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LUIS FERNANDO ZAPATA BEDOYA

PSICOANÁLISIS
Y CUENTOS POPULARES

APORTE PSICOANALÍTICO A LA INVESTIGACIÓN


SOBRE LA INTERPRETACIÓN SIMBÓLICA
EN LAS NARRACIONES DE LOS
CUENTOS POPULARES

1
Del mismo Autor:

-Epistemologìa de las ciencias humanas. (1996). U. P. B. MedellìnColombia.


-Construcciones en el psicoanàlisis. (2007) Un estudio sobre tècnica y clìnica
psicoanalítica. Ed. Lealon. Medellìn. Colombia.
-Genealogìa de la violencia. (2010) Un estudio psicoanalítico sobre las fuentes
de la agresiòn, el amor y la angustia en nuestra sociedad. Ravenna. Italia.
-Psicoanàlisis y psicoactivos. (2011). Aporte psicoanalítico a la investigaciòn
sobre los procesos psìquicos que intervienen en el consumo de sustancias
psicoactivas. Ravenna. Italia.
-Paterlogìa. (2016) Una disciplina psicoanalìtica que investiga la figura del
Padre en sus mùltiples implicaciones. Ravenna. Italia.
-El duelo en el psicoanàlisis. (2020) Nuevas contribuciones al estudio de la
experiencia sobre el duelo. Ravenna. Italia.
-La funciòn fraterna. (2021) Estudio psicoanalítico sobre la inter-relaciòn
entre los hermanos. Ravenna. Italia.
-Fobias y psicoanàlisis. (2022) Una contribuciòn a la investigaciòn sobre la
etiologìa de las fobias. El sìntoma en cuanto metàfora de lo inconciente.
Ravenna. Italia.
-El yo en el psicoanàlisis. (2022) Las diversas teorìas en torno a la
constituciòn, funcionalidad y propiedades del yo en la historiografìa
psicoanalìtica. Ravenna Italia.
-Psicoanàlisis y ciencia. (2023) Los criterios necesarios para la
fundamentaciòn cientìfica del psicoanàlisis desde sus bases teminològicas
hasta las actualizaciones contemporàneas. Ravenna. Italia.
-Psicoanàlisis y guerra. (2023) Anàlisis psicoanalìtico de los factores
inconcientes que influyen en la configuraciòn de las confrontaciones bèlicas en
nuestra sociedad. Ravenna Italia.
(1) Psicoanalsismundo Psicoanalsismundo - Academia.edu
Link a Download todos los textos.

La caràtula
Joan Mirò. El Jardìn. (1925). 50 x 70 c. m.
Pintor que viviò los horrores de la guerra.

2
¿No deberìamos buscar ya en el niño las primeras
huellas del quehacer poètico?
La ocupaciòn preferida y màs intensa del niño es el juego.
Acaso tendrìamos derecho a decir:
todo niño que juega se comporta como un poeta, pues se crea
un mundo proprio o, mejor dicho, inserta las cosas de su
mundo en un nuevo orden que le agrada.
Ademàs, serìa injusto suponer
que no toma en serio ese mundo;
al contrario, toma muy en serio su juego, emplea en èl grandes
montos de afecto. Lo opuesto al juego no es la seriedad sino...
la realidad efectiva.
El niño diferencia muy bien de la realidad su mundo del
juego, a pesar de toda su investidura afectiva; y tiende a
apuntalar sus objetos y situaciones imaginados en cosas
palpables y visibles del mundo real. Sòlo ese apuntalamiento
es el que diferencia aùn su “jugar” del “fantasear”.

S. Freud
El creador literario y el fantaseo.
(1907) Der Dichter und das Phantasieren

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4
ÍNDICE

Pág.
6 INTRODUCCIÓN
9 Fuentes històricas: reseña històrica de la psicologìa de los relatos populares
12 -El contexto de la fantasìa en los pueblos primitivos
13 -La fantasìa contiene antagonismos
15 La caperucita roja, un cuento antipedagògico
18 -B. Bettelheim y su teorìa sobre Caperucita roja
20 -El paradigma de la orfandad y los efectos de un padre ausente
23 Construcciòn metafòrica psìquica
32 -El principio de la fantasìa
37 En torno a la definiciòn del concepto fantasìa
43 El contexto subjetivo-simbólico en el lector
44 -Compulsiòn repetitiva de las fantasìas
47 La lògica inconciente de la nociòn de fantasma (fantasìa) en J. Lacan
51 Propiedades de los mecanismos psìquicos
57 El objeto de estudio de la Psicometàfora
58 -La dimensiòn inconciente del relato
60 -El dilema especìfico del anàlisis de los relatos a partir de la interpretaciòn
simbòlica
62 Significado y sentido alternativo
65 Procesos de imaginaciòn, simbolizaciòn y de realidad (J. Lacan)
65 Imaginar
66 Simbolizar
68 El proceso de lo real
71 Factores teòricos y pedagogìa psicoanalítica
75 Del delito y el castigo simbòlico
79 Crisis de lo imaginario en el mundo actual
83 El anàlisis narrativo y el proceso de individuaciòn en C. G. Jung
89 Ecologìa de la integración entre lo femenino y lo masculino
97 Arquitectura de la sombra y la construcciòn dela individualidad
98 -Sombra colectiva
99 -Lo inconciente familiar
101 La teorìa de la relatividad en la simbologìa psico-literaria
105 Referencias Bibliogàficas

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INTRODUCCIÓN

La fundamentaciòn de la investigaciòn psicoanalìtica en los procesos


de anàlisis narrativos fue argumentada ampliamente por Freud en
numerosos ensayos. El vasto campo del estudio de las metodologìas
acerca del abordaje de lo inconciente motiva nuestras observaciones
hacia la valoraciòn de las mùltiples modalidades expresivas del sujeto.
La escenificaciòn de situaciones paradògicas entre varios personajes al
interior de una cadena de dramas humanos cumple la funciòn de
estimular la imaginaciòn creadora pero ademàs permite poder aflorar
un segundo lenguaje màs personazizado donde nuestra propia
biografìa se ve contrastada o cuestionada.

Nos referimos a la capacidad de asociaciòn libre que genera la esencia


narrativa de los cuentos populares desde una iniciativa preconciente
del quehacer pedagògico por excelencia como lo es la lectura
compartida y analizada con base en la red conceptual planteada por el
psicoanàlisis. En primer lugar es preciso diferenciar el origen de los
cuentos populares y el origen de las narraciones escritas por un autor
definido. En la gran mayorìa de los paìses se han realizado
compilaciones de los màs reconocidos relatos colectivos de acuerdo
con un alto nivel de vigencia històrica. Una caracterìstica esencial
compartida por estos textos es su escenificaciòn arquetìpica y
simbòlica con la manifestaciòn evidente de problemàticas màs o
menos similares.

Hemos de privilegiar el anàlisis conceptual al anàlisis literario aunque


si en realidad ambas realidades se mezclan en una complicidad
narrativa como es el caso de las mitologìas, las producciones onìricas,
las leyendas, las fàbulas, las novelas o la poesìa. La capacidad
narrativa de la expresiòn de muchos dramas humanos testimonia la
historicidad subjetiva en el mundo de la interpretaciòn simbòlizante
del sìntoma, en cuanto clìnica acerca de lo inconciente y comprensiòn

6
del dispositivo semàntico inherente al propòsito terapèutico.

La lucha del individuo por integrarse a la sociedad constituye propicia


la manifestaciòn de resistencias latentes donde lo imaginario, lo
simbòlico y lo real desempeñan una funciòn indispensable. El poder
significante de los conceptos actùa de guìa indiscutible en el esfuerzo
por desentrañar aquellos factores que han permanecido invisibles a
nuestra percepciòn conciente pero que en silencio continùan a
determinar una gran parte de nuestras actitudes. El desenlace de las
representaciones de afecto como el dolor, el amor, el odio, el temor, el
luto, la honestidad, la justicia, el sentido familiar, persiste con base en
el universo metàforico de los mensajes metonìmicos

El conjunto de las imàgenes tiene como objetivo despertar nudos


traumàticos o develar resonancias que de alguna manera delatan una
supuesta escisiòn del yo en èpocas anteriore a la del adulto. Se trata
de un lenguaje que remite a otro lenguaje a partir de territorio
inconciente de los protagonistas en las narraciones, para poder
aproximarnos a la propia neurosis del lector, para descifrar el sentido
que se oculta detràs de un sentido aparente.

El trabajo de acercarnos al significado terapèutico de las narraciones


populares teniendo como punto de partida la valoraciòn de un
contexto social nos introduce en un eterno presente expresado en la
màxima “Habìa una vez...”. La idea del tiempo no es fija ni obedece
a una determinaciòn lingüìstica singular sino que la realidad del
lenguaje nos invita a ir màs allà de lo que percibimos, a escuchar
aquello que no se dice, a intuir la procedencia del vacìo interior, de las
angustias inexpresadas, de los orìgenes de la represiòn y de las
condiciones afectivas con las cuales se enfrenta el yo.

El anàlisis se presenta de este modo como una matriz der ser humano
en sus diferentes procesos de estratificaciòn frente a la topografìa del
lenguaje que le pertenece pero que simultàneamente le es ajeno, en el
sendero por interrogarse sobre los alcances de la verdad. Para iniciar

7
nuestra reflexiòn es preciso abordar las fuentes históricas de la
psicologìa del relato, en segundo lugar se realiza una interpretaciòn
simbolica y ampliada de La caperucita roja con su inventario
metàforico. Abordamos las disquisiciones acerca del mundo
representacional, el concepto de fantasìa y sus mecanismos psìquicos,
la problemàtica de la subjetividad simbòlica, los procesos de la
imaginaciòn, de la simbolizaciòn y de la realidad, el anàlisis de
algunos postulados bàsicos sobre la integraciòn funcional entre lo
femenino y lo masculino en la literatura, la idea de la sombra
(colectiva, parental), en la formaciòn de la individualidad. En el
ùltimo capìtulo proponemos un nuevo campo de investigaciòn al cual
denomino La teorìa de la relatividad en la simbología psico-literaria.

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FUENTES HISTÓRICAS:
RESEÑA HISTÓRICA DE LA PSICOLOGÍA
DE LOS RELATOS POPULARES

La historiografìa de los relatos populares se remite a la escritura sobre


las tablas de arcilla cocida hace cuatro mil años, las primeras
comunidades que narran estos testimonios son los babilonios, asirios,
hititas y cananeos. Se trata de expresiones rìtmicas y breves escritas
en verso y configuradas en forma de pantomima con sustentaciones
orales y canciones, se caracterizan ademàs porque comenzaban con la
formula “habìa una vez”. Una singularidad de estos escritos antiguos
se refleja en el hecho de que eran historias conjugadas en el tiempo
presente, el pensamiento arcaico todavìa no tiene conciencia del
tiempo, la cotidianidad transcurre como si el tiempo no existiese
porque predomina sòlo un tiempo inicial o primordial, es decir, la
existencia del sujeto arcaico es contemporànea con la cosmogonìa. 1

Los antiguos mitos relacionados con historias que han trascendido una
gama amplia de interpretaciones se distinguen ademàs por la cercanìa
con el àmbito “religioso” en sus versiones primitivas, la celebraciòn
del nuevo año, el año que ya ha pasado, la llegada del verano, de la
lluvia, del sol, de las cosechas. Por otra parte es recurrente la temàtica
de la renovaciòn de los compromisos vitales, el restablecer del nuevo
orden que triunfa sobre el caos, la simbolizaciòn de la lucha contra las
fuerzas malignas, la pugna entre el bien y el mal, el antagonista y el
redentor, lo sagrado y lo profano, lo dionisìaco y lo apolìneo, aquello
que une cada ser a sus propios valores.

Es asì que la investigaciòn psicològica descubre un origen comùn


entre el mito y el lenguaje, como lo resalta W. Wunt:

“El origen del lenguaje que marca el trànsito de la existencia individual a la


1 Gusdorf, G. (1960) Mito y metafìsica. Ed. Nueva. B. Aires.

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comunidad espiritual està intimamente ligado con el origen de los mitos ya que
ambos han tenido su punto de partida en movimientos expresivos del alma
individual y se han fijado luego en comunidades espirituales que se transmiten a
travès de las generaciones.2

Algunos de los argumentos que se han encontrado en el contenido de


los mitos màs antiguos se relacionan con:

-La idea de la puerta màgica que se cierra cuando alguien entra en un lugar
prohibido.
-Las “ràpidas sandalias” de los dioses hititas o cananeos que reconocen diez mil
tramos diversos en un abrir y cerrar de ojos.
-La anticipaciòn en los sueños de los diferentes objetos con los que tropezarà el
hèroe en cuestiòn.
-La ayuda de un personaje auxiliar de orden màgico.
-El tema del bosque o el laberinto.
-El hijo que parte para cumplir una peligrosa misiòn.
-La entrega de un talismàn al hèroe.
-La profecìa de los dioses, ellos no la anuncian en vano.
-Los mètodos curativos de la magia blanca.
-La imagen del cielo como un manto. Entre otros.

Estas y otras motivaciones han dado lugar a nuevas dilucidaciones


hasta llegar a conformar la especificidad del cuento popular
-moderno-. Observamos que la funciòn del mundo màgico es
reconocida al mismo nivel del mundo real resaltando en el lector y en
quien escucha una percepciòn de unidad y trascendencia, el ser
humano emprende un combate interno para el consolidarse de una
identidad, del establecerse de un nuevo orden, para restaurar un
equilibrio perdido -primigenio-, hacia la conquista de inèditos estados
de conciencia intrapsìquica y psicosocial.

En la prehistoria las expresiones mìticas constituyeron el lenguaje de


la conciencia humana, su circulaciòn revela una dimensiòn filosòfica
del lenguaje humano y de la visiòn estructural del universo. Entre la
mitologìa y la realidad se encuentra el mundo del lenguaje con su
carga simbòlica, sensorial y alcances limitados. Es por esta causa que
2 Wunt, W. (1902) Compendio de psicologìa. Traìdo a colaciòn por Noemì Paz. Madrid.

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la narraciòn mìtica expone un tiempo original, eterno, inmutable y
actual, que tiende a la percepciòn de una totalidad. La mente, los
sentidos, los deseos, la naturaleza, lo profano, lo sagrado, el caos, la
muerte y la vida, son reconoscibles gracias a la funciòn semàntica del
lenguaje y a su faz metaforizante desde el criterio de lo primigenio.

Los rituales primitivos estaban unidos a historias e invocaciones


metafòricas donde el uso del lenguaje tomaba una funciòn de poder
entre el mundo humano y el mundo divino, es el poder del lenguaje lo
que orienta el camino a seguir entre la edad de la pubertad y la
actualidad del adulto en aquellas comunidades arcaicas. De modo que
las modalidades narrativas contextualizadas indicaban las
instrucciones de integraciòn a la realidad exterior mediante la
dinàmica mental y de la percepciòn de los sentidos.

Los rituales de iniciaciòn, por ejemplo, conservan en las narraciones


cierto grado de influencia sagrada desde las culturas totèmicas hasta la
cultura històrica. Ademàs del uso de la palabra se encontraban
algunos temas arquetìpicos como elde volver a nacer, ser deglutido
por un monstruo, las celebraciones funerarias, los niveles de la
conciencia, la comunicaciòn con otros seres de la naturaleza, la
conquista de un mundo espiritual, entre otros.

La historiografìa de los relatos orales y escritos se remite a la


civilizaciòn sumeria -llamada la cuna de la civilizaciòn-, que fue la
madre de la cultura babilònica, y Asiria donde se encuentra acuñada
en alfabetos e ideogramas la primera forma del cuento. Esta cultura se
extiende posteriormente hacia el mediterraneo oriental y de ella se
derivan la cultura judaica y la egipcia. De esta misma raìz nace la
cultura Egea -pre-griega-, 1.500 años a. de c. en Creta. Luego de esto,
la cultura griega recibe dicha herencia literaria y la extiende desde
Roma hasta el mundo occidental. En el campo externo, -lo exotèrico-,
los contenidos bàsicos parecieran perderse con el pasar de los siglos,
pero en el campo interno -lo esotèrico-, la fuerza y la originalidad
tienden a conservarse con el pasar del tiempo.

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Las exigencias de los hechos històricos planteban siempre una amplia
gama de significados, interpretaciones y en especial una visiòn del
futuro plena de esperanza. Ya en los tiempos contemporàneos, con la
configuraciòn literaria de cuentos maravillosos, la primera ordenaciòn
tipològica fue publicada en Helsinki (1.910), gracias al investigador
finlandès Antti Aarne que implementa en su trabajo versiones del
norte de Europa. Ademàs de los hermanos Grimm, S. Thompson
(1928), extendiò el ìndice de la tipologìa con el nombre de Aarne-
Thompson que llegan a sumar 2.499 cuentos populares.

El contexto de la fantasìa en los pueblos primitivos

La investigaciòn de las comunidades primitivas nos muestra a los


hombres entregados en un principio a una fe infantil en la
omnipotencia.3 Nos proporciona ademàs todo un conjunto de
producciones psìquicas (fantasìas, imaginaciones, metàforas,
representaciones psìquicas), que revelan de que manera los esfuerzos
encaminados a negar los fracasos de dicha omnipotencia y a destinar
asì, al registro de lo real, un lugar alejado de toda influencia sobre la
vida afectiva en tanto no es posible dominarla de un modo màs
decisivo e implementarla para gratificaciones objetuales.

Con el descubrir del principio del placer se accede a las narraciones de


la fantasìa para evitar un displacer que gobierna muchas de las
acciones humanas, de manera que asistimos a modificaciones de
caràcter interno y a sustituciones cuyo objetivo es el de lograr una
mayor adaptaciòn a las condiciones del mundo exterior, para extender
por consiguiente un progresivo conocer, un continuado dominio sobre
una particular concepciòn de las actitudes subjetivas. Se ha observado
la siguiente disposiciòn:

1. Fe en las ideas omnipotentes del yo arcaico.


2. Fases animistas (creencias, fantasìas, fases intermedias).

3 Jung, C. G. (1912) Wadlungen und Symbole der Libido. Ed. Deuticke. Pennsylvania

12
3. Posiciòn secundaria màs racional y elaborada de las relaciones
con el mundo externo.

Las ideas animistas producto de los procesos de la fantasìa no niegan


el contacto directo con una realidad externa -concreta- sino que sirven,
ademàs, de sustento intermediario para configurar metaforizaciones
imaginarias cuya naturaleza paralela a los significados originarios
implica un empeño mayor hacia la comprensiòn -contextual- de temas
tabù como la sexualidad en el caso de la leyenda de la cigüeña, los
mundo de las almas despuès de la muerte en el caso del luto, entre
otros.4

Los mecanismos psìquicos involucrados que participan en los


procesos etiològicos de las fantasìas y de los mitos constituyen
pruebas de fuerza por alcanzar una mayor percepciòn de la
insatisfacciòn de otros intereses secundarios relacionados con la
condicionalidad de la naturaleza humana, con los afectos y sus
destinos. Un ejemplo de estos hechos lo expone Freud en 1913
cuando describe varios mitos relativos a la funciòn del silencio en los
sueños de un sujeto pariente en una obra literaria como La bella
Helena en el libreto de Offenbach, en la Cenicienta, en el texto
shakesperiano de la paleness del plomo (frente al oro y la plata), Los
doce hermanos de Grimm, Los seis cisnes. Donde la relaciòn con la
presencia del silencio se remite directamente a la despariciòn de un
personaje o un pariente que toma parte activa en el relato o en el
escenario onìrico.

El silencio como evocaciòn representativa de la idea de la muerte


expresa un desplazarse en el proceso interpretativo donde los
contenidos literales son enviados hacia una destinaciòn caòtica y
limitante como lo es el final de la existencia humana.

La fantasìa contiene antagonismos


El ser humano demanda la actividad de la fantasìa para organizar la

4 Freud, (1913) El tema de la elecciòn de un cofrecillo. Amorrortu Ed. B. A.

13
gratificaciòn de los deseos que la realidad deja incumplidos. Los
mecanismos de la fantasìa modifican sus propiedades para ubicarse en
contra del conocer mismo segùn lo demuestran algunos mitos como
las Moiras, o las deidades del destino. Algunas divinidades genitrices
de los pueblos orientales fueron asimilades en cuanto representantes
de la maternidad destructiva, diosas de la vida y la generaciòn, pero al
mismo tiempo de la muerte.

La funciòn antagònica de algunas lìneas de narraciòn indica la


tendencia a una regresiòn primordial cada vez que los rasgos de la
identidad de unas cualidades especìficas sufren una transformaciòn
radical en lo contrario. Esto sucede ademàs en la representaciòn
esquemàtica de algunos sueños-pantalla donde unos contenidos
escènicos ocultan la presencia y la presiòn afectiva de otros
contenidos que aparentemente han permanecido en silencio. La
estructura de los mecanismos en la fantasìa contiene
fundamentalmente un ambiente dramàtico y el desciframiento de este
nudo conflictivo implica tener que enfrentar un tema tabù a nivel
social y cultural.

