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NICARAGUA
TEMA 2
Movimientos armados anti-dictatoriales 1
Modulo 2
Unidad 2
Tema 2
Índice
Objetivos ........................................................................ 1
1. Introducción ................................................................ 3
5. Conclusiones ............................................................. 20
Referencias ................................................................... 21
Objetivos
• Analizar cuáles fueron los motivos por los cuales surgieron los distintos movimientos de
rebelión armada en contra de la Dictadura Militar Somocista entre 1934 y 1957.
• Conocer cómo se llevó a cabo la persecución en contra de los miembros del EDSN y qué
ocurrió con los sobrevivientes.
• Describir la acción heroica que protagonizó Rigoberto López Pérez, abriendo una nueva
etapa de en nuestra historia nacional, iniciando lo que él mismo llamó “el principio del fin
de la tiranía”.
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“Rigoberto López Pérez, es un Héroe realmente extraordinario, fuera de serie, porque cuando
uno va al combate tiene con qué ir al combate, tener un arma; si el combate es fuerte puede
replegarse, y luego darle continuidad por otra vía. Es decir, el Ser Humano que va a un combate
tiene la ventaja de que no va a suicidarse, sino que va a dar la pelea para ganarla, y busca
cómo armarse.
Rigoberto dejó una carta extraordinaria a su madre, donde le va explicando a la madre que
él ha tenido ya en su mente que no hay más camino, para empezar a destruir a la tiranía
somocista, que ejecutar a Somoza.
[…] porque la decisión de Rigoberto es que él, para poderlo hacer tiene que entrar sólo él.
[…] Entonces él se preparó muy bien, y le dice a la madre que entienda que él va a morir, está
seguro que va a morir, está consciente que va a morir, pero que es un paso que hay que dar, por
Dignidad, por Patriotismo, así lo escribe, está convencido. Al final se cuela en una fiesta que
le daban a Somoza, él lleva el revólver, logró entrar con el revólver, y está bailando con una
joven, y Rigoberto cuando tiene en frente a Somoza que está sentado, saca el revólver, y los
disparos fueron certeros.
Corrieron con Somoza en ese momento los yanquis y se lo llevaron al Hospital en Panamá, un
famoso Hospital que hay en Panamá, en el Canal de Panamá, se lo llevaron para allá a ver si
le salvaban la Vida.
Mientras tanto, sucedió lo que Rigoberto ya sabía lo que iba a suceder, él le dejó ir todos los
cartuchos a Somoza, y luego le cayeron encima. Lógicamente en ese momento, la furia del
escolta de Somoza era tan grande que empezaron a desfilar todos ellos a dispararle al cadáver
de Rigoberto. Un desfile, disparando, disparando, disparando.
Entonces Rigoberto es de esos Héroes realmente extraordinarios, fue un Ser de otro Planeta,
como dirían los artistas, los cantantes. Y Héroe Nacional, Rigoberto.”
“Y cuando uno piensa en la cantidad de Héroes que tiene nuestro Pueblo, que tiene nuestra
Historia, por un lado confirmamos que somos un Pueblo Heroico, Valiente, Noble, Digno, y por
otro lado ratificamos esa condición de entrega a la Patria Bendita, esa condición de Nobleza,
de Amor Puro que nos permite hacer todo lo que debemos hacer, para que perdure la Paz, para
que recorramos, Tod@s Junt@s, los Caminos que debemos recorrer hacia el Desarrollo, hacia
la Justicia, hacia la Prosperidad que merecemos.
[…] Rigoberto López Pérez, Poeta, Músico, Héroe... Acción Heroica ! Desde el principio
sabía que estaba destinado, digo desde el principio cuando empieza a pensar, y se ve a sí
mismo predestinado y destinado precisamente a librar esa batalla solo, a poner las piedras
fundacionales del Camino de Liberación de Nicaragua, iniciar, como él mismo decía, a ser el
Principio del Fin.
Uno ve su convicción, su sentido del Deber, su responsabilidad ante la Patria, y dice : Yo quiero
una Patria Libre sin afrenta y sin mancha, y trataré de ser yo el que inicie el principio del fin
de esta tiranía. Y en su Carta-Testamento le dice a su madre : Yo lo que hago es cumplir un
deber, cumplir un deber que cualquier nicaragüense que de verdad ame a su Patria debía haber
llevado a cabo hace mucho tiempo. Le digo que me sentiré feliz si usted ve (le dice a su madre)
las cosas como yo las veo y como las deseo. Siempre que haya una tiranía, también habrá
alguien que acabe con esa tiranía.”
