luz
del Ascendente. Esto se hará más claro conforme progresemos; afortunadamente no es necesario
que creamos esto para seguir adelante. De hecho no es necesario que creas nada escrito aquí
para Ascender con éxito. La Ascensión y el desarrollo en general no se basan en creencia.
¡Afortunadamente! La realidad no está construida sobre la base de creencia o conformidad
humana. ¡Sería un mundo muy extraño si la realidad dependiera de nuestra concurrencia!
Los que están iluminados completamente no están atrapados en una expresión lineal, como
tampoco están atrapados por una percepción lineal. Por ejemplo, el iluminado puede parecer (en
todos los aspectos externos) estar lleno de furia, si es la necesidad del medio ambiente. A veces,
la voz del enojo es la medicina suficiente para empujar a personas singularmente obtusas más
allá de su sistema de creencias. Lo que nunca cambia es la estabilidad interna, el silencio interno
del alma individual establecida en la conciencia continua del Ascendente.
No todos los individuos iluminados eligen ser maestros. El libre albedrío se hace más

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dominante, no menos, después que se ha establecido una conciencia más elevada. Muchos se
han contentado con vivir vidas de silencio, retirados de todos los movimientos frenéticos de la
vida mundana. Pero, para otros, la mente universal decide que actuará en el mundo a través de
una persona en particular; esa persona se convierte en maestro. Cuán bien conocido o cuán
popular llega a ser el maestro no es la medida de realización interior. Los más grandes pueden
estar contentos con un grupo pequeño de estudiantes. O tal vez no. Todo esto es un gran juego
cósmico.
En la tradición de los iluminados, aproximadamente la mitad ha escogido el camino de
reclusión y se han retirado del mundo, llevándose consigo un manojo de sus seguidores más
cercanos; la otra mitad ha descendido al drama de la vida terrenal y fundado nuevas enseñanzas.
Todo depende de la necesidad de la época y de la receptividad de la gente en esa coyuntura
particular de la historia. Hay una inteligencia profunda, que obra en nuestro mundo; cada
aspecto de la mente universal se está desenvolviendo apropiadamente como debe ser.
Por ejemplo, los maestros Ishayas Blancos, Rojos y Negros, desde el momento en que fueron
fundados por el Apóstol Juan, han estado satisfechos con vivir una vida de silencio en las
regiones más remotas de los Himalayas. Eligieron guardar y preservar las veintisiete técnicas de
Ascensión para el mundo moderno, manteniéndolas ocultas y en secreto hasta la venida del
tercer milenio. Dicho de mejor manera: los Ishayas fueron instruidos por la inteligencia infinita
para preservar la Ascensión en silencio y en aislamiento hasta ahora.
Y también es cierto que ahora los Ishayas han sido instruidos y han reconocido que el
momento esperado por tanto tiempo ha llegado. Lo que han retenido por tanto tiempo, ahora se
libera: La Ascensión está entrando al mundo ahora. A uno de los Ishayas se le ha ordenado traer
esta enseñanza al mundo. Uno de ellos, un Maharishi Ishaya Negro de sabiduría, compasión y
poder, está fundando esta enseñanza en Occidente para beneficio de todos.
Afortunados son aquellos que reconozcan la autoridad de esta enseñanza antigua y se alineen
con ella: sus vidas cambiarán en formas que aun es difícil de empezar a concebir. La
iluminación total les aguardará en el momento en que sus viejos hábitos de compromiso y falta
de integridad verdadera se desvanezcan, y sean reemplazados por una experiencia continua
momento a momento del Uno Inalterable Ascendente en el centro de su ser. Una vida completa
de éxtasis y conciencia infinita le amanecerá a cualquiera que emprenda sin esfuerzo el camino
de la Ascensión de los Ishayas.
¿Y sabes qué? La creencia no se requiere. Esto no se requiere en absoluto. La Ascensión es
una serie de técnicas mecanicas en las que no se requiere creencia alguna para empezar o
practicar.
¿No es esto hermoso?

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Capítulo 8

La opción eterna

El mundo es lo que tú eres.

Como dije antes, es nuestra decisión continua de momento a momento la que nos mantiene
desviados de la luz infinita interior y nos lleva hacia los problemas incesantes de la vida
relativa. Esto merece más explicación. Comúnmente no creemos que elegimos no estar
iluminados una y otra vez a lo largo del día.Y aun si tenemos un poco de entendimiento
intelectual de la conciencia elevada, típicamente ponemos esta realización en un espacio o
tiempo lejano, nunca aquí y ahora. Nuestra decisión inicial fue hecha hace tanto tiempo que sólo
nos queda una memoria leve de la conciencia infinita, oscilando suavemente a través de
nosotros, jugando con nos otros en nuestros sueños, bailando detrás de los rayos del sol en la
playa, o saliendo mágica y brevemente a la superficie cuando miramos a nuestro ser amado a los
ojos.
Se pueden retirar los bloqueos de la conciencia infinita deshaciendo sistemáticamente nuestras
decisiones previas. Una forma de hacer esto es dándonos cuenta exactamente de cuáles fueron
estas decisiones. A estas alturas, estas decisiones viejas han creado hábitos sumamente tenaces
que nos desvían del Ascendente; una forma de encontrar la causa suprema de nuestro sufrir es
observar los modelos más obvios que nos mantienen esclavizados. Por medio del razonamiento
circular, podremos determinar exactamente cuál es la raíz de estos modelos falsos y de ese
modo alejarnos de ellos de manera permanente. Si se abandona a la raíz, las manifestaciones de
la raíz seguramente morirán. En otras palabras, no será necesario luchar para cambiar un
modelo habitual si la base de la decisión de continuar con el hábito ha sido erradicada de
nuestras mentes.
Un pensamiento que causa gran cantidad de problemas es la creencia de que otros son
responsables de una u otra forma por la manera como nos sentimos. Pensamos que somos
felices o infelices por la manera en que otros nos tratan. Si creemos que otros nos están sacando
ventaja, eso es causa suficiente para que seamos infelices. Si una persona específica nos hace
algo que nos disgusta, nos molestamos con esa persona; si percibimos que sus acciones son una
amenaza a nuestra seguridad, podríamos tomar acción en contra de él o ella. O podríamos
encerrarnos dentro de nosotros mismos en un intento de escapar de él o ella.
Hay dos problemas al percibir a alguien o a algo como un enemigo. Primero, nuestra reacción
no ayuda a cambiar a aquellos en contra de quienes volcamos nuestra energía negativa. Quizás
de hecho, ellos se hacen más tercos en su comportamiento ofensivo. Ésta es una actitud curiosa
pero casi universal del ser humano. Si los forzamos a comportarse como deseamos, quizás lo
hagan, pero nunca lo harán con un corazón contento y mente dispuesta. "Un hombre convencido
en contra de su voluntad es un hombre que verdaderamente no cambia de opinión." Todos los
seres resienten profundamente ser forzados a hacer algo y siempre, tarde o temprano, actuarán
en contra de los deseos del dictador.
Segundo, es inevitable que nos causemos daño a nosotros mismos si forzamos la lealtad
usando nuestra ascendencia u obligando vía nuestra negatividad. Como una bala que rebota,
nuestras acciones se devolverán hacia nosotros desde cada rincón del universo. El peor
resultado de esto es que nuestra conciencia, en vez de hacerse más y más universal, más y más

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saturada con amor y luz, se restringe más y más y se ata.
Al percibir enemigos en nuestro mundo, empezamos a rebanar partes de nuestro universo,
empezamos a darles nombre a piezas de nuestro cosmos que en alguna forma son malas,
satánicas o indignas de nuestro amor.
Al continuar este proceso, nuestros cuerpos empiezan a deteriorarse. A lo mejor podríamos
empezar a caminar encorvados, fatigados de cargar el peso de la condenación a otros. O
podríamos distorsionar nuestras caras en ceños habituales o miradas de desprecio por los tristes
seres inferiores que habitan en este mundo enfermo. O podríamos pasar hambre hasta el punto
de la anorexia, o podríamos hincharnos como un globo protestando con queja silenciosa las
injusticias de la vida.
Internamente, las reacciones de este tipo de funcionamiento son aun más devastadoras, más
letales. Mientras condenamos más y más gente a la muerte, nuestros corazones se hacen más y
más duros; nuestra salud falla a un ritmo que se incrementa, resultando casi universalmente en
una vida absurdamente corta de una miseria de setenta años.
Hay otra manera. Se ha discutido y creído fervorosamente por miles de años la eminencia del
Reino de los Cielos. Pero la mayoría ño ha entendido, o ha ignorado o ha olvidado el hecho de
que el Reino de los Cielos viene de adentro. Primero que nada crece en el corazón humano. Y
uno de los primeros pasos en este proceso es darse cuenta de que toda vida es parte de nosotros:
cada ser viviente es nuestro hermano; cada ser viviente es una extensión de nuestra mente
perfecta.
Cada uno en el planeta es una porción del Ascendente. Cada uno refleja la luz del infinito.
Esto significa necesariamente que cada uno es igualmente digno de nuestro amor. Las acciones
de otros, que hemos condenado horriblemente cuando creíamos que podíamos ser heridos o ser
víctimas, empiezan a ser vistas como expresiones de amor, filtradas a través de sus sistemas
nerviosos individuales, o quizás como un clamor por nuestra ayuda. "¡Por favor demuéstrame
que me amas!", "¡Por favor demuéstrame que continuarás queriéndome aun si me reprueban en
química o si me caso con Jorge o si me despiden!", "Por favor, demuéstrame que me amarás aun
si te lastimo".
La profundidad del sentido de soledad, de aislamiento, de miedo, combinado con la magnitud
del sentimiento de ser víctima, determinará la profundidad de la acción "negativa" usada por el
alma buscando pruebas de amor en un universo áspero. En cada caso, es un clamor por ayuda.
"¡Me ahogo aquí en la Tierra! ¿No hay alguien que me pueda ayudar? ¡Te atreves a decir que
me amas! ¡Pruébamelo! Me portaré mal, muy, muy mal, pues nadie me ama de verdad. ¡Tienes
que probármelo!"
Todo esto quiere decir que sólo hay dos tipos de acciones sobre la Tierra, sólo dos formas de
pensar, sólo dos formas de sentir: una que se basa en amor y otra que se basa en miedo, el
miedo de estar solo, perdido, no amado. Como consecuencia, cualquier acción, sentimiento o
palabra negativa sólo merecen nuestro entendimiento compasivo, nunca nuestro castigo o
nuestro juicio. Éstos son gritos de ayuda, de amor. "Soy el único que puede Juzgar", dice el
Señor. Es una afirmación verdadera. Los seres humanos no tienen por qué juzgar a otros. Sólo
hay un juicio, y ése es que todos somos dignos de amor y dignos de amor y dignos de amor.
Dios sólo le dice una cosa al ser humano: "Sí." Nuestra función aquí es la de perfeccionar la
profundidad de amor incondicional.
Al principio quizás esto no sea particularmente fácil. Nuestro hábito general es creer que el
mundo es más o menos un lugar hostil, en el que frecuentemente (si no siempre) somos víctimas
de circunstancias, de gente o lugar. A menudo nos inclinamos a creer que nos están sacando
ventaja. A menudo creemos que otros tratan de controlarnos o manipularnos. Muchas veces
llevamos esto a un extremo y creemos que hay fuerzas oscuras en el universo que tratan de
destruir nuestras almas. Sentimos que la energía fluye hacia nosotros para controlarnos o para
hacernos víctimas, ya sea de otros, de Satanás, de un Dios celoso y vengativo, o tal vez de una
ley natural, imparcial y despiadada.

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Conciencia de víctima
Comúnmente nos sentimos así:
En este estado, creemos que todo el mundo nos está mirando todo el tiempo, que somos el
centro del escenario del universo. Esto, por supuesto, es literalmente cierto, pero no en la forma
en que sentimos y creemos en este estado de conciencia de víctima. Cuando la iluminación se
estabiliza, sabemos que somos el centro del universo (como lo es también el resto del mundo);
nunca nos sentimos como víctimas.

Nuestra experiencia entonces es como ésta: Éste es un estado de dar amor, regocijo y luz
continuamente, sin tomar nada. Si un foco está prendido, brilla la luz. No hay potencial para
experimentar sombras, porque no hay sombras que puedan existir en ninguna parte cuando
observamos la vida desde esta perspectiva. Esto es ver, ésta es la forma más efectiva para
exorcizar a los demonios de nuestro universo privado.

Una característica de la Conciencia de Víctima es la tendencia a creer que te están haciendo la


vida, creer que tú no eres quien primordialmente mueve el universo, creer que otros tienen
control sobre tus sentimientos, estados de ánimo y experiencias. Esta creencia frecuentemente
resulta en un deseo de atacar primero, de golpear a otros antes de que ellos te puedan golpear a
ti. Esto puede ocurrir físicamente: un golpe militar preventivo es el ejemplo más extremo, pero
cualquier acción diseñada para lastimar a otro califica en este tipo de violencia. Esto también
puede ocurrir en el plano emocional: amenazas, ruegos, coraje son ejemplos obvios.
Si creemos que otro nos puede lastimar, es natural que creamos que podemos (¡y quizás
debamos!) atacar primero para evitarnos el dolor o la destrucción inminente. El problema es que
esto no nos salva del dolor. De hecho, esto tiende a incrementar el dolor en ambos, nosotros y el
otro, hasta el punto de que nuestro adversario también se cree víctima.
La alternativa es cultivar un estado de conciencia en el cual sea imposible sentirnos
traicionados, porque es imposible ser traicionado.
Si nos vemos a nosotros mismos como cuerpos, seguramente que podemos ser traicionados.
Podemos ser lastimados, podemos ser cortados, magullados, heridos de bala y destrozados. Y
obviamente podemos hacernos daño a nosotros mismos: nos podemos causar hipertensión,
enfermedades del corazón, cáncer, catarro común, podemos suicidarnos; podemos volvernos
locos.
Pero si nos vemos como espíritu, es imposible traicionar o ser traicionados, no podemos ser
dañados.
No podemos ser cortados, magullados, heridos de bala, destrozados. Somos literal y
completamente invencibles, indestructibles, imperecederos.
Algunos ya nos hemos dado cuenta de esto intelectualmente y algunos de nosotros hemos
intentado vivir este estado de conciencia creyendo en él, y lo hemos llamado gracia o salvación
o iluminación y lo hemos hecho un estado de ánimo al vivirlo: "En vista de que lógicamente sé
que el espíritu es omnipresente, pienso que no puedo ser herido en ninguna forma. Mi
enfermedad debe de ser una ilusión. Por lo tanto, usaré mi voluntad para que desaparezca."
Desafortunadamente, esto casi nunca sucede. Esto es como confundir el sendero a la meta con la
meta misma. La única ventaja de este cambio de perspectiva es entender que hay otra forma de

46
ver al universo. Una vez que nos demos cuenta de esto, naturalmente estaremos ansiosos por
comenzar a desarrollar esta percepción de la vida, pues significa libertad sin fin, gozo sin
límites, amor perfecto. Experimentándolo, no sólo una creencia.

El sendero sin sendero


¿Qué es lo que implica el sendero hacia la conciencia total? Primero, el reconocimiento de que
es posible vivir más de la vida. No es necesario creer que esto sea posible para lograr un estado
más elevado de conciencia permanente, pero es necesario creer que es posible ser mejor: más
feliz, más saludable, más enérgico, más inteligente. Esto no se necesita para que la Ascensión
funcione (funcionará de cualquier forma), pero generalmente se requiere la "creencia en la
posibilidad" de que tenemos suficiente coraje para dar el primer paso y empezar la práctica.
Empezar bien representa la mitad del camino. El impulso nos llevará hacia delante después del
primer paso, pero para comenzar a romper los hábitos y creencias del pasado se requiere esto
primero: Hay que reconocer que el cambio no sólo es posible, sino que también es deseable.
La voluntad sincera para cambiar también ayuda. Algunos de nosotros fingimos que tenemos
ganas de cambiar pero de hecho sólo nos engañamos; en realidad, preferimos aferramos a las
viejas limitaciones familiares del pasado en vez de darle la cara a un futuro incierto, aun cuando
estas limitaciones nos estén matando. ¡Nos aterroriza tanto lo desconocido! Sin embargo, lo
desconocido no nos puede aterrorizar, sino sólo lo que conocemos. Y lo conocido que tememos
es sólo una ilusión; no hay nada que temer en la realidad, sólo las envolturas ilusorias en la que
la hemos impuesto.
La Ascensión provee una serie de procedimientos sistemáticos para mover nuestra conciencia,
de conciencia de víctima a la Iluminación. Hay pasos discretos, mecánicos para practicar hasta
que sean dominados. Un propósito de este corto texto es proveer un entendimiento intelectual de
los pasos de crecimiento hacia la Iluminación. Las mecánicas actuales de esta experiencia sólo
pueden ser enseñadas por la instrucción personal de maestros calificados. Esta verdad es
primordial porque no es posible verificar si se practica correctamente sin tener experiencia
personal.
De los miles a quienes yo he instruido personalmente en esta meditación, cada uno de ellos ha
tenido éxito y progreso en su vida. Aquellos que han cambiado más dramáticamente son los que
han tenido la mayor voluntad para cambiar. El esfuerzo que se pone para encontrar tiempo para
Ascender es recompensado ampliamente. La práctica es extremadamente fácil, casi sin esfuerzo,
completamente natural. Y la Ascensión se puede practicar con los ojos abiertos o cerrados.
Después de períodos cortos de práctica diaria, es ciertamente posible acelerar el desarrollo. El
ejercicio puede ser útil. La dieta puede ser útil. El conocimiento puede ser útil, pero todo el
conocimiento en el universo no te servirá para nada si no lo aplicas. Por eso es que, como
mencioné antes, éste es un libro corto. Un libro más para desordenar los anaqueles es un pobre
sustituto de la experiencia directa del Ascendente Infinito.

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Capítulo 9

Aceptación universal
Cuando acepto a otros tal y como son, ellos cambian.
Cuando me acepto a mí mismo como soy, cambio.
Carl Rogers

La Ascensión es universal; sin importar el tipo de influencia religiosa, cualquier persona puede
y de hecho aprende esta práctica. Los maestros de Ascensión sustentan todas las tradiciones
religiosas y honran a todos los líderes religiosos del pasado y el presente. Cualquiera y todos los
intentos para desarrollarse hacia el Ascendente son beneficiosos; cualquiera y todos los intentos
del pasado han contribuido mucho a la vida humana. Honramos a todos y no condenamos a
ninguno, porque sabemos que todo el mundo en la esencia más profunda és una chispa de la
llama divina. Las diferencias externas que son tan aparentes en la vida terrenal son bastante
superficiales en comparación con la Infinita luz que nunca cambia, que yace abajo y penetra a
toda la creación. Esta luz interna acepta a todos, no halaga a ninguno, ni condena a ninguno.
¿Cómo puede ser? Es la realidad esencial de todos, de todo, en todas partes, siempre.
Esta actitud de acogimiento universal puede ser cultivada artificialmente; es, después de todo,
sólo un hábito mental lo que nos conduce a condenar a otros. Se puede cambiar cualquier
hábito. Sí es posible pensar con prejuicio acerca de nosotros mismos y de otros, es
absolutamente posible (y definitivamente más fácil) pensar sin prejuicios, con aceptación
perfecta de nosotros mismos y de todos los demás.
¿Cuántas veces hemos censurado a otros? ¿Cuántas veces nos hemos regañado a nosotros
mismos por hábitos que hemos juzgado indignos? Hay una parte en nosotros que continuará
reforzando nuestros hábitos "malos" para balancear nuestra voluntad paso por paso, nivel de
energía por nivel de energía, ya que una parte de nuestra alma insiste en que nos amemos a
nosotros mismos aun con nuestros hábitos censurables. Hay un punto muy profundo dentro de
cada uno de nosotros que consiste en una actitud despiadada, en una falta absoluta de piedad.
Nuestro ser más elevado está comprometido a que aprendamos todo lo que es necesario
aprender. Haremos cualquier cosa que requiera nuestro "ser más bajo" para aprender. Cualquier
cosa. Enfermedades deformantes. Muerte temprana. Cuerpos deformados. Hábitos
horriblemente destructivos. Cualquier cosa. Y todo por el crecimiento.
Similarmente pasa con nuestra actitud hacia otros. Otros desean ser amados tal y como son. No
quieren cambiar para acomodarse a nuestros deseos. ¿Por qué lo deberían hacer? ¿Es que el sol
no brilla para ellos? ¿El oxígeno ha dejado de nutrir sus células? Si el universo continúa
aceptándolos y amándolos tal y como ellos son, ¿por qué nosotros no les brindamos la misma
cortesía?
Esto puede ser uno de los principios más difíciles de comprender porque todos hemos
invertido cantidades enormes de energía para mantener la creencia de que algunas formas de
comportamiento son mejores que otras. Tenemos una propensión profunda a pensar como
animales de rebaño: las acciones "están bien" mientras que otros las hagan o las acepten. ¿Por
qué hay un problema de drogas en este país? Una razón es que las opiniones y sentimientos de
nuestros semejantes son mucho más importantes que las de figuras impersonales de autoridad,

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aun cuando la lógica y la ciencia apoyan las opiniones de estas figuras de autoridad.
¿No hay, entonces, ningún modo universal de comportamiento? Desde el punto de vista del
Ascendente, nadie ha abandonado ni jamás abandonará (o puede abandonar) la conciencia
infinita. Pero desde la perspectiva de seres que han olvidado todo lo relativo al Ascendente, aun
el hecho de su existencia, es obvio que algunas acciones nos impedirán recordar quiénes somos
por más tiempo que otras. Y ciertos actos nos empujarán en la dirección correcta para retirar los
bloqueos que nos hemos impuesto para impedir la experiencia del Ascendente, mientras que
otros incrementarán estas obstrucciones.
Ciertos alimentos nutren el cuerpo más que otros. Ciertos tipos de ejercicios son más útiles
que otros. Ciertos modos de pensar son benéficos; otros no lo son. Ciertas creencias son útiles
para nuestra evolución; otras no lo son. Ciertos hábitos y acciones hacen nuestro progreso más
rápido; otros retardan nuestro desarrollo y el desarrollo de los demás. Tales acciones no son
"pecados", no somos castigados por retardar nuestra evolución o la evolución de otros. Pero
experimentamos menos felicidad cuando retardamos el crecimiento; en este sentido sufrimos y
seríamos más felices si optáramos por rehacer estas opciones que están causando dolor.
Ésta es la aplicación de la ley de causa y efecto en la esfera humana: la ley del karma, como se
conoce en el Oriente; la ley de retribución, como la llamaron Emerson y otros en Occidente; el
credo fundamental de cada religión, la Regla de Oro que tal vez fue mejor expresada en Galilea
hace casi dos mil años: "No hagas a otros lo que no quieres que te hagan a ti" y "Uno cosecha lo
que siembra". Si siembras semillas de miedo, discordia y falta de armonía, seguramente
cosecharás tristeza. Si sembramos semillas de amor, las fuerzas invencibles de la naturaleza
responderán trayéndonos una cosecha abundante de regocijo y amor a nuestro mundo.
Por eso es importante que tratemos a los otros como queremos ser tratados. No porque los
podamos dañar, o a nosotros mismos, de modo permanente; el hecho de que somos impulsos
eternos de vida hace eso sencillamente imposible. Los cuerpos pueden ser y serán perdidos,
pero las almas nunca. Podemos retardar el regreso de otros a su origen o lo podemos apresurar.
Nuestro regreso al origen puede ser retardado o apresurado de acuerdo con cómo retardemos o
apresuremos el regreso de otros, debido a que los otros en nuestro universo son, al fin y al cabo,
sólo extensiones de nosotros mismos.
Si nos dedicamos a obtener ganancias o posesiones materiales, nos enfocamos en lo que
desaparecerá. Si enviamos nuestra energía a cosas mutables y no a lo que nunca cambia, nuestra
vida inevitablemente encontrará decaimiento y muerte. Si, por otra parte, dedicamos nuestra
existencia a lo que nunca cambia, nuestra vida responderá llegando a estar más y más imbuida
con las calidades dinámicas e invaluables del Ascendente.
Desde el punto de vista de la eternidad, ¿qué importa si un impulso inmortal de vida eterna se
demora un día o un año o cien millones de años para recordar que es un impulso inmortal de
vida eterna? ¿Qué le importa al infinito un número de cualquier magnitud? No le importa. Pero
desde el punto de vista del impulso olvidadizo, ¡sí hay diferencia entre un día y cien millones de
años! Todo es relativo a la perspectiva.
Cuando somos pequeños, si se rompe el brazo de nuestra muñeca preferida, experimentamos
un terrible dolor y quizás nos revolquemos en el piso en llanto. Nuestra amada y sabia madre
seca nuestras lágrimas, repara el brazo o nos compra una muñeca nueva y mejor, o de algún otro
modo expande el horizonte de nuestra experiencia. Desde el punto de vista del adulto maduro,
los problemas del niño generalmente son fáciles de resolver. Solamente los adultos que se
conservan emocionalmente como niños tienen dificultad ante estas situaciones.
Hay muchos que pueden encontrar difícil dar este paso. Pero, con seguridad, es valioso.
Cuando nuestro Universo se sacude hasta lo más profundo por la muerte de un ser amado o por
una enfermedad debilitante terrible u otra de las vicisitudes innumerables de la Vida Terrenal, es
sólo una reacción humana levantar la mano contra el Creador, sentir enojo, dolor, sufrimiento.
Es sólo humano, pero no es Divino.
No solamente no es necesario sufrir en esta vida humana, sino que es aun menos necesario y
útil es luchar contra la corriente natural de nuestras vidas. Puede ser que no siempre entendamos
ni nos acordemos hacia dónde vamos, tal vez no siempre entendamos ni nos acordemos por qué
experimentamos nuestras vidas del modo que lo hacemos, pero eso no quiere decir que nunca lo
entenderemos o nos acordaremos. A veces sólo se requiere un poco más de paciencia, a veces,