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LA CAPERUCITA ROJA,
UN CUENTO ANTIPEDAGÓGICO

La versiòn de Le petit Chaperon Rouge publicada en 1693 y ubicada


en la colecciòn Histoires ou contes du temps passé y Mama Oca es
considerada por muchos escritores como la versiòn original de la
caperucita roja en cuanto fue la primera que se escribiò.
Generalmente, es mucho màs reconocida la versiòn de Jacob y
Wilhelm Grimm compilada en la colecciòn Kinder und Hausmärchen
entre 1812 y 1815 con la titulaciòn original de Rot Käppchen. El texto
de los hermanos Grimm ha sido señalada en principio por su dudable
autenticidad y por la susodicha modificaciòn al final, sin embargo, es
aquella que mayormente se ha leìdo en el mundo entero.5

Entre los efectos semànticos producidos por las evocaciones


imaginarias del relato hallamos un creciente nivel de incertidumbre.
Ch. Perrault, segùn la documentaciòn històrica, fue quien retomò la
narraciòn a partir de las tradiciones orales a finales del siglo XVII.
Posteriormente, a principios del siglo XIX la escritura fue re-
elaborada para obtener mayor popularidad a llegar asì a un pùblico
màs amplio.

La interpretaciòn psicoanalìtica de E. From explicita varios elementos


simbòlicos que se conjugan con algunas contradicciones de origen
inconcientes en la Edad Media y segùn el contexto especìfico del
bosque, en medio a la vida no urbana. El relato describe el vestido de
color rojo de la joven y no de cualquier otro color, esto simboliza la
edad de la menstruaciòn, es decir, la ubicaciòn de la edad de la
protagonista. En segundo lugar, le han indicado que no habrìa de
salirse del camino que la madre le habìa indicado cuando le encarga la
tarea de llevar el cesto hasta la casa de la abuela pasando en medio del
bosque. Salirse del camino puede ser interpretado por este autor como
la equivalencia a comportarse bien en contra de los peligros que pueda

5 Gonzàlez, M. S. (2005) ¿Existìa Caperucita Roja antes de Perrault? Ed. Salamanca. Madrid.

15
presentar la realidad afectiva de la sexualidad o del inicio de esta.

El relato advierte a la protagonista sobre el deber de respetar la


direcciòn del camino sin salirse de este cuando se introduce en el
bosque ya que allì se encuentra el lobo, es decir, el supuesto hombre-
malo que siempre esta mquinando algo de maldadoso. Luego de
haber encontrado el personaje del lobo este le sugiere de observar
alrededor y escuchar el canto de las aves, sobreviene el deseo de
hacerla confundir y lograr alcanzar un segundo objetivo (la seducciòn,
por ejemplo). Al entrar en el bosque la protagonista ha decidido de
cambiar el camino, quizà el camino de la virtud, y por este motivo
recibira un castigo desproporcionado. El lobo se disfraza de abuela en
la cabaña en medio al bosque y la devora “de un sòlo bocado”. Una
vez satisfecho (simbòlicamente por el propòsito psicosexual) habrìa de
quedarse dormido.

Al ser homologado el lobo al sexo masculino una serie de


correlaciones adyacentes remiten a una faz de su personalidad en
tèrminos de astucia, crueldad y satisfaciòn de sus necesidades vitales
como el hambre. Pero si el personaje del lobo representa un perfil
caracterial del hombre es posible percibir un episodio circunscrito de
canibalismo hacia la mujer. Se revelarìa de hecho y de manera
explìcita el significado maligno del hombre-lobo y de la posibilidad
del encuentro con la psicosexualidad simbolizada entre los personajes.

La visiòn del animal lobo se presenta antropologizada, se trata de un


personaje que hace lo necesario para asimilarse al personaje de la
abuela con el segundo propòsito de alimentarse de caperucita. Es
refigurado con la panza grande, como en cinta, ya que contiene dos
seres vivos en su vientre. Al final, un cazador (un padre-bueno)
descubre lo que ha sucedido, le abre el estòmago, rescata a la abuela y
a Caperucita, llena de piedras el vientre del lobo, simbolizando la
esterilidad. Luego de esto, el lobo siente sed, se dirige hacia el rìo
para tomar agua, pero debido al peso de las piedras cae en el agua y se
ahoga. Este hecho es interpretado, tempestivamente como el deseo

16
subrepticio de querer suplantar la maternidad siendo preciso la
equivalencia de un castigo ejemplar con la màxima crueldad como lo
fue la muerte por ahogo en el rìo.

La perspectiva de E. From delata la estructura conflictiva entre el


hombre y la mujer, de las mùltiples direcciones que pueda emprender
este eterno diàlògo pleno de ambivalencia y contrariedades, pero
tambièn de sentido de proyecciòn, de fuerza y expresiòn de lucha. A.
Rodriguez A. retoma el discurso de la interpretabilidad de la naraciòn
resaltando que algunos crìticos literarios en su proceso defensivo
denuncian algunos criterios analìticos en cuanto imposiciones
històricas provenientes de la teorìa psicoanalìtica y que no
obedecerìan a criterios poèticos en lo especìfico.6

Es verosìmil escuchar la resonancia entre el principio de realidad-


deber -dirigièndose directamente a la ayuda de la abuela-, y el
principio del placer transgresivo -desobedecer a la madre para
entretenerse en el bosque recogiendo flores y dialogando con
desconocidos-. B. Bettelheim postula la ambivalencia claramente
visible cuando Caperucita decide no seguir los canales del camino
previsto por la madre, especifica que sòlamente el mundo del adulto
està convencido “de que los cuentos son absurdos, puede dejar de ver
que lo inconciente en Caperucita està haciendo horas extras para
liberarse de la abuela” y del mandato expreso de la madre. Es asì que
se resalta el significado de la duda en la voluntad eclèptica de la
protagonista al expresar una nìtida vacilaciòn sobre la misiòn que ha
de llevar a cabo. No es de excluir que se quiera obedecer y desobecer
simultàneamente, realizar de modo implìcito el principio del deber y
el principio del placer aunque si en el mundo pràctico corresponda a
hechos diferentes entre sì.

La madre-buena que ayuda a su madre enviàndole alimentos


simboliza el yo racional pero tambièn algunas coordenadas del
superyò materno. La figura del lobo ha sido generalmente

6 Rodriguez A. A.(1941) Escritos de cuentos. Alcalà de Gudaira. Sevilla

17
homologada con la personalidad doble de un hombre-malo que oculta
deseos crueles, o un padre maligno imaginario que representa la
astucia, lo instintivo-animal, el canivalismo. La abuela espera ser
alimentada por la madre de la abuela, necesita ayuda pero es engañada
por el lobo. Caperucita por su parte, aunque siempre en correlaciòn
directa con los demàs peronajes simboliza el ser vìctima de la
perspicacia de los otros, pero ademàs, la ingenuidad, la funciòn del
deber, la seducciòn -ambivalencia pulsional-, amor por la abuela, amor
por la naturaleza, el bosque, las flores. La idea de la casa de la madre
indica la unidad familiar perdida, la seguridad, la protecciòn, la cabaña
de la abuela simboliza el sentido de la tragedia pero tambièn la
esperanza y los ideales del yo. La idea del bosque representa el
peligro, la incertidumbre, el caos, el hàbitat de los animales y de las
plantas, pero tambièn de lo desconocido, lo incògnito.

En muchas narraciones de la Edad Media, especialmente entre las


comunidades campesinas, las tradiciones orales estaban saturadas de
elementos tràgicos como la vida misma. Esto se reflejaba
directamente en los cuentos populares cuando no se observa un lazo
conductor entre una conducta virtuosa y la factible recompensa. Una
conducta ejemplar no habrìa de significar necesraiamente la carrera
del èxito, ni la conducta maligna era sinònimo de fracasos futuros, el
mito de un final feliz es trastocado y obedece a una complejidad ètica
que refleja las condiciones reales de vida, a su vez, con singulares
rasgos tràgicos en lo econòmico, lo religioso, lo polìtico, lo psìquico.

B. Bettelheim y su teorìa psicoanalìtica sobre Caperucita roja

Las designaciones mentales re-figuradas por la connotaciòn tràgica de


los eventos permiten una duradera fijaciòn en la memoria de quien
escucha y elabora resonancias afectivas de tipo contraproducente en
principio. Puede pensarse por ejemplo que el lobo se disfraza para
ocultar su impulsibidad pulsional, que consumir carne humana
significarìa asumir nuevos poderes, de lo viejo renacerìa la juventud.

18
Sin embargo, hay que aclarar que segùn el contexto cambiante de los
hermanos Grimm el desenlace de los dramas tendrìa un final mucho
màs amable con las expectativas del lector. El lobo en cuanto
encarnaciòn de lo maligno-inconciente que se proyecta en el otro
recibe su puniciòn, la abuela y su nieta resucitan en una acciòn
milagrosa llevada a cabo por el Ideal del yo salvìfico, un padre-
protector configurado en el personaje del cazador.

En al versiòn de Perrault el final no es tan grato para la abuela y


Caperucita, quien obtiene sus ventajas imponiendo su juego dramàtico
es precisamente la astucia del lobo ya que la narraciòn finaliza cuando
este hubo de haber saciado su apetito salvaje. Muchas versiones
indican este final ansioso y pleno de tristeza, la discusiòn gira en torno
al hecho de que los lectores son los mismos infantes con una
capacidad imaginaria altamente sensible a los hechos violentos,
aquellos que destruyen la unidad familiar y que no parecen generar
una enseñanza coherente con el mundo actual de inter-relaciòn con la
sociedad.

Al final de la narraciòn, segùn lo expone Lang, se visualiza la lectura


de un breve poema donde se alude al aprendizaje que se extrae de la
historia en el sentido que los jòvenes no han de tener en cuenta a
sujetos desconocidos que se les acerque. El intento por crear una
situaciòn crìtica en medio al bosque-laberinto para tratar de arrojar
una idea educativa es de origen netamente medieval, observamos un
superyò mortal, canibalìstico, que amenaza la integridad de quien ha
sido engañado por la doble personalidad -esquizofrènica- de la
configuraciòn del lobo-signo-peligro.

La relaciòn de la perspectiva imaginaria con la exigencia de presentar


una lecciòn moralista termina por apagar la ilusiòn de un final en
armonìa para todo los participantes, se tratarìa de una modalidad de
imaginaciòn contaminada por la acciòn de una doble tendencia vida-
muerte, eros-thanàtos, que repercute directamente en una prospectiva
pesimista de la socializaciòn humana, en un reduccionismo pulsional

19
del contacto humano, obediencia, hambre, asesinato, luto o anti-
sociedad.

No obstante, existe una argumentaciòn antagonista de la justicia donde


la abuela, por ejemplo, no merecìa ser devorada, generalmente la
imagen de la abuela simboliza la sabidurìa, experiencia, madurez y
sentido de gran respeto, no se plantea absolutamente alguna
motivaciòn explìcita sobre la participaciòn en alguna culpa por
redimir. Algunos autores interpretan la curiosidad infantil de
Caperucita como digna de una sanciòn superyoica, pero ella lleva a
cabo su trabajo de obediencia a pesar de la interrupciòn llevada a cabo
por la coversaciòn con el representante del engaño y la divisiòn del yo
en la ideaciòn del significante “lobo”.7

El paradigma de la horfandad y los efectos de un padre ausente

La ausencia de un padre-guìa en el relato produce un grande vacìo en


el lector que visualiza la desventura de una jovencita huèrfana. Se
trata de un factor que hasta el momento no se ha analizado en tanto
cubre un amplio margen de investigaciòn a partir de la experiencia del
vacìo y el luto por una metàfora paterna inexistente. No existe una
verificaciòn especìfica de que la madre fuese casada o tuviese un
compañero, el personaje masculino es resumido en la figura del
cazador o en la homologaciòn animalesca de un lobo-padre-maligno
que confunde con su conversaciòn.

No es posible aludir a la presencia protagònica o no de un padre


positivo (constructivo), o thanàtico (destructivo), cuando en realidad
no se presenta una referencia especìfica a ello. La alusiòn en el
àmbito vincular incluye la madre, la abuela, el lobo, el cazador, como
7 Perrault publicò su colecciòn de cuentos en 1697, pero muchos de los elementos inscritos en sus relatos ya existìan
desde tiempos antiguos. Por ejemplo, en el mito de Cronos que devora a sus propios hijos pero que sin embargo
logran sobrevivir del vientre de su padre siendo sustituidos por una roca. Existe ademàs un relato en latin de 1023,
escrito por Egberto de Lieja denominado Fecunda ratis donde encontramos una jovencita en compañìa de lobos
vistiendo ropa de color rojo y cuya importancia es resaltada. Seis siglos despuès se conocen otras versiones
francesas donde se incluyen elementos canibalìsticos, el lobo obliga a Caperucita a comer la carne de la abuela y a
beber su sangre, quien lo hace de un modo desprevenido e ingenuo a pesar de que escucha algunas voces que le
inducen a no hacerlo. El libro era destinado a la corte de Versalles, quizà por esto Perrault eliminò ciertos detalles y
narra sus historias como si observara el mundo adulto desde una cosmovisiòn infantil.

20
representaciones esquemàticas de un escenario tràgico y circular.
Desde el punto de vista pedagògico no habrìa de indicar demasiados
elementos de anàlisis al infante de acuerdo a la secuencia de la lectura
activa porque de algn modo se remite a sì mismo, a su propia
interpretaciòn parental, espontànea e intuitiva, con el significado que
proyecta su cosmovisiòn del mundo y la sociedad, recreando en gran
parte por sì mismo el sentido metafòrico del relato y sus acciones.

21
22
CONSTRUCCIÓN METAFÓRICA PSÍQUICA

Existe una conjugaciòn alternativa entre aquellos elementos


inconcientes que son “despertados” por las acciones del relato y los
elementos concientes que conducen de manera pre-racional el
contenido discursivo del desenlace escènico. Se establece entonces un
movimiento recìproco de resonancias que segùn varios autores no
habrìan de ser gestionado por la intervenciòn del adulto sino que hay
que esperar que las propias construcciones metafòricas del infante
retomen aquello que de significativo se pueda rastrear. El movimiento
recìproco se moviliza en dos direcciones: a. De lo inconciente a lo
conciente; b. De lo conciente a lo inconciente.

Experiencias propias (plataforma afectiva)



Vivencias psìquicas singulares (procesos de interiorizaciòn)

Lectura constructiva del relato (interpretaciòn del contexto)

Destinaciòn semàntica (personajes, acciones, desenlace)

Re-estructuraciòn homologante
(respecto a lo ètico, lo moral, lo social, lo vincular, la naturaleza, etc)

Proceso de elaboraciòn constructiva del cuento popular

Uno de los aspectos muy repetitivos en los relatos de fantasìa


canibalìstica tiene que ver con la advertencia de poder ser “devorado”
por un animal, un gigante o un monstruo. Se activan un conjunto de
estimulaciones psìquicas donde participan inevitablemente tendencias
auto-protectivas, implementaciòn de vìas alternativas para dar
soluciòn al conflicto en escena. En la situaciòn de Caperucita roja el
conflicto edìpico inconciente, con la ausencia de un padre real, de su
amor, de su protecciòn, podrà esperar ser seducida como un problema
que le habrìa de acercar irremediablemente a los peligros del mundo
23
adulto, es decir, a la experiencia inter-afectiva comùn a todos los seres
humanos, y que en la Edad Media era observada con sospecha y
desconfianza (moralista).

El estado de la falta del Otro en tèrminos de la ausencia de la figura


paterna repercute directamente en la conformaciòn de un superyò
altamente especializado en su funciòn de vigilancia y sensura con
respecto a las actitudes del yo y al actuar del ello. El campo de la
libertad y la creatividad serà limitado de acuerdo a la interiorizaciòn
de expectativas, experiencias involucradas en la formaciòn de la
personalidad y en su relaciòn con el mundo exterior, con las acciones
tràgicas o emblemàticas.

La simbologìa de la “casa paterna” en el bosque indica la seguridad


afectiva, el amor familiar y la identificaciòn con unos valores
fundados en la integridad vincular de este contexto. Pero el bosque es
un lugar abierto a mùltiples posibilidades, riesgos, incertidumbre, que
remiten al mundo interno pleno de incerteza emocional y en bùsqueda
de significados duraderos que fortalezcan la identidad del yo y de sus
inter-relaciones. La configuraciòn metafòrica del bosque ha sido
motivo de muchos estudios literarios entre los cuales resaltamos la
siguiente secuencia:

-El bosque en cuanto un lugar para ocultar asesinatos y para permanecer en lo


oculto.
-En cuanto lugar de aventuras inesperadas.
-Lugar que es capaz de entretener con sus atractivos animales, vegetales,
naturaleza...
-Fuente de recursos necesarios para la vida.
-Un laberinto por descifrar.
-Fuente directa de alimentaciòn.
-Sinònimo de peligro, caos o confusiòn.
-El bosque como jardìn.
-En cuanto prueba de habilidades.
-El bosque interior de cada sujeto, con mùltiples significaciones. 8

8 Garcia V. A. (2020). Funciòn y simbolismo del bosque en los cuentos infantiles. Revista Gibralfaro. Crìtica
literaria I. Ensayos, comentarios, recensiones. Enero-Junio.

24
Para C. G. Jung, por ejemplo, el sìmbolo verdadero refleja el resultado
del trabajo solidario entre el mundo conciente y el mundo inconciente,
el sìmbolo alcanza a ser un transformador de energìa que produce
nuevas vìas de evoluciòn al sujeto aunque se forje en la lucha entre
polos opuestos, la naturaleza del sìmbolo se convierte en “energìa
psìquica”. En los estudios sobre los arquetipos hallamos que las
modalidades primarias conectadas con la evoluciòn del mundo
conciente y que constituyen la misma esencia del arquetipo son:

-Inocente, loco, soberano


-Huèrfano. Sabio, buscador
-Guerrero. mago
-Angel. creador
-Custode (guardia)
-Amante. destructor

Es imposible poder otorgar a un sìmbolo un sòlo sentido unìvoco, los


lenguajes simbòlicos obedecen a procesos constantes de la actividad
psìquica cuya principal caracterìstica es la universalidad. 9
Postulamos, en consecuencia, la teorìa de la existencia de un
contenido manifiesto (simbòlico), y un contenido latente (inconciente)
al interior de las secuencias narrativas, de las acciones entre los
personajes y en su relaciòn con el contexto.

Dialèctica en la orientaciòn del relato


↓ ↓
Contenido manifiesto Contenido latente
↓ ↓
Simbòlico, entre personajes, acciones, desenlace y contexto
↓ ↓
Factibles enseñanzas, valores Factibles antagonismo
o antivalores conflictividad,
el sentido de lo tràgico

En la dimensiòn de lo latente se presentan implìcitos los factores que


9 Es de subrayar el vasto campo de investigaciòn de la simbologìa en el campo del anàlisis de las producciones
onìricas desde el psicoanálisis.

25
acrecientan el conflicto por la supervivencia, la unidad familiar, la
felicidad, el bienestar, y que son amenazados con la pobreza, la
desgracia, los asesinatos, el engaño, el canibalismo, el robo, la
mentira, entre otros. Con esta tècnica se desentrañan una lista infinita
de valores y antivalores segn el contexto y el drama ambientado por la
tradiciòn oral en anàlisis. En el trabajo de ratrear un mundo latente
señalamos que en la gran mayorìa de las narraciones no se expone
abiertamente los criterios de valor o antivalor sino el conflicto
manifiesto entre ellos.

Nuestra protagonista no encuentra barreras para “abrirse paso” por los


caminos del bosque, no tropieza en lo manifiesto con el superyò
paterno que “castrarìa” el margen de su curiosidad, de su investigaciòn
sobre la naturaleza, las plantas, las flores, los animales. En las
coordenadas manifiestas de estas representaciones es evidente que
existe un camino directo -justo-, y otros caminos indirectos
-peligrosos-, donde la vacilaciòn cede el paso a lo desconocido.

La existencia del mundo externo -la casa de los padres-, no constituye


en sì un riesgo, Caperucita sale de su casa voluntariamente y con un
ènfasis de placer respecto a su actitud investigativa por el
conocimiento de la naturaleza. La idea del peligro es concebida por
una lectura prevenida y una seudo-interpretaciòn medieval (religiosa),
se trata de aquella visiòn anticuada de observar en lo desconocido algo
amenazante a nuestra integridad, la imaginaciòn supone estos temores
al engaño, al lobo, a perderse, a desobedecer, a perder los alimentos, a
ser devorado, a llegar tarde, al bosque, a la oscuridad, al silencio, a la
confusiòn, al abandono del padre, al castigo de la madre, a las fuerzas
naturales, a la muerte (pulsiòn de).

Se trata de proyecciones psìquicas de modelos educativos


conservadores que co-existen como ejes hereditarios en algunas
sociedades y en la estructura fundamental de las relaciones de
parentesco. La sospecha de la existencia de un peligro es sòlo una
interpretaciòn externa al texto e impone un ambiente “envenenado”

26
por los prejuicios imaginarios. Por otra parte, los instrumentos
teòricos y tècnicos del psicoanàlisis permiten observar la influencia
permanente de las ideas antìtesis en la elaboraciòn temàtica de los
cuentos populares en cuanto guìa de trabajo e interrogaciòn, estas son
algunas de ellas:

Sentimiento de seguridad (casa)-Incertidumbre (bosque)


Verdad-falsedad
Obediencia-desobediencia
distracciòn-concentraciòn
salud-enfermedad
camino recto-camino desviado
sinceridad-astucia
amor por la madre-amistad con el lobo
disciplina-curiosidad
familia-desintegraciòn
vida-muerte
luto no elaborado por la abuela-deseos por alimentarla y cuidarla
lo cotidiano-lo extraordinario
la amenaza-la seducciòn
el afuera- el adentro
hambre-satisfacciòn
peligro-protecciòn
desobediencia-castigo
lo animal-lo humano
lo natural-lo animal
lo natural-lo humano
sabiduria-ingenuidad
madre buena-lobo maligno
lo selvàtico-lo urbano
lo vegetariano-lo carnìvoro
curiosidad patògena-curiosidad positiva
principio de realidad-principio de placer
recordar-olvidar

La naturaleza simbòlica de una palabra o de una imagen se descubre


cada vez que esta implica un significado que està màs allà de lo que
percibimos, de lo obvio e inmediato. En el anàlisis del proceder de
Caperucita se entremezclan un deber ser (deber-hacer), con un querer
27
ser (curiosidad), que estructurarìa la naturaleza humana de su
ambivalencia. El Debe-ser obediente consiste en el sentido de llevar a
cabo su misiòn encargada por la madre, pero, simultàneamente
predomina en ella el principio especìfico del querer-ser (principio del
placer) aludido al interès por el bosque, la belleza de las plantas, las
flores, y por querer conocer otros caminos alternativos. No se priva
ademàs de la posibilidad de socializarse entablando una conversaciòn
con un desconocido y revelando el objetivo de su viaje.