Compañera Rosario Murillo, 21 de septiembre 2022.
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Movimientos
1. Introducción armados
antidictatoriales
Al establecerse la Dictadura
Somocista por medio 1934-1957
de un golpe de Estado,
paralelamente surgió una
oposición proveniente de
sectores populares que se
aglutinaron alrededor de
la frágil fracción sacasista,
dispuestos a defender el 1934 - Primer complot de la GN
marco constitucional. Pero Dirigido por dos tenientes, un capitán y un mayor.
esta resistencia se desmoronó Involucraron a otros oficiales y suboficiales. Fueron
capturados, y se les declaró libres de responsabilidad.
ante la cobardía de quienes
estaban en la obligación de 1935 - Segunda rebelión de la GN
conducirla hasta el final. Involucró a oficiales de rangos intermedios y menores,
por una brusca reducción de sus salarios. Fueron
La resistencia contra el detenidos y juzgados, y algunos asesinados.
somocismo, a medida
1937 - El General Pedro Altamirano
que este se consolidaba
Siguió combatiendo en la Costa Caribe, las Segovias y
en el poder, adquirió dos Chontales. Logró evitar la de captura de la GN, hasta que
modalidades: la oposición fue traicionado y asesinado.
política y la oposición
armada. Con relación a esta 1944 - El movimiento de Alfredo Noguera
última, tuvo sus inicios con El General Alfredo Noguera y otros conservadores,
los mismos militares que se organizaron una expedición desde Costa Rica. Ambos
rebelaron en los cuarteles ejércitos los rodearon hasta capturarlos y asesinarlos.
de la Guardia Nacional
(GN), como en 1935; la 1947 - Toma de la Mina la India y Muelle de los Bueyes
continuidad que le dieron Estado de agitación por el golpe a Leonardo Argüello;
atentados a funcionarios de Somoza y captura de
veteranos sobrevinientes del opositores del PLI y PSN. Asalto a la Mina la India y de
sandinismo, como Pedrón Muelle de los Bueyes.
Altamirano en los años
treinta; y las rebeliones 1948 - La Legión del Caribe
que involucrarían a civiles y José Figueres solicitó el apoyo de la Legión del Caribe en
militares desde fines de los Costa Rica. Tras la victoria, los boicoteó y se quedó con el
cuarenta y cincuenta. armamento. No apoyó el derrocamiento de Somoza.
Desde antes del golpe contra Sacasa, afloraron las contradicciones entre oficiales de la GN y
los altos mandos, dirigidos por Somoza. Los primeros habían tenido formación académica.
Además, eran quienes habían llevado sobre sus hombros la lucha contra el EDSN en las
montañas, mientras que los segundos partiendo del mismo Somoza García, eran producto
de nombramientos políticos, bajo el visto bueno de la embajada norteamericana. Empezaron
a ver con malos ojos el uso de los mandos departamentales de la GN como promotores de la
candidatura presidencial del jefe director, Somoza García. Algunos de ellos empezaron a tener
“cargos de conciencia” por su participación en el asesinato de Sandino.
Los principales dirigentes del primer complot fueron los tenientes Abelardo Cuadra, Santiago
y Edmundo Delgado, el Capitán Gabriel Castillo y el Mayor Alfonso González Cervantes. Ellos
lograron involucrar a otros oficiales y suboficiales. Según la versión de Cuadra, el objetivo
era invitar a Somoza a Estelí, donde Castillo era comandante departamental, allí apresarlo y
después asumir los mandos en todos los cuarteles. Esto se facilitaba por el hecho de que ellos
tenían relación directa con los suboficiales, clases y soldados.
Pero Castillo cometió un error, al tratar de sumar a otros oficiales al movimiento, quienes lo
comentaron con un oficial de apellido Salazar en uno de los comandos de la GN del norte.
Salazar, para congraciarse con Somoza, informó a Rigoberto Reyes y después a Somoza. El
día 17 de julio de 1934, se produjo la captura de los supuestos implicados. En el proceso de
investigación ninguno reconoció su participación y Castillo, de origen salvadoreño, se echó los
cargos él solo, siendo dado de baja deshonrosa de la GN y condenado a prisión. A los demás se
les declaró libres de responsabilidad.