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todo lo que es necesario es un modo un poco distinto de mirar a nuestras vidas o al mundo. Y a
veces lo que necesitamos es demostrarnos a nosotros mismos que verdaderamente somos
nosotros mismos, después de todo, los que hemos creado nuestro mundo exactamente como es.
Este concepto puede ser sorprendente al principio. Normalmente creemos que fuimos lanzados,
en contra de nuestra voluntad, hacia adentro de un universo que seguramente nosotros no
creamos. Sentimos que nuestros padres deben subvencionar nuestras vidas por habernos hecho.
Después de todo, no les pedimos haber nacido, ¿cierto?
Desde este mundo inicialmente hostil, se supone que tenemos que hacer algo con nuestras
vidas; se supone que tenemos que llegar a ser exitosos, tenemos que progresar, prosperar, llegar
a ser adultos y ciudadanos responsables. El destino impersonal (o un Dios iracundo) tal vez nos
haya creado con mano dura, tal vez nuestros cuerpos estén dañados o nuestras circunstancias
hayan sido muy difíciles desde el nacimiento. Tal vez hayamos nacido adictos o enfermos; tal
vez hayamos nacido con el corazón o el hígado débil. En estos casos, estamos dispuestos a
hacer lo mejor que podamos con nuestras vidas y con el mundo; a perseverar y tener éxito a
pesar de nuestras penurias. ¡Creemos en tantos "debemos" y "no debemos" aquí en la Tierra!
No quiero sugerir que sea malo desear grandezas, lo que digo es que no debemos inculpar a
otros por nuestra realidad física, mental, emocional o ambiental. No es que sea malo en el
sentido que resulte dañino, sino en el sentido de que es un gasto de tiempo que sostiene un
sistema de creencias defectuoso y limitado que no nos sirve.
Si pudiéramos transportar mágicamente algún tiempo del pasado al presente, sin duda, muchas
de nuestras comodidades que hoy damos por hechas televisión, coches, luces, teléfonos, aviones
serían milagrosas, o divinas o satánicas. Es una respuesta común de la naturaleza humana
ponernos las manos en la cabeza e invocar algún tipo de ente misterioso, sobrenatural, cuando
nos enfrentamos con lo desconocido. Cuando no entendemos algo, decimos "Es la voluntad de
Dios", o "Es el destino", o "Es un golpe de suerte", o "Lo hizo el demonio".
Damos un nombre conveniente a lo que no entendemos para no tener que pensar en ello. ¿Por
qué mi mejor amigo tuvo que morir en el accidente de su avión privado, si él era tan brillante y
exitoso? ¿Por qué mi padre tuvo que morir en mis brazos cuando yo tenía 14 años de edad? ¿Por
qué mi hijo tuvo que nacer ciego? ¿Por qué mi jefe es tan malintencionado? ¿Por qué mi esposa
tiene un cáncer fatal? ¿Por qué la vida carece de sentido? ¿Por qué Dios es tan cruel? ¿Por qué,
Dios, por qué?
Es cierto que ninguno de nosotros probablemente sabremos en algún momento todo lo que
hay que saber. ¿A quien le gustaría eso? A mí personalmente no me importa cuántos granos de
arena hay en el Sahara. ¿Y a ti? Pero existe la posibilidad de saber algo. Si nuestra filosofía de
vida o nuestro sistema de creencias choca contra un muro de ladrillos donde no hay más
recursos que dejar una cantidad enorme de experiencia sin explicar o explicada solamente
invocando la voluntad de Dios o el destino impersonal, entonces sería sensato preguntarnos si
tal vez nuestro sistema de pensamientos está sustituyendo creencia por entendimiento directo. Si
nos dicen "lo aceptamos de buena fe" porque "ciertas cosas no están disponibles al en-
tendimiento humano" ¡cuidado! Podemos pasar la vida entera en una calle intelectual ciega, y
cuando termine, nos encontraremos de regreso en el mismo sitio en el que empezamos, tratando
de comprender por qué el universo es como es.
Por favor no aceptes nada de lo que los Ishayas te enseñan como acto de fe. El aceptar
ciegamente la filosofía de otros es el sendero más seguro para perpetuar sólidamente el estado
de conciencia de víctima. Haz tu propio experimento con la vida: Estudia tu mente y
experiencia, no des nada por sentado, desde lo más ordinario hasta lo más milagroso. Sólo allí
reside el progreso.
Ésta es la razón por la que la Ascensión se basa en experiencia directa. No se necesita creer
nada acerca de ella. Compruébalo por ti mismo. Cuando tus creencias y hábitos comienzan a
cambiar con la cambiante experiencia de tu vida, pregúntale más y más profundamente lo que es
verdad y lo que no lo es, más y más profundamente lo que es real y lo que no lo es. Sólo así se
manifiesta la libertad.
Una gran parte de asumir el control de nuestras propias vidas consiste en dejar de poner a
cualquier otra persona sobre un pedestal de autoridad. También es difícil o imposible asumir el
control sobre nuestras propias vidas si culpamos a otros o a las circunstancias "más allá de

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nuestro control" por nuestra forma de vivir. Es imposible conseguir la libertad si seguimos
manteniendo las cadenas mentales de condenación o devociones esclavizantes del pasado o del
presente. Date cuentade esto ahora, y habrás dado un gran paso hacia adelante, hacia tu propia
liberación inmediata. Date cuenta de esto ahora, y habrás descubierto uno de los secretos funda-
mentales de la vida humana; no hay que culpar a nadie, no hay que agradecer a nadie, a nadie,
sólo a nosotros mismos.
El paso a seguir puede ser igualmente difícil de comprender a primera consideración, pero es
igualmente importante y aun más liberador de creencias, juicios y modelos de comportamiento
autodestructivos del pasado. Es esto: cada una de nuestras vidas, en este momento, es perfecta.
Todo y todos en nuestro universo se encuentran allí por una buena razón. Allí se encuentran
para ayudarnos a reconocer nuestra verdadera naturaleza. Esto siempre es cierto, sin excepción,
siempre. Cada momento es impecable, perfecto, sin defecto, en todo sentido, porque está
saturado con la luz Infinita del Ascendente.
Este es un concepto revolucionario sólo porque tenemos el hábito de juzgar a todos, a todo,
cada pensamiento, cada sentimiento y toda experiencia como "buena" o "mala". Algunas
personas nos gustan, a otras las detestamos. Algunas emociones son positivas, otras negativas.
Algunas experiencias son maravillosas, otras desastrosas. Y así sucesivamente. Creemos en un
mundo de dualidad, de calor y frío, de mojado y seco, de placer y dolor.

Buen ascendente vs. mal ascendente


Consideremos la fase básica de la alternativa que enfrentamos. Realmente hay sólo dos
posibilidades: el Ascendente es bueno o el Ascendente es malo. ¿No es así? Si el Ascendente es
malo, entonces un universo sin sentido, o por lo menos doloroso, es perfectamente lógico y
consistente. Pero si el Ascendente es malo, ¿por qué el universo debería ser lógico o
consistente? De ese modo, si el universo es malo, probablemente el universo sería
fundamentalmente caótico. Nuestro universo, de hecho, sí parece ser bastante caótico día tras
día, pero sólo en instancias aisladas. Básicamente, no cabe duda de que debe haber un orden
profundo que penetra cada partícula de la creación; este orden fundamental mantiene los átomos
juntos de un modo bastante consistente y uniforme en tu sol, en tu perro, en tu cuerpo. ¿Qué
tipo de Ascendente establecería como fundamento un orden perfecto, sin defecto, universal?
El Ascendente puede ser malo y tan perverso que el orden perfecto yace bajo un caos
superficial por todas partes. Esto podría ser una definición del infierno: el orden perfecto se
esconde apenas debajo de la superficie, pero todo lo que se experimenta es oscuro, doloroso,
loco.
La mayoría de la gente está enojada con su idea del Ascendente, con su idea personal de Dios.
Muchos de los que profesan gran fe están sin embargo enfurecidos, en su interior, porque han
sido profundamente heridos y traicionados. Ésta es una de las raíces de la conciencia de víctima:
en vez de culpar a nuestros padres, esposos, o medio ambiente, o a nuestra historia personal,
culpamos al Ser Supremo como la causa principal de nuestra miseria. Algunos, estando
secretamente enojados, también están aterrorizados de que su Dios los castigue por su
desobediencia, o por su naturaleza pecadora rebelde contra las leyes del caos impuestas sobre
ellos por su Dios, o por su secreto enojo con su Dios.
Si el Ascendente de verdad es malo, estas personas y otras similares a ellas tienen derecho a
sentirse aterrorizadas por un Dios rencoroso y vengativo. Seguramente tal Ser no tendría
ninguna duda en darles vida a los innumerables tollones de seres, asignándoles tareas
imposibles de hacer, matándolos a todos lenta y dolorosamente, y luego relegándolos al olvido
total o a la condenación eterna. Si tal Dios existiera, todos nosotros, o casi todos, nos
encontraríamos en serias dificultades: ¿Quién de nosotros no ha violado una o quizás todas las
leyes de la vida terrenal?
Este tipo de Dios no solamente es malo, sino que también es desequilibrado. ¿Qué ser en sus
cabales crearía vida para el sólo hecho de destruirla? ¿O crearía vida inmortal para castigarla
eternamente? Estos conceptos son tan increíblemente absurdos, tan patentemente ridículos, que

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lo único sorprendente de ellos es que haya tanta gente que los haya defendido y se haya
expresado fervorosamente a favor de ellos por tantos siglos.
Consideremos la otra alternativa. Si el Ascendente es bueno, ¿cómo es posible que haya tanto
dolor o sufrimiento en el mundo? Muchos han dicho que el Ascendente es bueno, pero existen
otras fuerzas poderosas que no lo son. Estas otras fuerzas se oponen a la voluntad del
Ascendente continuamente y con mucho poder. Algunos dicen que el Ascendente sólo ha
creado lo bueno, pero otras criaturas han querido ser más grandes que el Ascendente y se
revelaron en una guerra tremenda que disminuyó el universo en gran parte y casi destruyó la
misma creación. Los argumentos que defienden la falta de previsión Omnisciente del
Ascendente o la Omnipotencia extrañamente limitada son verdaderamente fascinantes, pero
todo se reduce a un Dios que es bueno, aunque no perfecto del todo. O al menos no inteligente
del todo o todopoderoso.
Un Dios que no es totalmente perfecto es un Dios malo. Lo que parece suceder es que la gente
que sencillamente no puede entender que el universo pueda ser defectuoso, tiene que encontrar
una causa para los defectos. Esto es proyección en su sentido más puro. Me doy cuenta de que
el universo tiene defectos, por lo tanto su creador tiene que ser defectuoso, o debe ser opuesto
por un ser casi igualmente poderoso y defectuoso, que quiere decir la misma cosa en diferentes
palabras. Porque si puede haber un segundo ser, que es casi pero no exactamente tan sabio como
Dios y casi pero no exactamente tan poderoso como Dios y casi pero no exactamente tan bueno
como Dios, debe haber un sitio en el universo donde Dios no existe. Si Dios no es omnisciente,
no es omnipotente, no es omnipresente, no es muy amoroso, bondadoso o misericordioso,
entonces Él no parece realmente Dios. Lo que sí parece es que Él es la proyección de nuestros
peores miedos. Si adoramos o tratamos de apaciguar tal Dios, estamos adorando o tratando de
apaciguar nuestro propio miedo, nuestra propia naturaleza oscura. En otras palabras, ¡adoramos
a nuestro propio Ego!
Un Ser furioso casi omnipotente, capaz de aplastarnos a todos como insectos nocivos, listo a
condenarnos a una vida sin fin de pena y tortura si no guardamos sus diversos mandatos. ¿Por
qué quisiéramos creer en tal Ser? Una razón sería tal vez, para forzarnos a comportarnos
correctamente, pues una parte de nosotros cree que si no nos forzamos a hacer lo correcto
llegaremos a ser salvajes, egoístas, enloquecidos, y terminaremos dañándonos a nosotros
mismos y a los demás. Y si no confiamos en nosotros mismos para "ser buenos", ¿cómo
podemos siquiera soñar en confiar en otros? Entonces, la creencia de un Dios loco y malo, como
un instrumento para obligarnos a comportarnos con nosotros mismos y con otros se convierte en
un valioso aliado.
La dificultad de reprimir la verdad consciente o inconscientemente para "conformarnos con la
conformidad" consiste en que, tarde o temprano, engendra rebelión. Y mientras más
enérgicamente tratemos de aplastar la sublevación, más fuerza ganará la insurrección. Mientras
más rígida sea nuestra definición exacta de lo que Dios requiere, más se fragmentará nuestra
Iglesia al condenar grupos cada vez más grandes al fuego eterno del infierno. Cuando morimos,
nos aseguramos de ser sepultados en el cementerio cercano a nuestra Iglesia; no queremos que
ni siquiera nuestro cadáver putrefacto sea asociado con aquellos paganos y pecadores que
seguramente van a achicharrarse en los fuegos del infierno de eternidad en eternidad.
¡La paz sea con esa tontería! La verdad Ascendente se encuentra igualmente en todos o en
nadie.
Si el Ascendente verdaderamente es todo bueno, todopoderoso, presente en todas partes, la
única alternativa es dudar de nuestras percepciones previas y las conclusiones que hemos sacado
de esas percepciones. Cuando se elimina lo imposible, lo que queda, aunque parezca
improbable, es la verdad. Hemos visto lo que pasa cuando proyectamos nuestro dolor y
sufrimiento en el exterior: Dios se hace cruel, impotente, malo, loco o, por lo menos,
indiferente. Pero ¿y si nuestras proyecciones son falsas? Supón, para los efectos de la discusión,
que el Ascendente es verdaderamente bueno, todopoderoso, presente en todas partes,
perfectamente amoroso y preocupado por todas y cada una de sus creaciones. Vamos a
referirnos al buen Ascendente como nuestro punto de partida y ver qué tipo de universo resulta
de esa premisa.
Si el Ascendente es verdaderamente bueno, ¿cómo puede haber cualquier tipo de dolor o

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sufrimiento? Si el Ascendente es verdaderamente todo amor, ¿cómo podría sufrir cualquier
nivel de la creación? Y si el Ascendente no permite o acepta el sufrimiento y de todos modos la
creación sufre, ¿no es esto prueba de que hay una segunda voluntad maléfica en la creación que
se opone a la voluntad del Ascendente?
Hay otra posibilidad. Ésta es una idea vieja que ha pasado de moda en la mayor parte del
mundo debido a la falta de entendimiento de cómo hacerla mejor que sólo un pensamiento
singularmente fascinante. Podemos tomar como premisa el hecho de que el Ascendente es
omnipresente, perfectamente bueno y omnipotente si dudamos de nuestras conclusiones y
percepciones de que el sufrimiento y lo malo existen. Cuando despertamos de un sueño, ¿qué
les pasa a los personajes del sueño? ¿Qué le pasa a los dolores que experimentamos en el sueño,
las creencias del sueño? Desaparecen como si nunca hubieran existido.

Dos tipos de maldad


Hay dos tipos de maldad, o eso es lo que creemos a menudo: aquella que finalmente resulta
ser bien, y aquella que es puramente destructiva, sin ningún efecto positivo. El segundo tipo es
el único reto significativo para la comprensión de la naturaleza totalmente buena del
Ascendente, porque el primer tipo, el tipo que eventualmente termina en bien, debe ser bien, y
es sólo nuestro entendimiento limitado de causa y efecto lo que nos hace interpretarlo de forma
diferente. Alguien podría decir que es malo que los botones de las flores mueran. Pero si
esperamos con un poco de paciencia, vemos cómo emerge la flor. ¿Después de eso, quién
lamenta la pérdida del botón? Por tanto, este tipo de mal es sólo una mala interpretación de algo
bueno, debido al alcance limitado de nuestros sentidos y de nuestro entendimiento.
La verdad afortunada es que este segundo tipo de mal, el que es puramente malvado sin
ningún efecto bueno, es estrictamente una fabricación mental del tipo más extraño. La simple
realidad es que todo, en todo momento, siempre nos conduce al bien. Es sólo nuestra
perspectiva la que es limitada, son sólo nuestros ojos los que han aprendido a ver erróneamente.
Esto es un pensamiento maravilloso, aunque sólo lo podamos tener por un instante. Si
finalmente todo lo malo va a traer bien, ¿entonces dónde está lo malo? ¡Debe ser un instrumento
del Ascendente! La oruga muere; desde una perspectiva, es malo, pero mira el resultado: ¡nace
una mariposa!
¿Es mala la muerte de la oruga? Si estuviéramos muy apegados a la oruga, tal vez su muerte
nos podría parecer mala, horrorosa, terrible. Pero mira la belleza que resulta de esa muerte.
Estoy seguro de que puedes pensar con facilidad en otros ejemplos que se oponen a esta teoría.
Miles de veces en la historia del mundo y de tu vida han existido cosas terribles que no han
traído nada bueno como consecuencia. Quizás algunos ya han dejado de leer este libro,
quejándose de que esto es otra forma de misticismo o algo similar, inútil para la vida práctica. O
tal vez ya haya ofendido profundamente tus sensibilidades religiosas, tan penosamente
adquiridas, y que aun sigues leyendo para encontrar más pruebas y demostraciones de que esta
enseñanza es inválida, satánica o de algún otro modo dañina. Y quizás algunos de los que sigan
leyendo, con hambre en sus corazones, lo estén haciendo con reservas graves. Hay tanto de
nuestra experiencia humana que parece carecer de sentido, tan llena de dolor. Creemos que
hemos sido traicionados tantas veces. ¿Qué pasaría si las técnicas de la Ascensión de los Ishayas
son otra desilusión? Seguramente es mejor no involucrarse. Seguramente es mejor estar seguros
que no ser lastimados nuevamente.
Estoy de acuerdo en que el sufrimiento es la verdad aparente. Estoy de acuerdo en que la
verdad puede parecer incontrovertible, que todo mal, dolor y agonía parecen ser las dosis
perpetuas de nuestra corta vida. Pero te pediría que consideraras por un momento lo que
significaría si pudieras ver la alternativa. ¿Qué significaría que la vida no fuera destinada al
sufrimiento? ¿Qué significaría si en realidad la vida fuera destinada al regocijo, al amor, al
progreso y a la felicidad?
Hay una película vieja, maravillosa que se titula It's a Wonderful Life (Es una vida
maravillosa). El protagonista, Jimmy Stewart, agoniza ante la inutilidad de su existencia, y se le
demuestra lo que el mundo hubiera sido si él no hubiera existido. Todo en su pueblo, todo en las

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vidas de sus familiares y amigos, hubiera sido peor sin su presencia allí. El tema es maravilloso:
desde nuestra perspectiva humana es muy difícil evaluar el efecto que tenemos en el universo.
Podemos llevar esto un paso más adelante diciendo que la ausencia de la vida de cualquiera
sencillamente es imposible. Todo es parte del gran Diseño Cósmico. El hecho de que esto no
parezca ser así no cambia el hecho de que esto sea así. Aun es cierto que la realidad no es
democrática en estos momentos, y nunca lo será.

Un nuevo modo de vivir


Considera cuáles son los requisitos para el desarrollo de nuestra felicidad y salud. Si nuestra
vieja visión del mundo ha pasado de moda, no nos ha satisfecho, si estamos enfermos, o no
estamos llenos del regocijo continuo de la vida, es necesario que experimentemos un nuevo
modo de vivir, un nuevo modo de percibir, un nuevo nivel de conciencia. Para hacer esto,
tenemos que cambiar nuestras creencias queridas y anticuadas. Porque son precisamente estas
creencias las que estructuran nuestras percepciones y nuestro mundo. No es probable que los
duraznos crezcan en un árbol de manzanas. Si no nos gustan las manzanas y queremos du-
raznos, tenemos que sembrar un árbol diferente. Si hay áreas en nuestra vida de las que no
estamos contentos, en las cuales no encontramos satisfacción completa, perfecta paz, regocijo
ilimitado y si queremos cambiar estas áreas, será necesario adoptar un modo diferente de ver
nuestras vidas y nuestro mundo.
Cuando nos miramos a nosotros mismos o a otros con condenación, contribuimos a la
disminución del ritmo vibratorio del universo. Esto no quiere decir que debemos reprimir
nuestros sentimientos negativos, si los tenemos. Reprimir la negatividad es una de las causas
más grandes del colapso de nuestra salud mental, emocional y física. No nos favorece tener
sentimientos negativos hacia algo o alguien y forzarnos a ignorarlos. De todos modos tendrán
sus efectos. Y su efecto será más fuerte mientras más energía le demos al reprimirlos. Pero es
posible cultivar un estado de conciencia en el cual miremos siempre al mundo con compasión
divina. En vez de mirar afuera y ver pecado por todos lados, miremos afuera y veamos a todos
tratando de hacer lo mejor que pueden.
Ésta es la percepción del iluminado: todos hacen lo mejor que pueden, en todo lugar, en todo
momento. Sin excepción. Podríamos decir que lo mejor de una persona podría ser lo peor de
otra pero esto es comparar, es prejuicio, condenación, no es amor ni misericordia. Es mejor para
nuestra paz mental que tengamos sólo una conclusión del mundo, que todo el mundo hace
absolutamente lo mejor que puede en todo momento. Esto es el derivado inmediato y práctico
de la conclusión de que el Ascendente es bueno, que el Ascendente es todo amor, total presencia
y total sabiduría.
Otra forma de verlo, es decir: "En todo momento sólo existe lo bueno." ¡Qué alivio para una
mente cansada tener este pensamiento tan sencillo! Mantener este pensamiento únicamente nos
reta a ver lo bueno en lo que la mente superficial ha juzgado como malo o sin valor. Mantener
este solo pensamiento nos lleva más y más profundo hacia él desarrollo de nuestra conciencia
individual. Mantener este solo pensamiento nos inspira a aprender lo bueno en todas las cosas.

54
Capítulo10

Iluminación
No hay distancia entre tú y tu Dios.