-Deber-ser (deber hacer) → Principio de realidad


-Querer-ser (curiosidad investigativa) → Principio del placer

La escenificaciòn descriptiva del “crucevìa” postula la necesidad de


visualizar este lugar como antesala de la toma de decisiones, es
preciso elegir uno de los dos caminos teniendo presente que cada uno
conduce a realidades diferentes u opuestas:

Camino directo Camino indirecto


Dificultad Curiosidad
Conocimiento guiado Exploraciòn
Principio de realidad Principio del placer
Sugerido por la madre Sugerido por el lobo
Lo convencional Lo desconocido
Lo comùn Lo novedoso
Racional Emotivo
La certeza La duda

Cuando el personaje encuentra al lobo disfrazado interrogàndolo sobre


la desmisura de las partes de su cuerpo implementa cuatro sentidos, a
saber: el oìdo, la vista, el tacto y el gusto. Con los cuales todo mètodo
de conocimiento sobre el mundo externo requiere adicionar una
intuiciòn observacional, es en esta direcciòn que la expectativa
investigativa de los adolescentes, en general, es reconocida por los
profesores.

La configuraciòn metafórica del gènero masculino es màs activa que

28
la de la madre y la abuela. La representaciòn del lobo como aquel
seductor astuto, peligroso, que pretende engañarla para luego
devorarla, y por otra parte, la representaciòn activa del cazador que
simboliza el gènero masculino desde el punto de vista de la fortaleza y
el coraje brinda justicia, protecciòn y sentido de responsabilidad. Las
expresiones de violencia, el egoismo, los factores asociales y en
esencia destructivos son resumidos en la proyecciòn del ello (el lobo),
y la impulsividad generosa, social, reflexiva y protectiva se resumen
en la proyecciòn del yo (el cazador).

Es verosìmil plantear ademàs un aspecto que subraya la capacidad de


acciòn de cada participante en tèrminos de dominio y lìmite. ¿Hasta
donde llega el poder del actuar, el poder del pensar, el poder del
decidir, el poder de responder a cada situaciòn especìfica en torno a la
funciòn de la madre, de Caperucita, del lobo, de la abuela y el
cazador? La madre procura ejercer determinada influencia su hija
ordenàndole de llevarle a la abuela los alimentos por el camino
adecuado, pero luego pierde este poder escènico para ser transferido al
lobo quien domina la visiòn explorativa de Caperucita, como si ya
conociera su amplia sed de conocimiento y apertura hacia lo
novedoso, utiliza el diàlogo para fingir una personalidad diferente y
ejercer un dominio organizacional, vacila, planea, ataca, mediante el
artilugio de la persuaciòn.

La madre ordena → El lobo persuade → Caperucita obedece a ambos

La caperucita intenta satisfacer tanto las orientaciones de la madre


como las del personaje desconocido que le invita a elegir el camino de
los alfileres (el màs largo), se trata de actitudes virtuosas, de
confianza, le otorga cierto nivel de poder a las palabras del lobo. Sin
embargo, en la narraciòn y en la vida real no es conveniente ser
ingenuo por un tiempo indeterminado ya que el principio de realidad
nos precipita al reconocimiento del sadismo, la mentira, de la
intensidad de presiòn de la pulsiòn de muerte, del luto, de la angustia,
entre otros afectos.

29
La dimensiòn primitiva de las actitudes del lobo como sujeto
masculino de ambigüedad, de la doble personalidad (esquizofrènica),
con un yo dividido, permite circunscribir sus actuaciones al campo de
las regresiones infantiloides y proto-històricas al querer alimentarse
simbòlicamente de los otros, deseos draculescos que sobrevienen en la
realidad inconciente de la humanidad y de nosostros mismos en forma
de tendencia al fracaso o ambivalencia thanàtica. Sin saberlo, la
protagonista brinda las instrucciones precisas al lobo para llegar a la
casa de la abuela y poder asì, posteriormente, devorarla. Otro plano
de anàlisis expuesto acà tiene que ver con la elaboraciòn de la culpa
latente con respecto a los deseos agresivos -ocultos-, dirigidos hacia la
madre y que nunca hubo de expresar libremente. Con este
significativo lapsus puso la vida de la madre, arriesgadamente, en
manos de la ferocidad (agresiva) del lobo (pulsiòn de muerte). El
castigo por este acto fallido no es la representaciòn de la culpa sino la
muerte por el instinto animalesco del lobo.

Respecto a las resonancias evocativas y simbòlicas del color rojo se


destacan la valentìa, el amor, la pasiòn, la fuerza, el crecimiento, la
iniciativa, el fuego, la ira, la impulsividad. De acuerdo a la tonalidad
suelen conformarse los siguientes esquemas:

-Rojo cereza: sensualidad, pasiòn y fuego.


-Rojo borgoña: se trata de una combinaciòn entre cafè y rojo con esfumaturas
moradas, generalmente se relaciona con el vino de un ciudad francesa y
representa el poder, la ambiciòn.
-Rojo Carmesì: irradia energìa, se conecta con la fuerza, el emprendimiento y
la actividad.
-Rojo sangre: su connotaciòn se refiere al odio, la violencia y la excitaciòn.
-Rojo vino: enseña la elegancia, energìa, respeto al color del aperitivo.

La identificaciòn de algunos rasgos de la personalidad con el color


rojo corresponde a una alta complejidad de condiciones, por ejemplo,
se tratarìa de sujetos directos, decididos, en ocasiones dominantes o
autoritarios. Presenta un perfil positivo y un perfil negativo en cuanto

30
que simboliza ademàs la ira, el odio, el mal temperamento, ya en las
señales de trànsito registra la alerta de peligro, prohibiciòn o stop:

Perfil positivo del rojo Perfil negativo del rojo


-Pasiòn, amor, excitaciòn -Ira, peligro, ambiciòn
-Fuerza, sensualidad,dinamismo -Poder, urgencia
-Valentìa, crecimiento, iniciativa -alarma, odio, pulsionalidad
-Elegancia y calidez. -fuego, mal temperamento

Como se puede observar la caracterizaciòn enfàtica del vestido de la


protagonista a un nivel representativo genera una serie de dualismos y
pares antitèticos que repercuten directamente sobre una variedad
afectos (polimorfos), que se mezclan en algunas de las acitudes y en el
desenlace de los hechos de la narraciòn. Caperucita reùne algunas de
estas especificaciones pero las demàs permanecen ocultas, no se
menciona el verde del bosque, el gris del lobo, o los colores de los
vestidos de la madre, de la abuela, del cazador, siendo de particular
importancia para la dramatizaciòn la exaltaciòn de la feminidad, el
coraje y el dinamismo psìquico.

De modo explìcito, Caperucita ama a su madre (cuando sale de casa


para ir donde la abuela), ama tanto a su abuela (llevàndole los
alimentos para curarla), sus cualidades humanitarias no se discuten en
lo màs mìnimo, pero en el lenguaje de lo no manifiesto, de lo
inconciente y de la ambivalencia llega a posibilitar la muerte de la
abuela de manera arbitraria.

Con sus acciones anhela fortalecer el lazo materno pero hay elementos
latentes que impiden este propòsito. Se identifica con la maternidad
desde un aprendizaje conciente desde la infancia hasta la adolescencia.
La protagonista trabaja para liberarse de las angustias familiares
manifestando su amor por la naturaleza sin reconocer que pueda
existir algùn riesgo.

La metàfora representacional del cazador desempeña la tarea de un


padre-benigno que ejerce el trabajo de castigar al culpable y es

31
recompensado con la cualidad de la virtud. Cuando descubre que el
lobo contiene en su interior la abuela y Caperucita se esfuerza por
rescatarlas con vida protegiendo su existencia como un buen padre lo
harìa (el yo). Castiga la figura del lobo por aquello que ha hecho, le
llena de piedras y lo deja morir, como un superyò que discierne entre
lo que es justo y aquello que no lo es. Caperucita y la abuela no han
muerto, resucitaron desde una nueva dimensiòn de la realidad. 10

Caperucita volviò a vivir pero llegando a ser una persona diferente, su


personalidad ha sufrido una transformaciòn positiva en el sentido que
en el futuro no habrìa de realizar los mismos errores, cada sujeto tiene
derecho a una segunda oportunidad, pasa de una vida plena de riesgos
a una con mayor racionalidad. Desviarse del camino correcto para
desafiar al superyò de la madre fue un hecho necesario para acceder a
un estado superior de la perspectiva vital, aprende a internalizar la
relaciòn con la figura materna, aquella paterna y con sus valores para
confrontarse con los limites de la realidad exterior.

El principio de la fantasìa

El conjunto de las percepciones infantiles se presenta como una


realidad mezclada y sòlo en parte integrada. Muchas de estas estàn
constituidas por caracterìsticas de la vida interior vivenciadas
mediante experiencias directas, sin embargo, otra parte de estas
percepciones son orientadas por el principio de la fantasìa. Su funciòn
es la de tratar de encontrar una “explicaciòn” a los problemas de la
existencia en tanto no se tiene una informaciòn vasta y satisfactoria
del mundo que nos rodea.

La evoluciòn del pensamiento cognitivo del infante requiere de puntos


de referencia segùn las modalidades de conectividad con el contexto y
con los demàs sujetos. En estos procesos de conocimiento suelen
formarse algunas ideas distorsionadas de acuerdo a la influencia de la
pulsionalidad interna y a las tendencias interpretativas que modifican
10 De manera similar sucedio en la leyenda de Jonàs cuando la ballena se lo traga, en el episodio bìblico, que no muriò
sino que pudo salvarse, finalmente, llegando a ser una mejor persona respecto a la vida anterior.

32
radicalmente el radio de observaciòn. Los mecanismos de la fantasìa
acostumbran tener como base fragmentos aislados del mundo real, el
infante crea una modalidad de respuesta con base en sus propias
necesidades y ansiedades singulares. El poder que contienen estas
formaciones de la fantasìa se expresa en un supuesto “desorden”
emotivo y/o cognitivo que exige el hallazgo de un mètodo especìfico
para volver al principio de lo real y fortalecer las funciones del yo
frente a las adversidades que se precipitan desde lo externo.

La pertinencia de las narraciones infantiles permite brindar una


comprensiòn parcial de los hechos dramàticos por esencia, la vida
misma se nos presenta como una tragedia que exige explicaciones ya
sea desde la imginaciòn o desde los raciocinios màs o menos lògicos.
Gran parte de estos relatos inician su drama de manera concreta:

-La madre que envìa su hija a visitar la abuela.


-Las dificultades de una pareja para alimentar a sus hijos.
-El pescador que lucha en vano por atrapar un pez.

Inician indicando la existencia de un dilema especìfico dispuesto en


forma de una exigencia vital que requiere la propuesta de una
resoluciòn al conflicto. El infante estimulado por la informaciòn de la
educaciòn tendrà la oportunidad de comprender el còmo y el porquè
de los interrogantes humanos, explorarà -creativamente- la
formulaciòn de vìas de salida frente a situaciones de conflictividad.
Debido a que su actividad racional ejerce poco dominio sobre la
dinàmica inconciente su imaginaciòn es altamente influenciada por la
tensiòn de sus emociones y contradicciones irresueltas.

El inicio del proceso de la capacidad para razonar en el infante se


presenta invadido por oleadas de temores, esperanzas, ansiedades,
deseos de amor y de odio que afectan todas aquellas ideas que
comienzan a conformarse. Algunas escenas podràn provocar rechazo
como es el caso del maltrato por parte de las hermanastras contra la
Cenicienta que tiene que trabajar todo el dìa -entre las cenizas- para
ser aceptada en la familia. El abandono deliberado en el bosque
33
-profundo- de Hansel y Gretel significarìa una realidad muy terrorìfica
para la capacidad imaginaria del infante. Comprende ademàs que se
trata de sìmbolos y no corresponde a una concretud textual, se trata de
un lenguaje metafórico que transmite unas imàgenes que necesitan ser
representadas.

La siguiente disposiciòn esquemàtica ofrece la visualizaciòn del


proceso psìquico en la elaboraciòn del cuento popular o fàbula segùn
unas fases diferenciales a tratar en modo secuencial:

NARRACIÓN

Lectura del cuento popular, fàbula, leyenda

IMÁGENES: Escenario, situaciones, descripciòn (sintaxis, forma)

REPRESENTACIÓN: Conflicto psìquico, relaciones interpersonales entre
personajes en el tiempo. Simbolizaciòn.

SIGNIFICADO: Afectos, evocaciones posibles, identificaciones del mundo
interno.

METAFÓRA DE LA VIDA: Interiorizaciòn (analogìas), actualizaciòn de la
fantasìa, contenidos manifiestos.

INTERPRETACIÓN: Subjetiva, contextual, exteriorizaciòn semàntica, el lugar
de la pulsionalidad, hermenèutica pedagògica.

EXPLICACIÓN: Del mundo de lo real, màs racional, superaciòn de la
metàfora, lo exterior como lo actual, anàlisis del contraste.

METONIMIA: Elaboraciòn y evoluciònde la abstraciòn de los afectos, los
contenidos, concreteza de criterios, objetivos y cualificaciòn.

REALIDAD EXTERIOR: Propuestas y alternativas de existencia como
respuesta al conocimiento del conflicto interno y/o externo. Diàlogo abierto.

Proceso representacional del cuento

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Cada historia narrada hace precipitar una serie de acciones que cargan
de fantasìa la imaginaciòn del infante, es el encuentro con un mundo
alternativo donde la magia transforma muchos elementos de lo real
para privilegiar un desenlace, unas fases intermedias -dramàticas- y
con una secuencia final no siempre gratificante. El lector comenzarà a
enfrentar los dilemas del mundo externo con algunas ventajas en el
anàlisis y la disposiciòn psìquica no pertencientes a procesos de
fantasìa pre-concientes sino que son referenciados en el contacto con
los otros.

La lectura activa de los cuentos populares favorece la oportunidad de


crear situaciones de diàlògo abierto sobre un conjunto amplio de
temàticas donde ademàs se pone a prueba los conocimientos
psicològicos y el nivel de plasticidad mental del adulto, del pedagogo,
o sujeto que acompaña el acto de la narraciòn activa. El proceso
psìquico representacional del cuento popular escenifica y trae al
anàlisis la veridicidad, los temores, la soledad, la valentìa, la
fraternidad, la rivalidad, la mentira, el amor, la felicidad, la pobreza, la
riqueza, el amor por la naturaleza y los animales, la inteligencia, la
sobriedad, la paciencia, la familia, el nivel de coherencia interna, la
funciòn de los impulsos vitales, las contradicciones, las ambivalencias.
Debido a la alta conflictividad entre estas motivaciones es
recomendable el diàlogo abierto destinado a elaborar las resonancias
en pro de una dilucidaciòn que tenga en cuenta los lìmites de lo real,
de la cotidianidad en la historia personal y contextual.

Las presentaciones del acceso a los mecanismos de la fantasìa


mediante la lectura de los cuentos populares contienen, en una
segunda fase, la funciòn secundaria de servir de plataforma al
principio de lo real desde una mirada preconciente, es asì que ofrece
apertura a una operacionalidad motivante donde las acciones del
mundo fantàstico integran una visiòn màs conciente de los hechos
como si se tratase de una semàntica constructiva que responde a las
exploraciones polimorfas de la dinàmica intrapsìquica y del
intercambio con el otro.

35
Procesos de la fantasìa → Procesos lògico-racionales → Realidad externa
Entre lo Inc. y lo Prec. En lo Preconciente segùn Los otros-El Mundo
Superyò y Ello el àngulo de acciòn del Yo. Lo externo
En lo emocional Lo cognitivo-Reconocimeinto Lo empìrico
Ej: Amor vs. odio de los afectos. Comprensiòn y
Imaginaciòn Interpretaciòn respuesta al conflicto.
Explicaciòn.

Cuando surgen afectos que antes parecìan inexistentes podemos


hipotetizar que aquello que ha realizado la lectura del cuento es el
despertar de una angustia que ha permanecido en lo latente, quizà con
respecto a las figuras de identificaciòn -tempranas-, hermanos, amigos
o la sociedad, para luego ser representados en un contexto màs amplio
que el del relato mismo. En la vida infantil el adulto pudo haber
reprimido fantasìas displacenteras de una manera espontànea. El
mundo inconciente constituye una fuente inagotable de materia prima
como base sobre la cual el yo edifica el andamiaje de la personalidad.

36
EN TORNO A LA DEFINICIÓN DEL CONCEPTO
FANTASÍA

La acepciòn Phantasie es definida en tèrminos de una escenificaciòn


imaginaria inherente a la naturaleza del sujeto que representa la
realizaciòn de un deseo -en ùltima instancia de un deseo inconciente-,
de manera màs o menos deformada. Es de este modo que las fantasìas
se presentan en varias modalidades, concientes, como en los sueños
diurnos, aquellas inconcientes, como estructura subyacente a un
contenido manifiesto, y aquellas originarias referidas al mundo
infantil -temprano-.

Las acciones creativas del mundo imaginario, sus contenidos y


producciones son catalogados bajo el perfil de algo sin sentido, con
poca seriedad, no original, sin embargo, dicha seudointerpretaciòn està
fuera de lugar en el contexto psicoanalìtico ya que se incluyen factores
que reflejan la esencia singular del yo en su complicidad con el mundo
exterior. Desde este punto de vista la actividad de la imaginaciòn
exige una realidad propia diferenciada de una realidad material y
tangible pero con un caràcter del todo autònomo.

Desde luego que el mundo interno no se reduce a una oposiciòn


declarada respecto al mundo externo ni se reduce a la configuraciòn
posibilitante de una cadena de fantasìas aisladas entre sì, la teorìa
psicoanalìtica explica la estaiblidad, la eficacia y el caràcter
relativamente organizado de las fantasìas del sujeto.

Unos de los escenarios paradigmàticos expuestos por Freud para


clarificar los alcances de este nivel de organizaciòn lo encontramos en
La novela familiar de los neuròticos (1909). Para ampliar su visiòn
valorativa no acepta la siguiente divisiòn errònea:

37
-La concepciòn que considera las fantasìas en cuanto una derivaciòn deformada
del recuerdo de acciones reales.
-La concepciòn que no le atribuye una realidad autònoma consideràndola una
expresiòn imaginaria destinada a enmascarar la realidad de la dinàmica
pulsional.

El hallazgo de algunas fantasìas muy comunes en la clìnica


psicoanalìtica constituye una base sòlida para la formulaciòn de
ciertos esquemas inconcientes que trascienden las vivencias subjetivas
y se transmitirìan hereditariamente mediante los asì denominados
“fantasmas originarios”. La expresiòn “fantasma” en la versiòn
española està cargada de una fuerte influencia thanàtica lo cual no
corresponde con la verdadera esencia de la fantasìa que es mucho màs
amplia y no se reduce a esta significaciòn. Diferenciemos, en
principio, al menos tres niveles de anàlisis para discernir el alcance de
las fantasìas en el psicoanálisis:

a. La primera lìnea de trabajo concibe las fantasìas en cuanto


producciones de sueños diurnos, episodios que el sujeto produce y se
narra a sì mismo. En los Estudios sobre la histeria (1895), Freud y
Breuer resaltaron la alta frecuencia y la gran importancia de estas
operaciones, las clasificaron ademàs como fenòmenos frecuentemente
inconcientes en el sentido que estas tenìan lugar en estados de
ausencia o bajo la hipnosis. Todavìa en la Interpretaciòn de los
sueños (1900), las fantasìas son explicadas a partir de los sueños
diurnos en cuanto “formaciones de compromiso” y su nivel de
estructuraciòn con las propiedades especìficas de los sueños. Estos
elementos contribuyeron a la definiciòn de la “elaboraciòn
secundaria”, de los elementos del “trabajo del sueño” en sus
relaciones con las acciones cotidianas.

b. La segunda lìnea de trabajo considera la expresiòn “fantasìa


inconciente” sin delimitar una consolidaciòn metapsicològica
especìfica. Con esta expresiòn se quiere indicar un ensueño
subliminal, preconciente, al cual se entrega el sujeto y del cual puede
tomar conciencia mediante el uso de la razòn. En el texto Fantasìas

38
histèricas y su relaciòn con la bisexualidad (1908), las fantasìas
inconcientes son tenidas en cuenta gracias a que son fundadoras de
sìntomas histèricos.

c. La tercera lìnea de trabajo la comprensiòn de las fantasìas se realiza


con una complicidad màs cercana al campo de lo inconciente. Algunas
fantasìas son ubicadas en el nivel inconciente en el sentido tòpico de
la palabra, determinan ademàs aquellos componentes ligados a la
realidad del deseo latente donde tiene lugar la concretizaciòn del
proceso metapsicològico de formaciòn del sueño. Se establece asì un
trànsito que conduce los contenidos onìricos, de forma progresiva, a
partir de las escenas hasta acceder al nivel preconciente. Por estas
motivaciones distingamos algunos niveles como lo conciente, lo
inconciente, lo subliminal, en diferentes correlaciones:

Fantasìa inconciente Fachada del contenido de la fantasìa


↓ ↓
Nùcleo del sueño Se presenta mezclado con otros
materiales
↓ ↓
Repeticiones, modificaciones Deformaciones
de escenas infantiles
↓ ↓
Deseo inconciente Elaboraciòn secundaria
↓ ↓
Procesos de intercomunicaciòn y de inter-simbolizaciòn

Extremos del contenido en la fantasìa

En este proceso de aproximaciòn hacia el nivel de lo conciente las


fantasìas avanzan mediante el retorno de lo reprimido, permaneciendo
asì, en un estado de alerta hasta que la fuerza de las nuevas catexis
-internas- provoquen una movilizaciòn y un alejamiento. Desde el
punto de vista metapsicològico hay dos posiciones que se conectan
entre sì con referencia a la naturaleza especìfica de las fantasìas. Por
una parte, estas se presentan altamente organizadas, sin
contradicciones, han realizado sus propòsitos gracias a las garantìas

39
del campo conciente. En estas circunstancias nuestra capacidad frente
a las demàs producciones de la actividad conciente son realmente
escasas.

