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Bueno, tal vez no. Al igual que con otros pasajes, debemos tomar en cuenta el
contexto general para discernir qué es lo que está pasando.
La cosa más importante que tenemos que saber es que la relación entre
esposos y esposas no es el tema principal que Pablo está tratando.
Esta estructura deja bien en claro que las palabras de Pablo acerca de la
sumisión en el matrimonio son dadas como una aplicación del tema principal,
que es la vida en el Espíritu.
Hasta aquí vamos bien. Pero, ¿Por qué Pablo les dice a las esposas que se
sometan a sus esposos? ¿Por qué es esto una aplicación apta de su vida en el
Espíritu?
Es importante notar primero que Pablo no les dice simplemente a las esposas
que se sometan.
Así que Pablo está alentando la sumisión mutua en el hogar, las esposas a los
esposos y los esposos a las esposas. ¿Por qué entonces él cambia de
“someterse” en los versículos 21-24 a “amar” en los versículos 25-33?
Llegaremos a eso pronto.
Pablo les dice a los esposos que amen a sus esposas. Él se mueve del
lenguaje de la sumisión de los versículos 22-24 al lenguaje del amor en los
versículos 25-33. Al hacer esto, él no suaviza sus instrucciones a los hombres,
sino que las intensifica. De acuerdo al contexto general del pasaje, había algo
que estaba mal con los hombres en Éfeso. Ellos necesitaban que se les
instruyera a amar a sus esposas (vv. 25-33), a disciplinar a sus hijos con
gentileza y educación recta (6:4), y a tratar a sus esclavos con dignidad (6:9).
Pablo busca quebrar este patrón al apelar a Jesús como el modelo de amor
abnegado. Así como Cristo amó a la iglesia y dio su propia vida para salvarla,
de la misma manera los esposos son llamados a amar y servir a sus esposas.
¿Así que Pablo enseña liderazgo masculino en este pasaje? ¡Si!… bueno,
¡más o menos!
Él sí dice que los esposos son la “cabeza” de sus esposas, así como Cristo es
la cabeza de la iglesia. Por otro lado, él busca la manera de revertir las
nociones comunes del liderazgo masculino. Pablo está dando por sentado y al
mismo tiempo revirtiendo el liderazgo masculino. En esencia, él está diciendo:
¡Si, esposos, ustedes son la cabeza!… Ahora, así es cómo debe ser la cabeza
cuando reconocen a Cristo como Señor y buscan vivir la vida en el Espíritu.
Es importante indicar que Pablo no dice acerca del liderazgo del esposo.
La sumisión mutua es una de las prácticas que deben definir a los cristianos en
su vida común juntos en el Espíritu.
Los maridos y esposas son llamados a vivir esto en el hogar, como Jesús
mismo como su ejemplo. Las esposas deben someterse a sus esposos como
una expresión de su sumisión a Cristo. La sumisión a los esposos no es
absoluta ni virtuosa en sí misma: Jesús el Señor es la base, la motivación y
calificación de esa sumisión. Los esposos deben someterse a sus esposas al
amarlas abnegadamente y servirlas, así como Cristo amó y sirvió a la iglesia,
dando su propia vida por ella.