¿Qué es exactamente la Iluminación? Se ha hablado acerca de eso durante muchos años, pero
¿qué es realmente? ¿Es distinta a la Salvación Cristiana? ¿Es lo mismo para los budistas,
hindúes, taoístas, sufíes, musulmanes, cristianos, agnósticos, ateos? ¿Quién habla exactamente
por Dios? ¿Puede alguien experimentar su palabra? ¿Puede haber profetas y sabios en estos
tiempos, o son solamente un fenómeno histórico, que no se encuentra en el mundo moderno? ¿O
habrán existido verdaderamente? ¿O su existencia supuesta fue solamente una forma de
exaltación histórica? ¿Existen los milagros, o son meramente producto de la fantasía?
¿Te conmueven profundamente estas preguntas? Si no te parecen prácticas, relevantes en tu
mundo y en tu vida, probablemente no te interesan. Si es así, ¿qué es lo que te fascina? ¿Qué es
lo que le interesa al ser humano de hoy día? ¿Estamos todos satisfechos con la calidad de
nuestras vidas? ¿Acaso nos preocupa a algunos de nosotros cuál es el potencial de la experiencia
humana? ¿O estamos demasiado interesados en nuestra posición social y financiera para que
otras cosas nos preocupen? ¿Y si la expansión de conciencia resultara en más éxito en cada área
de interés nuestro? ¿Y si fuera verdaderamente posible hacer cualquier cosa que deseáramos,
cualquier cosa? ¿Entonces nos interesaría?
Para algunos de nosotros, puede ser que alguna vez estuvimos interesados pero luego nos
topamos con un maestro, o una enseñanza, o un pastor, o una iglesia, o una ciencia, y ahora
estarnos completamente satisfechos con recibir respuestas de otros y rara vez o nunca buscamos
nuestra propia verdad interna. O puede ser que nos desesperamos por no haber encontrado las
respuestas y abandonamos nuestra búsqueda.
Otra forma de no encontrar ninguna respuesta es experimentar un poco de todo lo disponible y
no experimentar nada profundamente. De vez en cuando gente así viene y aprende las técnicas
de los Ishayas. Estas personas tienen el hábito de probar un poco de todo lo que encuentran, sa-
cudiéndose violentamente, buscando la verdad por todas partes, sin encontrarla en ningún lugar.
Este método de enfoque a ciegas a la Iluminación no puede tener éxito. Solamente llegando
profundamente a tu corazón puedes progresar. Sólo buscando adentro de ti mismo encontrarás
las respuestas. Adaptarnos al sistema de creencias de otro no es la solución. Seguir a ciegas a
otro maestro o enseñanza, al fin y al cabo no tiene sentido. El Verdadero Maestro indicará que
la verdad yace en el corazón del que busca. Sólo allí es posible el progreso. El Maestro
Verdadero siempre desea la independencia de sus seguidores. No busca la adoración
esclavizante. El crecimiento viene de adentro para afuera. Siempre.
Dentro de cada uno de nosotros yace una fuente de tesoros y riquezas sin descubrir. Escondido
muy dentro de nuestros corazones yace una belleza más grande de lo que ojos humanos hayan
visto jamás; dentro de una enjoyada cámara secreta dentro de nuestro pecho, se encuentra
guardada una sabiduría más grande de lo que la mente humana jamás se haya imaginado.
Seguridad, libertad de todo miedo reside allí. Así como también la satisfacción de cada deseo, la
calma de toda tormenta, una mano cariñosa que seca cada lágrima, un bálsamo tranquilizador
para aliviar toda herida.
¿Qué se puede hacer para liberar nuestro genio escondido? Aun la psicología moderna ha

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determinado que la persona media usa un porcentaje terriblemente pequeño de su potencial
mental. La mayoría está de acuerdo en que el adulto promedio sólo usa del 5 al 10 % de su
capacidad humana. ¡Qué gasto de vida tan trágico es que nunca usemos nuestra capacidad
mental total, la cual yace sin ser apreciada, sin ser utilizada, desconocida!
Dentro de cada uno de nosotros hay una reserva magnífica de creatividad y brillantez. No es
difícil aprender a conectarnos con este recipiente interno. Lo que nos detiene es sólo hábito. Es
el hábito lo que impide el uso de nuestras mentes. Es el hábito lo que nos mantiene creyendo en
una vida limitada de altibajos, de gozo y dolor, de éxito y fracasos. Cualquier hábito puede ser
destruido o reentrenado. Se pueden cambiar nuestras creencias si ellas son las que mantienen la
mente encadenada a una porción muy pequeña de su potencial total.
La Ascensión es un proceso sistemático de reeducar a la mente para liberarse de prejuicios y
condenación. Éste es un proceso completamente automático; una vez que se empieza continúa
por sí mismo. La mente se asemeja a un disco fonográfico, con surcos en nuestros cerebros,
circuitos de neuronas formados por experiencias y pensamientos repetidos. Mientras más
repetimos una acción específica o repetimos un pensamiento específico, más se acentúan los
surcos en nuestro cerebro. Esto es algo como una maldición si los hábitos son dañinos, pero
también podrían ser una gran bendición. Por ejemplo, la vida no sería extremadamente práctica
si tuviéramos que recordar cómo caminar cada vez que damos un paso.
Es posible entrenar la mente de nuevo para que los surcos más profundos sean los que lleven a
la expansión de la conciencia, a la liberación. Cada técnica de concentración trata de hacer esto
a la fuerza; cada psicólogo y psiquiatra trata, a ciegas, de deshacer los modelos de
comportamiento más profundos y de reemplazarlos con un grado mayor de autonomía
comprensiva; cada buen líder religioso espera disminuir los modelos negativos de
comportamiento en sus seguidores mediante la introducción de un poder espiritual más elevado.
Rendimos honor y respeto a todo enfoque que sea útil para la transformación de la conciencia
humana desde el campo de problemas hacia el campo de soluciones, el origen de todo lo que
existe. Como resultado de nuestra experiencia, es claro que no es difícil cambiar la vida; de
hecho, es sumamente fácil.
Por ejemplo, si te gusta el pastel de chocolate alemán y, suponiendo que no estés demasiado
gordo y no estés a dieta, no tienes problemas físicos ni compulsiones mentales con comer
azúcar o grasas, si no tienes ninguna razón para no comer el pastel de chocolate, y tienes
hambre, y alguien te ofrece un pedazo, ¿te será difícil aceptarlo, y comerlo, y disfrutarlo? Pero
¿que pasará si crees que estás gordo, estás a dieta, te preocupan el azúcar en la sangre y el
colesterol, y acabas de comer una enorme cantidad de comida de siete platos, estás contando tu
dinero y el pedazo de pastel es caro? Si decides comértelo, ¿crees que lo disfrutarías?
¿Cuántas veces nos hacemos esto a nosotros mismos? Invertimos una cantidad enorme de
nuestra fuerza emocional, espiritual e intelectual en el cumplimiento de un deseo, y al mismo
tiempo socavamos nuestros esfuerzos en un coro continuo de dudas. A menudo algunos de estos
deseos son tan habituales, o tan bien escondidos, que ni siquiera nos damos cuenta de lo que nos
estamos haciendo a nosotros mismos hasta que es demasiado tarde.
La mente humana es un instrumento fascinante. Es lo suficientemente compleja para hacer
cualquier cosa. El número de combinaciones y permutaciones posibles de las neuronas en el
cerebro humano es más grande que el número de átomos en el universo entero. Es una máquina
extraordinariamente sorprendente, casi infinitamente compleja, capaz de darse cuenta de
cualquier verdad, de experimentar cualquier cosa. El cerebro humano es tan sutil que aun puede
experimentar la conciencia misma, la más abstracta esencia de todo.
Si esta máquina extraordinaria puede actuar de manera completamente unificada, el poder de
su fuerza de pensamiento será suficientemente poderoso para hacer cualquier cosa. Esto es a lo
que Cristo se refería cuando dijo que si tu fe era del tamaño de un grano de mostaza, sería capaz
de mover montañas. El poder de la mente perfectamente concentrada es literalmente ilimitado.
Pero el poder de la mente dividida es débil, ineficaz. Si deseamos algo, el truco para realizarlo
es no socavar el deseo con la miríada contraria. De nuevo, esto es un hábito. Podemos entrenar
la mente para pensar de un modo enfocado, o podemos seguir pensando como la mayoría de las
otras mentes humanas, con conflicto y diversidad. La simple sugerencia de la Ascensión es que
este proceso de entrenamiento nuevo no solamente se logra sin esfuerzo, sino que también es

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fácil, completamente natural y sumamente rápido.
Parte del secreto es encantar a la mente durante cada fase de esta transformación. La mente
siempre siente codicia por más experiencia, más amor, más paz, más estimulación, más cono-
cimiento; siempre más. El hecho afortunado es que la mayoría de esto yace adentro; la mente
sólo necesita aprender cómo tomar el ángulo correcto, de ahí en adelante el proceso se hace
perfectamente automático. En efecto, será imposible impedir que los surcos nuevos se arraiguen
en el cerebro y se hagan más hondos e intensos hasta que los viejos surcos se eclipsen y
finalmente desaparezcan.
La razón de todo esto es que el estado natural de la conciencia humana es la Iluminación. La
mente humana preferiría funcionar con un deseo perfectamente enfocado sin defecto que de otra
maneja. Preferiría experimentar permanentemente su estado más expandido que cualquier otra
cualidad limitada de su ser. Esto sólo requiere una modificación mínima en el modo que ha sido
enseñada para mirarse a sí misma y a su mundo; esta transformación milagrosa ocurre
automáticamente.
Principalmente es la culpa y el miedo lo que mantiene a la mente atrapada en la creencia de
que no está iluminada. Esto puede no ser inmediatamente obvio, pero un escrutinio cuidadoso y
sincero de tu propia mente revelará que generalmente sólo hay dos tipos de pensamientos:
aquellos que se basan en el amor y son unificadores y aquellos basados en el miedo y que
dividen. Si observas tu mente por cinco minutos, probablemente te sorprenderá la miríada de
pensamientos y deseos sin sentido y contradictorios que experimentas. Poseemos la máquina
más increíble en el universo, capaz de experimentar cualquier realidad, capaz de descubrir cual-
quier verdad, dotada para llevar a cabo cualquier deseo. ¿Qué es lo que se hace típicamente con
esta máquina magnífica? El modo normal de operación es mutar entre pensamientos y deseos
mutuamente contradictorios docenas de veces cada minuto. Si la mente fuera un receptor de
radio, sería como si se cambiara entre canales cada segundo o más; eso causaría una recepción
desagradable y ruidosa, difícil de escuchar. Sería, de hecho tan difícil de escuchar que te
sentirías agotado después de tratar de escucharla por unas horas; te sentirías obligado a apagarla
y no escuchar nada por un tiempo.
Ésta es nuestra experiencia en el estado despierto. La mente es un receptor de percepciones,
imágenes y pensamientos; éstos pasan en fila india en una sucesión sin fin hasta que se agota y
ella tiene que apagarse para restaurar sus muy reducidos recursos moleculares y poderes sutiles.
En consecuencia, dormirnos.
La mente no es sólo un receptor de información sensorial. Es lo suficientemente sutil para
conectarse directamente con la materia mental que es el componente fundamental del universo,
la mente es una máquina que se conecta a ti, el individuo, al origen universal de todo, al
Ascendente. Cuando la mente está enfocada, cuando sus energías están concentradas como un
ente, eres capaz no sólo de experimentar al Ascendente, sino de transmitir tus deseos al
Ascendente.

El Ascendente
Cuando percibimos el mundo externo, estamos mirando a nuestras propias definiciones de
formas y objetos pero no al Campo Unificado, subyacente, en que ellos aparecen. Del mismo
modo que en nuestro mundo interior, los sentimientos y pensamientos confunden nuestra
conciencia, pero la conciencia de la conciencia no se experimenta. El Ascendente es el espacio
en el que las cosas existen; es la esencia desde la cual se hace todo: pensamientos, sentimientos,
cualquier cosa como la computadora o mi tía Daisy.
Éste no es un vacío, tal como algunos afirman; esto no es una realidad vacía o negativa; mejor
dicho, el Ascendente es un estado positivo de plenitud, de energía potencial infinita, desde la
cual todo surge. En vista de que el Ascendente subyace a todo en la creación permeándola, se le
llama Omnipresente. Todo viene de ello y existe sólo a causa de ello; nada puede existir o existe
en aislamiento. Todo se compone del Ascendente fluyendo continuamente en y fuera de
manifestación.
No se puede medir o definir al Ascendente. Podemos asignarle un nombre, como el Infinito,

57
Ilimitado o Absoluto, pero estos nombres todavía implican que es "algo", cualquier nombre para
el Ascendente o creencia acerca, del Ascendente no es la experiencia del Ascendente. ¡Sólo
cuando abandonamos nuestra existencia en tratar de limitar lo limitado al asignarle conceptos
del estado "Despierto" es que la luz infinita del Mundo Primordial amanece dentro! Liberado de
fabricaciones acerca de la naturaleza de la realidad, se experimenta la conciencia como absoluto
e idéntico con todo lo que es.
El Ascendente es sin causa previa, es su propia causa; es "siempre lo mismo", es inalterable.
Como el agua, no se cambia, a pesar de cuánta tierra se le agregue; sólo su claridad es velada,
mientras que su naturaleza esencial permanece. El Ascendente es estabilidad perfecta, es la Base
de todas las Bases. No hay una experiencia de dualidad en el Ascendente, no hay diferencia
entre el ser y el Ser. No hay separación. Como en una experiencia pico mientras uno está
pintando, escribiendo o componiendo música, no hay dualidad subjetivaobjetiva. No hay
pensamiento en el Ascendente, no hay sentimiento, no hay nada más que Silencio Eterno,
autosuficiente.
El Ascendente es la última realidad desde la cual todo ha venido y en la cual todo continúa
existiendo para siempre. Experimentar esto es nuestra naturaleza verdadera, es Iluminación;
quedarse ignorante de esto quiere decir permanecer enganchado por los límites de la Ilusión
vida tras vida, prendido en la rueda de Samsara, cambio cíclico. Mediante Ascensión se
experimenta al Ascendente como nuestra propia naturaleza esencial, como la conciencia de la
conciencia misma, como conciencia pura ilimitada. Ésta es la experiencia de la libertad infinita.
Ésta es la liberación de los límites del ego. Dado que el Ascendente es el origen de todo
reconociendo que "yo soy eso" significa que me doy cuenta que yo soy todo interpenetrante.
Esto es el estado de Ser, libre de cualquier dualidad y toda dualidad, libre del sentido de Mío o
aun Soy, el Ascendente sencillamente es. Y Eso soy yo.
Aunque la experiencia del Ascendente es imposible de definir en palabras, es una experiencia
verdadera. En verdad, la experiencia del Ascendente es más real que cualquier experiencia del
estado despierto. La experiencia de lo ilimitado es infinitamente abstracta y aun infinitamente
concreta. Una vez habiendo probado esto claramente, la vida no puede permanecer en lo mismo.
No hay un previo modelo de comportamiento, hábito, juicio o creencia que pueda resistir la
fuerza de la Conciencia Ilimitada porque el Ascendente es la raíz de todo.
Cuando la mente experimenta el silencio del Ascendente, no hay movimiento de pensamiento.
Es como un charco perfectamente quieto, no tocado por el viento, no hay ondas, ni rizos, ningún
movimiento de cualquier clase, cuando la mente está abierta a la experiencia del Ascendente. El
estado puede ser medido por el electroencefalógrafo: la coherencia de ondas cerebrales es la
medida objetiva de la experiencia subjetiva del ascender.
La mente consume mucho menos energía, cuando flota en el Ascendente; a causa de esto, el
cuerpo se establece en el estado más hondo de descanso. En el estado perfecto del silencio
infinito, no hay necesidad para el aliento, el individuo retiene vida al reconocer que él o ella es
parte de la vida universal, de ningún modo diferente o separado de la existencia eterna; en otras
palabras, la vida continúa porque la vida es la esencia del Ascendente. En este estado, la
putrefacción no es posible, ninguna enfermedad, ni muerte, ni ningún sufrimiento; ningún dolor.

Soñando
Uno de los hechos más fascinantes del Ascendente es que cualquier impulso que se mueva allí
reacciona inmediatamente dentro de ello para manifestar forma. Nuestros sueños por la noche
reaccionan imperfectamente con el Ascendente para producir visiones de hechos improbables de
cualquier cosa y de toda cosa. Debido a que generalmente no estamos muy conscientes cuando
estamos durmiendo, tenemos poco control de nuestra máquinamente cuando actúa
recíprocamente con el Ascendente. Así es que, rara vez, parece como si estuviésemos guiando
nuestros sueños. Se puede cambiar esto con práctica, potencialmente puede haber ganancias
enormes al estudiar los sueños.
En vista de que el Ascendente es el depósito de la inteligencia infinita, y en vista de que varias

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de nuestras inhibiciones en cuanto a contactar el Ascendente están relajadas mientras estamos
durmiendo, un alto grado de orden sutil subyace en nuestros sueños. Entender lo que nos están
diciendo, aprender los mensajes de nuestro Yo Superior en el campo de los sueños, es un área
de estudio fascinante; la maestría de la creatividad pura de los sueños puede abrir la puerta de la
maestría en la habilidad de crear cualquier cosa deseada.
Soñar era sagrado en muchas civilizaciones antiguas. Se creía que los sueños nos abrían el
hogar de las fuerzas celestiales, así es que ninguna persona inteligente ignoraba el consejo
adquirido desde los reinos sobrenaturales ingresados en los sueños. Algunas sociedades muy
avanzadas construyeron templos donde los individuos iban a soñar y a adquirir el consejo de los
Dioses, por ejemplo Egipto y la Grecia Antigua tenían muchos cientos de ellos. Aun hoy,
ciertos aborígenes mantienen que el estado de conciencia más importante es el sueño. Una
característica común de esta creencia es que de hecho nuestro mundo del estado despierto esta
siendo soñando por alguien. También se encontraba este entendimiento en la India Antigua:
Narayana (Vishnu) duerme sobre la serpiente Sesha (el depósito de todos los universos previos)
sobre el océano cósmico (el Ascendente); sus sueños crean universos de nombre y forma, uno
de los cuales por casualidad nosotros habitamos.
Esto refleja la verdad: el estado despierto de la conciencia no es absoluto. Nuestra experiencia
de vida no es sólida ni inalterable sino que es producida por nuestras creencias y juicios. Si
queremos, podemos cambiar nuestras mentes; esto necesariamente nos da una perspectiva
diferente en cuanto a la vida; el sufrimiento ya no es necesario en el estado despierto como
tampoco lo es en el de sueño. Podemos cambiar nuestras percepciones y experiencias al cambiar
nuestras creencias. No tenemos que quedar enganchados a nuestras interpretaciones espaciales,
temporales, culturales, familiares o interpretaciones pasadas del mundo. Y aun para la mayoría,
sobre todo los que no se están desarrollando a niveles más elevados de conciencia, los dictados
de la racionalidad y del razonamiento empíricos parecen absolutos; es difícil si no imposible
escribir de nuevo el sueño de toda la vida, que es nuestro drama del estado despierto.
Pero para todos el estado de sueño es libre de toda restricción, lo cual es exactamente por qué
tantos tienen tanta dificultad en entender los símbolos escondidos en los sueños. Todo sueño
puede servir, como recurso de curación o de realización interna; soñar integra nuestra
experiencia del mundo externo con nuestro antiguo conocimiento interno, reunido durante
innumerables vidas. No hay una barrera al futuro y al pasado en el estado de sueño; así es que la
cantidad total y variedad de información trasmitida en sueños es increíble. Algo de esta
información incluye contacto directo con nuestro Yo Superior, precognición, experiencias de
vidas pasadas o vidas futuras, dramas mitológicos, comunicación con seres celestiales, análisis y
exploración de la realidad del estado despierto, tensiones profundamente enraizadas, miedos,
humor desenfrenado y fantasía. Todo esto está envuelto en la experiencia metafórica y
simbólica que puede o no tener sentido en la mente del estado despierto.
Dado que todos nos libramos de las inhibiciones y restricciones de nuestras visiones adaptadas
del mundo, éstos pueden ser un sendero excelente para el conocimiento del ser. No hay ninguna
norma social aceptada, ningún dictado familiar, ninguna defensa inculcada en nuestros sistemas
de creencias; es por esto que el conocimiento pleno de la verdad espiritual está menos escondido
de nosotros mientras estamos soñando.
Las consecuencias más serias de nuestro universo del estado de conciencia lúcida son las
tensiones que se alojan en nuestros cuerpos sutiles; éstas son libradas durante la Ascensión y
durante el sueño. Ascender durante el sueño es un modo poderoso de acelerar este proceso.
Soñando cualquier sueño deseado, dirigiendo los sueños en cualquier dirección deseada es el
resultado natural de la expansión de la conciencia. Esto ocurre naturalmente cuando uno está
despierto durante el sueño en las fases mas altas de Iluminación; antes de esto, esta habilidad
desarrolla cualquier alcance que se pueda mantener mientras la conciencia está dormida.
Despertar durante el estado de sueño (dándose cuenta de que se está dormido y soñando) es un
signo de calidad de testigo que desarrolla la conciencia perpetua. Esta forma de soñar, el sueño
lúcido, ocurre con más frecuencia durante el sueño REM, que llega tarde por la noche, después
de una noche completa de descanso. Enfocarse en la base de la garganta mientras uno se duerme
puede causar el sueño lúcido; típicamente la conciencia se reúne en la base de la espina dorsal o
en el corazón durante el dormir profundo, y en el plexo solar o la garganta durante los sueños.

59
Desarrollo de la libertad
El análisis de los sueños apropiadamente llevado a cabo puede, con el tiempo, llevar a la
Iluminación completa.
Pero hay modos más rápidos. ¡Si sólo pudiéramos aprender a actuar recíprocamente con el
Ascendente con nuestras mentes despiertas! Entonces la satisfacción de nuestros deseos sería
inevitable e instantánea.
El Ascendente es el origen de todo, nada reside fuera de ello; nada se construye de cualquier
cosa sino de ello, nada puede existir aun por el más mínimo fragmento de tiempo fuera de ello.
Es la parte consciente de la conciencia; ello es la parte de existencia que existe. Es todo lo que
jamás ha sido, todo lo que será; a usted le ha sido dado el regalo máximo por su nacimiento con
su sistema nervioso humano: una máquina que no sólo puede experimentar al Ascendente, sino
dirigirlo en cualquier forma que usted elija.
De verdad, usted ya está dirigiendo el Ascendente todo el tiempo. Pero si su mente no esta
enfocada continuamente en un deseo a la vez, sus mutuamente contradictorios pensamientos y
deseos se cancelan el uno al otro. No del todo, por supuesto, o de otro modo sería un
esquizofrénico catatónico, no haría nada sino sentarse y mirar fijamente al espacio. En vista de
que está leyendo esto, se puede asumir con seguridad que usted no es tan contradictorio que está
navegando en círculos inútiles en el barco de su mente.
La mente en contacto con el Ascendente es como un estanque perfectamente quieto. Los
pensamientos y deseos son como las piedras lanzadas en el estanque; si una piedra cae, hace
ondas perfectamente concéntricas que se extienden bellamente por el agua y llegan a la orilla
lejana. Si se lanzan dos piedras, habrá crestas y valles que se cruzan unos sobre otros
enfatizando unos y cancelando otros. Si un manojo entero de piedras son arrojadas al agua a la
misma vez, el caos es el resultado; no queda Orden, el reflejo en el charco se quiebra en una
miríada de fragmentos imperfectos; la luna llena podrá surcar los cielos serenamente, pero el
estanque mostrará sólo movimientos frenéticos.
En cualquier playa arenosa, el tipo y la calidad de las olas determina en gran medida la forma
de la arena. El tipo y calidad de las ondas de nuestros pensamientos determinan en gran medida
la forma de nuestras mentes. Las ondas causadas por nuestros pensamientos y deseos producen
efectos tanto inmediatos (de la superficie) como de largo plazo (subyacentes). Cuando el
modelo de pensamiento y deseo es caótico, el resultado necesariamente serán experiencias
anormales (mentales, emocionales o físicas) y comportamiento anormal. El alcance del
pensamiento caótico determina directamente el alcance del desorden en la vida. Cuando el
modelo de pensamiento y deseo es ordenado, el resultado es la salud, felicidad, regocijo,
progreso, creatividad, satisfacción.
Esto puede ser fácil de alcanzar intelectualmente con respeto a la vida individual: si mi
pensamiento es desordenado, mis acciones y vida serán desordenadas. Pero en vista de que el
Ascendente es el Origen de todo, también es cierto que mi pensamiento caótico reaccionará con
todas las partes del Universo en todas las épocas y todos lugares. Como salmones que regresan a
sus lugares de incubación para engendrar, no hay accidentes del destino, sólo hay nuestros
propios pensamientos que regresan a su origen en nuestras mentes individuales.
Literalmente no hay a nadie a quien inculpar, nadie que condenar, nadie que juzgar de
cualquier modo. Mis deseos han creado mi Universo sólo para mí; sus deseos han creado su
universo sólo para usted; el hecho de que tantos de nuestros universos parecen tan similares es
una coincidencia feliz o útil que define nuestra humanidad común. (Aquellos cuyos universos
individuales están muy fuera de sincronía con la mayoría de la humanidad tienden a terminar en
hospitales psiquiátricos o prisiones.) Esto implica que la mejor cura para toda enfermedad
mental o física es la misma: reconectar conscientemente de nuevo la mente individual al

60
Ascendente.
La mente humana es tan infinitamente flexible que se puede estirar en experiencia desde lo
más concreto hasta lo abstracto, desde la realidad física experimentada por nuestros sentidos
hasta la realidad abstracta interna de la conciencia misma.
El hilo unificador de la vida es el amor. Desde lo más abstracto hasta lo más concreto, en todo
nivel de existencia, corre este hilo delgado. Parece delicado, una cosa frágil, quebradizo, o que
se puede perder con facilidad, pero no es así. Es más inflexible que el granito, nunca puede ser
roto ni disminuido ni perdido; y siempre está creciendo, principalmente por ser entregado. No
podemos salir de él, aunque a veces creemos erróneamente que lo hacemos. Más bien lo que
pasa cuando sentimos que estamos fuera del amor es que nuestros deseos contradictorios
proyectados han hecho imposible que nuestro vínculo provea más desarrollo. Esto es la
descripción más bondadosa y exacta. Porque debajo de todos nuestros deseos, la mezcla de
impulsos contradictorios que lanzamos a las aguas quietas del Ascendente, allí reside para
siempre nuestra intención original, cristalina, sin defecto, pura, dirigiendo nuestro ser a través
de las situaciones, vida tras vida, mundo tras mundo. ¿Y qué es esa intención original? Es
volver a nuestro origen. No estamos y nunca estaremos aquí en nuestro hogar; siempre
sentiremos que somos los vagabundos desposeídos del tiempo. Lo que verdaderamente somos.
Como Pellinore en las leyendas de Arturo, hemos perdido nuestros reinos y vagamos a la deriva,
oxidándonos lentamente a partir de que nuestro hogar se nos ha hecho invisible.
Sin embargo, nuestro exilio es lo que nos hemos impuesto a nosotros mismos. Nosotros
podemos escoger regresar de donde venimos, cuando así lo deseemos. Nada puede ser un
impedimento entre nosotros y la reunión con nuestro origen, porque verdaderamente nunca
hemos dejado el Ascendente. Sólo pensábamos que lo habíamos hecho; hemos viajado
extremadamente lejos en nuestra imaginación, pero es meramente fantasía. El Ascendente
esperará con paciencia y por toda la eternidad, si fuera necesario, para que recordemos por qué
somos Ascendente. No importa cuánto tiempo nos olvidemos de este hecho sencillo, no importa
cuánto tiempo neguemos de manera inflexible que esto es cierto o continuemos construyendo
sueños falsos y creencias extrañas, el Ascendente nos espera con paciencia. No hay ningún
pensamiento que podamos tener, no hay una acción que podamos ejecutar, que jamás cambie
este hecho sencillo. El Ascendente es la raíz de todo lo que somos, es la expresión completa de
todo lo que seremos; es el origen no solamente de nosotros, sino de todo en todas partes y en
toda época. La vida, por lo tanto, es extremadamente fácil de comprender.
Si esto parece difícil de captar, es sólo porque hay alguna parte de ello que no se ha
comprendido apropiadamente. Esto sólo puede ser porque todavía hay algunos lugares oscuros
de nuestras personalidades que no han sido atendidos. ¿Cómo podemos cambiar esto? ¡De
cualquier manera que funcione!