Por otra parte, las fantasìas son consideradas como inconcientes y


estàn imposibilitadas para acceder al mundo de lo conciente. Sin
embargo, la importancia de su etiologìa inconciente es fundamental
para el logro de sus objetivos. Algunos contenidos psìquicos como los
temores delirantes o las formaciones imaginarias participan tanto de
una faz conciente como de una base inconciente, ya se trate de un
material proyectado sobre los otros o de algo ya realizado en el mundo
exterior.

Mediante el anàlisis y la investigaciòn de las producciones de lo


inconciente las fantasìas subyacentes -ocultas-, en el dominio de lo
actual, en las accionar repetitivo, en lo onìrico o en la sintomatologìa
se descubre que algunas de estas manifestaciones se encuentran màs
cerca del principio de realidad que de una alteridad imaginaria. Las
exigencias del principio de realidad y las condiciones de la vida
psìquica del sujeto son organizadas de acuerdo a la perspectiva
estructurante de los determinismos de las fantasìas. Su caràcter
singular atrae impulsivamente la necesidad de salir a la superficie de
los fenòmenos preconcientes, del lenguaje, al espacio de lo simbòlico.
A la plataforma de las acciones, considerando asì la exigencia de
adiccionar nuevo material al proceso de exteriorizaciòn ya que de
modo aislado estas fantasìas no llegarìan muy lejos y se ahogarìan en
la represiòn circulante.

Los deseos conservan una relaciòn aproximativa respecto a la


formaciòn de las operaciones de las fantasìas. El tèrmino
Wunschphantasie o fantasìa deseante revela un lazo comunicante de
alta complejidad que no se reduce a los propòsitos del yo del deseo
sino que ademàs posibilita el rastreo de las siguientes coordenadas de
anàlisis.

40
1. El proceso de enunciaciòn discursiva que remite a escenas o
conjuntos de imagenes organizadas cuya esencia psìquica puede
permanecer en el àmbito de lo visual.
2. La participaciòn del sujeto deseante en estas escenas es real, por
ejemplo en la influencia sugestiva de la escena originaria el
sujeto que observa es parte activa, no sòlo como actor sino
alguien que buscarìa evitar el acoplamiento de los progenitores.
3. Desde la presentaciòn de unas secuencias en las representaciones
vivenciadas donde el sujeto participa activamente de las
modificaciones escènicas, por ejemplo los cambios de rol o
funcionalidades especìficas de atribuciòn en Pegan a un niño
(1919), con sus respectivas asignaciones semànticas y las
articulaciones dramàticas del destino de las fantasìas
homosexuales en la exposiciòn del Caso Schreber (1911).
4. El caràcter del deseo estructura, mediàticamente, la consistencia
de las fantasìas, ademàs se originan concatenaciones con las
formaciones defensivas no sòlo en la actualidad de la vida
psìquica del adulto sino tambièn rescatando mecanismos arcaicos
como la negaciòn, la proyecciòn, la transformaciòn en lo
contrario o la vuelta en contra del sujeto.
5. Los procesos defensivos son influenciados radicalmente por la
asì denominada funciòn primaria de la fantasìa, es decir, por la
puesta en escena de la versiòn del deseo cada vez que lo
prohibido se enraìza en la naturaleza estructural de lo deseado.

Una de las funciones psìquicas de los procesos vitales de las fantasìas


es la de brindar una elaboraciòn de los recuerdos que remiten a hechos
reales o a recuerdos con caràcter de copertura como en un proceso de
exteriorizaciòn:

Nùcleo originario → Recuerdos y represiòn → Producciòn de fantasìas


↓ ↓ ↓
Proceso de exteriorizaciòn de los nùcleos traumàticos o no

La teorìa de la producciòn del sìntoma con base en el caràcter

41
especìfico de las fantasìas tiene como eje central la explicitaciòn de la
realidad cuando esta es reflejada de manera imaginaria teniendo como
plataforma la base pulsional y su condiciòn biològica en el ser
humano. Una realidad testimonial es referida cuando se analiza de
què manera el sìntoma histèrico simboliza las fantasìas contenidas por
los medios de represiòn, por las operaciones autodefensivas.

42
EL CONTEXTO SUBJETIVO-SIMBÓLICO EN EL LECTOR

En la explicaciòn teòrica acerca del origen de los procesos


actitudinales en la formaciòn de las fantasìas ha de argumentarse que
no es preciso la existencia de un acotencimiento originario traumàtico
como lo es el caso de la expresiòn de fantasìas tempranas donde los
afectos tienden a ser ligados a estructuras imaginarias pre-subjetivas.
De este modo, los mecanismos de las fantasìas no se adaptan a un
esquema -posiblemente hereditario-, en ocasiones los determinismos
infantiles tienden a dominar el conjunto de las experiencias subjetivas,
en la investigaciòn de una neurosis infantil ha menudo se observa la
delineaciòn de la figura de una madre castigadora o de la figura
paterna, asimismo, imponente y dictador que habrìan confirmado la
existencia de la etiologìa de un proceso sintomàtico de alta
complejidad en el adulto.

La realidad pre-subjetiva -arcaica, el contexto subjetivo simbòlico


(sintomàtico o no), y la representaciòn objetiva del mundo exterior
son tres caracterìsticas de la dinàmica psìquica que han de inter-
relacionarse en cada investigaciòn acerca de los efectos modificadores
de las narraciones seleccionadas. Es asì que la lectura de los cuentos
populares, los mitos, las leyendas el ser humano instaura unas
representaciones y unas referencias al tiempo de los orìgenes no tanto
en lo històrico sino en lo simbòlico de acuerdo a un orden establecido
de significantes y donde las transformaciones de los hechos
escenifican el drama de lo emergente.

En este contexto el sujeto se encuentra participando de las fuerzas


naturales para intentar otorgar una explicaciòn posible a las
contradicciones internas entre las fantasìas y los criterios de lo
imposible, los enigmas que despiertan la exigencia de ser esclarecidos
por imàgenes y acciones de experiencias conflictivas, que sustituyen

43
en muchos casos, situaciones infantiles retroactivamente narradas para
dar espacio a la emancipaciòn de construccione semànticas subjetivas.

Compulsiòn repetitiva de las fantasìas

El principio de la compulsiòn a la repeticiòn expone su definiciòn en


la generalidad que vivenciamos las mismas experiencias evocativas a
partir de la variabilidad de nuestra propia infancia, con base en los
aportes de la vida real y del mundo externo. Son contenidos altamente
relativos y con incògnitas constantes que responden de manera
alternada a la tendencia a las transformaciones de los contenidos
latentes. Podemos esquematizar del siguiente modo algunas
implicaciones de los procesos de la fantasìa:

Implicaciones de los procesos de la fantasìa



organizaciòn psìquica de escenas y/o imàgenes

participaciòn activa del sujeto de la conciencia o de lo latente

articulaciones dramàticas, conflictivas o ambivalentes

formulaciones defensivas, mecanismos arcaicos

funciòn primaria de la fantasìa del sujeto del deseo frente al superyò

formaciones de compromiso

elaboraciones secundarias

La realidad de las fantasìas puede ser concebida ademàs en cuanto


efecto directo o indirecto del deseo inconciente o preconciente,
aunque si al mismo tiempo son generadoras de estos mismos deseos:
fantasìas → deseos Inc. o Prec. → fantasìas → nuevos deseos Inc o
Prec. Es indicativo poder esclarecer que en la investigaticòn del
anàlisis de las narraciones el campo de lo simbòlico no coincide con lo
inconciente sino que se refiere al significante de cada contexto

44
subjetivo y no corresponde necesariamante a una semàntica de los
universal.

Los procesos simbòlicos y las fantasìas arcaicas de un sujeto


propenden por la realizaciòn parcial en el àmbito de la vida concreta.
Ellas trabajan para transformar las percepciones y la intensidad
recuerdos, determinan la fuente de algunas producciones onìricas, de
lapsus, actos fallidos, se expresan en la imaginaciòn diurna para re-
actualizarse de manera camuflada por medio de las decisiones
profesionales, relacionales, psicoafectivas de las subjetividades.

Se descubre una vez màs el caràcter circular de las conexiones que se


adhieren a los procesos de la fantasìa con respecto a los deseos, el
nùcleo operacional y energètico del movimiento exteriorizante y de la
orientaciòn de estas mismas fantasìas se halla en el deseo represado.
El mismo sujeto se observa a sì mismo representado en la esencia de
estas de acuerdo a la naturaleza de exigencias subjetivas del
narcisismo, de las fases de transiciòn de un rol a otro en la evoluciòn
afectiva y simbolizante del sujeto.

45
46
LA LÓGICA INCONCIENTE DE LA NOCIÓN DE FANTASMA
(FANTASÍA) EN J. LACAN

En Lacan encontramos la caracterizaciòn de los procesos de la fantasìa


a partir de la valoraciòn de especìficos elementos aislados como las
palabras, los fonemas y objetos asociados como partes del cuerpo
(pulsiones parciales), rasgos de la conducta, entre otros. El sujeto de
lo inconciente en sus relaciones especìficas se presenta
irreductiblemente dividido de su acceso al universo de los
significantes con el objeto ɑ que ha constituido el motivo latente de su
deseo. Es factible plantear una presentaciòn esquemàtica segn la
denominaciòn del sujeto para incluir las diferentes facetas del:

-Yo
-Del Otro imaginario
-De la madre originaria
-Del ideal del yo
-Del objeto.11

Los procesos de las fantasìas enmarcan una configuraciòn delineante


con el registro de lo imaginario, con el registro de lo simbòlico, sin
embargo las fantasìas propiamente dichas cubren el campo de lo real.
Hay que revelar la funciòn desestabilizadora que estos procesos
representan frente al registro de lo real. Se trata de unas funciones
trans-individuales, aquello que no es pronunciable, el desencuentro
con algo al parecer inaguantable pero que termina por volver a
tropezar con la misma impulsividad.

La pantalla de los procesos de las fantasìas cumplen el trabajo de


filtrar los mecanismos del olvido y la represiòn de la simbolizaciòn ya
que se trata de una modalidad especìfica de presentaciòn inicial del
material latente, derivada del estado general de la evoluciòn psìquica
infantil. En ocasiones, la sombra de la metàfora materna, con toda su
11 Lacan, J. (1958-59) Una question preliminare ad ogni possible trattamento della psicosi. En Scritti II.

47
carga semàntica es màs fundamental que aquella del padre mismo.
Para definir la calidad de los objetos sustitutivos de las fantasìas es
ineludible explicarlos en tèrminos de significantes cargados de un
poder semàntico, nos referimos a los vestigios derivados de las
temàticas relativas a la significaciòn del seno materno que alimenta al
bebè, el cinturòn que tiene el profesor para castigar a los estudiantes,
entre muchos otros.

En la estructuraciòn bàsica de las fantasìas se encuentra el registro de


lo simbòlico bajo la forma de la “barra” que indica el nacimiento y la
divisiòn del sujeto mientras que este lleve a cabo su ingreso inaugural
en la dimensiòn del lenguaje. Luego, rastreamos las huellas del objeto
ɑ en cuanto objeto perdido, lugar del vacìo, desde la exigencia del
infante por completar el proprio ser en formaciòn, sirvièndose del
encuentro con diferentes objetos ɑ imaginarios que la singularidad de
la propia historicidad ha llegado a redimensionar.

Los procesos de la fantasìa operan mediante la funciòn del


“anudamiento” de lo simbòlico, de lo imaginario y de lo real
brindando cierto nivel de protecciòn a la identidad del yo, de sus
ideales y de sus contradicciones. Una propiedad de la fantasìa es la de
poder proteger al sujeto con respecto al horror de lo real y contra los
efectos de la divisiòn en tanto efecto de la castraciòn simbolizante, le
protege contra su especial dependencia de los significantes.

El objeto ɑ del actuar de las fantasìas posee una dualidad valorativa


referida a la cualidad de ser objeto real en cuanto ineludiblemente
perdido. El objeto instaurado de aquellas fantasìas se diferencia
evidentemente del objeto de la necesidad y del objeto de la pulsiòn en
cuanto establece un modelo de paradigma organizado como lo es el
seno materno (objeto imaginario o real en la etiologìa de los procesos
de la fantasìa), la leche materna (en cuanto objeto de necesidad-
hambre), el placer recibido por vìa oral (como objeto de la pulsiòn.
Para ampliar estas designaciones hay que recordar que cuando el
objeto de la fantasìa no coincide necesariamente con el objeto de amor

48
los encuentros o desencuentros entre parejas se encuentran
subyugados a contrastes significativos. Es asì que en ocasiones el
Otro en cuanto objeto de amor no coincide con el Otro en cuanto
objeto de deseo.

La ambivalencia explìcita en la elecciòn de pareja tiene que ver con la


necesidad de hacer coincidir en un sòlo objeto, de manera
satisfactoria, el objeto de la fantasìa, el objeto de las pulsiones y el
objeto de amor. Para circunscribir los màrgenes sintomàticos de la
participaciòn de las fantasìas en el lugar de lo nosogràfico es
indicativo distinguir dos orientaciones focales respecto a la actitud
histèrica y la actitud obsesiva. El teorema implicado en las
producciones histèricas resaltò el hecho que el sujeto no busca en el
Otro el objeto de sus fantasìas sino que busca al “Otro absoluto”
cuando en realidad se identifica con el objeto de las fantasìas del Otro,
y de modo subrepticio a la ausencia del falo.

En alternativa, el teorema implicado en las producciones obsesivas


rastrea las condiciones de la multiplicidad y la apertura al intercambio
de objetos ɑ, a los cuales se dirige, todos ellos instaurados bajo el
semblante del significante del falo, o sea, segùn una dilucidaciòn
erotizante.12 En lo que se refiere a la fantasìa de algunos sujetos
considerados vìctimas de “lo perverso” hay que resaltar la bùsqueda
de la propia divisiòn interna en los otros, la acentuaciòn de la
tendencia a disminuir su intensidad en los valores mìnimos. 13

La persepectiva clìnica lacaniana postula la necesidad de “hacer girar”


las fantasìas inconcientes -arcaicas- examinando e identificando las
porciones ocupadas por el deseo del Otro -especìfico- de la infancia en
los procesos de formaciòn de dichas fantasìas. Habrìa que indagar
ademàs sobre la supuesta dependencia estructural del significante que
dichas fantasìas intentan obturar y aquella educaciòn nodal pre-
subjetiva que los objetos ɑ imaginarios quieren olvidar como funciòn
defensiva.
12 Lacan, J. (1960-61) Le transfert. Seminario VIII. Lecciòn de abril 1961. Ed Einaudi. Roma.
13 Lacan, J. (2962-63) Kant con Sade. Scritti II. Ed. Feltrinelli. Milan.

49
50
PROPIEDADES DE LOS MECANISMOS PSÍQUICOS

A propòsito de la tesis psicoanalìtica donde se confirma que allì donde


està el ello habrìa de estar el yo,en cuanto condiciòn de posibilidad
hacia un estado de conciencia màs evolucionado, es importante
reconocer que allì donde permanece el ello ha de permanecer el ello y
no algo diferente, aunque si se habìa considerado que es a partir de
este ello de donde proviene toda la energìa indispensable del yo para
poder intentar “domesticar” la impulsividad inconciente y orientarla
de manera creativa. Algunas investigaciones, màs actuales,
consideran que tambièn el yo dispone desde el caràcter de su
naturaleza de una fuente propia de energìa, aquel yo que ignore la
fuerza vital del ello trabajarà con un nivel alto de fragilidad pues son
complementarios en la comunicaciòn y en la formaciòn de sìntomas.

En la evoluciòn de sus bases afectivas el yo no habrìa de malgastar


todas sus energìas sòlo en buscar reprimir los deseos del ello ya que
esta tarea tendrìa como consecuencia derivada el deterioro de las
facultades creativas o sublimatorias en otras àreas de la personalidad.
El destino de los recursos psìquicos ofrecidos por la elaboraciòn de los
cuentos populares y las fàbulas tiene como principio brindar
elementos que ayuden a la resoluciòn de conflictos de varia ìndole, no
sòlo aquellos que son originados a partir de los deseos y las
ansiedades derivadas sino que exigen un diàlogo con factores del
mundo real. Asì:

“Es posible que una historia en concreto provoque una cierta ansiedad en
algunos niños, pero una vez que se han familiarizado con distintos cuentos de
hadas, los aspectos terrorìficos parecen desaparecer para dar paso a los
reconfortantes. El malestar que provoca la ansiedad se convierte, entonces, en
el gran placer de la ansiedad a la que uno se enfrenta y domina con èxito.” 14

Las ideas o imàgenes destructivas no aislan al sujeto con respecto a


14 Bettelheim, B. (1975) Psicoanàlisis de los cuentos de hadas. Ed. Drakontos (Crìtica) Mondadori. Barcelona

51
los demàs, la pulsiòn de muerte es un factor inherente a la naturaleza
humana de la especie en nuestra sociedad. Algunos estudios han
demostrado que la utilizaciòn pedagògica de la fantasìa -aùn en la
observaciòn de aspectos agresivos-, produce en los jòvenes una
disminuciòn muy marcada de sus conductas agresivas ya que estas han
sido escenificadas y constrastadas por la imaginaciòn preconciente.
Cuando no se estimula este gènero de fantasìas no ocurre algùn
cambio en las actidudes agresivas. El infante con escasa capacidad de
fantasìa manifestada durante la observaciòn en los juegos presenta
mayor actividad desde el punto de vista motor, reflejando màs acciòn
que reflexiòn en las actividades lùdicas. Sin embargo, aquellos que
poseìan una gran fantasìa conservaban una estructuraciòn superior,
indicaban mayor cretaividad y su capacidad agresiva se expresaba de
manera verbal y no tanto de manera fìsica.15

Cuando tiene lugar el pasaje de la infancia a la niñez de acuerdo a las


diferentes fases del desarrollo psìquico planteadas por el psicoanàlisis
el infante descubre que las figuras de referencia no corresponden a las
expectativas que se habìa formado de estos, que son limitados,
imperfectos, no son tan sabios, sufren cambios de temperamento y en
ocasiones son violentos. El infante comienza a salir de su casa,
conoce personas diferentes a las del nùcleo familiar que generan un
nivel diferente de gratificaciòn emotiva, lo que compensa en parte las
primeras desilusiones respecto a la figura de los progenitores.
Reconoce que ha de emprender el conocimiento del mundo externo y
conseguir aquello que desea por sus propios medios, progresa en su
nivel de socializaciòn y en la capacidad de resolver conflictos por su
propia cuenta. Aumenta su destreza para el anàlisis y la identificaciòn
de los contrastes, comienza a reconocer las limitaciones de los padres
y las propias en el arduoso sendero hacia la autonomìa, acude a los
procesos de la fantasìa para aumentar el àngulo de visiòn
representativa y simbòlica operante en las vincularidades entre lo
psìquico y lo externo. Se plantea objetivos a mediano y largo plazo,
recibirà el futuro con optimismo si aprende a rastrear el origen de sus
15 Biblow, E. (1973) Imaginative Play and the Control of Aggresive Behavior. En Singer, J. L. (1975) The Child's
Word of Make-Believe. Academic Press. N. York

52
afectos y las reacciones consecuentes, aprenderà a concebir que
existen grados intermedios de alegrìa y tristeza, descubre que existen
una serie de leyes, normas y valores al interior de su contexto vincular
y en el entorno social.

Es en este sentido que una concepciòn pedagògica de la lectura los


progenitores y los maestros son responsables de establecer una situaciòn
de diàlogo y confrontaciòn de acuerdo con el mètodo de anàlisis
seleccionado. En los cuentos populares, por ejemplo, se realizan una serie
de promesas ilusorias que el infante toma muy seriamente en lo que se
refiere a la sabiduria, la riqueza, la felicidad, el amor, la amistad, el dolor,
la muerte, entre otras, constituyèndose asì una modalidad de
“transferencia” còmplice con aquellas promesas que pueden tener vida en
la vida concreta o de parte de las figuras que participan en los procesos
educativos. Es preciso entonces dilucidar un paralelo entre estos dos
sistemas de interpretaciòn para que el infante no construya fijaciones o
puntos de regresiòn constantes en la evoluciòn psìquica de su
personalidad.