Rebeliones en la GN
Desde antes del golpe contra Sacasa afloraron las contradicciones entre oficiales de la GN, que lucharon contra el
EDSN y los mandos superiores que fueron productos de nombramientos políticos.
La Primer rebelión tenía como objetivo invitar a Somoza a Estelí, apresarlo y tomar los cuarteles. Sin embargo, fueron
capturados.
La segunda rebelión fue dirigida por Abelardo Cuadra, por una brusca reducción de salarios en beneficio de oficiales y
altos mandos.
Cuadra se entrevistó con Somoza para convencerlo de que arreglara la situación, sino procederían a atacar.
Somoza fue con él a hablar con los soldados, haciéndose víctima del gobierno de Sacasa e insistiendo que iba a resol-
ver el problema.
Somoza lo había usado para ganar tiempo, y con ayuda de sus leales, cambió los mandos
inmediatos, hizo traslados a los departamentos, dio días libres a los que consideró más
exaltados y leales a Cuadra. Este último fue capturado en el mismo Campo de Marte,
acusado de sedición, fue sometido a un Consejo de Guerra y condenado a muerte. Con él,
hubo muchos suboficiales detenidos y juzgados por la misma razón. Según relata Cuadra,
a algunos de ellos se les aplicó la llamada “Ley fuga”, siendo el autor de estos crímenes
el mercenario, Juan Escamilla. La pena de muerte, le fue conmutada por una orden
presidencial de Sacasa y en el periodo en que tenía casa por cárcel aprovechó para fugarse.
Tras el asesinato de Sandino y la persecución masiva a los integrantes del EDSN, los altos
mandos sobrevivientes como Ramón Raudales, Gregorio Colindres, Simón González,
Heriberto Reyes, Santiago Dietrich y otros oficiales y soldados encontraron refugio en
Honduras. Hasta allí llegaría a acompañarlos el Coronel Santos López, quien tras escapar
de la casa de Salvatierra la noche del 21 de febrero, herido, tomó un camino paralelo a la
línea férrea de El Sauce, y encontró auxilio de algunas personas del sector, quienes tras
curarlo le indicaron el camino para llegar a Honduras.
En Honduras, por medio de antiguos colaboradores del EDSN, logró llegar donde un
hermano de Toribio Tijerino, conservador antiimperialista, quien se movía entre El Salvador
y Honduras en este país. Lo protegió a él y a los sobrevivientes mencionados. Años después
éstos se involucrarían en acciones armadas contra el somocismo.
A Honduras, por la parte del territorio en litigio, también llegó en 1937 tras evadir la
persecución, el Coronel Simón González, lugarteniente de Pedro Altamirano, quien no dejó
de combatir a la GN. González, un profundo conocedor de las montañas del norte y sus
fronteras, tras tener un fuerte combate con la GN en donde perdió tres hombres, se rindió
a las tropas hondureñas. Posteriormente fue dado de alta en el ejército del vecino país.
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Sobrevivientes del EDSN
Sin embargo, el General Pedro Altamirano, a la
cabeza de un grupo de combatientes, se negó Tras el asesinato de Sandino y la persecución
a rendirse y siguió moviéndose en algunas masiva del EDSN, los altos mandos
sobrevivientes como Ramón Raudales,
partes de la Costa Caribe, las Segovias y el
Gregorio Colindres, Simón González,
departamento de Chontales. No obstante, al Heriberto Reyes, Santiago Dietrich y
faltar la presencia de Sandino, el movimiento otro soldados y oficiales encontraron
tuvo más características de autodefensa, refugio en Honduras.
con armas viejas y dificultades para su
mantenimiento. A Honduras llegaría el Coronel
Santos López después de sobrevivir
a la traición del 21 de febrero.
Algunos medios de difusión como El
Centroamericano de León, daban noticias El general Pedro Altamirano, a la
cabeza de un grupo de combatientes,
sobre algunas acciones de Altamirano, quien
se negó a rendirse y siguió moviéndose
a pesar de las adversidades logró evadir varios en algunas partes del Caribe, las
intentos de captura de la GN. En diciembre de Segovias y Chontales. El movimiento
1937, se dieron noticias de la muerte de Pedrón. tuvo más características de autodefensa.
Los medios de difusión le dieron cobertura a esta noticia, presentando a los familiares
de Altamirano como prisioneros (principalmente sobre sus nueras y nietos), entre otros
detalles. Daban especificaciones sobre su muerte, entrevistando al autor material, pero
no daban ningún dato sobre el destino de los hombres de Pedrón, solo se supone que se
disolvieron tomando distintos rumbos para sobrevivir a la persecución.