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Capítulo 11

Tres estados de liberación


Cualquier cosa que puedas hacer o soñar que puedes,empiézala.
El arrojo tiene genio, poder y magia en sí mismo.

La conciencia perpetua

No es suficiente probar el Ascendente sólo durante la meditación silenciosa con los ojos
cerrados. El desarrollo completo requiere un movimiento del Ascendente a la vida diaria. Para
llevar esto a cabo, la vida misma llega a ser el maestro. Cada deseo, cada conflicto, cada
problema es una oportunidad presentada por este maestro maravilloso sin defecto, para librarnos
de los confines del ego y aprender que el Ascendente es la realidad subyacente aspirando al
desarrollo; cada experiencia nos enseña exactamente qué deseos y aversiones mantienen
nuestros modelos pasados de comportamiento destructivo. Cada situación de vida se convierte
en una oportunidad para desarrollarse hacia la iluminación. En cuanto llegamos a ser expertos
en renunciar a toda construcción mental previa, naturalmente desarrollamos un estado de
equilibrio que nos lleva suavemente sobre y por el espejismo de la vida terrenal.
La renunciación permanente de las construcciones del ego altera radicalmente nuestra
experiencia del mundo. Ya no estamos esclavizados por los modelos de comportamiento des-
tructivos del pasado. En vista de que la mente se libera de la dominación del pensamiento
acerca del pasado y el futuro, naturalmente experimentamos y actuamos espontáneamente en el
presente para el bien de todas las criaturas. La vida llega a ser extraordinaria en su sencillez; la
respuesta a todo lo que nos viene es lo mismo: aceptación, compasión y amor incondicional.
El nombre más común en nuestra tradición cristiana para este estado es "orar sin cesar". Uno
nunca pierde la paz interior de realización perfecta, uno siempre está conectado con el origen
interior. El Dr. Bucke, en 1897, llamó a ésta, la primera etapa de la iluminación, "Conciencia
Cósmica". Dado que este nombre fue maltratado en el siglo siguiente, nosotros preferimos
llamarlo Conciencia Perpetua. Conciencia Perpetua quiere decir que la conciencia del
Ascendente es permanente o continuada.
Un nombre antiguo para este primer nivel de iluminación es Nirvana. Nirvana viene del
sánscrito Nirva ("apagar"); la ignorancia del ego ha sido apagada porque el combustible de sus
creencias ha sido agotado. Como una vela que ha sido apagada. Todos los viejos programas
internos han sido extinguidos. El deseo deja de ceñirnos cuando se hace cada acción con
conciencia plena, cuando se vive cada momento de la vida espontáneamente en el momento
presente. Esto es el subproducto de vida completamente establecida en el momento presente.
Otro nombre para la Conciencia Perpetua es Nirvikalpa Samadhi. Nirvikalpa quiere decir
"permanente", Samadhi quiere decir "lo último" o "uniformidad sin defecto". La vida se hace
perfectamente llana y sin esfuerzo cuando la individualidad deja de tratar de controlar o
manipular todo aspecto de existencia. Esto es el resultado natural de tener la conciencia per-
manentemente establecida en el infinito.
Una característica esencial de la Conciencia Perpetua se conoce como Prajna (Pragya) en
sánscrito. Prajna es el poder del intelecto que crea el atestiguar.
El sistema nervioso es lo suficientemente flexible para experimentar el silencio continuo del

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Ascendente y a la vez los estados relativos de conciencia: estar despierto, soñando y durmiendo.
Esta dualidad de conciencia o atestiguar es la primera etapa de la iluminación. Por eso la madre
de la sabiduría se llama Prajna.
Se puede comparar la mente a una bandada de pájaros que constantemente cambia su forma y
dirección y todavía mantiene su formación. Cuando empezamos a cultivar la conciencia de
atestiguar, a veces miramos volar a los pájaros; a veces somos los pájaros. Cuando somos
ambos a la vez, hemos desarrollado Prajna completamente.
En el estado despierto la experiencia común es "yo pienso" "yo siento", "yo actúo". Ésta es
una confusión de niveles de realidad. Una vez que nuestra conciencia está permanentemente
establecida en el origen, en el Ascendente, reconocemos que todas las acciones, pensamientos y
sentimientos son externos al Ser. La vida continúa de modo muy semejante a la de antes, pero
ahora el individuo no confunde el origen de los pensamientos, sentimientos o acciones como de
su ser individual. Esta experiencia de atestiguar puede confundir mucho a un aspirante, sobre
todo si no hay alguien con suficiente conocimiento disponible para explicar lo que está pasando.
En casos extremos se ha confundido esto con locura.

Las tres Gunas


Cuando uno experimenta que los pensamientos, sentimientos, percepciones y acciones
continúan sin ser causados por el Ser, la pregunta surge naturalmente: "¿Quién está haciendo
este pensar, sentir y actuar?" La respuesta es que las fuerzas fundamentales de la naturaleza, que
en sánscrito se llaman Gunas, son responsables de toda la creación. Dije antes que el
Ascendente es el origen de todo lo que es. Esto es cierto, pero el Ascendente nunca deja su
infinito, el estado ascendido, para crear el universo. ¿De dónde vino el universo? La respuesta
es que proviene de las tres Gunas, las tres fuerzas fundamentales que causan que todo exista.

Sattva
La primera Guna es la fuerza de pureza, la fuerza de inteligencia creativa o la evolución. Todo
en el universo crece, madura, se hace más complejo. Sattva es la fuerza infinitamente creativa
que causa que todo ocurra. En taoísmo, esto se llama Yang. Yang es positivo, masculino,
expansivo, celestial, dirigido hacia fuera. La fuerza primordial de Sattva se manifiesta en la vida
individual como claridad de pensamiento y pureza de intención. Cuando la Guna Sattva se
encarga de la vida de un individuo, la felicidad y la salud se desarrollan automáticamente. Los
Ishayas Blancos se modelan como representantes de esta Guna de Sattva o la Pureza Absoluta
como su sendero en la Tierra.
La Guna Sattva se manifiesta a través de todo aspecto en la creación. En términos de los tres
estados relativos de conciencia, Sattva es máxima en el soñar. En términos de los tres estados
iluminados de conciencia, Sattva es máxima en Conciencia Exaltada, la segunda etapa de
Iluminación. Sattva es predominante en ciertas comidas, en ciertas bebidas, en ciertas
percepciones, en ciertas actividades, en ciertas emociones y en ciertos pensamientos. Al cambiar
suavemente nuestros modos de comer, beber, percibir, actuar, pensar y sentir, podemos dirigir
nuestras vidas más y más en la dirección de Sattva. Sattva se aumenta naturalmente en la vida,
en cuanto uno asciende, rindiendo paz interior profunda, silencio, claridad, creatividad, regocijo
y salud perfecta. Sattva es gobernada por el poder primordial del Ascendente que mantiene la
dirección de la evolución del universo, que en sánscrito se llama Narayana. En la tradición
cristiana, el poder Sattvíco se representa por el Espíritu Santo.

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Tamas
El opuesto de Sattva en todos sentidos es la Guna conocida como Tamas o Inercia. Tamas es
el Yin como el Yang es de Sattva: negativa, femenina, contráctil, mundana, directa hacia
adentro. Yin es la receptividad máxima, el complemento perfecto a la creatividad infinita de
Yang. Si Sattva es luminosa y blanca, Tamas es obscura y negra. Los misteriosos maestros que
son los Ishayas Negros que rara vez aparecen en el monasterio representan a Tamas pero moran
en aislamiento y llegan de vez en cuando para mantener la dirección de la Ascensión del
Apóstol Juan fluyendo con su intención original.
Tamas es responsable de la sabiduría, la intuición y la dirección hacia adentro de la
conciencia, tan necesarias para el desarrollo de la conciencia misma. Esto es porque el aspecto
del Ascendente que gobierna Tamas, Isha, es llamado en sánscrito Yogiraj, "El Rey de los
Yogis". Tamas es necesario para destruir la ignorancia. Este poder primordial tiene que estar a
nuestro favor si queremos elevarnos a la conciencia completa. En la tradición cristiana, Tamas
es representado por el aspecto del Cristo de la Trinidad. Cristo destruye la ignorancia del mundo
y la remplaza con la verdad del puro amor incondicional, puro éxtasis.
Así como aumentar a Sattva trae felicidad y creatividad, un desequilibrio de Tamas que
aumenta sobre la Tierra trae tristeza, depresión, enfermedad e indolencia. Igual que con Sattva,
hay ciertas comidas, bebidas, percepciones, acciones, pensamientos y sentimientos que
incrementan Tamas. Cuando ésta aumenta en la vida, ésta empieza a estar enferma, deprimida,
triste. Dormir excesivamente crea un desequilibrio de Tamas, porque de los tres estados
Absolutos de Conciencia, Tamas es máxima en el grado más alto de Iluminación, en la Unidad:
en este estado, toda percepción de dualidad ha sido destruida.

Rajas
Sattva y Tamas siempre funcionan juntas: nada puede ser cambiado o ser desarrollado o aun
ser creado hasta que el estado previo es destruido. Un capullo muere para que una flor pueda
florecer; un niño muere para que un hombre pueda nacer. El eslabón conectivo entre Sattva y
Tamas es la Guna que se llama Rajas. La tensión infinita entre la creación pura y la destrucción
pura crea la tercera Guna, la Guna de energía: Rajas. Rajas es neutral en dirección hasta que se
le aplica a creación o a destrucción. Es responsable del estado lúcido, porque estar despierto es
actividad. También es dominante en la Conciencia Perpetua, porque el mundo externo sigue
más o menos exactamente como estaba en esta primera etapa de iluminación. Solamente la
realidad interna se ha abierto a la percepción del Ascendente: lo externo continúa.
Entre los Ishayas, Rajas es representada por los Ishayas Rojos, que serán los responsables para
enseñar la Ascensión en el mundo. Los Ishayas Rojos activos, guiados por la pureza de los
Blancos y alineados por la sabiduría de los Negros, curarán el mundo. En sánscrito, la fuerza
primordial de Rajas es representada por Prajapatí, el creador. En la tradición cristiana, Dios el
Padre encarna cualidades de Rajas.
Tanto como para Sattva y Tamas hay ciertas comidas, bebidas, percepciones, acciones,
pensamientos y sentimientos que aumentan Rajas en la vida. Un desequilibrio de Rajas lleva a
la pasión, al enojo, a la violencia. Rajas atemperado por Sattva reúne la energía necesaria para
lograr cualquier cosa en la vida. Incluso, por supuesto, la energía para elevarse a la Iluminación.
Esto es la causa de que se diga que acción es el medio para desarrollar la Conciencia Perpetua,
pero el silencio es el medio para desarrollar los estados más refinados de Iluminación.
El mundo humano es el mundo de Rajas: nosotros como humanos nos paramos en el umbral
de Sattva y de Tamas, capaces de movernos en cualquier dirección. Por nuestros pensamientos y
acciones, creamos el cielo o el infierno de nuestras vidas. Nos paramos en la frontera de lo
visible y lo invisible, viviendo en cuerpos materiales físicos; sin embargo, somos hechos de
espíritu. Por nuestra elección, animamos las cualidades celestiales de Sattva o las cualidades
mundanas de Tamas. Por nuestra elección, nuestras vidas se elevan a regocijo y salud o caen a
tristeza y muerte.

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Sé sin las tres Gunas
La fórmula para el éxito en la vida es librarse de la influencia de las tres Gunas. ¿Cómo se
puede hacer esto? Mediante Ascender, llevando la conciencia a su origen en el Ascendente.
Cuando esto pasa, uno experimenta que pensamientos, sentimientos, percepciones y acciones
continúan: siempre fueron causados por la acción e interacción de las fuerzas fundamentales de
la naturaleza. Pero ahora ya no hay complicación con el ego, ya no hay cualquier pensamiento
que "estoy pensando, sintiendo, percibiendo, actuando." Las Gunas jugando sobre las Gunas
causan pensamientos; las Gunas jugando sobre las Gunas causan sentimientos; las Gunas
jugando sobre las Gunas causan percepción; las Gunas jugando sobre las Gunas causan acción.
Así es como el campo entero de vida humana, subjetivo y objetivo, está bajo del dominio de las
Gunas.
En el estado lúcido, asumimos erróneamente la autoría de nuestros pensamientos,
sentimientos, percepciones y acciones. Se corrige este error en conciencia perpetua: en cada
experiencia, en cada pensamiento, en cada acción, el iluminado se da cuenta que "no actuó de
ningún modo". Todo viene de las Gunas actuando sobre las Gunas; cuando se entiende esto, no
como un concepto intelectual vacío, sino como una experiencia viviente directa, se estabiliza la
conciencia perpetua.
La conciencia perpetua es libertad perfecta: en vista de que nos damos cuenta de que sólo son
las actividades de la naturaleza las que causan nuestros pensamientos y experiencias, podemos
dirigir nuestra vida de cualquier manera que elijamos. Ya no más sujetos a la vieja
programación interna destructiva, podemos crear cualquier nueva estructura de hábito y
creencia que deseemos. La mente, ya no activada por pensamientos de miedo basados en el ego,
descansa en perfecto regocijo interno. Ya no estamos encadenados a experiencias pasadas o
preocupaciones futuras; la vida se vive continuamente en el momento presente. La vida se
desarrolla en perfección, porque ya no creemos que nuestra mente racional controle cualquier
cosa. Tal como en el estado despierto no tenemos control sobre la hemoglobina que lleva a
nuestras células y tenemos poca habilidad para cambiar conscientemente todos los variados
procesos electrónicos y químicos del cuerpo, así en la conciencia perpetua, todos nuestros
procesos mentales pensamientos, percepciones, acciones se hacen completamente automáticos.
Porque hemos dejado de socavar el fluir perfecto de vida desde el Ascendente, todo en cuanto a
nuestras vidas llega al éxito y a ser sumamente satisfactorio. La vida se vive en perfección.
Maharishi Pantañjali, uno de los primeros fundadores de la filosofía yoga, escribió en sus Yogas
Sutras, hace casi 5.000 años, "Heyam dunhkham anagatam". Esto quiere decir que el
sufrimiento que no ha tenido lugar todavía merece ser evitado. ¿Cómo pasa esto? Es el resultado
de establecer permanentemente la conciencia individual en conciencia perpetua. Cuando
dejamos de usurpar la autoridad de las tres Gunas, toda la vida fluye perfectamente para
nosotros; ningún sufrimiento es posible en este estado.
También Pantañjali tomó nota de que cuando nos establecemos en Asteya, no robar, entonces
toda Ratna, riqueza sin precio, se presenta a nosotros automáticamente. Cuando dejamos de
robar la autoridad de nuestros pensamientos, sentimientos, percepciones y acciones de la
naturaleza, se ha perfeccionado Asteya. Toda cosa buena y maravillosa viene a aquellos que se
han elevado a la conciencia perpetua, una de las mayores, la libertad del renacimiento
involuntario.
La conciencia perpetua se desarrolla extraordinariamente rápido como el resultado de la
Ascensión habitual. No lleva tanto tiempo reescribir los programas internos como llevó
escribirlos en primer lugar. ¡Afortunadamente! Si tuviéramos que vivir de nuevo o borrar
conscientemente todos los horrores que hemos creado en nuestra mente y mundo, ¿quién tendría
el coraje aun de empezar? Afortunadamente, no es necesario. Mediante la Ascensión
suavemente podemos, aun sin estar conscientes de lo que pasa, borrar todas las viejas creencias,

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hábitos y juicios que mantienen la vida enredada con el estado lúcido de conciencia.
El resultado de 5 a 8 años de Ascensión practicada habitualmente es que la conciencia
perpetua amanece en cualquier sistema nervioso, sin importar cuántas tensiones había al
principio. Esto depende finalmente de cuatro factores.
La continuidad con que el individuo sigue su práctica. Igual que la gravedad, se necesita cierta
aceleración para escapar de la atracción de la Tierra (9,8 m/s 2); se necesita una cierta velocidad
de aceleración para escapar de los viejos modelos de comportamiento destructivos. Esto se lleva
a cabo más fácilmente mediante dedicación enfocada en la regularidad de la práctica.
Cuánto estrés hay en el sistema nervioso al iniciar la práctica. Algunas personas sienten
mucho más estrés que otras, debido a modelos de comportamiento excesivos y desequilibrados
en sus vidas. La edad por supuesto también es un factor; la regla general es: mientras más larga
sea la vida, más estará estresado el cuerpo. Las arterias de un infante parecen como tuberías de
plástico flexible; las arterias de un octogenario típico están llenas de sedimento, son quebradizas
y se parecen mucho a un sistema de tubería de agua vieja y rígida.
Cuánta tensión agrega el individuo a su sistema nervioso cada día. A pesar de cuán eficiente
sea un sistema de filtración, si se está llenando el charco con más lodo y desperdicios tóxicos de
los que se pueden retirar diariamente, continuará disminuyendo en calidad.
Qué tanto el individuo quiere liberarse de modelos de comportamiento autodestructivos.
Mientras más ahínco haya, más rápido ocurrirá el cambio. Esto es cierto para cualquier cosa,
por supuesto. Mientras más practique uno tocar el piano, más rápido aprenderá a hacerlo.
Pero todas las cosas consideradas, un promedio típico es de cinco a ocho años. Es un poco
sorprendente que lleve aun esta cantidad de tiempo. Después de todo, ¿adónde hay que ir? El
Ascendente ya está dentro de todo el mundo. La razón de que lleve algún tiempo es
sencillamente que estamos profundamente acondicionados por nuestros modos habituales de
pensar, ver y actuar. Los viejos hábitos tienden a morir con dificultad.

Conciencia exaltada
¿Cómo es posible que pueda haber desarrollo de conciencia más allá de la conciencia
perpetua? En la conciencia perpetua, el conocimiento infinito del Ascendente ha sido estable-
cido permanentemente. ¿Dónde podría haber lugar para más desarrollo? Lógicamente, no lo
puede haber. Este hecho ha llevado a muchos individuos a quedar "fijos" en la conciencia
perpetua. Fijos está entre comillas en esta frase porque la libertad eterna de conciencia perpetua
no está descrita de modo preciso como un estado de falta de movimiento, sobre todo cuando se
compara con la ignorancia del estado lúcido. Sin embargo, comparado con el resto disponible,
quedarse hasta la muerte en conciencia perpetua es estar fijo.
La mente está autorrealizada en la conciencia perpetua, porque los bloqueos para que la
conciencia individual se acuerde de que es infinita han sido eliminados. Por lo tanto la mente no
ve potencia para más desarrollo. Pero el corazón no está satisfecho. Antes, en el estado de
conciencia lúcida, por lo menos había una forma de unidad con la persona u objeto amado. Lo
que se perdió era la conciencia del Ser Interno Ilimitado, pero por lo menos había un nivel de
placer en esta seudo unión.
Cada nivel de la creación tiene un nivel correspondiente de felicidad, aun en el estado lúcido.
Así que, cuando la mente está en conciencia perpetua, está contenta con esta dualidad infinita
entre el Ser y todo lo demás, pero el corazón se siente insatisfecho, porque la unidad anterior ha
sido perdida. La mente dice "lógicamente no puede haber más", pero el corazón responde
"espera un rato y verás". Hay un viejo dicho: "El corazón no sabe de razones." Puede ser
completamente irracional que sea posible un desarrollo mas allá del reconocimiento de que
somos infinitos, pero el corazón no puede ser vencido tan fácilmente, ¡ni aun por el Absoluto!
El infinito puede pararse en medio del deseo del corazón, pero el corazón tomará por asalto la
ciudadela de la eternidad, si es necesario, para reunirse con su amado separado. Y el aliado del
corazón en esto, por supuesto, es que la realidad culminante de todo es el amor.
El corazón ama. El individuo, librado de todos los programas destructivos internos, ya no trata

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de vivir en el pasado o el futuro y ya no sabotea el impulso natural de amar. En el estado
despierto, el amor surge sólo para ser eclipsado por la duda, el miedo, la proyección y la mala
interpretación. No hay firmeza en aquel estado de conciencia, porque el ego mismo nunca es
consistente. No viviendo en el momento presente, a menudo el individuo es secuestrado por el
arrepentimiento, la preocupación y el miedo; queda poco lugar para el amor incondicional
perfecto. Pero el amor es para todos, y florece espontáneamente para el que vive en el presente
sin juicios del pasado o miedo al futuro. Puesto que el amor fluye espontáneamente, se hace más
y más fácil amar a todos y todo. Esta tendencia a incrementar el amor automáticamente empieza
a cambiar nuestros sentidos de percepción: empezamos a experimentar niveles refinados de todo
objeto. Aun en el estado despierto, la experiencia es que, cuando estamos enamorados, no
prestamos mucha atención a las fronteras ni a las limitaciones de la vida. Estamos demasiado
ocupados cabalgando las olas del placer. Esta calidad de apreciación que aumenta nos abre
naturalmente a la habilidad de amar más profundamente; la apreciación y el amor se alimentan
el uno al otro fácil y completamente, una vez que las tendencias subversivas de los viejos
sistemas de creencias se han aquietado.

Percepción refinada
El cuerpo tiene edificada en su estructura maravillosa una mecánica de estilos de
funcionamiento mucho más sutiles.
Aproximadamente el 90 % del material del código genético, por ejemplo, está codificado sin
ninguna función conocida en el estado lúcido. Esto es uno de los grandes misterios de la
investigación genética moderna. ¿Por qué sólo en el ADN la naturaleza está típicamente tan
despiadada en su eficiencia, malgastando más de nueve décimos de los bloques constructivos?
Una respuesta es que muchas de estas secciones en blanco solamente no funcionan en los
estados relativos de conciencia: despierta, soñando y durmiendo. En los tres estados iluminados
ciertas partes del ADN empiezan a funcionar para crear moléculas de proteína que no tienen una
finalidad en los estados relativos. Dos de las más importantes de éstas son Soma y Amrita en la
literatura antigua.
Soma es llamado el "pegamento del universo"; esta molécula nos deja desarrollar la
percepción del nivel más sutil de la creación, el nivel de la realidad que mantiene todo asimilado
al Ascendente. Cuando Soma aumenta en el cuerpo, los sentidos de percepción mejoran sus
habilidades poco a poco. Todo empieza a ser experimentado en su valor celestial, el nivel más
refinado de la estructura relativa. Esto es cierto para la visión: Soma nos deja ver que todos los
objetos están hechos de Luz Infinita, de la belleza más pura. Esto es cierto para el oído: Soma
nos deja oír el nivel más sutil del sonido; cada sonido es exquisito en su perfección. Esto es
cierto para nuestro sentido del olfato: cada olor es intenso con maravillosa fragancia. Esto es
cierto para el tacto: cada sensación física sobrepasa la maravilla de la seda más suave. Esto es
cierto para el gusto: cada bocado es más dulce que el azúcar más dulce, una maravillosa cascada
de delicia.
Un resultado de este nivel profundamente refinado de percepción es hacer que la vida sea
sumamente encantadora. Un segundo resultado también puede ser la habilidad de ver y
comunicar con seres que viven en los niveles de realidad más sutiles: los ángeles celestiales,
devas, elementales, dioses. Este estado es la encarnación de magnificencia: se vive cada
momento al máximo. Soma transforma nuestros cuerpos de barro en templos de luz de Dios. La
percepción celestial es la norma en la conciencia exaltada. Cada percepción es maravillosa. La
verdad, la belleza y el amor son las sirvientas de esto, la segunda etapa de iluminación.
Amrita es la molécula que lega la inmortalidad física. No hay nada construido en el código
genético que se obstine en que el ser humano tiene que envejecer y morir. No hay ninguna ley
absoluta acerca de que el daño causado por los radicales libres que recorren nuestro cuerpo no
pueda ser reparado perfectamente y para siempre. Más bien, cada célula quiere replicarse
perfectamente. ¿Por qué no pasa eso? Tensión. Estudios radioisotópicos han probado que cada
año el 98 % de las moléculas en nuestro cuerpo son remplazadas. Algunas partes son

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remplazadas con mucha más frecuencia; por ejemplo, la cubierta del estómago, en términos de
las moléculas que crean las células, se renueva completamente cada cinco días. Tenemos un
hígado nuevo cada seis semanas, un esqueleto nuevo cada seis meses, un cuerpo entero nuevo
reemplazado al cien por ciento cada dos años. Aun las células nerviosas que no son
reemplazadas después del nacimiento son renovadas cada año por el campo de los átomos que
las componen.
El problema es que en el estado despierto construimos el cuerpo de nuevo exactamente del
mismo modo: si tenemos una rodilla malformada debido a una vieja herida, continuamos
reemplazando los átomos de la rodilla de igual modo, así que la cura verdadera nunca tiene
lugar. No hay razón para que esto tenga que ser así; no hay razón para que la vida tenga que
terminar a los 75 años. Esto simplemente son creencias. Generalmente no las reconocemos
como creencias, puesto que están tan hondas en el inconsciente colectivo, pero sí son creencias.
Si cambiamos de opinión de manera suficientemente profunda,' podremos familiarizarnos con el
programador maestro, que es el impulso de nuestra presencia que determina exactamente dónde
se mantienen estos sistemas de creencias. Una característica de la conciencia exaltada es la
habilidad de reversar todos los viejos sistemas de creencia, incluso la creencia en la muerte.
Amrita es la molécula física que nos hace posible la regeneración infinita del cuerpo.