Las predicciones que tienen lugar en la narraciòn entre los personajes y el


desenlace final han de contextualizarse con los objetos intrìnsecos del
relato segùn sus fases de progreso argumentativo, desde las fases
destinadas a caracterizar al mundo particular de cada personaje en relaciòn
con sus aspiraciones y limitaciones. La vida pràctica contiene
desilusiones, amarguras, desesperanzas, lutos, impulsividad, desamor,
como elementos comunes de las emociones en un movimiento paralelo con
aquello que podemos percibir en los relatos escritos. Tomando cierto nivel
de distancia respecto al mundo interno del cuento el infante aprende a
diferencias sus propios afectos con respecto a los que pertenecen a los
demàs:
Magia del cuento crueldad de la vida concreta
↓ ↓
principio de fantasìa principio de realidad
↓ ↓
se despiertan afectos latentes (afectos manifiestos) reconocimiento
↓ ↓
experiencia de transferencia y constraste subjetivo-simbólico

53
La carga semàntica del relato proyecta la vida psìquica hacia una
dimensiòn novedosa y metafòrica que deja como coordenada de
comprensiòn un conjunto de acciones desde donde observamos que
algo hemos aprendido, unos significados derivados en los cuales una
parte interna de nosotros se refleja como en un espejo de
identificaciòn o indeterminaciòn. El infante lucha por integrar su
personalidad al mundo externo que en principio no le pertenece, con el
transcurrir del tiempo, con el significado de nuevas experiencias se va
adueñando de este mundo externo segùn el nivel de conocimiento
empìrico y las intuiciones trabajadas en procesos mentales de
reflexiòn, autointerrogaciòn, para prospectar sus ideales de vida, la
profesiòn, su afectividad, su conflictividad.

Aquella angustia producida por aspiraciones inalcanzables suele ir


transformàndose en pricipio de realidad cada vez que se percibe y se
experimenta una personificaciòn de factores safisfactorios o
desilusionantes, gratificaciones y re-conquista de proyectos
abandonados. Hay que resaltar uno de los valores que el infante desea
ver realizado en cada lectura y percepciòn de una problemàtica, se
trata de aquel que se refiere al afàn por la justicia. Este valor es
siempre exigido tenazmente cuando suceden hechos abominables, el
alivio y la recompensa frente a la vivencia de estas ansiedades es la
realizaciòn de un final justo para cada participante de acuerdo a los
hechos llevados a cabo. La correspo ndencia con el ideal del yo-justo
proviene de un ejercicio de la memoria para recordar variables que
remiten a la idea de la acciòn humana en correspondencia con cierta
consecuencialidad de tipo ètico o moral. Pero tambièn la memoria
trae al presente la problemàtica subjetiva que se proyecta hacia el
mundo exterior, hacia la realidad relacional perteneciente a cada
sujeto, de hecho se alude a la crudeza de los relatos como a un
realismo-irreal de dramaticidad.

Segùn N. Paz, en su texto El cuento de hadas, la realidad psìquica


observa la necesidad de abordar retos valiosos para el sujeto (en carne

54
y hueso) y para los protagonistas del argumento, algunos desafìos
contextuales son:

-El camino o acceso a otros mundos (realidades)


-Enfrentar monstruos, animales, demonios o seres extraordinarios
-Descender al Hades
-Buscar la clave de la inmortalidad
-Triunfar sobre el caos (real, psìquico, del mundo externo)
-El viaje del retorno a casa
-La ubicaciòn entre aliados y antagonistas

En lo profundo de estos epìlogos la realidad se nos presenta como


multidimensional, con capacidad de transformarse, donde las propias
experiencias y las del personaje, generalmente, han de confrontarse
con ideas tabù, autoridades morales o poderes sobrenaturales. Estos
relatos transmitidos originariamente en forma oral han sufrido varias
metamorfosis hasta llegar a nuestros dìas. Los personajes han de
tomar posiciòn frente a mùltiples enigmas (Edipo con la Esfinge),
frente a poderes ocultos de la propia condiciòn natural, cumplir una
serie de pruebas y alcanzar la propia salvaciòn.

En la lectura ampliada de las narraciones encontramos


semplificaciones morfològicas del simbolismoque delatan la
condiciòn fràgil del ser humano que lucha por llegar a su destino
adentràndose en la profundidad de lo inconciente. De alguna manera,
los cuentos nos recuerdan la naturaleza arcaica de nuestra especie en
sus manifestaciones ero-thanàticas, pues en muchos casos las
condiciones racionales no son suficientes para explicar el curso de los
eventos.

En algunos relatos el hèroe corresponde con aquel que se aventura y


sufre enormemente. En la vida cotidiana tendremos que aprender a
elegir entre temores estèriles y temores fructìferos, el ser humano
comùn trata de evadir aquellos fructìferos y se estanca en aquellos

55
estèriles que le lconducen al fracaso y no le permiten evolucionar. 16 El
yo se pregunta insistentemente por el sentido de la vida en el mundo,
por el mètodo para llegar a modificar las propias ilusiones, cuando se
adentra en el bosque, por ejemplo, se encara con su propia soledad y
angustia -carencia de certezas-, con fortaleza continùa su camino hacia
la montaña, como si le faltara algo, un significado vital, ha de tomar
en cuenta la dimensionalidad pulsional del deseo y con las tendencias
ero-thanàticas de la ambivalencia del caràcter.

16 Künkel F. y R. Dickerson (1964) La formaciòn del caràcter. Paidòs. B. A.

56
EL OBJETO DE ESTUDIO DE LA PSICOMETÁFORA

Para establecer las condiciones del mètodo de estudio psicoanalìtico


sobre las narraciones y los cuentos literarios es imprescindible
estudiar la posiciòn del analista en el proceder por aquello que se
refiere a los objetivos y a la metodologìa disponible. Entre los
objetivos nucleares de una relectura psicoanalìtica del relato ocupa un
lugar primordial la tècnica de la escucha y la valoraciòn de los “signos
inconcientes” del texto mismo. La importancia fundamental del texto
narrado radica en la funciòn de la palabra, del significante, que se
definen segùn el ènfasis del caràcter literario especìfico con otros
significantes, corre al encuentro de otras palabras para completar una
evocaciòn en el lector y en quien recibe el mensaje escuchando:

Lector Significante Escucha


Metàfora simboliza interpretación
Metonimia lo real de la cosa del decir escrito
Lenguaje (la palabra, o hablado lìmites
-El acto del la letra, el acto de la palabra escuchada
intercambio- de escribir alcanzan
-La palabra hablada el cuerpo del sujeto)

Como marcas o signos del lenguaje de lo inconciente en la asociaciòn


de ideas se encuentran los lapsus, los cambios de tono bruscos,
silencios, confusiones, olvidos, recuerdos repentinos, entre otros,
frente al surgir de una nueva producciòn del sentido y de la posible
ruptura con un significado aparente. 17 El texto escrito tiene que ver
con la incursiòn en lo real por parte de lo simbòlico, se diferencia por
su densidad y consistencia, es movimiento recìproco entre metàfora
metonimia, segùn Lacan la fantasìa fundamental de cada sujeto, lo
caracterìstico del synthome. la modalidad derivada del operar
pulsional en su dialèctica direccional eròtica y thanàtica. Expresa las
17 Diferenciemos entre signo y sìmbolo. El primero se constituye en su relaciòn con lo representado, con lo
significado, y el sìmbolo se constituye por su relaciòn con otros sìmbolos en una cadena simbòlica.

57
variables de la represiòn primaria en funciòn de la caracterizaciòn de
los personajes, la complicidad entre el lenguaje hablado, el lenguaje
escuchado y el cuerpo mismo.

La contribuciòn psicoanalìtica en cuanto cauce simbòlico propicia el


trànsito de la lectura a la palabra, de la palabra a la escucha, de la
escucha a la interpretaciòn psico-metafòrica. El texto procura la
fuente de una cadena de significantes en donde es preciso
“desentrañar” la fantasìa fundamental respecto a la configuraciòn
contextual en torno a la representaciòn implìcita de la mujer, la madre,
el padre, el cazador, la reina, el incesto, entre muchos otros.

Con el acto de la lectura se establece el principio de una pedagogìa


psico-metafòrica a partir de la percepciòn de nuevos interrogantes, de
los rasgos enigmàticos, de la homologaciòn con los otros relatos y de
la capacidad de interiorizaciòn-superaciòn de los conflictos psìquicos.
En el espacio intermedio entre el acto de la lectura y la escucha el
relato comienza a “metaforizar”, a implementar asociaciones, a
instaurar la presencia activa del Otro, como agente externo y còmplice
en una cadena infinita de significaciones.

La transmisiòn de contenidos narrativos expresada en historias que


reflejan el impacto de un hecho tràgico como una desapariciòn, algo
accidental, una transformaciòn fìsica, la divisiòn familiar, la soledad o
el amor, la bùsqueda de la felicidad, delatan la incidencia de la funciòn
simbòlica de la palabra en la funciòn significante del texto. De este
modo la connotaciòn de lo real se sustenta ademàs por el caràcter
escrito de los relatos. La escritura alcanza a construirse en cuanto
realidad de palabras-significantes, la modificaciòn de la lectura en
escucha repercute dràsticamente en la producciòn de nuevas
coordenadas semànticas.

La dimensiòn inconciente del relato

Bajo esta perspectiva ya no se trata del anàlisis biogràfico de lo

58
inconciente del escritor -cuanto se planteaba que era necesario analizar
al autor segùn sus obras-, ni de las repercusiones del relato sobre la
dinàmica latente de quien escucha o lee. Una narraciòn que se
inscribe en el hecho lingüìstico por excelencia en su circunstancia
metaforizante dice màs de lo que quiere decir. 18 Es la diferenciaciòn
ya reconocida por el enunciado definido en funciòn de los còdigos
semànticos en los cuales fue escrito y es leìdo, necesarios para la
comprensiòn y la lectura dirigida a un amplio pùblico. Por otra parte,
es fundamental la enunciaciòn que se refiere a lo que el texto dice
fuera de estos còdigos, aquello que dice, que me dice, que nos dice en
el acto de leer con la mirada, sin darse cuenta que lo afirma de un
modo explìcito. El lector escucha el texto cuando la enunciaciòn
implica la pre-existencia de lo enunciado en los procesos del lenguaje,
como en las formulaciones històricas aproximarse a la realidad
significa esencialmente aproximarse a una construcciòn imaginaria
-psìquica- manifestada en la literalidad de nuestro discurso. 19

Para Freud, antes de 1921, el punto de vista inconciente, en la


historicidad del sujeto presenta dos componentes esenciales: -el
efecto traumàtico y una dinàmica del deseo. El sujeto es un agente
protagonizado por el efecto de alguna resonancia traumatizante que
escenifica tanto las condiciones de posibilidad como la constituciòn
del deseo. El segundo lugar tenemos el semblante deseo que en su
funcionalidad otorga nuevas significaciones al contexto ambivalente y
retroactivo de la historiografìa humana.

Lo anterior establece que las propiedades del yo estàn siempre


participando de un proceso de construcciòn y nunca se completa de
manera definitiva. A pesar de esto, la teorìa psicoanalìtica es
irreductible a una teorìa temporal del trauma sustituida
posteriormente, ni a su complicidad con la teorìa del sujeto, sino que
que ha de asumir ademàs la pulsionalidad ero-thanàtica -a partir de
1921-, y la influencia de la sociedad en los procesos inconcientes. La
interpretaciòn psicoanalìtica es factible sòlo allì donde se identifique
18 Segùn lo recuerda G. Gutierrez aludiendo a Ruitenbeek (1973), a Clancier (1976), y a Belleim-Nöel (1978)
19 Ibid. G. Duby (1988)

59
la marca que reconozca la producciòn de un efecto inconciente y una
carencia de sentido que exigirìa la intervenciòn de algunos elementos
psicoanalìticos.

El dilema especìfico del anàlisis de los relatos a partir de la


interpretaciòn simbòlica

¿Pero en què terminos podemos describir los criterios generales del


anàlisis de los relatos escritos entre el simbolismo y la interpretación
contextualizada? Abordamos acà una base argumentacional relativa a
la metodologìa y a los fundamentos epistèmicos que fortalecen nuestra
teorìa. Los relatos escritos se presentan ricos en sìmbolos que se
traducen en verdaderos emblemas enunciativos y metafòricos. Para la
teorìa psicoanalìtica de Freud los sìmbolos se configuran bajo las
siguientes caracterìsticas:

1. En la interpretación de los sueños los sìmbolos son observados


en cuanto “elementos mudos” en sì (Freud, 1916-17), que el
sujeto no està en grado de elaborar de un modo conciente debido
a razones que no tienen una conexiòn directa con las resistencias.
2. El criterio especìfico de la simbolizaciòn se basa en una
conectividad continuativa entre algo manifiesto y las
traducciones de esto. Hay que resaltar que se trata de
componentes constantes que se encuentran ademàs en la
mitologìa, la religiosidad, las creencias populares, entre otros.
Aunque no se crean nuevos sentidos las interpretaciones no
proceden de acuerdo a un esquema fijo sino altamente variable.
3. El sentido de dicha conectividad continuativa reside en su
condiciòn de homologaciòn, forma, funciòn, ritmo, mediciòn,
extensiòn, densidad, desenlace, coherencia o ruptura. Algunos
de estos sìmbolos ocultan una conectividad de referencia donde
una realidad se presenta como camuflada por otra que le sirve de
fachada externa. Entre los factores que determinan este nivel de
correspondencia hallamos la contigüidad, el constraste, la
asimilaciòn, el punto de fuga, la cercanìa al origen del schock o

60
situaciòn traumatizante (real o imaginaria), la identificaciòn con
lo contrario, la contra-identificaciòn, las condiciones del ideal del
yo, por ejemplo.
4. Las circunstancias del àrea expuesta a la simbolizaciòn de los
contenidos y los afectos son restringidas al caso singular de
interconexiòn con las fantasìas latentes que remiten a
consideraciones relativas a la idea del cuerpo, a la idea de los
padres, el nacimiento, la desnudez, la psicosexualidad, el temor a
la muerte, las fobias, lo reprimido flotante.
5. Se deducen asì, al menos dos vìas de interpretaciòn del sìmbolo
onìrico, una que se ubica en las asociaciones del sujeto y aquella
que trabaja segùn el nivel de interpretabilidad de aquellos
sìmbolos. Asì como el sentido genuino de la simbologìa no
pertenece a los procesos de la conciencia ha de investigarse las
operaciones psìquicas que participan en identificaciones,
resonancias, temores, conflictos, capacidad de respuesta,
reacciones hostiles -concientes o latentes-, cuyo caràcter
constitutivo repercute directamente en las proyecciones
simbolizantes. La interepretaciòn psicoanalìtica procede gracias
al estudio de las producciones inconcientes que participan en la
observaciòn de conflictos sustitutivos o desplazados por ideas de
mucha màs aceptaciòn moral.

En este desencuentro multifacètico entre asociaciones y simbolismo


ocupa un lugar insustituible la teorìa acerca del sìntoma en el sentido
que la interpretaciòn despierta cierto grado de sensibilizaciòn frente a
contenidos que indican un origen cuyo matiz enigmàtico ha sido
cubierto por signos que reemplazan la variabilidad de las palabras
(ausentes o presentes), de las desilusiones o del material represado por
las defensas.

Como hemos aclarado, el sìmbolo es configurado precisamente en


funciòn de las otras simbologìas -un andamiaje discursivo-, y no tanto
frente a su conexiòn con aquello simbolizado. Cuando se presenta un
exceso de significaciòn decimos algo diferente de lo que deseamos

61
decir, quizàs no alcanzamos a decir lo que queremos o llegamos a
expresar màs de lo que anhelamos decir.

El requisito bàsico para que una representaciòn se presente aislada con


respecto a lo representado y a otras representaciones reside en que el
sujeto pronuncie, sueñe o repita compulsivamente su dilema obsesivo-
compulsivo. No obstante el sujeto presente dificultades para facilitar
la conexiòn entre asociaciones, directas o indirectas, en torno a estos
hechos, recordemos que la estructura simbòlica del sentido es comùn a
todos los sujetos integrados a la ley simbòlica de cada cultura y grupo
organizado.

Significado y sentido alternativo

El abanico de probabilidades significativas no depende


esclusivamente de nuevas palabras o de una cadena alternativa de
sentido sino del poder intrìnseco relativo a la relaciòn con otras
palabras, otras cadenas de sentido, otros conjuntos con funciòn
complementaria que estabilizarìan lìneas de conexiòn entre las
nociones. En consecuencia, dicho proceso de significaciòn produce
resonancias inadecuadas, exige ser completo, es reducido o se
prolonga en exceso, indicando la exuberancia de sentido en el sujeto
-entre los sujetos que no ha de coincidir con el sujeto del relato-. 20

Para explicar la existencia del sujeto del texto hay que pensar en la
significaciòn en cuanto diagrama proyectivo de la instancia del deseo
que tiene como funciòn desenmascarar el caràcter tempestuoso del
material reprimido. Es decir, el exceso de simbolismo provoca que
los significantes permanezcan abiertos por siempre a la comunicaciòn
con los otros significantes, a esto se le ha denominado el agujero del
deseo que circunscribe la totalidad enunciativa.

El significado es revelado ademàs por la estructura de la metàfora en


cuanto proceso por el cual una representaciòn ocupa el lugar de otra

20 Aleman J. (1981). Serie psicoanalìtica I. Octubre Ed. S. Psicoanalìtica. Madrid.

62
representaciòn, o un significante sustituye otro significante, la
manzana en Blancanieves constituye una metàfora del seno materno,
las tres gotas de sangre caìdas en la nieve pueden remitir al corazòn, a
la pasiòn, al amor, a la desfloraciòn, al parto o a la menstruaciòn, sin
embargo, es indispensable contextualizar la representaciòn simbòlica
de la metàfora en una cadena extensiva de significaciòn elegida por lo
inconciente.

La conformaciòn de la metàfora no se reduce a la conexiòn entre el


sìmbolo y los referentes reales sino que su radio de acciòn es màs
amplio en el àmbito del campo inconciente del sujeto, del texto y la
historia de los hechos internos. Interesa en especial las asociaciones
del paciente en anàlisis que verbaliza evocaciones, recuerdos, afectos,
desde lo preconciente-inconciente, manifestando la evidencia de las
huellas -rastreables- sobre la superficie del discurso.

El psicoanalista no ha de convertise en un yo ideal para el sujeto en


anàlisis, ha de superar la pretensiòn de ubicarse en el lugar de “sujeto
del supuesto saber” puesto que esto contribuirìa al deterioro del valor
del sujeto mismo -real- y del sujeto del texto en cuetsiòn. Un ejemplo
de metaforizaciòn simbòlica que evocarìa resonancias necesariamente
contextualizadas lo observamos en La caperucita roja, traìda a
colaciòn por Bettelheim:

-Inicio de la pubertad femenina


-Mezcla ero-thanàtica de los deseos agresivos y sexuales en la
pubertad.
-La voracidad oral (hambre y alimentaciòn).
-Lo intrincado de un mundo nuevo y la necesidad de una guìa de
confianza para caminar por el bosque (en la sociedad).
-La interiorizaciòn del superyò (metàfora materna y paterna).

63
64
PROCESOS DE IMAGINACIÓN, SIMBOLIZACIÓN Y DE
REALIDAD (J. LACAN)

De particular importancia nos resulta la implementaciòn conceptual de


los tres registros de anàlisis postulados por J. Lacan. Los tres
conceptos subsisten merced a la existencia de la necesidad de su
interdependencia, cada uno requiere de los otros dos para explicar el
funcionamiento psìquico desde la pràctica analìtica.

Imaginar

El proceso de formulaciòn teòrica de lo imaginario tiene como fuente


el postulado de la fase del espejo donde se incluyen fantasìas
preconcientes e inconcientes con respecto a contenidos -tempranos- de
la percepciòn cuya importancia serà decisiva en la evoluciòn dinàmica
del yo. La imagen del Otro es presentada como una totalidad, el Otro
en cuanto la propia imagen reflejada en el “espejo”, es la primera
experiencia con los demàs seres humanos.

Se construye una representación incompleta del proprio yo, no


integral, sòlo en parte organizada mediante la imagen del Otro, se trata
de una soluciòn simbòlica llevada a cabo por el encuentro con la
funciòn materna. Es en esta fase donde comienza a prevalecer el
principio de la ambivalencia amor-odio indicando el reconocimeinto
de los lìmites del proprio yo y del cuerpo respecto al mundo externo.
El infante empieza a reconocerse mediante las palabras de la madre y
de quienes le rodean, la imagen de sì mismo se instaura como registro
que se origina en el yo, de este modo se establece una correlaciòn:

ɑ' (yo) ----- ɑ (otro)

Donde predomina la representaciòn de relaciòn basada en el modelo


narcisista del amor proprio (hambre, sed, frìo...). Son las primeras

65
aproximaciones a la construcciòn de la identidad, a la identificaciòn
del yo ideal. El registro de los procesos de imaginaciòn busca otorgar
una “envoltura” a lo que sòlo se instituye como “falta” de lo real en
tèrminos de afectaciòn por el significante. Lo real es aquello que
señala la ausencia debido a la influencia de lo simbòlico y la posterior
intervenciòn del sujeto del saber o analista.

