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ESTUDIOS BÍBLICOS EN COMUNIDAD 1

Colosenses Lección 6—Colosenses 3:18–4:18

Viviendo en Comunidad
¡MemorizA lA VERDAD!
Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para
nadie en este mundo, conscientes de que el Señor los recompensará con la herencia.
Ustedes sirven a Cristo el Señor. Colosenses 3:23-24

DÍA 1: Colosenses 3:18-21—Relaciones Familiares


1. En estos versículos, ¿cómo se supone que una esposa se relaciona con su esposo? ¿Qué agrega Efesios 5:33 a estas
instrucciones?

2. ¿Cómo debe el marido amar a su esposa? (Véase también Efesios 5:25-30.)

3. Según Colosenses 3:20, ¿qué razón dio Pablo por la que los hijos deben obedecer a sus padres? (Véase
también Efesios 6:1-3 para encontrar otras razones.)

4. ¿Qué es lo que los padres no deben hacer, y por qué no? (Véase también Efesios 6:4 para encontrar
instrucciones sobre lo que los padres sí deben hacer.) Cuando los padres siguen estas instrucciones, ¿cómo es
probable que respondan los hijos?

DÍA 2: Colosenses 3:22–4:1—Relaciones Laborales


5. Usando solo una palabra o frase corta, describe las instrucciones de Pablo a: a) siervos y, b) amos.

6. Según 3:22, ¿cómo debían relacionarse los siervos con sus amos? ¿Cuál era su motivación para hacer esto?

7. Según 4:1, ¿cómo debían tratar los amos a sus siervos? ¿Qué conocimiento debió haberles ayudado a hacer esto?

8. ¿Cómo deben los conceptos expresados en este pasaje afectar la conducta, actitudes del corazón y
relaciones laborales de empleado y patrones creyentes el día de hoy?

¡Aprende lA VERDAD!
Más adelante en este pasaje, veremos a Pablo pidiéndole a sus compañeros
creyentes que oren por él (véase 4:2-4). ¿Sabes al menos de una persona a la que
podrías pedir que ore
regularmente por ti? ¿Hay alguna parte de la petición de Pablo que te gustaría que esa
persona pida por ti? Prepárate para hablar de esto con tu Grupo Pequeño.

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Colosenses – Lección 6 2
DÍA 3: Colosenses 4:2-6—Andando en Sabiduría
9. Según 4:2, ¿cómo enseñó Pablo a los colosenses a orar?

10. Recuerda que Pablo estaba en la prisión cuando escribió esta carta. ¿Sobre qué pidió a los colosenses que oraran?
¿Qué revela esta clase de peticiones acerca de sus prioridades?

11. Según 4:5-6, ¿cómo quería Pablo que los colosenses interactuaran con “los de afuera”?

12. Considerando las prioridades de Pablo y sus peticiones de oración, ¿por qué habría dado las instrucciones
registradas en 4:5-6?

DÍA 4: Colosenses 4:7-9—Hermanos Amados


13. ¿Quién iba a entregar la carta de Pablo a los colosenses? Además de llevar la carta, ¿para qué propósito los
envió Pablo?

14. ¿Cómo describe Pablo a estos dos hombres?

15. ¿Qué implican estas descripciones sobre sus sentimientos hacia ellos?

DÍA 5: Colosenses 4:10-18—Salutaciones Finales


16. Además de Pablo, ¿quién enviaba saludos a los colosenses? Junto al nombre de cada uno de ellos, escribe una
breve descripción de estas personas desde la perspectiva de Pablo (por ejemplo, “mi compañero de cárcel”).

17. ¿Cómo describirías la manera en que Epafras oró por los colosenses? ¿Cómo te desafía o alienta su manera de orar?

18. En tus propias palabras, ¿cuál era el mensaje de Pablo para Arquipo? ¿Este mensaje se podría aplicar a ti de
alguna manera? De ser así, ¿cómo?

¡AplicA lA VERDAD!
Pablo les dijo a los creyentes que se comportaran “sabiamente con los que no
creen en Cristo” (4:5). ¿Cómo puedes ser más intencional en tu interacción con
personas que no
comparten tus creencias y para prepararte para responder a sus preguntas respecto a Cristo? Planea
hablar con tu Grupo Pequeño sobre algunas ideas.