Somoza García y sus sucesores, recurrieron en esta etapa, para justificar sus crímenes
y represiones, enarbolando la lucha contra los sobrevivientes del ejército del General
Sandino, así como posteriormente recurrirían al argumento de ser los defensores de la
democracia contra el “comunismo”, sobre todo después de que los círculos de poder de
los EE.UU inauguraran la política de “Guerra Fría” que era una especie de cruzada, no solo
contra los sistemas que habían establecido el socialismo, sino contra los movimientos y
gobiernos que luchaban por establecer la autodeterminación en sus países.
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4. Las acciones armadas desde el exilio
Tanto la represión que siguió al asesinato de Sandino, y la que hubo después del golpe
de Estado en 1936, permitió aumentar el número de exiliados en los países cercanos a
Nicaragua, principalmente en Honduras y Costa Rica y posteriormente a los sucesos de 1944
y 1947, en México y Guatemala. Este conjunto de repatriados, se tornó activo organizando
conspiraciones desde estos países, para liberar a Nicaragua de la DMS.
Tras el fracaso de las movilizaciones de julio de 1944, en septiembre de ese año, al margen
de las decisiones de los demás conspiradores, el General Alfredo Noguera, el Coronel
Simón Santos, Chester Lacayo y otros elementos del Partido Conservador, organizaron
una expedición desde Costa Rica. Iban mal armados y con un número no preciso marcharon
hacia la frontera de Nicaragua confiando en que el gobierno de Teodoro Picado se haría de
la “vista gorda”. Todo lo contrario, Picado informó a los servicios de inteligencia de Somoza
y además el ejército costarricense acosó a los expedicionarios por la espalda.
Tras el golpe de Estado contra el presidente Leonardo Argüello en 1947, el exilio se nutrió
de gran cantidad de ex oficiales de la GN, quienes, enarbolando el constitucionalismo,
habían apoyado al mencionado presidente en contra de los somocistas. Entre ellos se
encontraban el Coronel Manuel Gómez, el Teniente Adolfo Báez Bone y otros.
El movimiento se tornó más heterogéneo. En lo interno del país había un fuerte descontento
contra Somoza, la mayoría de los países desconocieron al títere, Benjamín Lacayo,
impuesto por el Dictador, quien tuvo que colocar como su sustituto a su tío en segundo
grado Víctor Román y Reyes.
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Desde el mismo mes de mayo, sobre todo en los meses de junio y agosto, hubo todo un
estado de agitación en que se combinaban la distribución de volantes, pega de afiches
denunciando el golpe, las capturas y refugios en embajadas de los oficiales que habían
apoyado a Argüello, atentados con bombas “zaguaneras” a altos funcionarios de Somoza,
agresiones a estos mismos en los aeropuertos, captura de opositores del Partido Liberal
Independiente y de dirigentes y activistas obreros del Partido Socialista Nicaragüense.
El jefe militar era el General conservador, Alejandro Cárdenas. Participaban además los ex
oficiales de la GN Víctor Manuel Fonseca, Guillermo Cuadra y el raso Julio Tapia. Encargados
de tomarse las cárceles de La Aviación. Los civiles Julio Aguilar, José León Montes, Manuel
Antonio Valle y el Coronel Asunción Pulido, se tomarían el mineral de La India. Un grupo a
la cabeza de Nemesio Benavides y Hermógenes Pineda se tomarían Muelle de los Bueyes.
Estas dos acciones, fueron las únicas exitosas, porque la gente que habría de reunirse con el
General Alejandro Cárdenas para tomar el cuartel de la GN de Matagalpa, no llegó al punto
de encuentro. Mientras un grupo de obreros militantes del PSN, armados de revólveres,
dirigidos por Domingo Sánchez, se concentró el mismo día 13 de septiembre en el Parque
Central, frente la guarnición de la GN, porque según la orientación, el Comandante de la
GN estaba dentro de la conspiración e iba a tomar posiciones en la ciudad, con gente que
llegaría de Managua. Al pasar las horas y llegar la noche, conscientes de que llamaban la
atención y no ver ningún movimiento, optaron por volver a sus casas.
En lo interno del país había un fuerte descontento contra Somoza. Hubo agitación denunciando el golpe, atentados
a funcionarios de Somoza, captura de dirigentes y activistas obreros.