Es de subrayar ademàs la importante determinaciòn de lo imaginario


en la formaciòn del deseo, las fantasìas y el significado. Su existencia
se basa en la bùsqueda de respuesta ante el sentimiento de ausencia,
de “vacìo” para sustituir al objeto perdido. Las operaciones de las
fantasìas se comprenden en cuanto producciòn subjetiva respecto al
objeto a partir de lo simbòlico y la imaginaciòn misma:

“En la intersecciòn de lo simbòlico y lo imaginario se constituye la


fantasìa. La fantasìa es nuestra manera de ser desde el deseo en
funciòn de nuestra cifra simbòlica. Es lo imaginario capturado en la
sintaxis (…).”21

Las construcciones imaginarias tienen “hambre” de significaciones, la


ausencia de estas involucrarìa un hecho insoportable demostrando que
la actividad de los significantes prosigue incluyendo la relaciòn con
los otros, excluyendo aquellos que recurren al mecanismo de la
represiòn.

Simbolizar

El pensamiento lacaniano otorga especial ènfasis a la dimensiòn


simbòlica en 1953, a partir de la conferencia Le Symbolique,
l'maginaire et le Réel.22 Se comienza en ese mismo año el anàlisis de
los escritos de de Lévi-Strauss, Antropologìa estructural, con Las
estructuras elementares de parentesco, y desde los cuales se obtiene
un lenguaje simbòlico instituido con base en la ley primordial de la
21 Georgìn, R. (1988) De Levi-Strauss a Lacan. Ed. N. Visiòn. B. A.
22 En 1953 escribe la presentaciòn para el congreso de Roma: Funciòn y campo de la palabra y del lenguaje en
Psicoanàlisis, que se publica en 1956 y se traduce al castellano en 1971.

66
prohibiciòn del incesto. El establecimiento de esta y otras
prohibiciones dieron como resultado la formaciòn de la cultura y la
construcciòn del concepto de la sociedad organizada.

El mundo simbòlico tiene como funciòn bàsica implementar un cierto


nivel de organizaciòn diferenciando el nivel humano de aquel de la
naturaleza, inscribe al ser humano en la realidad del lenguaje que le
permite ampliar su campo de comprensiòn y de acciòn. El infante
accede al mundo desde una dimensiòn simbòlica que le excede en sus
aptitudes prematuras, le antecede a su nacimiento, se trata del a priori
del significante que simplifica la distinciòn entre introducciòn del
sujeto en el orden de lo simbòlico, en el orden del lengua, y la
adquisiciòn del lenguaje por parte del mismo sujeto.

El infante esta inmerso en el mundo del lenguaje desde siempre, de


hecho la simbologìa envuelve la dinàmica psìquica de los seres
humanos como en una red integralizante que lo impulsarà al
reconocimiento de aquello que estructura el yo de cada sujeto. La
estructura simbòlica en la cual cada sujeto sustenta su capacidad de
lenguaje es de naturaleza inconciente -en el adjetivo y el sustantivo-,
en lo singular y en la vida cotidiana.

Lo inconciente estructurado como un lenguaje formaliza los


postulados màs intuitivos de la teorìa freudiana. Debido a la
funcionalidad de la simbolizaciòn algo queda irremediablemente por
fuera de lo simbòlico en cuanto resonancia inseparable de la
naturaleza del lenguaje. Los procesos de simbolizaciòn incluyen la
homologaciòn con el sentido de la organizaciòn psìquica, es acà donde
tienen lugar la percepciòn de los lìmites y el descubrimiento de algo
que se pierde como fundamento del sentido de la ausencia.

R. Roussillon, en su artìculo Las simbolizaciones primarias y


secundarias, procede con base en la teorìa freudiana de la carta 52, en
huellas mnèmicas, representaciones-de-cosa y representaciones-
palabra. En tanto que las huellas se presentan ya como

67
representaciones no habrìan de consideradarse simbòlicas mientras
que en su cadena de producciòn no puedan diferenciarse de las
percepciones. Hay que aclarar que su proceso de integraciòn en las
representaciones-cosa es denominado simbolizaciòn primaria y la
modalidad de trabajo es considerada en cuanto proceso primario.

En la capacidad representativa del objeto presente o ausente se van


construyendo dichas simbolizaciones, pero para poder ser completas
han de superar la valoraciòn de las identificaciones infantiles. Cuando
se realiza el trànsito hacia las representaciones-palabra o hacia
simbolizaciones secundarias se accede necesariamente al proceso
secundario de valorizaciòn identificativa. Es asì que la palabra, el
material no verbal, las expresiones fìsicas, gestos, posturas, se
presentan cargadas de afectos. Las experiencias subjetivas precoces
suelen ser integradas en las modalidades de simbolizaciòn cada vez
que no pudieron ser involucradas en el discurso de la producciòn
verbal y los relatos escritos, asociativos y transferenciales.

El proceso de lo real

En 1971 es publicado el Seminario XXII: R. S. I., Lo real, Simbòlico e


Imaginario que habìa sido dictado en el curso de 1974-75. La
preocupaciòn principal gira en torno al problema de lo real en la teorìa
lacaniana y en la clìnica psicoanalìtica, en especial frente a la relaciòn
con el estatuto del objeto y frente a la ambivalencia dramàtica del
goce. Ante este escenario es imprescindible diferenciar entre “lo real”
y la realidad.

Lo real huye a toda verbalizaciòn, a cada proyecto de organizaciòn, a


cada intenciòn de formalizaciòn, es decir, instituye una oposiciòn a la
realidad que al mismo tiempo coincide con la escenificaciòn de las
condiciones necesarias para que en la operatividad psìquica se lleve a
cabo lo imaginario y lo simbòlico. 23 En un sentido riguroso -desde
Freud-, lo real coincide con lo traumatizante, por ejemplo el trauma

23 Marini, M. (1989) Lacan: Itinerario de su obra. N. Visiòn. B. A.

68
del nacimiento, el trauma del seno perdido en cuanto objeto del que
cada uno se ve irremediablemente mutilado.24

La angustia por lo real es generada por la “falta de la falta”, aquella


presencia percibida como opresora de los ideales del yo, que remite en
lo latente, al sentimiento de pèrdida por el seno materno y el cuerpo de
la madre. El estatuto de lo real con respecto al objeto se ubica en el
crucevìa de los tres registros como un agente que desequilibra el
sentido donde el yo desconoce aquello que pierde por el acto de la
palabra, por los procesos de la significaciòn.

24 Georgìn, R. (1988) De Lévi-Strauss a Lacan. N. Visiòn. B. A.

69
70
FACTORES TEÓRICOS Y PEDAGOGÍA PSICOANALÍCA

Adentrarnos en un relato significa adquirir un tiquete de ida y de


regreso para reconocer las contradicciones dialècticas que allì se
delatan. Es posible percibir actitudes de audacia pero tambièn de
prudencia y tolerancia, diferentes oscilaciones entre el ritmo -temporal
del escrito-, y el afàn proprio por condensar un criterio ètico que
genere algunas ideas con orientaciones educativas. Cada texto
pronunciado entraña un camino de huellas que deslumbra por el
caràcter insospechado de su fantasìa en cuanto valor fundamental o de
posiciones encontradas que retoman mecanismos de conciliaciòn.

La voz del texto, la voz del sujeto del texto en cuestiòn, màs allà de
seducir la atenciòn del esquema racional restituye una porciòn de
ambigüedad explicitando un nivel de verdad altamente relativo. La
teorìa psicoanalìtica plantea una “arqueologìa” del contexto y del
significado anterior que han determinado de alguna manera la
secuencia de una problemàtica en el acto de la enunciaciòn, aquella
que ha representado la inspiraciòn genealògica de algunas
experiencias que delimitan el alcance del ideal del yo, del despliegue
de las fantasìas. El uso de la imaginaciòn, en cuanto recurso de los
procesos de la fantasìa, se encuentra en la base afectiva de muchos
contrastes semànticos, factores desencadenantes donde la conciencia
se divide -desde las especìficas circunstancias latentes-, y genera un
escenario binario entre situaciones de tensiòn y alternativas de gestiòn.
De modo que detràs del material verbal, escrito, o pronunciado se
oculta un drama imaginario, se realizan procesos de introyecciòn y
proyecciòn de contenidos psìquicos simbolizantes:

Drama → Texto → Procesos → Contenidos


imaginario o real o material de introyecciòn y psìquicos
verbal proyecciòn simbolizantes

El yo percibe el actuar de luchas y compromisos entre


71
representaciones positivas y aquellas negativas en relaciòn a su nivel
de adaptaciòn a un mundo real o a una dimensiòn totalmente distante
del equilibrio entre las diversas fuerzas en oposiciòn. No se trata de
aplicar unos mecanismos correctivos en referencia al drama señalado
sino de integrar aquellos elementos dispersos segùn el prosòsito del
argumento, a saber, la libido, lo thanàtico, la ignorancia, el conocer, la
bondad, la maldad, la honradez, la hipocrecìa, para que salgan a la luz
del dìa fusiones de fantasìas desestructurantes.

La capacidad perceptiva de los sujetos precipita en un horizonte


infinito de interpretaciones, entre lo subjetivo y lo objetivo, entre el
mundo interno que tiende a ser satisfecho mediante la persecuciòn de
ilusiones y el mundo externo que, paulatinamente, mediante
elaboraciones racionales impone al sujeto los derechos y los deberes
del principio de realidad. El principio del placer condiciona un eje de
conexiones tangibles que establecen cierto nivel de complicidad con
aquello que proviene de la transgresiòn del interdicto.

En la creaciòn de relatos literarios han tenido un lugar preponderante


las producciones de lo inconciente manifestadas con numerosas
tècnicas de disociaciòn, desplazamiento, sustituciòn de los deseos,
camuflamiento de los hechos verdaderos, confrontaciones bèlicas, la
eterna lucha entre Eros y Thànatos, el amor y el odio, que han de
sufrir un proceso simbolizado de contrastaciòn semàntica y sintàctica.
Cada relato enuncia algunas situaciones que desafìan la comprensiòn
realista de las conductas humanas en cuanto la gran mayorìa parece
establecer una distancia abismal respecto a los criterios colectivos de
asimilar los valores como la justicia, la reciprocidad, la lealtad, la
unidad familiar o la honestidad.

Al psicoanàlisis le interesan aquellos afectos que son re-vivenciados


por la lectura del relato, las imaginaciones (Einbildungen), los hechos
fantàsticos que le permitirìan al sujeto implantar un puente
transicional de correlaciòn entre la realidad psìquica de los personajes
y la realidad psiquica de quien lee o interpreta desde un lugar exterior.

72
Observamos que se habrìan de rastrear, en este proceso de anàlisis
intertextual tres tipologìas de contextualizaciòn :

-La realidad material.


-La realidad de las ideas de relaciòn o de lo psìquico.
-La realidad del deseo inconciente y de su expresiòn màs verdadera: la
fantasìa.

No olvidemos que las acciones suelen ocultar unos contenidos


dramàticos de orden latente que luchan por salir a la superficie a pesar
de los procesos defensivos, las resistencias y la represiòn -moral,
ètica, familiar, polìtica o institucional-, desde la cual interactùa el
subjeto. La esencia simbòlica del anàlisis de los relatos redimensiona
el caràcter estructural y conceptual de la aplicaciòn psicoanalíca entre
palabras y afectos, segùn una complicidad que habrà de generar
resonancias liberadoras. La metabolizaciòn del esquema
psicoanalìtico con sus matrices inconcientes de las diversas
contextualizaciones no postula su fundamento epistèmico en una
“subjetividad comùn” sino en una consonancia paralela entre lo
enigmàtico -inexpresable-, y la versatilidad de los juegos
lingüìsticos.25

25 En el presente texto preferimos trabajar el concepto de “fantasìa” a diferencia del tèrmino “fantasme” de las
traducciones franceses, en especial, desde Lacan para no eliminar su semàntica original y la amplitud semiòtica
-correlativa-.

73
74
DEL DELITO Y EL CASTIGO SIMBÓLICO

En una investigaciòn sobre la organizaciòn del imperio Maya en cada


fase històrica de su evoluciòn, Victor W. Von Hagen describe el
contexto antropològico y simbòlico a partir de las conductas
observadas por los miembros de una tribu especìfica. El alto nivel de
organizaciòn permitìa socializar el conocimiento de aquello que era
permitido con respecto a lo que era digno de castigo:

“El homicidio comportaba siempre la pena de muerte en cuanto este no es


accidental sino siempre voluntario a menos que los familiares del asesino
pagaran una indemnizaciòn a los parientes de la vìctima. Cada forma de
muerte era considerada una profanaciòn. La màs grande impuridad social
provenìa del derramamiento de sangre y los miembros mayas tenìan que expiar
aunque cuando se mataba algn animal. El asesinato de algùn animal era
considerado al mismo nivel de un homicidio porque cualquiera que anulase
una vida y versaba su sangre causaba una profanaciòn social, y entonces era
sujeto a la disciplina tribal.”26

La idea del sujeto inmerso en la cultura del lenguaje se extiende


ademàs a la antropologìa de los pueblos suramericanos donde el alto
avance en la escritura fue descubierto y valorado por la investigaciòn
contemporànea. Es asì que el mundo del lenguaje posibilita la
comunicaciòn entre los còdigos semànticos al interior de una
comunidad lingüìstica, de una colectividad o un grupo organizado.
Lacan mismo alude a dicha exterioridad determinante de lo simbòlico
en tèrminos de nociòn apropiada de lo inconciente (1980).

La definición simbòlica de la realidad interna de la narraciòn delata


cierto nivel de consideraciòn acerca de la ley del amo y el esclavo en
cuanto “pedagogìa” relativa de premios y castigos, se constituye en
cuanto condiciòn de posibilidad para querer abordar la elaboraciòn de
factores como lo paranoico, lo megalomanìaco y los estados alterados
de la angustia.
26 Von Hagen, V. W. (1960) Il mondo dei Maya. Ed. Newton. Compton. Club del libro Fratelli Melito. Roma.

75
Segùn Rosenfeld, es factible analizar en los procesos narrativos
escritos u orales el concepto de piel y su conexiòn con la identidad ya
que en cada conflicto expresa diversas formas de articulaciòn
retomando la funciòn de juego y resoluciònes alternativas. Algunos
sujetos con rasgos esquizofrènicos podràn experimentar la piel como
un saco que contiene los òrganos internos “desorganizados” de un
modo incoherente. De acuerdo con la visiòn y la representación que
cada personaje posea en la relaciòn con su proprio cuerpo, con su
propia piel, desde cada contexto especìfico, se producen una serie de
coordenadas de asimilaciòn frente a la misma experiencia vital.

Si alguien se configura a sì mismo como un yo acorazado podrà


situarse cerca de otro aùn siendo un enemigo. Si se siente
“dependiente” es posible que exija estar cerca de alguien de manera
constante. Si estàn en juego relaciones simbòlicas no predominarà
una gran distancia con los otros, o de modo contrario, se tratarìa de
una amenaza hacia la desintegraciòn.

Desde una lectura atenta de los signos hay que rastrear la ausencia de
significado -o los aspectos patògenos-, no en relaciòn con la idea del
cuerpo o en las lìneas hereditarias, en la predisposiciòn, sino en la
biografìa del sujeto en anàlisis. En lo concreto, se trata de percibir y
escuchar aquellas reacciones afectivas frente a recuerdos, olvidos,
formaciones represivas con base en el drama de la propia experiencia.
Una representaciòn paradigmàtica la podemos visualizar si
consideramos el deseo en aquellas narraciones donde el amor se
instaura como un valor rescatable, las posibles reacciones genuinas
por la vivencia del deseo tienen que ver con la ilusiòn, el rechazo, la
propia impulsividad, el horror, la desesperanza, la vergüenza, la
pasiòn, la felicidad, la venganza, la angustia, entre otros.

Como resultado la realidad interna de la narraciòn se confronta con la


realidad interna del sujeto de la lectura, del sujeto de la correlaciòn
afectiva entre lo escuchado y las experiencias del mundo exterior en

76
las diferentes fases de evoluciòn psìquica. Hay que tener en cuenta el
juego de las identificaciones manifiestas o latentes que motivan alyo
hacia la toma de decisiones en el campo de lo profesional, lo
intelectual, lo emotivo.

Una parte de la vida conciente permanece accesible a la formaciòn de


la fantasìa, pero otra parte permanecerà casi inaccesible, las
estructuras que trabajan en defender los intereses del superyò entran
en conflicto con aquellas ocupados en distorsionar la imagen de lo real
en argumentos que despiertan problemàticas tabù, que no son
elaboradas en el discurso comùn sino en las asociaciones libres de
reacciones subjetivas.

77
78
CRISIS DE LO IMAGINARIO EN EL MUNDO ACTUAL

La historia de la humanidad es rastreable a partir del proceso de lo


imaginario y de sus producciones. La colectividad humana establece,
para orientar su potencial imaginario, el concepto de
institucionalizaciòn general y la institucionalidad singular de los social
en lo subjetivo. Ya Aristòteles formulò una intuiciòn importante
afirmando que el alma requiere de la fantasìa para poder expresarse,
requiere de una representación imaginaria para la elaboraciòn de
raciocinios cognitivos integrales.

Esta concepciòn comenzò a modificarse ya en el siglo XVIII, en la


segunda mitad del siglo con referencia al mùltiple interès de estas
fases històricas para la creacciòn artìstica, desde el iluminismo inglès
y escocès hasta el de Alemania. Kant, en su contexto de la Crìtica a
la razòn pura, propone operar con la nociòn de “imaginaciòn
trascendental” hacia el conocimiento verdadero y no tanto empìrico.
Luego, Fichte retoma, con una metodologìa siempre filosòfica, la
nociòn de imaginaciòn hasta llegar a Heidegger que re-elaboro dichas
investigaciones postulando el lugar esencial de los procesos
imaginarios en la inter-relaciòn del sujeto con el mundo externo.

Sin embargo, es en el mundo contemporàneo donde se configura


realmente el imaginario social instituyente, o sea implementar un
fundamento explicativo acerca del origen de la sociedad. Mediante el
uso colectivo del lenguaje la facultad imaginaria produce
innovaciones dràsticas, renovaciones, creatividad, beligerancia,
estableciendo condiciones necesarias para los procesos de cambio
segùn el paradigma teòrico. Corresponde a modificaciones que no
pueden ser realizadas por mètodos biològicos, lògicos, exteriores a la
dinàmica psìquica de las subjetividades.27

27 C. Castoriadis ofreciò una conferencia en Abrantes (Portugal), en noviembre de 1996 invitado por la asociaciòn La
PREIA, titulada: Imaginario e Imaginaciòn en la encrucijada.

79
Aunque si la filosofìa no aceptara la hipòtesis de un imaginario social
instituyente hay que demostrar que los factores socio-històricos
responden directamente a las transformaciones creativas de los
procesos imaginarios màs alla de los procesos cientìficos o empiristas.
Tiene que ver con la creaciòn en torno a las modalidades del lenguaje,
la escritura, la lectura, la mùsica, la literatura, las narraciones
contextualizadas, la pintura, la escultura, que van paso a paso
modificando los rasgos estructurales de nuestra colectividad.

El contenido del imaginario social instituyente utiliza para sus


operaciones de sustituciòn las significaciones imaginarias -sociales-,
es de considerar que la misma concepciòn de las deidades, los hèroes
fundadores, los rituales, los tabùes, el Estado, el capital, el interès,
emtre otros, obedecen a una institucionalizaciòn animada por criterios
que corresponden a la consolidaciòn colectiva, que buscarìa dar
continuidad y reproducir modelos de conducta formalizados.

Ahora observemos en conjunto la funcionalidad de lo imaginario en el


sujeto especìfico. El flujo incesante de representaciones cargadas de
afecto -o no-, es determinado por la actividad conjunta entre lo
imaginario, lo simbòlico y lo real, cada uno de estos no puede existir
sin los demàs procesos evocativos, resonancias de la memoria,
temores, deseos, recuerdos y asociaciones mùltiples que participan
activamente de la exigencia por una explicaciòn màs o menos
racional, pero que en muchas ocasiones la argumentaciòn hipotètica se
extiende segùn una complejidad biogràfica conectada con otros
factores del caràcter.

La funcionalidad de la dimensiòn imaginaria se relaciona ìntimamente


con la peticiòn de reconocer un mètodo de orientaciòn de las energìas
-latentes-, inherentes a la producciòn de ciertas coordenadas
imaginarias en torno a lo thanàtico -deseos hostiles-, o a lo eròtico
-relaciòn real o ausente con el objeto de amor-, las tendencias
omnipotentes de poder, entre otras. La necesidad de socializar el
discurso de las significaciones interiores permite abrir un lugar

80
adecuado para la actitud heterònoma.28

El ser humano, sin embargo, es un producto social, la sociedad le ha


dado origen, se inscribe desde que nace en una serie de convenciones
observadas por la opiniòn pùblica. Por ejemplo, un conjunto de
sujetos crea las posibilidades especìficas para cuestionar el nivel de la
democracia en el proprio contexto de vida mediante la
implementaciòn de mecanismos compartidos de progreso-retroceso.
Es factible ademàs, interrogarse por los rasgos intrapsìquicos y
culturales que contribuyeron a la desapariciòn de civilizaciones
pasadas.