DÍA 6: Participa en Clase

Lección 6 ComENTARio
Colosenses – Lección 6 3

Viviendo en Comunidad
Colosenses 3:18–4:18
Pablo les había dado a los creyentes colosenses algunas instrucciones básicas: soportarse unos a otros, perdonar
y dejar que la paz gobierne en sus corazones. Luego, continuó escribiendo más específicamente sobre diversos
tipos de relaciones.
Esposas y Maridos
La cultura griega clásica dictaba que los hombres, supuestamente superiores, dominaran a sus esposas e hijas. Y
en la sociedad judía, una mujer estaba bajo la autoridad de su padre o esposo. Tanto en las comunidades griegas
como en las judías, los hombres tenían los privilegios y la estima culturales. Pero Jesús desafió estas
suposiciones culturales (véase 3:11; Gálatas 3:28). La verdad de que los hombres y las mujeres son iguales en
Cristo tiene enormes implicaciones para el matrimonio. Pablo se dirigió a estas implicaciones en sus
instrucciones breves pero radicales para esposas y esposos.
Someterse significa “ceder voluntariamente ante otro”. Pablo dijo que las esposas deben someterse “como
conviene en el Señor”. Pablo no quiso decir que las esposas deberían permitir que sus esposos los conduzcan al
pecado. Más bien, se supone que deben someterse de una manera que complace al Señor. Observa también que
la esposa debe someterse a su marido. Pablo no dijo que todas las mujeres debían someterse a todos los
hombres, ni que las mujeres fueran inferiores a los hombres. Someterse no es un término que implique menor
valor. Jesús modeló la sumisión al Padre (véase Filipenses 2:6, 8). Sin embargo, de ninguna manera es inferior
ni de menor valor. Del mismo modo, la sumisión bíblica dentro del matrimonio nunca es una cuestión de valor.
En pocas palabras, se trata de dos personas iguales, que ceden uno al otro voluntariamente, para la gloria de
Dios.
En los días de Pablo, los padres generalmente arreglaban matrimonios. Estas uniones a menudo eran más un
negocio que una relación amorosa. Los valores culturales griegos no alentaban a los esposos a amar a sus
esposas. Las leyes griegas no impedían que los hombres trataran mal a las mujeres. ¡Así que la idea de que un
hombre cristiano estaba obligado a amar a su esposa y tratarla bien era una noticia radical! La palabra que
Pablo usó para describir este amor es la misma palabra que usó Cristo para describir su amor por sus discípulos:
Juan 13:34 dice: “Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros”. Si amamos
como Jesús ama, no hay lugar para el ego, la manipulación o la crueldad. El amor comprometido requiere una
participación plena y desinteresada.
Hijos y Padres
Enseguida, Pablo habló sobre la relación padre-hijo. Dios sabía que criar hijos sería difícil. Así que inspiró a
Pablo para que proveyera instrucción sencilla y práctica para hijos y padres por igual.
Pablo les dio a los jóvenes una sola regla: obedecer a sus padres. Esta obediencia “agrada al Señor”. Mientras
que la obediencia a los padres no entre en conflicto con los otros mandamientos de Dios, los hijos deben
obedecer a sus padres en todo momento. Debido a que los hijos deben obedecer a sus padres en todo,
necesitan protección contra padres abusivos o egoístas. Así que Pablo advirtió a los padres que no provocaran
y desanimaran a sus hijos. Obviamente, esta instrucción también se aplica a las madres.

Piensa en ocasionar desaliento. Los padres deben tener cuidado con sus palabras y
acciones. A veces los padres dicen una cosa mientras hacen otra. Pueden no cumplir sus
promesas. O pueden cambiar abruptamente las reglas o las expectativas. Estas cosas
pueden hacer que los hijos se
amarguen o se desanimen. Las demandas poco realistas o las críticas interminables pueden
frustrar a los hijos o incluso hacer que se rebelen. La compasión, la bondad, la humildad, la
mansedumbre y la paciencia ayudan a criar hijos que se someten voluntariamente a la

autoridad de Dios y de sus padres.


Siervos y Amos
Pablo no aprobaba la esclavitud. Sin embargo, comoquiera usaba siervos y amos como ejemplos. Al hacer esto,
le estaba diciendo a la gente cómo vivir vidas piadosas en una estructura social impía. Los principios que
describió siguen siendo aplicables a trabajadores y patrones hoy. Pablo habló primero a los que servían a otros.
Abordó tres temas vitales: motivación, actitud y compensación. Pablo sabía que los siervos en la iglesia de
Colosas reverenciaban a Dios. Debido a esto, debían trabajar con tanta excelencia cuando estaban solos como
cuando su amo los estuviera mirando. Cuando los creyentes obedecen a los que tienen autoridad sobre ellos,
muestran respeto por Cristo.
La relación de un empleado con Jesús también debería afectar sus actitudes. Los siervos deben obedecer a sus
amos con corazones sinceros. Pueden abordar el trabajo que hacen por otros con la misma actitud que tienen
hacia el trabajo que hacen para Dios. Cualquier recompensa duradera por el trabajo viene del Señor. Esta
promesa no significa que los creyentes no deben esperar un pago terrenal (véase 1 Timoteo 5:18). Pero a veces
los salarios son injustos, o en el caso de los esclavos, inexistentes. En esos momentos podemos saber que Dios
ve nuestro trabajo y que su compensación siempre es justa. Colosenses 3:25 también nos recuerda que siempre
somos responsables ante Dios. Él ve nuestro trabajo honorable y deshonroso. Pablo también exhortó a aquellos
en autoridad. Dios espera que los supervisores sean justos con los supervisados. Incluso los líderes de negocios y
naciones son responsables ante Dios. Él es su “Amo en el cielo” a quien le importa cómo tratan a los demás.