Mientras tanto, otro militar, el teniente Julio Alonso Leclair, proveniente de su comando en
Boaco, esperó en vano con su tropa en el empalme de San Benito a los demás militares del
comando de Juigalpa, quienes iban a llegar con sus tropas acompañados de civiles. Alonso
optó por despachar a su tropa y huir por veredas a Matagalpa, desde donde después se
dirigiría a Honduras.
Se supo después que los militares de Juigalpa, entre los que se encontraba el Teniente
Guillermo Duarte, no fueron recogidos por los civiles que iban a trasladarlos en un camión.
Razón por la cual optaron por regresar a tiempo a sus unidades, pasando desapercibidos.
Las acciones más relevantes y exitosas fueron, por un lado, el Coronel Pulido encabezando
a un grupo de mineros mal armados, lograron aniquilar la guarnición de La Mina, se
apoderaron de sus armas, mientras Montes y los demás civiles tomaban prisioneros fuera
del cuartel a los suboficiales que lo comandaban. Pero Valle y Montes se asustaron al ver los
cuerpos de los guardias y sobre todo de la “ferocidad” de Pulido. Al llegar cerca de Ciudad
Darío, se dieron cuenta del fracaso de Cárdenas y tras realizar algunos actos de sabotaje
optaron por retirarse.
Montes y Valle entraron en contradicciones con Pulido porque este insistía en ejecutar
a los prisioneros y ellos en perdonarles la vida. Finalmente, durante la retirada sucedió
algo insólito, ellos huyeron junto con los prisioneros de la GN. Estos ya libres fueron a
encontrarse con una tropa que llegaba de refuerzo en Ciudad Darío, mientras Montes y sus
dos compañeros fueron capturados en Malpaisillo. Se supone que Pulido y sus hombres se
dirigieron a territorio hondureño.
Mientras el grupo de Benavides, ese mismo día asaltó la oficina de telégrafos de Muelle
de los Bueyes, matando en la acción al Comandante de la GN e hiriendo al telegrafista.
Posteriormente el 25 de septiembre se informó de una emboscada a la patrulla de la GN
que salió en su persecución y fue emboscada con muchas bajas, estando entre los muertos
el propio jefe de la patrulla, el Teniente Carlos Wheelock, cuya reputación criminal era
bastante conocida.
Mientras desde el mismo día de los hechos se produjo una vasta represión con las capturas
de dirigentes opositores en todo el país, sobre todo la matanza de campesinos de filiación
opositora en las partes rurales adyacentes a la Mina La India y Matagalpa. Muchos de los
cadáveres fueron lanzados a la Cuesta El Coyol.
Una rápida observación de los hechos, muestra la vacilación y cobardía de los elementos
conservadores, que contrastó totalmente con la conducta valiente y decidida de los
combatientes populares, tal como se manifestó en la Mina La India y Muelle de los Bueyes.
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4.3-Los movimientos de 1948
En estas circunstancias, fue que se produjo el ingreso del General Juan Gregorio Colindres
en el mes de septiembre de este año por la frontera norte desde Honduras, a la cabeza
de un grupo de veteranos combatientes del EDSN, apoyados entre otros por Toribio
Tijerino. Libres de peligros por la frontera sur, la GN pudo concentrar sus fuerzas contra
los expedicionarios del norte y el día 4 de octubre se informó en los medios, de la caída en
combate del General Colindres y según un comunicado oficial de la GN, esto tuvo lugar en
La Paz cerca de la población de Murra, Nueva Segovia.
Todo parece indicar, qué fueron sorprendidos con escasas posibilidades de defenderse,
porque reportan que la patrulla de la GN al mando del Teniente Andrés Petterson, logró
aniquilar al grupo apoderándose de su armamento.
El grupo material logró el apoyo de Figueres, el del expresidente cubano Carlos Prío
Socarrás exiliado en Miami y del político dominicano Juan Bosh. Con este respaldo
pudieron introducir desde Costa Rica un lote de armamento considerable, consistente en
ametralladoras, fusiles, metralletas y explosivos que podría armar a centenas de hombres.
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Báez Bone, desde su retorno al país inició una serie de contactos con militares activos
y retirados, con los que vino elaborando un plan que consistía en materializar las tres
“S”, que no era otra cosa que eliminar a Somoza García, pero además de ser posible a
sus dos hijos (herederos del poder), para terminar con el somocismo de raíz. En la misma
se involucraban algunos extranjeros como el costarricense Edgard Gutiérrez y el Coronel
hondureño Jorge Rivas Montes.
