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MODELIZACIÓN DE LA
TURBULENCIA
10.1 ¿Qué es la turbulencia? 253
Como decíamos, la dificultad para definir la turbulencia conduce a que sea más útil
describir en detalle las características de su naturaleza. Las propiedades más destaca
bles de los movimientos turbulentos son:
o Aleatoriedad. Es la característica más destacada de los flujos turbulentos. También
definida como irregularidad, se manifiesta por la aparición de fluctuaciones de las
variables fluidodinámicas (velocidad, presión, temperatura, concentración) con
tamaños y tiempos muy dispares (diferentes escalas). Estas fluctuaciones instantá
neas no estacionarias se desarrollan incluso en flujos estacionarios (promediados
temporalmente), Jo cual da idea de que las propiedades estadísticas de los flujos sí
son invariantes. Por esta razón se utilizan métodos estadísticos para su estudio y
predicción. Además, la existencia de escalas muy dispares hace que, aunque los flu
jos turbulentos parezcan caóticos e impredecibles, también se puedan encontrar
estructuras coherentes (movimientos organizados) dentro de ese mar de irregulari
dades aleatorias. En este caso, su aleatoriedad se refiere a la localización exacta y a
cuando se desarrollan.
254 Capítulo 1 O Modelización de la turbulencia
o Vorticidad. Es imprescindible que exista vorticidad para que un flujo pueda ser
turbulento. De hecho, todo flujo turbulento es rotacional (V x ¡; >' O), con
importantes niveles de vorticidad que fluctúan en el tiempo y en el espacio de
forma coherente (estructuras o vórtices coherentes), y en los que la deformación
de los vórtices supone la esencia de la dinámica de la turbulencia.
o Difusividad (mixing). Los fenómenos turbulentos intensifican el transporte de
masa, momento y energía, debido a las fluctuaciones en las diversas escalas tur
bulentas. En particular, las fluctuaciones a escalas macroscópicas producen efec
tos de mezcla similares a los de carácter molecular (puramente difusivos), si bien
con longitudes de mezcla similares a las de los fenómenos convectivos.
Existen también otras particularidades para el flujo turbulento que conviene des
tacar, aunque no sean tan fundamentales como las anteriores. Por ejemplo:
o Tridimensionalidad. Las escalas más pequeñas de la turbulencia tienen un
carácter muy isotrópico, lo cual implica la necesidad de tener flujo tridimensio
nal. Las escalas más grandes, asociadas a las longitudes características del flujo
analizado, pueden presentar un comportamiento bidimensional o plano, pero
éste se va generalizando a tridimensional según se avanza en la cascada de ener
gía (v. apartado 10.2).
o Disipación. Los flujos turbulentos son siempre disipativos. Necesariamente han
de disipar energía en las escalas más pequeñas, energía que se obtiene del flujo
principal y que se va redistribuyendo en forma de cascada mediante procesos de
deformación. Una vez desarrollado el flujo turbulento, la turbulencia tiende a
mantenerse (se retroalimenta) mediante un aporte continuo de energía. Si no
existe ese suministro de energía, la turbulencia decae rápidamente.
o Altos números de Reynolds. La turbulencia se origina por inestabilidades en el
flujo laminar. A partir de ciertos números de Reynolds, dependientes del tipo de
aplicación, las irregularidades en las capas de cortadura se vuelven inestables,
amplificándose y activando los mecanismos turbulentos. El flujo se desordena y
deja de ser laminar.
Por tanto, la turbulencia es un fenómeno muy complejo y vortical, con escalas
muy dispares que van desde el tamaño característico del flujo (un diámetro, una
longitud típica del problema) hasta escalas disipativas muy pequeñas. Aun siendo
pequeñas, estas escalas disipativas están lejos de las escalas de longitud molecular
por lo que aún se pueden emplear las ecuaciones de la Mecánica de Fluidos para
medio continuo.
La dinámica de la turbulencia es función del flujo y, dada su naturaleza, requiere de
varios niveles de aproximación para describirla. Por esta razón, no existe una "teoría
de la turbulencia" de aplicación general, sino múltiples modelos creados específica
mente para diferentes problemas, que se discuten a partir del apartado 10.4.
10.1 ¿Qué es la turbulencia? 255
Finalmente, para ilustrar todas estas ideas, en la figura 10.1 se muestra la evolu
ción característica de la velocidad en un punto P por el que transcurre un flujo tur
bulento. El lector puede imaginar que dicha velocidad (gráfico de la izquierda)
corresponde a la medida hecha detrás de un objeto en la región de la estela turbu
lenta, cuando el flujo ya está perfectamente establecido. Las líneas negra y gris
corresponden a dos medidas de idéntica duración, en el mismo sitio y con mismo
flujo incidente totalmente desarrollado.
