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ENSAYO “COMO LLEVAR EL GENERO DESDE LA PSICOLOGIA A SU


PROYECCION DESDE EL DERECHO”

PRESENTADO POR:

OCTAVO SEMESTRE

PSICOLOGIA

PRESENTADO A:

DINAMICA SOCICULTURAL COLOMBIA

UNIVERSIDAD COOPERATIVA DE COLOMBIA

NEIVA – HUILA

Ensayo “Como llevar el género desde la psicología a su proyección desde el derecho”


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Existe una cuestión que, en algunos casos, tiende a generar confusión en aquellos

que indagan sobre las problemáticas de tipo psicosocial y que, de una u otra forma

involucran adicionalmente, aspectos legales o jurídicos. Es por ello por lo que, en el

presente texto se hace énfasis en la relación complementaria que se teje entre la

psicología y el derecho, teniendo en cuenta primordialmente uno de los conceptos que

mayor auge representa en una de las problemáticas que, actualmente afecta a la sociedad:

La identidad de género.

Precisamente es respecto a la identidad de género que, en la actualidad han

surgido varias problemáticas debido en gran parte, a la desinformación que existe sobre

todo lo que rodea tal categoría y, además, por la imposibilidad de concebir nuevas formas

en que las personas se identifican, se expresan y se relacionan entre sí, dentro de un grupo

social. En esta medida, se hace pertinente la vinculación de profesionales y áreas que,

establezcan pautas o métodos para realizar trabajos de promoción, prevención y en los

casos que se deba, desarrollar intervención a las situaciones problemáticas.

Con base a lo anterior, se pretende analizar específicamente lo relacionado al

concepto del género para posterior brindar posibles alternativas de solución que, pueden

darse desde la psicología y sus enfoques social, conductual, cognitivo y de interacción;

así mismo, se pretende vincular a la rama del derecho, teniendo en cuenta que la

dinámica social se desarrolla en un contexto que se rige por normas, leyes y expectativas,

razón por la cual, se plantea el siguiente interrogante: ¿De qué manera se relacionan la

psicología y el derecho en el análisis de las problemáticas sociales relacionadas con la

identidad de género y sus variantes?


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En el proceso de identificar la relación que se teje entre la rama del derecho y la

psicología, es pertinente comprender la manera en que los psicólogos intervienen dentro

de las competencias del derecho y cómo pueden contribuir a la resolución de conflictos

de diferente índole, dentro del marco legal, jurídico y social. En este sentido, la

psicología jurídica, considera tres vertientes fundamentales dentro del análisis de todo

aquello que refiere a la psicología social; tales vertientes son: psicología en el derecho,

psicología del derecho y psicología para el derecho. (Soria, Garrido, Rodríguez y

Tejedor, 2006; citado por, Arrieta, 2016).

Dentro del análisis que compete en el presente texto, es necesario comprender

cómo se fusionan el derecho y la psicología, como mecanismos de control social en

Colombia; por lo que, según lo expuesto por varios eruditos del tema, en las sociedades

actuales en la que el ser humano convive, se hace pertinente un control social de las

conductas desviadas, indeseables y ofensivas que puedan poner en riesgo el orden

establecido en cada contexto. Desde esta premisa, se establece principalmente tres

estrategias complementarias y relacionadas entre sí: la socialización, la medicalización y

la penalización (Wacquant, 2010, p. 25; citado por Arrieta, 2016). Sin embargo, sería

erróneo declarar que la penalización corre exclusivamente por cuenta de la rama del

derecho y que, la psicología por su parte, debe encargarse con lo relacionado a la

medicalización. (Arrieta, 2016)

De acuerdo con Arrieta (2016). el derecho y la psicología hacen parte de una

misma matriz de control social y reflexiva, en donde la psicología contribuye a soportar

la creación y la aplicación de los términos legales, mientras que el derecho, fundamenta

el estatuto de la psicología como ciencia y como profesión social y de la salud. (p.175)


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En ese orden de ideas, queda clara la compenetración existente entre el derecho y la

psicología, por lo que, ahora concierne abordar el tema objeto de discusión: El género.

La definición de género dista mucho de tener una de carácter permanente, puesto

que, lo relacionado con lo femenino y lo masculino, se encuentra sujeto a variaciones en

el tiempo y por factores cambiantes tales como, la comunidad, el contexto social, la

cultura en sí, su sistema o dinámica familiar, las relaciones grupales y normas

establecidas.