Al día siguiente, se informa en los medios sobre la captura de Solórzano, de los hechos de
El Crucero y se publican las fotografías de los rebeldes, al mismo tiempo que se colocan
pasquines en distintas partes ofreciendo 5mil, 10 mil y hasta 15 mil córdobas para quien dé
información sobre los principales conjurados.
Según distintas versiones orales la mayor parte de ellos, logró refugiarse en una hondonada
de la Hacienda La Chiva de Silvio Chamorro. El encargado de darle los alimentos, atraído
por la recompensa ofrecida, se trasladó al comando de Diriamba dando la ubicación exacta,
aunque en lugar de la recompensa se le dio una brutal golpiza y fue obligado a ir al sitio.
Fueron encontrados dormidos y de esta forma fueron capturados, trasladados hacia otros
lugares de los mismos cafetales. Poco importó a sus asesinos de que fueron vistos con vida
en poblaciones como Diriamba y San Marcos, para proceder a asesinarlos en los mismos
cafetales y después declarar oficialmente en los medios que habían muerto en combate.
Según versiones posteriores, algunos de los captores hicieron este traslado porque
habían recibido órdenes primeras de llevarlos a Managua, para interrogarlos. Pero que
posteriormente recibieron una orden del mismo hijo de Somoza García, el Coronel
Anastasio Somoza Debayle de ejecutarlos en Carazo.
El parte oficial reportó como muertos en combate a Adolfo Báez Bone, Edgard Gutiérrez,
Rafael Praslin, José María Tercero, Luis Gabuardi, Luis Báez Bone, Manrique Umaña, Juan
Ruiz, Pablo Leal, Octaviano Morazán, Amadeo Soler y otros.
Somoza decretó el Estado de Sitio para reprimir lo que llamó una “amenaza comunista”
dirigida por el Comunismo Internacional en complicidad con José Figueres de Costa Rica.
Algunos de los oficiales implicados fueron capturados y sometidos a atroces torturas,
otros encontraron refugio en las embajadas y lograron salir del país. Gran cantidad de
reconocidos opositores fueron también detenidos en todos los departamentos.
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4.5-La acción de Rigoberto en septiembre de 1956
Entendida por algunos como una acción individual, la acción de Rigoberto López Pérez no
puede situarse de otra manera sino se entiende el contexto histórico en que se dio el hecho,
en donde una generación huérfana de una dirección política desde el asesinato de Sandino
tomó la decisión de actuar en nombre del pueblo.
Si examinamos los hechos anteriores, el dictador había logrado salir airoso de distintas
situaciones, dando la idea de ser invulnerable a las acciones de sus opositores desde
distintos ángulos.
Es decir, se manifestaba una especie de bonanza, aunque esta beneficiaba a una minoría
terrateniente y a la burguesía agroindustrial, en deterioro de las grandes mayorías, entre las
que cabe destacar, la elevada proletarización del campesinado desplazado de sus parcelas
en beneficio de agro-cultivos como el algodón.
En el seno del PLI se vino desarrollando un sector juvenil combativo, que vino rechazando
los métodos de lucha tradicionales a lo largo de la década de los cincuenta. Esta generación
provenía de los sectores medios de la sociedad e incluso de las clases populares. En la misma
se inscribió el surgimiento de Rigoberto López Pérez, un joven leonés de raíces proletarias
nacido en el año de 1929.
Así fue que, en estas circunstancias, Rigoberto se entrevistó primero con el teniente
Guillermo Marenco, quien lo llevó donde el ex – capitán de la GN Adolfo Alfaro, participante
en los hechos de abril, y hermano de una de las víctimas, el teniente Agustín Alfaro.
Rigoberto, quien había meditado sobre la situación de su patria cuando estableció contacto
con Alfaro le dijo que él podría ser ese hombre, quien ejecutara al tirano.
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Según relato del mismo Alfaro, eso sucedió a inicios de 1956, hablaron durante largo rato
ese mismo día y comprobó la decisión de Rigoberto de ejecutar la acción. Le advirtió que
en la forma en que él pensaba realizar el atentado, era difícil que saliera con vida. Pero
Rigoberto insistió en que estaba dispuesto a dar su vida si era necesario para librar a
Nicaragua del tirano.