Efectivamente, a la vista de los resultados de la figura, podemos concluir que la
traza de la velocidad reproduce las características ya descritas:
o La velocidad fluctúa aleatoriamente en el tiempo, con oscilaciones de diferente
amplitud que responden a las diversas escalas de la turbulencia.
o Por tanto, el campo instantáneo (variable u), es impredecible, puesto que cual
quier mínima perturbación produce cambios en la velocidad en el instante inme
diato.
Además, cada una de las dos medidas (líneas negra y gris) son diferentes, pero su
valor medio es el mismo. Esto demuestra que las propiedades estadísticas del flujo
turbulento son unívocas y de ahí el interés en resolver el problema de la turbulencia
desde un punto de vista estadístico. Lo mismo ocurre con la fluctuación (gráfico
l O.Ib), elevada al cuadrado para poder calcular su media (la media de la fluctuación
es por definición cero, al estar centrada en la propia media de la velocidad). La fluc
tuación cuadrática es distinta en ambas medidas, pero si se promedia el tiempo sufi
ciente, el valor medio también es único, y converge hacia lo que se llama nivel de
turbulencia, que mide la intensidad de las fluctuaciones.
36
4
Tiempo, [ms]
Figura 10.1 (a) Traza de velocidad en flujo turbulento. (b). Nivel de turbulencia instantánea.
256 Capítulo 1 O Modelización de la turbulencia
l. Adaptado de Davidson, P:t\., 'fi,rlm/ence: A11 íntrodsutionJor Scimlis/s 1111d E11gi11eers, 2004, Oxford Univcrsity Prcss.
10.1 ¿Qué es la turbulencia? 257
Transición a la turbulencia
La transición a la turbulencia puede seguir diferentes mecanismos. En todos ellos, sin
embargo, comienza en un punto de inestabilidad que inicia el proceso de amplifica
ción de inestabilidades que desemboca en la estructura caótica final. Además, dicha
inestabilidad suele estar relacionada con la presencia de un punto de inflexión en el
perfil de velocidades que desencadena el proceso de formación de vórtices.
En general, la transición queda asociada a la existencia de inestabilidades en la
capa de cortadura del flujo (shear flow). Una capa de cortadura es una región de
flujo en la que existen altos gradientes de velocidad. Las velocidades a ambos lados
de la superficie de separación son muy diferentes, lo que da lugar a una interfaz muy
fina donde la velocidad varía bruscamente. Estas capas aparecen tanto en flujos
externos como internos; claros ejemplos son el flujo en una estela, un chorro o las
capas límites sobre superficies (v. figura 10.2).
La forma de la transición y el momento en que acontece dependen, por tanto, del
tipo de flujo. En la tabla JO.! se muestra el valor típico para el cual se inicia la transi
ción en diversas situaciones. En el caso de estelas y chorros, se generan inestabilida
des que producen enrollamiento de vórtices (v. figura 10.2) y estructuras vorticales
muy tridimensionales. En el caso de capas límites sobre superficies o en el interior
de tuberías, la transición se asocia a brotes de turbulencia que rápidamente se
expanden y cubren todo el dominio.
258 Capítulo 1 O Modelización de la turbulencia
Flujo externo
Flujo externo (alrededor Convección
(a lo largo de una Flujo interno
de un obstáculo) natural
superficie)
a. El número de Rayleigh (Ra) es el número adimensional asociado con la transferencia de calor en el interior del
fluido y que permite discriminar cuándo la transferencia de calor se produce principalmente por conducción o
cuándo se produce principalmente por convección. Así mismo, el número de Prandtl (Pr) es el numero adimen
sional que compara la transferencia de calor producida por los efectos de arrastre del flujo (viscosidad) frente a
los que se producen por la propia conductividad del fluido y que permite discernir cuál de ellos es dominante.
Existen dos grandes grupos de flujos de cortadura: los libres, que ocurren lejos de la
influencia de contornos sólidos y los de pared, desarrollados por efecto de paredes
colindantes. Los tres ejemplos típicos de flujos de cortadura libres son las estelas, los
chorros y las capas de mezcla (mixing layers).
Las estelas se producen aguas abajo de un obstáculo inmerso en la corriente
fluida, de forma que coexisten una región de fluido lenta rodeada de una región de
fluido rápida (v. ejemplo en figura 10.1).
En el caso de los chorros, típicamente se tiene un flujo a alta velocidad rodeado
por un flujo prácticamente estacionario. De esta forma, es habitual que, por conve
Figura 10.2 Transición en un chorro turbulento. (a) Inestabilidades en la capa de cortadura. (b) Visuali
zación de un chorro turbulento (imagen cortesía de Fukushima y Westerweel): identificación de escalas.
10.2 Escalas de la turbulencia: la cascada de energía 259
:::@ 8\0[.) é
(Richardson, 1922) (Leonardo, 1500 aprox.)
Generación de Disipación de
energía turbulenta energía turbulenta
(?4
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a a_d_a
c _d__e n_e_
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(a) (b)
Figura 10.4 Escalas de la turbulencia y proceso de cascada de energía. (a) Esquema conceptual de
Richadson (adaptado de Fluent v6.3 User's guide, 2006). (b) Idea intuitiva de Leonardo.