Unidad
El último paso de desarrollo de la conciencia humana ocurre cuando el valor refinado de la
percepción celestial se derrite en la conciencia continua del Ascendente en el exterior. Éste es el
nivel de iluminación más alto y se le conoce como Conciencia Perpetua Unificada o Unidad.
La Conciencia Perpetua Unificada parece imposible desde la perspectiva del estado despierto.
¿Cómo se puede ver, oír, tocar, saborear, oler el infinito? Esto tiene sentido sólo desde el punto
de vista de quien se ha elevado a la conciencia infinita en el interior, en la conciencia perpetua.
Sólo entonces esto llega a ser una búsqueda práctica. No hay resolución al anhelo de nuestros
corazones hasta que cada individuo experimenta cada objeto como el ser infinito que
conocemos en el interior.
¿Cómo ocurre esta etapa final de desarrollo? Mediante un acto de discriminación intelectual, el
individuo iluminado experimenta que la luz celestial se diluye en el infinito; este infinito
percibido en el exterior se reconoce como el mismo infinito conocido en el interior. Dicho de
otro modo, el individuo descubre que su Amado Cósmico es su propio Ser. De un modo
extraño, todo amor termina por ser dirigido de retorno al Ser. No se dirige de vuelta al ser
limitado del estado despierto: el amor se dirige de vuelta al ser cósmico universal de la mente
iluminada. Esto resulta en la consecuencia plena de que cada uno es una chispa de la llama
divina, de que cada uno es lo mismo por debajo de todas las diferencias de la superficie.
¿Qué aviva esta última realización? Ciertos tratados acerca del terna de la unidad fueron
escritos por individuos que estaban en la unidad. Los Brama Sutras de Badarayana, los
Upanishads, el Maharamayana (Yoga Vasishya) de Valmiki, Curso de Milagros. Toda la
Vedanta (literalmente, fin de la veda), filosofía de la antigua India, fue designada para aquéllos
en la segunda etapa de la iluminación. La conciencia exaltada, para elevarse a la unidad. Cada
uno de estos textos no es solamente casi inútil en el estado despierto, sino que potencialmente
puede causar mucha confusión.
Otro catalizador de esta transformación podrán ser las palabras del totalmente iluminado al
aspirante parado en la última puerta a la unidad: "Tú eres eso", "Todo esto es eso", "No hay
nada más que eso". Esto por supuesto se refiere al Ascendente. En el instante apropiado del
tiempo, estas grandes palabras (Mahavakyas) aplastan irrevocablemente la mancha de
limitación en la mente del alma que evoluciona. También esta transformación puede ocurrir en
numerosos e incontables modos; la misma naturaleza crea las condiciones necesarias para que la
tenga que pasar.
¿Cómo puede la vida individual continuar funcionando en unidad?
El Karma (acción) se divide en dos tipos: Eso que regresa, indiferente de nuestras acciones

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presentes, y aquello que yace como si fuera inactivo porque no tiene ninguna posibilidad de
distanciarnos en esta vida. Se pueden comparar los resultados de nuestras acciones del pasado
con semillas. Una porción minúscula de estas semillas ha brotado y va a tener consecuencias en
esta vida. Es como si una cantidad pequeña del almacén de nuestro Karma existiera para
construir un puente a nuestra existencia actual. Más allá de nuestro puente reside la gran
mayoría de nuestro Karma pasado, comparable a cadenas de montañas de grano que esperan las
condiciones apropiadas para nacer. Ascender es un fuego divino que tuesta estas semillas para
que no tengan la potencia para brotar. Cuando el puente se quema ya no hay una conexión con
el pasado; el Karma ya no tiene la potencia para regresar; las semillas han sido tostadas en los
fuegos de la sabiduría.
El Karma ya brotado crea Leshavidya, "los últimos restos de ignorancia". Esto es lo que
mantiene a la mente y al cuerpo funcionando en unidad. La vida continúa por la fuerza de la
costumbre; se experimenta la esencia individual como una membrana delgada, casi invisible
entre dos plenitudes: el ser interior es infinito, el mundo exterior es infinito, lo que queda de la
individualidad es la borrosa frontera traslúcida entre estas dos plenitudes. Esto es lo que los
Upanishads quieren decir, Purnam hada, Purnam idam: "Esto está lleno, eso está lleno." Esta
experiencia infinita inalterable interna de la eternidad no difiere de la experiencia infinita,
externa de la eternidad. Se experimentan estas dos plenitudes como una. Esto es lo que mi
maestro quería decir cuando dijo "El doscientos por ciento de vida es el derecho de nacimiento
de cada Ser Humano".
Todas las glorias, las mundanas y las divinas, esperan a aquellos que tienen suficiente
inteligencia para buscar la Iluminación.

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Capítulo 12

Los últimos pedazos del rompecabezas


Como la última gota de vino tiñe la copa entera, así la más
mínima partícula de la verdad colorea nuestra vida entera.
Upanishads

¿Puede ser difícil de expandir la vida individual a un estado de vida permanente en perfección?
No puede haber problema, físico, mental, emocional o espiritual, que no pueda ser resuelto al
descubrir nuestra naturaleza de vida interior. Esto no es un asunto de creencias, es una
consecuencia de lo que es nuestra naturaleza divina interior; ningún problema puede coexistir
con ello. ¿Adónde puede ir la oscuridad cuando prendemos la luz?

La fama
¿Qué es la fama? Es el truco de un mago, una fantasía excepcionalmente ingeniosa, que muy
seguido ata a la persona famosa en un nivel profundo de ignorancia. La fama quiere decir que
algunas personas creen que alguien es más importante o mejor que cualquier otro. ¡Cuán
profundamente añoramos ser vistos como importantes! ¿No es esto hambre de amor? ¡Y cuán
vitalmente importantes somos cada uno de nosotros! Pero no por las razones que asumimos
habitualmente. Cada uno de nosotros somos vitalmente importantes porque todos somos un
trozo importante de la mente individual; se puede decir que el Ascendente estaría incompleto
sin cualquiera de nosotros. Pero esto por supuesto será imposible, porque el Ascendente jamás
puede estar incompleto. Por eso cada uno de nosotros es precioso y necesario para que el
universo se desarrolle tal y como debe.
La fama es tramposa. Creemos ser famosos por algo. Porque anotamos un gol, cantamos bien
o somos estrellas de cine. No somos famosos a los ojos del mundo por razones de nuestro valor
intrínseco, sino porque hacemos algo bien en comparación con el resto del mundo. Cuando ya
no podemos hacer esa cosa bien, nuestra fama se desvanece como el espejismo que es,
dejándonos con la memoria de la gloria pero sin ninguna otra cosa. Aquí llegan las varias
adicciones del mundo para entorpecer los sentidos y ayudarnos a olvidar nuestro momento
perdido en el sol.
Algunos se desesperan porque jamás llegarán a ser famosos y se van directamente a hábitos
destructivos. O su deseo de ser únicos y su deseo de ser reconocidos puede causar que traten de
ser famosos en el campo de las adicciones.
El sistema entero de creencias subyacentes que cultiva el deseo de ser único, especial,
reconocido o famoso es torcido, no es genuino. Muchos de nosotros deseamos profundamente
probar que somos el centro del universo, que somos amados. Pero, desgraciadamente, la prueba
de esto, ciertamente, nunca puede venir del exterior. Aquellos que te alaban hoy, bien pueden
maldecirte mañana; si tu felicidad o sentido de autoestima se basa en las opiniones de otros
acerca de ti, tu felicidad no durará mucho. Tampoco será jamás verdaderamente satisfactoria.
Cada uno de nosotros ya posee el más milagroso atributo que aun se puede concebir: cada uno
es una parte del origen infinito. No puede haber mayor afirmación a la fama que esto; ninguna
acción en el mundo puede ser más loable que esto; ninguna palabra o pensamiento puede tener
más significado o sentido que este hecho singular en vista de que la mayor parte de todas las

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realidades posibles está construida dentro de nosotros. ¿Cómo puede una cosa exterior tener
más importancia? La fama humana se va y viene con las estaciones. Nunca es universal, nadie
nunca es adorado por todos. César fue despreciado por muchos. Lincoln no ganó ni la mitad de
los votos de sus compatriotas; muchos lo despreciaron tanto, que su elección catalizó la guerra
más destructiva en la historia de este continente. De otro modo, Napoleón y Hitler fueron
adorados por la mayoría de su gente.
La fama humana, basada en los principios de separación y especialidad, es parte del sueño
humano que es particularmente vicioso. Si yo soy mejor que tú, tú es menos que yo. Por eso mi
universo es disminuido, porque mi Ascendente es más en algún lugar y menos en otro.
La verdad es que todos somos igualmente únicos, igualmente especiales, todos merecen la
mayor alabanza y apreciación de todos. El secreto aquí es el de aprender a apreciar a todos,
entonces tú honras la parte de ellos que es ideal, la parte de ellos que es idéntica a la mejor parte
de ti. No dejes que la apariencia superficial te engañe: los sentidos son los mayores agentes del
sueño, ellos están profundamente comprometidos a que el sueño continúe indefinidamente. En
vista de que ellos actúan en consonancia con su naturaleza, no se les puede culpar por esto. Los
sentidos están diseñados para detectar variaciones, contrastes, diferencias; no es sorprendente
que algunos colores, formas, palabras y sonidos parezcan ser más gratos y bellos. Pero esto no
es realidad.

La divina voz interna


Hay un susurro universal que penetra toda esta creación. Es sutil, quieto, pero se le puede oír
en cualquier lugar por cualquiera, aun por el sordo. Se le ha llamado la palabra, la voz de Dios,
el Consolador, el Espíritu Santo, el Omega, el Omkara, el sonido primordial. Hoy muchos
hablan de los guías o de la divina voz interna. El nombre no tiene importancia. Esta voz siempre
habla a todos; para toda pregunta que hacemos, siempre hay una respuesta, de hecho siempre
hay dos respuestas; la primera, creada por la individualidad limitada. Ésta es la respuesta desde
la perspectiva del ego y generalmente es una justificación de una acción o pensamiento que
intentamos, pero dudamos. La segunda respuesta viene de la conciencia universal. A menudo se
le llama intuición; a veces también es interpretada como conciencia. A veces se le llama a la
primera voz, la voz de Satanás; la razón de esto es que las dos voces frecuentemente son
completamente opuestas en sus advertencias. Como sea que las llamemos, una voz típicamente
habla a través de la visión corta y la ganancia inmediata de la experiencia de gratificación
sensual, y la segunda siempre habla por el amor universal.
Cualquiera puede oír la divina voz interior. A veces en todos habla bastante fuerte, pero si
continuamente la ignoramos o tratamos de negarla, parecerá que su voz callada llegara a ser más
suave, hasta que pareciera que no hay una segunda voz. Lo que pasa en este caso es que nuestro
ritmo vibratorio se hace más tosco, más crudo, la segunda voz está transmitiendo mediante un
canal sutil; estamos amortajando nuestra habilidad de oír ese canal. El sistema nervioso humano
tiene dificultad de afinación para más de una estación a la vez: si nuestro hábito continuo es
escuchar a la voz de limitación, la segunda voz se desvanecerá.
Pero nunca desaparecerá del todo. En vista de que cada uno de nosotros es parte del
Ascendente Eterno, es imposible estar separado de él en realidad. Pero si continuamente nos
desviamos de los niveles sutiles de experiencia, llegará a ser silencioso e invisible a nosotros.
¿Por qué es segunda la segunda voz? Porque nosotros como seres humanos tenemos el libre
albedrío y el derecho de elegir para nosotros mismos lo que deseamos creer. La segunda voz es
segunda porque no había necesidad de ninguna voz interior hasta el día en que aprendimos a
creer que no éramos parte del Ascendente, hasta el día en que nos olvidamos que la ultima
realidad penetra todo, incluso nuestro propio ser. Hay una serie clásica de novelas de C. S.
Lewis, a veces considerados como cuentos para niños, que se llaman Los relatos de Narnia (The
Chronicles of Narnia); en todos estos libros, el espíritu universal toma la forma de un león
magnífico, Asían. Aquellos que no han perdido su habilidad de escuchar la divina voz interior
oyen a Asían hablando claramente con una profunda voz ricamente melodiosa. Mas aquellos

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que todavía tienen el hábito de escoger no oír su consejero interno oyen la voz de Asían sólo
como el rugido de un león enorme. Este cuento no es una metáfora; es literalmente verdad.
La moraleja se extiende de otro modo también. Si practicamos escuchar la voz callada y
quieta interior, si llega a ser nuestro hábito elegir la segunda voz, llega a ser más y más clara
hasta que siempre podemos descifrar sus palabras. Al principio puede sonar como un eco lejano,
una canción antigua vagamente recordada pero inexplicablemente bella, el susurro de hojas que
se caen, casi escuchando el sonido de un océano imposiblemente lejano; pero con la práctica
puede empezar a sonar como la más bella voz masculina o femenina jamás oída. Y con el
tiempo se traduce a una sapiencia interna, una certidumbre tan poderosa que la primera voz se
desvanece también, no porque la hayamos ahogado con una advertencia amenazadora o más
fuerte, sino sencillamente porque ya no se la necesita o desea. Para aquellos con oídos
completamente purificados, Asían nunca suena como león. Nos quedamos unidos con el
Ascendente en la belleza indescriptible de la presencia divina. No se necesita ninguna voz
conflictiva aquí (de hecho ninguna voz). Ni tampoco pensamiento, ni aun percepción. Toda
individualidad se ha diluido de regreso a la sapiencia, al Ser puro.
Esto no es una pérdida de libre albedrío o de libertad; esto es verdaderamente libertad sin fin.
Ahora se realiza toda opción, aquí y ahora, por primera vez. En lugar de actuar desde los viejos
modelos contraproducentes de comportamiento y creencia, nos quedamos unidos con el origen
de toda creatividad y genio, libres para mover el universo en cualquier dirección que elijamos.

Vida inmortal
La mayoría de la gente cree en la muerte en un profundo nivel sutil. Tienen abundantes
pruebas de que esto les pasará a ellos, ¿no les ha pasado a todos los demás durante toda la
historia? Una vez tuve una amiga que a menudo hablaba de su muerte. A veces el anhelo
llenaba su voz, a veces el miedo. De vez en cuando se preguntaba cómo sería morir y qué es lo
que se debería hacer con su cuerpo después de que cesara. Creo que esto es una actitud típica en
cuanto al tema y tal vez la más común.
Otras personas no hacen caso de su mortalidad y se portan como si creyeran que van a vivir
para siempre. En realidad no creen que vayan a vivir para siempre, pero esperan que si no
piensan acerca de la muerte, tal vez no tendrá lugar y les pasará por alto. Tanto como el avestruz
proverbial, creen que enterrando todo pensamiento de peligro, el peligro los dejará en paz. Pero
la dificultad de tratar de cubrir cualquier pensamiento, sentimiento o creencia es que la
represión sólo alimenta estados mentales negativos, haciéndolos más fuertes.
Unos cuantos creen en la posibilidad de la inmortalidad física. Algunos de estos son
científicos, que analizan los constituyentes de la vida y no ven ninguna razón por la que el ADN
no pueda replicarse perfectamente para siempre. Otros son escritores y/o lectores de ciencia
ficción y fantasía. Unos cuantos son santos, yoguis y otros visionarios espirituales que creen que
es posible gradualmente transmutar estos groseros cuerpos físicos en materia hecha de luz
inmortal.
Si tal fenómeno fuera posible, ¿quién tendría más probabilidades de éxito? Obviamente el
primer requisito para cualquiera es creer que es posible. En vista de que nuestros pensamientos
crean nuestros futuros, es sumamente improbable que experimentemos una transformación
gradual de la naturaleza de nuestras células a no ser que por lo menos consideremos la
posibilidad. La profundamente venerada naturaleza del sistema colectivo de creencia es
demasiado extensa para reversarse por un mero accidente.
Si la inmortalidad física va a ser una meta realista para alguno de esta generación, lo que se
requerirá será deshacerse de los hábitos duros de tensión, juicio e incredulidad. Lo que se
requiere después es llegar a ser infinitamente flexible en nuestra respuesta a la vida. Si no hay
nudos duros internos en ninguna parte, no habrá un campo fértil para el crecimiento de
enfermedades que amenacen la vida. Así como si no hay terreno para la culpa ni la ira, si
estamos completamente abiertos a la paz, no habrá terreno para la muerte si estamos saturados
de vida. Morir es un gasto de tiempo y potencia: es el resultado de endurecernos al fluir natural

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del cambio evolutivo. Las personas que han envejecido han llegado a ser rígidos en sus cuerpos
y en sus creencias. Las personas que se mantienen flexibles en sus cuerpos y en sus creencias
son jóvenes por mucho más tiempo, a pesar de su edad cronológica.
La dieta es un factor en la salud física, pero tiene mucho menos importancia de la que muchos
han creído. Esto también es cierto para el ejercicio y cualquiera de las otras acciones y modelos
de comportamiento externos.
La inmortalidad no es cosa de fantasía ni es difícil de lograr. De hecho, es más fácil continuar
viviendo que morir. La vida es el estado natural del humano, no sólo como un cuerpo
incorpóreo de luz, sino también como un actor encarnado en el nivel físico. Hay ciertas
lecciones que debemos aprender aquí; no hay duda de que tendremos que aprenderlas
finalmente. Habiéndolas aprendido, no hay duda de que nuestro propósito será el de
compartirlas. He conocido a varios inmortales entre los Ishayas.
Mientras que un individuo sigue progresando, no hay necesidad de ir a otra parte para
empezar de nuevo. La necesidad para la enfermedad, el desastre o la muerte se manifiesta sólo
cuando la vida se estanca. Si la vida evoluciona continuamente a cada momento, no hay
necesidad de morir. Esto se logra por estar completamente en el momento presente, por estar
establecido para siempre en la plena conciencia humana.
¿Cómo es posible lograr plena conciencia humana? Nosotros, todos nosotros, ya poseemos
conciencia; cada ser humano ya la posee. El único requisito es dejar de bloquearla de su libre y
pleno funcionamiento. El sol ya está brillando, pero si hay muchas nubes que lo cubren, tal vez
no nos demos cuenta de cuán brillante y cálido es. Las nubes pasarán. Esto es la Tierra, no es
Venus. No es nuestro destino vivir siempre envueltos en problemas. Es nuestro destino bailar
con regocijo en la luz dorada del sol completamente brillante. Nada depende de la creencia. El
sol existe lo creamos o no, sencillamente esto no es pertinente. Y aun todo depende de la
creencia. Son nuestras creencias las que nos mantienen esclavizados. Aun si no creemos que
podemos cambiar para ser mejores, ¿qué motivo habrá para que lo neguemos?

La muerte
Como tanto en la vida, éste es un tema de perspectiva. Todos nosotros ya somos almas
inmortales; esto es una verdad absoluta, mucho más allá del poder de cualquier creencia de
incrementar la vida o disminuirla. Pero mediante nuestra incredulidad, somos más capaces de
esconder este hecho de nuestra conciencia completa. Si nuestra creencia en nuestra inevitable
muerte es lo suficientemente profunda, y si creemos que la muerte no sólo es una
transformación física sino la destrucción segura, es muy posible pasar mucho tiempo
después de la muerte del cuerpo experimentando solamente una cosa: la conciencia algo
deprimente de estar muerto.
Nuestra vida venidera puede ser extrañamente torcida por nuestras creencias profundamente
enraizadas. Podemos crear un mundo poblado de una miríada de seres, con los cuales actuamos
recíprocamente, exactamente del mismo modo que lo hacemos aquí, con la única excepción de
que, en cuanto nuestra atención se desvía, nuestro mundo, creado por nuestra mente, se diluye
alrededor de nosotros. Cada día nos vamos al trabajo y elevamos una muralla de ladrillos, y no
notamos que los ladrillos desaparecen de vuelta al pensamiento en cuanto nos separamos de la
muralla. Creados en la imagen y semejanza del Ascendente, todos tenemos mentes
infinitamente poderosas, capaces de hacer cualquier cosa.
O podemos estar tan ligados a nuestro cuerpo humano o a otra persona, o aun a una casa o a
un jardín, que rehusamos abandonarlo. Esto es la fuente general de los fantasmas, aquellos
espíritus desencarnados que todavía no han recobrado su libertad y todavía están ligados a sus
pasados.
Pero la experiencia más común después de la muerte es un retorno rápido a un mundo
perfectamente apropiado a las condiciones de nuestras creencias a la hora de la muerte. Será un
mundo más celestial que éste si nuestros pensamientos aquí han sido más celestiales que los
pensamientos que nos trajeron aquí. De igual modo, será un mundo peor que éste si nuestros

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pensamientos han sido más oscuros que aquellos que crearon nuestro cuerpo actual. No es
necesario mirar a otros planetas para encontrar una gran variedad de destinos celestiales e
infernales; ya existen en nuestro planeta Tierra. El número extraordinario de futuros diferentes
disponibles en la Tierra mucho más de cinco mil millones de almas en los tiempos de este
escrito indica el número enorme de existencias posibles en sólo este planeta pequeño. ¡Y hay
más de doscientos mil millones de soles en sólo esta galaxia! Y por lo menos un billón de
galaxias en este universo, ¡muchas, mucho más grandes que la nuestra! ¿Y quién puede empezar
a adivinar cuántos universos pueden existir en las regiones infinitas de la mente divina?
He oído que Carl Sagan demuestra el tamaño de nuestro universo conocido de este modo: al
recoger un puñado de arena de una playa, dice que el número de granos en su mano es más o
menos igual al número de estrellas en nuestra galaxia. El número de granos de arena en todas
las playas de la Tierra es más o menos igual al número de estrellas en el universo conocido. Es
más enorme de lo que cualquier mente humana pueda concebir. No es extraño, entonces, que el
número de estados de vida venidera sea enorme.
También es una pequeña maravilla que un porcentaje minúsculo de posibilidad no sea cero.
Puede ser que unos pocos hayan conquistado la vida terrenal lo suficiente para negar la
necesidad de la muerte. Pero aun un porcentaje pequeño no es lo mismo que cero. ¿Verdad?

