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Preparación del suelo

Según Guzmán (2005), el girasol, a pesar de su resistencia, necesita suelos


profundos y fértiles con buen drenaje para su óptimo crecimiento y rendimiento. Se
sugiere una arada seguida de dos a tres pases de rastra para obtener una cama
de siembra adecuada.

Ávila (2009) indica que una preparación de tierra efectiva es aquella que ofrece a
la semilla una cama óptima para su germinación y un anclaje adecuado de las
raíces para su desarrollo total. La resistencia del cultivo a la sequía se basa en el
desarrollo de un sistema radicular que profundiza y explora un gran volumen de
suelo. Para lograr esto, es necesario romper las capas compactadas producidas
por el tránsito de los implementos de labranza utilizados en la preparación previa
del suelo para la siembra.

En terrenos que se cultivarán por primera vez, después de una limpieza adecuada
de los residuos dejados por la deforestación, se debe dar un pase de arado o big-
rome para fracturar los restos de raíces. Luego, se recomienda dar dos pases de
rastra y finalmente un tercero que corresponde a la pre-siembra o siembra. Es
importante evitar el sobre laboreo del terreno, ya que favorece la pérdida de
materia orgánica.

Para la preparación del suelo para la siembra, se debe tener en cuenta la


humedad del mismo. Si se prepara cuando tiene mucha humedad, se formarán
grandes terrones, lo que causará problemas en la uniformidad de la emergencia
de la plántula de girasol, además de causar daños mecánicos y problemas de
estrés hídrico (más acentuados en suelos pesados), ya que se forman grietas en
el terreno por donde circula el aire, produciendo una evaporación del agua que se
encuentra en los poros del suelo. En suelos cultivados, se recomienda un pase
profundo de arado o big-rome a 25-30 centímetros (considerando la textura del
suelo); luego, dos o tres pases de rastra para desmenuzar los terrones y
finalmente el pase de siembra. Estas labores deben comenzar 40 días antes de la
siembra, para permitir la descomposición de los restos vegetales de maleza o del
cultivo anterior. Ávila (2009).

Marco de plantación
Guzmán (2005) indica que la densidad de la siembra es un factor crucial que
determina el rendimiento del aquenio, la altura de la planta, el diámetro del
capítulo y la densidad de las plantas en la cosecha. Este factor es esencial en la
investigación agrícola, especialmente en lo que respecta al cultivo. La densidad de
la plantación depende de las precipitaciones, la fertilidad del suelo y los híbridos
cultivados. Los híbridos actuales, que son más pequeños que los antiguos,
requieren una mayor densidad para cubrir adecuadamente el suelo durante la
floración. Los beneficios de las densidades de siembra se orientan hacia el
aprovechamiento del espacio del terreno. Dependiendo del tamaño de la cabeza
floral que se quiera producir, se utilizan diferentes densidades de siembra. El
espaciamiento ideal es de 10 x 12 centímetros. Una plantación densa ayuda a
reducir el crecimiento de las ramas laterales y produce una flor de buen tamaño
(12 cm de diámetro).
Riego Según
Infoagro (2014), para lograr un desarrollo normal y una producción rentable, se
necesita un mínimo de 300 a 500 mm de agua. El girasol es una planta que utiliza
el agua de manera muy eficiente en condiciones de escasez, su sistema de raíces
extrae agua del suelo a una profundidad a la que otras especies no pueden llegar.
Necesita poca agua hasta unos diez días después de la aparición del capítulo,
momento en el que se aplicarán 50-60 litros por metro cuadrado. A partir de ese
momento, las necesidades de agua aumentan considerablemente y se mantienen
hasta unos 25-30 días después de la floración, proporcionando un segundo riego
de 60-80 litros por metro cuadrado durante la plena floración.

Fertilización
Infoagro (2014) indica que, gracias a la alta capacidad del sistema radicular del
girasol para extraer nutrientes, este cultivo no es muy demandante en términos de
fertilización. Las dosis de fertilizante se ajustarán en función de los nutrientes
presentes en el suelo y del régimen de precipitaciones y riegos. La absorción de
nutrientes se concentra en las primeras etapas de desarrollo de la planta. El
girasol es un cultivo muy sensible a la toxicidad por aluminio, lo que dificulta su
desarrollo radicular y, como resultado, aparecen síntomas de estrés hídrico o
deficiencia de otros nutrientes como fósforo o magnesio en la parte aérea de la
planta.