Algunas sociedades, luego de haber pasado un periodo de progreso y


creatividad en algùn campo del conocimiento caen en la decadencia
continuada respecto a nuevas producciones de valor y reconocimiento
colectivo, llegan a producirse manifestaciones de la imaginaciòn
radical -verdaderamente innovadoras. La desintegraciòn de las
motivaciones de identificaciòn pueden actuar de modo que se
deterioren las habilidades de las significaciones imaginarias sociales,
los intentos de explicaciòn lògica no logran satisfacer plenamente los
criterios de la evoluciòn històrica.

La producciòn imaginaria suele padecer deterioros en la circulaciòn de


las fuerzas energèticas conectadas con las significaciones
socializantes, dichas alternancias propician variaciones en el nivel de
vida sobre la organizaciòn econòmica y polìtica. Una constante
invariable en el hallazgo de los criterios innovadores que tienen que
ver con las diversas fases de constituciòn de una sociedad es la del
“cambio” progresivo y relativo a las instancias de participaciòn de sus
habitantes.

Los procesos imaginarios desempeñan un rol fundamental en la


investigaciòn cientìfica y filosòfica aunque si comùnmente estos son
28 La heteronomia en sociologìa y en la ètica es la condiciòn por la cual un sujeto reacciona recibiendo fuera de sì
mismo la norma y la razòn de sus propias acciones, atribuyèndole entonces la responsabilidad a otros fuera de sì
mismo. Tèrmino atribuido a E. Kant.

81
denominados en cuanto “productos del uso de la razòn”. La
experiencia obtenida en los siglos pasados produce una modificaciòn
activa en la visiòn del mundo (Weltanschauung), de la naturaleza, de
la razòn humana y de inter-relaciòn con los otros. Se trata de un
fortalecerse del yo en tèrminos de expansiòn de sus capacidades
comunicativas. Algunos ejemplos de estas innovaciones las
encontramos en la idea del “campo” en Faraday y Maxwell, los
esquemas sucesivos de Newton y Einstein, el teorema de Gödel,
Turing, Church, entre otros.

La potencia cretaiva de la facultad imaginaria en reciprocidad con lo


simbòlico y lo real repercute directamente en la organizaciòn de las
nuevas representaciones del mundo psìquico cuando este es verificado
mediante las exigencias de las transformaciones externas. Es asì que
la crisis de lo imaginario no pretende originar explicaciones lògicas ni
comprensiones universales sino dilucidar, visionar factores
innovadores en el la creaciòn artìstica, la filosofìa, la ciencia, la teorìa,
la organizaciòn social. No obstante, en el mundo contemporàneo se
observan retrocesos, agotamiento en las fuentes y en los mètodos de la
imaginaciòn creativa que requieren ser analizados.

Si llegase a prevalecer la ley del conformismo las fuentes de la


creatividad imaginaria estarìan condenadas a sufrir cierto nivel de
esterilidad en sus significaciones, es por este motivo que denunciamos
acà el fenòmeno susodicho de la heteronomia donde los sujetos
piensan y actùan como lo exigen las instituciones y el contexto social,
la encrucijada entre postulados superyoicos y la pulsionalidad
imaginaria han de contener elementos en el orden de la erotizaciòn del
pensar, del proceder con mayor libertad para desencadenar
posibilidades imprevisibles.29

29 Castoriades C. (2006) Figuras de lo impensable. Ed. F. C. E. Mèxico.

82
EL ANÁLISIS NARRATIVO Y EL PROCESO DE
INDIVIDUACIÓN EN C. G. JUNG

Mientras que la pràctica psicoanalíca propende por incrementar los


niveles de percepciòn de lo preconciente-conciente en el anàlisis
subjetivo de los contenidos asociados, la teorìa junguiana tiene el
propòsito de buscar acceder a los procesos de individuaciòn. El
anàlisis de las narraciones, los mitos y los sueños mediante las
categorìas simbòlicas representadas en la vida psìquica de los sujetos
constituye un camino insustituible hacia el proprio autoconocerse.

El contenido representacional constituye un “espejo” de nuestras


experiencias proyectadas sobre la “pantalla” de las escenas relatadas
en cada acontecer, en cada motivaciòn, en cada objetivo y en cada
desenlace simbolizante. El texto en cuestiòn produce la emisiòn de
significados que repercuten directamente en el estado de la vida
intrapsìquica, en su complejidad, en su ambivalencia y conflictividad.

Para la identificaciòn de valores arquetìpicos referentes a lo universal


y a lo particular hay que indagar sobre la funciòn de los recursos de la
intuiciòn, la interpretaciòn simbòlica y las asociaciones guiadas, y no
tanto el uso intelectual de las explicaciones lògicas o la pretenciòn de
los datos de voluntad en cuanto psicologìa aislada acerca de lo
conductual. Es reconocido que en algunos contextos acadèmicos
aquello que no se concibe bajo la òptica racional carecerìa de valor
epistèmico, pero la investigaciòn psicoanalìtica ha demostrado que el
“reino” de lo inconciente es mucho màs amplio y domina
parcialmente tanto los “territorios” del yo como los modos de relaciòn
con el mundo exterior.

El caràcter y la esencia del sìmbolo surgen desde el campo de lo


inconciente colectivo o desde el campo de lo inconciente
intrapsìquico. Suelen contener una semàntica de criterios antagònicos

83
entre sì, para reconocer la significaciòn de los componentes del sueño.
Por ejemplo, es necesario acceder a las condiciones de los afectos, la
biografìa y el estado actual de la dinàmica psìquica. Las narraciones
describen situaciones y problemàticas de los seres humanos en un
lenguaje popular -arquetìpico-, pero sin los detalles explicativos o
psicològicos. Se trata de la ubicaciòn en un lugar y en un tiempo
indefinido donde la connotaciòn de los escenarios externos remiten a
un espacio interno -de modo sincrònico-, que exige renovar la relaciòn
negativa con la representaciòn materna o con aquella del padre
maligno.

Sin embargo, las coordenadas del anàlisis de la restructuraciòn de la


relaciòn con con la figura de la madre-maligna o con el padre-maligo
corresponden a un trabajo que nunca termina por completo y que
dejan la posibilidad de nuevas re-elaboraciones en cada presentaciòn
de re-lectura. A diferencia de la simbologìa presente en las
producciones onìricas caracterizadas por su nivel de incompletud
-debido a la memoria percepctiva del soñante-, las narraciones
representan, contrariamente, una connotaciòn universal completa a
partir del contexto de creaciòn històrica y literaria.

Mientras que la psicologìa analìtica de Jung patrocina el proyecto de


orientaciòn conciente hacia la individuaciòn en tèrminos de una
“totalidad” interior -ùnica-, el proyecto de involucrar los cuentos
populares al interior de la configuraciòn de un “espejo” de las
experiencias humanas indica sòlo una fase transitiva para su
comprensiòn. La prospectiva junguiana en su fundamentaciòn
hermenèutica especifica su trabajo analìtico en cuanto descripciòn de
las problemàticas y de los peligros “generales” por los agentes de la
naturaleza, personajes de las narraciones o los hèroes como
protagonistas arquetìpicos.30

Hay que agregar que en este anàlisis ocupa un lugar privilegiado la


funciòn del caràcter del sujeto en vista de una supuesta educaciòn

30 Ml. von Franz (1986) Psychologische Märchen Interpretation. Verlag. Berlìn.

84
materna, paterna o psicosocial. La primera lectura por parte del infante
es directa y no tan simbòlica, la segunda modalidad de lectura busca el
acceso racional-representacional a su mundo inconciente.31

De este modo, cobran significaciòn las palabras de S. Birckhäuser-Oeri;


“...los cuentos populares son autorepresentaciones del alma humana.” o
del yo que interioriza aquellos sìmbolos encargados de co-relacionar
acciones, objetos, personajes, lugares, con criterios de valor semàntico
vivenciados bajo expectativas de resoluciòn afectiva en un futuro
inmediato o posterior. Expresado en otra modalidad, el cuento popular
implica el fundamento arquetìpico del yo individual.32

Los relatos escritos y leìdos aspiran a representar conflictos de enfoque


“universal” de acuerdo a la serie significativa que engendra, y no tanto, a
representar dificultades humanas con caràcter aislado. En esta direcciòn,
debido a su poder de resonancia, se asimilan a las producciones onìricas
en cuanto ambas realidades instituyen un “puente” hacia la dimensiòn
inconciente. Los personajes de la bruja o la madrastra representan la
imagen de la propia madre en ocasiones percibidas como positiva o
maligna -ambivalente-, sin embargo, desde un segundo nivel, el personaje
de la madre maligna corresponde a una parte de nuestro proprio yo, es una
responsabilidad terapèutica tener que enfrentarse con este aspecto
interiorizado de negatividad. Esto se puede visualizar del siguiente modo:

Cuento popular

Lectura activa

Resonancias de la bruja o la madrastra (acciones y personajes)

Primer nivel: representación semàntica de la propia madre
positiva o negativa.

Segundo nivel: Representaciòn significativa de la madre
maligna como parte interiorizada, constitutiva del yo.

Fuerzas ambivalentes entre lo thanàtico y Eros

31 Como lo resalta G. Wasserziehr en Los cuentos de hadas para adultos. Ed. Ensayo. Endymion. 1997.
32 Birckhäuser-Oeri S. (1985) Die Mutter im Märchen. Verlag. München

85
Las acciones màgicas o fuera de lo comùn reflejan en general las
fuerzas inconcientes, la metodologìa simbòlica permite descifrar el
contenido intuitivo que habìa permanecido latente hasta ese momento.
Muchos de los mitos antiguos denuncian el predominio del conflicto
intrapsìquico (arquetìpico), pero retoman las historias segùn el modo
de relacionarse entre los personajes, entre la justicia y la injusticia, la
bondad y la maldad, la tendencias vitales y las fuerzas thanàticas, el
pasado y el futuro, la angustia y la “felicidad”, el conocimiento y la
ignorancia, la mentira y la verdad...

Algunos mitos, por ejempo, advierten y previenen sobre la fuerte


influencia de hybris representante de la arrogancia. Hay que ser
prevenido y poner atenciòn, abandonar la petulancia cuando la
relaciòn con el otro ha de percibirse en el marco de lo arquetìpico, lo
simbòlico, lo significante. B. Bettelheim formula la hipòtesis
pedagògica de las narraciones para explicar la naturaleza de las
privaciones injustas e inesperadas con la comprensiòn extendida de la
existencia que procede, a pesar de las contradicciones emotivas, reales
entre lo interno y lo externo.

Se observan luchas intestinas con rasgos èticos allì donde los


personajes son obligados a tomar decisiones trascendentales.
Encontramos ademàs la necesidad de contrastar el temor al abandono,
de percibir e interpretar la urgencia de amor y el temor a ser
rechazado. Las contribuciones psìquicas de los cuentos populares
proporcionan una ayuda importante al crecimiento de la comprensiòn
interna del infante, problemàticas como la oralidad, la orfandad, la
desintegraciòn vincular, la guerra, el engaño o el conflicto edìpico son
tratadas ya desde la infancia para configurar un conjunto de respuestas
adecuadas a la exigencia de un futuro màs justo y digno para las
subjetividades implicadas.

La psicologìa junguiana privilegia la representaciòn de signos


arquetìpicos a partir de la descripciòn de situaciones, conflictos y

86
contenidos pertenecientes a lo inconciente colectivo que se
manifiestan en el conjunto de la humanidad y se van haciendo
concientes cuando surgen en especìficas fases històricas y segùn
determinadas modalidades de la cultura: arte, mitologìa, literatura o la
historia de las religiones. La comprensiòn intuitiva comprueba esta
significaciòn “universal” de algunos “hechos psìquicos” segùn la
influencia de problemàticas tìpicas -escenificadas-, de acuerdo a un
drama literario entre la vertiginosidad de las acciones y la complicidad
de los personajes mismos.

Los cuentos populares coinciden con el estatuto de modelos indirectos


que genera realidades pedagògicas donde se aprende a con-vivir
encontrando propuestas de soluciòn a problemas -relacionales-, e
incrementando el nivel personal de auto-anàlisis. Lo fundamental de
este trabajo va màs allà de la argumentaciòn intelectual y se ubica en
la intuiciòn simbòlica de las vivencias interpersonales, para renovar
paulatinamente lo inconciente hacia lo preconciente.33

Los significados subjetivos habrìan de llevar a significados


universales con base en dos planos de interpretabilidad:

1. Interpretaciòn primaria: Directa, textual, infantil, individual, a


partir de la primera mitad de la vida, se producen enseñanzas en
busqueda del mundo interno.
2. Interpretaciòn secundaria: Indirecta, simbòlica, intuitiva,
arquetìpica, universalizante en el adulto, a partir de la segunda
mitad de la vida, en bùsqueda del equilibrio con el mundo
exterior.

La intuiciòn de lo simbòlico interpreta los signos desde el mundo


interno, aquello que en primera instancia es atribuido a la magia o al
encanto es remitido a capacidades humanas que surgen en especìficas
situaciones como respuesta a dificultades factibles y requieren de un
esfuerzo para superarlas, acciones consideradas malignas se
33 La inmensa mayorìa de los cuentos populares fueron escritos para adultos y eran bastante crueles como los
Flabliaux en Francia y los Schwänke en Alemania durante la ùltima parte de la edad media.

87
convierten en condiciòn de posibilidad para gestionar acciones
positivas o de conciliaciòn.

Inicialmente, existe la tendencia defensiva a ubicar la presencia de un


conflicto evidenciado por la lectura activa del relato en un lugar
externo a nosotros mismos, sin embargo, en una segunda fase de
elaboraciòn, aquellas escenas dramàticas estàn ubicadas al interno de
nuestra dinàmica psìquica tomando posiciòn, alternando ideas y
produciendo aternativas didàcticas. Las narraciones incluyen valores
afectivos como el amor, la pasiòn, la felicidad -relativa-, el encuentro
con el ser amado, donde es posible remitirse la investigaciòn sobre la
bisexualidad psìquica, es el caso de la uniòn entre el prìncipe y la
princesa que expone dràsticamente la comunicaciòn entre elementos
alternos de orden femenino y elementos de orden masculino. El dolor
frente a la separaciòn de la madre (positiva), o de la madre naturaleza
constituye ademàs un escalòn en el camino hacia el proceso psìquico
de la misma individuaciòn.

El drama de los relatos asì como las producciones onìricas desempeña


la funciòn de elaborar contenidos de compensaciòn respecto al mundo
racional dominante que procede en contra de la actividad intuitiva,
simbolizante, la superaciòn de la naturaleza inconciente de la
representaciòn metafòrica de una madre-cruel tiene que ver con la
utilizaciòn de este mecanismo mediador entre el principio del placer y
el principio del displacer.

88
ECOLOGÍA DE LA INTEGRACIÓN ENTRE
LO FEMENINO Y LO MASCULINO

Los indicios proporcionados por la intriga afectiva conducen al


abandono de un enfoque uni-direccional en la ecologìa del pensar y
del sentir, por el contrario estamos convocados a la multiplicidad de
significados, a la plasticidad psìquica y a la manifestaciòn libre de
evocaciones irresueltas. Segùn G. Wasserziehr, es posible por ejemplo
realizar una exploraciòn en torno al conflicto implìcito y explìcito
entre lo femenino y lo masculino, su realidad y sus ideales, en las
diferentes mitologìas antiguas, en el “tejido” de los relatos populares
-històricos-, 34“...donde se afirmò vencedor el patriarcado. Ya la
mitologìa clàsica era patriarcal y sòlo quedaba alguna gran diosa
como Deméter o Cibeles.”

La visiòn mitològica de la funciòn de lo femenino fue marginada a


partir de la persecuciòn real de las “mal denominadas” brujas (en
cuanto una ciencia de las mujeres), por parte de la imposiciòn
religiosa del celibato al clero, en la concepciòn de la mujer como
materia y pecado. No obstante, tambièn existieron mùltiples
demostraciones encaminadas a resaltar el valor de la funciòn femenina
en las mitologìas y en los relatos con base en el sentido de la
constructividad, capacidad de curaciòn, en el lugar de la pitonisa
oracular -apolìnea-, aquella que conduce y teje el destino de los seres
humanos.

En la funciòn masculina los contenidos mitològicos, literarios o


religiosos involucran factores en el orden de lo reprimido segùn su
esfera femenina latente, su estado psìquico e histórico lo ubica en una
prisiòn respecto a su naturaleza arcaica (semi-animal), en especial
respecto a su concepciòn de la realidad psicosexual, del mundo
afectivo y al gènero complementario. En algunas ocasiones es preciso
34 Wasserziehr G. (1993) La muerte de lo femenino en la mitologìa griega. En Asparkia n. 2. Universidad Jaume I.
Castellòn.

89
que el protagonista, en primer lugar, logre asumir sus propios
elementos femeninos dentro de su dinàmica psìquica, para luego, en
una segunda fase, poder llegar a ser amado por una mujer. Al asumir
el conjunto de las connotaciones simbòlicas de acuerdo al contexto de
su existencia relacional -vinculante-, el hombre sòlo puede tener
acceso al sentido de la creatividad, a la evoluciòn interior, si sus
capacidades le permiten integrar aquellas coordenadas femenino-
maternales en sus fundamentos psìquicos.

Por su parte lo femenino ha de relacionarse con sus coordenadas


masculinas positivas para lograr integrar los afectos conectados con la
separaciòn de la madre en la lucha por adquirir la propia
individualidad.35 En el psicoanàlisis de los cuentos populares es
factible rastrear las siguientes lìneas de trabajo:

1. La influencia y el poder de la madre. El propòsito es el de llegar


a integrar la separaciòn de la madre en algunos casos
representada como madrastra o bruja.
2. El rescato del factor heròico masculino con la ayuda de lo
femenino, el hombre ha de integrar sus factores femeninos para
autorealizarse y completar su existencia (el principe es salvado
por la princesa).
3. El rescate del factor heròico femenino con la ayuda de lo
masculino hacia la autorealizaciòn. Una parte complementa la
otra en cuanto ambas constituyen una entidad.

En este proceso de autorealizaciòn se suelen contrastar a menudo


“heridas narcisistas” de relativa magnitud donde se observan arcaicas
identificaciones infantiles con el triàngulo edìpico o con sus
caracterìsticas crìticas, las ilusiones no realizadas, el amor no
correspondido, la ruptura repentina de una situaciòn estable, la pèrdida
tràgica de las figuras de referencia, entre otros.

35 Ya desde las cartas de Freud a Fliess la premisa de la bisexualidad psìquica se ha constituìdo en una teorìa
psicoanalìtica de la dinàmica mental. Tambièn D. Winnicott se se refiere a la predisposiciòn de hombres y mujeres
hacia la bisexualidad en Playing and Reality (1986). Sin embargo, la consolidaciòn històrica de esta nociòn ya
existìa en el campo de la filosofìa y la psiquiatrìa desde 1890.

90
Factores femeninos Integraciòn Completud
+ → de la bisexualidad → Autorealizaciòn
Factores masculinos psìquica del yo

La investigaciòn psicoanalìtica ha introducido el concepto de


bisexualidad psìquica donde cada ser humano tiene
constitucionalmente disposiciones afectivas femeninas y masculinas
que se expresan en aquellas problemàticas que enfrenta el sujeto para
asumir las condiciones de la propia identidad. Para dilucidar la
amplitud del estudio acerca de lo femenino y lo masculino hay que
visualizar la informaciòn de la anatomìa, de lo hormonal, de la
embriologìa, desde donde se ha lanzado la premisa de que en un
principio pudo haber existido un organismo de caràcter bisexual y que
durante el discurso de la evoluciòn se orienta hacia uno de los dos
gèneros dejando al otro abandonado parcialmente. En cuanto un
hecho humano universal, esta ley simbòlica repercute
fundamentalmente sobre la complejidad del determinismo
inconciente.

Lo femenino y lo masculino se confrontan entre sì gracias a la teorìa


de la represiòn discerniendo los conflictos inherentes a la necesidad de
resolver el conjundo de dudas sobre nuestra posiciòn y proyecciòn
social, vincular e institucional. De manera que una actitud dominante
habrìa de haber prevalecido inconcientemente -en la funciòn
represora-, para tratar de vencer las representaciones psìquicas del
otro gènero no asumido, la complejidad del trabajo teòrico respecto a
lo femenino y a lo masculino prevee las siguientes observaciones:

1. Se trata de dos consideraciones que poseen diferentes


implicaciones semànticas de acuerdo a las coordenadas
biològicas, psìquicas, sociològicas, antropològicas del anàlisis en
cada caso. En algunas situaciones estos significados se presentan
mezcladas y no permiten establecer identificaciones que
correspondan separadamente a cada una de estas derivaciones.
2. Segùn Freud, el mecanismo psìquico de la represiòn es

91
irreductible a una manifestaciòn de la sexualidad, no es posible
fundar el origen de los gèneros desde una fundamentaciòn
biològica. Dicha comprensiòn nos llevarìa a especificar a priori
las variables de los procesos defensivos que operando contra las
fuerzas represoras de la identidad del gènero manifiesto instauran
como reprimida la identidad del otro gènero. En todos los
sujetos existen factores femeninos y masculinos pero ambos
grupos de representaciones pudieron retornar a lo inconciente
debido a la intensidad de las fuerzas represoras.
3. Determinar la sincronìa de la teorìa acerca de lo femenino y lo
masculino con la exposiciòn sobre la bisexualidad psìquica
implica remover antiguas ideas acerca de la prevalencia
simbòlica de lo fàlico sobre ambos gèneros en cuanto estas
disquisiciones se prestan a reduccionismos -en ocasiones
milenarios-, de orden social, cultural, histórico o institucional,
que requieren de una contextualizaciòn, de una visiòn macro de
la temàtica

Para descifrar, suscintamente, el tèrmino de lo inconciente colectivo


hay que abordarlo como una nociòn que va màs allà de las distancias
raciales, de las formaciones anatòmicas cerebrales, es por esta razòn
que su terreno de anàlisis incluye las problemàticas conectadas con la
identidad, la mitologìa y la simbologìa contextualizada. Estos
contenidos repercuten màs directamente en la actividad inconciente
que en aquella preconciente, mediante la simbologìa reconocemos las
expresiones de un lenguaje inconciente, se trata de una red de
conexiones entre lo uno y lo otro.