El juicio final
Hay tantas personas vivas hoy como el número de vivos anteriores durante toda la historia
registrada. Una lectura de la Biblia indica que todos los que han vivido durante toda la historia
registrada están vivos hoy. Si esto es cierto, ¿por qué será así? Lógicamente es para que el
llamado "Juicio Final" pueda ocurrir. ¿Qué es este Juicio Final? En términos de esta tierra,
puede indicar en parte que aquellos que quieren permanecer en cuerpos inmortales pueden
hacerlo ahora. También puede indicar en parte que aquellos que quieren y creen que tienen que
morir para continuar, tienen la oportunidad de hacerlo. Este planeta se está moviendo a una fase
de inmortalidad. Pero hay muchas mansiones en el jardín de mi Padre; hay un lugar para todos.
El concepto de condenación eterna es una creencia muy extraña del ego humano, aquella
fuerza que típicamente en el Occidente se llama Satanás. Afortunadamente, no hay ni pizca de
realidad en eso. Es una fantasía extravagante creada por nuestras mentes humanas durmientes.
El Juicio Final no tiene nada que ver con tales sueños extraños. Dios es Omnipresente y Eterno.
¿Entonces dónde está el potencial de estar separados de Él? No lo hay. Sólo nuestras creencias
pueden engañar nuestra percepción acerca de este hecho sencillo. Sólo nuestras creencias nos
pueden causar dolor. Sólo nuestras creencias pueden causar nuestras muertes.
Mi esperanza y mi creencia es que un gran número de personas se unan con los Ishayas y
otros maestros que pisan la Tierra hoy y elijan quedarse aquí para la Ascensión de la perfección.
¿Por qué elegir la muerte y hacerlo otra vez? ¿Por qué negar el néctar y la ambrosía? ¿Por qué
renuncio al agua de la vida del presente por el pozo pestilente del pasado? Nuestras vidas
humanas pueden estar llenas de dolor e infierno o pueden estar llenas de vida y el cielo.
Tenemos libre albedrío. Ruego que todos ustedes se unan a nosotros; juntos podemos recrear
este mundo a la imagen y la semejanza del Ascendente. Salvemos este planeta en el último
momento, ¡en la última campanada antes de la medianoche! Seamos parte de la solución en vez
de ser parte del problema. Unámonos con la corriente Ascendente de la creación y sanemos
juntos en vez de destruir estando separados. Seamos uno juntos. Crezcamos hacia arriba a la luz
de la verdad y regocijo juntos.
Ven con nosotros y déjanos eliminar tu tristeza y tu dolor y darte paz, felicidad y salud. Tienes
el pleno potencial de Dios dentro de ti. No queremos tu dinero, no queremos tus bienes o tus
posesiones, no queremos nada de ti, sólo queremos que tomes en cuenta quién eres. Ustedes son
los hijos e hijas del Ascendente. Esto no es una verdad difícil de reconocer, és mucho más fácil
reconocer esto que continuar negándolo. Pero tienes que dar el primer paso. Tienes que estar lis-
to para soltarte de tu pasado, tus creencias de limitación y enfermedad y muerte. Tienes que
estar listo para ser bautizado en los fuegos de la purificación, sabiduría y experiencia para seguir

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adelante.
Esto no tiene que ser un nacimiento doloroso. Será doloroso sólo en la medida en que trates de
aferrarte a tus viejas creencias y conceptos. Una vez que existe el consentimiento para soltarse
de todo lo que falsamente ha sido creado por el ego, el viaje se hace suave. Sólo si tratas de
aferrarte a posesiones de materia o creencia puede haber dolor.
¡No leas esto de manera pequeña o limitada! Es posible poseer al mundo entero y ser
iluminado. No hay una garantía de que el monje que ha renunciado al mundo sea más
evolucionado que el rey sobre su trono. En realidad, puede ser que el primero sea mucho menos
evolucionado. La verdadera renunciación ocurre en la mente. Si esto debe ocurrir también en el
nivel físico se determinará mediante qué tan profundamente las raíces de enlace se extienden
adentro. Si son superficiales, no es necesario ceder nada. Si son muy hondas, puede ser que
ceder todo no ayude. Lo que sí ayuda es la práctica de la Ascensión. De cualquier forma que
aparece en la vida, un acto verdadero de Ascensión libra la esclavitud del mundo material, con
los juicios y creencias que mantienen la mente humana grosera y tosca. Un acto verdadero de
Ascensión libera al espíritu a la experiencia directa de su propia naturaleza esencial. Cualquier
cosa que causa que esto ocurra es Ascensión, sea enseñada oficialmente por Maestros
entrenados por los Ishayas o no. La liberación de los confines del ego es mucho más grande que
cualquier sistema de desarrollo interior sin tener en cuenta cuán divinamente inspirado y
sagazmente creado pueda ser.

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Capítulo 13

Repaso: Dos modos de vivir


Amor o miedo. ¿Cuál escoges?

Básicamente sólo hay dos modos de mirar al mundo, nuestras relaciones con otros, y a
nosotros mismos. Cada pensamiento, sentimiento o percepción está basado en miedo o en amor.
Todos los que conocemos, cada situación que experimentamos, cada sentimiento que tenemos
está enraizado en amor o en miedo. Esto comprende desde reacciones individuales dentro de
cada uno de nosotros hasta realidades globales (guerra, política, economía, sistemas de creencia
de toda clase).
Por ejemplo, las naciones que basan su pensamiento en miedo atacarán o serán atacadas por
otras. La mayoría de los países del mundo, si no todos, hoy operan mayormente desde el miedo.
Cada año se destinan riquezas enormes a los instrumentos de guerra; la pérdida que resulta en
otras áreas del esfuerzo humano es inconcebible. Japón y Alemania han sido forzados, desde
que perdieron la Segunda Guerra Mundial, a ser esencialmente no violentos, han experimentado
un desarrollo económico sin paralelo y hoy mayormente dominan el mercado mundial. Suiza,
generalmente en paz consigo misma y con el mundo desde que los primeros clanes se juntaron
en Lago Luceme en 1291, tiene más ciudadanos millonarios que cualquier otro país. ¿Cuánto
más ricos seríamos, si no fuéramos una raza tan violenta?
¿Pero qué decir de las naciones agresivas? ¿No es nuestro deber proteger al inocente? ¿No era
necesario confrontar, contener, vencer a los nazis y después a los comunistas?
Este argumento es como el examinar un solo pedazo de un objeto complejo para descubrir lo
que es. Imagina a seis hombres ciegos extendiendo las manos para palpar una porción pequeña
de un elefante y entonces describiendo lo que es un elefante. Uno toca sólo el colmillo y declara
que elefante es otra manera de nombrar la lanza. Otro toca el rabo y sabe que los elefantes son
sogas. El hombre que toca la pierna está seguro de que los elefantes son árboles, etc. Cada uno
está completamente correcto en su interpretación de la información especifica dada, pero
extremadamente equivocado en términos del total.
De igual modo ocurre en términos de sucesos mundiales. Si ya se ha amputado un brazo, por
supuesto que se debe poner un torniquete para evitar que el paciente muera desangrado. En
realidad no existía la necesidad de amputar el brazo.
Hitler y otros agresores políticos de la historia jamás han actuado sin la ayuda y el apoyo de
otros. Si hubieran tratado de actuar solos, los hospitales mentales los hubieran encerrado mucho
antes de que ellos pudieran causar dificultades a cualquier persona. El ritmo vibratorio de la
gente de habla alemana produjo a Hitler. El deseo colectivo o la conciencia racial de la gente del
mundo creó las condiciones necesarias previas para la Segunda Guerra Mundial, tal como ha
sido el caso para cada guerra desde que los seres humanos empezaron a emprender guerras.
Quiero compartir un relato de los Ishayas contigo.
Hace tiempo, había una nación bella, una ciudad en estado de sabiduría y paz sin precedentes.
Tal vez, si buscas de modo suficientemente profundo en la memoria colectiva de la humanidad
que portas en tu ADN, puedes alcanzar la dulce memoria de este lugar maravilloso. Nuestros
mitos más placenteros del pasado, Atlántida, Lemuria, Bharata, Xanadú, Camelot son sólo el
borroso recuerdo de este hogar mágico. Era más que bello; felicidad y paz perfectos eran la
norma; la alegría de la gente consistía en buscar el bien más alto para sí misma y para todos los
demás. Era una tierra de prosperidad y progreso no igualada por nada en nuestras historias o aun
en nuestras fantasías, y la verdad sencilla es que duró por mucho tiempo.
Pero como el eco de un trueno lejano, una nube se elevó en el horizonte de nuestro paraíso
fabuloso. Gente de más allá de las fronteras más lejanas envidiaban la riqueza y la belleza de
nuestra civilización y decidió conquistarla.
Aquí cometimos un error fundamental. Podríamos haber educado y ayudado a los bárbaros. El

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mundo era lo suficientemente grande, nosotros éramos lo suficientemente sabios, ellos eran
como niños ante nuestra gloria; pero en vez de eso elegimos reaccionar como si verdaderamente
pudieran dañarnos, elevamos murallas para mantenerlos fuera y montamos defensas en todas
nuestras fronteras.
Con el tiempo, porque habíamos cedido nuestra fuerza, que consistía en nuestro modo
perfecto de ausencia de daño, nuestra civilización se pudrió desde adentro. Con el tiempo, los
bárbaros llegaron a ser lo suficientemente poderosos para arrasar nuestras defensas y
destruirnos. Puede ser que ahora te acuerdes cómo pasó esto; nosotros creamos esta caída;
nosotros creamos nuestra enfermedad degenerativa; nosotros creamos nuestra muerte.
Hoy esta realidad se repite constantemente. ¿Con cuánta frecuencia nos sentimos victimizados,
abusados y que otros se aprovechan de nosotros? ¿Con qué frecuencia sentimos que nuestra
cólera está justificada? ¿Con qué frecuencia tenemos que vengarnos por los terribles agravios
perpetrados contra nosotros? ¿Con qué frecuencia tenemos que protegernos para que no ser
dañados?
Hay otra manera de vivir. El primer paso es darnos cuenta de que nosotros, cada uno de
nosotros, creamos nuestro propio mundo. Cada uno de nosotros, por nuestras decisiones de cada
momento determinamos nuestra realidad presente y nuestro destino futuro. Puede ser que esto
no parezca inmediatamente obvio. Por ejemplo, ¿cómo pude haber creado mi propio universo si
nací adicto a la cocaína? ¿Dónde está el amor en esta pesadilla de nacimiento adicto?
De nuevo esto es el caso de mirar una partecita del fluir energético que es la relación de un
individuo con el Ascendente. Desde el punto de vista de la mente universal, no hay castigo, no
hay crimen que requiera castigo, no hay pecador para ser salvado. Solamente hay lecciones para
ser experto. Cada persona en la Tierra hoy es una expresión individual de la mente universal.
Cada uno es como el dedo de una mano. ¿Cómo puede un dedo ser malo o estar equivocado? Si
se resbala y se corta la mano, ¿los otros dedos lo castigarán? Por supuesto esta idea es absurda.
Pero cuando pensamos en seres humanos individuales, de algún modo hemos llegado a la
conclusión extraña de que algunos de nosotros como individuos tenemos el derecho de juzgar,
criticar y condenar a algunos de los otros individuos vivos hoy.
¿Pero qué hay de proteger a otros? Si un individuo se está dañando a sí mismo o a otros,
¿seguramente deberá ser detenido?
Todo es un asunto de perspectiva. Imagina por un momento que la percepción de un ser
humano es erróneamente limitada. Imagina que esta percepción limitada sólo es el segmento
más pequeño de la realidad y que esta percepción limitada es un error fundamental. Extiende tu
mente conmigo mientras sugiero suavemente que somos seres multidimensionales, que las tres
dimensiones comúnmente percibidas no son de ningún modo el segmento total del asunto. ¿Qué
hay entonces de que nosotros somos el origen de las causas atadas a juicios en el espaciotiempo
impactando la realidad? Tal vez una analogía te ayude a comprender.
Imagina los sentidos de un ser limitado a sólo dos dimensiones. Cuán difícil sería saber el
propósito de cualquier objeto de tres dimensiones. Aun la pluma en mi mano parecería
milagrosa a una persona de dos dimensiones que vive en mi cuaderno. El punto de la pluma
desaparece de las fronteras familiares de la realidad de dos dimensiones, vuela por una
dimensión desconocida, aparece de nuevo en un lugar diferente, ejecuta extrañas acciones
incomprensibles, entonces desaparece de nuevo.
Fragmentos de la pluma de dos dimensiones darían muy poca información adicional; cortes
transversales de cualquier parte carecerían virtualmente de sentido. Aun si se pudiera hacer un
mapa de todos los cortes transversales de la pluma, aun así sería casi imposible entender lo que
es. Los seres de dos dimensiones tal vez creerían que es Dios, porque la pluma ejecuta milagros
continuamente. O tal vez creerían que es Satanás, sobre todo si la tinta de la pluma es colocada
mal desde su perspectiva. Pero nunca entenderían la pluma como nosotros lo hacemos.
El asunto es que nosotros como seres humanos no estamos de hecho limitados a la realidad de
tres dimensiones que nuestros sentidos nos revelan, entonces las leyes racionales que hemos
aplicado para juzgar culpabilidad e inocencia deben ser falsas, desde una perspectiva
dimensional más alta. El adulto ve las preocupaciones terribles de un niño como fáciles de
resolver. Un niño pequeño llora en agonía y miedo cuando se sale la rueda de su camión de
juguete favorito. El padre, viendo que esto es un juguete, simpatiza profundamente, tal vez

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riéndose un poco de que algo tan pequeño e inconsecuente pueda causar tanta bulla; pero ¿qué
haría ese mismo padre si la rueda de su camión se zafara?
El criminal, juzgado por sus semejantes y condenado a la cárcel o la muerte, desde una
perspectiva más alta es una corriente energética de vida inmortal plasmando todas las posi-
bilidádes en su secuencia de crecimiento requerida para su regreso a casa. Las raíces de un árbol
salen en muchas direcciones profundas para crear la base de una poderosa estructura dinámica y
viviente.
Una entidad dada puede elegir una vida que se ve como mala o pecaminosa para la mayoría de
la humanidad sencillamente para aprender la humildad o la compasión, o para aminorar su
vanidad, o de vez en cuando para ayudar a otros que se encuentran atrapados en los sistemas de
creencias de nuestras culturas.
Yo ciertamente no estoy condonando el crimen, no hay un valor duradero en la conducta que
dañe a sí mismo o a otros. Yo sólo digo que cuando nos encontramos condenando o juzgando a
otros, y esto es verdad si el juicio es grande o pequeño a nuestros ojos, entonces miramos desde
una perspectiva limitada, sin la comprensión del cuadro entero. Esto es siempre verdad. O bien
el universo es perfecto, lleno en cada partícula del amor y la sabiduría omnisciente de la mente
Ascendiente, o bien tiene fallas, es imperfecto, lleno de dolor, de pena, de sufrimiento, de error,
de muerte.
Puede sonar sorprendente expresar esta dicotomía fundamental tan llanamente. La mayoría
tiende a creer eso, aunque haya mucho de bueno en la vida, hay también mucha maldad, hay
mucha equivocación en nuestras vidas individuales y en el mundo como un todo. El crimen, la
enfermedad, la guerra, la muerte: éstos son los hechos indiscutibles de la vida en la Tierra.
Pudieran existir otros lugares o quizás otros tiempos donde estas realidades existen, pero
ciertamente nadie puede discutir que estos males intensos o por lo menos dolorosos y penosos
son hechos que nos afligen y son parte de nuestro mundo de hoy. Nos guste o no, éstas son las
marcas indelebles de una oscura y poderosa mente trabajando en y a través de nuestro mundo. O
si estas pruebas abundantes no demuestran concluyentcmente la intención maliciosa de una
mente consciente, estos males intensos, dolorosos y penosos ciertamente deben ser la prueba de
que vivimos en un universo donde la ley natural a veces apoya y alimenta pero también a
menudo destruye, quizás para que la vida continúe progresando, o quizás simplemente porque
la ley natural inconscientemente funciona sin respeto para las entidades individuales afectadas
por sus acciones.
Espero que tú estés invirtiendo tu intensidad emocional en este cuestionamiento. Si no lo estás
haciendo, tal vez quisieras ver si puedes conjurar algún resentimiento, ira o dolor. Tal vez
quieras repasar por un momento todos los males terribles del pasado y presente en nuestro
mundo. O por un momento recuerdes todos los males e injusticias terribles que tú o alguien
cercano ha experimentado.
Piensa en la muerte temprana de un ser amado, en la enfermedad horrible que tuvo otra
persona que tú amabas causándole a él o a ella sufrimiento intenso. Reflexiona por un momento
cuán terrible e injusto debe ser Dios para permitir toda pena y agonía que nosotros los seres
humanos y aun las plantas y animales tienen que experimentar aquí sobre la Tierra. ¿No te causa
tristeza profunda? ¿No te hace querer gritar con rabia contra un Dios tan indiferente? ¿A veces
no lloras tu frustración al vacío indiferente? De todos modos, ¿qué está equivocado en el
universo? ¡Cómo pudieron haber pasado tales cosas! ¡Por qué hizo Dios un lugar tan horrible!
Si ahora sientes algún grado de frustración por tu vida o por la vida del mundo como es aquí y
ahora, tal vez podamos empezar a concertar algún progreso en esta dirección. Lo que queremos
hacer es identificar los sentimientos oscuros para que podamos liberarnos de ellos. Tienes que
ver al enemigo antes de que puedas luchar contra él.
Lo siguiente es otro viejo cuento, que se encuentra en varias culturas antiguas que a los
Ishayas les gusta contar.
Un Dios decidió bajar a la Tierra para ver exactamente cómo seguían sus hijos. No trató de
esconder su presencia, anduvo abiertamente como Dios en forma humana. Algunos lo
reconocieron enseguida y lo saludaron con amor, pero muchos que sabían perfectamente bien
quién era, no le hicieron caso, y unos pocos incluso trataron de matarlo.
Después, cuando todos los que tenían algo que ver con el asunto habían muerto como

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humanos, uno de aquellos, que había amado a Dios cuando anduvo en la Tierra, se sorprendió al
averiguar que aquellos que habían odiado a Dios en su forma humana y lo habían tratado de
matar también estaban en el cielo con aquellos que lo habían amado. "¿Cómo puede ser esto?
preguntó incrédulamente. ¿No es mejor amar que odiar?"
"Por supuesto contesto Dios. ¡Pero prefiero que me odien a que no me presten atención!"
Por lo menos, el odio es un movimiento de energía. Es mucho mejor sentir tu rabia, tu
desesperación, tu frustración que tratar de encerrarla en un lugar interno. El espíritu humano es
un medio sumamente flexible. Si empujamos algo hacia adentro por aquí, aparecerá por allá, tal
y como aquellos juguetes que a los niños les gustan tanto. Golpean a los palos de color, y se ríen
con regocijo cuando, habiendo forzado uno hacia abajo por aquí, otro salta por allá. Aplastamos
un sentimiento o característica indeseable y enseguida media docena más salta en nuestras vidas
para llenar el vacío. Al fin logramos controlar nuestro problema de alcoholismo o drogadicción
y nos damos cuenta de que estamos fumando tres paquetes de Camels por día. O al fin
terminamos nuestra adicción de 30 años al tabaco y nos damos cuenta con consternación de que
hemos aumentado quince kilos de peso.
La represión cambia y tuerce nuestros pensamientos, sentimientos y comportamientos. El
reconocimiento franco y relajado nos liberan del sufrimiento futuro. A la mente no le gusta ser
forzada.
Otro relato de los Ishayas.
Una vez el rey de una ciudadestado fue acosado por unos monos. Eran tan numerosos y daban
tanta molestia que nadie podía completar los negocios, se comían las cosechas continuamente;
se robaban las mercancías de los comerciantes constantemente; siempre se metían con los
artículos de los artesanos. El rey, desesperado por encontrar una solución, contribuyó a los
recursos del gobierno para la exterminación de los monos. Pero por cada uno que mataban
parecía que dos más venían de la selva; se estaba creando un vacío que los monos seguían
llenando. No había esperanza, su reino estaba en bancarrota, la vida del rey terminó en pobreza
y desesperación.
Su hijo mayor había visto todo esto consternado. Cuando subió al trono, decidió que, en vez
de tratar de matar a los monos, podría averiguar si había un modo en que ello resultara en
beneficio para el reino. Su primer acto fue el de tratar de entablar una amistad con ellos; plantó
platanar tras platanar. Entonces sucedió una cosa sorprendente: los monos estaban tan ocupados
gozando de la fruta que dejaron de tener tiempo para molestar a los ciudadanos y, cuando un
reino vecino los invadió, los monos lucharon ferozmente para defender su tierra.
Tratar de sofocar nuestros pensamientos y sentimientos reprimiéndolos, es como tratar de
matar a los monos, dejar que la mente exprese sus sentimientos y pensamientos es como darles
de comer a los monos. ¿No es obvio? ¿Cuál es preferible?
Si albergamos sentimientos de frustración o rabia en nosotros, será natural e inevitable ver al
mundo como si fuera un juego pavoroso. Nos sentiremos como víctimas y nos comportaremos
de ese modo. Convencidos de que el mundo es un ambiente hostil y áspero, puede ser que
concluyamos que el único modo de estar seguros es atacando primero, para protegernos de ser
atacados. O tal vez lleguemos a estar muy resentidos y enojados perpetuamente y tragarnos
nuestra frustración, rabia y desesperación a tal grado que dañemos nuestra salud.
La hipertensión no es causada por comer demasiada sal o fumar demasiado, sino que es un
estado de la mente. Las enfermedades del corazón, el cáncer y un gran número de otras en-
fermedades tienen su origen en nuestra creencia de que el mundo' es malo o por lo menos
inconscientemente cruel.
Es necesario reconocer al enemigo, el enemigo no está "allá afuera" en algún lugar. El
enemigo no es un agente externo, no es una bacteria, no es una sustancia cancerígena, no es una
enfermedad degenerativa; el enemigo no es el tiempo; el enemigo no son los escasos recursos.
El enemigo es nuestra creencia y juicio acerca de la naturaleza del mundo y de nuestra vida
personal.
Este único hecho, si se le puede entender apropiadamente, puede proveernos de mucha
esperanza. Si nuestras creencias son responsables de nuestras vidas, entonces podemos cambiar
nuestra estructura de creencias. Si podemos cambiar nuestras creencias, nuestras percepciones y
acciones necesariamente cambiarán.

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El problema es que para lograr cambiar nuestras creencias generalmente no es suficiente decir
que ya no nos sirven más. Son algo más íntimo y pegajoso y más difíciles de cambiar que
nuestros autos y hogares. Si nos damos cuenta de que nuestro auto no funciona bien y repararlo
es demasiado caro, generalmente es posible cambiarlo por otro y si no tenemos suficiente
espacio en nuestra casa, no hay mucha escasez de casas en este planeta. Nuestras creencias por
otro lado son profundas, funcionan silenciosamente, influyen cada pensamiento y acción mucho
antes de que estemos conscientes dé cómo continuamente decidimos ver y experimentar al
mundo. Entonces, ¿cómo cambiar las creencias?

Nueva experiencia
Generalmente las creencias cambian como resultado de nuevas experiencias. ¿Cómo nos llega
esta experiencia nueva? El primer paso es insertando una duda tenue a nuestro sistema rígido de
creencias. Una chispa pequeña puede prender un fuego enorme si las condiciones están dadas.
La chispa pequeña que se necesita para quemar nuestro viejo sistema de creencias y transformar
nuestras vidas es el sentimiento más tenue, pero profundo, de que tal vez todo lo que hemos
pensado y creído acerca de la vida y el universo es falso. ¿Qué tal si, después de todo, hay más
en la vida de lo que hemos percibido o entendido? ¿Qué tal si sencillamente tal vez aquellos a
quienes hemos estado escuchando durante todos estos años verdaderamente saben poco o nada?
¿Qué tal si nuestra realidad potencial de verdad es mucho más rica y maravillosa de lo que
jamás hemos imaginado? ¿Qué tal si esto fuera verdad?
Con una quieta y tenue apertura inicial a un nivel de entendimiento más expandido, el cambio
empieza y acelera nuestras vidas. Los. libros empezarán a caernos de los anaqueles. Como por
obra de magia, personas que no conocíamos empiezan a aparecer en nuestras vidas para entablar
una amistad y enseñarnos. El viejo mundo empieza a quedarse atrás más y más rápido en cuanto
la nueva vida se comienza a desarrollar dentro de nosotros.
Una profunda sabiduría y experiencias siempre en aumento aparecerán para ayudarnos.
Existen técnicas sistemáticas y mecánicas que casi sin esfuerzo elevarán nuestra conciencia,
abriéndonos plena y completamente a la mente universal.
Nosotros en la tradición Ishaya enseñamos una serie de técnicas. Estas no son las únicas
técnicas eficaces, pero sí funcionan muy bien y rápidamente para sacar a la luz una
transformación completa de experiencias personales. Nosotros llamamos a este proceso
Ascensión; se guía este proceso paso a paso para llegar a la apreciación completa de la mente
universal. La práctica no es difícil de ninguna manera; normalmente se practica durante algunos
minutos de dos a tres veces al día.
Se ofrecen cursos de introducción durante los fines de semana o en las noches entre semana
concertando una cita. Los resultados de estos cursos son inmediatos, obvios y profundos.
También se ofrecen cursos intermedios de Ascensión; generalmente éstos duran de una semana
a seis meses. Estos cursos extienden y estabilizan la habilidad de experimentar y utilizar el
Ascendente. Se ofrecen cursos de residencia de seis meses todos los años para entrenar a
maestros de Ascensión.
El mundo necesita desesperadamente el conocimiento de cómo elevarse sin esfuerzo más allá
de creencias y juicios autodestructivos y experimentar la potencia completa de la vida
individual; ahora se necesitan maestros de Ascensión completamente iluminados en todos lados.
No hay requisitos para practicar la Ascensión; no es necesario cambiar ninguna creencia, no
es necesario cambiar de estilo de vida, no es necesario cambiar de hábitos. Puede ser que tú seas
uno de aquellos que gozan silenciosamente de los beneficios del relajamiento profundo y
aumento de conciencia sin participar en ningún otro curso que el primero. Esto está bien, no hay
presión por parte de nosotros para cursar las clases o aun para continuar ascendiendo
regularmente. Sencillamente sugerimos que vengas, pruebes un curso de introducción; y si no
quieres seguir estará bien. Pero si quieres profundizar más, esta opción también está disponible.
Recomendamos este conocimiento a todos sin reserva alguna. En nuestra experiencia, todos
pueden sacar provecho de ello. La Ascensión es un descubrimiento gradual de conocimiento
mediante la experiencia. Cada uno de los cursos ofrece técnicas más avanzadas que el que lo

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precede. El ritmo de progreso se acelera en cada uno de los cursos, en la medida en que el nivel
de tensión del individuo disminuye y la experiencia de conciencia aumenta.
Aunque esto sea cierto, la primera técnica que se ofrece en el curso es suficiente para iluminar
a cualquiera sin importar cuánto padezca de tensión, depresión o pesimismo. Las técnicas
avanzadas aceleran el progreso, pero no son indispensables. El primer curso es suficiente para
traer la luz del Ascendente a la conciencia lúcida para cualquiera que esté listo a practicar la
técnica regularmente.
La razón por la que esto es cierto es porque el Ascendente es universal; se encuentra tanto
dentro como fuera de todos y de todo. En vista de que esto es así, hay dos cosas que son
sorprendentes. Lo primero, ¿por qué la luz infinita del Ascendente no es la experiencia común
de todos? Segundo, ¿por qué se necesita una técnica de cualquier clase para experimentarlo?
El hábito es la respuesta a la primera pregunta. Nuestro hábito es usar nuestros sentidos en
dirección al exterior. Siempre que abrimos nuestros ojos y miramos, siempre que tocamos,
oímos o palpamos, éstos son los movimientos "verticales" vertidos al exterior de la mente. Esta
es la primera lección que el infante necesita aprender para funcionar recíprocamente con el
ambiente. Los que fallan en desarrollar (o retener) esta dirección de la mente hacia el exterior
terminan en manicomios. También es nuestro hábito pensar en dirección "horizontal"; eso es
que pensamos acerca de las cosas, contemplamos la naturaleza de la realidad, nos dejamos
llevar por los ensueños, fluimos alrededor de la superficie de nuestra mente, pensando acerca de
la vida. El propósito de la escuela es desarrollar el ángulo horizontal de la mente.
Se consideran ambas direcciones de la mente como normales, comunes, rutinarias,
completamente naturales.
Pero a menudo creemos que la única dirección restante, hacia dentro "verticalmente", es difícil
o imposible y debe requerir una habilidad tremenda para concentrar o controlar la mente.
Rara vez permitimos que nuestras percepciones o pensamientos se muevan verticalmente
hacia el interior, para buscar niveles más abstractos o universales de comprensión. Y más.
¿Cómo puede ser difícil esto? La frecuencia de experiencias pico es un indicador de que no es
difícil desarrollar la mente. Personas en todos lugares en todas las épocas han saboreado estos
estados de conciencia enaltecidos; sus experiencias han tenido lugar en las horas y lugares más
extraños: en un escritorio amontonado, mirando a las estrellas en enero, en la playa, durante el
acto de dar a luz; el catálogo no tiene fin y es tan extenso como la especie humana misma.