Duarte (2004), publica los siguientes requerimientos de fertilización en Kg/ha para


el
cultivo de girasol:

N P2O5 K2O B Mo
80 30 100 0.5 0.05
Plagas y enfermedades
Pizano (1999) destaca que el girasol es propenso a varias plagas y enfermedades,
a menudo comunes a otras flores. Estos problemas deben prevenirse y combatirse
de manera efectiva para garantizar una buena calidad. Este autor proporciona
tablas y fotografías a color para ayudar a identificar los principales problemas que
pueden surgir en este cultivo.

Pizano (1999) enfatiza que el control de plagas y enfermedades debe diseñarse


dentro del marco del Manejo Integrado de Plagas y Enfermedades (MIPE). Este
enfoque utiliza todas las alternativas posibles para reducir el inóculo y manejar un
problema, no solo la aplicación de pesticidas.

En términos generales, el MIPE incluye: • Monitoreo: Se requiere personal


capacitado para identificar cada plaga o enfermedad en la etapa más temprana
posible. Se utilizan ayudas como trampas pegajosas de color amarillo o azul para
atraer insectos y estimar la densidad de la población. Basándose en esta última,
se puede establecer un umbral de daño que determina si se deben aplicar
pesticidas. • Control físico: Se utilizan trampas, barreras, mallas anti-insectos y
otros métodos para reducir el nivel de inóculo. También es importante mantener
una ventilación adecuada dentro del invernadero y entre las plantas.
• Control cultural: Incluye la limpieza y saneamiento de las zonas de cultivo y el
mantenimiento de las cubiertas de los invernaderos para evitar la entrada de agua,
que a menudo es necesaria para la germinación de los hongos.
• Control mecánico: Incluye el uso de aspiradoras, desyerbe manual, remoción de
plantas enfermas o partes de ellas, y control de basuras.
• Control biológico: Incluye el uso de variedades resistentes a plagas y
enfermedades, uso de parásitos y depredadores, pesticidas biológicos, cultivos
trampa y repelentes.
• Control químico: Debe responder a necesidades claramente determinadas por la
presencia de una enfermedad o plaga que sobrepase un umbral de daño
previamente establecido. Se deben utilizar dosis adecuadas y programas de
rotación de productos que difieran en su modo de acción y grupo químico para
evitar la resistencia en las plagas o enfermedades a controlar.
Plagas
Según Pizano (1999), los girasoles son principalmente susceptibles a una
variedad de insectos. La importancia y la incidencia de estos insectos varían
dependiendo de si el cultivo se desarrolla en invernadero o al aire libre. Algunos
de estos insectos, especialmente las orugas y los barrenadores, que afectan
gravemente los cultivos de girasol destinados a la producción comercial de aceite,
son poco conocidos durante la producción de flores cortadas en invernadero. En la
tabla siguiente se enumeran todas las plagas de importancia económica y sus
nombres comunes. A continuación, se describen en detalle aquellas que causan
problemas para la producción de girasoles con fines ornamentales.
Poda o despunte
Sanchez (1988), manifiesta que cuando las plantas tengan de 20 a 25 cm de
altura con hojas, debe hacerse la primera deshierba. Luego se hace e aclareo
dejando las plantas más vigorosas. Cuando las plantas tengan de 40 a 50 cm, se
hace una segunda deshierba evitando acumular demasiada tierra en la base de
los tallos a fin de prevenir pudriciones.
Referencias
Guzmán, J. 2005. El cultivo de Girasol. 1 ed. Venezuela – Caracas. Editorial 64
Espasande.58 p.
Ávila J, 2009. Manual para el cultivo del girasol. (En línea). Consultado el 21 de
Noviembre del 2014. (En línea). Disponible en:
http://www.fundacitezulia.gob.ve/download/Manual_de_cultivo_girasol.pdf.
Infoagro, 2009. La Fenología como herramienta en la Agroclimatología (En línea).
Consultado el 20 de Noviembre del 2013. Disponible en
http://www.infoagro.com/frutas/fenologia.htm.
Infoagro, 2014. El cultivo del girasol. (En línea). Consultado el 11 de noviembre del
2017. Disponible en: http://www.infoagro.com/herbaceos/oleaginosas/girasol3.htm.
Pizarro de Márquez, M. 2009. Girasol. 3 ed. Chile. Editorial Hortitécnia.41 p.
Sánchez, A. 1988. Cultivos oleaginosos: Girasol. S/E. México. Editorial Trillas.
Trápani N. 2004. Fases de desarrollo del cultivo de Girasol y los factores
determinantes del rendimiento (En línea). Consultado el 20 de Noviembre del
2013. Disponible en:
file:///C:/Users/Pavilion/Documents/Fenologia/Girasol_boletin.pdf

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