La misiòn establecida con la percepciòn del sìmbolo es aquella es


aquella de fortalecer la posibilidad de un equilibrio entre las
posiciones contrastantes reconocidas por el mundo preconciente. La
energìa psìquica cumple la tarea de transportar las series de imàgenes
para revitalizar nuevos contenidos, concatenaciones semànticas, para
poder asì elaborar la retrospectiva de condiciones adecuadas
destinadas a balancear puntos de fuerza en esencia conflictivos. C. G.

92
Jung denominò ànima a los factores femeninos internos en el hombre,
y ànimus a los factores masculinos al interno de la mujer para explicar
que ambos componentes implican una comuniòn y no tanto esferas de
elementos antagonistas. Los arquetipos referentes a las cualidades que
contemplan cada atributo dependen de la evoluciòn cultural de cada
pueblo o civilizaciòn.

El ànima y el ànimus se caracterizan porque no se presentan al alcance


de la percepciòn y la voluntad concientes sino que otorgan cierto
ènfasis de continuidad a su autonomìa. El propòsito del anàlisis
terapèutico y/o literario ha de contener estos aspectos que
fundamentan la idea de integraciòn entre:

-La dinàmica intrapsìquica.


-La esfera familiar.
-La esfera social.
-El factor històrico-cultural.

La equivalencia de intermediaciòn se diagrama asì:

Lo masculino→ànimus
→ modelos → inconciente → Lo simbòlico → autonomìa e
Lo femenino →ànima arquetìpicos colectivo identificaciòn

El anàlisis de la simbolizaciòn permite a cada sujeto reconocer la


intensidad de energìa ligada a un conflicto especìfico que ejerce una
influencia thanàtica sobre las actitudes del yo, puede acceder a una
reducciòn de las tensiones minimizando los afectos sintomàticos en
las formaciones reactivas de la inter-relacionalidad. El conjunto de las
imàgenes cargadas de energìa (contenido semàntico) son propensas a
ser escenificadas en la experiencia empìrica de las asociaciones, la
lectura activa, las resonancias, recuerdos y producciones onìricas. El
poder contraproducente ocasiona efectos inesperados como
manifestaciòn de varias personalidades, elementos thanàticos
-inconcientes- que toman el dominio del yo desplazando y
produciendo comentarios, acciones inadecuadas, hasta

93
manifestaciones agresivas contra los otros o contra el mismo sujeto. 36

En la teorìa psicoanalítica referente al estudio de lo femenino y segùn


cada autor o tendencia conceptual, las orientaciones del trabajo se
extienden ademàs a los siguientes temas:

1. La destinaciòn del lugar paradigmàtico que lo femenino-


masculino incorpora en la dialèctica freudiana y la distinciòn
entre pusionalidad-psicosexual, y pulsionalidad-
autoconservativa, ademàs hay que considerar el yo, la relaciòn
con el objeto, la distribuciòn de las investiduras, el masoquismo
moral, la melanconìa, la renuncia al ello, el narcisismo y la
compulsiòn a la repeticiòn.
2. Las implicaciones teòrico-clìnicas en la deconstrucciòn de lo
femenino elaboràndolo desde la òptica lògica, el poder, el
discurso, màs allà de la conceptualizaciòn binaria.
3. Un aporte significativo fue realizado por L. Glocer F. que
consiste en poder diferenciar los diferentes sentidos epistèmicos
de las categorìas: lo femenino, la femineidad, la psicosexualidad
femenina, la maternidad, la funciòn materna, el deseo de un hijo,
las mujeres, y las inter-relaciones entre estas, a partir de
“diferenciaciones” simbòlicas en cuanto acciones que conducen
a la estructuraciòn.
4. Con J. Laplanche se analiza el mensaje de la asignaciòn de
gènero, la percepciòn de la diferencia sexual y el rechazo-
instalaciòn de lo sexual inconciente, ademàs de las conexiones
con lo antropològico, lo sociològico, lo històrico. Segùn F.
Héritier, se trata de un juego de fuerzas asimètricas en lucha
donde un factor repetitivo es el control del cuerpo femenino y de
su capacidad reproductiva.37
5. El tema de la factibilidad inconciente de un masoquismo
femenino representado como fantasìa masculina desde la lògica
del conflicto edìpico.
36 Henao L. (2012) Metacogniciòn. Fondo Editorial Ripositorio IUE. 11
37 Segùn K. Horney, en la problemàtica de lo femenino desde el psicoanàlisis se requiere elaborar un paralelo entre las
teorìas sexuales infantiles y la visiòn psicoanalìtica general de la evoluciòn de lo femenino.

94
6. Aproximaciòn teòrica al àmbito de los tabùes sociales como el
origen de los infantes, el origen de la vida, las formaciones de la
identidad, la estructura deseante, la subjetividad y sus
representaciones de valor semàntico, la bisexualidad innata, la
postmodernidad, el cambio social, el fenòmeno del “poliamor”,
la medicina del deseo ser y no tanto del ser en sì mismo.
7. La clìnica de la transferencia, el anàlisis de la repeticiòn para las
acciones interpretativas aclarando que el psicoanàlisis està lejos
de producir una normativa. El reconocimiento de los lìmites
acerca de lo que el sujeto desea, la distinciòn entre la posiciòn
sexual inconciente y el caràcter de las actitudes en la elecciòn de
objeto.
8. La hipercomplejidad de los nuevos escenarios entre el campo del
deseo y las identidades de gènero (identificaciones), ya no
dualistas.

95
96
ARQUITECTURA DE LA SOMBRA Y
CONSTRUCCIÓN DE LA INDIVIDUALIDAD

Para la construcciòn del proceso de individualidad el sujeto ha de


contenderse con su sombra, el lado “oscuro” de la personalidad,
aquellas caracterìsticas y formaciones que el yo-preconciente no
advierte dentro de su àmbito psìquico. Cuando se despierta nuestro
potencial reactivo ocurre un mecanismo que desata la proyecciòn de
nuestra propia sombra, aquella faz que rechazamos de manera latente.

Aquellos afectos no reconocidos por el yo han de ser integrados por la


actividad de la conciencia con el objetivo de que el yo recupere su
nivel màs alto de autenticidad. Se trata de aquellos contenidos que
han permanecido ocultos y que sòlo se manifiestan de manera
sintomàtica. Existe una informaciòn no visible, en parte heredada, que
requiere ser reflejada en la funcionalidad del espejo, para tornarse
explìcita en lo manifiesto y elaborar sus contenidos respecto a lo que
proyectamos en una prospectiva màs saludable.

El propòsito es re-equilibrar los tèrminos del material semàntico de la


sombra, orientar, gestionar y reconocer los rasgos que busca imponer
en el campo de la conducta, las decisiones, los diàlogos, los afectos y
la conflictividad. La sombra de lo reprimido està siempre presente en
la etilogìa de los temores, los tabùes, las fobias y lo psicosomàtico. El
psicoanàlisis de estas realidades basadas en lo singular de las
biografìas percibe la posiciòn y los alcances de las contradicciones, de
los afectos, en el proceso de integraciòn del material latente. Su
configuraciòn escènica la encontramos en la idea de emprender un
viaje por parte del protagonista hacia la ejecuciòn de varias exigencias
vitales, hacia la conciencia de sì mismo.

La energìa psìquica reprimida se proyecta en el mundo exterior


permaneciendo por un tiempo considerable en el campo de lo latente.

97
Estos contenidos luchan por salir a la superficie revelando que
convivimos con una historia -personale- desconocida actuando detràs
de nuestra vida ya reconocida. Esto tiene como consecuencia la
compulsiòn a la repeticiòn de situaciones, problemas y patrones de
actitud que determinan el nivel ambivalente del superyò frente a los
ideales narcisistas del yo frente a los otros. El conocimiento de las
propiedades de la propia sombra impone como desafìo del sujeto la
necesidad de triunfar sobre un mundo interno pleno de confusiòn y
angustias, encadenadas unas con otras, no olvidemos que en la
realidad psìquica ni las ideas ni las emociones se presentan aisladas
sino que estàn siempre en relaciòn e interdependencia con otras, en
aquellas del pasado y aquellas del futuro.

La misiòn del yo es la de interponer un status de responsabilidad sobre


las producciones de lo “inconciente familiar” que ha determinado una
gran parte de la infancia en la constituciòn inaugural de la estructura
de la personalidad. Pues al fin y al cabo se buscarìa, en especial,
reconocer la sombra de lo inconciente mediante la identificaciòn de
antiguas resonancias vinculares.38 R. Frost formula que el conjunto del
material reprimido debilita las posibilidades del yo hasta el momento
en que nos hacemos concientes de que este contenido ha constituido
una parte integrante de nuestra dinàmica psìquica. De hecho, otra
teorìa de la sombra resalta la conducta de la edificaciòn simultànea
entre el yo y la sombra, lo uno se nutre inexorablemente del caràcter
del otro.

Sombra colectiva

La escena colectiva de la sombra produce unas operaciones de


“enajenaciòn”, huye de la conciencia porque la considera algo
amenazante para su fuerza represora, sòlo es factible reconocer
algunos de sus rasgos mediante un mètodo indirecto y las acciones
evidentes de los otros. El mecanismo de la represiòn entre un sujeto
emisor y otro sujeto receptor especifica el proceso personal mediante

38 Johnson R. A. (1998) Aceptar la sombra de tu inconciente. Ed. Obelisco. B. A

98
el cual el yo realiza un esfuerzo por “desterrar” fuera de sì mismo
determinadas actitudes observadas en los otros. En palabras de M. L.
Franz, es como disparar una “flecha màgica” y si el receptor tiene un
punto dèbil para recibir la proyecciòn, la flecha caerìa justamente en el
blanco.

Sin embargo, la investigaciòn acerca de la sombra engendra


importantes potencialidades, cualidades que todavìa no han
evolucionado ni se han manifestado. Para acceder al umbral de estas
facultades escondidas hay que re-plantear la funciòn de la negaciòn y
la depresiòn como un mecanismo de diàlogo paralizante con nuestro
lado oscuro. Desde el punto de vista de la sombra colectiva
encontramos aquellos fenòmenos sociales que circunscriben la
informaciòn cotidiana de la prensa tales como la corrupciòn, el
fanatismo, las violencias institucionalizadas, entre otras.

Un grupo colectivo o una sociedad organizada proyecta en otros


grupos o sociedades factores oscuros pertenecientes a la “sombra
negativa”, entre algunas de estas manifestaciones encontramos el
racismo, el anticomunismo, el anti-judaìsmo, el apartheid, el Ku Klux
Klan o la satanizaciòn de otros paìses. En cada una de estas
proyecciones persiste un poder contagioso que irradia afectos
contrastantes en torno a estrategias y tàcticas de acciòn-reacciòn.

Lo inconciente familiar

Consiste en la teorizaciòn de la sombra en cuanto engloba un conjunto


indeterminado de afectos y actitudes que la vigilancia preconciente
del parentesco familiar considera muy amenazantes para la propia
integraciòn y capacidad de adaptaciòn, es por esta razòn que clasifica,
decide, aplica criterios referentes a la cotidianidad con respecto a los
progenitores. Es de agregar que el lado oscuro de la sombra en lo
inconciente familiar no refleja el fruto de la evoluciòn en la
civilizaciòn y la educaciòn sino que se fundamenta en las raìces de la
“sombra biològica” que se transmite a un nivel inter-celular.

99
Algunos estudiosos de la antropologìa y la sociobiologìa postulan la
hipòtesis que la crueldad humana constituye el producto de la acciòn
de refrenar la pulsionalidad agresional, de haber escogido la cultura en
el lugar de la naturaleza primaria y de haber perdido contacto con
nuestro estado selvàtico.39 Segùn la compilaciòn llevada a cabo por J.
Abrams y C. Zweig, en Metting the Shadow (1991), algunas lìneas
directrices que señalan la urgencia de re-elaborar el trabajo creativo
con la sombra nos permitirìan:

1. Aumentar los niveles de conciencia propia hacia una


autoaceptaciòn màs integral.
2. Encauzar adecuadamente los afectos negativos que acompañan
nuestras experiencias.
3. Elaborar el sentido de la culpa y la verguenza conectado a
emociones y actitudes negativas.
4. Reconocer nuestras proyecciones que contaminan en parte la
comunicaciòn y la inter-acciòn con los otros.
5. Re-plantear nuestras relaciones con los otros mediante la
observaciòn franca de nuestros lìmites e incrementar la acciòn
semàntica directa.
6. Acrecentar la productividad en tèrminos de imaginaciòn creativa
-sueños, pintura, mùsica, escritura...-, para ocupar la energìa del
yo alienado.

39 M. Konner, en The Tangled Wing, relata la anècdota de un hombre que visitò el zoològico y cuando se acercò a un
cartel que decìa El animal màs peligroso del mundo descubriò con sorpresa que se encontraba delante de un espejo.

100
LA TEORÍA DE LA RELATIVIDAD EN LA
SIMBOLOGÍA PSICO-LITERARIA

Las premisas de los postulados teòricos referentes a la dilucidaciòn


semàntica en la investigaciòn psicoanalíca de las narraciones o
cuentos populares requieren diferenciar las condiciones especìficas del
contexto originario de producciòn respecto al destino de significaciòn
subjetivo del lector integrado a un sistema emotivo, vincular,
colectivo, que plantea la particularidad de una experiencia biogràfica
-ùnica-, sin incluir necesariamante factores sintomàticos en el
tratamiento del anàlisis. Es abordar el lenguaje de un lenguaje
aproximativo a la lògica de lo inconciente manifestado mediante el
poder de las resonancias de la palabra protagonizado por un sujeto que
advierte la presencia del sentido y del sinsentido de sus expectativas.

Para demostrar el nivel de relatividad psico-literaria en la


interpretaciòn simbolizante de los elementos de los relatos podemos
utlizar dos sìmbolos paradigmàticos como la metaforizaciòn de la
imagen psìquica del sol. Algunos sujetos expuestos a oleadas
emotivas de singular intensidad han expresado en sus sueños algunas
escenas donde se incluye la visiòn del sol en cuanto objeto simbòlico
que genera toda una serie de interpretaciones variables. De acuerdo
con el conjunto de recuedos y experiencias vivenciadas, de olvidos y
conflcitos, ambivalencia e incertidumbre, la idea del sol representarìa
los valores o los criterios de significaciòn de la figura materna, de la
figura paterna, de las figuras “fraternas”, entre otros. Ademàs de las
cualidades psico-literarias atribuibles desde el contexto de producciòn
del relato. El dios Osiris, en el antiguo Egipto era considerado el dios
del sol, las tradiciones màs arcaicas y los datos de testimonios
describen su acciòn en torno al ciclo de muerte y resurrecciòn, el alba
y el ocaso, la cosecha y la decadencia en la agricultura, en cuanto
fenòmenos naturales.40
40 Heròdoto y Plutarco indican que las celebraciones y los rituales en honor al dios Osiris eran asociados generalmente
a Dionisos en cuanto devociòn al culto solar.

101
En la mitologìa azteca Tonatiuh configuraba el dios del sol, el lìder de
Tollan, el cielo, segùn su cosmogonìa cada sol correspondìa a un dios
con su propia era còsmica, simbolizaba ademàs el viento, el fuego, el
sol de la lluvia, la lluvia de fuego. En los rituales el ciclo de la vida de
los soles exigìa sacrificios humanos para alimentar su viaje en el màs
allà.

En la mitologìa maya Kinich Anau representaba el dios del sol,


simbolizaba la mùsica, la poesìa, solucionaba los problemas y sabìa
distribuir las tierras entre los diferentes grupos humanos. Xuè o Suè
fue el dios del sol de los muiscas, casado con su esposa Luna Chìa
simbolizaba la creaciòn en su conjunto, la vida como sentido de la
existencia del ser humano, tenìa el poder para propiciar excelentes
cosechas, su pueblo adoraba la propia sombra ya que pensaban que el
dios Suè habrìa regalado su propia deidad personal a cada uno y la
llevaban consigo todo el dìa.

Puede llegar a representar ademàs en el mundo contemporàneo la idea


de la pasiòn, la vitalidad, el conocer, la realeza, la fuerza, la
perfecciòn, el nacimiento y la inmortalidad. En las tradiciones
religiosas es personificado tambièn como un guìa, el Padre universal,
el hijo de Dios (Australia), de este modo, simbolizarìa la esperanza, lo
nuevo, la alegrìa, la juventud, la luz, el lado Yang, la masculinidad.

La argumentaciòn de la simbologìa literaria nos brinda una amplia


gama de posibilidades interpretativas que entran en contacto directo
con las experiencias vivenciadas por el sujeto, resonancias y
asociaciones, sin embargo, corresponde al estado psìquico de quien
lee, escucha o acompaña la intermediaciòn psicològica encontrar
estrategias adecuadas, tècnicas objetivas e instrumentos teòricos que
conecten la percepciòn del conflicto con la necesidad de manifestar
abiertamente algunos factores de la propia vida aùn irresueltas. Es
factible, por ejemplo, afrontar percepciones dolorosas, observaciones
tristes, sensaciones de odio, resentimiento, envidia, celos, intuiciones

102
sàdicas o masoquistas, consideraciones narcisìsticas, recuerdos
angustiosos, ansias de persecuciòn, reclamos dirigidos a las primeras
figuras de identificaciòn respecto a la funciòn fraterna, ansiedad por la
guerra, la concepciòn del poder, la amistad, los antagonismos del
amor, la honestidad, lo parental, lo psicosexual, lo ero-thanàtico, la
posiciòn social, las virtudes, entre otros. El esquema psico-lietrario en
su simbolismo interpretativo de relatividad es represetable asì:

Mitologìa Valor psìquico


-Dios del sol Osiris (Egipto) -La vida, la segunda oportunidad, los
ciclos vitales, el poder, la crueldad o la
bondad.
-Tonatiuh (Dios azteca del sol) -Exige sacrificios, el fuego, la lluvia
-Kinich Ahau (Dios del sol en -Mùsica, poesìa, resoluciòn de
los mayas. conflictos, es pacificador
-Xuè o Suè (Dios del sol en los -Abundancia, alimentaciòn, sustento
muiscas)

En la retòrica de lo latente prevalece el proceso de referencia


significativa que explicita la funciòn de la narratividad implicando el
trabajo de las motivaciones, es decir, aquel que involucra un despertar,
un conectar unos significantes con otros. La subjetividad, en tèrminos
de “caja de resonancia” de representaciones afectivas se instaura en
cuanto una entidad incompleta y dominada por movimientos cìclicos
de energìa, compulsiòn a la repeticiòn, entre autoreferencias seudo-
narcisistas y evocaciones angustiosas respecto a la confrontaciòn con
la propia percepciòn del vacìo interior.

Habitamos una crisis del lenguaje que tiene que ver con las
condiciones històricas del yo en sus luchas con la represiòn. Salen a
la superficie conexiones especìficas que inclinan el balance de las
identificaciones hacia el reconocer de factibles rasgos ambivalentes o
hacia la lògica de los elementos de copertura como las formaciones
defensivas del yo, las capacidades resistenciales o las producciones de
la transferencia. La idea de la relatividad psico-lietraria cumple la
funciòn de sustituir, desplazar, re-incluir la naturaleza de las

103
asociaciones libres con base en la substancializaciòn del significante
implicado en las espirales productivas de lo inconciente.

La realidad simbòlica permite asì abrir el camino hacia la


escenificaciòn significante del yo en torno a un conjunto de signos,
metàforas, y acciones apreciadas a partir de una subjetividad siempre
en formaciòn, compleja e incompleta, aquello que habìa permanecido
oculto se precipita hacia la percepciòn preconciente, aquello que “no
existìa” cobra existencia en proporciòn a la lògica o a lo ilògico del
lenguaje. Los afectos se presentan divididos cuando son proyectados
de manera transferencial sobre las representaciones simbòlicas que
hemos expuesto anteriormente.

El desencadenarse del dispositivo significante dispone la interrogaciòn


sobre las condiciones de intercambio entre el yo-psìquico y el yo
social, entre la topologìa de lo metafórico y la indeterminaciòn de la
subjetividad deseante, es asì que descubrimos un sentido detràs del
sentido, la persistencia de unas palabras haciendo presiòn sobre la
superficie de otras palabras, para descifrar la partcipaciòn de las
modalidades semànticas frente la escisiòn del yo.

El propòsito de las teorìas psicoanalícas extiende el campo de sus


interacciones mucho màs allà de estos confines, considera de vital
importancia demostrar el principio de la determinaciòn psìquica sobre
la vastedad de producciones dinàmicas, sobre disposiciones de
realizaciòn acerca de la etilogìa significante de singulares fenòmenos
(actitudinales), que desempeñan el rol de conducir el mundo infantil
hacia el constrastante “orden” del mundo adulto.

104
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