En los días siguientes, procedió al entrenamiento militar con una pistola calibre 45. Días
después, en un encuentro con el teniente Guillermo Duarte, encontró el arma adecuada:
un pequeño revolver de cinco tiros, calibre 38, que se podía esconder más fácilmente que la
pistola 45. En esta dirección hay referencias de que Duarte mismo también participó en los
entrenamientos, con esta nueva arma.
Después de los entrenamientos hubo todo un proceso organizativo en que se logró conectar
a Edwin Castro Rodríguez y este a su vez, procedió a obtener la colaboración de opositores
radicales, pero dentro de la lógica en que había coincidido con Alfaro, un grupo reducido
que pudiera lograr una correcta compartimentación. Como contacto directo se dieron
distintos movimientos en las que se involucró él y otros participantes. En primer lugar,
para conseguir recursos económicos y en segundo lugar establecer las debidas conexiones
con los participantes en el exilio, principalmente en El Salvador. Alfaro asegura a Edwin
que él está haciendo contacto con militares de confianza, que están en desacuerdo con
la Dictadura, para que tomen las riendas del poder una vez materializada la ejecución de
Somoza.
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¿Cómo se puso en práctica el plan de Rigoberto y sus compañeros?
En la medida en que se vino estudiando las posibilidades para ejecutar de forma efectiva el
tiranicidio, se escogió el día 21 de septiembre de 1956, fecha escogida por el dictador para
proclamar su reelección presidencial para el periodo 1957- 1962, en la Casa del Obrero de
León.
Según los estudios, todo parece indicar que Rigoberto se vio obligado a adelantar la
ejecución por dos razones: primero que escuchó y hubo señales de que se iba a retirar antes
de las doce en punto; segundo que al momento en que decidió hacer los disparos contra el
dictador estaba en mejor posición de tiro. Esta posibilidad se dio a las 11.00 p.m., razón por
la cual fue innecesaria la toma de la Subestación.
Rigoberto al realizar los disparos, fue tumbado al suelo y antes de recibir el culatazo mortal
por parte de uno de los escoltas de Somoza García, hirió mortalmente al Tirano, quien
fallecería el día 29 de noviembre en el Hospital Gorgas de la Zona del canal de Panamá,
adonde fue llevado por miembros de la Marina Norteamericana.
La represión se dio con más énfasis en los participantes y/o conectados con la acción.
Prisioneros políticos quienes estaban encerrados desde antes de los sucesos como Luis
Morales Palacios y Jorge Rivas Montes fueron brutalmente asesinados. Los sindicados
por colaborar con Rigoberto, Ausberto Narváez, Edwin Castro y Cornelio Silva, fueron
asesinados en mayo de 1960, por medio de la conocida como Ley Fuga.
Sin embargo, la acción no fue en vano, porque Rigoberto, no solo ajustició a quien había
sido un fiel peón de los EE.UU., sino también a quien, tras el asesinato de Sandino, se
había erigido como jefe del aparato de dominación, con base en el crimen contra centenas
de opositores, de miles, y se había enriquecido a costa del despojo de tierras a muchos
propietarios.
Rigoberto, como dejó explicado en la carta a su madre, pretendía iniciar el principio del fin
de la Dictadura; demostrar que los tiranos son vulnerables. Rigoberto actuó en nombre
del pueblo contra la tiranía, sentando las bases para que otras generaciones le dieran fin
en el futuro a la dinastía que se implantó en el país, basada en el crimen y la humillación a
nuestro pueblo.
San Salvador
Septiembre 4 de 1956
León, Nicaragua.
Mi querida madre:
El Doctor Gerardo Godoy, que nos conoce muy bien a todos nosotros, ha quedado
encargado, lo mismo que los demás paisanos residentes en ese país, de ayudarla en
todo lo que usted necesita. Como antes le había contado, hace algún tiempo tomé una
póliza de vida por 10 mil colones con doble indemnización, o sean C 20 mil. Gerardo
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dará todas las vueltas para que ese dinero le sea entregado a usted, ya que está a su
nombre. Hay una salvedad en esto: como usted sabe, yo siempre he vivido en casa
de la familia y quiero que de dicho dinero le sean entregado C 1,000 a la señorita Dina
Andrade para que termine sus estudios, ya que posiblemente los tenga que abandonar
por falta de recursos. Con Miriam Andrade de Rivera, hermana de ella y comadre mía,
puede usted entenderse, ya que usted deberá viajar a esta ciudad (San Salvador) en
donde terminados los trámites legales, le entregarán el valor de dicha póliza. Como
le dije anteriormente Gerardo y demás compañeros le darán todas las vueltas para el
cobro de la mencionada póliza. Espero que tomará todas esas cosas con calma y que
debe pensar que lo que yo he hecho es un deber que cualquier nicaragüense que de
veras quiera a su patria debía haber llevado a cabo hace mucho tiempo. Lo mío no ha
sido un sacrificio sino un deber que espero haber cumplido. Si usted toma las cosas
como yo las deseo, le digo que me sentiré feliz. Así que nada de tristeza que el deber
que se cumple con la patria es la mayor satisfacción que debe llevarse un hombre de
bien como yo he tratado de serlo. Si toma las cosas con serenidad y con la idea absoluta
de que he cumplido con mi más alto deber de nicaragüense, le estaré muy agradecido.