Piensa en las actitudes hacia el trabajo. Cuando sabemos que estamos trabajando para el
Señor, no solo para alimentar a nuestras familias o para enriquecer a otras personas,
nuestro trabajo tiene un nuevo significado. Incluso la tarea más insignificante hecha “con
entusiasmo” para Dios
tiene valor espiritual. Nuestra voluntad de trabajar diligente y fielmente es una ofrenda a Dios.
Hacer un buen trabajo con alegría también es un poderoso testimonio para las personas

que nos rodean.


Instrucciones Finales
Antes de dar sus saludos finales, Pablo ofreció algunas últimas instrucciones. Primero, exhortó a la iglesia de
Colosas a seguir siendo una iglesia que ora. Conectó la vigilancia con la oración. Velar aquí significa
literalmente “permanecer despierto”. Luego, por sexta vez en esta carta, Pablo les recordó a los creyentes que
fueran agradecidos. La gratitud en la oración nos mantiene centrados no en lo que necesitamos, sino en el que
satisface todas las necesidades. Dios da todo regalo bueno y perfecto (véase Santiago 1:17). Lo adoramos
cuando le damos nuestro agradecimiento.
Luego Pablo pidió a los colosenses que oraran por él. Pero nos les pidió que oraran por sus necesidades
personales. Más bien les pidió que oraran para que Dios abriera una puerta para que él pudiera compartir el
evangelio con claridad. Les instó a que estuvieran preparados para aprovechar al máximo cada oportunidad
para hablar de Cristo. “Los que no crees en Cristo” están en todas partes, y los que seguimos a Jesús debemos
vivir sabiamente entre ellos. Las palabras del cristiano deben ser siempre amenas y de buen gusto. Pablo
también ordenó que sus palabras fueran “sazonadas con sal”. Así como la sal resalta el sabor del alimento,
también nuestras palabras deben resaltar lo mejor en otros.
Saludos Personales
Tíquico era el “hermano amado” y “fiel ministro”. Onésimo era un esclavo que se había fugado y estaba
volviendo a su amo, Filemón, en Colosas (véase el libro de Filemón). Aristarco era un compañero de viajes
de Pablo que siguió al apóstol a Roma (véase Hechos 20:4). Marcos escribió el evangelio que lleva su
nombre.
También había desertado a Pablo en un viaje anterior, dando fin a su colaboración (véase Hechos 15:36-40). No
obstante, Pablo les dijo a los colosenses que recibieran a Marcos si fuera a visitarlos. Pablo les recordó el trabajo
diligente que había realizado Epafras por ellos. Lucas era el autor del Evangelio de Lucas y el libro de Hechos.
Él permaneció con Pablo después de que escribió a los colosenses, y posiblemente incluso hasta el momento de
su muerte. Según 2 Timoteo 4:10, Demas, “por amor a este mundo,” posteriormente abandonó a Pablo. Pablo
saludó a los creyentes en Laodicea, una ciudad cercana a Colosas. Saludó a Ninfa, probablemente una mujer
próspera, ya que su casa era suficientemente grande como para recibir a una iglesia en su casa. También exhortó
a Arquipo, para que cumpliera con el ministerio que había recibido del Señor.
En sus últimas palabras, Pablo hizo una súplica: “Recuerden mis cadenas”. Recordó a sus lectores que su mayor
compromiso era servir como ministro del evangelio sin importar las consecuencias. Luego, Pablo concluyó su
carta con su despedida habitual: “La gracia sea con vosotros”.

¡PersonAlizA lA VERDAD!
Las palabras de Pablo a los esposos y esposas, a los padres e hijos, a los siervos
y amos pueden resumirse como “someterse unos a otros por respeto a Cristo”
(Efesios 5:21).
Cuando cedemos voluntariamente nuestros derechos y preferencias, mostramos amor a los demás y
no sentimos que se están aprovechando de nosotros. ¿Cómo podrías aplicar el ejemplo de
Jesús en tus propias relaciones hoy?

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