Es así que, al género se le define como aquel proceso mediante el cual, los

individuos con diferencias biológicas, se convierten en mujeres y hombres, mediante la

adquisición de atributos que cada sociedad define como propios y arraigados a lo acorde

con la feminidad y la masculinidad. Es decir, el género se concibe como una la

construcción psico-social entre lo establecido como femenino y lo masculino, articulando

tres aspectos fundamentales para su comprensión.

En primer lugar, se hace énfasis en la asignación de género, la cual se manifiesta

al momento del nacimiento y tiene que ver con la apariencia externa de los genitales.

Consecutivamente, entre los dos y tres años, se relaciona la identidad de género,

desarrollándose un esquema ideo-afectivo que, de forma consciente e inconsciente, se

reconoce la pertenencia a un sexo y no al otro.

Finalmente, el individuo es capaz de reconocer un rol de género, considerando en

él, un conjunto de deberes, aprobaciones, reglas y expectativas, respecto al

comportamiento social establecido, lo visto como apropiado y permitido para las

personas que poseen determinado sexo.


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De acuerdo con lo anterior, y ahondando sobre lo relacionado a todos los

conceptos relacionados al género, es pertinente reconocer las diferencias existentes entre

los conceptos sobre expresión de género y, por otra parte, la identidad de género.

La expresión de género hace énfasis a la manifestación externa de los rasgos

culturales que, posibilitan la identificación de un ser humano bien sea como masculino o

femenina; teniendo en cuenta, los aspectos prestablecidos por cada sociedad en un

momento histórico determinado. En otras palabras, es la forma en que las personas

interpretan el género de alguien en concreto, sin considerar la manera en que ésta, se

identifique. (Núñez, 2020)

Ahora bien, de acuerdo con Núñez (2020), es frecuente considerar a la expresión

de género como un concepto compuesto por dos aspectos: por un lado, se encuentra lo

femenino, atribuido a las mujeres, y por el otro se encontraría lo masculino, relacionado

con los hombres. Cabe destacar que la expresión de género es independiente del sexo

biológico, la identidad de género y la orientación sexual.

En contraste, la identidad de género tiene que ver con el autoconcepto que la

persona posee de sí misma; es decir, es la imagen y concepto sobre cómo se asume el

sujeto, sin importar cómo la perciben los demás. (Núñez, 2020)

Money y Ehrhardt (1972), referenciado por Barberá y Martínez (2004), definen

que, la identidad de género, corresponde con el concepto de igualdad sobre sí mismo, la

unidad y persistencia de la propia individualidad como varón, mujer o ambivalente, en la

conciencia acerca de sí mismo y en la conducta. (p.109)

Con base a las características que contribuyen en la definición del género, desde

la psicología se exponen las siguientes:


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En primer lugar, se puede determinar la existencia de sólo dos géneros, tantos

como sexos; lo cual se relaciona, a la concepción biológica y reproductiva del ser

humano, considerando de igual forma, otras maneras de expresividad en el género, como

lo es, el transexualismo que, se define con aquella posición en que, un individuo de un

género quiere cambiarlo por el otro. (Barberá y Martínez, 2004)

En segundo lugar, se habla de una jerarquización de géneros, en donde, por un

lado, el masculino es aquel que se caracteriza por ser dominante y el femenino,

subordinado. Lo anterior, podría dar explicación a lo que socialmente se reconoce como

aspecto conflictivo dentro de las problemáticas que aquejan actualmente a la sociedad;

puesto que, es común identificar que, a los hombres “femeninos” o “afeminados”

aparezcan como más despreciables que las mujeres “virilizadas” (Barberá y Martínez,

2004)

De forma continua, se establece dentro de las características del género que, su

estructura es invariable en el tiempo y en el espacio; es decir, las características que

diferencian cada género, se mantienen constantes a pesar de los cambios, variaciones, o

demás factores que puedan presentarse a corto, medio y largo plazo. Por último, es

destacable el aspecto relacionado con que el género es una categoría vinculante, puesto

que, lo masculino depende de lo femenino y viceversa. (Barberá y Martínez, 2004)

En ese orden de ideas, el derecho participa de forma ética al salvaguardar el

cumplimiento de la ley y de supervisar que no sean vulnerados los derechos que toda

persona tiene, sin ninguna excepción. Razón por la cual, se reconocen dos conceptos que

van aliados a la aplicación de los fundamentos psicológicos y del derecho.