Todo lo que se necesita para moverse a niveles más altos de conciencia es reentrenar la mente
para dirigirse verticalmente hacia el interior.
¿Por qué se requiere una técnica para aprender a surcar la mente de nuevo en un nuevo
modelo vertical hacia adentro? Esto es como el arte de hablar. Aprender a manipular nuestro
aliento, cuerdas vocales, lengua y boca de tal modo para comunicar símbolos con sentido a otros
seres similares es algo que aprendemos naturalmente. Esto es algo que damos por sentado. Pero
tuvimos que aprender a hacerlo. Nunca nos deja de sorprender cómo los niños pequeños de
otros países hablan su lengua con facilidad, mientras que nosotros como adultos sólo podemos
imitar con gran esfuerzo. No es difícil hablar, pero tenemos que aprender a hacerlo. De igual
modo caminar o cualquier otra habilidad adquirida. Ciertamente que estas actividades son para
fines prácticos naturales; de igual modo, tuvimos que aprender a hacerlas.
La mente es una máquina maravillosa y compleja a la que se puede entrenar para hacer una
variedad asombrosa de cosas. De ese modo se le puede entrenar para moverse verticalmente
hacia dentro. Las técnicas de Ascensión logran esto.
Se puede enseñar a la mente muy fácilmente a experimentar el Ascendente. Que se requiere
una técnica para hacer esto no es literalmente verdad. Ha habido numerosos ejemplos de éxtasis
o experiencias espontáneas o por lo menos movimientos temporales en la dirección del
Ascendente durante toda la historia del mundo. Aun una experiencia breve de luz interior, de
paz perfecta, de felicidad sin límites, de sabiduría, frecuentemente cambia para siempre a quien
lo experimenta. La mayoría de los sistemas de creencias son creados a partir de los más fugaces
momentos de percepción alterada.
La prueba de que este tipo de experiencia es completamente natural es que a veces ocurre
espontáneamente. La universalidad de la experiencia se demuestra por el hecho de que casi todo

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el mundo en alguna época de la vida ha tenido por lo menos un vistazo de Conciencia
Enaltecida. Casi todos nosotros hemos tenido por lo menos un chispazo de asomo más allá de
los velos de la vida relativa. Podría arriesgarme a decir que todos hemos tenido una experiencia
tal, pero algunos de nosotros hemos elegido olvidarla o malinterpretarla. Las razones para esta
incapacidad de memoria puede variar de individuo a individuo, pero generalmente se basan en
el miedo.
Cuando era joven, como en mi adolescencia, a menudo experimentaba la Conciencia
Enaltecida llamando a la puerta, cuando estudiaba tarde por la noche en la cocina; era el cuarto
donde hacia más calor de la casa y donde estaba en silencio perfecto después de que todos los
demás se retiraban a dormir. Con mis libros desparramados por todas partes sobre la mesa de la
cocina, a menudo tenía que obligarme a leerlos o escribir mis tareas, porque sentía una
presenciaenorme justo afuera del cuarto, que quería entrar y quería ser reconocida. ¿Por qué?
No sabía, pero me aterrorizaba. Esta fuerza era enorme, impresionante, poderosa, y quería que
yo fuera consciente de ello. ¿Era el Diablo? ¿Era un espíritu desencarnado? ¿Mi padre, tal vez,
que regresaba del más allá, o del sepulcro? ¿O era un demonio?
Sólo después de años aprendí que de lo que tenía miedo era mi propio Yo Superior que trataba
de abrir las puertas cerradas de mi mente. Creo que esto verdaderamente es una experiencia
común; también creo que mucha gente ha estado aterrada por experiencias similares y ha tratado
de cerrar su mente dentro de fronteras muy estrechas y rígidas. Una tragedia de la vida moderna
es que muchos han tenido éxito en este intento. El mundo sería un lugar mucho más saludable si
estos individuos (que son verdaderamente evolucionados) obviaran el miedo a su propia
perfección. Entonces empezarían a ser parte de la solución en vez de ser parte del problema.
La experiencia pico es común en el ser humano, una oscilación natural de conciencia. Pero
para hacerla habitual y que se repita, para hacerla una permanente realidad habitual, que sea
bienvenida, aceptada y disfrutada, la mayoría de la gente requiere dos cosas. Primero, se la debe
comprender. Muy pocos de nosotros aceptamos un extraño en nuestros hogares de buena gana
sin saber algo acerca de él. ¿Qué es la experiencia de Conciencia Enaltecida? ¿Por qué ocurre?
¿Qué valor tiene? Si se dominan las respuestas a estas preguntas, no hay dificultad en abrir de
par en par las puertas que hemos cerrado con llave; la experiencia de Conciencia Enaltecida se
precipita como un río después de que la represa que lo contiene se rompe.
El segundo requisito para estabilizar la Conciencia Enaltecida, y que la mayoría requiere, es
un método práctico para entrenar la mente sistemáticamente para experimentar la luz interior.
¿Cómo seria tal técnica? Primero, y del mejor modo, no involucrará nuestros sistemas de
creencia. Si la experiencia de Conciencia Enaltecida es de hecho universal, debe ser capaz de
ser experimentada por cualquiera de cualquier ambiente religioso, político o estrato económico.
Y la técnica no debe ser tan compleja que sólo aquellos con intelectos gigantescos puedan
experimentarla. Tampoco debe requerir que sólo aquellos con corazones maravillosamente
exaltados pueden penetrar su propia ignorancia y tocar el corazón de Dios. El requisito universal
de esta época es que la experiencia esté abierta a todos. Cualquiera, de cualquier condición
social, debe poder practicar las técnicas y lograr el resultado deseado.
Otra razón muy importante para no involucrar nuestros sistemas de creencia es que justamente
nuestros sistemas de creencia, nuestros hábitos y juicios acerca de la naturaleza de la vida son
los que mantienen nuestra experiencia de la vida exactamente como es. Se requiere algo nuevo
para romper el molde de nuestro pasado. La expresión "¡Aja!" viene del inesperado, dramático y
total cambio de perspectiva; sin aviso, se relajan los viejos modelos habituales y se revela una
vista diferente. Esto es repentino, completo, maravilloso.
Las técnicas de Ascensión son sencillas de comprender y practicar. No tienen que ver con
cambios de creencias o modos de vida. ¡No implican creencias! Y son maravillosamente
eficaces para eliminar las tensiones que bloquean la percepción de realidad interior. La práctica
habitual de Ascensión produce muchos cambios en la vida, basados en la directa experiencia
personal.
La invitación es tomar un curso de introducción y verlo por sí mismo. Practica esta primera
técnica regularmente por un mes y observa qué sucede en ti. Muchos otros han reportado un
crecimiento maravilloso y una mejoría en todas las áreas de la vida por la Ascensión. ¿Qué
pierdes con intentarlo?

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Capítulo 14

La ciencia de la Ascensión
En esta práctica ningún esfuerzo se pierde.

Ésta es una época de miedo. Tememos a otros países, a otros humanos y a nosotros mismos.
Es raro sentirse seguros, sin importar la cantidad de manipulación física, no aumenta nuestro
sentido de seguridad. Comprar otro juego de pasadores y cerraduras para nuestras puertas no
ayuda mucho a protegernos de nuestros vecinos; construir otro sistema de armas más avanzado
no defiende nuestras fronteras, como para sentirnos siempre en paz. Al faltar la convicción
firme de nuestra inviolabilidad, enfrentamos al mundo externo con duda, esperando contra
cualquier lógica y experiencia previa que estemos seguros. ¿Qué es la esencia de la seguridad?
¿Cómo llega uno a ser completamente arrojado? ¿Cuáles son las mecánicas de paz?
La ciencia de Ascensión involucra un proceso de desaprender sistemático. Desde el
nacimiento, todos hemos estructurado ciertas creencias basadas en nuestra propia experiencia
directa. Si nos quemamos con el fuego de una estufa, pronto aprenderemos a creer que el fuego
nos puede lastimar. Estructuramos creencias acerca del alcance de temperaturas que nuestros
cuerpos pueden resistir con seguridad, cultivamos otras creencias acerca de la naturaleza de
nuestros cuerpos y de cómo pueden ser dañados.
Algunas de nuestras creencias son obviamente usadas continuamente en nuestras vidas físicas.
Son usadas para recordar cómo manejar nuestro auto sin tener que repasar el manual cada vez
que nos sentamos a manejar. También se usan para recordar qué casa es la nuestra, cada vez que
deseamos regresar a casa sin tener que preguntarle a los vecinos. También son usualmente
usadas para reconocer a nuestros hijos cuando los vemos.
También es verdad que otras creencias resultan derrotistas y contraproducentes. Si creemos
que somos unos fracasados, continuamente atraeremos este tipo de experiencias. Si nosotros
creemos que esta vida es dura, que nosotros no somos amados y quizá que no podemos ser
amados, que somos infelices, que no somos dignos, ¿experimentaremos una vida sana y
relajada, de amor y alegría? Solamente cambiando los lineamientos de nuestras creencias
podremos tener la esperanza de tener la experiencia de un futuro, por lo menos intelectualmente,
que preferiríamos.
Deshacer o desaprender los patrones de viejas creencias es extraordinariamente difícil
mediante el intento consciente de deshacerlos o cambiarlos. Cualquier psicoanalista testificará
la gran dificultad inherente en cambiar nuestro propio concepto a través del modo tradicional,
analizando la raíz y la causa de cualquier patrón de conducta anormal. Esto puede parecer
gigante, altamente frustrante, resulta casi imposible la tarea de reescribir nuestras
personalidades escogiéndola concientemente. Para muchos de nosotros, esto bien puede ser
imposible.
En este país, el porcentaje alto de gente con deficiencias mentales, en el hospital o fuera de él,
es una prueba de que nuestra sociedad moderna no es un lugar saludable para vivir. Y también
demuestra que nuestros profesionales de salud mental no tienen éxito en su profesión. Igual para
las enfermedades físicas que afligen el mundo moderno. En la China antigua, todo médico por
ley tenía que anotar sobre un cartel fuera de su oficina el número de sus pacientes que habían
muerto ese año. El propósito del médico era curar. Sólo a aquellos que curaban con éxito se les
permitía continuar la práctica de la medicina.
En la tentativa de desarraigar la causa de los problemas que ocasionan una falta de balance
físico o mental, se gasta mucho esfuerzo y los resultados son marginales en el mejor de los

83
casos. Los médicos, terapeutas y pacientes continúan usando estos métodos sólo porque nada
mejor está disponible.
Pero sí es posible cambiar profundos patrones de creencia fácilmente y sin esfuerzo. Esto se
hace introduciendo unos pocos pensamientos nuevos como semilla. Estos pensamientos semilla
tienen la característica única, inestimable de extender las fronteras conscientes de la mente del
individuo de modo sistemático y sin esfuerzo. Cada uno de estos pensamientos semilla tiene el
resultado de deshacer modelos de creencia del pasado que impiden que nuestras vidas se des-
arrollen de modo saludable y armonioso. Cada uno de estos pensamientos semilla, practicado
correctamente, causa que el alcance entero de la personalidad se alinee con la fuerza básica del
universo. Cualquier individuo que practique correctamente durante un período de tiempo
suficientemente largo, sin esfuerzo y sistemáticamente, se elevará más allá de sus creencias
previas y de patrones habituales restrictivos, a un estilo mucho más beneficioso en el
funcionamiento de su sistema nervioso.
La ciencia de Ascensión es una metodología sistemática y gradual para desarrollar la mente.
"Ascensión" quiere decir elevarse. Lo que pasa durante la práctica de Ascensión es que el
individuo se eleva más allá de su estado previo de conciencia lúcida y empieza a experimentar
los estados más altos de apreciación de la realidad que residen escondidos en su interior.
Esto crea un estado de vida sin problemas. "Libre de problemas" no quiere decir libre de retos:
la vida no se hace lisa o pasiva; libre de problemas quiere decir que la estabilidad interna es
mayor que cualquier reto de la vida; la creatividad interna disponible es mayor que cualquier
reto, de la manera más sencilla, más airosa y de mayor beneficio, una vez que se ha desarrollado
este estado.
Las mecánicas de Ascensión son bastante sencillas. Lo que es necesario es aprender cómo
escuchar: a la gente en nuestro universo, a nuestro mundo, a nuestros cuerpos, a nuestras
mentes, a nuestros corazones. Cada momento de cada día nos dice todo lo que necesitamos
saber para vivir en libertad, armonía y felicidad completa. Por razones de miedo, generalmente
elegimos no escuchar. Nuestros juicios, limitados a lo que es bueno o malo, nos han encadenado
a vidas pequeñas de dolor y sufrimiento. Para estar libres, es necesario reconocer lo que nos
hemos hecho y lo que nos continuamos haciendo para no escuchar. Esto podría ser un proceso
doloroso, sin embargo no tiene por qué serlo.

Cuatro actitudes de ascención


Hay cuatro emociones básicas o actitudes que conducen a la Ascensión: Alabanza, Gratitud,
Amor y Cognición Directa. Hay miles, aun millones de aplicaciones específicas de estas cuatro
Actitudes de Ascensión. Por ejemplo, cualquier sentido de amor por alguien o algo tiende, en
mayor o menor grado, a causar el ritmo vibratorio del individuo a subir, a aumentar la capacidad
consciente de la mente, a mejorar la salud del cuerpo, a disminuir las fronteras de la vida. Si
piensas en alguna característica del momento en que hayas estado sinceramente enamorado,
probablemente te acordarás cuán fácil era pasar por alto las pequeñas deficiencias del objeto de
tu amor y concentrarte en su perfección y belleza. Esto es un ejemplo de aumento de conciencia,
pero no es lo suficientemente consciente o poderoso para transformar la vida para siempre.
Aun las tentativas repetidas y habituales de ascender mediante oraciones, una forma de
Actitud de Ascensión de Cógnición Directa, no son generalmente transformadoras de la vida. La
razón de esto no es falta de compromiso o dedicación de la persona que ora. Habitualmente, hay
tres causas de este fracaso común. La primera es el tiempo limitado que se pasa orando. Si, por
ejemplo, se pasa una hora al día tratando de moverse a una frecuencia vibratoria más alta y se
pasan las otras veintitrés horas quedándose en el mismo nivel mental o retrocediendo, ¿cómo
puede sorprenderte que la tentativa falle? Aun si se dirige concentradamente la hora entera a
elevarse, todavía hay veintitrés horas con un enfoque muy distinto. Si se dirige uno de 23
pensamientos hacia arriba y se dirigen los otros 23 horizontalmente o hacia abajo, ¿cómo puede
sorprenderte que la vida no mejore rápidamente?

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La segunda causa del fracaso generalmente viene por deseos en conflicto. Puede que una parte
de la personalidad sinceramente desee la respuesta a un problema, pero otra parte puede, quizás
aun secretamente desear lo opuesto. Por ejemplo, una cura milagrosa puede ser el objeto de
oración, pero si tal cura ocurriera, quizás el resto de la personalidad se aterrorice, o tal vez no se
sienta digno de tal solución. ("¿Por qué Dios va a gastar un milagro en alguien como yo?") En
semejante estado de deseos en conflicto, la respuesta más probable de la naturaleza no siempre
es clara.
La tercera causa de fracaso es que el contenido de la oración a menudo no es eficaz. Esto
puede resultar en un gran número de formas. De las miles de aplicaciones posibles de las cuatro
Actitudes de Ascensión primarias, solamente un número sorprendentemente pequeño es
extremadamente eficaz o universalmente aplicable. En la experiencia de los Ishayas ciento ocho
de éstas son las mejores para todos; de estas ciento ocho, comúnmente sólo enseñamos
veintisiete, porque estas veintisiete son las más poderosas, fáciles de usar, y se dirigen de
manera más directa y rápida a la meta deseada. Los Maestros Ishayas de Ascensión enseñan
estas veintisiete técnicas de manera sistemática y verificable, con práctica individual y progreso
entrelazado con más instrucción en las técnicas. De esta manera se establecen los resultados
tangibles como los agentes de refuerzo para la continuidad de la práctica.
Cada una de las veintisiete Actitudes de Ascensión posee la cualidad de retroalimentación
inmediata; eso es, que se nota el efecto de la práctica inmediatamente. La razón es que cada una
de las veintisiete tiene la característica extraordinaria y única de permitir que la mente siga
automáticamente ascendiendo siempre a más elevados niveles de experiencia y comprensión.
Como tal, aun la primera de las veintisiete actitudes de Ascensión basta para liberar a
cualquier ser humano completamente. La ventaja de tener más de un instrumento disponible es
que la mente a veces se burla de sí misma y entabla obstáculos que crean demoras. Esto pasa
principalmente por deseos y creencias del pasado, de que la vida es o debe ser difícil y/o
dolorosa. Tener más de una Actitud de Ascensión es como tener una póliza de seguros. Si la
fuerza del antiguo hábito está demasiado enraizada (y parece que habitualmente es así en el
mundo moderno) se requerirá más de un ángulo de Ascensión.
En nuestra experiencia, es sumamente dudoso que cualquier individuo pueda resistir el poder
de este pequeño grupo de veintisiete Actitudes de Ascensión por mucho tiempo. Esto es cierto
porque cada una de las veintisiete Actitudes tiene la cualidad inherente de guiar la mente hacia
más elevados ritmos de experiencia y comprensión; simultáneamente, cada una de las veintisiete
ayuda a la mente a deshacer todas sus falsas creencias, miedos e imaginaciones.Cada una de las
veintisiete limpia la pizarra de la mente mientras que escribe allí un nuevo guión. Los viejos
programas internos no pueden resistir por mucho tiempo el poder y claridad de los nuevos
programas.
Las Actitudes de Ascensión no implican ninguna creencia religiosa de ninguna clase. Son
universales. No violan ningún credo o fe establecida. Pueden ser igualmente practicadas por el
cristiano, el musulmán, el hindú, el budista, el judío, el agnóstico, el ateo. Se sumergen en
estados universales humanos e inspiran la Ascensión de cualquier lugar desde donde uno se
encuentre.

Las tres cualidades de Ascensión


Cada una de las Actitudes de Ascensión tiene tres aspectos. Primero hay un contenido
emocional para empujar al que experimenta hacia adentro: Alabanza, Gratitud, Amor y
Cognición Directa. El segundo aspecto es una alineación directa con el Ascendente. Esto une la
mente consciente con el origen infinito interior. La tercera característica de cada una de las
Actitudes de Ascensión es un enfoque mental en uno de los lugares enraizados de la
individualidad que padece de tensión y que podría ser vivido de modo más completo.
Comprender esta descripción de las Actitudes de Ascensión es mucho más difícil que la
práctica de ascender. En realidad, la comprensión completa de las mecánicas de Ascensión
probablemente es imposible sin experimentarlas.

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La estructura tridimensional de las Actitudes de Ascensión causa que cada uno de los aspectos
primarios de nuestra personalidad, nuestros corazones, nuestras mentes y nuestros cuerpos se
orienten hacia la dirección de desarrollo. Este proceso libera los juicios y creencias profundos
que nos mantienen atados a los miedos y restricciones. Pero esto no es sencillamente un proceso
de introspección para eliminar la basura mental, espiritual y emocional acumulada; este proceso
principalmente es uno que descubre estados de conciencia siempre más altos.
Se les llama Actitudes de Ascensión porque la actitud es un modo de mirar al mundo. No se
les llama Creencias de Ascensión porque no hay necesidad de creer para que una semilla de
zanahoria sembrada en la tierra y bien cuidada crezca hasta llegar a ser una planta de
zanahorias. No se requiere creencia. La creencia es una fuerza poderosa que puede ser muy útil
o destructiva, según el modo que se aplique, pero no se le requiere para cambiar la naturaleza de
nuestras vidas. Las semillas de zanahorias resultan en plantas de zanahorias. Las semillas de los
pensamientos de Actitudes de Ascensión cultivan un nuevo modo de mirar y vivir la vida.
El uso de las Actitudes de Ascensión nos permite elevar sin esfuerzo, mas allá de nuestra
experiencia previa de vida, a un estado de existencia libre de problemas. Esto se lleva a cabo al
alinear nuestra individualidad limitada con la Universalidad Cósmica. Se puede llamar de
cualquier manera a esta verdad subyacente de la creación. Algunos le llaman amor, otros le
llaman vida. Algunos le llaman lo bueno, otros le llaman naturaleza. Algunos le llaman Mente
Universal, otros le llaman madre. Algunos le llaman espíritu, otros le llaman verdad. Algunos le
llaman fuerza, otros le llaman belleza. Algunos le llaman el Yo Superior, otros le llaman Dios.
Algunos le llaman el origen. Nosotros le llamamos el Ascendente. El nombre no tiene
importancia, lo que es importante es dejar de bloquear nuestra percepción de este nivel de
realidad.
No tenemos que "abrir un canal" al origen, a la mente universal del Ascendente; todos
nosotros ya estamos conectados. Siempre lo hemos estado, siempre lo estaremos. Lo que sí es
necesario es empezar a eliminar nuestras creencias y patrones de comportamiento
autodestructivos que bloquean esta experiencia de nuestra conciencia. Una vez que se eliminan,
se diluyen, se transforman estos bloques, entonces podemos utilizar nuestro derecho de
nacimiento, nuestro enlace con la mente infinita. La tubería ya esta allí, lo que es necesario es
quitar los obstáculos que nosotros mismos hemos creado que impiden que el agua fluya. Está
oxidada por la falta de uso; está bloqueada por la basura acumulada de los hábitos de toda una
vida de negación y miedo. Pero el metal todavía está fuerte; se lo puede limpiar con relativa
facilidad y entonces el agua preciosa de vida fluirá de nuevo, transformando todo en nuestra
vida.
Se han diseñado las Actitudes de Ascensión para borrar viejas creencias y modelos de
comportamiento que inhiben el funcionamiento físico y mental. Al introducir estas semillas de
pensamiento en un nivel profundo y refinado sin esfuerzo, la estructura entera del armazón
mental se transformará gradual y fácilmente para reflejar la Realidad.
Realidad escrita con la "R" mayúscula no es la realidad de vida mezclada con sufrimiento, la
experiencia común de la mayor parte del mundo, hoy en día. El tipo de Realidad con una "R"
mayúscula quiere decir que se vive la vida en felicidad, que se experimenta cada momento
completamente; se usa cada ocasión para ricas oportunidades de progreso, creatividad y amor.
Se crea una nueva estructura de conciencia sobre la base firme de la experiencia directa de
Realidad.
Las técnicas de Ascensión son invaluables para el mundo moderno. La velocidad intensa de la
vida sencillamente es demasiado alta para ser contrarrestada, sin el poder de una nueva
Enseñanza profunda. Estas técnicas van a cambiar enormemente cada aspecto de la vida al
introducir nuevas experiencias de paz interior, descanso profundo y estabilidad.
La Ascensión es muy fácil de practicar y rápidamente libera a cualquiera de la tensión. Esto
abre a la vida, a la creatividad, al regocijo, a la salud y al éxito máximo.
Todos empezamos la vida con inocencia y brillantez. Ha llevado muchos años nublar nuestras
mentes con creencias y hábitos autodestructivos. Pero es fácil empezar a reversar esto, y
regresar a la libertad y al poder de la vida en el momento presente. La preocupación y el miedo
no son naturales, se los aprende y mantiene por nuestras creencias y juicios acerca de la vida.
No es difícil desprogramarnos de la hipnosis de nuestro pasado y acondicionamiento cultural.