(10.ll
(10.2]
(10.3]
Generación
de energía
(10.4]
(10.5]
(10.6]
(10.7]
Para obtener las ecuaciones de gobierno de las variables estadísticas se debe apli
car el operador estadístico que corresponda (promedio temporal, filtro espacial,
etc.) sobre las ecuaciones generales de gobierno. Al ejecutar esta operación matemá
tica, siempre ocurre que el sistema de ecuaciones resultante no está cerrado, puesto
que aparecen más incógnitas estadísticas que relaciones disponibles. Este hecho es el
que se conoce corno problema de cierre en la turbulencia, y que aparece como con
secuencia del término no lineal difusivo en la ecuación de gobierno.
Para ilustrar brevemente esta idea, se procede ahora a considerar la sencilla ecua
ción unidimensional du/dt =u', corno en ocasiones precedentes. En el instante
inicial t = O, se fija que el valor de la velocidad adopte un valor aleatorio compren
dido entre 1 y 2, de modo que u presentará posteriormente una traza cambiante en
cada realización del experimento, y se repite la experiencia 1000 veces para esa
misma condición inicial cambiante. Corno decíamos, lo que realmente interesa es el
valor esperable de la variable, algo que está asociado al valor estadístico de la misma,
no a su valor instantáneo. Por tanto, se introduce un operador estadístico genéri
co en la ecuación, ( ), que nos permita encontrar la solución para (u). Supo
niendo un operador lineal (corno, por ejemplo, el promedio de esas 1000
repeticiones), este nuevo operador y el operador derivada son intercambiables,
resultando: d(u)/dt = (u'). Desafortunadamente, nos encontrarnos con que
aparece una nueva variable desconocida: (u'). Por supuesto, podernos encontrar
una ecuación para resolver esta nueva incógnita si multiplicarnos por u la ecua
ción original y luego aplicarnos el operador estadístico, llegando a:
d(u')/dt = 2(u3), pero a costa de que en esta ecuación aparezca ahora la
incógnita (u
3 ).
Está claro entonces que si se trata de establecer una jerarquía para las
ecuaciones que describen la evolución de las sucesivas variables (u"), siempre se ter
mina por tener más incógnitas que ecuaciones. Esta idea fundamental es lo que sub
yace en el problema de cierre para la turbulencia en las ecuaciones de NavierStokes,
2. Adaptado de Davidson, P.A., 'forlm/e,,re: A11 lmroduaiou for Sdenlislr and E11gi11eerr, 2004, Oxford
10.4 Aproximaciones numéricas para el tratamiento de la turbulencia 265
Es realmente sorprendente observar cómo por un lado se tienen las variables fun
damentales del flujo, como la velocidad u que se comporta aleatoriamente, y por otro
lado se tienen las ecuaciones de gobierno, cuya defmición es completamente determi
nista para u. Inversamente, las propiedades estadísticas de u se comportan de forma
esperable, reproducible, pero lamentablemente no es posible disponer de un sistema
cerrado de ecuaciones que describa su evolución. Así, el problema del cierre de la tur
bulencia implica que no pueden existir teorías estadísticas rigurosas para el análisis de
la turbulencia, siendo necesaria la introducción de modelos basados en hipótesis sim
plificativas, razón por la cual la turbulencia permanece como el último problema sin
resolver por la física clásica.
La solución numérica para flujos turbulentos puede abordarse desde distintos nive
les de aproximación, proporcionando así descripciones del flujo con mayor o menor
detalle. Esto se consigue en función del número de escalas de la turbulencia que se
quieran resolver en la simulación, o lo que es igual, en función de la cantidad de
energía cinética turbulenta que se vaya a transportar en las ecuaciones constitutivas.
En general, se distinguen tres aproximaciones diferentes: la simulación numérica
directa (DNS), en la que usa una malla extremadamente fina para poder resolver
todas las escalas de la turbulencia (desde las integrales hasta las disipativas); la simula
ción de vórtices grandes (LES), con mallas menos densas que permiten resolver sólo
los torbellinos grandes que transportan entre el 50 y el 80% de toda la energía cinética
turbulenta; y finalmente la simulación RANS (ecuaciones de NavierStokes prome
diadas por Reynolds) en la que todas las escalas se modelizan mediante el uso de
modelos de turbulencia.
Aunque algunos flujos sencillos se han resuelto utilizando simulación directa (DNS),
no es posible emplearla de forma sistemática para resolver problemas industriales de
interés práctico (ICFD) debido a su coste computacional prohibitivo. Por esta razón, se
emplean habitualmente los métodos RANS y en ciertas ocasiones las técnicas LES, que se
analizan más en detalle en apartados posteriores. Pero antes, veamos las serias limitacio
nes de las simulaciones directas que se derivan de la misma cascada de energía.