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Considerando a la psicología, se reconoce el concepto de “ética del cuidado”, la

cual se basa en, el poder de la responsabilidad y la consideración del “otro concreto” y a

partir de ella, los seres humanos son considerados como personas con una identidad, una

historia y una constitución afectiva y emocional específicas. Es precisamente, bajo esta

perspectiva que, se da por manifiesto aquello que, tienen en común los seres humanos y

se hace hincapié en la singularidad de cada persona, es decir, aquellos aspectos que hacen

de cada individuo, un ser único y diferente de los demás. (Barberá y Martínez, 2004)

Respecto a la rama del derecho, la “ética de la justicia”, coincide con la

concepción de la psicología, puesto que de igual forma postula que, cada persona tiene

derecho a ser considerada un ser humano igual a los demás; de acuerdo con Barberá y

Martínez (2004), “la ética del cuidado, además de tener en cuenta los aspectos comunes a

todos los seres humanos, tiene también en cuenta las características inherentes a su

personalidad y sus circunstancias individuales. (p.125)

En contraste, aunque, las éticas del derecho y de la psicología se complementan

entre sí, en cuanto a sus objetivos de aplicación, éstas difieren; puesto que, su posición

moral es diferente. Por un lado, la ética de la justicia prohíbe tratar injustamente a los

demás, mientras que, la ética del cuidado y la responsabilidad sobre sí mismo, procura no

abandonar a aquella persona que se encuentre en alguna situación vulnerable o de

necesidad. (Barberá y Martínez, 2004)

De acuerdo con lo abordado en base al concepto del género, la identidad de

género y sus formas de expresión, se hace necesario indagar respecto a los otros

conceptos que, competen dentro del estudio al tema en cuestión; es por ello por lo que,

también se reconoce la aplicación de una perspectiva de género, la cual, permite observar


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y entender el impacto que se pronuncia en distintos programas, proyectos, políticas y

normas jurídicas sobre las personas, considerando la no reproducción de espacios o

situaciones de discriminación y exclusión y que, por ende, se generen mejores

condiciones en la protección de los derechos. (Mantilla, 2013)

En este sentido la perspectiva de género, de acuerdo con Mantilla (2013):

…debe considerarse como una estrategia para asegurar que las experiencias y

preocupaciones, tanto de los hombres cuanto, de las mujeres, constituyan una

dimensión integral en el diseño, implementación, monitoreo y evaluación de políticas y

programas en las esferas políticas, económicas y sociales, de modo que hombres y

mujeres se beneficien igualmente y que las desigualdades no se perpetúen. (p.133)

Como se ha dicho, la Psicología y el Derecho, aunque se complementan para el

abordaje de muchas problemáticas sociales e individuales de las personas, lo cierto es que

se contraponen en cuanto al abordaje o el trabajo encaminado hacia la perspectiva de

género en Colombia. Es así que, de acuerdo con Facio (s.f.), citado por Mantilla (2013),

en ámbito del Derecho, se reconoce la noción de la llamada “androcentrismo del

Derecho”; la cual, se fundamenta desde el punto de vista masculino, reflejando valores,

necesidades e intereses propios de su género. (p.134)

Desde tal perspectiva, se ha hecho común observar que en las leyes o la

aplicación jurídica para aquellos casos que, busca proteger los intereses y necesidades de

las mujeres, la dificultad se da por errores en la aplicación de los fundamentos del

Derecho, puesto que, muchas veces dichos casos, quedan a cargo de entidades e
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individuos moldeados por la ideología patriarcal, por lo que, es factible que sus medidas

desfavorezcan a las mujeres. (Mantilla, 2013)

Consecutivamente a lo anterior, puede afirmarse, entonces que, todo lo abordado

por el Derecho, tiene una concepción de género, lo que, a su vez, se constituye en “una

estrategia creadora de género”, partiendo de una visión de tipo esencialista sobre las

mujeres, atribuyéndoles cualidades universales y eternas que se naturalizan, las cuales

son la base para el otorgamiento o negación de derechos. (Mantilla, 2013)

Teniendo en cuenta otra definición, se reconoce que la justicia de género, dentro

del plano judicial, se direcciona a remediar las relaciones asimétricas de poder, en la

descomposición de las estructuras de desigualdad y en evidenciar la presencia de

estereotipos. En ese orden de ideas, la resolución judicial requiere una profunda

comprensión sobre la desigualdad, la discriminación y la violencia hacia el género

femenino. (Torres, 2020)

Con base a Torres (2020), existe actualmente en la sociedad colombina, una

cultura patriarcal generalizada y firmemente arraigada, que, en la mayor parte de los

casos, reafirma un modelo de inferioridad para la mujer. Dicha dominación predispone, la

permisibilidad en el desarrollo de una mezcla de violencia directa, estructural y cultural

que, amenaza, cohíbe, interioriza y legitima la reproducción y posterior continuidad de tal

estructura patriarcal del Derecho. (p.179)