El principal protagonista civil fue Luis Cardenal, de filiación conservadora, una figura muy
controversial, según las críticas de sus contemporáneos, quienes llegaron a caracterizarlo
en sus extremos, como “agente de la CIA, agente infiltrado del somocismo”, etcétera. En
otras dimensiones se le ubica como “el excelente conspirador, sincero anti somocista”.
Sin embargo, a este personaje se debe el conocimiento o los detalles de este acontecimiento.
Sin rubor relata que a inicios de 1956 un funcionario de la Embajada Estadounidense lo
contactó para hablar sobre la situación política del país. Finalmente, el gringo le propuso
“que EE. UU. vería con agrado un cambio de gobierno en Nicaragua, pero que este respetara
los compromisos internacionales, pero que tenía que ser a través de un golpe militar”.
Razón por la cual sigue narrando, que él le llevó poco a poco oficiales de la GN para que
hablaran con el norteamericano, hasta que consideró que ya había suficientes oficiales
catequizados para ejecutar el golpe. Pero que la acción inesperada del 21 de septiembre
hizo que se pospusieran los planes.
El plan no pudo concretarse porque Suazo Gutiérrez actuó como infiltrado e informó a
Anastasio Somoza Debayle y se procedió en los días siguientes a capturar de sorpresa
a la mayoría de los complotados, siendo los militares sometidos a Consejo de Guerra y
condenados a largas penas de prisión. Los civiles fueron confinados a prisión, pero con
penas menores.
No se puede omitir que dentro del movimiento hubo auténticos patriotas provenientes
de las filas militares. Rivas Gómez y Ubilla Baca, se negaron a rendirse en el movimiento
de Olama y Mollejones en 1959 y dieron su vida al ser capturados y asesinados en Los
Sábalos, cerca de la frontera de Costa Rica. Mientras que los tenientes Ali Salomón y Carlos
Ulloa, se fueron a apoyar a la Revolución Cubana en ese mismo año y en la defensa de la
misma pereció en abril de 1961 Carlos Ulloa en Playa Jirón, al ser derribado por los aviones
mercenarios de EE.UU.
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5. Conclusiones
• Los movimientos armados de esta etapa, tuvieron distintos matices, en los que se
observan conspiraciones cuartelarias, sustentadas por oficiales de la Guardia Nacional sin
un programa político; movimientos defensivos, como los de los sobrevivientes sandinistas;
y movimientos heterogéneos, como los de los años de 1947 y 1948. Otros más definidos
como el caso del de abril de 1954, con la participación de los conservadores, cuya vacilante
y hasta cobarde conducta contrastó con la valiente y decidida de los militares patriotas.
Finalmente, la acción de Rigoberto López Pérez, quien en una situación de desafío asumió
el reto de iniciar el principio del fin de la Dictadura.
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Referencias
Bibliografía complementaria
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Express. Managua, Nicaragua. PP.81-129.
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Nº 67(Edición Especial) Publicidad de Nicaragua Managua, abril de 1966.
Cuadra, Abelardo. 1977. El Hombre del Caribe. EDUCA. San José, Costa Rica.
Díaz Lacayo, Aldo. Sandino. 2017. Plan de Realización del Supremo Sueño de Bolívar. Aldilá
Editor. Managua, Nicaragua.
Informe anual de la Guardia Nacional de Nicaragua, durante el año fiscal del 1º de octubre
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Juan Matagalpa. 1984. Sandino Los Somoza y los nueve Comandantes. Honduras Industrial.
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Selva, Adán. 1961. Política de los come patos. Tipografía ASEL. Managua, (Folleto SF.)
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