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Como un resultado inmediato, la vida se hace más fácil y más placentera. Estar libre de
tensiones quiere decir que se vive cada momento de modo total y completo. Cada día es nuevo
con maravillosas posibilidades, cuando ya no somos víctimas de nuestro pasado.
En esta época moderna los Maestros de Ascensión representan una enseñanza antigua,
fundada por el Apóstol Juan en el primer siglo de la Era Cristiana. No hay nada en Ascensión
que haya sido inventado de nuevo. Cada técnica para el manejo de tensión y meditación
enseñada por los Maestros de la Sociedad de Ascensión ha sido empleada por miles de años y
ha sido verificada para ser universalmente verdad para todos.

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EPÍLOGO:
Un poema de vida
En algunas vidas, trabajé para crear religiones, filosofías, civilizaciones. Laboré bien, mis
productos eran bellos, complejos y dignos de confianza; mis obras guiaron y protegieron la vida
de millones.
En otras vidas, me di cuenta de que ninguna estructura organizada, a pesar de cuán compleja,
verdadera o bella fuera, jamás podría abrazar la vida entera. Y así, viendo los límites y fracasos
obvios de cualquiera y toda aproximación organizada a la sabiduría, trabajé para destruirlas
todas. A menudo esto resultó en mi propia muerte. Por ejemplo, durante la Inquisición Española
me quemaron en la hoguera por oponerme a la Iglesia. Y en el Perú me cortaron las manos y los
pies por resistir a los conquistadores.
El horror de juicio y opresión es mi propia creación y de ningún otro. Convencer a la fuerza a
otro a mi creencia, a menudo era mi propósito. Pero he aprendido que forzar a los individuos a
aceptar la paz no es la solución.
Una amiga iluminada tuvo una visión acerca de mí, en la primavera de 1972 en Italia,
mientras conducía hacia Roma en un lindo día de primavera; de repente se volvió hacia mi, me
miró con ojos penetrantes y dijo que ella acababa de verme dejando un castillo perfecto pero
estéril y arruinado en medio del Mar del Occidente, dijo que me vio parado solo en la playa,
mirando tristemente la estructura en ruinas. Sobre la playa había un olor fecundo de fertilidad;
ella dijo que la Madre de Dios estaba allí, guiándome, protegiéndome; el olor fragante era Su
aroma.
En aquel entonces no la comprendí, porque creí importante quedar dentro de las murallas que
protegían mis creencias, temí que afuera del Castillo residiría el caos, que si yo dejaba las torres
blindadas, almenas y columnatas de un sistema de creencias que me llevaba al Ascendente, a
Dios, entonces yo estaría sin el Absoluto, sin Dios, y como resultado sería víctima de mis
miedos, de fuerzas reales de mal, y sería presa de los diablos gemelos Miedo y Odio. Era obvio
que muchos, tal vez todos, no se plegaban a una enseñanza, un sistema organizado de
conocimiento y creencias que lleva al corazón de Dios. Todos o casi todos los que no están en
tales castillos poderosos no están protegidos de los lazos y trampas del mundo. Aquéllos sin
aspiraciones elevadas de cualquier tipo a menudo gastan sus vidas en vicios grotescos. (Lo que,
si mal no recuerdo, John Steinbeck observó en East of Eden. De todos modos eran sus mejores
intentos para experimentar el amor.)
Me sentía descontento con mi castillo y me reprendía por ello. Me sentí atrapado durante
años, reacio o incapaz de cercenar mi conexión con la magnífica teta del castillo, miedoso de
que el resto del Mundo fuera de su extenso dominio bien protegido. Miedo a ser dañado, me
acurrucaba dentro de sus murallas bien guardadas.
Creer que es posible ser dañado es una creencia común, pero esto no quiere decir que sea
cierta. Se pueden dañar los cuerpos humanos, sistemas de información, sistemas de creencias,
sistemas de organización, formas de edificios, todos éstos pueden ser dañados o fracasar. ¿Pero
qué es lo que fracasa? ¿Qué es lo que se está dañando? Todo lo que es verdadero y real no es,
nunca podrá ser dañado o aun disminuido de ningún modo. Si las mentes humanas permanecen
constantemente conscientes de la verdad, es otro asunto. Pero la verdad siempre permanecerá
brillando como una joya perfecta, mas allá de los confines del tiempo y espacio.
Después de algunas de estas luchas, la naturaleza conspira contra mí para destruir mi castillo.
En espacio de tres meses perdí mi familia, mi prestigio social, mi empleo y mi dinero. Perdido y
solo vagué por el mundo y por muy buena fortuna di con un Ishaya, uno que rara vez viajaba
por el mundo y que tal vez acaso me buscaba.
Mi escape escalofriante de la muerte me curó. Mi adversidad terrible me llevó a la gloria. La

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maravillosa Enseñanza de Ascensión fue compartida conmigo. Se me dio libremente un regalo
que nunca hubiera merecido. La vida se abrió donde sólo había anticipado la ruina final de
degeneración y desesperación.
Una vez cuando estaba Ascendiendo con los Ishayas en los Himalayas, tuve una visión: todos
los grandes y bellos castillos del mundo se erguían sitiados y solos, rodeados por todas partes
por un mar oscuro, enturbiado de caos sin sentido. Sólo un pequeño grupo estaba en los castillos
trabajando para entender el conocimiento del Ascendente, para incrementar la verdad y la
belleza. El resto estaba en la oscuridad afuera, laborando para destruir las creaciones de adentro,
algunos con propósito malicioso, pero la mayoría por apatía, ignorancia, indiferencia.
"¿Por qué, Señor? pensé. ¿Por qué permitir esta terrible guerra?"
Seguidamente Boanerge entró a mi cuarto, se sentó delante de mí, se inclinó y me golpeó
suavemente en el pecho. Mi mente se expandió; aprendí que esta creencia ancestral me separaba
del resto del universo. Por ejemplo, todas las guerras civiles actuales residen en este caos
externo. Como también lo fueron los muertos por hambre y por enfermedad en África. Como
sucedía en todas las ciudades sitiadas y putrefactas de nuestra civilización.
"¿Entonces se relega a todos aquellos desafortunados al infierno?", Boanerge me preguntó
suavemente. Comprendí su indicación; muchos dogmas fundamentalistas mantienen que esto es
cierto. Si no eres un cristiano fundamentalista, un musulmán fundamentalista o una persona
fundamentalista de la Nueva Era o cualquier tipo de fundamentalista, seguramente serás
condenado para siempre. ¿Y qué hay de los que nacieron antes de que esa religión específica
naciera? Seguramente ya estarán en el infierno.
Muchos responden a sus miedos tratando de levantar las murallas de su castillo más fuertes;
siguen los mandatos de los líderes de su sistema de creencias siempre con más exactitud,
sondean más y más profundamente las bases filosóficas del castillo específico que ocupan en el
momento; pero el precio que pagan es horrible, porque alrededor de su castillo de cada lado y
golpeando siempre más fuerte están los mares espantosamente reales de oscuridad, caos y
desesperación.
Entonces vi que mi misión estaba deformada porque la forma exterior de caos también era mi
creación. Yo creé dolor. Creé sufrimiento. Creé guerra. Creé hambre. Creé enfermedad. Creé la
muerte. En el instante en que vi la perfección del Ascendente que se escondía en aquellas cosas
que había juzgado como malvadas, todas las murallas de los castillos sobre la tierra se
derrumbaron y cayeron.
Pero en vez de estar abrumadas por el mar hirviendo de caos, las enseñanzas dentro de los
castillos se expandieron para incluir a todo el universo.
Dicho de otro modo, entonces me acordé de que el universo entero era mi creación anterior. Y
todos los castillos de la Tierra eran como las joyas en la corona del amor perfecto de Dios hacia
ti y hacia todos los demás.
Las técnicas que ocasionan la realización del Ser no son lo mismo que la realización del Ser.
Ningún castillo vale el precio si eso quiere decir que la vida se divide entre lo bueno y lo malo o
entre la vida y la muerte. Aun la perfección magnífica de la ciencia de Ascensión de los Ishayas
no es nada si no se sabe la verdad que la subyace.
Amontonar técnicas no es la solución para nadie. Solamente la experiencia directa de la
realidad basta para librar la vida de la muerte, solamente iluminación plena y completa satisface
la búsqueda vitalicia de un alma.

"Ningún hombre es una isla, completa en sí misma; todo hombre es una parte del continente,
una parte de la tierra firme; si el mar se lleva un terrón, Europa es menos, tanto como si un
promontorio lo fuera, tanto como si una casa solariega de tus amigos o de ti mismo fuera. La
muerte de cualquier hombre me disminuye, porque estoy ligado a la humanidad. Y por eso
jamás envíes a nadie a preguntar por quién doblan las campanas. Las campanas doblan por ti"
(John Donne).

MSI

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APÉNDICE

Las veintisiete técnicas


El ritmo del progreso en Ascensión
es determinado individualmente.

Para los que se desarrollan rápido y suavemente, vale la pena aprender las dieciséis técnicas de
las primeras cuatro esferas en secuencia rápida; cada dos semanas se puede adquirir una nueva
técnica. Y los que quieren desarrollo más que cualquier otra cosa, pueden alcanzar rápidamente
aun las técnicas adelantadas y sutiles de las tres esferas finales. En última instancia, la evolución
depende enteramente del deseo individual, qué tan rápido uno desea elevarse en el desarrollo
pleno de la conciencia.

I. Tensiones de raíz
Alabanza. La actitud de Ascensión de Alabanza corrige la tensión fundamental del mundo
moderno, que algo está mal en la vida individual. Esta Actitud en sí es suficiente para generar
iluminación completa, pero por razones de hábitos de tensión y mente dividida, usualmente se
requerirán más técnicas para perfeccionar el desarrollo. De todos modos, la primera Actitud es
suficiente en sí misma y generalmente se demostrará como la más útil para transformar los más
crasos niveles de creencias y juicios de la vida. Se puede usar esta actitud, más que cualquier
otra a cualquier hora de día o de la noche cuando parece que la vida individual no progresa tan
bien como pudiera.
Gratitud. La actitud de Gratitud es igual de poderosa para trasformar las tensiones de raíz de
la vida moderna. El enfoque aquí reside en el mundo objetivo; esta técnica está diseñada para
curar todas las creencias y conceptos erróneos acerca del cuerpo y el universo entero. Es la llave
para resolver la creencia en las limitaciones del cuerpo, en la enfermedad y en la muerte;
también es la primera etapa del dominio del mundo externo. Como tal, es invaluable para curar
enfermedades de toda clase.
Amor. Para muchos, la Actitud de Amor es la más dulce de las primeras etapas; está diseñada
para curar todos los conceptos erróneos acerca de nuestra relación con el Ascendente mismo.
Juntas, las primeras tres técnicas son capaces de eliminar todas las creencias y juicios acerca de
la naturaleza limitada de las tres divisiones primarias de la vida humana: subjetiva, objetiva y
espiritual. Estas tres Actitudes juntas bastan para que cualquiera pueda elevarse a la
Iluminación. Las técnicas posteriores son para incrementar la aceleración.
Compasión. La cuarta técnica clarifica la relación del individuo con todos los otros seres
humanos y con los animales. La invencibilidad en la vida humana es el resultado del dominio de
la conciencia; esto se basa en no causar daño. (No causar daño también se llama Ahimsa en la
literatura antigua. El dominio de Ahimsa quiere decir que ninguna criatura sentirá jamás
enemistad hacia ti o te hará daño a propósito.) Se establece lo inofensivo mediante el desarrollo
pleno de la compasión, que es el subproducto automático de esta técnica. La compasión
universal es el requisito para la iluminación desde el punto de vista del Ascendente. Se les da la
llave de la puerta de todo a los que han demostrado que no abusarán de su poder.
Las primeras cuatro técnicas bastan para establecer la conciencia perpetua, pero el ritmo de
desarrollo será más lento de lo que puede ser. En cuanto el cuerpo disminuya su tensión y la
mente aumente su claridad como resultado de la Ascensión habitual, naturalmente aumentará el
deseo de aprender técnicas más sutiles y más poderosas; cada esfera es más sutil y más poderosa

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que la anterior. Éstas crean una espiral de experiencia, percepción y conocimiento en aumento.
Una función de las esferas avanzadas es desarrollar los centros de energía sutil en el cuerpo,
estos centros son conocidos en la literatura antigua como los chakras (literalmente y en el
Occidente como "ruedas de fuego"). Los chakras están desparramados como joyas a lo largo de
la espina dorsal, empezando en la base y subiendo hasta la coronilla. Se requiere el desarrollo de
cada uno de estos centros de energía para llevar a cabo la iluminación plena; la Ascensión
proporciona un método sumamente efectivo y fácil para llevar esto a cabo.
Los lugares de los chakras en el cuerpo corresponden a los lugares de los principales ganglios
de la espina dorsal. Entre otras cosas, los chakras controlan secreciones hormonales, cambios en
el ritmo circulatorio, tensión arterial, respiración, niveles de azúcar en la sangre, excitación
neuromuscular y las glándulas endocrinas. En Occidente, se retiene la memoria de los chakras
en la imagen del caduceo, el símbolo tradicional de las artes curativas.
Las alas abiertas del águila representan la conciencia completamente desarrollada, el grado
más alto de iluminación, en los chakras de la corona. El báculo representa el sushumna, el canal
central de la espina dorsal por el cual la energía de vida sube para traer iluminación. Las dos
serpientes representan los dos canales sutiles que están al lado del sushumna, la ida y la pingala.
Los chakras están localizados donde la ida y la píngala se cruzan. La ida y la pingala empiezan
en la base de la espina dorsal y terminan en el sexto chakra, en el centro del cráneo. La pingala
es blanca y lleva energía solar y las fuerzas del día. Esta energía eleva nuestra conciencia hacia
lo racional.

La ida es negra y contiene energía lunar y las fuerzas de la noche. Su movimiento hacia abajo
nos lleva al inconsciente donde experimentamos regeneración e intuición. En la persona
corriente, la energía de vida fluye principalmente por la ida y la píngala suministrando energía a
los órganos de sentido y las facultades de conciencia que mantienen la ilusión del mundo. Es
sólo con el despertar de iluminación que la energía fluye completamente del todo hacia arriba
por el canal central, la sushumna. Cuando esto sucede, los chakras invierten su orientación de
hacia abajo y afuera, hacia arriba y adentro.
Los chakras unen nuestra conciencia con nuestros cuerpos. En el estado despierto la mente
experimenta caos; por lo menos cincuenta mil pensamientos incoherentes pasan rápidamente
todos los días por las mentes de todo el mundo, muchos de ellos mutuamente contradictorios,
muchos de ellos deseando lo inútil o lo imposible. El cuerpo trata de responder a estos modelos
de pensamiento caótico; la imposibilidad de hacer esto resulta en enfermedad, falla de los
órganos, la vejez y finalmente la muerte. Literalmente se desperdicia la mayoría de nuestra
energía mental todos los días de esta manera autodestructiva. Una vez que la mente se libere del
origen de estos cincuenta mil pensamientos, las defensas, complejos y compulsiones adictivas
de nuestras creencias y juicios habituales, la energía de conciencia completa subirá por la espina
dorsal, avivando cada uno de los siete chakras, lo cual resultará en silencio interno, conciencia
perfecta del Ascendente y completo éxtasis permanente.

II. El universo
Solar. El resultado de la actitud de Ascensión solar es empezar a despertar la más elevada
función de la conciencia humana; sahasrara, el loto de luz de mil pétalos en la cima del cráneo,

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el séptimo chakra. Maharishi Pantañjali, el autor de las Yoga Sutras (cerca de 3000 a. C),
describió el resultado de la maestría de la Actitud Solar como el "conocimiento de las regiones
cósmicas". Las regiones cósmicas son los siete planos de existencia o luz que rodean y penetran
nuestro universo de nombre y forma. La maestría de la técnica solar da conocimiento completo
de cada uno de éstos por separado e individualmente. También es un instrumento poderoso para
el desarrollo del grado más alto de iluminación humana, Conciencia de Unidad. La maestría de
la conexión solar abre a uno a los mundos causales; al morir, ahí es donde uno se va. Esto se
llama el sendero de los sabios.
Lunar. La actitud lunar desarrolla el poder intuitivo del sexto chakra, Ajna, el "tercer ojo".
Patañjali describe el resultado de la maestría de la Técnica Lunar como conocimiento completo
del firmamento. Otro resultado de esta actitud es el desarrollo de Soma, el aglutinador del
universo, responsable de la percepción de la segunda etapa de iluminación, Conciencia
Exaltada. En la literatura antigua la Luna se llama la "cuba de Soma" porque el enfoque en la
Luna produce esta molécula en el cuerpo naturalmente. La maestría de la conexión lunar abre al
aspirante a los mundos de los virtuosos, al cielo de los antepasados, al sendero de los dioses: al
morir y dejar el cuerpo de este modo lo lleva a uno a las regiones astrales. Se considera que ésta
es una salida inferior a la salida solar, la diferencia corresponde a etapas distintas de ilu-
minación. Los que se mueren en conciencia perpetua o exaltada, siguen el sendero de los dioses;
los que mueren en unidad alcanzan el sendero de los sabios.
Tierra. La séptima técnica está diseñada para facilitar el movimiento de conciencia, tan vital
para el desarrollo de la unidad. También está diseñada para eliminar el resto de la separación
entre el individuo y el universo, es el revés de la actitud de Ascensión de amor y la completa. Es
una protección de todo accidente. La actitud de Tierra crea un nivel re finado del acto de
atestiguar. El signo de la conciencia perpetua, y ayuda al desarrollo de la percepcion
celestial de conciencia exaltada, la segunda etapa de iluminación.
Paz. La octava técnica paz con toda la creación relativa, estabilizando más la
inofensividad. También tiene el efecto de confirmar la relación mas importante del
individuo con el origen de todo lo que es: el ser limitado cede a lo infinito. Esta técnica
tiene el efecto de estabilizar la única relación correcta con el Ascendente; naturalmente
esto resulta en un ritmo de progreso mucho mas rápido. También es una llave a la
capacidad de satisfacer todos los deseos y desarrolla dramáticamente la percepción
celestial.

III. El cuerpo del Ascendente


Belleza. La novena técnica lega la experiencia de la realidad del aspecto más
importante del Ascendente. También desarrolla Soma y percepción celestial. Con su
maestría completa, la segunda etapa de iluminación es permanente.
Luz. La décima técnica se enfoca en el pétalo inferior del sexto chakra, el pétalo que
desarrolla la intuición perfecta. La maestría de esta actitud da conocimiento completo de
todo lo que hay y asegura la conciencia perpetua.
Fuerza. La aplicación de esta actitud estructura la habilidad de curar cualquier
enfermedad del aspirante o de cualquier otra persona. También desarrolla la percepción
celestial y la conciencia exaltada.
Silencio. La décima segunda técnica estabiliza la inmovilidad de conciencia infinita y
establece relación con la cualidad suprema del Ascendente. También tiene el efecto de
abrir la primera técnica o chakra de raíz, Muladhara, que se localiza al final de la espina
dorsal.

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IV. El cuerpo del amor
Maestría. La décimo tercera técnica desarrolla la maestría perfecta del cuerpo y del
mundo. Comptlementa la oncena al poner de manifiesto la capacidad de curar al cuerpo
Pautanjali dijo que el resultado de la maestría de esta Actítud es el conocimiento de
todos los sistemas del cuerpo. Esta Actitud desarrolla el tercer chakra, el chakra del
ombligo, Manipura,
Poder. La décimo cuarta técnica domina el deseo. En su desarrollo final, llega a la
habilidad de manifestar la forma de todas las palabras: cualquier cosa hablada sucede
Esta actitud desarrolla el quinto chakra, Visuddha, localizado en la base de la garganta.
Centro. Esta Actitud desarrolla la percepción celestial, conciencia exaltada, el
segundo pétalo exterior del sexto chakra, Ajna, y la conciencia continua del aspecto más
importante del Ascendente. También desarrolla una habilidad refinada para usar el
intelecto y estabilizar el poder de la intuición.
Lo Invencible. La décimo sexta técnica desarrolla la realidad de amor perfecto que no
cambia. Es la primera aplicación directa de la conciencia para el todo importante, cuarto
chakra, Anahata, el chakra del corazón. Esta técnica desarrolla la relación con el poder
del Ascendente y la perfección completa de las cualidades más refinadas del
Ascendente. Como tal, es una técnica sumamente poderosa para el desarrollo de la
segunda etapa de iluminación, Conciencia Exaltada.

V. Gloria
Gloria. La décimo séptima Actitud eleva la refinación delsexto chakra, Ajna
Desarrolla la Sat (absoluta) cualidad del Ascendente y la unión individual con la
escencia perfecta de la verdad. Esta actitud también refina el desarrollo de la sexta
Actitud al estabilizar la relación con el sendero de los dioses, el sendero lunar.
Éxtasis. La décimo octava actitud desarrolla el uso completo del sushumna y refina el séptimo
chakra, Sahasrara. Desarrolla la cualidad de la Ananda (éxtasis) del Ascendente al unir el
individuo con el regocijo ilimitado. Esta actitud también refina el desarrollo de la Quinta
Actitud al estabilizar la relación con el sendero de los sabios, el sendero solar.
Vida. Esta actitud abre la puerta a la vida física imperecedera. También desarrolla Amrita, la
molécula de la inmortalidad, y el segundo chakra, Suadhisthana, que se asocia con los órganos
sexuales. Es la esencia del dominio de la maestría misma, porque el desarrollo completo de esta
actitud lega la habilidad de transformar la conciencia de otros mediante el movimiento de su
conciencia ilimitada a la de ellos.
Sabiduría. La maestría de esta técnica resulta en estabilizar el refinamiento de la Conciencia de
Unidad que se conoce como "Toda Sabiduría".

VI. Revelación
Nota. Se necesita lograr un nivel de conciencia muy minucioso antes de que se aprendan estas
técnicas finales. Las técnicas de revelación muestran directamente la naturaleza yacente de la
realidad.
Conexión. La maestría de la primera técnica de revelación provee conocimiento completo de
la conexión del alma con el Ascendente, las cualidades del alma y las cualidades del
Ascendente.
Distinción. La segunda técnica de revelación está diseñada para consumir lo que queda de la
individualidad limitada al hundirse directamente en el corazón del Ascendente.
Características. La tercera técnica de revelación desarrolla la percepción de la luz infinita del
Ascendente en todas sus formas variadas.

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Fe. La maestría de la cuarta técnica de revelación desarrolla el conocimiento completo de fe y
la atención de un punto.
Eternidad. La quinta técnica de revelación estabiliza el grado más alto del valor Chit
(Conciencia) del Ascendente.
El Hilo de Almas. La técnica de revelación final desarrolla la conciencia completa del Sutra
Atman: el eslabón que conecta todas las almas.

VII. Brahman
27. Esplendor Omnipresente. La técnica final liga todas las partes separadas de la personalidad
en el Ascendente para establecer la unidad permanente.
La séptima esfera también contiene las técnicas avanzadas para las Actitudes 18 y 19.
Se le conocen a éstas colectivamente como técnicas de Inmortalidad.

MSI

Maharishi Sadashiva Isham -MSI- nació el 13 de abril de 1949 en Seattle, Washington,


Estados Unidos. Casado y con tres hijos, en 1988 su vida fue dramáticamente
transformada cuando, en pocos meses, perdió su trabajo, casa, dinero y familia debido al
divorcio. Tomando estos cambios como un augurio inició un recorrido, una búsqueda
por un Método Universal de Sanación.
En los Himalayas encontró la antigua orden de los Monjes Ishyas (un viaje hecho
ficción en su libro, Primer Trueno). De ellos aprendió las técnicas y la Tradición de la
Ascensión de los Ishayas,y le fue indicado enseñarlas al mundoen este tiempo de
necesidad.
El resto de su vida dedicado e sembrar esta Enseñanza y Tradición en el
mundo,eventualmente estableciendo un grupo de maestros calificados,comprometidos a
mantener el linaje intacto. MSI dejó este mundo el 12 de Agosto de 1997.
Actualmente, la sede internacional de la Ascensión de los Ishayas se encuentra en
Canadá con centros Ishaya por todos los continentes.

La enseñanza de la tradición original de la Ascensión de los Ishayas está disponible sólo mediante instrucción
personal de maestros calificados. Para más información sobre las Siete Esferas, Retiros y Curso de Maestría del Ser,
comuníquese con nosotros.

Nuestro sitio web de: www.caminobrillante.com y el email es: ishaya@caminobrillante.com

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