Redefiniendo de forma consciente y clarificada, se puede sugerir que, el estudio o

análisis de la perspectiva de género y todo lo que ésta conlleva, implica identificar

cuándo las diferencias entre las personas les significa ser o no titulares de derechos y les

facilita o dificulta hacerlos valer. En este sentido, el verdadero problema entre la


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participación de la Psicología y el Derecho en las problemáticas basadas en el género,

radica específicamente en el ámbito jurídico; puesto que, la forma como se interpretan e

implementan la normas para las personas que se ven afectadas, es lo agravante. (Mantilla,

2013)

De acuerdo con Mantilla (2013):

En términos generales, entonces, puede decirse que el Derecho pasa de

ignorar las referencias específicas sobre las mujeres en normas aparentemente

neutrales, hacia un reconocimiento expreso de la lucha contra la discriminación y de

sus derechos humanos. Sin embargo, el problema fundamental radica en la aplicación

de la normatividad y en la falta de respuesta que el Derecho puede brindar ante

situaciones complejas y que afectan directamente a las mujeres, así como en la

recurrencia a estereotipos que consagran la desigualdad y la discriminación. (p.136)

En conclusión, se considera una ambigua relación entre el Derecho y la

Psicología, al momento de introducirse dentro de la comprensión de problemáticas

relacionadas a la identidad de género, su perspectiva, rol y expresión; sin embargo, lo que

queda claro, con base a la teoría aquí abordada, es que, la ciencia del estudio de la

conducta humana, es la que procura preservar la responsabilidad y la ética del cuidado

sobre las personas, mientras que, por parte del Derecho, se analiza una vulneración de los

derechos y demás aspectos legales, en cuanto a la protección del género femenino y de

otros roles o perspectiva de género que se puedan encontrar en la sociedad actual.

Lo anterior se puede corroborar específicamente, por un comentario encontrado

dentro del trabajo de Añón et al (2009) en donde se expresa lo siguiente:


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soy hombre y tengo dos hijas. Decir que soy hombre, con la mirada desde el

género, significa que estoy consciente de mi situación de privilegios y desventajas en

sociedades patriarcales como las nuestras. Tengo el privilegio de poder, irresponsable

e impunemente, dejar de ejercer roles sociales importantes, sin los cuales la sociedad

sería un desastre. Al mismo tiempo, y paradójicamente, ese privilegio es mi desventaja.

Privarse del rol de cuidado es privarse de la afectividad que implica el desarrollo de

vínculos con las personas queridas…Y de eso nos perdemos los hombres, de la

posibilidad de ser más sensibles, más emocionales, más femeninos, y esto, tarde o

temprano, con conciencia o sin ella, lo pagamos, en el peor de los casos, con el

abandono y la soledad. (apartado xxix, p.29)

REFERENCIAS
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Añón, M., Arroyo, R., Ávila, R., Badinter, E., Jaramillo, I., Carbonell, M.,

Eichler, M., Facio, A., Faur, E., McDowell, L., Medina, C., Olsen, F., Pateman, C., Pitch,

T., Ruiz, A., Salgado, J., Valladares, L., Williams, J. & Zaffaroni, E. (2009). El género en

el derecho: ensayos críticos. Ministerio de Justicia y Derechos Humanos / Naciones

Unidas / UNIFEM. Recuperado de:

https://repositorio.unal.edu.co/bitstream/handle/unal/53993/9789978927861.pdf?

sequence=1&isAllowed=y

Arrieta, E. (2016). Psychology and the law in Colombia: A reflexive

relationship. Revista De La Facultad De Derecho Y Ciencias Políticas, 46(124), 171–

206. Recuperado de: https://doi.org/10.18566/rfdcp.v46n124.a09

Barberá, E. & Martínez, I. (2004). PSICOLOGÍA Y GÉNERO. PEARSON

EDUCACIÓN, S. A., Madrid. Recuperado de:

https://www.copclm.com/wp-content/uploads/2021/04/Psicologia-y-genero.pdf

Mantilla, J. (2013). La importancia de la aplicación del enfoque de género al

derecho asumiendo nuevos retos. THEMIS: Revista de Derecho. Recuperado de:

https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5110711

Núñez, L. (2020). Identidad de género. Psicólogos princesa 81. Recuperado de:

https://psicologosprincesa81.com/blog/identidad-de-genero/

Torres, X. (2020). Justicia de género en el plano judicial. Análisis comparado

sobre el derecho fundamental de la mujer a tomar decisiones sobre su propio cuerpo en

contextos de violencia. Revista Derecho Del Estado, (47), 177–213. Recuperado de:

https://doi.org/10.18601/01229893.n47.06
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